Sección XI 63
Pleuritis. Empiema José Luis Viejo Bañuelos
1. CONCEPTO. DEFINICIÓN
La pleuritis, o derrame pleural, es el resultado de la presencia de líquido en el espacio pleural. En condiciones normales la pleura es una membrana fina que recubre el pulmón, el mediastino, el diafragma y la pared costal. La pleura visceral cubre toda la superficie pulmonar excepto los hilios, donde forma un repliegue que permite el paso de los vasos, bronquios y nervios al parénquima pulmonar. Es un tejido conjuntivo sin terminaciones sensitivas, e irrigado por la circulación bronquial, con drenaje venoso en las venas pulmonares y drenaje linfático que conecta con el sistema linfático pulmonar. La pleura parietal recubre la superficie interior de la pared torácica, mediastino y diafragma, tiene una capa de tejido conjuntivo y fibras sensibles al dolor y es irrigada por diversas ramas de arterias sistémicas. Su drenaje venoso se hace a través de las venas bronquiales y su sistema linfático es la principal vía de drenaje de líquido pleural y células del espacio pleural, especialmente en las zonas más declives1. Entre ambas pleuras visceral y parietal existe un espacio pleural de 10 a 20 micras. En este espacio se aloja el líquido pleural en pequeñas cantidades de 0,1-0,2 ml/kg de peso. Se trata de un líquido claro, transparente, con una concentración de proteínas inferior a 1,5 g/dl y con
alrededor de 1.500 células/mcl, entre las que predominan macrófagos, linfocitos y células mesoteliales y sin hematíes2. El líquido pleural se mantiene en continuo cambio, pero su volumen es prácticamente constante. La función de la pleura es facilitar el movimiento de los pulmones armonizando las fuerzas elásticas y no elásticas torácicas y pulmonares con el fin de disminuir el gasto energético de los movimientos de expansión y retracción pulmonar. Esto es posible gracias a la existencia de una presión negativa intrapleural, al ser una cavidad herméticamente cerrada, que mantiene la expansión pulmonar. Esta presión varía de –30 cm H2O en la inspiración forzada a –5 cm H2O al final de la espiración forzada. Esta presión negativa no es constante sobre toda la superficie pulmonar. En bipedestación la presión pleural tiene un gradiente vertical dependiente de la gravedad, siendo más negativa en el vértice pulmonar, con un gradiente aproximado de 0,2 a 0,5 cm H2O por cada centímetro de altura3. 2. DERRAME PLEURAL. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
La circulación normal del líquido pleural va de la pleura parietal a la pleura visceral debido a la diferencia de presiones hidrostática 1139