Posición del paciente Se prefiere la posición de sedestación3 con la espalda recta, aunque puede realizarse en decúbito supino o cualquier otra posición19 que facilite la relajación y concentración del paciente, se deben evitar los movimientos paradójicos y facilitar una respiración diafragmática. Aplicación de la técnica •
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Inspiración --
Inspirar lentamente por la nariz, utilizando el diafragma o la parte inferior del tórax, para favorecer un llenado homogéneo de las regiones pulmonares.
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Realizar una pausa inspiratoria de 2 a 4 segundos, deteniendo el movimiento de la caja torácica, pero manteniendo la glotis abierta para seguir permitiendo la entrada de aire. De esta manera, se previene el asincronismo alveolar y se favorece el llenado de las regiones periféricas que ofrecen una mayor resistencia.
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El volumen inspiratorio será modulado dentro de la capacidad pulmonar total (bajo, medio o alto) dependiendo de la localización de las secreciones en el árbol bronquial (periféricas, medias o proximales).
Espiración --
Espirar el volumen corriente elegido manteniendo la glotis abierta. La espiración se realizará preferentemente por la nariz aunque, si existe una caída rápida de la velocidad del flujo aéreo o se prefiere escuchar el ruido de las secreciones bronquiales como estímulo auditivo, la espiración se realizará por la boca.
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El flujo aéreo espiratorio debe ser elevado, pero sin llegar a generar compresiones dinámicas dentro de las vías aéreas.
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Los crujidos de las secreciones bronquiales trasmitidos a través de la boca (feedback auditivo) y/o las vibraciones que generan las secreciones en el tórax (feedback táctil) sirven de guía para indicar la posible localización de las secreciones dentro del árbol bronquial. La sumatoria de estos feedbacks permiten el ajuste del patrón respiratorio y la modulación correcta del flujo aéreo espiratorio.