AUTOCONSTRUCCIÓN ASISTIDA

El 24 de diciembre de 2019 ocurrió un incendio urbano-forestal en los Cerros Rocuant, San Roque y Ramaditas (parte alta de Valparaíso), destruyendo 274 viviendas y dejando damnificadas a unas 700 personas. A principios de 2023, muchas de esas familias siguen esperando una solución habitacional e intentando superar el trauma del incendio y el posterior abandono institucional que además se incrementó por la pandemia del COVID.
24 de diciembre: Incendio Primer contacto con Colectivo RE
Septiembre: Inicio del proyecto diseño y planificación
Abril: Cierre de detalles Entrega del proyecto
Febrero: Fin de etapa general proyecto
Mayo: Primera reunión afectada-colectivo
13 de octubre: Inicio de obra
Tatiana, una vecina afectada por el incendio, coincidió con los compañeros del Colectivo RE en los trabajos de ayuda en el cerro y de ahí surgió la idea de poder reconstruir su vivienda. El objetivo era poder dar una solución habitacional de forma urgente, con un presupuesto bajo y con técnicas constructivas resistentes al fuego. El colectivo concibe una arquitectura “con” en vez de “para”, es por ello que en el desarrollo del proyecto Tatiana siempre estuvo presente y tenía ciertos roles definidos; además de que también se contó con la participación de la comunidad, de otros colectivos y de personas voluntarias que se acercaban a la obra abierta para aprender.
VECINA AFECTADA. Participación activa y roles definidos en obra, preparación de comida y compra de materiales, además de mano de obra.
COMUNIDAD ROCUANT
Participación y apoyo en la obra, en el trabajo de la vecina afectada y en el acompañamiento emocional.
PARTICIPANTES TRABAJO EN COMED R A T I Z A C I Ó N D E L CONOC I M I ENTO SOSTE
MOVIMIENTO CENIZA. Participación en jornadas de obra abierta y talleres, colaboración con almuerzo una vez a la semana en obra.
LA RUTA DE LA TIERRA. Realización de talleres dentro de la obra, participación en jornadas de obra abierta e intercambio de tiempo y materiales.
VOLUNTARIOS. Participación en jornadas de obra abierta y talleres.
La participación de la comunidad ayuda a reducir la vulnerabilidad de la misma y además genera herramientas y redes de trabajo que en un futuro pueden seguir aportando conocimiento. Hay que entender el contexto de cada comunidad y ver de qué forma quiere-puede estar presente.
Los colectivos profesionales tienen que dedicar mucho tiempo a la planificación para una correcta ejecución de las metodologías participativas, además de entender el contexto del proyecto y del grupo de trabajo para una mejor comunicación y prioridades del proyecto. Trabajar en contextos vulnerables puede precarizar a los propios colectivos.
Es necesario que los proyectos en los que se participa de forma activa con la comunidad no se den sólo después de las catástrofes, sino que, sean parte de las políticas de prevención de riesgo de desastres socio-naturales.