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#LaCrónica | El Tampico que se dividió

Barriada en el poblado de Doña Cecilia, hacia 1902. Por necesidad, muchos obreros construyeron jacales en terrenos que pertenecían a la Compañía del Ferrocarril Central Mexicano crédito: library of congress. tomado de loredo cansio et al., «los costes de la modernización: desigualdad social y fragmentación urbana en tampico, tamaulipas», contexto, vol. XIII, núm. 19, sept. de 2019 des empresas extranjeras. En este contexto, destaca el general César López de Lara, que gobernó Tamaulipas de 1921 a 1923 y que apoyó la creación del nuevo municipio. Aparentemente, mediante este proyecto, López de Lara buscaba atender a la numerosa población obrera que reclamaba la regularización de los terrenos que habitaba. Pese a que el mandatario abandonó su cargo a finales de 1923, el profesor Candelario Garza Cantú, como gobernador provisional, retomó el proyecto y decretó la creación del municipio de Cecilia, justo el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores. Previamente, la Junta de Administración Civil de Tampico había gestionado ante el municipio de Altamira la donación de 42 hectáreas para dotar de mayor terreno a los poblados que formarían el nuevo municipio. Ocasio Meléndez considera que la élite porteña estaba preocupada por el fortalecimiento político que demostraba la clase obrera en Tampico. Por lo tanto, al emanciparse Cecilia, los intereses obreros se enfocarían en los asuntos de su propia jurisdicción y en resolver los conflictos con las empresas petroleras; mientras tanto, la hegemonía política y económica no se modificaría en Tampico.

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Aspecto de la calle Pedro Antonio de los Santos (hoy Primero de Mayo), en Doña Cecilia, hacia 1923, un año antes de que se emancipara políticamente de Tampico crédito: tomado de álbum centenario de tampico 1823-1923 (1923, talleres de rotograbado de excélsior, méxico) barrios de la clase proletaria. La emancipación de Villa Cecilia y otros barrios próximos a la costa y alejados del casco urbano fue, en el papel, una solución al abandono del gobierno porteño. Las circunstancias políticas a inicios de la década de 1920 también parecen haber propiciado que Tampico aceptara, sin relativa oposición, la pérdida de su territorio. Al respecto, el historiador Marcial Ocasio Meléndez hace notar que, al término de la Revolución, algunos políticos crearon alianzas con los obreros de Tampico, lo que agravó las tensiones entre el sector trabajador, la élite de comerciantes y empresarios —vinculada al poder político en Tampico— y los intereses de las gran-

Pese a la pérdida territorial que para Tampico representó la separación de Cecilia, a casi un siglo de aquellos hechos, irónicamente hoy Tampico y Madero están más unidos que nunca: enfrentan los problemas de una misma ciudad; comparten una población que, sin reparar en jurisdicciones, goza, sufre y sueña entre estas calles y paisajes tan propios como ajenos. Tampico y Madero avanzan juntos, como municipios vecinos y hermanos, en la construcción de una historia que se antoja más compartida que dividida.