APRENDER A CALLARNOS Y SANAR CON EL SILENCIO. Por: Herberth Bolaños
Foto tomada de https://pxhere.com/
Las reflexiones sobre la masculinidad son procesos necesarios en todos los ámbitos, a toda edad y en cualquier lugar donde se puedan estimular. Los hombres necesitamos hablar de nuestros procesos, tomar conciencia de la violencia que hemos vivido en nuestros cuerpos y en nuestro interior y sobre todo, necesitamos tomar decisiones para transformar las formas en que nos relacionamos; no sólo en las relaciones con mujeres, sino también en los espacios masculinos. En los espacios mixtos estamos escuchando cada vez más las denuncias y confrontaciones de nuestras conductas machistas. Tanto de las grandes injusticias, los actos abiertamente machistas y los micromachismos, como de las formas sutiles en que sostenemos, reproducimos y aprovechamos los privilegios. Sin embargo, en los espacios masculinos aún son pocas las denuncias, las confrontaciones y las acciones en contra de dicho machismo. La mayoría de experiencias que he escuchado de otros hombres que están en proceso de deconstrucción, plantean que ha sido necesario salir de esos espacios, dejar de participar en ellos; lo que -si bien es mejor que seguir participando en ellos- no es una denuncia o confrontación y por tanto, me parece, tiene poco efecto transformador en los hombres más apegados al modelo machista de relaciones.