rincón infantil Breve historia del juguete
Juguetes de ayer, de hoy y de siempre
Es muy difícil determinar el origen de los juguetes, pero algunas evidencias arqueológicas han demostrado su existencia ya en la antigua Mesopotamia, hechos con huesos de animales o juncos. En la Edad Media se fueron perfeccionando, sobre todo aquellos destinados a la corte; pero fue la revolución industrial la que dio un vuelco en el mundo del juguete. Más tarde, la irrupción de la tecnología permitió crear objetos cada vez más parecidos a los reales que, en la segunda mitad del siglo XX, con el desarrollo electrónico, se hicieron todavía más sofisticados. El posterior uso del plástico posibilitó abaratar los costos y democratizar el juguete. Hoy, el mercado chino y las grandes multinacionales como Disney lo han invadido todo, pero todavía quedan artesanos que apuestan por lo único.
No nos deja de sorprender ver como una generación tras otra de niños y niñas de distintas partes del mundo siguen moviendo sus muñecas para hacer subir y bajar un yo-yó, o contonean sus caderas al ritmo del hula –hoop. Y es que hay juegos que no pasan de moda. De algunos se desconoce su origen, como la rayuela, que se le atribuye a un monje español. Otros, como el trompo, vienen de antes de Cristo, y los hay más modernos como el famoso cubo de Rubik, creado en 1974, que consigue acabar con la paciencia del más santo pero que más de treinta años después, algunos persisten en pensar que, tarde o temprano, lo lograrán.
ñado por una breve explicación de su historia y sus normas, porque su creador, Federico Beledo, psicólogo social, le dedica mucho tiempo a investigar y cuenta con más de tres mil juegos en su archivo. El proyecto nació en 2002 y ha sido un verdadero éxito, contando hoy con muchísimos puntos de venta. Su público son casi siempre padres, o incluso abuelos, movidos por el recuerdo de su infancia, por eso Federico siem-
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pre dice que vende memoria y su idea es, algún día, poder armar un museo del juguete en Uruguay. En otro museo, no tan lejos del taller de Federico, están expuestos los juguetes transformables de Torres García, también en madera, pero en este caso llenos de colorido y cuya principal cualidad es que pueden ser descompuestos y recompuestos, ayudando a desarrollar la motricidad del niño.
Que sean manipulables es también una de las finalidades de los juguetes que elaboran los artesanos del Taller El mismo: Marcelo Cabrera, Francisco Ros y Daniel Tabaré Gonella, quienes trabajan juntos desde hace más de seis años, cada uno con su estética y su ritmo. Estos tres artistas, que han ganado múltiples premios y que distribuyen sus piezas también en el exterior, se caracterizan, sobre todo, por una visión innovadora del juguete en la que el insecto, el hombre, la máquina y el animal se mezclan para dar lugar a un nuevo objeto imprevisible, permitiendo aquello de lo que hablaba la psicóloga Karen Moreira: la posibilidad de imaginar varios mundos en cada uno de ellos. En tanto son piezas únicas, la producción es lenta, lo que hace que el costo de venta se encarezca y lo acaben comprando “niños adultos”, como los llama Federico. Marcelo es consciente de que no cualquiera puede acceder a sus juguetes y por eso, los domingos, sale a vender producciones más pequeñas a la Feria de Tristán Narvaja. Las ferias son uno de los lugares donde podemos encontrar las producciones de los pequeños artesanos. Del 8 al 16 de octubre tendrá lugar en el LATU la 12ª edición de Hecho acá, y en diciembre, como todos los años, la feria Ideas+ en el Parque Rodó. Si no, siempre está la opción del Mercado de los artesanos o algunas jugueterías especializadas como Kalén (Brandzen 2006); lugares donde encontrar pequeñas joyas para seguir jugando porque, como decía el escritor Bernard Shaw, “el hombre no deja de jugar porque se vuelve viejo. Se vuelve viejo porque deja de jugar”.
Setiembre 2011 | Revista Sala de Espera
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