Sawar n6 sawar

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El

revista mensual y digital sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia Diciembre de 2013. Número 6

río

ISSN: 2340-387X

que SuEñA con volver

a ser río

Historia de la relación entre el Segura y la ciudad, y planes para recuperar el contacto con un río vivo

El río Segura y Murcia. J. Almagro (1873). Colección de María Manzanera

Sawar


revista mensual, digital e independiente sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia

Sawar

“Prueba a ser una nube a flotar, alcotán sobre praderas Prueba a surcar ríos a luchar por ellos A sentirte arcilla y caña de ribera Laurel y gota que espejea Y errar, cometa vegetal sin hilos Prueba a surcar ríos aunque el agua sólo llegue a tus tobillos o te cubra y esté fría” ISSN: 2340-387X SAWAr MurCIA revista mensual, digital, gratuita e independiente sobre historia, patrimonio y turismo editada en la ciudad de Murcia por Pedro Serrano Solana Diciembre de 2013

Fragmento de la canción “No estés triste”, de Manolo García Del álbum “Saldremos a la lluvia”. 2008. Ariola http://www.youtube.com/watch?v=v0h2zsDxW20


sumario

Ajuar: del árabe hispánico “assiwár” o “asuwár”, y éste del árabe clásico

“sawar”

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Editorial El Segura y Murcia Historia de una pasión

Murcia y sus puentes Por Pedro Jesús Fernández ruiz

Molinos urbanos en el río Segura un aprovechamiento singular Por Pedro Jesús Fernández ruiz

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un futuro para el paseo del Malecón

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Entrevista a Julio Muñoz

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Paseo de esculturas a la orilla del río

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El río que tenemos. El río que queremos

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Por José Antonio Moreno Micol

Entrenador y piragüista del Club remo

Por Mª Ángeles Muñoz Cosme

Entrevista a José Carlos González Comisario de Aguas de la CHS

Así fue el número anterior

La cultura y el patrimonio histórico, artístico y natural son el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e inmateriales que recogemos de nuestros antepasados y que debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y transmitir a las generaciones venideras. Es lo que nos une al pasado y al futuro. Es de todos.



editorial

Poder ciudadano Queridas lectoras y lectores, permitidme que este editorial sea un poco más personal y que venga firmado. Hace ya casi un año que nació Sawar Murcia como parte de unas prácticas de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández de Elche, pero desde el mismo momento en que lo empecé, tuve bastante claro que debía continuar con el proyecto cuando acabara la carrera, salvo una muy improbable sorpresa en forma de estupenda oferta laboral en el ámbito de la comunicación... Ya sabéis, habría sido más fácil que cayeran del cielo monedas de 500 pesetas (¡Con lo poco que llueve en Murcia, en época del Euro y en plena crisis económica!). No voy a decir que me alegre de que, como es obvio, dicha oferta no haya llegado, pero no sé si cambiaría lo mucho que he aprendido en estos doce meses y lo bien que lo he pasado. Ha sido un año de primeros pasos, y por tanto, un año con errores: Aproximarse a la orilla de este oficio es constatar lo difícil y apasionante que es, y lo mucho que el buen ejercicio del periodismo le debe a la experiencia. Ahora bien, también ha sido un año de periodismo sincero e independiente. He puesto todo mi interés y esfuerzo en que el resultado mereciera la pena; en que se transmitieran estas historias con el mayor rigor posible, con la esperanza de que el que se topara con Sawar, tuviera la sensación de haber encontrado un medio honesto y serio. Y no sólo eso: Quería demostrar que la Historia y el Patrimonio son asuntos de interés informativo más allá de la simple difusión de anécdotas, cosa que aun siendo estupenda, sólo es una forma de acercarse a dichas materias, y no la única. Más allá de lo bello y lo entretenido, en esta parte de las humanidades hay todo un campo plagado de noticias, de conflictos y de acuerdos, de hechos que son útiles porque nos llevan a la reflexión. Y más: tal y como expresé en el primer editorial de Sawar, el conocimiento del Patrimonio, su estima, defensa y conservación, nos hace más activos, más críticos y comprometidos. Haciendo periodismo no sólo se aprende de periodismo: Lo mejor es lo mucho que se aprende sobre la vida y sobre las personas a través de los asuntos que investigas. En este tiempo he constatado que el primer paso para solucionar los problemas es conocerlos, reaccionar e implicarse. Movilizarse. No es un descubrimiento muy sesudo, lo sé, pero a veces lo obvio es lo que más nos pasa desapercibido. Hay miles de frases de personajes célebres advirtiéndonos de que la democracia no es sólo votar cada cuatro años; es mantener una actitud de

compromiso con los demás y con uno mismo. Ahí reside el poder ciudadano. Por eso, me siento muy satisfecho de haber podido conocer a personas que tienen mucho que decir y a las que tal vez no se escuche demasiado; a gente experta y comprometida. He pedido colaboración y también tenido el honor de recibir ofrecimientos para colaborar. Y además, Sawar ha contado con la ayuda de otros medios para difundir su trabajo, de manera especial en la radio. Prometo que los que me llamaron para acudir a sus programas radiofónicos a explicar en qué consistía Sawar, no son familiares ni tenía el gusto de conocerlos antes de empezar a escribir estos extensos siete reportajes. Este número llama la atención sobre el río Segura: el río como espacio urbano que necesita un tratamiento acorde al siglo XXI, y que merece atención también como espacio patrimonial, cultural, natural y social. El río Segura tiene muchos afluentes conceptuales, afluentes que no mueren en el río sino que nacen de él. Son muchas las implicaciones que derivan de sus aguas, mucha la historia que ha corrido por su cauce, muchos los beneficios y las pérdidas, las sequías y las riadas… Y son muchas también las agresiones que ha sufrido, la contaminación y la sobreexplotación; las manos de Murcia apretadas sobre sus márgenes hasta llevarlo al borde de la asfixia. Trataremos de repasarlo todo en la primera parte de este Sawar, y después llegará el turno de varios artículos con muchos quilates: Pedro Jesús Fernández, José Antonio Moreno y Mª Ángeles Muñoz nos hablan de los molinos, los puentes, el Malecón y las esculturas que flanquean en la actualidad al río Segura. También entrevistamos a Julio Muñoz, piragüista y entrenador del desaparecido Club Remo de Murcia. Luego charlaremos sobre el pasado inmediato, el presente y el futuro del río con José Salvador Fuentes Zorita, José Carlos Cano, Julia Martínez, Jorge Sánchez y Adela Martínez-Cachá, y acabaremos este extenso número con una entrevista a José Carlos González, Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura. Mucha letra para estas Navidades. Aquí acaba Sawar, y espero que sólo sea un final temporal. Ha llegado el momento de parar y, quizá, de tantear la posibilidad de hacer profesional este medio; de dar otro paso, o de lo contrario, tendrá que perder la regularidad adquirida en estos doce meses. Espero que Sawar Murcia vuelva y que lo haga pronto y mejor, aunque aún no sé con qué formato. ¡Y espero poder contar con vosotros!

Pedro Serrano Solana

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El

SEGurA y MurCIA

Historia de una pasión L a ciudad de Murcia está donde está y es lo que es por el río que la atraviesa. El Segura, con los diferentes nombres que los habitantes de estas tierras le han venido dando en el pasado, es la clave no sólo de su desarrollo físico y económico, sino de su misma existencia. Los avatares de este curso de agua, sus idas y venidas, sus crecidas y sus sequías, lentamente han ido tallando como a cincel la fisonomía de la ciudad y aun el carácter de los murcianos. Los excesos del Segura han causado daños físicos y materiales, pero su agua también ha reportado beneficios agrícolas en perfecta simbiosis con el clima local y con la riqueza del suelo. Ha regado la huerta, ha dado de beber y ha lavado la ropa de los ciudadanos, ha proporcionado alimento mediante la pesca y hasta cubrió los ratos de ocio de muchas generaciones, que se bañaron en él cuando bajaba más limpio o que, sencillamente, se recrearon en su contemplación desde una orilla y escucharon el tranquilo fluir de su curso. Murcia le debe mucho al río Segura, y ahora, brevemente, repasaremos el porqué.

El río Segura* nace en la Sierra de Segura, en la provincia de Jaén, a medio kilómetro de Fuente Segura de Arriba, a 5 kilómetros de Pontones y a 21 de Santiago de la Espada. La ‘surgencia’ kárstica de la que manan sus aguas se encuentra a 1.413 metros de altitud, y desde ese lugar hasta su desembocadura en Guardamar del Segura, en la provincia de Alicante, el río atraviesa 325 kilómetros con una superficie de

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cuenca de 14.936 kilómetros cuadrados. La mayor parte del territorio cuyas aguas confluyen en su cauce –que eso es precisamente la superficie de cuencapertenece a la Región de Murcia, cuyo límite Norte bordea en primer lugar para luego cortarla de Norte a Sur, y más tarde, en la Vega Media, variar su sentido hacia el Este y serpentear casi sin desnivel hasta el mar Mediterráneo.

* http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,365,m,1454&r=ReP-2191-DETALLE_REPORTAJESPADRE

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El bautizo fluvial Para hablar del nombre actual –y de los nombres pasados- de este río, comenzamos remitiéndonos al libro de Ismael Galiana “Yo, el Segura”*, editado por la Confederación Hidrográfica del Segura en 1992. En dicho texto Galiana adquiere la personalidad del río y va trazando en primera persona su historia y curiosidades. Al relatar el origen nominal del Segura (página 16), cita en primer lugar a Pascual Madoz, quien en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico del siglo XIX hablaba así: “Este río fue conocido por los romanos con el nombre de Thader, de los árabes con el de Alana, y lo distinguen los modernos con el de Benéfico”. Tal y como también nos cuenta Ismael Galiana, los griegos llamaron al río Staber, los cartagineses Alebo, los romanos Thader –que posiblemente quiera decir “palmera”-, los hispano-latinos Taderus, y los árabes empezaron llamándolo río Blanco, Wad-al-Abyad –el mismo nombre que recibió en época medieval el río Turia-, y más tarde lo nominaron como a la sierra de la que nace: Saqura. De dicha denominación árabe es de la que obtenemos el nombre actual: río Segura. Pero, ¿qué significa Segura? Aquí recurrimos al libro de Santiago Delgado “Crónica particular”, editado por el Museo de la Ciudad** en 1999 (página 10), donde el escritor murciano nos explica: “Segura viene a querer decir, según Antonio de Hoyos, escorrentía, fluido que corre, sangración. Los también hidrónimos

sangre y los ríos Sangonera, Júcar y Segre vienen a significar lo mismo. Robert Pocklington señala que, en hebreo, ‘segur’ significa dorado, lo cual acompañaría bastante la primera denominación del río, nada menos que griega: Theodoros, que significa Regalo de los Dioses”. Sin embargo, Segura también podría venir del árabe “shakûr”, que significa “gracias”: bajo ese supuesto, los árabes le habrían dado al río el cariñoso nombre de “agradecido”. Así y todo, en el caso del Segura, el terreno de la toponimia se nos antoja más pantanoso e incierto que el lecho de la Vega Media en el momento de la fundación de nuestra ciudad. En el libro de Ismael Galiana, “Yo, el Segura”, también se incluyen los curiosos apodos con los que algunos personajes históricos llamaron al río, casi siempre con objeto de representar la imagen de un curso de agua crecido y amenazante: por ejemplo, San Vicente Ferrer lo llamó “lobo”; el poeta oriolano Miguel Hernández le dijo “lobón” y “ladrón”; el escritor murciano Sánchez Madrigal, “infausto”; el madrileño Luis Fernández Ardavín lo describió como “monstruo hambriento que va engullendo leguas de verdura”; Alejandro Dumas exclamó “¡Segura, qué nombre más engañoso!”, y otro francés, Víctor Hugo, escribió que “lo que golpea a Murcia, hiere a París”, tras la trágicamente famosa riada de Santa Teresa (1879). En otro pasaje de su texto Yo el Segura (pág. 44), Galiana reproduce estos versos del poeta murciano Vicente Medina:

Palmeras y patos en el río Segura Fuente: P.S.S

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* http://www.chsegura.es/export/descargas/informaciongeneral/mediatecadigital/libros/docsdescarga/Documento_Yox_el_Segura.pdf ** http://www.murcia-museociudad.org/publicaciones.html


El río Segura llegando a la Contraparada Fuente: P.S.S

“Entre cabezos el río salta y corre (…) si encuentra anchura, se extiende si estrechura, se recoge y unas veces deja tierras y otras veces se las come”.

lidades de Jabalí Nuevo y Jabalí Viejo, el azud generador de un extenso sistema de regadío que posibilitó el trascendental nacimiento de la huerta, y sin el cual, nuestra ciudad tampoco tendría sentido. El Segura, Murcia, la Contraparada… Río, ciudad y huerta, por fin juntos.

También fue bella la imagen que nos dejó el autor anónimo del Dikr bilad al-Andalus, al compararlo con una pulsera que se ceñía a Murcia como a una muñeca.

Saqura y Múrsiya En la orilla izquierda del río Saqura, a la altura de la Vega Media, el emir cordobés Abderramán II ordenó fundar una nueva ciudad para calmar los ánimos de un territorio convulso que dependía de Córdoba, la sede de su poder. Corrían el agua limpia y el año 825 de nuestra era. Y así había nacido Múrsiya, ‘pequeña pero matona’, con vocación y título de capital, dispuesta a sellar un pacto de no agresión con el río –roto varias veces y por ambas partes-, a defenderse de los enemigos y a superar a las más viejas y poderosas ciudades de Lorca y Orihuela en el control político, militar y económico de estos pagos. Para tal fin, alrededor de Múrsiya fueron creciendo las murallas que protegían a sus habitantes de las crecidas del río y de los enemigos, y que al mismo tiempo aprovechaban las aguas como defensa natural. También se creó el ingenio de la Contraparada entre las actuales locaMÁS INFo...

Se da ya por admitido que en el mismo lugar donde Murcia vino al mundo, hubo desde antiguo un cruce de caminos secundarios entre Levante y el Reino de Granada, y entre Cartagena y el interior de la Península; caminos que debían encontrarse cercanos a un paso natural del río Segura y que quizá estuvieran acompañados por un pequeño caserío de escasa entidad. Aquí incorporamos a nuestro relato al profesor José García Antón* y su libro Las murallas medievales de Murcia (Real Academia Alfonso X el Sabio. Murcia, 1993. Págs. 16-17), quien se plantea una duda inicial: “Cabe preguntarse las razones que decidieron la elección de las inmediaciones del río como lugar donde fundar la nueva ciudad, expuesta de este modo a las avenidas y situada en un lugar a todas luces insalubre, condición en parte contraria a las prescripciones que para la fundación de nuevas madinas propone el Islam”. García Antón lo explica: “A poco que nos detengamos en un examen del curso del río Segura en su última parte, cuando cambia de dirección para alcanzar el mar, llama la atención su característica meandrizante, con agudos lazos que hacen su curso cambiante e incierto”. Y prosigue: “Sin embargo, en la misma localización de la Murcia de hoy, destacan dos hechos que, en tiempos, debieron influir directa-

http://www.fnac.es/mp907875/Murallas-Medievales-de-Murcia-las

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Azud de la Contraparada Fuente: P.S.S

mente en su morfología: uno es la confluencia del del lugar en el que el río Segura y la incipiente ciudad Guadalentín antes de que los arrastres que, en las de Murcia unieron sus destinos: “Una encrucijada avenidas, traía este río de barro (este es el significado siempre atrae gentes que viven de los caminos, de la del árabe Wad-l-antin), convirtieran en delta su último gente que pasa: mercaderes, mesoneros, goliardos, tramo; estos arrastres darían salteadores, rufianes… De vez lugar indudablemente a una eleen cuando, las avenidas del río Staber, Alebo, Thader, vación del terreno en su punto de se llevaban todo por delante, y Taderus, Wad-al-abyad, confluencia. El otro hecho es la de vez en cuando también las incidencia de las ramblas del riadas serían salvables, queAlana, Saqura... puerto por un lado (Sur, margen dando en crecidas; y aun otras Con significado incierto, derecha), y las que vienen de últimas de vez en cuando, las los nombres del río han ido Churra y Espinardo por otro epidemias producidas por el pasando como el agua hasta (Norte, margen izquierda), que agua estancada tiempo y tiempo el actual Segura. condicionaron la formación del diezmarían la ya de por sí meandro dentro del cual se escasa población flotante”. elevaba el pequeño promontorio de terreno en los momentos en que se decidió la fundación de la ciudad Por su parte, el profesor Vicente roselló* también para que fuera la capital de la Cora de Tudmir”. Así alude en su libro Evolución urbana de Murcia (Ayunpues, José García Antón concluye que “un pequeño tamiento de Murcia, 1975. Pág. 9) al lugar donde nació promontorio abrazado por un meandro del río, no es, la ciudad como cruce de caminos y paso del río, en realidad y bajo un punto de vista táctico, un mal sitio aunque reconoce que “lo mismo da causa que efecto para levantar una ciudad con su función político-militar, o concausa”. En opinión de Roselló, “resultaría difícil cual fue el caso de Murcia”. concebir Murcia sin río”, y continúa: “Con sus ventajas y sus inconvenientes, el emplazamiento fluvial ha Prosiguiendo con ese instante en el que se decidió el condicionado no sólo el desarrollo urbano, sino la lugar exacto en el que habría de nacer nuestra ciudad, selección del sitio concreto de su primer trazado” (Pág. Santiago Delgado escribe en su “Crónica Particular” 10). Roselló profundiza en su explicación: “El camino que el paso natural para cruzar el Segura se situaba natural desde el oriente peninsular al mediodía, discuen “un altozano que libraba de riadas menores”, y que rre forzosamente por el valle bajo del Segura y su prolongación por el surco del Sangonera o Guadalentín. estaba “constituido por los dos cabezos que hoy une Decámetro más o menos, había que cruzar el río, y el Puente Viejo”. Delgado continúa con su descripción 10 Sawar

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http://larrocha.es/glc/wp-content/uploads/2012/05/vrv1.pdf


miento hídrico de la ciudad y de los establecimientos de la vega, los cuales orientaron sus modos de producción a unas exigencias de mercado y fiscales”. Según Frey, durante la época califal (siglos X-XI) no debió existir en Murcia un puente de piedra sino uno de barcas, tal y como apuntaron algunos escritores árabes. Además, “se le sacó un aprovechamiento a la potencial energía del cauce mediante la instalación de norias y redes de abasteciVolviendo con la evocadora desEn 825, Abderramán II, emir miento de agua a la urbe, cripción que del río y la ciudad de Córdoba, mandó fundar desde una posible difluencia en hace Santiago Delgado, el autor de el Norte”, y a pesar de la exisCrónica particular afirma que “hay Murcia en la orilla izquierda tencia de una primera muralla, que suponer que el cauce del río del río, en un cruce de “el acondicionamiento a un río no sería siempre el mismo: el caminos secundarios y paso de las características del estrangulamiento de meandros, la fluvial, para ser la nueva Segura implicó la creación de dirección concreta de la última capital del territorio un malecón desde época califal riada, un estiaje severo… Harían e incluso emiral, con el que tener a todos una idea bastante contener las diferentes avenidas que asolarían el más relativa que hoy respecto de lo que es un cauce” emplazamiento contínuamente” (Pág. 13). (pág. 10). En la obra Nuevos datos sobre el río Segura* en la Murcia del siglo XIII (Revista Murgetana, En su estudio de las murallas de Murcia, José García 1998, nº 104. Real Academia Alfonso X el Sabio y Antón también dedicó un capítulo a la influencia que Fundación Séneca), su autor, Antonio Vicente Frey, el sistema defensivo medieval, y por tanto, la mera explica que “si bien el río dio cobijo al nuevo núcleo, presencia de la ciudad, tuvo sobre el trazado del (Murcia) debió situarse en un punto de evidente equiSegura, mucho antes de las acciones humanas y los distancia con el objeto de salvaguardar a los habitanencauzamientos que buscaron minimizar los efectos tes de los inseguros arenales del cauce”, quedando negativos de las crecidas. Tal y como explica García pues la ciudad en “un emplazamiento situado en un Antón, “la acción de las avenidas del Segura exige una punto central entre ambos brazos del río”. Y añade que solidez cada vez mayor en los muros, de modo que poco a poco “se creó una primitiva red de abasteci-

nada mejor que hacerlo al mismo tiempo que otro camino transversal, del interior al viejo y acreditado puerto de Cartagena”. El profesor se pregunta: “¿Sería caer en exagerado determinismo achacar la localización de la ciudad a este cruce itinerario?”. Y responde que, sea como fuere, “la ciudad polarizó los caminos, y los caminos dieron categoría a la ciudad de puente”.

El agua del río Segura bajo la Pasarela Manterola de Murcia Fuente: P.S.S

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http://www.regmurcia.com/docs/murgetana/N104/N104_001.pdf

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El río Segura bajo la Pasarela Manterola de Murcia Fuente: P.S.S

sean capaces de resistir las fuertes envestidas de las ción que ha impuesto al río el muro del malecón, aguas y de desviarlas, con objeto de que no sufran sus patente al comprobar los planos de finales del siglo efectos las viviendas que se XVIII y principios del XIX de que encuentran en el interior” (Pág. disponemos, con los de la Abrazada por dos meandros 41). A continuación, el profesor primera mitad del siglo actual pronunciados a poniente y explica de qué modo influyen las (XX)”. Para García Antón, podelevante, la ciudad se rodeó de mos constatar “cómo el río se va murallas de Murcia en el curso murallas, construyó un del río: “Las grandes avenidas separando cada vez más de la primer malecón y creó la tienen como consecuencia obra del malecón, creando un directa la acumulación de gran espacio de terreno que, en este Contraparada; el río Segura cantidad de aportes que se van caso, es ocupado por las era motor económico y depositando en aquellos lugares huertas”. Todo ello “da una idea defensa, pero también era que constituyen un freno a las de lo sucedido en época islámica una amenaza aguas; tal es el caso de las con las murallas y el río, pues la murallas, a cuyos pies se van acción de las primeras sobre el acumulando, cada vez en mayor volumen, los matesegundo puede identificarse con la que sobre éste ha riales de arrastre. Pasada la avenida, el río vuelve a ejercido el malecón de hoy” (Pág. 45). discurrir perezosamente por la llanura, y sus aguas tienden a tomar el camino más fácil, es decir, aquel en el que el depósito de materiales es menor”. García Sobre las aguas Antón prosigue: “Como resultado, el cauce del río Segura se va separando progresivamente en determiEn Evolución urbana de Murcia, el profesor Roselló nados puntos del pie de las murallas de la ciudad, afirma que aunque “no es inadmisible la navegabilidad del Segura hasta Murcia desde Orihuela o desde el dejando unos terrenos sin propietarios definidos, que mar” (Pág. 21), “no parece verosímil que la ciudad son aprovechados para el establecimiento de gentes haya sido jamás cabeza de navegación y puerto fluvial que acuden a la demanda, cada vez mayor, de mano para un tráfico significante” (Pág. 10). En su opinión, de obra necesaria por el crecimiento de la ciudad” “las barcazas mencionadas por al-Idrisi, aparte de que (Pág. 43). José García Antón argumenta su teoría del son citadas con la ciudad ya existente, son destinadas alejamiento progresivo del río respecto al frente sur de a sostener el puente o instalaciones de molinería las murallas, aludiendo a un ejemplo similar y más imprescindibles para el aprovisionamiento urbano”. reciente de influencia directa en el cambio del trazado El propio Vicente Roselló analiza la topografía prefluvial: el Malecón. “Se trata”, explica, “de la modifica12 Sawar


urbana “con las mayores reservas”, a partir del antiguo levantamiento y nivelación hechos por Pedro García Faria en 1886, trabajos completados con los estudios de César Cort en el primer tercio del siglo XX: tal y como expone Vicente Roselló, se trata de un solar bastante plano “cuyas máximas diferencias no llegan a los cinco metros” entre el punto más alto y el más bajo (pág. 16): el lugar más bajo de la ciudad se sitúa frente a San Lorenzo, en la antigua calle Correos, con 41 metros, y el más alto apenas supera los 45 metros y se da en varios puntos del Oeste y Sur de la madina antigua. Precisamente al Oeste, en lo que hoy son los barrios de San Andrés y San Antolín, estuvo la zona más industrial de Murcia entre los siglos XI y XIII, y según nos explica Antonio Vicente Frey, esto respondió a los condicionantes del medio: “Es obvio que se convino la ubicación de las industrias a causa de la presencia del río, y la necesidad de preservar la higiene de la madina vieja”. Sin embargo, hay que ampliar la explicación: “Pese a que se ha llegado a insistir en la necesidad de que las ciudades poseyeran sus industrias contaminantes aguas abajo del emplazamiento, pensando en que a la hora de verter los desechos no afectaran al abastecimiento de la ciudad, la peculiar infraestructura de abastecimiento de Murcia hizo desarrollar sus industrias paradójicamente aguas arriba”. Para Antonio Vicente Frey, las excavaciones desarrolladas en el antiguo arrabal del Arrixaca lo confirmarían, así como la construcción de un malecón de contención del río en el siglo XI, y la articulación de un red de abastecimiento de agua para la ciudad por su lado Norte, a partir de las acequias Aljufía y Caravija, que se alimentaban del río mucho más arriba del lugar en el que las mencionadas industrias vertían sus

desechos. Sin embargo, eso no impedía que hubiera abastecimiento directo del Segura aguas abajo de sus industrias para un uso doméstico o para riego, pero no para beber. De ahí, por ejemplo, la presencia de una noria en la representación del alcázar mayor que contenía el sello concejil (s. XIII), y que servía para elevar y abastecer de agua del río al conjunto palaciego con los posibles usos descritos. Ya hemos visto que Murcia se configuró en un cruce de caminos y en un paso del río Segura en el que, al principio, debió haber un puente de barcas, y más tarde sucesivos puentes de madera que el agua crecida destruía cada cierto tiempo. Los autores coinciden en señalar que el lugar concreto de ese paso del río, como ya se ha referido, es el que ocupa desde 1748 el Puente Viejo, el mismo lugar en el que con anterioridad se levantó otro puente de piedra, posiblemente del siglo XV, arrastrado por las aguas. Sin embargo, también es posible que existieran al menos otros tres puentes en época medieval islámica en el tramo más cercano a la ciudad, fueran estos de madera o de barcas: citando las investigaciones de Torres Fontes, Vicente Roselló (Pág. 23) plantea hasta dos puentes sobre el hipotético meandro que envolvía a la ciudad por el Oeste, del lado del Arrixaca, y a los cuales se accedería pasando por la puerta de Secura entre las actuales calles del Pilar y Julián Calvo. Otro puente de época medieval, de madera o de barcas, pudo estar situado donde actualmente se encuentra el Puente Nuevo. Sin embargo, ninguno de esos tres puentes –u otros pasos que pudiera haber- tenían la trascendencia estratégica del puente principal, controlado permanentemente y al que una puerta de la muralla cerraba por el lado de la madina. Sawar


Bajo las aguas Un malecón o dique de contención, el azud de la Contraparada, las acequias, las fuentes, los baños, la muralla, las norias, los molinos y los puentes, fueran estos dos últimos elementos de construcción estable o de barcas, son parte de ese inicio de relaciones entre el río y la ciudad; son las herramientas usadas por la población para controlar una relación que, con todo, ha tenido sus más y sus menos. Como es lógico, el escenario ideal para Murcia ha sido desde siempre estar sobre las aguas y aprovecharse de ellas, pero en ocasiones tocó estar debajo y sufrir la ira del Segura. Las riadas han sido muchas y lo han sido hasta tiempos muy recientes. En torno a ellas hay creado todo un mundo de símbolos, de hechos concretos de destrucción y muerte, de epidemias, de poemas y textos para hacernos una idea de su alcance y significación en la historia de la ciudad y de la huerta. Si el asunto de este número de Sawar da para llenar las páginas de centenares de libros –muchos de los cuales ya están escritos-, una mayoría de ellos estarían dedicados a las inundaciones de un río desbordado. Aunque se puede recurrir a muchas fuentes documentales, algunas muy exhaustivas, para recordar las catástrofes provocadas por el Segura, Vicente Roselló hace un meritorio resumen de en su obra Evolución

urbana de Murcia (Págs. 14 y 15) y por eso aquí nos ceñiremos a su relato, que comienza con un planteamiento fundamental: así como en la vecina y más antigua ciudad de Orihuela, también arrimada al mismo río, los pobladores contaban con la opción de remontar las faldas de una montaña para eludir el peligro de las riadas, en Murcia la situación entrañaba un peligro mayor, pues no había monte inmediato al que encaramarse. Roselló nos recuerda la forma de dar la alarma que desde siempre se impuso en nuestro municipio: “Las campanas y caracolas sonaron durante siglos en la ciudad y la huerta como lúgubre aviso de las riadas; incluso el olor de las aguas de avenida conocía el huertano”. El mismo autor refiere con curiosidad que todas las riadas han sido nominadas como los Santos en cuyo día tuvieron lugar, y para hacer repaso, comienza con la primera de la que tenemos noticia –es de suponer que en época andalusí también habría muchas-: La de 1424. En ella se destruyeron 600 casas “y todos los víveres que tenía almacenados la ciudad”. Apenas veinte años después se produjo una riada peor, que afectó especialmente a los arrabales y que provocó una importante emigración hacia el reino de Aragón. Y todavía dentro del siglo XV habría hasta diez nuevas avenidas más o menos graves. Según Roselló, la avenida de 1528 se cebó otra vez sobre los barrios extramuros de San Antolín, San Andrés, San Miguel y San Juan, pero también en los barrios intramuros de Santa Eulalia y

Hipotético meandro de Poniente y dos puentes de época medieval Fuente: V. Roselló

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Incidencia histórica de las riadas en la ciudad de Murcia Fuente: V. Roselló

San Lorenzo, al Este de la antigua madina. En 1545 se inundaron de nuevo los barrios de San Antolín, San Andrés y San Miguel, y quedaron destruidas 400 casas, además de provocar daños en los conventos de Santo Domingo y San Francisco, en el malecón y en la puerta del Mercado, en la plaza de Santo Domingo. Un capítulo aparte, por su gravedad, merece la riada de San Calixto de 1651: Roselló nos habla de los daños en San Antolín y San Andrés, junto a daños menos severos en Santa Eulalia, San Juan, San Lorenzo y San Miguel. Sin embargo, y según el informe del capellán Pedro Villacis, también se produjo la destrucción de más de mil casas y el agua llegó hasta la cintura en la Catedral. No acaba ahí la cosa, pues en dicha riada resultaron destruidos los pasos procesionales de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (excepto el paso titular), motivo por el cual Francisco Salzillo se haría cargo de la renovación de dichas imágenes en el siglo siguiente, creando los actuales y afamados pasos del Viernes Santo murciano. Tras los efectos de San Calixto llovió sobre mojado, nunca mejor dicho, porque la riada de San Severo, producida tan solo dos años después, hizo cundir el pánico y llevó al Cabildo de la Catedral a considerar incluso un posible traslado “a Cartagena, Albacete o

incluso Algezares”. En el siglo XVIII hubo más riadas: Por ejemplo, la que al principio de la centuria arrastró el anterior puente de piedra, y la que en 1733 llevó a la construcción del canal del Reguerón, diseñado por Sebastián Feringán, con el fin de alejar la amenaza del río Guadalentín-Sangonera sobre Murcia. Sin embargo, la catástrofe más grande de la historia conocida en la ciudad y la huerta estaba por venir: Se produjo en el siglo siguiente y fue la riada de Santa Teresa de 1879: “La fin del mundo”. En esta gran riada entró una vez más en juego “la difluencia norte” por la que ya se vio afectada la ciudad en anteriores catástrofes, y que facilitó la entrada del agua del río hasta Santo Domingo y la plaza del Mercado: a través de dicha difluencia, según cuenta Roselló, en la riada de 1879 el agua atravesó la huerta al norte del barrio del Arrixaca (los restos aparecidos en San Esteban pertenecen a dicho arrabal, de origen medieval) y de la Puerta de Castilla, extramuros, para luego cruzar el barrio de la Trinidad (entre el actual campus de La Merced y el Museo de Bellas Artes) y unirse al cauce principal en el antiguo meandro de la Condomina, que reclamó de nuevo para sí el río a pesar de que había sido corregido en el siglo anterior. Pero el único responsable del desastre de Santa Teresa no fue el Segura, sino que a éste se le alió su Sawar 15


afluente más salvaje, el Guadalentín: el canal del Reguerón, construido en el siglo XVIII y que aún hoy lleva la desembocadura del afluente aguas abajo de la ciudad de Murcia, no fue suficiente para frenarlo, de modo que asoló el barrio de San Benito (el Carmen), al que atravesó por la actual calle Cartagena antes de verterse con fuerza en el cauce principal, un poco más arriba del Puente Viejo.

Politécnica de Cartagena, elaborado por Fernando Miguel García Martín y Marcos ros Sempere, y que lleva por título “Intervención en cauces urbanos. Materiales para un ejercicio en Murcia” (2012). En el apartado El río Segura en la formación de la ciudad de Murcia, se emplea un artículo de Francisco Calvo García-Tornel (“Las transformaciones de los espacios urbanos fluviales en zonas áridas: lecciones de la cuenca del Segura”. Documentos d’análisi geográfica, Aquí sumamos de nuevo a Santiago Delgado, quien nº 31. Págs 103-116) en el que podemos leer: “La en su Crónica Particular (Pág 81) nos cuenta que en relación de la ciudad con su río pivota desde el primer la riada de Santa Teresa, el nivel del agua “ascendió a momento sobre tres aspectos fundamentales: conseonce metros en la ciudad y toda la costera sur se guir seguridad frente a las periódicas avenidas del inundó”, dejando un panorama desolador con 800 Segura; conseguir espacio para extenderse; y facilitar víctimas mortales y muchos más heridos, afectados y el cruce del cauce”, lo que, tal y como hemos visto desplazados. La tragedia de Murcia tuvo repercusión anteriormente, implicó la construcción del malecón y internacional, siendo especialmente sensible la sociede las murallas, y también la corrección del cauce dad francesa: Por ejemplo, en París se publicó “Parismediante la eliminación de meandros para facilitar la Murcie”*, un periódico en el que colaboraron Víctor escorrentía. Los dos meandros más pronunciados y Hugo y Alejandro Dumas, entre otros escritores e próximos a la ciudad, los que la envolvían por intelectuales, acompañados por las ilustraciones del Poniente y por Levante, ya estaban corregidos en el célebre Gustave Doré. siglo XVIII, y es dentro de esa misma centuria cuando, por un Las riadas y sus catastróficas Volviendo con Roselló, en su lado, se construye el canal del consecuencias forman parte relato de las riadas murcianas el Reguerón, y por otro, cuando se de la historia de la ciudad, profesor entra en el siglo XX: “El refuerza y dignifica el Malecón, destacando la de San Calixto comienzan a derribarse las 22 de abril de 1946 se superpu(1651) y sobre todo la de sieron de nuevo las ondas de murallas y se producen “las Santa Teresa (1879), de crecida del Guadalentín y del primeras reformas urbanas que Segura, repitiéndose el fenómeno tienen presente el río como elerepercusión mundial en octubre de 1948, en que el mento de primera importancia”. agua del río saltó hacia el Barrio del Carmen”. Otra avenida, la de 1949, no tuvo apenas consecuencias Tal y como nos cuenta Francisco Calvo en el citado para la ciudad. En 1963 habría que hablar de la canatexto, “diversas iniciativas, tanto en relación con la lización (en el más profundo significado de la palabra) organización del caserío como con el propio cauce del río a su paso por Murcia, que perdura hoy, y del fluvial en su tramo urbano, se relacionan directamente plan de defensa de las avenidas, de todo lo cual se con el inicio de una serie de acciones de defensa (…) dará cuenta en este mismo número de Sawar. Y dado que buscan hacer más segura la ocupación del valle que el relato que hace Roselló concluye en el huertano”. Además de la corrección de meandros, el momento en que escribió su libro, en 1975, debemos refuerzo del Malecón y la construcción del canal del citar también las riadas de 1982, 1987 y 1989, y las Reguerón y del puente de piedra que hoy llamamos crecidas de 1997 y del año pasado, 2012, cuyos efecViejo, se produce “el inicio de la canalización del río a tos se dejaron sentir especialmente en el río Guadaimpulsos del proyecto de Floridablanca”, con el fin de “proporcionar seguridad inmediata al casco urbano lentín a su paso por Lorca. cuyas murallas, en gran parte englobadas en nuevas edificaciones, ya no garantizan su tradicional papel de La cara de Murcia defensa”. Francisco Calvo prosigue: “Comienza así a diseñarse un frente fluvial de la ciudad de Murcia En este punto incorporamos una obra más al repaso caracterizado en su margen izquierda por la presencia histórico del río Segura en su contacto con la ciudad de diversos edificios de cierto porte, que sustituyen a la muralla y mantienen la tradición musulmana y de Murcia: el número 3 de los Cuadernos de Introducmedieval de concentrar los centros del poder urbano ción a la Urbanística** (CIURB) de la Universidad 16 Sawar

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* https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,1096&r=ReP-24530-DETALLE_REPORTAJESPADRE ** http://issuu.com/cbustamante.o/docs/intervenci_n_en_cauces_urbanos


en este área”. De ese modo, en el Arenal se genera en el siglo XVIII el inicio de “una cornisa monumental sobre el río”, mientras que en la margen derecha se mantiene un uso agrícola y funcionan hasta cuarenta y nueve molinos de harina en menos de un kilómetro y medio.

el arquitecto Manuel Serrano e impulsado y auspiciado por el conde de Floridablanca. Entre la documentación del proyecto se incluyen cuatro planos: en el primero se muestra la situación del río y la ciudad en esos años antes del inicio de los trabajos, y en el segundo se plasma el resultado que darían a la ciudad, mientras que los dos planos restantes muestran secciones con otros detalles del plan.

En el número 3 de CIURB se prosigue con la descripción de Francisco Calvo García-Tornel, al respecto de El frente fluvial de la ciudad en el siglo XVIII, es decir, los cambios en la relación física y visual entre la ciudad la cara de Murcia sobre su río, comenzaba desde la y su rio operados en la centuria del gran barroco entrada al paseo del Malecón con el convento de San murciano: “Un amplio paseo separaba este frente Francisco (desaparecido), que urbano de la margen fluvial, protegido posteriormente por En el siglo XVIII, a partir de la estaba separado del Palacio del Almudí y del convento de Verónitramos de sillería según el desaparición de las murallas proyecto de Floridablanca, en medievales, se busca reforzar cas por el Plano de San Francisco (parte de ese espacio está tanto que la ribera opuesta no la defensa de la ciudad contra ocupado actualmente por la sufre modificaciones, puesto que las crecidas del río y a plaza de abastos de Verónicas, y el diseño de la plaza de Camadignificar el frente urbano el resto es una avenida de chos-Alameda queda ya alejado entrada y salida de la ciudad que del río y tiene un carácter inteconecta con la Ronda Oeste). Si avanzamos en el grado en la adecuación de los accesos a la ciudad”. mismo sentido del río, el siguiente edificio era el de la De todos estos elementos nos da valiosa información Inquisición: obra de grandes proporciones, incluía una un grabado de finales de la centuria que incluyó Espicárcel, la llamada “cárcel vieja” (hoy su extenso solar nalt en su libro “Atlante”: bajo el título “Vista Occidental lo ocupan la casa Zabálburu, el edificio del Colegio de de la ciudad de Murcia” (1778), se muestra “un frente Arquitectos y el antiguo Hotel Victoria). Pasado éste al río bastante urbanizado y no carente de estética”, se accedía al Arenal con las Casas de la Ciudad además de enseñarnos el puente de piedra acabado (actual ayuntamiento) y el Palacio Episcopal. Más tan sólo treinta años antes. Y más información nos hacia el Este se encontraba el colegio de San Isidoro proporciona el Proyecto de Canalización y Ornato del (hoy IES Licenciado Cascales), el convento y hospital río Segura a su paso Murcia*, de 1785, elaborado por

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* http://www.molinosdelrio.org/actividades/index.php?e=183

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años, algunos de ellos derivados de su aprovechade San Juan de Dios (luego Hospital Provincial, sobre miento, como presas y molinos en la margen derecha, el que se construyó en el siglo XX el edificio de la y la existencia de varias islas formadas por el depósito Diputación, hoy Consejería de Hacienda), y la torre de de sedimentos. Otro estrechamiento artificial fue el que Caramajul, edificación medieval perteneciente al antiprovocaba el mencionado intento de construir un guo Alcázar Mayor y que estuvo en pie hasta el siglo puente de piedra por donde hoy cruza el Puente XIX (hoy ocupa su lugar el edificio de la Delegación Nuevo, y que se pretendía hacer con un solo ojo en del Gobierno). A su lado se elevaba la casa de Navarro lugar de con dos. y Bocanegra (espacio en el que hoy encontramos el edificio de la Convalecencia, rectorado de la UniversiEntre otras cosas, el proyecto de dad de Murcia). La actual plaza La construcción del Canal del Floridablanca redactado por de la Cruz Roja era la plaza de las Barcas, en la que en época Reguerón, del Puente Viejo o Manuel Serrano, quería eliminar obstáculos creando una anchura medieval pudo haber un puente de los Molinos del Rey, y la de cauce constante de unos de madera o de barcas, y en la mejora del Malecón y del setenta metros, y elevar muros a que después se construiría el muro de contención en el ambos lados del río con una Puente Nuevo o puente de frente urbano de la margen altura de unos diez metros. hierro. En el proyecto de 1785 se izquierda, son algunas También contemplaba el ornato señala que hubo intentos de acciones del siglo XVIII en de las márgenes y el trazado de construir otro puente de piedra relación con el río Segura avenidas como paseos arbolaen dicho lugar, que el río se dos, para vertebrar el futuro encargó de evitar una y otra vez. ensanche urbano de Murcia hacia el Sur (donde hoy Y más adelante se extendía junto al río el barrio de está el polígono Infante Juan Manuel), así como la San Juan. Tal y como se ha dicho, la margen derecha construcción de un nuevo puente de piedra de dos eran terrenos de huerta junto al camino de Beniaján. ojos en el mismo lugar del actual puente de hierro. A dicho puente se accedería desde el sur de forma En cuanto al cauce del propio río, el proyecto de 1785 sencilla, atravesando una de las avenidas rectas y constata en su primer plano los estrechamientos e arboladas. Sin embargo, de este plan poco se pudo impedimentos que encontraba el agua en aquellos Vista panorámica hacia poniente. Ch. Clifford, 1862. Colección de María Manzanera Esta es la fotografía panorámica más antigua fechada hasta hoy de la ciudad de Murcia. Al lado del Puente Viejo está la cárcel de la Inquisición, sólo un año antes de su derribo (su solar lo ocupa hoy el antiguo Hotel Victoria), y en primer término está el por entonces recién construido edificio de la Casa de la Misericordia, que fue usado como cárcel. También vemos el muro creado a finales del siglo XVIII para contener el río en la margen izquierda, y los terrenos junto al Segura que primero fueron ocupados por huertos, y luego por el desaparecido parque de Ruíz Hidalgo. Aún faltaban cuarenta años para la creación del Puente Nuevo.

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El Arenal. Vista hacia levante. Archivo Histórico Municipal de Murcia (AHMM) El Arenal y la Glorieta fueron lugar preferente de paseo y esparcimiento; La Glorieta como tal se creó en 1803 con el alcalde Salvador Marín Baldo: fue entonces cuando se definieron sus límites y se embelleció el espacio, ya separado del llamado Arenal. María Manzanera recogió en su ‘Murcia memorable’ una coplilla surgida del recelo entre los huertanos y los urbanitas que se encontraban en el Arenal: “Valen más los zaragüeles que llevan los de la huerta que tuiquios los churubitos que pasean por la Glorieta”.

hacer, ya que José Moñino tuvo que dejar su cargo en 1792. Lo único, por ser lo primero que se ejecutó, fue el reforzamiento del muro en el lado del Arenal, y la construcción en la margen contraria de los llamados Molinos Nuevos o Molinos del Rey que aún hoy perduran. Retomamos el texto de Francisco Calvo en el número 3 de CIURB, y entramos en el siglo XIX, en el que la ciudad de Murcia termina de derribar sus murallas y “se prosigue el acondicionamiento del frente fluvial construyendo un paseo y reparando el muro del río”. Según describió Pascual Madoz, al que Francisco Calvo cita, a mediados del siglo XIX la ciudad ya contaba en su margen izquierda “con una extensa explanada” en cuyo centro había “una bonita glorieta o paseo”, y por sus costados corría “una línea de edificios notables de este a oeste”. Sin embargo, en la margen derecha no hay grandes cambios salvo la presencia de los Molinos Nuevos. Del último tercio del siglo XIX y todo el siglo XX, ya contamos con material fotográfico de incalculable valor para comprobar con nuestros ojos las modificaciones en la relación entre el río y la ciudad. El fondo fotográfico del Archivo Histórico Municipal de Murcia y la colección de María Manzanera nos sirven en este objetivo: En el libro “Nuestro pasado fotográfico; Murcia memorable” (Diego Marín Librero-Editor, Murcia, 2003), la Doctora en Geografía e Historia de la Universidad de Murcia, María Manzanera*, acomMÁS INFo...

paña a las fotografías de su colección con una serie de textos, algunos propios y otros de prensa, que ayudan a evocar los momentos y lugares plasmados en las imágenes. Manzanera nos cuenta que el tramo de calzada que bordea el río desde el Martillo hasta las inmediaciones de la Condomina, el llamado Paseo de Garay, recibió el nombre del corregidor Martín de Garay, que llegó a Murcia en 1804 y que tuvo entre sus principales objetivos el “refuerzo y fortificación del muro que contiene al río en su margen izquierda”, tal y como aconsejaba el por entonces reciente proyecto de Floridablanca. María Manzanera prosigue: “Algunos de los edificios más emblemáticos de Murcia se encuentran, o encontraban, en este paseo: El Martillo, parte posterior del antiguo seminario de San Fulgencio (hoy, Escuela Superior de Arte Dramático y Danza), el Instituto Provincial (...), el Hospital General (no el actual, sino el del siglo XV), el cuartel que edificado como Casa de la Misericordia Nueva fue una magnífica obra, pero señalada por la mala suerte, ya que sufrió múltiples reformas y nunca se vio totalmente finalizada (...). Y para terminar, uno de nuestros puentes más interesantes, el Puente Nuevo o Puente de Hierro”. Al respecto de la Glorieta, reproducimos el siguiente artículo publicado por El Diario de Murcia en junio de 1901, y que María Manzanera incluye en su libro: “El paseo de la Glorieta ha tomado ya el alegre carácter de todos los años en esta plenitud del verano. Desde algunas noches está aquel el sitio concurridí-

* http://www.mariamanzanera.es/maria/curriculum_esp.htm

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Prueba de carga en un puente sobre el canal del reguerón Fuente: Archivo Histórico Municipal de Murcia (AHMM)

simo: Se enciende el alumbrado de faroles, la gente acude en traje de confianza a tomar el fresco y a gozar de la animación que dan, también, los cafés ‘del Sol’ y ‘del Arenal’ con sus conciertos. Hasta que lleguen las verbenas del Carmen no hay otro sitio de reunión en carácter con la época. Después de las populares verbenas, la gente podrá elegir entre quedarse a este lado del Arenal o seguir hasta el Malecón, que con luz y buen orden es el paseo preferido en agosto. Pero hoy por hoy, la Glorieta sola reina. Que en las noches claras de luna hermosa, hasta convida, con el ruido del agua cayendo por el azud, a dejarse de más contemplaciones y salir por el ‘Vals de las olas’”.

Las obras del Puente Nuevo se extendieron de 1893 a 1901, y fue inaugurado en 1902. Fuente: María Manzanera

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No será hasta los últimos años de dicha centuria cuando se emprenda de forma definitiva la construcción del segundo puente estable de Murcia, ya no de piedra sino con el hierro como material: el Puente Nuevo. Terminado en 1902, y hoy cerrado al tráfico de vehículos por su progresiva degradación y las deficientes labores mantenimiento -estuvo cerca de colapsar cuando aún lo transitaban coches, motos y autobuses-, este puente contaba en su origen con un tablero mucho más largo que el que hoy podemos ver, para poder salvar la distancia existente entre las dos márgenes del río.


Silueta del Puente Nuevo entre los árboles del parque de ruiz Hidalgo Fuente: María Manzanera

En esos años entre los siglos XIX y XX, no sólo se concentraban junto al Segura los edificios nobles de Murcia o la animación del paseo vespertino en la Glorieta y el Arenal. A un lado y a otro del Segura se daban dos acontecimientos periódicos que, fruto de la costumbre, estaban fuertemente arraigados y pervivieron durante muchos años; hoy incluso siguen en el recuerdo de algunos murcianos: En la margen derecha, más abajo de los Molinos, el soto del río era el escenario donde se celebraba el mercado de ganado. Y en la otra orilla, a lo largo del Arenal y la Glorieta, tenía lugar un mercado ya desde el siglo XVIII -había otro en la plaza del Mercado, hoy de Santo Domingo-.

Uno de los usos hoy perdidos del agua del río era el de lavar la ropa: de ello también nos han llegado imágenes. Aunque hubo otros lavaderos en la propia ciudad, se bajaba hasta la orilla del Segura para mojar, frotar y lavar las ropas. Uno de los lugares comunes para la tarea estaba en las inmediaciones del llamado Molino del Marqués, cerca de donde hoy se levanta el Palacio de Congresos. Nada que ver con nuestra actual facilidad para usar la lavadora o el fregadero de casa. Y a la hora de repasar la historia del Segura a su paso por la ciudad, y la de Murcia en contacto con su río, hay (o hubo) un parque de mención obligatoria: el de

Dos imágenes del mercado de ganado en el soto del río (1900 y 1890) Fuente: María Manzanera

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En esta página: Lavanderas en el río Segura En la siguiente: Dos imágenes del Parque ruíz Hidalgo Fuente: María Manzanera

Ruiz Hidalgo. María Manzanera nos lo cuenta así en su “Murcia memorable”: “Durante los años del mandato del alcalde Jerónimo Ruiz Hidalgo, se tomó la determinación de aprovechar el terreno baldío que había en la margen izquierda del Segura entre el cauce del río y el muro de contención a lo largo de todo el paseo de Garay; comenzando frente al Instituto y terminando próximo a las ruinas del Molino del Marqués”. Para ubicarlo en la actualidad, hay que retranquear mentalmente la canalización del río varios metros hacia la línea de las fachadas del IES Cascales, la Consejería de Hacienda, la Convalecencia, el hotel Siete Coronas, el Palacio de Justifcia, etc. Manzanera describe el parque una vez concebido: Floridablanca. Hoy el soto es ya Soto; conviene recor“Fue el mejor parque que jamás tuvo Murcia, contaba dar las fluctuaciones que ha sufrido la opinión respecto incluso con un amplio paseo para carruajes y biciclede esa reforma. Cuando empezó la roturación del tas”. Y prosigue: “El denso arbolado que lo poblaba terreno, la opinión fue hostil al proyecto: ¿Pero qué fue costeado por instituciones y particulares y lo van a hacer ahí? ¿Es un paseo? ¿Es un parque? ¿Es componían variadísimas especies: olmos, plátanos, un merendero? ¡Pues vaya sitio han elegido! ¡Y en sauces olorosos, acacias, álamos, chopos, eucaliptos, una población saturada de paludismo! magnolios, etc. El día de su inauguración, 23 de febrero de 1908, El mercado del Arenal, la feria Se limpió el terreno de la maparticiparon en su plantación unos leza, se sanearon las infectas de ganado en el soto del mil niños procedentes de varias anguilillas del hospital, se regurío, el parque de Ruíz Hidalgo escuelas. El parque albergó larizó la superficie, se vio la durante muchos años ferias, o las lavanderas, aún inmensa explanada que fiestas y verbenas, siendo recinto perviven en el recuerdo de quedaba allí y la gente dijo: de la Batalla de las Flores* y del algunos murcianos ¡Pues puede hacerse algo Coso Blanco”. bueno, algo bonito y hasta delicioso! (...) Creo, por tanto, que el día de hoy debe serlo Para entender la importancia que dicho parque a la de satisfacción para el alcalde Don Jerónimo Ruiz orilla del Segura tuvo para Murcia, hoy mayoritariaHidalgo, (...) El Soto del Río quedará hoy consagrado mente desconocido y olvidado, reproducimos también como cosa murciana, nuestra, de todos, a la cual un texto que Manzanera incluye en su libro, un artículo empezaremos a tomar cariño hasta que le tengamos publicado en el periódico El Liberal el día de la inauel mismo afecto que a la Torre, al Malecón o a la guración del jardín, firmado por el periodista murciano Glorieta con su verja y todo. Y los que nos sucedan se José Martínez Tornel: encargarán de defenderlo contra cualquiera que lo quisiera destruir”. “Parece ineludible hablar hoy del Soto del Río, que hay que expresarlo ya así, con mayúsculas, porque de Además de condensar en pocas palabras el cambio nada ha subido a categoría de cosa. Y no de cosa de opinión de la ciudadanía ante un proyecto como el cualquiera, sino de la clase del Malecón, la Glorieta o 22 Sawar

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* http://www.youtube.com/watch?v=2FHRRfj6abk http://bibliotecadigital.carm.es/inicio/index.php


del parque, resulta especialmente curioso y premonitorio que Martínez Tornel mencionara, el mismo día de la inauguración, la posibilidad futura de que alguien quisiera destruirlo. Hay que pensar que las palabras del periodista, buen conocedor de Murcia, no fueron casuales; puede que fueran una exhortación temprana a los ciudadanos para moverles a la acción ante algo que, en vista de lo sucedido apenas cincuenta años después, era más que una posibilidad. Así describe María Manzanera la desaparición del parque de Ruiz Hidalgo, aplicable a otras innumerables pérdidas del patrimonio de Murcia: “El deterioro causado por el tiempo y la poca atención prestada por parte de las autoridades, hizo que durante la década de los años 50 tomaran la absurda determinación de suprimirlo”. ¿Les suena, por ejemplo, el asunto de los baños árabes de la calle Madre de Dios? Retomando el texto de Francisco Calvo García-Tornel (“Las transformaciones de los espacios urbanos fluviales en zonas áridas: lecciones de la cuenca del Segura”) incluido en el número 3 de CIURB, vemos cómo los planes urbanísticos de principios del siglo XX no prestaron atención al río, y tal y como nos contó el profesor José Luis Andrés Sarasa en el número cero de Sawar, tampoco se tuvo en cuenta el condicionante fluvial a la hora de trazar la nueva Gran Vía en sentido Norte-Sur, perpendicular a su curso. Francisco Calvo

apunta que la mención al río Segura en dichos planes se redujo a “la repetida propuesta de flanquear el río de zonas verdes, en las ampliaciones urbanas proyectadas aguas arriba y abajo del frente edificado en ambas márgenes”. Después, Calvo avanza hasta el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia redactado por la Oficina Técnica del ayuntamiento en 1961, “con el que hay que relacionar el simultáneo proyecto de urbanización y ornato de la margen del río”. Según este autor, “la tónica predominante” en ese momento “es despejar al máximo el cauce fluvial, para lo cual también se hacen desaparecer algunas isletas y se canaliza”. Las consecuencias inmediatamente visibles: “Desaparece con esta iniciativa el parque de Ruiz Hidalgo, al canalizar el Segura y elevar el terreno hasta la altura del paseo, con lo que éste se dota de cierta amplitud y queda flanqueado por un espacio más o menos triangular ajardinado, que aleja a lo largo de unos 250 metros el frente urbano del río”. Por entonces, nuevos edificios se incorporan y van alargando el frente fluvial urbano por su margen izquierda: se construye el barrio de Vistabella, y aparecen poco a poco los edificios del hospital de la Cruz Roja, el hotel Siete Coronas, el Palacio de Justicia y el Hospital General. También se urbaniza la margen derecha con una avenida sobre el antiguo camino de Beniaján, que dará lugar a la construcción del Polígono Infante don Juan Manuel como barrio residencial. Entrados ya en la era democrática, Calvo relata que la etapa de “cambios espectaculares se inicia a partir del Real Decreto Ley 4/1987”, y que, en su opinión, supuso “la culminación de los numerosos intentos de establecer un sistema de defensa contra inundaciones Sawar 23


a escala de la cuenca del Segura, abordados con debemos citar la polémica del intento de construcción mayor o menor intensidad desde la riada de 1879 y de un aparcamiento subterráneo bajo la plaza de la sus amplias consecuencias”. Para Francisco Calvo Cruz Roja, que movilizó a los vecinos contra el ayunGarcía-Tornel, “el aspecto más interesante de este tamiento hasta paralizar el proyecto. Se renovó entonPlan de Defensa contra Avenidas en la Cuenca del Río ces la inquietud ciudadana al respecto de su río, tantos Segura es el encauzamiento del río desde la presa de años desplazado de la vida de Murcia, y fruto de esa la Contraparada hasta su desembocadura en Guardainquietud, el Colegio de Arquitectos organizó un mar”; es decir, 88 kilómetros de obras que acabaron concurso de ideas* para la intervención sobre el tramo en 1994. Por entonces se llegó a insinuar la posibilidad urbano delSegura en nuestra ciudad en 2002. de sacar el río de la ciudad de Murcia, del mismo modo que se Unos años antes, entre la La relación entre río y ciudad década de los ochenta y los estaba haciendo en la ciudad de cambió radicalmente desde el noventa, la suma de diversos Valencia con el Turia, aunque al último tercio del siglo XX, final se mantuvo al Segura en el motivos, naturales y humanos, imponiéndose la seguridad encauzamiento urbano de dos dieron como resultado un caudal frente a crecidas, al tiempo kilómetros y medio que ya estaba cada vez más escaso y contamiejecutado desde los años 60. En nado. Peces muertos, malos que aumentaban la presión el resto del cauce descrito, aguas sobre el Segura y los vertidos olores y plagas de mosquitos arriba y abajo de Murcia, se llevó agudizadas por el calor, llevaron a cabo el “encauzamiento y modial río Segura a una situación ficación del trazado fluvial mediante la corta de meaninsostenible y provocaron el creciente malestar y la dros”. Tal y como nos cuenta Francisco Calvo, ello protesta de vecinos y colectivos ecologistas. Para supuso “la reducción de la longitud del cauce en un mayor escarnio, el Segura, aquel Saqura medieval de 26’1%”, y además se dotó al río de una “capacidad aguas bravas, entró en el popular juego de mesa uniforme para 400 metros cúbicos por segundo”. ‘Trivial Pursuit’ como respuesta a la pregunta: “¿Cuál es el río más contaminado de Europa?”. En el aspecto patrimonial, entre los años 80 y 90 se derribó el edificio del Club Remo, espacio social, Francisco Calvo García-Tornel reflexiona en las últicultural y deportivo de vida efímera pero intensa; se mas líneas de su texto incluido en el número 3 de encargó al arquitecto Juan Navarro Baldebeg la CIURB: “Sacrificada a la seguridad cualquier otra restauración del edificio de los Molinos Nuevos, consideración, no resulta posible valorar como óptima proyecto que fue premiado; también se recuperó un la solución adoptada en Murcia, y en cuanto al futuro, antiguo depósito de agua construido en la posguerra, es cuanto menos dudoso”. Y concluye que “aprisiopara ubicar en él Museo de la Ciencia y el Agua; se nado entre muros de hormigón, el Segura, hoy sin más levantaron nuevos puentes sobre el remodelado agua que la retenida entre presas a efectos decoratiencauzamiento del Segura; un nuevo gran edificio se vos, espera sin duda tiempos mejores”. unió al frente urbano fluvial de la margen izquierda, el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas, en 1994. Y tal y como ya se ha contado, antes de que la obra del Puente Nuevo cumpliera un siglo, hubo que cerrarlo al tráfico de vehículos por problemas estructurales derivados de su mal mantenimiento, tras diversos informes que llegaron advertir incluso de su posible desplome. En ese mismo entorno, además,

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Cada vez menos agua. El río en Murcia a finales de los años 80. Fuente: “Yo, el Segura” (CHS. Murcia, 1992) * En el número 3 de CIURB se incluye la propuesta ganadora del concurso, elaborada por el equipo de Margarita Díaz Rebollo, Victor M. Silveira Tesoro, Luis Enrique Villar Liñán y Mª Luz Villar Liñán: http://hdl.handle.net/10317/2243

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DArMur Defensa Animal regi贸n de Murcia


Molinos urbanos en el río Segura

un aprovechamiento singular Pedro Jesús Fernández Ruíz El uso de las aguas del viejo Thader a su paso por lo que hoy es la ciudad de Murcia ha estado históricamente ligado al poblamiento en el centro de nuestra vega. El sello concejil de Murcia atestigua la importancia del Segura y de una noria situado en el mismo, junto a la muralla, el Alcázar Mayor y una palmera, formando una singular representación de la ciudad medieval en los tiempos posteriores a la Reconquista. Otra imagen histórica que ya nos muestra instalaciones molineras ubicadas en los puntos donde actualmente podemos ver sus vestigios es un documento de principios del siglo XVI, el Ordenamiento de Montalvo (1), conservado en el Archivo Municipal, que muestra un perfil de la muralla de oeste a este y el río en primer plano, con dos molinos aguas arriba del hoy llamado Puente Viejo, uno en cada margen, y otros dos aguas abajo, también uno enfrente del otro.

que debió hacerse sobre la existente anteriormente y que veíamos reflejada en la imagen del conjunto del casal de molinos. Enfrente, en la margen izquierda del río, y donde comienza la bajada al cauce, encontramos los restos del Molino de San Francisco (3), contemporáneo del anterior, y del que solo podemos observar la cimentación y las canalizaciones. Hasta hace unas semanas, se podía contemplar como se encontraban en la zona de molienda nuevas canalizaciones y arquetas contemporáneas. Toda la planta del molino ha quedado ahora cubierta por un suelo de madera (4), al haberse convertido en un mirador con acceso desde el Plano de San Francisco, dentro de las obras de rehabilitación y uso del río que lleva a cabo la Confederación Hidrográfica. Ambos molinos, tanto el de Los Álamos como el de San Francisco, no cuentan con figuras de protección urbanística o cultural ni a nivel municipal ni a nivel regional.

Actualmente, si seguimos el curso del cauce del río al entrar a la ciudad, los dos primeros molinos que nos encontramos son los situados entre la pasarela Manterola y el Puente Viejo, ambos conservados parcialmente, y que se sitúan sobre el mismo azud o presa. En la margen derecha, desde la pasarela y también desde el Paseo Escultor Juan González Moreno, podemos observar el Molino de los Álamos (2), construcción del siglo XVIII de la que se conserva su cimentación, canalizaciones, y algunas de sus paredes con arcos. A la vista quedan alguna de las piedras, aunque la zona se encuentra en parte alterada tras la última intervención que sufrió, construcción

La construcción de más importancia y que cuenta con un alto valor patrimonial, histórico y etnográfico, es la que hoy conocemos popularmente como “Molinos del Río” o “Molinos Nuevos”. Son los que se encuentran a continuación del Puente Viejo, en la zona donde antiguamente se ubicó el “Molino de allende” o “del matadero”, y frente al desaparecido “Molino de aquende” o “de las Coronas”. Estos molinos de “aquende” y de “allende” serían los que veníamos en el dibujo del siglo XVI y que podemos ubicar según el esquema de la imagen (5).

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La primera noticia escrita de los mismos podemos encontrarla en el siglo XIV, y desde ese momento sufrieron diversas ampliaciones y modificaciones a lo largo de los siglos siguientes. Sucesivas inundaciones y crecidas del Segura iban destruyendo o inutilizando los edificios y su maquinaria, hasta llegar a tener que ser derruidos tras la de 1784. Con la desaparición de ambos molinos, se comienza en 1785 la proyección y construcción de los “Molinos Nuevos” (6), que en un primer momento se dotan de 21 piedras en sentido longitudinal, en un edificio ubicado en el margen derecho del río, con un azud situado a continuación del Puente Mayor, hoy Puente Viejo. En el año 1808 se dota al completo de tres piedras más, completando el ingenio y confiriéndole otro de los nombres por el que fue conocido, el de “Molino de las Veinticuatro Piedras”. Esta cantidad de muelas en una sola construcción le da a la construcción una singularidad de difícil comparación en el ámbito de los ingenios tradicionales, más aún en un curso de agua tan irregular con es el del Segura. El conflicto en torno a la propiedad de los Molinos Nuevos fue dilatado y complejo, y la división de su uso en torno a distintos gestores, concesionarios, poseedores de antiguos censos y derechos, y propietarios, acabó dándole la configuración visual que tuvieron hasta su cierre. Sobre la base de la construcción se fueron elevando distintas edificaciones que completaron el perfil del complejo.

Con el fin de la actividad molinar y la vuelta a la completa propiedad municipal del inmueble, en 1985 se llega a un acuerdo entre las tres administraciones (nacional, autonómica y local) para rehabilitar la construcción y ubicar en la misma un museo hidráulico. El proyecto es dirigido por el arquitecto Juan Navarro Baldebeg, que da a los Molinos Nuevos su actual aspecto, eliminando las construcciones superiores y ubicando las nuevas instalaciones, además de generar una gran terraza sobre el Segura. El actual “Espacio Molinos del Río / Caballerizas” alberga en su interior el museo hidráulico, la exposición permanente, muestras temporales y auditorio, así como las oficinas del museo y de la Concejalía de Turismo. La última de las seculares polémicas en torno a esta construcción es la colocación en su fachada de un discutido rótulo publicitario con el lema “Turismo Murcia” que la administración autonómica ha considero no ajustado a la legislación en torno a la protección del patrimonio, ya que se encuentra afectado por la declaración como Bien de Interés Cultural del Conjunto Histórico Artístico de Murcia como por contar con ficha de protección en el Plan General de Ordenación Urbana del Municipio, con ficha 2ED-038.

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En la actualidad (6)

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MurCIA y sus

PuENtES Pedro Jesús Fernández Ruíz Durante largo tiempo, lo que hoy conocemos como Puente Viejo fue la única vía de paso permanente en el centro urbano de Murcia, conectando el Barrio del Carmen con una de las puertas de la desaparecida muralla de la ciudad, donde hoy se abre la plaza Martínez Tornel. Tras la destrucción por una riada en 1701 del puente del siglo XVI que se alzaba sobre el Segura, a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII se sucedieron los proyectos, búsquedas de fondos y periodos de obras, hasta su conclusión en 1742. La configuración que actualmente podemos contemplar se debe a la ampliación de mitad del siglo XIX con una estructura metálica donde se sitúan las aceras. En 1903 la circulación por la ciudad sufre su particular revolución con la apertura del Puente Nuevo, formado por una estructura metálica de la que actualmente solo se observa alrededor de un tercio de su diseño original, quedando el resto bajo las calles, plazas y paseos surgidos con la canalización del río Segura y la modificación de su curso. Avanzando en el tiempo, encontramos otros tres puentes, fundamentales para conectar una ciudad que a lo largo del siglo XX conoció un crecimiento no comparable con la evolución de los siglos anteriores. Entre los Molinos Nuevos y el Martillo del Palacio Episcopal, se construyó la después llamada Pasarela Miguel Caballero, alcalde que impulsó las obras de éste y del Puente de la Feria, conectando Vistabella y la zona de la antigua FICA con el fin del barrio del Infante. El tercero de estos tres puentes es el del Hospital, que es el que más ha cambiado. Los otros dos han sido objeto de una reforma estética renovando aceras, barandillas y la iluminación. Otra oleada de tres actuaciones sobre el río ha terminado de configurar las comunicaciones entre las márgenes norte y sur. La 28 Sawar

pasarela diseñada por Javier Manterola para conectar el barrio del Carmen con el inicio del Paseo del Malecón, construída en 1997, es uno de los puentes exclusivamente peatonales en el centro urbano de Murcia. Las otras dos intervenciones corrieron a cargo del polémico Santiago Calatrava: el puente de Vistabella es otra pasarela peatonal que comunica el barrio del Infante con el de Vistabella. Su pavimento de cristal ha sido objeto de crítica por los diversos accidentes y resbalones que en él se han producido, hasta la colocación de una alfombra plástica que desde hace un tiempo cubre la superficie. La otra obra del valenciano es la reforma antes nombrada del Puente del Hospital, dejando la antigua plataforma para el paso peatonal y Pasarela de Manterola y Puente Viejo Fuente: P.S.S


Nuevo pavimento sobre el Puente de Vistabella Fuente: P.S.S

proyectos de futuro. Ejemplo de esto es la próxima definición de la conexión del tranvía desde el centro urbano hacia el sur, habiéndose publicado desde el ayuntamiento que la opción que coge fuerza para el cruce de este medio de transporte hacia la margen derecha del río vaya a realizarse a través del Puente Viejo, el de mayor importancia monumental y que soporta ya un intenso tráfico en sentido barrio del Carmen que solo podría desplazarse hasta el Puente del Hospital. La decisión definitiva sobre el cambio de uso total o parcial de este puente, que ya en su día acogió las anterior etapa del tranvía, cuando se instaló por primera vez en la ciudad, puede suponer un obligado cambio de hábitos para la circulación en la ciudad, y debería ir precedida de un estudio global que redefiniera los tráficos de vehículos por los distintos puentes que llevan a los barrios del Carmen e Infante. Ya hace unos años algunas propuestas apostaban por otra solución, que sería que el tranvía se desplazara más al este y usara otros de los puentes existentes, aprovechando avenidas más anchas donde poder configurar mejor los nuevos carriles de circulación.

añadiendo dos nuevos tableros a ambos lados para el tráfico de vehículos. Tanto la pasarela como este puente cuentan con la habitual estructura tubular y de tirantes del autor. Esta suma de obras de distintas épocas y con distintos estilos son las que actualmente ofrece la ciudad a sus habitantes y visitantes, predominando el uso por vehículos sobre el peatonal, y ofreciendo una imagen quizá demasiado difusa para crear una identidad común. Si bien es cierto que cada época construye a su estilo, puede que haya faltado una mayor visión de conjunto, de usos posibles y necesidades, y que sigue condicionando tanto el tráfico por la ciudad como algunos

Para que las soluciones que finalmente se tomen acaben por mejorar la movilidad urbana y no creen nuevos problemas, la conexión entre las dos márgenes del Segura tiene que abordarse desde una postura global y transversal, analizando todos los aspectos implicados y enmarcándose en un modelo de ciudad definido claramente. Un modelo de ciudad que debería apostar por valores como la sostenibilidad y la movilidad, volviendo a mirar al río y a su integración urbana, con una puesta en valor del mismo y del patrimonio cultural que lo rodea, y en definitiva, surgido de la participación ciudadana y de una apuesta por el futuro sin dejar de perder lo que nos ha legado el pasado.

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Puente Nuevo Fuente: P.S.S

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un

Futuro

MALECóN para el paseo del José Antonio Moreno Micol

El paseo del Malecón es un ejemplo de patrimonio cultural profundamente vinculado a las señas de identidad de los murcianos. Sus valores históricos y paisajísticos le fueron reconocidos al ser declarado monumento histórico-artístico por Real Decreto en 1982. Posteriormente, con la nueva Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia de 2007, esta declaración pasó a denominarse bien de interés cultural, siendo esta la máxima protección que otorga la Ley.

unión con el Segura. Gran parte de este antiguo cauce fue durante la Edad Media el camino natural hacia Lorca. Las continuas crecidas del río ocasionaron la reconstrucción del Malecón en varias ocasiones, y, debido a su importancia en la defensa de la ciudad frente a las inundaciones, se redactaron unas ordenanzas para asegurar su conservación. En 1745 es de nuevo reconstruido por mediación del Cardenal Belluga tras una gran inundación, confiriendo el actual trazado.

El Malecón se construyó en el siglo XV como una muralla de tierra con el fin de evitar que las crecidas del río Segura inundaran parte de la ciudad. Hay que tener en cuenta que frente a las Cuatro Piedras, en la margen derecha del río, desembocaba uno de los ramales en los que se dividía el río Sangonera cuando aún no se había trazado el canal del Reguerón, provocando la unión de estos dos ríos situaciones de gran peligro. Este ramal bajaba por el Camino Hondo de la Era Alta, y, cruzando la actual carretera de Alcantarilla, se dirigía por uno de los rincones del río junto a Barriomar (antiguamente llamado Barraumar) a su 30 Sawar

Aunque su función era servir como muro de contención frente al Segura, el Malecón se convirtió pronto en un lugar ideal para el ocio y el paseo, un confortable paseo elevado que conducía desde el centro de la ciudad hasta la Huerta, siendo esta su principal singularidad y todo un ejemplo de integración entre ciudad y entorno rural que se ha mantenido hasta la actualidad a pesar del boom urbanístico, sin saber muy bien si esto se ha debido al amor de los murcianos por su paisaje o al impedimento que ha supuesto la autovía de Cartagena para el crecimiento de la ciudad hacia el Oeste. Bien sea por una cosa o por otra, a día de


1-torre de media tensión 2-Valla del vivero municipal 3-Basuras 4-Pintadas

hoy los ciudadanos todavía podemos disfrutar de un paseo que poco a poco nos va introduciendo desde el bullicio del centro de la ciudad a un mundo más natural y un horizonte más amplio que conecta con nuestras raíces, pero sin saber muy bien si esa experiencia será duradera o tiene los días contados, puesto que no son pocas las amenazas que ponen en peligro la supervivencia, no ya del monumento, sino más bien del paisaje que lo envuelve y lo hace singular. Aquella persona atenta y que ha paseado por el Malecón durante las dos últimas décadas se habrá dado cuenta de cómo el paisaje ha ido perdiendo su carácter agrario y su belleza, para ir pareciéndose cada vez más a una mezcla entre aparcamiento, basurero, urbanización y erial, preguntándose, quizá, si la máxima protección que otorga la Ley sirve para algo. En un reciente estudio que ha realizado la Asociación para la Conservación de la Huerta de Murcia – HUERMUR, se han detectado una gran cantidad de incumplimientos de la Ley de Patrimonio, a pesar de que los artículos 38 y 42 de dicha Ley señalan que “no podrá instalarse publicidad fija mediante vallas o carteles, antenas y todo aquello que impida o menoscabe la apreciación del bien”, así como que “las intervenciones en el entorno de los monumentos no podrán alterar el carácter arquitectónico y paisajístico de la zona, ni perturbar su contemplación o atentar contra la integridad del mismo”. En concreto se han contabilizado tres vallas publicitarias, 21 postes de electricidad o teléfono con su cableado, aparcamientos y cercas de gran impacto, acumulación de basuras y escombros, y siete zonas con pintadas. A todo ello hay que sumar la pérdida progresiva de la actividad agraria tradicional, la proliferación de chalets y otras construcciones, el abandono de edificaciones antiguas y la degradación del Jardín Botánico.

Cuando se aprobó la Ley de Patrimonio en 2007 y todos los monumentos histórico-artísticos pasaron a denominarse bienes de interés cultural, la Administración competente, en este caso la Consejería de Cultura, debía de delimitar un entorno de protección a fin de aumentar la protección del monumento vinculándolo a la conservación del paisaje del que forma parte. En el caso del Malecón, esta delimitación resulta aún más fundamental al actuar el paseo como mirador paisajístico, siendo el paisaje de huerta circundante un valor imprescindible del bien. A fecha de 11 de junio de 2013, que es cuando HUERMUR ha solicitado a la Dirección General de Bienes Culturales la incoación del entorno de protección, no se había avanzado en Sawar 31


este aspecto, encontrándonos ante un vacio que permite la alteración del paisaje sin mayores problemas. Por otra parte, el ayuntamiento de Murcia, en la redacción del Plan General Urbano, concretamente en el artículo 7.3.1, estableció para las huertas contiguas al paseo del Malecón que “La significación cultural, paisajística y ambiental de estas huertas justifica su tratamiento como huertas altamente protegidas, sujetas a las máximas restricciones y cautelas frente a todo tipo de transformaciones urbanísticas”. El mismo artículo también dice que “Quedan delimitados como ámbitos NR-Aj (junto al Paseo del Malecón) y ámbitos NR-Md (junto al conjunto histórico arqueológico de Monteagudo) los espacios que deben ser ordenados mediante Planes Especiales de Protección Paisajística y Monumental de tales entornos de sitios del más alto nivel histórico-arqueológico y monumental. Dichos Planes Especiales serán redactados por el Ayuntamiento en el plazo máximo de un año desde la fecha de aprobación definitiva de la Adaptación del Plan General a la Ley del Suelo Regional. No se podrán conceder licencias de edificación en dichos ámbitos hasta tanto se aprueben los Planes Especiales respectivos”. El plazo para redactar el Plan Especial de Protección Paisajística y Monumental del Malecón terminó el 16 de mayo de 2007 y aún no ha sido realizado. Mientras tanto, han sido concedidas licencias de obras en el entorno de este monumento, teniendo como consecuencia la construcción de diversas edificaciones de gran impacto paisajístico y que van a condicionar la futura redacción de dicho Plan, e incluso es posible que al-

Construcción de un chalé al final del Malecón Fuente: J.A.M.M.

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gunas de ellas hayan supuesto un incumplimiento de las reglas urbanísticas. Esa falta de protección por parte de Cultura y del Ayuntamiento indudablemente han facilitado aberraciones como el aparcamiento disuasorio entre el paseo y el río, el derribo del palacete Ponce, la nula integración del centro educativo AYS, la desaparición de la alameda situada en la parte trasera de los Maristas, la transformación del Jardín Botánico para la instalación de barracas y atracciones de feria o la futura construcción de varios bloques de viviendas de cuatro plantas más ático al final del Malecón. Y nada se ha hecho para resolver los incumplimientos de la Ley de Patrimonio sobre postes, cableado, vallas publicitarias, pintadas, acumulación de basuras o hacer desaparecer esa barbaridad que supone el puente de la autovía cuando podía estar soterrado en ese tramo, sin olvidar el agradecimiento a los pocos agricultores que siguen manteniendo sus tierras dándole belleza al paisaje. Aún estamos a tiempo de corregir errores y, parece ser, que actualmente la Consejería y el Ayuntamiento, tras la aprobación por unanimidad en el Pleno celebrado el 25 de abril de 2013, están trabajando para la incoación del entorno de protección y la redacción del plan especial, a la espera por nuestra parte de que sean adecuados y que todos los ciudadanos, los propietarios y los responsables políticos los sientan suyos, los apoyen y respeten, con el único interés de seguir disfrutando de este formidable paseo y su paisaje de huerta, y conservarlos para las generaciones futuras.

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Aparcamiento disuasorio Fuente: J.A.M.M.


Nueva urbanización al final de la prolongación del paseo del Malecón. Como se puede ver en el cartel anunciador, los bloques de edificios de cuatro plantas más ático carecen de la más mínima integración y respeto por el paisaje, banalizándolo y produciendo un enorme impacto en una zona caracterizada por viviendas de poca altura. Estos edificios serán totalmente visibles desde el paseo del Malecón, alterando el carácter rural que desde siempre lo ha rodeado y que ha formado parte de su identidad como elemento integrador entre la ciudad y la huerta. Fuente: J.A.M.M.

Instalaciones de un centro educativo Fuente: J.A.M.M.

Suciedad tras la celebración de las fiestas Fuente: J.A.M.M.

Puente de la ronda oeste sobre el paseo Fuente: J.A.M.M.

José Antonio Moreno Micol es Coordinador de la Comisión de Patrimonio Cultural de Huermur

Huerto junto a las Cuatro Piedras Fuente: J.A.M.M.


El Club remo y el nacimiento del piragüismo en Murcia

una vida en la PIrAGuA ENTREVISTA A JuLIo MuñoZ “Al principio íbamos remando y nos saltaban los peces a la piragua; después, nos abríamos paso entre peces muertos” Cuando Sawar se planteó la elaboración de un reportaje sobre la relación del río y la ciudad, dentro de la historia reciente debían figurar el Club remo y el piragüismo. Y no sólo eso: Entre los planes presentes y futuros para con el Segura, y formando parte de los (viejos) nuevos usos que los ciudadanos comienzan a reclamar, está el de la piragua. Aquí se conectan el pasado y el futuro inminente. ¿Piraguas en Murcia? ¿En la ciudad? Hubo un tiempo no muy lejano en el que algunos de los mejores piragüistas de España salieron de aquí; entrenaban aquí, remaban aquí. Sépanlo todos: El piragüismo de la región de Murcia nació muy cerca del Puente Viejo, en el mismo lugar en que nació su capital.

Julio Muñoz me recibe en el salón de su casa, una habitación amplia que acumula portarretratos, libros, cuadros y trofeos en cantidades ingentes. Sobre todo trofeos. Me detengo ante una pintura de Miguel Vivo en la que aparece el edificio del Club Remo, y Julio se apresura a describírmelo, mientras con las manos dibuja formas en el aire: “El edificio del Club Remo era muy bonito y hoy en día no desentonaría, pero por desgracia, ahí metieron la pala y desapareció. Era un sitio muy especial. Por aquí entrabas al salón principal, y había una barra que era de mármol con dibujos de piragüistas remando. Luego subías y arriba había más salones, salas de lectura, biblioteca, ajedrez y también había unas terrazas. Abajo había una escalera, por ahí se bajaba al río y había mesas y sillas de hierro”. ¿Cómo surgió el Club remo? El club surgió en los 50 por iniciativa de Miguel Pintado, que tenía una relojería detrás del cine Coy. Allí empezó a buscar socios con mucho dinero. 34 Sawar

Contactó con Laborda, por ejemplo, que era un chatarrero de alto nivel que compraba barcos enteros y los desguazaba… También estaba Don Jacinto Izquierdo, que era exportador de fruta… Digamos que de entre todos los socios que tenía Pintado, había ocho o diez muy potentes, y su intención fue hacer un club social con gente que aportara dinero. Aquello se enfocó hacia el piragüismo y se construyó el edificio, imagino que con ayudas o subvenciones, porque convenía a Murcia, pero también con las aportaciones de los magnates de la ciudad en aquel momento. Pintado fue el primer presidente pero no ayudó mucho al piragüismo. Digamos que su relación con la piragua era porque le convenía para su club. El piragüismo le dio nombre al club. ¿De qué forma se vinculó el Club remo con la piragua? Pues fue por don Luis Clavel, un empresario que tenía un comercio de sellos en la calle Alfaro llamado Los Claveles (comercio que luego daría nombre a un pub,


Las piraguas del Club remo Fuente: José Carlos Cano

y hoy al moderno edificio que se levanta en ese mismo lugar), y que tenía otros comercios iguales en Valencia y Madrid. Su negocio consistía en unas libretas y unos sellos que la gente iba recopilando poco a poco con sus compras en tiendas y mercados; luego llevaban la libreta a Los Claveles con los sellos pegados, y se la canjeaban por regalos: vajillas, ollas exprés, cacerolas… Ese negocio le fue bien porque aquí en Murcia yo creo que llegó a tener a doce o trece trabajadores. Tenía mucho dinero. El caso es que Luis Clavel, que era de Valencia, era muy aficionado a la piragua. Estaba en la Federación Española, donde se le tenía mucha consideración porque aportaba dinero cuando hacía falta, y en Murcia decidió dar de alta la Federación Murciana, de la que fue presidente.

el río. Yo le dije que no sabía nadar y él me dijo que daba igual, que me enseñaban. Le dije que sí y le pregunté si me podía llevar a mis amigos, y en eso quedamos. Resulta que el hermano mayor de Antonio Fages, Heliodoro, era socio y directivo del Club Remo, y ellos eran los que estaban interesados por la piragua. Fueron ellos, junto a Paco Flores, Eloy Domingo y otros, los que, dentro del club, se interesaron por conseguir embarcaciones y mover este tema. Como por entonces no había fábricas, ellos mismos se las construían: el uno que era carpintero, el otro que tal y el otro que cual, se hacían sus piraguas. Hacían el esqueleto de madera y luego la recubrían con la lona, y le ponían su asiento. Y hacían las palas con panel y clavadas con púas.

¿Y cómo entro usted en contacto con el Club remo y con la piragua? Por entonces yo tenía 17 ó 18 años. Por casualidad, en la cola para hacer la matrícula de 6º de Bachiller en el Instituto Alfonso X, conocí a Antonio Fages Garrido. Estábamos allí jugueteando y dándonos empujones y tal, y cuando llegó nuestro turno, la ventanilla se cerró y nos dijeron que volviéramos al día siguiente. No nos conocíamos de nada, pero al salir de allí, nos fuimos andando en la misma dirección, hacia el barrio de Santa Eulalia, y empezamos a hablar. Quedamos a la mañana siguiente en la plaza para ir a hacer la matrícula, y después de hacerla, en teoría ya no nos íbamos a ver más, pero entonces me dijo si quería ir con él el domingo siguiente a montar en piragua por

¿Qué pasó aquel domingo en el que quedó para montar en piragua? Fui aquel día que quedé con Antonio Fages, y con mis amigos, que eran Juan Hurtado, Juan Antonio Lobo, Ángel Garrido, Carlos López Prefasi… Nos dijeron que si nos hacíamos el carnet de piragüista, podíamos montar en las piraguas, y que tendríamos libre acceso al club, y que los fines de semana había bailes con un grupo que venía a tocar… Los famosos guateques de aquella época. Nos hicimos el carnet de piragüista y de ese modo podíamos disfrutar del club sin tener que hacernos socios, cosa que costaba dinero. Y Luis Clavel nos dijo que nos teníamos que federar, y así nos afiliamos todos. Sawar 35


Antigua postal: Cena en la terraza del Club remo Fuente: José Carlos Cano

Su encuentro con la piragua comenzó casi a la vez que el Club remo comenzaba a establecer esa parcela deportiva. ¿Cómo recuerda aquel lugar, el espacio del Club remo dedicado al piragüismo? Abajo estaba el río, y a unos metros, al pasar un eucalipto muy grande y una acequia que desembocaba en el río, estaba la caseta con las piraguas. Por entonces, Antonio Fages era quien dirigía el asunto de las piraguas, el que planificaba todo. Un día llego Luis Clavel al Club, nos reunió a los piragüistas y nos propuso ir a Madrid a hacer un curso de entrenador de dos semanas, con todos los gastos pagados por él. Uno de nosotros tenía que ir a aprender la técnica, para luego volver y quedarse al cargo del piragüismo en Murcia, organizarlo y enseñar, pero allí nadie decía nada, todo el mundo estaba callado. Incluido Antonio Fages, que era quien en teoría debía ir. Él no quería irse a Madrid, así que levanté la mano. Visto en la distancia, aquel fue un momento importante para usted. ¿Qué pasó entonces? Me hice monitor, y me quedé a cargo del piragüismo en Murcia… Aunque le dije a Luis Clavel que yo solo no quería hacerlo; le dije que quería hacerlo con Antonio Fages. Antonio me dijo que sí, y entre los dos lo organizamos y lo pusimos todo en marcha. La Federación comenzó a pagarme dos mil pesetas al mes, y yo le propuse a Antonio Fages darle a él la mitad (Julio Muñoz se emociona y tiene que detenerse un momento para respirar; su buen amigo Antonio Fages murió hace no mucho tiempo). Así que cuando me llegaban las dos mil pesetas, le daba mil a Antonio y lo íbamos haciendo todo entre los dos. Enseñábamos a los niños: yo les enseñaba la técnica y Antonio se los llevaba con las piraguas río arriba. Pero claro, al final Antonio y yo nos convertimos un poco en enemigos… Yo creo que él en el fondo estaba molesto, y yo tampoco me sentía a gusto, pero por otro lado yo debía continuar, porque tenía que responderle a Luis Clavel y a la gente del piragüismo. Al final Antonio Fages se fue, pero no perdimos la amistad. A partir de ahí ya me quedé yo solo al frente del piragüismo. 36 Sawar

Y llegaron los años de máxima actividad. ¿Cómo se organizaban? Por entonces hacíamos muchas cosas, íbamos a muchos sitios a competir y Luis Clavel lo pagaba todo… Y pedíamos piraguas, que nos las hacía el mejor fabricante de piraguas y palas que ha habido, Antonio Cuesta, de Ribadesella. Así que yo llegué a tener a más de sesenta piragüistas a mi cargo, y además fuimos fundando clubes de piragüismo por toda la Región de Murcia. Y todo esto por amor al arte… Ahora todo en el piragüismo se mueve alrededor del dinero, que no digo yo que esté mal, pero por entonces lo hacíamos todo sin cobrar. Sólo cobraba lo que me daba la Federación Española, y porque luego siempre me quedaba entre los diez primeros clasificados de España. En el Club remo no sólo descubrió la piragua, sino también a la que sería su mujer (Joaquina Balsalobre acaba de llegar a casa y nos acompaña). Un día un amigo se trajo a un montón de amigas al club a ver las piraguas, y entre ellas, se trajo a la que hoy es mi mujer, Joaquina Balsalobre. Joaquina se montó el primer día en la piragua y allí nadie se creía que no había montado nunca… Y luego ha llegado a ser la mejor. Aunque comenzó a organizar el piragüismo y a enseñar a los más pequeños, usted no dejó de formarse. ¿Cómo fue su formación? Fui haciendo todos los cursos para ir ascendiendo y llegué a ser entrenador de primera o entrenador superior, y además, de los mejor considerados de España. A mí se me metió la piragua en la cabeza y hacía mis investigaciones, y desarrollé mis propias técnicas y luego fui explicándolas, y llegué a exponerlas en el


simposio de piragüismo de Pontevedra. Cuando iba a Madrid a las reuniones de entrenadores, tomaba mis apuntes. Y si venía un ruso, o un alemán… Yo siempre tomaba anotaciones y estudiaba las técnicas. Me empollé libros de deporte, de pesas, de halterofilia, de atletismo, de natación… Y así saqué mis técnicas de entrenamiento del piragüismo para desarrollar los músculos que intervienen en el paleo. Más tarde llegó el momento de competir y de ir recogiendo los frutos en forma de trofeos. Sí, el Club Remo empezó a competir en regatas y empezamos a ganar trofeos. Comenzó a hablarse del club en los periódicos y a estar muy bien considerado. También hacíamos charlas por los colegios, y llegamos a tener cien niños haciendo piragüismo, a los que enseñaba Joaquina gracias al Patronato Municipal de Deportes, en el que estaba Luis Meseguer… Murcia se hizo un nombre en el piragüismo y el Club Remo se hizo famoso, y claro, nosotros íbamos emplumados. Empecé a sacar campeones a punta de pala y llegué a tener a diecisiete de mis piragüistas de Murcia en el equipo nacional, entre ellos a mi mujer, a Joaquina. Siempre íbamos con mi coche o con el de mi mujer, y salvo Luis Clavel que nos ayudaba, o el segundo presidente que tuvo el Club Remo, don Jacinto, nadie más nos ayudaba económicamente. Pero fuimos creciendo, y entre finales de los sesenta y la década de los años setenta estuvimos muy bien considerados, e incluso llegué a tener al número uno del mundo en canoa, Eduardo Segarra, entrenándolo en el río Segura. Por ejemplo, a París, al Tour de Marne, fuimos pensando en conseguir una medalla y nos trajimos doce.

En este número de Sawar estamos contando la relación del río y la ciudad. Con el paso de los años, desde que usted comenzó a palear en el Segura hasta que lo dejó, ¿pudo comprobar la degradación del río? Al principio recuerdo que íbamos remando y de vez en cuando nos saltaba un pez a la piragua, pero después llegó un momento en que la superficie del río se llenó de peces muertos. Recuerdo que con las piraguas nos íbamos abriendo paso entre los peces muertos. No podíamos entrenar bien por culpa de la contaminación del río (“Los niños se me mareaban por las emanaciones del río”, añade Joaquina). Aun así seguimos por lo menos diez años más, pero llegó un punto… Para ser campeón de España había que hacer entrenamientos muy fuertes, y venían los piragüistas y me decían, ‘Julio, me he mareado’. Un día, uno salió de la canoa que se caía. Yo al final ya me di cuenta de que era por las inhalaciones, por culpa de los vertidos y la contaminación que tiraban las fábricas, sobre todo desde Molina de Segura. A partir de ahí ya me enfrié… Cuando El Club remo desapareció, ¿desapareció también el piragüismo en la ciudad? No, el Club Remo desapareció como club social, pero la parte deportiva, nosotros, seguimos en el MurciaParque, que se preparó enfocando las instalaciones hacia el piragüismo. Bajábamos al río por una puerta que nos hicieron detrás, pero sobre todo entrenábamos en la piscina con los niños, y jugábamos a kayakpolo. Y también entrenábamos en el pantano. Ahora que se vislumbra el renacer del Club remo, ¿se van a vincular? (Responde Joaquina) Pues sí, algo haremos, porque a mí me gusta remar. Yo me iría a remar. La entrevista acaba, aunque seguimos charlando mientras vemos unos álbumes de fotos: Pequeños Seat cargados de piraguas y de personas, ríos, abrazos... Y antes de la despedida, también tenemos tiempo para repasar una enorme vitrina que contiene más recuerdos que trofeos, que ya es decir. Toda una vida en la piragua.

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Antigua postal con el sol de la tarde en el Club remo Fuente: José Carlos Cano Sawar 37


Paseo de ESCuLturAS

a la orilla del río Mª Ángeles Muñoz Cosme Las zonas ajardinadas que flanquean el cauce de los ríos a su paso por zona urbana se han convertido, en muchas ciudades españolas, en auténticos museos de escultura al aire libre. En Murcia esta circunstancia no es nueva, ya que en los años veinte del siglo pasado, cuando se urbanizó el llamado Parque de Ruiz Hidalgo, se ubicó en sus parterres tres bustos realizados por José Planes Peñalver destinados a honrar la memoria de artistas de merecido reconocimiento: Frutos Baeza, Selgas y Sánchez Madrigal compartían su inmovilidad con los paseantes proclamando su buen hacer a través de sencillas inscripciones conmemorativas. Cuando, a mediados de los cincuenta, se decide encauzar el río y desmontar el parque, las esculturas serán trasladadas y recolocadas: la de Selgas en el jardín de Floridablanca, la de Frutos Baeza, primero en la plaza de Calderón de la Barca, junto al Banco de España, y después junto a la Convalecencia, y la de Sánchez Madrigal en el Plano de San Francisco, de donde no se ha movido desde entonces. De las tres, la de Frutos Baeza, realizada con labra magistral sobre un mármol de excelente calidad, fue secuestrada y dada por desaparecida cuando acababa el siglo XX, quedando como testimonio un pedestal, elaborado por el mismo Planes, en el que con tipografía de la época se lee Al poeta Frutos Baeza. Aquellas dos piezas que quedaban en la margen izquierda del río iniciaban un proceso de colocación de obras escultóricas que, poco a poco, ha ido configurando una rica muestra de diversos estilos, manos creadoras y motivos conmemorativos. Sirva este artículo como una pequeña guía de esa muestra. Si comenzamos nuestro paseo por la parte de levante, cerca de donde se sitúa el Palacio de Congresos, nos encontraremos en los jardines de Vistabella, a la altura del número 14, el Monumento a la Madre, un tributo hecho de piedra del que no conocemos el autor ni su razón de ser. Es un monumento pequeño, y en él se diferencia la factura del rostro, bella y dulce, de una realización algo más tosca en el resto, probablemente llevada a cabo por trabajadores del taller.

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Mª Ángeles Muñoz Cosme es Historiadora del Arte y Máster en Investigación y Gestión del Patrimonio por la universidad de Murcia. también es la creadora del blog “Escultura pública”:

http://www.escultura-publica.blogspot.com.es/

Un poco más adelante, el espacio que da la bienvenida a los que acceden al Hospital Reina Sofía acoge la obra ganadora del Premio Salzillo celebrado en 1950. El denominado Grupo de San Juan de Dios, salido de las manos de Bernabé Gil Riquelme, fue tallado in situ y estuvo en ese lugar hasta que se llevó a cabo la reforma del centro sanitario, momento en el que el Ayuntamiento de Molina de Segura lo acogió en su espacio urbano y donde lo ha mantenido y cuidado hasta el momento de su vuelta al recinto hospitalario una vez finalizado el nuevo edificio. A ese premio se presentó el mismo año otro joven artista: Francisco Toledo, que dieciséis años más tarde será el que se adjudique el premio convocado para la erección del Monumento al inventor Juan de la Cierva, una de las obras más completas y significativas del repertorio escultórico de la ciudad que no será finalizada hasta siete años después. El monumento combina elementos arquitectónicos con escultura exenta y con relieves y comprende una pequeña urbanización en su entorno. Las siguientes esculturas nos esperan una vez atravesado el Puente Nuevo o Puente de Hierro. El homenaje a Abderramán II, de José Carrilero, marca el encuentro del puente con la Plaza de la Cruz Roja desde 2008, y confirma el hecho de que, en la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI, la escultura pública de Murcia ha omitido el tributo a políticos de la actualidad y ha vuelto los ojos a los que en épocas anteriores dirigieron el destino de esta tierra. Enfrente, junto a la Convalecencia, se encuentra la cabeza colosal de Rubén Darío, de Antonio Campillo, una obra donada por un particular al Ayuntamiento de Murcia en 1978 que, en un principio, estuvo colocada en el Jardín Chino y cuando se llevó a cabo su reforma fue llevada a un almacén municipal. El programa Murcia que se fue, emprendido por el Ayuntamiento para recuperar obras de titularidad municipal, limpió y restauró la escultura y le dio su nueva ubicación.

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Si continuamos nuestro paseo por la parte que transcurre junto al río, hallaremos un remozado homenaje Al poeta Frutos Baeza, realizado en bronce, que nada tiene que ver con la obra salida de las manos de José Planes en 1921 y que, como hemos dicho anteriormente, desapareció finalizando el siglo pasado. Solo el pedestal nos recuerda que el escultor trabajó en el tributo al poeta. A pocos pasos, La Fama, que González Moreno realizó a principio de los setenta para el Jardín de Santa Isabel, descansa sobre un pedestal de mármol rojo muy diferente al concebido en un principio, cuya composición con formas prismáticas parecía lanzar a la figura a su vuelo. El actual parece atrapar a la figura que, desesperada, lucha por despegarse de él y volar. Las placas adosadas en la base, con los nombres de los murcianos ilustres de las diferentes modalidades artísticas, son copia de las que estaban colocadas en el monumento que, ideado por Javier Fuentes y Ponte, se erigió en el siglo XIX en Santa Isabel y que, cuando se desmontó para reformar el jardín en los años sesenta y colocar allí esta Fama de González Moreno, fueron depositadas en el Museo de Bellas Artes. Nuestro camino nos lleva a encontrarnos con una pieza que fue motivo de diferentes críticas cuando se proyectó. La gran Sardina del Río, varada en el cauce, del recientemente desaparecido Miguel Llamas, recuerda con su presencia que en Murcia el Entierro de la Sardina es uno de los festejos más celebrados y que dan identidad a esta ciudad. Su situación en zona perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Segura, tuvo sus más y sus menos a la hora de la instalación. A su inauguración, en 2007, concurrió numeroso público y hoy en día es una de las esculturas que más polariza su defensa y su crítica. Cruzamos a la Glorieta donde, en estática contemplación de niños que corren tras palomas, el Monumento al Cardenal Belluga nos aporta una lección magistral de escultura. Concebida la idea del homenaje a principios del siglo XX y tras admitir un boceto presentado por José Planes, la obra no se llevará a cabo hasta finales de los cincuenta; para entonces se plantea una nueva composición que, pensada en un principio para la plaza del Cardenal Belluga, delante del imafronte de la Catedral, será por fin instalada delante de la fachada meridional del Palacio Episcopal eliminando algunos elementos compositivos y simplificando el pedestal de la idea original. El autor de la nueva escultura, González Moreno, demuestra su maestría excepcional con este retrato del cardenal sumido en la reflexión. La placa de mármol que da cuenta del personaje muestra un error de diez años en la fecha, ya que su inauguración tuvo lugar en 1958.

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En el otro extremo de la Glorieta, en la pequeña meseta que accede a la Gran Vía, el Nazareno de Antonio Campillo, con su peculiar atuendo en el que el modelado recrea todos los detalles, parece esperar a la sombra de los naranjos el paso de los desfiles procesionales. Esta obra fue un encargo que hizo el Ayuntamiento de Murcia al escultor, satisfaciendo así el deseo del Cabildo de Cofradías de la ciudad. Una vez que el paseante accede al ámbito del Plano de San Francisco, se encuentra con un crisol de obras escultóricas que, lejos en tiempo y estilo unas de otras, muestran al observador diferentes retazos de historia y arte de la ciudad. Si accedemos al Plano por la orilla del río llegamos, en primer lugar, a un Sánchez Madrigal que con su mirada clara ve pasar embelesado el tráfico, pues está colocado de espaldas al paseo. Se trata de otro de aquellos bustos realizados por Planes, este en 1926, pero su ubicación hace que pase desapercibido para muchos viandantes. Junto a él, una escultura que nos acerca a José María Párraga, uno de los artistas más queridos por los murcianos. Sin placa explicativa ni alusión alguna, dos enormes figuras de acero ‘corten’ parecen bailar sobre dos grandes soportes de hormigón. El monumento salió de una iniciativa popular y se gestionó con los fondos recaudados mediante la venta de los cuadros de una exposición conformada por donación de artistas amigos del pintor. Las figuras son la reproducción a escala de dos pequeños dibujos de Párraga. En 2009 fallece Antonio Campillo, y el Ayuntamiento emprende una serie de homenajes al escultor, entre los que se encuentra la instalación de la Venus en Bicicleta que está delante del Almudí, una obra que fue Premio Salzillo en 1970, y que responde a los cánones femeninos tipificados por Campillo. La carencia de pedestal conforma una concepción espacial más libre y más implicada con el punto de vista del espectador, posibilitando la inmersión de la escultura en calle y la interactuación con el público. En la entrada al Jardín Botánico nos aguarda San Francisco de Asís. Este monumento se erigió ocupando, aproximadamente, el lugar donde estuvo en su día el anterior, obra del joven Mario Antonio Ros López, inaugurado en 1927 y que fue derribado en abril de 1931 tras los altercados sobrevenidos por la proclamación de la Segunda República. El que contemplamos actualmente es obra de Manuel Mateo y su concepción global se debe al arquitecto Alfredo Vera Botí. Delante del acceso a la pasarela Manterola se ubica el denominado León del Malecón, la escultura pública más antigua que se conserva en la ciudad. Es una figura zoomorfa que representa a un león sosteniendo entre sus patas delanteras el escudo con la séptima corona concedida a la ciudad por Felipe V, Sawar 41


como agradecimiento al apoyo obtenido para su llegada al trono. El monumento fue retirado cuando se reformó el espacio del Plano de San Francisco en los años noventa y ha sido instalado de nuevo este mismo año. El que vemos actualmente es una copia del realizado en el siglo XVIII que, una vez restaurado, ha sido depositado en el Museo de la Ciudad ya que el estado de la piedra no aconsejaba su exposición a la intemperie. El pedestal sí es el original. Si el caminante se anima a continuar el paseo por el Malecón, aún encontrará dos monumentos más. El primero de ellos en el lugar denominado Las Cuatro Piedras, donde el Malecón se cruza con la carretera que conduce a las pedanías. Se trata de una pareja de Huertanos realizada por Diego Mirete Tormos en 1990. Al final del paseo, donde el Malecón desemboca en la carretera, a la sombra de dos enormes eucaliptos, nos espera don José María Muñoz, benefactor de la riada conocida como de Santa Teresa, que en 1879 asoló la vega del Segura. Muñoz era un extremeño afincado en Alicante, que no dudó en donar una ingente cantidad de dinero para ayudar a las familias afectadas por la riada, tanto en Murcia, como en Cuevas de Almanzora (Almería) y Orihuela (Alicante) y para reparar los daños sufridos por el dique del Malecón. Poco después de ofertada la ayuda, llegó a Murcia una escultura del benefactor procedente de Santander para ser llevada a Cuevas de Almanzora y no mucho más tarde, otras dos, idénticas, fueron recibidas en la estación del Carmen: una para ser trasladada a Orihuela y otra para dejarla en Murcia. También llegó otra a Alicante, que es donde él residía. El autor de la escultura es Federico de Vega. La de Murcia estuvo un tiempo sin ser colocada en la calle hasta que se le hizo el pedestal, que fue obra de Marín Baldo, entonces arquitecto municipal. Respecto a su ubicación, se estuvo dudando entre la puerta del Malecón y la Plaza de Santa Catalina, pero al final se decidió colocarla en la Plaza de Camachos, donde estuvo hasta que ésta se reformó. Pasó entonces a la puerta del Malecón y posteriormente se trasladó al final del paseo; para entonces ya había perdido aquel pedestal de Marín Baldo que triplicaba el tamaño de la escultura y se diluía su hazaña altruista en el tiempo. No se sabe con certeza cómo fue la financiación de las esculturas, pero todo parece indicar que fue una iniciativa del propio Muñoz que, probablemente, sufragaría el grueso de la inversión, aunque algunos testimonios de las hemeroteca parecen querer indicar que los ciudadanos contribuyeron con alguna donación para la ejecución del pedestal. A la que hay en Cuevas le llaman el santo negro porque se pintó para protegerla de agentes corrosivos y a estas alturas ya nadie conoce su identidad, identificando el hecho de que sea una escultura colocada en pedestal con el homenaje a alguna santidad. Conserva el pedestal original, al igual que la de Orihuela, con las placas donde se indica las localidades afectadas por la riada. La de Alicante parece ser que fue retirada y vendida por el Ayuntamiento. Aquí concluye este paseo por las esculturas situadas en la orilla del Segura; un paseo que, acompañado por el sol en invierno, o por el fresco que sube del cauce en los atardeceres de verano, promete un ameno recorrido. La escultura pública ofrece diversidad de motivos de homenaje y estilos y una interesante variedad de artistas, solo hay que pararse a contemplarla.

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El río que tENEMoS El río que QuErEMoS Sawar ha hablado del río. Y también ha escuchado. A continuación sabremos qué opinan sobre el Segura que queremos hacer entre todos, varias personas que tienen cosas que decir: José Salvador Fuentes Zorita ha sido, entre otras cosas, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura; Adela Martínez-Cachá es concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento de Murcia; José Carlos Cano es gerente de la empresa de turismo activo Alana Aventura y actualmente promueve el renacimiento del Club remo; Jorge Sánchez es miembro del grupo ecologista ANSE; y Julia Martínez es miembro del observatorio de Sostenibilidad de la región de Murcia

José Salvador Fuentes Zorita transmite con sus palabras el poso de una experiencia vital y política muy amplia; de saber tanto por viejo como por diablo, aunque en la literalidad no sea ni una cosa ni la otra. Sawar ya le había enviado unas preguntas por mail, y a nuestra cita acude con las preguntas impresas y con otros papeles. Viene con su mensaje en la mente, y de entrada, parece tener especial interés en dejar claro el contexto del río Segura que él se encontró en sus primeros puestos de responsabilidad: “El inicio de mi actividad profesional, cuando fui contratado en 1972 por la Diputación Provincial, coincidió con la aprobación del Plan Clocol, y eso quiere decir cloro y cólera. Es decir, que en esta Región, hace cuarenta años, seguía habiendo epidemias de cólera y seguía muriendo gente por la mala calidad del agua del río, y hubo que hacer un plan de construcción y mantenimiento de estaciones depuradoras para evitar dichas epidemias, derivadas de la escasez, sobre todo por la demanda de la agricultura”. Para paliar esa falta de agua para el riego fue por lo que a finales de los sesenta, el régimen franquista puso en marcha el proyecto del trasvase Tajo-Segura, elaborado en tiempos de la Segunda República y presentado en su 44 Sawar

momento por el socialista Indalecio Prieto. En opinión de Fuentes Zorita, ese fue el motivo de que Franco lo guardara en un cajón “hasta que llegó la época del desarrollismo y no tuvo más remedio que sacarlo”. Después, Fuentes Zorita recuerda cuando tomó posesión como Consejero de Política Territorial y Obras Públicas en 1984, con 36 años de edad: “Y en junio de 1985 ya estábamos presentando el primer plan de saneamiento y de recuperación del río Segura; es decir, que era una de las prioridades que yo tenía por entonces, cuando aún era una criatura”. En ese momento, José Salvador muestra una fotocopia con algunas de las resoluciones de la Conferencia Intermunicipal contra la contaminación del río Segura y sus afluentes, y un fragmento del libro que se publicó en el año 1985 con el avance del Plan de Saneamiento: “Hicimos una conferencia y una exposición, que también enviamos a otras instituciones como la Generalitat Valenciana, el ministerio etc. Y fue además de las primeras actuaciones de la Región de Murcia que gozó de la financiación del Banco Europeo de Inversión”. A continuación, Fuentes Zorita reivindica su labor: “Te traigo esto para que veas que algunas de


El agua del río Segura un poco más abajo de la Contraparada Fuente: P.S.S

las cosas que tú planteas, por ejemplo, la ‘escasa promoción del río Segura como lugar de esparcimiento y recreo, lo que ha llevado a un desconocimiento por parte de la población…’ (José Salvador lee ese punto del documento de 1985), ya se plantearon entonces. Para que no caigamos en el adanismo, que parece que siempre estamos descubriendo el mundo, hay que saber que todas las cosas tienen sus antecedentes”. Luego puntualiza: “Naturalmente, esto es hijo de otras preocupaciones, pero sí que te quiero recordar que en aquella época, la principal preocupación social no era la situación ambiental del río Segura, sino el hecho de que un año sí, y otro también, se producían inundaciones con muertos. Quién me iba a decir a mí que veinte años después me convertiría en presidente de la CHS... Pero quizá soy el único presidente que tuvo la suerte de no haber tenido ni un solo muerto en los años que fui presidente, ni por inundaciones ni por avenidas”. Antes de entrar en otras consideraciones, José Salvador Fuentes Zorita repasa las líneas básicas de las políticas en torno al río Segura en aquellos años: “Para entender la situación actual, hay que entender que la primera preocupación de las administraciones en la época moderna fue el trasvase Tajo-

Segura, que fue lo que concentró las inversiones en los años setenta, con el fin de resolver el problema del déficit estructural que tiene la cuenca del Segura, de carencia de recursos hídricos. La segunda preocupación fue el Plan de Defensa contra las Avenidas, que se aprobó en noviembre de 1987 y que contenía más de veinte actuaciones, y entre ellas, el encauzamiento del río Segura desde la Contraparada hasta la desembocadura. En ese proyecto se incluía el encauzamiento, pero también la recuperación de los sotos, es decir, que ya en aquellos años estaba la preocupación de la actuación sobre el río no fuera sólo de ingeniería, porque no es incompatible una cosa con la otra”. En efecto, no es incompatible, pero puede pensarse que la ingeniería se impuso, y aún pudo imponerse más: Sawar pregunta a Fuentes Zorita si recuerda aquella propuesta de sacar el río Segura de la ciudad de Murcia, tal y como se hizo en Valencia: “No tuve participación en ello, pero sí que se pensó desviar el cauce del río Segura para sacarlo de la ciudad de Murcia, de Orihuela y de Rojales, y al final se estimó que por razones culturales y ambientales, el río debía seguir pasando por Murcia”. Amplía la explicación: “Se Sawar 45


pensó que sacar el río Segura de la ciudad de Murcia era como quitarle su personalidad, y aunque sí que se planteó el modelo proyectado con el Turia tras la riada de 1957, el Turia ofrecía unas posibilidades urbanísticas que el Segura no ofrecía. El Segura está mucho más encajonado, y aquí no se podía emplear una solución del estilo de la que se aplicó en Valencia. Y aun así, hubo quien propuso que se hiciera una carretera en el cauce del río, y aparcamientos… Afortunadamente, eso no se hizo”, concluye. Ambos resoplamos de alivio. Sin embargo, una cosa que siempre ha demostrado la historia es que el papel aguanta más que la práctica: Si bien las actuaciones que se ejecutaron a finales de los 80 y principios de los 90 sirvieron para mejorar la seguridad frente a avenidas, también es cierto que la recuperación medioambiental del río, expresada entre sus intenciones, no sólo no se hizo visible sino que la degradación fue constante hasta alcanzar niveles de contaminación excepcionales. Para Fuentes Zorita, esa degradación tuvo unas causas y un inicio concretos: “A lo mejor no debería entrar en cuestiones políticas, pero voy a entrar: En el momento en que entra a

gobernar el Partido Popular, en 1995, se desiste en el control de los vertidos porque nadie quiere enfrentarse a las industrias contaminantes. En el año 2000, el Segura llegó a ser considerado el río más contaminado de Europa. Y de eso, a que apenas nueve años después sea el primer río cuyas masas de agua están en perfecto estado de acuerdo con las directivas europeas, pues hay un trabajo”. La fecha en la que comienza la degradación, o en la que se agudiza, o en la que se inicia la recuperación del río Segura, cambia según la persona a quien le preguntemos. O no cambia la fecha pero sí el fenómeno al que se refiere: Adela Martínez-Cachá, concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento de Murcia, atiende con gran amabilidad a Sawar por teléfono, y al igual que Fuentes Zorita, cita el año 1995: “Desde 1995 se ha hecho un trabajo muy importante en el control de vertidos por parte del ayuntamiento, y junto al trabajo que se ha hecho desde la Confederación, ha dado como resultado que ahora mismo el Segura sea un río limpio, y un río del que podemos plantearnos esa integración en el paisaje urbano. Antes estaba integrado físicamente, pero había un

Fuentes Zorita: “La primera preocupación de las administraciones fue resolver la escasez de agua y luego hacer el Plan de Defensa contra las Avenidas, pero también la situación ambiental y el aprovechamiento social del río”

El río Segura desde el Puente de las ovejas Fuente: P.S.S

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Adela Martínez-Cachá: “Desde 1995 se ha hecho un trabajo muy importante en el control de vertidos por parte del ayuntamiento, y eso, junto al trabajo de la Confederación Hidrográfica, ha dado como resultado un río limpio”

rechazo de los ciudadanos que pasábamos casi de espaldas al río, por el problema de los olores. Y era un problema de vertidos. Ese problema, con la participación de todas las administraciones, se ha conseguido solventar”. Por su parte, José Carlos Cano, gerente de la empresa de turismo activo Alana Aventura y promotor del renacimiento del Club Remo, con el que Sawar charla en una cafetería de Murcia, nos ofrece una fecha distinta. En su opinión, la degradación del río comenzó mucho antes de los años 90: “Las aguas del trasvase llegaron en 1979 y estuvieron unos cuantos años bajando por el río Segura, pero a partir de 1982 más o menos, cada vez fue bajando menos agua, y menos agua…”. Y lo recuerda bien, porque lo vivió en primera persona desde su embarcación como piragüista del Club Remo: “A partir del Trasvase TajoSegura, el río perdió caudal a su paso por Murcia y el Club Remo se tuvo que cerrar hacia 1987”. La misma versión de peces muertos en la superficie del río en los años 80, es la que nos ha ofrecido Julio Muñoz, piraguista y antiguo entrenador del Club Remo. Aunque vemos que no hay coincidencia en la fecha de inicio de la degradación del río Segura a su paso por Murcia, sí que la hay en constatar que las causas fueron la escasez de caudales y la falta en el control de vertidos. Seguimos comprobándolo, y ahora lo hacemos incorporando a este debate a Julia Martínez, miembro del Observatorio de Sostenibilidad de la

Región, que atiende a Sawar por teléfono desde su despacho en la Universidad de Murcia. A la primera pregunta de a qué atribuye la reciente mejoría del río a su paso por la ciudad, Julia Martínez también quiere dejar claros varios conceptos de partida: “El río Segura es un ecosistema con sus relaciones ecológicas: tiene agua, lecho, cauce, riberas, vegetación, fauna… Tiene también sus funciones ambientales y su entorno paisajístico, y todos estos aspectos se han ido degradando con el paso de los años por múltiples motivos hasta llegar a una situación de gran degradación. Uno de esos aspectos, la calidad del agua, sí que ha tenido una mejora sensible durante los últimos diez años, en parte por la presión ciudadana que hubo a finales de los años noventa y principios del 2000”. ¿Quiénes levantaron la voz para proteger al río? Julia responde: “La plataforma ‘Segura limpio’ y otros movimientos vecinales y ecologistas, que forzaron a la Administración a que se tomaran en serio llevar a cabo un control más exhaustivo y exigente de los vertidos al río. Y gracias a ese control, la calidad del agua ha mejorado de forma significativa”. Para concretar aún más su respuesta, concluye que, “en definitiva, la mejora del agua es producto de la mejora en el control de los vertidos gracias a la presión ciudadana, pero...”. A renglón seguido, matiza: “Seguimos teniendo como asignatura pendiente la mejora del resto de aspectos de este ecosistema que es el río Segura, aspectos que aún no han mejorado: es decir, que seguimos teniendo un río con muy poco caudal, aunque en el caso del cauce urbano de Murcia se mantiene una lámina de Sawar 47


agua que es más una laguna que un río, y tampoco ha habido una mejora en las riberas ni en la vegetación”. Otra voz en este primer análisis sobre la mejora del río en la actualidad, es la de ANSE, la Asociación de Naturalistas del Sureste, representada por Jorge Sánchez. Al empezar la conversación telefónica con Sawar, admite con prudencia que “mejor, estamos, resulta evidente, pero que estemos al cien por cien tampoco es cierto”. Jorge profundiza en sus argumentos: “Queda mucho camino por recorrer. Ahora mismo tenemos la suerte de que ha habido notables avances en la depuración de aguas residuales, y también que eso ha coincidido con unos años especialmente lluviosos. Todo eso ha hecho que la disponibilidad de caudales para el cauce haya sido mayor, porque si hay más agua, más se diluyen los contaminantes y eso mejora su calidad. Sin embargo, falta mucho en el tema de recuperación de caudales”. Al igual que Julia Martínez, Jorge Sanchez también amplía la visión al resto de aspectos del ecosistema del Segura: “Por otro lado, aunque tenemos un agua de cierta calidad, falta recuperar toda la biodiversidad asociada al río. Hemos recuperado algunas especies, las que han sido capaces de llegar hasta aquí, pero falta por avanzar en todo lo que es la vegetación de ribera asociada al río”. Así, el miembro de ANSE concluye que “la mejora del río Segura no ha sido exclusivamente un logro de un solo

proyecto, sino que han coincidido diversas políticas”, y las explica: “La primera es la mejora en la depuración de aguas residuales mediante la construcción de depuradoras a lo largo de toda la cuenca, pero también el hecho de que la industria que había en toda la vega del Segura ya no es la que era y se controlan más los vertidos, aunque todavía sigue habiendo problemas concretos… ”. Sin embargo, insiste: “Ya digo, hemos mejorado pero no al cien por cien. Queda mucho en cuanto a la calidad de la biodiversidad asociada al río. Que a un enfermo le baje la fiebre de 40 a 39º no significa que esté curado”. De nuevo miramos hacia atrás y volvemos con el testimonio de José Salvador Fuentes Zorita, que nos habla de la situación que se encontró en 2004 cuando asumió el mando de la CHS: “Cuando se trata de resolver el problema de las avenidas, primero, y el de la contaminación después, siempre se contempla como un objetivo adicional la recuperación del río Segura como espacio social, y por lo tanto, como valor ambiental y cultural. Y ya llegamos a la última fase, que me toca a mí como presidente de la CHS, y entonces yo ya puedo hacer actuaciones”. Prosigue: “Hace diez años, la cúpula de esa institución estaba encausada y las noticias relacionadas con la Confederación salían en la sección de sucesos y tribunales.

Julia Martínez: “La mejora en la calidad del agua del río en los últimos diez años es producto de la mejora en el control de los vertidos, gracias a la presión ciudadana, pero el resto de aspectos de ese ecosistema aún no han mejorado Vista hacia Levante del río Segura desde el Puente de Vistabella Fuente: P.S.S


Presa en el río Segura, aguas abajo del Puente de la FICA Fuente: P.S.S

Jorge Sánchez: “Hemos mejorado pero no al cien por cien. Queda mucho por hacer en cuanto a la calidad de la biodiversidad asociada al río Segura. Que a un enfermo le baje la fiebre de 40 a 39º no significa que esté totalmente curado” Ese es el panorama que yo me encontré en 2004, así que lo primero que había que hacer era poner orden tanto en temas ambientales como en las extracciones ilegales de los acuíferos, porque la Confederación Hidrográfica es un organismo serio y tecnificado y ese no era su sitio. Ahí se había llegado como consecuencia de la desidia y de la malas políticas. A partir de ahí pudimos hacer otras cosas y recurrimos a financiación de todo tipo para resolver los problemas: Financiación europea, financiación del ministerio, financiación por actuaciones de emergencia derivadas de la sequía unas veces, y de las inundaciones por otras... Porque en ese tiempo nos tocó de todo”. Tal y como nos recordaba Julia Martínez, a finales de los 90 y principios de 2000 hubo protestas por la mala situación del río a su paso por Murcia: colectivos ecologistas y vecinos reclamaron soluciones. José Carlos Cano, piragüista y gerente de Alana Aventura, estaba entre ellos, y también Fernando Navarro, por entonces presidente de la Asociación de Vecinos de Vistabella. José Carlos también retrocede al momento en que Fuentes Zorita accedió a la presidencia de la CHS: “Las cosas empezaron a cambiar hace diez años. La asociación de vecinos de Vistabella, con Fernando Navarro, que era su presidente, y yo, hablamos con Fuentes Zorita, le propusimos un plan y él al principio dijo que no, pero luego dijo que sí y hasta se tuvo que pelear con su propio partido. Luego dimitiría por otros

motivos, pero el plan siguió adelante con dos proyectos que suman una inversión de dieciséis millones de euros”. Y aquí llegamos a la recirculación de caudales y la extracción de lodos de la CHS en el tramo urbano del río. José Carlos Cano nos lo explica: “La idea era, en primer lugar, coger el agua del propio río Segura y el agua depurada de Murcia, y bombearla río arriba de la ciudad con tres bombas de mil kilovatios, para dejarla caer de nuevo, y eso se ha terminado ya. La segunda fase consiste en extraer el metro y medio de lodos que hay en el lecho del río a lo largo de dos kilómetros de cauce urbano”. Profundizamos en el proyecto de recirculación de caudales con el propio Fuentes Zorita, que hace una reflexión previa: “Una vez que has hecho ese esfuerzo, que los ciudadanos ya no tienen que pasar el río corriendo y santiguándose, sino que se paran en el puente a ver los patos o contemplar el agua, por ejemplo desde la pasarela de Manterola… Cuando has conseguido recuperar la vida, eso lo tienes que mantener. No mantenerlo sólo cuando hay un régimen normal de funcionamiento del río, sino también cuando hay sequía. ¿Cómo mantenerlo cuando hay sequía?”. El propio Fuentes Zorita se responde con el proyecto de recirculación: “Pues una de las maneras es coger el mismo agua que ha consumido la ciudad de Murcia, y parte depurada, y bombearla aguas arriba de la ciudad, y dejarla caer de nuevo para mantener el Sawar 49


Mirando a los patos desde Pasarela de Manterola Fuente: P.S.S

José Salvador Fuentes Zorita: “Una vez que has hecho ese esfuerzo, que la gente ya no cruza el río corriendo sino que se para a ver el agua y los patos, que has recuperado la vida, eso tienes que mantenerlo; de ahí la recirculación de caudales” caudal circulante que es necesario para mantener la vida. Evidentemente, eso no tiene porqué funcionar cuando hay agua. Es como las desaladoras: si no las necesitas, no las pones a funcionar, pero si las necesitas, lo más caro es no tener agua”. Al respecto de la recirculación de caudales, José Carlos Cano admite que hay quienes se oponen, pero al igual que Fuentes Zorita, defiende la idea y justifica su coste: “Hay gente que está en contra por la factura energética, pero la hora más económica de bombeo sale a 78 euros la hora. ¿Eso no es sufragable por todos los usuarios? Yo creo que sí. La obra se la quedará el ayuntamiento, aunque habrá que ver de qué forma se hará jurídicamente todo una vez se acabe el proyecto”. Fuentes Zorita también cita el coste energético de la recirculación: “Recuerdo que cuando hablaba con el alcalde de los costes del bombeo, le dije que si el bombeo era una cosa aparte, podía ser una partida significativa, pero que si formaba parte del consumo total de energía eléctrica del municipio, el bombeo era irrelevante”. Y el ex predidente de la CHS añade otra razón para defender el proyecto: “La recirculación de caudales viene también justificada porque una parte ya se había hecho y está funcionando, con el bombeo del Azarbe Mayor para mejorar su calidad ambiental, porque se había convertido en un sitio insalubre. Si ya se ha hecho el mecanismo para llevar agua al Azarbe, parece lógico que con más motivo se haga para llevar agua al río Segura en caso de sequía, y así mantener un caudal mínimo”. 50 Sawar

En esta charla con Sawar, las voces críticas a la recirculación las ponen Jorge Sánchez y Julia Martínez. El miembro de ANSE expone la visión de su asociación: “Nosotros entendemos que las medidas que tienden a ‘artificializar’ el cauce no son la manera adecuada de resolver ningún problema, y menos un problema hidráulico. Creemos que hay un problema de base en cuanto a la gestión de la cuenca, a cómo compaginar los distintos usos que se dan en ella, y entendemos que ese tipo de soluciones deben ser las últimas en ser adoptadas”. En la misma línea se expresa Julia Martínez desde el observatorio de Sostenibilidad de la Región de Murcia: “Yo creo que ese no es el camino acertado; eso son soluciones de ingeniería que tienen una finalidad estética. No tiene sentido que un río esté alimentado a base de bombeos, de aguas abajo y arriba gastando energía eléctrica. Lo que necesitamos es que, por planificación y por una gestión correcta de verdad, se cumpla la ley y que exista un régimen de caudales ecológicos que sea el que los estudios científico-técnicos digan que se tiene que mantener en el río Segura, para de ese modo mantener toda su funcionalidad ambiental”. Preguntado al respecto de los reparos a las soluciones de ingeniería para mantener un caudal mínimo en el Segura, las palabras de Fuentes Zorita elevan su intensidad: “Naturalmente que sería preferible que hubiera un gran caudal de agua, pero ¿De dónde me lo quieres traer? ¿Del Amazonas, del Ródano…? Porque claro, si no crees en los trasvases, aquí no hay


más agua que la que llueve”. Luego recupera un tono más sereno y prosigue: “El que ha estudiado geografía sabe que la cuenca del Segura es la más árida de Europa, y que tiene unos niveles de lluvia inferiores a algunas partes del norte de África. Entonces, dígame usted de dónde sale ese caudal idílico del que usted me habla, y cuánto es”. Y después, adopta un tono más reflexivo: “Yo es que creo que hasta al más materialista y el más utilitarista, aunque sólo fuera para que se notara menos cuando contamina, ¿no le gustaría que el río bajase con un caudal diez veces más grande?”. Así que José Salvador Fuentes Zorita vuelve a preguntar a su interlocutor imaginario: “Entonces, ¿tiene usted la bondad de decirme de dónde salen esos caudales de los que me habla? Es que ese es el problema, que tú tienes que actuar con el agua que te da la naturaleza, y si no, ¿qué haces? Tienes que actuar con los medios que tienes y también en la sociedad en la que vives”. De algún modo, tres de las personas con las que ha hablado Sawar tienen alguna respuesta a esas preguntas. Por ejemplo, José Carlos Cano, que se muestra ilusionado con su proyecto de recuperar el piragüismo en la ciudad de Murcia, y que de hecho, ya lleva unos años organizando actividades de piragua en el Segura (en colaboración con el ayuntamiento y con el permiso de la CHS), pone el dedo en

la yaga: “La gente piensa que el río lleva poca agua por Murcia porque no llueve, porque es lo que interesa decir, pero la culpa la tiene la cultura de los regantes al pensar que el agua es únicamente para los regadíos”. Desde la perspectiva de un ciudadano y también desde la de un empresario que defiende el uso recreativo del río Segura, Cano añade decidido: “Los regantes piensan que el agua que sigue por el río se pierde, y ellos quieren que ese agua sea sólo suya. Yo he hablado muchas veces con ellos y les he dicho que eso no es así, que el agua es de todos. Primero es para beber y luego para regar, pero también para otros usos. Y eso es lo que tiene que cambiar, sobre todo ahora que tenemos más agua”. En este punto, José Carlos Cano vuelve a recordar el pasado reciente: “Hace tan sólo diez años el río era una cloaca, llevaba hasta alquitrán... Por entonces nadie dijo nada porque eran otros años y había otro pensamiento, pero cuando empezó a bajar el caudal, el río era un hedor. Y ahora hay más agua porque hay más agua en las reservas de la cuenca, pero debería haber más, porque a pesar de eso, tampoco se está respetando ni siquiera el caudal ecológico”. Por su parte, aunque Jorge Sánchez no muestra el mismo entusiasmo que José Carlos Cano al respecto de la recirculación de caudales y cuestiona las solu-

Jose Carlos Cano: “La gente piensa que el río lleva poca agua por Murcia porque no llueve, porque es lo que interesa decir, pero la culpa la tiene la cultura de los regantes al pensar que el agua es únicamente para los regadíos” Cartel de la obra de recirculación de caudales Fuente: P.S.S

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ciones de ingeniería gris, sí que coincide con él en cuanto a que la clave está en la gestión y reparto del agua del río: “En el pasado reciente, e incluso en la actualidad, hemos tenido la tendencia de recurrir con excesiva ligereza a soluciones que son extraordinariamente caras no sólo en su ejecución sino también en su mantenimiento. Probablemente sea más barato estudiar nuevas fórmulas para que el río disponga de más caudales, o que se aporte menos caudal a los regantes… Y eso no quiere decir que tengan menos agua para regar, porque hay mucho margen para la gestión de este recurso en cuanto a qué superficies se están cultivando realmente, qué superficies no, qué superficies que se acepten de regadío son realmente regadíos reconocidos y cuáles no… Y a partir de ahí, si no hay más solución que acometer una obra de ingeniería, habría que estudiarla en detalle”. En efecto, desde los colectivos ecologistas (y no sólo desde ellos), se achaca a España y en concreto a la cuenca del Segura una dependencia excesiva de las obras de ingeniería gris, del cemento, y se habla de que hay otros caminos. Julia Martinez, del Observatorio de Sostenibilidad de la Región de Murcia, nos lo cuenta: “En otros países llevan décadas haciendo otros enfoques de ingeniería en los ríos, por ejemplo, y el futuro va por ahí. Y es un futuro que no es irreal, es que ya se está trabajando en eso, pero aquí hay una resistencia numantina a abandonar las obras de ingeniería gris, de cemento y hormigón. Eso es un elemento diferencial que hay aquí, porque sales fuera y ves que se hacen verdaderas maravillas y además de manera muy económica y con resultados maravi-

llosos. La ingeniería verde tiene una eficacia enorme”. Julia continúa: “Hay otro tipo de consultoras que también tienen derecho a ganarse la vida, que podrían aplicar otro tipo de enfoques y que también darían trabajo, a lo mejor incluso darían más puestos de trabajo, y obtendríamos mejores resultados para el río y para los propios ciudadanos. Es decir, no todo el empleo lo generan las empresas del cemento y el ladrillo, hay otras ingenierías y otras consultoras que haciendo mejores cosas, también generarían empleo desde un tipo de economía diferente e innovadora. Eso también es economía, y yo creo que ahora mismo, no sólo en esto sino en otros muchos ámbitos, estamos muy condicionados por una presión del sector económico más ligado a la obra pura y dura. No hay un análisis independiente de qué otras maneras hay para resolver los problemas por culpa de esa presión que hay ahora mismo en España por parte de las empresas del ladrillo, que monopolizan todas las inversiones. Pero hay otras cosas, y falta apostar por esa ingeniería verde porque ya existe la solución empresarial y de consultoría para llevarla a cabo”. Si la recirculación de caudales se puede considerar una obra de ingeniería gris pura, hay otra infraestructura con un coste menor que se llevó cabo un poco antes, persiguiendo el fin de paliar la necesidad de agua de la cuenca: una batería de sondeos para extraer recursos del acuífero profundo de Murcia. En marzo de 2011, el hidrogeólogo Francisco turrión defendía en su blog que, existiendo ya los sondeos, llevar a cabo la obra de recirculación de caudales era absolutamente innecesario*. En su artículo, Turrión

Julia Martínez: “En otros países llevan décadas haciendo otros enfoques de ingeniería en los ríos, y el futuro va por ahí, pero aquí hay una resistencia numantina a abandonar las obras de ingeniería gris, de cemento y hormigón”

Baño veraniego junto al sondeo del Malecón Fuente: Francisco Turrión

52 Sawar MÁS INFo...

* http://www.franciscoturrion.com/2011/03/94-millones-de-euros-para-solucionar-un.html/


Patos bajo el Puente del Hospital Fuente: P.S.S

jorge Sánchez: “La Directiva Marco del Agua nos obliga a considerar el estado ecológico del río Segura, y a ver no sólo cómo gestionamos su calidad sino también cómo recuperamos la biodiversidad asociada” añadía que el coste de extracción de agua mediante los sondeos sería muy inferior al del bombeo de la recirculación. Preguntado por ello, Fuentes Zorita responde: “Esos sondeos cogen el agua de los acuíferos, pero nosotros no cometimos el error de nuestros antecesores, que afectaron al nivel freático al hacer pozos y ocasionaron problemas en las viviendas. Ellos sacaron agua del acuífero que está en contacto con el río y es el responsable del nivel freático, y nosotros nos fuimos más abajo, al acuífero profundo. El caso es que para explotar ese acuífero de manera racional, sólo puedes extraer los recursos renovables, y esos pozos se usaron en momentos de sequía y contribuyeron a que los regantes de Murcia y de la Vega Baja no sufrieran una catástrofe económica. Y ahí están en perfecto estado. Ahora bien, hay que tener en cuenta dos cosas: una es que el agua de los sondeos no sube sola, también hay que pagar la energía, y la otra es que el agua de las depuradoras es renovable por definición, mientras que la de los pozos es parte del patrimonio subterráneo. Es decir, que si te pasas sacando agua, si sacas más de la que debes, te estás cargando el acuífero”. Al margen de los medios técnicos que se han aplicado para solucionar los problemas del Segura, y volviendo al asunto de la búsqueda de una gestión del agua que asegure un caudal mínimo circulante, Julia Martínez pone sobre la mesa otro elemento fundamental a considerar: la Directiva Marco del Agua. Nos lo explica: “Mantener la funcionalidad ambiental del río MÁS INFo...

Segura es una exigencia de la Directiva Marco del Agua*, que para el año 2015 nos exige cumplir con el buen estado ecológico del agua y de sus ecosistemas. De hecho estamos incumpliendo plazos y España ya tiene procedimientos de infracción por ello en la Unión Europea. Lo que tenemos que hacer es cumplir con la Directiva Marco del Agua y tener ese régimen de caudales establecido con agua del propio río, reservando para el río Segura parte del agua de la propia cuenca, y que no haya que andar ni bombeando aguas río arriba ni subiendo agua de los acuíferos. Eso son soluciones de ingeniería estéticas, no de funcionalidad real del río”. Julia concluye que “la Directiva Marco del Agua exige esos caudales ecológicos y hay que garantizarlos, y eso habrá que hacerlo concertando los caudales, cosa que ahora mismo no se ha conseguido”. Concertar en materia de agua, en cualquier caso, no se antoja misión fácil. Fuentes Zorita nos relata las vicisitudes de la CHS en la toma de decisiones, al tiempo que presume de los acuerdos que pudo alcanzar en su época como presidente de la institución: “Yo era socialista y mi junta era mayoritariamente del PP. En las juntas están representadas las comunidades autónomas, los usuarios, como por ejemplo las eléctricas si se da ese tipo de aprovechamiento, y en el Segura se da, y los agricultores, todos, los de la Vega Alta, la Media y la Baja. Administrativamente hoy el río Segura nace en Andalucía y pasa por las provincias de Albacete, Murcia y Alicante. Entonces, en la Junta

* https://www.chsegura.es/chs/planificacionydma/dma/Que_es/

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El río Segura desde el mirador del antiguo molino de San Francisco Fuente: P.S.S

Fuentes Zorita: “El Tajo tiene un caudal circulante de seis mil litros por segundo y les parece poco, yo creo que con cierta razón; aquí nosotros hacemos funcionar el río con caudales mínimos de entre cien y trescientos litros por segundo” de la CHS están todas esas administraciones, y presumo de que el 90 por ciento de las decisiones conseguimos sacarlas por consenso. Y siendo ministra Cristina Narbona, incluimos con voz, aunque sin voto por una cuestión legal, al sector de la investigación y colectivos sociales, entre los que se incluye a los ecologistas, sindicatos, universidad... Ahí todo el mundo pudo opinar y se tuvo en cuenta la opinión de todo el mundo”. Jorge Sánchez nos cuenta que “ahora mismo se está redactando el Plan de Cuenca y falta ver qué propone respecto a los caudales y su mantenimiento, y sobre todo ver qué se hace para respetar esos caudales cuando llegue un nuevo ciclo seco, y así mantener en el río cierta cantidad de agua que, evidentemente, no podría ir a parar a la agricultura”. Aquí Sawar Murcia hace una reflexión, y es que quizá sea más rápido y fácil recuperar la calidad del agua, tal y como se ha hecho en los últimos años, que cambiar una mentalidad y una política de aprovechamiento del agua que lleva cientos de años instalada en el río Segura. Así lo cree el miembro de ANSE: “Es muy difícil cambiar una tendencia de tantos años en la gestión de los recursos hídricos, pero también tenemos la esperanza de que la obligación en el cumplimiento de las directivas europeas, y en concreto de la Directiva Marco del Agua, van a obligar a cambiar nuestra forma de ver a los ríos. Hasta hace poco se veían como canales de los que extraer agua y a los que hacer vertidos, y la Directiva Marco del Agua nos obliga a considerar el 54 Sawar

estado ecológico de esas masas de agua, y a ver no sólo cómo gestionamos su calidad sino también cómo recuperamos la biodiversidad asociada”. En opinión de Jorge Sánchez, “sin duda, eso va a producir cambios”, pero desde ANSE son conscientes de que hay que ser prudentes “a la hora de esperar que esos cambios se vayan a producir en cuestión de pocos años”. Eso sí, Jorge se muestra optimista: “Un cambio tan grande para mejor en la gestión y percepción de nuestros cauces, seguro que lo acabaremos viendo cuando esas directivas europeas se vayan aplicando y desarrollando”. Por su parte, Fuentes Zorita nos habla del caudal circulante con el que cuenta en la actualidad el río Segura a su paso por Murcia, el único caudal que ahora mismo estima que puede discurrir por el cauce: “El río segura que ves a su paso por la ciudad de Murcia cabe por una tubería de 80 centímetros de diámetro, y lo digo porque recurrimos a una tubería así para reparar la presa que hay junto al Auditorio cuando se rompió. El milagro de esa lámina de agua del río en la ciudad se consigue con esa presa artificial que hace la función de azud y que da la impresión de piscina, pero el caudal circulante es de apenas unos centenares de litros por segundo. Cuando estamos hablando de unos caudales mínimos que en el caso del Tajo, por ejemplo, son de seis metros cúbicos por segundo, que son seis mil litros por segundo, y eso les parece poco, yo creo que con cierta razón, aquí nosotros hacemos funcionar el río Segura con caudales mínimos de entre


cien y trescientos litros por segundo”. Y de ahí la satisfacción del ex presidente de la CHS por el trabajo realizado en los últimos años en cuanto a la mejora de la calidad del agua: “Con ese caudal, tenemos fauna… La naturaleza es muy agradecida y tenemos un clima muy bueno. Yo en su momento no me creía lo de la nutria, y cuando me dijeron que ya iba por el azud de Ojós, instalamos cámaras de visión nocturna y lo comprobamos. Y bueno, es verdad que estas nutrias son más sufridas que sus abuelas y a lo mejor son menos exigentes, pero la verdad es que en 2009 conseguimos tener ya un agua de calidad”. Al respecto de la bondad de la naturaleza, y a la sorprendente manera en la que el río Segura ha respondido a estos cuidados recientes, Julia Martínez añade con claridad que “aún no hay condiciones”, pero reconoce que “lo que estos elementos nos están diciendo es que el río Segura tiene unas enormes posibilidades de recuperación a poco que hagamos y a poco que lo cuidemos más”. Julia continúa con su argumentación: “En el caso de la nutria, probablemente se trata de individuos aislados y no de establecimiento y cría en esta zona. La nutria tiene mucha movilidad, y el que haya individuos no significa que estén criando en esta zona. Y todo esto nos dice que si pudiéramos mejorar la vegetación del río Segura y su entorno más próximo, este espacio podría ser recolonizado por especies como la nutria o las angui-

las. Hay un enorme potencial, pero además de mejorar la calidad del agua, hay que mejorar las riberas del río y la vegetación de sus márgenes”. José Carlos Cano también percibe la sorpresa de los ciudadanos por las noticias sobre los ‘antiguosnuevos’ habitantes del río: “Todo esto está teniendo repercusión en la ciudad. La gente pasa por el río y se sorprende, y dice ‘¡Coño! ¿Qué pasa aquí?’… ¿Anguilas? ¿Nutrias? ¿Peces? Hay vida, algo pasa ahí... Y tú fíjate la poca vida que le hemos dado, y lo que está respondiendo la naturaleza. A la gente le cuesta creerlo porque hace tan solo diez años no se podía estar ahí. La situación del río era negativa para la ciudad, la gente se iba del barrio del Carmen, bajaron los precios de los inmuebles…”. Y José Carlos repite el nombre de quien, en su opinión, dio pasos hacia la situación actual de mejoría: “Cuando llegó Fuentes Zorita a la CHS la cosa empezó a cambiar, y no fue por voluntad política sino personal; se peleó con Madrid y lo consiguió, y posteriormente siguieron la estela los gobernantes siguientes, de la autonomía, de la Confederación y del ayuntamiento de Murcia”. Jorge Sánchez también cree que se está produciendo un cambio en los gobernantes de Murcia: “La administración local está cambiando su mentalidad. Antes estaba volcada en otros espacios naturales como El Valle y Carrascoy, que también tienen un indudable valor ambiental, pero al río no se le prestaba mucha

José Carlos Cano: “La gente pasa por el río y se sorprende, y dice ‘¡Coño! ¿Qué pasa aquí?’… ¿Anguilas? ¿Nutrias? ¿Peces? Hay vida, algo pasa .. Y tú fíjate la poca vida que le hemos dado al río, y lo que está respondiendo la naturaleza”

Poste de senderos en la Contraparada Fuente: P.S.S

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atención. Sin embargo, el espacio donde hay más margen para recuperar biodiversidad, para recuperar paisaje y zonas para la gente, y que además los ciudadanos lo tienen mucho más fácilmente accesible, es el río. En el río tenemos un dominio público hidráulico claro y definido, se puede trabajar y hay inversiones previas, y por eso hay mucho margen para actuar y para hacer cosas”. A ese respecto, Julia Martínez no lo tiene tan claro; o sí, pero en sentido contrario: “La Administración con competencias en materia de agua en España está a años luz de lo que ahora mismo se está planteando en otros países. Ahora mismo las administraciones en general siguen dando la espalda a los valores ambientales y ecosistémicos del río Segura, y siguen infravalorando las posibilidades que tiene el río Segura a su paso por Murcia para recuperarlo como un espacio público ciudadano, de disfrute, y a la vez de mantenimiento y de mejora de sus valores paisajísticos y ecológicos. Además, siguen sin darse cuenta de que eso es absoluta y perfectamente compatible con ciertos niveles de prevención y seguridad frente a avenidas, que es la obsesión que se tiene. Se piensa que el río encauzado tiene que ser un mero canal sin vegetación si queremos prevenir inundaciones y avenidas, y eso no es así, y se sabe que no es así desde hace treinta años”. Un ejemplo de plan de regeneración en el que han intervenido diferentes administraciones y colectivos sociales y profesionales de muy diversa índole, es el que se ha llevado a cabo en el entorno de la Contraparada* y en el tramo que une el azud con el centro de la ciudad. José Salvador Fuentes Zorita reflexiona

sobre dicho plan: “Afortunadamente, los proyectos complejos son cada vez más interdisciplinares, y en la recuperación de la Contraparada hemos trabajado ingenieros, pero también biólogos, historiadores…”. Por su parte, Adela Martínez-Cachá, concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento de Murcia, corrobora que “hay una colaboración entre administraciones y también con colectivos”, y pone un ejemplo: “La CHS nos ha cedido un edificio en la Contraparada para que ahí esté centrado todo este proyecto, y para incluirlo en nuestro programa de educación ambiental, para que vayan colegios, asociaciones, y gente de Jabalí Nuevo y de Jabalí Viejo, y que se realicen actividades allí. Y de ese modo, que los murcianos sepan el sentido que tiene la Contraparada: la Contraparada es donde nace la huerta de Murcia, y es un sitio que los escolares prácticamente no conocen”. En ese espacio, que sería asimilable desde el punto patrimonial a la Catedral (y que ha tenido mayor trascendencia histórica para Murcia), se ha trabajado, se está trabajando y se puede trabajar aún más. Jorge Sánchez nos cuenta que ahora mismo ANSE “está trabajando en todo el corredor desde Murcia hasta la Contraparada en un proyecto que financia la concejalía de Medio Ambiente”. ¿De qué forma, exactamente? Jorge responde: “Se está haciendo retirada de especies exóticas, se trabaja en la recuperación del bosque de ribera y en la producción de plantas de ribera en los viveros municipales, y se están haciendo labores de mantenimiento de las plantaciones que se hicieron en la Contraparada”. Adela Martínez-Cachá también habla con Sawar de la colaboración de su concejalía con la asociación ecologista: “Aparte del proyecto Live, el proyecto europeo, el ayuntamiento tiene un proyecto

Adela Martínez-Cachá: “En la Contraparada hay una colaboración con colectivos y también entre administraciones; la CHS nos ha cedido un edificio para que ahí esté centrado este proyecto, y también estamos haciendo plantaciones con ANSE” Fragmento de un cartel explicativo con el logo de la Contraparada Fuente: P.S.S

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MÁS INFo...

* http://lospiesenlatierra.laverdad.es/blog/2758-la-contraparada-de-pelicula


Izquierda: Meandros estrangulados y cauce actual del río, poco antes de entrar en la ciudad Fuente: Elaboración propia sobre imagen de Google Earth Derecha: Plantaciones en la Contraparada Fuente: P.S.S.

con ANSE. A día de hoy, el vivero municipal, que nosotros habíamos dejado de utilizar para la producción de plantas, y que sólo usábamos para tener plantas que comprábamos en otros sitios, lo estamos utilizando de nuevo junto con ANSE para producir planta para recuperar el entorno de la Contraparada. Vamos a ir quitándole espacio a la caña e ir recuperando vegetación de ribera, que se había perdido prácticamente toda. Ese proyecto está en marcha y ya tenemos la autorización de la CHS, que nos dice en qué curvas nos autoriza a hacer plantaciones nuevas, y en cuestión de días se van a poner los primeros plantones. Una vez que ya hemos acercado al murciano a su río, el paso siguiente es recuperar la vegetación y el paisaje”. Hay más gente que se mueve y más instituciones desarrollando un trabajo muy valioso de investigación y de regeneración en el río, y eso a pesar de que cada vez se cuenta con menos dinero para financiar sus actividades. Julia Martínez nos acerca al caso de la Universidad de Murcia: “La UMU tiene distintos departamentos relacionados con la materia que aportan ciencia e investigación, con una multiplicidad de proyectos y de contratos de investigación que van consiguiendo financiación europea o mediante convenios con las administraciones nacional o regional. En el Departamento de Ecología e Hidrología hay un área que estudia los ecosistemas acuáticos, y desde dicho departamento se ha trabajado también en el establecimiento de las condiciones de referencia para cumplir con la Directiva Marco del Agua en el caso de las ramblas, con financiación europea. Además, desde el Observatorio de la Sostenibilidad se trabaja también con proyectos de investigación”.

En opinión de Julia Martínez, hay otros espacios del río dentro del municipio de Murcia donde se puede actuar: “Por ejemplo, una cosa muy fácil que se puede hacer a corto plazo y que no sería cara, sería recuperar los meandros: ahora mismo la mayoría están absolutamente abandonados, hechos un desastre, acumulando derrubios y basura, cuando eso es dominio público hidráulico que se puede recuperar. Esos meandros que ya no son funcionales porque ya no llevan agua, podrían servir para recuperar retazos del bosque de ribera, y además de ser un entorno paisajístico maravilloso para cualquier ciudadano. Recuperaríamos la flora y la fauna que se ha ido perdiendo”. Otras acciones necesarias y complementarias son las que nos cuenta Jorge Sánchez: “Generalmente la gente reconoce el bosque de ribera, pero no es el único tipo de vegetación a recuperar. Hay otro tipo de formaciones herbáceas, como el lirio amarillo o como plantas sumergidas del tipo de los macrófitos, que también hay que recuperar, y ese es un proceso más lento que requiere de intervenciones y también de cambios en la gestión que se hace de las riberas. En el Segura, llegado determinado punto, se siega todo el río y quien aguante, bien, y quien no… Pues desaparece. Eso está ralentizando la recuperación de la vegetación. Queda mucho por hacer”. Por otro lado, ya hemos visto en este mismo número de Sawar que entre los años sesenta y tetenta se canalizó el cauce puramente urbano, los casi tres kilómetros del río Segura que atraviesan de Oeste a Este la ciudad. Se trató de una canalización a todos los efectos, prescidiendo de cualquier atisbo de naturaleza salvo la aportada por el agua que, cada vez en menor cantidad, discurría por su lecho. Le preguntaSawar 65


recreación de embarcadero para piraguas en el río Segura Fuente: José Carlos Cano

José Carlos Cano: “Tener un río vivo genera puestos de trabajo y ya los está generando; se ve que hay movimiento. Hemos estado treinta años de espaldas a nuestro río y ahora vamos a tener que darle la vuelta a los bancos para poder mirarlo” mos a Julia Martínez por aquella intervención, y reflexiona al respecto: “El ataque al río Segura, aunque lo vemos en los años 50 y 60 con la canalización y con la contaminación, ha sido continuado también después del franquismo. Ha sido en los años 80 cuando se empezó a cortar meandros y a rellenarlos con derrubios, cuando se impidió que hubiera ningún tipo de bosque ni vegetación de ribera y se cortaron los árboles… Es decir, que ha proseguido esa actitud de considerar al río Segura como un enemigo y como un mero canal. No nos estamos dando cuenta de que podemos mantener los servicios que presta el río Segura e incluso mantenernos seguros frente a avenidas, pero con un río diferente, como hay en otras ciudades”. ¿Qué sucede en otra ciudades? Julia responde: “A mí me da muchísima envidia cuando salgo de Murcia y veo otras ciudades, algunas incluso más grandes o con más presión industrial, y veo cómo tienen el tramo urbano de sus ríos absolutamente natural y envidiable, con árboles y sin encauzar, y donde los ciudadanos pueden acceder al propio margen del río y pueden incluso bañarse. Los ciudadanos pueden estar allí viendo sauces, álamos… Un verdadero bosque de ribera donde pueden pasear y contemplar una cantidad grande de especies o simplemente sentarse entre los árboles. Eso está ocurriendo no en nuestras antípodas, sino en ciudades españolas como Córdoba o Zaragoza, o en ciudades 58 Sawar

muy cercanas de otros países como Toulouse. Si lo tienen esas ciudades, lo podemos tener también nosotros”. ¿Existen, pues opciones distintas al encauzamiento actual del río en la ciudad de Murcia? Julia Martínez. del Observatorio de Sostenibilidad de la Región, responde sin titubeos: “Por supuesto que hay opciones. Tendríamos que volver a integrar el río como un paisaje nuestro. El encauzamiento del río fue un enorme paso atrás, y considero que fue no solamente innecesario sino también dañino para el río, y creo que podríamos haber gestionado el asunto del riesgo de avenidas de otra manera. Pero ya que está encauzado, a pesar de eso, existen maneras de renaturalizar el río. Eso se puede hacer y no necesitaríamos un desembolso de dinero extraordinario”. Ya ha habido algunas iniciativas que, si bien no hay perseguido expresamente la renaturalización del Segura en su cauce urbano, si que han procurado el acercamiento ciudadano a su río. Por ejemplo, las actividades de piragüismo de Alana Aventura en la ciudad de Murcia, el posible renacer del Club Remo y el proyecto que José Carlos Cano bautizó con el nombre de “El río que nos une”, va en esa dirección: Atraer la atención de la gente y que Murcia se acerque de nuevo al Segura; que no lo miremos por encima del


hombro sino a los ojos. Y además, se plantea como uno de los objetivos el impulso económico que el aprovechamiento del río ofrecería para el turismo y el comercio. José Carlos nos lo explica: “Hemos hecho este proyecto con el visto bueno de todos, y hemos proyectado embarcaderos para piraguas, puntos de nidificación para aves… Esto va a ser una fuente de empleo indirecto importante. El empleo directo será menor, pero el indirecto será importante”. José Carlos Cano cree que “tener un río vivo genera puestos de trabajo, y de hecho ya los está generando”. Y en su opinión, la tendencia es esa, la visión que la ciudad tenía de su río ha cambiado y los ciudadanos lo demandan: “Se ve que hay movimiento en la ciudad de Murcia, que la gente sale a andar, sale a correr, a montar en patines, en bici… Todos los días hay movimiento. Hemos estado treinta años de espaldas a nuestro río, y ahora vamos a tener que darle la vuelta a los bancos de madera que hay junto al río, porque están de espaldas al río. Hay que proteger al río, y más vale tarde que nunca. Por suerte ha cambiado el pensamiento, se han hecho cosas con mucho cariño y eso hay que protegerlo. Es que es una vergüenza, porque nos debemos al río, y no sólo no hemos sabido darle valor sino que encima nos hemos alejado de él. Donde hay un río hay vida, y nosotros hemos destrozado el río. Por eso mi proyecto se llama “El río que

nos une”, porque es el renacimiento del Club Remo y el renacimiento del río Segura”. Con el planteamiento general y con el aprovechamiento ciudadano del río también coincide Jorge Sánchez. El miembro de ANSE afirma que “se aprecia la necesidad de ese cambio en la percepción del río Segura, el dejar de verlo como un simple canal que desarrolla funciones de ingeniería, sino también entenderlo como un espacio para el mantenimiento de la biodiversidad y para el disfrute de los ciudadanos, y para el desarrollo de actividades saludables”. Jorge concluye con una reflexión: “Creemos que en ese camino es donde se encuentra el futuro del río Segura. Se ha dicho tradicionalmente que la ciudad vivía de espaldas al río, y actividades como esas pueden hacer que la gente se implique en la conservación y el mantenimiento del río Segura”. En este punto, todas las personas con las que ha hablado Sawar, aproximan sus posiciones. José Salvador Fuentes Zorita hace memoria: “Con fondos europeos pudimos plantar palmeras y acondicionar varios puestos de pesca, y se han hecho concursos nacionales de pesca en vivo… Y eso significa dos cosas: que hay infraestructuras y que hay vida”. El ex presidente de la CHS prosigue: “En colaboración con el ayuntamiento y financiado por el Plan E, acondicio-

Adela Martínez-Cachá: “La infraestructura que más ha ayudado a que la gente vuelva a mirar a su río, a que Murcia viva de nuevo de cara al río, ha sido el carril-bici; es una obra de la que el ayuntamiento está orgullosísimo ”

un ciclista pasa bajo el Puente Viejo de Murcia Fuente: P.S.S. Sawar 59


namos aquello para que la gente paseara e hicimos los carriles-bici, y también recuperamos los restos de los antiguos molinos que había a la altura del Plano de San Francisco, a ambos lados de la pasarela de Manterola”. Por su parte, Adela Martínez-Cachá se muestra satisfecha de la labor del ayuntamiento en esta materia: “Yo creo que la infraestructura que más ha ayudado a que la gente vuelva a mirar a su río, a que Murcia viva de nuevo de cara al río, ha sido el carril-bici. Es una obra de la que el ayuntamiento se siente orgullosísimo. Cualquier día, a cualquier hora que vayas al carril-bici, ves gente en bicicleta, paseando, corriendo… Y eso ha ayudado muchísimo. Tanto el primer tramo que llega hasta la Contraparada, como el segundo que llega hasta el límite del municipio por el otro lado, el carril-bici nos ha reconciliado con el río”. Además, nos adelanta los planes inminentes del ayuntamiento en cuanto a intervenir en el cauce puramente urbano: “Hemos solicitado permiso a la CHS para hacer un carril-bici junto al cauce urbano desde la pasarela de Manterola hasta la FICA, y parece que no habrá problema. Este carril-bici se hará con un material diferente y con una estructura distinta para soportar posibles crecidas”.

Una de las lecciones de esta historia: Hacer una infraestructura tan sencilla y barata como un carril-bici sirve para recuperar un patrimonio natural y cultural de incalculable valor que Murcia ya tenía, y genera la satisfacción y el disfrute de los ciudadanos. Sin recurrir a la construcción de grandes parques temáticos, sin tener que buscar nuevos recursos, sin grandes inversiones, sin la organización de grandes eventos ni la obtención de prestigiosos títulos como el de Patrimonio de la Humanidad. Montar en bici, o meter un dedo en el agua del río Segura, o ver los cisnes nadando... Y si al nivel del cauce, el río ha estado olvidado, al nivel de la calle puede decirse que sigue estándolo. Un paseo por el espacio urbano más próximo al río sirve para constatar la degradación y suciedad de los elementos en algunos puntos. Se hace más evidente en el contraste con los relucientes puentes blancos, pero también se ve degradación y falta de cuidado del patrimonio monumental en el propio Puente Viejo, lleno de cables y cajas de registro. Sawar hace fotografías a barandillas rotas y atadas con cuerdas, escaleras semiruinosas, bancos de piedra descolgados, pintadas, suciedad... Fuentes Zorita reflexiona sobre ello: “La cuestión es que esas cosas necesitan dedicación. Contemplar el río Segura como un elemento más de la ciudad, como se pueda contemplar Varias estampas de degradación en el entorno del río Segura Fuente: P.S.S.

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el jardín de Floridablanca. Es decir, es una cosa más sobre la que hay que actuar y a la que tengo que cuidar. Cuando éramos ricos y todo era estupendo y maravilloso, se anunciaron unos planes estratosféricos y hasta se trajo al prestigioso Toyo Ito para hacer un parque… Cuando toque, será maravilloso, pero mientras, ¿por qué no tenemos la casa decente? ¿Por qué no tenemos limpia y acogedora la casa en la que vivimos? Es esa es la pregunta que yo me hago como ciudadano”. Preguntada por este tema, la concejala de Medio Ambiente, Martínez-Cachá, reconoce que hay que actuar: “Todo lo que hagamos en las márgenes, aunque lo hagamos nosotros desde el ayuntamiento, debemos hacerlo con el permiso y de la mano de la CHS. Ahora estamos en la recuperación de la vegetación, pero evidentemente, ahora hay que seguir trabajando. El río está ahí, está integrado, somos todos conscientes de que es un espacio y un pulmón verde de la ciudad, y hay que seguir trabajando de cara a él y seguir mejorando”. Sawar insiste en la destrucción del mobiliario urbano junto al río, en la suciedad... Y Adela Martínez-Cachá responde: “Bueno, pues habrá que seguir mejorando en ese sentido también, claro. Hay que seguir trabajando para que mejore”. Este extenso repaso al río Segura, aguas arriba y aguas abajo, va concluyendo con algunas reflexiones finales al respecto del futuro y de la importancia que

tiene que los ciudadanos se impliquen en la defensa de su patrimonio cultural y natural. En el plan de José Carlos Cano para retomar el Club Remo y las piraguas, el gerente de Alana Aventura se muestra esperanzado con el futuro: “El Club Remo va a volver, no hay otra, no podemos decir que no. Los hechos van a hablar y todo llegará. La gente no se lo cree, algunos dicen que ojalá… Pero está gestándose y tendrá su sede y todo, muy cerca de donde estuvo. Como muy tarde, en la primavera de 2015 se hará una fiesta para celebrar eso. Lo más difícil ya se ha conseguido, y es que baje agua, y que haya vida, fauna y flora, y lo demás vendrá. La gente tiene que empujar y querer disfrutar del río. Por ejemplo, sólo con pararse a observar, ya se está disfrutando del río: la gente pasa por los puentes un día y otro día, y piensan, ‘pues será verdad’. Hacen falta más personas dispuestas a creer, a creer de verdad, porque así las cosas vendrán. Hace diez años yo estaba sólo y nadie daba un duro por esto. Esto era una idea Quijotesca, el que el río renaciera y poder remar. El espíritu del Club Remo sigue vivo y aunque no será lo mismo, porque los tiempos han cambiado, el club volverá”. La concejala MartínezCachá tampoco oculta su ilusión: “El río tiene que ser un espacio verde, necesariamente. A mí me hace una ilusión especial porque, por primera vez, vamos a poder estar andando pegados totalmente al río. Y también me hizo mucha ilusión pasar por debajo del Puente Viejo con una piragua”. José Salvador Fuentes Zorita se muestra crítico al respecto de la ciudadanía y su defensa del río. Lo explica: “Si existiera una demanda social real, las administraciones no tendrían más remedio que cuidar eso. En Sawar 61


Fuentes Zorita: “Puede que no haya habido un murciano más feliz que yo, cuando en la última avenida que hubo, fui con mi mujer y nos sentamos a ver cómo pasaba el agua por encima de la Contraparada y cómo relucían los árboles”

Julia Martínez: “Hay una necesidad ciudadana de tener un río limpio y vivo, lo que pasa es que muchas veces esa demanda no cristaliza de una forma explícita; pero la gente, a la mínima iniciativa de acercar el río a los ciudadanos, se ha acercado”

cambio aquí, hemos ido por delante las administraciones. No me coloco ninguna medalla pero la sensibilidad el organismo de cuenca ha ido por delante en aquellos años, y ahora es cuando veo que empieza a haber más sensibilidad…”. José Salvador recuerda un momento concreto de su relación con el río: “Puede que no haya habido ningún murciano más feliz que yo, cuando en la última avenida que hubo, fui con mi mujer y nos sentamos a ver cómo pasaba el agua por encima de la Contraparada y cómo habíamos recuperado todo aquello, y cómo se veían los árboles relucientes y cómo se había recuperado la vegetación… Y claro, aquello estaba lleno de gente, de padres con sus hijos que habían ido a ver aquello porque no se lo creían”. En el caso de la ciudad, explica que “en Murcia, con las sucesivas talas de árboles, la verdad es que si el río se adecentara sería el espacio natural más céntrico y la gente se pasearía por el río Segura”. Para él, “es perfectamente posible recuperar la margen izquierda a lo largo de toda la ciudad”. En opinión de Julia Martínez, “sí que hay una necesidad y una demanda ciudadana de tener un río no solamente limpio, sino sobre todo vivo, lo que pasa es que esa demanda muchas veces no cristaliza de una forma clara y explícita”. Y argumenta su postura: “De hecho, cuando ha habido la más mínima iniciativa de acercar el río a los ciudadanos, los ciudadanos se han acercado. Esas iniciativas, que me parecen aisladas y hechas de cara a la galería, sin embargo demuestran que sí que hay ganas, necesidad y demanda por parte de los ciudadanos de poder disfrutar de su río. Lo hemos visto por ejemplo, cuando se han hecho días de pesca…”. ¿Qué más se puede hacer? Julia expone unas claves: “En el momento en que tuviéramos bosquetes y un sendero peatonal, y que fuéramos 62 Sawar

recuperando el río en el municipio, y que se recuperaran los sotos y los meandros, y que aunque el río siga encauzado, tratáramos de naturalizarlo… Todo eso implicaría un cambio que volvería a llevar a los ciudadanos al río, y en ese momento se reforzaría el apoyo ciudadano para seguir recuperando y mejorando el río no sólo en este tramo, sino también aguas arriba y aguas abajo. Por ejemplo, no valdría plantar cualquier tipo de árbol, sino que hay que recuperar el ecosistema que se ha perdido, el bosque de ribera que tenía el río Segura con las especies que están adaptadas a este río. Es decir, que no vale considerar al río como un jardín urbano, sino que hay que naturalizarlo con las especies autóctonas que le corresponden. Todo eso se puede hacer en el tramo urbano de Murcia compatibilizándolo con su carácter de río encauzado”. Por su parte, José Salvador Fuentes Zorita concluye con una exhortación para los murcianos: “Tiene que haber una demanda social que defienda su río, porque el río es de todos. Tiene que defenderlo la gente, porque si la gente no lo defiende, intereses espurios va a haber siempre. La tentación de tirar porquería al río como si fuera una papelera, o intención de sacar del río más agua de la permitida para regar una hectárea más, eso va a existir siempre, pero si la sociedad es fuerte y defiende su río, la Administración no tendrá más remedio que cumplir con los deseos de la sociedad. La Administración se tiene que sentir respaldada con la sociedad, y no puede ser que vaya y multe a los que contaminan, y que la consecuencia sea que la población vote a los que contaminan y expulse a los que se han atrevido a ponerle el cascabel al gato. Y eso que digo no va en contra de los grupos que tienen mayor conciencia social, ni mucho menos, solo digo que hay que ser consciente de que en el siglo XXI la sociedad es compleja y aquí no hay botones mágicos”.


No es que este medio quiera alentar la proliferación de pintadas; todo lo contrario. Y menos en un monumento como el que plasma esta imagen (la pintada agrede a las piedras del Puente Viejo). Sin embargo, esa misma pintada la hubiera podido hacer la ciudad de Murcia para referirse al río Segura. Sin el río, Murcia no tiene sentido. En cualquier caso, tanto para la ciudad como para el escribiente real de dicho mensaje, recomendamos el papel, o incluso twitter, como medios más apropiados donde difundir sus reivindicaciones de amor.


entrevista

JoSé CArLoS González Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura “Somos herederos de una historia muy larga; aquí existen aprovechamientos inmemoriales con unos derechos adquiridos, y con un sector económico que depende del recurso” En el Palacio Fontes de Murcia, edificio del siglo XVIII rehabilitado hace no muchos años, y hoy sede de la CHS, se respira aire institucional: grandes murales de Carpe y de José Lucas, esculturas alegóricas de Antonio Campillo y de Francisco toledo, arcos de piedra y una escalera de noble porte, confieren al espacio la dignidad de un organismo antiguo y respetado. Y el árbol de Navidad que hay en el vestíbulo nos sitúa en el momento presente. Nada más salir de una reunión, José Carlos González, Comisario de Aguas, recibe amablemente a Sawar en su despacho acompañado por el jefe de prensa de la institución, para hablar del río Segura hoy, y sobre todo, mañana. La primera pregunta es la misma que Sawar ha formulado al resto de personas que participan en este número. A grandes rasgos, en su opinión, ¿A qué se debe la rápida mejora de la calidad del agua del Segura en general, y en concreto en la ciudad de Murcia? Pueden ser varias las causas, pero si hay que destacar alguna, es el Plan de Saneamiento de la Región de Murcia que permitió que los residuos urbanos, que en porcentaje suponen la mayoría de los vertidos en la cuenca del Segura, se eliminaran con la construcción de depuradoras modernas, adaptadas a los requerimientos de la Unión Europea. Además, al ser un río con escaso caudal, cualquier vertido es bastante impactante sobre su calidad. Una vez que se ha podido disponer de este nuevo parque de depuradoras, uno de los principales problemas ha quedado eliminado. A eso hay que sumarle que gran parte de las aguas que se vierten ahora, también pueden ser reutilizadas, y es una presión que le quitas al río. Pero en general, se puede hablar de la conjunción de varios factores para esa mejora. 64 Sawar

En cuanto al compromiso de regeneración del río a su paso por la ciudad de Murcia que adquirió la CHS, con Fuentes Zorita como presidente junto con otras instituciones, y que pretendía la recirculación de caudales… Ese proyecto, si no recuerdo mal, estaba ya en el anexo de obras del Plan Hidrológico Nacional en el año 2001. Es decir, que ya desde entonces se contempló dentro de un listado inmenso de obras a realizar en toda España. En aquel momento se incluyó como compromiso de la administración del Estado con la regeneración del río a su paso por Murcia, y actualmente, en cuanto a la recirculación de caudales, ese proyecto ya ha sido finalizado. Parece que el objetivo de recuperar el río desde el punto de vista medioambiental y ciudadano viene de muy atrás, incluso de los años ochenta, pero siempre se ponía al final en el listado de prioridades y no se alcanzaba nunca en la práctica. ¿Estamos más cerca de verlo hoy? Estamos cerca, estamos cerca… Ya se ha llegado a una situación de mejora del río, y aunque todavía


“La causa destacada de la mejora en la calidad del agua del río Segura es el Plan de Saneamiento de la Región de Murcia, que permitió que los vertidos urbanos se eliminaran con la construcción de depuradoras modernas”

quedan cosas por mejorar, eso ya sería poner la guinda al pastel. Lo fundamental, el trabajo de más largo recorrido, ya está hecho. Faltan acciones puntuales. Volviendo con el plan de regeneración del río en la ciudad, en efecto, la recirculación de caudales ya está hecha, pero el dragado de los lodos está aún pendiente de ejecución: ¿Se sabe cuándo se podrá acometer dicha obra? Esa es una cuestión de la Dirección Técnica de la CHS, pero yo creo que a lo largo de 2014 se llevará a cabo. Es una obra compleja y delicada que hay que planificar muy bien. Y en cuanto a los sondeos que también se hicieron en Murcia, y que extraían agua de acuíferos subterráneos para aportarla al río, ¿es una medida complementaria a la recirculación? Son cosas distintas. La recirculación en sí no genera nuevos recursos. Es lo mismo que ya tenías, que da la vuelta. Aguas abajo no se nota efecto, sólo se notará a la hora de ponerlo en marcha porque habrá un

bajón de agua en el río hasta que vuelva a caer, y luego eso se estabiliza y ya está, no hay ni más ni menos agua. En ese sentido, no sirve para atender demandas de agua, sirve para que haya un caudal mínino a su paso por Murcia por motivos ambientales, sanitarios o hasta estéticos, si queremos. La finalidad de la batería de sondeos que se hizo en la última sequía es distinta. Al sacar agua no del río, sino del acuífero, lo que se hace es aportar recursos al río Segura. y está orientado a atender las necesidades de los usuarios en época de sequía, con lo cual sí que generas nuevos recursos en el río, aunque a costa del acuífero. Por lo tanto, son cosas distintas. Más allá de soluciones como los sondeos o la recirculación de caudales en el caso de la ciudad, para que el río se regenere y para que sea un río vivo, y para que se pueda provechar también por parte de los ciudadanos, tiene que llevar agua. Con el agua de la que dispone la cuenca en la actualidad, ¿Existe margen real en su gestión y aprovechamiento para que baje más caudal por el río? En mi opinión, a día de hoy no hay margen para aumentar el caudal. Aumentar el caudal del río implicaría aumentar el volumen desembalsado, y ahora mismo se desembalsa lo justo para atender las necesidades de los usuarios existentes. Desembalsar más, implicaría perjuicio para los usuarios y mayores problemas para el suministro, esencialmente al regadío, que es el que hace uso aguas abajo de la Contraparada. Por eso yo veo muy complicado compatibilizar eso con el aprovechamiento que se hace actualmente del río Segura. Sawar 65


Estamos hablando de un río que ha dado mucho de sí en su historia, pero al que se le sigue pidiendo mucho aún hoy, cada vez más. Es cierto que somos herederos de una historia muy larga. Aquí existen aprovechamientos inmemoriales con unos derechos adquiridos, y con un sector económico que depende del recurso. Y claro, hay que compatibilizar esos usos con otros, también legítimos y necesarios, como es el que haya un buen estado ecológico del río Segura. Hacia eso van orientadas las medidas que se pretende implementar con la planificación hidrológica: su objetivo es seguir mejorándolo, y si es posible, mejorar el estado ecológico del río Segura y aumentar los caudales circulantes, pero claro, eso requiere de aquí en adelante adoptar una serie de medidas que no son de un día para otro, sino que son de largo recorrido.

de agua muy modificada, porque en cualquier ciudad del mundo, y no sólo en Murcia, el río que la atraviesa ha perdido sus características naturales y está encauzado, encajonado y sometido a un estrechamiento por la propia morfología de la ciudad. La Directiva dice que, en estas masas de agua, hay que conseguir alcanzar lo que llama el ‘buen potencial ecológico’. Es decir, que aquí no pide que haya un buen estado ecológico porque eso sólo se puede alcanzar en río naturales, pero sí un buen potencial.

¿Cuál es, entonces, la diferencia entre ambos requerimientos? Asumiendo que son ríos que están modificados, que están encauzados y que hay población en sus riberas, alcanzar un buen potencial ecológico significa que tengan el mejor estado posible teniendo en cuenta esas restricciones. Eso puede necesitar, y de hecho necesita, que haya un caudal mínimo circulante para La Directiva europea Marco del Agua, de aplicapermitir ese buen estado, un buen estado químico y ción en todo el territorio de la unión Europea, pide de cierta vida piscícola, de ribera asegurar unos caudales míniy demás. Ese es un objetivo que mos. ¿Se puede cumplir en el “A día de hoy, no hay nos marca la Directiva, y por lo caso del río Segura? margen para aumentar el tanto, al que estamos obligados, La Directiva habla de masas de caudal circulante porque eso pero para eso está la planificaagua, que en el caso de las implicaría aumentar el ción hidrológica: para definir un aguas superficiales, serían volumen desembalsado, y objetivo y para concretarlo, tramos de río homogéneos, y ahora se desembalsa lo justo además distingue masas de agua para atender las necesidades porque es una directiva genérica para toda Europa y hay que naturales de masas de agua muy de los usuarios existentes, entrar en el caso concreto. Hay modificadas. El río Segura, en su básicamente del regadío” que definir el programa de meditramo medio y bajo, es una masa

Puente de la autovía sobre el Segura, entre Jabalí Nuevo y Jabalí Viejo Fuente: P.S.S

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das que vas a poner en marcha para alcanzar ese objetivo.

“Lograr, en la medida de lo posible, mejorar el estado ecológico del río y aumentar los caudales circulantes, requiere adoptar una serie de medidas que no son de hoy para mañana, que son de largo recorrido”

¿De qué plazo hablamos para el cumplimiento de la Directiva en el río Segura? En teoría termina en 2015, ¿Verdad? Pues probablemente el del río Segura sea uno de los casos en los que se prorrogue. Es verdad que la Directiva determina por defecto que los Estados miembros deben alcanzar el buen estado o buen potencial ecológico de sus masas de agua en 2015. No obstante, la propia Directiva establece que pueda haber prórrogas hasta 2021 o 2027, si el coste social y económico de las medidas es muy elevado. Y aunque nosotros no nos hemos planteado esa opción, incluso se podrían plantear objetivos menos rigurosos que los de la Directiva, justificando adecuadamente que alcanzarlos es inviable técnica o económicamente. Es decir, que con la Directiva Marco, es un hecho y una tendencia difícilmente evitable el que, incluso en una cuenca tan explotada históricamente como la del Segura y tan orientada hacia la agricultura, al final haya que procurar más caudal en el río para llegar a ese buen estado o buen potencial ecológico de sus masas de agua, y que surjan o se potencien los nuevos usos recreativos. Sí, sí… En los últimos años hemos tenido un boom de usos recreativos del río Segura. En la zona entre Cieza y Abarán es frecuente y abundante, y empezamos a

tener problemas hasta de saturación entre los propios usuarios, entre las empresas de turismo activo ya hay sus más y sus menos, porque no deja de ser un cauce estrecho y limitado, y son muchos los que quieren hacer uso de él.

Desde el punto de vista medioambiental, en los últimos tiempos los murcianos nos hemos visto sorprendidos con noticias sobre la recuperación de fauna derivada de esas acciones de mejora en la calidad del agua: nutrias, anguilas… Sin embargo, queda pendiente, por ejemplo, recuperar la vegetación de ribera perdida, algo que se va haciendo poco a poco en el tramo Contraparada-Murcia. En el tramo urbano y a pesar de su encauzamiento, ¿Se podrían también renaturalizar las márgenes del río? Es una pregunta delicada y difícil de contestar. No hay que olvidar que el trazado actual del río Segura es consecuencia de un Plan de Defensa contra Avenidas. Tenemos una sección de diseño pensada para desaguar los máximos caudales posibles en caso de que vengan avenidas, y claro, la cuenca del Segura es compleja de seccionar por la sequía y por los eventos extremos de riada. Desde que se hizo ese encauzamiento de río, se quedaron descolgados los sotos y meandros de las márgenes, y aun siendo deseable desde el punto de vista estrictamente ecológico revegetar esos márgenes, tiene como contrapartida que eso pueda suponer una merma de la capacidad de esa Sawar 67


vía de drenaje. Eso implicaría que sería capaz de evacuar menos caudales, y por lo tanto, desbordaría antes y con mayor intensidad en caso de avenida. Conjugar esas dos facetas es muy delicado…

En la CHS tenemos experiencias de ingeniería verde, de actuaciones que no van ligadas a obras civiles al uso. Por ejemplo, tenemos redactados varios proyectos para recuperar la vegetación de ribera en muchos tramos del río Segura; no en la ciudad de Murcia, pero ¿Y cómo se puede hacer? sí aguas arriba de la Contraparada. La idea es ir Ahora estamos inmersos en la elaboración del Plan de eliminando vegetación invasora, como la caña, porque Cuenca para lograr el objetivo del buen potencial hay aspectos que requieren la implicación activa del ecológico, pero también lo estamos en los trabajos hombre para poder recuperarlos. Tenemos esos para hacer el Plan de Riesgo de Inundación, y habrá proyectos de ingeniería verde preparados y estamos que poner en una balanza las dos facetas: Proteger la esperando a que se abra un nuevo periodo de finanvida y las haciendas de los ribereños, y lograr el buen ciación FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo potencial ecológico. En ese difícil equilibrio es donde Regional) para acometerlos. También estamos embartenemos que movernos, y por eso mi respuesta a la cados en un proyecto Life para poner escalas de pregunta anterior sería que sí, pero con precaución y peces en azudes del río, que también considero que eligiendo con mucho cuidado dónde. Habrá algunos sería ingeniería verde… Y en cuanto a la ingeniería sitios en los que no se podrá. gris, a las obras civiles puras, yo no creo que sean incompatibles. Hay que penEn cuanto al aprovechasarlas bien y, como siempre, “Estamos elaborando el Plan de miento ciudadano de su río, ponderar los pros y los conCuenca para lograr el buen el ayuntamiento está elabotras. No siempre es negativa, potencial ecológico, y también el al contrario: se genera energía rando el proyecto del carrilPlan de Riesgo de Inundación, y hidráulica, se mejoran los bici en la margen izquierda habrá que ponen en una del cauce urbano, que adeaprovechamientos en cuestión balanza las dos facetas: proteger de regadíos… Yo creo que más se quiere hacer con mala vida y haciendas, y lograr el teriales que puedan soportar todo hay que verlo en un buen potencial ecológico” el agua. Supondría mejorar contexto más amplio. un espacio que, de hecho, ya está siendo utilizado. otro ámbito en el que se puede desarrollar la ingeSí, ya he visto personas que lo usan, y es un uso niería verde serían los meandros que ya han sido lúdico del río. Yo creo que es deseable que la gente estrangulados y que son dominio público hidráuse acerque al río y que lo aproveche de forma normal lico, en los que se puede recuperar la vegetación y natural. de ribera. Sí, esos terrenos eran dominio público hidráulico y lo Y desde el punto de vista de la seguridad, tampoco siguen siendo mientras no se desafecten formalmente. habría peligro de que una riada sorprendiera a los Por eso son susceptibles perfectamente de plantar ciudadanos. ¿Con qué recursos cuenta la CHS vegetación, y en algunos casos se ha hecho, y para prever esos fenómenos? convertirlos en reservorios, si queremos llamarlos así, La tecnología nos permite conocer con relativa antede vegetación de ribera. lación los episodios de crecidas. El SAHI, el Sistema de Automatización Hidrológica, nos da en tiempo real ¿Se podrían desafectar esos meandros? las mediciones de caudales y de precipitaciones en Sí, porque han perdido su funcionalidad hidráulica, y muchos puntos del río, aparte de los avisos que tamentonces pasarían a ser patrimonio del Estado. Son bién lanza con antelación la Agencia estatal de Metematices jurídicos: el dominio público lo es por su natuorología. Todo ello permite conocer con suficiente raleza, y cuando pierden esa naturaleza, hay un antelación una enevtual crecida del río Segura. procedimiento de desafectación tras el cual pasa a ser patrimonio no de la Confederación, sino del Estado. ¿Qué opinión le merece el recurso de la ingeniería Una vez que llega a esa fase ya ni siquiera dependería verde en estos planes de regeneración y mejora de la CHS sino del Ministerio de Hacienda, que podría del río, en contraposición a la ingeniería gris del hacer con esos terrenos lo que quisiera. De momento, siguen siendo dominio público hidráulico y por tanto cemento? ¿Se ha hecho uso de acciones de ingeestán bajo nuestra supervisión. niería verde en la cuenca del Segura? 68 Sawar


Para acabar, ¿Cómo se gestiona una institución como la CHS, con tantas administraciones y colectivos implicados en un tema delicado como el agua? Las Confederaciones Hidrográficas han sido siempre, por su naturaleza, de origen asambleario y de participación de los usuarios, y más de los usuarios que de las administraciones públicas, si se me apura, porque nacieron por y para atender las necesidades de los ususarios del agua. Más adelante, sobre todo con la ley del agua de 1985, se dio cabida a todas las administraciones territoriales afectadas, porque claro, somos organismos singulares que al abarcar más de una comunidad autónoma, todos tienen voz y voto en la Junta de Gobierno y en el consejo del Agua de la demarcación. Son varios los órganos colegiados en los que tienen parte. Y básicamente, yo creo que con diálogo. Se trata de solucionar los problemas de todos los usos implicados en el agua. En una cuenca como la del Segura es especialmente difícil, porque hay usuarios de aguas arriba que puede que no se lleven bien con los de aguas abajo, o de subterráneos con superficiales, o los usuarios de usos recreativos con los de regadío, o los hidroeléctricos con ninguno... (Risas). Es complicado, pero en el fondo todo el mundo es consciente de que conviene llegar a acuerdos, porque si no los hay, va en perjuicio de todos. Eso ayuda a que se pueda alcanzar el consenso.

Claro, pero es que eso en la Confederación está a la orden del día. Yo ahora mismo salgo de una reunión de la Comisión de Desembalses, y ahí se reúnen los usuarios de las aguas del río con la administración, con la CHS, para debatir cuál va a ser el régimen de llenado y vaciado de los embalses; es decir, que no es una cosa que nosotros decidamos arbitráriamente. Nos reuimos con ellos, que son los que van a regar con el agua de ese embalse, para decidir cómo y en qué condiciones se van a hacer las cosas. Y es que ni nos planteamos porque eso va en la genética de las cobfederaciones y es así desde siempre.

Eso del consenso nos suena a algo cada vez más lejano, y dentro del debate y de la lógica discrepancia, debería ser lo normal.

Eso es todo, muchas gracias por su tiempo. De nada, encantado.

Podrían funcionar así otras instituciones... Pues sí, y quizá en otros ámbitos sería deseable que se extendieran estos criterios... Hombre, también es que, los que sos técnicos, intentamos siempre dar el análisis y la valoración puramente técnica y objetiva de la situación, de los datos y de los hechos, para que los políticos, que también entran en juego, dejen la lucha partidista a un lado y se centren en la resolución de los problemas. Por supuesto, siempre hay debate y siempre hay disensiones, pero eso entra dentro de los normal. tampoco estaría mal que los políticos les hicieran más caso a los técnicos (risas). No, yo creo que sí hacen caso, sí hacen caso...

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¡Gracias! Sawar 71


SAWAr MurCIA quiere dar las gracias por la ayuda en la elaboración de este número a: José Carlos Cano, Julio Muñoz, Joaquina Balsalobre, José Salvador Fuentes Zorita, Julia Martínez, Jorge Sánchez, José Carlos González, Adela Martínez-Cachá, María Manzanera, Mª Ángeles Muñoz, Pedro Jesús Fernández, José Antonio Moreno, Enrique de Andrés, Begoña García Retegui, Francisco Turrión, Antonio Vicente Frey, Fernando Miguel García, Marcos Ros Sempere, José Luis Andrés, y a todas aquellas personas que han respondido, orientado y colaborado en la elaboración de este reportaje; gracias también a los autores de los textos usados como fuente documental y citados en el mismo. Gracias a Tete López y a Oxfam Intermón por volver a incluir un anuncio de su admirable labor en esta revista. Sawar Murcia ofrece todo su apoyo a la campaña ‘Alimentos con poder’. Gracias también a Ángeles y a ANSE, que durante este año 2013 ha celebrado su 40 aniversario. Mucha suerte también a DARMUR, Defensa Animal, que comienza su actividad. Gracias a todos los que han colaborado con Sawar Murcia durante este año, tanto en su elaboración como en su difusión. -Si te interesa Sawar Murcia, Lee online todos sus números: http://issuu.com/sawarmurcia -Síguenos en twitter: @SAWARMURCIA -Síguenos en Facebook: www.facebook.com/pages/Sawar-Murcia -Y si quieres hacernos llegar algún comentario o idea,envía un mail a: sawarmurcia@gmail.com Sawar Murcia no se hace responsable de las opiniones recogidas en sus páginas


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