Sawar Murcia Nº5: Palabra de guía

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Sawar Revista mensual y digital sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia Noviembre de 2013. Número 5

La guía Ema Pokorná explica la Catedral a un grupo de turistas

ISSN: 2340-387X

Origen, profesionalización y situación actual de uno de los oficios más antiguos dentro del sector del turismo:

El guía turístico

Palabra de guía


Revista mensual, digital e independiente sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia

Sawar

“La cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden”

ISSN: 2340-387X SaWaR MuRCIa Revista mensual, digital, gratuita e independiente sobre historia, patrimonio y turismo editada en la ciudad de Murcia por Pedro Serrano Solana Noviembre de 2013

DECLaRaCIÓN DE MÉXICO SOBRE LaS POLíTICaS CuLTuRaLES

Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales - uNESCO - México D.F. 1982

* http://portal.unesco.org/culture/es/files/35197/11919413801mexico_sp.pdf/mexico_sp.pdf


ajuar: del árabe hispánico “assiwár” o “asuwár”, y éste del árabe clásico

“sawar”

sumario

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Editorial

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El hombre que dio nombre a un oficio Del cicerone al guía turístico

12

guías de ley

18

Ser guía en Murcia

30

guías unidos

34

Entrevista a Enrique ujaldón

40

Opinión: “El guía en Murcia”

41

Desarrollo legislativo de la profesión

El oficio contado en primera persona

El asociacionismo

Director general del Instituto de Turismo

Por Ñaco Benedicto

Opinión: “guías, otro oficio de la cultura en peligro” Por Luis gallego

43 La cultura y el patrimonio histórico, artístico y natural son el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e inmateriales que recogemos de nuestros antepasados y que debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y transmitir a las generaciones venideras. Es lo que nos une al pasado y al futuro. Es de todos.

así fue el número anterior



editorial

La cultura rentable ¿Quién puede poner precio a lo recogido en el texto de la UNESCO que abre este número de Sawar? La cultura da sentido al ser humano. Sin ella somos organismos simples, desarmados y fácilmente manipulables. Sin la cultura, la única misión que tendremos en nuestra corta vida será, con suerte, trabajar y consumir y trabajar y consumir sin el más mínimo espíritu crítico, sin cuestionar nada de lo que le pase a los demás y aun a nosotros mismos. Hoy en día no se habla tanto de la crisis de valores como de la crisis económica, y ambas guardan una estrecha relación: Los casos de corrupción, por ejemplo, de los que hay quienes salen sin mácula política ni judicial, o los recortes en sectores esenciales para el interés general mientras se aumenta o no se recorta el gasto en áreas de beneficio particular, son muestras de que de la crisis de valores que sufrimos se derivan gran parte de nuestros problemas. Sin la educación y la cultura no somos nada. El turismo y su ‘democratización’ como fenómeno de masas, además de llenar nuestras nuevas necesidades de ocio y consumo, ha sido fuente de cultura y al mismo tiempo -casi diríamos que en primer lugar-, ha posibilitado la estima, recuperación y conservación de espacios naturales y monumentales que posiblemente habrían desaparecido de no ser por el rendimiento económico que el turismo genera a su alrededor. Así es el sistema: sólo ve la idoneidad y conveniencia de algo si reporta dinero directo. Dentro de la enorme estructura del mercado turístico, que abarca tantas empresas y tan variadas áreas de negocio, aparece en escena el guía de turismo, el intérprete que media entre el turista y el destino y que va a centrar la mirada de este número de Sawar: Se trata de un profesional con dotes comunicativas y amplia formación en los ámbitos más diversos, desde la geografía a la historia y el arte, pasando por el control absoluto de horarios, recorridos, eventualidades y hasta de psicología y manejo de grupos humanos. Háganse cargo de lo que eso supone... Hay muchos tipos de guías turísticos, tantos como personas ejercen la profesión. Un trabajo en el que la herramienta es la palabra y la materia prima es el conocimiento, y en el que la fabricación y el consumo son simultáneos; un servicio, en definitiva, en el que todos los intervinientes son personas, tanto el que lo presta como el que lo recibe, es por fuerza un terreno movedizo, sujeto a cierta inestabilidad y a hechos que se escapan de cualquier control. Cuanto mayor sea la formación cultural del guía, y cuantas más habilidades posea y mejor

domine los aspectos técnicos del terreno que pisa, menos opciones hay de que una visita guiada se convierta en un tiempo lastimoso para el guía y para el visitante. Pero aún así, nadie puede tenerlas todas consigo. El guía debe tener empatía y ser simpático y ameno sin caer en la bufonada; debe ser expresivo sin convertirse en protagonista de una tragedia griega; debe saber qué clase de grupo tiene delante, cuáles son sus intereses, su origen y su grado de formación para adaptar su discurso al nivel de comprensión de quien le sigue; el guía debe hacer de cada visita un momento único, particular y casi irrepetible (o que así lo perciba el visitante), para acercar a los ojos ajenos todo lo que tienen delante. El guia es el rostro del lugar que se visita, pero también lo es del visitante. En este último sentido, la información que el guía puede reportar a las autoridades turísticas de un lugar, como intermediario entre el destino y el turista y como profesional cualificado, es sumamente valiosa y abarca cualquier ámbito: limpieza, conservación del patrimonio, seguridad, comodidad... El guía puede aportar sugerencias propias o trasladar las de su clientela, que sirvan para mejorar el destino turístico y, al mismo tiempo, amplíar las posibilidades de obtener un rendimiento para la población local, ya sea por el aumento del turismo como por el uso que los propios habitantes harán de los espacios mejorados y cuidados. Para acercarnos a la profesión del guía, a su pasado, su presente y su futuro en Murcia, y para saber cuáles son los problemas que les preocupan, cuál es su opinión sobre el turismo local y hasta sorprendernos con alguna anécdota, Sawar ha hablado con guías y con otros protagonistas del sector: con el Director General del Instituto de Turismo, Enrique Ujaldón; con el presidente de la Asociación Regional de Guías de Turismo de Murcia (ASGUIMUR) Antonio Frutos; con los guías y empresarios Mayca Dengra, Delia Saavedra y Miguel Ángel Pomares, con la guía Elisa Franco, con el presidente de la Federación Europea de Asociaciones de Guías Turísticos, Carlos Ortega, y con la presidenta de la Federación Mundial de Asociaciones de Guías Turísticos, Felicitas Wressnig. Además, este número cuenta con los artículos de opinión de Luis Gallego y Ñako Benedicto y la colaboración de otras personas relacionadas con el asunto tratado, que nos ayudarán a dibujar el panorama general del guía de turismo de Murcia. Disfruten de la visita. Sawar 5


CICERÓN el hombre que dio nombre a un oficio M ucho se puede decir de Marcus Tulio Cicero (106-43 aC), llamado Cicerón en español: Que fue escritor, filósofo, político, historiador, jurista y orador, quizá el más grande de la República de Roma; que además de la oratoria dominó el género epistolar; que creó un vocabulario filosófico en latín; que se opuso a la dictadura de César y que fue ejecutado por orden de Marco antonio. Sin embargo, Cicerón nunca se puso delante de un grupo de turistas calzados con calcetines y chancletas, portando cámaras de fotos y mapas y arremolinándose frente a las tiendas de souvenirs y los aseos de los bares. ¿De dónde viene, pues, ese clásico apodo de ‘cicerone’ con el que se empezó a denominar al guía turístico? No está nada claro, aunque según parece, el uso del término es bastante reciente.

Si acudimos a la primera fuente de información sobre nuestra lengua, el diccionario de la Real Academia*, veremos que el significado de cicerone es el de “Persona que enseña y explica las curiosidades de una localidad, edificio, etc.” , y además descubriremos que se trata de una palabra de origen italiano que se aplica a los guías debido a su facundia. Y como esta última palabra tampoco es muy conocida en español, también incluimos su definición: “(Del latín ‘facundia’): Afluencia, facilidad en el hablar”. Ya sabemos la relación entre Cicerón y los primeros guías turísticos, aunque no deja de ser un tanto extravagante porque las cualidades del filósofo romano eran muchas y variadas, y porque el oficio del guía precisa de otros elementos además del de dominar el arte de la comunicación oral. Sobre el momento y lugar en el que el guía recibió el apelativo coloquial de cicerone hay menos noticias. Dado que los ingleses fueron de los primeros en viajar, y también en describir aquello que veían y la forma en que lo veían, recurrimos al Merriam-Webster Dictionary** de la Enciclope-

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dia Británica y damos con la siguiente definición: “A guide who conducts sightseers”, es decir, el guía que dirige a los visitantes. Al igual que el diccionario de la RAE, se refiere el origen italiano de la palabra derivada del filósofo romano Cicerón, pero se añade una información adicional: Que el primer uso conocido del término cicerone data de 1726. En la edición de 1913 del Webster Diccionary*** se explica que cicerone es “quien enseña a los extranjeros las curiosidades de un lugar”, y aporta una frase con cierto sentido denigratorio para aquellos que se dedicaban al oficio en aquel momento: “Cualquier simple y locuaz mercenario que enseña a los extranjeros sus galerías de pinturas, palacios y ruinas, es llamado por ellos (por los italianos) un cicerone o cicerón”. El uso del término ‘mercenario’, ‘hireling’ en idioma inglés, se puede explicar mejor como aquel que trabaja de manera individual y eventual a cambio de unas monedas, pero no deja de ser peyorativo e indica la poca fiabilidad que los extranjeros, principalmente los ingleses, solían otorgar a esos primeros guías aficionados, cuyos conocimientos no podían ser contrastados y detrás de

* http://lema.rae.es/drae/?val=cicerone ** http://www.merriam-webster.com/dictionary/cicerone *** http://www.webster-dictionary.org/definition/cicerone


El término CICERONE aludía a la capacidad de oratoria de quienes empezaron a explicar el patrimonio local a los primeros viajeros ingleses a cambio de unas monedas

Aunque CICERONE proviene del italiano y deriva de Cicerón, debieron ser los ingleses los que extendieron su uso para referirse a los primeros guías aficionados

Del CICERONE al guía de turismo cuyo trabajo pesaba más el deseo de ganar dinero que el de ser riguroso en las explicaciones. Su labor no distaba mucho de la de aquellos que, sin preguntar, se abalanzan todavía hoy sobre los turistas que llegan a una estación de tren en algunos países y agarran las maletas para portarlas; así debían lucir los monumentos italianos, griegos o españoles entre finales del siglo XIX y principios del XX, con jovenzuelos y no tan jovenzuelos rondando las vetustas piedras a la caza y captura del despistado viajero inglés o francés, mientras el resto de los lugareños, perplejos ante la llegada de aquellos exóticos personajes, proseguían con sus tareas cotidianas. Y aunque en voz de los propios ingleses, eran los italianos los que llamaban cicerone al que buscaba de ese modo su sustento, debieron ser ellos los que extendieron el uso del término por otras lenguas, incluyendo la española. En España, país con un patrimonio histórico y monumental incalculable (a pesar de la destrucción de los dos últimos siglos), y que desde el inicio del fenómeno turístico ha sido destino preferente, la primera región que atrajo el interés del viajero inglés por su belleza y exotismo fue Andalucía, y en concreto, las ciudades de Granada, Córdoba y Sevilla.

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En este punto de nuestro recorrido histórico por el oficio del guía, resulta de gran interés el trabajo de Luis Rafael Méndez Rodríguez, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla, titulado “Patrimonio y turismo. Del cicerone a la profesión de guía turístico (1830-1929)”*, y que se incluye en el número 22 de la revista ‘Laboratorio de arte’ (2010. Páginas 371-380). En dicho trabajo se relata el origen del fenómeno turístico en Andalucía y las descripciones de los viajeros ingleses y franceses en su encuentro con los primeros cicerones (o ‘ciceroni’ si empleamos el plural italiano). Méndez comienza con las transformaciones que operan los nuevos medios de transporte en el turismo, y con su extensión a la burguesía de Inglaterra y Francia: “De tener unas características educativas y culturales, el viaje se identificará a partir de la década de 1820 con el mundo del turista, y por tanto, asociado a la diversión y el ocio. La introducción de los ferrocarriles y de los barcos de vapor transformaron las oportunidades de viajar de manera más rápida y cómoda”. El profesor de la Universidad de Sevilla prosigue: “La burguesía se sumó al mundo del viaje y lo hizo en su búsqueda de los monumentos, atraídos por el exotismo de Oriente y por los paisajes”. En esos momentos se populariza un adjetivo ligado al concepto

* http://institucional.us.es/revistas/arte/22/18%20mendez.pdf


formación, los que se convierten en los primeros de viaje: Pintoresco. Lo pintoresco, “lo que no se guías, procedentes de un grupo extraordinariamente conoce, lo diferente, lo que asombra...”, atrae a esos heterogéneo: extranjeros afincados en España, gitaturistas, quienes sobre todo son “románticos que nos, sacristanes, etc, actuarán como mediadores ante encontraron todos los elementos adecuados para el monumento”. A continuación, el autor de este trabajo desarrollar la idea de Oriente al sur de Europa”. Como pone algunos ejemplos curiosos y reproduce las consecuencia de ello surge la industria del turismo, descripciones que los viajeros hicieron de ese encuenque va apareciendo de manera espontánea, sin regutro con el cicerone, y también con el monumento y con lación alguna, debido a que “el nuevo tipo social del la ciudad en cuestión. Nos dice Méndez que “en turista empezó a consumir espacios desde mediados Granada conocemos cómo los primeros viajeros recodel siglo XIX y a requerir servicios de una forma hasta rrieron los cuartos reales de la entonces inédita”. Ahí nos encontramos con la proliferación de Durante la segunda mitad del Alhambra en compañía de una anciana avinagrada y de pocas hoteles, restaurantes y otros siglo XIX y los primeros años palabras, apodada la Reina locales destinados al ocio, y CICERONES se del XX, los Coquina”, y que después de la hasta con las primeras tiendas de ofrecían a los turistas publicación del libro de W. Irving, souvenirs. Y ahí aparecieron extranjeros para mostrarles la “Tales of the Alhambra”, el relevo también los primeros guías que ciudad, generalmente con en popularidad lo tomó el mismo recibieron de los extranjeros el escaso rigor histórico guía de quien se sirvió el autor despectivo rango de “mercenanorteamericano en el inicio de su rios”, al que ya se ha hecho idilio con el monumento granadino: Mateo Jiménez. alusión. Según cuenta Méndez, Jiménez, de oficio tejedor de telas, siempre iba vestido a la manera inglesa (“con un chaleco y pantalones, con una chaqueta rayada de lino El oportunista y portando un sombrero”), y ofrecía sus servicios a los viajeros que se acercaban a la Alhambra. Fue descrito De ese modo denomina el profesor Luis Méndez a por ellos como un hombre respetado en Granada y aquellos que se apropiaron de los espacios que visia quien sus conciudadanos tenían por todo un erudito, taban los turistas, oportunistas que, “conscientes de aunque no pasaba de ser “un improvisado aunque una mínima oportunidad de negocio, se lanzan a la elocuente orador”, según escribió el viajero George aventura de explicar a los visitantes lo que están Dennis. Más duro fue el inglés Clark, que, abordado viendo por tan sólo unas monedas”. Según nos cuenta por Jiménez y por otros dos guías (uno de ellos era el Méndez, “son personas del pueblo, por lo general sin

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hijo del propio Mateo Jiménez) cuando llegó a Granada, los definió como “auténticos charlatanes, cuyos relatos tenían una mínima base de realidad”. Clark continúa: “Confundían los estilos, los periodos históricos e incluso los usos de los edificios, pues el Palacio de Carlos V nunca fue una plaza de toros, por mucho que algunos guías lo dijesen”.

El origen, condición y formación de los cicerones era, como vemos, heterogéneo, pero también lo era su cargo: algunos guías no tenían relación laboral con el monumento, pero otros sí que ejercían otras labores en él y las compatibilizaban (quizá, muy a su pesar) con la de cicerone. El profesor Méndez lo relata así: “En la Andalucía del XIX, desde un religioso hasta un portero o un sacristán se veían Tal y como nos cuenta Luis Méncon la autoridad suficiente como Los turistas llegaban a huir de dez, la valoración que los viajeros para convertirse en cicerones los CICERONES por su escasa hicieron de los guías fue variada, ocasionales, demostrando su formación, por resultarles “aunque muchos de ellos se profundo desconocimiento”. Y molestas sus explicaciones o cuenta un caso concreto, el de quejaron en sus escritos de los incluso porque, en algunos cicerones que les impedían el Antoine Latour y su visita a la contacto directo con el monuCasa de Pilatos en Sevilla: El museos y monumentos, no mento”, y no sólo eso, sino que portero, “acompañado de un niño les permitían el acceso en ocasiones “eran impedimento pequeño que sostenía un para visitar algún edificio”, negánmanojo de llaves casi tan viejas doles el acceso a los viajeros que fueran acompañacomo el propio edificio”, guió a Latour señalándole los dos por un guía. Clark hizo el siguiente relato de su lugares más descatados y haciéndole comentarios experiencia con un cicerone en Granada: “Mi primera “que identificaban cada salón con un momento de la visita a la Alhambra apenas me produjo placer. Desfipasión de Cristo”, aunque según el propio Latour, los guradas mis reflexiones por el continuo parloteo de mi Evangelios contradecían mucho algunos de los detaguía, sentí que no estaba viendo la Alhambra”. lles aportados por el cicerone. El francés prosiguió con Después el inglés tendría palabras más agradables su relato: “A fuerza de contar la misma cosa desde para su cicerone sevillano, un anciano llamado José hace cuarenta años, el buen hombre terminó olviLasso de la Vega, que “sirvió en las tropas británicas dando que lo que muestra a los viajeros no es sino la en la Guerra de la Independencia”, y que “ahora, pobre copia, bastante dudosa por demás, de la casa de y viejo, se contenta con que lo empleen como guía de Pilatos”, conclusión a la que llegó Latour tras escuchar la seguridad con la que el anciano portero señalaba a Sevilla, y debo decir que desempeña el oficio mejor las diferentes estancias y proclamaba: “Éste, éste es que los profesionales del mismo”.

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el sitio en el que San Pedro estaba sentado cuando negó a Jesús, y allí es donde se encontraba la sirvienta que lo reconoció”. Con gracia, Latour añade: “Me limité a sonreír y guardé mis dudas para transmitírselas a mis lectores (...). ¿Es acaso el escepticismo algo tan bueno como para que sea imprescindible difundirlo de inmediato?”.

enseñaban y explicaban monumentos, sino que también se ofrecían para guiar por las ciudades a aquellos que querían descubrir las costumbres y los rincones favoritos de la población autóctona, o bien eludir el peligro de entrar por error en barriadas hostiles hacia el foráneo. Por ejemplo, Samuel Scott “decidió contratar a un muchacho de quince años” para mostrarle Granada. Y según nos transmite el profesor Luis Méndez, Scott describió la Huyendo del cicerone situación de este modo: “Los Durante la segunda mitad del niños de la Alhambra son tan siglo XIX y los primeros años numerosos en la actualidad Según Luis Méndez, “los viajeros del XX, los CICERONES se no dudaban en huir de estos (h.1866) como en tiempos de ofrecían a los turistas espontáneos”, y como ejemplo Irving (h.1830), y no tuve dificulextranjeros para mostrarles la tad en seleccionar de entre todos pone una carta enviada por Alejandro Dumas a una amiga en la al que quise, un chico de unos ciudad, generalmente con que describía su visita a Sevilla, quince años a quien encontré escaso rigor histórico y en la que además de expresar sentado en un banco de la plaza su desdén por los cicerones, de los Aljibes, pelando naranjas muestra un desprecio por los monumentos impropio con una enorme navaja o cuchillo español. El nombre de un escritor de su importancia: “La jornada fue utilide mi pequeño guía era Manuel, el nombre más zada para visitar las curiosidades de Sevilla. Usted común en España”. sabe, Madame, lo que se entiende por curiosidades: es un cierto número de piedras apoyadas las unas El profesor Luis Méndez prosigue con su relato histósobre las otras de un modo más o menos caprichoso, rico del turismo andaluz en el siglo XIX y del incipiente más o menos antojadizo, que todos los viajeros han trabajo de los primeros guías, y llega al último tercio visto unos tras otros, conducidos ante ellas por el de dicho siglo, en el que se intensifica la destrucción mismo cicerone que les ha contado a todos la misma del patrimonio nacional al tiempo que crece también historia que van a contar a su vez, de manera uniforme la llegada de turistas y se difunden por toda Europa o diferente según tengan más o menos imaginación. los monumentos españoles mediante la fotografía. Según Méndez, en esa época “fue habitual que éstos Felizmente, Madame, hemos escapado constante(los cicerones) se presentasen a los viajeros en los mente a los ciceroni”. Pero los cicerones no sólo

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de las guías de viajes, que poco a poco van incluyendo hoteles para ofrecerles sus servicios (...). Debía información no sólo sobre historia y monumentos, sino correrse la voz de la llegada de los viajeros más también sobre aspectos prácticos de la ciudad (horailustres a una ciudad, pues estos personajes se rios, precios, gastronomía y costumbres, incluyendo presentaban en las fondas antes incluso de que el los tópicos que trascienden fronteras), provocan que viajero pudiera haberse instalado en las habitaciones”. algunos viajeros cultos prescindan de la contratación Sin embargo, a veces “era el propio viajero el que ya de un guía. Sin embargo, este desarrollo de la industenía referencias de las personas que podían hacerle tria turística traerá consigo un mayor volumen de viside cicerones”, lo que supone una muestra de la planitantes, de modo que el cicerone no perdió clientela: el ficación del viaje y de los primeros pasos hacia la empresario y visionario del profesionalización y seriedad en turismo, Thomas Cook, organizó el oficio de guía. Según cuenta A finales del XIX se va Méndez, el cicerone podía ser ya profesionalizando el oficio de su primer ‘tour’ a la Península Ibérica en 1872, “detrás de las algún extranjero afincado en los CICERONES, al tiempo que huellas de los tópicos creados por España que explicaba el país a la industria del turismo se los viajeros románticos”. Luis sus compatriotas, así como desarrolla con la edición de Méndez nos cuenta que “fue en “determinados eruditos locales y las primeras guías y postales esta década cuando comenzaron los primeros responsables de la y con los viajes organizados los viajes en grupo por España conservación del patrimonio”. con la compañía de transportes de Thomas Cook”, y que “la agencia contrataba a guías que, con gran atención, les explicaban a los La profesionalización extranjeros desde las flores de Sierra Morena hasta la Alhambra”. De ese modo vemos cómo el cicerone va Entre el siglo XIX y el XX el viajero deja menos cosas ampliando sus conocimientos y el rigor de las explicaal azar y a la improvisación, la circulación de informaciones, a medida que la profesionalización y la mayor ción para planificar el viaje es mayor y se editan libros información con que cuenta el turista elevan el nivel descriptivos: las guías de viajes. Ayuda también la de exigencia. Ya no vale sólo con un par de leyendas aparición de la tarjeta postal fotográfica, todo un y ya no se puede hablar de cicerones más que en el clásico del turismo de masas, en 1897. El profesor ámbito privado, entre amigos o familia. Tras el primer Méndez lo explica: “Una imagen simple, seriada, tercio del siglo XX empezamos a hablar de un profeestereotipada en muchas ocasiones, con algún pie de sional, el guía turístico, cuyo oficio se ha tratado de foto ocasional, cobra un inusitado protagonismo en el regular por ley para darle todas las garantías. turismo prácticamente hasta hoy”. La popularización

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guías de LEy

El oficio del guía, como el resto de servicios y productos del enorme y complejo sector del turismo, ha sido definido y regulado poco a poco a medida que la demanda ha ido aumentando durante el siglo XX, y con mayor intensidad en la última década de dicho siglo. Como siempre, el interés y la buena voluntad del legislador, y su afán por marcar unas condiciones apropiadas que aseguren la calidad y fiabilidad del servicio tanto para el turista como para quien ejerce la labor de guía, ha chocado después con las dificultades de su puesta en práctica y con la posterior relajación -por falta de medios o por desinterés- de las administraciones en asegurarse de que la ley se cumpla. En los últimos años se suman además las directivas europeas y el contexto actual de crisis, que hacen augurar cambios inminentes en las normas españolas y murcianas. a continuación, haremos un breve repaso al desarrollo legislativo en lo concerniente a los guías de turismo.

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Desarrollo legislativo de la profesión

Las primeras autoridades turísticas de España se crearon a inicios del siglo XX y comenzaron a dictar normas, aunque no se otorgó excesivo peso al guía de turismo

Motivado por el cada vez mayor número de turistas extranjeros que llegaban a España, por la trascendencia que pudieran tener en el exterior sus opiniones sobre nuestro país y por la necesidad de comenzar a ordenar un sector económico que ya estaba reportando importantes beneficios, a principios del siglo XX el Estado creó las primeras autoridades competentes en materia de turismo y se promulgaron las primeras órdenes y leyes. Tal y como nos cuenta Juan Carlos González Morales en su trabajo “La Comisión Nacional de Turismo y las primeras iniciativas para el fomento del turismo: La industria de los forasteros (1905-1911)”*, publicado por el Instituto de Estudios Turísticos (n.° 163-164. págs. 17-30, 2005), en 1905 se presentó el nuevo gobierno liberal presidido por Eugenio Montero Ríos, y se anunció la reorganización de diversos sectores de especial importancia. El gobierno creó una serie de comisiones que fueron estudiando y redactando las primeras disposiciones en cada uno de sus ámbitos, y tal y como nos cuenta González Morales, ese mismo año se creó “la Comisión Nacional encargada de fomentar en España las

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En la Real Orden Circular de 17 de marzo de 1909 se citó por primera vez a los guías turísticos en un texto legal español, con unas reglas de obligado cumplimiento en el oficio

excursiones artísticas y de recreo para el público extranjero”, que pretendía formar y divulgar en el extranjero una serie de itinerarios turísticos por nuestro país; estudiar los recorridos, horarios y tarifas de los trenes para mejorar la comodidad de los viajeros extranjeros; revisar y ordenar el sector hotelero en colaboración con las administraciones locales, para ofrecer mejores servicios de alojamiento a los visitantes; editar publicaciones en diversos idiomas para la difusión en el exterior del patrimonio y riqueza monumental de España, etc. En opinión del propio Juan Carlos González, aunque dicha Comisión fue un primer paso muy importante, “se ha magnificado su importancia” ya que “su actuación real fue efímera y simbólica” y “quedó aletargada como consecuencia de la caída del gobierno”. Aunque no fue disuelta, tampoco tuvo actividad. Sin embargo, poco después se dio “el paso más importante en materia de legislación turística” con la Real Orden Circular de 17 de marzo de 1909, siendo ministro de la Gobernación el murciano Juan de la Cierva. El objeto principal de la disposición fue regir el funcionamiento de los aloja-

* http://www.iet.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-163-164-2005-pag17-30-92457.pdf

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mientos hoteleros en sus más variadas modalidades para evitar el fraude a los turistas extranjeros, pero también hubo un hueco para los guías. Así lo cuenta González Morales: “En su desarrollo aparecen recogidas reglas de obligado cumplimiento sobre prestaciones de servicio de intérpretes y guías, cocheros y carruajes”.

junto con una multitud de guías no oficiales clamando por explicarles. Los guías deberían ser rechazados todas las veces, a menos que puedan demostrar su autoridad para conseguir entrada y competencia para describir. Más enfáticamente todavía no se debería dar aliento a los golfos que rondan los centros turísticos tales como Toledo, Granada y Sevilla, y acompañan a algunos extranjeros a quienes muestran las disposiciones más insignificantes para utilizar sus llamados servicios o para darles peniques”. Peers recomendaba rechazarlos con un expresivo “¡Anda! ¡Anda!”.

En 1911 se puso en marcha la Comisaría Regia de Turismo por Real Decreto de 19 de junio, que procuraba el desarrollo del turismo y la divulgación de la cultura popular, y a su amparo se restauraron varios monumentos histórico-artísticos (en esa línea La Guerra Civil primero, y la Segunda Guerra Mundial comenzaría a trabajar la empresa pública de Paradodespués, paralizaron el creciente flujo de turistas res Nacionales). Volviendo con el texto del profesor extranjeros que venían a España e incluso el de los Luis Méndez, habrá que esperar a 1928 para que, con españoles que ya comenzaban a viajar por el país. la creación del Patronato Nacional de Turismo aproCon la llegada de los años 50 y del desarrollismo bado por Primo de Rivera, “se constituyese el primer tecnócrata de la dictadura, volvió a potenciarse el intento serio de gestión turística más allá del personaturismo pero con cambios en las prioridades de la lismo del marqués de la Vega oferta y también de la demanda: Inclán en la Comisaría Regia”, turistas de sol y playa inundaron Con la Constitución ante el “alarmante estado del la costa al mismo tiempo que Española de 1978, las turismo en España” y “de cara a entrañables pueblos costeros competencias en turismo se las exposiciones internacionales veían drásticamente modificadas transfirieron a las de Barcelona y Sevilla de 1929”. su cultura y su estética urbana. autonomías; la Región de Según Méndez, “una de las noveEn 1951 se creó el Ministerio de Murcia comenzó a regular el dades más interesantes del Información y Turismo, en 1962 oficio de los guías en 1996 Patronato fue el denominado el Instituto de Estudios Turísticos Servicio de Información, respony en 1967 la Escuela Oficial de sable de la reglamentación del Servicio de Guías, Turismo en Madrid, reflejando el papel de España Intérpretes y Correos, aprobada el 21 de noviembre como una de las primeras potencias turísticas del de 1929, creando los primeros profesionales del país”. mundo en cuanto a recepción de viajeros. Ese protaY prosigue: “El Patronato organizó la profesión del gonismo español se vio refrendado tras la llegada de guía turístico definiendo actividades y horarios, así la democracia con la creación de la Organización Muncomo las tres categorías que lo integraban: la primera dial del Turismo, que fijó su sede en Madrid. En cuanto era la de intérpretes que podían ejercer en todo el a los guías, su regulación fue aprobada por la Orden territorio del estado; le seguían los guías y guías-intérdel 31 de enero de 1964, que fue la base de la que pretes que podían ser locales, regionales o nacionales partieron las normativas posteriores. dependiendo de la demarcación de su posible actuación; y por último estaban los correos. Todos debían La Constitución Española de 1978 y la creación de las estar uniformados y debidamente identificados con comunidades autónomas supuso un nuevo avance en una insignia redonda de metal, y para optar al cargo materia turística. La Carta Magna cedió la ordenación debían pasar un examen demostrativo”. del sector turístico a las autonomías, reservándose el Estado la promoción de España en el exterior y las Una vez hecha la ley, hubo quien hizo la trampa: el labores de coordinación entre administraciones, entre intento de regular el oficio del guía de turismo conllevó otros asuntos. El 6 de enero de 1996 se publicó en el la aparición de profesionales cualificados pero también Boletín Oficial de la Región de Murcia el Decreto la proliferación de guías ilegales. Luis Méndez trans178/1995* de 20 de diciembre en el que se regulaba cribe las advertencias que el escritor Allison Peers hizo la profesión del guía de turismo, definida así: “La actia los viajeros en la década de los treinta: “Toda gran vidad profesional de Guía de Turismo tiene por objeto la prestación de manera habitual y retribuida de servicatedral, al lado de los tesoros principales, tiene un cios de información en materia cultural, artística, número incontable de objetos de pequeño interés, 14 Sawar

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* http://borm.carm.es/borm/documento?obj=bol&id=7808


histórica y geográfica a los turistas en sus visitas a Museos, Monumentos, Conjuntos Histórico-Artísticos y Bienes de Interés Cultural declarados en la Comunidad Autónoma de Murcia”. Dicho Decreto establecía la obligatoriedad de superar unas pruebas para la obtención de la licencia oficial, de las que quedaban exentos los funcionarios que acompañasen y explicasen en visitas institucionales y sin percibir retribución por ellas, los profesionales de la docencia y los empleados de monumentos que ofreciesen información sobre los mismos. Además, el Decreto establecía un plazo de validez de la licencia de cinco años, pudiendo ser renovada mediante la acreditación de asistencia a, al menos, dos cursos de temática turística; planteaba los requisitos para poder optar a la obtención de la licencia de guía oficial, e incluso recogía la posibilidad de eximir de algunas pruebas a los que certificasen mediante la presentación de sus títulos la competencia en determinadas materias. En el Decreto también se daba origen al Registro de Guías Oficiales de Turismo, se obligaba a los guías oficiales a exhibir en lugar visible la acreditación durante su ejercicio profesional, se abría la posibilidad de recibir una especialización en lugares o monumentos concretos de la Región de Murcia tras superar unas pruebas complementarias y específicas, y por último se advertía de las responsabilidades administrativas y las sanciones previstas para quienes no cumplieran la ley. Después se aprobó la Ley 11/1997 de 12 de diciembre del Turismo* de la Región de Murcia, aún en vigor, y la Orden de 8 de abril** por la que se desarrollaba el Decreto 178/1995 de 20 de diciembre, para clarificar alguno de sus aspectos más confusos: se estableció que las pruebas para la obtención de la licencia serían convocadas al menos cada tres años; que en cada convocatoria se fijaría el temario, las pruebas de las que podían estar exentos algunos aspirantes según los títulos que aportasen, y la composición del tribunal; las condiciones de facturación y otros pormenores en relación con el Registro de Guías. Aún ha habido en los últimos quince años nuevas órdenes y disposiciones reguladoras y aclaratorias en el campo de los guías: por ejemplo, ya no es necesario renovar la licencia cada cinco años con la certificación de dos cursos, y se vislumbran más modificaciones para respetar las directivas europeas: en concreto, el espíritu de la Directiva 2006/123/CE*** del Parlamento Europeo, relativa a los servicios en el mercado interior, inspirará la nueva Ley del Turismo de la Región de Murcia, de inminente aprobación y cuyo ánimo es liberalizar el ejercicio profesional en el sector turístico. MÁS INFO...

El arcángel

San Rafael Patrón de los guías Con independencia de las creencias religiosas de cada cual, es habitual en España la consagración de los oficios a un patrón o patrona, a un personaje cuya santidad ejerza de protección para dicho oficio y, sobre todo, que permita tener un día de celebración y hasta de reivindicación coincidiendo con su onomástica. Si ya hemos visto en este número de Sawar lo caprichoso de la relación entre el guía de turismo y el primer apelativo que recibieron los que ejercían como tales, cicerones, por alusión a su facilidad para la oratoria, no lo es menos la que une a los guías con uno de los tres arcángeles del catolicismo y del cristianismo: San Rafael. Es cierto que Cicerón dominaba la oratoria, sí, del mismo modo que al guía de turismo se le presupone facilidad para hablar en público y comunicarse; y es cierto también que el arcángel San Rafael llevó a cabo la misión de guiar, pero ahí se acaban las similitudes de los dos personajes con los guías turísticos. Lo que hizo San Rafael con el hijo de Tobías no tuvo nada de agradable visita turística, sino más bien de prueba bíblica de fe y resistencia. San Rafael, cuyo nombre significa “el que sana”, no fue explicando a su ‘cliente’ las bondades o la riqueza patrimonial del terreno que pisaban, aunque sí que le dio instrucciones de lo que debía hacer con la hiel de un pescado para curar la ceguera de su padre, y por último, lo condujo hasta su futura esposa, Sara; y además liberó a ésta de la maldición que mataba a cada uno de sus maridos en la noche de bodas. No está nada mal el servicio que prestó el patrón de los guías en esa ocasión. San Rafael, representado con vara y atuendo de peregrino y portando el pez con el que sanó la ceguera de Tobías, celebra su día el 29 de septiembre, y con él, los guías, los enfermos y los hospitales. En España, además, es custodio de la ciudad de Córdoba (la ‘madre’ de la ciudad de Murcia) y patrón de la vecina Hellín. En Murcia hay que conocer la representación del arcángel que se conserva en el Conjunto Monumental de San Juan de Dios, una preciosa y elegante imagen del siglo XVII ó XVIII. Aunque no tiene autor conocido, algunos expertos se la atribuyen al murciano Francisco Salzillo y otros al francés Antonio Dupar, lo que demuestra la calidad de la pieza.

* http://borm.carm.es/borm/documento?obj=anu&id=385361 ** http://borm.carm.es/borm/documento?obj=bol&id=8797 *** http://europa.eu/legislation_summaries/employment_and_social_policy/job_creation_measures/l33237_es.htm




SERguía enMuRCIa P or mucha información que haya disponible hoy en día sobre monumentos y lugares de visita imprescindible, y por muchas guías y muchas Webs que hayamos leído, cuando viajamos a otros lugares siempre nos da la sensación de que sólo un guía turístico será capaz de hacernos ver lo que a simple vista no vemos. El guía turístico es un profesional: está preparado y dispone de los conocimientos y las herramientas necesarias para atraer nuestra atención y descubrirnos un sinfin de historias y de anécdotas; para enriquecer la experiencia de nuestro viaje. Los guías de turismo de Murcia enseñan nuestra ciudad a los turistas, pero también pueden acercarnos a nosotros mismos, a los murcianos, toda la cultura, la historia y el patrimonio local, y de ese modo, ser conscientes de lo mucho que tenemos aquí, al alcance diario de nuestra mano. a continuación Sawar habla con guías y empresarios del sector, que nos cuentan su punto de vista sobre el oficio y sobre la situación actual de los guías y del turismo de Murcia capital.

El OFICIO contado en PRIMERa persona antonio Frutos: Presidente de aSguIMuR, asociación guías de la Región de Murcia, tiene la habilitación para hacer visitas guiadas en inglés, alemán, italiano y francés. Mayca Dengra: guía desde 1999. En 2000 fundó la empresa aldaba, de la que hoy es directora. Entre los servicios que ofrece aldaba se encuentra el de guías e interpretes. Delia Saavedra: guía y directora de la empresa alide Intérpretes. uno de los servicios más importantes que ofrece es el de guía de turismo. Elisa Franco: guía desde 2002. Trabajó en la exposición Huellas y en Lorca Taller del Tiempo, entre otros lugares. Formó parte del tribunal de las pruebas de guía en las tres últimas convocatorias. Miguel Ángel Pomares es guía desde 1999. En 2002 comenzó a trabajar en Caravaca Jubilar sin dejar de hacer visitas guiadas por la región. En 2010 creó la empresa guIaSMuR, que hoy dirije.

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El guía turístico lo es porque quiere serlo. Es decir, que se trata de esas profesiones vocacionales que sólo se ejercen si se llevan dentro. Sobre cómo y cuándo llega la vocación, ahí ya depende de cada persona: hay quienes han acabado siendo guías ‘de rebote’ y quienes entran en el oficio con toda la decisión del mundo. También hay quienes quieren ser guías y, una vez obtenida la habilitación oficial y comenzada la labor, se dan cuenta por la experiencia de que ésto no es lo suyo o de que no es lo que se habían imaginado. Hay personas que han hecho de la profesión de guía su sustento principal, lo que en Murcia tiene mérito, pues no se trata de una ciudad de primer orden turístico como puedan serlo Granada o Toledo, y aún hay otro grupo de personas, las que en un momento dado quieren ampliar conocimientos y abrirse vías laborales complementarias ‘por si acaso’, aunque después terminan trabajando poco o nada como guías turísticos. Sawar tiene la oportunidad de preguntar a cinco

guías profesionales de Murcia, y para aproximarnos a su trabajo, en primer lugar nos interesamos por aquello que más les gusta de ser guías. antonio Frutos no lo duda: “Lo que más satisfacciones aporta es el contacto directo con el turista, con gente de procedencias e intereses muy diversos, y poder satisfacer su curiosidad. Además está el hecho de poder ser los transmisores del patrimonio en primera persona y conseguir que el visitante lo valore y lo aprecie”. Para Mayca Dengra, ser guía “es una forma fantástica de ganarte la vida”, y se explica: “Me encanta enseñar, y más aún si es mi tierra”. No le faltan motivos para sentir pasión por su trabajo: “Te permite aprender de los demás, es un intercambio cultural y social inagotable y cada día puedes trabajar con gente distinta y en lugares diferentes. No es nada monótono, y encima la gente está muy receptiva porque está de vacaciones”. Además, en opinión de Mayca “tienes que reciclarte continuamente y eso es bueno profesional y personalSawar 19


mente”. Por su parte, Delia Saavedra recuerda la forma en la que acabó siendo guía: “Estudié Turismo, aprendí idiomas... Tras vivir en el extranjero regresé a Murcia y entonces fue cuando la ciudad me susurró al oído, diciéndome ‘tengo muchas historias que contar’. Así empecé. Suena algo platónico, pero no miento”. La opinión de Delia sobre lo mejor del oficio de guía sigue la línea de Antonio y Mayca en cuanto al contacto con la gente, la difusión del patrimonio y la satisfacción que todo ello le reporta: “Me encanta la gente educada y curiosa y su asombro por las novedades que descubren en cada visita”. Para Elisa Franco, convertirse en guía oficial de turismo fue “vocacional”, y explica que le gusta mucho este trabajo “a pesar de las incomodidades que conlleva”. Elisa valora “el trato con la gente, que siempre te enriquece, y también el incentivo de seguir aprendiendo a diario, formándote y conociendo cosas nuevas”. Por su parte, Miguel Ángel Pomares, historiador del arte, reconoce su desembarco casual en el mundo de los guías de turismo, aunque “al poco tiempo se convirtió en un medio y estilo de vida de lo más atractivo”. Este terreno suponía para él “una alternativa a la docencia y la investigación”, y le permitía aplicar los conocimientos adquiridos durante la licenciatura. En su opinión, lo mejor de ser guía es, “sin duda, el contacto con personas, que suele ser muy enriquecedor”, y también la variedad de destinos y visitas: “Hoy estás en Murcia, mañana en Cartagena, pasado en Caravaca, al otro no lo sabes... Es como vivir al día, viviendo el presente

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al máximo y con el interrogante de cuál será tu siguiente destino o tus próximos clientes”. En su etapa actual como empresario, Miguel Ángel destaca “la libertad y creatividad con la que gestionas tu trabajo, disfrutando con tus éxitos y aprendiendo de tus errores sin tener que depender de terceros”.

Las anécdotas del oficio Con tanta actividad, con un trabajo tan rico en el trato humano y que depende del ‘aquí y ahora’, los guías deben tener un sinfin de anécdotas curiosas que contar; de situaciones que, en caso de ser un programa de televisión, se resolverían con la típica frase de “las cosas del directo”. Les preguntamos a nuestros guías invitados, y antonio Frutos contesta: “En esta profesión no faltan las anécdotas, como podrás imaginar... Me vienen a la mente dos de ellas: Durante una visita a la ciudad de Murcia con un grupo coral de Corea del Sur, me improvisaron un concierto a mitad de la visita y estuvieron cantando durante veinte minutos en la Plaza de la Cruz. Ni que decir tiene que el corrillo de gente que se formó alrededor casi colapsa la plaza. Y tengo otra de esta misma mañana: Durante una visita por el centro de Murcia, de 14:30 a 16:30, una turista alemana me preguntaba dónde podía comprar una postal de la ciudad para enviar a su amiga porque siempre lo hace desde todas las ciudades que visita. Pues bien, ha sido imposible


encontrar en el centro de Murcia un sitio donde el turista pueda adquirir una postal en ese horario. Ella, estupefacta, me ha comentado que es la primera vez que le pasa algo así en todos los años que lleva viajando por el mundo”. Mayca Dengra nos cuenta: “La más curiosa de todas las que me han pasado, y no han sido pocas, fue cuando en una visita por Murcia, dos personas se conocieron y me tuvieron de celestina para lo que más adelante fue una vida en común”. Y después, Mayca añade que, aunque no es una anécdota como tal, es muy curioso el hecho de que “en cada grupo se suelen repetir los mismos roles: el que quiere ser el líder, el que sabe más que nadie, el que todo le parece precioso, el que se queja de todo...”. Y también se repiten algunas frases, sobre todo por parte de los clientes murcianos: “con las veces que he pasado yo por aquí, y no me había dado cuenta de que esto lleva aquí tantos siglos”. A la pregunta de si recuerda alguna anécdota graciosa, Delia Saavedra responde: “Pues sí, se me ocurren varias... En cierta ocasión, una señora, inglesa ella, que formaba parte de un pequeño grupo, ingleses todos, cogió una naranja de los olorosos naranjos en flor que hay alrededor de la Catedral, y sin pensarlo le atizó un buen bocado. Era una naranja borde, claro... Menos mal que era inglesa... (Risas). Lo digo porque finalmente se llevó una bolsa entera para hacer ‘marmalade’, que les encanta”. Elisa Franco también tiene historias que contar: “Recuerdo una visita a la Catedral de Murcia de un grupo de Málaga, en el que una

señora me llevó aparte y me dijo que no revelara el secreto que existía sobre la Capilla de los Velez. Cuando le pregunté de qué se trataba, me contestó si yo no sabía que en la cripta de la capilla estaba la entrada a… ¡La Atlántida! Era algo que no debía ser desvelado a todo el mundo”. Miguel Ángel Pomares reconoce que “prácticamente con cada visita, con cada grupo, te suele pasar algo curioso... Al final se convierte ya en algo habitual”. Un hecho al que se ha enfrentado muchas veces es a “tener que contestar a una frase histórica que aún nos recuerdan muchas personas que nos visitan: No quiero en mis ejércitos ni gitanos, ni murcianos ni gentes de mal vivir”. Eso nos lleva a pensar en las preguntas de tinte político o religioso que a veces hacen los turistas. Por ejemplo, Sawar se plantea: ¿Es conveniente desde el punto de vista turístico que haya un cartel con un mensaje político en el balcón del ayuntamiento de Murcia? Para Miguel Ángel, en su trabajo el guía debe ser “lo más objetivo posible, sin posicionarse políticamente ni ideológicamente”. Y se explica: “No creo que a nadie le interese de qué partido político, religión o creencia es la persona que me está guiando. Nuestro visitante busca información, rigurosidad, veracidad y amenidad en nuestro discurso. Lo demás sería entrar en polémicas y discusiones estériles que a lo único que nos pueden conducir es a romper la armonía del grupo que nos acompaña”. El guía, pues, debe capear cualquier cosa de ese tipo, sea ajena al grupo o provenga de él.

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Incluímos una anécdota más, la que amablemente nos ha enviado la guía Inmaculada guillamón: “Estaba en Cobatillas recogiendo a un grupo, ya lo tenía todo completo, subidos al bus, contados, puestos el cinturón y a punto de cerrar la puerta, y una señora viene agobiada y me dice, ‘nena, espera un momento que tengo que ir a mi casa, que vivo aquí enfrente y me parece que me he dejado la olla en el fuego’... Le pongo cara de pócker y la dejo bajar, y al poco huelo a quemado y me temo lo peor... A los cinco minutos vuelve la señora y me dice que el olor era de la olla de la vecina, que se le habían pegado las lentejas”.

Lo ‘menos bueno’ de ser guía Las muchas cosas buenas del oficio que destacan los guías deben tener su parte negativa. ¿Cuál es? antonio Frutos admite que “toda profesión conlleva un lado menos amable”, y que en el caso de los guías, “quizás se manifiesta en la inestabilidad e irregularidad del trabajo, que se traduce en la imposibilidad de poder planificar tu vida personal”. Miguel Ángel Pomares profundiza en el concepto de inestabilidad citando la estacionalidad, rasgo distintivo del turismo: “Lo que menos me gusta quizá es la estacionalidad del sector, con una máxima concentración de trabajo en fechas señaladas y luego etapas de inactividad”. Para Miguel Ángel, “si dicha estacionalidad no existiera o se minimizara, la profesión de guía en Murcia sería mucho más estable y la eligirían muchas más personas que ahora”. Mayca Dengra y Delia Saavedra aportan elementos negativos que son, al mismo tiempo, una queja: Mayca nos habla “del poco apoyo que muestran a veces algunas instituciones o espacios museísticos, relacionados directa o indirectamente con el turismo”, mientras que para Delia, lo menos bueno de ser guía es “que todavía haya quien no sepa que esta profesión existe”.

La obtención de la licencia Tal y como hemos visto en este mismo número de Sawar, para obtener la licencia que permite desarrollar la profesión hay que superar una serie de pruebas, que se amplían en el caso de querer acceder a la habilitación en idiomas o para especializarse en un destino o recurso turístico concreto de la Región. Aunque el proceso de obtención de la licencia oficial va a ser sometido a revisión una vez se apruebe la nueva ley regional del Turismo, con el fin de adaptarse a la normativa comunitaria, 22 Sawar


preguntamos a nuestros invitados qué opinan sobre las actuales pruebas de acceso a la licencia, y en esto también encontramos coincidencias. antonio Frutos cree que, en Murcia, dichas pruebas se han caracterizado siempre por su elevada exigencia en conocimientos de arte, geografía e historia respecto a otras comunidades autónomas, algo de lo que, según afirma, los guías murcianos siempre han estado orgullosos “porque nos ha permitido contar con un colectivo de guías en la Región al más alto nivel”. Sin embargo señala un defecto al que también aluden sus compañeros: “Las pruebas siempre han adolecido de la falta de exigencia de idiomas extranjeros; afortunadamente eso está cambiando, lo que permitirá paliar la escasez histórica de guías habilitados en idiomas que ha venido sufriendo la Región”. Idéntico análisis lleva a cabo Mayca Dengra, para quien “el tema de la habilitación en idiomas es un problema constante”. En su opinión, “se necesitan más guías en inglés y alemán fundamentalmente, por lo que el Instituto de Turismo debería facilitar la formación en estas otras lenguas”, y añade que “en los exámenes de habilitación también se debería ser más exigente porque el cliente extranjero lo es cuando se trata de este tema”. Delia Saavedra apunta que “en otras partes del país se incentiva que los guías salgan habilitados con idiomas, y es más, en algunas comunidades autónomas no se permite que se presente nadie a las pruebas que no conozca y domine un idioma distinto al castellano”, cosa que, de momento, no sucede en Murcia. Sin embargo, Elisa Franco añade nuevos elementos de juicio sobre las pruebas de acceso a la licencia de guía: “Se puede saber mucho de algo, poder decirlo en varios idiomas, y no tener ningún poder de comunicación; por eso no me parece bien que se le otorgue el título de guía a un licenciado universitario sólo por serlo. En este caso, el valor, como a los toreros, no debe presuponerse”. Aquí debemos recordar al lector que la ley ya prevé la exención de todas o de una parte de las pruebas a aquellos que acrediten, mediante sus títulos, poseer los conocimientos en las materias y los idiomas a evaluar por el tribunal; y aunque dicho artículo de la ley no se ha llevado a la práctica en el pasado, actualmente se está estudiando su inclusión y consideración en el futuro reglamento de los guías turísticos de Murcia. Lo que no parece que vaya a cambiar es el alto nivel de exigencia de los exámenes en nuestra Región, algo sobre lo que Elisa también opina: “Me parece un sistema demasiado parecido a una oposición, y que, por el contrario, no garantiza ni siquiera una lista preferente de acceso al trabajo”. A ese respecto, Miguel Ángel Pomares cree que “el sistema de pasar unas pruebas de habilitación oficiales por parte de la administración es adecuado”, ya que “no se puede regalar la habilitación”, pero añade que “luego ya todo se regula por selección natural, y Sawar 23


quien tiene madera de guía de turismo, empeño, profesionalidad, actitudes y aptitudes, sobrevive”; por contra, “quien eligió esta profesión obligado por las circunstancias o simplemente de rebote, se queda en el camino”. Teniendo en cuenta la dureza de los exámenes, y a pesar del déficit en idiomas, el nivel del guía murciano es elevado. Sin embargo, antonio Frutos reconoce que “en esta profesión es imprescindible actualizar constantemente los conocimientos, ya que siempre hay nuevos recursos que se ponen en valor, otros que se abandonan, infraestructuras turísticas de nueva creación... Además, el turista siempre nos demanda información de actualidad de la ciudad que visita, como las exposiciones, las fiestas, los eventos…”. En esta cuestión del nivel de los guías de Murcia, para Mayca Dengra “hay dos sectores claramente definidos: los que valen y se molestan en estar constantemente formados, y otros que a modo de audioguías repiten siempre lo mismo, con un discurso monótono y aburrido”. Además, también señala que “hay una clara diferencia entre los guías con formación en turismo y los de historia o historia del arte”. Y a vueltas sobre los idiomas, Mayca afirma que “muchos guías habilitados en uno u otro idioma lo hablan con grandes carencias”. Delia Saavedra resume que en el mundo de los guías de Murcia “hay de todo, como en la viña 24 Sawar

del señor, pero en general hay buena madera”, y lo explica en parte en el hecho de que el aspirante debe ser, como mínimo, diplomado. Miguel Ángel Pomares señala que los guías que conoce y con los que ha trabajado, tienen un nivel de formación muy alto “que no se corresponde con la valoración y sobre todo con la compensación económica” que obtienen por su trabajo. Y concluye: “Cada uno ponemos nuestro sello y carácter a nuestro trabajo, pero ya digo que en general, en Murcia hay un colectivo de guías profesionales bastante bien preparado”. Por su parte, Elisa Franco, que ha participado en el Tribunal en las tres últimas convocatorias de exámenes, afirma que los guías murcianos “poseen un buen nivel de formación”.

a pie de calle: la crisis económica No hay sector económico que se escape al panorama de crisis que sufrimos en estos tiempos. El turismo, uno de los motores principales de la economía española, y que además comenzaba a despegar en Murcia, también se ve afectado. ¿Lo notan los guías? antonio Frutos opina: “Lógicamente, la situación económica que estamos viviendo también afecta gravemente a nuestro colectivo. Se ha notado especialmente en el turista nacional: el volumen de grupos de origen nacional que nos visitan ha disminuido notablemente


en los últimos años. Además, el colectivo también sufre los problemas que afectan al conjunto de empresas y trabajadores autónomos, es decir, peores condiciones laborales, aumento de la presión fiscal, aumento del intrusismo y morosidad”. Mayca Dengra observa que “se nota la crisis”, y que como añadido, “ha traído demasiado intrusismo por parte de los guías acompañantes”, pero añade que “se empieza a apreciar cierta actitud positiva en el turista, y eso, de una manera sutil, nos va elevando las estadísticas”. Otro motivo para el optimismo en opinión de Mayca es que “ha aumentado considerablemente es la llegada de crucerístas”. Delia Saavedra estima que la crisis quizá se nota menos en el turismo, pero expone una ecuación muy clara: “Hay menos consumo porque hay menos ahorro familiar, así que hay menos dinero para las empresas de ocio; lógico en los tiempos que corren”. Por su parte, Miguel Ángel Pomares se muestra expresivo: “¡¿Cómo no notar la crisis?! Además, creo que este sector es especialmente sensible a la situación económica”. Los ojos del turista El guía turístico es la cara de la ciudad: transmite e interpreta para los visitantes el patrimonio cultural, histórico y natural de Murcia, pero al mismo tiempo es receptor de información: su contacto directo con los

turistas le permite saber cómo nos ven, qué es lo que más le gusta de Murcia y lo que menos. En primer lugar, preguntamos por lo que los visitantes destacan como bueno de nuestra ciudad, y Mayca Dengra nos responde que “básicamente todo, porque la gente que no ha venido nunca a Murcia no sabe lo que se van a encontrar, y se encuentran con una ciudad que no se esperan”. Concretando un poco más en los gustos de sus clientes, Mayca destaca “la Catedral y su entorno, el Casino, el Museo Salzillo, el Palacio de Santa Clara y la zona del río”, y también, como no podía ser de otro modo, “las terrazas y la vidilla de Murcia”. Además, en lo que ella ha percibido durante sus visitas, los visitantes “la consideran una ciudad limpia”. En opinión de Delia Saavedra, a nuestros turistas “les gusta que todo esté limpio, que les hablen de los árboles que adornan los jardines y calles, de anécdotas curiosas, de personajes singulares...”. Delia coincide en la apreciación hecha por Mayca de que para las personas que visitan Murcia, “la ciudad siempre supera sus expectativas”. A los clientes de Miguel Ángel Pomares, “lo que más suele gustarles de Murcia es la peatonalización del centro histórico y la propia orografía de la ciudad, totalmente plana, accesible y cómoda para pasear”. Además, el Imafronte de la Catedral también les produce “gran sorpresa”, porque “aunque parezca mentira, aún sigue siendo un gran desconocido para nuestros visitantes”. Por último, “la gastroSawar 25


nomía y el sentimiento de vivir en la calle, en las terrazas... Y nuestro clima también les suele gustar”. Muy similar es el diagnóstico positivo que hace Elisa Franco: “Lo que más le gusta a los turistas, además de lo que se les enseña patrimonialmente, es la simpatía y el trato de los murcianos, y también la comida y el buen tiempo en general”. En cuanto a los aspectos negativos que, en opinión de nuestros guías invitados, los turistas transmiten sobre Murcia, algunos de ellos dependen de los gobernantes y de los ciudadanos y otros vienen impuestos por la naturaleza. Comenzando por estos últimos, Elisa Franco lo tiene claro: “Lo peor valorado suele ser el terrible calor del verano”. Comparte opinión Miguel Ángel Pomares: “Quizá lo que menos le gusta al turista, precisamente derivado del clima, sean las altas temperaturas del verano, que hacen casi imposible visitar Murcia a determinadas horas”, pero Miguel Ángel añade otros aspectos que sí son solucionables: “Tampoco les gusta la suciedad de algunas calles, las pintadas y el incremento de la mendicidad en el centro”. Para Mayca Dengra, al visitante “no le suele gustar el edificio de Rafael Moneo, y tampoco la gente pidiendo por las calles o el olor a desagüe que a veces surge de la Plaza del Cardenal Belluga”. Y Delia Saavedra añade dos elementos a la lista: por un lado, “la falta de educación vial, tanto por parte del peatón que

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cruza en rojo como por parte del conductor que no respeta los pasos de cebra”; y por otro, un hecho para reflexionar: “El visitante europeo sigue sin entender muy bien que cierren los museos a mediodía... Vamos, que le cuesta adaptarse a nuestra pausa-café-siesta de tres horas cuando él trabaja de nueve de la mañana a cinco de la tarde ininterrumpidamente. Típicos-tópicos, que no Not Typical Topics”.

El turismo en el municipio de Murcia Vemos que el guía da y sobre todo recibe una información muy valiosa por parte del turista, con quien tiene un trato directo y constante. Pero no sólo eso: el guía es también un profesional del sector, con formación, que está capacitado para emitir un juicio crítico y colaborar en la mejora de lo que para el turista es “el destino”, y para un murciano es sencillamente su casa. En opinión de los guías invitados en este número de Sawar, ¿qué recursos del municipio están infravalorados y se podrían explotar? Para Elisa Franco, “en general, todos los museos de la Región son los grandes olvidados como recurso turístico”. Y pone dos ejemplos: “Que la gente no conozca los restos arqueologicos de San Juan de Dios o el patio de las Claras, es algo inexplicable”. Miguel Ángel Pomares lamenta que, “desgraciadamente, hay mucho patrimonio


desaparecido, a la vez que gran parte inaccesible”, y en su opinión, “habría que tener mejor acceso a determinados lugares y recursos patrimoniales de la ciudad”. Sobre los recursos infravalorados, Miguel Ángel señala a “la huerta de Murcia y Monteagudo”, y concluye que “bien organizados y presentados pueden ser recursos muy atractivos para el visitante”. Mayca Dengra es directa al responder sobre lo que ella entiende que está aún por explotar turísticamente en Murcia: “La huerta, el Complejo de Monteagudo y los numerosos restos arqueológicos árabes”. Y a esos mismos recursos patrimoniales aluden Delia Saavedra y antonio Frutos. Delia contesta con pesadumbre y reflexiona: “No dudo la respuesta, es la huerta, esa huerta que hemos tenido y que estamos perdiendo. Ese gran parque temático a bajo coste, no como otros, que podría haber sido la huerta con sus centros de interpretación bien diseñados e integrados, que nos deleitaran mostrándonos el origen de la huerta y del huertano, su evolución, las industrias asociadas a él y, cómo no, su situación actual, y todo en un entorno irrepetible...”. Aún más expresiva se muestra Delia en su conclusión: “¡Qué gran pecado no darnos cuenta de lo que teníamos delante de los ojos!”. Para Antonio, en efecto, la huerta es un recurso “históricamente infrautilizado en el municipio de Murcia”; la huerta, “con todo lo que conlleva a nivel de patrimonio etnológico, histórico, hidraúlico, geográfico...”. En su opinión,

“continúa siendo un recurso de primera magnitud, aun a pesar de la degradación que ha sufrido y su falta de protección”. Pero no sólo eso; Antonio afirma que “Murcia debe ser la única ciudad del mundo que no explota turísticamente su Patrimonio de la Humanidad, el Consejo de Hombres Buenos”, y por último, añade que “por supuesto, no podemos dejar de mencionar el abandono del complejo palaciego de Monteagudo, recurso que puesto en valor podría ser polo de atracción para un buen número de visitantes”. Desde su posición de agentes activos, preguntamos a los guías por la política municipal en este sector, y antonio Frutos nos responde sin ambages: “Resulta evidente que la política turística del municipio de Murcia en los últimos años no ha obtenido los resultados deseables. Tan sólo hay que mirar a otros destinos cercanos que se situan a años luz en cuanto a infraestructura y promoción turística. Sin ir más lejos, la propia ciudad de Cartagena, el buque insignia del turismo regional y que hace tan sólo unos años ni existía en las guías turísticas”. A la hora de enjuiciar las políticas turísticas de la capital, Miguel Ángel Pomares también mira al otro lado del puerto de la Cadena: “Bajo mi punto de vista, Cartagena ha tomado la delantera a Murcia y ha sabido prepararse mejor y en menos tiempo para el turismo que la propia ciudad de Murcia”. antonio Frutos añade que, en su opinión, “la

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ciudad de Murcia es todavía hostil para el turista, con escasez de servicios enfocados al turismo, deficiente señalización, horarios inadecuados…”, y Miguel Ángel Pomares cree que “aún quedaría mucho por hacer, sobre todo en materia de promoción y vertebración de la oferta turística”. Para vertebrar la oferta turística de Murcia, es imprescindible que exista coordinación entre los diferentes agentes turísticos, coordinación en la que la Administración debe llevar la voz cantante. ¿Existe coordinación? Miguel Ángel Pomares reconoce que en esto, “como todo, se puede y se debe mejorar”, y a ese respecto, Delia Saavedra apostilla que “hay coordinación para algunas acciones y no la hay para otras”. Mayca Dengra expone un par de ejemplos de la falta de coordinación entre agentes: “Los museos y otros espacios expositivos a veces parecen tener horarios para comodidad de sus trabajadores y no de los turistas, por no mencionar la Catedral... Y la hostelería en general sólo quiere llenar sus locales pero no se implica para nada en las cuestiones turísticas”. Por su parte, Elisa Franco se expresa con claridad: “No existe ninguna coordinación. La prueba más palpable es que se han vuelto a colocar carteles de información turistica en distintos monumentos, y el que se ha puesto en el Conjunto Monumental San Juan de Dios ni siquiera recoge las novedades del museo, es decir, el yacimiento y el coro musealizado con el legado de Gonzalez Moreno. Esos nuevos espacios fueron inaugurados en mayo de 2010, y sin

embargo han vuelto a poner el texto correspondiente al año 2008, cuando se cerró el museo para su restauración”. Con estos y otros datos, ¿qué salud tiene el turismo en el municipio de Murcia? ¿Y los guías murcianos? Delia Saavedra responde con ironía: “Pues si bajar precios hasta casi regalar paquetes turísticos, y aquí incluyo a hoteles y servicios turísticos, es gozar de buena salud, entonces estamos como una rosa... Vamos, que subimos el Relojero y lo bajamos sin despeinarnos”. A la bajada de precios alude también Miguel Ángel Pomares: “Por el momento parece que una de las soluciones que se aportan en relación al desarrollo de nuestra actividad profesional es la de la política del ‘todo gratis’ para nuestros turistas, con lo cual favorecerán que sigamos teniendo los precios y tarifas más bajos de España, no acordes con otros destinos turísticos ya consolidados en España”. Siguiendo con ese argumento, Miguel Ángel se pregunta: “¿Por qué en Murcia se paga la mitad por hacer una visita guiada que en Bilbao, por ejemplo? ¿Alguien se lo ha preguntado? Yo aún no tengo la respuesta”. Y Mayca Dengra ahonda en el asunto de la bajada de precios que afecta a la actividad de los guías: “El noventa y nueve por ciento de las Instituciones no es consciente de que tras sus costosas políticas de marketing, el guía es el último y más importante eslabón ante el turista, y además, cada día hacen por degradar su sueldo con cantidades irrisorias que no cobrarían ni señores dedicados a la limpieza”.


La consideración del guía Ya hemos conocido una parte de la actividad de los guías y sus opiniones sobre el turismo en Murcia. Así lo ven, pero, ¿cómo piensan que se les ve a ellos? Les preguntamos si está bien considerada la figura del guía por parte de la Administración y si se les tiene en cuenta a la hora de planificar las políticas turísticas del municipio, y Elisa Franco responde sin rodeos: “No a ambas preguntas”. Para Mayca Dengra, al guía es “al último al que se le consulta si es que alguna vez se le tiene en cuenta”. antonio Frutos se extiende un poco más en la respuesta: “Vivimos malos tiempos para el reconocimiento de nuestra profesión. Desgraciadamente la Administración encargada de formarnos y otorgarnos la habilitación se olvida del guía de turismo una vez que está listo para ejercer, y no se tienen en cuenta muchas de nuestras propuestas a la hora de planificar actuaciones en el campo turístico en la Región de Murcia. Y eso a pesar de que somos los profesionales que tenemos un contacto más directo con el turista y conocemos de primera mano sus necesidades y expectativas”. Miguel Ángel Pomares prosigue en la línea de su compañero: “Creo que aún no se nos conoce debidamente ni, por supuesto, se nos valora como profesionales. Hay que tener en cuenta que estamos a pie de pista, en contacto directo con nuestros visitantes, que somos uno de los nexos de unión entre el cliente y el destino, y que gran parte de la impresión que nuestro visitante se lleva del destino se debe a nuestro buen o mal hacer con ellos en el desarrollo de nuestra actividad”. Volviendo con Antonio, en su

experiencia “no es raro encontrarnos con administraciones municipales que desconocen incluso las leyes que rigen el funcionamiento de nuestra profesión”, lo que dificulta que se vele por la calidad laboral y del propio servicio. Una de las consecuencias de eso es el intrusismo. Antonio lo explica: “En la lucha contra el intrusismo que tan gravemente nos afecta, consideramos que la Administración no hace todo lo que sería deseable, aun estando perfectamente regulado este asunto en la normativa correspondiente. Es evidente, esta falta de reconocimiento por parte de las Administraciones repercute en la percepción que la sociedad tiene de nosotros”. En opinión de Delia Saavedra, “estaríamos todos mucho más satisfechos de estar más considerados en la administración local”, y sobre tener en cuenta a los guías para planificar las políticas turistas, responde que “quizá tendrías que preguntar a la Asociación de Guías de Turismo de la Región de Murcia, y ellos te contestarían, posiblemente, que no les han llamado todavía... O quizá, con suerte, a la fecha de publicación de esta entrevista, me equivoque y te digan lo contrario. Ojalá”. En ese sentido, Miguel Ángel Pomares añade un dato: “Hasta hace poco no estábamos en la mesa del turismo de la Región de Murcia, y ha sido en los últimos tiempos, gracias a la encomiable labor de la actual directiva de la asociación de guías de la Región de Murcia, cuando hemos conseguido ser un poco más escuchados por la Administración”. Sin embargo, en opinión de Miguel Ángel, “aún queda mucho por hacer”. Y Sawar añade que no sólo en cuanto al colectivo de los guías, sino en cuanto al patrimonio y el turismo local en su conjunto. Sawar 29


guíaS unidos El asociacionismo en Murcia, Europa y el mundo

Este número de Sawar también dedica un espacio al asociacionismo en el ámbito de los guías turísticos. Cada vez estamos más acostumbrados a escuchar cómo determinados grupos tratan de presionar a los poderes públicos para que atiendan a sus demandas e intereses. Con el límite que marca el interés general, se hace imprescindible contar con asociaciones tanto en el campo social como en el profesional que promuevan la participación ciudadana, enriquezcan la democracia, hagan propuestas y planteen reivindicaciones razonadas que puedan beneficiar no sólo a su colectivo, sino también a toda la sociedad. En el aspecto profesional, las asociaciones son aún más necesarias en oficios cuya naturaleza es básicamente individual, como es el caso de los guías turísticos. En esto, también, la unión hace la fuerza. Hablamos de ello con antonio Frutos (aSguIMuR), Carlos Ortega (FEg) y Felicitas Wressnig (WTFga).

Empezamos por el entorno más cercano, que es el que centra el foco de esta revista, Murcia, y recurrimos de nuevo a antonio Frutos, en este caso como presidente de aSguIMuR, Asociación de Guías Profesionales de la Región de Murcia. Le preguntamos si, en el seno de una profesión individual como la del guía, predomina el individualismo; si cree que existe suficiente unión entre los guías murcianos. Antonio responde: “El colectivo de guías ha experimentado diversos escenarios: desde momentos en que la desunión era total y las asociaciones eran prácticamente inexistentes, hasta etapas en las que se ha logrado la unión de la mayoría del colectivo para la defensa de nuestros derechos y la consecución de objetivos comunes. En la actualidad, aún con mucho camino por recorrer, podemos afirmar que existe un verdadero espíritu de cooperación en gran parte del colectivo 30 Sawar

para la defensa de intereses comunes”. Antonio Frutos no deja pasar la oportunidad para dirigirse a los guías que estén leyendo estas líneas: “Desde aquí quiero aprovechar para hacer un llamamiento a aquellos guías que por cualquier motivo aún no se han planteado formar parte de una asociación, para que nos conozcan y comprueben que actuar unidos nos beneficia enormemente”. Hablamos ahora con Antonio Frutos de la asociación que preside: ASGUIMUR. ¿Cuándo y cómo surgió? ¿Cuántos asociados tiene en la actualidad? Antonio nos cuenta la historia: “ASGUIMUR surgió ya en los años noventa del Siglo XX y ha pasado por diversas etapas en todo este tiempo, desde periodos de gran actividad hasta momentos en los que estuvo a punto de desaparecer. En su configuración


arriba:

antonio Frutos ASGUIMUR abajo a la izquierda:

Felicitas Wressnig WTFGA

abajo a la derecha:

Carlos Ortega FEG Webs: asociación de guías de la Región de Murcia - aSguIMuR https://www.facebook.com/asguimur

Federación Europea de asociaciones de guías Turísticos - FEg http://www.feg-touristguides.com/

Federación Mundial de asociaciones de guías Turísticos - WTFga wftga.org

actual, ASGUIMUR fue relanzada en 2012. Actualmente contamos con 40 asociados en toda la Región de Murcia”. ¿Y qué otras asociaciones hay en nuestra Región? Antonio Frutos contesta: “Existe la Asociación de Guías de Cartagena (AGCT), que ha conseguido grandes logros en el ámbito de Cartagena y comarca aunque en los últimos tiempos se ha ralentizado su actividad. También existe una asociación de guías en Lorca, GUIARTE”. En cuanto a la actividad de ASGUIMUR en su defensa de los intereses de los guías y su participación en la política turística regional y local, ¿qué relación tiene con las Administraciones? Antonio Frutos lo explica: “Desde ASGUIMUR mantenemos contactos periódicamente tanto con la Administración autonómica, en la actualidad el Instituto de

Turismo de la Región de Murcia, como con los responsables de la materia en los principales municipios de la Región. Mediante estas reuniones periódicas realizamos el seguimiento de diversos temas que afectan a la profesión de Guía de Turismo, pero también al sector en su conjunto. A este respecto debo indicar que, en aquellos asuntos de ámbito regional, como pueden ser las modificaciones legislativas que nos afectan, hemos ido siempre de la mano con la Asociación de Guías de Cartagena (AGCT), con la que ha existido siempre una relación fluida y de cooperación en todos los ámbitos”. ¿Y la relación de ASGUIMUR con otras asociaciones autonómicas, nacionales, europeas y mundiales? Antonio Frutos nos lo cuenta: “En cuanto a las asociaciones del resto de Sawar 31


España, mantenemos, por cercanía geográfica, contactos frecuentes con la Asociación de Guías de la Comunidad Valenciana, AGUITUR. Además estamos en conversaciones para incorporarnos en un futuro a la Confederación Nacional de Federaciones y Asociaciones de Guías (CEFAPIT) que agrupa a las asociaciones de guías a nivel nacional y es miembro de las Federación Europea (FEG) y de la Mundial (WFTG)”. De este modo, Sawar da un salto para hablar sobre la profesión en Europa, dado que las últimas directivas europeas en materia de calificaciones profesionales y turismo van a influir en los cambios inminentes de la legislación autonómica de España y de Murcia. Y para eso, conversamos con Felicitas Wressnig, presidenta de la asociación Mundial de Federaciones de guías Turísticos (WTFGA) -ONG en relaciones operativas con la UNESCO y miembro de la Organización Mundial del Turismo-, y con Carlos Ortega, presidente de la Federación Europea de asociaciones de guías Turísticos (FEG). En primer lugar, preguntamos a Felicitas: ¿Cuál cree que es el principal problema al que los guías turísticos europeos deben hacer frente en la actualidad? Y la señora Wressnig responde: “Ciertamente, la llamada ‘Green Card’ (Carta Verde), porque no protegerá la cualificación y el conocimiento regional”. Y se explica: “La ‘Green Card’ está promovida por la Unión Europea para el acceso sin licencia a cualquier profesión dentro del territorio de la Unión. Hasta ahora, la ‘Green Card’ era definida de acuerdo al país receptor, pero a Michel Barnier* (Miembro de la Comisión Europea) le gustaría que se aplicara al país emisor”. ¿Qué supondría dicha ampliación? Felicitas Wressnig prosigue: “Pues esto significaría claramente que cualquiera, por ejemplo un agente de viajes o un guía acompañante, podría acompañar y explicar en cualquier lugar”. Felicitas va más allá en su interpretación del asunto: “Como muchos países con regulación en el ámbito de los guías y que exigen una cualificación, tales como Chipre, Italia, Portugal o España, están atravesando una situación económica difícil, la influencia y la presión de la Unión Europea sobre esos países se está haciendo más fuerte”. En opinión de Felicitas Wressnig, las consecuencias de la ‘Green Card’ no serían precisamente positivas para los guías, pero tampoco para los turistas: “Ciertamente, esto no va a ayudar a enseñar al visitante la parte más local del 32 Sawar

MÁS INFO...

destino. Sólo una visita guiada particular le proporcionará al visitante un recorrido a medida, hecho acorde con sus especiales necesidades e intereses”. Sin embargo, Carlos Ortega, que ha participado en las negociaciones europeas, tranquiliza sobre la posibilidad que dibuja Wressnig: “Finalmente la ‘Green Card’, cuyo nombre técnico es ‘EPC’ (European Professional Card), no tendrá efecto en dos profesiones: abogados y guías de turismo”. Y nos lo explica: “La Comisión Europea quería que cualquier ciudadano europeo pudiera moverse sin trabas dentro de la Unión y que pudiera ejercer su trabajo y fuera reconocido; sin embargo, se han dado cuenta de que no existe el movimiento de personas que esperaban. Entonces se pensó que si hay una profesión que cumpla con todos los requisitos de todos los países miembros, y las asociaciones profesionales de esos países están de acuerdo, pues que se haga una ‘EPC’ para esa profesión en particular”. Pero en cuanto a los guías, Carlos Ortega puntualiza: “Nuestra profesión es de las pocas que se ha excluido”. Y prosigue: “La directiva europea de reconocimiento de cualificaciones profesionales se modernizó la semana pasada... Felicitas (Wressnig) no ha estado presente y de ahí su temor hacia la ‘Green Card’ o EPC en el ámbito de los guías. Yo he formado parte de los grupos de trabajo que se puso a modificar esa directiva, y actualmente, una de las pocas profesiones en el turismo que siguen reguladas es la de los guías. El director de hotel ya no lo está, ni el de agencia de viajes, pero la del guía es una de las pocas profesiones en el turismo que queda con reserva de actividad, como se llama a esto”. Carlos Ortega nos cuenta que, “incluso la Secretaría de Estado de Turismo ha dicho que no se puede dejar nuestro patrimonio tangible o intangible en manos de personas que no puedan demostrar que saben lo que están haciendo”. Carlos prosigue: “Que a una profesión que no tenga que ver con Seguridad Nacional o Salud, se le reconozca aún una reserva de actividad a nivel europeo es muy importante. Y pasa con los guías y con los abogados: si una persona es médico en un país de la Unión Europea, o arquitecto, lo es en toda la Unión, porque su profesión es igual en cualquier país, pero un abogado y un guía de turismo son diferentes; el guía debe conocer el patrimonio de cada lugar antes de ponerse a explicar”.

* http://ec.europa.eu/commission_2010-2014/barnier/


Aún así, las leyes de ordenación turística autonómicas tienen que cambiarse para adaptar su texto a las dos famosas directivas europeas*, la de servicios (Directiva 2006/123/CE de 12 de diciembre de 2006) y la de reconocimiento de cualificaciones profesionales (Directiva 2005/36/CE de 7 de septiembre de 2005) recién modernizada. Tal y como explica Carlos Ortega, “el único cambio respecto a los guías dentro de España es que el guía de turismo que antes tenía un carácter regional, de una comunidad autónoma, ahora pasará a tener un carácter nacional”. Carlos, que además de presidir la Federación Europea es el vicepresidente de la Española, reconoce que la postura de CEFAPIT era contraria a esa modificación: del mismo modo que se entiende que un guía de otra región europea, aunque tenga la habilitación de su región, debe demostrar sus conocimientos para explicar en Murcia, no se debe dar por supuesto que un guía andaluz conozca el patrimonio de Huesca o el de las Islas Canarias. Así, por un lado tenemos que un guía habilitado en cualquier región española puede ejercer como guía en todo el territorio nacional, pero en el caso de un guía de un país de Europa que pretenda trabajar en España (o de un guía español que va a trabajar en Europa), hay dos opciones: Si es guía habilitado en su país y viene con un grupo para pasar unos días, debe pedir previamente un permiso a las autoridades locales, informar del tiempo y lugar en el que va a ejercer y demostrar su cualificación; y por otro lado, si es guía habilitado en su país y quiere asentarse y trabajar como guía en España, de forma estable, debe demostrar su cualificación y elegir entre presentarse a las pruebas ordinarias de guías de esa región española, para que se compruebe que conoce el patrimonio local, o llevar a cabo un periodo de prácticas. En cualquier caso, para Carlos, “la profesión del guía no tiene un alto índice de movilidad; un guía que trabaje en un sitio, a no ser que se enamore o le pase algo que le lleve a trasladarse, normalmente no va a marcharse del sitio donde está ejerciendo”. Carlos Ortega argumenta que “los países se han dado cuenta de que no pueden poner su patrimonio en manos de cualquiera”. Y en cuanto a la defensa del mantenimiento de esa reserva de actividad de la que hablaba en el ámbito de los guías de turismo, se justifica: “No se trata de ser MÁS INFO...

corporativista en nuestro ramo, y no se trata sólo de tener un título o superar unas pruebas; se trata simplemente de garantizar que una persona que va a pasar un tiempo en cualquier lugar de Europa, pueda tener delante un profesional cualificado que sepa y que le dé aquello por lo que esa persona ha pagado. No nos importa tanto el carné como que exista realmente una cualificación en la persona que hace el oficio; que sepa hacerlo”. Sobre la presencia de la FEG y su importancia en Europa, Carlos Ortega nos explica: “Estamos en veintitrés países de la Unión Europea, e incluso en algunos países que no pertenecen a la Unión; tenemos a más de medio millón de personas detrás y una presencia fuerte, y se nos escucha en Europa igual que se escucha a los arquitectos o a otros profesionales”. Y en este punto volvemos con la señora Wressnig, presidenta de la Federación Mundial de Asociaciones de Guías Turísticos, y le preguntamos cómo cree está afectando la crisis a los guías europeos; en su opinión, los datos en el sector no tan son malos: “El crecimiento del turismo en Europa, según la Organización Mundial del Turismo, hasta ahora es del 5%”. Y en cuanto a si cree que esta profesión, la del guía turístico, es respetada, Felicitas afirma: “En parte, sí es una profesión respetada, por la UNESCO, la OMT, las instituciones regionales de turismo y por los países en los que el turismo es una gran fuente de ingresos. Sin embargo, en algunas areas no es respetada en absoluto”. Igual piensa Carlos Ortega: “Depende. Tú fijate que cuando hay alguna visita institucional, buscan a un buen guía, o cuando una agencia de viajes quiere que el cliente se quede contento, buscan a un buen guía. Es decir, que el coste de la no calidad es tan alto, que las agencias de viajes que tienen dos dedos de frente no se arriesgan a poner a una persona que no sabe a hacer el servicio. Ahí está el respeto a la profesión, porque a fin de cuentas, las administraciones están vendiendo su casa, como si dijéramos, y no la pueden poner en manos de cualquiera”. En la misma línea de Carlos Ortega, Felicitas Wressnig concluye, en cuanto a la importancia de los guías en las economías regionales: “Podemos decir que esta profesión ayuda al desarrollo de las infraestructuras y de los ingresos locales, así como a una mejor comprensión y entendimiento por parte del visitante, lo que ayuda también a un entendimiento mutuo y a una mayor sensibilidad”.

* http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/rd1837-2008.html

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entrevista

ENRIQuE Ujaldón Director General del Instituto de Turismo de Murcia “El guía es la persona que de forma más eficaz, y por lo tanto, más barata, te puede dar a conocer un recurso histórico, patrimonial o natural” Enrique ujaldón recibe a Sawar Murcia en su despacho del Instituto Regional del Turismo. En primer lugar, nos interesamos por la actividad “Tu visita guiada gratis a la Región de Murcia”. ¿Cómo ha resultado la primera temporada de esta iniciativa? Ha ido estupendamente. Que yo sepa, todas se han llenado y en algunas ha habido más solicitudes que número de plazas. Tal ha sido el éxito, que vamos a repetir. Como sabes, muchos pueblos organizan ya sus visitas guiadas, pero esto es una manera de, en algunos casos, incentivar que se cree producto nuevo, pero en la mayoría de los casos de trata de vender juntos una iniciativa que a algunos ayuntamientos pequeños les cuesta trabajo darla a conocer. Así damos a conocer esta oferta de visitas en toda la Región y en regiones limítrofes, porque hay mucha gente que no conocía las visitas que se hacían en Moratalla, por ejemplo, y desde Águilas pueden ir allí, o a Jumilla… Estamos propiciando la movilidad interior para que la gente sea más consciente de la riqueza y la diversidad de los productos turísticos de la Región, pero nos queda mucho por andar en ese camino. Normalmente, los habitantes de una ciudad o región son los que menos conocen sus recursos, los que menos visitan sus museos… Uno va a otra ciudad de fuera y visita los museos, y en su ciudad no entra o entró de niño porque lo llevaron. Pero independientemente de esto, yo creo que en Murcia tenemos un déficit en este sentido; por las razones que sea, quizá porque no haya elementos icónicos como una Alhambra o un paraje natural que sea conocido en toda España como un icono, o quizá 34 Sawar

porque los iconos que tenemos se han presentado como demasiado localistas, nos falta ese sentimiento regional y ese orgullo. Un murciano de Puerto Lumbreras debe estar orgulloso de los buenos vinos de Jumilla y del Teatro Romano de Cartagena, igual que todos estamos orgullosos del Museo del Prado y de la Alhambra. Debemos saber que en nuestra Región hay cosas maravillosas y que están ahí para ser gozadas y conservadas. y quizá esta iniciativa puede servir también para que los murcianos sepan que existe una figura profesional, la del guía, que está para interpretar y para explicarle su patrimonio cultural y natural. Tenemos la costumbre de contratar un guía cuando salimos fuera de Murcia, pero no estamos acostumbrados a recurrir a un guía en nuestra propia Región… Efectivamente, no hay costumbre. Cuando uno sale fuera, y especialmente si tiene poco tiempo, normalmente recurre a un guía para que le dé una visión rápida de una ciudad y de las cuestiones más relevantes. En la propia Región esto es más inusual, pero desde luego, el guía es la persona que de forma más eficaz, y por lo tanto, más barata, te puede dar a conocer un recurso histórico, patrimonial o natural. La actividad de ‘Tu visita guiada gratis’ es una manera de que mucha gente que a lo mejor nunca hubiera hecho una visita con guía, pues tenga el gusto de hacerla y que reconozca que cambia completamente. La diferencia de visitar algo con y sin guía es abismal. Dentro del sector del turismo, ¿es posible que no esté suficientemente valorada la figura del guía, en


“El intrusismo, la competencia desleal y la economía sumergida son problemas endémicos de la economía española, no sólo del sector turístico. Los guías tienen este problema como lo tienen otros profesionales”

comparación con otros servicios? Es decir: pagamos un hotel y nos dan una cama, pagamos una cerveza y nos la bebemos, pero quizá no se valore tanto el conocimiento que nos transmite el guía y no exista esa costumbre de pagar. ¿Qué opina? Yo creo que sí se valora. Quizá no en la debida forma… De hecho, muchos museos o monumentos que visitamos, lo hacemos pagando una cantidad que incluye visita guiada, pero sí es verdad que existe menos costumbre de contratar un guía turístico. No es lo mismo pagar un servicio cuando estamos en un grupo de diez o veinte personas, que si vamos tres amigos, donde el coste es mayor. Aun así, el coste es pequeño. Nos falta valorar adecuadamente que es un servicio que nos aporta algo que nosotros seríamos incapaces de obtener por nuestra cuenta en ese tiempo. En ese sentido, el guía sale muchísimo más barato que el tiempo que empleamos y la visita es mucho más intensa y placentera cuando alguien que sabe te enseña lo que están viendo.

¿Es posible que se haya contratado a guías sin habilitación para algunas de las visitas de “Tu visita guiada gratis”? Me extraña… Me extraña porque en las reuniones que hacemos aquí con técnicos y concejales de turismo siempre se insiste en esta cuestión, y a lo mejor un concejal que llegue nuevo al gremio, puede tener alguna ignorancia respecto a las cuestiones legales como tenemos todos a veces, pero los técnicos están ahí y saben de la cuestión. Si eso se ha producido, es una excepción, porque hay bastante conciencia de que esto tiene que ser así, y oficialmente nosotros no tenemos constancia de que esto se haya denunciado. una de las preocupaciones de los guías es la competencia desleal, el intrusismo. ¿De qué forma se puede combatir este fenómeno? El intrusismo, la competencia desleal y la economía sumergida son problemas endémicos de la economía española, no sólo del sector turístico. Los guías tienen este problema como lo tienen los apartamentos turísticos con la competencia de los apartamentos privados, y lo tienen muchos sectores de la economía española. Economía sumergida hay también en Suecia, o por ejemplo en Alemania de forma importante… Eso no es justificación para que no luchemos contra el intrusismo, porque no puede ser que uno esté pagando sus impuestos y haciendo las cosas bien según exige la ley, y otros compitan con los precios más bajos y de forma desleal. Nosotros luchamos contra eso en la medida de nuestras posibilidades, hablamos con los ayuntamientos, les Sawar 35


informamos… Igual que un ayuntamiento no puede vender paquetes turísticos, que eso corresponde a una agencia de viajes, tampoco puede contratar a alguien como guía si no lo es. En la medida en que nos enteramos, intervenimos… Es complicado pero lo intentamos, y en general, en los ayuntamientos y en las empresas que se dedican de forma seria al turismo, no se da mucho el intrusismo. Sí que puede darse más en la calle, en contratar de forma particular un guía sin habilitación. La labor de vigilancia compete a la Policía Local por un lado, y a los inspectores de Turismo por otro... ¿Con qué efectivos cuenta en este asunto el Instituto de Turismo? Tenemos dos inspectores de turismo y no pueden estar en toda la Región en todo momento, y de hecho, aunque el intrusismo siempre es un problema, el mayor problema de los guías turísticos en Murcia no es tanto ese como la falta de demanda de su trabajo. Probablemente, si hubiera más demanda habría más intrusismo. Sin embargo, algunas iniciativas de los ayuntamientos han hecho levantar la voz a los guías por considerar que se estaba atacando a su profesión, como por ejemplo, con las visitas guiadas en taxi. El ayuntamiento de Murcia las anunció hace un

tiempo, y otros municipios como Cartagena también las implantaron. ¿No se trata de intrusismo? Yo creo que eso es confundir. No se trata de contratar taxis para que hagan una visita guiada o que los camareros sean guías turísticos, porque eso sería absurdo. Lo que ha intentado algún ayuntamiento, y nosotros hemos intentado también, es que profesionales que son agentes turísticos de forma indirecta pero inmediata, conozca los recursos turísticos de su Región. Lo que no puede ser es que uno se monte en un taxi o se tome una cerveza en un bar, y pregunte al taxista o al camarero qué se puede hacer turísticamente en la ciudad, y que no sepan contestarte; que no tengan información básica. Esto es lo que hay que remediar… O la Policía Municipal: todos esos profesionales deben conocer los recursos fundamentales, y si alguien les pregunta en Lorca, ‘¿qué nos recomienda usted?’, que le pueda contestar y le diga, ‘pues vaya usted a tal playa, o al Castillo de Alhama…’. Que conozca los recursos cercanos mínimos, porque con eso fidelizamos mejor a la clientela. Cuanto más placentera sea la experiencia del viaje, más probabilidades hay de que hablen bien del destino a otras personas y que ellos mismos puedan volver. Es lo que hablábamos de ‘Tu visita guiada gratis’… Desde el Instituto de Turismo somos un poco egoístas en ese sentido, y no lo hacemos para que la gente lo disfrute, que también, sino para que los propios murcianos

“Tenemos dos inspectores de turismo y no pueden estar en toda la Región en todo momento; el intrusismo siempre es un problema, pero en Murcia el mayor problema es la falta de demanda”

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“Si el millón y medio de murcianos conocen sus recursos y les gusta su región, y hablan bien de ella, tenemos un millón y medio de agentes turísticos”

sean nuestros agentes turísticos: si el millón y medio de murcianos conocen sus recursos y les gusta su región, y hablan bien de su región, y les dicen a sus amigos de fuera, ‘tienes que venir a Murcia y te voy a llevar a este sitio y al otro’, tendremos un millón y medio de prescriptores turísticos, un millón y medio de agentes turísticos hablando bien de la Región. Y esto es lo que pasa con los taxistas, con los camareros, con los policías locales… Algunos ayuntamientos lo han hecho y nosotros hemos hecho cursos para formar a los camareros, para ponerlos al día en su trabajo pero también para que conozcan los recursos turísticos básicos de su Región. Yo creo que esto no es ninguna competencia para los guías, al revés, porque así el turista se queda. Si el turista pregunta y no sabemos responderle, pues a lo mejor coge el coche y se va a la provincia de al lado, y lo que hay que intentar es que no se vaya. Hace unos días el consejero Cruz presentó la nueva Ley del Turismo de la Región de Murcia en la asamblea Regional, y actualmente está en trámite de aprobación. ¿Qué nos puede decir de dicha ley? Pues es una ley muy genérica, porque hemos buscado adrede que no incluya demasiadas cosas. El sector turístico está cambiando mucho en los últimos años, y hay una tendencia legislativa en España que busca dos cosas fundamentalmente, con independencia del color político de los gobiernos autonómicos: Una es mejorar la unificación de la legislación turística en la

medida de lo posible, porque eso hace que el cliente, tanto el nacional como el extranjero, no se despiste… Hay casos que son sangrantes, por ejemplo en el turismo rural, donde la legislación es tan cambiante de un sitio a otro que el turista, cuando reserva, no sabe qué es lo que está reservando, porque las clasificaciones varían muchísimo. Entonces, para este asunto estamos intentando ponernos de acuerdo en lo básico y unificar clasificaciones hoteleras, o la misma política de los guías, por ejemplo. Y por otro lado, estamos buscando quitar encorsetamiento al sector. A veces se regula demasiado y estamos ante un sector que cambia mucho, y con ese encorsetamiento dificultamos la inversión e impedimos la creatividad empresarial, y sobre todo impedimos que el sector se adapte a los cambios del mercado, porque al final es la gente la que manda cuando encarga su viaje. En ese sentido, la ley no regula demasiado para permitir que después, en los decretos y las órdenes, que son mucho más fáciles de cambiar, seamos mucho más adaptativos a la realidad del sector. Ese sería el espíritu de la ley. y sobre el caso concreto de los guías, ¿qué nos puede adelantar de la ley? ¿Se prevé algún cambio? Pues en el caso de los guías, no se recoge nada… Lo que vamos a hacer es, una vez se apruebe la ley, desarrollar el decreto que regule el asunto. No obstante, hemos pensado sobre la cuestión pero no tenemos decisiones cerradas. La situación ha Sawar 37


cambiado radicalmente, en primer lugar con las directivas europeas: esto es una unión económica y política, y si uno es médico en Suecia, es médico aquí, y si es ingeniero en España, lo es también en Hungría. Le pasa también a los guías, con independencia de cuál sea la forma en la que ha conseguido su titulación de guía, y esto es legislación europea y no lo puede cambiar nadie, y además, está muy bien ese espíritu general. Pero quizá no será igual de duro sacar la licencia de guía oficial en Murcia que en otra comunidad o en otra región europea… Sí, es verdad que se puede producir algún agravio comparativo. En Murcia ha sido muy difícil obtener la licencia de guía, porque hay unas pruebas de oposición muy duras, mientras que en otras regiones u otros países se obtiene con más facilidad. El número de guías que tenemos es elevado, pero no todos se dedican a esta profesión, y además tenemos pocos guías habilitados en idiomas, y pocos guías capaces de atender demandas puntuales porque a veces están concentrados en una zona determinada y no hay suficientes en otro lugar. Así que ahora estamos dándole vueltas para conseguir un sistema que sea más flexible y que mantenga la calidad de la profesión. Queremos que se combine el reconocimiento de las titulaciones con la propia oposición, pero estamos estudiándolo y no hay decisiones cerradas. ¿Es posible que la vía para obtener la licencia mediante las pruebas se mantenga, pero que se abra alguna vía más? Efectivamente… Ya digo que no hay nada cerrado porque queremos ver qué se va a hacer en el resto de España y estar coordinados en la medida de lo posible, pero la idea en principio es mantener un sistema de oposición más o menos como ahora, probablemente exigiendo un idioma para poder optar a la licencia. Y luego, quizá estableceremos un sistema de reconocimiento de títulos, porque no tiene sentido que si alguien nos certifica que tiene la Escuela de Idiomas terminada, o un ‘proficiency’ o el equivalente en cualquier idioma, que tengamos que examinarlo cuando a lo mejor nos tendría que examinar esa persona a nosotros. Por tanto, si alguien puede justificar que tiene una certificación homologable en el idioma que sea, no se le examinaría de eso. Y pasará lo mismo en el caso de algunas titulaciones: es decir, me parece poco justificable que a un licenciado en Historia o en Arte, haya que examinarlo de historia y de arte. Otra cosa es que opten a una oposición para 38 Sawar

una plaza, pero para obtener una licencia de guía para poder explicar su Región, hay que darlo por supuesto. Así que, quizá en algunos grados, entre los que seguro que estaría Historia, Turismo y alguno más, se les reconocerían los títulos, pero no a todos los graduados sino sólo a los que presenten también un idioma. Esto es lo que estamos valorando, tenemos que verlo bien pero no hay nada cerrado. No tenemos prisa, primero tiene que aprobarse la ley, que esperamos que se apruebe en las próximas semanas, y luego tendremos que sentarnos y ponernos a redactar. No creo que haya un cambio legislativo sobre los guías en los próximos meses, porque una vez redactado en decreto, también tiene un periodo de tramitación. y para acabar, Sawar está centrada en el municipio de Murcia, así que le preguntamos por la capital: ¿Qué le parece la situación del turismo aquí? Últimamente notamos cómo están llegando los turistas de cruceros, cuya influencia se irradia por toda la Región… Sí, el asunto de los cruceros siempre despierta muchas ilusiones en los ayuntamientos, pero para nosotros, no es el tipo de turismo más importante. Tenemos más turistas potenciales viviendo en Torrevieja o en nuestros resorts, y de hecho los vemos visitando la ciudad. Este verano hemos visto muchas familias y grupos paseando por Murcia, y esto ya no es una experiencia extraña, ver a los turistas paseando, comprando en las tiendas y comiendo en los restaurantes… Estamos consiguiendo no sólo convertir a Murcia en un destino turístico, que lo es ya desde hace años, sino también que el ciudadano de Murcia se dé cuenta de que lo es, que su ciudad es un destino turístico, y que encontrarse con extranjeros haciendo turismo no es algo inusual sino que es normal. Ahí el ayuntamiento está haciendo una labor importante, de captación de este tipo de clientes, y nosotros estamos colaborando con eso, y en la medida en que seamos capaces de ofrecerles más productos turísticos atractivos, más van a venir. Si hay guías que son capaces de ofrecer rutas alternativas, en bicicleta o por la huerta, algo novedoso, nosotros les vamos a ayudar a vender. Nosotros animamos a las empresas a hacerlo, y una vez creados sus productos, les ayudamos a comercializarlos y los situamos en la Web… El guía, como profesional del turismo, tiene un papel muy importante como difusor del patrimonio y la cultura local, pero también puede ser receptor de las opiniones de los turistas y transmitir dichas


opiniones y sus propias propuestas a la administración: ¿Se tiene en cuenta al guía en las administraciones, en políticas turísticas o de otro tipo como calidad urbana, limpieza, seguridad…? El turismo es un fenómeno muy transversal, efectivamente, y de nada sirve tener muchos monumentos si lo tienes todo lleno de basura o si no hay seguridad. Todas esas cosas afectan mucho al turismo, aunque a veces no sean elementos de la política turística, como por ejemplo el cuidado de los jardines… Si todo eso no funciona bien, es difícil que el turista se quede o que hable bien del destino. Y yo imagino que todos los guías conocen a los técnicos de turismo de su localidad, e incluso en las ciudades más pequeñas, el concejal de turismo es perfectamente accesible para informarle de esas cosas… Aquí, los técnicos de turismo estamos siempre encantados de recibir iniciativas de todo el mundo, y de los guías también porque son agentes directos. Otra cosa es que todo se pueda solucionar con la celeridad que nos gustaría, porque con esta situación es complicado…

¿Es posible que como colectivo, haga falta más unión dentro de los guías? Da la sensación de que otros colectivos, como por ejemplo los hosteleros, tienen más fuerza o se les tiene más en cuenta. La unión y la fortaleza de las asociaciones es algo importante, claro, y en los colectivos en los que a pesar de ser importantes o de tener muchos miembros, no hay unión, para nosotros es mucho más difícil. Desde las administraciones públicas es mucho más fácil negociar y hablar cuando hay un colectivo y una asociación detrás, en la que previamente se ha debatido y se ha llegado a un acuerdo para plantear reivindicaciones o sugerencias. En los guías hay asociaciones, desde luego, pero es verdad que la mayor parte de los guías no están asociados, otros muchos no trabajan en el sector… Eso a nosotros también nos genera muchos problemas a la hora de la gestión. Eso es todo. Muchas gracias por su tiempo y sus respuestas. De nada, gracias a ti.

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opinión

El guía e n M ur c ia Por

Ignacio Benedicto

Guia Turístico desde el año 2000 habilitado en idioma inglés La profesión de guía turístico en Murcia se establece de forma tardía a finales del pasado milenio. Solo por eso merecería tener proyección hacia el futuro, pero desgraciadamente no está siendo así, sobre todo por la precariedad, estacionalidad y escaso apoyo de la Administración. A mí me sigue sorprendiendo lo desaprovechados que están los guías a ese nivel, el administrativo, porque no existe mejor y más fidedigna fuente de información que los ellos. Información fiable, de primera mano y plenamente contrastada acerca de las preferencias, gustos y orientaciones de las gentes que nos visitan, algo tan valioso que sorprende cómo es sistemáticamente desechada por nuestras mentes pensantes. Nunca se ha diseñado una campaña de comunicación basada en esa materia prima tan sabrosa, ni las autoridades del sector han convocado nunca a representantes de la profesión para inquirir datos con los que fundamentar dichos esfuerzos, por otra parte financiados con los impuestos de todos. ¿Porqué, a la hora de poner en valor un yacimiento, por ejemplo, no se cuenta con la opinión de estos profesionales, los mas cualificados para indicarla posible acogida de cada proyecto de estas características? Para los consorcios regionales, solo son (barata) mano de obra. Se pierde asi una oportunidad de oro, fácil y sin coste alguno, para mejorar el sector. Por no estar, los guías no estamos ni en la Mesa de Turismo, y sólo un Director en este campo dentro de la Comunidad ha confiado en ellos, la recordada Elena García Cartagena, que les encomendó con éxito las labores de transmisión de contenidos en la célebre exposición “Salzillo, Testigo de un Siglo”. Desde entonces, como diría T.S. Eliot, solo ha habido tierra baldía. Por otra parte, ¿Hay verdadera conciencia social de lo que un guía representa? Somos los encargados de hacer entendible el patrimonio, concebido este como herencia cultural común. Hay veces, como ha pasado recientemente con la apertura de la sala dedicada al Submarino Peral, en que esto parece difícil de entender, y se recurre a personal no profesional al considerar que determinados bienes culturales son privativos de la institución o grupo social que les vió nacer. Y eso no es asi, señores: el patrimonio es de todos. Me gustaría terminar con un aviso a navegantes: lo que distingue a un guía no es la cantidad de conocimientos que atesora, sino su capacidad para transmitirlos al mayor número posible de personas. Es decir, a mayor empatía, mas profesionalidad. Es en ese terreno, el de buscar la satisfacción del público que quiere un plus adicional en sus ratos de ocio, pero sin olvidar que se trata de tiempo de asueto, donde nos ubicamos. Con orgullo. 40 Sawar


opinión

guías, otro oficio de la cultura en peligro Por

Luis Gallego Mayordomo

Numerosos son los afectados y daños colaterales que va dejando esta pertinaz crisis. Aquí penan desde compañías de teatro a sexadores de pollos. Aun a riesgo de engrosar tan variopinta cola de plañideros, yo voy a hablar, como diría Umbral, de mi libro, en este caso mi trabajo: las visitas guiadas. Deseo reivindicar la dignidad de este oficio de la cultura frente a la lenta degradación que sufre. Degradación en parte propiciada por la Administración, quien no hace tanto se deshacía en halagos respecto a su importancia. De una parte se desregula su ejercicio y de otra se consiente el intrusismo, cuando no se favorece activamente por parte de ayuntamientos y otras entidades públicas. Se acaba trasladando al público la idea de que cualquiera con algo de labia y amplia sonrisa puede servir para estas simpáticas labores relacionadas con el ocio, el tiempo libre y eso tan vaporoso que es el entretenimiento turístico. Al final acaba valiéndonos el apuesto sobrino del concejal del pueblo, un avispado taxista, un estudiante Erasmus de paso por la ciudad, o el del carrito de los helados. Es por ello que estimo necesario informar a turistas, garbeístas y viandantes varios que visitan nuestras ciudades sobre lo que puede aportar un guía profesional habilitado para tales menesteres. Para empezar, sepan ustedes que un guía de turismo habilitado no es un historiador, ni geógrafo, ni experto en arte, ni geólogo, biólogo, profesor o periodista, ni siquiera graduado en empresas y actividades turísticas, si bien es probable que tenga alguna de estas titulaciones. De hecho, su acreditación parte de un grado o licenciatura universitaria, a la que suma una amplia cultura general y conocimientos particulares sobre su Región, de los que tiene que dar cuenta en exigentes exámenes de contenidos varios a fin de obtener una habilitación oficial. En los tiempos que corren, de devaluación del conocimiento, de desregulación, de intrusismo interesado y ninguneo por parte de la Administración, cuando no simple desconocimiento por parte de los gestores públicos de la normativa que ellos mísmos crearon, se hace necesario reivindicar ante la sociedad la figura del guía oficial de turismo. Agencias y oficinas de turismo eligen ahorrar en este capítulo, de forma y manera que las propias entidades públicas y privadas que se llenan la boca con sus Q de calidad y demás parafernalia obvian lo más evidente cuando descuidan la importancia de estos profesionales, o ponen sus visitas guiadas en manos de aficionados más o menos voluntariosos. Lo que nos diferencia de un arqueólogo o licenciado en Arte, o historiador, titulaciones que, insisto, la mayoría tenemos, no es la calidad o cantidad de nuestros conocimientos, sino la amplitud y selección de contenidos junto a la capacidad de integrarlos en un relato claro, comprensivo y adaptado a las necesidades e intereses de los grupos más variados. Un guía profesional ha de ser capaz de sacar partido a lugares y paisajes en apariencia anodinos; a ese museo que a ojos legos parecería más un almacén de cachivaches hidráulicos; o convertir un montón de sillares de arenisca en un yacimiento único; un desolado secarral en la expresión de un rico ecosistema plagado de endemismos de enorme valor medioambiental. Eso, señores, no sabe hacerlo un lorito voluntarioso, quien se limitará a recitar un guión previamente memorizado cuyo contenido dudo que entienda en toda su complejidad, y que en el mejor de los casos no sabrá dónde situar matices y acentos, ni qué información ponderar. Son mensajes que no calan en el visitante porque asemejan los de autómatas parlantes. Es la selección, el sentido de la oportunidad y el orden de la información, más que el detalle, la integración de lo singular en el marco de conocimiento general del visitante y la preparación de la ruta, lo que constituye la esencia de lo que ofrecemos. Una pincelada sobre procesos osmóticos en el interior de la célula, favorecidos por la alta salinidad de nuestro Mar Menor, despierta el interés del visitante en los valores terapéuticos de la laguna; el relato de una colisión de placas geológicas sirve para explicar en unos segundos la riqueza mineral de la costa cartagenera y la fertilidad agrícola de la llanura, antaño sumergida. La profesionalidad la hace el conocimiento y la reflexión sobre la práctica. Y esto, señores, no se improvisa ni se memoriza, se adquiere con años de trabajo, de estudio, y como resultado de una curiosidad insaciable hacia los Sawar 41


múltiples aspectos que conforman nuestro espacio, amén de amor a la tierra y el placer de hacer partícipes a los demás de aquellos valores patrimoniales que desde niños hicimos nuestros. Es un trabajo en gran medida vocacional, incluso diría que artesanal, al que la mayoría hemos llegado por caminos imprevistos. No es que quisiéramos ser guías y a partir de ahí empezáramos a adquirir los mil y un conocimientos que compartimos con los visitantes. No funciona así. A todos nos gustaba viajar, aprendimos idiomas y sentíamos una amplia curiosidad hacia tradiciones, historia, arte, naturaleza, flamenco, gastronomía local, artesanía; y además nos encantaba compartir esas inquietudes. Son conocimientos y habilidades que uno ha de tener antes de prepararse para el examen de acreditación. A partir de ahí, el entusiasmo, el trabajo y la práctica forman a un buen comunicador en cuyo discurso descansa buena parte de la imagen que el visitante tendrá de la ciudad o la Región. Un arqueólogo tiene conocimientos profundos de su campo pero no tiene por qué saber comunicarlos y adaptarse a públicos tan variopintos. Y en cualquier caso no distinguirá nuestra uva monastrell de la garnacha, ni una taranta de una cartagenera, ni diferenciará la tetraclinius articulata, ni sabrá de sistemas de regadío tradicional a no ser, claro, que se haya preparado para ello. En el ejercicio de este trabajo he tratado con los clientes más dispares que uno pueda imaginar. Clientes japoneses, ajenos completamente al concepto cristiano de la Virgen y los santos mártires, que quedan fascinados ante la fachada de la catedral de Murcia. Imaginen hacerles entender las lindezas del dogma de la Immaculada Concepción o el complejo mundo de advocaciones e iconografía mariana. Les aseguro que unas nada improvisadas pinceladas no llevan a entender la complejidad del mundo católico, pero sirven para dar un sentido inmediato a la maravilla que contemplan sus embelesados ojos rasgados de shintoismo. Los irlandeses quieren saber qué hace su San Patricio en la fachada, y hay que saber resumir en un minuto la complejidad histórica de la Reconquista. Un periodista ruso queda fascinado por la intensidad emotiva de una minera, poblada de barrenos y melismas flamencos, cuando su singularidad es sencillamente explicada, hasta el punto de interesarse enormemente por lo que consideraba una mera manifestación folclórica hecha de olés y atrabiliarios giros de manos. Ante un grupo de ganaderos cordobeses habrá que centrarse en la historia del regadío en la huerta, problemas políticos en torno a trasvases y uso del agua. Derechos de riego asociados a las parcelas, acequias, tablachos, estíos bestias y relatos de dantescas inundaciones que arramblaban con puentes, cosechas y barracas, o la pervivencia del Tribunal de Hombres Buenos; todo queda explicado frente a la maravilla renacentista de la Puerta de las Cadenas, donde a la sazón se reunía esta singular institución. Y les aseguro que muestran interés y preguntan hasta la extenuación a su guía, ese intérprete del patrimonio en toda su extensión, nada improvisado, que hace que sus tres o cuatro horas de paseo por la ciudad cobren una dimensión diferente, que ojos curiosos se abran a una nueva percepción del entorno. Ése es el valor del guía, hacer del paseo por nuestra región una experiencia de conocimiento grata y significativa, convertir ese momento en algo distinto y precioso que multiplica el valor del tiempo invertido en la visita. Se trata de facilitar, en suma, la contemplación de lo que de otra forma pasaría desapercibido. También nos hace daño cierta idea simplista e interesada del entretenimiento y la diversión ligada a una visita cultural. Los guías no somos bufones de feria, ni cuentachistes, ni estamos para provocar unas risas. Para eso existen otros profesionales. Somos otra cosa. Amén de gente amable y habituada a tratar con el público, que conoce la importancia de romper el hielo aquí y no desaprovecha la ocasión de una broma allá, somos conscientes de que lo nuestro no es divertir, es otro mester. El concepto de entretenimiento, de pasar el rato, se halla tan devaluado que dudo que se pueda aplicar a lo nuestro. No estamos para matar el tiempo, en todo caso para llenarlo, avivarlo y hacerlo valioso; para sembrarlo de inquietud por las cosas, para enriquecer, con nuestro entusiasmo por el patrimonio, la visita de nuestros clientes, y para crearles la necesidad de saber más y volver a visitarnos. ¡Hay siempre tanto que quedó por descubrir! Si tenemos esto en cuenta, nunca resulta excesiva la contratación de un guía. Apenas importa lo que una noche de hotel y ofrece algo que perdurará en su recuerdo. Les animo pues a considerar estas razones cuando ponen su valioso tiempo de ocio en manos de aficionados que no garantizan ni de lejos la calidad de un profesional. Incluso la visita de su propia ciudad acompañados de un buen guía puede resultarles una experiencia inesperada y reveladora, como estoy cansado de comprobar. Responsables de empresas murcianas que acompañan al grupo foráneo para el que contrataron la visita, o profesores locales que coordinan proyectos europeos u otros intercambios, son ellos quienes a la postre mayor partido sacan a las visitas al descubrir aspectos desconocidos de la calles y plazas que recorren a diario. Consideren la posibilidad de contratar a un guía profesional cuando tienen invitados de fuera, o simplemente cuando un pequeño grupo de amigos decide pasar una jornada de domingo en ese hermoso pueblo que es Cehegín, o Mula, o Cartagena, o esa monumental y desconocida ciudad por muchos murcianos que es Lorca, o qué decir de Caravaca o el Valle de Ricote. No sólo les merecerá la pena, sino que contribuirán a mantener la calidad y dignidad de uno de los oficios de la cultura, no el único, al que la tan manida crisis, unida a la desidia o ninguneo de parte de la Administración y otros actores del mercado turístico, amenazan con hacer desaparecer, o lo que a mi juicio es peor, degradar hasta el punto de resultar una labor irrelevante ejercida por aficionados.

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Número 4: “El valor de un museo”

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SaWaR MuRCIa quiere dar las gracias por la ayuda en la elaboración de este número a: Antonio Frutos, Mayca Dengra, Delia Saavedra, Miguel Ángel Pomares, Elisa Franco, Enrique Ujaldón, Carlos Ortega, Felicitas Wressnig, Luis Gallego, Ñaco Benedicto, Inmaculada Guillamón y a todas aquellas personas que han respondido, orientado y colaborado en la elaboración de este reportaje; gracias también a los autores de los textos usados como fuente documental y citados en el mismo. Gracias a Tete López y a Oxfam Intermón por volver a incluir un anuncio de su admirable labor en esta revista. Sawar Murcia ofrece todo su apoyo a la ‘Tasa Robin’. Gracias también a Ángeles y a ANSE, la Asociación de Naturalistas del Sureste, que durante este año 2013 celebra su 40 aniversario, luchando siempre en defensa del patrimonio natural de nuestra Región. -Si te interesa Sawar Murcia, Lee online todos sus números: http://issuu.com/sawarmurcia Síguenos en Twitter: @SAWARMURCIA Síguenos en Facebook: www.facebook.com/pages/Sawar-Murcia -Y si quieres hacernos llegar algún comentario o idea, envía un mail a: sawarmurcia@gmail.com Sawar Murcia no se hace responsable de las opiniones recogidas en sus páginas


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