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C. Martínez Rivera
CONDUCTA En el terreno de la conducta incidiremos en el patrón respiratorio que adopta el paciente asmático en forma de hiperventilación y las implicaciones que tiene. Sin embargo, hay otros importantes aspectos relacionados con comportamiento o conducta que incorpora el asmático. Así, sabemos que los síntomas pueden venir condicionados por aspectos como la mala adherencia al tratamiento, la utilización correcta de los inhaladores, el incorporar actividad física, la evitación de desencadenantes como tabaco o alérgenos, que pueden ser importantes para conseguir un buen control de la enfermedad. Es decir, más allá del patrón respiratorio hay comportamientos de salud que influirán en el asma. Síndrome de hiperventilación (SH)/ disnea funcional (DF) El término “disnea funcional” se refiere a una entidad poco precisa con un patrón respiratorio anormal que se manifiesta en forma de falta de aire, que se alivia con los suspiros, rigidez torácica, inquietud y malestar general36. En algunas ocasiones, la DF se caracteriza por presentarse en forma de una ventilación exagerada (hiperventilación) que en casos extremos provoca síntomas típicos de alcalosis hipocápnica con parestesias, tetania y sensación de inestabilidad. El tipo de respiración en cuestión no puede ser atribuida a ninguna otra causa como fiebre, cefalea, sobredosificación de ácido acetilsalicílico, acidosis metabólica, entre otros. Algunos de los síntomas son compartidos con el asma bronquial. La prevalencia estimada de DF en la población general es del 5-10%. La patogenia de la entidad es desconocida, sus característica son comunes a otras enfermedades y tampoco hay elementos de diagnóstico certero, y de hecho hay autores que dudan de la misma existencia como entidad patológica37. Todo esto lleva a que el SH sea poco diagnosticado, o que se atribuya a otras enfermedades38.
Para el diagnóstico no se dispone de una prueba totalmente fiable y validada. Tradicionalmente se ha realizado el diagnóstico reproduciendo voluntariamente la hiperventilación, que ha provocado síntomas comunes en dicho síndrome, como dolor torácico, sensación de mareo o inestabilidad cefálica, y otros relacionados con el sistema simpático como taquicardia, sequedad de boca, temblores o sudoración. En algunas pruebas diagnósticas se ha medido la hipocapnia, aunque hay autores que demuestran que los síntomas se desarrollan también en condiciones de isocapnia, y por tanto concluyen que no detectar hipocapnia no descarta la posibilidad de presentar un SH39. Precisamente esta falta de correlación que se ha objetivado en ocasiones ha hecho poner en cuestión a algún autor el concepto de SH. La prueba diagnóstica más referida en los diferentes trabajos que evalúan el SH es el test de Nijmegen, que fue validado por Dixhoorn en 198540. Se desarrolló comparando un grupo de pacientes diagnosticados previamente de SH con sujetos sanos. Es un cuestionario con 16 ítems que preguntan sobre síntomas habituales en estos pacientes (Fig. 3). El análisis de las diferentes cuestiones mostró que la estructura del cuestionario tiene tres componentes, uno que pregunta sobre dificultad respiratoria, otro sobre tetania periférica y otro sobre tetania central. Cada una de las preguntas puntúan de 0 a 4 en función de la menor o mayor frecuencia. La puntuación total mínima es de 0 y la máxima de 64. Se considera que un paciente tiene SH cuando puntúa 23 o más. Van Dixhoorn hizo una validación cruzada doble y obtuvo clasificación correcta en el 90 y el 94% de las ocasiones. Confirmó una sensibilidad del 91% y una especificidad del 95% para el diagnóstico clínico de SH. Síndrome de hiperventilación y asma bronquial La bibliografía da cuenta, en diferentes estudios, de la asociación del síndrome de hiperventilación a desórdenes respiratorios38,41, y especialmente en el caso del asma. En 1996 se