libro: Istmo de ofqui, un proceso inconcluso de conectividad en la zona sur austral

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Comprender y conocer el istmo de Ofqui El istmo de Ofqui se ubica en el paralelo 46°30´, al sur de laguna San Rafael, en la región de Aysén. Es una franja de tierra baja y pantanosa que une y a la vez separa el golfo de Penas de laguna San Rafael y los canales interiores. Es considerado un humedal2 de 420 km2 marcados por distintos tipos de vegetación y variados afluentes que desaguan en el río San Tadeo, el que a su vez desemboca en bahía San Quintín, puerta de entrada hacia el golfo de Penas. Durante la primera mitad del siglo XX, Ofqui originó diversas discusiones en torno a la conectividad de la zona sur austral de nuestro país, pues se trataba de un paso que permitía evitar la navegación por el temido golfo de Penas en el tramo hacia y desde la región de Magallanes, argumento que habría sido suficiente para proyectar la construcción del canal. “Para llegar a Ofqui, navegamos a través del canal y golfo Elefantes, el paso Quesahuén y Punta Leopardo. Entramos por el río Témpanos y nos adentramos en laguna San Rafael, dirigiendo nuestro rumbo hacia la ribera sur. Aquí, llegamos a la playa dónde se encuentra el inicio de la senda histórica, abierta desde antaño por hacheros chilotes bajo el servicio de la Armada de Chile (García Huidobro, 1905).

Nos internamos a paso lento entre medio de la vegetación y buscamos conocer lo que fue la historia del canal que nunca se terminó. Caminamos por un terreno pantanoso y atravesamos un bosque de tipo siempre verde, tupido, y que eventualmente lleva a una zona de turba, dónde cada paso se hunde en el mallín siendo cada vez más difícil avanzar. Son dos kilómetros que se recorren en aproximadamente dos horas, un tiempo eterno pero breve a la vez, pues el correr del tiempo deja de sentirse en este lugar de encanto dónde se funde la historia con el paisaje”. (Cuaderno de campo, terreno a Ofqui. Octubre 2015).

Comenzar a investigar sobre la historia del istmo de Ofqui permite conocer variadas perspectivas y matices que definen el territorio a lo largo de los años. Desde tiempos inmemoriales los indígenas de la zona conocieron muy bien los archipiélagos australes y supieron atravesar y aprovechar las diferentes fajas de tierra que les permitieran acortar rutas, capear temporales y abastecerse de otros elementos que no encontraban en el mar (Martinic, 2013). “Los indios preferían a menudo estos trayectos [los pasos]: el más conocido en los archipiélagos del Oeste era el del istmo de Ofqui, entre el golfo Elefantes y el golfo de Penas. Permitía evitar la temible travesía de este último, imposible para embarcaciones menores, sobre todo en torno a la península Tres Montes” (Emperaire, 1963: 177)

La convención de RAMASAR, realizada en Irán en 1971, define los humedales como: las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobre o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros. Los humedales cumplen funciones ecológicas fundamentales como reguladores de los regímenes hidrológicos y como hábitat de una fauna y flora características, especialmente de aves acuáticas. http://www.conaf.cl/parques-nacionales/conservacion-de-humedales 2

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Los indígenas tenían diferentes pasos por los cuales atravesaban Ofqui. El más conocido fue el del río Lucac, ubicado al sureste de la senda actual por el río Negro3. A mediados del siglo XVI esta misma ruta comenzó a ser utilizada por los españoles, quienes tras establecer la colonia más austral en Castro, Chiloé (Martinic, 2013: 3), comenzaron a explorar hacia el sur guiados por los mismos indígenas y motivados por una intención colonizadora y evangelizadora del territorio (Urbina, 2010:42). De esta época son los manuscritos que inician la descripción de la zona de Ofqui, siendo uno de los primeros lugares de la actual región de Aysén en aparecer dentro del registro histórico, con referencias a las características del territorio y lo que significaba cruzarlo.

La primera expedición conocida es la del piloto José García Tao, en el año 1620 (Urbina, 2010) quien fue guiado por indígenas chonos en busca de la ciudad de los Césares y náufragos de expediciones anteriores. Cruzó el istmo desde laguna San Rafael hacia el golfo San Esteban y retornó a través de la misma ruta. El paso se fue haciendo más conocido y surgieron nuevos rumores de la presencia de españoles perdidos en estos sectores. Esta información motivó al gobernador de Chiloé a seguir organizando viajes.

En 1675 Antonio de Vea fue nuevamente al sector4, describiendo minuciosamente el istmo de Ofqui y destacando lo agreste y pantanoso

que era el terreno, la dificultad para recorrerlo, el húmedo y tupido bosque siempre verde: “Lunes 16 pasé la cinta de tierra, asistido de los reformados, para ver si podían pasar los barcos, y siendo el camino tan impracticable que aun para haber de ir un hombre resuelto, es menester por infinitos parajes largar el arcabuz así por lo pantanoso, arboleda y raigones, tierra fofa que a tolondrones en muchos trechos se levanta una vara y más del suelo, y lo bajo con agua, siendo necesario ir saltando de un palo a otro y por parajes es menester ir gateando y tal vez se trague la tierra consigo los hombres; algunos caíamos en algunos parajes, que sobre maderas gruesas se ponían otros para ayudarnos a salir”. (Antonio de Vea, 1886: 560)

El grupo con el cual viajaba Antonio de Vea armó campamento al llegar al río Lucac, donde comenzó a construir tres piraguas para navegar río abajo. Luego de algunas semanas los exploradores lograron su cometido e iniciaron el descenso por este curso de agua hasta llegar al golfo San Esteban. Preparados para todo, los expedicionarios esperaban encontrar otros españoles o quizás evidencia de presencia de enemigos ingleses. Pero sólo encontraron incesantes lluvias y temporales que los llevaron a dar término a la infructuosa búsqueda, retornando a Chiloé a través de la misma ruta. Según Urbina (2010), después de este viaje cesaron las expediciones a la zona, pues el guía chono de Antonio de Vea de apellido Talcapillán confesó que la presencia de españoles náufragos era una mentira5.

Para mayores referencias ver Saavedra et al. (2015). De acuerdo a nuestro registro su viaje al sur dio con el istmo de Ofqui, pues su tripulación se amotinó e insistió en esta ruta para no tener que navegar por el golfo de Penas. 5 O tal vez se refería al naufragio de Diego Gallegos en 1558 en el golfo de Penas. 3 4

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