La Máquina de Decir_2020_fanzine

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EN PAUSA Antonella Sagripanti Tratás de comprender si en verdad estás despierto o estás inmerso en un ensueño. Tu cuerpo intenta moverse. No logra salir de ese profundo sueño donde el tiempo y el espacio se desvirtúan. Podés escuchar, intentás mirar, pero no podés decidir hacia dónde. Tu ojos fijos contemplan el techo tratando de descifrar si esa cortina de luz corresponde a la del amanecer o la que suele ingresar llegado el medio día. Se desdobla la visión de tu cuerpo. Te asomás por la ven tana… algo te llama la atención. Todo está paralizado. Un ave quedó suspendida como si el cielo la sostuviera con un hilo transparente, el colectivo a medio cruzar plena avenida, un niño con su mano quieta como saludando, la señora en medio de la senda peatonal con su pie derecho levantado dando un gran paso. Decidís mirar qué ocurre dentro de tu hogar. Pensás en cosas que habitualmente estén en movimiento, ponés atención en el reloj para vigilar el se gundero, pero recordás que desafortunadamente está sin pilas. En el afuera sigue todo intacto, prestás atención a cada hoja, cada insecto, cada individuo. En este instante te recorre una brisa y te sentís vivo. Ves también moverse, en coincidencia, a la mujer que está sentada en la vereda. Regresás a tu cuerpo. El tiempo está muriendo, se ha quedado sin energías y debe racionalizar sus recursos para poder perdurar, todo cobrará vida cuando él lo disponga. Pero un reloj parado tiene razón dos veces al día. Tu hora no coincide con la de los demás ¿podrán dos relojes tener razón en el mismo instante? Tratás de comprender si en verdad estás despierto o estás inmerso en un ensueño.

Los matan Cami Battistelli

Otros tienen escamas y otros, pelo. Algunos son diurnos, Otros Algunosnocturnos.vivenen

Los matan por sus plumas, los matan por marfil

Los matan por sus manos, los matan por sus cuernos. Los matan por deporte, y también por miedo.

Los matan por su sangre, los matan por creencias Los matan por rituales, los mata por encierro. Los matan de dolor, los matan de amor. Algunos viven… Algunos viven en sombría tristeza, en lejanos recuerdos Algunos viven secuestrados, aislados Otros, ni cuenta se dan que viven.

Algunos viven en zonas de calor, Otros en zonas de frio. Algunos son herbívoros, o carnívoros

Algunos nacen de día, Otros nacen de noche.

Otros insectívoros u omnívoros. Algunos parasitan, Otros depredan. Los matan…

Algunos tienen plumas o piel gruesa

la tierra, otros en el agua Otros viven en ambas. Algunos vuelan, caminan o nadan Otros corren, saltan o se arrastran. Los matan… Los matan por comida, los matan por sus pieles

- Ustedes se callan porque si hubieran hecho algo no estarían acá también- les advierte la mayor de todas, algo triste y entregada al destino que les espera. Ese tercer día, amanecieron relajadas. - ¡Nos apoyó un libro encima, capaz se haya olvidado de nosotras! El resto de las hermanas se pusieron tan contentas que comenzaron a saltar y hacer bailecitos con sus cuerpos flácidos y arrugados! los movimientos produjeron una avalancha entre ellas, que tumbó el libro y quedaron nuevamente al descubierto. La bolsa comenzó a abrirse.

LAS PASAS QUE PASAN Karito Ballesteros Arrulladas y pegoteándose, chocan contra el nylon de la bolsita que las Doscientoscontiene. gramos de pasas han sido separadas en una bolsa más pequeña que la mano del pibe lleva por la vereda. Se marean en el vaivén descuidado, algunas gritan por el vértigo que les produce la distancia hacia el piso. Tienen miedo. Una abuela les ha contado que cuando salen de la bolsa mayor es porque ya les queda poco tiempo. Agradecen por los dos días que quedaron sobre la mesa de la coci na, en un departamento tan diminuto que las que estaban contra el nylon aprovechaban la transparencia para vigilar. Y así alertar sobre algún peligro o movimiento extraño. -¡ Yo le dije que corramos al fondo de la bolsa! grita una a sus com -pañeras.¡Sontan blandas y vagas que no quisieron apretar y hundirse! se enfurece una hermana.

Una de ellas pegó un grito de ahogo cuando asomó la mano gigan tesca, que tomó a tres de ellas y las llevó hacía la muerte. Con su rostro bañado en lágrimas y un temblor en todo el cuerpo, veía cómo de a tres o cuatro, sus hermanas se iban yendo. Le aterra ba cada vez que la mano se introducía en la bolsita, como una pinza que toma los juguetes en una máquina y se preparaba para ser ella la Enpróxima.unodelos

reiterados arrebatos, quedó agarrada del dedo anular sólo de uno de sus extremos, tiró y logró soltarse. Le dolió el es truendo de su cuerpo contra el piso, pero resistió consciente de que sólo bastaban unos centímetros para llegar hasta debajo del sillón y perderse de vista entre las pelusas.

AL JUEZ Gretel Krämer Me hago presente por ante usted señor magistrado vuestra excelencia en su despacho a los fines de manifestar: en el día de la fecha no recuerdo hora, sepa disculpar usted hombre de sepaleyusted saber que yo no sé y que me cansé. No conozco el recurso señor juez no conozco el recurso de ley para solicitar una simpleza entre tanta yletratanta

queSeñorextraña,palabrarara,enmarañadajueznoentiendoquéquédice usted. Cómo le hago saber del frío de la sangre que veo en mis venas chi cas, finas, lentas que son azules mi sangre es azul señor juez, lea, vea, le cuento de mi sangre que corre lenta por el frío del cuerpo entre las paredes y las rejas. Qué sabe usted magistrado del despacho harto conocedor del mun do multicultural legal judicial qué cosa es no tener patio de enredadera y mate flores colores o amores. Me sabrápreguntoustedDoctor de leyes de qué viene y de qué va mi gris sole dedad,cárcel por robar

Y yo estoy muerta y usted usted no entenderá señor juez en su des quepacholas piernas duelen y la oscuridad me asusta. Cuál es el recurso legal Doctor, mis respetos, cuál es el recurso de paraley solicitar la escucha sincera de mi queja. Mis disculpas, magistrado doctorado en ley de letras muertas escritas y viejas. Mis venas son azules, verdes, doctor, le ofrezco otro color, mis venas son azules y verdosas chicas frías lentas. Recurso de qué cosa interpongo ante el estrado magistrado para pedir la libertad o al menos mi condena, pero basta de esta preventiva pena. Usted no entenderá el dolor del hambre y los ojos callados, silenciados por no entender qué fue lo que usted dijo en el papel que me envió a la muerte de la espera. Es mi séptima muerte justo hoy, el quepabellónsevuelve canción de resistencia. No entenderá usted Juez de jueces y quecondenassuletra no la entiendo y es mi destino su papel escrito.

a quien me mató tres veces cuatro veces me mataron, cinco, seis.

Mota de polvo suspendida en un rayo de luz. Eleuterio de la Sorna

La habitamiradareflexiva en el silencio de las partículas. Tal vez años atrás, moraba en sus otros ojos autocomplacida(palpitantes), por su propio reflejo. En las páginas que se dejaron de leer, se fugaron las palabras y solo queda el áspero polvo. Que vive, hasta en la impaciencia de la sombra, que contando los chasquidos incesantes del reloj, se aleja de la estrepitosa luz. El cielo raso desgarrado por la gravedad, suspendido como teclas de un piano que nadie dejó de tocar. Las Indescifrablesmelodías: partituras se desprenden; caen hacia la infinita pesadilla onomatopéyica de los segundos.

¡NodeDetrásUnootro.examinar debajo de la cama! Las retinas no están listas para penetrar el misterio que reside en el más insondable de los olvidos. ¡Gritar con los parpados cerrados debajo de esa fosa! Pero gritar solo miedos arraigados, en la noche más austera. Y si el eco devuelve tenebrosas musitaciones, en la huida podrás sentir cómo las astillas dibujan delicadas líneas rojas en tu exaltada piel. No ensolovoltees,avanzaelpolvo, hacia el polvo.

Solo, una sombra. Marcelo lo Mónaco Jeremías frunce el seño y siente que le pesa de manera extrema sobre su rostro. Abre la puerta de su casa y el silencio lo saluda con sarcasmo, no prende la luz, la penumbra basta y sobra para saber que está solo. En su habitación la sombra espera agazapada, fría, detrás de la reproducción barata del “Arlequín” de Picasso que cuelga sobre la cama. Está ferozmente sedienta, ha pasado todo el día esperando para Jeremías,saciarse.encendiendo una luz mortecina entra en la cocina, pone la pava y prepara su habitual mate cocido. De la bolsa que cuelga del respaldar de su única silla saca los dos bollos de pan duro que le sobraron del fin de semana, los apoya sobre la mesa y se sienta. La sombra, desde la habitación, escucha atenta e intuye todos los movimientos del dueño de casa, mientras tanto, analiza, calcula y trama de manera casi maquiavélica el momento del encuentro. Jeremías termina su paupérrima cena, apaga la luz y a oscuras cruza el pasillo y se dirige al baño. Se mira en el espejo como si no se viera, se lava los dientes como al paso y entra en su habitación sin percibir nada fuera de lo normal. Se desviste en silencio. La sombra lo observa lujuriosa, asomándose por sobre el marco superior del desgastado cuadro. Él, se acuesta sin más rodeos y de un tirón desenchufa el velador. Entonces ella se desliza por la pared y se infiltra entre las sábanas, se acurruca contra el cuerpo caliente de Jeremías, lo envuelve comple tamente y se duerme. FIN

te ve Ante al televisor, Frente la pantalla, el ocaso zombie del mundo en casa. Un botón va cambiando todo, un click en la caja boba, que quien la enciende una caja que es menos boba. Y, con piel de pastor, desde la caja saluda el lobo a los gritos a una teleaudiencia ovejuna. Un bálsamo a las heridas para no pensar en pensar, para una sociedad que solo quiere enmudecer y olvidar. Mauro S. Maza

Secretos Micaela Flores Figueroa Arrastrada por el misterio del tiempo, estoy de regreso en la habitación. Mi mirada temerosa imagina las lágrimas en tus ojos negros y en la claridad del horizonte brillando mí cobarde huida. Asoma con culpa una sonrisa, al recordar la inocente ilusión floreciendo en la oscuridad de aquella última noche. Pequeño como la alfombra el mundo que deliramos bajo destellos en un cielo como mar de noctilucas. Y el suspiro de la noche fría, al oído una cálida melodía. La libertad en nuestros cuerpos despertaba el movimiento, desnudaba de prejuicios, extinguía el temor. Tiesa estoy en la frontera de aquel mundo abandonado. Mota de polvo, nube de recuerdos flotando. Marchitas las paredes con timidez se desnudan. No me animo a quebrar el silencio en la quietud, no bailará el polvo a los rayos del sol, los secretos no conocerán la luz.

Caía la tarde en el pueblo. Posado en el extremo de un gajo seco, preparaba mis plumas para otra noche de cacería. Había llovido horas antes. El cielo sería una nube de insectos. Los últimos rayos de sol se perdían en el horizonte. Oí pasos acercándose hacia mí. Pausados. Medidos. Un niño se aproximaba con algo en sus manos que inmediatamente reconocí. Una gomera. Sin darme tiempo a nada, apuntó y disparó contra mí. La piedra se estrelló en el gajo seco. Con un pequeño aleteo me elevé y volví a posarme. El segundo tiro no falló. El golpe aflojó mis músculos, e inmediatamente caí al suelo. Estaba sobre el pasto, tirado. Mi sangre, tibia, se me escapaba del cuerpo y teñía todo alrededor. El joven me tomó entre sus manos, ya no llevaba la gomera. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Noté que algo en él había cambiado. En llanto, me llevó debajo de un añoso Algarrobo, que yo ya cono cía, y me enterró. Han pasado diez veranos. Algunas tardes lo siento, acercarse hasta el Hablarárbol.en voz baja. Permanecer en silencio. Otras tardes siento que vuelo, atrapando insectos. Y otras sólo observo, los rayos de sol, perderse en el cielo. Percha Mulo (Pachu Merlo)

Atajacaminos

La flacidez y los joggins por fin están de moda Solo los locos saben lo imperfecta que es la perfección Qué difícil levantarse por las mañanas frías de invierno

CADÁVER EXQUISITO – JUEVES 09/JULIO

El increíble misterio de la vida siempre se revela en un plato de sopa Descubrió con asombro y recelo que su cabecita lógico-matemática se dejaba seducir por el caos cósmico. Las papilas gustativas no habían saboreado antes tan terrible bazofia ¡Corré rápido! Vas a pisar la tierra ya pisada, no vas a tener reparo de lo acontecido

La mañana estaba helada y las ventanas empañadas, había llovido toda la noche

SOLO TRES CUADRAS Anto Sagripanti

Se levanta, todavía sin despertarse. Acomoda las pocas cosas que le quedaron por ordenar la noche anterior. Se lava la cara y los dientes para efectivamente sintonizar su mente y su cuerpo. Se abriga, agarra su mochila, pone el celular en silencio, por si llega sonar. Lo acomoda bien escondido detrás del cierre del pantalón. Se asoma por la venta na, revisa con ojo de halcón el entorno desde las alturas, no sé para qué, vea lo que vea tiene que salir igual. Habitualmente está vacío y de noche, es muy temprano todavía. Llama el ascensor, sale con confianza, saluda al guardia, abre la puer ta que suele estar con llave. Pone un pie en la vereda, gira su cara la izquierda, mira, observa 1, 2, 3. Arranca hacia la derecha. Da pasos gigantes aplastando la soledad de la noche, retumban sus propias pisa das contra los edificios dormidos. Se baja el barbijo para agudizar los sentidos, mira cada rincón oscuro que encuentra, lo escanea de punta a punta en pocos segundos. Y sigue. En un paso firme y constante casi como corriendo una maratón, le empiezan a doler las pantorrillas y piensa, solo dos cuadras más. A veces el aleteo de alguna paloma hace sobresaltar sus sentidos y se pregunta qué hacen las palomas despiertas a esta hora, las palomas duermen de madrugada. Vuelve a concentrarse, avanza algunos metros más. Los tachos de basura llegan a convertirse en personas a esa hora, la miopía no ayuda. Su sombra la acompaña, agranda su imagen para sentirse más fuerte y no tan sola. Casi llegando a destino escucha un ruido, por supuesto, acechando su espalda. Nunca va a venir de frente, porque el peligro es cobarde. Ima gina las mil y una cosas que pueden estar persiguiéndola. Pero sabe que está sola y que no tiene mucho por hacer, o aumentar más el paso y salir corriendo o enfrentar el murmullo que la carcome para sacarse la duda. Da un giro inesperado, con firmeza que hasta el mismísimo diablo se espantaría con tanta confianza. Y apunta a mirar “a la cara”, para demostrarse tranquila, aunque por dentro esté derritiéndose. El perrito cojo la saluda con la cola y confirma que su miedo era una vez más, por suerte, su mente imaginando. Cómplices miradas se cruzan, el perro guardián de la noche, lo entiende todo y la acompaña. Trans curridas las 3 cuadras se encuentra con sus compañeros y aunque siga siendo de noche, ahora camina sintiendo que ya el sol la acompaña. Celebra haber llegado a destino un día más de la semana.

Era un día normal, el testarudo y mugriento Rinomerio Giuseppe insolaba su espalda mientras enceraba sus dieciséis patas con la última cera para oreja que había conseguido. Se preguntaba si hoy por la noche llovería tal como le había dicho su amigo Pegaso ya que que ría llevar a Braulio, su caracol a la carrera para poder ganar su moco favorito de nariz para refregárselo por la espalda como hacía cada domingo. Pasado el mediodía decidió salir de paseo hacia la nariz, su lugar favorito, ya que allí se reunían todos sus amigos que a pesar del aprecio que le tenían, lo veían poco y solamente cuando él caía de sorpresa. Ya en el camino, Giuseppe se cruzó con Doña Berta, una lagartija, pero no la pudo ni saludar ya que esta cayó desmayada al costado del camino. Mientras caminaba notó que la caspa se movía. Asustado, decidió esconderse bajo un pedazo de hoja que encontró por ahí, esperó unos minutos y al no sentir más ruido decidió volver a salir. De pronto, comenzó a nuevamente el ruido, pero esta vez, también lo acompañaba un zumbido en el aire, preocupado por esto, Guiseppe decidió hacerse invisible y volar con su cola, para llegar lo antes posible a la nariz. Ya llegando a la cabeza, Giuseppe sintió a dos pulsapis conversar: -Lo Giusepe-No,viste?loperdimos.sesorprendió al notar que una de ellas era Julia, su amiga de la infancia. Sorprendido retiró su hechizo de invisibilidad y decidió saludar. De pronto, notó que Julia le lanzaba gusanos, que a él lo ate rraban. Asustado y sorprendido comenzó a correr y a lanzarle mari posas con sus fuertes estornudos. Corría desesperadamente, cuando se cruzó con un ornitorrinco que al acercarse cayó desmayado . De pronto, se cruzó con un lagarto que le lanzó baba y él asustado lo enfrentó y logró congelarlo. Asombrado por todo lo sucedido, decidió cambiar el camino y rotar hacia la oreja izquierda para de allí ir a la nariz. Ya llegando a ella, se cruzó con un grupo de sus amigos parásitos que lejos de saludarlo comenzaron a correrlo mientras le lanzaban bolas de jabón. Giuseppe sin entender nada desvió su camino y corrió hacia la mejilla, donde un grupo de langostas lo reconoció y comenzó a lanzarle bolas de desodorante. Atónito por la situación Giuseppe continúo corriendo hasta que sintió un fuerte olor a su pastel favorito

El mugriento Rinomerio Cami Battistelli

Ilustración extraida del ANIMALARIO UNIVERSAL DEL PROFESOR REVILLOD - Ilus traciones de Javier Sáez. Esta imagen se utilizó para una consigna de escritura del taller.

de moscardones con arañas, aquel olor lo desesperaba, por alguna razón el olor a moscardones generaba casi que sus propias entrañas se revolucionaran en su cuerpo. Aquél olor inmundo lo llevaba seguida mente a imaginar el exquisito sabor que tendrían aquellos asquerosos, y crocantes moscardones que se rodeaban de extensas telas de arañas y gran cantidad de éstas. Aquél pastel le recordaba a su abuela que lo colocaba en la ventana cuando deseaba que el, su nieto amado lo visi tara. Giuseppe corrió las hojas que encontraba en el camino y siguió el olor, de pronto se encontró con un amigo de su infancia, el doctor Filipo, un unicornio, que estaba al otro lado del puente con su pastel favorito y lo llamó alegremente para que vaya a comer. Giuseppe cruzó el puente de pestañas muy finitas y chiquitas, cuan do de pronto este empezó a abrirse, y Giuseppe cayó al agua, y notó como los parpados se acercaban hacia él y el agua lo tapaba, por suerte no se preocupó, su cuerno lo ayudaba a flotar. Mientras esto sucedía, los feos olores y la mugre se le desprendieron gracias al jabón que le habían lanzado, y el rico olor se apoderó de él gracias al efecto del desodorante. Todos los habitantes del pueblo se acercaron y festejaron, el feo olor se había ido, ya no había desmayos y por fin, su estrategia había funcionado, Giuseppe, su amigo, se había bañado.

El rinoliriano, procedente del linaje de los pangolines, fue un mamífero de la era geológica del Plestoceno. Según evidencias, su hábitat natural era la meseta del Putorán. Cabe destacar que se ha creado una deficiente interpretación respecto a la personalidad de estos seres ya que, si bien los lugareños los caracterizaban como unos “cornu petas huidizos de fuerte caparazón”, dicha capacidad de huir no guardaba relación alguna con que sean miedosos o poco valientes sino que ésta se hallaba fuertemente vinculada a sus impulsos incontrolables de enroscarse a sí mismos, y rodar. Si bien, estos animalarios se alimentaban exclusivamente de hierbas, sentían una fuerte atracción por los cítricos debido al aroma que éstos emanaban y a la ventajosa con sistencia de sus frutos.

Durante gran parte de su existencia, utilizaron los frutos como arma de defensa contra el peligro, ya que si bien poseían sólo dos patas traseras, lo cual los vinculaba a ser considerados como presas fáciles, en desventaja o poco agraciadas, sólo algunos conocían sobre el poder de sus cuatro manitas de gancho que los rinolirianos empleaban sólo en casos de defensa.  Cuando se hallaban presos de situaciones de peligro, to maban con sus cuatro manitas cualquier fruto a su alcan ce, sean mandarinas o limones, y comenzaban a realizar un espectáculo de malabares que dejaba a sus depredadores sumidos en un estado de atención hipnótica.

Bolitas rinolirianas Karito Ballesteros

Diferentes fuentes informaron, poco después de su extinción y para dar respuesta al crecimiento repentino de la flora silvestre, sobre el hobby predilecto de estos anima larios. Las “bolitas-rinolirianas”

Demasiado

eran unas carreras que consistían en el arrojamiento de estos seres por las montañas del Putorán. Dicha competencia generó tal fanatismo, que las carreras masivas arrasaron con gran parte de la vegetación del lugar, además de que tornó en disminución, claro, el número de rinolirianos, hasta su desaparición.

tarde se han dado a conocer las habilidades de esta especie, cuyo caparazón provisto por cáscaras articu ladas, les permitían convertirse en una bolita y rodar.

Ilustración extraida del ANIMALARIO UNIVERSAL DEL PROFESOR REVILLOD - Ilus traciones de Javier Sáez. Esta imagen se utilizó para una consigna de escritura del taller.

JairojiroJairoariojaoirrojariojaOirájiro,ja!Oirário,riójajaJairojiroaRio

Amarte goma (mate amargo) Allá, oso toso, allá. Esa! Poco loco, pase. ¡A don Ana… No da! Manto… Ellos solos sol le toman. Res… la vaca cava al ser. Meta! La Abi iba al Mate. Percha Mulo (Pachu Merlo) Muchoy Jairo Paez

Algoritmo Mesada, lámpara, lápiz Serrucho, piso, escalera Pulóver, remera, guantes Adorno, reloj, sartén Político, abogado, sojero Cura, chupacirio, aborto Gay, trava, todes Coima, negros, asignación Yegua, yuta, zorro Zurdito, drogadicto, vago Naranjita, limpiavidrio, planero Choro, coimero, fierro Cuartetero, tetra, gorda Montaña, camino, arena Bombero, maestra, artista Rio, viaje, mar Mamá, papá, hijo Pueblo, abrazo, amigo Alf, Lassie, los Ingalls Plantas, bicicleta, patio Libertad, justicia, trabajo Asado, vino, guitarreada, Perro, pan, quaker Charly, el Flaco, Mercedes Sosa Beatles Javier Marcelo Nuñez

Alquitrán Eleuterio de la Sorna

Verte fumar tabaco. qué imagen tan sensualmente poética: tu cara se enciende y se apaga a cada seca, y tus labios (cortinas de humo), parecen besar el silencio de mi mirada. Seguro que al mismo tiempo transcurren incontables imágenes, que dependiendo el criterio pueden ser mejores, más relevantes, más necesarias. Pero no para el mío prefiero verte fumar tabaco tras tabaco hasta que solo sea alquitrán nuestros pulmones y mastiquemos con las encías sangrantes. y pluralizo, porque cada vez que encendés un tabaco, yo enciendo otro para que el placer amargo de la muerte nos seduzca a ambos. Pero la muerte, no puede seducir una imagen más potente que ella y termina con las colillas en mi pecho. Verte fumar tabaco es como imaginar orgasmos pequeños, precoces, múltiples nunca enfermizosfulminantesorgasmos, uno atrás de otro o adelante, o juntos. Quiero que la poesía, solo seas vos fumando tabaco, y no un golpe de estado; y no

la policía reprimiendo al pueblo; y estómagosno hinchados por el hambre; o el cuerpo de una piba disfrazado de basura. Quiero que la poesía solo seas perofumandovostabaco.lapoesíano es solo éso por eso a veces duele tanto y mi único consuelo sea verte mientrasfumarelmundo se erosiona.

A mi primo Gustavo (Tucán). Por las miles de horas de juego compartido Saramá Marcelo Lo Mónaco

El campo de batalla era extenso y el ejército enemigo numeroso. Miles de cardos esperaban la contienda, armados con espinas y luciendo sombreros de penachos.

Nosotros, afilábamos nuestras espadas hechas del siempre verde que custodiaba nuestro reino. Gigante y generoso, el árbol nos brindaba su existencia y se convertía en el centro de los juegos de la infancia. Tucán y yo, en sus ramas planeábamos la guerra, sabiendo de antemano que la victoria era cierta. Jakie, nuestra perra dogo, siempre estaba con nosotros. Saramá blanca, arma secreta de valientes. Con fuertes garras y mandíbulas de acero, era el custodio de nuestro peregrinar por las tierras lejanas en que se convertían el almacén o la panadería de la ruta. Fiel amiga, ojos de abuela, siempre estaba atenta. No había monstruo capaz de derrotarnos, ni barra foránea que pudiera llegar a nuestros dominios sin heridas. Y un día, se marchó, ráfaga blanca de viento que trasciende. No hubo ladridos, ni ojos de escarabajo. El siempre verde también lloró su ausencia, y perdió la memoria. La mía sigue aquí. Por esto cuando llegue el tiempo de partir, en las postrimerías del camino, seguiré su huella.

Alimañas

A veces despierto y me asomo. Por las paredes trepan, con prisa, como escapando, como queriendo llegar al cielo, oscuras alimañas de cuerpo oblongo y antenas pun todos lados. Trepan. Se caen. Trepan. Brotan del suelo. Y aún envueltas en tierra, corren carreritas por las paredes. A veces despierto y me asomo. Las alimañas caen de las paredes. Todas, pero todas, quedan boca arriba, agitando las patitas. Y así Muerenmueren.ylatierra las traga. Las envuelve otra vez. A veces despierto y me asomo. Y trepan. A veces despierto y me asomo. Y caen. A veces no despierto. No me asomo. No trepo. No caigo. Percha Mulo (Pachu Merlo)

Estántiagudas.por

Somos la sangre que hierve en un corazón desgarrado de angustias y miedo, de esperanza y anhelo. Somos sal, somos pan, somos tierra.

Somos dunas enteras de arenas movedizas de glorias pasadas...orgullo y lamento.

Somos un puñado de sueños malgastados de tiempo.

Somos lo que la vida nos deja, la carcajada sincera de un amigo, un pedazo de vida que vale la pena.

Somos un niño que juega absorto en un mar de pasos con rumbos urgentes, en un mundo de cuerpos sin rostro. Somos una noche desolada, un montón de almas rotas que piden remiendo, que se muerden para no decir, que ayudan para no morir. Somos el laberinto macabro de nuestros deseos contrapuestos, encastrados con otros... más oscuros, más silencios.

Somos la carne que atrapa, la sociedad que nos sufre, el capricho que nos mata, el espíritu que observa. Somos la humedad en los huesos de un viejo que aún porfía y se alza sobre la tierra que lo engulle, que lo llama. Somos la pasión y el deseo. Somos lo que queda cuando se quita lo efímero. Somos lo cierto. Mauro S. Maza

DOLOR

Crónica de un día de trabajo

Para mi Lamarck tiene razón, sobre todo con las plantas, el cactus cuando crece en la sombra con humedad transforma sus espinas en hojas, no es que muere y sólo sobrevive el cactus que se adaptan a ese clima como dice Darwin. Se me puso la piel de gallina, se está poniendo fresquito ¡cheee! ¿Por qué será que el hombre tiene la necesidad de crear un Dios? Y ni hablar de los griego, tenían un Dios para todo, Afrodita para el amor, Poseidón para los mares, Apolo para la música, Crono para el tiem po, ¡para el tiempo!, y hasta hoy ese Dios sigue vigente, como será de vano que hasta el reloj que crearon para venerarlo si está parado tiene razón dos veces al día. Menos mal que llegué al hormiguero, esta hoja pesa una bocha.

La galaxia más cercana a la Vía Láctea es la nebulosa llamada Andró meda M31 que se encuentra a 2,5 millones de años luz, si el Apolo 10 viajó a una velocidad de 39.897 km/h tardearía en llegar…mmm no sé, no soy buena sacando cuentas después de las seis cifras. Uy, menos mal que paró el viento, la carga hizo de vela y casi me tira.

Javier Marcelo Nuñez

Algunas lagunas Jugando con magras, Ana; con anagramas. El1. águila iguala a la ladrona alondra que a París si prisa partía, pirata. ¡Que el tigre no grite! -reclamó Marcelo. Porque la pantera quiere que la atrapen y que la libere, me pide la liebre. La2. cabra en su barca con un gato en toga, empacha al mapache con arroz ¡que zorra! Curará la urraca, recordó el cordero, con sopa de sapo y paté de tero. ( o rete de tero) De3. pronto Laura gira sobre sus hombros y con cara de fastidio mira a Enrique y con voz enérgica le pregunta: Enrique, ¿Qué quieren? ¿Lo que mora en roma? ¿Lo que Rita tira? ¿El farol de Flora? ¿Los arcos de Oscar? Enrique levanta la vista de lo que parece ser un ejemplar de los pocos suplementos deportivos que aun se consiguen en papel impreso y dice:

Lo que trama Marta: La ruina de Nuria, lo de Carla y Clara el poder de Pedro, la nada de Adán. Y con tono displicente, concluye: Lo que vea Eva, a mí, me da igual Laura suspira profundamente y no dice mas nada. Carmelo O´Coloman

Cuando amanece, tu cuerpo despierta como una flor en primavera, envuelta en la incertidumbre de si habrá un mañana. Qué hermo so algoritmo del universo, logró reunirme con vos. Sos como un hermoso libro, el que me gusta leer despacio, y al que espero angus tiosamente, nunca acabe. Un beso para empezar el día y nos sentamos juntos en la mesa, desayunamos cada frase que pulsa el momento, vibramos la eterni dad del instante, y habitamos cada silencio de nuestro encuentro. Te miro a los ojos y brota en mí la alegría de vivirnos, soy feliz. Con movido por la fuerza de tu alma, me cebo un mate y sonrió en el aire.Mientras tanto, respiro hondo… Respiro hondo para soportar la conciencia de la muerte, que se aproxima; respiro hondo para apagar el fuego en el pecho que arde, quema y no me deja respirar. Me cuesta soportarlo, el libro tiene final, y a pesar de todo, soy feliz, no sé cómo explicarlo, ni me interesa, solo quiero dejarlo asentado, soy feliz, aun viviendo la incomodidad que genera la angustia ¡soy feliz!

La eternidad del instante Jairo Paez

Si me dieras a elegir Jairo Paez Si me dieras a elegir, derrumbaría el castillo que lentamente construí; por vos, vida mía sería el ciervo que tu reino anhela. Si me dieras a elegir, rompería el tejido de mi alma; misucumbiríadeseoatus pies, levantaría la cabeza y las manos anhelando tus besos buscando un abrazo. Si me dieras a elegir, recolectaría los leños más secos, para prender la tristeza que dará fuego a mi conciencia, y a mis sueños. Si me dieras elegir, no lo hagas, te suplico pues me traicionaría a mí mismo, y llorando, mi alma volaría muy muy lejos, quedando solo carne y huesos.

Impreso en: Estudio777 - Córdoba, octubre / 2020

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