dificaba in vitro e in vivo la respuesta toxicológica y química del humo de dichos cigarrillos. Los autores encontraron diferencias en los constituyentes de la corriente principal del cigarrillo dependiendo del tipo de adhesivo utilizado, pero estas diferencias no fueron estadísticamente significativas ni in vitro ni in vivo.
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En marzo de 2012, la FDA (Food & Drugs Administration) publicó una lista de 93 constituyentes tóxicos y potencialmente tóxicos encontrados en el humo y en productos del tabaco y que se relacionaban con enfermedades cancerígenas, cardiovasculares, respiratorias, problemas reproductivos y adicción, tanto en consumidores como en no consumidores de tabaco(47). Fueron incluidos, entre otros, arsénico, berilio, cadmio, cromo, cobalto, plomo, mercurio, níquel, selenio y uranio. Sin embargo, otros elementos también han sido considerados tóxicos por la agencia para las sustancias tóxicas y el registro de enfermedades (Agency for Toxic Substances and Disease Registry; ATSDR)(48), se encuentran igualmente en el humo y en los productos del tabaco como consecuencia de la contaminación ambiental y ninguno de estos elementos se encontraba en la lista de la FDA(47). Hay que decir que estos elementos van adquiriendo últimamente una gran relevancia ambiental al provenir de procesos industriales, manufacturas de dispositivos electrónicos y eléctricos, que liberan al entorno numerosos elementos denominados REE (the rare earth elements). Son escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio(49)) y producen la denominada e-basura(50). Este nuevo grupo de elementos contaminantes son utilizados de forma invariable en el desarrollo de smartphones, tabletas, etc., lo que ya es considerado un nuevo riesgo de seguridad ocupacional y de la salud(50-52). Las plantas del tabaco podrían acumular REE si estos se encontraran en el suelo. El cultivo de tabaco presenta ciertas características que le hacen más susceptible para acumular tóxicos; es conocido que las plantas del tabaco agotan más los macro y micronutrientes del suelo en el que se asientan favorecido por ciertas técnicas agrícolas, lo que incrementa la cantidad de nicotina en las hojas de la planta(53). Además, habría que añadir aquellos tóxicos provenientes del papel y de los filtros de los cigarrillos. Teniendo en cuenta todo lo anterior, Zumbado y cols.(54) analizaron la carga de 33 elementos en diferentes tipos de cigarrillos. Incluyeron no solo elementos considerados
clásicamente tóxicos, sino también aquellos considerados como e-basura. Analizaron por separado estos elementos en el papel y en los filtros. Los autores localizaron que todos los elementos incluidos en la lista de la ATSDR fueron encontrados tanto en el papel como en el tabaco de los cigarrillos, con la excepción del mercurio, que no se aisló ni en el tabaco rubio, ni en el negro, ni en los cigarrillos Slim. La mayoría de los elementos REE fueron encontrados en casi todas las muestras (ninguno de ellos no fue encontrado, pero algunos lo fueron esporádicamente). Hay que decir que el papel de los cigarrillos contenía mayores niveles que el tabaco en sí de la mayoría de los elementos (incluso mucho mayores, como en el caso del antimonio, el selenio, la plata, el talio, el uranio o el vanadio). Cuando los autores midieron las concentraciones de elementos en el papel de cigarrillos comerciales encontraron que había diferencias significativas entre ellos dependiendo del tipo de tabaco que envuelven. En el papel que envuelve a los cigarrillos de tabaco negro, en cuanto a la lista de la ATSDR, se encontraron concentraciones significativamente altas de siete elementos (bario, cobre, plomo, antimonio, talio, selenio y vanadio), ocurriendo lo mismo con los elementos REE que prácticamente doblaban a lo encontrado en los cigarrillos Slim que, en cambio, contenían altas concentraciones de plata. Fue el papel que envuelve a los cigarrillos rubios el que tenía menos concentración de dichos elementos. En cuanto al tabaco, las concentraciones de dichos elementos fueron más altas siempre en el tabaco negro. Los autores también analizaron el papel de los cigarrillos de liar, encontrando igualmente dichos elementos en diferentes concentraciones, siendo estas mayores cuando el papel era vendido con saborizantes. Los autores concluyen que el tabaco negro contiene los mayores niveles de estos elementos tóxicos, que el papel utilizado para envolver el tabaco modifica significativamente la concentración de dichos elementos, que el papel con saborizantes y que combustiona más rápido contribuye a mayores niveles de estos elementos, que dependiendo del producto que se consuma, la diferencia en la concentración de estos elementos varía unas 35 a 40 veces, y que fumar cigarrillos es una fuente de exposición a contaminantes emergentes como son los elementos REE. Hablando de los cigarrillos Slim, McAdam y cols.(55) revisaron los efectos sobre la combustión, la química y la bioactividad de reducir la circunferencia de los cigarrillos. Los autores concluyen que reducir la circunferencia de los cigarrillos influye en sus propiedades físicas y, por ello, en la naturaleza del humo. El peso, la masa para arder, el número de caladas y la combustión estática disminuyen cuando se reduce la circunferencia del cigarrillo, pero en cambio la