REVISTA ¡SUERTE!

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En este tercer monográfico de ¡Suerte! hemos tratado de conjuntar los temas de mayor actualidad, teniendo como eje central la conmemoración del centenario de una figura inolvidable: Manuel Rodríguez “Manolete”, que en nuestro país encontró un público muy apasionado que desde la primera corrida lo convirtió en su nuevo ídolo taurino. Manolete ha sido uno de los toreros españoles referenciales no sólo por sus aportaciones al toreo, sino por esa personalidad mayestática que ya forma parte del colectivo imaginario de las distintas generaciones de aficionados que han profesado una gran veneración. Aquella trágica muerte en Linares, también dejó un profundo sentimiento de dolor en esta orilla del Atlántico, que se suma a los hechos más recientes, como ha sido la muerte del valeroso Iván Fandiño, al que Paco Aguado recuerda en una semblanza cargada de sensibilidad, texto que está ilustrado con fotos de Olga Holguín. Y siguiendo ese hilo de hechos sangrientos, el doctor Rafael Vázquez Bayod nos ofrece un interesante artículo en el que afirma que “no existen las cornadas mortales por necesidad”, y que ya va siendo hora de que se dejen de lado esas frases y la prensa difunda la trascendencia del manejo prehospitalario que él ha puesto en marcha, para poder salvar la vida de los toreros cuando caen heridos gravemente como Fandiño, que en palabras del médico militar, recibió una deficiente atención en la llamada “hora dorada”. En estas valientes declaraciones, el jefe de los servicios médicos de la Plaza México, con veinte años en el cargo, pretende que su voz sea escuchada con claridad hasta por los médicos más escépticos, ya que, como bien pondera, un manejo prehospitalario adecuado es la base fundamental de la atención a los heridos. Horacio Reiba entrevista a José María Arturo Huerta, actual presidente de los ganaderos, al que cuestiona la obligación de encastar las vacadas mexicanas. Alfonso López Monreal ha tenido el atrevimiento de emular a don “Francisco el de los toros” y al mítico Picasso, con un trabajo de impresionante envergadura. José Carlos Arévalo reflexiona acerca de algunos aspectos fundamentales de La Fiesta, no s ofrece nueve argumentos extraídos de su refinada inteligencia. Y también en este número le damos la bienvenida al joven historiador Quetzalcoatl Rodríguez que escribe sobre Jazz y toros, dos artes en las que la improvisación forma parte de su escencia. La portada de este ejemplar está ilustrada con una fotografía de una escultura en arcilla, obra del artista guatemalteco Edgar Guzmán, a quien agradecemos la gentileza de habernos permitido publicarla. Juan Antonio de Labra 1


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La apuesta para la presente edición de la Feria de Zacatecas es priorizar la calidad frente a la cantidad, de tal manera que, aunque solamente habrá cinco corridas de toros, la monumental de cantera rosa se vestirá de luces para acoger un ciclo bien balanceado y en que la juventud va por delante, así que la oferta luce atractiva. Para la empresa “Zacatecas, Tierra de Toros”, comandada por Manuel Sescosse y Juan Enríquez, será el noveno año consecutivo al frente de la organización de esta feria, lo que representa un trabajo sostenido que ha rendido sus frutos para consolidar a la plaza como una de las más serias e importantes de la geografía mexicana.

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Dentro de los carteles anunciados destaca la presencia de la actual figura de nuestro país, Joselito Adame, que como cada año alterna sus temporadas en México y en Europa, y que celebró este 7 de septiembre sus primeros diez años como matador de toros. Es la Monumental de Zacatecas una de las plazas talismán para el maestro hidrocálido, que aparece en la combinación del 24 de septiembre acartelado con el torero revelación de la temporada española, Ginés Marín, que con rotundidad abrió de par en par la Puerta Grande de Madrid durante la pasada Feria de San Isidro. Frescura y un empaque muy natural emanan de la tauromaquia del torero jerezano, que apenas este año cumplió su segunda década de vida y que, en la feria de 2016, actuó por partida doble en Zacatecas y dejó destellos de la clase que atesora. Una de las positivas noticias de esta feria zacatecana es la inclusión del rejoneador español Andy Cartagena, dentro de la campaña que emprende en nuestro país tras 16 años de ausencia. Espectacular y con la profundidad que otorgan los años, Andy encabeza el referido cartel del domingo 24, con los toros de Bernaldo de Quirós. Volviendo al tema de la juventud, el prometedor Luis David Adame debuta en esta monumental 4


escenario en la apertura de la feria, el 8 de septiembre, junto al rejoneador Jorge Hernández Gárate, Octavio García “El Payo” y Juan Pablo Sánchez, en una combinación que lidiará un encierro de Los Encinos. El hermano menor de Joselito viene de una campaña española en la que reafirmó su proyección, en tanto que El Payo y Juan Pablo son toda una realidad; el primero, con la solvencia del buen quehacer artístico, en tanto que el temple del segundo sobresale entre sus cualidades. Hernández Gárate atraviesa un positivo momento y lo está viendo muy claro. Lamentablemente, no podremos ver al joven torero mexicano del momento, Sergio Flores, debido al aparatoso percance sufrido el viernes 25 de agosto en la plaza “El Paseo” de San Luis Potosí. 5


Ignacio Garibay será el sustituto de Flores en las dos corridas que tenía contratadas. En la del domingo 10, hará el paseíllo junto a Arturo Macías y Arturo Saldívar con toros de Valparaíso.

Fermín Rivera y a otra de las revelaciones de España, Pepe Garrido, junto a un Diego Silveti que se afianza y cuajó una gran faena en la pasada Feria de Aguascalientes.

Un acierto taurinísimo fue la inclusión en la feria del valiente torero de la tierra, Antonio Romero, tras la gravísima cornada que sufrió en la Plaza México durante el mes de marzo. En esta corrida del sábado 16 de septiembre se lidiarán toros de San Miguel de Mimiahuápam y la combinación de ese día incluye al siempre clásico

El domingo 17, seis toreros se disputarán el Escapulario de Plata de la Virgen del Patrocinio: Ignacio Garibay, Arturo Macías, Fermín Rivera, Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar y Diego Sánchez, éste último; Éste último en su única comparecencia de la feria y con el compromiso de aprovechar una excelente oportunidad.

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Esta corrida será a beneficio de Tauromaquia Mexicana, institución comandada por el matador retirado Pepe Saborit y que es una plataforma estructurada en defensa de la tauromaquia en nuestro país, la cual también trabaja para encauzar las distintas iniciativas desde el punto de vista jurídico. Así pues, la mesa está servida para disfrutar en una de las ciudades con más solera de nuestro bello país. Calidad y juventud, una mezcla que promete mucho. 7


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En estas semanas se están llevando a cabo varios actos en honor de Manuel Rodríguez “Manolete” porque se cumple el primer centenario de su nacimiento, mismo que tuvo lugar en Córdoba, España, el 4 de julio de 1917. Y aunque hayan pasado ya siete décadas desde que el toro “Islero”, de la legendaria ganadería de Miura, le arrebató la vida en la plaza andaluza de Linares, su recuerdo permanece indeleble entre la afición. Su tremenda personalidad, su desmedida entrega, y una forma de torear que representó un avance hacia la tauromaquia actual, son los argumentos para que la memoria del célebre torero cordobés siga viva y aunada, por supuesto, a esa trágica muerte que encontró a los 30 años de edad, ya cuando estaba a punto de retirarse presionado por la hostilidad del público español y la llegada de otros toreros que venían empujando muy fuerte. 9


La confirmación de Manolete en la plaza “El Toreo” de la Condesa tuvo lugar el 9 de diciembre de 1945, pero días antes, nada más llegar a México, se trasladó a Zacatecas a la ganadería de Torrecilla, de la que procedía el encierro que iba a lidiar en aquella corrida que había generado una tremenda expectación, sobre todo entre la colonia de exiliados españoles que veían en el cordobés un trozo de la España que la Guerra Civil les había arrancado. Y curiosamente, de Torrecilla procedió el único toro que lo hirió en México, aquel de nombre “Cachorro”, segundo de su lote, luego de que a “Gitano” le había tumbado el rabo en medio de un clamor colectivo del que también fue partícipe el inolvidable Silverio Pérez, que obtuvo idénticos trofeos de “Cantaclaro”, cuando la plaza se había convertido en una olla de presión. Fue en el viejo tentadero del rancho de don Julián Llaguno donde Manolete toreó por primera vez en América, placita que hoy día se encuentra, tras las divisiones hechas por sus herederos, en propiedad de Ana María y Ramiro Alatorre, en los terrenos de su ganadería de Pozo Hondo, como así lo recuerda una placa. Y aunque de esos potreros zacatecanos salieron los toros que enfrentó Manolete en la capital, durante el tiempo que toreó en México (un 10

lapso de 14 meses, con idas y venidas para actuar en otros países), acabó prefiriendo la divisa de La Punta, entonces en manos de mi abuelo Francisco Madrazo y mi tío abuelo José C. Madrazo, que fue su ganadería preferida y de la que estoqueó un total de 19 corridas, (más otra de Matancillas, divisa hermana de la primera) siendo la séptima que más veces lidió a lo largo de las nueve temporadas en que estuvo en activo como matador de toros; es decir, del 2 de julio de 1939 al 28 de agosto de 1947. Esta abultada cifra representa poco más del 50 por ciento de los hierros elegidos por Manolete en México. La amistad de don Pepe Madrazo con su tocayo, José Flores “Camará”, el apoderado del torero, desde luego que pudo haber influido para que Manolete matara tantos toros de famosa ganadería jalisciense, que estaba formada con sangre española de Parladé, vía Campos Varela y Gamero Cívico. Sin embargo, no hay que olvidar que las figuras del toreo eligen los toros que consideran más aptos para su toreo y que se presten a su lucimiento, independientemente de cualquier nexo amistoso con los ganaderos que los crían. Imponía sus condiciones, no en vano era una figura imprescindible que hacía magníficas entradas en casi todas las plazas que se anunciaba.


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Haciendo un recuento de las ganaderías que toreó, cabe apuntar que de los hierros zacatecanos de Torrecilla y San Mateo (la casa mater), sólo lidió otras dos corridas del hierro de Julián Llaguno y tres de su hermano Antonio, el dueño de San Mateo, respectivamente. Y de Tlaxcala lidió dos de Coaxamalucan, y una de La Laguna y una de Piedras Negras. Nada más.

De un total de 14 hierros distintos elegidos en suelo azteca, Manolete sólo toreó una corrida española de Carmen de Federico, de encaste Murube, hecho que vino a completar la diversidad de sangres que enfrentó el cordobés, ya que en esos años la cabaña brava mexicana estaba compuesta por distintas procedencias y eso otorgaba un interés añadido al espectáculo.

De otras divisas, enfrentó corridas sueltas de Xajay, Peñuelas, Pastejé, Carlos Cuevas y Matancillas, así como de Sinkehuel y Palomeque, singulares vacadas yucatecas de las que dio cuenta en la Monumental Mérida, donde se le dieron muy bien las cosas y agradó a los aficionados del sureste mexicano.

En estas 38 corridas que toreó Manolete en México, alternó con todas las figuras de la época, siendo Silverio el torero con el que más tardes compartió cartel, en un total de 18 corridas, tres de las cuales fueron en modalidad de “mano a mano”, y donde el sentimental torero texcocano no se dejó ganar la pelea ante aquel mounstro del toreo.

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El 16 de enero de 1946, la ganadería de La Punta consiguió un importante triunfo en “El Toreo” de la Condesa. Aunque el ganadero Francisco Madrazo no era afecto a dar vueltas al ruedo, aquí se le nota feliz en compañía de su compadre, el maestro Fermín, de su cuñado, Chucho Solórzano, y del propio Manolete. El torero cordobés manifestó siempre una preferencia especial por los toros parladeños de la divisa jalisciense. 13


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Un llanto encadenado de matadores a novilleros, de mexicanos a españoles, de peruanos a franceses, de novenarios a monumentales. Porque el toro, la muerte que el tótem simboliza y concreta en sangre sobre las arenas del mundo, sigue sin hacer distinciones. En apenas un año, el dios toro-poderoso se ha cobrado cinco víctimas mortales, ese tributo obligado que, de cuando en cuando, se hace necesario para sostener y autentificar la grandeza de esta pasión humana que crea arte en los límites de la vida, en esa apuesta a todo o nada que, a veces, se pierde y se paga al más alto de los precios. 16


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Cinco víctimas de una lista que abren y cierran dos muchachos en busca de gloria, dos novilleros veinteañeros que, en su calvario de dolor, no encontraron el remedio ni el consuelo. Ni Renato Motta en los Andes profundos del Perú ni Ramiro Alejando Celis en el bullicio de los rudos novenarios de la Península de Yucatán. Motta, como Paquirri, nunca logró llegar vivo sino vacío de savia a su Córdoba particular, mientras que Celis lo hizo ya tarde, desahuciado y sin fuerzas para que los médicos atajaran su prematuro adiós a la vida. Apenas trece meses separan esas dos tragedias antes perdidas, casi anónimas, pero que ahora rescata al conocimiento público la moderna red que a todo llega, como la muerte: hasta el último confín también de este peculiar planeta del toro que no tiene límites para un riesgo abierto a todas las edades. Ellos abren y cierran, como prólogo y epílogo, un libro de tapas negras con otros tres capítulos para profundas reflexiones, tres historias de títulos entrecomillados con nombres ya para siempre lúgubres en la historia 18


tremenda de la tauromaquia: “Pan francés”, “Lorenzo” y “Provechito”. Tres títulos absurdos, que nada dirían de haberse amontonado sin mayor historia en las guías veterinarias, pero ahora tan solemnes y elocuentes como las propias muertes que provocaron. “Pan francés” arrolló al panadero, al Pana de la vida bohemia, al sexagenario con toda la legua a sus espaldas que refrescaba ilusiones y disfrutaba por fin de cuanto se le robó y se negó a sí mismo en una vida de novela. Fue la suya, desde aquel radical giro en el vacío de Ciudad Lerdo, una agonía dilatada e inmóvil, treinta y tantos días de primavera para un final de otoño torero que ensanchó y redactó las últimas líneas de su leyenda. Esa leyenda que aún no le alcanzaba a Víctor Barrio, treinta años de vida y quince de fe en 19


un proyecto que tardaba en concretarse y que “Lorenzo” se encargó de segar con un seco golpe de guadaña dirigido al corazón. Mientras en la verde Pamplona regada por el vino los mozos le cantaban exaltados a la vida, como cada Sanfermín, en la Iberia profunda y seca de Teruel la muerte se hacía con las riendas para poner el eterno contraste, para recordarnos quién sigue decidiendo nuestro destino. Aún hubo once meses de engañosa tregua, todo un verano, la mitad de un otoño y casi una primavera entera de intensidad torera que aliviaran el luto y barnizaran ese olvido que han evitado los dolientes con el expresivo silencio de tantos minutos de respeto sobre la arena y el repetitivo trino de los aparatos electrónicos. Pero más fuertes que los teléfonos, más apremiantes y angustiosas, sonaron las alarmas en el atardecer del 16 de junio. De la culta Francia, de las orillas del Adour, llegaban los rumores de la sangre derramada, de ese “Provechito” que aprovechó la duda de un gudari para levantarle, primero, los pies del suelo y, luego, la propia vida de un certero golpe en las entrañas. 20


Y cuando parecía que ya no quedaban lágrimas, hubo que rebuscarlas al fondo del sentimiento para seguir derramándolas por Iván Fandiño. De padres gallegos, vasco de nacimiento, pelotari de partida, fornido de formas… nada hacía sospechar que aquel mozo de Orduña lograría convertirse en un torero honesto, salvo su fe en sí mismo y en su inquebrantable capacidad de sacrificio. Sólo por eso, nada más pero nada menos, Iván consiguió llevarle la contraria a su destino hasta que el destino se lo permitió. Entretanto, él puso las normas de su propia vida, a golpes de logros y de fracasos, de éxitos y de decepciones, en una forja personal que sirve de ejemplo vital en estos tiempos de mínimo esfuerzo. Pero, como a sus compañeros mártires, lo mismo que esos otros cuatro inmolados o que los cientos de caídos desde que el toreo es toreo, el toro de Ibán le pudo arrebatar a Iván la vida, pero no la gloria, ni el honor y el orgullo del recuerdo de todos aquellos a los que ha dejado aquí, sentados en el muelle de donde salen los barcos que nunca han de volver. 21


Somos nosotros ahora los que esperamos, de nuevo conscientes de lo que somos, despiertos otra vez con estas cinco bofetadas de realidad que en apenas un año le han devuelto prestigio al toreo a costa de cinco vidas. O, al menos, así debería ser si es que la sociedad en que estamos se siguiera sustentando sobre algunas verdades inevitables. Llevábamos ya mucho tiempo, apenas con sustos aislados, creyendo que la tragedia se había alejado de los ruedos, como así nos quisimos creer con los avances de una medicina que le ha robado campo e iniciativa a la muerte. Y eso pensaban también nuestros enemigos, esos que ahora difaman desde el cobarde anonimato digital y se alegran de la sucesión de cadáveres en la misa negra del animalismo. Esos mismos, decía, que después de tanto tiempo sin lutos creían y describían a los toreros como seres violentos e inmunes al derramamiento de sangre, o impunes torturadores de animales indefensos. Pero la vida y la muerte siguen ahí, en las espadas de los hombres y el los pitones de los animales, simbolizadas por el rito aunque patentes en las crudas y auténticas escenas que se siguen viviendo sobre las arenas de las plazas. Casi siempre, por fortuna y porque así debe ser, sin víctimas humanas; y de tarde en tarde, porque así debe ser también, hiriéndonos el alma con las trágicas consecuencias de un desvío de milímetros en la trayectoria ardiente del asta de un bravo. 22


Solo que, como en este año de luto prolonga- Esa línea divisoria, esa frontera temporal que do, a veces el azar se recrea con demasiada fre- señaló aquel aciago día del mes de julio, viene dada, en realidad, por las reacciones encontracuencia en la desgracia. das que provocó la tragedia. Y no, como le gustaría a los melifluos “buenistas”, porque vaya a cambiar el sentido de un Ese enfrentamiento de mentalidades y actirito que, afortunadamente, seguirá contando tudes entre las gentes del toro y parte de una con la presencia latente de la muerte para pre- sociedad desnortada a la que se intenta telediservar su esencia. rigir con esa corriente de “pensamiento único”. 23


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La divisa rojo, blanco y rosa de Reyes Huerta adquirió su cartel en la Plaza México el 19 de enero de 1964 (Joselito Huerta, Paco Camino y Jaime Rangel le cortaron cuatro orejas y un rabo a aquella brava corrida). Hoy, José María Arturo Huerta está al frente de la ganadería que fundó su padre, y preside a su vez la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL). ¿Qué retos tiene por delante la ANCTL? La directiva anterior, que estuvo capitaneada por Manuel Sesccose, nos dejó un paquetazo, porque hicieron un trabajo excepcional. Yo fui el primer sorprendido por la invitación a sucederlo en la presidencia: no me pude negar porque la presión fue muy fuerte y los argumentos vinieron de personas que merecen todos mis respetos, pero la verdad es que me tomó desprevenido, porque a mis 64 años

los negocios los llevo ya por delegación, en lo cual mis hijos son un apoyo invaluable. Por fortuna, las comisiones que hemos formado las constituyen ganaderos que tienen la dedicación, la preparación y el compromiso que hacen falta en este momento tan delicado de nuestra Fiesta Brava. ¿Cuáles son las comisiones que están funcionando ahora mismo en la ANCTL? Las principales trabajan con el Conargen (Consejo Nacional de Recursos Genéticos), otra lo hace con la Conaza (Comisión Nacional de Zonas Áridas); está la Cinaga, que se ocupa del areteado, indispensable para llevar correctamente el control de cada animal desde que se herra. Y seguimos trabajando codo a codo con la SAGARPA, que nos da acceso a nutrimentos y semillas a precios controlados para nuestros asociados. 25


Y pudimos gestionar un seguro agropecuario contra contingencias climáticas y eventos como plagas, muerte accidental del ganado, etcétera. La idea también es atraer a la ANCTL a numerosos ganaderos que aún andan libres, particularmente en el Sureste del país, Chiapas, Campeche, Yucatán, toda esa parte. No se les prestaba mucha atención y allí se dan una gran cantidad de festejos al año. Al aficionado le preocupa la pérdida de acometividad y fuerza del ganado, y eso les compete directamente a ustedes. ¿Cómo se puede trabajar en dicho aspecto? Ahí hay claroscuros, porque cada criador tiene su propia manera de llevar su ganadería. Hablando de lo de uno puedo decirte que el año pasado desechamos el 58 por ciento de lo que se tentó, lo cual no es novedad, porque históricamente, nuestro desecho siempre anduvo alrededor del 60 por ciento. Eso habla de criterios de selección rigurosos y de escrupulosidad para aplicarlos. Pero, ¿cuántos ganaderos procederán de igual manera? Dices que notas una disminución en el poder y la casta de los astados y ahí puedo estar de acuerdo en lo general, sin entrar en casos particulares. Hay que recordar que durante muchas décadas los toreros figuras han estado presionando en ese sentido, alegando que el público va a las plazas a divertirse. Pero con tantito que se le pase a uno la mano, te empieza a salir el manso bronco que ya nadie quiere porque no permite el lucimiento… O el manso que no embiste ni bien ni mal, ése que ya no parece toro de lidia. Te platico dos casos sobre mi ganado, que es de lo que yo puedo hablar: en la despedida de Zotoluco de Tlaxcala le salió un toro muy fiero, de mucha calidad pero tremendamente encastado. Y en un descuido le pegó la gran paliza. Eulalio se levantó, tardó en re26

ponerse, y cuando al fin volvió al toro le hizo una de las mejores faenas que yo le he visto. Y allá arriba la gente estaba loca, bramaba de emoción. Porque sin emoción no hay Fiesta. Me lo daba a entender José Antonio Campuzano hace un año –cuando se presentó Roca Rey allí mismo--: pasó un toro nuestro casi sin picar y yo le grité que necesitaba un puyazo bueno para asentarse. Me contestó: lo preferimos así porque cuando al toro mexicano se le castiga de más la gente se te duerme en el tendido. No pasó con ese animal nuestro, pero a Campuzano, que sabe mucho, no le falta algo de razón. Luego está la necesidad de atraer gente joven a las plazas, que hace mucha falta. Como mi hijo Javier dice, primero necesitamos atraer espectadores y luego hacer que se vuelvan aficionados. Y debo decirte que estoy tomando nota de tu sugerencia de programar paseos turísticos a ganaderías –que vengan familias y muchachos en edad escolar–; la finalidad sería que personas ajenas a la fiesta capten su realidad profunda, el sabor de las faenas de campo y el amor con que cuidamos del toro hasta el momento de su embarca para la plaza. Hemos comprobado que, entre los visitantes a nuestra página web, lo que más les llama la atención son cuestiones relativas al campo bravo, como la parición de las vacas –que es algo impresionante–, el contacto con el toro en su hábitat, el manejo del ganado en general. Hay que demostrar que la tauromaquia lleva siglos haciendo verdadera ecología. ¿Cuál sería tu mensaje sobre el momento actual de la Fiesta Brava? Quiero aclarar que uno solo no puede defender La Fiesta de los antitaurinos. Hace falta que unidos luchemos por ella porque la tauromaquia es de todos. Es un legado, una tradición que tenemos que defender incansablemente para heredarla a las siguientes generaciones de mexicanos.


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Y también al propio genio de Fuendetodos, produciendo una personalísima y atrevida Tauromaquia que, conjuntamente con la de Pablo Picasso de 1959, viene a enriquecer el acervo cultural de las artes plásticas. En este formidable trabajo, Alfonso se regodea en un estilo definido y maduro, que está dotado de una fuerza arrebatadora. Se trata de una búsqueda dentro de un subconsciente taurino que genera misterio y desborda pasiones. Ahí se funde la grandeza y la miseria de la fiesta de los toros, en la entraña de un espectáculo de profunda raigambre popular. 30


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En el mundo del jazz existe un diálogo entre los instrumentos que se manifiesta batiendo los parches del ritmo, donde la secuencia de sus golpes y silencios queda transformada en la materia sonora que permite la existencia de la melodía. La tauromaquia como rito cultural ha causado inspiración a variadas manifestaciones artísticas, el jazz, en este caso, que ha alcanzado auténticas cumbres expresivas mediante su fusión con toda clase de estilos musicales no será la excepción. Podemos encontrar ya a principios del siglo XX la banda The Synco Jazz Band con su pieza titulada “Toreador Humoresque” cuando ritmos como el “rag” o el “dixie” estaban en auge. El crítico musical Javier de Castro nos orienta y dice que entre las composiciones 38

inspiradas directamente por las corridas de toros, podemos destacar, por ejemplo, “Ole For The Gypsies” del trompetista Dizzy Gillespie; “Olé” del innovador saxofonista John Coltrane; o “La Fiesta” del pianista Chick Corea, que éste popularizó junto a Stan Getz. Ya en los años 60 el instrumentista Eric Dolphy lanzó “Jazz Matador”, un álbum que entre sus cortes incluía una composición de título homónimo y Gerald Wilson grabó un total de diez discos magníficos, entre los que destaca: “The Golden Sword. Torero Impressions in Jazz”. También, inspirado en un personaje de connotaciones tan toreras como el de Carmen, encontramos al guitarrista Barney Kessel y su “Modern Jazz Performances From Bizet’s Carmen”. Uno de los primeros ejemplos que ilustran mejor y con detalles más llamativos


la relación entre el jazz y el flamenco es álbum titulado precisamente “Jazz Flamenco” y cuyo responsable fue el conocido vibrafonista Lionel Hampton. No obstante, cuando el término “flamenco-jazz” adquirió carta de auténtica naturaleza es con la publicación en 1959 de “Sketches of Spain” de Miles Davis donde se incluyó la innovadora interpretación del “Concierto de Aranjuez”; a propósito de este material, el investigador Alfonso Eduardo Pérez Orozco refiere lo siguiente: “Quizá lo más destacable sea que –incluyendo sus complicadas vidas personales– quisieron echar toda la carne en el asador ante emociones tan diversas como la sublimidad de las audiciones del Concierto de Aranjuez que chirriaría con las trompetas y tambores de la Semana Santa o el temblor patético de la voz cantaora de una saeta.” También aparecen Paul Bley que grabó la pieza “El Cordobés” y diferentes ediciones de canciones en español del gran pianista y vocalista Nat King Cole. Justo es mencionar el primer disco titulado “Jazz Flamenco No. 1” y poco después “Jazz Flamenco No. 2”; disco con portada de cartel taurino donde el saxofonista Pedro Iturralde trabaja a dúo con Paco de Lucía, personaje innovador de la música flamenca y que Iturralde recuerda de esta manera: “es sobre este disco cuando el crítico alemán y amigo Joachim Berendt nos invitó al festival de Jazz de Berlín que él dirigía, donde hicimos la primera aparición internacional de estos nuevos trabajos”. Con el jazz nos encontramos ante un escenario donde el ritmo y la melodía se quiebran en una pausa que viene a llenarse de improvisaciones, en este caso a ritmo de pasodoble…¡Olé! 39


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1. ¿El toreo es violento? La violencia sin adjetivos carece de sentido. Hay violencia buena y la hay mala. Un cirujano que saja el cuerpo de un paciente no es malo. Un hombre que lucha contra los invasores de su país, tampoco. Un asesino sí lo es. ¿Son asesinos todos los animales omnívoros que cazan y matan para subsistir? ¿Es malo el humano cazador que, dada su superior inteligencia y menor fortaleza, caza auxiliado con las armas? En las corridas de toros, el hombre usa dos tipos de armas, unas defensivas –y creativas–, el capote y la muleta, que utiliza para torear, acto que para ser realizado exige al torero recibir, asumir y resolver toda la violencia del toro; y otras ofensivas, la puya, que mide la bravura del toro, las banderillas, que estimulan su oxigenación, y la espada, que lo mata. Por su parte, el toro es un animal violento, fuerte y armado (cuernos), un especimen singular, un depredador herbívoro que mata y no se come a su víctima, una fiera territorial, siempre dueña de su espacio, en el campo y en la plaza. En las corridas de toros se hace presente la violencia en estado puro, encarnada por el toro, para ser vencida, acoplada a la cadencia impuesta por el torero. Son un triunfo escénico del hombre sobre la naturaleza en su versión más agresiva, incluso sobre su propio destino humano, que es morir. Por eso, las corridas además son fiesta. 41


2. ¿La corrida es arte? El arte es una interpretación imaginaria y estética del mundo, de la vida. El toreo expresa la actitud ética y estética del hombre en el marco de una situación límite, la del hombre-en-peligro. Y la corrida de toros codifica dicha situación en tres actos en los que cada toro expone su distinta e intransferible versión de la violencia, su bravura, y el hombre su personal creatividad ante la muerte, su valor, su destreza, su inspiración. ¿No es esto un arte? El toreo es la única obra de arte interpretada por el hombre y el animal. Maravilloso. Y la única que exige a uno la muerte y a otro, que la comprometa con su obra. Fascinante.

3. ¿El toro sufre durante la corrida? En España, varios patólogos del dolor animal han analizado el estrés y el dolor del toro durante la lidia. Según dichos estudios, el toro bravo dispara con mayor rapidez e intensidad la liberación hormonal de betaendorfinas, tanto la de la felicidad como la de la ira, ambas muy superiores a la sensación de dolor. Obviamente, éste subyace, paliado, a la lucha. Claro que eso ya lo afirmaba la sabiduría popular cuando decía que el toro bravo se crece al castigo y el manso se duele. Para el científico es un 42

mecanismo hormonal, para el aficionado una cuestión de bravura. Una pregunta: ¿por qué el toro vuelve y vuelve al caballo desde el cual se le castiga? ¿por qué no le disuade su supuesto dolor? No se debe llamar estúpidos a los aficionados, sobre todo si no se sabe lo que le pasa al toro cuando combate. Quien se interese por las diferencias zootécnicas del toro bravo sí debería inquirirse sobre cómo la lidia ha incidido en la evolución de su sistema endocrino y nervioso, y en su paradigmática morfología.

4. El toro de lidia es una especie? El toro bravo es una subespecie del toro ibérico. En las antiguas ganaderías de bóvidos (hasta el siglo XVIII), sólo se diferenciaban por su comportamiento. A los más agresivos, los de imposible domesticación, se los confinaba en un cerrado llamado “El Toril”. En casi toda Europa, este toro ofensivo, territorial, de difícil pastoreo, fue eliminado. En la península ibérica, en el sur de Francia y en algunos países de Latinoamérica, se conservó porque con él se jugaba o se lo toreaba. Según el análisis mitocondrial, el toro ibérico procede del toro asiático, el africano, el italiano, y en menor medida, del uro europeo. No sé por qué lo va a demeritar su origen mestizo.


Eso le sucede al purasangre inglés, español, árabe, lusitano, etc.: todos son equinos, a veces cruzados, aunque distintos. Exactamente como casi todos los animales que conforman distintas subrazas. Y algunos se mestizan. Como hacen los humanos entre sí, lo que no es ningún desdoro. Otra cosa es lo que la influencia ambiental ha hecho con ellos. La domesticación, por ejemplo, ha conseguido que algunas subespecies bovinas perdieran algunos atributos (los cuernos, la agresividad, por ejemplo) y sobredimensionaran otros (las partes más productivas de carne o de flujos). En el caso del toro bravo, su mejor agresividad en la lidia ha alargado su cuello, fortalecido su culata, ampliado su pecho y vigorizado su morrillo hasta convertirse en el paradigma atlético de los bovinos. Sus sistemas nervioso y endocrino también han sido impulsados, desarrollados en su transformación evolutiva a lo largo de cientos de generaciones, gracias al influjo de la corrida. 43


¿Saben los antitaurinos que el toro bravo es el único animal de la tierra, datado genéticamente, uno a uno, desde hace casi doscientos años? ¿Saben que es el único animal de la tierra que tiene garantizado, protegido, un hábitat acorde con sus exigencias biológicas? Ni el autor de estos puntos, ni el portal antitaurino que lo ampara tienen idea de lo que es un toro de lidia.

5. ¿Es un animal salvaje?

Todos los animales no domesticados por el hombre son salvajes. A los agresivos los llamamos fieras. A los que no lo son, silvestres. Un tigre enjaulado en un zoológico sigue siendo una fiera. Un toro bravo en su campo, también. No le aconsejo al autor de estos puntos antitaurinos que entre al descuido en un cercado de toros bravos. Sería como hacerlo en la jaula de un tigre. El toro bravo ejerce una violencia territorial y no tolera la presencia del hombre en el terreno que asume como propio. Le agreda éste o no. Por otra parte, la manipulación humana del bovino bravo consiste en la selección genética de los sementales y vacas de vientre más bravos. Sus resultados, en genotipo y fenotipo, son mejores que los derivados de la selección natural entre machos y hembras. 44

6. ¿El toreo es deporte? La tauromaquia no es un deporte. Eso sí, su destreza contiene aspectos deportivos. Tampoco es una competición entre iguales, un hombre y un toro no son semejantes. Bien lo sabe el público, que no confunde combate con lidia y va a la plaza a ver cómo un hombre se comporta ante el peligro, no a que el peligro lo venza. El hombre torea con sus armas y el toro lucha con las suyas. Finalmente, es un hecho incuestionable que las corridas preservan la continuidad del toro bravo. La ganadería de bravo repone todos los años el número de toros lidiados. Su mortandad anual, en España, corresponde al 6.7 de la población, su número aproximado en los países taurinos es de 25 mil reses (toros, novillos y erales), nada que ver con los 10 mil millones de bovinos sacrificados anualmente para el consumo mundial. En este punto habría que diferenciar cómo vive el toro bravo en el campo (1.6 individuos por hectárea), cómo subvive el vacuno de carne (enclaustrado, estabulado, por miles en espacios mínimos contaminantes), cómo se nutren con praderas y piensos naturales a unos, de ahí la excelencia de su carne, y cómo se manipula la nutrición de los otros en busca de una mayor productividad.


7. ¿La tauromaquia es una tradición? La tauromaquia es un espectáculo tradicional, como lo son casi todos los deportes, y también la música, el teatro, la danza, etc. Lo que evidencia que se trata de un hecho enraizado secularmente en diversos países. Pero lo decisivo es que no se trata de una manifestación arqueológica. Por el contrario, está viva y es cambiante. Su historia lo demuestra. Ni el toreo es el mismo que el de hace siglos, ni la morfología del toro y su comportamiento se parecen. El toreo evolucionó a partir de unas suertes elementales, entonces llamadas empeños, a unas suertes cargadas de expresión que, unidas por nexos “lingüisticos”, forjaron un lenguaje visual capaz de desarrollar un discurso estético y dramático, el cual permite a sus actores distintas formas de interpretación, establecer un discurso artístico, apasionante para el público. Este espectáculo vivo, la actual corrida de toros, fue en el pasado una fuente de ingresos para las administraciones locales, hospitales y juntas de beneficencia. En España, actualmente, está gravado con el 21 por ciento (IVA), factura más de mil 600 euros (datos oficiales) y no recibe nada del Estado. Es cierto que en las pequeñas poblaciones, con cosos diminutos que no permiten financiar los costes de un festejo, los ayuntamientos subvencionan parte de su coste en las fiestas patronales, más por desgracia la crisis económica acabó, casi totalmente, con dicha ayuda. 45


Ni siquiera las escuelas taurinas reciben la suficiente subvención. La de Madrid percibía 200 mil euros anuales, pero el actual ayuntamiento, en manos de partidos antitaurinos, ha suprimido su ayuda. De todos modos, dichas subvenciones eran y son irrisorias, en modo alguno comparables con los beneficios que reditúa a los ayuntamientos la explotación de plazas grandes de su propiedad. Una anécdota significativa. La subvención anual a la Escuela Taurina de Madrid equivalía al 50 por ciento de la cantidad con la que el ayuntamiento subvenciona el Día de Orgullo Gay ...Sin comentarios. Si La Fiesta existe es porque se autofinancia. Otra cuestión: ¿va la gente menos a los toros? Que se lo pregunten a los bogotanos que abarrotaron la Santa María tras varios años de inquisición abolicionista. Un dato más, en los tres últimos años de la crisis económica padecida en España, se redujo el número de festejos. Mas paradoja, aumentó el número de espectadores. 46

Por cierto, no todo el mundo es aficionado al teatro, al cine o al fútbol, y no por eso hay que suprimirlos. La democracia defiende el derecho de las minorías, no es la dictadura de la mayoría.

8. ¿Si prohibieran las corridas, habría mucho desempleo? Si usted no es torero, ganadero, veterinario, mayoral, vaquero, veedor, apoderado, empresario de toros, sastre de toreros, herrero, artesano taurino, transportista de ganado bravo, fabricante de aperos varios, el paro no le afectará en absoluto. Si no se beneficia por ser hotelero, restaurador, comerciante, etc. en las ciudades taurinas, tampoco verá mermados sus ingresos. Pero si tiene un empleo taurino directo, se va al paro, y si es indirecto, le afectará parcialmente. No sé si ambos son muchos o pocos; para los que son taurinos el drama es definitivo. Por lo demás, ni unos ni otros participan de un “negocio ilegal”.


9. ¿Los antitaurinos que comen carne vacuna podrían ser considerados como unos hipócritas? Nadie cree que el antitaurino que consume carne vacuna sea un hipócrita. Pero pienso que le falta ecuanimidad. Se somete al dios de la productividad –la necesidad– para el que todo sacrificio está justificado. Pero niega al dios del juego, o del arte, incapaz de legitimar nada… para quien juzga la corrida sin conocerla. Lo que distingue el sacrificio lúdico del industrial es el carácter artesanal, ancestral de uno, el hombre y la bestia frente a frente, y el estandarizado, seriado e impune del otro. Al respecto he de decir que el sacrificio lúdico no es psicopático. La situación hombre-en-peligro, en la que el actor de la tauromaquia se sumerge al enfrentarse con el toro, provoca una atávica solidaridad de la especie, la del hombre con el hombre en peligro, así como la muerte del toro bravo, que obliga al hombre a lanzarse sobre sus letales pitones, contiene un pathos solidario que ni siquiera el antitaurino puede evitar… a no ser que sea un psicópata. En cambio, la visión de cientos de toros alineados en un matadero industrial, a la espera de ser sacrificados, obligados a la pasividad, con su instinto de muerte reflejado en los ojos, créanme, no es muy soportable, no es comparable con la expresión bravía del toro en lucha, con el instinto de muerte sustituido por su activa energía vital. 47


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FOTO: Briones

En una investigación que hice a comienzos de 1997, con la finalidad de presentar un trabajo de revisión en Córdoba, España, con motivo del 50 aniversario de la muerte de Manolete, pude recabar distintos datos testimoniales que revelan lo que aparentemente fue la causa de su muerte. Y la conclusión a la que llegué es que murió por la aplicación de un plasma posterior a las cirugías que le efectuaron, cuando según los testimonios recabados, ya se encontraba prácticamente fuera de peligro. Una semana antes de esta tragedia, sucedió una grave explosión en el puerto de Cádiz en donde existía una fábrica de bombas de los aliados, que provocó gran cantidad de heridos y muertos. 49


FOTO: Cano

Se envió a dicho puerto apoyo médico de diferentes lugares, principalmente de Noruega y de Londres. Entre esto medicamentos y material quirúrgico, también se incluían unos plasmas, al parecer orgánicos congelados, que se aplicaban como expansores de plasma en caso de hemorragias agudas. En la actualidad, este tipo de plasmas son inorgánicos y evitan reacciones secundarias que pueden ser muy graves.

Los médicos llegaron alrededor de la cuatro de la mañana, y para esas horas Manolete ya tenía alentadores síntomas de recuperación. Ya había sido operado dos veces y no sangraba. Se encontraba tranquilo y estable. 50

FOTO: Cano

En Madrid existía una reserva de dichos plasmas, y uno de ellos fue llevado a Linares aquella madrugada por el doctor Jiménez Guinea, Jefe de los Servicios Médicos de la Plaza de Las Ventas en Madrid. Previamente, había llegado el doctor Manuel Tamames, prestigiado cirujano de Luis Miguel Dominguín.


Los doctores Jiménez Guinea y Tamames propusieron la aplicación de dicho plasma, a lo que en un principio se pusieron los médicos Garrido Arboleda y Corzo, quienes habían sido los cirujanos de Manolete, argumentando que no era necesario porque ya se encontraba en mejores condiciones. Tratándose de un plasma de origen orgánico, lo lógico es que provocó un choque anafiláctico. Porque resulta evidente que al aplicar el plasma, Manolete empezó a sentirse muy mal y murió a los pocos minutos. Fue una muerte súbita.

Esta investigación la efectué para la presentación en un congreso médico sobre Manolete, basándome en lo que específicamente dicen los testimonios de la época y otros posteriores. Es importante señalar que lo publiqué en 1997 en varias revistas taurinas mexicanas tales como “Partiendo Plaza” y, posteriormente, en “Matador”, cuando se cumplió el aniversario 55 años de la muerte de Manolete. Actualmente, me he decidió a publicar un libro con todos los pormenores de este interesante caso. 51


Siempre fue un tabú médico hablar de la muerte de Manolete en España, y también lo ha sido de otros toreros que han fallecido en los últimos años. De aquí nace la idea de hablar en esta colaboración de otro tema sumamente interesante con motivo de la muerte reciente de varios toreros en Europa y América, que se denomina “la hora dorada”. Los toreros han muerto por falta de atención prehospitalaria en la primera hora que es cuando se puede salvar su vida. Siempre se ha repetido que cuando un torero muere ha sido por una “cornada mortal por necesidad”, utilizando esta frase tan periodística que no tiene ninguna explicación cientifica. La explicación médica ante una cornada mortal es por la causa que originó el deceso. Paquirri murió por hemorragia mal controlada y falta de estabilización, lo que significa que murió por choque hipovolémico. Casos muy parecidos fueron los de Manolo Montoliu, Yiyo, Víctor Barrio o Iván Fandiño, hace apenas unas semanas. Así es de simple y claro hablando, en términos médicos. Las cornadas mortales de necesidad dependen del grupo médico que atiende al herido, y que es lo que hace la diferencia. Lo que en la enfermería de una plaza puede ser “mortal por necesidad”, en otra no lo es. De igual manera muchas veces se escucha la frase “perdió la pierna, pero salvó la vida”. Eso sólo habla 52

de que no había cirujanos con capacidad para salvar la pierna. Considero que estos dos términos deben desaparecer del léxico de la Medicina Taurina. Lo que significa que se debe implementar el Manejo Prehospitalario y un tratamiento quirúrgico de tercer nivel en el manejo de los lesionados taurinos. El Manejo Prehospitalario es un avance científico que ha dado resultados extraordinarios. Y por otra parte está el manejo quirúrgico. Si ambos se compaginan de manera eficaz, los resultados son excelentes en todos los casos graves. Desde hace más de 20 años, en la Plaza México, establecimos los cursos para adiestrar a todo el personal que está en el ruedo, desde los monosabios, paramédicos y médicos, para que brinden un manejo ético y médico desde el mismo momento en que asisten a un herido en el ruedo y hasta el tabajo realizado en la enfermería. En España he luchado durante muchos años para instituir lo que es el manejo prehospitalario. Pero parece ser que la negativa de los médicos españoles se debe a que no están acostumbrados a recibir información médica de otros países, sobre todo de Estados Unidos o México, donde hemos evolucionado de manera formidable en manejo de trauma, que es una de las causas de mortalidad más alta en jóvenes.


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De tal forma que esto nos ha obligado a implementar que cuente con unos conocimientos básicos de manejo el manejo prehospitalario para tratar de contrarrestar prehospitalario, puede salvar la vida de un torero o de cualquier otra persona en diferentes escenarios. este elevado porcentaje de muerte. El avance científico mas importante en este sentido es la atención prehospitalaria, universalmente hablando. En España hay excelentes cirujanos, pero no hacen manejo prehospitalario de ahí que la mortalidad es por falta de atención en esa “hora dorada”. Hemos estado dando dando conferencias y cursos para difundirlo entre compañeros, toreros y demás profesionales, así como aficionados en general, ya que es muy relevante que se entienda que alguien 54

El curso que hemos establecido se denomina “Manejo Prehospitalario Avanzado del Torero Traumatizado”, que consta de dos secciones. Por una parte, el Manejo Urgente en el Ruedo (MUR) y por otra, en la enfermería lo llamamos “Estabilización Medica Avanzada Coordinacion y Transporte (EMA-TT)”. Est atención se debe sincronizar con el tratamiento quirúrgico de alta especialidad, logrando así tener una sobrevida del cien por ciento, de acuerdo con nuestras estadísticas registradas en la Plaza México.


Hace tres meses se ofreció el curso completo, por primera vez, en el Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Taurina, mismo que se llevó a cabo en la ciudad de Plasencia. Percibimos que fue recibido con gran entusiasmo y quedó la puerta abierta para dar el curso en otros lugares de España. La difusión de este avance científico redundará en mejorar la sobrevida de los toreros cuando caigan gravemente heridos. Esa sería nuestra aportación más valiosa. Hay que continuar creando conciencia de su importancia. 55


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