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veredicto favorable a los fumadores (pleito Grady Carter). Un jurado de Jacksonville (Estado de Florida), falló a favor del actor, enfermo de cáncer de pulmón después de haber fumado cigarrillos de la marca Lucky Strike (elaborados por la tabaquera Brown & Williamson) durante 44 años, concediéndole una compensación de 750.000 dólares, que la compañía tuvo que abonar por no haber anunciado, de manera suficiente, los perjuicios que conlleva el tabaco para la salud e inducir con su publicidad al consumo, a pesar de conocer su patente nocividad. En 1999, un jurado del Estado de Oregón condenó a Philip Morris a indemnizar con 32,80 millones de dólares por daños punitivos y 800.000 dólares como daños compensatorios a la viuda y 6 hijos de un fumador (caso Jesse Williams), fallecido a consecuencia de un cáncer de pulmón, después de haber fumado tres cajetillas diarias de Marlboro, durante cuatro décadas, hasta su muerte. En el plano puramente anecdótico recogemos el hecho de que David Mc Lean (“The Marlboro man”) murió de cáncer de pulmón en 1995. En junio del pasado año 2001, nos encontramos con un veredicto récord en el campo de las demandas individuales, por el que un jurado de Los Ángeles (Estado de California) condenó a pagar más de medio billón de pesetas a Richard Boeken, que acusó a Philip Morris de no haberle advertido de la adicción que causa el tabaco y de los riesgos de contraer el mal que implicaba fumar dos paquetes de cigarrillos diarios. El actor acusó a la demandada de fraude, conspiración y negligencia, reclamando daños compensatorios y punitivos. Posteriormente, un juez del Estado brindó a la compañía la posibilidad de reabrir el caso si ofrecía al demandado 100 millones de dólares y éste los rechazaba. Como consecuencia de este importante veredicto, las acciones de la empresa cayeron por encima del 5% en la bolsa de valores de Wall Street. Demandas colectivas En lo que incumbe a las demandas colectivas, la más reciente (julio de 2000) es la presentada por 3 ex fumadores en representación de 500.000 personas afectadas por el tabaco en el Estado de Florida. Un jurado del Tribunal de Distrito de Miami impuso a las 5 grandes tabaqueras estadounidenses el mayor resarcimiento establecido por esta causa (12,70 millones de dólares en concepto de daños compensatorios, al considerar el tabaco como un producto defectuoso). Una de las más interesantes demandas colectivas asociada con el humo de tabaco de segunda mano fue la entablada por Norma Broin (Broin v. Philip Morris y demás). Este proceso abierto en calidad de demandante por una aza-
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fata de 42 años, afectada de cáncer de pulmón, contó con la adhesión de auxiliares de vuelo con múltiples patologías que abarcaban desde enfisemas hasta complicaciones en el embarazo. Un acuerdo extrajudicial puso fin a la reclamación, accediendo las empresas al pago de una indemnización de 350 millones de dólares, más los costes judiciales y honorarios de los letrados (que ascendieron a 46 millones de dólares), a lo que se debía sumar otros 100 millones anuales que se invertirían en una fundación dedicada a las víctimas del tabaquismo. Reivindicaciones legales de los Estados Otro crucial capítulo viene determinado por los costes sociales del tabaco que empezaron a constituir un gran problema legal en la década de los años 90. En 1994, siete ejecutivos de las grandes empresas tabaqueras testificaron bajo juramento (ante una Comisión del Congreso de los Estados Unidos) que la nicotina no creaba ninguna adicción, negando además que la industria manipulara los niveles de esta sustancia en sus productos, ante las crecientes acusaciones de haber desarrollado tales prácticas. Apenas un mes más tarde, los Fiscales Generales de los Estados de Mississippi, Virginia Occidental y Minnesota, entablaron de manera individual, por primera vez en la historia, una demanda contra la industria tabaquera conducente a obtener un reembolso (entre 6 y 8 billones de dólares) por los gastos médicos que el cáncer de pulmón estaba originando a la sanidad pública. Cerca del ecuador del decenio, 48 de los 50 Estados norteamericanos tenían ya planteadas similares reclamaciones por fraude, conspiración y extorsión, negligencia, incumplimiento de garantías, falsedad en la publicidad y en las declaraciones realizadas, responsabilidad por la fabricación de un producto defectuoso o de riesgo, enriquecimiento injusto, infracción del reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas e incumplimiento de la legislación antimonopolio, actuaciones contrarias a la equidad. En lo que afecta a los acuerdos extrajudiciales de los Estados con las tabaqueras, destacamos que, en 1996, la compañía Liggett (una de las 5 grandes en cuanto a su producción responsable de Chesterfield, Lark y LM) había concertado acciones con los Fiscales de Florida, Luisiana, Mississippi, Tejas, Massachusetts y Virginia Occidental para evitar litigios a cambio de abonar cerca de 4 billones de dólares en 9 años, además de invertir cerca del 5% de sus beneficios, durante un período de 25 años, en la atención de gastos médicos originados por enfermedades provocadas por el tabaco. Un año más tarde, selló un convenio con el Fiscal General del Estado de Minnesota, admitiendo que la publicidad había sido engañosa, ya que
Tabaco, salud y justicia. A. Khalaf Ayash et al.