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Editorial

“Lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices”, dice una reflexión, reflexión que se refiere a la cuestión de la congruencia, congruencia entre lo que uno piensa, dice y hace, de otra forma nuestra persona no puede decirse íntegra, completa y total.

Una de las peores crisis que podemos vivir, tanto como individuos que como sociedad, y que actualmente estamos viviendo, es precisamente la de la credibilidad. La credibilidad es el fruto de la confianza la cual se va abonando cuando en las personas y en las instituciones existe un solo decir y un solo hacer.

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“Las palabras mueven, pero el ejemplo arrasa” dice otra frase y tiene razón, lo que uno dice puede quedar en nada cuando lo que uno hace es contrario a ello, de la misma forma incluso aunque uno no diga, el actuar puede tener tal fuerza que genere cambios y establezca referentes.

Cuando no se puede tener esa integridad como persona es cuando surgen los pretextos, pretextos que buscan justificar lo que se hace o lo que no se hace pero que de igual forma caen en el ámbito de las palabras con lo que fuerza queda menguada al comparase con las acciones que buscan justificar.

Así que si no te convence el luchar por esta congruencia por los demás al menos piensa en luchar por ella por ti mismo. Esas energías que tienes enfocadas, no en varias líneas de acción contrapuestas, sino en una sola, genera una eficiencia y una efectividad personal que te permitirá no solo ese bienestar del que hablamos sino incluso una mayor eficiencia y efectividad en tu caminar por la vida.

¡Éxito!

Roberto Celaya Figueroa, Sc. D. Fundador y Editor en Jefe