Revista ¡Suerte! Año III, No. 5

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La revista ¡Suerte! llega a su quinto número, y como “no hay quinto malo”, según reza el viejo refrán, esperemos que este ejemplar contribuya a difundir la cultura de la fiesta de los toros, un propósito que debe preocuparnos a todos aquellos a los que nos apasiona esta maravillosa expresión artística. Como es habitual en las primeras páginas, abrimos plaza con un texto de Jorge Raúl Nacif en el que pondera la relevancia de los carteles de la presente Feria de Zacatecas, pues se trata de combinaciones inéditas que le confieren una originalidad que busca atrapar el interés de la gente. Y en estos tiempos de incertidumbre, cuando los ataques hacia la Fiesta Brava están latentes, consideramos oportuno que un especialista como el doctor Juan Alberto Cárdenas Medina, nos explicara, con argumentos científicos, las razones por las cuales a los niños no les afecta presenciar una corrida de toros. Su exposición refuta las falacias que han inventado los antitaurinos para alborotar a los políticos oportunistas, empeñados en adquirir notoriedad por esta vía. Xavier González Fisher complementa este tema tan interesante al explicar la razón de ser de las escuelas taurinas, que hoy abundan en distintas regiones del país con el cometido de forjar a los toreros del mañana, en su caso, que esos alumnos al cabo del tiempo se conviertan como personas de bien y aficionados ejemplares, hecho que va en consonancia con los valores universales de la tauromaquia. En la sección de los creadores toca turno al reconocido pintor mexicano Jazzamoart, que vuelca en su paleta la fuerza de la Fiesta, con un colorido y un trazo excepcional que refleja su pasión por la tauromaquia. Y lo hace en este ejemplar que se reparte en una ciudad donde hace un par de años nos deslumbró con su monumental exposición “Solo a fuerza de pintar”, que se estuvo expuesta en el ex convento de San Agustín. En ese afán por seguir explicando los aspectos más relevantes del toro de lidia que están vinculados a su belleza, José Carlos Arévalo nos permite reproducir, de su nueva página de internet (www.entretoros.com), un texto que contiene su concepto del trapío y lo que éste representa para el toreo. Y en lo tocante a la historia del toro la cabeza del “Húngaro”, quiero agradecer a todas las personas que me dieron información sobre este asunto, especialmente a Juan Pablo Llaguno González, heredero de una estirpe taurina de prosapia, y también a Roxana Ramírez Díaz, hija del recordado Chito Ramírez, que fue el empresario de la plaza “San Marcos” durante más de 40 años. Sin saberlo, los padres de ambos hicieron posible la redacción de este artículo cuya investigación me trajo recuerdos muy emotivos, que me remontaron a finales de los años ochenta, cuando conocí esta pieza tan valiosa que tuve oportunidad de fotografiar siendo apenas un estudiante de periodismo.

Juan Antonio de Labra 1


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Un interesante panorama aparece en el horizonte de la presente edición de la Feria Nacional de Zacatecas, pues en materia taurina la oferta presentada luce variada y para todos los gustos, con combinaciones equilibradas en cuanto a la presencia de toreros y también de las ganaderías que enviarán los encierros. Además, todos los carteles son inéditos; es decir, que ninguno se ha ofrecido nunca antes, en ninguna plaza de México, con la configuración que la empresa zacatecana les dio, lo que sin duda representa un atractivo añadido. 3


Las expectativas para una feria de esta catadura no radican precisamente en orejas o datos estadísticos, sino en la posibilidad de disfrutar toreo del bueno. Y en este sentido, hay ingredientes para que el platillo sea de un sabor exquisito, pues están la mayor parte de los toreros mexicanos más representativos y otros del panorama internacional. Quizá el plato fuerte que ofrece la empresa “Zacatecas, Tierra de Toros”, comandada por Manuel Sescosse y Juan Enríquez, es el mano a mano entre Antonio Ferrera y Joselito Adame, programado para el domingo 23 de septiembre con toros de Santa Fe del Campo, ganadería que ha venido abriéndose camino en los últimos años. El hispano Ferrera causó auténtica conmoción en la pasada Feria de San Marcos, en Aguascalientes, al cuajar una faena plena de hondura, de esas que se instauran en lo más profundo del alma gracias a la pureza que ha germinado en su concepto del toreo. Por su parte, Joselito se mantiene en lo alto de la torería mexicana y vendrá a defender su sitio de figura del toreo que se ha ganado con base en sangre, sudor y lágrimas. 4

CARTELES INÉDITOS QUE NUNCA ANTES SE HAN OFRECIDO EN NINGUNA PLAZA DE MÉXICO


PARA NACHO GARIBAY, SERÁ EL ÚLTIMO PASEÍLLO EN LA MONUMENTAL ZACATECAS

Ignacio Garibay actuará por el Escapulario de Plata el sábado 8 de septiembre, en el arranque de la feria, junto al rejoneador Jorge Hernández Gárate (acompañado por los Forcados Mazatlecos) Juan Pablo Sánchez y Sergio Flores, con los toros de Pozo Hondo. Para Nacho será el último paseíllo en la Monumental de Cantera Rosa, donde a lo largo de los años ha dejado constancia de su oficio y buen gusto. Y así como un torero honrado y profesional dice adiós a esta noble afición, un nuevo matador hará su apari-

ción en el escalafón. Ángel Espinoza “Platerito” recibirá la alternativa un día después, el domingo 9, de manos de Arturo Macías y ante el testimonio de Diego Silveti y Diego Sánchez (que el año pasado fue el máximo triunfador del ciclo), con toros de San Isidro. Siempre es atrayente ver a los prospectos. Al igual que el mencionado Diego Sánchez, estarán en la feria los jóvenes españoles Ginés Marín y José Garrido al lado de Fermín Rivera y Sergio Flores, quienes lidiarán toros de Torreón de Cañas, el sábado 22. 5


LA FERIA TENDRÁ DOS FESTEJOS ESPECIALES, UN FESTIVAL DE NIÑOS TOREROS Y OTRO DE AFICIONADOS PRÁCTICOS

Si de jóvenes con proyección escribimos, Luis David y el peruano Joaquín Galdós, que debuta en este escenario, actuarán juntos el domingo 16 de septiembre, para festejar las Fiestas Patrias junto a Octavio García “El Payo”, que se ha convertido en un primer espada de categoría, que en este caso tendrá como materia prima ejemplares de Los Encinos, cuya camada ha salido muy buena y ha lidiado toros de nota alta en distintas plazas del país. Mención especial merece la corrida extraordinaria programada para el 18 de noviembre con un encie6

rro de Jaral de Peñas, y la presencia del rejoneador Andy Cartagena, así como el mano a mano entre los hermanos Joselito y Luis David, en un plausible arrojo por dar toros fuera de las fechas festivas del mes de septiembre. La feria tendrá dos festejos especiales, como lo son el festival de niños toreros del viernes 14 de septiembre y el de aficionados prácticos el viernes 21. De esta manera, es de destacar el esfuerzo de la empresa al confeccionar una cartelería para que Zacatecas 2018 tenga a la variedad como bandera.


Sábado 8 de septiembre. 17:00 horas. Un toro de Boquilla del Carmen para rejones y seis de Pozo Hondo para el rejoneador Santiago Zendejas, los Forcados de Mazatlán, Ignacio Garibay, Juan Pablo Sánchez y Sergio Flores. Domingo 9 de septiembre. 17:00 horas. Ocho toros de San Isidro para Arturo Macías, Diego Silveti, Diego Sánchez y Ángel Espinoza “Platerito”, que tomará la alternativa. Viernes 14 de septiembre. 19:00 horas. Festival de niños toreros. Erales de distintas ganaderías para Ximena Linares, Montse Silva, Alejandro Moreno “Castellita” y Cristóbal Arenas “El Maletilla”. Domingo 16 de septiembre. 17:00 horas. Toros de Los Encinos para Octavio García “El Payo”, Joaquín Galdós y Luis David. Viernes 21 de septiembre. 19:00 horas. Festival Internacional de Aficionados Prácticos. Novillos de distintas ganaderías para Íñigo Rodríguez, Pedro Pinsón, Patricio Pons, Antonio Sandoval, Yayo Robledo, Esteban Ortiz (Ecuador) y Mario Escobar (Colombia). Sábado 22 de septiembre.17:00 horas. Ocho toros de Torreón de Cañas para Fermín Rivera, Sergio Flores, José Garrido y Ginés Marín. Domingo 23 de septiembre. 17:00 horas. Toros de Santa Fe del Campo para Antonio Ferrera y Joselito Adame, mano a mano. CORRIDA EXTRAORDINARIA Domingo 23 de noviembre. 17:00 horas. Toros de Jaral de Peñas para el rejoneador Andy Cartagena, Joselito Adame y Luis David.

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FOTO: Landín-Miranda

Desde hace algunos años ha comenzado una nueva batalla en contra de la tauromaquia. Diversos tipos de prohibiciones han sido propuestas, intentado por un lado restringir el acceso de los menores y por otro prohibir directamente las corridas de toros. De esta manera, el año pasado se realizó esta investigación cuyo objetivo fue analizar el impacto emocional y conductual al presenciar las corridas de toros en niños y adolescentes en la región central de la República Mexicana, por un lado, con niños en entrenamiento para la práctica de la tauromaquia y, por otro, niños que acuden como espectadores a las plazas. 9


FOTO: Briones

En este sentido, se realizó una muestra con niños y adolescentes no expuestos a la fiesta taurina, por medio de escalas estructuradas determinando la presencia de trastornos de ansiedad, tendencia a la agresión reactiva y proactiva, así como percepción de la violencia. Asimismo, se aplicaron tres escalas estructuradas, con un primer cuestionario de Agresión Reactiva-Proactiva (RPQ), que trata de un instrumento de auto informe diseñado específicamente para evaluar la dimensión reactiva/proactiva de la agresión infanto-adolescente. De forma posterior un Cuestionario de Exposición a la Violencia (CEV), este trata de un cuestionario para evaluar la exposición a la violencia (física, verbal y amenazas) de niños y adolescentes en cuatro contextos: Escuela, casa, calle y televisión. Y, por último, se aplicó un tercer cues10

tionario sobre la opinión de los niños y adolescentes evaluados y un grupo de padres sobre la fiesta taurina. Se evaluaron un total de 303 menores, de los cuales 139 son niños (entre 7 y 11 años de edad) y 164 adolescentes (entre 12 y 17 años), se realizaron 80 entrevistas de opinión acerca de las corridas de toros para padres. De los resultados obtenidos se pudo deducir que en niños no expuestos a los toros, existe mayor tendencia a la agresión; en el Bajío existe además mayor exposición a la violencia y se arrojaron puntuaciones de ansiedad más elevadas en población no expuesta a la fiesta taurina. En los adolescentes se observó mayor exposición a la violencia en población no expuesta a la corrida de toros comparado con la población expuesta, en Ciudad de México existe mayor tendencia a la agresión en población no expuesta.

SE EVALUARON NIÑOS Y ADOLESCENTES EN CUATRO CONTEXTOS: ESCUELA, CASA, CALLE Y TELEVISIÓN... FOTOS: Landín-Miranda


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A pesar de esta opinión, la mayoría de los participantes no observó problemas con niños de su edad que acuden a una corrida de toros; y el 75 por ciento cree que la experiencia es positiva cuando está acompañado por un adulto. Estos resultados también están en línea con otros estudios que demuestran que los efectos psicológicos en los niños de ver escenas agresivas están mediados por la interpretación cognitiva de tal comportamiento, más que por la violencia misma. Cabe mencionar que se considera además el derecho a la libertad de expresión y establece la obligación del Estado de brindar información al señalar que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. 12

FOTO: Landín-Miranda

Asimismo, el estudio realizado con respecto a las actitudes de los jóvenes hacia la tauromaquia, más de la mitad de los niños encuestados afirmaron no gustarles los acontecimientos. El 50 por ciento de la muestra admitió haber visto una corrida de toros en la televisión, en tanto que dos tercios de los encuestados consideraron que el evento contenía algunos signos de violencia.


FOTO: De Labra

FOTOS: LandĂ­n-Miranda

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NO EXISTE EVIDENCIA CIENTÍFICA IRREFUTABLE QUE PRUEBE QUE LA PARTICIPACIÓN DE LOS NIÑOS O ADOLESCENTES EN LAS CORRIDAS DE TOROS O EN ESPECTÁCULOS TAURINOS SEA UN DETONADOR DE VIOLENCIA.

FOTOS: Landín-Miranda

En este sentido, las niñas, niños y adolescentes que participan en la fiesta taurina, lo hacen como actividades culturales y recreativas, y no hay niños que laboren o trabajen en estas actividades. Por lo tanto, no existe evidencia científica que demuestre que participar como espectadores o en prácticas en escuelas taurinas, cause algún estrés postraumático en las niñas, niños y adolescentes. Ante lo anterior, la prohibición de la participación de niñas, niños y adolescentes en actividades taurinas, daría lugar a la violación de otros derechos fundamentales, así como se vulnerarían el derecho de acceso a la cultura, el derecho a la libertad de manera general, y en particular el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el derecho a la libertad y el derecho a la libre expresión. En conclusión y con base a los resultados obtenidos se concluyó que en los niños y adolescentes que acuden como espectadores o que se encuentran en entrenamiento para la práctica de la tauromaquia no se encontró impacto negativo a nivel emocional o conductual. 14


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Cierto día, Francisco Javier Vázquez Estupiñán (Irapuato, 1951) decidió rebautizarse como con el seudónimo de Jazzamoart. Fue días antes de un alumbramiento ocurrido en 1974, precisamente el de Nora, su esposa, cuando dio a luz a su primogénito, al que pusieron dicho nombre. 16

LA PLAZA


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FANTASÍA GOYESCA

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LANCES EN TINTO

MANOLA Y TORO


TOREROS DE PINTURA

CONSIDERADO POR CARLOS MONTEMAYOR COMO UNO DE LOS TRES GRANDES ARTISTAS DE GUANAJUATO, JUNTO A DIEGO RIVERA Y JOSÉ CHÁVEZ MORADO, SU TRABAJO CUENTA CON PARTICIPACIONES Y DISTINCIONES EN MUSEOS Y MUESTRAS EN DIFERENTES PAISES 19


TRINCHERAZO A LA VIDA

Y a partir de entonces pensó que sería una buena idea adoptar aquella voz, tan original como sonora, que se deriva de la conjunción de tres palabras hechas de cuatro letras: “Jazz”, “Amor” y “Arte”. Y así, en mayúsculas, comenzó a firmar sus obras pictórico, que hoy día gozan de prestigio internacional. Más de 500 exposiciones individuales o colectivas lo avalan.

MÚSICOS DE JAZZ 20

A través de una expresión musical tan libre, como el jazz, y un sentimiento tan universal, como el amor, se amalgama la inspiración de un Artista Visual cuya expresión está en constante movimiento.


PASEÍLLO

Es en este entramado de sensaciones donde nace la libertad alguien seguro de sí mismo; de quién pinta por el placer de pintar, sin atavismos académicos, buscando un estilo rotundo en el que plasma su particular visión de la vida. Por el puro placer de sentir, de trascender. 21


ASÍ QUE “A FUERZA DE PINTAR DEJA UNO DE SER PINTOR A FUERZA”, SEGÚN AFIRMA JAZZAMOART CON LA MISMA NATURALIDAD DEL MARCHOSO ANDAR DE LOS TOREROS EN EL PASEÍLLO, AHÍ DONDE LA LUZ SE TRANSFORMA EN UN CAUDAL DE PRESAGIOS QUE COMULGA CON LA EXPECTACIÓN DEL PÚBLICO.

PANTEÓN TAURINO

MATADOR 22


NOCHE DE JUERGA EN MADRID

SI, EN UNA TARDE DE TOROS, OTRA DE SUS PASIONES, QUE AQUÍ SE REFLEJA CON TODA SU EXPLOSIÓN DE COLOR 23


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FOTOS: Landín-Miranda

En todas las plazas de toros donde se celebre un espectáculo taurino, ya sea una becerrada para aficionados, hasta una corrida de toros, será requisito indispensable una banda de música, esa valiosa colaboración artística presente durante el colorista y ceremonioso paseíllo, o bien de forma estelar, como fondo evocador de las grandes faenas de muleta que los diestros suelen realizar en los momentos de mayor inspiración de su arte. La música ha sido compañera inseparable de las corridas de toros, hermandad registrada desde aquellas Reales Fiestas de Toros que se celebraron en la Plaza Mayor de Madrid el primer jueves del mes de junio de 1681, cuando: “no faltando jacareros inquietos que con sus guitarras y otros instrumentos, unos se entretienen cantando y otros, menos sosegados, sirven de despertador a los madrugadores de la tela y la plaza”. Lo anterior, un prólogo e incipiente boceto de la música en los toros que más tarde habría de cuajar en el llamado pasodoble taurino tan íntimamente ligado al

mundo de la tauromaquia, ese ritmo tan genuino y a la postre representativo de la música española, con rasgos que persisten a través del tiempo por su peculiar y elocuente estilo. Cuando se trata de bucear sobre los orígenes de esta particular pieza musical, algunas son las opiniones sobre ello, desde un alumbramiento que procede de la tonadilla escénica que servía como conclusión de los entremeses y bailes escénicos del siglo XVIII, posteriormente utilizada en los actos de comedia, para finalizar en los diferentes tipos de pasodobles. Otra tesis lo señala como el posible arranque de algunas danzas que se introdujeron en la España del siglo XVII que entre las de carácter más alegre y adecuadas al temperamento hispánico serían su antecedente directo y finalmente, también circula aquella hipótesis que postula la de un tipo de marcha militar de compás binario que adquirió popularidad durante la Guerra de Independencia Española. 25


Para Higinio Anglés y Joaquín Pena, el pasodoble se trata de una tocata-baile español muy típico, en compás de dos por cuatro, con movimiento algo airoso, con una frase introductoria que, tanto melódica como armónicamente, gira en torno al acorde dominante con variaciones en la entonación melódica del segundo tetracordo descendente del tono menor. Asimismo, esta práctica musical consiste en el respeto de unas normas o reglas de original y sencillo patrón estético, sin grandes complicaciones técnicas, ligero movimiento de frases, a su vez colocadas en correcta ligazón con sentido musical y, aunado a ello, su amenidad e interés histórico descriptivo del ritmo. España y en general la región mediterránea y por ende América, encontraron en el pasodoble un exponente ideal para mostrar la idiosincrasia y el carácter de cada pueblo o región determinada, nada mejor que la música para reflejar, el variado crisol 26

hispánico; esto traerá como consecuencia una división del pasodoble a saber de los diferentes estilos: Pasodoble regional: A cada localidad o región su pasodoble, por caso los de llamado acento gallego, entre los que destaca el Puentearas, considerado el más escuchado y universal de este espacio geográfico; otros aparecen con acento asturiano, tal es el caso de Oviedo que dedicó a esta ciudad el músico Pascual Marquina Narro. A Navarra y su gente se le distingue con pasodobles tales como: “No te vayas de Navarra”, del músico Rafael Jaén y “Honrando a Navarra”, que se trata de un homenaje musical los sanfermines a cargo del autor Julio Nuel. Mención merecen por su elevada cantidad y popularidad, los de acento andaluz que incluyen aires flamencos: “Nerva”, de Manuel Rojas y “En er mundo”, de Jesús Fernández Lorenzo. Pasodoble marcha: En ese caso los giros melódicos y armónicos han de ser más sencillos para facilitar su ejecución mientras se va desfilando, se tiene por


caso: “Los voluntarios”, de Jerónimo Jiménez. “El pasodoble de la Bandera”, de la revista “Las Corsarias”, de granadino Francisco Alonso; o “Soldadito español” y “Las carabineras”, de Jacinto Guerrero. Pasodoble-concierto aspira a ser más solemne y clásico, con una primera parte un tanto agresiva o arrogante y, una segunda, también llamada trío, que se caracteriza por su naturaleza melodiosa. Aquí podemos encontrar a “Suspiros de España”, de Antonio Álvarez Alonso; “Gerona”, “Valencia” y “Triana”, del maestro Santiago Lope. Finalmente, el pasodoble-canción surgió propio tiempo del declive del cuplé, y alcanzó su mayor apogeo durante la décadas los cincuenta y los sesenta del siglo pasado, el pueblo encontró en la copla, y en sus intérpretes, el alivio a las limitaciones y carencias. Ejemplo de ello se cuentan a los intérpretes como Pepe Marchena, Pepe Blanco, Concha Piquer, Imperio Argentina, Lola Flores, Rosita Ferrer, y un largo etcétera de personajes irrepetibles. 27


El maestro Genaro Núñez fue toda una institución en la banda de El Toreo y la Plaza México durante varias décadas FOTO: De Labra

Por otra parte, puede decirse que pocos ritmos españoles son tan representativos del donaire y singular arrogancia de cada pueblo, las plazas de toros con su pasodoble como dueño y señor del sorprendente y sugestivo espectáculo, una presencia que da mayor énfasis y realce a los alardes tanto de valor como de arte que los diestros imprimen a sus faenas. Cabe mencionar que los músicos mexicanos ocupan un lugar de primer orden dentro de las partituras del orbe taurino, el investigador Nicolás Rangel nos pone al tanto de los remotos antecedentes sonoros cuando refiere al coso de San Pablo en el año 1788: “Habrá de firme una orquesta, compuesta de veinte diestros profesores, que llenarán los intermedios tocando varias serenatas, clarinetes, clarines y otros instrumentos bélicos, para que sin embargo del rumor, sobresalga y brille la música. 28

Mención especial merece el músico Luis. G. Jordá, autor del pasodoble “Minuto”, dedicado al matador Enrique Vargas, considerado el primer pasodoble torero compuesto en México y, en mismo puesto de privilegio aparece el maestro Rafael Gascón, director por varias décadas de la banda de música tanto del Toreo de la Condesa, como la Monumental Plaza México. Gascón fue además, un prolífico autor de ritmos toreros entre los que destacan: Machaquito, Gaona, Belmonte, o el tan vigente Cielo Andalúz de arraigo tan particular en tierras mexicanas y que su autor dedicó a la Banda de Policía y a su entonces director Velino M. Presa, con una letra que adaptó el maestro José F. Elizondo. Dentro de este género musical, Alfonso Esparza Oteo dejó para la posteridad: Alma de España,


FOTO: Landín-Miranda

Curiosa imagen en la que Agustín Lara muestra una partitura a dos figuras con almas gemelas: Armillita y Silverio

Mantones y claveles, Orticínas y Lorenzo Garza. El investigador Juan S. Garrido cuenta en su haber con piezas taurinas como Balderas, Morenaza y Calesero poeta y torero. Qué decir de Agustín Lara y su estilo tan particular, con Silverio, Fermín y Novillero, además, otros varios autores mexicanos han dedicado parte de su obra al pasodoble, entre ellos destacan figuras como Joaquín Pardavé, Luis Arcaraz, Alberto Domínguez y Álvaro Carrillo. En conclusión, con el pasodoble ya sea en España, en México o Hispanoamérica, nos encontramos ante el garbo y la gracia de sus temas musicales, en permanente consonancia con sus fines descriptivos, que revelan desde sus primeros compases el afán de cantar y de propagar la belleza y colorido de la tauromaquia, sus ídolos, sus mujeres y todo cuanto rodea a está artística y singular práctica llamada tauromaquia. 29


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FOTO: Briones

Carlos Quirós Monosabio, uno de los integrantes de la terna que fundara El Universal Taurino, considerada por los especialistas una de las mejores publicaciones de su género a nivel mundial, recogió una serie de conversaciones con el gran Rodolfo Gaona en el año de 1925, cerca de su retirada de los ruedos, en las que le contó lo que fue su vida como torero. Esa obra, primero publicada por entregas y después reunida en un libro, se titula “Mis Veinte Años de Torero” y en ella El Califa de León analiza con detalle el ser y el devenir de su existencia en los ruedos y lo que a su persona le dejó el paso por estos. De esa importante obra viene al caso lo siguiente: 33


…Andaba por los pueblos, toreando lo que’ se podía y pasando hambres y fatigas. En los trenes viajaba en calidad de mosca. Y empecé a convencerme de que hacerse torero era algo más duro de lo que yo había creído en un principio. Ya estaba a punto de cortarme el pelo, cuando llegó a León Saturnino Frutos, “Ojitos”, allá por 1903 ó 1904. “Ojitos” fue expresamente a León para organizar una cuadrilla juvenil: Había oído decir que en León había varios aficionados a propósito, y tan luego como llegó se puso a buscarlos. Con el primero con quien habló fue, conmigo, porque dio la casualidad de que todos los muchachos que después formamos la cuadrilla acostumbrábamos ir diariamente a los billares de “Montecarlo”, donde el dueño, que todavía vive – don Timoteo Carpio, que fue aficionado, des¬pués luchador y ahora es dentista –, me llamó y me dijo: - ¡Anda!, tú que quieres ser torero: ha venido un torero ya viejo, que fue ban34

derillero de Frascuelo y que le dicen “El Ojitos” y quiere hacer una cuadrilla de chiquillos. Más tarde vendrá por aquí y te .lo presentaré. - ¡A ver si le convienes! En efecto, poco después llegó Saturnino, muy serio y bien trajeado, “negro hasta los pies vestido”, con cuello de pajarita y… ¡con bombín! En León había pocos bombines. Y un torero con bombín me aplastó. Yo le cobré desde luego un gran respeto. Me presentaron. Hablamos en tanto que él se empujaba una copita de coñac. – Muchacho, me dijo: - ¿Tú quieres ser torero? - Sí, señor - le contesté. - Pues yo quiero hacer una cuadrilla de toreros. Pero una cuadrilla modelo. De toreros que sepan estar en sociedad y portarse como gente decente. Porque se puede ser torero y no ser un VICIOSO. - ¡Y me largó el primer sermón. Y por primera vez me contó cómo, en ocasiones se las gastaban el señor Cayetano y el señor Salvador!

Tan pronto como calló. Le dije que aceptaba entrar a formar parte de su cuadrilla. Mas tropezamos con serio inconveniente: “Ojitos” exigía que todos los muchachos que formaran la cuadrilla tuvieran el consentimiento de sus padres; de lo contrario, no los admitía. Y me aconsejó que hablara con mi madre para ver si me daba permiso. Con eso, después él iba para cerrar el trato. Y allí estoy pasando fatigas convenciendo a mi “bata”, que se cerró a banda. ¡Que no y que no! Y yo, ¡que sí y que sí! Que yo quería ser como el señor Cayetano. Que me dejara, porque, si no me daba su consentimiento. Me iba a largar sin él. Pero, a pesar de todo. Ella se aferró en que no. Entonces me fui a buscar al “Ojitos”. Iba pensando: ¿Cómo le voy a decir a este señor que siempre no? Y opté por la mejor solución: Le aseguré que ya todo estaba arreglado. Me dije: Este hombre la convence; está bien vestido, tiene representación, y trae en la cabeza un bombín.


FOTOS: Landín-Miranda

“LOS TOREROS PUEDEN SER GENTE DECENTE Y BIEN MIRADA POR LA SOCIEDAD. ES UNA CARRERA COMO CUALQUIERA...” Y, efectivamente, “Ojitos” fue y la convenció. Y le dijo: - Señora: Los toreros pueden ser gente decente y bien mirada en sociedad. Es una carrera como otra cualquiera. Prometo a usted que yo educaré al muchacho y evitaré que se entregue al vicio. Seré como su padre. Lo vigilaré. Y le habló de Rafael y del señor Salvador. Y, lo que yo deseaba: La convenció y dio su permiso para que entrara a formar parte de la Cuadrilla Juvenil. “Ojitos” ya tenía a Fidel Díaz; después a menda. Luego llegaron Solís y Lombardini y los demás. Entonces nos fuimos a vivir a una casa muy grande. 35


Cerca de la estación. Era la escuela. En el corral “Ojitos” mandó hacer una barrera. Y comenzaron las lecciones. “El Relampaguito” murió, y allí nació Rodolfo Gaona. Una coincidencia: El único mozo de estoques que he tenido, “Maera”, servía a Julio Gómez, “Relampaguito”. Y dejó a “Relampaguito”, para irse con Gaona. Aprendimos a saltar la barrera. Los picadores a rodar por el suelo y a levantarse a la voz de mando y a correr con la bota puesta. “Ojitos” primero nos daba la clase teórica, explicándonos las transformaciones que sufren los toros y sus diferentes condiciones. Después entrábamos a la práctica, toreando una cabeza de toro puesta en una carretilla. “Ojitos” no sólo nos enseñó las reglas del Toreo. También las de urbanidad; a saber sostener una conversación con los buenos aficionados; a sentarnos a la mesa cediendo la cabecera a los visitantes de respeto; a no sopear a cuerno limpio cuando le en36

trábamos al mole de olla, sino que él tenía un procedimiento muy difícil: la sopa de tortilla la prendía en el tenedor. Así, ¡ándele, señor!, le metíamos con fibra, al caldillo. Mientras él o los matadores no llegaban, ninguno se sentaba a la mesa. Y cuando el matador –yo– se levantaba, todos daban por terminada la comida. Estábamos educados al reloj. Aprendimos otros adornos que decía Saturnino eran propios de los buenos toreros: a tocar la guitarra, a cantar flamenco, a bailar el tango y por soleares. Decía que así como los militares deben saber de esgrima, nosotros, los toreros debíamos saber cantar, rasguear la guitarra y darnos dos pataítas cuándo se terciara, para que nadie dijera que éramos sosos, que es lo peor que puede tener un torero. Solís aprendió a tocar muy bien la guitarra. Yo algo, y entonaba mis coplas y bailaba un poco. Ahora todo eso lo tengo olvidado.


FOTO : Lan dín-M irand a

ESTÁBAMOS EDUCADOS AL RELOJ, APRENDIMOS OTROS ADORNOS QUE, DECÍA SATURNINO, ERAN PROPIOS DE LOS BUENOS TOREROS...

Como un año duraría ese aprendizaje. La primera vez que salirnos a torear’ moruchos, fue a la Hacienda de Santa Rosa, donde había toros muy bravos: nos llevaban los novillos a un corral cercado con espinas, de suerte que aquel a quien perseguía un bicho, tenía que decidirse o por las espinas, o por los cuernos. Yo una vez fui a dar sobre un mezquite, y quedé hecho un Cristo. La prueba fue muy dura, no se crea. “Ojitos” en la escuela nos llenaba la cabeza de explicaciones. Nos hablaba, para todo, de los toreros que él conoció, v nos los ponía de ejemplo. La verdad que no siempre le entendíamos. Pero él tenia mucha paciencia y era machacón, hasta que, pasado el tiempo, juzgaba que ya habíamos aprendido lo bastante… “Ojitos” extremaba sus doctrinas, porque mucho de lo que nos exigía era de imposible realización en el ruedo. Quería que toreásemos a pie quieto y sin enmendarnos lo más mínimo. Aun cuando al final del lance anterior quedáramos con el bicho encima de nosotros. En el corral y delante de la carretilla así lo hacíamos, pero luego, cuando salíamos a torear, nos enmendábamos un poquito, cuidando que no nos viera… Hoy se lo agradezco… 37


Sabia inscripción que figura en la Escuela Taurina de Cali, una de las más relevantes de Sudamérica

FOTOS: De Labra

Como podemos apreciar, lo que históricamente se considera la primera escuela taurina formal en México, excede en mucho lo que el común de la gente piensa de ellas, que son agrupaciones o establecimientos en los que se enseña a los alumnos las habilidades necesarias para esquivar las acometidas de los astados y evitar ser arrollados o heridos. Además de que por imitación, los aprendices adquieren una serie de hábitos y de vicios que se atribuyen a quienes frecuentan o viven cerca o dentro del ambiente taurino, porque desgraciadamente, se ha hecho mucha difusión del folklore y de la picaresca que éste propicia, pero poca o nula de los valores y de las virtudes que también genera. Hace algún tiempo, el Notario Jesús Eduardo Martín Jáuregui, autoproclamado aficionado en el retiro, publicó en el diario El Heraldo de la ciudad de Aguascalientes un artículo que relaciona una serie de bienes que a su juicio, deberían reunir las escuelas de 38

tauromaquia, a propósito del anuncio que hiciera el entonces gobernador del Estado de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat de la puesta en marcha de una escuela de educación básica enfatizada en el llamado Arte de Cúchares, dentro del sistema educativo oficial. Escribió Martín Jáuregui, citando a otro humanista y docente, el médico Desiderio Macías Silva, que las escuelas de tauromaquia deberían otorgar a sus educandos el equipo físico e intelectual que les permitiera descubrir si la suya es la vocación de ser toreros y que habían de acudir a ella, con la principal finalidad de acreditar su instrucción básica obligatoria y agrega que la función de esa Institución Educativa debiera ampliarse de la siguiente forma: “…Imaginarme la Escuela Taurina no como un plantel en que se dote a los niños de ciertos conocimientos taurinos además de su formación básica, sino como un centro de Estudios de la

Tauromaquia… un lugar donde cualquier interesado, desde la niñez hasta la senectud, encontraría la posibilidad de profundizar en el conocimiento de una expresión cultural tan nuestra, y por lo mismo tan cuestionada por los apóstoles de la globalización, que son también los apóstoles de la estandarización, del adocenamiento, de la plebeyización. La Escuela Taurina sería no escuela para aprender a matar sino una escuela para aprender a vivir.” Los horizontes de las escuelas de tauromaquia deben ampliarse más allá del aprendizaje del uso de capotes, muletas y estoques. También son tauromaquia las obras de Pancho Flores y de Roberto Domingo; las del Padre Ramón Cué, de Federico García Lorca y de Manuel Benítez Carrasco; las de José Alameda y José María de Cossío y todas ellas no se tejieron en la arena de los ruedos, sino en torno a ellos y aportaron y aportan mucho a lo que sobre ella se realiza.


FOTO: Landín-Miranda

SI DENTRO DE ESOS HOMBRES DE BIEN SURGEN TOREROS DE VALÍA, RESPETUOSOS DE LA AFICIÓN Y DE SU PROFESIÓN, SERÁ UN VALOR AÑADIDO... En una importante medida eso se logra manteniendo y fomentando el espacio de convivencia familiar que representan las escuelas bajo su actual concepto. Anima mucho ver al padre, a la madre, a los hermanas apoyando lo que los chiquillos hacen en el ruedo, reconfortándoles ante una tarde en que la suerte fue adversa y elevando al cielo una oración por aquél que enfrentará al enigma que saldrá por la puerta de toriles. El amor une a las familias, pero la taurinidad también puede ser otro lazo de unión que permita lograr un desarrollo integral de las personas, no desdeñemos el potencial que hay en esto. La responsabilidad del aprendizaje de la tauromaquia pues, se comparte entre quienes transmiten la tradición del toreo y quienes transmiten la tradición de los valores que de manera constante y perpetua se han vivido en nuestra sociedad en su conjunto, que no resulta ocioso repetirlo, tiene por una de sus más preciadas expresiones culturales, precisamente la de la fiesta de los toros. Hoy se alzan voces en contra de este tipo de centros de enseñanza. Se alzan intolerantes porque no gustan de nuestra fiesta y por ende la desconocen, afirman que fomentan la

violencia social y que ponen en riesgo o dañan a quienes acuden a instruirse en ellas. Resulta sencillo hacer afirmaciones así desde la comodidad de un gabinete o a partir de experiencias aisladas ocurridas en tierras extranjeras. A esas personas debemos invitarlas a que conozcan el funcionamiento de las escuelas de tauromaquia, a que conozcan a quienes participan en ellas y que después de que estén debidamente informadas, opinen, porque la realidad nos demuestra que quienes han pasado por el medio taurino, en su inmensa mayoría, son hombres de bien, que sirven a su familia y a su patria de una manera significada. En fin, la idea que deseo transmitirles al final de toda esta argumentación, es que las escuelas de tauromaquia pueden enseñar algo más que a torear, aunque esa sea su función primordial. Sin embargo, su interacción con las familias de los educandos y con el sistema educativo oficial, será fundamental para lograr su cometido: no de egresar muchos toreros, pero sí mejores personas, mejores aficionados y, sobre todo, personas que estén interesadas en preservar una de las tradiciones culturales más preciadas que tenemos en nuestro pais, como es la La Fiesta Brava. 39


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La cabeza disecada de un toro siempre tiene una historia qué contar, y en algunas ocasiones, con la breve inscripción que figura en la placa, resulta suficiente para conocer los datos más relevantes de su existencia. Sin embargo, hay cabezas que tienen un pasado que trasciende esta escueta información, y con el paso del tiempo se convierten en invaluables piezas de museo debido a la relevancia del contexto en que sucedieron los hechos. Una de ellas es la del toro “Húngaro”, de la ganadería de San Mateo. La fama de esta pieza se deriva de un hecho singular: “Húngaro”, número 9, retinto de capa, fue el primer toro de San Mateo que se lidió en una corrida formal cuanto la ganadería zacatecana, propiedad de don Antonio Llaguno González, aún no importaba la sangre española del marqués de Saltillo. Aquella corrida de la que formaba parte este toro se lidió en la plaza “San Marcos” de Aguascalientes, el 25 de diciembre de 1906. Es decir, hace 111 años. El lidiador de este célebre ejemplar fue el famoso espada andaluz Ricardo Torres “Bombita”, que en esa época se convirtió en amigo de don Antonio Llaguno González, y su asesoría fue determinante para la posterior consolidación de la legendaria divisa rosa y blanco. Por mediación suya, don Antonio adquirió, en 1908 y 1911, las reses españolas con las que edificó la sólida base genética que iba a enriquecer una gran parte de la cabaña brava mexicana del siglo XX. 41


En un comentario del cronista “Sirio”, publicado en un número especial de la revista “Gaoneras”, editada en 1925 con motivo de la despedida de Rodolfo Gaona, afirma lo siguiente: “El primer toro lidiado esa tarde se llamó ‘Húngaro’ y fue bravísimo. Bombita realizó con él una gran faena que inauguró con un pase a muleta plegada. Al entrar a matar a este toro fue empitonado sin consecuencias. En general, fue una tarde triunfal para Bombita”. En esa ocasión, Bombita alternó con Fermín Muñoz “Corchaíto”, el torero malagueño que murió como consecuencia de la cornada sufrida en 1914 en la plaza de Cartagena. La cabeza de “Húngaro” la conservó don Antonio con un cariño muy especial, pues no era para menos. La tenía colgada en su despacho, según ha referido recientemente Lucha, una de sus hijas. A su muerte, acaecida el 15 de enero de 1953, la heredó a su único hijo varón: Antonio Llaguno García, otro ganadero de enorme importancia que, tal vez sin proponérselo, supo difundir el gran trabajo de su padre. Toño Llaguno enfrento diversos problemas agrarios que en 1958 lo obligaron a trasladar la ganadería de San Mateo al estado de Michoacán. Se trató del segundo éxodo de 42

ganado sanmateíno, que en 1935 había dejado los potreros de la hacienda de San Mateo para asentarse en los de otra hacienda de su propiedad, Pozo Hondo. El rancho al que se fueron se llamaba “El Cuatro”, y estaba situado en el municipio de Zacapu, a unos 90 kilómetros al noroeste de Morelia. La última corrida que Toño Llaguno embarcó en Pozo Hondo fue la que compró don Jesús Ramírez, mejor conocido como “Chito”, hermano mayor del maestro Alfonso Ramírez “Calesero”, que fue empresario de la plaza “San Marcos” durante 42 años durante toda la etapa en que el centenario coso de la antigua calle Democracia perteneció a la familia Madrazo, ganaderos de La Punta. La corrida en cuestión se realizó el 25 de abril de 1959 y fue triunfal. Rafael Rodríguez cuajó al bravo “Poeta” y le cortó el rabo ante la mirada del propio Calesero y de Luis Procuna, que eran sus alternantes. Al final de la lidia de ese tercer toro de la tarde, dio una aclamada vuelta al ruedo en compañía de Toño Llaguno, según dejó constancia don Jesús Gómez Medina en la hermosa crónica que escribió en las páginas de “El Sol del Centro”.


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ANTONIO LLAGUNO GONZÁLEZ Y SU HIJO ANTONIO LLAGUNO GARCÍA, GANADEROS DE SAN MATEO, FORJARON LAS BASES GENÉTICAS DEL TORO BRAVO MEXICANO, Y TRABAJARON MÁS DE OCHENTA AÑOS PARA CONSEGUIRLO

En un gesto de gratitud, cargado de añoranza, Toño Llaguno le obsequió la cabeza de “Húngaro” a Chito, situación que debió ocurrir en el año de 1962, precisamente cuando le compró otra corrida que se lidió el 23 de abril de aquel año, y de la que dieron cuenta Calesero, Luis Procuna y Joaquín Bernardó. Durante mucho tiempo la cabeza de “Húngaro” estuvo colgada en el billar de la casa de Chito, en la calle de Indianápolis de la Ciudad de México. Hasta el maestro Calesero se ufanaba de que su entrañable hermano tuviera esa reliquia taurina, y siempre que acudía algún invitado a su casa, que estaba cruzando la calle, lo llevaba a la de Chito para mostrarle la cabeza del toro de San Mateo. En alguna ocasión en que ambos estaban con don Antonio Ariza, Calesero insistió a Chito que le regalara la cabeza para que ésta se colocara en el museo de la Cava Domecq que estaban terminando de construir en Aguascalientes. Y como Chito no sabía decir francamente un “no” a nadie, se sacó de la manga una respuesta muy astuta: “Mira, Antonio, el día que decida regalarla, te lo haré saber”. 44

Pero parece que don Antonio dio por sentado que Chito le había obsequiado la cabeza, porque a los pocos días llegó una camioneta de la Casa Domecq a recogerla. Chito no estaba presente, así que doña Magdalena, su esposa, que tenía un temperamento fuerte, leyó la carta de parte de don Antonio y la devolvió a los empleados diciéndoles que mientras ella viviera, esa cabeza no iba a salir de su casa. Chito Ramírez dejó de ser empresario de la plaza “San Marcos” en 1969, meses antes de que los Madrazo la vendieran a “El Cabezón” González, pero continuó con su afición taurina hasta el último día de su existencia, que tuvo lugar el 22 de febrero de 1996. El hermano de Calesero gozó del reconocimiento de la afición como un excelente gestor la Feria de San Marcos, pues era un hombre recto, de una pieza, que tenía sensibilidad taurina y sentía un inmenso amor por la Fiesta. Algunos años antes de su fallecimiento, a comienzos de los noventa, invitó a comer a su casa a Miguel Espinosa “Armillita”, al que profesaba un enorme cariño; vamos, lo quería como a uno más de sus hijos.


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En un arranque de emoción, le dijo que le iba a regalar la cabeza de “Húngaro”, pero doña Magdalena, “se atravesó en quites” y le dijo que nada de eso. Así que la cabeza de “Húngaro” permaneció en la casa de Indianápolis hasta que ella desmanteló aquel cálido hogar, cuatro años antes de su muerte. Para que la cabeza de “Húngaro” llegara a manos de Armillita todavía pasaron varios años, ya que primero estuvo en la oficina de CableCanal, que pertenecía a Javier Ramírez Díaz, uno de los hijos de Chito, y formó parte de la escenografía de un estudio de televisión donde se grababa el programa “Conozcamos la Fiesta Brava”, producido por Eduardo González a comienzos del presente siglo. Al cabo de los años, cuando Javier vendió la empresa, la cabeza permaneció en custodia de distintas personas y, finalmente, Roxana y Alfonso Ramírez Díaz, otros dos de los hijos de Chito, la recuperaron para entregársela a su destinatario final: Miguel Espinosa “Armillita”. Así cumplieron a cabalidad con la voluntad de su padre. 45


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Miguel la tuvo en Chichimeco algunos meses y después se la llevó a “Casa Miguel”, el restaurante de paellas que había inaugurado con tanta ilusión. La cabeza permaneció ahí hasta su lamentable deceso, acaecido el 6 de noviembre de 2017, y a las pocas semanas pasó a manos del aficionado hidrocálido Luis Obregón Pasillas, seguidor de Armillita, que ahora tiene el privilegio -y también el compromiso- de conservar ese tesoro histórico. Porque la cabeza del toro “Húngaro” refleja el carácter de un hombre emprendedor y sumamente talentoso, como fue don Antonio Llaguno González, y representa el recuerdo perenne de su amistad con Ricardo Torres “Bombita”, cuya relación fue determinante para la importación del ganado del marqués de Saltillo con el que el criador zacatecano dibujó la silueta genética del toro bravo mexicano. 46


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A UN SER TAN MISTERIOSO COMO EL TORO BRAVO NO LE CORRESPONDEN DEFINICIONES CERRADAS, AÚN EN LA LIDIA, EL TORO CAMBIA

El trapío es un concepto subjetivo, pues se trata de la sensación de respeto que infunde la presencia de un determinado toro. De ahí que muchos, casi todos los expertos, no coincidan al definirlo. Quizá por eso los legisladores que redactaron el reglamento taurino otorgaron a la subjetividad de los veterinarios más autoridad que a los datos objetivos que evalúan el aprobado de un toro: peso, edad y pitones limpios, datos objetivos. Y de ahí las discrepancias entre ganaderos, toreros y galeno, habituales en todos los reconocimientos. 48

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A mi modo de ver –y perdonen el subjetivismo-, hay dos modos de evaluar el trapío. Uno, el del inexperto en tauromaquia o el del torista primario, que suelen admirar la presencia del toro alto, grande y muy levantado de pitones. Y otro, el del conocedor, que busca en las hechuras los signos fisionómicos proclives a favorecer bravas embestidas.

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Para el conocedor, el toro debe ser bajo, muy pegado al suelo para que sus embestidas tengan ritmo; largo y fino de cuello, para que pueda descolgar y embestir por abajo; ni estrecho de pecho, para que oxigene su sangre durante la lidia, ni muy ancho, para que sea dúctil en las embestidas en redondo; fuerte de morrillo, mas no exagerado, para que la fuerza no anule su elasticidad; rematado de culata, para que el ritmo de las embestidas sea sostenido; y de armónica arboladura, que anuncie embestidas frontales, sin el vicio de cornear por uno de los dos pitones; y fino de cabos, como corresponde a un pura raza.

PARA EL CONOCEDOR, EL TORO DEBE SER BAJO, MUY PEGADO AL SUELO PARA QUE SUS EMBESTIDAS TENGAN RITMO


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Por supuesto, la percepción del conocedor tiene el aval de la historia de la bravura. Porque el toro ha cambiado, evolucionado a la par que crecía la bravura. Fenotipo y genotipo se hermanaron. Y a pesar de la diferente morfología de los distintos encastes, y hasta de las ganaderías de un mismo encaste, un toro bien hecho, sea cual sea su casta, suele cumplir los parámetros antes enunciados. Aunque si hay algo que no se parece a una ciencia exacta es la genética del toro de lidia… por el momento. Y además, todo esto lo puede contradecir, no muchas veces, un toro bravo de verdad y verdaderamente feo. Para el torero, el veedor y el aficionado –el ganadero tiene más pistas-, el trapío es una realidad física y un reto adivinatorio. Pero el torero ve muchas cosas más: la mirada serena del toro, que lo tranquiliza, o su mirada inquieta, que lo mosquea; su calma en embarques y desembarques, que estimula su fe, o su inquietud locuna, que lo decepciona. Y es curiosa su simpatía hacia el toro abochornado por sus hermanos, pues dice que suele salir bravo. 52

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TODO LO PUEDE CONTRADECIR, NO MUCHAS VECES, SALE UN TORO BRAVO DE VERDAD Y VERDADERAMENTE FEO 53 53


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¿Qué es el trapío? A un ser tan misterioso como el toro bravo no le corresponden definiciones cerradas. Durante la misma lidia, el toro cambia de trapío. Si es avieso aumenta de volumen y sus pitones se hacen más visibles; si es pronto, fijo y bravo, su arboladura se torna armónica y sus hechuras más bellas. Sin embargo, a pesar de que no se pueda definir el trapío, cuando el toro se hace presente, con seriedad en la cara, fijeza en la mirada, porte en las hechuras, torero, ganadero y aficionado coinciden: Es todo un hombre. 55


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