ED. 2 I DECIEMBRE 2022


NOVICIADO CONFERENCIAL REDENTORISTA SAGRADO CORAZON DE JESÚS – ARGENTINA



Toda vocación es llamada de Dios y respuesta generosa del hombre. Dios es el que toma la iniciativa; la persona va descubriendo a lo largo de su vida dicha llamada y libremente responde. Alfonso como primogénito había recibido una formación integral e incluso en el ámbito religioso: le vemos de joven acompañando a su padre a las cuarenta horas ante el Santísimo, recibiendo los sacramentos e incluso visitando enfermos; actividades propias de los jóvenes de su grupo social. Sin embargo no todos terminan teniendo vocación misionera como Alfonso, son muy pocos los que al igual que éste sentirán la llamada de Dios.
Alfonso va a descubrir la necesidad de estar con el Señor y poco a poco se va a ir distanciando de lo que la sociedad con sus múltiples encantos les ofrecía a los jóvenes, que como él, brillaban por sus cualidades y dotes. Cuando por primera vez pierde un caso como abogado, descubriendo que hubo corrupción e injusticia de fondo; abandona los tribunales y en él se da un proceso más radical de conversión y de acercamiento a Dios. En una ocasión visitando el hospital de los incurables, siente que Dios le dice: “Alfonso deja el mundo y entrégate a mí”. Después de madurar dicha idea y con la autorización de su padre comienza sus estudios teológicos y se forma como clero secular.
Durante este tiempo se le ve dando catequesis, visitando enfermos y asistiendo a las cuarenta horas de cualquier Iglesia, e incluso permanecía horas en oración ante Jesús sacramentado. Una vez ordenado destaca por sus dotes de predicador y de confesor. Se preocupa por la formación de la gente humilde de Nápoles y con otros compañeros organizan las capillas del atardecer. Además experimenta el deseo de ir a misionar a China e ingresa al Colegio de los Chinos, así como también, al grupo de las Misiones Apostólicas (Congregación de los padres de la Catedral).
Con este grupo se da a conocer como misionero, predicando varias misiones. Las misiones populares le van a ir arrebatando poco a poco, su tiempo, sus fuerzas y sobre todo su corazón. Sin él ser del todo consciente, Dios lo va a ir preparando para una entrega más radical, al servicio de Dios en los más pobres y necesitados.
El 7 de mayo de 1730 después de varias campañas misioneras y arduo trabajo, Alfonso colapsa y los médicos le recomiendan reposo. Por tal motivo es conducido hacia la costa Amalfitana, pensaban ir a la casa de campo de San Nicola. La realidad es que por sugerencia del obispo y del vicario de Scala, terminan llegando a Santa Maria dei Monti.
Alfonso va a descubrir la necesidad de estar con el Señor y poco a poco se va a ir distanciando de lo que la sociedad con sus múltiples encantos les ofrecía a los jóvenes.
Al entrar en contacto con los pobres labriegos Alfonso se compadece de ellos y comienza a predicarles; pues estaban (recordando el evangelio Mt 9, 36), como ovejas sin pastor. Algunos biógrafos consideran que es en ese momento que en él se da la idea de fundar una Congregación Misionera que se dedicara a los más pobres.
A groso modo, se puede decir, que el corazón misionero de Alfonso surge como respuesta a Cristo Misionero que lo llamaba a entregarse y a comunicar el mensaje de la Copiosa Redención. No se puede responder a la llamada sino se le escucha, y no se le puede escuchar si no se está con Él, sino se le conoce. Alfonso estaba durante horas ante Jesús sacramentado, lo recibía con frecuencia, meditaba la palabra de Dios, los escritos de grandes santos y místicos, tenía un amor preferencial por la Virgen María. Alfonso que experimentó el Amor, la misericordia y la cercanía de Dios fue capaz de descubrirle presente en sus hermanos los más necesitados.
En los últimos años es común escuchar en los ambientes eclesiales la expresión misión compartida, que hace referencia a la misión en conjunto de sacerdotes, laicos, familias, etc. Pero ¿qué es la misión compartida? Y esta otra pregunta ¿cómo la vivimos en el barrio Obligado de Buenos Aires en donde trabajamos los redentoristas?
Cuando hablamos de misión compartida estamos diciendo sencillamente que todos los discípulos de Jesús tienen la vocación y misión de anunciar el Reino de Dios en comunidad. Afortunadamente en nuestra congregación, la misión con los laicos es una realidad hace muchos años y en muchas provincias no se concibe una misión sin la presencia de hombres y mujeres que aportan desde su experiencia al anuncio de la abundante redención, los laicos en las misiones redentoristas no son meros instrumentos de los congregados, sino que son activos protagonista en las celebraciones y gestos misioneros, siendo de esta manera testigos del redentor. Es ahí el don de Dios.
En el barrio Obligado donde desarrollamos el apostolado los redentoristas, los hermanos vienen trabajando, desde hace mucho tiempo, en la formación de comunidades vivas y abiertas que tengan la capacidad de recibir a los más heridos y abandonados de la sociedad. El lugar esta ubicado en la zona oeste del gran Buenos Aires y en su gran mayoría la población está compuesta por inmigrantes que vienen de países limítrofes como Paraguay, Bolivia y del Perú.
La misión compartida en el barrio se expresa en la misión continúa puesto que es un lugar de presencia permanente de los redentoristas de la provincia Bonaerense. Los servicios que presta la comunidad a los vecinos se dan tanto en la catequesis, celebraciones de la misa, servicio de caritas, acompañamiento psicológico, sala de lecturas, espacio de ajedrez, biblioteca popular y otros servicios que tienen como finalidad la formación integral de los habitantes del barrio.
“Comunidades vivas y abiertas que tengan la capacidad de recibir a los más heridos y abandonados de la sociedad.”
Cabe destacar que estas actividades la llevan adelante los laicos con el acompañamiento de la comunidad del noviciado conferencial. En el caso de los novicios, los referentes de las comunidades van viendo que familias necesitan ser acompañadas y los hermanos novicios los visitan y comparten con ellos para detectar algunas dificultad o simplemente, con su presencia cercana, acogerlos en el corazón y rezar por ellos.
Ciertamente la misión compartida no es fácil, tiene sus dificultades, pero estas se integran y se superan en el diálogo y en el reconocimiento de que nadie viene a suplir a nadie, sino que la diversidad de dones está al servicio de la iglesia en su conjunto y para el conjunto.
Descubriendo la comple mentariedad de laicos, sacerdotes, jóvenes, etc. podremos ver claramente lo que nos dice el Capítulo General XXV (cfr. Núm. 40): “La misión compartida…es esencial para la misión y para el proyecto apostólico de la congregación” el camino va por ahí. Hay que seguir construyendo entre todos.
Debemos seguir escuchando los signos de los tiempos que se manifiestam en la realidad de los más frágiles y abandonados, que casi siempre son los más pobres. Esa es la tarea de todos.
Que María del Perpetuo Socorro siga bendiciendo nuestras vidas y la de los hombres y mujeres que trabajan y dan la vida en nuestras comunidades redentoristas.
Durante los días 20 y 25 de julio estuvimos, como comunidad de noviciado, en una experiencia misionera en Goya. Ciudad ubicada en la Provincia de Corrientes, Argentina, a unos 220 kilómetros de la capital provincial, que lleva el mismo nombre de la provincia, Corrientes; y las riberas del río Paraná. Paramos en el campo, más específicamente en los parajes de Rincón del Pago, Paso Fanegas y San Gerardo.
Junto a cuatro novicios y el padre Paulo, socio de la comunidad formativa del noviciado, estuvimos en la comunidad de Nuestra Señora de Itatí. Martín, junto con un grupo de jóvenes de la parroquia local, misionaron en la comunidad de San Gerardo. Junto al padre Rubén que también conforma la comunidad religiosa del noviciado, estuvieron presentes los demás novicios en la comunidad de Rincón del Pago. Días animados por la fiesta en honor a Santa Librada, patrona de la comunidad.
Como Iglesia, participamos en la misión de Cristo: el anuncio del Reino de Dios. De este modo, nuestra presencia en este lugar fue una forma de auxilio que se hace continua con el servicio que los redentoristas han estado brindando allí durante 90 años.
En consonancia, es una forma de experimentar lo que nosotros, como Redentoristas, estamos llamados a realizar: ir al encuentro de los más pobres y abandonados, donde nadie quiere ir. Podemos testimoniar mucho de esto allí, encontrándola como experiencia única. Son comunidades rurales donde la necesidad espiritual es bastante evidente.
Durante la formación redentorista, realicé algunas experiencias misioneras que me marcaron y sin duda esto se sumará a las otras. Una realidad desafiante, en el sentido misionero y geográfico. Era posible percibir el hambre y sed que las personas tienen de las cosas de Dios.
De esta manera, es allí donde estamos llamados a dar preferencia en la misión de anunciar la Buena Nueva de Cristo, a aquellos que tienen hambre y tienen sed de Dios. Comparto que fueron días propicios e importantes para fortalecer mi fe y vocación.
Un período corto para hacer un gran cambio, sin embargo, nuestra conversión es tarea continua. Se requiere tiempo y cuidado. Confiamos en haber plantado una pequeña semilla de vigor que ahora debe ser cultivada y cuidada por ellos y especialmente por los misioneros que cuidan este lugar.
Que podamos llevar esta misión como experiencia única de aprendizaje para las misiones que en adelante llevaremos a cabo y más todavía, que las personas con quienes nos encontramos sigan el camino que en la fe Con la esperanza de continuar y retomar el camino con el vigor que les hemos dejado, alimentado como experiencia no dada o re cibida, sino compartida en una misma fe.
“Era posible percibir el hambre y sed que las personas tienen de las cosas de Dios.”Jóvenes en Rincón del Pago Rincón del Pago
El día 5 de noviembre del presente año el Superior General se reunió con los novicios de América Latina y el Caribe. El encuentro inició con una oración organizada por las tres casas de noviciado (Bella Vista Argentina, Tietê São Paulo y Piedecuesta Colombia) seguido de la presentación de cada uno de los novicios y los equipos formativos. A continuación, el padre Rogério ha dirigido unas palabras a los novicios invitando a no perder el foco en los últimos días de noviciado que queda, pues se corre el riesgo de pensar en el retorno y el ansia por encontrarse con familiares, amigos, y preparar la profesión religiosa. Ante esto invitó a preguntarse: ¿Qué quiere Dios de mi en este momento de mi vida? Y desde ahí ser libres, vaciándose de sí mismo para seguir al Señor, en palabras alfonsianas: el distacco.
Hizo referencia a la profesión religiosa como una subida a Jerusalén con Jesús para ofrecerse al Padre en favor de los más necesitados y advirtió: “La profesión religiosa no es un estatus. Ni puerta de entrada a una institución que ofrece una vida cómoda, privilegios, sino ponerse al servicio de los destinatarios de nuestra misión, es una llamada a una nueva disponibilidad”.
Encuentro del padre general con los novicios de América Latina y el Caribe
mística interior ayuda a dar sentido a lo que se asume, a lo que se quiere vivir”
Por eso es importante el desinstalarse, puesto que la consagración se opone a tres realidades que el mundo ofrece: poseer, poder y placer. Ante el poseer se vive el voto de pobreza, ante el poder el voto de obediencia y ante el placer el voto de castidad. Sin embargo, esto “se vive cultivando una mística interior que ayude a dar sentido a esto que se asume, que se quiere vivir” que convierta al consagrado en una persona alegre, con una alegría que se arraiga en el corazón.
“Una
Una de las realidades que ayuda también es la vida comunitaria que se fomenta desde el aceptar, comprender y amar al otro, al que vive a nuestro lado, un cohermano. De ahí, nace la alegría de la vida consagrada también, del encuentro, el decirle al otro, tú eres importante para mí. Debemos entonces aprender a escuchar la historia vocacional, de salvación del otro que vive conmigo puesto que Dios va obrando y si para él no somos números sino personas, debemos nosotros también tratar al otro como hermano. De esa manera también se convierte cada consagrado en puente de dialogo con el mundo, se mira a la sociedad como obra de Dios. Por eso, es importante entonces, plantar jardines de fraternidad.
El padre Rogério continuó su reflexión haciendo referencia al tiempo que se aproxima, es decir, el juniorado, en la que invitó a intensificar la experiencia de Dios, puesto que la teología es el momento de deconstruir los mitos de nuestra fe y descubrir la presencia de Dios a lo largo de la historia.
En el tiempo de estudios teológicos “no se deben olvidar las tinajas que se han llenado en el noviciado sino más bien ha de ayudar a que se convierta en vino nuevo” que ayude y aporte a la sociedad de hoy. Y se refirió nuevamente a la vida comunitaria para que se fomente de manera afectiva, de escucha del otro. Es importante “formarse bien, escuchar a la gente porque no estudiar y preparar la pastoral es un pecado contra la pobreza”
El padre General nos ha invitado también a ser promotores de la vocación, trasmitir a los jóvenes con vocación, aspirantes, postulantes que vienen detrás, la alegría de ser redentoristas: “no se dejen invadir por el pesimismo, indiferencia, desánimo y la mediocridad sino, llénense de alegría, entusiasmo, esperanza, con el corazón abierto a la Palabra de Dios”. Es bueno hacer de la “rutina diaria” una pequeña pascua. Somos desafiados entonces a vivir una consagración plena y, aunque con limitaciones, poder decirle al mundo de hoy que es posible vivir de otra manera. Somos misioneros de la esperanza tras las huellas del Redentor.
Después de haber dirigido estas palabras confortadoras y animadoras se hizo una ronda de preguntas referentes al rol del hermano religioso hoy, de la promoción vocacional, de la formación de los que entran con cierta edad avanzada, de cómo actualizar hoy ese espíritu de san Clemente para salir de nuestra “Roma”, también se consultó sobre cuáles son los desafíos para los jóvenes que quieren entrar a la Congregación en esta etapa de reconfiguración. La reunión concluyó con un canto y oración organizado por un equipo de las tres casas del noviciado, como en el inicio. Fue un encuentro muy bonito y me parece un detalle importante del padre Rogério el tomar la iniciativa de reunirse y mostrar su cercanía para con los novicios.
«Por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo... y se hizo hombre», decimos en el Credo, significando lo que todo un Dios fue capaz de hacer para llamarnos al amor.
Alejandro Magno, después de invadir Persia, se vistió a la usanza del país para ganarse la adhesión de la gente. Diríase que nuestro Redentor hizo lo propio, vestirse y presentarse como hombre, y no con la intención política de encumbrarse a sí mismo, sino con el fin exclusivo de elevarnos a nosotros, aun a costa de su humillación. El hombre no me ama parece que pensó el Señor – porque no puede verme. Me mostraré visiblemente, conversaré con él, y así conquistaré su amor. Pues si bien el amor de Dios era sobrado desde la eternidad, no se había evidenciado aún en toda su grandeza incomprensible, lo cual sí aconteció cuando Jesús se hizo ver como niño: «Cuando se manifestó la bondad de nuestro Salvador» (Ti, 3, 4).
Dice San Bernardo que Dios manifestó el poder creando el mundo, y la sabiduría en su gobierno; pero que sólo en la encarnación del Verbo dejó ver la ternura y la misericordia plenamente. En ella nos demostró la grandeza de su benignidad.
A las personas nos cautivan más las manifestaciones de afecto que los demás nos hacen, que sus demostraciones de poder o de conocimientos. Los gestos de bondad y cariño son como las cadenas que nos atan a quienes nos estiman.
Y eso fue lo que hizo Jesús cuando tomó nuestra naturaleza, pues con tal milagro del amor se quiso encadenar a los hombres, conforme lo predijo el profeta Oseas: «Con cuerdas humanas, con lazos de amor los atraía».
¿Por qué a la encarnación de Jesús se la llama en el credo «obra del Espíritu Santo», sino por que todas las obras del Amor se le atribuyen al Espíritu? Pues no le bastó a Dios habernos hecho en el momento de la creación según su propia imagen, sino que quiso hacerse El según la nuestra en el momento en que empezó a redimirnos.
Mira, pues, que Dios se hizo tu hermano, hijo de Adán igual que tú, revestido de tu misma carne, sometido a tus gozos y a tus sufrimientos. Y de ello se gloriaba llamándose con frecuencia hijo del hombre, como si en parecerse a ti cifrara su mayor honor.
Considerando la Iglesia en el oficio divino la obra de la redención que este misterio de la encarnación inicia, se declara asustada. Milagro de los milagros la llamaba Santo Tomás. Prodigio incomprensible que a muchos santos les sacaba de sí. ¡El Creador trocado en creatura!
¿Y tú vas a permanecer indiferente?
Has bajado del cielo para ser nuestro amigo y compañero, pero ¿quién te acompaña? ¿quién te acoge en Belén? Sólo José y María. Se manifiesta tu gracia salvadora, y muy pocos quieren acogerla. Eres para nosotros un hermano, y te consideramos extranjero.
¡Oh Palabra de Dios hecha carne por mí! Aunque te veo pobre y desvalido, hoy te confieso como mi Señor. Aquí tienes mi alma; tómala por pesebre y por trono.
¡Oh rey de la humildad!, toma el mando de mi corazón y no dejes que otro me domine.