LA PARED TORÁCICA NORMAL Las líneas generales de interpretación ecográfica de la pared torácica son similares a la ecografía musculo-esquelética.4 Se puede visualizar piel, tejido conjuntivo, músculo, hueso, cartílago, va sos, nervios, ganglios linfáticos y pleura (Figura 1). Las mamas, aunque son fáciles de explorar sonográficamente, no se tratarán en este capítulo. La estructura anatómica de la pared torácica es comparable a una jaula con barrotes horizontales/oblicuos (costillas) con una apertura estrecha superior y otra más ancha inferior (diafragma). Las columnas óseas posterior (columna vertebral) y anterior (esternón) y los triángulos de las escápulas completan la estructura. La pared torácica está estructurada ecográficamente en capas. Puede distinguirse, de fuera a dentro, la piel como una línea continua hiperecoica, seguida de una capa de espesor variable, correspondiente a tejido conectivo subcutáneo, que contiene grasa y fibras y se visualiza sin patrón definido, generalmente hipoecoico. Más en profundidad encontramos tejido muscular, cuyas fibras se visualizan como bandas paralelas. Dependiendo de la localización anatómica, se pueden ver músculos antepuestos a las costillas o solamente en las zonas intercostales4 (Figura 1).
Figura 1. Pared torácica normal: *piel, tejido subcutáneo. A: músculo; C: cartílago.
Las partes óseas, costillas, esternón, clavículas y escápulas, dada su propiedad de absorción completa de los ultrasonidos, permiten ver únicamente la cortical superficial como una línea lisa, bien delimitada, ininterrumpida, hiperecogénica, y la sombra acústica subyacente. Al contrario que el tejido óseo, el cartílago es bien penetrado por los ultrasonidos, no produce sombra acústica y permite ver
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