Fig. 1. Correcta colocación de las manos en forma de cúpula y aplicación de las percusiones torácicas en el pulmón infralateral.
Vibración manual La vibración consiste en aplicar un efecto oscilatorio sobre el aparato tóracopulmonar capaz de ser transmitido a las vías aéreas y a su contenido para, entre otros, favorecer el transporte y eliminación de las secreciones bronquiales14. La vibración puede ser realizada externamente de manera manual (mediante las manos del terapeuta) o mecánica (mediante un aparato de vibración tipo masajeador). También pueden generarse de manera endobronquial mediante dispositivos instrumentales (ver capítulo: Técnicas instrumentales para el drenaje de secreciones). En este apartado se hablará específicamente de las vibraciones externas manuales, pero también se hará referencia a las vibraciones externas mecánicas ya que se aplican mediante un dispositivo mecánico guiado manualmente. Es importante conocer los efectos que producen cada una de las modalidades vibratorias y poder decidir cuál es la más adecuada en cada situación clínica. Los efectos de las vibraciones manuales, debido a los cambios de presión intrapleural derivados de la compresión-oscilación producidos durante la técnica15, favorecen un incremento del flujo espiratorio13,16 y producen un aumento del batido ciliar (siempre que alcancen frecuencias cercanas a los 13 Hz)12. Cuando la frecuencia utilizada supera los 30 Hz, las vibraciones pueden modificar la reología de la secreción o sea, su composición visco-elástica17,18.
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