Tromboembolismo pulmonar
Entre los signos de la TEP destacan la taquipnea (85%) y la taquicardia, que suelen ser constantes. La fiebre (27-43%) no acostumbra a ser elevada pero en ocasiones puede desorientar. La sudación acompaña a los casos graves. La semiología de derrame pleural es poco llamativa porque la cuantía del líquido es por lo general escasa. En ocasiones se auscultan roce pleural y sibilantes. La presencia de signos de TVP se observa en el 30% de los pacientes. En las TEP masivas puede observarse taquicardia, refuerzo del segundo ruido pulmonar y ritmo de galope. La cianosis aparece cuando hay hipoxemia importante. 2.4. Exploraciones complementarias básicas
Las pruebas rutinarias de laboratorio no aportan información relevante por su inespecificidad, pero pueden contribuir a la exclusión de otras entidades. Puede haber leucocitosis en el 30% de los pacientes. La existencia de niveles de dímero-D en plasma por encima de 500 ng/ml se correlaciona con ETV en pacientes de alto riesgo. Su sensibilidad por el método de ELISA es del 93%, pero su especificidad es sólo del 23%, mientras que el valor predictivo negativo es del 96%. Así pues, su mayor contribución es para excluir la enferme-
dad. Un inconveniente de la técnica es su demora, y para solventarla se han introducido unas nuevas versiones que en menos de 2 horas proporcionan resultados. Las técnicas mejor validadas en la actualidad son VIDAS, que es una ELISA rápida, que precisa unos 30 minutos y otra que utiliza aglutinación de hematíes (SimpliRED) y que tarda sólo 2 minutos. Ambas han confirmado su valor para excluir la ETV11. La gasometría arterial muestra hasta en un 85% de casos hipoxemia con normocapnia o hipocapnia, pero valores normales no descartan en absoluto la TEP. El aumento del gradiente alveolo-arterial, junto a la alteración de la gasometría, ayuda a sugerir el diagnóstico. La mayoría de pacientes con TEP presentan anomalías en la radiografía de tórax, aunque en un porcentaje significativo de enfermos es normal17. De hecho, la escasez de alteraciones aumenta la sospecha del diagnóstico. Los hallazgos más comunes son: elevación del diafragma, infiltrado pulmonar y derrame pleural (16-45%) escaso. Otros signos menos comunes son: infarto pulmonar, hiperclaridad pulmonar por oligohemia localizada (Fig. 2), atelectasias laminares y la clásica joroba de Hampton (condensación parenquimatosa con base pleural). Las alteraciones en el ECG son atribuibles a la hipoxemia y a la hipertensión pulmonar aguda con sobrecarga de las cavidades
Figura 2. Amputación de la arteria pulmonar izquierda. Oligohemia-hiperclaridad pulmonar. 1019