Al año siguiente (1964), Eriksson diagnosticó dos hermanos homocigotos con enfisema grave, cuyos hijos presentaban a su vez déficit electroforético parcial de alfa-14. Y parafraseando a Louis Pasteur (1822-1895) dado que “en el campo de la observación, el azar favorece a las mentes preparadas”, este hallazgo le indujo a revisar historias clínicas de varios hospitales suecos, logrando reunir 33 casos (incluidos familiares) con DAAT, la mayoría (n=23) con EPOC y algunos emparentados entre sí. Eriksson hizo su tesis doctoral en 1965 sobre este tema (con título: “Studies in Alpha-1 Antitrypsin Deficiency”), y él y su mentor Laurell concluyeron que el DAAT era un trastorno hereditario que favorecía el desarrollo de enfisema pulmonar en periodos precoces de la edad adulta5. En 1967, Magne Fagerhol (Noruega) advirtió que la AAT presentaba una banda polimorfa con varios patrones electroforéticos diferentes, y de acuerdo con Laurell propuso denominar al conjunto de variantes electroforéticas de la AAT sistema Pi (Pi: protease inhibitor)6. Inicialmente, designaron las variantes con las letras del alfabeto, de acuerdo con su velocidad de migración electroforética, y denominaron Pi M (de medium) a las de velocidad media, Pi S (de slow) a las de migración lenta, Pi F (de fast) a las de migración rápida, y Pi Z, la última letra del abecedario, a las de migración muy lenta7. La asociación entre el DAAT y la cirrosis hepática fue documentada por vez primera en 1969 por Sharp (Minnesota, EE.UU.) en diez niños, y este mismo autor fue también quien primero descubrió inclusiones de AAT, PAS (ácido periódico de Schiff ) positivas y diastasa resistentes, en hígados cirróticos8. Ese mismo año, Turino y Snider (EE.UU.) relacionaron el desarrollo del enfisema pulmonar con la elastasa del neutrófilo9, una serin proteasa con potente actividad elastolítica descubierta por Aaron Janoff y Scherer dos años antes10, que era transportada en los gránulos citoplasmáticos primarios (o azurófilos) por los polimorfonucleares hasta los pulmones, donde ejercía su potente actividad proteolítica. En 1972, el propio Janoff comunicó que la AAT inhibía eficazmente la elastasa del neutrófilo y bloqueaba el desarrollo de enfisema inducido por proteasas en modelos animales 11. También ese año, Berg y Eriksson describieron la asociación del DAAT y la cirrosis hepática del adulto12.
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