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Tesoros fílmicos Nuevo Orden
from Súper 8 No. 133
by super8
encarna, además, al chico que no es de nadie, pero es del barrio. Podría ser una reminiscencia del Chavo del ocho, pero en la brusquedad de lo real.
Gael García Bernal nos trae su segunda película cómo director. Han pasado varios años entre su debut y su segundo trabajo, y se ve que ha aprendido mucho más del oficio de dirección. Se asiste a una buena factura, los actores de repente se ven forzados, pero se recuperan por momentos. Aunque la trama dibuja un lugar común, nada fantástico y sí muy cercano a la realidad de miles de mexicanos, se queda en un retrato simple y en la dureza de esa realidad. Es pertinente señalar que jamás aterriza sus intenciones para con la historia. No hay redención, no hay castigo, no hay objeción moral, sólo el final que irremediablemente abraza a todos desde su miseria. El “destino manifiesto” que la pobreza confiere en sí. Y es esta tesis que se refuta desde la realidad misma, y que Gael dejó ir sin decir nada sobre ello, sólo mostró y ya. Como un puntito positivo, además de la factura, se puede señalar que al menos no cayó en el típico retrato light, o la romantización de la pobreza misma. Nadie fue feliz cómo en Nosotros los pobres.

FICHA TÉCNICA Título: Chicuarotes Dirección: Gael García Bernal Guion: Augusto Mendoza Protagonistas: Benny Emmanuel, Leidi Gutiérrez, Gabriel Carbajal Año: 2019 Duración: 95 min Idioma: Español
Deconstruyendo al Estado fallido

Por @AMAURY1984
I will fight the system. Break it down and redesign it. I don’t want anything The way it’s created by them. Where is my right to choose, If all the options are theirs. We can be the system, It will turn and try own us. We can have everything, If we will change in to them. Now it’s our time to choose, Which of the options are theirs.
De lo poco que tuve oportunidad de ver en una sala de cine durante 2020 se encuentra el más reciente largometraje del realizador mexicano Michel Franco: Nuevo Orden. La película llegó a salas y salió sin pena ni gloria. Cuando la vi la sala VIP era prácticamente para mi uso personal. A pesar de este vacío la película estuvo en boca de todos. Aún no se estrenaba y ya había sido “encolerizadamente” criticada y aplaudida a nivel de “focas”. Las redes sociales hicieron de la película material para lanzar pelotas de caca a extraños que opinaban diferente. Y lo cierto es que, de un modo u otro, hay que hablar de Nuevo Orden.
El proyecto de Franco arranca con una obertura acompañada de imágenes que poco se vinculan entre sí: una novia, una mujer desnuda mojada por agua verde, una pintura y demás. A


esta imagen la sigue un arbitrario desalojo de una habitación de un hospital del sector público. Muerte y violencia continúan hasta que frente a nosotros una pareja baila en una boda celebrada en una fastuosa residencia de lujo. Se está casando la hija de un influyente ingeniero que no escatimó en gastos para complacer a los invitados entre los que está el mismísimo presidente de México. A pesar de la jovialidad y alegría del evento la tensión se puede sentir en todo momento. Algo se avecina y llega sutilmente anunciado por un ex empleado de la acomodada familia que necesita apoyo para operar a su esposa tras ser desalojada del hospital. El caso nos deja ver múltiples matices en esta familia que se divide física y emocionalmente en este momento de júbilo.
Las nubes del caos son anunciadas desde el inicio del filme de Franco y súbitamente la tormenta se deja caer sobre la boda y la Ciudad de México. En voz de Gabriela Warkentin, directora de W radio, nos enteramos de actos de anarquía, violencia y rapiña a lo largo y ancho de la capital mexicana que se encuentra desprovista de la acción y reacción de autoridad alguna. El Estado decidió o “lo decidieron” no actuar hasta 24 horas después.
Mientras todo esto sucede, un puñado de personas intenta hacer algo para salvar la vida de alguien
