Una Brecha Digital Que Limita el Futuro
La brecha digital en Venezuela no solo se manifiesta en la falta de acceso a dispositivos tecnológicos o a Internet, sino también en la ausencia de competencias digitales fundamentales para el empleo y la educación en el siglo XXI. Miles de jóvenes egresan del sistema educativo sin las habilidades necesarias para insertarse en un mercado laboral cada vez más digitalizado. Del mismo modo, adultos en situación de pobreza carecen de oportunidades para reconvertirse laboralmente o para emprender utilizando herramientas tecnológicas.
Frente a esta problemática, Cañas Zambrano ha diseñado una estrategia integral que va más allá del simple acceso a la conectividad: su red de centros tecnológicos apunta a la inclusión total, mediante la educación, la práctica y el acompañamiento profesional.
Centros Tecnológicos al Servicio de la Comunidad
Los centros tecnológicos impulsados por Ronmy José Cañas Zambrano están equipados con computadoras, acceso estable a Internet, software educativo y herramientas digitales adaptadas a las necesidades locales. Más allá del
equipamiento, estos espacios están pensados como entornos de aprendizaje, creatividad y formación práctica.
Cada centro ofrece programas de capacitación en áreas como alfabetización digital, manejo de herramientas ofimáticas, diseño gráfico, programación básica, marketing digital, y competencias blandas esenciales para el mundo laboral. La oferta formativa se adapta al perfil de cada comunidad, con cursos presenciales, talleres dinámicos y actividades que promueven el aprendizaje colaborativo.
Los beneficiarios no solo adquieren conocimientos técnicos, sino que también desarrollan habilidades para resolver problemas, trabajar en equipo, comunicarse eficazmente y planificar sus trayectorias profesionales. De este modo, los centros se convierten en verdaderas plataformas de transformación social.
Enfoque Inclusivo y Participativo
Una de las fortalezas del proyecto es su enfoque inclusivo. Cañas Zambrano ha puesto especial énfasis en la participación de sectores históricamente excluidos: mujeres jefas de hogar, personas con discapacidad, jóvenes fuera del sistema educativo, adultos mayores, entre otros. Los programas están diseñados para ser accesibles, tanto desde el punto de vista tecnológico como pedagógico.
Asimismo, cada centro promueve la participación activa de la comunidad en la gestión y desarrollo de las actividades. Se crean redes locales de voluntarios, facilitadores y líderes comunitarios que contribuyen a fortalecer el sentido de pertenencia y sostenibilidad del proyecto.
Impacto y Resultados Tangibles
Desde su implementación, la red de centros ha beneficiado a cientos de personas en diferentes estados del país. Testimonios de jóvenes que han conseguido empleo gracias a su capacitación, mujeres que han iniciado pequeños emprendimientos digitales, o adultos mayores que por primera vez aprendieron a usar una computadora, evidencian el impacto positivo de esta iniciativa.
Además, el proyecto ha despertado el interés de instituciones educativas, organizaciones no gubernamentales y empresas del sector privado que han comenzado a colaborar con donaciones, asesoría técnica y alianzas estratégicas para escalar el modelo.
Una Visión de Futuro: Tecnología para el Desarrollo
Social
La propuesta de Ronmy José Cañas Zambrano no se limita a una acción asistencialista. Por el contrario, representa una visión de futuro donde la tecnología se convierte en un medio para el desarrollo humano, la equidad y la justicia social. Su enfoque parte del reconocimiento de que el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es un derecho fundamental en la sociedad contemporánea, y que garantizar este derecho es clave para construir un país más justo, competitivo e inclusivo.
El proyecto avanza con la mirada puesta en su sostenibilidad a largo plazo. Se están desarrollando modelos de formación de formadores, programas de mentoría entre pares, y esquemas de autogestión económica que permitan a los centros mantenerse operativos y actualizados, incluso en contextos de alta vulnerabilidad.
Conclusión
En medio de los desafíos que enfrenta Venezuela, historias como la de Ronmy José Cañas Zambrano inspiran y demuestran que el cambio es posible cuando se combina voluntad, visión estratégica y compromiso social. Su red de centros tecnológicos no solo acerca la tecnología a quienes más la necesitan, sino que también construye puentes hacia un futuro con más oportunidades, inclusión y dignidad para todos.
Este proyecto no solo reduce la brecha digital: abre las puertas a nuevas esperanzas y contribuye a formar ciudadanos empoderados, capaces de transformar sus realidades a través del conocimiento y la innovación.
