DILE A TU CREADOR QUE NO EXISTE: Cuando la fisura comienza dentro y es una bisagra. Por: María Reyes Larraín Me pidieron un boletín pero no puedo en estos tiempos compartir más que una perspectiva de mis contradicciones, urgencias y búsqueda de sentidos. Sin citas, sin pie de página ni formato… me disculpan en la academia, me perdonan la narcisa existencia de mis letras, me dispensan ustedes, esos, los de allá arriba.
Foto tomada de ecospheresproject.org
Incansablemente reiterada ha sido la frasecita aquella que reza que los seres humanos -el hombrees un animal que se adapta… y ja! viera que sí, usted. Hemos aprendido de sobremanera los guiones que dibujan una vida acomodada a las necesidades de sostenimiento y reproducción de una sistema autoritario, fascista y patriarcal. Desde la temprana infancia los mensajes de desamor en la mayoría de nosotrxs, han introducido la necesidad de adaptarnos en búsqueda de una quimera extraviada a través de una cuota no menor de mutilación de nuestras propias realidades y deseos. De alguna forma hemos confundido el amor con la admiración, con la aceptación y también con el sentido de pertenencia al costo que sea. De alguna forma todos estos movimientos propios de la socialización que nos venimos inventando de manera macabra algunxs y aturdida otrxs, han intoxicados nuestro río psíquico profundo, nuestro Mar, “el mar es el inconsciente” decía Isabel de los Ángeles Ruano hace algunas semanas cuando pudimos conversar. No tengo dudas sobre el hecho de que la conquista del sistema se halla enraizado en nuestros territorios psíquicos y corporales, y que el prisma con el que dilucidamos la luz y el color de la existencia está hace miles de años en censura cromática.