Toracocentesis diagnóstica y evacuadora
1.4.
Manometría pleural
La manometría pleural ayuda a evitar una presión pleural negativa excesiva, que puede contribuir al desarrollo de edema pulmonar por reexpansión, y también es útil para identificar un pulmón inexpandible. Es conveniente el uso de esta técnica cuando se quiera descartar el diagnóstico de pulmón atrapado, o cuando es necesario extraer gran cantidad de líquido (más de 1,5 l). No es recomendable permitir que la presión pleural alcance valores inferiores a –20 cm H2O. Para su medida se puede utilizar un manómetro de columna de agua similar al diseñado para medir la presión venosa central, modificando los valores de la escala para situarlos en un rango de –25 a 10 cm H2O, con el valor 0 a la altura del lugar de la punción torácica5. El manómetro se une al sistema de punción mediante un catéter conectado a un suero fisiológico, y relleno de dicho líquido. Se puede considerar la media entre la presión inspiratoria y espiratoria. La primera medida se efectúa antes de comenzar la evacuación del líquido, y posteriormente cada 500 ml durante el primer litro, cada 200 ml durante el segundo litro, y cada 100 ml (o menos si se observan descensos rápidos de la presión pleural) hasta terminar la maniobra. Finalmente, se registrará el valor de la presión intrapleural al acabar la evacuación. La toracocentesis se debe finalizar cuando no se puede extraer más líquido, el paciente presenta síntomas relacionados con la evacuación como tos u opresión torácica, o la presión pleural alcanza valores cercanos a –20 cm H2O6.
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