El fomento de la lectura en E.F

Cómo afrontar el fomento de la lectura desde la Educación Física.

La lectura siempre ha sido una fuente de saber. Con los libros viajamos hasta lugares que no conocemos, percibimos olores y sabores de otras culturas, vivimos en la piel de personajes que nunca seremos, conocemos tiempos pasados y futuros. La lectura estimula la imaginación y el pensamiento abstracto, fundamentales en la conformación del individuo, en su desarrollo personal y profesional.

Es indudable, por tanto, el valor de la lectura para la formación del estudiante, cuya experiencia individual revertirá, en un futuro no muy lejano, en la sociedad a la que pertenece.

La lectura siempre ha sido una fuente de placer. Con los libros se aprende, pero también se disfruta. La estimulación del tiempo de ocio en los jóvenes es un elemento clave en la política educativa de hoy en día. Es responsabilidad del educador no solamente instruir en saberes, sino además, dar a conocer alternativas saludables con que llenar el tiempo de diversión de nuestros jóvenes. La escritora Isabel Allende afirma que “la lectura debe ser un vicio y no un sacrificio.”

Con este plan trataremos de crear en nuestros alumnos el hábito de consumo de libros y cambiar esa idea tan extendida de calificar la lectura como una actividad compleja y aburrida.

La lectura siempre ha sido una fuente de comunicación. Los libros son un excelente vehículo para fomentar la amistad y la convivencia. En todas las sociedades existen fábulas, cuentos y leyendas transmitidas a lo largo de los tiempos oralmente y por escrito. Entre nuestro alumnado contamos con un gran número de inmigrantes, algunos recién llegados. Decir que para ellos la adquisición de la lengua resulta vital es señalar una obviedad. A través de la lectura y del uso de la Biblioteca, no solamente se les acerca a la lengua que necesitan para comunicarse, sino a la cultura y costumbres que necesitan para integrarse y para vivir. De igual modo, la lectura conjunta nos ayuda a abrirnos a otros mundos y así descubrir lo que nos diferencia y lo que tenemos en común.

La lectura siempre ha sido una fuente de inspiración. Se dice que “uno es lo que come”, pero también podemos decir que “uno es lo que lee”.La lectura debe estar adaptada a las capacidades cognitivas del alumno y ayudarle en su formación personal y en la construcción de sus valores morales que lo definirán como persona. El desinterés por la lectura suele provenir de una equivocada elección de los textos, bien sea por su amplitud o por su complejidad. Es fundamental que todo lo que lea el jóven se inserte en sus esquemas de conoci miento y que le permita intervenir, consciente e inconscientemente, en la construcción de su personalidad.