GEOPOLÍTICA. Aporte del Ejército de Chile

GEOPOLITICA

Aporte del EjĂŠrcito de Chile

Rodolfo A. Ortega Prado 2014

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ORTEGA PRADO, Rodolfo A., Geopolí ca. Aporte del Ejército de Chile. San ago: Academia de Guerra, 2013.

ISBN: 978-956-353-156-5 San ago, Chile, 2013, Impresión: Maval Diseño: Josefa Quezada Díaz. josefaquezadadiaz@gmail.com

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GEOPOLÍTICA

Aporte del Ejército de Chile

Rodolfo A. Ortega Prado 2013

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ÍNDICE

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PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN APORTE HISTÓRICO

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Ramón Cañas Montalva Romeo Barrientos Rosas Humberto Medina Parker Gregorio Rodríguez Tascón Revista Wehr Wissenchafliche Runschau Augusto Pinochet Ugarte Julio von Chrismar Escu Otros autores militares que han aportado a la difusión y estudio de la geopolí ca Aportes del Ejército Centro de Estudios e Inves gaciones Militares

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APORTES SOBRE EL FUTURO DE CHILE

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Ramón Cañas Montalva Augusto Pinochet Ugarte Julio Canessa Robert Hernán Abad Cid Jaime García Covarrubias Germán García Arriagada Contribución del autor

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COMENTARIOS FINALES BIBLIOGRAFÍA

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ANEXOS: 1. Bibliogra a de libros y ar culos de geopolí ca cuya 105 autoría corresponde a oficiales del Ejército de Chile.

2. Síntesis biográfica del coronel Humberto Medina Parker. 125 3. Exposición del coronel Humberto Medina Parker. "Sangre 129 y Suelo de Chile. Su Geopolí ca en Acción", 1948.

4. Exposición del teniente coronel Gregorio Rodríguez 181 Tascón. "La Geopolí ca y sus Teorías", 1950.

5. Definiciones de geopolí ca.

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PRESENTACIÓN El estudio de los factores geográficos y su incidencia en la defensa nacional y desarrollo de los Estados, han sido incluidos en el currículo de formación de los oficiales de estado mayor desde que la Academia de Guerra inició sus funciones. En el Plan de Estudios de 1886 se hacía mención y asignaban horas de estudios a la geografía general, a la topografía, levantamiento de planos y geografía militar de Chile y sus países vecinos.

En su difusión, un primer hito lo constituyó Jorge Boonen Rivera (1858-1921), ex Comandante en Jefe del Ejército de Chile y Director de la Academia de Guerra (1895-1904), autor de numerosos estudios de geografía que hasta el día hoy tienen valor en los estudios militares, quien señaló en su “Ensayo sobre la Geografía Militar de Chile" de 1905: el estudio de la geografía del propio país, es una de las más imprescindibles obligaciones de todo jefe u oficial. Sin él, en los momentos en que se juegan los más caros intereses nacionales, háyanse expuestos, los que toman sobre sus hombros la pesada y gloriosa misión de velar sobre la defensa del territorio, a cometer errores que,

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por falta de un conocimiento cabal del terreno, pueden ser de las más funestas consecuencias.

El general Boonen, influyó en prácticamente todas las generaciones de oficiales de estado mayor hasta mediados del siglo pasado.

Bajo su predominio académico en el área de la geografía "por sus publicaciones" estudiaron Pedro Charpin Vidal, Indalicio Téllez, Guillermo Barrios Tirado, Ramón Cañas Montalva, Bernardino Parada Moreno, y Augusto Pinochet Ugarte, entre otros.

De igual forma, uno de los aportes más importantes en el ámbito del análisis crítico e histórico de la geografía militar, es el del ex Director de la Academia de Guerra del Ejército de Chile, coronel Wilhelm Ekdahl Anglin (1853-1924), quien hizo un pormenorizado análisis de la Guerra del Pacífico (1879-1883), pero fundamentalmente se detiene a incluir comentarios sobre las decisiones relacionadas con el escenario. Fundamentó su estudio aduciendo, que en la guerra mencionada se hizo sentir e influyó de sobremanera las características geográficas de los teatros de operaciones.

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En la medida que el área de las operaciones militares fue ampliándose y los objetivos de las guerras fueron incorporando variables mutables o inmateriales, los comandantes y estados mayores necesitaron gradualmente incorporar al conocimiento y proceso de adopción de decisiones, aquellos factores que no estuvieran representados físicamente en el escenario, y que ha derivado en sectorizar los estudios geográficos militares según los niveles de la conducción militar.

Junto a ello, en 1923, y con mayor impulso en las postrimerías de la 2º Guerra Mundial, comenzó a difundirse en el Ejército de Chile, las perspectivas geopolíticas de Friedrich Ratzel, Rudolph Kjellen y Karl Haushofer. Las formas en que éstos interrelacionaban al Estado con su geografía y llamaban "geopolítica", llamó de inmediato la atención de oficiales chilenos y por su intermedio comenzó un persistente impulso sobre esta área del saber, que a la postre permeó la formación de los oficiales que estudiaron en la Academia de Guerra a partir de 1950. Los primeros artículos sobre geopolítica, divulgados por un medio del Ejército permiten sustentar esta aseveración.

En 1943 se publica el artículo de Joseph J.

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Thorndike, "Geopolítica", en el mismo año llega el texto de Hans W. Weigert, intitulado Geopolítica: Generales y geógrafos.

Luego en 1944, comienza una serie de publicaciones del general Ramón Cañas Montalva y teniente coronel Humberto Medina Parker, el primero, haciendo un profuso aporte aplicado de la disciplina con sus estudios sobre la zona austral y territorio antártico chileno, y el segundo, con un valioso y pionero aporte conceptual y teórico sobre la geopolítica.

Ambos, no se limitan al contexto castrense, sino que hacen significativas contribuciones en el ámbito político y universitario. A tal extremo, que pueden ser considerados impulsores de la geopolítica a nivel nacional.

A los pocos años, en 1968, se concreta un segundo hito en esta materia, cuando el coronel Augusto Pinochet Ugarte publica Geopolítica.

Diferentes etapas para el estudio geopolítico de los Estados, que luego se irradiaría a Chile y Latinoamérica. Paralelamente, diversos profesores de la Academia de Guerra colaboran a este esfuerzo académico, y hasta el día de hoy, constituye una materia de estudio de los oficiales de estado mayor.

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En síntesis, este texto es un estudio histórico sobre el aporte académico del Ejército de Chile, que a través de su instituto de educación superior –la Academia de Guerra–, y de sus publicaciones institucionales, ha divulgado un conocimiento sobre aspectos ligados al interés nacional y desarrollo de Chile. La aportación no se ha limitado al aula, el Ejército, en su debido momento, ha aportado sus perspectivas sobre esta materia a las autoridades políticas y universitarias, que con especial sensibilidad las han acogido.

Por tal motivo, esta investigación efectuada por el profesor de geopolítica de la Academia de Guerra, coronel Rodolfo Ortega Prado, permitirá dejar testimonio de la contribución del Ejército de Chile al conocimiento de la geopolítica a nivel nacional, y de la participación, que en este proceso tuvo la Academia de Guerra, como su principal organismos de educación superior.

Coronel Ricardo Olivos Reyno Jefe de Estudios (2013) Academia de Guerra

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INTRODUCCIÓN Por más de 70 años la geopolítica ha sido un área del saber incluida en los contenidos curriculares de la docencia que se ejerce en el Ejército de Chile. Específicamente, en la Academia de Guerra –reconocida por Ley de la República como Instituto de Educación Superior desde 1991– se ha impartido su conocimiento e incluso −como parte de las especializaciones de sus egresados– ha formado profesores de estado mayor en la asignatura de Geografía Militar y Geopolítica. Algunos de ellos se han desempeñado como docentes invitados en ejércitos de otros países o han irradiado sus conocimientos a través de diversas publicaciones. El Director del Centro de Estudios e Investigaciones Militares (CESIM) así lo plasma en el año 2000: En Chile, el Ejército ha sido actor destacado en la divulgación de la disciplina y específicamente la Academia de Guerra ha cons tuido un permanente polo de desarrollo y difusión del pensamiento geopolí co, manteniendo una cátedra que enseña la geopolí ca con una proyección moderna y actualizada dis nguiéndola

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como: “la disciplina cien fica que integra la dinámica realidad polí co-geográfico del Estado-Nación definiendo sus necesidades y aspiraciones en un sistema de conocimientos que aporta a la conducción polí ca los fundamentos para materializar o modificar su realidad tras la consecución de un futuro deseable”.1 A la luz de los planteamientos que se le adjudicaban a Friedrich Ratzel, Rudolf Kjellén y Karl Haushofer, la mayoría de los aportes iniciales comenzaron a concretarse en las proximidades del término de la 2º Guerra Mundial. Así dan cuenta de ello los autores de connotadas publicaciones como las de Romeo Barrientos Rosas, Ramón Cañas Montalva y Humberto Medina Parker; luego lo harían Gregorio Rodríguez Toscán, Augusto Pinochet Ugarte y Julio Von Crismar Escuti, entre otros.

En ese contexto, este estudio persigue dejar en evidencia tres aspectos: 1) el aporte que la Academia de Guerra realizó al conocimiento de la geopolítica en la segunda mitad del siglo 1

Meirelles Muller, Carlos, Antología Geopolítica de Autores Militares Chilenos, Santiago: Centro de Estudios e Investigaciones Militares del Ejército de Chile, 2000, p. 8.

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XX, ya sea por publicaciones de sus profesores o por el patrocinio de actividades académicas relacionadas, 2) en la medida que en la Academia de Guerra se mantuvo la enseñanza de la geopolítica y diversos autores militares hicieron publicaciones alusivas y algunos profesores fueron destacadas autoridades nacionales, fue posible aplicar, posicionar –a pesar del descredito del cual objeto a mediados del siglo XX– y difundir la geopolítica con miras al desarrollo nacional, y 3) en suma, es el Ejército de Chile, que aporta al estudio geopolítico del Estado chileno y al desarrollo del mismo.

Para ello, inicialmente se ha procedido a efectuar una revisión de la bibliografía ingresada a la biblioteca Augusto Pinochet Ugarte, que por muchos años ha concentrado un legado de artículos y textos nacionales e internacionales sobre geopolítica. De lo anterior, ha sido posible inferir respecto de los principales aportes, influjos e intensidad de las publicaciones en concordancia con el mayor o menor posicionamiento de la geopolítica como área de estudio.

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A continuación, se tomó una muestra de los estudios geopolíticos, cuyos autores, desde sus particulares perspectivas, concentraran su esfuerzo en los desafíos geopolíticos y el futuro de Chile. Por derivación, se incluyeron cinco anexos complementarios: un resumen de la bibliografía cuyos autores fueron o son oficiales del Ejército; las definiciones sobre geopolítica que fueron constantemente citadas y que permitieron circunscribir y dejar ver su área de estudios, como también observar cómo algunos autores establecen una estrecha relación causal entre geopolítica- estrategiaguerra, y otros intentan disociar las acepciones y algunos establecen un férreo vínculo con el desarrollo nacional; finalmente, se incluyen las dos principales conferencias, que en 1948 y 1950, impulsaron el conocimiento de la geopolítica a nivel nacional.

El resultado ha sido una reseña histórica del aporte del Ejército al conocimiento de la geopolítica, tanto en sus límites teóricos como de aplicación en el destino del Estado chileno, que en suma, permite hacer un reconocimiento a la profesionalidad de los oficiales que han colaborado en estos fines.

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APORTE HISTÓRICO Numerosas publicaciones sobre geopolí ca dan cuenta de la profusa bibliogra a a disposición en la biblioteca de la Academia de Guerra, que han permi do ir conformando una colección de obras que anualmente se incrementa con nuevas adquisiciones nacionales e internacionales. Los textos están a disposición del personal del Ejército y también de las otras ins tuciones de la defensa nacional, como la consulta en sala para el público en general según corresponda.2 Los principales aportes geopolí cos, que fueron originados en la Academia de Guerra del Ejército de Chile, difundidos "preferentemente" en el Memorial del Ejército o por editoriales nacionales y de otros países que hayan influido en el constructo geopolí co chileno, dan cuenta, que una de las primeras publicaciones sobre geopolí ca al alcance de los oficiales del Ejército de Chile, lo cons tuyó el ar culo de Joseph J. Thorndke, tulado Geopolí ca,3 extractado de la Revista de la 2

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La biblioteca cuenta con la base de datos referencial especializada en Defensa de mayor envergadura a nivel nacional.

Posee una nutrida gama de recursos de información que cubren la totalidad de los tópicos del conocimiento, con más de 75.000 volúmenes y más de 200 tulos de Publicaciones periódicas.

Thorndke, Joseph J., "Geopolí ca", Memorial del Ejército de Chile Nº 188-189, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1943, pp. 881-901.

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Escuela Militar del Perú y que correspondiera a una traducción de "Life" (Chicago), de 21 de diciembre de 1942. En este ar culo, el autor "consecuente con el contexto histórico de la época" hace una crí ca a las teorías del inglés Halford John Mackinder (18611947) y de Karl Ernst Haushofer (1869-1946), además de referirse al poder aéreo y a los desa os futuros de los Estados Unidos de América (EE.UU). Concluyendo en ese entonces, que cualquier polí ca de los EE.UU. deberá considerar los principios geopolí cos y basarse en las realidades del país. Por ello, destaca a los geógrafos americanos que están "oteando" (sic) la senda de una escuela americana de geopolí ca, mencionando a: Isaiah Bowman (1878-1950), de la Universidad de Hopkins (2); Aloysius Edmund Walsh (1885-1956) de Georgetown; Nicholas Spykman (1893-1943), de Yale; Derwen Whi sev (1890-1956), de Harvard; Edward Mead Earle (1894-1954) y Harold Sprot (¿?), de Princeton. Destaca a Nicholas Spykman diciendo que ha sido el que ha llegado más adelante al intentar un verdadero análisis geopolí co sobre la posición de los Estados Unidos en su libro "Estrategia de América en la Polí ca Mundial": acepta, con ciertas modificaciones, el sistema Mackinder y señala que la conquista de la Isla Mundial o una gran sección de ella, por una sola potencia, podría significar un desastre para los Estados Unidos.4 4

Ibíd., p. 901.

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Un año después, en 1944, se publica la versión en español de Hans W. Weigert (1902- ¿?) –la versión en inglés era de 1942 (Nueva York, Oxford University Press) –, cuya importancia ene que ver con las definiciones que incluye de geopolí ca y par cularmente por la que él hace: geogra a polí ca aplicada a la polí ca de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra.5 Además, Weigert se refiere a los precursores de la geopolí ca, a la estrategia en el Pacífico, espacio vital y presión demográfica entre otras materias.6 A par r de 1944, diversos autores nacionales hacen los aportes más importantes sobre geopolí ca, y la mayoría transmite sus obras por un medio del Memorial del Ejército de Chile, que desde principios del siglo XX congrega el mayor número de ar culos de autores nacionales e internacionales. En Anexo Nº 1, se incluye una reseña de los ar culos y textos de geopolí ca, cuya autoría corresponde a oficiales del Ejército de Chile. Los que inician las publicaciones de geopolí ca son el general Ramón Cañas Montalva (1896-1977) y los tenientes coroneles Romeo Barrientos Rosas y Humberto Medina Parker (1901-1987).

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Weigert, Hans W., Geopolí ca. Generales y Geógrafos, México: Fondo de Cultura Económica, 1944, p. 25.

Posteriormente, este texto es con nuamente citado y con nua referencia bibliográfica de la mayoría de los estudios o publicaciones sobre geopolí ca en La noamérica.

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Ramón Cañas Montalva El general Ramón Cañas escribe diversos ar culos sobre la Antár ca y la zona Austral, que en su mayoría están condensados en el texto Geopolí ca Oceánica y Austral,7 cuya publicación impulsó el coronel Julio Von Chrismar Escu (1926-2009), quien resume el legado de Ramón Cañas M., indicando: su pensamiento geopolí co, germinó y fruc ficó en tres aspectos: 1) la enseñanza de la geogra a; 2) la formación de una escuela de geopolí ca, que él introdujo en nuestro país, para formar una verdadera conciencia geográfica nacional, con sus principios doctrinarios teóricos o universales y nacionales; y 3) la realización de sus ideas, en obras concretas, materiales o inmateriales como la Declaración del Territorio Antár co Chileno, que logró en vida, y, tras ello, en polí cas de Estado y acciones geopolí cas, especialmente en la idea de construir una ruta que comunicara la región austral en carretera homónima.8 Ramón Cañas, congregó las voluntades para la proyección de Chile Austral de los presidentes Pedro Aguirre Cerda (1879-1941) y Gabriel González Videla (1898-1980). Este úl mo, inauguró la base chilena 7 8

Cañas Montalva, Ramón, Geopolí ca Oceánica y Austral, San ago: Colección Academia de Guerra, 2008.

Ibíd., p. 31.

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"Bernardo O`Higgins Riquelme" en el Territorio Antár co Chileno en 1948,9 cons tuyéndose en país pionero en estos fines.

Parte importante de la obra y perspec va geopolí ca del general Cañas, está relacionada con la región Austral de Chile. En 1941 fue nombrado Comandante de la Zona Regional Austral e impulsó la creación de la V. División de Ejército y reconstrucción del Fuerte Bulnes. Como lo señala el coronel Julio von Chrismar Escu : El pensamiento geopolí co del general Cañas, expresado en sus diversas publicaciones, se caracteriza por la riqueza y abundancia de sus valiosísimos juicios de índole aplicada a la realidad nacional de Chile.10 Sus aseveraciones y ma ces geopolí cos hasta el día de hoy enen validez y son con nuamente 9

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La denominación de Territorio Antár co Chileno obedece al Decreto Nº 1747, promulgado el 6 de noviembre de 1940 y publicado el 21 de junio de 1955, dice: “Forman la Antár ca Chilena o Territorio Chileno Antár co todas las erras, islas, islotes, arrecifes glaciares (pack-ice), y demás, conocidos y por conocerse, y el mar territorial respec vo, existentes dentro de los límites del casquete cons tuido por los meridianos 53º longitud Oeste de Greenwich y 90º longitud Oeste de Greenwich”.

Cañas Montalva, Ramón, Geopolí ca Oceánica y Austral, San ago: Colección Academia de Guerra, 2008, p. 43.

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referenciados en el ambiente académico y militar, más aún cuando sus obras fueron legadas a la biblioteca del congreso nacional.

Romeo Barrientos Rosas Romeo Barrientos R., fue un autor más profuso en temas de geogra a militar, pero también publicó dos ar culos tulados "Geopolí ca y Geogra a Polí ca",11 que habían sido publicados con anterioridad por Everardo Backheuser y que correspondían a una traducción de una revista brasileña de geogra a.

Destacan por la temprana explicación que hace para diferenciar ambas áreas del saber (geopolí ca y geogra a polí ca), que por muchos años ha captado la atención de estudiosos de la geopolí ca en razón de sus difusas fronteras teóricas. Más aún, cuando con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, muchos autores evitan la acepción de geopolí ca por el descredito del pensamiento de uno de sus principales impulsores, Karl Haushofer.

Humberto Medina Parker Humberto Medina Parker, el más profuso de la época, publica en 1944 cuatro ar culos: "La geogra a y la 11

Barrientos Rosas, Romeo, Memoriales del Ejército Nº 206 y 207, San ago: Estado Mayor General, 1945.

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geopolí ca", "Las leyes para el crecimiento espacial de los Estados", "Rudolph Kjellen y sus perspec vas geopolí cas" y "El mago de la geopolí ca". Luego, en 1945 difunde cinco más: "Algunas orientaciones geopolí cas del general Haushofer", "La geopolí ca y las geociencias", "La alta estrategia geopolí ca", “La historia y las variaciones geopolí cas de los pueblos" y "La apreciación geopolí ca del espacio". En 1947, difunde "La contribución intelectual a la geopolí ca" y "La filoso a geopolí ca". En 1948, divulga "Sangre y Suelo de Chile. Su geopolí ca en acción".

Una reseña general de cada uno de los ar culos aludidos es la siguiente: En “La geogra a y la geopolí ca”, 1944,12 H. Medina es promisorio en establecer algunas diferencias entre estrategia, geogra a polí ca, geopolí ca y sus respec vas relaciones con el fenómeno de la guerra: sicos, químicos y matemá cos de las universidades de Europa y Estados Unidos han concentrado su ac vidad docente y de inves gación alrededor de un solo obje vo: el de la guerra. Se han unido a ellos en esta ocasión, economistas, historiadores, etnólogos, médicos y biólogos y especialmente los cul vadores 12

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Medina Parker, Humberto, "La geogra a y la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 194-195, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944, pp. 405-417.

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de la ciencia geográfica, que han acuñado un nuevo nombre para los estudios de geogra a polí ca aplicada o sea la ‘‘GEOPOLITICÁ’’.13.

De igual forma, en extenso se refiere a la importancia del espacio, señalando, que independiente de las similitudes culturales, los Estados pueden oponerse por un espacio o un área estratégica.

Además, incluye una completa referencia a los precursores de la geopolí ca (Heródoto, Montesquieu, Inmanuel Kant, Von Bulow y Karl Ri er, entre otros), destacando entre ellos al barón Dietrich Heinrich von Bulow (1757-1807), respecto del cual indica que los precursores y exponentes oficiales de la geopolí ca alemana han rendido el tributo que le corresponde, a pesar de la aceptación temprana que este hizo de las teorías geopolí cas: su fracasada carrera, su rechazo de las aspiraciones pan-germánicas aun antes que hubieran sido enunciadas, dan mo vo a este estudiado desprecio.14 En el ar culo “Las leyes para el crecimiento espacial de los Estados”,15 el teniente coronel en ese entonces, 13 14 15

Ibíd., p. 405.

Ibíd., p. 415.

Medina Parker, Humberto, “Las leyes para el crecimiento espacial de los Estados”, Memorial del Ejército Nº 196-197, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944, pp. 675-681.

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Humberto Medina, se refiere a Friedrick Ratzel (18441904) y su importante contribución al crecimiento de los Estados. Además de describir las "Siete Leyes de Expansionismo de Ratzel”, indica que éstas se ajustaban a las exigencias del imperialismo alemán y su divulgación coincidía con la popularización (sic) de la teoría de la evolución: Ratzel, el geógrafo-zoólogo, procuraba a este imperialismo racionalizaciones que, para su audiencia estaban inves das de todo el pres gio de las ciencias naturales.16 En directa conexión con la importancia del espacio, también se refiere al legado que en esa materia aportó Friedrich Naumann (1860-1919)17 y Paul Rohrbach (1869-1956).18 Ambos dice H. Medina, propiciaban el espacio vital de Alemania en Europa Central, pero solo como un paso previo en el camino hacia el este.

En "Rudolph Kjellen y sus perspec vas geopolí cas",19 el autor hace una verdadera apología a Rudolf Kjellen (1864-1922) y destacó que éste proyectó las teorías 16 17 18 19

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Ibíd., p. 677.

Friedrich Naumann es autor de Mi eleuropa, un libro sobre la geopolí ca de la Europa central.

Paul Rohrbach fue un profuso escritor alemán, autor de numerosas publicaciones sobre la polí ca mundial.

Medina Parker, Humberto, "Rudolph Kjellén y sus perspec vas geopolí cas", Memorial del Ejército Nº 198-199, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944, pp. 841-845.

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de F. Ratzel hacia el área del saber de la Ciencia Polí ca y por ende a la polí ca mundial: En las obras de Kjellen, se pueden encontrar todas las principales teorías de Geopolí ca,20 y al igual que Ratzel, es maba que del estudio de cada Estado, se podían deducir leyes válidas en todo momento, para todos los Estados. Definía la Geopolí ca, como la ciencia que concibe el estado como un organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio,21 y este estado viviente decía, se revela en cinco aspectos: territorio o dominio, pueblo, economía (Haushalt), sociedad y gobierno.

El ar culo "El mago de la geopolí ca",22 ene par cular importancia por sus contenidos y por la fecha de su promulgación, aún no finalizaba la 2º Guerra Mundial y el general Karl Haushofer estaba vivo, el autor dice: Haushofer, que nunca se presenta en público, es en Alemania una figura legendaria.

Su vasta erudición, sus viajes por países exó cos y su conocimiento de muchas y extrañas lenguas "se dice que habla chino, 20 21 22

Ibíd., p. 842.

Ibíd.

Medina Parker, Humberto, "El mago de la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 200-201, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944, pp. 53-64.

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japonés, coreano, inglés, francés y ruso" son constantemente expuestos al público alemán en las loas de sus entusiastas discípulos.23 Al igual como lo hace con Kjellen, en este ar culo, H. Medina efectúa una completa reseña biográfica y teórica de Karl Haushofer. También advierte, que en Kjellen la geopolí ca era aún una pedante (sic) intentona de discurrir sobre la débil teoría del determinismo geográfico y que Haushofer habría agregado un conocimiento enciclopédico, un sólido eclec cismo y cierto ins nto de publicidad.24 Además, que la oratoria de Haushofer lo llevó a ser considerado el mayor pregonador del concepto de ‘‘Lebensraum’’.

Sus frases estaban inundadas de palabras polisilábicas (sic), pero para los alemanes las aseveraciones de Haushofer tenían una excitante cadencia similar a la prosa de Oswald Spengler.25 Luego señala: sería fú l buscar en los escritos de Haushofer una presentación sistemá ca de teoría geopolí ca; aun una definición precisa de las dimensiones del Lebensraum alemán 23 24

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Ibíd., p. 54.

El eclec cismo como un enfoque conceptual que no se sos ene rígidamente a un paradigma o un conjunto de supuestos, sino que se basa en múl ples teorías, es los, ideas o para obtener información complementaria en un tema, o aplica diferentes teorías en casos par culares.

Oswald Spengler (1880-1936) fue un filósofo e historiador alemán, conocido principalmente por su obra La decadencia de Occidente.

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elude al lector. La esencia de la doctrina de Haushofer es la flexibilidad; no puede haber límites fijos a la necesidad de expansión del estado. La Geopolí ca, de acuerdo con Haushofer, es una ciencia dinámica. La geogra a polí ca es está ca y descrip va; describe y explica una condición. La "Geopolí ca" escudriña la dinámica del cambio polí co mundial; vivifica el espacio.26 Al año siguiente y en directa relación con el ar culo anterior, H. Medina difunde “Algunas orientaciones geopolí cas del general Haushofer”,27 donde analiza dos de sus libros más populares: Polí ca Mundial Actual y Geopolí ca del Océano Pacífico, y advierte, que Haushofer no ha reunido todas sus ideas y a simple vista su obra parece una “mezcla caó ca” de pensamientos desar culados. Como también, que a pesar de su enorme producción como autor: no hay en los libros de Haushofer, aun dentro del marco de la Geopolí ca, mucho que pueda ser considerado nuevo. Admite él francamente, que sus teorías más importantes fueron tornadas en préstamo de otros pensadores. Algunos de sus escritos son 26

27

Medina Parker, Humberto, "El mago de la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 200-201, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944, p. 54.

Medina Parker, Humberto, "Algunas orientaciones geopolí cas del general Haushofer", Memorial del Ejército Nº 203, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945, pp. 62-70.

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principalmente picadillos de escritores extranjeros sazonados, al gusto de los lectores alemanes. Entre sus fuentes extranjeras las más numerosas son inglesas y americanas. Fuera de Mackinder, recurre frecuentemente a autores tales como Lord George Curzon (1859-1925), James Fairgrieve (1870-1953), Alfred Carthill, Naihaniel Peffer, Homer Lea, Brooks Adams (1838-1918) y el Almirante Alfred Mahan (1840-1914). Aconseja a sus lectores alemanes que estudien los ocultos móviles de la potencia anglosajona en fuentes anglo-sajonas y lo realiza así él mismo, haciéndose cargo de algunas de las teorías entresacadas de sus lecturas inglesas.28 También aporta información valiosa para tener una idea de a par r de cuándo Haushofer comenzó a ser más conocido internacionalmente, indicando que el 26 de Agosto de 1939 tuló un ar culo la “Revolución Mundial de Hitler”, que se publicara en el periódico británico “New Statesinan and Na on”, en este Haushofer había u lizado la doctrina del pivote geográfico de la historia expuesta por el geógrafo británico Sir Halford Mackinder en 1924, como antecedente para llegar a efectuar una aproximación ruso-germánica que llevó al acuerdo del 23 de Agosto.

Además indica: Hernanii Rauschning (1887-1982), en su obra “La Revolución del Nihilismo: Advertencia al 28

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Ibíd., p. 64.

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Occidente’, ya había dado en el mismo año un resumen de las enseñanzas de Haushofer, haciendo resaltar especialmente su influencia sobre la ideología Nazi.

Pero fue necesario el espectacular giro de Hitler hacia la Rusia Sovié ca para que Haushofer y la Geopolí ca llamaran dramá camente la atención del público mundial.29 En otra de sus partes, manifiesta, que la Geopolí ca varía su base a medida que cambia la situación polí ca mundial y es precisamente el método geopolí co de observación el que permite al estadista reajustar sus planes y adoptar rápidas decisiones teniendo siempre presentes los grandes obje vos de la polí ca: la Geopolí ca es para sus adeptos, en primer lugar, un modo de pensar y, en segundo lugar, una serie de planes de alta elas cidad para la progresiva adquisición del espacio vital alemán.30 En 1945, H. Medina publica un singular ar culo in tulado "La geopolí ca y las geociencias",31 donde amplía las fronteras conceptuales de la geopolí ca y se refiere a la geojurisprudencia, geomedicina y geoeconomía, entre otras. Básicamente hace 29 30 31

Ibíd., p. 65.

Ibíd., p. 67.

Medina Parker, Humberto, "La geopolí ca y las geociencias", Memorial del Ejército Nº 204-205, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945, pp. 58-65.

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una fuerte crí ca a la concepción del espacio vital impulsada por Haushofer y que habría servido a los nazis para sus planes expansionistas, que se transformó en una verdadera claustrofobia en la psicología nacional socialista alemana.

En "La alta estrategia geopolí ca",32 H. Medina nuevamente centra sus comentarios en Haushofer y par cularmente en su libro Wehr-Geopoli k, donde se establece una estrecha relación entre la guerra y la geopolí ca, y trata de la influencia sobre la estrategia militar sin intentar rivalizar con la geogra a militar, aduciendo que Haushofer proponía que el oficial alemán debía ser introducido al estudio de las diversas disciplinas geográficas por la vía de la geopolí ca.33 De igual forma señala, que uno de los par darios más importantes de Haushofer en el campo de la geopolí ca de guerra fue el geógrafo pangermanista Ewald Banse (1883-1953), que definió geopolí ca de guerra como: la vieja geogra a no se ocupaba ni de la erra, ni del pueblo, sino que permanecía en el inferior nivel intelectual de los rasgos sicos y población entre los cuales no era capaz de descubrir la menor 32

33

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Medina Parker, Humberto, "La alta estrategia geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 206, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945, pp. 38-52.

Ibíd., p. 42.

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relación ín ma. Si aplicamos nuestra interpretación a la geopolí ca de guerra, se ve enseguida claro, que tras de los acontecimientos de cualquier guerra, hay dos nociones estrechamente unidas: el territorio y el pueblo.34 En "La historia y las variaciones geopolí cas de los pueblos",35 el autor reitera sus cues onamientos a Haushofer, manifestando que éste transformó la teoría de Mackincler en una base de la “Geopoli k” y de ese modo come ó al más grave error geopolí co.

En efecto, dice, Haushofer había pretendido que su sistema fuera dinámico, en contraste con la geogra a polí ca está ca, siempre cambiante. Sin embargo, el país central de eurasia era el valor fijo está co y, por ende, por la regla de vida dinámica de la “Geopoli k’’ inadmisible. Sin embargo, a par r de esa hipótesis desequilibrada, descansaba la doctrina oficial del expansionismo nazi.36 Un interesante ar culo difunde H. Medina sobre el espacio y las comunicaciones terrestres, que denomina "La Apreciación Geopolí ca del Espacio",37 34 35

36 37

Ibíd.

Medina Parker, Humberto, "La historia y las variaciones geopolí cas de los pueblos", Memorial del Ejército Nº 208, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945, pp. 83.

Ibíd., p. 72.

Medina Parker, Humberto, "La Apreciación Geopolí ca del Espacio", Memorial del Ejército Nº 290, San ago: Estado Mayor

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que trata de la rela va importancia del área que abarca cada Estado y la trascendencia de las comunicaciones terrestres para el desarrollo del mismo. Asevera, que un gran espacio no siempre ha dotado al pueblo que lo posee de potencia superior y que el establecimiento y mantenimiento de control centralizado sobre un amplio espacio, depende de un sistema efec vo de comunicaciones. Además, cita a Eugene Staley para clasificar la era eotécnica, paleotécnica y neotécnica,38 que entre otros aspectos le permite deducir: la moderna tecnología está revolucionando nuestros conceptos de espacio y las mismas exigencias de la moderna tecnología, con sus exigencias sobre las reservas económicas de todo el mundo, prometen arrastrar los pensamientos de los hombres acerca de la organización polí ca del mundo hacia canales hasta ahora no experimentados.39 El ar culo "La contribución intelectual a la geopolí ca",40 es induc vo al que difundiera pocos meses después, "La filoso a geopolí ca".41 En el 38 39 40

41

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General del Ejército, 1945, pp. 43.

Ibíd., p. 46.

Ibíd., p. 50.

Medina Parker, Humberto, "La contribución intelectual a la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 216, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1947, pp. 21-22.

Medina Parker, Humberto, "La filoso a geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 219, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1947, pp. 38-41.

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primero, H. Medina deja ver que el trabajo clásico sobre la dirección que tomó la 2º Guerra Mundial había sido gestado por Karl von Clausewitz (17801831) y que sus teorías habrían inspirados a los generales y polí cos alemanes. Algunos de éstos, como el general Friedrich von Benhardi (1849-1930) y Paul Delagarda (1827-1891), comenzaron a dejar ver la necesidad de una gran Alemania y otros como Meller van den Bruck, comenzaron a exponer sobre la raza y el espacio vital.42 El segundo ar culo es una profunda reflexión filosófica sobre la geopolí ca, que inicia aseverando que es un error basar esta área del saber en el determinismo, ya que el hombre y sociedad actúan sobre normas superiores a la exigencia determinista. Por lo tanto, existe para toda sociedad organizada un campo de facilidades, que surge de la tradición histórica y de la necesidad presente; ocupar este campo plenamente geopolí co: no es nunca imposición ciega, sino voluntad libre, percepción y tensión vital de aquella sociedad. En otros términos, podemos decir que es la tendencia geopolí ca de un grupo humano.43 Aclara el autor, que la geopolí ca es contraria al fatalismo 42

43

Excepcionalmente, este ar culo también se difunde a través de la revista Military Review, Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército de los EE.UU, Kansas, Nº 216, 1947, pp.19-22.

Ibíd., p. 40

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y al determinismo, ya que la tendencia, que es vida y movimiento, va más allá del espacio y del empo, superando las influencias geográficas e históricas.

Por ello, el determinismo debe ser sus tuido por el relacionismo o sea por la consideración de la geopolí ca como ciencia de las relaciones del medio geográfico y de la vida histórica: Podemos, pues, considerar el espacio vital como el lugar geográfico donde se produce la fusión del pueblo con el suelo y, se desenvuelven las energías y la tensión polí ca del estado que tal contacto suele engendrar.

En consecuencia, las manifestaciones de la vida de dicho estado no serán impuestas por la Geogra a o por la raza, sino que tendrán el carácter complejo, superior y sinté co de los hechos geopolí cos.44 Uno de sus ar culos más sobresalientes es "Sangre y Suelo de Chile. Su geopolí ca en acción",45 que en el contexto de este trabajo ene un significa vo 44 45

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Ibíd., p. 41.

Medina Parker, Humberto, "Sangre y Suelo de Chile. Su geopolí ca en acción", Memorial del Ejército Nº 222 y 223, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1948, pp. 110-120 (Memorial Nº 222) y pp.120-139 (Memorial Nº 223).

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valor, en razón de que éste se difunde a la civilidad, mediante conferencia auspiciada por la Academia de Historia y Geogra a y dada por el autor en la Universidad de Chile. En esta extensa exposición, el teniente coronel Humberto Medina Parker congrega parte importante de los contenidos de los ar culos que comenzó a escribir en 1944 (anteriormente referenciados), pero además, permite apreciar, que el área del saber de la geopolí ca aún no se irradiaba en el ámbito académico nacional, lo que lleva a aseverar que, el Ejército de Chile, a través del teniente coronel Humberto Medina Parker, ha sido uno de los principales impulsores del estudio de la geopolí ca en Chile. A diferencia del general Ramón Cañas Montalva, H. Medina privilegió el constructo teórico de la geopolí ca, que a la postre, a lo menos en el medio nacional, se propagó hasta fines del siglo XX. El padre de Humberto Medina fue el general Ernesto Medina Fraguela, quién estuvo des nado en Berlín cinco años, ocasión en la que Humberto fue alumno del Fichtegimnasium, donde se formaban los oficiales de la Marina de Guerra alemana. Por la relevancia del aporte de H. Medina Parker, en Anexo Nº 2, se incluye una síntesis de su biogra a.

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Cabe agregar, que según consta en el Archivo General del Ejército de Chile (EMGE), Humberto Medina Parker, del arma de ar llería, alcanzó el grado de coronel en 1948 y su re ro absoluto en 1950, el 13 de enero de 1949 y dirigiéndose a la honorable junta calificadora de oficiales, con mo vo de haberse calificado en lista 2 como oficial “sa sfactorio”, menciona, que "considera ser acreedor a la facultad que se establece en primer término (inteligencia), por cuanto durante los años 1947 y 1948, obtuvo en sus calificaciones el primer casillero. Que en relación a lo "esclarecido" de esta facultad o sea según el Diccionario "ilustre", "notable" o "insigne", deja constancia de haber dictado dos conferencias públicas; una en la Aula Magna de la Universidad Católica el 14 de sep embre de 1944 y la otra, en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, el 10 de sep embre de 1947, que le significó ser nombrado "Miembro Académico" de la Academia de Historia y Geogra a, por el buen éxito de su prueba pública y su tesis desconocida. Que sin haber reunido la facultad de lo "esclarecido", no habría tenido la oportunidad de disertar en las aulas universitarias en referencia, que desde 1940, ningún Oficial de Ejército, había cumplido éste propósito".

Más adelante en la carta agrega "que en relación a esta facultad, "inteligencia", "talento" y "persona de gran capacidad", hace valer los razonamientos de la

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letra b) de la presente solicitud, agregando: Que en el Nº 80 de la Revista "Ejército" (España) de sep embre de 1946 (pág. 82) fue reproducido un ar culo suyo, que había sido publicado, junto con otros trece, en el Memorial del Ejército de Chile, a par r de 1944, lo que prueba una valorización de su capacidad intelectual, fuera del país, por su apreciación de un cuerpo seleccionado de redactores, como por ejemplo el General de E.M. Español Dn. Rafael Álvarez Serrano, Profesor de la Escuela Superior del Ejército, lo que cons tuye un pres gio para el solicitante y para su ins tución (...) Que por O/M.P.2 Nº 66 del 6 - VIII - 47 (Bol. Of. Nº 31 del 8 -VIII - 47, pág. 1152) se le autorizó para aceptar el cargo de Director de la "Academia de Historia y Geogra a de Chile". Prueba de reconocimiento, de capacidad "intelectual", de parte de su mesa direc va, al aceptarlo como colaborador (...) Que por Of. P.I.Nº 2 del Departamento de Publicaciones del E.M.G.E. de fecha 2 - I - 948, se le otorgó un premio, como asiduo colaborador del Memorial del Ejército, por sus trabajos en el año 1947. (...) Que en sep embre de 1948, fue designado como miembro de la "Comisión Geopolí ca" del Comité Nacional de Geogra a, Geodesia y Geo sica, que preside el Comandante en Jefe del Ejército General Sr. Ramón Cañas M., que lo ha elegido como su inmediato colaborador, en la referida comisión".

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Independiente de los mo vos, que mo varon al coronel Humberto Medina Parker para argumentar sobre sus capacidades ante la junta calificadora de oficiales de la época, sus explicaciones permiten confirmar su aporte al conocimiento de la geopolí ca en el Ejército y par cularmente como éste se irradia en universidades nacionales.

Además, según Sergio López Rubio, entre los estudios publicados por H. Medina, llama la atención un “Manual de idiomas: aimara, quechua y castellano”.

Junto a otros catedrá cos fundó la Escuela de Periodismo en la Universidad Católica: se desempeña como jefe de estudios hasta 1966. Sus úl mos años los dedica a la lectura y convivencia con sus an guos compañeros de armas y consocios del Ins tuto. Le agradaba dar a conocer la historia de la geogra a de Chile, desde la línea de la Concordia hasta el Polo Sur y desde la cordillera de los Andes hasta Isla de Pascua.46 Por la importancia histórica que "Sangre y Suelo de Chile. Su geopolí ca en acción" representa, se ha es mado conveniente su inclusión textual en Anexo Nº 3.

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López Rubio, Sergio E., "Humberto Medina Parker", Anuario del Ins tuto de Conmemoración Histórica de Chile, Nº 8, 2003, p. 57.

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Gregorio Rodríguez Tascón Dos años después de la aparición de "Sangre y Suelo de Chile. Su geopolí ca en acción" de Humberto Medina Parker, el teniente coronel Gregorio Rodríguez Tascón, dicta un conferencia en la Academia de Guerra, denominada "La Geopolí ca y sus Teorías", que con el mismo nombre se publica en el Memorial del Ejército Nº 238.47 Esta exposición comprende una reseña de los precursores (Aristóteles, Kant, Ratzel y Mac-Kinder), constructores (Kjellen y Haushofer), de las escuelas geopolí cas, principios y factores geográficos, entre otros temas El teniente coronel Gregorio Rodríguez hace un significa vo aporte teórico y se habría desempeñado como profesor de Geogra a Militar y Geopolí ca del general Augusto Pinochet Ugarte, por tal mo vo se ha es mado conveniente incluir en forma íntegra la conferencia que en 1950 dictara en la Academia de Guerra en Anexo Nº 4.

Debo agregar también, que en el texto La secreta vida 47

Rodríguez Tascón, Gregorio, "La Geopolí ca y sus Teorías", Memorial del Ejército de Chile Nº 238, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1950.

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literaria de Augusto Pinochet (2013),48 el autor, Juan Cristóbal Peña, dice que A. Pinochet habría u lizado algunos preceptos de Gregorio Rodríguez en su libro de geopolí ca, al que nos referiremos más adelante, con el propósito de que cada uno saque sus propias conclusiones, ya que el espíritu de este trabajo no es tomar parte en una situación tan delicada, más aún cuando en la década de las publicaciones aludidas, las rigurosidades académicas eran muy diferentes a las actuales y porque el texto de Juan Cristóbal Peña no presenta los hechos con imparcialidad.

De la revista Wehr Wissenchafliche Runschau En el Memorial del Ejército Nº 326 de 1965, se dan a conocer dos interesantes ar culos de la revista Wehr Wissenchafliche Runschau, que se es ma de interés mencionarlos por la per nencia de sus contenidos con los sucesos posteriores en la Unión Europea y porque numerosos oficiales chilenos u lizan esta referencia bibliográfica en sus estudios.

El profesor Henry Blumendahl escribe sobre las limitaciones y fines de la geopolí ca, y Rolf Hinder sobre el significado y posibilidades de la geopolí ca europea y especialmente alemana. R. Hinder, ante 48

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Peña, Juan Cristóbal, La secreta vida literaria de Augusto Pinochet, San ago: Debate, 2013.

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las consideraciones de H. Blumendahl, propone doce indicaciones para la geopolí ca europea y, en par cular, alemana: 1) La geopolí ca sólo en forma indirecta deberá contribuir a la comprensión y solución de problemas mundiales; 2) la geopolí ca debe ser una ciencia sin nacionalidad; 3) la geopolí ca debe ser solo y exclusivamente fuente de saber fundamental y no debe ser sacrificada a ambiciones polí cas; 4) los europeos necesitan de los Estados Unidos de Europa como sistema supraestatal; 5) Europa no debe atribuirse el papel de preceptor de la civilización moderna; 6) Europa no debiera actuar en forma desdeñosa frente a los EE.UU. de Norteamérica y a la Unión Sovié ca; 7) Europa no debe atribuirle la responsabilidad de la decadencia polí ca del viejo con nente a otros; 8) la geopolí ca debe estudiar las causas de la decadencia en forma obje va; 9) tendencias de nacionalismo con nental serían contrarias a la idea de la economía mundial y a la paz; 10) la geopolí ca no debe perderse en anhelar y fomentar la unidad mundial económica autén ca sino limitarse a examinar en forma acabada su posibilidades y premisas geopolí cas, y encontrar acaso nuevas ideas para disminuir la tensión de la situación mundial; 11) Europa sin su adhesión hacia Occidente o hacia Oriente sería prác camente algo imposible, geopolí camente absurdo; y 12) la inves gación de las relaciones geo-condicionadas

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de todos los problemas polí cos y económicos sería al verdadero contenido de la geopolí ca.49 Augusto Pinochet Ugarte Dieciocho años después de la conferencia del teniente coronel Gregorio Rodríguez, el coronel Augusto Pinochet Ugarte publica su primer libro sobre geopolí ca, que denomina Geopolí ca: Diferentes Etapas para el Estudio Geopolí co de los Estados.50 Con anterioridad a este texto, A. Pinochet, había publicado sobre geogra a militar (Síntesis Geográfica de Chile, Argen na, Bolivia y Perú, Ed. 1954, 1963 y 1964; Síntesis Geográfica de Chile, Ed. 1955 y 1963; y Geogra a Militar, Ed. 1967) y en 1968, por primera vez, siendo profesor de geogra a militar de la Academia de Guerra, su esfuerzo se encamina a esta área del saber. El prólogo del libro es solicitado al general (R) René Álvarez Marín, que 49

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Blumendahl, Henry, "Sobre Limitaciones y Fines de la Geopolí ca"; Hinder, Rolf, “ Significado y posibilidades de la geopolí ca europea y especialmente alemana", Memorial del Ejército de Chile Nº 326 de 1965.

Pinochet Ugarte, Augusto, “Geopolí ca: Diferentes etapas para el estudio geopolí co de los estados", Edición especial del Memorial del Ejército de Chile Nº 340 - 341, San ago: Estado Mayor General del Ejército, Biblioteca del Oficial, 1968.

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había sido Director de la Academia de Guerra entre 1950 y 1952 y autor del ar culo de geogra a militar "Estudio de la Geogra a Militar: Nueva orientación impresa al ramo".51 El prologuista, reconoce en aquel entonces la conveniencia de contar con un texto sobre geopolí ca para guiar el interés nacional: resulta, por consiguiente, alentador que un profesional militar, serio e infa gable inves gador, se consagre con verdadero casino y abnegación a la inmensa tarea de reunir en un texto las materias concernientes a esta ciencia y las haya dispuesto racionalmente de modo de hacerlas accesibles a los estudiosos y aptas a la impar ción de la enseñanza.52 Incluso, el general Álvarez va más allá e incluye su propia definición de geopolí ca: como una ciencia de doble extracción: geográfica y polí ca que, par endo del estado polí camente organizado, trascienda más allá de sus propias fronteras como integrante de un complejo internacional bajo los impera vos de interrelación e interdependencia.

Consiguientemente, de los factores en análisis, el más importante o considerar es el de la situación geográfica rela va. Su finalidad consiste en descubrir, 51

52

Álvarez Marín, René, "Estudio de la Geogra a Militar: Nueva orientación impresa al ramo", Memorial del Ejército de Chile Nº 174, San ago: Estado Mayor General del Ejército, año XXXIV (mayo - junio).

Ibíd., p. 9.

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primero, y proporcionar al conductor y estadista, después, vías y canales aptos a la supervivencia actual del Estado y a la promoción futura del interés nacional.53 La Introducción del texto del general Pinochet, incluye una nota muy significa va del propio general, que ilustra respecto de los que han estudiado o cri cado el texto en cues ón, y que pareciera que Juan Cristóbal Peña, no tomó mucho en cuenta, dice: Por úl mo, debemos decir que el material empleado proviene de numerosos maestros y pensadores nacionales y extranjeros, dejando la parte original reducida; por ello se considera que el mayor valor en trabajo se encuentra en el ordenamiento exposi vo con que se han presentado los antecedentes que componen estas materias.

Esta nota es muy importante por tres mo vos.

Primero, el general Augusto Pinochet no se arroga la originalidad de la autoría y reconoce ser solo un ordenador de aportes de terceros. Segundo, en la década de los 60 y 70, la rigurosidad en las citas de las fuentes bibliográficas no era de lo más común 53

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Ibíd., p. 11.

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en los ensayos o libros de estudio. Tercero, pese a ello, en el texto, el general Pinochet incluye una bibliogra a (pág. 265) donde deja ver la consulta de importantes y más que suficientes obras para concretar su aporte.

El texto de Augusto Pinochet. Geopolí ca: Diferentes Etapas para el Estudio Geopolí co de los Estados, posteriormente tuvo varias ediciones, casi todas por la Editorial Andrés Bello (Chile), pero el tulo se restringió a Geopolí ca, que manteniendo sus planteamientos originales, fue objeto de sucesivas actualizaciones y correcciones. Cabe observar, a modo de ejemplo, que en la 4º edición de 1984, A. Pinochet nuevamente reitera en su Introducción: Por úl mo, debemos señalar que el material empleado proviene de numerosos especialistas y autores nacionales y extranjeros. Sin duda el mayor valor que pueda tener el presente trabajo se encuentra en la ordenada exposición con que se han presentado estas materias.54 El libro señalado ha sido profusamente citado y u lizado en universidades nacionales y extranjeras por la sistema zación de sus contenidos y por las 54

Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolí ca (4º edición), San ago: Editorial Andrés Bello, 1984.

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par cularidades de su autor.55 Algunas publicaciones derivadas de este libro han sido un tanto insólitas, como la boliviana, denominada Geopolí ca de Chile.

Plan Alpaca,56 que pretende jus ficar y acusar a Chile de expansionista, que a modo de muestra señala: para Pinochet, el Estado adquiere en su composición una cons tución semejante a una ameba, o sea que la frontera no queda ni quedará nunca estable sino que crecerá alimentándose de los vecinos, en este caso Perú, Bolivia y Argen na.57 En 1979, A. Pinochet, publica Ensayo sobre un Estudio Preliminar de una Geopolí ca de Chile en el año 1965,58 que comprende una recopilación de las materias desarrolladas en sus clases con los alumnos de la Academia de Guerra, efectuados entre los años 1964 y 1968. En sus inicios, con fecha del año 1968, indica: Sin pretender sentar doctrina sobre la materia, lo consideramos como un ensayo analí co de los numerosos temas que sólo se enuncian o se sinte zan, sin que ello signifique 55 56 57 58

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Presidente de la República de Chile entre 1973 y 1990.

Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolí ca de Chile. Plan Alpaca, La Paz: El Cóndor Boliviano Editores, Ídem, contratapa.

Pinochet Ugarte, Augusto, Ensayo sobre un Estudio Preliminar de una Geopolí ca de Chile en el año 1965, San ago: Memorial del Ejército de Chile, Biblioteca del Oficial, Volumen LXII, 1979.

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desconocer que poseen gran interés para el desenvolvimiento nacional presente y futuro de Chile. Por esta razón y con el fin de obtener un mayor provecho, será preciso estudiar con mayor profundidad cada uno de los asuntos enunciados y cuál es su relación con materias semejantes que se presentan en otros países de América (.....) he aceptado la sugerencia del Estado Mayor General del Ejército de publicar y difundir estos apuntes de clases entre los Oficiales de las Fuerzas Armadas y de aquellos interesados en esta disciplina que la es mamos puede ser el punto de par da al es mulo de profundizar las inquietudes que despierta el análisis de cada factor geopolí co, lo que sin lugar a dudas es un buen impulso a su estudio.59 Luego, a la fecha de publicación del texto (1978) señala: a mis ex alumnos, hoy algunos de ellos Generales, que me acompañan en la reconstrucción de esta Patria, les recuerdo que existen principios geopolí cos que se imponen muchas veces en la conducción polí ca y si ellos dejan de cumplirse, producen trastornos y hasta fracasos.60 59 60

Ibíd., p. 7.

Ibíd., p. 9.

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En el periodo que Augusto Pinochet Ugarte se desempeñó como Presidente de la República de Chile (1973-1990) y como Comandante en Jefe del Ejército de Chile (1973-1998), numerosos ar culos e intervenciones dan cuenta de su aporte al conocimiento de la geopolí ca e incluso diversas obras de su gobierno enen un sello atribuible a esta disciplina. Algunas publicaciones y eventos que él promovió y se es ma conveniente destacar son: • Entre los años 1990 y 1994, el Ejército mo vó un estudio sobre los espacios vacíos en el territorio nacional, concluyendo sobre la existencia de zonas del territorio postergadas respecto de las ac vidades de competencia del Estado e hizo una propuesta a las autoridades polí cas de la ubicación de dichas zonas, que denominó "Fronteras Interiores", aportando un "Mapa Preliminar de Fronteras Interiores del territorio con nental de Chile Sudamericano”.

Por tal mo vo, se realizó en la Academia de Guerra del Ejército un Seminario donde diversas autoridades polí cas (Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Edmundo Pérez Yoma), judiciales (Marcos Aburto), académicas (Ricardo Riesco Jaramillo y Mario Arnello R.) y militares (general Sergio Moreno Saravia y general Hernán Abad Cid) intercambiaron opiniones sobre los espacio vacíos de Chile. Al

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cierre, el general Pinochet, entre otras materias indicó: en el convulsionado mundo de hoy, cuando los países industrializados muestran indiscu bles tendencias geopolí cas asociadas con la expansión económica, procurando recursos y espacios para asegurar posiciones terrestres que avalen su crecimiento y les otorguen ventajas compara vas en la lucha comercial, la conquista y consolidación de nuestras Fronteras Interiores e Insularidades es una obligación patrió ca (.....) si no lo hacemos, los chilenos del presente estaríamos abandonando sin ninguna posibilidad de retorno esta oportunidad presente de conseguir los beneficios de ese mismo desarrollo, negando a las generaciones del mañana las capacidades seguras y suficientes para disfrutar de una mejor calidad de vida y de contar, a la vez, con mayores condiciones para desenvolverse en el campo de sus aspiraciones.61 Ese mismo año, el Presidente de la República acogió la propuesta del Ejército y ordenó la formación de la Comisión Nacional de Estudios e Incorporación de las Fronteras Interiores al Desarrollo Nacional, para su estudio y definición de los cursos de acción per nentes.

61

El desarrollo del Seminario "Conquista y Consolidación de las Fronteras Interiores: una tarea del Ejército", está disponible en el Memorial del Ejército de Chile Nº 445 de 1994.

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• En 1997, la Academia de Guerra organiza las Primeras Jornadas Internacionales de Geopolí ca, que contó con la asistencia de destacadas autoridades polí cas y académicas nacionales e internacionales. Expusieron en esa oportunidad el coronel Jaime García Covarrubias, el general Juan Emilio Cheyre Espinosa, el doctor Pascal Chaigneau (Universidad de Sorbona), el general José Uxo Palasi (España), la doctora Therezinha de Castro (Ins tuto Brasileño de Geogra a y Estadís ca), Ricardo Riesco Jaramillo (Universidad Católica de Chile), y Teniente Coronel Marcos López Ardiles (Academia de Guerra).

El discurso de cierre del Seminario estuvo a cargo del general Augusto Pinochet Ugarte, el cual expuso sobre la "Visión Geopolí ca de Chile. Pensamiento y Acción". La perspec va del general A. Pinochet fue profusamente citada posteriormente, y cons tuye un gran aporte para conocer la evolución del pensamiento y acción geopolí cos en Chile y principalmente, porque incluye una visión del general Pinochet respecto de los futuros desa os geopolí cos del país.62 62

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Pinochet Ugarte, Augusto, “"Visión Geopolí ca de Chile.

Pensamiento y Acción", Memorial del Ejército de Chile Nº 456, 1997, p. 160.

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Julio von Chrismar Escu El coronel Julio César von Chrismar Escu (19262009) fue un profuso autor de temas de geogra a militar y geopolí ca publicados en medios de difusión del Ejército de Chile y de la Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos. Por citar algunos, en 1968, publicó Leyes que se deducen del Estudio de la Expansión de los Estados,63 que es prologado por Augusto Pinochet Ugarte de la siguiente forma: el profesor de Academia, Mayor de Ejército don Julio von Chrismar Escu , ha presentado para nuestro examen un interesante trabajo sobre “Geopolí ca", donde analiza en profundidad las diferentes “leyes que se deducen del estudio de la expansión de los Estados".

Su obra ene un doble mérito: ser el autor uno de los primeros estudiosos de esta doctrina en Chile, que invade los terrenos que comprende esta novel ciencia y lo otro, abarcar en un amplio y detallado análisis, el tema referido a la expansión de los Estados.64 Una de las conclusiones de Julio Von Chrismar retrata el esfuerzo de su vida académica:

63

64

Chrismar Escu , Julio César Von, Leyes que se deducen del Estudio de la Expansión de los Estados, San ago: Ins tuto Geográfico Militar, 1968.

Ibíd., p. 7.

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Del estudio de la evolución y crecimiento de los Estados podrían esbozarse algunas ideas fundamentales para formular una Escuela Geopolí ca Chilena, sobre la base de crecer y desarrollarse en seguridad, considerando previamente el aumento de la cultura y capacidad ciudadana para usar el poder sólo para defenderse, la cultura para proyectar la influencia y la capacidad ciudadana para expandirse orgánica y pacíficamente, manteniendo como principal obje vo la felicidad e interés de la Nación, en convivencia y armonía con las demás Naciones.65 En 1976, la Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos publicó "Algunas Reflexiones sobre las homologías geopolí cas".66 El mismo año se divulga "La geopolí ca y su obje vo de estudio: El Estado".67 Luego lo hace con "La expansión territorial sovié ca" (1977), “Algunas definiciones y 65 66

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Ibíd., p. 238.

Chrismar Escu , Julio César Von, "Algunas Reflexiones sobre las homologías geopolí cas", Revista Polí ca y Estrategia Nº 2 de la ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1976, pp. 43-54.

Chrismar Escu , Julio César Von, "La geopolí ca y su obje vo de estudio: El Estado", Memorial del Ejército de Chile Nº 390, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1976.

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alcance de la geopolí ca" (1979), "El país, la nación y el poder nacional, fenómenos fundamentales del Estado" (1980), "Geopolí ca y seguridad nacional" (1981), "La armonía del Estado: uno de los principios fundamentales de la geopolí ca" (1983), "Algunos problemas geopolí cos de Chile y su trascendencia en la Seguridad Nacional" (1984), "Fundamentos geopolí cos de la polí ca exterior de Brasil" (1984), "Importancia geopolí ca y geoestratégica de la posición marí ma tricon nental de Chile" (1987), "Las recientes y actuales alteraciones de la situación polí ca mundial: Una visión geopolí ca" (1992), "La geopolí ca, ciencia y arte del estadista" (1994), “Principios geopolí cos de carácter universal” (1995), y "Análisis de la actual situación geopolí ca mundial" (1996).

Como se observa, Julio César Von Chrismar Escu publica en fechas similares al general Augusto Pinochet Ugarte, fue un profuso autor de geopolí ca y de geogra a militar, en esta úl ma, uno de sus ar culos más leído es "Los campos de batalla más hollados de la historia universal."68

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Chrismar Escu , Julio, "Los campos de batalla más hollados de la historia universal", Memorial del Ejército de Chile Nº 450, San ago, Ejército de Chile, 1996.

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Otros autores que han aportado a la difusión y estudio de la geopolí ca Hemos mencionados a los principales autores e impulsores del conocimiento de la geopolí ca en el Ejército de Chile, como también aquellos que han irradiado esta área del saber a las universidades nacionales y de otros países. Muchos otros oficiales y profesores que han cursado en la Academia de Guerra han procedido de igual forma, la mayoría lo ha hecho a través del Memorial del Ejército.

Algunos de ellos, junto a conocidos académicos, mencionaremos a con nuación: Eduardo Saavedra, "Aspecto geopolí co de la Antár ca chilena" (1948); Osvaldo Arra a, "Conciencia nacional sobre el territorio antár co" (1959); Fabio Vio Valdivieso, "Visión geopolí ca de las relaciones internacionales" (1978); Marcelo Bahamondes Paredes, Las Nuevas ambiciones geopolí cas Argen nas en el contexto del tratado de paz y amistad de 1984 su impacto en la seguridad nacional y para la formulación de una polí ca de defensa, (1996); Rodrigo Candia Manríquez, Aproximación a la integración de América del Sur desde una perspec va geopolí ca y sus factores facilitadores y disociadores, (2011); Julio, Canessa, "Visión geopolí ca de la regionalización chilena" (1982); Carlos Carvallo, "Definición y concepto de frontera"

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(1988); José Cerda B., "Bolivia: su senda futura y su real complejidad geopolí ca" (1983); Víctor Chávez, "El encierro geográfico de Bolivia" (1983); Waldir Da Costa Godolphim, "Fundamentos filosóficos en la formación de la geogra a moderna y de la Geopolí ca" (1980); Juan Galecio, "La situación mundial actual, algunas reflexiones" (1996); Guillermo Gana, "Geopolí ca: La ciencia dinámica del estado", Revista Armas y Servicios Nº 11, (1978); Germán García Arriagada, "¿Quo vadis geopolí ca?" (2005), "La respuesta a un desa o: Carretera longitudinal austral", Revista de Estado Mayor Nº1, Comité de Estado Mayor del Ejército (1989), "Importancia geopolí ca de la Carretera Longitudinal austral" (1985); Jorge Garfias, "Fundamentos de Geopolí ca" (1954); Francisco Guisolfo, "La Isla de Pascua y su importancia geopolí ca" (1988); Sergio López Rubio, "Visión geopolí ca del Libertador O’Higgins" (1979); Marcos López A., "Geopolí ca del siglo XXI: perspec vas de amenazas" (1996); René Meza, "La tardía consolidación de la soberanía chilena en la Patagonia occidental, un error geopolí co superado" (1988),"Proyección de geopolí ca chilena hacia el siglo XXI" (1989), "Hacia un reordenamiento del mapa geopolí co de Sudamérica" (1989); Galvarino Montaldo B., "Interrogantes geográficas y geopolí cas" (1957); Herbert Orellana Herrera, "Brasil: un país que aceptó el desa o del desarrollo" (1974), "Geopolí ca del Pacífico" (1973); Rodolfo A. Ortega

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Prado, Escenario y Estrategia, (2010), "Decisiones y Desa os Geopolí cos de Chile", Cuaderno de Difusión Nº 28 año 11 octubre 2008; Mauricio Pon llo Juan, "Corredores Bioceánicos: los desa os para Chile en el desarrollo y la defensa" (1999), "Fronteras Virtuales.

Un nuevo concepto geopolí co" (2001); Patricio Ramírez Sepúlveda, "Apología de la geopolí ca" (2001); Juan Salgado, "Europa: Una visión geopolí ca contemporánea" (1996); Juan Stack, "Axiología y geopolí ca" (1985), Héctor Villagra Massera, Las caracterís cas geopolí cas de Chile y su influencia en la polí ca de Defensa Nacional (1996), "Importancia geopolí ca de Centroamérica, evolución histórica y realidad actual" (1999), entre otros.

Otros aportes del Ejército Destacados profesores de la Academia de Guerra del Ejército han publicado por diversos medios sus aportes sobre geopolí ca. La mayor parte de ellos lo ha efectuado por medios de difusión de la Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos (Polí ca y Estrategia), del Ins tuto Geopolí co de Chile (Revista Chilena de Geopolí ca), de la Academia de Guerra Naval (Temas Seleccionados – Revista de Marina), del Centro de Estudios e Inves gaciones Militares (Escenarios Actuales) y del Ins tuto de Conmemoración Histórica de Chile (Anuario).

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De esta forma, los oficiales del Ejército han plasmado y con nuado aportando al estudio de la geopolí ca en general y los desa os que para Chile representa.69 Centro de Estudios e Inves gaciones Militares En el año 2000, el Centro de Estudios en Inves gaciones Militares (CESIM), auspicio la publicación del general Carlos Meirelles Muller, Antología Geopolí ca de Autores Militares Chilenos,70 que para los fines de este estudio permite confirmar el aporte, que a la difusión de la geopolí ca ha efectuado el Ejército y la Academia de Guerra en el proceso forma vo de los Oficiales de Estado Mayor.

Consecuente con lo anterior, el general Meirelles hizo una selección de la contribución de los siguientes autores: General Augusto Pinochet Ugarte, Geopolí ca y Visión geopolí ca de Chile.

Pensamiento y acción, Conquista y consolidación de las fronteras interiores: una tarea del Ejército; Coronel Julio Von Chrismar Escu , Leyes que se deducen del 69

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A modo de ejemplo, los siguientes oficiales han publicado en la Revista Chilena de Geopolí ca: Agus n Toro Dávila, Héctor Villagra Massera, Julio von Chrismar Escu , Germán García Arriagada y Enzo Cadenasso Castro, entre otros.

Meirelles Muller, Carlos, Antología Geopolí ca de Autores Militares Chilenos, San ago: Centro de Estudios e Inves gaciones Militares, 2000.

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estudio de la expansión de los Estados; Brigadier Germán García A., Las escuelas geopolí cas. Una proposición de definición; Visión geopolí ca de la Carretera Longitudinal Austral, General Juan Emilio Cheyre Espinosa, Primeras Jornadas Internacionales de Geopolí ca; General Agus n Toro Dávila, El pensamiento geopolí co de O"Higgins; General Ramón Cañas Montalva, Reflexiones geopolí cas sobre el presente y futuro de América y de Chile, El valor geopolí co de la posición antár ca de Chile, El Pacífico, epicentro geopolí co de un nuevo mundo en estructuración, Chile en el Pacífico Argen na en el Atlán co, factores de estabilidad con nental; Trascendencia geopolí ca del Canal Beagle; General Julio Canessa R., Visión geopolí ca de la regionalización chilena; Brigadier Jaime García C., Reflexiones sobre el núcleo vital de Chile; General Hernán Abad C., Catastro nacional de fronteras interiores de Chile.

El general Carlos Meirelles Muller, finaliza su trabajo haciendo una aseveración, que permite confirmar lo que hemos intentado demostrar en este estudio: Podemos concluir de la lectura de los trabajos que conforman este texto que en el Ejército de Chile se ha estructurado un “pensamiento geopolí co”. Este se desarrolla a par r de los

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primeros años de la década de los cuarenta y busca definir teóricamente la geopolí ca, en base a los autores tantas veces nombrados y estudiando el Océano Pacífico, las Zonas Australes y el Territorio Antár co, los espacios con nentales de nuestro ecúmene, y la posición geográfica, todo ello en un gran contexto geopolí co, sin considerarlos separadamente. Esta perspec va amplia es la que debe ser internalizada por la nación chilena y su dirigencia polí ca, social, económica y militar.71 Por algún mo vo, el general Meirelles no le da la debida importancia en su antología al teniente coronel Humberto Medina Parker, que como se ha indicado, fue uno de los impulsores de la geopolí ca a nivel nacional.

APORTES SOBRE EL FUTURO DE CHILE Diversas definiciones sobre geopolí ca permiten apreciar la imprecisión de sus fronteras, como también, que sus preceptos originales han dado a lugar a interpretaciones varias. Algunos de sus exponentes se han centrado en su constructo teórico y otros en su aplicación a situaciones nacionales o 71

Ibíd., p. 24.

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mundiales. El general Ramón Cañas Montalva fue claramente más proclive al aporte de perspec vas aplicadas y en su mayoría de la zona austral; en los ar culos del teniente coronel Humberto Medina Parker prevalecen los planteamientos teóricos, al igual que la exposición que hace el teniente coronel Gregorio Rodríguez Tascón; el general Augusto Pinochet Ugarte, combina teoría y aplicación, aunque como él mismo lo dice, inicialmente su trabajo destacó por su ordenamiento exposi vo más que por su originalidad, posteriormente, y siendo Presidente de Chile, su aporte fue claramente de aplicación.

Como sea, los diversos autores han propuesto definiciones de la geopolí ca y han dejado ver las de aquellos autores que los han guiado en sus estudios.

Por ello, en Anexo Nº 5, se incluye una reseña de las definiciones creadas o más citadas, que permite apreciar los rumbos que esta área del saber ha tenido.

En Chile, diversos estadistas, académicos y polí cos han manifestado planteamientos geopolí cos sobre el futuro de Chile. Desde estudios sobre la visión del libertador Bernardo O"Higgins, hasta dis nguidos comandantes en jefes de las ins tuciones de las Fuerzas Armadas han aportado "cada uno en su empo" una visión para proyección y desarrollo del país. A modo de ejemplo, Sergio López Rubio escribió

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"Visión geopolí ca del Libertador O’Higgins";72 Mario Arnello ha sido un profuso autor de materias relacionadas, entre las que destaca, "Visión geopolí ca de Chile en el año 2050";73 Luis Bravo con "Visión geopolí ca de Chile en el Pacífico";74 Óscar Buzeta con “Chile geopolí co: Presente y Futuro”;75 el general Julio Canessa con "Visión geopolí ca de la regionalización chilena";76 el Brigadier Germán García con “Importancia geopolí ca de la Carretera Longitudinal austral”;77 Francisco García-Huidobro con "Consideraciones geopolí cas de Chile";78 Orlando Jerez con "Reflexiones geopolí cas sobre 72

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López Rubio, Sergio, "Visión geopolítica del Libertador O’Higgins", Memorial del Ejército de Chile Nº 400, Santiago: Estado Mayor General del Ejército, 1979.

Arnello, Mario, "Visión geopolí ca de Chile en el año 2050", Memorial del Ejército de Chile Nº 433, Estado Mayor General del Ejército, San ago, 1989, pp. 76-89.

Bravo, Luis, "Visión geopolí ca de Chile en el Pacífico", Polí ca y Estrategia Nº 20, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1981, pp. 75-89.

Buzeta, Oscar, Chile geopolí co: Presente y Futuro, San ago (Chile): Centro de Inves gaciones socioeconómicas (Cisec), 1978.

Canessa, Julio, "Visión geopolí ca de la regionalización chilena", Polí ca y Estrategia Nº 24, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1982, pp. 13-35.

García Arriagada, Germán, Importancia geopolí ca de la Carretera Longitudinal austral, Tejas Verdes (Chile): Ejército de Chile, 1985.

García-Huidobro, Francisco, "Consideraciones geopolí cas de Chile", Polí ca y Estrategia Nº 10, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1978, pp. 17-37.

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nuestro cobre";79 y el destacado Comandante en Jefe de la Armada, Almirante, Jorge Mar nez Busch, con “El mar presencial, actualidad, desa os y futuro”,80 “Oceanopolí ca: una alterna va para el desarrollo”,81 y “Una mirada a la cuenca del Pacífico: realidades y perspec vas”;82 entre otros autores y temas.83 En el Ejército de Chile, sobresalen los siguientes aportes relacionados con desarrollo del país, muchos de los cuales han quedado plasmados en la obra del brigadier general Carlos Meirelles Muller, Antología Geopolí ca de Autores Militares Chilenos,84 que en 79

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Jerez, Orlando, "Reflexiones geopolí cas sobre nuestro cobre", Polí ca y Estrategia Nº 19, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1980, pp. 111-113.

Mar nez Busch, Jorge, El mar presencial, actualidad, desa os y futuro. Clase magistral dictada por el Comandante en Jefe de la Armada, Viña del Mar (Chile): Imprenta de la Armada de Chile, 1991.

Mar nez Busch, Jorge, Oceanopolí ca: una alterna va para el desarrollo, San ago (Chile): Editorial Andrés Bello, 1993.

Mar nez Busch, Jorge, Una mirada a la cuenca del Pacífico: realidades y perspec vas, San ago (Chile): Ins tuto de Estudios del Pacífico. Universidad Gabriela Mistral, 2004.

La Revista Chilena de Geopolítica (Instituto Geopolítico de Chile) y la Revista Política y Estrategia (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos) dan cuenta del cuantioso aporte de autores nacionales (civiles y militares) de las relaciones entre la geopolítica y el desarrollo y futuro de Chile.

Meirelles Muller, Carlos, Antología Geopolítica de Autores Militares Chilenos, Santiago: Centro de Estudios e Investigaciones Militares, 2000.

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forma de síntesis se incluye a con nuación: General Ramón Cañas Montalva Como lo indicáramos, un completo resumen de la obra del general Ramón Cañas Montalva está la Colección de la Academia de Guerra del Ejército, Geopolí ca Oceánica y Austral. General Ramón Cañas Montalva (2008), pero para estos efectos hemos seleccionado los siguientes aportes.

En 1948, el general Cañas publicó en la Revista Geográfica de Chile "Terra Australis", el ar culo in tulado “Reflexiones geopolí cas sobre el presente y el futuro de América y de Chile”, donde entre otras materias señala, que los chilenos deben tener la conciencia y la voluntad de conver rse en una potencia del sur Pacífico y que Chile debe comprender, aceptar y realizar el des no que le fijan la geopolí ca y los acontecimientos que se desarrollan actualmente y que el porvenir puede deparar al mundo: ser una potencia del Sur Pacífico, capaz de enfrentar sus tareas de naturaleza con nental y sus impulsos de progreso nacional, tales como: 1) Traslado al Pacífico del centro de gravedad del interés internacional, 2) Ubicación geográfica privilegiada en el Pacífico; con amplios litorales en dicho océano

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y en la Antár ca, 3) Soberanía en el costado de la Antár ca que da a la cuenca del Pacífico, 4) Dominio de las grandes rutas marí mas y aéreas australes, por ser dueño de los estrechos de Magallanes y de Drake, y Canal Beagle, 5) Posesión de islas avanzadas en el Pacífico como Juan Fernández y Pascua, 6) Sólida organización polí ca - social - económica - militar; potencial humano, 7) Morfología, configuración geográfica; todo el territorio gran aeródromo y bases navales, 8) Riquezas naturales; grandes posibilidades industriales, en par cular industria pesada (carbón, petróleo, minerales de hierro, cobre, nitra tos etc.).

Finaliza, indicando: Al terminar estas ideas, deseamos dejar perfectamente en claro que nuestro espíritu no ha sido, ni por asomo, el de alardear sobre determinadas disciplinas del conocimiento geográfico, ni el de adjudicar exacta categoría de geopolí cas a unas reflexiones que si algún carácter enen es el de ser profunda y fervorosamente chilenas y patrió cas. Asimismo, queremos expresar que si la Geopolí ca, como ciencia geográfica del estado, ha estudiado a éste y preferentemente bajo el punto de vista del espacio, hemos tenido la intención de

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plantear un interrogante más, con respecto a Chile, bajo las proyecciones de su ubicación geográfica privilegiada; ribereño del más grande de los océanos: El Pacífico, integrante de América, que juzgamos corazón de futuras y trascendentes estructuraciones de orden polí co y social.85 En 1953, Ramón Cañas, publicó "El Valor Geopolí co de la Posición Antár ca de Chile",86 donde concluye, que los chilenos necesitan comprender las posibilidades e impera vos de su posición sobre el Pacífico y la trascendencia de su posición antár ca frente a un nuevo mundo en plena estructuración. Las relaciones y mercados del futuro sobre tan extensos y prometedores sectores, estructurar su economía (potencial agrícola o industrial) para servir esas posibilidades; organizar sus transportes marí mos y aéreos (Geogra a de las Comunicaciones); y muy en par cular, apresurarse a asegurar la absoluta soberanía sobre los territorios antár cos de su dependencia, y sólo entonces, coordinar su economía, con países 85

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Meirelles Muller, Carlos, Antología Geopolítica de Autores Militares Chilenos, Santiago: Centro de Estudios e Investigaciones Militares, 2000, p. 134.

Cañas Montalva, Ramón, "El Valor Geopolítico de la Posición Antártica de Chile", Revista Geográfica de Chile "Terra Australis", Santiago: Instituto Geográfico Militar Nº 9, 1953, pp. 11-16.

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como Argen na cuya notoria intención radica en el aprovechamiento de factores absolutamente propios y determinantes de nuestra grandeza, como los que hemos señalado. Además, propicia el intercambio entre Chile y Argen na; pero, bajo los postulados del ideal bolivariano en lo que a unidad se refiere, y en los de tonalidad esencialmente democrá ca como sostuvo O”Higgins, el gran Libertador del Pacífico.

En consecuencia dice, los acuerdos, no deben, en ningún caso, invadir o lesionar campos y mercados del Pacífico priva vos absolutamente de nuestra órbita de influencia. Sólo de una repar ción sana y equita va de las "misiones estratégicas" como de las "ventajas económicas" entre países, par cularmente si son vecinos, podrá nacer el buen entendimiento y el afecto capaz de lograr la unidad que todos anhelamos muy sinceramente.87 En 1960, prediciendo el posterior conflicto entre Chile y Argen na (1978), difundió "Trascendencia Geopolí ca del Canal Beagle", e indicó, que se debe contrarrestar la acción que Argen na man ene a través de notables y permanentes actos de soberanía, como también la sistemá ca campaña sobre la inclusión aparecida en mapas, cartas pográficas y hasta en estampillas de correo de regiones chilenas 87

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Ibíd.

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del área Beagle como parte integrante de su territorio. Advierte, respecto de chilenos indiferentes a problemas trascendentes a la soberanía nacional, que son pequeños y ru narios en sus apreciaciones sobre el exacto valer de territorios, debidamente apreciados y poblados por esfuerzo y la inicia va par cular de los magallánicos: una roca, por árida que sea, es interesante y debe ser poblada, si es un punto necesario (…..) Por nuestra parte, insis mos en el valor indiscu ble de esas islas como lo son hasta los más insignificantes retazos del suelo de Chile.88 General Augusto Pinochet Ugarte Como lo señalamos, el texto de geopolí ca de mayor difusión del general Pinochet es Geopolí ca.

Diferentes Etapas para el Estudios Geopolí co de los Estados (1968), que luego derivara en Geopolí ca, que en varias ediciones e idiomas se propagara durante su periodo como Presidente de la República de Chile.

Valga eso sí recordar, que el primer aporte de A. Pinochet es en el área de la Geogra a Militar y se concreta en 1953, con Síntesis Geográfica de Chile, 88

Cañas Montalva, Ramón, "Trascendencia Geopolítica del Canal Beagle", Revista Geográfica de Chile “Terra Australis", Santiago: Instituto Geográfico Militar Nº 18, 1960, pp. 6-20.

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Argen na, Bolivia y Perú, que en aquel entonces "el capitán Augusto Pinochet Ugarte", fuera felicitado por el Ministro de Defensa Nacional por Bole n Oficial Nº 29 de 20 de julio de 1953. Además, en la segunda edición, quedó constancia de los elogios propinados a la obra de A. Pinochet de parte de los españoles José Díaz Villegas y Alfredo Sánchez Bella, entre otros.89 A diferencia del general Ramón Cañas, el general Pinochet incursionó literariamente mucho más temprano.

En 1994, en la Academia de Guerra, el Ejército organizó un seminario que denominó: "Conquista y Consolidación de las Fronteras Interiores: una tarea del Ejército", oportunidad en la que se le expuso a las autoridades de gobierno un estudio sobre aquellas áreas del país que se diferenciaran del resto del territorio nacional por cons tuir zonas del país que no estuvieran vinculadas total y efec vamente a la acción del gobierno, áreas geográficas de Chile donde se dificultara el desarrollo de las ac vidades humanas y produc vas, por su distancia del núcleo vital; zonas del país donde predominara la ausencia 89

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Pinochet Ugarte, Augusto, Síntesis Geográfica de Chile, Argentina, Bolivia y Perú (2º Edición corregida y aumentada), Santiago: Instituto Geográfico Militar, 1963.

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de vías de comunicación; áreas del territorio nacional donde persis era la influencia económica y cultural extranjera; localidades del territorio nacional donde la percepción ciudadana fuera la de postergación del resto de la población nacional.

Además y derivado de lo anterior, se determinó en forma preliminar la existencia de 29 (vein nueve) zonas de fronteras interiores, las cuales fueron calificadas en los rangos de: Crí cas: Cuando, entre otras, sus condiciones antrópicas, de infraestructura y de servicios se encuentran en desmedro y presentan rasgos naturales extremos, dificultándose la accesibilidad, la habitabilidad, el auto sostenimiento, el desarrollo y la integración. Intermedias: En razón a que sus caracterís cas naturales y antrópicas las hacen tender hacia condiciones crí cas y no crí cas.

No Crí cas: Espacios desvinculados cuyas condiciones naturales siendo extremas han sido disminuidos por la acción del hombre.

Al cierre del evento, el general Augusto Pinochet manifestó: en el convulsionado mundo de hoy, cuando los países industrializados muestran indiscu bles tendencias geopolí cas asociadas con la expansión económica, procurando recursos y espacios para asegurar posiciones terrestres que avalen su

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crecimiento y les otorguen ventajas compara vas en la lucha comercial, la conquista y consolidación de nuestras Fronteras Interiores e Insularidades es una obligación patrió ca. Al hacerlo no sólo podrá incen var la inversión en esos territorios, sino que, además, mejorar las condiciones de vida para los que allí viven, asimismo permi rá ir superando vulnerabilidades a la seguridad que la existencia de estas insularidades conlleva. Si no lo hacemos, los chilenos del presente estaríamos abandonando sin ninguna posibilidad de retorno esta oportunidad presente de conseguir los beneficios de ese mismo desarrollo, negando a las generaciones del mañana las capacidades seguras y suficientes para disfrutar de una mejor calidad de vida y de contar, a la vez, con mayores condiciones para desenvolverse en el campo de sus aspiraciones.90 El Presidente de la República de aquel entonces, don Eduardo Frei Ruiz-Tagle, señaló, que en el origen del enclaustramiento de las fronteras interiores estaba la huella de diversas estrategias de desarrollo que el país ha hecho suyas para desarrollarse a través de su historia republicana, anunciando solemnemente que el gobierno acogía la propuesta del Ejército sobre las 90

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Pinochet Ugarte, Augusto, "Conquista y Consolidación de las Fronteras Interiores: una tarea del Ejército", Memorial del Ejército Nº 445, 1994, p. 101.

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fronteras interiores y para concretar tal decisión, se encomendó al Ministerio de Defensa el estudio y la implementación de una Comisión Nacional que, como instancia de coordinación, incorporara la perspec va de las fronteras interiores dentro del ámbito de las polí cas gubernamentales, como una contribución al desarrollo nacional.

A par r de aquel entonces, la planificación y dictación de polí cas correspondientes, quedó radicada en las autoridades de gobierno y par cularmente, en la Subsecretaría de Desarrollo Regional del Ministerio del Interior.

En el contexto de las perspec vas sobre el futuro de Chile, destaca por parte del general Pinochet, su discurso de clausura con mo vo de las "Primeras Jornadas Académicas e Internacionales de Geopolí ca" efectuadas en la Academia de Guerra del Ejército en 1997. Oportunidad en la cual A. Pinochet denominó su discurso "Visión Geopolí ca de Chile. Pensamiento y Acción",91 donde además de dejar de manifiesto la evolución del pensamiento y acción geopolí cas en Chile, se refiere a los futuros desa os geopolí cos señalando: 91

Disponible en la Biblioteca "Augusto Pinochet Ugarte". Ejército de Chile, Academia de Guerra.

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Hay un desa o que no impone la naturaleza y es el más grande a salvar, de los múl ples que conforman los problemas del Estado y la sociedad. Este es la educación. La principal discusión que veo en el futuro es qué po de educación queremos tener y queremos darnos los chilenos. Creo que hay pleno acuerdo en que ése es el gran tema a discu r. Se trata de lograr un gran consenso, en amplitud y en profundidad, para concretar un proyecto que concierna a toda la sociedad. Un pueblo sin formación valórica y moral "basado en principios inmutables, que obedezca a la tradición cris ano-occidental, en que se inscribe la inmensa mayoría de la población del país– podría llegar a conver rnos en económicamente muy solventes, pero dramá camente febles en lo é co, cultural y educacional. No puede ir disociado el progreso material –justo y necesario, en toda época– con el consiguiente progreso espiritual. La educación es prioritaria.

Los Estados crecen, conforme aumenta la capacidad ciudadana y la cultura de sus habitantes.92 92

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Pinochet Ugarte, Augusto, "Visión Geopolítica de Chile.

Pensamiento y Acción", Discurso de clausura del Comandante en Jefe del Ejército, con motivo de las Primeras Jornadas Académicas

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Otro aspecto en que me permito insis r dice el general Pinochet, es el de con nuar en la conquista de las úl mas fronteras interiores de Chile, terminando con las insularidades geográficas con nentales, en el sector sudamericano del país. Además, indica es del mayor interés la preservación del medio ambiente: No podríamos aspirar los chilenos a ser un país desarrollado si no vamos a tener, en el futuro, la posibilidad de vivir en armonía con la naturaleza y los ecosistemas.93 Luego, y después de hacer una reseña de las caracterís cas de las relaciones internacionales actuales (1997), indica que el desa o del próximo siglo para Chile es cómo insertarse en un sistema difuso, mul rrelacionado, y sin atarse a pactos ni alianzas estrechas: Nuestra realidad geopolí ca nos indica que pertenecemos al mundo americano; con una creciente presencia en el mundo asiá coPacífico y con fuertes lazos culturales, raciales, históricos, emocionales y económicos con Europa Occidental. Chile está inserto, 93

Internacionales de Geopolítica, Santiago: Academia de Guerra, 4 de septiembre de 1997, p. 22.

Ibíd., p. 23.

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básicamente, en estos tres mundos, y con los tres deberá interactuar armónicamente, en procura del logro de sus intereses nacionales y, por sobre todo, para el bienestar de su pueblo. Como siempre, Chile deberá moverse entre la restringida área, que la influencia no deseada del gigante del norte deja a los países de su órbita geográfica, y los amplios espacios de la región Asia-Pacífico y de Europa.

General Julio Canessa Robert En 1974, el general Julio Canessa Robert, organizó el Comité Asesor de la Junta de Gobierno y la Comisión Nacional de la Reforma Administra va, CONARA, la que presidió hasta 1980. En 1975 se desempeñó en la presidencia del Centro La noamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD. En 1986, integró la Junta de Gobierno en representación del Ejército. Entre 1987 y 1990, trabajó en la “Chilean Trading Corpora on” con sede en Nueva York, donde fue presidente. En 1998 fue designado por el Consejo de Seguridad Nacional, COSENA, senador Ins tucional, período 1998 a 2006; integró la Comisión Permanente de Gobierno, Descentralización y Regionalización; la de Trabajo y Previsión Social; la de Defensa Nacional y la Comisión Permanente Revisora de Cuentas.

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En 1982, el general Canessa publicó "Visión geopolí ca de la regionalización chilena",94 donde define la importancia y el marco geopolí co del proceso de regionalización chileno, y se refiere en extenso a sus proyecciones polí cas, sociales, económicas y administra vas. Específicamente indica, que el proceso de Regionalización de Chile, no es una simple división geográfica del país, sino que obedece a obje vos geopolí cos, por los graves problemas de desvinculación geográfica, la presencia de vastos espacios vacíos que atentan contra la Seguridad Nacional, el desequilibrado desarrollo de las diversas áreas geográficas y la "macrocefalia" metropolitana en desmedro de importantes zonas geográficas deprimidas y la generación de cordones de miseria alrededor de los grandes centros urbanos.

El general Canessa analiza cada una de las regiones del país y entre otras materias destaca el rol de la Región de Tarapacá y su vínculo con el corredor Arica-Santos; de Antofagasta su rol relevante porque es y será por empo indeterminado la principal puerta de salida de las riquezas mineras; de Copiapó resalta el potencial minero; de Aysén su capacidad generadora de energía; de Magallanes sus recursos 94

Canessa, Julio, "Visión geopolí ca de la regionalización chilena", Polí ca y Estrategia Nº 24, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1982, pp. 13-35.

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naturales, ganaderos, pesqueros y mineros, entre otras materias de cada una de las regiones de Chile.

Concluye su estudio señalando, que la fórmula chilena de la Regionalización incita la consolidación de las bases de la unidad nacional y la plena integración e interrelación territorial, en un previo reordenamiento geográfico y de los factores dinamizadores que de él dependen, a fin de que aseguren a todo el país un crecimiento equilibrado y un desarrollo económico, social y cultural sostenido.

La esencia de la regionalización chilena es readecuar el espacio geográfico tanto en el plano administra vo como polí co, a fin de que la nueva formulación polí co–administra va y las en dades que genere faciliten y es mulen la par cipación de la comunidad organizada en la decisión y manejo de su propio des no, sin quebrantar la tradición unitaria del país.

Además, manifiesta, que la regionalización permite abrir las puertas del intercambio cultural, social y económico, hacia las extensas y ricas áreas colindantes del Cono Sur del con nente americano, de modo que las diversas regiones del país cons tuyan su nexo natural con las naciones ribereñas del océano Pacífico, que se proyectan con especial significación en el mundo del mañana. Chile se modernizó a

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través de la fórmula fecunda de la regionalización, lo que junto con fortalecer su Poder Interno, asociando a toda la comunidad organizada al quehacer nacional, le ha permi do además transformarse en un pilar realmente sólido dentro de la comunidad internacional a que pertenece, cuyo futuro depende básicamente de su oportuna y opera va integración.95 Luego agrega, que la renovación global, sistemá ca, gradual y sostenida de la sociedad chilena, de la cual el proceso de Regionalización es uno de sus soportes básicos, le ha permi do a Chile, recuperar su verdadera independencia. En efecto indica, la diversificación de exportaciones y de importaciones, fortalecida por la emergencia de nuevos y diferentes centros de atracción mundial han permi do impulsar con plena soberanía, su modelo polí co, económico, social y administra vo.

Finalmente señala: An cipándose al hecho ineludible de la transferencia del centro de gravedad mundial hacia el Pacífico, nuestro país ha iniciado, con singular éxito, un estrechamiento progresivo de vínculos con 95

Ibíd., p. 234.

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las naciones más importantes ubicadas en este océano, entre las cuales, hay potencias de extraordinaria estatura, y otras que comienzan a emerger y cuyas perspec vas son inconmensurables. Esta ac tud de Chile, ha encontrado una natural reciprocidad, es mulada por el hecho de que aquellas naciones han comprendido este cambio trascendental en la geopolí ca mundial. Por otra parte, ellas valoran la privilegiada posición geopolí ca de Chile, que lo convierte en uno de los frentes portuarios más importantes del Pacífico Sur, y le confieren un rol preponderante en el acceso a ambos Océanos y en el próximo des no de las comunicaciones transpolares. Además aprecian en su justa dimensión las perspec vas de un país, que como Chile posee ingentes reservas de energía y de minerales estratégicos y que puede desarrollar sus fuentes de producción alimentaria, con énfasis en los productos del mar, en términos insospechados.96

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Ibíd.

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General Hernán Abad Cid Con ocasión del seminario de Fronteras Interiores donde expuso el general Pinochet (1994), el general Hernán Abad Cid, Comandante del Comando de Ingenieros del Ejército y Jefe del Cuerpo Militar del Trabajo, señaló, que desde 1603 el Ejército ha par cipado en la integración del territorio nacional, cons tuyéndose en un factor de unidad territorial y de integración nacional. Como ejemplo, destaca la ocupación efec va de la zona central, la pacificación del sur consolidando nuevos territorios con la conquista sucesiva de las líneas de los ríos Biobío, Malleco, Traiguén, Cau n y Toltén hasta llegar a Valdivia. La soberanía en el extremo norte del país y consolidación de la posición austral magallánica con Fuerte Bulnes en Punta Arenas.

Además, dice el general Abad, el Ejército contribuyó a la incorporación de Osorno y Llanquihue a la economía nacional, al desarrollo de la ciudad de Punta Arenas en el extremo austral; con núa contribuyendo a la evolución social y económica de las regiones nor nas, y, a través de la acción del Comando de Ingenieros del Ejército, coordinado con el Ministerio de Obras Públicas, en las X y Xl Regiones, materializando la obra de mayor envergadura en materia de construcción de caminos para unir a Chile.

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En el mismo sen do, señala el general Abad, en las úl mas décadas del presente siglo, ejemplos de decisiones y acciones en procura de la integración están en la regionalización como factor de fortalecimiento territorial y, consecuente con ésta, la descentralización y la desconcentración administra vas; las normas excepcionales para incen var la habitabilidad de espacios con bajos índices de población o vacíos, asociadas con atrac vas normas de explotación de recursos naturales y, de manera muy importante, las numerosas obras públicas que han permi do vertebrar una favorable densidad vial en beneficio de la consolidación de la unidad terrestre de la mayor parte del país. Además de lo expuesto, agrega, el Ejército de Chile en su calidad de ins tución fundamental del Estado no sólo se ha encontrado siempre presente en esos esfuerzos, sino que permanentemente se ha preocupado de analizar, definir y diseñar soluciones des nadas a la integración nacional.

La intención del Ejército, con nua diciendo el general Abad, es contribuir –con el catastro de fronteras interiores– a iden ficar la ubicación geográfica de los espacios del territorio en la plataforma con nental sudamericana, aún desvinculados del quehacer mayoritario del país y, por ende, de sus beneficios-

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Además, que el fenómeno de espacios desvinculados, cons tuye una realidad que debe incen var la materialización de acciones públicas y privadas concretas des nadas a conquistar y consolidar las úl mas fronteras interiores para asegurar la proyección económica del país y, asociada a ella, la del cono sur americano, hacia el océano Pacífico y el con nente Antár co: Ya que nada de lo que se pretende en el presente o se intente lograr mañana en tal sen do, podrá conseguirse sin una posición segura y soberana en el territorio con nental de Chile Sudamericano (…..) el propósito del Ejército es presentar estos antecedentes al conocimiento tanto público como especializado, a fin de obtener opiniones que, en conjunto con el proceso propio del proyecto de fronteras interiores ins tucional, permitan contar con la necesaria definición frente al fenómeno que nos preocupa que, en el caso del Ejército, está orientada por su tradicional aporte en beneficio del desarrollo del país.97 97

Abad Cid, Hernán, "Catastro Nacional de Fronteras Interiores de Chile", Antología Geopolí ca de Autores Militares Chilenos, San ago: Centro de Estudios e Inves gaciones Militares, 2000, pp.253-263.

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Brigadier Jaime García Covarrubias El Director de la Academia de Guerra y Doctor en Ciencias Polí cas y Sociología por la Universidad de Salamanca, brigadier Jaime García Covarrubias, hizo un estudio que denominó "Reflexiones sobre el Núcleo Vital de Chile",98 donde deja ver los problemas geopolí cos chilenos en relación con su población y recursos naturales, concluyendo que Chile posee serios problemas de orden geopolí co debido a que casi el 50 % su población se reúne en el 4.2 % de su territorio con nental americano, cons tuido por un poco más de 31 .000 km de las regiones V y Metropolitana.

Esa desproporción dice J. García, representa un desequilibrio que atenta contra el aprovechamiento de sus recursos naturales y de todo po quedan al margen del desarrollo como consecuencia de este fenómeno, en razón de que el Núcleo Vital es donde se concentra la mayor densidad de población y en esta zona se desarrollen las principales vías de comunicaciones y se instalan los poderes direc vos del Estado. En Chile, la población está ubicada en forma desproporcionada en el centro del territorio nacional.

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García Covarrubias, Jaime, "Reflexiones sobre el Núcleo Vital de Chile", Revista Chilena de Geopolí ca, Vol. 2, Nº 1, San ago: 1985.

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Ahora bien, expone el brigadier García, el núcleo vital “Per se”, creemos que no es necesariamente la zona de mayores recursos naturales, pero sí será la que obtenga los mayores beneficios de estos recursos: Las polí cas de regionalización impuestas por el Supremo Gobierno, han sido de gran beneficio para superar los problemas planteados de densidad poblacional y de mejoramiento de los efectos del núcleo vital, amén de que la construcción de la Carretera Austral llevará a incen var el asentamiento de pobladores en esas vírgenes erras; empero, aún queda el problema del volcamiento hacia el mar; es allí donde está nuestro des no. Desde el advenimiento del régimen militar en 1973, se han desarrollado serios intentos de implementar una Escuela Geopolí ca para nuestro país y entre las preocupaciones de ésta, tendría que estar contemplado estudiar múl ples asuntos, que básicamente se consideran en la an nomia mar - montaña, esto es lograr mejorar el desarrollo de nuestro espacio interior y la proyección desde nuestra ribera hacia la cuenca del Océano Pacífico.99 99

Ibíd.

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Brigadier Germán García Arriagada El brigadier Germán García Arriagada, autor entre otros ar culos de "La respuesta a un desa o: Carretera longitudinal austral" (1989), "Transformaciones del centro y este europeo y sus repercusiones transcon nentales”(1992) y "¿Quo vadis geopolí ca?" (2005), publicó en el libro La Carretera Longitudinal Austral, su impacto y proyección (1997), el ar culo "Visión Geopolí ca de la Carretera Austral",100 donde después de hacer una descripción de la carretera austral a la que denomina "gesta colosal" y de referirse a sus condiciones sicas, factores geohumanos y geoeconómicos, se refiere a la perspec va geopolí ca de la obra y concluye, que la problemá ca de Chile, con una geogra a considerada entre las más dificultosas del planeta, donde la respuesta a este desa o fue la construcción de la red vial austral: Réplica humana y técnicamente extraordinaria, proporcional al reto planteado por la naturaleza indómita.101 100

García Arriagada, Germán, "Visión Geopolítica de la Carretera Austral", Antología Geopolítica de Autores Militares Chilenos, Santiago: Centro de Estudios e Investigaciones Militares, 2000, pp. 272-291.

101 Ibíd., p. 28.

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La carretera longitudinal austral, ha puesto fin a la dependencia del transporte terrestre por territorio argen no, reduciendo la influencia vecinal en el área.

El enlace territorial permi rá robustecer y consolidar la conexión de sus pobladores, haciéndolos sen rse parte integrante, ac va y comprome da con el quehacer nacional, con todo el impacto emo vo y moral muy favorable que de ello se deriva. Pero, tal vez, el fenómeno geopolí co más importante se obtendrá una vez que se logre la con nuidad sica entre la Xl y XII regiones, produciendo la amalgamación territorial de toda la zona austral con el con nente. Así, Chile, un archipiélago geopolí co, en una posición doblemente periférico: en el extremo sur del con nente y en la margen sudoriental del océano Pacífico, puede ver finalmente consolidado su espacio terrestre y vertebrado, su hinterland meridional con el núcleo secundario magallánico (.....). Por otra parte, la polí ca de apertura hacia el Pacífico –otro hinterland por conquistar– que debe mantenerse e incrementarse, permi rá consolidar a la XI Región como un área de grandes recursos y capacidades para sustentar la proyección geopolí ca chilena hacia el sector sudorientales de la cuenca de dicho océano (.....). La carretera longitudinal austral es la vía integradora, pero su obje vo no está totalmente logrado todavía esta es tarea del mañana

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porque posee ese efecto de las grandes obras humanas para apreciarlas hay que mirarlas de cierta distancia en el empo, y de ello se ocupará la historia. Si bien la ruta austral sirve múl ples propósitos, la visión geopolí ca ene la ventaja de ser globalizante en las coordenadas espacio y empo. Si bien hay otros aspectos el análisis geopolí co permite incorporarlos en una visión de conjunto y trascendencia que valora la carretera austral, no sólo porque contribuye a dinamizar el desarrollo, sino que contribuye a engrandecer nuestro poder y presencia nacional; lo que, en consecuencia, repercute favorablemente en la seguridad nacional del país. La transformación de la geogra a y la respuesta a su desa o sólo ha podido producirse debido a un claro fortalecimiento de los factores que conforman el poder nacional del Estado, esto es, factores humanos, económicos, sicos, polí cos y militares. Junto con surgir la carretera longitudinal austral como una demostración de la capacidad nacional, su poder y presencia también tenderán a con nuar incrementándose por efecto de la consistencia geográfica que irá alcanzando Chile, producto de la evolución y desarrollo de la red vial austral en el empo.102

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Ibíd., pp. 287-291.

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Contribución del autor Sin intención de asemejarse a los aportes de los autores anteriormente referenciados, se ha es mado incluir una contribución del autor de este estudio, que en la misma perspec va de los anteriores –aporte al desarrollo nacional–, fuera publicada en el Cuaderno de Difusión Nº 28 año 11, San ago: Academia de Guerra, 2008; en la revista Military Review de la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército de los EE.UU, Kansas, 2009, y en el libro Escenario y Estrategia, 2010,103 que dice: “El obje vo de este ar culo, es por tanto hacer evidente algunas de las decisiones tomadas por las autoridades chilenas en las úl mas décadas, y que tendrán una influencia decisiva en el desarrollo y evolución del Estado. Se trata de explicitar las polí cas que, por sobre los intereses de un gobierno determinado, son importantes para el crecimiento de Chile e influyen en la dimensión de su poder nacional. Basado "principalmente" en este úl mo factor es la connotación geopolí ca que se le intenta dar a este ar culo a sabiendas que no coincidirá con el pensamiento de ciertos seguidores de esta disciplina, 103

Ortega Prado, Rodolfo A., Escenario y Estrategia, San ago (Chile): Academia de Guerra del Ejército, 2010.

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pero deberá entenderse que el vínculo pretendido está en directa relación con decisiones polí cas basadas en las par cularidades geográficas chilenas, y que la suma de ellas influyen en la evolución de Chile y su pasaje al desarrollo. Las estadís cas e informes internacionales indican que Chile es un país privilegiado. Esta posición privilegiada no ha sido obtenida por azar, ni por efectos de la economía de terceros, es el fruto de algunas polí cas de Estado.

1. Integración del territorio nacional La integración territorial de Chile está directamente relacionada con las fronteras interiores, con la conec vidad, y con la u lización racionalizada de los recursos que estas áreas comprendan. El Estado puede llegar con su acción benéfica a todo el territorio nacional siempre y cuando, primeramente existan, comunicaciones, carreteras, puertos, aeropuertos y seguridad.

En un programa con un horizonte al 2012 se inver rán 180 mil millones de pesos para la construcción de infraestructura marí ma en cuatro regiones: Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes, donde además se subsidiará a la empresa privada en la adquisición de naves de transporte de vehículos y personal.

Esta inversión ene por obje vo solucionar los

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problemas de transporte e integrar espacios del territorio nacional, que por su condición geográfica están postergados de los beneficios del Estado.104 La inicia va del gobierno es un megaproyecto de integración del territorio nacional, que involucra a áreas próximas a la frontera con Argen na (Campos de Hielo o Lago General Carrera).

La interconexión territorial-marí ma tendrá implicaciones comerciales, aumento y movimientos poblacionales, y un fortalecimiento de la soberanía nacional. La información inicial indica que las principales obras y licitaciones se realizarían en Calbuco-Isla Puluqui, Lago Tagua Tagua y la pasada de Maullín en la X Región; Puerto Ibáñez - Chile Chico, Caleta Tortel y Puerto Yungay en la XI Región.

La construcción de la carretera austral fue una decisión de Estado que ha sido mantenida e incrementada en los sucesivos gobiernos. En el portal del Ministerio de Obras Públicas (MOP) se indica que unir el territorio nacional por erra desde Arica a Magallanes dejó de ser una utopía. En un trabajo tánico y casi silencioso, el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) enfrenta a la dura naturaleza en el extremo sur del país en su labor de extender la Carretera Austral, para darles 104

Información preliminar en diario La Nación del 15 de abril 2008, "El plan más ambicioso desde la Carretera Austral".

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conec vidad terrestre a los colonos de la Región de Aysén, Magallanes y Antár ca chilena.

La proyección y trabajos a realizar, está dado por los convenios que periódicamente el CMT contrae con el MOP, antecedentes que se encuentran definidos en el úl mo Mandato Presidencial oficializado con fecha 09 de Abril de 2008, que cubre el período que va entre el año 2008 y 2015. Documento base que consolida los tres ejes viales principales, sobre los cuales, y conforme a la disponibilidad de recursos, se ejecutan los avances anuales que permi rán unir el país de norte a sur y de este a oeste.

El obje vo o propósito primario del Mandato Presidencial es dar término a la conquista de las Fronteras Interiores del país, mediante el desarrollo de obras viales y complementarias en las regiones de mayor aislamiento, evitando en lo posible que la acción del Estado se vea disminuida o simplemente no llegue a todos sus ciudadanos. En ese orden de ideas, es fac ble y oportuno señalar que dicha acción de apoyo al desarrollo se ejecuta a través de los siguientes ejes de acción: Ruta Andina, Ruta Costera Norte, Ruta Costera Sur, Carretera Longitudinal Austral y Caminos Transversales.

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En la Ruta Andina (Región de Arica-Parinacota) se con nuará construyendo en el sector de VisviriParinacota; cuya habilitación total del tramo permi rá unir en un futuro cercano el al plano chileno, entre las localidades de Visviri y San Pedro de Atacama. En la Región de Antofagasta, y también parte de la Ruta Andina, se con núa trabajando en el sector de Ollague-Collahuasi, camino que además de con nuar uniendo diversos poblados y localidades del Al plano, permi rá flexibilizar la actual red caminera, transformándose en una alterna va real y efec va a la Ruta Nº 5.

En la Ruta Costera Sur (Región de la Araucanía) se con nuará trabajando en el sector de TranapuenteMehuín-Queule, camino que permite sacar del aislamiento a una serie de caletas pesqueras, comunidades indígenas y a la vez, cons tuirse como una vía alterna va a la Ruta Nº5. En la Región de Los Lagos, se mantendrán los trabajos en el sector de Bahía Mansa-Estero Quilhue; acción que permi rá mantener la con nuidad de la Ruta Costera Sur, uniendo poblados y localidades aisladas con la capital provincial y regional.

Respecto a la Carretera Longitudinal Austral y sus caminos transversales en la Región de Los Lagos, los trabajos en el sector de Puelo-Paso-El Bolsón

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permi rá unir al sistema vial nacional un nuevo paso fronterizo con Argen na, aspecto que cooperará y facilitará la integración comercial, turís ca y cultural con ese país. En la misma Región, en el sector de Termas del Amarillo-Futaleufú, se construye un camino que permi rá flexibilizar las comunicaciones terrestres entre los poblados de Futaleufú - Palena y Chaitén con la ciudad de Puerto Mon , empleando para ello el sistema de trasbordadores, hasta la construcción defini va de la conec vidad terrestre entre en el sector Hornopirén - Pichanco-Pillán-Lago Río Negro.

En relación a la carretera Longitudinal Austral (Región de Aysén), el proyecto en el sector de Lago Brown-San Lorenzo-Entrada Mayer permi rá unir por el interior los poblados de Cochrane y Villa O”Higgins, situación que favorecerá la flexibilización vial necesaria para una basta zona con importante proyección en lo ganadero, agrícola y turís co.

En la Región de Magallanes y específicamente en el sector de Estancia Vicuña-Yendegaia se construye el úl mo tramo de la Carretera Longitudinal Austral, ruta que permi rá el desarrollo de bastos sectores de la Isla Grande de Tierra del Fuego y su proyección hacia Puerto Williams.

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En general, las obras antes señaladas buscan hacer de Chile un con nuo terrestre con nental longitudinal, que le permita superar progresivamente el desmembramiento de algunos sectores nacionales, fortaleciendo importantes espacios de reserva en la ocupación poblacional y desarrollo territorial, con lo que se ende a consolidar la conquista de las Fronteras Interiores, abriéndose nuevas opciones y posibilidades para que el Estado impulse medidas de desarrollo y preservación de las regiones más aisladas.105 En 2006 se anunció el Plan de Desarrollo Integral para Chiloé, que contempla la aplicación de polí cas públicas en una amplia variedad de áreas. Entre ellas están: infraestructura, educación, salud y electrificación rural. Se trata de una de las mayores inicia vas para el desarrollo de la isla en las úl mas décadas. En total se inver rán 270 mil millones de pesos, de los cuales casi un 75% serán materializados por el Ministerio de Obras Públicas hasta el año 2012.106 Esta significa va inversión no implica que haya pasado al olvido la proposición de construir un puente sobre 105 106

Información proporcionada por el Departamento de Planificación y Control del Comando de Ingenieros del Ejército.

Información disponible en http://www.vialidad.cl/animación/ chiloé/ planchiloe.html. Ingreso el 12 MAY 2008.

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el Canal Chacao. El actual gobierno ha manifestado que el aislamiento geográfico de la Isla de Chiloé plantea en la actualidad serios inconvenientes para el desarrollo económico y social de su población. El mejoramiento del sistema actual de cruce tendría una incidencia directa no sólo en el bienestar y calidad de vida de los habitantes de la zona, sino además en el aumento del flujo turís co y mejoramiento en el abastecimiento y suministros de bienes e insumos, creando de esta manera condiciones apropiadas para el desarrollo económico y progreso de la Isla de Chiloé.

Inicialmente, los costos involucrados han obligado a las autoridades a posponer esta inversión, pero no se ha descartado. Las principales ventajas de esta conec vidad son: comunicar de manera permanente los centros urbanos y rurales de la Isla Grande de Chiloé con los centros industriales, de servicios y comercio en Puerto Mon , Maullín y Calbuco; integración del territorio nacional, lo cual le entrega a la isla la posibilidad de integrarse al desarrollo del resto del país; instalación de nuevas industrias e impulso del turismo con lo cual se crean nuevas fuentes de trabajo, cruce seguro del canal en 2.5 minutos, actualmente entre la cola del ferry y la travesía se cruza en 1 hora en empos normales.

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En verano estas operaciones pueden durar hasta 3 horas; materializar la unión de la Ruta 5 en el km.

1.080, su límite con nental sur, con la Isla de Chiloé, cons tuyendo de esta manera un eslabón esencial del enlace de la décima región; suplir el uso de los transbordadores lo que mejorará sustancialmente el empo de viaje hacia la isla y permi rá aprovechar este medio de transporte para sa sfacer demandas de otras localidades que di cilmente podrían comunicarse por otro medio.107 La forma alargada de Chile, unido a su desmembramiento en el sur y las con nuas sectorizaciones que imponen sus ríos y quebradas transversales, enen un efecto adverso para el desarrollo y para la acción beneficiosa del Estado.

Las decisiones que se han tomado para disminuir las fronteras interiores y para la conec vidad de todo el territorio son un esfuerzo inacabado. La persistencia y visión de las autoridades para paliar esta determinación geográfica ha sido constante y todos los años Chile disminuye sus espacios desconectados.

2. Ejes de Integración y Desarrollo o Corredores Bioceánicos 107

Información disponible en http://loslagos.vialidad.cl/obras%20 relevantes/pte _chacao/chacao_ principal.htm. ingreso el 12 MAY 2008.

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A inicios de la década de los noventa del siglo pasado se trató el tema de los corredores bioceánicos como la idea de conectar centros de producción con terminales portuarios, abriendo nuevas alterna vas logís cas para los flujos de comercio exterior. A fines del mismo periodo un experto en la materia indicaba: el desarrollo previsto para los corredores bioceánicos, par cularmente en el sector norte del país, contribuye al mejoramiento de las zonas extremas de nuestro país, dinamiza los espacios geográficos, valoriza geopolí camente el territorio y diversifica su produc vidad, potenciando así su cohesión territorial nacional, previendo una adecuada consolidación del espacio territorial.108 Siguiendo la misma lógica, pero en un concepto ampliado, en el marco de la Inicia va para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana IIRSA, se habla de "Ejes de Integración y Desarrollo" para concebir áreas comprensivas de uno o más corredores, donde se visualizan además de la conec vidad, las potencialidades produc vas que dan valor agregado a la complementariedad subregional.109 108

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Pontillo Juan, Mauricio, "Corredores Bioceánicos: los desafíos para Chile en el desarrollo y la defensa", en VV.AA., Memorial del Ejército de Chile Nº 462, Santiago: Departamento Comunicacional del Ejército de Chile, 1999, p.80.

Información disponible en http://www.difrol.cl/0107.htm.

Ingreso el 12 MAY 2008.

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Estos ejes consideran espacios de varios países asociados geográficamente, donde se augura una funcionalidad logís ca en sus conexiones existentes y potenciales. Al trazar estos ejes, se incluyen centros dotados de alta conec vidad, así como localidades más aisladas y de menor desarrollo. En este úl mo caso, la vinculación de los centros poblados más aislados de un país con las regiones de mayor desarrollo, o con el exterior, es una oportunidad para acceder a servicios básicos y al intercambio comercial, cultural y turís co.

De esta manera, localidades que no cuentan con las condiciones suficientes, pueden buscar nuevas formas de desarrollo bajo un concepto de complementariedad, que aprovechando la cercanía geográfica quedarán vinculadas entre sí por nuevas conexiones sicas. La necesidad de potenciar las posibilidades de conectarse representa un desa o para la implementación de plataformas logís cas que sa sfagan tales demandas. En este empeño, los países de América del Sur, han debido preocuparse de la creación de accesos terrestres y fluviales desde sus propios centros habitados y de producción hacia los puertos marí mos, generando además conexiones hacia el interior de la Región, en un concepto amplio de la integración sica comprensiva de diversos factores que intervienen,

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como la infraestructura, el transporte internacional, los controles fronterizos, entre otros.110 En el año 2009 un corredor bioceánico de 4.700 kilómetros unirá a Brasil, Bolivia y Chile. La carretera pavimentada permi rá el transporte de dos millones de toneladas por año entre el puerto brasileño de Santos, en pleno océano Atlán co, pasando por Bolivia, hasta llegar a los puertos de Arica e Iquique en Chile. En la actualidad el 75% del futuro corredor bioceánico está pavimentado. Chile inver rá 36,9 millones de dólares para mejorar la carretera de 192 kilómetros que une Arica con la población boliviana de Tambo Quemado, y 56,3 millones de dólares para 216 kilómetros entre Iquique y Pisiga en Bolivia. El gobierno boliviano deberá inver r 78 millones de dólares para la conexión vial Pisiga-Oruro, y tramitará un crédito de 260 millones de dólares para construir el tramo San Ma as-Concepción en el departamento de Santa Cruz. Brasil dispondrá de 132,8 millones de dólares para mejorar dos ramales de 2.525 kilómetros desde Santos hasta la frontera de Bolivia en Puerto Suárez y San Ma as.

Se ha indicado que lo más importante de este proyecto vial es generar mecanismos para una vinculación efec va, y facilitar el comercio internacional, ya que 110

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Bolivia está en el corazón de América y por tanto toda integración que considere a este país es vital para el área central de América del Sur.111 En el mensaje presidencial del 21 de mayo 2008, la presidenta indicó: en materia de pasos fronterizos y corredores bioceánicos, el año 2007 inver mos más de 22 mil millones de pesos, que entre otras inversiones, incluye el mejoramiento del paso Pehuenche y las obras de repavimentación del corredor bioceánico en Huara Colchane en la Región de Tarapacá. Pero debemos avanzar aún más. El año 2008 aumentaremos en más de un 60 por ciento la inversión en este po de obras.

En el año 2012 completaremos la ruta interlagos y en 2015 la ruta costera, en las que ya se está trabajando.

Se trata de más de cinco mil kilómetros de ruta, lo que permi rá el acceso a zonas de gran belleza escénica y alto valor turís co. Así generaremos ac vidades de hotelería, alimentación, transporte y cultura en cada región y rincón de Chile.112 Los ejes de integración o corredores biocéanicos son esenciales para el desarrollo de las regiones 111

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Información disponible en http://www.emol.com/noticias/ internacional/detalle/detallenoticias.asp? idnoticia=285534.

Ingreso 12 MAY 2008.

Información disponible en http://www.gobiernodechile.cl/ viewEjeSocial.aspx?idarticulo=23439&id SeccionPadre=119.

Ingreso el 22 MAY 2008

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administra vas, y para la relación internacional con los países vecinos, por las opciones de desarrollo e interdependencia que éstos representan. Con el anuncio del corredor desde el puerto brasileño de Santos hasta Arica e Iquique, se ha pasado de la buenas intenciones a los hechos.113 3. Energía Uno de los principales desa os de las autoridades chilenas, y que éstas analizan me culosamente por las significa vas repercusiones que ene para la economía, evolución y desarrollo de Chile, es el que se relaciona con la producción de energía que el país requiere para sa sfacer su demanda presente, y la que se requerirá en el futuro. La decisión no sólo implica variables económicas, sino que también medio ambientales, y por sobre eso, interpretar la postura nacional en la protección del escenario geográfico, la aceptabilidad para diversificar las fuentes energé cas y construir una matriz flexible, diversa y sustentable. Un ejemplo de ello, es el proyecto para la construcción de represas en Aysén. Algunos se han alineado con los propietarios de los territorios 113

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En 2009, el mayor Cristián Vial Maceratta, efectuó una investigación sobre este tema, que denominó: "Impacto del Corredor Bioceánico Arica-Santos en la XV y I regiones de Chile".

Su trabajo obtuvo una de las más altas calificaciones en su tipo.

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afectados y otros en los costos involucrados. Los menos argumentan que las hidroeléctricas no son necesarias para la demanda eléctrica de Chile, y que ésta podría sa sfacerse reduciendo la demanda. El tema es parte de un gran debate nacional, donde los grupos de interés incrementan sus influencias, y donde la responsabilidad y decisión final se ha centrado en la autoridad de gobierno. Lo cierto, es que Chile necesita cuando antes una polí ca altruista y consensuada que le permita con nuar y prever su desarrollo.

En diferentes regiones y países del planeta se ha manifestado el interés por construir nuevas centrales núcleo eléctricas de potencia para sa sfacer sus demandas energé cas. En el caso de Europa, países como Suiza, Francia, Inglaterra, Bulgaria y otros, han retomado el tema nuclear como una forma de dar cumplimiento a la cuota de disminución de las emisiones de CO2 suscritas en el Protocolo de Kyoto, como también paliar la escasez de hidrocarburos que se producirá en el mediano plazo, todo esto a pesar de los acuerdos alcanzados hasta hace un empo con grupos ecologistas que presionaron a los gobiernos para desincen var, reducir y cerrar las plantas nucleares que operaban en gran parte de Europa. Esta ac tud ene su explicación en que una gran can dad

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de países de la UE ve en la energía nuclear de potencia, su futura solución para paliar la escalada de la crisis que se avecina por la ex nción de los combus bles fósiles, que se es ma se comenzará a acrecentar a par r del año 2030.114 El gobierno italiano anunció en el mes de mayo 2008 la construcción a par r del 2013 de un grupo de plantas nucleares, poniendo fin a más de 20 años de prohibición de la energía nuclear: solamente las centrales nucleares posibilitan la producción de energía de forma segura, compe va, y considerando el medio ambiente, afirmó el ministro de Desarrollo Económico.115 El Comité de Estudios Nucleares del Ejército es parte de esta preocupación nacional. Sus estudios han permi do indicar que en el área energé ca nacional se aprecia un incremento notable en el desarrollo de proyectos de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), este fenómeno se produce porque de acuerdo a lo que es pula la Ley Corta II que incen va este po de energías, al año 2012 todas las compañías generadoras de electricidad deberán aportar al sistema un 5% de su generación con energías de esta 114

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Comité de Estudios Nucleares del Ejército de Chile Informe de Situación Nuclear Nº 1/2008 del período del 01 enero - 29 febrero de 2008.

El Mercurio, Cuerpo A, p.5 "Tras una prohibición de 20 años Italia vuelve a la energía nuclear, Santiago, 23 de mayo 2008.

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naturaleza, de lo contrario la empresa será objeto de multas y restricciones en su generación, lo que a la larga va a redundar en pérdidas. Esto representa un gran logro para el país, pero hay que reconocer que por este medio se genera poca energía, que el valor de los proyectos aumenta y que las zona aptas para su implementación son escasas. Por otra parte, llama la atención que Chile siendo un país esencialmente costero no invierta en ciencia y tecnología para estudiar el desarrollo de la energía mareomotriz, lo que podría significar un hito en el desarrollo para Chile, si se situara a la vanguardia en esta materia, tomando en consideración que el planeta erra está cons tuido en un 80% por océanos y mares.116 A nivel nacional se observa un cambio de ac tud en las autoridades polí cas, en el sen do de acrecentar de modo más decidido sus opiniones favorables para la futura adopción de núcleo electricidad en la matriz energé ca chilena. Ya no existe la tendencia discursiva de evitar el tema nuclear para no verse expuestos a conflictos de carácter polí cos e idealistas, sino mas bien ha exis do una apertura para abrir el debate a nivel nacional, impulsado por la preocupación que existe en el ambiente empresarial de ver encarecidos sus procesos de producción por falta de 116

Comité de Estudios Nucleares Nº 1/2008, op. cit.

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energía a costos razonables, lo que los hace menos compe vos en el área de las exportaciones y, por otra parte, la conciencia que existe en el gobierno de que si no se aborda el tema desde ya, el país se verá enfrentado a frenar su crecimiento. Este factor se ha visto incrementado por la crisis energé ca que impera actualmente a nivel mundial, donde países con escasos recursos energé cos "como es el caso de Chile", han visto como salida a su crisis, la adopción de la energía nuclear como solución palia va.117 Chile debe hacer el máximo de esfuerzos para construir centrales en base a hidroelectricidad, con nuar con los proyectos de gas natural licuado importado, a pesar de su costo, e iniciar decididamente los estudios para generar núcleo electricidad, tal como se está haciendo actualmente en el mundo, con la construcción de 34 centrales nucleares, lo que se puede observar claramente en las no cias provenientes de diferentes países y del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Por otra parte, no es conveniente la construcción de centrales térmicas a carbón, porque ellas generan gases de efecto invernadero, que en el corto plazo van a significar exigencias y sanciones económicas 117

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Comité de Estudios Nucleares del Ejército de Chile Informe de Situación Nuclear Nº 2/2008 del período del 01 marzo - 30 abril de 2008.

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de diverso po, que afectarán a las exportaciones y serán mo vo del juicio adverso de la comunidad internacional.118 4. Territorio Antár co La soberanía chilena sobre la antár ca es la única respaldada por tulos jurídicos de entre todos los países interesados en ella. No existe otro país en el mundo con tulos jurídicos y argumentos históricos o geográficos tan sólidos como los del territorio antár co chileno.

El Ins tuto Antár co Chileno (INACH) que vela por los intereses antár cos chilenos ene su sede en Punta Arenas. Según la información disponible en su página WEB desarrolla un Segundo Plan Quinquenal de Inves gación Cien fica para el período 20062010, con miras a cons tuirse en el eje de la ges ón cien fica antár ca nacional con la mayor proyección internacional y enfrentar los desa os de un nuevo Año Polar Internacional (2007-2008). Con sus equipos de inves gación, sus bases y refugios en el Territorio Antár co Chileno, su catastro de inves gaciones y publicaciones, INACH no está a la zaga ni tampoco preocupado de atesorar un pasado valioso, sino 118

Comité de Estudios Nucleares Nº 1/2008, op. cit

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comprome do con una visión del futuro.119 Este po de progresos son fundamentales para la defensa de los derechos antár cos de Chile, protegidos por el Tratado Antár co, pues el país ha conseguido avances y descubrimientos notables en el con nente blanco, conocimientos y fundamentos que después serán vitales para la validación de sus derechos, ya que Chile es uno de los pocos países en relación antár ca constante: nuestras ac vidades antár cas en el presente siglo han sido sin descanso y hemos tenido la sa sfacción de ser reconocidos en el mundo entero como una nación de indiscu ble jerarquía antár ca.120 Un interesante texto del geógrafo don Ricardo Riesco, es ilustra vo al concluir que la antár ca ha pasado a conver rse en uno de los macroproblemas de la geopolí ca mundial, ya que es un espacio del planeta que ene suficiente gravitación geoestratégica en términos posicionales, además de la dotación de recursos naturales. Por esta razón, la Antár ca es un ámbito que está siendo, y será a futuro cada vez más arduamente disputado: la legi mación a través de la 119

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Disponible en www.inach.cl/InachWebNeo/Controls/ Neochannels/Neo_CH6193/deploy /08.pdf. Ingreso el 29 de mayo 2008.

Polanco Nuño, Santiago, "Chile en el Continente Antártico", VV.AA., Memorial del Ejército de Chile Nº 326, Santiago: Departamento Comunicacional del Ejército, 1965, p.119.

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ac vidad cien fica se ha traducido, a la luz de la historia del tratado, en una incorporación abrumadoramente mayoritaria de países del hemisferio norte.121 La posición de Chile es privilegiada con respecto a la Antár ca, y así lo han entendido las autoridades.

Todos los esfuerzos realizados y los que se hagan en el futuro, son decisiones que implican repercusiones geopolí cas y estratégicas de gran importancia para Chile: esa realidad geopolí ca debe y puede ser contrastada por los países del hemisferio sur apoyados en su fundamento geográfico posicional. El cono sur de Sudamérica enfrenta al principal acceso antár co que es la Península Antár ca. El extremo sur del con nente africano, Australia y Nueva Zelanda deben coordinar lateralmente sus esfuerzos con el cono sur de Sudamérica y conformar un cinturón circumantár co controlador del acceso al con nente.

Las caracterís cas sicas y climá cas de la Antár ca, su ubicación rodeada por un cinturón oceánico subantár co determinan una valoración especial y única de los enclaves con nentales terrestres de la periferia.122 121

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Riesco, Ricardo, La Antár ca: algunas consideraciones geopolí cas.

Disponible en www.cepchile.cl/dms/ archivo_1268_1407/rev25_riesco.pdf -. Ingreso el 27 de mayo 2008.

Ibíd. p. 226.

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5. Migraciones En el documento sobre la historia de las migraciones en Chile que publica en la WEB el Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior se indica que: la visión del gobierno en materia migratoria se enfoca a regular la inmigración de manera que beneficie tanto a los inmigrantes como a las comunidades de origen (....) en los más importantes foros internacionales, se ha analizado la relación de este fenómeno con el respeto de los Derechos Humanos, su relación con el desarrollo, con la seguridad humana, dando un importante lugar a la contribución de los Estados para comba r los efectos nega vos que fenómenos de esta envergadura pueden producir tanto para sus protagonistas, como para las sociedades involucradas, si no existe una regulación del fenómeno por parte de agentes estatales y una sociedad civil atenta a apoyar a los protagonistas de estos procesos.123 Chile ha tenido diversas experiencias con las migraciones. En general las influencias culturales y económicas han sido posi vas. Sectores postergados del territorio nacional se han desarrollado gracias al esfuerzo mancomunado de inmigrantes y de chilenos de origen. La experiencia ha sido posi va, pero siempre 123

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Disponible en http://www.extranjeria.gov.cl/filesapp/ migraciones.pdf. Ingreso el 24 MAY 2008.

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el Estado ha tenido una par cipación ac va en la regulación y en el equilibrio que este po de situaciones aconseja.

Chile ha estado desarrollando una polí ca gubernamental solidaria, coherente y consistente en el tema migratorio, pero en concordancia con los requerimientos chilenos que pretende un desarrollo sustentable para todos y cada uno de sus habitantes, sin consideración de su nacionalidad.124 Actualmente la can dad de chilenos interesados por emigrar es menor. El país ha recibido una importante can dad de ciudadanos de Suramérica, en especial de Perú, Bolivia, Colombia y Argen na. La situación económica en esos países ha sido el detonante, y Chile ha solidarizado con ellos. Lo importante son polí cas nacionales que incluyan una perspec va geopolí ca de la evolución de la población chilena.

La tasa de crecimiento de la población chilena es del 0,94% anual, muy similar a la de los países desarrollados como EEUU y Canadá, y con tendencia a con nuar disminuyendo. Lo que sucede en otras 124

En los últimos años Chile ratificó la Convención sobre Trabajadores Migratorios y sus Familias; el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la Trata de Personas; y el Protocolo contra el Tráfico Ilícito de Emigrantes, complementarios de la Convención contra el Crimen Organizado Transnacional.

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partes del mundo con tasas de natalidad similares son un indica vo para las decisiones que en el camino de la migraciones se deberán adoptar: no hay que olvidar que detrás del fenómeno de la migración está la realidad de muchos seres humanos que, por dis ntas circunstancias "en oportunidades dramá cas" han dejado sus sociedades de origen en busca de mejores expecta vas. Pero, también, está el derecho de quienes forman una sociedad, a mantener sus costumbres, tradiciones y realizar sus propias aspiraciones.125 6. Mul culturalidad. Pueblo originarios El mul culturalismo promueve la no discriminación por razones de raza o cultura, la celebración y reconocimiento de la diferencia cultural así como el derecho a ella. Se ha concebido como una oposición a la tendencia presente en las sociedades modernas hacia la unificación y la universalización cultural. El mul culturalismo celebra y pretende proteger la variedad cultural, al empo que se centra sobre las frecuentes relaciones de desigualdad de las minorías respecto a las culturas mayoritarias.

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Piuzzi Cabrera, José, "Migraciones en el Cono Sur y en Chile: una aproximación sobre su realidad y efectos en lo social", en VV.AA., Memorial del Ejército de Chile Nº 455, Santiago: Departamento Comunicacional del Ejército de Chile, 1997.

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En este aspecto cabe mencionar la aprobación del Convenio Nº 169 de la Oficina Internacional del Trabajo; la aprobación de la ley que crea el espacio costero marino de los pueblos originarios; la indicación al proyecto que modifica la Ley Orgánica Cons tucional de Enseñanza; la aprobación de la reforma cons tucional sobre territorios especiales; la realización de un Dialogo Nacional con los Pueblos Indígenas; la concreción de una polí ca cada vez más progresiva de res tución de erras; el incremento del programa de Becas y Residencias para Estudiantes Indígenas; el mejoramiento del Programa de Salud Indígena; y la construcción de Jardines Infan les Interculturales. Todas estas medidas implican avances sustanciales para el mejoramiento de las condiciones de vida de los indígenas y para su plena incorporación a la sociedad en igualdad de condiciones.

El gobierno ha elaborado un Plan de Acción que se estructura en torno a tres áreas: a) Sistema polí co, derechos e ins tucionalidad; b) Desarrollo integral de los pueblos; y c) Mul culturalidad y diversidad. Cada área y eje temá co está detallado en un conjunto de acciones específicas. Su cumplimiento cons tuye el compromiso básico sobre el que se podrá construir el Pacto Social por la Mul culturalidad.

La implementación de este Plan de Acción no será

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posible si no se cuenta con la plena par cipación de los pueblos indígenas, de los medios de comunicación y de todos los ciudadanos en el esfuerzo de construir una sociedad mul cultural, en la cual se acepten las diferencias y se des erre toda forma de racismo y discriminación. Para concretar este Plan de Acción el gobierno instalará un Comité de Ministros para Asuntos Indígenas, y ha designado un Comisionado Presidencial que ene la responsabilidad de conducir el proceso.

El Plan se ha programado en el empo, iden ficándose las acciones que se desarrollarán en los próximos dos años, así como las que quedarán iniciadas para ser implementadas en años subsiguientes. Por cada tarea se ha iden ficado la ins tución responsable y los resultados esperados, los que serán objeto de un monitoreo de cumplimiento por el actual gobierno y por los próximos.126 7. Nuevas Regiones La división polí ca y administra va del país ene diferentes propósitos, y todos inciden en el desarrollo nacional en general, y en el de cada región en 126

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Información disponible en http://www.gobiernodechile.cl/ viewEjeSocial.aspx?idarticulo=22941&id SeccionPadre=20.

Ingreso el 22 de mayo 2008.

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par cular. En 1969, el Gobierno creó la Oficina de Planificación (ODEPLAN), con el fin de solucionar los problemas suscitados por la regionalización de la CORFO. La nueva regionalización pretendió que cada región contara con autonomía económica, generando doce regiones. En 1974 se creó la Comisión Nacional de la Reforma Administra va (CONARA) con la finalidad de solucionar los problemas de centralismo, mala distribución de los recursos económicos, administra vos y de la población. La regionalización fue puesta en marcha, creándose trece regiones, divididas en provincias y éstas en comunas.127 Entre las reformas a la Cons tución aprobadas en agosto de 2005 se contó la facultad de crear o suprimir regiones en el territorio nacional a través de una Ley Orgánica Cons tucional, de inicia va exclusiva del Presidente de la República. El Gobierno inició entonces la redacción de los proyectos de ley para concretar la creación de dos nuevas regiones: Región de Los Ríos y Región de Arica y Parinacota . Tras su aprobación en el Congreso Nacional, el 2007 se firma el estatuto de administración de las nuevas regiones de Arica y Parinacota y Los Ríos, bajo juramento se cons tuyeron los Consejos Regionales respec vos.128 127 128

Instituto Geográfico Militar http://www.igm.cl/37.

Regionalizacion.htm. Ingreso el 25 de mayo 2008.

Con la promulgación de la Ley Nº 20.175 se crea la Región de

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El significado de la creación de las nuevas regiones se relaciona con la instauración de dos nuevos espacios de administración, es decir objetos de preocupación estatal hacia los que se dirigirán esfuerzos financieros e instrumentales, instalándose la estructura ins tucional correspondiente al nivel regional. Con ello el Estado ene la posibilidad de operar con una estructura pública regional flexible, es decir adaptada a la realidad de las dos nuevas regiones. Por otra parte, se crea la posibilidad para los habitantes de las nuevas regiones, para que enfrenten su propio desarrollo y den inicio a la construcción de una iden dad territorial.129 La descentralización del país comprende un esfuerzo del Estado por el desarrollo equilibrado del territorio para terminar con las desigualdades regionales. Por tanto, se busca una redistribución de atribuciones y poder desde el centro hacia el resto del territorio, mediante la definición de una polí ca de descentralización, con la elaboración de un plan de modernización regional que contemple instancias de coordinación y reflexión. Sus principales obje vos se relacionan con la búsqueda de eficiencia en la

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Arica y Parinacota y mediante la Ley Nº 20.174 que crea la Región de los Ríos.

Información disponible en http://www.modernizacion.cl/1537/ article-175631.html. Ingreso el 22 MAY 2008.

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ges ón pública, el fortalecimiento de la democracia y par cipación ciudadana, y el desarrollo territorial integral. 130 8. Los acuerdos de libre comercio o asociaciones comerciales Un tratado de libre comercio (TLC) consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral para ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países par cipantes. En la prác ca consiste en la eliminación o rebaja sustancial de los aranceles para los bienes entre las partes, y acuerdos en materia de servicios.

En las úl mas décadas las autoridades chilenas ha optado por una economía abierta, compe va y orientada al libre comercio, disciplinada en el acatamiento de las norma vas internacionales y con una polí ca comercial compa ble con la rigurosidad en la ges ón macroeconómica. La estrategia se ha sustentado en el regionalismo abierto que incorpora la apertura unilateral, las negociaciones mul laterales, y las aperturas negociadas a través de acuerdos bilaterales.

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http://www.modernizacion.cl/1537/propertyvalue-25364.html.

Ingreso el 20 de julio 2008.

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En las negociaciones comerciales, Chile ha aspirado a conseguir acuerdos de amplio alcance, sólidas disciplinas, y mecanismos ins tucionales para la solución de controversias, todos ellos compa bles con la Organización Mundial de Comercio. Dichos convenios, par cularmente con los principales mega mercados, son imprescindibles para ingresar a ellos en condiciones iguales o superiores a los compe dores, consolidar dicho acceso, y asegurar reglas del juego estables. La experiencia de Chile muestra un vínculo preciso y posi vo entre exportaciones y crecimiento, entre acuerdos comerciales y dinámica exportadora, con una desviación de comercio reducida.

Estrechamente coordinadas, diversas agencias de Gobierno y Ministerios colaboran para alcanzar este obje vo siendo su más clara manifestación el Comité Interministerial para las Relaciones Económicas Internacionales.131 Entre 2002 y 2004 Chile ha vivido una etapa histórica relevante, en lo que respecta a acuerdos de libre comercio: se firmó el acuerdo de Asociación Polí ca y Comercial con la Unión Europea en noviembre de 2002; concluyeron exitosamente las negociaciones del TLC con Corea del Sur y Estados Unidos, firmándose 131

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Información disponible en h p://www.direcon.cl/index.php? accion=quienes_somos. Ingreso el 26 de mayo 2008.

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ambos Tratados en febrero y junio, respec vamente.

Asimismo, Chile y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), finalizaron las negociaciones para firmar un Tratado de Libre Comercio, en junio del año 2003.

Todos éstos han concluido sus trámites de ra ficación y están vigentes: el Acuerdo con la Unión Europea desde el 1 de febrero de 2003, el TLC con EEUU desde el 1 de enero de 2004, el de Corea del Sur desde el 1 de abril de 2004 y con EFTA desde el 1 de diciembre de 2004.132 A 2008 Chile man ene Tratados de Libre Comercio con Panamá, Japón, China, EEUU, Canadá, México, Corea, Centro América, Asociación Europea de Libre Comercio; Acuerdos de Asociación con Unión Europea; Acuerdos de Complementación con Argen na, Bolivia, Colombia, Ecuador, MERCOSUR, Perú, Venezuela; y Acuerdos de Alcance Parcial con la India y Cuba.133 Este amplio espectro de acuerdos y asociaciones permite promover una adecuada inserción de Chile en el mundo, mediante la negociación y administración de acuerdos económicos internacionales y la promoción de exportaciones de bienes y servicios nacionales.

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Ibíd.

Ibíd.

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El crecimiento, desarrollo y evolución de Chile dependen esencialmente de la producción nacional y de los productos chilenos que se puedan exportar.

9. Satélites ar ficiales El empleo de información satelital data de mediados del siglo XX. El primer satélite ar ficial fue lanzado por la Unión Sovié ca el 4 de octubre de 1957 y se le denominó Sputnik 1.134 Uno año después, en 1958, Estados Unidos lanza el Explorer 1, permi endo el descubrimiento de los cinturones de radiación de la Tierra. En los años siguientes se lanzaron cientos de satélites, la mayor parte desde Estados Unidos y desde la an gua URSS. En 1983 la Agencia Espacial Europea comenzó sus lanzamientos desde un centro espacial en la Guayana Francesa.

Los primeros pasos para obtener información satelital de una fuente propia los dio la Fuerza Aérea de Chile con los satélites experimentales Fasat Alfa y Bravo. En 2008 junto con la proposición de la creación de una agencia espacial chilena, las autoridades realizan las ges ones para la compra de un satélite que orbitará 134

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Desde el lanzamiento del Sputnik se han puesto en órbita innumerables satélites ar ficiales. En la actualidad hay satélites de comunicaciones, navegación, militares, meteorológicos, de estudio de recursos terrestres y cien ficos.

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el planeta y entregará valiosa información sobre Chile cuando pase sobre él. La información satelital ene una gran variedad de fines, principalmente cien ficos, tecnológicos y militares. Los satélites de comunicación se emplean para la transmisión de datos digitales e imágenes de televisión y comunicación telefónica. Los satélites meteorológicos fotogra an la Tierra a intervalos regulares en la luz visible y en el infrarrojo, y proporcionan datos a las estaciones meteorológicas de la Tierra, para la predicción de las condiciones atmosféricas de todo el mundo.

Los satélites de navegación permiten determinar posiciones en el mar y en erra, y ayudan también a la navegación en la localización de hielos y trazado de corrientes oceánicas. Existen sistemas de navegación que u lizan señales de varios satélites, proporcionando así localizaciones más precisas. El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de Estados Unidos, basado en 24 satélites, permite determinar la posición, la velocidad y el empo 24 horas al día en cualquier lugar del mundo. Su primer satélite fue lanzado en 1978. Otro sistema de navegación por satélite, de uso casi exclusivamente militar, es el sistema GLONASS, lanzado por la an gua Unión Sovié ca. Hacia 2010 entrará en funcionamiento Galileo, el sistema europeo de navegación, que constará de 30 satélites. En diciembre de 2005 se

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lanzó el Giove-A, el primer satélite de prueba de este sistema.

Después de medio siglo del lanzamiento del primer satélite en el mundo, Chile podrá acceder a información satelital. Todavía se desconoce el proveedor y las caracterís cas de la adquisición y servicios negociados por Chile, pero la decisión adoptada por las autoridades chilenas trascenderá la coyuntura polí ca, y permi rá que un amplio espectro de ins tuciones chilenas u lice información que beneficiará el desarrollo nacional.135 C. Comentarios La geopolí ca preserva el pensamiento clásico de su origen, pero su esfuerzo se ha centralizado en la contemporaneidad: el concepto es hoy usado con connotaciones estrictamente analí cas en estudios descrip vos y explica vos, desarrollados por geógrafos y teóricos de las relaciones internacionales.136 Esta ha sido la mejor expresión del reposicionamiento de la geopolí ca, como lo asevera el profesor 135

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En forma extraoficial en el diario El Mercurio de 15 junio 2008, pág D-12, se informa que el consorcio EADS Astrium fue seleccionado como fabricante.

Molina, Ignacio y Delgado, Santiago, Conceptos fundamentales de Ciencia Política, Madrid: Alianza Editorial, 2004, p.56.

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Germán García Arriagada al indicar la conveniencia de determinar qué materias son indispensables de conocer para un oficial de estado mayor, y propone entre otras: los pueblos originarios, el desarrollo de vías de comunicaciones, los corredores bioceánicos, integración vecinal y regional, medio ambiente y fronteras interiores.137 Pese a que G. García circunscribe este conocimiento a los oficiales de estado mayor, se es ma que sus planteamientos son extensos y proposi vos para una nueva perspec va de la geopolí ca.

La integración del territorio nacional; los ejes de desarrollo o corredores bioceánicos; la energía; el territorio antár co; las nuevas regiones del país (XIV y XV), la preocupación por las inmigraciones; la mul culturalidad y pueblos originarios; los acuerdos de libre comercio; y aspectos tan específicos como la adquisición de satélites ar ficiales son en defini va algunas de las materias que permiten una mirada diferente de la situación privilegiada de Chile. Por ello, se podría decir que la evolución del país ha estado precedida de decisiones polí cas que han incluido una perspec va geopolí ca.

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García, Germán, op. cit., pp. 54-55.

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Al arrimo de estas materias, la geopolí ca se está posicionando nuevamente en la polí ca nacional e internacional: la geopolí ca durante la mayor parte de su historia como disciplina ha tenido como objeto la búsqueda de las causas geográficas que estarían detrás de las relaciones entre Estados, o, de las verdaderas razones del comportamiento geopolí co de los Estados.138 Las autoridades están adoptando decisiones e implementando polí cas de Estado, que de una forma u otra incidirán en el desarrollo y evolución de Chile. La geopolí ca se mantendrá vigente en la medida que sobre la faz del planeta con núen presentándose fenómenos geográficos que, al influir en la vida de los hombres, reclamen la previsión de los conductores polí cos.139 En las úl mas décadas se han adoptado una serie de decisiones que se enmarcan en la acepción geopolí ca. La integración del territorio nacional y el acercamiento de las fronteras son una clara demostración de polí cas de Estado, que por sobre las circunstancias polí cas impactan en la evolución de Chile. En la medida que la perspec va geopolí ca 138

Agnew, John, Geopolítica una re-visión de la política mundial, Madrid: Trama Editorial, 2005.

139 López Ardiles, Marcos, "Geopolítica del Siglo XXI: Perspectivas de Amenazas", Memorial del Ejército de Chile Nº 450, Santiago: Departamento Comunicacional del Ejército de Chile, 1996, p.51.

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"con o sin explicitación del vocablo" sea la referencia de las autoridades para avanzar al desarrollo, es dable esperar que sus efectos posi vos se dejen ver en los próximos años.

Para terminar defini vamente con los cues onamientos que se le han realizado a la geopolí ca como ciencia belicista, es conveniente alejarla del discurso que primó después de la II Guerra Mundial.

En la medida que los análisis y estudios per nentes no antepongan las relaciones de conflic vidad y los manipulados intereses contrapuestos entre los países, será posible entender el valioso aporte que hace la geopolí ca al desarrollo nacional. Los países se están relacionando en un esquema de interdependencia y de cooperación. Reconocen que el conflicto tradicional está presente en las relaciones entre los Estados, pero también aceptan que los desa os comunes son más trascendentes para el desarrollo y para la preservación de la especie.

Los Estados son un organismo vivo. No cabe duda que éstos nacen y mueren, basta con ver la transformación que ha tenido Europa en los úl mos años, o la experimentada por la ex Unión de Repúblicas Sovié cas. Incluso el proceso de integración que está aglu nando a la Unión Europea es otra forma

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de evolución. Pero en este siglo esta expresión no encuentra su origen en el espacio vital, sino en la cooperación y en la mutua conveniencia de alcanzar el desarrollo a par r de procesos de integración que permiten unir esfuerzos en pro de desa os que son comunes. Los Estados evolucionan y otorgan mejores condiciones de vida a sus nacionales u lizando dos vías: enfrentando los cambios progresistas en consonancia con otros Estados, con los cuales comparte desa os y beneficios; y adoptando decisiones polí cas donde el Estado está primero, lejos de la demagogia y de la simple circunstancia.

Sucesivamente las autoridades chilenas han promovido polí cas que se enmarcan en una perspec va geopolí ca. Se han adoptado decisiones que han transformado a Chile, y han permi do que la población tenga una mejor calidad de vida, no han sido simples polí cas públicas, sino que han sido polí cas y decisiones de Estado. Desa os quedan muchos, pero con el esfuerzo sostenido como lo ha sido hasta la fecha, el futuro de Chile es auspicioso.

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COMENTARIOS FINALES Desde su fundación, la Academia de Guerra (1886) incluyó en sus programas curriculares la asignatura de geogra a y gradualmente las materias que ha comprendido han mutado. Fundamentalmente ha evolucionado la dimensión del espacio y los factores geográficos considerados. Inicialmente se circunscribió al análisis del terreno para la conducción tác ca, y luego a los países, áreas del mundo y diversos factores geográficos, como los concernientes a la geoeconomía y geopoblación. En un principio, el espacio de interés se limitaba a pocos kilómetros o directamente a la zona donde se daría la batalla, luego se extendió a los teatros de operaciones, teatros de guerra, Estados y con nentes.

En este proceso de cambios, la geopolí ca surgió como una disciplina ú l para la inves gación de los fenómenos mundiales y desa os nacionales, más aún cuando se presentaba adecuada para el estudio de las relaciones de poder y evolución del Estado.

Claramente, sus impulsores a par r de 1944, fueron Ramón Cañas Montalva, Humberto Medina Parker y Romeo Barrientos Rosas. Los dos primeros, profusos autores y exponentes, con dos singulares diferencias,

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Ramón Cañas Montalva era general a la fecha de sus primeras publicaciones, y sus aportes “aplicados” se concentran el territorio austral de Chile; Humberto Medina Parker era teniente coronel, y sus estudios se centralizan en el constructo teórico de la geopolí ca.

Con anterioridad a los citados, no existen antecedentes bibliográficos que permitan aseverar algo diferente, salvo aportes de “geogra a polí ca”, que dejan ver alguna semejanza con los posteriores que hubo de geopolí ca. Par cularmente, se puede observar en el texto del discípulo de Ratzel, Arthur Dix, Geogra a polí ca, Barcelona, 1929 (Reserva bibliográfica de la biblioteca Augusto Pinochet Ugarte), que define la geogra a polí ca como: ciencia que estudia la morada y esfera de poderío de los Estados. Su zona de observación es la superficie de la erra, contemplada como campo de ac vidad de las sociedad humanas y como escenario donde se desarrolla la vida de los pueblos organizados en Estados.1 Probablemente, los ar culos de R. Cañas y H. Medina, se gestan influidos por las publicaciones de Hans W. Weigert (Geopolí ca: Generales y geógrafos, 1943) y Joseph J. Thorndike, (Geopolí ca, 1943).

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Dix, Arthur, Geogra a polí ca, Barcelona (España): Editorial Labor, 1929, p. 9.

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Después de seis años de las publicaciones de R. Cañas y H. Medina, la conferencia dictada por el profesor de la Academia de Guerra, teniente coronel, Gregorio Rodríguez Tascón, La Geopolí ca y sus Teorías (1950), pasó a ser un hito en la Academia de Guerra, porque a par r de esta habría comenzado a estudiarse la geopolí ca como asignatura, más aún cuando no existen antecedentes de que Humberto Medina Parker o Ramón Cañas Montalva hayan sido profesores del Ins tuto. Incluso, R. Cañas no era tulado de Estado Mayor.

El segundo hito se produce a par r de la publicación del general Augusto Pinochet, Geopolí ca. Diferentes Etapas para el Estudios Geopolí co de los Estados, 1968, que se u lizó como texto de estudio en Chile hasta fines de la década de los noventa y aún se u liza en centros de estudios la noamericanos, como consta en la bibliogra a de los textos de Julio Pozzo Medina (Geopolí ca y Estrategia Aplicada, 2000) y de René González Moscoso (Nociones de Geopolí ca y Geogra a Limítrofe de Bolivia, 2011).

El aporte de Pinochet –duramente cri cado por Juan Cristóbal Peña (La secreta vida literaria de Augusto Pinochet, 2013)– ene el mérito de haber sido profusamente trasmi do, traducido y prác camente

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no hubo libro de geopolí ca en La noamérica que no lo incluyera en su bibliogra a o fuera con nuamente citado. Juan Cristóbal Peña también se preocupa de omi r lo que señala el general Pinochet en la Introducción, que se reitera: por úl mo, debemos decir que el material empleado proviene de numerosos maestros y pensadores nacionales y extranjeros, dejando la parte original reducida; por ello se considera que el mayor valor en trabajo se encuentra en el ordenamiento exposi vo con que se han presentado los antecedentes que componen estas materias.2 Además, cabe indicar, que tal como consta en la bibliogra a citada por el general Augusto Pinochet, otros autores influyeron directamente en él, como Robert Strauss-Hupé (Geopolí ca, 1945), Pierre Celerier (Geopolí ca y Geoestrategia, 1961), el citado Arthur Dik (Geogra a Polí ca,) y Jorge Atencio (¿Qué es la Geopolí ca?, 1965), entre otros.

En paralelo al estudio de la geopolí ca en la Academia de Guerra del Ejército de Chile, la asignatura se 2

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Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolítica: Diferentes etapas para el estudio geopolítico de los estados, Edición especial del Memorial del Ejército de Chile Nº 340 - 341, Santiago: Estado Mayor General del Ejército, Biblioteca del Oficial, 1968, p. 17.

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difunde en las principales universidades nacionales.

Par cularmente así lo hacen el general Ramón Cañas Montalva y los tenientes coroneles Humberto Medina Parker con Sangre y suelo de Chile. La geopolí ca en acción, 1948, y Gregorio Rodríguez Toscán, con La Geopolí ca y sus Teorías, 1950.

Después de los mencionados, el aporte principal a nivel nacional e internacional es el del general Augusto Pinochet, luego vendrían muchos más, como el coronel Julio von Chrismar Escu , Julio Canessa R., Agus n Toro D., Jaime García y el general Juan Emilio Cheyre, entre otros.

Ahora úl mo, dos aportes llaman la atención por su profundidad y consistencia, el del brigadier Germán García Arriagada (¿Quo Vadis Geopolí ca, 2005) y el estudio del mayor Rodrigo Candia Manríquez (Aproximación a la integración de América del Sur desde una perspec va geopolí ca y sus factores facilitadores y disociadores, 2011). El de Germán García está disponible en el Memorial Del Ejército de Chile Nº 476, de 2005. El del mayor Candia es singular y no se ha publicado aún, y en su trabajo establece los factores principales que actúan como elementos facilitadores y disociadores del proceso de integración en América del Sur. Para alcanzar este fin,

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analizó el fenómeno de la integración y su concepción geopolí ca orientada por los factores geopolí cos estables y variables que define el geopolí co José Felipe Marini; la base empírica que lo sustenta en sus componentes históricos, geográficos, socioculturales, económicos y polí cos, confrontados todos ellos con la experiencia de la Unión Europea como referente más notorio, para finalmente, lograr la iden ficación de los factores facilitadores y disociadores, concluyendo en general, que enfrentar un proceso de integración regional requiere sortear múl ples dificultades y una gran voluntad polí ca de sus promotores y gestores para engranar y viabilizar los diferentes intereses nacionales bajo un esquema o formula consensuada.

Destaca además, que el factor geográfico actúa mayoritariamente como desvinculante y disociador, al sumarse en éste, elementos que dificultan el proceso, tales como, la gran extensión territorial; la conformación morfográfica con su gran cordillera, sus zonas al plánicas y desér cas sus extensas zonas de selvas tropicales y ecuatoriales y de pantanales que limitan gravemente el asentamiento humano, su desarrollo y la construcción y mantenimiento de una red vial que intercomunique sica, económica y culturalmente en forma permanente y segura al subcon nente.

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Finalmente, cabe mencionar, a autores de otros países que han tenido una significa va influencia en los oficiales del Ejército de Chile, como: Julio Londoño (La visión geopolí ca de Bolívar, 1950; Los fundamentos de la geopolí ca, 1978), Daniel García Echeverry, (Geopolí ca antropológica y áreas de tensión mundial, 1984; Horizontes geopolí cos Colombianos, 1991), José Roberto Ibáñez Sánchez, (Teoría del Estado Geopolí ca y Geoestrategia, 1985), Pierre Gallois, (Geopolí ca. Los caminos del poder, 1992), José Felipe Marini, (El conocimiento geopolí co, 1991), Jean Vicens Vives, (Tratado general de geopolí ca, 1950) y André J.E. Hillion, (Espacios económicos y poder, 1978), entre otros.

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Arnello, Mario, "Visión geopolí ca de Chile en el año 2050", Memorial del Ejército de Chile Nº 433, Estado Mayor General del Ejército, San ago, 1989.

Barrientos Rosas, Romeo, Memoriales del Ejército Nº 206 y 207, San ago: Estado Mayor General, 1945.

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Chrismar Escu , Julio César Von, Leyes que se deducen del Estudio de la Expansión de los Estados, San ago: Ins tuto Geográfico Militar, 1968.

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Comité de Estudios Nucleares del Ejército de Chile Informe de Situación Nuclear Nº 1/2008 del período del 01 enero - 29 febrero de 2008.

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Comité de Estudios Nucleares del Ejército de Chile Informe de Situación Nuclear Nº 2/2008 del período del 01 marzo – 30 abril de 2008.

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García-Huidobro, Francisco, "Consideraciones geopolí cas de Chile", Polí ca y Estrategia Nº 10, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1978.

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Mar nez Busch, Jorge, El mar presencial, actualidad, desa os y futuro. Clase magistral dictada por el Comandante en Jefe de la Armada, Viña del Mar (Chile): Imprenta de la Armada de Chile, 1991.

Mar nez Busch, Jorge, Oceanopolí ca: una alterna va para el desarrollo, San ago (Chile): Editorial Andrés Bello, 1993.

Mar nez Busch, Jorge, Una mirada a la cuenca del Pacífico: realidades y perspec vas, San ago (Chile): Ins tuto de Estudios del Pacífico. Universidad Gabriela Mistral, 2004.

Medina Parker, Humberto, "Algunas orientaciones geopolí cas del general Haushofer", Memorial del Ejército Nº 203, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945.

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Medina Parker, Humberto, "El mago de la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 200-201, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944.

Medina Parker, Humberto, "La alta estrategia geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 206, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945.

Medina Parker, Humberto, "La Apreciación Geopolí ca del Espacio", Memorial del Ejército Nº 290, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945.

Medina Parker, Humberto, "La contribución intelectual a la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 216, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1947.

Medina Parker, Humberto, "La filoso a geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 219, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1947.

Medina Parker, Humberto, "La geogra a y la geopolí ca", Memorial del Ejército Nº 194-195, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944.

Medina Parker, Humberto, "La geopolí ca y las

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Medina Parker, Humberto, "La historia y las variaciones geopolí cas de los pueblos", Memorial del Ejército Nº 208, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1945.

Medina Parker, Humberto, “Las leyes para el crecimiento espacial de los Estados”, Memorial del Ejército Nº 196-197, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944.

Medina Parker, Humberto, “Rudolph Kjellen y sus perspec vas geopolí cas", Memorial del Ejército Nº 198-199, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1944.

Medina Parker, Humberto, "Sangre y Suelo de Chile.

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Molina, Ignacio y Delgado, San ago, Conceptos fundamentales de Ciencia Polí ca, Madrid: Alianza Editorial, 2004.

Ortega Prado, Rodolfo A., Escenario y Estrategia, San ago (Chile): Academia de Guerra del Ejército, 2010.

Peña, Juan Cristóbal, La secreta vida literaria de Augusto Pinochet, San ago: Debate, 2013.

Pinochet Ugarte, Augusto, “"Visión Geopolí ca de Chile. Pensamiento y Acción", Memorial del Ejército de Chile Nº 456, 1997.

Pinochet Ugarte, Augusto, "Conquista y Consolidación de las Fronteras Interiores: una tarea del Ejército", Memorial del Ejército Nº 445, 1994.

Pinochet Ugarte, Augusto, “Geopolí ca: Diferentes etapas para el estudio geopolí co de los estados", Edición especial del Memorial del Ejército de Chile Nº 340 - 341, San ago: Estado Mayor General del Ejército, Biblioteca del Oficial, 1968.

Pinochet Ugarte, Augusto, "Visión Geopolí ca de Chile. Pensamiento y Acción", Discurso de clausura

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del Comandante en Jefe del Ejército, con mo vo de las Primeras Jornadas Académicas Internacionales de Geopolí ca, San ago: Academia de Guerra, 4 de sep embre de 1997.

Pinochet Ugarte, Augusto, Ensayo sobre un Estudio Preliminar de una Geopolí ca de Chile en el año 1965, San ago: Memorial del Ejército de Chile, Biblioteca del Oficial, Volumen LXII, 1979.

Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolí ca (4º edición), San ago: Editorial Andrés Bello, 1984.

Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolí ca de Chile. Plan Alpaca, La Paz: El Cóndor Boliviano Editores, S/A. Pinochet Ugarte, Augusto, Síntesis Geográfica de Chile, Argen na, Bolivia y Perú (2º Edición corregida y aumentada), San ago: Ins tuto Geográfico Militar, 1963.

Piuzzi Cabrera, José, "Migraciones en el Cono Sur y en Chile: una aproximación sobre su realidad y efectos en lo social", Memorial del Ejército de Chile Nº 455, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército de Chile, 1997.

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Polanco Nuño, San ago, "Chile en el Con nente Antár co", Memorial del Ejército de Chile Nº 326, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército, 1965.

Pon llo Juan, Mauricio, "Corredores Bioceánicos: los desa os para Chile en el desarrollo y la defensa", Memorial del Ejército de Chile Nº 462, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército de Chile, 1999.

Rodríguez Tascón, Gregorio, "La Geopolí ca y sus Teorías", Memorial del Ejército de Chile Nº 238, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1950.

Thorndke, Joseph J., "Geopolí ca", Memorial del Ejército de Chile Nº 188-189, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1943.

Weigert, Hans W., Geopolí ca. Generales y Geógrafos, México: Fondo de Cultura Económica, 1944. // - //

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ANEXO Nº 1 BIBLIOGRAFÍA DE GEOPOLÍTICA EN LA BIBLIOTECA AUGUSTO PINOCHET UGARTE - ACADEMIA DE GUERRA (Aporte de autores militares - Ejército de Chile) Generalidades En el año 1976, se traslada la Academia de Guerra del Ejército, desde el an guo edificio de la Calle García Reyes, a las instalaciones donde hoy funciona, las cuales se encuentran insertas en el Campo Militar de la Reina del general “René Schneider CH.” La colección bibliográfica de la ACAGUE, se fusiona en ese entonces, con la del Estado Mayor General del Ejército, dando así origen a la Biblioteca Central del Ejército, centro de información de gran relevancia a nivel ins tucional durante esos años. En el año 1989, el ex Comandante en Jefe del Ejército capitán general Augusto Pinochet Ugarte, dona a la Academia de Guerra parte de su Biblioteca par cular, habilitándose un recinto dentro de este ins tuto

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para cobijar la primera entrega de volúmenes de este acervo bibliográfico. Se crea así, la Biblioteca Augusto Pinochet Ugarte.

Posteriormente a par r del año 2001, se unen a esta colección inicial, dos colecciones de bibliotecas que dejaron de funcionar como entes separados, la de la Biblioteca Central del Ejército, y la de la Academia Politécnica Militar, hito que la convierte en la unidad de información hasta el día de hoy, de mayor relevancia y magnitud del Ejército.

Gracias a la calidad y diversidad de su colección, ene un si al de merecido pres gio entre sus pares del ámbito castrense y del mundo académico nacional, manteniendo un ac vo intercambio de atención bibliográfica, con las principales bibliotecas y centros de documentación del país.

A la luz de las publicaciones registradas en la biblioteca de la Academia de Guerra, se puede apreciar, que en la década de los años cuarenta comienza a difundirse la geopolí ca, coincidente con los aportes de Ramón Cañas Montalva y Humberto Medina Parker. Luego es notorio el impulso en las décadas de los setenta y ochenta, periodo en el que el general Augusto Pinochet fue Presidente de la República y Comandante en Jefe del Ejército.

En la tabla siguiente, se observan los textos que

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tratan de geopol铆 ca y el a帽o de su publicaci贸n:

S[RR S[RS S[RT S[RU S[RV S[RW S[RX S[RY S[RZ S[R[ S[SR S[SS S[ST S[SU S[SV S[SW S[SX S[SY S[SZ S[S[ S[TR S[TS S[TT S[TU S[TV S[TW S[TX S[TY S[TZ S[T[ S[UR S[US S[UT S[UU S[UV S[UW S[UX S[UY S[UZ S[U[ S[VR S[VS S[VT S[VU S[VV S[VW S[VX S[VY S[VZ S[V[

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Elaboraci贸n propia Fuente: Aporte de la Biblioteca Augusto Pinochet Ugarte

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En el gráfico a con nuación, se puede observar la tendencia según can dades de libros, años y origen: PUBLICACIONES GEOPOLÍTICA BIBLIOTECA APU 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 1940-1949 1950-1959 1960-1969 1970-1979 1980-1989 1990-1999 2000-2013

Nota: La línea de color rojo (superior) representa el total de publicaciones sobre geopolí ca y con color azul (inferior) solo las nacionales.

En la biblioteca aludida es posible encontrar los más importantes textos y ar culos sobre geopolí ca, cuya autoría es de oficiales del Ejército de Chile, como los siguientes: Abad Cid, Hernán, "Catastro Nacional de Fronteras Interiores de Chile", Antología Geopolí ca de Autores Militares Chilenos, San ago: Centro de Estudios e Inves gaciones Militares, 2000, pp.253-263.

Arra a de la J., Osvaldo, "Conciencia nacional sobre

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el territorio antár co", Memorial del Ejército Nº 291, San ago (Chile): Estado Mayor General, 1959, p. 47.

Baeza Palacios, Héctor, "Geopolí ca graficada", Memorial del Ejército Nº 277, San ago (Chile): Estado Mayor General, 1957, p. 46.

Barrientos R., Romeo, "Geopolí ca y geogra a polí ca", Memorial del Ejército de Chile Nº 206, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército, V. VI., 1945.

Barrientos R., Romeo, "Geopolí ca"y geogra a polí ca parte II”, Memorial del Ejército de Chile Nº 207, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército, VII. VIII., 1945.

Barrientos R., Romeo, "La fron logía", Memorial del Ejército de Chile Nº 412, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército, 1983.

Barrientos R., Romeo, "La Organización de nuestro Ejército y la Geogra a Militar Nacional", Memorial del Ejército de Chile Nº 158, San ago: Departamento Comunicacional del Ejército, 1938.

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Cadenasso, Enzo, “El estado: nacional y territorial”, Revista de Estado Mayor Nº 1, Comité de Estado Mayor del Ejército, San ago: Ejército de Chile, 1989, pp. 105-109.

Candia Manríquez, Rodrigo, Aproximación a la integración de América del Sur desde una perspec va geopolí ca y sus factores facilitadores y disociadores, San ago (Chile): Academia de Guerra, 2011.

Canessa, Julio, "Visión geopolí ca de la regionalización chilena", Polí ca y Estrategia Nº 24, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1982, pp. 13-35.

Cañas Montalva, Ramón, "Estructuración geográfica de América, agrupación o confederación del Pacífico", Polí ca y Estrategia Nº 14, ANEPE, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1979, pp. 51-57.

Cañas Montalva, Ramón, "Estructuración geográfica de América. Agrupación o confederación del Pacífico", Memorial del Ejército de Chile Nº 232 San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1949/I. II.

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Cañas Montalva, Ramón, "Misión geográfica nacional", Memorial del Ejército de Chile Nº 219, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1947/ VII. VIII. Cañas Montalva, Ramón, "Reflexiones geopolí cas sobre el presente y el futuro de América y de Chile", Memorial del Ejército de Chile Nº 227, San ago: Estado Mayor General del Ejército, 1948/XI-XII, 1948.

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ANEXO Nº 2.

SÍNTESIS BIOGRÁFICA DEL CORONEL HUMBERTO MEDINA PARKER. PUBLICADA POR SERGIO E. LÓPEZ RUBIO EN EL ANUARIO DEL INSTITUTO DE CONMEMORACIÓN HISTÓRICA DE CHILE, Nº 8, 2003.

Nació en San ago el 23 de diciembre de 1901. Sus padres fueron el general Ernesto Medina Fraguela y doña María Mercedes Parker Honorato. Hermanos: Hortensia, Ester, Ernesto y María Mercedes.

Durante sus primeros años Humberto Medina estuvo en Cauquenes (1903) y Tacna (1904), por des naciones de su padre. En 1906, los sorprende

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el terremoto en Valparaíso, donde fallece su abuela Uldaricia Fraguela y Mardones.

Después del terremoto su padre es des nado por pocos meses a Berlín, Alemania, donde viaja con su señora y los tres hijos mayores, quedando Humberto y su hermana María Mercedes en Chile, al cuidado de la familia paterna. Al llegar a Berlín le comunican que su permanencia será de cinco años por lo que Humberto y su hermana deben viajar a reunirse con la familia. Viajan a cargo de un matrimonio amigo y coinciden en la travesía con un niño dos años menor, que más tarde se haría famoso internacionalmente como pianista: Claudio Arrau, quien junto a su madre iba becado a perfeccionarse a Berlín, ciudad donde también vivieron en edificios con guos.

Humberto fue alumno del Fichtegimnasium, donde se formaban los futuros oficiales de la Marina de Guerra alemana.

En 1912 parte con sus padres a París y al año siguiente vuelve a Chile. El 31 de marzo de 1917 ingresa a la Escuela Militar de la calle Blanco Encalada (San ago).

Después de cuatro años de estudios egresa en el arma de ar llería, el 14 de sep embre de 1920, con el grado de subteniente.

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Se presenta a la Escuela de Ar llería de Linares (curso), dando inicio a su carrera militar, sirviendo en varias unidades: Regimiento Nº 4 "Rancagua" de Arica (en dos oportunidades); "Chorrillos" de Talca; "Tacna" Nº 1 de San ago; Escuela de Caballería de Quillota (curso 1925); Escuela de Ar llería, Linares; guarnición de Lautaro, como ayudante del comandante; Grupo de Ar llería a Caballo Nº 2 "General Maturana" (1928).

En 1930 asciende a capitán, des nándosele a la guarnición de Los Andes, regimiento Andino Nº2.

Un año después se le encuentra en el regimiento Andino Mixto Nº 1 "Lagos" de Calama, luego de haber contraído matrimonio con la señorita Blanca Rosa Silva Godoy, en San ago, el 10 de marzo de 1932.

En 1934 sirve en el Grupo de Ar llería a Caballo Nº 3 "General Velásquez", denominado posteriormente "General Silva Renard". En el año 1937 se le nombra Ayudante de la Dirección de Material de Guerra.

En 1938 y hasta 1940 permanece como alumno de la Academia de Guerra, recibiéndose de Oficial de Estado Mayor. En 1942 se le designa Comandante del Grupo de Ar llería del Regimiento "Rancagua"

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de Arica, y Oficial de Operaciones. En 1943 asciende a teniente coronel y se le des na al Estado Mayor del Ejército, Departamento de Organización.

En los años 50 es Miembro de Número y Secretario General del Ins tuto de Conmemoración Histórica de Chile, siendo presidente don Enrique Vergara Robles y vicepresidente, don Alejo Lira Infante y don Guillermo Feliú Cruz. Como secretario, consigue traer a San ago, en 1956, las reliquias del úl mo oficial que falleció en la Guerra del Pacífico, en el combate de Pachía, el 11 de noviembre de 1883. Sus restos permanecían en el cementerio de Tacna hasta la firma del tratado en que dicha ciudad quedó para el Perú y Arica para Chile, al lugar se llevaron sus cenizas, lo que movería al coronel Medina para res tuir al héroe de Pachía a su ciudad natal de San ago.

Actualmente el cofre con los despojos del joven oficial yace en el Mausoleo An guo del Ejército en el Cementerio General, tras la placa de mármol original, que sus compañeros de guerra colocaran en el camposanto tacneño.

En este mismo lapso se destaca por sus variados escritos profesionales, con preferencia a la geopolí ca en el campo de los conocimientos humanos. A la vez

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dicta conferencias en la Universidad de Chile, como la tulada: “Sangre y suelo de Chile en geopolí ca en acción", y en la Universidad Católica: "Las variaciones geopolí cas de los pueblos". Asimismo, publica ar culos en revistas militares con temas como "Los precursores de la geopolí ca", "Apreciación geopolí ca del espacio", "La contribución intelectual de la geopolí ca y Filoso a", "Geopolí ca y biotécnica" (1971).

En su diversidad de estudios publicados, llama la atención un "Manual de idiomas: aymara, quechua y castellano", así como un trabajo biográfico que lleva por tulo: "Semblanza sublime: la vida del capitán Ignacio Carrera Pinto", el comandante de los 77 infantes de la compañía inmortal del 6º de Línea "Chacabuco", aniquilada en Concepción de la Sierra por fuerzas enemigas superiores.

Junto a otros catedrá cos funda la Escuela de Periodismo en la Universidad Católica. Se desempeña como jefe de estudios hasta 1966. Sus úl mos años los dedica a la lectura y convivencia con sus an guos compañeros de armas y consocios del Ins tuto.

Falleció el 21 de mayo de 1987, en San ago.

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Sentados en primera fila (izq a der): Crl. Ernesto Medina Parker, Gral. Div. Ernesto Medina Fraguela, Crl. Humberto Medina Parker. De piĂŠ en segunda fila (izq a der): Alf. Alejandro Medina Lois, Ste. RaĂşl Videla Medina

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ANEXO Nº 3 SANGRE Y SUELO DE CHILE. SU GEOPOLÍTICA EN ACCION (Transcripción textual) (Conferencia auspiciada por la Academia de Historia y Geogra a y dada en la Universidad de Chile).

Por el Teniente Coronel HUMBERTO MEDINA PARKER 1. PARTE I. INTRODUCCIÓN 1. Síntesis y Vida de la Geopolí ca La influencia que ha ejercido la Geogra a sobre la sociedad humana, ha sido explicada detenidamente varios siglos antes, de que se formularan las doctrinas geopolí cas. Heródoto escribía, que Ciro, Rey de los Persas, rehusó llevar a su pueblo a la conquista de erras más fér les, en vista de que un clima más suave le conver ría en gente más débil.

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En los albores del presente siglo, la ciencia geográfica experimentó la necesidad de coordinar sus diversos aspectos en una síntesis general, para restablecer la pureza del pensamiento geográfico, y sobre todo salvaguardar la unidad de su conjunto.

Esta depuración, encontró en el campo de los fenómenos biológicos y humanos, un brillante exponente, que lo podernos llamar “Paisaje Geográfico”. Este Paisaje es la síntesis e interpretación de estos fenómenos, producidos por las superestructuras humanas más elevadas de la civilización.

Esta nueva síntesis, que apareció con los nombres de Geogra a del Estado, Geogra a de la Historia, Geogra a de Guerra y por úl mo, como Geogra a Polí ca, ha adoptado el nombre de “Geopolí ca” el cual de modo rápido, ha logrado imponerse en los campos de la ciencia, de la literatura polí ca y del publicismo.

“Geopolí ca” es la traducción de la palabra alemana “Geopoli k” que, a su turno, salvo en las letras que la forman, se deriva de dos palabras griegas: “Geo” (la erra) y “poli k” (perteneciente al Estado).

Como muchas otras palabras sinté cas extraídas del

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griego, no enen significado en esa an gua lengua y pertenecen por completo, a la jerga cien fica de los empos modernos.

Rodolfo Kjellén, sueco, dio la base general de la “Geopolí ca” al presentar al Estado como forma de vida. Indicaba que la organización estatal de una colec vidad, influirla por el medio geográfico y desenvolviéndose en el mismo, no era un hecho está co sino un fenómeno dinámico, con las mismas vicisitudes, aspiraciones, exigencias y mecanismo fisiológico, que cualquier otro fenómeno de la Biología. En este aspecto, la Geopolí ca se orientó primeramente como ciencia del nacimiento, desarrollo, plenitud, declive y muerte de los Estados, entendiéndose bien que éstos eran expresión de la voluntad colec va (histórica) de un sector humano, que vivía intervenido, en cierta manera, por los fenómenos geográficos generales, que se producían en su ambiente par cular desde que Kjellén anunció por primera vez estos conceptos hasta la actualidad, o sea, en un período de vein siete años, el éxito de la nueva disciplina ha sido imprevisto por lo extraordinario. Pero este hecho no puede sorprender: es el mismo tono del Siglo XX que inspira las fórmulas básicas de la Geopolí ca, es la humanidad, que en un momento de crisis en los des nos del mundo,

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recapacita sus hechos anteriores y desea exponerlos en forma orgánica y sistemá ca, tratando de darle un hilo directriz, para su evolución y para su des no.

La Geopolí ca y la reconocida eficacia de su sistema en la difusión de las ideas polí cas y económicas más abstractas, han mo vado en los medios intelectuales, serias discusiones sobre la esencia y los fines de esta nueva ciencia.

Baste decir que se discute, a la vez, sobre su esencia y sus límites, desde la estrategia a la repoblación de los campos, desde las planificaciones a las ideas superestatales.

Sin embargo, hay dos campos de debate que son decisivos para determinar el carácter de la Geopolí ca. ¿Se trata una ciencia geográfica o es una ciencia polí ca? ¿Cuáles son los factores que la cons tuyen’?

Para fijar con precisión los términos de ambas cues ones, que en el fondo se reducen a un solo y único problema, digamos previamente, que la doctrina de Kjellén, ha producido dos escuelas: una de po puro y restringido a las normas fijadas por el sabio sueco (Hennig) y otra, de sen do y extensión

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más vastos (Haushofer). Para Hennig, La Geopolí ca es “el estudio de la intervención de los factores geográficos en los acontecimientos polí cos de la vida de los pueblos y de los Estados”. Para Haushofer, la Geopolí ca es la ciencia de la sangre y del suelo, en este mismo orden de precedencia, en cuyas consideraciones generales y siempre dinámicas, sobre el desenvolvimiento de las unidades y de los espacios geopolí cos, no sólo intervienen factores geográficos, sino además la estructura racial, los movimientos migratorios, las clases sociales, la densidad de población, la economía, el comercio y las comunicaciones internacionales. En resumen, la escala completa de las ciencias del hombre como base del edificio general geopolí co.

Y hemos llegado al momento, en que tenemos que dar una definición sobre lo que es “Geopolí ca”.

Nuestros estudios geopolí cos son todavía recientes en nuestro país y no pretendemos parangonarnos con hombres que han dedicado gran parle de su vida a esta ac vidad cien fica: pero en el transcurso de muchas lecturas de obras ajenas y en la redacción de algunos trabajos propios, publicados durante los años 1944 hasta el presente año, en el “Memorial del Ejército”, en los cuales reflexionamos sobre los problemas

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básicos de la Geopolí ca, hemos creído observar que los hechos geopolí cas eran tales, cuando tenían una adecuada plasmación cartográfica: real o subje va, pero cierta. Es decir, que la Geopolí ca solo podía estudiar cien ficamente los fenómenos geográficos e históricos, que tenían una expresión territorial dentro del marco de las grandes sociedades o de los Estados, más allá de los límites reducidos del “Paisaje Geográfico”. Y de la misma manera que la Geogra a Humana, hacía jugar el elemento hombre en el paisaje natural, la Geopolí ca, marcaba la huella de las sociedades en el espacio geográfico.

Si la Geopolí ca es una síntesis de las causas geográficas e histórica-polí cas de la dinámica espacial de las sociedades podemos decir: “La Geopolí ca es la visión consciente y doctrinada que desde un punto de vista biológico debe realizar un Estado en el espacio geográfico, a fin de es mular en la Nación, el desarrollo de su función orgánica, que le de vida y movimiento, en el campo cien fico, económico y espiritual.

Por encima de todo, hay que mantener con gran rigidez la diferenciación entre la “Geopolí ca” (totalidad) de la “Geogra a Polí ca” (parcialidad), ya que durante estos úl mos años, esta confusión ha provocado

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trabajos y esfuerzos inú les. La Geogra a Polí ca es la “está ca” de la configuración y distribución actual de las grandes potencias y de los Estados secundarios sobre la superficie terrestre, así como la Geogra a Histórica, es la Geogra a Polí ca de cada una de las épocas pasadas, que se escoja como significa va o interesante. Ambas representan un punto de descanso, de muerte. La Geopolí ca es siempre “vida y movimiento, cambio y transformación”; la actualidad geopolí ca sólo interesa en función de las fuerzas que actuaron ayer o como plataforma de los sucesos que acontecerán mañana. He aquí expresada en dos palabras la esencia ín ma de la Geopolí ca: “síntesis y vida”.

2. El Proceso biológico en la Geopolí ca El determinismo geográfico, como posición filosófica, había perdido día a día sus fuertes posiciones, hasta que la Geopolí ca, conjugando el factor geográfico con el racial, le ofreció una nueva y dilatada zona de actuación.

Si la Historia, de la Humanidad, desde el punto de vista geográfico, no fuese la lucha constante y victoriosa del hombre para dominar las fuerzas naturales y sujetarlas a una función económica provechosa para

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la sociedad: si el hombre hubiera de sen rse atado para siempre al mismo des no, y renegar, por lo tanto, de todos los esfuerzos mancomunados de las generaciones pasadas, no valdría la pena que mirara cara a cara al mañana, ni que tuviera inquietudes en su espíritu.

Todo fenómeno geográfico señala límites determinados para cada hecho biológico, fuera de los cuales éste degenera y muere. Dentro de estos límites se cons tuye el área de extensión de dicho proceso biológico, con un núcleo óp mo que reúne las condiciones que le son más favorables.

Análogamente, podemos hallar en la Geopolí ca núcleos óp mos, áreas de extensión y límites para determinados fenómenos, fijados, conjuntamente, por factores geográficos, históricos y polí cos, de los que si algunos son permanentes en el empo (nomadismo en las estepas auro—asiá cas), otros son transitorios y creados por el mismo curso de la evolución humana (desenvolvimiento del centro geopolí co polí co Támesis-Delta del Rhin), que ha detenido su curso, por haber desaparecido el fenómeno fijado por su factor geográfico y polí co, después de la Segunda Guerra Mundial.

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Por lo tanto, existe para toda sociedad organizada un campo de posibilidades nacido de la concurrencia geográfica, de la tradición histórica y de la necesidad presente: ocupar este campo plenamente geopolí co no es nunca imposición ciega, sino voluntad libre, percepción y tensión vital de aquella sociedad.

En otros términos podemos decir, que es a la tendencia geopolí ca la que le corresponde descubrir, valorar y exponer estas tendencias: a la sociedad, si las percibe, realizarlas. En este sen do la Geopolí ca es la ciencia contraria al fatalismo, como por ejemplo la tendencia filosófico fatalista del “Existencialismo” nuevo pensamiento francés contemporáneo, que se le ha llamado la “filoso a de la derrota” y que ha encontrado un campo muy propicio en Francia desangrada. Paul Jean Sartre, filósofo, escritor, novelista y dramaturgo francés, se inspiró en las teorías del teólogo danés Soeren Kierkegaard (18201890), para decir: “El hombre vive en la angus a, es una nada”. Su des no “no existe”. “Las fuerzas de la naturaleza actúan en él como pueden hacerlo en una planta o en un objeto cualquiera”.

Se puede decir que el “Existencialismo” llamado también “Sartrismo” es la filoso a más amarga y pesimista de todos los empos, que apasiona hoy día

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a los medios intelectuales más finos y profundos del viejo con nente.

La misma esencia de la Geopolí ca que es “vida y movimiento” y que va más allá del espacio y del empo, superando a la vez las influencias geográficas e históricas, puede dar la potencia y el querer a un pueblo, para ex nguir el fatalismo de su vida biológica.

La “Tendencia Geopolí ca” es tanto más poderosa y clara, cuanto más se acomoda a las posibilidades originarias por la coincidencia de los factores geográficos e históricos, en la zona óp ma geopolí ca.

3. Estudio Geopolí co del Estado En esta Introducción hemos precisado, que considerábamos a la Geopolí ca no como mera ciencia geográfica del Estado, sino de las colec vidades humanas organizadas sobre el espacio natural, y creemos que los breves apuntes que acabamos de exponer, habrán dado una clara idea de aquella afirmación, ra ficada por el hecho de la misma evolución de las escuelas geopolí cas, que cada día dan más importancia a los fenómenos no estatales.

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El estudio del Estado, no cons tuye la propia finalidad de la Geopolí ca, sino solo uno de los medios, quizás el más importante, de que ésta se vale para llegar a conclusiones generales. Autorizadas voces de la filoso a polí ca contemporáneas, concuerdan en el campo de las realidades polí cas prác cas, con este modo de pensar: “El Estado, no es más que un arma de la Nación; su coraza de protección; su espejo. Pero sólo es la Nación, en su espacio vital, la que realiza el eterno plan de la creación divina”.

Actualmente se ha introducido un nuevo concepto en los estudios estatales y él es la “conciencia viva del Estado”, que como organismo recibe nueva fuerza, de todos los mejores principios fundamentales de la cultura: equilibrio, armonía, impulsos colec vos, honor y fidelidad.

La u lidad prác ca e inmediata a que enden los estudios geopolí cos, hace que el Estado sea el organismo vivo de una Nación, que lo conserva lo conduce hacia su más alta libertad polí ca y a su más elevado nivel de florecimiento cultural y económico.

No debe limitarse el Estado a ser organismo motor o fuente de poder, mecanismo o Ley, sino que debe ser “la trabazón orgánica de todos los miembros de la Nación, en la consecución del obje vo final del todo”.

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Tenemos en consecuencia, que la u lidad prác ca de la Geopolí ca, considera al Estado desde dos puntos de vista: como anatómica y como organismo fisiológico.

Cuatro son los elementos básicos de la anatomía del Estado: El territorio, sin el cual no hay fijación de la población al espacio vital: la capital, núcleo cerebral y distribuidor de las energías geopolí cas; la ruta, red nerviosa (transmisión oral y escrita del pensamiento) y sanguínea del organismo estatal; (comercio, transporte) y las fronteras, mecanismos complejos económicos, aduaneros, culturales y estratégicos, que concentran los recursos defensivos del Estado.

También se estudia el Estado, como forma de vida, con la caracterís ca de la evolución de todo organismo vivo, desde que nace hasta que muere.

Inves gar las causas del nacimiento del Estado, es valorar cada una de las acciones geopolí cas y poner de relieve las zonas de contacto, que reúnen las circunstancias óp mas para su engendro; además, es penetrar en el problema de la formación del carácter de los ciudadanos y de la influencia que haya podido ejercer sobre ellos la naturaleza (la naturaleza adversa es muladora de energías, la acción de las montañas, del desierto y del mar sobre la ap tud polí ca de

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los futuros ciudadanos, etc.) y asimismo de cómo han podido llevar a aceptar la voluntad colec va del Estado, que en geopolí ca se llama “aquiescencia al Estado”.

Al analizar el crecimiento de un Estado, debe determinarse su desenvolvimiento territorial, que a menudo indica, en todos los órdenes, un fuerte aumento del potencial creador de los ciudadanos que lo cons tuyen. También en este análisis, es necesario determinar la expansión que ha tenido el Estado fuera de su espacio vital propio, lo cual será un punto de apoyo para nuevas tenta vas de ampliación territorial. El mismo problema general de la colonización, tanto polí co-económico como cultural, es el reflejo de la obra de la metrópolis, en el conjunto universal de la vida geopolí ca.

La Geopolí ca ha desempeñado un papel importan simo en la polí ca internacional de estos úl mos años, al determinar la vida, prosperidad y rumbos de un Estado moderno. Los procesos de decadencia, disgregación y muerte de un Estado, ponen de relieve factores geopolí cos poco claros, en los fenómenos de creación y crecimiento, ya que toda decadencia denota enfermedad de uno o varios organismos del Estado y entonces es posible

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determinar la proporción en que hayan intervenido causas geopolí cas o el menosprecio y la violación de sus leyes.

Como punto final de este estudio, se hace preciso examinar el hecho de la alteración o rupturas de las leyes geopolí cas en la vida de los Estados por mo vos históricos. Desempeño, que han tenido las grandes personalidades en la historia, el juego de los intereses dinás cos y polí cos, las construcciones ar ficiales de los estadistas y diplomá cos, son elementos que hay que tener constantemente presentes; y sobre todo el factor libre de la voluntad nacional, superando el empo y el espacio, y creándose ella misma, nuevos es mulos y nuevas tendencias geopolí ca.

II. PARTE METODO GEOPOLITICO 1. Apreciación del Espacio Geopolí co La dimensión es un valor rela vo, y los grandes Estados de los empos an guos, parecerían hoy pequeños.

Sin embargo, aquellos Imperios fueron, a su turno, los más grandes Estados dentro del mundo conocido de la an güedad. Un gran espacio, no siempre ha

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dotado al pueblo que lo posee, de potencia superior.

Pero cada vez que un gran espacio fue organizado a fondo por un Estado, las pequeñas naciones (como los Estados de Grecia en el siglo IV, antes de J. C. y los italianos en el siglo XVI.) no pudieron resis r a su fuerza de expansión.

La potencia de los pequeños Estados, como Venecia y los Países Bajos, descansaba en gran proporción en la potencia de sus flotas y en el valor de sus marinos.

Su dominio fue de corta vida en cuanto a los ciclos de existencia de los grandes imperios, y sucumbieron ante potencias de mayores dimensiones territoriales.

Sin embargo, la simple dimensión no es potencia.

Los fuertes Estados de la Historia, son los contraídos alrededor de un núcleo, como por ejemplo, Francia alrededor de la isla de Francia, Inglaterra alrededor del valle del Támesis y Prusia alrededor de la Marca de Brandeniburgo. La fuerza potencial de las dimensiones era hecha efec va por el control centralizado ejercido desde la zona del núcleo. Dentro de la medida en que tuvo éxito la integración de simples dimensiones, estos Estados se dieron cuenta de su creciente y de las riquezas que eran tan fácilmente obtenibles, por la fuerza fuera de sus límites.

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El establecimiento y mantenimiento de control centralizado sobre un amplio espacio, depende de un sistema efec vo de comunicaciones. Entre los an guos imperios, solamente el romano atravesaba grandes y di ciles zonas montañosas por su sistema de caminos militares. Egipto y Babilonia habían sido imperios de erras bajas. Los medios técnicos que hicieron posibles, más rápidas y más seguras las comunicaciones, ejercieron una profunda influencia sobre la geogra a. Hicieron encogerse el espacio.

Es a este respecto por lo que se deben medir las dimensiones efec vas de los Estados y la estructura geopolí ca de determinada edad, en comparación con el estado de la tecnología.

Los grandes organizadores de Imperios construyeron caminos y canales. Los caminos romanos, mucho después de la decadencia de la potencia romana, resis eron a siglos de abandono. Tan bien tendidas estaban las rutas del servicio de correos del Rey Ciro, que la línea del ferrocarril de Bagdad, siguen hoy fielmente el camino que recorrieron los mensajeros del Rey. La Europa medieval de Marco Polo ya había perdido el arte de construir buenos caminos. Era una Europa de pequeños Estados, formados con los despojos

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del imperio Romano. La decadencia de ese Imperio, había coincidido con el deterioro del sistema de caminos romanos, ramo también con la decadencia de la capacidad y técnica que habían contribuido a su construcción, y los sucesores de Carlomagno, a tropezones a lo largo de enfangadas sendas de carreteras, eran sólo en el nombre Emperadores.

Pero el camino romano, que el hombre medieval dejó de construir, ha dejado su marca sobre la fisonomía polí ca, de Europa. Los constructores romanos de caminos habían, en gran parte, determinado la integración polí ca de Francia, España, Inglaterra y partes de Alemania. Cientos de ciudadanos se levantaron en los lugares de los campamentos romanos. De 32 a 38 km era la marcha media diaria de la legión romana, dependiendo ello de la naturaleza del terreno. De ese modo, los pueblos que sucedieron a los campamentos, jalonaron los caminos a intervalos de 32 a 38 km, un hecho que ha determinado el molde de la civilización europea, hasta nuestros días.

Los Estados Europeos de la Edad Media, habiendo olvidado las artes de los constructores romanos, u lizaron los caminos, hasta que se desmoronaban, descuidaron su reparación y no desarrollaron un

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nuevo sistema propio de comunicación. Los nuevos que hacían, o bien eran pequeños en dimensiones, o fracasaban efec vamente al pretender integrar mayores zonas. Más adelante, la misma dificultad en transponer grandes distancias contribuyó considerablemente al buen éxito de la Independencia de los Estados norteamericanos. Se demostró, que estaba más allá de la potencia de la Gran Bretaña, el mantener comunicaciones efec vas, con un con nente tan vasto y tan distante como Norteamérica, en las condiciones tecnológicas de hace 171 años.

Fue el ferrocarril, el que hizo posible una efec va integración sobre zonas más amplías. Antes del desarrollo del ferrocarril, pocos Estados podrían mantener control sobre territorios, que estuvieran a más de 480 km del asiento del Gobierno central. Por ello, los grandes Estados, se sirvieron inmediatamente del nuevo instrumento y construyeron líneas férreas, por razones polí cas y estratégicas, mucho antes de que el significado económico de las zonas alejadas jus ficara su construcción.

Las grandes potencias con nentales, de hecho, consolidaron su unidad mediante el desarrollo de sus sistemas ferroviarios. Líneas trascon nentales

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cruzaron los Estados Unidos, el Canadá y Australia, y la línea transiberiana puso a Rusia asiá ca al alcance del Gobierno central ruso. No fue un accidente que Siberia, donde el clima agrega su influencia descentralizadora, a la de la topogra a, no pasase a ser parte integral del Imperio ruso, mientras que no vino el desarrollo de estos ferrocarriles.

En la época actual, el progreso de los ferrocarriles, vapores y aviones ha hecho posible transponer las barreras topográficas, que en el pasado se habían demostrado como obstáculos formidables a la expansión y la integración.

Los cambios revolucionarios, efectuados por la técnica moderna en la geogra a estratégica del globo, prueba hoy su eficacia, en “cubrir espacios”, que los geopolí cos, ensalzan como gloria de la civilización occidental.

En ciertas partes del Globo, el cambio de los an guos a los modernos medios de transporte, saltó las fases que caracterizaban el desarrollo de la civilización occidental. Se ha sugerido que la civilización moderna, ha experimentado tres fases tecnológicas, a saber: las de “eotécnica “, “paleotécnica” y “neotécnica”.

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La “eotécnica “, o sea, la edad del amanecer de la técnica moderna, se extendió aproximadamente desde el año 1000 hasta las postrimerías del XVIII, y en algunos aspectos hasta mediados del siglo XIX. Era un conjunto de “agua, viento y madera”. La “diligenciaexpreso” en erra y el “velero perfeccionado” en el mar, eran sus más grandes proezas en el campo de los viajes y el transporte.

La “paleotécnica” dominó el siglo XIX y el principio del XX. Era un complejo de “carbón y hierro”, y produjo el ferrocarril a vapor y el barco a vapor.

La “neotécnica”, cuyos principios hemos estado experimentando desde fines del siglo XIX, es un complejo de “electricidad y aleación”. Ha producido la radio comunicación, el radar, el moderno automóvil, el tren eléctrico aerodinámico Diesel y el avión con propulsión a chorro.

Los cambios geopolí cos producidos por el rápido desarrollo de la moderna tecnología, están aún en formación y son todavía comprendidos sólo vagamente. Hay el nuevo fenómeno de la “rela vidad del espacio” con sus incalculables complicaciones estratégicas, polí cas y económicas.

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Un avión que vuela de Ciudad del Cabo a El Cairo puede tener el programa de aterrizar dentro de 20 minutos; pero si se ve obligado, en ese momento, a hacer un aterrizaje forzoso, por descompostura del motor o daño irreparable, su tripulación necesitará días para llegar a un lugar desde el cual pueda con nuar (si es, que alguna vez lleguen a ese lugar).

Mientras que la vía férrea atravesaba el territorio paso a paso, distribuía los beneficios de la mejor comunicación a las zonas con guas: el desarrollo de las rutas aéreas, no beneficia necesariamente a la zona entre los aeropuertos. Para los efectos prác cos de las poblaciones residentes, el aeroplano podría no exis r. Su contacto con esta nueva forma de comunicación se concreta a la visión de la nave volante, y podría permanecer así para siempre.

Es una cues ón inquietante lo que serán los efectos de la repen na proximidad, producidos por las rutas aéreas, sobre la población residente de una zona intransitable, amazónica por ejemplo, hasta ayer alejadas semanas o meses de los grandes centros de la civilización y ahora, colocada a distancias medidas por horas, de Río de Janeiro, Londres y Ciudad del Cabo.

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Mientras que la tecnología moderna está revisando rápidamente el valor de los “espacios geopolí cos” en todo el mundo, se llega a la conclusión, que los grandes estados ene muchas más perspec vas de supervivencia, que los pequeños. Pero una gran capacidad productora y amplios recursos naturales, no bastan para conseguir victorias, a no ser que estén complementados por espacio en profundidad. Países con espacio rela vamente pequeño (como Holanda y Bélgica) fueron triturados por máquinas bélicas rápidas y eficientes, porque no pudieron organizar su defensa en profundidad, sin la cual parece no haber resistencia a la guerra total.

Las fronteras de los Estados de Europa, excepto Rusia, fueron fijadas generalmente en la era de comunicaciones de la diligencia. Los Estados Unidos y Rusia, considerados por la mayoría, hace un siglo, como demasiados vastos para un efec vo control, han demostrado tener exactamente las verdaderas dimensiones parte los estados modernos.

La moderna tecnología está cambiando su lmente la forma del expansionismo, tal como lo hemos conocido. De acuerdo con Ratzel, el espacio es una potencia que se demostraría superior a todas las demás potencias; sin embargo esta misma tecnología,

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está revolucionando nuestros conceptos de espacio, y las mismas exigencias de la moderna tecnología, con su teoría sobre las reservas económicas de todo el inundo, prometen arrastrar los pensamientos de los hombres, hacia las tendencias geopolí cas del Universo.

2. Las Zonas de Contacto en Geopolí ca La vida, no es otra cosa, que la tensión de fuerzas diferentes, que luchan entre sí, se influencian, se interpretan, se mezclan y se superan mutuamente.

He aquí la importancia de las “zonas de contacto” en Geopolí ca, ya que ellas presiden el desenvolvimiento de la energía creadora económica, polí ca y cultural de un pueblo.

Las “zonas de contacto geográfico” como el litoral y mar desierto y montaña; valle y bosques, suelen corresponder a las “zonas de contacto humano” (Para el caso par cular do nuestro país: Comercio. Industria y Agricultura). En esta forma las naciones establecen los “núcleos o centros geopolí cos”, cada uno de los cuales, crece de acuerdo con las condiciones que le fija su espacio óp mo geográfico y humano, adquiriendo energías y potenciales que oscilan y varían en el transcurso de las edades. Entre dos o más

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núcleos se promueven “si os de fricción” (rivalidades polí cas, económicas o espirituales), y éstas a su vez, originan los “campos de tensión geopolí cas“, que se man enen larvados o evolucionan hacia choques violentos (luchas económicas, conflictos bélicos. etc.). En este sen do, la ciencia geopolí ca estudia las tensiones y las vacíos polí cos y económicos, culturales y militares, y en consecuencia, registra también las relaciones (tendencias) que se establecen entre unas y otros, siguiendo casi un mecanismo sico, ya que todo centro de tensión ende a derramar sus energías fuera de su marco geográfico y dirigir su potencialidad hacia los núcleos de bajas presiones, hacia la línea, de mínima resistencia. La intensidad de este movimiento, está en razón directa, con la vitalidad de la zona-irradiante y el valor de los intereses que intenta sa sfacer en la irradiada.

Estudiar en forma detallada las acciones geopolí cas, producidas en las “zonas de contacto” cae fuera en absoluto, de los límites de esta conferencia. Sólo la novedad de la materia, nos obliga a comentar, aunque sea muy someramente, algunas de las acciones geopolí cas más significa vas. a) La Montaña y su valor geopolí co

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La Montaña está considerada como en dad geográfica disgregadora, así no la llanura está llamada a ser un elemento de unificación polí ca y cultural. La fuerza disociadora de la montaña ha mo vado que, con frecuencia, se establecieran en ella, las líneas divisorias de una cultura, de una lengua o de un Estado. No obstante, si las montañas poseen buenos pasos, éstos alteran y aumentan el valor del relieve. Un buen puerto con nental (puerto cordillerano) ene siempre una importancia estratégica considerable y es, por lo tanto, un lugar de concentración del interés geopolí co. A menudo una frontera estatal a través de una montaña, no es una división racial o cultural; puede también corresponder a un intercambio comercial y espiritual, a través de sus pasos. Si el paso es tan ancho y ofrece tantas facilidad de comunicación, que se transforma en una “puerta de penetración” entre los países que separa una montaña, la acción geopolí ca de ésta, se transforma por completo; entonces la montaña unifica y cohesiona, y sus ver entes no pertenecen a Estados diversos, sino que forman un Estado único, lo que en Geopolí ca se llama “Estado encabalgado”. b) Importancia, geopolí ca de una cuenca hidrográfica

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El hecho fluvial en Geopolí ca, actúa de dos modos: aislado o como red hidrográfica. Aislado ejerce una función reducida, basada simplemente en la importancia que pueda tener como frontera polí ca, o sea, como zona de defensa y protección de un Estado. Sin embargo, el “río-frontera” es siempre un concepto subje vo, ya que la constatación de su verdadera misión geográfica e histórica, demuestra la fuerza unificadora de una corriente fluvial importante. En todo caso, el “Estado-cuenca hidrográfica” se impone en todos sus aspectos, al “río-frontera” estatal y cultural.

El río ejerce su tarea unificadora por la fórmula del concepto geopolí co “Zona de contacto del desierto y del agua” o “Tierras del agua y del sol”. Además de su función creadora, la cuenca, fluvial impone una atracción para todos los núcleos geopolí cos que están establecidos en ella, desenvolviendo al mismo empo en los mismos, la tendencia a extenderse y a ocupar toda la cuenca. Esta tendencia puede manifestarse en dirección a la desembocadura del río principal o, por el contrario, desde la desembocadura hacia sus fuentes. Además se forman una serie de tendencias secundarias, en cuyo juego intervienen los afluentes, que complican y amplían el fenómeno. En todos estos casos la

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cuenca hidrográfica ende a cons tuir un “Estado faja fluvial”. c) El valor Geopolí co del Océano La mejor frontera de un Estado es la costa: pero sin embargo es frecuente que un “Estado litoral” tenga la tendencia de crearse un “glasis de seguridad” en la costa frontal vecina. No hay que confundir esta tendencia con la más vasta del “impulso hacia las orillas opuestas”, que tantas veces ha servido en el mundo contemporáneo de explicación y base para el desenvolvimiento polí co colonial de las grandes potencias.

Entre todos los factores geopolí cos actuales, el mar es, sin duda, el más importante, la necesidad de poseer una buena costa marí ma cons tuyó uno de los móviles básicos y más proclamados de la polí ca de los estados modernos, “Un Estado civilizado sin un litoral marí mo aprovechable es y será siempre un foco con nuo de inestabilidad”. Esta ley está ín mamente relacionada con el problema “candente de los estrechos” y de las “puertas marí mas”. Su elevado valor geopolí co ha disminuido desde que, por la Convención de 1882, el mar fue declarado totalmente libre (excepto la zona de soberanía de las

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tres millas mar adentro). Al desaparecer los “mares clausi”, los estrechos se han conver do en “agua de nadie”, excepto circunstancias de alta tensión polí ca—militar o declaradamente bélica, en que recobran la prioridad del interés geopolí co. d) Importancia geopolí ca del espacio aéreo Ahora que hemos entrado en la edad del aire, la importancia de la atmósfera en el conjunto de las acciones geopolí cas no radica, exclusivamente, en los fenómenos climatéricos y meteorológicos que se producen en las capas del aire próximas a la superficie terrestre, aunque tengan su correspondiente valor (Ley climatológica de Hennig). La capa atmosférica inmediata a la Tierra, ene gran interés y una trascendencia geopolí ca propia. En Geopolí ca se considera como la “comarca atmosférica” perteneciente a una determinada región terráquea.

Este espacio se puede decir que amplía el radio, de la ac vidad humana a una tercera dimensión”.

Este espacio en Geopolí ca está considerado en función de los sistemas de comunicaciones comercial y de defensa y ataques militares, cuyo origen y extraordinario progreso coinciden con el nacimiento y desarrollo de La Aviación. Actualmente el “espacio

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aéreo” posee caracterís cas muy precisas: En la lucha tradicional del hombre para vencer la distancia, la ruta aérea ha disminuido notablemente el empo necesario para trasladarse de un punto a otro de la superficie del globo, y por lo tanto, ha determinado la “aproximación rela va” de los pueblos que la habitan. e) La Apreciación Geopolí ca de la Economía Los hechos económicos en Geopolí ca dan la llave para interpretar debidamente muchos de los sucesos que se desarrollan en las relaciones internacionales históricas y contemporáneas. Por consiguiente, es necesario establecer las posibilidades geopolí cas de los principales productos del suelo y del subsuelo de nuestro planeta y su aprovechamiento en los lugares de consumo mediante el transporte.

La posesión de un suelo abundante en productos alimen cios, es la condición básica para la independencia polí ca permanente de un Estado.

Análogamente, un subsuelo rico en materias minerales representa para todo Estado, fisiológicamente bien cons tuido, el robustecimiento de su potencialidad.

Por el contrario, un Estado decadente, en idén cas condiciones, corre el peligro de ver reducida o anulada

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su soberanía o bien de caer, en el caso más favorable, bajo la tutela o la protección de una gran potencia.

País agrícola monocul vado equivale también, en Geopolí ca, a país some do.

La expansión económica de un país va seguida casi siempre, de expansión y predominio polí co: en todo caso, toda dominación de carácter polí co es inestable sin una trabazón interior de po económico.

La dinámica de las grandes potencias mundiales refleja claramente ambos principios, y la lucha por ciertas materias primas se desarrolla entre ellas, en el campo financiero, con la misma violencia de los conflictos bélicos. De aquí la importancia polí ca que alcanzan ciertos minerales, como los productos de energía por combus ón (carbón, petróleo), los metales nobles y las piedras preciosas (oro, plata, diamantes), los indispensables para las industrias modernas (hierro, plomo, mercurio y las substancias ú les para los abonos agrícolas (nitratos y potasas), o bien, ciertos productos vegetales (plantas alimen cias básicas): trigo, arroz, azúcar, tex les, algodón; para la construcción o la imprenta: maderas, pasta de papel y para objetos industriales: caucho, plantas colorantes, sin olvidar los suministros animales, tales como la lana, pieles costosas y la pesca, que explican numerosos fenómenos geopolí cos de la Historia universal.

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f) Importancia geopolí ca de las comunicaciones Las comunicaciones representan en Geopolí ca una buena parte del volumen de sus problemas, más como ruta y comunicación intelectual y polí ca que como sistema de transporte de mercancías.

La Geopolí ca considera al Estado integrado por cuatro elementos: el suelo, la ruta, la frontera y la capital. La ruta crea al Estado, la estructura, lo conserva y lo recons tuye. De estas consideraciones ha derivado el efecto geopolí co inverso: a Estado unificado y centrado, una red de comunicaciones centrípeta, dispuesta como tela de araña; a Estado descentralizado, paralelismo de sus rutas esenciales.

La polí ca llamada “dominio de la ruta” es una consecuencia directa de la importancia de las comunicaciones. Su objeto exclusivo es debilitar o minar a un Estado o potencia extranjera. Si la ruta une y refuerza, su control por gente ajena avasalla y disgrega, hasta, el punto que se ha enunciado que quien tenía en su poder las comunicaciones de un país en sus manos.

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III. FUNDAMENTOS DE LA GEOPOLITICA HISPANA EN AMERICA 1. Causas y Espacios Geopolí cos en los Grandes Descubrimientos “Navegantes y descubridores de los Tres océanos” es la frase con que se puede resumir, el portentoso fenómeno de la expansión de los españoles y de los portugueses por el Universo. Navegantes y descubridores del Atlán co. Pacifico y del Indico.

Forjadores de nuevos mundos, en lucha contra las adversidades de la Naturaleza, las deficiencias de la técnica y los espejismos de la imaginación.

En las postrimerías del siglo XV y en los albores del siglo XVI, tuvo lugar la expansión de los pueblos hispanos que se realizó por las rutas del mar, y cuyas causas de orden moral y material, contribuyeron a determinar la tendencia geopolí ca, que iba a llevar el espíritu hispano a la completa realización de su des no histórico.

La organización precapitalista de la Europa del siglo XV, había desarrollado el espíritu de lucro y con él, el deseo de controlar las rutas del Extremo Oriente, de donde procedían las especias, el incienso la seda y el

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oro, que hasta entonces, el Imperio Turco mantenía bloqueados, en beneficio propio y exclusivo.

Al lado del incen vo económico estaba el religioso: el deseo de alcanzar las erras del Preste Juan, de encontrar el Paraíso Terrenal, de realizar los mitos prodigiosos de ignoradas erras, y de conver r los salvajes al cris anismo, hizo que apareciera un po de hombre par cular el gran capitán a es lo an guo: independiente, libre, de fuerte personalidad, creador del espíritu de empresa y de la aventura heroica y gloriosa, que conjuntamente con aceptar el peligro de la fama, y el renombre, acepta el provecho personal que puede reportarle.

Los progresos técnicos de la época (cartogra a, construcción marí ma y la brújula) le permiten a los navegantes hispanos fomentar ilusiones sobre nuevas rutas que la realidad iría destruyendo o desvirtuando.

Las posibilidades geopolí cas que el Atlán co ofrecía a los pueblos hispanos, fueron debidamente aprovechadas.

Cuatro siglos de navegación mediterránea y dos y medio de comercio por las rutas del Océano, explican

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la seguridad y destreza de los pilotos y descubridores peninsulares. Colón, Vasco de Gama, Magallanes y Elcano, realizan el paralelismo y la coordinación geopolí ca, dentro de la línea de demarcación del año 1494, en que se nota la divergencia inicial.

España hacia Occidente con Colón (1492) y Portugal hacia Oriente con Vasco de Gama (1486).

2. La Geopolí ca en los Descubrimientos Hispanos de América Los descubrimientos en América desde el punto de vista geopolí co responden a la misma distribución de los espacios vitales de este con nente. Espacios geopolí cos: no marcos geográficos ni aun estatales.

El contacto de Europa con América, se realiza, siguiendo las direcciones fundamentales. Por un lado la ruta septentrional, que cae fuera del “campo óp mo” de las posibilidades hispanas, ruta que seguirán en su colonización Inglaterra y Francia.

Por otro las rutas central y meridional, que fueron los caminos substanciales de la hispanización del con nente americano.

El “espacio Caribe” cons tuye el núcleo fundamental de expansión, el cual facilita las tendencias hacia

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América del Norte por el Golfo de Méjico y hacia América del Sur por Panamá. En esta forma los descubrimientos de los españoles en ambas Américas ofrecen “rumbos geopolí cos” divergentes. En el Norte, el punto de par da está situado en Oriente y los puntos de apoyo se establecen preferentemente en la costa atlán ca. En el Sur, en cambio. Bases de colonización radican en el Oeste y en el Pacífico. En líneas generales, podemos afirmar que mientras la América del Norte y la Central se descubrieron y colonizaron siguiendo un rumbo occidental, la marcha hacia el Este, caracteriza la conquista de Sudamérica.

En la América meridional la base de los descubrimientos es el “espacio central andino”. De él parten rutas costeras hacia el Norte y el Sur, o con nentales hacia el “Marco Amazona” y el “Plata”.

Cada una de ellas buscará su enlace respec vo con las irradiaciones emanadas de los “núcleos de colonización establecidos”.

La “cuenca del Amazona” forma un “vacío geopolí co” y su función fue, en consecuencia, perturbadora para la colonización española en la América del Sur. En el Norte, el centro de los descubrimientos es la meseta del “Marco Mejicano”. La ineficiencia geopolí ca de

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la Florida y la disposición desfavorable del sistema Missisipi-Ohío, (por ejemplo, ulteriormente, cuña francesa de la Lusiana) dificultaron toda tenta va de construir en la América del Norte, un bloque hispano análogo al de la península meridional del Con nente.

3. La Geopolí ca en los descubrimientos de la América del Sur Los nuevos marcos y los nuevos paisajes, que le ofreció este con nente a España, fueron centrados geopolí camente, por el eje: “Panamá, Cuzco, Buenos Aires”. Panamá y la región del Plata cons tuyen en el sistema los enlaces directos con la península. El Perú es la “zona de resistencia” de la hispanidad en la América colonial y al mismo empo, el núcleo básico de irradiación de sus manifestaciones.

La conquista de América del Sur se inicia por la región que fue Imperio de los Incas: esta región fue núcleo geopolí co y centro de expansión colonial.

Del Virreinato del Perú, los grandes aventureros españoles se desparramaron por el con nente, siguiendo las direcciones de la Rosa de los Vientos.

Al norte y al sur del Perú aparecen “núcleos secundarios” de subido valor: Chile y la región

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de Quito. Cada uno de ellos, con sus ac vidades colonizadoras propias. Chile emana hacia la costa meridional del Pacífico y la región transandina de las Pampas. Quito, hacia el Amazonas y la costa del Mar Caribe. En Bogotá confluyen tres caminos y tres tendencias. Por eso, pocos sucesos históricos, enen tan pleno sabor geopolí co, como la coincidencia en las llamadas de aquella región, de las expediciones de Quesada, Spíres y Benalcázar.

La colonización del Plata, fue un proceso de dominio de un sistema hidrográfico, par endo de su desembocadura.

Por el Oriente, la región del Amazonas limitó la conquista española, cuña tendida hacia los Andes.

Esto, conjuntamente con los errores diplomá cos y geográficos come dos por el Estado español del siglo XVIII, explica cómo de una colonia portuguesa cestera, derivó un Brasil independiente con nental.

Fenómeno de “reversión geopolí ca” como podríamos llamarlo, ya que está en desacuerdo con la “tendencia descendente afec va”, desde Los Andes al Amazonas y con el rumbo general de los descubrimientos en aquella zona.

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IV. ACCIONES GEOPOLÍTICAS ESPAÑOLAS EN EL REINO DE CHILE 1. Apreciación de los Espacios Geopolí cos del Reino de Chile En el transcurso de la historia y de la vida de los pueblos primi vos que poblaron este territorio, se repiten y perduran hasta hoy, los “espacios geopolí cos” con los rasgos y fenómenos de una estructuración, adecuada a las condiciones de su ambiente sico.

La dinámica de los pueblos y de las culturas sobre este marco territorial se efectuó siguiendo los grandes sistemas de canalización de esfuerzos de tendencias cons tuidos por las rutas naturales.

En el estado actual de los estudios prohispanos sobre este territorio, es muy arriesgado deducir de los movimientos culturales, no del todo bien definidos, tendencias o rasgos geopolí cos.

Una de las principales dificultades es, sin duda, la de fijar, hasta qué punto la influencia cultural, respondió verdaderamente a una acción geopolí ca, de los pueblos o razas vecinas, sobre los que poblaban este territorio.

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Sin embargo, destacase un hecho con toda claridad: ya en aquel momento de su descubrimiento, la evolución primi va de los pueblos americanos, especialmente del incaico, se había realizado. El territorio de este nuevo Reino había servido como campo de fluctuación de las oleadas raciales y culturales provenientes del Imperio Inca, a través del Despoblado de Atacama.

El Despoblado o Desierto de Atacama, desempeñaba en la época de su descubrimiento, una misión secular, ya que exis a una irradiación en todas sus direcciones.

Sus tendencias más constantes se realizaban en las costas y valles de la zona comprendida entre la desembocadura del río Loa y el Puerto de Caldera, este desierto se podía considerar como un “bloque natural”, ya que exis an, enormes distancias hacia el Oriente, donde quedaba la región de la Puna de Atacama, que era a la vez una zona cerrada a su irradiación.

El núcleo central geopolí co preponderante, se extendía desde el río Copiapó hasta el río Rapel, incluyendo los declives orientales y occidentales de la Cordillera de la Costa. Los contrafuertes cordilleranos

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andinos, determinaban su “zona de resistencia” a las oleadas raciales de los indios Chiquilanes, que extendían sus dominios en la banda oriental de la Cordillera de los Andes hasta el Volcán Tramen, en territorio argen no.

Desde el Golfo de Arauco, abarcaba el “campo de fluctuación” entre los indios Pehuenches y los indios Araucanos, los primeros, dominando el litoral hasta la isla Mocha y los segundos, ejerciendo sus tendencias sobre la región oriental y occidental de la Cordillera de Nahuelbuta, hasta la desembocadura del río Calle-Calle. Una de las entradas naturales de

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los indios Araucanos hacia el territorio argen no se realizaba siguiendo la ‘‘entrada natural” del río Cau n-Lonquimay-Alto Biobío, hacia la zona de Pino Hachado, El Arco y Laguna Icalma, que fue a la vez, “región con tendencia de lucha”, entre indios Araucanos e indios Poyas.

El espacio para el “desenvolvimiento del poder” de los indios Cunchos. se extendía desde la ribera S. del río Calle-Calle, hasta el Canal de Chacao, el “cruce de líneas de poder” con los indios Araucanos, se realizaba a través de las márgenes del río Bueno y río Pilmaiquén.

La “zona de rozamiento” entre los indios Huilliches y los indios Poyas se extendía entre el Seno de Reloncaví y Ralun al N. del río Cochamó, los primeros dominando la zona entre el Lago Llanquihue y el Fiordo de Reloncaví y los segundos dominando la región del Lago Nahuel Huapi. Las “tendencias de penetración” recíprocas en esta región, se realizaban a través del Lago Todos los Santos.

Con respecto a los aborígenes, llamados Tehuelches, Alacalufes, Yaganes y Onas, que actualmente viven dispersos al S. de nuestro territorio, entre la costa, las primeras nieves de las montañas, las islas y los

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ven squeros, en esa época, no se tenía no cias de su existencia.

2. La Estructura Geopolí ca dada a su Predominio La obra de España sobre el territorio del Reino de Chile, hizo que marcharan paralelamente tres hechos: el descubrimiento, la conquista y la colonización: en otros términos, tres hombres, el capitán, el organizador y el misionero. Este desenvolvimiento armónico de la ac vidad de los españoles en este nuevo Reino, fue la base esencial de un fenómeno de adecuación geopolí ca, del espíritu y fuerza de España en estas regiones.

La estructuración geopolí ca tuvo, especialmente, su sistema planificado de colonización. Los centros rectores, se situaron en la Península (Monarca, Consejo de Indias y Casa de Contratación). Entre ellos y el nuevo con nente, se tendía un órgano de enlace: las Flotas de Indias, uno de los fenómenos más notables en la Geopolí ca Española, y en la cual, se concentraba la potencia militar, naval y económica y aun espiritual del Imperio.

A través de los grandes puertos del Mar Caribe (Santo Domingo, Cartagena y Portobello), las Flotas

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ponían en contacto a España, con dos organizaciones territoriales y económicas: Nueva España y el Perú (Flota de Veracruz y Armada del Sur).

El Virreinato del Perú, a su vez establece su núcleo principal geopolí co en el Cuzco, que fue “punto radiado” hacia el norte (Quito) y hacia el sur (San ago).

Establecida la organización del Reino de Chile, San ago de Nueva Extremadura pasaba ser la “región con tendencia de lucha”, ante la resistencia de los aborígenes de esa zona.

La ramificación desde este centro geopolí co, tenía que llevarse necesariamente hacia el norte y el sur, se funda La Serena (1554) y Concepción (1550), para mantener el contacto con las rutas sobre la zona de irradiación, Despoblado de Atacama y ribera norte del Bío-Bío, considerada ya “zona de rozamiento”.

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La expedición de Pastene, con la fundación de Villarrica (1552), Osorno y Valdivia (1553), estableció el “espacio geopolí co inicial” sobre este territorio.

El descubrimiento de la Isla de Chiloé (1558) amplía este espacio y determina sus posibilidades de penetración.

Con la fundación de Castro (1567) y el establecimiento de las misiones en la Isla de Chiloé (1593), la radiación del centro geopolí co de San ago, realiza un acto de absorción, necesario a su predominio, en el límite territorial, siguiendo la ruta marí ma del Pacífico Sur,

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que se extendió en 1580, como una irradiación de dominio hasta Punta Arenas y después, hacia la Isla de los Estados, en el Atlán co (1616).

La persistencia de la obra colonizadora, ayudada por la Bula de Cruzada (1574) y la Alcabala (1593), contribuciones, que permi eron robustecer la sangre y el espíritu español, en la acción estatal del Reino, finaliza en las postrimerías del Siglo XVII con la disgregación parcial de los núcleos de resistencia, después de la acción militar en la Isla del Laja (1600).

Establecido el predominio económico absorbente y agotador, se procedió a proteger y defender el Reino, de las acome das extranjeras sobre sus costas, que ya a fines del Siglo XVI, habían sido amagadas por los corsarios y piratas (Drake y Cavendish, ingleses y Córdes, holandas). Ahora era Brower, holandés, el que atacaba Valdivia (1643) y Sharp, La Serena (1680).

Pasada la tensión geopolí ca más elevada, que se realizó en los siglos XVI y XVII en este territorio, con nuó la resistencia de los aborígenes, sin destruir los principios fundamentales del sistema geopolí co creado.

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Detenidas parcialmente las fuerzas geopolí cas expansivas, que coincide con el término de la dependencia de la Capitanía General de Chile, del Virreinato del Perú (1798), se inicia el carácter estatal propio, en los asuntos interiores, que enen un ma z marcadamente religioso.

En Chile, los tres elementos geopolí cos más importantes de su colonización fueron: el par do (posteriormente provincias), la ciudad y la misión.

La ciudad fue la célula de la hispanización, la huella imperecedera de España en el paisaje chileno. La misión, su mismo espíritu llevado hasta los confines territoriales del Reino.

3. Ocaso del Dominio Español y la Disgregación de Chile La desintegración del Imperio español en América obedece a factores sociales, económicos y morales de carácter vario que se conjugan en el afán de independencia de los países hispano-americanos respecto de su metrópolis. Esta desintegración no puede reputarse como fracaso de la obra colonial de España. No hay sistema geopolí co que resista al desgaste del empo: llega una época en que parece producirse una brusca ruptura en su desarrollo, en

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que su contenido, necesita nuevas moldes. La misión colonizadora de España había concluido; pero su espíritu y su modo de ser quedaron vivos y patentes.

La Independencia de las an guas colonias hispanas puede interpretarse geopolí camente, como un repliegue del dominio territorial de España en América, que en líneas generales se verifica en sen do inverso al proceso de la conquista y colonización.

Los núcleos An llas-Méjico y Perú, que habían sido antes centros de irradiación, son en aquellos días, los úl mos reductos de España. Las campañas libertadoras parten de la región del Plata y de Tierra Firme y por Chile y Nueva Granada, respec vamente, alcanzan el Perú.

La entrevista entre Bolívar y San Mar n en Guayaquil es el símbolo histórico del proceso geopolí co: Ayacucho es su remate.

La disgregación del viejo núcleo territorial de la Capitanía General de Chile, representa el triunfo del medio geográfico sobre una organización humana. El clima y lo intrincado de su relieve, son las causas que explican sobradamente el fenómeno.

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La liberación de nuestro territorio, nace de querer tener vida propia y de poder buscar su espacio geopolí co.

Las acciones geopolí cas, durante la época de la disgregación de nuestro territorio, de la Corona de España, fueron: A. LIBERACIÓN CONTINENTAL I. Periodo Patria Vieja. (1810-1813) 1. Conflicto separa sta, por inseguridad polí ca de su predominio: Guerra, Independencia de España contra Francia.

2. Zona de rozamiento polí co, San ago.

3. Centros de irradiación geopolí ca: Lima-San ago.

4. Núcleos geopolí cos: San ago-Concepción.

5. Dirección general de la liberación: norte-sur.

6. Espacio de acción: Zona Central.

7. Sistema incompleto de si o: Chillán.

8. Abrazadera de cerco: Rancagua.

9. Fenómeno de disolución Exodo: Rancagua, San ago, Mendoza.

10. Absorción del centro de irradiación: San ago, en el “espacio de acción”: Zona Central.

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II. Periodo Patria Nueva. (1817-1818).

1. Aislamiento drás co del Estado de Chile.

2. Alianza asegurada en combinación: ChileArgen na.

3. Arca de unión y seguridad: Mendoza - Buenos Aires.

4. Punto Radiado: Mendoza..

5. Bloque natural y línea de resistencia: Cordillera de los Andes.

6. Entradas naturales hacia la zona de la flecha proyectada: Pasos cordilleranos en las provincias de Coquimbo, Aconcagua y Curicó.

7. Flecha proyectada desde Mendoza Coquimbo San ago - Curicó.

8. Vías de ataque: Los Patos (Provincia Coquimbo); Uspallata (Prov. Aconcagua) y Planchón (Prov.

Curicó).

9. Flecha de contacto desataque en masa: Chacabuco.

10. Flecha extensiva del ataque: San ago, Curicó Talca.

11. Flecha regresiva del ataque: Talca (Cancha Rayada) - San ago.

12. Zona de peligro: San ago - Valparaíso — San Antonio - San Bernardo.

13. Estrangulación de la línea española: Maipo (1818).

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14. Absorción de los núcleos de resistencia.

B. LIBERACIÓN INSULAR (Isla de Chiloé) 1. Centros de irradiación: San ago y Madrid.

2. Núcleos Geopolí cos: Castro y Ancud.

3. Flecha dinámica del ataque proyectado: Castro, 4. Flecha regresiva del ataque: Macopulli - Dalcalme.

5. Ataque en masa: Ancud.

6. Flecha de contacto del ataque en masa: Bellavista.

7. Flecha extensiva: Ancud - Castro.

8. Absorción y dominio de la Isla.

V. LA GEOPOLÍTICA CHILENA EN ACCIÓN 1. Aspectos Geopolí cos de la Confederación NorOriental En el primer tramo del Siglo XIX (1836-39) se había producido en el Al plano de la meseta de Bolivia, un hecho transcendental, el Estado del an guo Alto Perú, deseaba la reconquista polí ca, de dos países, que formaron el Virreinato del Perú, como complemento de una futura acción geopolí ca de absorción.

El núcleo geopolí co de la Paz, apoyado por el núcleo Central y Sur del Perú (Lima y Arequipa), empieza a

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actuar con Santa Cruz, en el “espacio de poder” que tenía un vacío geopolí co determinado por la zona de resistencia. Formada por el núcleo geopolí co del norte del Perú, que no reconocía esta alianza.

Esta condición geopolí ca adversa, encerraba a la vez, un sen do geopolí co contrario, por parte de los estados del sur (Chile y Argen na), que consideraron como “zona de inestabilidad y de peligro” para sus respec vos estados, la absorción en la región sur del Perú.

La Confederación, tenía como manifestación externa, una honda y trascendental acción geopolí ca.

En primer lugar, determinaba un sen miento de con nuidad geográfica e histórica, que se afirmaría con la alianza de estos dos pueblos. En segundo lugar podía finalizar el cielo de fraccionamiento de las naciones hispano-americanas y llegar el momento crí co para la América del Sur, de decidirse por formar confederaciones de estados, dada la inadecuada formación y por consiguiente poca supervivencia, de algunas naciones con el peligro de la absorción por países más poderosos.

La conjugación de los esfuerzos para el buen éxito de esta acción geopolí ca, residía, en el robustecimiento

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de su tendencia de dominio del litoral boliviano, que afianzaría la nueva estructura de las naciones confederadas.

Las consecuencias geopolí cas inmediatas de este suceso, demostraron la innegable oportunidad, que tuvo Chile, para evitar la formación y desarrollo, de este fenómeno geopolí co.

La debilidad geopolí ca de esta acción, residió en no haberse registrado oportunamente su potencialidad vital (supresión de su poder marí mo por parte de Chile - Captura de la flota de guerra de la Confederación) y creer que el Tratado de Paucarpata, cimentaría su predominio.

Fue en la zona central del Perú (Departamentos de Lima y Ancash) donde los ejércitos de Chile y de Santa Cruz, desplegaron su mayor capacidad de ataque y resistencia. Matucana y Puente de Buin, recuerdan fuertes acome das. Por fin, Yungay, señala el momento supremo de la con enda y la victoria final, sobre esta tenta va de Confederación de estados.

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2. Riesgos Geopolí cos de la Reconquista Española en el Pacífico La independencia de los países hispano-americanos, terminó con las posesiones de España en el Pacífico Sur. La suerte de una posible reconquista estaba echada, desde el momento en que no podía contar con ninguna base geopolí ca de apoyo, de acuerdo con lo es pulado en la doctrina Monroe.

Tan pronto como se planteara el problema de una posible reconquista de alguno de los an guos dominios en el Pacífico Sur, en la corte de Isabel II, se despertaron las naturales ambiciones de los marinas españoles, para disputarle la hegemonía de estas aguas al Estado Peruano, especialmente, a quien el gobierno de la Península, no había reconocido su Independencia.

La acción geopolí ca inicial, se realizó, con la presencia de la Flota del Almirante Pareja, frente al Callao, que conducía un “comisario regio”, con poderes, para resolver cues ones financieras relacionadas con los virreyes coloniales. La nega va del gobierno del Rimac, de entrar en negociaciones contrarias a su soberanía, determinó la absorción de las islas Chinchas por parte de la escuadra española.

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Este acto de reconquista, creó un desequilibrio en el sistema geopolí co establecido en los países de la costa del Pacífico Sur, entre ellos Chile, que negó el procedimiento de esta nueva tendencia de posesión, con la captura de la ‘Covadonga”, frente a las costas chilenas.

Este acto, alteró bruscamente la acción geopolí ca y permi ó montar un dique general de contención, a las tendencias de posesión. El bombardeo de Valparaíso, fue para Chile, la consecuencia de esta misión geopolí ca trascendental. Posteriormente para el Perú, el Callao fue el otro obje vo previsible, cuyo bombardeo, determinó la ineficacia del poder naval español, para cumplir esta exigencia geopolí ca, encomendada por la Corona de España, en el año 1866.

3. Caracterís cas Geopolí cas. (Influencia, Resistencia y Dominio) en la absorción del Despoblado de Atacama y traslado de la Zona de Irradiación hacia el Paralelo 8.

Después de la Guerra de 1866, los estados del Pacífico tendían alcanzar un equilibrio geopolí co, caracterizado por la presencia en su marco, de tres núcleos estatales. De ellos, Chile, realizaba una

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estructura geopolí ca estable, con una esperanza no cristalizada, de finiquitar sus asuntos de los límites de su soberanía entre los paralelos 23 y 25 derivados del Tratado con Bolivia del año 1874.

Bolivia, neutralizada su expansión territorial y reducido su papel geopolí co después de realizar sus concepciones territoriales, que desaparecieron, en el mismo momento de formarse (La Confederación Perú-Boliviana), soportaba una aguda crisis de desorganización polí ca, subsiguiente a la caída de Melgarejo. La inestabilidad del gobierno, se erigió en norma, hasta que el General Daza, impuso nuevamente los principios, para mantener cierto equilibrio geopolí co en el país.

El Perú derrochaba sus energías con obje vos secundarios: luchas intes nas y cambios de gobierno.

Pero en otras ocasiones, por el contrario, sus tendencias eran muy significa vas, especialmente, sus intentos de llegar a dominar la cabecera de los ríos, en la cuenca del Amazonas.

La primera oleada de las tendencias geopolí cas de los núcleos. San ago- La Paz, se produjo al romperse el sistema de seguridad, creado por ambos en el Desierto de Atacama, cuyo territorio era una zona

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creadora de energ铆as con la naciente industria del nitrato y mayor explotaci贸n de las covaderas.

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Para el estudio de la trayectoria geopolí ca, en la absorción del Despoblado de Atacama y Traslado de la Zona de Irradiación hacia el paralelo 8, dividiremos la materia en tres fases: Influencias, Resistencia y Dominio.

1. ABSORCIÓN DEL DESPOBLADO DE ATACAMA. A. Influencias 1.

Espacio geopolí co: Paralelos 25 al 22, hasta la desembocadura del río Loa. 2. Medio Físico: Desiertos, dificultades pata la explotación de las faenas industriales y necesidades vitales.

3. Zona de Influencia: Caracoles — Calama — Cobija — Antofagasta.

4. Zona de Canta eta: Litoral y cantones salitreros, comprendidos entre el Paralelo 23 y 24.

5. Zona de Fricción: Paralelo 23 y 24, mo vada por: a) Presiones geopolí cas de los núcleos principales (San ago-La Paz). b) Tendencia de captura radial de La zona del núcleo geopolí co La Paz. c) Estructura geopolí ca sin sen miento de unidad (problema etnográfico de frontera: Chileno— Boliviana).

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d) Influencia disgregadora divergente, para evitar vasallaje económico, del núcleo geopolí co de La Paz. e) Influencia convergente muy sensible del núcleo geopolí ca de San ago en el orden polí co económico y social. f) Territorio considerado por ambos núcleos geopolí cos como zona de futura repoblación, dada su naciente riqueza industrial. g) Base geopolí ca de estabilización direc va de la industria (Antofagasta), creación de centros industriales y de nuevas vías de comunicaciones.

B. Resistencia 1. Núcleo geopolí co de La Paz, impone nueva tendencia financiera, para lograr captura radial integral.

2. Núcleo geopolí co San ago, realiza tendencia defensiva, de la industria e intensifica sen miento de unidad nacional con predominio de su población en la zona.

3. Establecimiento de zona geopolí ca inestable, ante influencia disgregadora del núcleo geopolí co de La Paz. 3. Acción geopolí ca de absorción del núcleo La Paz, considerando liquidación de intereses de la industria.

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5. Zona de fricción, conver da en zona de peligro.

6. Acción geopolí ca del núcleo San ago. Desembarco de tropas en Antofagasta. (14. II. 1879).

C. Dominio 1. Absorción por el núcleo geopolí co de San ago del litoral comprendido entre el paralelo 24 hasta la línea del río Loa. 2. Dominio del núcleo geopolí co de San ago en todo el territorio, comprendido entre la frontera, (Paralelo 24) y la desembocadura del río Loa. II.TRASLADO DE LA ZONA DE IRRADIACIÓN HACIA EL PARALELO 8 La consecuencia de la lucha que condujo al núcleo geopolí co de San ago, al total dominio del espacio geopolí co comprendido, entre el Paralelo 24 y la desembocadura del río Loa, es sumamente interesante, dado la rareza del fenómeno que se produjo en la Geopolí ca de Chile. En efecto, no sólo se trata de la dominación del espacio geopolí co occidental boliviano, sino además del traslado de la zona de irradiación hacia el norte, precisamente, por los caminos de infiltración menos accesibles y más di ciles.

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El desenvolvimiento inicial de las líneas directrices del traslado de la zona de irradiación, se debió a la actuación del núcleo geopolí co de Lima, que en aquella época era sensiblemente hos l, antes de haberse producido el total dominio del espacio geopolí co occidental boliviano.

La apreciación del esquema geopolí co chileno, fue considerada, como algo circunstancial y poco firme, dada su potencialidad.

El intento de conseguir la formación de un bloque de tres naciones para determinar la discon nuidad de este esquema geopolí co, se había reflejado con anterioridad, en las es pulaciones del Tratado de 1873.

La con nuación de las directrices geopolí cas por parte del núcleo de irradiación del Rimac, se realiza con síntomas y manifestaciones de desintegración.

El gobierno del Plata se excluye de este interés geopolí co. Esta acta significó para el Perú, la limitación de sus aspiraciones geopolí cas.

La ruptura del predominio en el espacio geopolí co occidental boliviano, produjo el conflicto con el núcleo de irradiación del Rimac, en cuyo desenlace

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tanta contribución tuvo la sangre y las armas de Chile.

Para el estudio geopolí co del traslado de la zona de irradiación hacia el Paralelo 6, debemos considerar: A. Influencias 1.Espacio geopolí co: Perú Meridional: (Línea desembocadura del Loa, hasta Quebrada de Camarones).

2.Medio sico: Desierto, explotación del salitre, con reducidos medios de vida.

3.Zona de influencia: An guo Departamento peruano de Tarapacá. Núcleo geopolí co principal (Lima) deseaba extender su irradiación hacia el Paralelo 24, con el fin de ejercer una influencia económica en toda la zona del salitre: para lo cual con anterioridad a la ocupación del litoral (14. II. 1879), interesaba al núcleo geopolí co de La Paz, con un contrato estatal de arrendamiento de esas industrias.

B. Ataques y Resistencia 1. La irradiación inicial de los núcleos geopolí cos de San ago de Lima, tuvo su repercusión en el dominio del mar, porque la primera fase la dirección

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predominante del ataque, fue la destrucción de los respec vos poderes marí mos.

2. El combate naval en la rada de Iquique, fue la ascensión rápida “sen miento de unidad nacional de Chile”.

3. El puerto de Pisagua (2. XI. 879), fue elegido como “base de penetración”, para el ataque en este espacio geopolí co inicial, donde se desarrollan las acciones de Pisagua, Dolores y Tarapacá (2, 19 y 27 XI 1897).

C. Dominio 1. Con la re rada aliada, siguiendo la línea Ariquilda, Suca. Camarones, el dominio sobre este espacio geopolí co inicial, quedó consolidado.

A. Influencias 1. Espacio geopolí co: Perú Central, que comprendía desde la Quebrada de Camarones hasta el Paralelo 16 (al N. de Arequipa).

2. Medio sico: Costa, zona desér ca interior, con recursos limitados, en los pequeños valles.

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B. Ataque Resistencia 1. Zona de la flecha proyectada para el ataque: Puerto de llo, elegido para el desembarco. Ciudades comprome das en el ataque: Mollendo ocupado sin resistencia (12. III. 1880), Moquearía, ocupada sin resistencia (20. III. 1880) y Los Ángeles, ocupada después de un combate (21 III. 1880).

2. Zona de la flecha extensiva del ataque: Hacia Buena Vista (Zona de paso) desde la costa y ciudades comprome das en el ataque, siguiendo la dirección de los caminos: Locumba, Sitana y Las Yaras, hasta el Punto Radiado: Tacna.

3. Flecha de contacto: Ataque en masa, resistencia tenaz, en el Campo de la Alianza (26. V. 1880). a) Ciudad comprome da en el ataque: Tacna. b) Absorción del valle del Caplina. c) Flecha extensiva del ataque: hacia la costa. d) Ciudad comprome da en el ataque: Arica (Fortaleza del Morro). e) Cercamiento y absorción de la zona de ataque (7. VI. 1880), C. Dominio 1. Neutralización del centro de irradiación: La Paz. por estrangulación de “su línea de poder”, en su

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“espacio de acción” (Batalla de Tacna).

2. Vía de escape desde su espacio de acción: Tacna, Palca. Charaña, hacia el al plano boliviano.

3. Dominio del espacio geopolí co: Perú Central.

A. Influencias 1. Espacio geopolí co: Perú Septentrional, que comprendía desde el Paralelo 16 al Paralelo 8.

2. Medio sico: Litoral (Pisco-Callao) y Valle del Rimac, con recursos correspondientes al centro geopolí co de Lima.

B. Ataque y Resistencia 1. Base general o el plan: Ataque al núcleo geopolí co de Lima.

2. Etapa inicial: a) Puerto de embarque de la expedición: Arica. b) Fraccionamiento: —Vanguardia Villagrán: Puerto de desembarco: Pisco (20. XI. 80).

—Grueso del Ejército: Caleta de desembarco al S. de Lurin. (22. al 27. Xl. 80) 3. Flecha proyectada del ataque: En dirección: Pisco, Chincha, Cañete, Lima.

4. Zona de la flecha extensiva del ataque: Lurin,

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Miraflores, Lima, Callao.

5. Flecha de contacto: Ataque en masa-resistencia tenaz, en Chorrillos (13. I. 81) y Miraflores (15. I. 81). a) Ciudad comprome da en el ataque: Lima. b) Consolidación de la absorción del “espacio poder” Perú Central. c) Fragmentación del núcleo geopolí co de Lima. d) Zona geopolí ca inestable: Lima. e) Iniciación de la influencia geopolí ca de la Sierra Peruana.

C. Dominio 1. Neutralización del núcleo geopolí co de Lima, excluyendo la zona de irradiación de la Sierra.

2. Dominio del espacio geopolí co: Perú Septentrional.

3. Tendencia para regularizar administración civil del Estado Peruano.

4. Preparación del cercamiento regularizado, de la Sierra peruana, a fin de consolidar su dominio.

A. Influencias 1. Espacio geopolí co: Perú de la Sierra, que comprendía los departamentos de: Ayacucho, Huancavelica, Junín, Huanuco, Ancash y Libertad.

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2. Medio Físico: Zona montañosa, pequeños valles con recursos limitados.

B. Ataque y Resistencia 1. Base generad del plan: Ataque sobre la zona de irradiación geopolí ca de la Sierra.

2. Zona de la flecha proyectada desde Lima: Expediciones Gana y Lynch. Dirección: NorOriental. Ciudades comprome das en el ataque: Tarma (ocupada el 25. I. 82) y Jauja (ocupada el 28. I. 82.). Con anterioridad, flecha de contacto en Sangra (26. VI. 81).

3. Zona de la flecha-extensiva: Expedición Canto, contra Cáceres, que ocupa la zona al sur de Jauja.

Pueblos comprome dos en el ataque: Iruancayo, Pucará y Izcuchaca.

4. Flecha contacto: Pucará (5. II. 82.) y Concepción (9.

VII. 82).

5. Flecha radiante: Expedición Urriola contra Cáceres, desde Huancavélica (ocupada 18. IX. 83), hacia Huanta (ocupada 27. IX. 83.), extendiéndose hacia el sur, hasta Ayacucho (ocupada I. X. 83.).

6. Flecha extensiva desde Punto radiado: Lima, hacia Departamento Libertad. a) Acción de Huamachuco (10. VII. 83). b) Estrangulación de la línea de resistencia.

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c) Captura radial peculiar del núcleo geopolí co: Perú de la Sierra.

7. Compar miento que deseaba desintegrarse del marco geográfico; en el cercamiento regularizado del Estado Peruano: Departamento de Arequipa. a) Expedición de Velásquez. Puerto de embarque Callao (3. X. 83,). b) Puerto de Desembarco: Pacocha. c) Absorción del compar mento que deseaba desintegrarse: Arequipa (ocupada 29. X. 83.).

C. Dominio 1. Dominio del núcleo geopolí co, Perú de la Sierra.

2. Consolidación de la eficiencia geopolí ca chilena.

3. Duración excesiva de la campaña, hubo de repercu r intensamente, hasta en la cons tución interna y posterior tendencia geopolí ca (Patagonia.

Oriental).

4. Tratado de Ancón. (Firma de la Paz).

CONCLUSIÓN Como conclusión de este estudio, podemos decir que la Geopólica busca una síntesis de los hechos humanos pasados y presentes, que en una zona determinada se producen con miras a explicar su

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evolución y predecir, dentro de lo posible, lo que determinados acontecimientos (provocados por los hombres o soportados por ellos, como imposición de una voluntad superior) pueden producir en el futuro.

Pasemos ahora al potencial geopolí co. En Geopolí ca se considera que en cada lugar de la erra, y en cierto momento, hay una situación determinada y caracterís ca, en la que influyen elementos complejos, debido al medio geográfico a la raza que lo habita, que da lugar a una resultante, probablemente de carácter vectorial o acaso tensorial.

Para explicar mejor estos fenómenos geopolí cos haremos la comparación metafórica con una realidad natural bastante conocida.

La atmosfera que nos rodea ene dis ntos estados eléctricos, que varían en términos generales según la altura, creciendo el potencial a medida que se alcanzan capas más elevadas en atmosfera, según un escalonamiento que se denomina gradiente. En una atmósfera en calma y sobre una costra terrestre de caracterís cas constantes, la distribución sería uniforme; pero en la realidad sufre las alteraciones debidas a la mayor o menor humedad, calentamiento de las sociedades en épocas primi vas, en que el

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factor humano tenía reprasentan (sic) varían de un punto a otro de la erra en cada instante y de un momento a otro, en cada lugar. Estas variaciones producen los dis ntos estados meteorológicos, tendiendo normalmente a buscar un nuevo equilibrio por acciones lentas. En otras ocasiones surgen diferencias de tensión de tal importancia, que dan lugar a las tormentas y otros meteoros violentos.

De un modo análogo, las componentes geográficas de un potencial geopolí co, enen una distribución definida sobre la erra. En las regiones poco pobladas (desiertos, junglas y estepas) su valor es pequeño, en los lugares propicios para una vida cómoda y fácil, es de mayor intensidad. El nacimiento de las sociedades en épocas primi vas, en que el factor humano tenía poca influencia, surge precisamente en estas zonas en que la naturaleza da al hombre todo lo necesario para vivir con un esfuerzo mínimo.

El progreso se ha desarrollado siempre encuadrado en lo que se llama “Panorama Geopolí co” que lo forman: el paisaje natural y el paisaje cultural.

Un invento (la rueda, la u lización del viento, de la caída del agua y, el aprovechamiento de minerales) ha hecho, que en zonas en que la vida no era más fácil, se desarrolle y mejore una raza de un modo

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superior a las que habitan en las inmediatas. Un perfeccionamiento espiritual, un sistema filosófico o una religión nueva que eleva la parte anímica del hombre, ene consecuencias análogas. En defini va el potencial geopolí co camina lenta o bruscamente y, según los casos, se produce un efecto de osmosis que, elevando suavemente de las zonas limítrofes, ex ende a ellas el potencial geopolí co adquirido en los puntos de origen, o bien el desequilibrio es tan grande o tan brusco, que se producen descargas disrup vas para equilibrarlo.

Estos movimientos bruscos son emigraciones en masa, guerras de invasión, imposición económica de un grupo humano sobre otro, o realización de obras debidas al esfuerzo humano que por su magnitud, sólo pueden ser acome das por una causa potente, como la apertura de canales, perforación de túneles, creación de puertos, grandes viajes a través de océanos desconocidos. etc.

Como final de este estudio, presentaremos un cuadro de los factores, que se consideran en el “Panorama Geopolí co”, que sirve tanto para deducir el progreso y capacidad cultural de un país, como para apreciar su potencia geopolí ca.

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ANEXO Nº 4 LA GEOPOLÍTICA Y SUS TEORÍAS (Transcripción textual)

(Conferencia dictada en la Academia de Guerra del Ejército de Chile)

Por el Tte. Coronel GREGORIO RODRÍGUEZ TASCÓN I.- PARTE I. INTRODUCCION. Para algunos la Geopolí ca no es más que una falsa ciencia ideada por los conductores de una determinada potencia con el objeto de jus ficar su

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polí ca expansionista y sus ansias de dominio mundial.

Esto, si bien pudo cons tuir en cierto momento la finalidad de un grupo de gobernantes de ese país y de los pensadores que los asesoraban, la verdad es que, al ampliarse sus horizontes, al conver rse en un cuerpo de doctrinas bien cimentadas, ella superó por si sola tan menguados propósitos y hoy la Geopolí ca ha pasado a ser una ciencia cuyo cul vo resulta indispensable para el estadista y muy conveniente al militar de cualquier rama de la defensa nacional.

Hay quienes ven en la Geopolí ca un término sinónimo con: Geogra a Polí ca, confusión que resulta fácil disipar si comparamos las definiciones de una y otra y medimos sus alcances.

La Geogra a Polí ca es una rama de la Geogra a General que estudia la organización social del Estado en relación con su territorio. Abarca por lo tanto los problemas de la población, forma de gobierno, división administra va, cultura, clases sociales, etc.

Todo ello referido a un momento de la historia. Es, pues, una ciencia en cierto modo está ca y descrip va.

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La Geopolí ca por su parte es una rama de la ciencia polí ca que estudia los fenómenos rela vos a la cohesión y expansión de los estados. Es una ciencia esencialmente dinámica que ex ende sus observaciones a todos los fenómenos que provocan las fuerzas polí cas en los espacios terrestres, ya sean ellos de carácter evolu vo o revolucionario.

Para extraer sus conclusiones se basa en los conocimientos que le proporcionan la Geogra a, la Historia, la Sociología, la Psicología, la Antropología, la Geología y muchas otras ciencias ligadas al hombre y al suelo.

Como se ve, es esta una disciplina que requiere de cierta universalidad de conocimientos para llegar a comprender el fenómeno polí co en toda su complejidad. Pero la Geopolí ca no se de ene aquí.

Analizada la situación polí ca, se impone la misión de establecer cuáles son los obje vos que el Estado persigue o debe perseguir y en seguida, propone los medios para alcanzarlos. Son, pues, sus finalidades bastantes ambiciosas ya que según la expresión de algunos geopolí cos es esta una ciencia que aspira a predecir el futuro.

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No quiero poner término a esta introducción sin dar a conocer antes otra definición de Geopolí ca, más diáfana, más comprensible y que muestra, de manera inequívoca, las relaciones que ella ene con la profesión militar. Dice así: “La Geopolí ca es la ciencia que estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y evolución de los Estados con el objeto de extraer conclusiones de carácter polí co. Sirve de guía al Estadista en la conducción de la polí ca interna y externa y orienta al militar en la preparación de la defensa nacional y en la conducción estratégica. Al facilitar la previsión del futuro, les permite deducir la forma en que se pueden alcanzar los obje vos y, en consecuencia, las medidas más convenientes en el orden polí co-militar”.

La definición anterior demuestra en forma palmaria las vinculaciones de esta ciencia con la profesión militar y en par cular con el ramo que tengo el honor de enseñar en este Ins tuto.

La preparación de la defensa nacional se hace principalmente a base de antecedentes geográficos a los cuales la geogra a militar le da su exacto significado e interpretación. La organización de las fuerzas armadas, la creación de núcleos económico-

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defensivos, todas las medidas que se toman durante la paz en previsión de la guerra, todas las soluciones que se adopten, para que sean eficaces, deben estar fundadas en la realidad nacional y este sen do de nacionalismo se lo imprime la geogra a militar o geobélica.

Hay, pues, estrecha relación entre esta disciplina y aquella, y se jus fica por lo tanto plenamente el que hagamos a la geopolí ca objeto de nuestras preocupaciones.

Después de este preámbulo, paso a ocuparme de su gestación.

II. GESTACIÓN DE LA GEOPOLÍTICA El término “Geopolí ca”’ aparece por primera vez en la literatura en 1917, empleado por Rudolf Kjellén en su obra, “El Estado como una forma de vida”, pero no podríamos afirmar que esta ciencia que recibe allí su bau smo, nazca y se estructure en ese momento.

La verdad es que ella se viene gestando desde muy an guo y que sólo con posterioridad a 1917 va a adquirir su verdadero significado como un cuerpo de doctrina “en forma”, lo que ocurre en el transcurso de las tres úl mas décadas.

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A.- Sus precursores.

1.- De Aristóteles a Kant.

Las relaciones entre Geogra a y Polí ca fueron reconocidas desde empos remotos. Así Aristóteles, filósofo griego que vivió entre los años 384 y 322 A. C.; con frecuencia señaló la dependencia que exis a entre ambas. Estrabón, geógrafo griego de comienzos de nuestra era escribió para hombres de Estado y polí cos, significando con ello cuan ligados estaban los estudios de su especialidad con el arte de gobernar. Montesquieu, el famoso filósofo precursor de la Revolución francesa, dedicó gran parte de su obra “El espíritu de las leyes” a la influencia de la geogra a sobre las variaciones polí cas y la conducta humana.

Llegamos a Kant, el abstruso filósofo alemán que escribió en la segunda mitad del siglo XVIII, para quien el devenir de los acontecimientos históricos estaba determinado en gran parte por la geogra a.

Las concepciones geopolí cas se vienen sucediendo en un proceso que dura más de veinte siglos, no es por tanto la geopolí ca un fenómeno esporádico, un acontecer brusco sin raigambres en el pasado.

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Por el contrario, sus raíces se nutren en los más fér les talentos, en los más preclaros valores de la humanidad.

La lista de quienes han pensado en términos similares a los de esta moderna ciencia no se de ene aquí, tendríamos que mencionar todavía entre quienes intuyeron sus verdades a un militar alemán casi anónimo y a un militar francés que llenó el mundo con sus hazañas. Fué el primero el Barón Dietrich Heinrich von Bülow, Mayor re rado que murió el año 1807 en una prisión rusa de Riga. Este oficial a pesar de haber sido declarado loco, no sin razón, fue tratado como preso polí co. Había escrito un libro, “El nuevo sistema de guerra” en el cual sostenía que todo el fundamento de la estrategia estaba encerrado en la geogra a; que las frecuentes con endas armadas entre las diversas naciones europeas provenían de falta de ajustamiento entre las dis ntas regiones, y que si Europa quería paz, era necesario que se trazaran las fronteras de acuerdo con la naturaleza misma de las regiones geográficas que componían el Con nente.

La memoria del Barón Dietrich Heinrich von Bülow ha sido reivindicada por los geopolí cos alemanes, compar endo y actualizando sus ideas.

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En nuestros días hemos visto discu rse un plan Schumann que ene por principal finalidad eliminar esa falta de ajustamiento entre las regiones de Europa de que hablaba aquel Barón loco. El otro militar que intuyó la geopolí ca no es otro que el gran Napoleón Bonaparte, “Emperador de los franceses, quien en una sola frase nos revela su amplia comprensión de los fenómenos polí cos y espaciales. El afirmó: ‘‘La Polí ca de los Estados reside en su Geogra a’’, frase reveladora de un profundo pensamiento geopolí co, tal como hoy lo conceptuamos.

A la brillante pléyade de quienes tuvieron concepciones de este género hay que agregar a Karl Ri er, geógrafo alemán (1779- 1859) que veía en la geogra a la causa de las causas, la primera influencia en la determinación del curso de la civilización.

2.- Ratzel y sus siete leyes sobre el crecimiento de los Estados.

Y estamos ya en pleno siglo XIX, la más fecunda de las centurias para el progreso y la ciencia. El siglo XIX tuvo para la ciencia un significado mucho mayor que el de todos los siglos que lo precedieron en conjunto. En él vive y escribe Federico Ratzel, geógrafo alemán (1844-

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1904), fue Profesor de Geogra a en las universidades de Leipzig y de Munich, es el creador de la geogra a humana; aquella rama de la Geogra a General que considera la erra como morada de los hombres y los estudia en su organización social y también desde el punto de vista de lo resultados y ventajas que han logrado sacar de los recursos naturales del Globo.

A Ratzel se le considera con jus cia como el padre de la Geopolí ca y a sus siete leyes sobre el crecimiento de los Estados se las hace figurar, invariablemente, entre los antecedentes más sólidos de su fundamentación.

Ellas enden afianzar el concepto de que el planeta es ya demasiado pequeño para la existencia de más de un gran Estado. Analicemos sucintamente estas siete leyes.

1ra. Ley. La primera establece que el Estado crece con la cultura. Queriendo significar con ello, que a medida que una cultura se ex ende a otros Estados, el Estado que la creó, el Estado que le dio vida, también se agranda.

2da. Ley. La segunda ley dice que: “el crecimiento de los Estados debe ser precedido necesariamente por un aumento de la capacidad de los ciudadanos”.

La ac vidad comercial que lleva la propia bandera

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a otras regiones del mundo o la de los misioneros introduciendo en otras partes la religión y costumbres son manifestaciones de este orden.

3ra. Ley. “El crecimiento de los Estados avanza hasta el grado de amalgamación por el agregamiento de pequeñas unidades”. Ratzel sabía, por su amplio conocimiento de la Historia que para que un Estado pudiera anexarse, sin grandes dificultades, a otros estados más pequeños era preciso hacer comulgar a sus ciudadanos con la propia ideología; obtener que la mayoría de los habitantes estuviera de acuerdo con la polí ca del país del cual iban a formar parte integral.

4ta. Ley. “La frontera es el órgano periférico del Estado”. Las fronteras de un Estado representan no sólo su seguridad, sino también su crecimiento o reducción de acuerdo con las fluctuaciones que este órgano experimente.

5ta. Ley. “’En su crecimiento los Estados tratan de absorber áreas de gran valor”. Estas áreas pueden ser de dis ntos pos: Gibraltar, la isla de Malta, el Canal de Suez, han tenido siempre gran valor para Inglaterra, potencia marí ma por excelencia. En esta edad aérea que estamos viviendo lo ene para

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Estados Unidos de N. A. las Islas Hawaii, Midway, Guam, las Aleu anas; debiera tenerlo para Chile su Isla de Pascua. Pueden ser también áreas de valor geopolí co los ríos, las regiones costeras, los puertos abrigados, las erras ricas en recursos naturales y aquellas capaces de proporcionar potencial humano.

6ta. Ley. “El primer impulso de crecimiento territorial llega a los Estados primi vos desde fuera”. Ley que ha sido confirmada por la Historia. La cultura llevada por algunas potencias a ciertas regiones no siempre ha significado una “cabeza de playa’’ del país de origen, muchas veces ella se indigeniza y han surgido Estados antagónicos a la madre patria, pudiendo en ocasiones llegar a superarla.

7ta. Ley. “La tendencia general hacia la anexión y amalgamación territorial se transmite de Estado a Estado y aumenta en intensidad”: En los empos en que Ratzel escribía; los principales estados europeos estaban empeñados en una loca carrera para conseguir nuevas extensiones territoriales y a medida que adquirían más territorio, más territorio ambicionaban. Esta lucha se ha reanudado en nuestros días por la posesión del territorio antár co, úl ma porción de la erra que queda por repar r.

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3.- Mac-Kinder y su teoría del corazón terrestre.

Como precursor del pensamiento geopolí co en época más reciente debemos mencionar al Geógrafo inglés Sir Halford J. Mac-Kinder, Profesor de Geogra a en las Universidades de Oxford y Londres, nacido en la segunda mitad del siglo pasado y muerto ya más que octogenario después de la úl ma guerra mundial.

Mac-Kinder, que fue Vicepresidente de la Royal Geographical Society de Londres dictó el año 1904 en esa docta corporación una conferencia que tuló; “El pivote geográfico de la historia”. Este trabajo que en aquella época tuvo escasa o ninguna repercusión ha sido exhumado posteriormente, en la edad de la geopolí ca, atribuyéndole un valor tan trascendente para esta ciencia como el que enen las siete leyes de Ratzel que hemos glosado.

Antes de plantear su tesis comienza Mac-Kinder por darnos una visión general y más real del planeta, que difiere un tanto de la convencional a que nos acostumbró la geogra a clásica. Hace resaltar, en primer término el hecho de que de la total superficie del Globo, 3/4 son de agua y sólo 1/4 es de erra.

La unidad de los océanos queda mejor expresada

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por el término ‘‘océano mundial’’ que por los de Atlán co, Pacífico, Indico, Ár co y Antár co.

Del área terrestre, las dos terceras partes forman una masa con nua; Asia, África y Europa, son en realidad un sólo con nente al que Mac-Kinder llama la “Isla Mundial”. En las mediaciones de sus costas dis ngue dos pequeños grupos de islas: las Británicas al Oeste y las del Japón al Este, a las que llama “Islas Próximas”.

A mayor distancia están América y Australia a las que designa por las “Islas Exteriores”.

Hace notar en seguida que más de los 14/16 de la población de la erra está concentrada en la Isla Mundial, que 11/6 viven en las islas próximas, británicas y japonesas y que el otro 11/6 habita las islas exteriores. La unidad de la “Isla Mundial” resulta evidente con solo mirar el mapa; Europa es una península del Asia; África está sicamente unida a Eurasia en Suez y casi de igual manera en Gibraltar y Adén. El Mediterráneo, tal como su nombre lo indica es un mar interior.

Después de darnos esta visión total y sinté ca del mundo, pasa Mac-Kinder a explicar su concepto del ‘‘Heartland’’; de ese “Corazón terrestre” que abarca la parte norte e interior de Eurasia. Se ex ende desde

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las costas ár cas a los desiertos centrales y hacia el oeste hasta el ancho istmo entre los mares Bál co y Negro.

Con posterioridad a su famosa conferencia, MacKinder expresó que este concepto del “corazón terrestre” no admite una definición precisa sobre el mapa por la sencilla razón de estar basado en tres aspectos separados de geogra a sica que, mientras se refuerzan mutuamente, no coinciden unos con otros. En primer término tenemos en esta región la más amplia extensión de llanuras bajas de la erra.

En segundo lugar fluyen a través de esta llanuras ciertos ríos navegables de gran longitud; de ellos, algunos van al océano Ár co y son inaccesibles desde el océano por hallarse embarazados de hielo, mientras otros desembocan en mares interiores como el Caspio, que carece de salida al océano. En tercer término háyase allí una zona de praderas que, hasta entrados los úl mos 150 años, ofrecía las condiciones ideales para el despliegue de fuerza de gran movilidad. Los nómadas jinetes de camellos y caballos encontraban campo propicio para sus incursiones en estas llanuras. De los tres aspectos mencionados, las cuencas de los ríos son el más fácil de representar cartográficamente. La línea de aguas que delimita el grupo íntegro de ríos “ár cos” y

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“con nentales” en una sola unidad, aísla claramente en el mapa un área vasta y coherente que es, con arreglo a dicho criterio el ‘‘Heartland’’. Este corazón terrestre está separado de las costas de Asia por la imponente barrera de las montañas del Tibet; pero en el oeste no hay barrera que le separe de Europa. La gran depresión que cubre la parte septentrional del corazón terrestre llega a la planicie de la Alemania del norte. A través de esta depresión, en siglos anteriores, se deslizaron las hordas invasoras de caballería que vinieron de las estepas del Asia Central, tratando de conquistar Europa; pero fallaron en su intento de conquista porque carecieron de dos cosas que siempre han faltado en el “corazón terrestre”, poder humano y una base de operaciones organizada. Este movimiento frustrado del pasado podía, según MacKinder, realizarse exitosamente en sen do contrario.

Controlando la Europa Oriental podía desde allí intentarse la conquista del corazón terrestre y es lo que trató de hacer Alemania, fracasando por otros factores que no es del caso analizar.

Termina Mac-Kinder formulando las siguientes premisas: − Quien domina la Europa oriental, domina el corazón terrestre;

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− Quien domina el corazón terrestre, domina la Isla Mundial, y − Quien domina la Isla Mundial, domina el mundo.

La teoría de Mac-Kinder ha merecido dos reparos fundamentales: subes ma a América y no considera al poder aéreo.

Es probable que esta limitación que observamos en un espíritu tan lúcido corno Mac-Kinder provenga de la forma como se ha enseñado hasta hoy la geografía, auxiliándonos con los mapas dibujados en la proyección de Mercator, aquel célebre cartógrafo flamenco que vivió hace cuatrocientos años. Pero estos mapas nos dan una visión real del mundo en las proximidades del Ecuador; a medida que nos acercamos a los Polos el mapa presenta graves deformaciones. Comparemos Groenlandia y nuestra América del Sur. Por eso el estudio de la geografía, sin renunciar a los mapas Mercator que son manuales y prácticos, debe complementarse con un globo terrestre o mejor, como se ha hecho recientemente en Francia, dictando la clase a bordo de un avión en vuelo sobre la zona en estudio. Tenemos que

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formarnos un más exacto sentido geográfico para interpretar el mundo en relación especialmente con la estrategia.

De este error que obscurece los hechos geográficos, de estos factores psicológicos que dificultan la comprensión de los mapas ya se había percatado el famoso humorista Mark Twain cuando en su obra “Tom Sawyer en el extranjero” nos cuenta como Tom y su amigo Huck ascendieron ocasionalmente en un globo y después de navegar un rato trataron de orientarse en qué lugar se encontraban. Huck sostuvo que no podía haber llegado aún sobre indiana porque abajo la erra seguía siendo verde y no rosada como él estaba seguro era la de Indiana, por haberla visto así en el mapa que exis a en su escuela.

No sólo las mentes infan les incurren en apreciaciones tan falsas como la señalada. Si en vez de mirar un mapa en proyección Mercator, miramos una proyección global, veremos que todas las masas terrestres se aproximan al Polo Norte y entonces América no es ya una isla lejana, sino un miembro del grupo terrestre que se congrega alrededor de este Polo.

Cuando Mac-Kinder indica que el poder terrestre puede conquistar la Isla Mundial, está basado en

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que el poder naval puede quedar sin ayuda; pero no considera el poder aéreo que ene una mayor independencia y al que basta contar con una base que reúna ciertas condiciones para atacar directamente el poder terrestre.

Hasta aquí Mac-Kinder y sus teorías. Podríamos agregar aún a la lista de precursores los nombres de aquellos hombres de Estado que realizaron actos que demuestran que ellos poseían un claro sen do geopolí co. Tal es el caso de Jefferson que adquiere para los Estados Unidos la Luisiana en 1803, el de Seward al comprar Alaska a los rusos en 1864, el de Teodoro Roosevelt al obtener en 1903 la Zona del Canal a través del Istmo de Panamá, el de Disraeli al efectuar la negociación que dio a Gran Bretaña la mayor parte de las acciones de la Compañía del Canal de Suez, el de Bismarck que logra la unidad alemana después de guerras sucesivas con Dinamarca, Austria y Francia, sin tener que luchar en dos frentes, el de Cecil Rhodes que planifica la supremacía de Inglaterra en el Con nente africano desde el Cabo hasta el Cairo.

Entre los conductores de las potencias del Eje también se observa versación en el campo de las aplicaciones geopolí cas. Así Mussolini esforzándose

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por controlar la cuenca del Mediterráneo y por llevar la bandera italiana hasta el Océano Indico; el primer ministro japonés, Barón Tanaka, que presentó en 1927 a su Emperador un plan geopolí co tendiente a establecer un nuevo orden en Asia; Adolfo Hitler en sus campañas militares y polí cas que puso en ejecución muchas de las enseñanzas de los geopolí cos de su país.

En Chile tampoco han faltado actos guberna vos de marcado significado geopolí co. Tales, fueron por ejemplo, la anexión de la Isla de Pascua en 1888, durante la administración del Presidente Balmaceda a insinuación del Capitán de Fragata de nuestra Armada don Policarpo Toro, que veía en esta posesión insular un factor de seguridad para nuestras comunicaciones en el Pacífico y una base avanzada para nuestro intercambio comercial con Australia y la Oceanía; el decreto del año 1940 del Presidente Aguirre Cerda, que delimitó nuestro territorio antár co y que envolvía la firme determinación de mantenerlo dentro de la soberanía nacional y la confirmación de esta polí ca por el actual gobierno al crear y mantener Bases en ese territorio como clara manifestación de dominio.

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B.- Sus constructores.

1.- Kjellén, el iniciador.

Todos los actos guberna vos que hemos citado y sus inspiradores realizadores merecen considerarse en el campo geopolí co sin que muchas veces hayan tenido conocimiento especial de esta ciencia. La idea ha surgido en ellos como intuición genial o como resultante lógica de sus conocimientos generales y de la clarividencia de su espíritu.

Como lo manifestamos al comienzo esta ciencia aparece con su nombre de “Geopolí ca”, sólo en 1917 y es un sueco Rudolf Kjellén, profesor de Historia y Derecho Polí co en la Universidad de Upsala y de Geogra a más tarde en la Universidad de Gotemburgo, quien primero la emplea en su obra “El Estado como una forma de vida” y por esto ha sido considerado, con razón, como su iniciador. Kjellén autor de numerosas obras se iden ficó espiritualmente con Alemania, sin llegar a tomar la ciudadanía alemana, durante la primera guerra mundial.

Kjellén considera al Estado como un organismo vivo, cuyo principal atributo es el poder. Abomina de los legalistas que sólo ven en el Estado a una creación

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de la ley. El se propone emancipar la sociología de los abogados y dotar el esqueleto legal de carne y sangre sociogeográficas. En esto coincidió con Ratzel, que también concebía el Estado como una unidad biológica dotada de todas las caracterís cas y la vitalidad de un organismo; pero le agregó algo más, la noción del pueblo. Territorio y espacio están for ficados por la inclusión del concepto pueblo; que como consecuencia de su capacidad migratoria puede cubrir vastos y nuevos territorios. Donde quiera que el pueblo se halle, allí puede y debe hallarse el Estado de origen.

La ciencia polí ca, según la teoría de Kjellén, se vale de las siguientes ciencias auxiliares que él enumera en orden de importancia: 1.°—La Geopolí ca, que estudia al Estado como un fenómeno en el espacio. Si el territorio es el cuerpo del Estado, se deduce que al igual que cualquier organismo biológico, debe crecer y tener órganos, o sea, se ocupa de las relaciones entre Geogra a y Estado.

2.°—La Demopolí ca, ciencia que estudia la forma de la organización polí ca de los habitantes de un Estado, o sea, las relaciones entre la población y el Estado.

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3.°—La Ecopolí ca rama de la ciencia polí ca que estudia los procesos de producción y consumo, dicho en otros términos, estudia los recursos económicos del Estado.

4.°—La Sociopolí ca, ciencia que estudia la organización de la sociedad dentro de la nación, o sea, la estructura social del Estado.

5.°—La Cratopolí ca, ciencia que trata de la organización legal del Estado; su Gobierno y administración, o sea, la organización gubernamental.

Estas son, en resumen, las ideas de Kjellén que han recibido reparos de los geopolí cos posteriores.

El explicar al hombre como producto exclusivo del medio ambiente es considerado como una limitación que es preciso desechar. Entran a jugar en los fenómenos geopolí cos otros factores como las cualidades ín mas de su propio yo y de su raza, su voluntad moral y el análisis consciente que hace del mundo que lo rodea.

Kjellén fallece en 1922, cuando la geopolí ca estaba aún en sus balbuceos. Pero a él siguen una pléyade brillante de con nuadores, especialmente en

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Alemania, el más connotado de todos es: 2.—El Mayor General, Profesor Dr. Karl Haushofer, estructurador formal de la geopolí ca.

Haushofer nació en Munich, capital de Baviera, en 1869, ingresó a la Escuela Militar y sale de ella como Alférez de Ar llería. Más tarde ob ene su tulo de Oficial de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra de Berlín y poco después llega a ser Profesor del mismo Establecimiento. En 1909 es comandado al Ejército Japonés como Instructor de Ar llería; permanece allí dos años; visita Corea y se compenetra de los problemas del lejano oriente. Fue un lingüista consumado, habló seis lenguas extranjeras incluyendo chino, japonés, coreano y ruso.

Vuelto a Alemania, termina sus estudios universitarios en Munich, doctorándose en Ciencia Polí ca y Filoso a. Su tesis versó sobre el Japón. En 1913 publicó su primer libro: “El Japón, su potencia militar, su papel mundial y su futuro”.

La primera guerra mundial lo encontró de Coronel y comandando una Brigada de Ar llería. Comba ó en Francia, Italia, Turquía y Rusia. Al término de la guerra es Comandante de División y se re ra del servicio ac vo con el grado de Mayor General. Dos

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años después de finalizar la guerra es nombrado Profesor de Geogra a y Ciencia Polí ca Militar de la Universidad de Munich donde promueve un interesante movimiento geopolí co que apasiona a los estudiantes universitarios y a los Oficiales del Ejército.

Sus ideas se basan en el estudio atento de las obras de Ri er, Ratzel, Mac-Kinder y Kjellén a las que dedicó muchas de sus meditaciones antes de lanzarse al campo de la geopolí ca.

En 1923 toma contacto con Hitler, que se encontraba en prisión, por intermedio de Rudolf Hess, uno de sus discípulos y lugarteniente del Füehrer.

En 1924 creó el “Ins tuto de Geopolí ca de Münich” y fundó la “Revista de Geopolí ca” que sólo deja de aparecer en 1943. Se asegura que muchas de las ideas contenidas en el libro de Hitler, ‘‘Mein Kampf” fueron sugeridas por Haushofer, especialmente el Capítulo XIX de esta obra, en el que sos ene que nunca debe permi rse la formación de dos potencias con nentales en Europa.

Su obra más importante es la “Geopolí ca del Océano Pacífico”, publicada por primera vez en 1924 y de la cual se han hecho ediciones corregidas en 1938 y 1939.

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Cuando manifestamos que Haushofer es el estructurador formal de la Geopolí ca no nos referimos exclusivamente a su valor individual, porque él para esta ciencia más que una persona fue una escuela, un movimiento, un símbolo y una fuerza propulsora.

Haushofer insiste en sus escritos en que el espacio da vida, de que un amplio espacio es el primero e indispensable atributo de la grandeza nacional. El pensó en la conquista del corazón terrestre por su país, por medios pacíficos. Fue un fervoroso par dario de la alianza con Rusia, pero tuvo en el Dr. Alfred Rosemberg, uno de los Consejeros de Hitler, un serio opositor. Rosemberg predicaba una alianza nórdica con Inglaterra y una guerra sagrada contra el comunismo. Para Rosemberg la raza alemana tenía la misión divina de conquistar las razas inferiores.

Haushofer despreciaba las teorías racistas y sólo consideraba el espacio.

Rosemberg ganó la par da y los resultados desastrosos que tuvo para Alemania la guerra con Rusia parecen dar la razón a Haushofer.

A mediados de marzo de 1946, el General Haushofer puso fin voluntariamente a su vida.

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Este es, en síntesis el largo proceso de gestación y estructuración de la geopolí ca y pasamos ahora a ocuparnos de sus aspectos doctrinarios.

III.- GEOPOLÍTICA GENERAL Y GEOPOLITICA PARTICULAR DE CADA ESTADO. La geopolí ca observa, indaga y escudriña, la dinámica de los espacios terrestres tratando de establecer las leyes que los rigen; pero como cada nación reacciona de manera diferente ante los factores geopolí cos, hay quienes dudan que pueda ser una ciencia general. Suelo, clima, mar y espacio, enen un significado diferente para cada Estado, dado que no existen naciones cuyas condiciones geográficas sean las mismas; luego debe exis r una geopolí ca alemana, francesa, rusa, inglesa, norteamericana, etc. Indudablemente esta observación es exacta; pero ello no excluye que exista una geopolí ca general, con normas o principios comunes aplicables a cualquier Estado.

Se discute también si la geopolí ca es o no ciencia.

Hay quienes le niegan la calidad de tal diciendo que “no es más que la deformación y el abuso de la geogra a para propósitos polí cos”, aludiendo al uso que de ella hicieron algunas potencias durante

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la guerra pasada. Sin embargo, posteriormente todas las grandes naciones democrá cas han es mado necesario recurrir a la geopolí ca para sistema zar su marcha de acuerdo con un criterio geográfico de gobierno, es decir, con criterio geopolí co.

—Escuelas geopolí cas.

De la existencia de una geopolí ca par cular de cada Estado, que nace de las peculiaridades geográficas de él, han surgido diversas escuelas, como ser: —La escuela alemana.

El centro de gravedad de cuyas elucubraciones se encuentra en el factor espacio. La conquista de un espacio vital tuvo para esta nación, al igual que para otras como Italia y Japón, poseedoras de un territorio que resultaba insuficiente para el número y ac vidad de sus habitantes, el carácter de un impera vo ineludible. Al mismo empo considera esta escuela que en Europa no debe exis r más que un solo gran Estado.

—La escuela inglesa.

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De la condición picamente insular de Inglaterra deriva su polí ca de dominio marí mo mediante el gran desarrollo del poder naval y la conquista de bases y estrechos que le permiten seguir siendo la reina de los mares. El poder terrestre y el poder aéreo trabajan en este país en favor del poder naval, fundamento de su poderío.

—La escuela rusa.

La U.R.S.S posee gran extensión territorial, pero carece de costas en los mares calientes. La influencia mundial no puede lograrla a través de los mares y su desarrollo económico aún retrasado en relación con las potencias occidentales no le permite compe r en los mercados; pero busca salvar esta deficiencia en el campo ideológico y su sistema polí co, sostenido en todos los países por par dos nacionales afines o simpa zantes, le permite ejercer una influencia trascendente. En tanto, ende a asegurar su dominio sobre la Isla Mundial, con lo cual según la predicción de Mac-Kinder habrá obtenido el dominio del mundo.

El Ins tuto Geopolí co de Moscú, similar al de Munich, asesora al gobierno en todo lo que dice relación especialmente con su polí ca internacional.

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—La escuela norteamericana EE.UU. de N. A., país de gran potencialidad económica, está en condiciones de ejercer un control económico e indirectamente polí co sobre las más grandes áreas mundiales. Su geopolí ca trabaja a base de estas posibilidades para ensanchar su esfera de influencia.

Spykman, destacado geógrafo, economista y Profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Yale y eminente mentor del pensamiento geopolí co norteamericano ha expresado “que no ene des no ningún país que no tenga una radiación o influencia superior a su extensión geográfica”.

EE.UU. ha sobrepasado ampliamente en cuanto a influencia su área territorial y cada día nuevas zonas sienten el efecto de su poderío.

—La escuela del Va cano El Va cano, como todo Estado bien organizado y con definida orientación, marcha en conformidad a cierta doctrina geopolí ca. La iglesia católica, que junto con perder el poder temporal había venido perdiendo mucha de su influencia espiritual, aspira hoy a recuperar esta úl ma y el resurgimiento social-

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cris ano le ofrece promisoras expecta vas. Hay pues como se ve marcada semejanza entre la Escuela Sovié ca y la del Va cano.

Otras escuelas Si observamos la vida y desarrollo de las diversas potencias podríamos llegar a iden ficar otras escuelas por la tendencia general que manifiestan estos Estado. Así por ejemplo, Francia, cuya influencia en el mundo se hace sen r con gran intensidad a través de las ciencias y de las artes, que pese a sus dificultades económicas trabaja tesoneramente en la inves gación cien fica, efectúa exploraciones a las regiones polares, envía exposiciones de pintura por los dis ntos con nentes y no descuida ninguna ac vidad del espíritu que pueda crearle vínculos favorables a la nacionalidad.

Acaso el moderno Estado de Israel no esté desarrollando ya una acción geopolí ca por el dominio del mundo basado en el poder del oro, para la acumulación del cual su pueblo ene par culares disposiciones, favorecidas por la forma como su población está diseminada en el globo.

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IV.- PRINCIPIOS BASICOS DE LA GEOPOLÍTICA. Hemos visto que hay una geopolí ca par cular de cada Estado que nace de sus peculiaridades geográficas, pero al mismo empo hay una geopolí ca general común de todos ellos y que ene sus principios básicos, algunos de los cuales bosquejaremos brevemente.

Primer principio. Se admite que en todo espacio hay un núcleo de cohesión o zona eje.

El determinar este núcleo de cohesión dentro del país, del con nente o del mundo es una de las finalidades de la geopolí ca. Su búsqueda se hace con criterio histórico, estratégico, psicológico, económico y cultural. Concurren a este fin todas las ciencias que sirven a la geopolí ca en sus inves gaciones.

Si quisiéramos ubicar para Chile este núcleo de cohesión o zona eje, me parece verlo en el valle central comprendido entre el río Aconcagua por el norte y el canal de Chacao por el sur y encuadrado lateralmente por las Cordilleras de los Andes y de la Costa.

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Aquí tenemos también la masa de nuestra población, la más culta y sólidamente cohesionada de la nacionalidad, la más progresista y desde la cual ha irradiado el impulso vivificador hacia las regiones extremas.

Segundo principio. La existencia de un núcleo de cohesión determina el nacimiento de tres zonas dis ntas: una zona nuclear o de resistencia, una zona periférica o fronteriza y una zona intermedia o hinterland que ene por misión tonificar la zona nuclear y servir de conexión con la zona periférica.

Cada una de estas zonas ene una serie de líneas o vías estratégicas que le sirven de esqueleto o armazón. Estas líneas son de dis nto orden: tenemos una línea interna de resistencia y una línea periférica de expansión o frontera. Hay todavía diversas líneas de conexión que pueden ser: internas, aquellas que sirven a las necesidades de una zona o centrífugas que apoyan directamente a la frontera.

Apliquemos este segundo principio al caso de otro país sudamericano. Argen na por ejemplo.

Su zona nuclear estará representada por la pampa húmeda o sea la zona que resultaría de trazar

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haciendo centro en Buenos Aires un arco de circulo con un radio de más o menos 600 Kms zona que queda aproximadamente limitada por la isoyeta de los 750 mm. Es esta la parte rica de Argen na y que concentra la mayoría de la población, la economía, el comercio, el poder polí co y la cultura; la zona intermedia es la pampa seca por el occidente y norte y la Patagonia por el sur, espacios más allá de los cuales quedan las zonas periféricas.

Como líneas de conexión aparte de su red férrea y caminera tenemos los sistemas hidrográficos formadores del Río de la Plata y el océano Atlán co para la región periférica sur.

La línea de resistencia está marcada en el límite entre la pampa húmeda y la pampa seca.

Tercer principio. La línea periférica de expansión o frontera no es una sino que se subdivide según los grados o ma ces que toma la expansión del núcleo central.

Se pueden dis nguir cuatro pos de fronteras, admi endo naturalmente la existencia de fronteras estabilizadas, de fronteras muertas, que desde el punto de vista de geopolí ca no interesan. Ellas son:

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1.°—Las fronteras de los territorios anexados. Sobre ellas se ejerce control económico, administra vo y bélico.

2.° —La frontera de los territorios bajo protectorado.

Sobre ellas se ejerce el control económico y militar.

3.°—Las fronteras de los territorios bajo influencia.

Sobre éstas sólo se ejerce un control o penetración económica, y 4.°—Las fronteras de los territorios o zonas de interés.

Estas son áreas de expecta va, que se quieren reservar para el futuro.

Tales son las cuatro, fronteras de todo Estado y los procesos de su crecimiento. El orden en que normalmente se realiza este proceso de crecimiento es el siguiente: Toda zona de interés pasa a ser zona de influencia, con núa transformándose en protectorado para terminar en anexión.

En este sen do nuestro país ene fronteras de algunos de los pos enunciados como ser las correspondientes a los territorios anexados como consecuencia de la guerra victoriosa contra el Perú y Bolivia; nos corresponde también una frontera de influencia en el Pacífico cuyo límite por el norte está

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en Panamá y tenemos fronteras de interés hacia la Polinesia, Australia, Nueva Zelandia y Costas Asiá cas.

Cuarto principio. La expansión de todo núcleo de cohesión se realiza siguiendo tendencias previsibles y en virtud de fuerzas o tensiones de un triple carácter, que son: espirituales, sicas y económicas.

Cada tensión posee sus líneas estratégicas que al igual que las que cons tuyen el esqueleto de todo espacio son internas, de conexión y periféricas.

Las tensiones espirituales se ejercen mediante la influencia de la literatura, la ciencia o el arte o por la labor de los misioneros.

Las tensiones sicas se verifican especialmente por la emigración por la cual se desarrolla una presión demográfica sobre el país en que los inmigrantes se han establecido; también las rutas aéreas y marí mas son una manifestación de esta clase.

Las tensiones económicas se manifiestan por la conquista de mercados, búsquedas de materias primas, etc.

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Quinto principio. La expansión de los Estados conduce fatalmente a un conflicto que sólo puede solucionarse en dos formas: − Por mutua y pacífica integración, o − Por subordinación de un Estado a otro, lo que puede verificarse de manera pacífica o por las armas.

Toda nación debe vivir preparada para cualquiera de estas eventualidades.

Estos son algunos de los principios fundamentales que considera la geopolí ca. En la segunda parte trataremos acerca de la forma como la geopolí ca interpreta los factores geográficos II.- PARTE V.- LOS FACTORES GEOGRÁFICOS A LA LUZ DE LA GEOPOLÍTICA Desde el punto de vista militar estamos acostumbrados a valorar los factores geográficos, tanto sicos como humanos, para determinar cuál es la influencia que ellos ejercen en la realización de las concepciones estratégicas; pero nuestro análisis no va más allá del aprovechamiento de las ventajas que ellos nos

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ofrecen o de tratar de eludir los inconvenientes que presentan.

Aprovechamos también este conocimiento como antecedente básico para resolver los problemas orgánicos y como indispensable información sobre el Teatro de Guerra. Ahora nos vamos a aventurar en un terreno que difiere un tanto del anterior, trataremos de desentrañar el significado geopolí co de los factores geográficos, es decir, ver como ellos influyen en la cohesión y desarrollo de los Estados.

Nos referiremos brevemente a aquellos factores que enen más relación con Chile.

A.- Situación geográfica Entendemos por situación geográfica la ubicación que ene un país en el globo terrestre considerada desde el punto de vista de su desarrollo y seguridad.

Tal concepto merece ser analizado desde tres ángulos diferentes: respecto a sus vecinos, respecto al con nente del que el país forma parte y respecto a los grandes centros de atracción mundial.

Si observamos un globo terrestre notamos lo que señalábamos al comienzo, que el Polo Norte es el

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centro del mundo, que a su alrededor están las grandes masas terrestres y que en él se tocan las anchas cabezas de los con nentes, los cuales se van estrechando hacia el sur.

Por otra parte, la Historia nos dice que ninguna gran potencia del mundo an guo o moderno ha estado colocada al sur del Ecuador. Actualmente las grandes potencias existentes están colocadas muy al norte de la línea equinoccial y tratan de confluir hacia el Polo Norte. Sólo el hielo cierra al hombre la perspec va de permanecer en las regiones ár cas, pero el comercio, movimiento primordial del mundo, con nuará en esta dirección. Puede decirse por lo tanto, que la civilización actual sigue rumbo norte.

Chile, situado al otro extremo del mundo, queda notablemente desplazado de esta área de significación mundial, pero está en cambio, en excelente condiciones para influir en el Pacífico sur.

La más importante consecuencia de la situación geográfica de un país es su distancia a los grandes centros de poder, que regula el comercio, influyen en la polí ca, afectan a la organización y trazan rumbos a la cultura.

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El centro de poder para nosotros más próximo es EE.UU. de N. A. Esto indica que mientras no surja en el hemisferio sur otro centro de poder estaremos some dos a la influencia norteamericana y nuestro desarrollo nacional tendrá necesariamente rumbo norte. La geopolí ca nos enseñará como manejar y encauzar esa influencia. En todo empo el mundo ha tenido un centro polí co de gravedad que no es permanente, va cambiando con los grandes acontecimientos que conmueven al mundo. Hoy, después de la segunda guerra mundial, parece haberse localizado en los Estados Unidos de N.A. Sin embargo, si miramos un mapa de Chile vemos que nuestros ríos, nuestras montañas, nuestra población, todo nuestro país parece vaciarse hacia el oeste, indicando que quizás hacia el Pacífico tendremos que derivar algún día, hacia algún centro de poder que todavía no ha surgido y que bien pudiera estar potencialmente en nosotros.

B.- Influencia geopolí ca de la extensión o superficie La extensión o superficie de toda nación es otro factor que debe considerarse como de primera importancia, ella influye directamente en el desenvolvimiento y poderío de los pueblos. Las

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grandes superficies presentan generalmente climas diversos y en consecuencia también productos más variados, lo que es causa de mayor bienestar, de un mejor desarrollo para el comercio interno e internacional.

Apreciando en todo su alcance el valor del espacio el pensador argen no José Ingenieros, expresaba lo siguiente en su obra “Sociología Argen na” en los comienzos del presente siglo “El problema de la hegemonía sudamericana puede plantearse en términos concretos. Sus factores naturales son cuatro: 1° La extensión.

2° El clima.

3° La riqueza natural.

4° La raza.

Y agregaba: “Chile carece de extensión y fecundidad. Al Brasil le falta el clima y la raza. La Argen na reúne los cuatro factores: territorio vasto, erra fecunda, clima templado, raza blanca”.

A estas ideas de Ingenieros pueden hacérsele algunos reparos pero sólo las he traído a colación

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para destacar el gran significado que se atribuye en ellas a la extensión.

Igual cosa manifestaba Wégener en su conferencia, “El espacio terrestre y el des no’’ al expresar: “el impulso orientado a extender su espacio es una de las cualidades elementales y más absolutas de todo Estado capaz de exis r”.

Ejemplo de Estados poseedores de un potente impulso expansivo son Gran Bretaña y Rusia. Gran Bretaña con sus colonias ha llegado a tener 41.000.000 de kms2. y Rusia 23.000.000; pero en la forma como se ha efectuado este crecimiento difieren uno de otro.

Rusia se ha extendido “en forma de mancha de aceite”, incorporando Estados vecinos, sus fronteras se han movido siempre en erra firme.

En cambio Inglaterra ha llevado a cabo una expansión “pun forme” mediante la adquisición de costas, puertos e islas en ultramar y desde estos puntos de apoyo ha ido ampliando sus dominios hasta conquistar grandes espacios.

Algunas cifras mostrarán como ha sido de intenso el crecimiento de algunos Estados en ciertos períodos

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de su historia: - Estados Unidos de N. A. en el período comprendido entre 1783 a 1853, o sea en 70 años, creció a razón de 250 kms2 por día.

- Rusia durante 400 años, desde 1500 a 1900 creció a razón de 130 kms2 por día.

Sin embargo no todas son ventajas al ser dueño de un gran espacio, es necesario disponer del potencial capaz de dominarlo, de lo contrario se corre el riesgo de un desgaste prematuro. Por otra parte, una gran extensión va acompañada generalmente de un índice bajo de densidad de población, lo que determina una menor cohesión nacional. Desde el punto de vista militar esta condición le resta vigor a las operaciones ofensivas, pero en cambio le da gran ap tud defensiva, pues le permite efectuar maniobras dilatorias casi indefinidamente. Esto es lo que hace de Rusia y de China países prác camente inconquistables.

C.- Influencia geopolí ca de la forma o configuración de un país En cuanto a su forma las naciones se dividen en naciones de forma centrada y en naciones de forma descentradas.

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Son centradas aquellos países cuyo contorno o periferia es en cualquiera de sus puntos aproximadamente equidistantes del centro o corazón del territorio.

Entre los segundos (descentrados) están los que no reúnen la condición mencionada.

Desde un punto de vista general para el desarrollo de los pueblos, la forma centrada y en especial los de marcada tendencia circular, presentan todas las ventajas para un mejor desenvolvimiento económico, social y polí co lo cual se explica por el más favorable agrupamiento y cohesión de todos sus elementos.

Esto jus fica la tendencia común que se observa en las naciones a regularizar la forma de su suelo, tendencia que sólo es atenuada, lo mismo que la de expandirse, por la intervención de los grandes accidentes geográficos que pasan a cons tuir fronteras naturales.

Chile es un pico país de faja, o sea una nación en la que la forma descentrada está exagerada en extremo luego en este sen do se encuentra en las peores condiciones. Otro tanto ocurre con el problema de su defensa nacional, extraordinariamente di cil de resolver. A su enorme vulnerabilidad se suman las dificultades de todo orden con que tropezarán las diversas fases de las operaciones (movilización,

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concentración, etc.) y lo complicado de su problema orgánico-militar.

D.- Influencia geopolí ca de las montañas “El esfuerzo que demanda escalar la montaña y llegar a su cima, da a la cordillera su poder de barrera, su gran fuerza separatriz. La cordillera es el más perfecto de los límites polí cos, el accidente que verdaderamente separa. Las dos ver entes forman dos mundos apartes. La atmósfera se ex ende sobre montañas y llanuras estableciendo un nexo entre una ver ente y otra que la aviación aprovecha ventajosamente, pero la verdad es que esta unión nunca llega a ser tan intensa como para borrar el obstáculo y amalgamar los intereses y caracterís cas de los que habitan a uno y otro lado”.

Por otra parte, así como las aguas nacidas de las cordilleras se deslizan hacia la llanura que enen al pie, así los hombres que las pueblan también hacen derivar su ac vidad y ambiciones hacia las erras bajas, sin intentar traspasar la montaña, en virtud de la ley de la economía de las fuerzas. Pero cuando las dos ver entes se unen por una vía de comunicación se produce un fenómeno similar al que ocurre a los líquidos en los vasos comunicantes. La más fuerte

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se lanza sobre la otra y trata de conquistarle, de dominarla, hasta que en la misma forma que se observa en los vasos comunicantes el potencial de las dos alcanza un determinado nivel, una especie de equilibrio, en este momento las dos laderas empiezan de nuevo a separarse cultural y polí camente. Este curioso fenómeno no ene lugar en las planicies, las vías que en esas regiones unen dos puntos de diferente potencial no obran como vasos comunicantes sino que se u lizan para un tráfico normal. La fuerza de las regiones planas es está ca, no se propaga. La de las montañas, en cambio, es dinámica, se vierte por las vías de comunicación como un torrente llevando su fuerza de una región a otra”.

Los Andes cons tuyen un ejemplo notable del grado de influencia geopolí ca de las montañas, en especial respecto a nuestro país.

Veamos lo que dice un escritor colombiano, el General Julio Londoño sobre el par cular: “Mucho y muy frecuentemente se ha hablado de la posibilidad de formar una unión indisoluble entre Chile y Argen na. La presencia de los Andes destruye esta utopía como un argumento implacable y defini vo. Tal unión sería un desa o a la geogra a,

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un reto a la historia del mundo. Nada puede unir a dos pueblos; que se hallan a lado y lado de una cadena montañosa que sólo el Himalaya supera en elevación.

Ningún vínculo puede establecerse entre dos naciones que, separadas por tan formidable muralla, son atraídas por mares dis ntos situados uno al oriente y otro al occidente. Así están condenados a vivir y a surgir separadamente, olvidados el uno del otro dentro de la paz y de la concordia.

Sé que los conceptos que he transcrito no son compar dos por algunas de las personas que me escuchan, pero he creído de interés citarlos como ejemplo pico de la influencia que estoy analizando.

Hoy como ayer las montañas siguen actuando como límite cultural y económico. Baste citar en apoyo de lo dicho dos montañas que en Europa, pese a la gran densidad de población e incremento de la vialidad, cons tuyen fronteras polí cas de valor permanente: los Pirineos entre España y Francia y la Cordillera Tydal entre Suecia y Noruega.

Esta fuerza separatriz de las montañas está en proporción directa con su extensión y altura. Pocos países de la erra par cipan en este sen do de una

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influencia más intensa que la que experimenta Chile con la Cordillera de los Andes en su frontera, oriental.

Hasta aquí hemos hablado de la influencia geopolí ca de las montañas como límite, pero ellas ejercen también una influencia no menos transcendente sobre el carácter de la población.

El montañés es individualista y tradicionalista. Tiene un fiero espíritu de independencia que lo hace rechazar con brío y al vez cualquier intento de conquista o anexión; espíritu que contrasta con el de los habitantes de las llanuras, más propensos a aceptar las innovaciones polí cas y más propensos también a dejarse subyugar.

Los montañeses conservan con más tesón que los habitantes de las llanuras sus modalidades étnicas, idiomá cas y culturales.

Ejemplo del espíritu de independencia de los pueblos montañeses son algunos pequeños Estados que, pese a su insignificancia, han logrado sobrevivir, como las pequeñas repúblicas de San Marino en Italia y la de Andorra en los Pirineos o aquella no reconocida jurídicamente que forman los monjes montañeses del Athos y que viven allí hace más de mil años.

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Chile es también un pueblo de montañeses, la cordillera gravita sobre nosotros de manera indudable; en cualquier región de nuestro territorio que nos encontremos experimentamos su influencia, nuestra vista choca y se extasía invariablemente en ella. Pero ¿Tenemos ese espíritu individualista que caracteriza al hombre de las erras altas? ¿Somos hos les a toda innovación? ¿Hay en nosotros un regionalismo agresivo? ¿Somos seres introver dos?

Creo que a estos interrogantes podemos darle una respuesta nega va. Par cipamos de muchas de las caracterís cas de los montañeses pero modificadas, temperadas por otra influencia que vamos a analizar en seguida.

E.- La influencia geopolí ca del mar El mar es fuente de grandeza nacional, ha dicho Ratzel.

Hay en efecto, factores de orden sico y humano que le dan esta condición.

1.- En lo sico − Contribuye a hacer más suave y regular el clima de las regiones que baña, evitando las grandes oscilaciones térmicas.

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− La evaporación que se produce en su superficie da lugar a lluvias que fer lizan los campos e influye en este sen do sobre la economía del mundo. − La erosión que provoca, sumada a los materiales que hacia él acarrea la erosión fluvial permite que en su seno se formen nuevos levantamientos.

2.- En lo humano − La pesca, gran industria que contribuye a la alimentación del hombre, ene en el mar la principal fuente de producción: − Facilita el intercambio entre los habitantes de los diferentes con nentes dando lunar a un tráfico intenso.

Es una vía de comunicación fácil y expedita.

En los factores antes indicados encontramos la explicación de esa gran atracción que ejerce el mar.

Hay un impulso desde el interior de los con nentes hacia las costas.

Las primi vas civilizaciones se formaron a la orilla de los ríos como el Ganges, el Tigris, el Éufrates, el Nilo.

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Pero en cuanto la navegación cobró importancia surgieron las grandes civilizaciones marí mas como la fenicia, la griega, la romana y posteriormente la cris ana y la árabe.

En nuestro empo la riqueza y el comercio enden a localizarse en las costas, buscando la vía marí ma, que es la predilecta del tráfico mundial.

Cuando el mar recibe un gran río se puede decir que él se adentra en el con nente llevando hacia el interior el progreso y la cultura.

Grande es también la influencia del mar como frontera polí ca. La seguridad que en este sen do él proporciona crece proporcionalmente con la distancia a que se halla el próximo país importante. Ejemplos en este sen do lo cons tuyen el Japón e Inglaterra.

Japón hasta la úl ma guerra nunca había sido puesto en serio peligro por enemigos exteriores. Inglaterra, si bien es cierto que en el pasado sufrió numerosas invasiones como las de los romanos, pictos, escotos, sajones, anglos, jutos, daneses y normandos; hace 884 años que ningún adversario pisa su suelo.

Sin embargo, si grande es la seguridad que proporciona el mar, con el desarrollo de la aviación este factor ha

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perdido en efec vidad y es por eso que los Estados Insulares o con gran litoral enden a procurarse, hoy con más interés que antes, un campo de seguridad en la orilla opuesta.

Cuando mares polí ca y económicamente importantes enen en sus márgenes a varios Estados, el Estado más poderoso trata de apoderarse de todas las costas o por lo menos de la mayor parte de ellas. Es la an gua aspiración al mare nostrum que vemos en los cartagineses primero y en los romanos después respecto al Mediterráneo; en los griegos y en los turcos respecto al mar Egeo. En nuestro mar Pacífico, a pesar de su gran extensión no dejan de observarse intentos de esta clase. Así por ejemplo, Rusia en la época de Alejandro I, entre los años 1801 a 1825 tuvo la intención de hacer un mare nostrum del Pacífico septentrional. En 1808 estuvo a punto de anexarse el archipiélago de Hawái. En 1822, en el congreso de Verona, llegó a reclamar para sí San Francisco, pero ya Estados Unidos estaba consolidado como Estado y obligó a Rusia a renunciar a sus pretensiones. Hoy la acción de los Estados Unidos en el Japón, Corea y Formosa, etc., revela una intención de proporcionarse un glacis o espacio de seguridad en la ribera opuesta a sus costas del Pacífico, idea que no es nueva porque ya uno de sus Presidentes,

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me parece que fue Teodoro Roosevelt, hablaba de hacer del Pacífico un lago americano.

Numerosos son los ejemplos que la historia nos ofrece de esta tendencia a la conquista de las costas opuestas: − Inglaterra conquistó parte de Francia en los siglos XIV y XV. Calais, el punto del con nente más próximo y peligroso, estuvo en poder de Inglaterra durante dos siglos. − Portugal, España y Francia han luchado en repe das ocasiones por apoderarse del norte de Marruecos.

Otro aspecto interesante es la lucha por los estrechos que tanta importancia enen desde el punto de vista estratégico y económico; ellos han movido siempre a las potencias. Inglaterra cuando no ha podido hacer suyo un estrecho importante tampoco ha permi do que se instale en él una potencia marí ma y ha procurado en cambio que Estados débiles sean sus guardianes. A Turquía se le permi ó la posesión del Bósforo y los Dardanelos, pero se le negó enérgicamente a un Estado fuerte como Rusia.

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En el Oresund y los Belts se permi ó el poder de Dinamarca, pero si hubiera sido Alemania la que pretendía establecerse en ella, Inglaterra no lo hubiera aceptado.

Gibraltar, Suez, Singapur aseguran para Inglaterra las arterias de mayor tráfico marí mo. En nuestra América meridional las Islas Falkland o Malvinas le dan un control indirecto sobre el Estrecho de Magallanes y le permiten mantener posesiones en el Con nente Antár co desde las cuales vigilar el Estrecho de Drake.

La accidentada vida de Corea que en estos momentos pasa de nuevo a ser escenario de dramá cos acontecimientos se explica en gran parte por el significado que ene para Rusia, China y Japón (digamos hoy Estados Unidos) el estrecho de Corea, que comunica el mar del Japón con el mar Amarillo, libre ya del bloqueo de los hielos.

Chile desde el punto de vista geovial es dueño de una interesante zona, la de las comunicaciones entre el Atlán co sur y el Pacífico sur; soberano del Estrecho de Magallanes en toda su extensión y dominando el Estrecho de Drake desde Navarino e islas adyacentes por el norte y el archipiélago de las Shetland por el Sur; su envidiable ubicación en este sen do, le da

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situación polí ca, estratégica y económica ante las potencias del mundo, suscep ble de acrecentarse dada la vulnerabilidad y reducida capacidad del Canal de Panamá.

A las consideraciones que hemos hecho sobre la influencia geopolí ca del mar debemos agregar algunas palabras para referirnos a la forma como influye en el carácter de los habitantes de los países que baña. Aquellos que viven en sus proximidades son alegres y extraver dos, difiriendo fundamentalmente de los habitantes del interior y en especial de los montañeses. Los chilenos, como ya lo dijimos antes experimentamos las dos influencias, la mar y la de la montaña, sin que ninguna llegue a prevalecer.

Surge por tanto un po intermedio de hombre, que no es el montañés reconcentrado y adusto, ni el cos no cordial, expansivo y superficial. Hay en el chileno un equilibrio de caracteres, alguien ha dicho que cons tuimos el pueblo clásico por excelencia. La montaña y el mar gravitando con igual intensidad han producido esta curiosa síntesis.

Poseedores de un extenso litoral hay sin embargo hechos que han impedido que las cualidades

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marí mas se desarrollen en alto grado entre nosotros como era dable esperar. Estos son, en primer término, la lejanía de las costas e islas opuestas. Los an guos griegos, principalmente los, atenienses, fueron tan buenos marinos porque tenían el archipiélago del Mar Egeo que les permi a ir de Grecia al Asia Menor sin perder de vista la erra.

Otro tanto ocurrió en los pueblos de la Polinesia con su enjambre de islas, lo mismo pasa hoy con los japoneses que son los mejores marinos y pescadores por ser habitantes de un grupo insular numeroso.

El otro hecho que mató nuestro porvenir marí mo fue la riqueza fácil que nos llegó con la Guerra del Pacífico. A mediados del siglo pasado cuando éramos más pobres, nuestros veleros circulaban por todos los mares del mundo, la bandera chilena estaba habitualmente presente en las islas de la Polinesia, en Australia, Nueva Zelandia, Filipinas, Japón y costas asiá cas. El peso chileno era moneda corriente en Tahi , y hasta nuestros lanchones maulinos seguían con productos de esta erra por las costas del Pacífico rumbo norte, hasta el mismo Panamá y aun San Francisco. Todo ese pasado es empo aún de reconstruirlo. Tenemos en la Isla de Pascua y en nuestras posesiones antár cas los puntos de apoyo

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necesarios para hacer del Pacífico meridional un mare nostrum.

Benjamín Subercaseaux ha dicho que los chilenos vivimos de espaldas al mar. Ha llegado la hora de mirarlo franca y animosamente de frente. Estamos asis endo al nacimiento de la era del Pacífico. En las costas asiá cas se está gestando en esto momentos su futuro. No debemos olvidar que Chile es un gran accionista de este mar. Debemos concentrar nuestra atención en las riberas opuestas del gran Océano que los progresos de la técnica van haciendo cada día más chico.

VI.- CONCLUSIONES Hemos pretendido mostrar en una breve síntesis lo que es la geopolí ca y la forma como trabaja al analizar algunos factores que caen dentro de su órbita de estudios. Pero estamos muy lejos de haberla dado a conocer en toda su amplitud, ello necesariamente debe ser objeto de un curso.

Sin embargo, en este sen do una sola frase de Haushofer dice más que todas las palabras que he pronunciado. Decía Haushofer, “a la geopolí ca nada de lo que afecte al cuerpo polí co les es extraño”.

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Es lo vasto del campo de sus observaciones la primera dificultad que presente y, en seguida la no menor de conocer la gran can dad de ciencias que concurren en su auxilio. No obstante, no es este un mo vo para renunciar a las ventajas que semejante estudio puede proporcionarnos. Esta tarea no corresponde a un solo hombre. Como en todas partes se ha hecho ella es la obra de un equipo, de un Ins tuto, que congregue en su seno el número de especialistas necesarios en cada una de las ciencias que hemos mencionado y que le sirven de base.

En nuestro país no debiera postergarse por más empo tal labor. En el mundo los acontecimientos se están sucediendo con extraordinaria rapidez y es nuestro deber evitar que ellos nos encuentren desprevenidos.

Se discute hoy si debemos ir a la formación de grandes Estados o de pequeñas Repúblicas.

Los grandes Estados aparecen como organismos más capaces de realizar un mayor progreso, de dar a sus habitantes un mayor bienestar; pero no se desconoce el hecho de que pequeños Estados, ante la imposibilidad de influir en el mundo por su poderío, buscan hacerlo en las esferas de la ciencia y del arte

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con gran provecho para la humanidad como ocurrió en la República de Weimar, en Alemania y como acontece en nuestros días con el pequeño principado de Mónaco al que se deben grandes avances en los estudios oceanográficos.

Repe damente se sigue hablando en nuestra América de la formación de grandes confederaciones que engloben Estados cuya economía se complementa y que aisladamente enen poco o ningún significado.

La geopolí ca es la llamada a decir en este sen do qué es lo que conviene. Ella permi rá hacer de los Estados creaciones conscientes y no absurdos geográficos y polí cos como sucede con muchas naciones. Con razón manifestaba Isaías Bowman que en el futuro sólo sobrevivirán los países que logren una óp ma organización económica y un cabal desarrollo.

Las di ciles situaciones que nos aguardan hay que afrontarlas: con disciplina, o sea, aprendiendo a respetar una jerarquía de valores materiales y espirituales y esto se aprende mediante la geopolí ca que indica la manera de dominar el espacio geográfico, manera de aprovechar las posibilidades del ambiente, poniéndolas al servicio de un mundo más próspero, de una vida más humana y más feliz.

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ANEXO Nº 5.

DEFINICIONES DE GEOPOLÍTICA Generalidades El estudio de las ciencias de la erra y específicamente todo lo relacionado con las caracterís cas del escenario (campo de batalla) ha integrado por siempre el currículo de la formación de los oficiales de estado mayor en la Academia de Guerra. En el transcurso del empo, el centro de gravedad y las denominaciones han sido diferentes, pero nunca han estado ausentes. La asignatura tuvo diversas denominaciones, tales como topogra a, geodesia, geogra a general y geogra a militar.

En la actualidad, bajo el nombre de “geogra a militar” se imparten los conocimientos relacionados con el estudio de la incidencia de los factores geográficos en las operaciones militares. Como “geoestrategia” se analiza la influencia de la geogra a en la defensa nacional de los Estados y como “geopolí ca” se estudia la influencia de factores geográficos en el desarrollo nacional de los Estados.

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Las variaciones han sido graduales, en la medida que los procedimientos de combate fueron influidas por la tecnología y fueron evolucionando los obje vos de las guerras, el estudio de los factores geográficos fue mutando y el espacio interesando de dis nta forma. En un principio, era importante conocer las caracterís cas del terreno y el clima en una zona de batalla rela vamente reducida. Luego, con el aumento de las fuerzas de los ejércitos, también interesaron los recursos de subsistencia que de un área geográfica se pudieran obtener. Posteriormente, además de lo anterior, pasó a ser importante conquistar áreas geográficas que otorgaran seguridad a otras áreas, y finalmente, también interesaron la cultura y los recursos naturales. Así fueron sucesivamente generándose dis ntos niveles de análisis en los estudios geográficos con los fines de las operaciones militares o de la defensa nacional.

En un principio, la geopolí ca, tal como lo indicó Humberto Medina Parker, se estudió como parte de la visión de los caminos que debe seguir un Estado en el espacio geográfico, a fin de es mular en la Nación, el desarrollo de su función orgánica, que le diera vida y movimiento, en el campo cien fico, económico y espiritual.1 También influyeron notoriamente los 1

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Medina Parker, Humberto, “Sangre y Suelo. Su Geopolí ca en

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sucesos de la 2º Guerra Mundial y los planteamientos de Haushofer, que la caracterizaban como la geogra a polí ca aplicada a la polí ca de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra.

La relación teórica que dejaron ver varios autores entre geopolí ca y las guerras fueron el detonante para que la geopolí ca comenzará a ser incluida en los estudios de la Academia de Guerra. Así se puede deducir de los aportes de los profesores Romeo Barrientos Rosas, Humberto Medina Parker y Gregorio Rodríguez Tascón. Más aún, cuando uno de los primeros libros a disposición de los anteriores, fue el de Hans W. Weigert, quien indicaba que la geopolí ca era la geogra a polí ca aplicada a la polí ca de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra.2 Con el correr del empo, la relación entre geopolí ca y guerra perduró e incluso mo vó su despres gio. La definición de geopolí ca del teniente coronel Gregorio Rodríguez Tascón –que incluyó como referencia el

2

Acción” (Conferencia auspiciada por la Academia de Historia y Geogra a y dada en la Universidad de Chile), San ago: Memorial del Ejército de Chile Nº 222, San ago: Estado Mayor General del Ejército, San ago, 1948, p. 110.

Weigert W., Hans, Geopolí ca: Generales y geógrafos, México D.F.,: Fondo de Cultura Económica, 1944, p. 25.

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general Augusto Pinochet en 1968–, también deja ver el sen do de u lidad militar que se le atribuía. En su conferencia dictada en 1950, el teniente coronel Rodríguez dice en su introducción: No quiero poner término a esta introducción sin dar a conocer antes otra definición de Geopolí ca, más diáfana, más comprensible y que muestra, de manera inequívoca, las relaciones que ella ene con la profesión militar.

Dice así: "La Geopolí ca es la ciencia que estudia la influencia de los factores geográficos e históricos en la vida y evolución de los Estados con el objeto de extraer conclusiones de carácter polí co. Sirve de guía al estadista en la conducción de la polí ca interna y externa y orienta al militar en la preparación de la defensa nacional y en la conducción estratégica. Al facilitar la previsión del futuro, les permite deducir la forma en que se pueden alcanzar los obje vos y, en consecuencia, las medidas para la conducción polí ca o estratégica más conveniente”.3 Según el brigadier general Carlos Meirelles Muller, en 1951, el Director de la Academia de Guerra del Ejército, general René Álvarez Marín, dispuso la enseñanza de la asignatura a los alumnos del III año del Curso Regular de Estado Mayor, y su primer 3

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Rodríguez Tascón, Gregorio, La Geopolítica y sus teorías (Conferencia dictada en la Academia de Guerra del Ejército), Santiago: Instituto Geográfico Militar, 1950, p. 2.

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profesor habría sido el teniente coronel Gregorio Rodríguez Tascón.4 Marca un hito en este sen do –en el ámbito castrense– la definición de quien fuera en 1968 coronel y profesor de geopolí ca de la Academia de Guerra, Augusto Pinochet Ugarte, que después de estudiar diversas definiciones, incluyendo la anteriormente señalada, dice que: la Geopolí ca es una rama de las ciencias polí cas que, basada en los conocimientos geográficos, históricos, sociológicos, económicos, estratégicos y polí cos, pasados y presentes, estudia en conjunto la vida y desarrollo de una masa humana organizada en un espacio terrestre, analizando sus múl ples y recíprocas influencias (sangre-suelo), para deducir sus obje vos y estudiar sus proyecciones, con el fin de lograr en el futuro un mayor bienestar y felicidad para el pueblo.5 Como se observa, el general Pinochet evita relacionar a la geopolí ca con la guerra. Por el contrario, su perspec va admite una interpretación circunscrita a la influencia de 4

5

Meirelles Muller, Carlos, Antología Geopolítica de Autores Militares Chilenos, Santiago: Centro de Estudios e Investigaciones Militares, 2000, p. 14.

Pinochet Ugarte, Augusto, “Geopolítica: Diferentes etapas para el estudio geopolítico de los estados", Edición especial del Memorial del Ejército de Chile Nº 340 - 341, Santiago: Estado Mayor General del Ejército, Biblioteca del Oficial, 1968, p. 46.

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los factores geográficos que deben servir de guía al estadista para el desarrollo nacional y con ello propender a una mejor calidad de vida para todos los habitantes del Estado.

Por lo anterior e importancia de las diferentes interpretaciones acerca de los fines de la geopolí ca, se ha es mado conveniente incluir en este trabajo, una reseña de algunas definiciones extraídas de la bibliogra a disponible en la biblioteca de la Academia de Guerra, que en suma permiten apreciar los diferentes enfoques y evolución de la misma.

Definiciones de la geopolí ca Una definición es una proposición que trata de representar con la mayor precisión posible un concepto o acepción. Se determina de modo claro las cualidades básicas del tema implicado y permite que todos en endan de igual forma el tema o palabra en cues ón. Es decir, la palabra o concepto, pasa a ser un símbolo, que en abstracto representa un entender común.

En el campo de las ciencias sociales las definiciones son referentes no excluyentes de otras, por el contrario, su diversidad enriquecen la misma. En el campo de la geopolí ca –cuya área teórica es aún

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imprecisa– la definición de “geopolí ca” ha sido una inquietud recurrente entre los autores de temas afines. Numerosas definiciones de geopolí ca es posible constatar en los textos y ar culos sobre la misma. Tantas como autores sobre ella existen.

La poca precisión o disimiles formas de entender la geopolí ca –después de un siglo de que Kjellén la comenzará a u lizar en el estudio de la evolución de los Estados– deja ver la conveniencia de revisar las diferentes definiciones e intentar demostrar las coincidencias y divergencias. Algunas de ellas, como veremos a con nuación, permiten apreciar diferencias respecto de la misma o supuesta fuente origen. Por ello, a con nuación se expondrá el autor, el texto donde incluye su propia definición o admite por ciertas las de terceros. − Weigert W., Hans, Geopolí ca: Generales y geógrafos, México D.F.,: Fondo de Cultura Económica, 1944, p. 25.

Es la geogra a polí ca aplicada a la polí ca de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra. − Strausz-Hupe, Robert, Geopolí ca. La lucha

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por el espacio y el poder, México DF: Editorial Hermes, 1945, p. 25.

Cita a los directores de la principal revista geopolí ca de Alemania (1928), la Zeitschri fur Geopoli k, que dice: Es la ciencia de las relaciones de ámbito mundial de los procesos polí cos. Está basada en los amplios cimientos de la geogra a, especialmente de la geogra a polí ca, la cual es ciencia de los organismos polí cos en el espacio y de la estructura de los mismos. Además, la geopolí ca se propone proporcionar los ú les para la acción polí ca y las directrices para la vida polí ca como conjunto. De este modo, la geopolí ca se convierte en un arte, es decir, el arte de guiar la polí ca prác ca. La geopolí ca es la conciencia geográfica del Estado. − Medina Parker, Humberto, “Sangre y Suelo. Su Geopolí ca en Acción” (Conferencia auspiciada por la Academia de Historia y Geogra a y dada en la Universidad de Chile), San ago: Memorial del Ejército de Chile Nº 222, San ago: Estado Mayor General del Ejército, San ago, 1948, p.

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Es la visión consciente y doctrinada, que desde un punto de vista biológico, debe realizar un Estado en

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el espacio geográfico, a fin de es mular en la Nación, el desarrollo de su función orgánica, que le dé vida y movimiento, en el campo cien fico, económico y espiritual. − Rodríguez Tascón, Gregorio, “La Geopolí ca y sus Teorías”, Memorial del Ejército de Chile Nº 238, San ago: Estado Mayor General del Ejército, San ago, 1950, p. 93.

Es una rama de la ciencia polí ca que estudia los fenómenos rela vos a la cohesión y expansión de los estados. Es una ciencia esencialmente dinámica que ex ende sus observaciones a todos los fenómenos que provocan las fuerzas polí cas en los espacios terrestres, ya sean ellos de carácter evolu vo o revolucionario. − Zarate Lezcano, José, El Perú y su concepción geopolí ca, Lima: Editorial Horizonte, 1970.

La Geopolí ca, hermana gemela de la Geogra a Polí ca, estudia las en dades geográficas para una mayor comprensión de los fenómenos polí cos; plantea por tanto la cues ón dinámica del desarrollo, en las relaciones espaciales, par cularmente desde el punto de vista humano, geográfico, económico,

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militar, histórico y diplomá co para la marcha y conducción del Estado; es pues, la síntesis de la vida integral del Estado en el presente y permite an cipar segura plataforma para sus proyecciones al futuro.

Cita a Isaías Bauman (Geogra a versus Geopolí ca, 1948) que dice: Es como una lista deformada de las relaciones históricas, polí cas y geográficas del mundo y de sus partes…con ene un principio ponzoñoso autodestruc vo;…No hay ciencia segura que nos saque de las dificultades internacionales, la Geopolí ca es una ilusión, una farsa y una disculpa para el robo (sic), p. 42. − Buzeta, Oscar, Chile geopolí co: Presente y Futuro, San ago (Chile): Centro de Inves gaciones socioeconómicas (Cisec), 1978, p. 19.

Cita a: Rudolf Kjellen: La Geopolí ca es el estudio del Estado como organismo geográfico, es decir, como fenómeno localizado en cierto espacio de la Tierra, por lo tanto, del Estado como país, como territorio, como región o, más caracterís camente, como dominio polí co.

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Zeitschri für Geopoli k: La Geopolí ca es la ciencia que trata de la dependencia de los acontecimientos polí cos respecto del suelo. Se basa en los amplios fundamentos de la geogra a, par cularmente de la geogra a polí ca, la cual es la doctrina de los organismos polí cos espaciales y de su estructura (...) La Geopolí ca ene como obje vo suministrar el equipo para la acción polí ca y una guía para la vida polí ca (...) la Geopolí ca debe transformarse en la conciencia geográfica del Estado.

O o Schafer: La geogra a polí ca es una ciencia del espacio. De esa forma se orienta hacia el pasado, mientras que la Geopolí ca se vuelve hacia el futuro. La primera muestra cómo el espacio influye en el Estado, imponiéndole sus leyes y, para decirlo con otras palabras, sumergiéndolo. La Geopolí ca considera cómo el Estado supera las condiciones y leyes del espacio y hace que ambas sirvan a sus propósitos. La primera da un mayor énfasis a la simple presentación de las caracterís cas del espacio. La segunda (Geopolí ca) focaliza las necesidades de espacio, con el expreso obje vo de descubrir normas para la conducta del Estado en un espacio siempre en expansión. En resumen: la geogra a polí ca encara el Estado del punto de vista del espacio; la Geopolí ca encara el espacio del punto de vista del Estado.

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Nicolás Spykman: Geopolí ca es la planificación de la polí ca de seguridad de un país en términos de sus factores geográficos. − Von Chrismar Escu , Julio, "Algunas definiciones y alcance de la geopolí ca", Seguridad Nacional Nº 14/C1, San ago: Academia Nacional de Estudios Polí cos y Estratégicos, 1979, p. 7.

Hace mención a definiciones de otros autores, pero no incluye la referencia bibliográfica correspondiente: Karl Riter: Es la ciencia que, considerando a la Geogra a como globo viviente, estudia los aspectos morales y materiales del mundo, con vistas a prever y orientar el desarrollo de las naciones, en el que influyen profundamente los factores geográficos.

Friedrich Ratzel: Es la ciencia que establece que las caracterís cas y condiciones geográficas y, muy especialmente, los grandes espacios, desempeñan un papel decisivo en la vida de los Estados y que el individuo y la sociedad humana, dependen del suelo en que viven, estando su des no determinado por las leyes de la Geogra a. Proporciona al conductor polí co el sen do geográfico necesario para gobernar.

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Halford J. Mackinder: Estudia los hechos polí cos, considerando al mundo como una unidad cerrada, en la que enen repercusión según la importancia de los Estados. En este sen do, los factores geográficos, principalmente la situación, extensión, población, recursos y comunicaciones, enen gran importancia y deben ser tenidos en cuenta para orientar la polí ca exterior.

Rudolf Kjellen: Es la teoría del Estado como organismo geográfico o fenómeno en el espacio, es decir, el Estado como Tierra (país), territorio, dominio o más dis ntamente como reino. Como ciencia polí ca ene siempre en vista la unidad del Estado. Mientras que la Geogra a Polí ca estudia la erra como el hogar de las comunidades humanas, en su relación con los atributos restantes de la erra.

Herman Franke: Es una disciplina que prepara al inves gador para el arte de la polí ca y de la estrategia, de acuerdo con las líneas probadas por la historia, que corren a través de la faz de la erra.

Robert Strausz Hupe: Es la ciencia de las relaciones de ámbito mundial de los procesos polí cos. Se basa en los amplios cimientos de la Geogra a, en especial de la Geogra a Polí ca, que es la ciencia de los

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organismos polí cos en el espacio y de la estructura de los mismos. Además la Geopolí ca se propone proporcionar los ú les para la acción polí ca y da las directrices para la vida polí ca como conjunto.

De este modo, la Geopolí ca se convierte en un arte, es decir, el arte de guiar la polí ca prác ca. La Geopolí ca es la conciencia geográfica del Estado.

Karl Haushofer: Es la base cien fica del arte de la actuación polí ca en la lucha a vida o muerte de los organismos estatales por el espacio vital.

De los editores de la “Revista de Geopolí ca de Munich: Es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos polí cos con relación al suelo. Se basa sobre los amplios conocimientos de la Geogra a; en especial, de la Geogra a Polí ca, doctrina de la estructura espacial de los organismos polí cos. La Geopolí ca aspira a principios que sirvan de guía en la vida polí ca. La Geopolí ca debe conver rse en la conciencia geográfica del Estado.

Hans Weigert: Es la Geogra a Polí ca aplicada a la polí ca de Poder Nacional y su estrategia de hecho en la paz y en la guerra.

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Eberardo Backheuser: Es la ciencia polí ca orientada en armonía con las condiciones geográficas.

Vicens Vives: Es la doctrina del espacio vital. Resume los resultados de la Geogra a Histórica y de la Geogra a Polí ca en una síntesis explica va, que intenta aplicar a la consideración de los sucesos polí cos y diplomá cos contemporáneos. No pertenece propiamente a la ciencia geográfica.

Augusto Pinochet Ugarte: Es una rama de las ciencias polí cas que, basada en los conocimientos geográficos, históricos, sociológicos, económicos, estratégicos y polí cos, pasados y presentes, estudia en conjunto la vida y desarrollo de una masa humana organizada en un espacio terrestre, analizando sus múl ples y recíprocas influencias (sangre-suelo), para deducir sus obje vos y estudiar sus proyecciones, con el fin de lograr en el futuro un mayor bienestar y felicidad para el pueblo.

Jorge Atencio: Es la ciencia que estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y evolución de los Estados a fin de extraer conclusiones de carácter polí co. Guía al estadista en la conducción de la polí ca interna y externa del Estado y orienta al militar en la preparación de la Defensa Nacional y

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en la conducción estratégica; al facilitar la previsión del futuro, mediante la consideración de la rela va permanencia de la realidad geográfica, les permite deducir la forma concordante con esta realidad en que se pueden alcanzar los obje vos y, en consecuencia, las medidas de conducción polí ca o estratégica convenientes.

Thorsten Kalijarwi: La Geopolí ca combina los hechos de la historia, la geogra a y la polí ca en una explicación y predicción de la conducta de las naciones, tanto dentro de sus propios límites corno entre ellas mismas. − Vives Vicens, J., Tratado General de Geopolí ca.

El factor geográfico y el proceso histórico, Barcelona: Editorial vicens-vives (Quinta edición), 1981, p. 76. (1era edición es de 1950).

Es la doctrina del espacio vital. Resume los resultados de la Geogra a Histórica y de la Geogra a Polí ca en una síntesis explica va, que intenta aplicar a la consideración de los sucesos polí cos y diplomá cos contemporáneos. No pertenece propiamente a la ciencia geográfica. − Sanguin, Andre-Louis, Diccionario de Geogra a

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Polí ca, Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1981, p. 63.

Intento de explicación y de predicción del comportamiento polí co y de las capacidades militares en términos del ambiente sico del hombre.

Ciencia que estudia, entonces, las relaciones de hecho existentes entre los Estados y su geogra a. − Dorpalen, Andreas, Geopolí ca en Acción.

El mundo del Gral. Haushofer, Buenos Aires: Editorial Pleamar, 1982, pp. 18-19.

Primera edición es de 1942.

Es una técnica polí ca que se basa en los descubrimientos de la geogra a —especialmente de la geogra a polí ca—, la historia, la antropología, la geología, la economía, la sociología, la sicología y otras muchas ciencias que, combinadas, pueden explicar una situación polí ca determinada.´8 Infunde movimiento a estos descubrimientos, los considera como fuerzas dinámicas vivientes originadoras del desarrollo de los acontecimientos polí cos que, a su vez, después de un cuidadoso análisis y evaluación, pueden ser guidas por caminos preseleccionados. La geopolí ca considera entonces que su misión es la de

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establecer los obje vos polí cos y señalar el camino para alcanzarlos.

Indica en p. 27, que la definición oficial por Karl Haushofer, Erich Obst, Hermann Lautensach y O o Maull (Bausteine zur Geopoli k) dice: La geopolí ca es la doctrina que informa sobre las relaciones terrestres (Erdgebundenheit) y la evolución polí ca. Se fundamenta en los conceptos amplios de la geogra a, en par cular de la geogra a polí ca, como la doctrina de los organismos del espacio polí co y sus estructuras. Los hallazgos de la geogra a, en cuanto hacen a la naturaleza de los espacios terrestres, proporcionan a la geopolí ca su campo de acción. Para aspirar a un éxito permanente, los acontecimientos polí cos deberán desarrollarse dentro de este campo. Quienes enen en sus manos la dirección de los acontecimientos polí cos podrán ocasionalmente desbordar este campo, pero tarde o temprano los límites terrestres caracterizarán la evolución polí ca. De tal modo la geopolí ca se convierte en la doctrina de un arte. Su come do será el de guiar la prác ca polí ca hasta ese punto previo al momento en que deberá darse el paso hacia lo desconocido. Paso que solo podrá tener éxito si se inspira en el conocimiento geopolí co. Es así que la

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geopolí ca deberá inevitablemente asumir el papel de conciencia geográfica del estado. − Muir, Richard, Geogra a Polí ca Moderna, Madrid: Colección Ediciones Ejército, 1982, p.

347.

Citando a: C.J. Mar n, Poli cal geography and geopoli es, J. Geogr. 58, 1959, pp. 441-444.

La Geopolí ca es, esencialmente, un cuerpo de ideas desarrolladas en un determinado territorio que pretende la maximización de su propios fines.

El geopolí co ve a todos los otros grupos a través del prisma del interés nacional, adquiriendo muchas veces un orgullo que raya en la codicia, la lascivia y la violencia. El núcleo de esta disciplina es el poder; la búsqueda del poder sirve de orientación al método. − Quirós, Hugo A., Léxico razonado de la geopolí ca, La Paz: Editorial Offset, 1983, p. 93.

Es ciencia de equipo cien fico, que define la acción del gobierno del Estado en búsqueda de conducción eficiente para lograr benéfico desarrollo a favor de la población.

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− Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolí ca.

Diferentes etapas para el estudio geopolí co de los estados, Memorial del Ejército de Chile Nº 340-341, 1968 (luego hubo diferentes ediciones, que con el tulo Geopolí ca, fueron publicadas por la Editorial Andrés Bello, p. 52.

La Geopolí ca es una rama de las ciencias polí cas que, basada en los conocimientos geográficos, históricos, sociológicos, económicos, estratégicos y polí cos, pasados y presentes, estudia en conjunto la vida y desarrollo de una masa humana organizada en un espacio terrestre, analizando sus múl ples y recíprocas influencias (sangre-suelo), para deducir sus obje vos y estudiar sus proyecciones, con el fin de lograr en el futuro un mayor bienestar y felicidad para el pueblo.

Otras definiciones que incluye: Sin indicar el autor: Es la ciencia que estudia cuál es la influencia ejercida por los factores geográficos e históricos en la vida y evolución de los Estados, a fin de extraer conclusiones de carácter polí co.

Sirve de guía al estadista en la conducción de la polí ca interna y externa del Estado y orienta al militar en la preparación de la defensa nacional y

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en la conducción estratégica al facilitar la previsión del futuro y establecer la forma en que pueden ser alcanzados los obje vos y, en consecuencia, deducir las medidas para la conducción polí ca o estratégica más conveniente.

De los editores de la revista de Geopolí ca de Munich: Geopolí ca es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos polí cos con relación al suelo. Se basa sobre los amplios conocimientos de la geogra a en especial, de la geogra a polí ca y doctrina de la estructura especial de los organismos polí cos. La Geopolí ca aspira a proporcionar las armas por la acción polí ca y los principios que sirvan de guía en la vida polí ca. La Geopolí ca debe convenirse en la conciencia geográfica del Estado.

Definición personal de Karl Haushofer: Geopolí ca es la base cien fica del arte de la actuación polí ca en la lucha a vida o muerte de los organismos estatales por el espacio vital (Lebensraum).

Kjellen: La Geopolí ca es la teoría del Estado como organismo geográfico o fenómeno en el espacio, es decir, el Estado como erra (país), territorio, dominio o más dis ntamente como reino. Como ciencia polí ca ene siempre en vista la unidad del Estado

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y contribuirá a comprobar la naturaleza del Estado.

Mientras que la geogra a polí ca estudia la erra como el hogar de las comunidades humanas en su relación con los atributos restantes de la erra.

Weigert: La Geopolí ca es la geogra a polí ca aplicada a la polí ca de poder nacional y su estrategia de hecho en la paz y en la guerra.

Backhouser: La Geopolí ca es la ciencia polí ca orientada en armonía con las condiciones geográficas.

J. E. Jassen y E. Perlinger: La Geopolí ca es la parte de la ciencia del Estado que estudia su territorio, relacionando sus factores geográficos con la conducción de su polí ca.

J. Vicens Vives: Geopolí ca es la doctrina del espacio vital. Resume los resultados de la Geogra a Histórica y de la Geogra a Polí ca en una síntesis explica va, que intenta aplicar a la consideración de los sucesos polí cos y diplomá cos contemporáneos. No pertenece propiamente a la ciencia geográfica. − Marini, José, Felipe, El conocimiento geopolí co, Buenos Aires (Argen na): Círculo militar, 1985, p. 44.

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Ciencia que estudia las mutuas relaciones, influencias y acciones entre el Estado y el espacio, a fin de aportar conocimientos o soluciones de carácter polí co. − Sotelo Apolaya, Daniel; Sandoval Dávila, J. Carlos, Geogra a. Introducción a la Geopolí ca, 1985, p. 13.

La Geopolí ca es la ciencia de las relaciones de la erra con los procesos polí cos. Se basa en los amplios fundamentos de la geogra a, especialmente en los de geogra a polí ca, que es la ciencia del organismo polí co en el espacio y, al mismo empo, de su estructura. Además la Geopolí ca proporciona las armas para la acción polí ca y directrices para la vida polí ca en su conjunto. Así la Geopolí ca se convierte en un arte, el arte de guiar la polí ca prác ca. La geopolí ca es la conciencia geográfica del Estado. La Geopolí ca es sobre todo un arte – arte subordinado a la Polí ca y en par cular, a la Estrategia o Polí ca de Seguridad Nacional, tratando de orientarla a la luz de la geogra a de los espacios polí camente organizados por el hombre–. Sus fundamentos radican, pues, en la Geogra a Polí ca, pero sus propósitos se proyectan dinámicamente hacia el futuro.

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− Ibáñez Sánchez, José Roberto, Teoría del Estado Geopolí ca y Geoestrategia, Bogotá: Colección de Oro del Militar Colombiano, 1985.

Cita a: Al “mejicano” (sic) Vicens Vives: Es la doctrina del espacio vital. Resume los resultados de la geogra a histórica y de la geogra a polí ca en una síntesis explica va que intenta aplicar a la consideración de los sucesos polí cos y diplomá cos contemporáneos.

No pertenece propiamente a las ciencias geográficas.

El profesor brasileño Everardo Becheuser: Es la ciencia polí ca orientada en armonía con las condiciones geográficas.

El coronel argen no Jorge Atencio la define: Es la ciencia que estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y evolución de los Estados a fin de extraer conclusiones de carácter polí co. − Pujol-Davila, José, Sistema y poder geopolí co, Buenos Aires (Argen na): Ediciones Corregidor, 1985.

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El autor —y la Fundación Argen na de Geopolí ca— han elaborado una definición que pretende arcar las esencialidades de la Geopolí ca sin traicionar la básica fórmula de toda definición y es que en el enunciado no se deben introducir explicaciones. Se presume que en toda definición —por principio— están los datos conprehensivos de la materia-sujeto bajo estudio. Así, pues, entendemos por Geopolí ca: Un sistema de Ciencias (Ciencias Geográficas y Ciencias Polí cas... y un subsistema de disciplinas auxiliares y concurrentes... coordinados en una secuencia de apreciaciones en función de prospec va polí ca... encaminada a informa zar e instrumentar... decisiones de Gobierno.

Definiciones que cita: Rudolf Kjellen quien acuñó la expresión GEOPOLITICA, empleada formalmente en su obra “Der Staat als Lebensform” (El Estado como forma de Vida) Berlín, 1924, dice: Es la ciencia que concibe al Estado como un organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio. Es la ciencia del Estado como organismo geográfico y significa vamente como soberanía.

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Henning R. & Korholz L. (Introducción a la Geopolí ca, Pleamar, Bs. As.): La Geopolí ca trata de la influencia de los factores geográficos en la más amplia acepción de la palabra sobre el desarrollo polí co en la vida de los pueblos y Estados.

Arthur Dix. (Poli sche Geographie, Berlín, 1922): Es la ciencia que estudia la morada y la esfera de poderío de los Estados. Su campo de observación es la superficie de la Tierra contemplada como lugar de ac vidad de las sociedades humanas y escenario donde se desarrolla la vida de los pueblos organizados en Estados, ocupase de las relaciones polí cas en el espacio que habitan y el área de tráfico.

Jorge A. Vivo Escoto (Guía de Estudio - Escuela Normal Sup, de México): La Geopolí ca es la ciencia que estudia las relaciones que existen entre la erra y las ins tuciones polí cas. El desarrollo de esta nueva disciplina está ín mamente relacionado con el de la Geogra a Polí ca. Ángel Carlos Berra (Introducción a la Computación en Geopolí ca, -Buenos Aires): Ciencia (Geopolí ca) que, basada en conocimientos geográficos, históricos, sociológicos y económicos (pasados y presentes) estudia en conjunto la vida y desarrollo de una

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masa humana organizada en un espacio geográfico determinado, analizando sus múl ples y recíprocas influencias para deducir prospec vamente obje vos y determinar proyecciones polí cas.

William R. Kintner, (Geopolí ca para el soldado.

Revista Militar, 1947): Se puede definir la Geopolí ca como la ciencia que interpreta la historia de las Naciones, explicando por qué unas se hacen fuertes y otras débiles. Para hacer esto recopila la mayor can dad de hechos geográficos y los evalúa a la luz de la Historia. De esta manera la Geopolí ca provee una clave del pasado y del presente con la cual se puede conocer el futuro. Al estadista le da suposiciones esenciales para la conducción de la polí ca nacional y al militar le revela los propósitos de una feliz estrategia.

Alberto Escalona Ramos (Geopolí ca Mundial y Geoeconomía, México, 1959): La Geopolí ca es la ciencia y arte, o técnica de la aplicación del conocimiento de los factores geográficos, polí cos e históricos, en acción recíproca y conjunta para el dominio polí co del espacio, con todo lo que tal dominio implique en lo económico, social y cultural, previendo y aprovechando –como es propio de toda ciencia y técnica– las desigualdades de efectos que

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éste pueda causar debido a la desigualdad de acción de cada una y de todas estas causas juntas.

Karl Haushofer (Poli sche Erdkunde und GeoPoli k, Berlín): Geopolí ca es la ciencia de las formas de vida polí ca en los espacios vitales naturales que considera a través del proceso histórico en su vinculación al medio ambiente.

J. Vicens Vives (Geopolí ca, Barcelona, 1940): La geopolí ca es siempre vida y movimiento, cambio y transformación; la actualidad geopolí ca sólo inetersa en función de las fuerzas que actuaron ayer o como plataforma de los sucesos que acontecerán mañana.

He aquí expresada en dos palabras la esencia ín ma de la geopolí ca: fronteras y vida.

O o Maull, (Esencia de la Geopolí ca, Berlín) : la geopolí ca está relacionada con el estado, no como un concepto está co, sino como un ente vivo.. .estudia al estado principalmente en relación a lo que lo rodea –su espacio– y trata de resolver todos los problemas derivados de la relación del espacio.

No se ocupa como la geogra a polí ca –su ciencia de origen– del estado como un fenómeno de la naturaleza, de su situación, extensión, forma límites como tal. Tampoco se ocupa del estado como un

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sistema de comercio, economía y población, o como una comunidad determinada por influencias raciales, nacionales o culturales. La geopolí ca va más lejos.

Sos ene que el simple análisis de un estado, desde un punto de vista sico y cultural aún cuando se analice en relación con su espacio, es terminantemente está co. Tampoco se considera dinámico el análisis que toma en cuenta la perspec va del empo, que proporciona movimiento y modificaciones.

El examen de los organismos polí cos cons tuye la misión de la ciencia de origen. La geopolí ca estudia las necesidades de un estado en cuanto al espacio, mientras que la geogra a polí ca examina solamente las condiciones del espacio de un estado.

Colocando a la geogra a al servicio de una polí ca con noción de espacio, la geopolí ca se dedica a cues ones futuras... ¿se sa sfacen las necesidades del espacio de un estado? en caso nega vo ¿cómo pueden ser puestas de acuerdo con las condiciones geográficas? ¿en qué sen do habrá que hacer algunas modificaciones? las respuestas a estas preguntas determinan la estructura nacional y económica de un estado y ejercen influencia sobre sus relaciones exteriores, por cuanto son producto de la vida y no de la forma de un estado, todas estas cues ones son problemas fundamentales de la geopolí ca. En suma, la geogra a polí ca se limita a una descripción

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está ca del estado que bien puede incluir el estudio de su anterior desarrollo dinámico. La geopolí ca, por el contrario, es una disciplina que pesa y evalúa una situación determinada, y que, besándose en sus condiciones-conclusiones, trata de dirigir la polí ca prác ca.

Erich Obst, O o Maull y Hermann Lautsensach, proponen la definición considerada oficial de la Geopolí ca, y la difunden publicándola en su “Revista de Geopolí ca” (Zeitschri für GeoPoli k), en Munich): Es la doctrina de las relaciones de la erra con los desarrollos polí cos. Tiene como base los sólidos fundamentos de la Geogra a, en especial de la Geogra a Polí ca, como doctrina y estructura de los organismos polí cos del espacio. Nuestra − Atencio, Jorge E., Qué es la Geopolí ca, Buenos Aires: Editorial Pleamar (Quinta Edición), 1986, p. 41.

Primera Edición fue en 1965.

Es la ciencia que estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y evolución de los estados, a fin de extraer conclusiones de carácter polí co.

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Guía al estadista en la conducción de la polí ca interna y externa del estado y orienta al militar en la preparación de la defensa nacional y en la conducción estratégica; al facilitar la previsión del futuro mediante la consideración de la rela va permanencia de la realidad geográfica les permite deducir la forma concordante con esta realidad en que se pueden alcanzar los obje vos y, en consecuencia, las medidas de conducción polí ca o estratégica convenientes.

Citas de definiciones incluidas entre la p. 23 y la p.

41.

Kjellen: Es la ciencia que concibe al Estado como un organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio.

Haushofer –junto a sus colaboradores Erich Obst, Herman Lautensach y O o Mau–: Es la doctrina de las relaciones de la erra con los desarrollos polí cos.

Hermam Franke (La Geopolí ca se convierte en Geopolí ca de defensa, 1936): Es un disciplina que prepara al inves gador para el arte de la polí ca y de la estrategia, de acuerdo con las líneas probadas por la Historia que corren a través de la faz de la

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erra.

Hans W. Weigert, (Geopolí ca - Generales y geógrafos, 1942)) La Geopolí ca es la Geogra a Polí ca aplicada a la polí ca de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra.

Robert Strausz Hupé, (Geopolí ca - La lucha por el espacio y el poder, 1945)) la Geopolí ca proporciona las bases para los proyectos de una estrategia polí ca de carácter global. La estrategia polí ca es sinónimo de arte del estadista.

Everardo Backheuser, (Revista Brasileña de Geogra a): Es la polí ca orientada en armonía con las condiciones geográficas.

Teniente Coronel William R. Kintner (“Geopolí ca para el soldado”, Revista Militar del Círculo Militar Argen no, en noviembre de 1947) dice: Se puede definir la Geopolí ca como la ciencia que interpreta la historia de las naciones, explicando por qué unas se hacen fuertes y otras débiles.

El mejicano Jorge A. Vivó Escoto, dice (Guía de Estudios, 1961): La Geo polí ca es la ciencia que estudia las relaciones que existen entre la Tierra

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y las ins tuciones polí cas. El desarrollo de esta nueva disciplina está ín mamente relacionado con el de la Geogra a Polí ca.

El mejicano, Alberto Escalona Ramos (Geopolí ca Mundial y Geoeconomía, 1959, 59.) dice: La Geopolí ca es la ciencia y arte o técnica de la aplicación del conocimiento de los factores geográficos, polí cos e históricos, en acción recíproca y conjunta, para el dominio polí co del espacio (con todo lo que tal dominio implique en lo económico, social y cultural), previendo y aprovechando –como es propio de toda ciencia y técnica– las desigualdades de efectos que éste pueda causar debido a la desigualdad de acción de cada una y de todas estas causas juntas. − González Moscoso, René, Nociones de Geopolí ca y geogra a limítrofe de Bolivia, Bolivia, 1986, pp. 9 y 13.

Sirve de fundamento y propone directrices de acción a la polí ca, subordinándose a ella y poniendo a su servicio acontecimientos de la ciencia geográfica.

El objeto de estudio de la geopolí ca está cons tuido por las relaciones entre los factores geográficos, sociológicos, económicos, polí cos, con las

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ins tuciones polí cas y la vida del Estado. De la forma general o par cular como se realice este estudio dependerá la clasificación de la geopolí ca.

Si dichas relaciones se realizan con criterio amplio e indeterminado, sus conclusiones serán de aplicación universal, sin que signifique que tenga carácter absoluto sino general. En este caso estamos frente a la geopolí ca general. La geopolí ca se origina en el concepto de que la naturaleza en tanto tal, con sus efectos sobre el hombre, regula la conducta humana y así, define sus intereses, tal como aseveran los diversos geopolí cos. Pero si se estudia a geopolí ca de un estado o la influencia de un determinado factor geográfico, sociológico, económico, polí co, u otro, en la vida de uno o varios estados, nos encontramos con la geopolí ca par cular. Por eso existen obras de geopolí ca nacional que obviamente se refieren a un país específico, o de geopolí ca del hambre, de la pobreza, de las enfermedades para señalar la influencia de estos flagelos en ciertos estados o regiones que lo padecen. − Pozzo Medina, Julio, Geopolí ca y Geoestrategia, La Paz: Editorial Aeronáu ca (“º Edición), 1987, pp. 23-24.

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Es una rama de la ciencia polí ca y es esencialmente dinámica, que ene como base fundamental la Geogra a Polí ca y estudia la influencia de los factores históricos, raciales, geográficos, económicos y de cambio del Estado, en simbiosis hombre- erra, sacando conclusiones de carácter polí co que beneficien al Estado en sus proyecciones hacia el futuro, sirviendo de guía al estadista en la conducción polí ca de una nación que busca con seguridad y desarrollo su grandeza, bienestar y felicidad. − Meira Ma os, Carlos, Geopolí ca y Proyección del Poder, Buenos Aires (Argen na): Editorial Clio S.A., 1987, p. 109 Es la polí ca aplicada a los espacios geográficos. − García Echeverry, Daniel, Horizontes geopolí cos Colombianos, Bogotá (Colombia), 1991, p. 17.

Geopolí ca es la ciencia que evalúa la proyección espacial del cuatrinomio hombre, recursos naturales, el poder y el Estado-Nación, para hallar su ubicación presente y futura dentro del concierto de las naciones del mundo.

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− Gallois, Pierre M., Geopolí ca. Los caminos del poder, Madrid: Ediciones Ejército, 1992, p. 48.

Es el estudio de las relaciones que existen entre la conducción de una polí ca de poder en el plano internacional y el cuadro geográfico en el que se ejerce. Al menos así se hace ilusión a la dinámica casi siempre implícita en el análisis geopolí co.

Cita las siguientes definiciones entre las páginas 35 y 48: Kjellen: Es el estudio del Estado considerado como un organismo geográfico, o al menos como un fenómeno espacial, es decir como una erra, un territorio, un espacio, o más exactamente todavía, un país, pp. 3637.

Jean Klein, (Karl Haushofer, Paris, Fayard, 1981, p.5.): Es el estudio de las grandes conexiones vitales del hombre de hoy en el espacio de hoy (…) y su finalidad es la inserción del individuo en su medio natural y la coordinación de los fenómenos que ligan al Estado con el espacio, p. 38.

Ladis K.D. Kristof, (Journal of Conflict Resolu on, 1960): Estudio de los fenómenos polí cos considerados en

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sus relaciones espaciales y también en las relaciones que man enen con la erra, la influencia que ejercen sobre todos los factores que competen a la geogra a humana, a la antropogeogra a, p. 42.

Harkavy, Robert E., Great Power Compe on for Overseas Bases. The Geopoli cs of Access Diplomacy, Nueva York, N.Y., Pergamon Press, 1982, pp.272-274: La geopolí ca es la representación cartográfica de las relaciones entre las principales naciones opuestas entre sí.

Saul Cohen (Geography and Poli cs in a World Divided, Nueva York, Random House, 1963, p.24, citado por Harkavy, Robert E., Great Power Compe on for Overseas Bases. The Geopoli cs of Access Diplomacy, Nueva York, N.Y., Pergamon Press, 1982, p.276.): La esencia del análisis geopolí co es estudiar la relación que existe entre la polí ca internacional de poder y las caracterís cas correspondientes a la geogra a.

Esta fórmula de estudio aparece bajo dos aspectos, por una parte la descripción (y la interpretación) del entorno geográfico, tal como se presenta, frente a la polí ca de poder y, por otra parte, la disposición de las estructuras espaciales en las que se desarrollan las fuentes de la potencia en reacción entre ellas.

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O’ Sullivan, Patrick, (Geopoli cs, Londres, Croo Helm, 1986, p.5): La geopolí ca no es más que la manifestación de un cierto buen sen do, guiado por la geogra a, que permite comprender las relaciones entre los pueblos y los grupos de pueblos. − Taylor, Peter J., Geogra a Polí ca, EconomíaMundo, Estado-Nación y Localidad, Madrid: Trama Editorial, S.L., 1994, p. 313.

Estudio de la distribución geográfica del poder entre los Estados en el mundo, especialmente de la rivalidad entre las principales potencias. − Meira Ma os, Carlos, Geopolí ca y Teoría de las Fronteras, Buenos Aires (Argen na): Círculo Militar, 1997, p. 17.

La Geopolí ca es la polí ca aplicada a los espacios geográficos. − Tredinnick, Felipe, Geopolí ca del Mar, La Paz: Editorial Los amigos del libro, 1998, p. 457.

Arte, ciencia y técnica de la manipulación territorial recíproca de los Estados mediante acciones de polí ca exterior definida o coyuntural.

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− Pozzo Medina, Julio, Geopolí ca y Estrategia Aplicada, Cochabamba: Editora J.V., 2000, pp.

12 y 13.

Es ciencia y arte, que está al servicio de los conductores civiles y militares de un Estado, para conseguir su desarrollo y seguridad a través de las diferentes estrategias que permitan alcanzar la felicidad y el bienestar general de una nación.

Cita a: Al general argen no Juan Enrique Guglialmelli: Es la ciencia que estudia las relaciones entre los factores geográficos y el Estado, señalando que dado el carácter biocultural de la sociedad, la geogra a condiciona pero no determina, y que los factores geográficos se valorizan, o sus horizontes se modifican, según sea el nivel cultural que alcanza una sociedad dada.

Del Ins tuto Peruano de Estudios Geopolí cos y Estratégicos, General de División del Perú, Edgardo Mercado Jarrín: La Geopolí ca es la ciencia que se apoya en los hechos históricos, geográficos, sociológicos, estratégicos, económicos y polí cos pasados y presentes; estudia en conjunto la vida y el desarrollo de un grupo humano organizado en un

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espacio terrestre, analizando su múl ples y recíprocas influencias, para deducir sus obje vos y estudiar sus proyecciones, con el fin de lograr un mayor bienestar y seguridad para la Nación.

Del Ins tuto Peruano de Estudios Geopolí cos y Estratégicos, Emilio Castañón Pasquel: Es la ciencia que estudia cómo op mizar las interrelaciones demográficas, socioeconómicas y polí cas dentro de un espacio dado, con miras a crear en éste y a favor de sus ocupantes un sistema de eficiencia colec va que implique la seguridad, el bienestar y el desarrollo espiritual de la nación.

Del Ins tuto Peruano de Estudios Geopolí cos y Estratégicos, Hermann Buse de la Guerra: Es la ciencia que estudia la capacidad del Estado para asegurar la integridad territorial y la supervivencia de la Nación Peruana. − Buteler, René Gabriel José, Introducción al Arte de la Geopolí ca, Buenos Aires: Editorial Dunken, 2003, p. 107.

El arte de la geopolí ca estudia y trata la influencia de los fenómenos geográficos e históricos, sobre la conducta social del hombre, a fin de hacer posible que

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el mismo resuelva el proceso polí co con efec vidad manteniéndolo en coherencia con la polí ca nacional vigente. − Sarno, Hugo Gastón, Lecciones de Geopolí ca, Volumen I, Buenos Aires: Centro de Formación e Inves gaciones en Ciencias del Comportameinto Humano (CENTRO FICCH), 2003. p. 37.

Es la disciplina por la cual se encara el espacio geográfico, tanto en las ideas como en los hechos, de acuerdo con los fenómenos del poder que actuaron, actúan y pueden actuar sobre él. − Rosales Ariza, Gustavo, Geopolí ca y Geoestrategia Liderazgo y Poder, Bogotá: Universidad Militar Nueva Granada, 2005, p.

29.

Definición del Ins tuto de Estudios Geopolí cos (IEG) de la Universidad Militar Nueva Granada: Es la ciencia que estudia la realidad geográfica desde el punto de vista polí co para establecer las influencias mutuas y deducir la mejor forma de armonizarlas en beneficio del poder nacional.

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− Agnew, John, Geopolí ca una re-visión de la polí ca mundial, Madrid: Trama Editorial, 2005.

Estudio de la repercusión de las distribuciones y divisiones geográficas en la marcha de la polí ca mundial. Originalmente, se refería al impacto de la disposición espacial de los con nentes y océanos y de la distribución de los recursos humanos y naturales en las relaciones interestatales. En la actualidad, el término también se refiere al examen de todos los supuestos, designaciones e interpretaciones geográficas que intervienen en la elaboración de la polí ca mundial —como ocurre en la geopolí ca crí ca—, y como todos ellos cambian en concordancia con las condiciones materiales — geopolí ca histórica—. − Lacoste, Yves, Geopolí ca. La larga historia del presente, Madrid: Editorial Síntesis, 2008, p. 8.

Designa en la prác ca todo lo relacionado con las rivalidades por el poder o la influencia sobre determinados territorios y sus poblaciones: rivalidades entre poderes polí cos de todo po –no sólo entre estados, sino también entre movimientos polí cos o grupos armados más o menos clandes nos– y rivalidades por el control o el dominio de territorios

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de mayor o menor extensión. Los razonamientos geopolí cos ayudan a comprender mejor las causas de tal o cual conflicto, en el seno de un país o entre estados, así como a considerar cuáles pueden ser las consecuencias de esas luchas entre países más o menos alejados ya veces incluso en otras partes del mundo. − Cédric de Lestrange; Christophe-Alexandre Paillard; Pierre Zelenko, Geopolí ca del petróleo, San ago: Universidad Bernardo O’Higgins (UBO-ORPAS), 2008, p. 26.

Análisis de las rivalidades por la apropiación de territorios y, en una definición más extensa, de las relaciones de poder en esos territorios. No se limita ya, como por el pasado, al estudio de las condiciones del poder de los Estados, sino que se esfuerza de dar cuenta de la diversidad de actores de la sociedad internacional y las relaciones de fuerza, que no se juegan dentro de la abstracción de un mundo ideal, sino que están claramente situados dentro del empo y el espacio. − Mendoza Morales, Alberto, Geopolí ca. Visión General, Bogotá: Grupo Editorial Educar, 2009, p. 66.

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La geopolí ca trata el valor de los factores geográficos en el funcionamiento interno de los Estados y en sus relaciones con el exterior. La geopolí ca es una ciencia ú l y estratégica en el manejo y des no de los Estados.

Comprende tres factores: tamaño riqueza natural de los territorios, poder económico y poder militar. Sus contenidos son materia auxiliar del gobierno de los Estados. Como ciencia, la geopolí ca es materia libre de la dominación de las potencias. Aporta, en forma autónoma, conocimientos y valores para entender la dinámica interna que se da en las naciones. Como técnica, la geopolí ca aporta directrices para el manejo de las relaciones internacionales de los Estados. − Méndez Gu érrez del Valle, Ricardo, El Nuevo Mapa Geopolí co del Mundo, Valencia: Tirant lo Blanch, 2011, p. 15.

La geopolí ca es el estudio de los fenómenos polí cos considerados en sus relaciones espaciales y también en las relaciones que man enen con la Tierra... En otros términos, la geopolí ca será lo que significa la e mología de la palabra: la polí ca geográfica, es decir, la polí ca interpretada geográficamente” (L.D. Kristof: The origins and evolu on of geopoli cs, 1960).

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La esencia de la geopolí ca es estudiar la relación que existe entre la polí ca internacional de poder y las correspondientes caracterís cas de la geogra a (SE. Cohen: Geography and poli cs in a divided world.

1963).

En los múl ples casos en que hoy se habla de geopolí ca, se trata de hecho de rivalidades de poder sobre territorios y sobre los hombres que allí se encuentran (Y. Lacoste: Dic onnaire de géopoli que, 1993).

En las diferentes situaciones en que hoy se habla de geopolí ca, se trata esencialmente de conflictos de poder... Los razonamientos geopolí cos no se plantean sólo a nivel planetario. No tratan exclusivamente de relaciones interestatales, sino que se inscriben también dentro del ámbito de cada Estado (P. Lorot: Histoire de la géopoli que, 1995).

Se u liza el término geopolí ca para denotar una cierta espacialidad del poder, que traspasa y transgrede las fronteras internacionales (D. Slater: Geopoli cs and postmodernism, 1996).

Geopolí ca es el estudio de las relaciones internacionales y los conflictos desde una perspec va

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geográfica. La perspec va geográfica sugiere que la localización, la distancia y la distribución de los recursos naturales y humanos ejercen significa vas influencias sobre las relaciones internacionales (K.E. Braden y F.M. Shelley: Engaging geopoli cs, 2000).

Actualmente el término geopolí ca se usa profusamente para referirse a fenómenos tan dispares como conflictos de fronteras internacionales, la estructura de las finanzas globales o la configuración geográfica de los resultados electorales. Una de las acepciones del término le atribuye un significado más concreto: el examen de los supuestos, clasificaciones y explicaciones geográficas que par cipan en el diseño de la polí ca mundial….Es preciso dis nguir esta geopolí ca histórica, dedicada al razonamiento geopolí co prác co, de lo que a veces se llama geopolí ca crí ca, que se ocupa, bien de exponer las huecas afirmaciones de ciertos autores geopolí cos de que han encontrado la verdad en la polí ca mundial, bien de indicar las representaciones que están en la base de la polí ca exterior de determinados Estados” (J. Agnew: Geopoli cs: re-visioning world poli cs.

2003). − Rodríguez, Alberto René, Geopolí ca.

Introducción a su estudio, Madrid: Editorial

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académica española, 2011, p. 11.

La cosmovisión que vincula al Estado con la geogra a que lo sos ene y enmarca, procurando servir a la nación como unidad histórica perdurable, y al hombre como miembro de una sociedad más justa. // - //

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