En cada una de estas cavidades pleurales, tapizadas por la pleura parietal, se hallan alojados los pulmones que a su vez están recubiertos por una membrana denominada pleura visceral. El área entre las dos pleuras se denomina cavidad pleural y es un espacio virtual con presión negativa, que mantiene el pulmón expandido y a las dos pleuras en contacto. Normalmente, estas dos membranas están separadas solo por un fluido pleural que en pequeña cantidad, 25 ml en cada cavidad, hace de lubricante. Este fluido reduce la fricción, permitiendo que las pleuras se deslicen fácilmente durante la respiración. Con los movimientos respiratorios, la presión intrapleural aumenta y disminuye alternativamente.
Fig 2. Espacios pleurales.
La entrada de aire o líquido en la cavidad elimina la presión negativa. Las capas pleurales se separan, el pulmón se colapsa y produce dolor. Para mantener las propiedades fisiológicas de la cavidad pleural, hay que eliminar el aire y el líquido lo antes posible para lograr reexpandir el pulmón y restablecer la presión negativa, evitando que el aire y el líquido retornen a la cavidad.
Fig 3. Cavidad pleural
9