Domingo 29 de Agosto de 2010
BICENTENARIO DE LA
Independencia MÉXICO DE
La tercera etapa de la Independencia: 1815 – 1820
L
Comisión Editorial para el Bicentenario
a ejecución del magistral y heroico militar que fue el señor Cura José María Morelos y Pavón, el regreso del Rey Fernando VII al Trono español, y la abolición de las Leyes de Cádiz, que amenazaban los intereses de numerosos grupos en la América hispana, son algunas de las principales causas que frenaron el movimiento insurgente a partir de 1815. En efecto, en esta tercera etapa, más que una Guerra de Independencia, se da una resistencia aislada, apenas sostenida en determinadas partes del territorio por tres líderes: Pedro Moreno González, Javier Mina, y Vicente Guerrero Saldaña, seguidos de algunos centenares, pero con una opinión pública que se había hecho más adversa a su Causa. Para esa etapa, Pedro Moreno era el insurgente que por más tiempo había sostenido la lucha en el Occidente mexicano y en El Bajío, y a él se unió, en 1817, Francisco Javier Mina, activista que había luchado en España contra la invasión francesa y posteriormente a favor de las Leyes de Cádiz, lo que produjo su encarcelamiento y huída de la Madre Patria. En Inglaterra conoció al Padre Fray Servando Teresa de Mier, quien lo motivó a unirse a la insurgencia mexicana, para lo cual preparó su expedición desde Estados Unidos. De allá pasó a la Nueva España por vía marítima en abril de 1817. A través de sucesivas victorias, logró encontrarse con Pedro Moreno en el Fuerte del Sombrero, de donde saldrían, a duras penas, para sostener la lucha en el rancho llamado del Venadito. Ahí moriría Moreno peleando, en tanto Mina fue arrestado y fusilado el 11 de noviembre de ese mismo año.
Vicente Guerrero, que a la muerte de Morelos mantuvo la lucha en la Zona Sur, fue reduciendo tanto su territorio como el tamaño de sus ofensivas, derivando ello en una guerra de guerrillas en diversos escenarios de lo que hoy es el Estado que lleva su nombre. En tanto, en el resto de la Nueva España había vuelto la calma, pero era una calma aparente, pues en muchas conciencias la idea de la Independencia estaba madurando, y muy pronto daría su fruto.
Fray Gabriel Robles, médico militar insurgente
Es del todo notable, como desconocida, que una de las formas que atrapó a muchos clérigos y consagrados a participar en la primera fase del Movimiento en favor de la Insurgencia, fue el secuestro. El caso más conspicuo, y ya relatado en esta columna, fue el del Presbítero y Doc-
tor don José María Cos Pérez, ex alumno del Seminario de Guadalajara. Mas ahora presentamos otro, el de un tapatío, Religioso Juanino, Hermano Lego, como lo eran casi todos los miembros de esta Orden Hospitalaria, y quien, desempeñándose como cirujano en el Convento de su Orden en Celaya, y mientras que en el mes de noviembre de 1810 se encontraba colectando limosnas en los pueblos vecinos de esta cabecera, fue hecho prisionero por una gavilla de insurgentes en el poblado de Quaje, remitiéndolo a Salamanca, a fin de que usara de su pericia y habilidades en el campo médico para que curara las lesiones sufridas en el campo de batalla, nada menos que al Cura don Miguel Hidalgo y Costilla. Qué impresión le dejó su paciente y qué hablaron entre sí la única vez que se vieron en Salvatierra, nunca lo sabremos, pero sí que de tan fortuita e inesperada entrevista, la Causa Insurgente ganó a un ardoroso caudillo, si bien primero ostentó el título, suscrito por Hidalgo, de Cirujano Mayor del Ejército, y tiempo después, el de Brigadier, que le extendiera el Comandante José Antonio Torres, a quien también curó de una herida de bala. Sin embargo, la carrera miliciana de Fray Gabriel no se prolongó mucho, pues en 1813, encontrándose en Pátzcuaro, fue detenido por el Teniente Coronel Juan de Pesquera, quien lo remitió a Valladolid, donde se le instruyó proceso, condenándolo el Consejo de Guerra a diez años de presidio en ultramar. El auditor, inconforme con la sentencia, dispuso el traslado del reo a la Ciudad de México, circunstancia que él aprovechó para fugarse. ¿Qué pasó luego con este precursor de los Médicos Militares del México Independiente luego de este episodio? Hasta la fecha lo ignoramos.
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