Será Justicia Nº 27

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NICIA EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA

El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27

COMISARÍA CON HISTORIA • EL TESTIMONIO CLAVE DE CHARLIE MOORE

Punto estratégico antes del terror U     . Hasta el 2008, la comisaría siguió funcionando en el mismo edificio de la calle Río Negro como dependencia oficial. En diciembre de ese año, fue trasladada y la vieja sede quedó destinada al depósito de vehículos judicializados. Pese a que, en teoría, el viejo edificio de la calle Río Negro había quedado inhabilitado para la detención de personas, en la oficina de protección de derechos de Unquillo existen denuncias que señalan que el lugar continuó siendo usado para llevar detenidos. Según testimonios, algunas personas eran mantenidas en el viejo edificio por uno o dos días en donde se les aplicaban técnicas de “ablande”, para luego ser trasladados a los calabozos “legales” de la comisaría “oficial”. Los datos constan, al menos, hasta el pasado carnaval. Desde hace un tiempo, el Colectivo de la Memoria de Unquillo –con sede en la Casa de la Cultura– trabaja a la par de organizaciones de derechos humanos de las Sierras Chicas generando una propuesta para convertir el predio de la vieja comisaría en un espacio para la memoria. De ser así, esa localidad del Gran Córdoba se convertiría en el primer lugar del interior en el que un ex CCD se transforma en un espacio de esas características. El pasado 2 de Julio, la Comisión Provincial de la Memoria, los directores de los tres sitios de memoria de Córdoba, autoridades municipales, policiales y me-

la ‘escuelita’ de UnEn Unquillo, las patoquillo, fue un loquetas y los militares enro, y nos trasladaron contraron un lugar de vuelta al D”, dijo donde fueron foren su declaración anmándose para inserte el TOF en . tarse luego en la esPero según se destructura represiva. prende de investigaAl igual que otras ciones posteriores, dependencias policiaUnquillo era, además, les, la “escuelita” de un punto de referenUnquillo –como se la cia importante desde conocía en la jerga donde los planes golmilitar– comenzó su pistas se fueron defuncionamiento cosarrollando hasta su mo parte de la estrucejecución final, en tura represiva con anCalabozo. En la ex comisarÍa de Unquillo. marzo de . Ejemterioridad al Golpe. Cuando Carlos ‘Charlie’ Moore declaró plo de ello es el caso de Alfred Laun –hien el juicio por la Causa UP, recordó jo de un senador republicano– que era que ya en  la comisaría era un lugar jefe del Servicio Cultural e Informativo de paso para los detenidos, que luego de la Embajada de EEUU y vivía en Uneran trasladados a otros centros clan- quillo desde . Contaba con una andestinos. Moore fue detenido el  de tena satelital para comunicarse con la noviembre de  y conducido allí cin- CIA, con la que coordinaba los planes co días más tarde. “El  nos llevaron a golpistas en el centro del país. dios de comunicación, realizaron una inspección ocular para comenzar a proyectar el funcionamiento del espacio. La propuesta del municipio local es que la vieja comisaría sea transferida a la Comisión Provincial de la Memoria, bajo los términos que se establecen en la ley provincial de la memoria y la ley nacional acerca de los sitios de memoria. El acuerdo consisti-

OTRAS VOCES • EL RELATO DE YAMILA ARGAÑARAZ | Por Aracely Maldonado

ría en que el edificio sea cedido en comodato al ejecutivo local, quien se encargaría de las refacciones necesarias y de afrontar los gastos de funcionamiento. Para ello, se conformará una comisión municipal especial integrada por organizaciones sociales bajo la supervisión del Archivo Provincial de la Memoria y la Comisión Provincial de la Memoria.

EL JUICIO POR DENTRO

“La verdad se construye, como las casas” El peine se desliza con suavidad mientras unas manos de artista tejen dos trenzas que caen sobre el guardapolvo almidonado. Los cabellos de su hermano, dorados como los del Principito, son más fáciles de desenredar. La escuela Hipólito Irigoyen, sobre Castro Barros, está a un paso. “Si me demoro, se cruzan a la casa de la abuela Otilia”, ordena al despedirse. Las palabras de su madre aún resuenan en los oídos de Yamila ( años por entonces) y de Ernesto (dos años menor), cuyos ojos se eternizan detrás de la ventana. María Elena Gómez de Argañaraz nunca regresó. Es martes º de junio de . Esa mañana, pasos presurosos marchan hacia la calle Sarachaga al . Aunque intente pasar inadvertida, la mujer llama la atención por su belleza. “Era hermosa mi madre, aunque era grande, estaba por cumplir ”, le dirá Yamila al juez mientras le alcanza una foto para que se la muestre a los imputados y le digan qué hicieron con ella. “Es para que deje de estar tan desaparecida”, explica al tribunal, que la incorpora a la causa. Después de la muerte de su

En el camping de Cabana. Yamila y Ernesto junto a su madre, María Elena (circa ).

esposo César en una acción del Ejército Rvolucionario del Pueblo (ERP) en Villa María, Elena abraza la militancia en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). “En prensa”, deduce Yamila: su memoria repasa los dibujos que pintaba su mamá sobre la mesa de la cocina y que luego aparecían impresos en volantes. En un operativo de policías o militares en la vivienda de Alta Córdoba, la secuestran junto a otro compañero –Alberto Simonassi–, quien continúa desaparecido. Muchos años más tarde, Carlos Borobio contará a Yamila

que estuvo con su madre en el Puesto Caminero de Pilar. Borobio tenía  años y también estaba detenido allí. A los pocos días es trasladada a La Perla, “embarazada y malherida”, asegura Graciela Geuna, con quien compartió colchoneta. Nada más se supo de María Elena. Como si se la hubiera tragado la tierra. En , la familia está diezmada: “Ya habían matado a mi papá, el ‘Chechi’, y al tío ‘Cucú’ –hijo de un hermano de Otilia–. Estaban desaparecidos ‘Yicano’ Lezcano –otro de los ocho hermanos de mi abuela– y su hija Ana María; mi mamá,

María Elena Gómez; María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda y su esposo, Tomás Fresneda; más un bebé que mi tía llevaba en la panza, de  u  meses, y que mi abuela buscó hasta su muerte. También, como presos políticos, estaban mi tío Tristán Argañaraz –hermano de mi papá– y Mónica, su mujer”. La abogada querellante de Familiares e H.I.J.O.S, Lyllan Luque, le pregunta cómo hizo para reconstruir su vida. Yamila responde en plural: “Fue difícil para nosotros. Mi hermano ni siquiera pudo venir hoy, cada uno lo canalizó como pudo”, asegura. Luego enumera: “Yo me hice constructora de casas, creo que por mi convicción de construir la verdad, siempre. Mi hermano se hizo médico, para sanar las heridas que nos dejó tanto dolor. Mis primos, Ramiro y Martín, se hicieron abogados, entre otras cosas, para meter presos a los responsables”. Y concluye: “No sé si se puede explicar lo que significa vivir toda la vida con la mamá desaparecida, que no es lo mismo que tener a la mamá muerta. La vamos a buscar siempre, eso se transforma en un modo de vida".

EL JUICIO, DÍA X DÍA DÍA 59 - MARTES 23/07

El recuerdo de Otilia Yamila Argañaraz narra la búsqueda de María Elena Gómez de Argañaraz, su madre desaparecida: “Durante la dictadura, mi abuela la buscó en todos los lugares que pudo: comisarías, hospitales, se entrevistó con (el cardenal) Primatesta, se empezó a reunir con otros familiares... Ya en democracia, hicieron habeas corpus, hasta que empezó el juicio contra Menéndez, pero todo quedó truncado con las leyes de impunidad”. Su abuela es Otilia Lescano de Argañaraz, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo en Córdoba, fallecida a los 91 años en septiembre de 2005.

La familia como rehén Nirida Isabel Bustos, hermana del soldado Jorge Dante Bustos –secuestrado en septiembre del 76 cuando iba a buscar su DNI al Destacamento de Inteligencia 141–, refiere que los represores encubrieron el secuestro con una supuesta deserción, y constantemente allanaban su casa y amenazaban a la familia: “Era una manera de sembrar miedo y terror para paralizarnos y que no denunciáramos”.

DÍA 60 - MIÉRCOLES 24/07

“No se olviden...” Al finalizar su declaración, Sara Luján, madre del desaparecido Raúl Mateo Molina, les dice a los jueces: “Con todo lo que sufrimos, hemos actuado sin revanchismo. Queremos justicia. Es lo que yo más deseo y pido a Dios que me dé vida para poder ver terminado este juicio, no olviden que tengo 87 años”.

La “feliz idea” Horacio Samamé recuerda que en 1974 tuvo “la feliz idea” de ingresar a la Policía para “cambiarla desde adentro”. “Era estudiante de abogacía, ya tildado de zurdo. En esa época yo era como un marciano, infiltrado o guerrillero, y sufría muchas presiones”, explica. El 11 de noviembre de 1976 fue secuestrado por sus ex compañeros de la fuerza.

DÍA 61 - JUEVES 25/07

Asco para sobrevivir Al enumerar las estrategias de supervivencia en el campo de concentración, Gustavo Contepomi, expresa: “Había otro sentimiento vital que nos hermanaba y que teníamos que ocultar, porque demostraba que no éramos como ellos: un asco y una repulsión vital ante la presencia de cualquiera de los represores. Era un sentimiento positivo, que demostraba que no nos dominaban tanto ni estábamos tan derrotados como ellos creían”.

La voz de un represor Contepomi recuerda que en 1996 vio en Barcelona un documental de la televisión catalana “sobre la represión en Argentina a las familias de origen catalán”. Uno de los militares entrevistados era Héctor Pedro Vergez, a quien hasta entonces conocía como “Gastón”. En el filme se reconstruye el asesinato de la familia Pujadas en su propia casa “y la voz en off de un represor que evidentemente ha estado ahí, dice: ‘Acá matamos a fulano. Acá le pegamos un tiro a este’, con absoluta precisión”, destaca el testigo, y las querellas piden que se gestione una copia del audiovisual para sumarlo como prueba.

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