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Valeria Tentoni
De Pirámide
Un zorzal canta desde el fondo marino de la noche.
Me asomo. Se detiene.
No hay nada entre el zorzal y yo ni entre nosotros dos y las emociones lentas del universo.
Pronunciar una palabra poner a girar un trompo sobre la mesa, la palabra corcovea el trompo en la mano y el instante de concentración índice y pulgar afilando una potencia inédita capaz de destruir, si se presiona lo suficiente, el mundo entero.
Los amantes azules
Anochece y está el modo en que tus gestos se quedan con algo mío.
Abro las ventanas, cierro las ventanas y la boca, el aire queda corrido de lugar.
Yo ando de pie todo el santo día en el contacto momentáneo con un color salvaje.
Estrenos poéticos
El oro negro del entusiasmo
Lejos de cualquier palabra hay una costa a la que nada llega alguien agita la mano de espaldas al sol disimulado por el contraste.
Cegados a la distancia giramos antes de tiempo y sin despedirnos.
Madera que pudo haber sido fuego
Las cosas conquistan sus formas; nubes bajas, muy lejos de donde estamos un escape sigiloso que las hormigas habían estado planificando por siglos y ejecutaron como si se les acabara de ocurrir.
Ofreciste esos ojos a las infinitas capas de distancia que separan y unen el futuro y el futuro miró hacia otro lado pero solo para mostrarte sus hilos.