Soma no 8 interiores

Contenido Director General Elfego Sosa Director Editorial Ricardo E. Tatto

Psicosomáticom Sitios de la web Música

Diseño del logo Wendy Farías

David Moreno La radio en Yucatán: ¿a qué sonamos?

Diseño Edilberto Barrero Dávalos

Teatro

Corrección de Estilo Ricardo E. Tatto Colaboradores Mario Carrillo Ramírez Nelson Cepeda Borba Henry Ceh Juan E. Chávez Trava Jorge Espinosa Torre Mario Helguera Bolio David Moreno Ricardo E. Tatto Créditos Imágenes e Ilustraciones: Jorge Espinosa Torre Bertha Gío Ricardo Tatto Joy Pernoz David Sierra J.Cortazar y Lau Sánchez Portada: David Sierra “Daño Colateral 4” Mixta sobre papel 66 cm x 51 cm 2008 Los artículos firmados y las imágenes son exclusivamente responsabilidad de sus autores. Patente del logo, registro de marca y derechos de autor en trámite.

Soma, Arte y Cultura: Año 01 N° 8 2009 Impresión y preprensa en Mérida, Yucatán, México.

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Ricardo E. Tatto Guerrero en mi estudio

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De las cajas de cartón y las tapas de refresco a la puesta en escena.

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Artes Visuales Jorge Espinosa Torre Sobre la identidad del arte yucateco

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Humor Tony Peraza

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Cine Henry Ceh Gaspar Noé o la justicia del exterminio

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Mario Helguera Bolio/ Charles Chaplin visto por los otros.

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Suplemento Literario Punto y Soma Juan E. Chávez Trava/ Extensiones del delirio: un corto promocional

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Mario Carrillo/ Poemas en prosa a una Diana

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Editorial Desde que empezó el 2009, poco se ha dicho de la actividad jazzera en Mérida, ya que a partir de diciembre del año pasado cuando finalizó el Festival Internacional de Jazz Yucatán 2008, hemos visto poca o nula presencia del jazz en nuestra ciudad. Y es que salvo una que otra tocada en algunos bares de la localidad, ningún concierto de perfil público se ha realizado dentro del marco institucional, lo cual es de extrañarse puesto que existen numerosos músicos yucatecos que se dedican a dicha forma de expresión musical. La situación es grave, ya que comenzamos el segundo trimestre del año con malas noticias: aquellos sitios donde el jazz tenía lugar, poco a poco han ido cerrando sus espacios. Entonces, ¿qué están haciendo las instituciones al respecto? Por el lado de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento, nada se sabe. Y ni qué decir de la dirección de música del ICY. Tal parece que se encuentran demasiado ocupados en sus afanes troveros y operísticos.

Entretanto, es una verdadera lástima encontrar a los músicos resignados y desencantados tratando de ganarse la vida a como dé lugar. Unos dando clases particulares, otros cargando su guitarra y enseñándoles a los jóvenes que acuden al Centro Cultural Juan Acereto en Mejorada, otros enclaustrados en sus hogares componiendo y ensayando en la intimidad, y otros más tocando distintos géneros en las calles o restaurantes de Mérida. Si bien la idea de realizar un gran festival de jazz una vez al año es muy loable, ¿qué sucede con el resto de los días, semanas y meses del calendario? El jazz al igual que la trova, el rock y demás disciplinas artísticas, necesita constante apoyo para irse desarrollando no sólo en cuanto a lo estrictamente musical, sino también dentro del gusto del público, que estoicamente soporta largos periodos de tiempo en ayuno jazzístico. Sin embargo, a nombre de muchos otros melómanos que así me lo han expresado, viene siendo hora de elevar la voz y de cuestionar a nuestras autoridades culturales su responsabilidad para con este género musical y para con los músicos locales. Muchas ciudades se sentirían afortunadas de contar con el caudal de talento que se encuentra en Yucatán, sobretodo en cuanto a jazz, puesto que sabemos que no es un tipo de música que se encuentra comúnmente o que se enseña en las academias artísticas en la provincia del país.

Ahora bien, debo confesar que una de las razones que me motivó a señalar tantas carencias, es el hecho de que el tan criticado Macay brindó su jardín a dos músicos que de manera fortuita se coordinaron para hacer lo que más les gusta: tocar por el mero placer de hacerlo. Así es, señores directores culturales, el sábado 4 de abril el dúo Expreso Oriente conformado por el argentino Hernán Hecht (líder de Xpression Quartet y unos de los bateristas más versátiles que radican en nuestro país) y el guitarrista yucateco Armando Martín, tocaron gratuitamente para todos los melómanos que asistieron, sin honorarios, viáticos ni demás “cortesías”. Lo cual, debemos agradecerle a ellos y a nadie más. Insisto, señores facilitadores de la cultura: ¿dónde ha quedado el jazz en Yucatán?

Ricardo E. Tatto somaculturarte@gmail.com www.revistasoma.blogspot.com Envíanos tus imágenes, colaboracionesy comentarios a: somaculturarte@gmail.com Sintonicen la nueva sección cultural “El arte es largo, la vida breve…”, conducida por su servidor todos los jueves a las 5.45 PM en vivo por Radio Fórmula en 650AM y a las 10.45 PM en Telefórmula, por canal 11 de cable. Nos vemos ahí.

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En esta página encontrarás un amplio acervo de archivos documentales con obras de José Peón Contreras, Leopoldo Peniche Vallado, Rodolfo Menéndez de la Peña, etc. Así como otros registros literarios, históricos y de obras en lengua maya.

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Página oficial de la galería La Periferia, un centro cultural alternativo donde se realiza investigación, difusión y producción artística, con información de los eventos que tienen cada mes, así como las obras de jóvenes estudiantes de arte en Yucatán.

La Radio en Yucatán: ¿A qué sonamos?

David Moreno* El oído es la mitad del Poeta y acepta las fantasías, que los otros sentidos rechazan.

Cierre los ojos sin miedo: los oídos no tienen párpados y la radio mantiene abiertos, los ojos de la mente.

(Spot de La Tribu FM, de Argentina) * David Moreno es Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana. Fue productor y conductor de los Programas “Magazine” y “Café de Media Mañana” en Radio Universidad Autónoma de Yucatán. Ha sido docente de las áreas de cine y radio en el IECY, la Universidad Modelo y la Autónoma de Yucatán. Actualmente es productor de diversos espacios y conductor del programa 9 círculos en Canal 6 de Telesistemas Peninsulares.

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n unos 200 años, historiadores y antropólogos van a estudiar a nuestra sociedad actual. Y es probable que cuando comiencen su labor de interpretación del ser humano de la primera década del siglo XXI, acudan a documentos de carácter audiovisual. Las canciones, las películas, los programas de televisión serán indispensables para que las generaciones futuras puedan entender quienes fueron y quienes son.

Seguramente esos investigadores del futuro van a toparse con un medio de comunicación que tuvo mucho auge a principios del siglo XX y que fue reinventándose hasta llegar al XXI dueño de un lenguaje propio, pero en gran medida desaprovechado: se toparan con la Radio.

Y los sonidos que se encontrarán serán los que les permitan dibujar el paisaje sonoro de toda una época. Lo lamentable, es que cuando ese momento llegue, el trazo que se hará de la radio yucateca hablará de un sonido uniforme, distante quizá al que se encuentre en los archivos sonoros de otras latitudes.

Esto tiene varios factores, pero todos convergen en el mismo: un lenguaje desaprovechado, hundido en lo uniforme. Si nos preguntamos ahora, ¿a qué sonamos? La respuesta sería: a lo mismo. No existe actualmente en nuestro cuadrante diversidad sonora. Las estaciones se repiten en términos musicales, en estilos de locución y en el uso de los elementos propios del lenguaje radiofónico. El resultante es una falta de creatividad preocupante. Parecería que nos hundimos en un conformismo radiofónico lejano a lo que sucede en el resto del mundo.

En Yucatán tenemos una radio poco interesada en formar parte de la cultura global característica de este inicio de Siglo. Y lo que es peor: es una radio que no apela a generar efectos de sentido en el oyente. Es una radio alejada de la imaginación, la emoción y la razón. Estos son los tres elementos que de acuerdo a José Ignacio López VigilB, le dan vida al lenguaje radiofónico. La imaginación, representada a través de los efectos sonoros; la emoción, representada por la música; y la razón, cuyo máximo exponente es (o debería ser) la voz humana.

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Los efectos sonoros van directo a la imaginación del oyente. Le permiten crear en el cerebro imágenes acústicas que le acercan a la realidad. Su uso crea atmósferas, contextos. La buena música genera un lenguaje emotivo, nos toca en las entrañas, nos acaricia el corazón. Y la voz utiliza un elemento sumamente poderoso: la palabra. La palabra es la que genera sentido, y es la que apunta directamente a la razón del oyente.

Pensemos entonces en nuestra radio: ¿Cuántos programas utilizan los efectos sonoros para estimular nuestra imaginación? ¿Cuánta de la música que escuchamos en el cuadrante radiofónico yucateco está programada con inteligencia, con la idea de emocionar al radioescucha, de alimentar su espíritu? ¿Cuántas de las miles de palabras que escuchamos todos los días a través del dial, están estructuradas de tal manera que estimulen nuestra capacidad de pensar, de razonar, de proponer? Parecería que nuestras estaciones estructuran su lenguaje pensando en un público uniforme, poco inteligente y dispuesto a consumir prácticamente cualquier cosa que se ponga al aire.

La realidad es otra. Se ignora –quizá adrede- que nuestra plaza es cada vez más diversa. Que por las calles yucatecas, caminan seres humanos con las más variadas ideologías, gustos y aficiones. Nuestra mayor riqueza cultural la conforma esa diversidad. Y esa riqueza hoy se encuentra prácticamente ignorada por el medio radiofónico.

En nuestro cuadrante radiofónico existen y conviven dos modelos de radiodifusión: la comercial y la de servicio público.

En el modelo comercial o capitalista, la homogenización discursiva es evidente. Predomina la misma fórmula: una estructura formal y repetitiva que actúa a la manera de un sólo programa durante todo el tiempo que la estación está al aire. Los locutores son animadores, personajes dedicados a mantener el interés del radioescucha no por tener una propuesta discursiva inteligente, sino por ser merolicos que pretenden simplemente que el radioescucha no cambie de frecuencia y así los spots comerciales – verdaderos protagonistas de la radio comercial – sean objeto de consumo por parte de quien sintoniza a las estaciones. Para estas estaciones, el radioescucha está representado por una masa de consumidores y su programación olvida la responsabilidad social del medio, no solamente en términos informativos, sino formativos: es una radio que no genera diversidad; por ende, no refleja la cultura de nuestros tiempos.

En la radio de Servicio Público, pueden encontrarse algunos oasis de diversidad sonora, pero en términos generales es una radio estancada en viejos modelos de producción. No ha sido capaz de renovarse, de entrar al siglo XXI con una programación diversa. Se presentan como medios alternativos, cuando en realidad están muy lejos de ese camino, pues su discurso es residual o busca activar ideas del pasado y “éstas pueden ser igual o de dominantes o autoritarias que aquellas ideas del presente que el discurso alternativo folclórico pretende cambiar”C. Es decir la radio de servicio público yucateca, ha coadyuvado a mantener los discursos que históricamente han buscado mantener una idea

soma | música | 6 1. López Vigil, José Ignacio “Manual Urgente Para Radialistas Apasionados” Paidós, Madrid, 2002 2. Amann, Beatriz y Da Porta Eva (compiladoras) “La necesidad de repensar la comunicación alternativa”

Fotografías: Joy Pernoz

Octubre de 2008.

dominante y uniforme en nuestra sociedad. Podrá presentarse como “una alternativa” pero no lo ha sido por que lo alternativo es sinónimo de ruptura, y cualquier intento de romper con la ideología de antiguos modos de producción de la radio de servicio público en el estado, ha sido interrumpido o coartado.

Pero ambos modelos han olvidado a la dimensión artística de la radio.

La radio es ante todo una forma de manifestación artística capaz de estimular al máximo la imaginación, al ojo escondido de nuestro cerebro. Se estimula a través de un lenguaje que tiene la posibilidad de ser descriptivo, narrativo, sensorial. La dimensión artística de la radio le hace ser un medio visual. El cuadrante yucateco ha olvidado que la radio puede hacer que veamos a través de nuestro oído y que el ejercicio cerebral que se desprende del arte radiofónico puede generar a radioescuchas más dispuestos a ejercitar a ese ojo con ejercicios que les vuelvan más receptivos, más participativos, más críticos. Y esta dimensión tiene que venir acompañada de la pasión por el medio. ¿A qué suena la radio en Yucatán? A un medio desapasionado. Para hacer radio se necesita ante todo sentir amor por el lenguaje radiofónico y sus posibilidades. Hay que sentirlo por dentro, meterse en su magia. Ese es el primer paso para transformar a la radiodifusión estatal. Así, con pasión por hacer una radio inteligente y diversa, se podrá cambiar el curso por el que actualmente se navega en el cuadrante yucateco. Sólo así nuestra radio podrá salir de su atraso y entrar a la carretera de la globalización, tratando de influir desde lo local en esa amplia y diversa universalidad en la que hoy nos encontramos a pesar de que nuestra radio parezca estar empeñada en ignorarla.

Ricardo E. Tatto “El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento. El sentido trágico de la vida sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”.

Ramón del Valle Inclán

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espués de haberse estrenado exitosamente durante el Festival de la Ciudad en enero, por fin le ha llegado el turno a la obra “Guerrero en mi estudio” de hacer temporada sobre los escenarios. Original de José Ramón Enríquez y dirigida por él mismo, se estará presentando en el Centro Cultural Olimpo a partir del sábado 18 de abril, para continuar el 2, 9 de mayo a las 8PM. El 16 habrá doble función de 6 y 8PM. La trama gira en torno a Alonso Quijano El Malo (Paco Marín), un escritor al que inesperadamente se le aparece un falso Gonzalo Guerrero (Pablo Herrero) en la oscuridad de su estudio, que escarba incesantemente entre los escombros del suelo en busca de los huesitos de sus hijos. Pero, paralela y alternadamente, también vemos el idilio del auténtico Gonzalo Guerrero (Miguel Ángel Canto) con su esposa Zazil Há (Socorro Loeza), que no es otra historia sino la del primer mestizaje deseado en el continente americano.

La puesta en escena inicia con una proyección en video (realizada por Laura Sánchez y Jorge Carlos Cortazar), que ayuda a complementar la ambientación sin ayuda de escenografía, ya que sólo usaron recursos de utilería (sillas, mesa, linternas) para ir revistiendo la compleja historia, que se vale de un complicado andamiaje no lineal, para llevar al espectador a través de la estructura dramática de una obra de configuración esperpéntica.

En cuanto a la historia de Guerrero El Auténtico y Zazil Há, los recursos multimedia resultaron lo ideal para mostrarnos la zona quintanarroense donde habitaron y la selva húmeda donde tantas

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Guerreroen miestudio

Still Video: Jorge Cortazar y Laura Sánchez

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batallas fueron libradas por los mayas. Vemos como El Falso Guerrero se confronta con su símil en una lucha entre los encordados, en una sátira no exenta de llaves, hurracarranas y martinetes.

Por otro lado, la confrontación más interesante es el diálogo que sostienen Alonso y El Falso Guerrero, en el que se trasluce la preocupación por la desmemoria inmanente en nuestro país, la inviabilidad de un proyecto de nación sin futuro, pero también chascarrillos oníricos, religiosos y papales, la sinrazón de la razón, la lógica de la locura contrastada con las conversaciones sostenidas con una sexy psiquiatra (Analie Gómez) que por todo remedio para el aparente delirio de Don Alonso prescribe drogas y gastos honorarios al por mayor.

Obra profundamente intertextual, nos deja saber las reflexiones del escritor en torno al lenguaje, a través de citas, citas de otras citas, referencias sobre la escritura: “sabes que escribes pero no sabes qué” (Paul Bowles). Leopoldo María Panero aparece para decirnos que el lenguaje no es más que eso, un sistema de citas, lo cual nos remite a claras posturas estructuralistas. Kavafis, Dante, Eugenio Aguirre, Ionesco, Coetzee y Levi-Strauss hacen su aparición en un juego verbal críptico no apto para los que conciben el teatro como mero entretenimiento o aparato de concientización social, con excepción de aquellos exegéticos quienes pescaron las alusiones al vuelo de la palabra sobre las tablas.

Por otro lado, El Falso Guerrero mete a colación las profecías mayas que auguran el Apocalipsis en el año 2012, mientras que Alonso murmura por lo bajo “Joaquín de Fiore”, conocido milenarista cuya teología orientada a estratificar las edades del hombre de manera trinitaria, también vaticinó el fin del mundo. Ahora bien, la referencia al canto XXI del Infierno de la Divina Comedia, que alude a los fraudulentos y estafadores, nos hace pensar en la falsedad no sólo del Guerrero, sino en las anteriores posturas que nos encaminan a una próxima destrucción como especie. No obstante, el temor de la muerte queda fundado en ambos personajes -y en algunos espectadores-.

Como la obra se desenvuelve de una manera surrealista, poco convencional y en muchas direcciones, al final se retoma a Guerrero El Auténtico y Zazil Há; ésta última, digna representante de una raza que no vemos ni escuchamos aunque la tengamos sentada en la butaca vecina, elucubra sobre el 1er capítulo del Popol Vuh (otra alusión al descenso profético a los infiernos o, en este caso, al submundo o inframundo) pero también su discurso es en torno a las diferencias, al encuentro con el otro, la otredad inminente representada por los conquistadores que ya se aproximan a perturbar la armonía del primer núcleo familiar

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Fotografías: Ricardo Tatto

mestizo, que al mismo tiempo es un reclamo que al unísono apela a los mexicanos, en especial, a los yucatecos, pero cuya tesis central es completamente universal: “Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit.” (Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro), frase erróneamente atribuida a Hobbes, pero que proviene del comediógrafo latino Tito Marcio Plauto.

La obra es susceptible de múltiples lecturas, ya que funciona a varios niveles y, a pesar de todas las referencias y líneas discursivas que expone, no carece de comedia y una buena dosis de risas, sin que por ello sea menos serio lo tratado por el dramaturgo y director, quien nos entrega un collage escénico sin concesiones, ya que no evita confrontar las cosas y reflexionar indirectamente sobre el panorama social y el contexto que nos rodea, con un final anticlimático.

Vale la pena verla en próximas presentaciones, ya que el trabajo actoral en conjunto es altamente satisfactorio, si bien ciertas asperezas en el guión convendría limarlas tanto para lograr una economía de palabras, como para evitar momentos reiterativos que aunados a la duración de los videos, alargan innecesariamente la obra.

La música de Juan Luis de Pablo Enríquez, poco afín a ciertas escenas y a destiempo en relación con los elementos multimedia y el desplazamiento escénico, en ocasiones falla en su cometido; muy al contrario de su excelente musicalización en “Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín”, obra que pudimos ver en el pasado Otoño Cultural, dirigida por Paco Marín, que en esta ocasión encarnó a un locuaz personaje de índole cervantina.

De las cajas de cartón y las tapas de refresco a la puesta en escena Nelson Cepeda Borba

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oy, a mis treinta y ocho años de edad, me doy cuenta que lo único que he estado haciendo hasta el día de hoy es vivir siempre realidades alternas a mi propia vida. Esta es la clave que me permitió ahondar en este mundo asombroso, demandante, sensual, aprensivo, celoso y cautivante del teatro.

Tenía unos seis o siete años de edad y recuerdo que, al salir de la escuela, corría a la tienda de la esquina por algunas cajas vacías de los productos que allí se vendían, para luego transformarlas en escenografías y escenarios según mi imaginación. Unas cuantas tapas de refresco me servían para dar vida a una infinidad de personajes de la tele de aquel momento. Y con este juego comencé a vivir mis realidades alternas.

Al pasar del tiempo decidí meditar sobre los nuevos lenguajes de la comunicación, la imagen y su interrelación con los públicos, los de ayer y los de hoy. El concepto de puesta en escena es el término que engloba distintas disciplinas y técnicas artísticas como: actuación, escenografía, vestuario, iluminación, música, fotografía, entre otros, para que sea comprensible un texto que va a ser representado para un público (la dramaturgia). Puesta en escena es la llave a un universo paralelo al mío, un universo en el cual si me adentro a profundidad descubro estilos, formas de pensar, un autor o un género; en pocas palabras, me sumerjo en el universo interpretativo de la escena.

Para una puesta en escena se necesita tener un mensaje, una emoción, una idea que transmitir y entregar al público. Paso siguiente es la elección de un texto que contenga aquello que quiero expresar, lo que me permite crear con mayor facilidad y adentrarme en el mundo de la interpretación.

Es necesario encontrar el espacio idóneo que permita recrear una realidad alterna. El espacio debe ser explorado para dotarlo de las condiciones necesarias para la puesta en escena. La exploración del espacio me permite como director, el análisis del espacio real para situar a los personajes en una proximidad psicológica adecuada. El contexto cultural de la obra determina las necesidades espaciales para una correcta expresión del mensaje.

El teatro de este nuevo siglo es muy generoso, nos ofrece la posi-

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bilidad de utilizar diferentes espacios: casas, parques, autobuses, lugares históricos o naturales, que permitan un mayor realismo, así como una distancia entre el espectáculo y el espectador que facilite una participación más crítica.

Un elemento indispensable para una puesta en escena es el manejo de la imagen. La imagen son todos aquellos elementos que nos permiten crear el efecto artístico que se pretende generar ante el público. Imágenes que nos ofrecen realidades deseables, bellas, armónicas y maravillosas que, a su vez, son ilusorias. Debemos ser extremadamente meticulosos con cada elemento que ha de componer la imagen que estamos creando. Diseño, formas, colores, materiales, confecciones, realización de utilería, etcétera. Ningún detalle es exagerado cuando se trata de alcanzar la expresión de lo artístico.

Es inevitable correr riesgos para poder habitar ese otro universo alterno y vivirlo en toda su extensión física y emocional. En el teatro contemporáneo la puesta en escena debe ser un ejercicio constante.

Como guía y director de escena, debo invitar al actor a sumergirse en la realidad que estoy creando, y de esta forma descubrir juntos el universo interpretativo de la escena.

Si el actor es capaz de recrear por medio de su trabajo la ficción que se plantea, el público podrá experimentar una realidad fuera de su mundo cotidiano. Para que una puesta en escena esté viva es necesario tener una meta. Una vez terminado el montaje es preciso presentarse más de una vez. El montaje debe tener continuidad, ya que por medio de la constante presentación, la realidad alterna creada toma nuevos matices y formas, haciendo casi real ese mundo de ficción.

Cuando yo realizo un montaje, me apropio del espacio para crear dentro de el la realidad alterna que han de vivir actores y espectadores. El director debe ser generoso con el público, debe poner sus emociones y vivencias al servicio del montaje para hacerlo lo más vivencial posible. No son los artificios tecnológicos, las técnicas y metodologías de moda lo que permite al espectador habitar el mundo de la escena. Por ello, es necesario pensar que una puesta en escena existe para alguien y ese alguien es el público; no es para satisfacer el ego creador.

Debemos recuperar nuestra identidad y aceptarnos tal cual somos, no es necesario imitar vanguardias extranjeras o modas aparentes, debemos ser. El ser nos hace libres para crear y habitar un mundo o realidad paralela a la nuestra y sobretodo nos permite aceptar al otro con sus defectos y virtudes. Aceptar que hay distintas formas de crear y trasmitir el pensamiento. Cada uno de nosotros construye sus realidades. Yo le doy gracias a mi pasado y a mis orígenes que nunca me desamparan y que ahora me permiten ver la vida en el teatro con mayor objetividad. Creo que queda mucho teatro por venir, teatro del nuestro y de todos, pero eso si, recuerden amigos creadores que el espacio del arte es un lugar para sentirnos más cerca de la palabra y de los sentimientos más profundos de los seres humanos, en especial los del ser que tenemos en frente. Recuperemos un poco de ingenuidad y alegría: los invito a jugar con las cajas de cartón y las tapas de refresco.

Sobre la identidad del arte yucateco Jorge Espinosa Torre*

* Jorge Ermilo Espinosa Torre (Mérida, Yucatán, 1983).

Artista visual que ha tenido exposiciones individuales y colectivas en sitios como el D.F., Guadalajara y Zapopan, Jalisco; Zacatecas, Zacatecas y La Habana, Cuba. Sus dos más recientes exposiciones fueron “Delirios”, en la Galería Hecaro, en el D.F. (Octubre, 2008) y “Murmullos en Babel”, en el Centro Cultural Olimpo (Julio, 2008)

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uando alguna vez platicaba con alguien del medio artístico local -en un tono que se había vuelto ya tenso- tocamos el tema de la identidad de la sociedad yucateca, y me sorprendió lo fácil que se pueden herir susceptibilidades debido a la fragilidad de los supuestos cimientos culturales que se publicitan y reafirman de manera cada vez más mecánica y moribunda.

Yo argumentaba que nuestra identidad local es una gran fachada, nada más que un cascarón. Y no es porque no podamos encontrar en el pasado y también en el presente de esta región, una viva y maravillosa cultura, única en el mundo, sino porque la mayor parte de la comunidad meridana ha extraído, como con pinzas de laboratorio, unos cuántos símbolos de ella: los ha expandido, estirado, masticado y reproducido, una y mil veces, con sus miles de reinterpretaciones, adecuaciones y deformaciones, creando una gran carpa con la que cubre todo lo que no le interesó conocer, y sobre la cual, además, se regocija.

Aquella persona me enumeraba, entonces, los elementos que hacen única a nuestra sociedad y que le dan una identidad propia muy fuerte, como no hay otra en el país: nuestra forma de hablar, tanto por el acento como por el hecho de incorporar palabras mayas en el repertorio lingüístico coloquial, la simbiosis cultural que conjuga al yucateco indígena con el yucateco citadino, los elementos que se han vuelto marca registrada de Yucatán: hamacas, guayaberas, casas de paja, la pirámide de Chichén Itzá y muchos más.

Y es aquí donde conviene hacer una reflexión: todos aquellos elementos que conforman las particularidades de la región, y en especial de la ciudad de Mérida, ¿conforman una identidad propia? O, ¿no será, acaso, que son los residuos de una constante erosión cultural que se han reafirmado endureciéndose como costra en la superficie mientras se olvida su origen, y que se han reproducido hasta gastarlos por los beneficios turísticos que generan?

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Ilustración: Jorge Espinoza Torre

Sí bien es cierto que Yucatán es un estado maravillosamente rico, con tanto misterio y magia que podría ser una fuente prácticamente inagotable de inspiración creativa, también ha sido tanta la atención que se le ha dado a unos cuántos elementos, a los que además se han aproximado desde una óptica tan superficial y mercadológica, que se han convertido en íconos “mexican curious” y han creado una especie de repulsión por parte de las nuevas generaciones artísticas locales.

Como resultado, se ha cortado de tajo el interés por todo lo turísticamente yucateco, pero con el problema de que al voltear lejos la mirada, se ha reproducido el error que se cometió al seleccionar y desgastar unos cuantos elementos: se ha dejado lo mejor en el olvido.

Cuando José Luis Cuevas narraba la historia de Juan en “La Cortina de Nopal”, hacía alusión a situaciones que se daban en la capital del país hace 50 años y que hoy en día podrían parecernos familiares en Yucatán. Sin embargo, la gran diferencia es que en esa época y en esa ciudad, era muy fuerte la influencia de la escuela mexicana de pintura, la cual estaba institucionalizada y estrictamente delimitada, protegida y difundida por el gobierno, reforzada en las escuelas de arte, en los cafés, en los diarios, en las exposiciones “importantes” y que contaba además con un sistema de autodefensa que aseguraba a sus transgresores una penumbra sofocante.

Quizá si en Yucatán -que en muchos aspectos puede parecer un país independiente del México tradicional- hubiera habido una sólida escuela yucateca de pintura con su propia ideología, tendríamos ahora un blanco claro al cual lanzarle nuestros dardos evolutivos de rebeldía y ruptura. Pero como eso no se dio, nos sostenemos sobre una frágil y quebradiza vanguardia que busca romper con fórmulas y tradiciones igualmente endebles e inestables. Es momento de cambiar eso.

Nos toca a los artistas comenzar a solidificar una nueva identidad yucateca a través de nuestro trabajo, empezando por desbaratar la cursi fachada que se ha creado, pero sin utilizarla como pretexto (y por lo tanto, inevitablemente, como base) para alejarnos de las pro-

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piedades de nuestro rico entorno, sino alimentándonos profundamente de él, con su esencia, con esa riqueza mística que va mucho más allá de las caricaturas en que se han convertido sus elementos más representativos.

Hay muchísimo detrás de esos gastados símbolos que puede ser suculentamente explotado. La pirámide, nuestra flamante maravilla ahora semi-oficialmente reconocida, es un enigma para la mayoría de los artistas locales. Incluso las reproducciones de su mera fachada demuestran, demasiadas veces, un gran desconocimiento de lo que se está copiando. Con tan sólo tratar de comprender el insondable misticismo que se manifiesta en sus símbolos tallados, tendríamos materia prima para hacer una serie de obras que resultarían transgresoras a la iglesia católica, al capitalismo, a nuestro entendimiento del tiempo y a nuestra cosmovisión en general. Es el ejemplo más claro y casi burdo por lo obvio, pero que se repite sutilmente en casi todo elemento ahora visto tan sólo como una fachada hueca.

Yucatán es casi una isla, que puede tragarte con su inercia y aislamiento, o que puede ser un jugoso caldo de cultivo artístico para quien la pueda experimentar de manera profunda: Primero, hay que olvidar lo que creemos saber sobre lo que es Yucatán y cuál es la cultura regional.

Segundo, deshacernos completamente de ese miedo heredado de generaciones pasadas, que es temeroso de lo foráneo por inseguro de sí mismo, que forma grupos y cierra filas barnizadas de hipócrita autocomplacencia.

Tercero, eliminar también la idolatría a lo extranjero derivada de lo corroída que está nuestra idea actual de lo local.

Cuarto, inocular nuestra sangre de esa profunda sumisión que se manifiesta en absoluta mediocridad y que se conforma con medirse con la sombra de la sombra.

Hay que reconocer que los artistas emergentes, sobre todo los visuales, que vivimos y trabajamos en Mérida, estamos siendo parte de un momento único que puede ser totalmente desperdiciado o que puede sentar las bases para un futuro donde el arte yucateco se reconozca por corresponder cabalmente a la gran profundidad mágica, mística y creativa que históricamente ha germinado aquí. Y que esto sea de manera marcadamente honesta, no supeditada a los gustos de los turistas y sus billetes.

Yo sé que no se va a gestar un nuevo estilo de arte yucateco, ni va a publicarse un gran manifiesto que dirija todas las búsquedas creativas locales. ¡Qué bueno que no suceda! Pero lo que sí espero es que, en la exploración personal de cada artista, se mire sin miedo, se pueda encontrar inspiración dentro y fuera, se experimente la esencia más allá de lo superficial, se eliminen los complejos y se trabaje con un profundo compromiso. Que se conozca y asimile nuestro pasado sin prejuicios ni pisoteos adolescentes y se construya nuestro propio presente, honesto desde la raíz y que, eventualmente, dará vida a una nueva y verdadera identidad yucateca.

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GASPAR NOÉ O Henry Ceh*

*Henry Ceh es cinéfago, fotógrafo y videoasta. Ha sido coordinador de los ciclos de cine en la UMSA (2000-2002) y de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY (2004-2007).

Actualmente forma parte del grupo multidisciplinario Rizoma y trabaja en su próxima exposición con este grupo en la Casa del Benemérito de las Américas en La Habana, Cuba, donde participará en el área de fotografía análoga.

I Entre los pensamientos de un padre incestuoso y las calles abandonadas de Francia, Gaspar Noé ha ido construyendo un diafragma de la (in)moralidad humana al fin del anterior y principio del nuevo siglo.

De la misma línea linfática de Lautreamont, E. M. Cioran y, por qué no, de Camus y Sartre en su época más decadente, el realizador francoargentino ha comenzado desde sus inicios en el cine un viaje a través de la derrota y la podredumbre social e individual; en sus personajes se muestra un denominador común, el sentimiento del no-sentido, así como una actitud marginal hacia el otro.

Noé, nacido en Argentina pero que a mediados de los años setenta viaja para radicar en Francia con solamente trece años de edad, es alguien a quien podríamos denominar como un anarquista del discurso cinematográfico, ya que lleva una carrera de más de dos décadas, aunque en años recientes ha sido más conocido en México gracias a su film “Irreversible”.

Noé inicia con dos cortometrajes: “Tintarella di luna” (1985) y “Pulpe amere” (1987). Éste último perdido hasta hace poco. No es sino hasta el mediometraje “Carne” (1971), que logra notoriedad al participar en el Festival de Cannes, obteniendo el premio de la crítica y una mención para el premio del jurado. A partir de la producción del anterior filme se ve una forma ya definida cinematográficamente, a través de la cual se crea un canal de digresiones sobre lo apocalíptico. En éste filme se discurre en el interior de la mente de un carnicero (Philippe Nahon), quien luego del abandono de su mujer queda a cargo de la hija de ambos, teniendo así que hacerse responsable de la educación de la niña mientras ve cómo su cuerpo se transforma con el tiempo y cómo sus deseos incestuosos van emergiendo.

El lenguaje misántropo y misógino del personaje es un arma que incomoda, que puede ser contradicha por los “humanistas” de nuestro siglo XXI, pero que a pesar de esto no deja de tener una brecha de contundente verdad (aunque muchas veces parcial), que es expuesta de manera despojada, y es entonces cuando percibimos que lo importante no es la verdad a la que se llegueB, sino la ruptura radical que se

LA JUSTICIA DEL EXTERMINIO hace sobre la moral occidental, en el sentido de ser un discurso alterno a lo bien recibido y aprobado socialmente. Sin más, nos encontramos en el fondo no sólo con un auto de fe hacia la cultura y sus formas institucionalizadas de dominio (iglesia y estado), sino hacia la humanidad misma.

II El siguiente filme de Gaspar Noé es un ejercicio formal denominado “Sodomitas” (1998), producción que causa desaprobaciones por considerarse puramente pornográfico. Ese mismo año comienza a rodar una continuación para la historia de “Carne”; en ella, el personaje de su anterior film ha salido de la cárcel donde estuvo por matar a un hombre que pensó había tenido sexo con su aún púber hija, y por ello ésta vive en un orfanato. A la trama se adhiere una vieja mujer que el protagonista embaraza, cuestión que el personaje de Philippe Nahon se encargara de resolver en una de las escenas más crudas que Noé ha filmado. Obligado a dejar París a causa de este último suceso, el carnicero tiene nuevamente que abandonar a su hija, así él prosigue su seca vida e intenta recuperar a su niña.

Esta segunda parte, que luego cerraría una especie de trilogía con “Irreversible”, habla en el título por sí misma: “Solo contra todos”. En este film los recursos formales siguen siendo los mismos del anterior mediometraje: la fotografía tiene una iluminación con tonos rojos y sombras duras de noche, y de día es distante y “objetiva”. Este recurso es complementado con una puesta en escena diurna en la que las calles están desiertas, y en las que el ex-carnicero camina como un Roquentin enfurecido, reduciendo el sentido de la vida en “una verga y una vagina”.

Lo primero que vemos en el filme es la discusión de dos personas desconocidas en un bar. Aquí se plantea un tema que luego Noé abordaría nuevamente en “Irreversible”: el poder de la aristocracia y los grupos de la élite social. Se habla de la justicia y la moral, y la persona que asume la posición crítica termina diciendo: “la justicia y la moral es sólo para los ricos”, “ésta es mi justicia” (sacando un arma), “ésta es mi moral”. Con esto, Noé parece querer decirnos que así como el poder es dominio de unos cuantos, así él también puede estar en el banco de

1. Como ya es sabido Husserl rompe a principios del siglo pasado con esta idea de verdad decimonónica, y décadas después Gadamer con su método interpretativo hermenéutico nos provee del uso de la historicidad para subrayar que toda verdad es una constante puesta en marcha como continuon, en la que el eje diacrónico nos lleva a ver que toda verdad es sólo de una época y lugar definido, no una verdad absoluta.

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los acusados de inmoralidad (pues así como “Carne” le abre el éxito, también es por ello mal visto por la élite cultural), y que su manera de romper con este status quo es mediante la radicalidad, de la misma forma en que las vanguardias rompieron en su momento con el arte realista y políticamente correcto.

Con lo anterior vemos que el filme sí posee una crítica social, pero ésta se encuentra decantada entre la narración, pues el objetivo principal del director sería el de dirigir la voz del otro hacia un discurso más autónomo, en donde lo social es más un lastre que hay que soportar y en el que el sentido de una vida busca concretarse tomando los últimos ápices de esperanza: “...sólo existen leyes hechas por extraños para su propio bien. Y que a mí me producen infelicidad...”, “...tal vez sea nuestro último día, o tal vez no. Tal vez nunca me mate. Tal vez te haga el amor y mañana vaya preso. (...)Tal vez por fin mi vida tendría un sentido… protegerte…”, dice el protagonista a su hija.

III El último filme que cierra lo que podríamos llamar una trilogía es “Irreversible”. La película es concebida a partir de seis planos secuencia que Noé visiona, unidas al interés que el director comienza a tener por crear una obra en la que converjan elementos de “El Imperio de los Sentidos”, “2001 Odisea del Espacio” y “La Fiebre en la Sangre”. Dichos elementos son tomados como leitmotiv y se concretan en un guión de apenas una cuartilla; antes de ello, se logró atraer el interés del actor francés Vincent Cassell y su esposa Mónica Bellucci, quienes al final protagonizarán la historia. El rodaje comienza en un plató donde la improvisación y la dirección que va tomando la película es dictada por aquellos seis planos secuencia en la mente del realizador, que prescinde casi en absoluto de guión dándole gran peso a la edición.

Así, Noé busca dividir la acción en tres partes y un epílogo: una en la que se ve la tragedia de Marcus (Vincent Cassell) y Alex (Mónica Bellucci); otra donde se debate la racionalidad y la irracionalidad del

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hombre, y una última donde se nos muestra la felicidad de los dos personajes, pero en la que también se nos presenta la ligereza que ese estado trae a la conciencia.

En este film, como ya se ha mencionado, se retoma una crítica despiadada a la burguesía y a la plácida felicidad, todo llevado por cierto pensamiento nihilista: “el tiempo lo destruye todo”, será la síntesis del film. Aquí el director parece plantearnos que la felicidad, como todas las cosas, es una mera construcción. Resulta paradójico que por una parte los hombres y mujeres más seguros (Marcus y Alex) parecen tenerla al alcance dentro de la mecánica social, pero otros, como el viejo carnicero y Pierre, el amigo filósofo, que caminan sobre lo liminar, no parecen tener derecho a ella pues son perseguidos por su racionalidad y su conciencia: “…el problema tuyo es que crees que todo se explica.

Hay cosas que no se explican. No sirve discutirlo. A veces sólo basta coger para que todo se arregle...”, se le dice a Pierre; sin embargo, los primeros, absortos en su felicidad son los que peor terminan cuando la realidad cae en la primera parte.

En la parte final de la película (primera de manera lineal) nos responde a la mayor interrogante planteada: ¿existe alguna razón para la violencia del film? La respuesta de Noé es directa y sin concesiones: Marcus y Alex han tenido su momento para ser felices y lo han sido, incluso ofensivamente, por lo que la humanidad (el hombre, lobo del hombre) no perdona esta traición a la mayoría; por ello son enjuiciados y condenados, por detentar esa felicidad en el rostro y en el cuerpo, pues es algo que al final siempre habrá que pagar. Por ello, el filósofo sabe que Marcus no podrá enfrentar la realidad cuando la tragedia aparezca, pues él no ha vivido jodido siquiera a un nivel epistemológico y menos aún ontológico. Pierre sabe que Marcus no conoce la verdadera podredumbre.

De esta manera vemos que la crudeza del filme, contrario a lo dicho por varias voces “humanistas”, no sucede por gratuidad, sino porque se encuentra tanto en un plano estético formal con el uso de técnicas

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2. Este año se estrenara su nueva película: “Enter Void” (Entrar al vacío) luego de 7 años de ausencia en los largometrajes, al parecer es su obra más ambiciosa, filmado en Tokio con actores no profesionales, se encuentra actualmente en postproducción.

contemporáneas: manipulación del tiempo en la narración, dislocación del final con el epílogo, el menor uso de guión literario, etc., como en uno filosófico y social: preguntas donde se plantea el absurdo de usar el razonamiento con el objetivo de ser “feliz” y la imposibilidad de rebasar un nivel de comunicación pragmático, así como la crítica a vivir en el desenfreno burgués. Aunque como hemos dicho, aquí no hay salida, todos pagan, los más felices son los primeros.

Queda una nota por comentar, y es que si bien la presentación de un personaje al inicio de la película como el carnicero de “Carne” funciona a manera de epígrafe e “Irreversible” no constituye abiertamente el final de una trilogía, aquí se ha tomado el filme de esta manera teniendo en cuenta futuros trabajos de Gaspar NoéC y considerando que cuando menos existe un continuon sobre los temas que han movido las tres películas: la perspectiva existencial, el derrumbe de la moral y la devastación del hombre moderno.

De esta manera, se ha perfilado un pequeño diafragma de la obra más importante de este realizador hasta el momento, cuya historia al igual que sucede con un personaje del mismo nombre en la ficción bíblica, ha lanzado un llamado a la humanidad, pero en este caso no para ser salvada, sino para ser enjuiciad

Charles Chaplin visto por los otros

*Mario Helguera Bolio es egresado del centro Universitario de estudios Cinematográficos de la UNAM; es investigador y promotor del fenómeno cinematográfico. Ha recibido la medalla al Mérito Artístico otorgada por el Gobierno del Estado de Yucatán.

Actualmente imparte clases en universidades y centros culturales como especialista en la evolución del lenguaje cinematográfico.

Mario Helguera Bolio* El 16 de abril se celebró el 120 aniversario del natalicio de Sir Charles Chaplin. En este entorno, me he permitido reunir a manera de homenaje una serie de testimonios sobre su persona y, por supuesto, sobre su obra: “Chaplin (16 de abril de 1889- 25 de Diciembre de 1977) evoca la imagen de uno, o tal vez, el más grande artista que nunca se haya expresado en el cine: no es el genio menos discutible, sino que se llega ver en él a uno de los genios más auténticos del siglo XX y uno de los más grandes artistas de todos los tiempos. Su personaje “Charlot” se ha dicho que es “antisocial”, “inadaptado y perezoso”, sin embargo él no rechaza la colectividad, pero sí rechaza someterse a los imperativos venidos del exterior, subordinar su conciencia a obligaciones teóricas y abstractas, empeñar su libre albedrío, limitarse. Dice “NO” a un tinglado de principios y de convenciones, de conveniencias quizás necesarias para la sociedad, pero contrarias a la libertad del ser.

Nacido libre, su personaje sigue vagabundo en búsqueda de un paraíso perdido y de una inocencia que no puede encontrar. Su dominio siempre será la carretera, el gran camino recto hacia el horizonte, por el que avanza errante, como un poeta que marcha con la cabeza levantada en plan de desafío como un hombre que persigue perpetuamente su destino”.

Manuel Villegas Loza

Está por encima de cualquier elogio, ya que es el mas grande.

Jean Luc Godard Es el único genio desarrollado por el cine.

George Bernard Shaw.

Era muy bueno pero no creo que supiera su propio precio.

De habérselo propuesto, se habría vendido al comienzo por una suma modesta. Hubiera sido negocio comprar a Chaplin en su primera época.

Groucho Marx.

Lo importante de Chaplin es que ha conseguido, bajo sus cabellos grises, conservar la mirada de los niños; la espontaneidad de reacción frente a no importa que fenómeno, es inimitable y original y pertenece sólo a Chaplin. Nadie más que él sabe ver así. El don de ver como un niño.

S.M. Eisenstein.

En su época de actor con la compañía Karno, sentía verdadero delirio por Schopenhauer. Pensaba que éste tenía respuesta para todo.

R. J. Minney Frases crípticas de Chaplin: Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo.

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

La vida no es significado; la vida es deseo.

El día en el que el hombre se dé cuenta de sus profundas equivocaciones, se habrá acabado el progreso de la ciencia.

Nunca te olvides de sonreír porque el día que no sonrías será un día perdido.

Por simple sentido común no creo en dios, en ninguno.

Existe algo tan inevitable como la muerte: la vida.

Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da tiempo para más.

Ilustraciรณn: Alonso Maza

punto y soma

suplemento literario

Extensiones del delirio: un corto promocional

(Texto leído en la presentación del libro El delirio de un alebrije, de Rafael Gómez Chí.)

S

Juan E. Chávez Trava* *Juan E. Chávez Trava (1982) estudió literatura latinoamericana en la UADY. Es autor de los libros de cuentos Arimathea o la ciudad perfecta (Dante, 2003) y El juego de moda (Edición de autor, 2003) y la novela corta La continuación.

Esbozo novelesco de la ruptura (Ayuntamiento de Mérida, 2008).

ucede que un jueves lluvioso llegas al Multicinema y compras un boleto para entrar a ver una película que te recomendaron.

En el umbral de la sala 12 una sonriente chamacona encachuchada desprende por la línea punteada tu ticket e ingresas y eliges a tus anchas una butaca estelar. Mientras te apoltronas en el mullido asiento, apagas tu celular. Después las luces decrecen gradualmente hacia la oscuridad. Alguien tose delante, otro de más allá se aprieta los labios con el dedo índice, musitando shhh hasta que se derrama el haz del celuloide sobre la pantalla ¡Es tu parte favorita! Donde proyectan estrenos venideros.

Y la voz de un rudo locutor desata intriga: En un estado muy muy cercano… superponiéndose a imágenes de un tráiler orillado a media carretera por siniestros vehículos: al chofer lo balacean a la vera del monte… una ciudad es poseída por el vicio… la carga de veladoras Luz Eterna del tráiler no es lo que aparenta, encubre cincuenta kilos de cocaína: un sicario esnifa la mercancía con su llave maestra para probar… donde los tentáculos del hampa rifan. El close-up al polvo blanco satura, retumba en dolby surround la rola “Hey Boy Hey Girl” de The Chemical Brothers y admiras a una teibolera colorada serpenteando alrededor del tubo tornasol.

– Uay, esto está bueno– Piensas para ti. Pero el ronco locutor contraataca grave, precisando: Hay algo podrido en San Telmo. A la música electro-paranoica le otorgan decibeles cuando irrumpen al antro agentes judiciales que aprehenden a la ejecutante. La suciedad es profunda… rostros encendidos de cientos de campesinos congregándose para protestar afuera del Palacio de Gobierno… y la ceiba más ambiciosa enraíza cúpulas insospechadas. De Hombres de negro estrechándose las manos, corte a convoy de camionetas polarizadas. Corte a otro asesinato encubierto. Entonces afirma la tosca voz que no todo está perdido, es posible perder más.

Aceleradamente: la fachada de La Tarea Restaurante-bar en primer plano, luego avanza introduciéndose al sitio la lente, sorteando algarabía, meseros, chicas buena-onda encaramadas a tarimas y alegres borrachos alentándoles reclamos capilares, pero sigue de largo la toma

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Ilustración: Bertha Gío

rumbo al privado: se estaciona y el coro suspende la música: saluuud, saludcita. Chocan sus tragos como caifanes aullando a una luna de neón: Elías y Nico, investigadores de nota dura, relajando en lujuria nocturnina la pesadumbre. Vaciando botellas de hidalgos.

– Otra tanda, maricón– Clama Elías.

– A ver, tú, chino, mándame otra cubeta pero que estén más frías que las nalgas de una difunta– Pide Nico, luciendo su pecho velludo (algo canoso ya) estilo camisa-desabotonada.

La escena cambia. Un teléfono suena en las oficinas de prensa y el áspero timbre del narrador vuelve: Ahora, dos reporteros de un periódico local quedarán envueltos… la llamada es para Elías, un maquiavélico senador que desea filtrar información para perjudicar a un adversario político y le invita unos tacos en equis fonda retirada… por telarañas de poder… las pruebas cambian de manos, pero existe otro sobre. Para corroborar la cantidad Elías entra intempestivamente al baño: medio cañonazo. Efecto acústico de caja registradora bañada en monedas y la canción de Money de Pink Floyd inicia… en esta jungla de intereses.

Elías abraza con pasión a Sheila, una bailarina; la manosea y le mete la lengua entre los labios. Revisa documentos, desvelado: fraudes, latrocinio, desfalco, vínculos al crimen organizado y el narcotráfico. Ella es un demonio-felino que lo transporta directo al éxtasis. Elías asesta yemas dactilares al teclado, redacta su reporte. Parpadeas y Sheila contonea elipses. Por la rotativa desfilan escandalosos diarios. Afuera de la Procuraduría señoras popof arman barullo. Elías y Sheila ruedan frente a la verja del infierno, empañados en sudor: el sexo los vuelve animales felices, carne palpitante.

De nueva cuenta la garganta narradora truena: Inmiscuidos en la espiral del delito… atraviesan el hiperespacio Nico, Elías y el fotógrafo Ángel, hablándole de tú a semáforos carmesí… descenderán por un tobogán de corrupción hasta sus últimas consecuencias. En penumbras de separo unos oficiales muelen a madrazos un bulto gemebundo. El senador maquiavélico es aplaudido por militantes de su Partido. Torretas encendidas pintan el nerviosismo rojiazul. Desde un ángulo distinto, Nico pone los ojos en blanco exclamando ¡Ah, la Yurotsvo!

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"te vigilamos de cerca”… nadie estará a salvo de la verdad.

El soundtrack decrece conforme surgen cuadros en cámara lenta: occiso en el teatro del crimen, flanqueado por peritos que deliberan.

Oyes al narrador advertir: Pero cuando la cloaca se destape… separa la edición de momentos un audio de cartuchos cortados: observas el desconcierto que provoca en Elías recibir anónima una tarjeta donde lo amenazan “te vigilamos de cerca”… nadie estará a salvo de la verdad.

Luego un sicario cruza frente al edificio donde trabajan los reporteros y avienta tres granadas de fragmentación que detonan sucesivas, inflando una bola ígnea que causa estragos.

Conforme crece la explosión en slow comienzan los acordes del ¡Oh Fortuna! De la Carmina Burana.

– Osease que va lo mejor– Te frotas las manos y comes ansias porque para palomitas no te alcanza.

Otra llamada sorprende a Elías. Nico anuncia un trágico pésame – Mataron a Sheila.

Ocupa la pantalla una secuencia de instantes aleatorios pero álgidos, en carrusel frenético rumbo al clímax del movimiento: par de pistoleros adentro de un auto riñen y se disparan mientras el vehículo culebrea por periférico; encueratrices danzan sobre la pista; escamoteando solemne sesión del Cabildo de San Telmo se lían a trompadas los ediles, en torbellino de agresiones y heroico, para evitar que atropellaran a una indefensa regidora, Nico se lanza jalándola (y de paso le propina un manoseo galán, faje casi); Elías alucina por las calles; en la dirección general del periódico, Nico y el jefe planean el siguiente paso como en un ajedrez: – ¿Corroboraste los datos?– Pregunta el director. Asiente Nico– Entonces escríbelo.

Encabezados incriminatorios en las esquinas, ocho columnas de resistencia; el Gobernador con guayabera de lino azul, en elegante despacho, aporrea su puño en el escritorio y ruge (hay en tal hecho ambigüedad, pues no se distingue a ciencia cierta si su rictus enardecido se debe a las crónicas incómodas o a embates de gastritis lacerante, cuando en realidad exige al secretario una pastilla de Ranitidina).

El narrador cuadrafónico: Rafael Gómez Chí presenta, una historia violenta… cimbran platillos metálicos y címbalos al broche apoteósico del fondo en tanto el film se llena de fosforescencias, vivos fucsia, limón e índigo… El Delirio de un Alebrije pronunciado y leído en tipografía surrealista. Próximamente. Véala en Technicolor.

poemas en prosa a una diana Mario Carrillo* I Hay una mujer que convierte el aire en alimento, suele deambular los pabellones de mi piel y trazar la ruta de su nombre. Ella habla en el azufre, insiste en el rito del día para convidar su cuerpo de Venus tallado en seda. Yo soy su orfebre, mis manos-cincel deslizan el color febril de algunos sueños, imitando a las nubes arremolinadas en el ocaso.

II Es verdad que renace con la Luna, con el suave sabor que mora la playa estelar. Retorna envuelta en minerales y mantos infinitos para anidar el amor nocturno. En este juego de capullos, botones y cintas, descubro el cristal lunar de su espalda, cristal hirviente, onomástico de la sangre, su sangre de Diana.

III Las calles guardan las noches, los gatos y tu labio inferior, rutilante.

La luna está abierta, es el acceso a la locura de los cometas, incandescentes flores del mar galáctico. Recojo el velo de la memoria y te hallo ociosa de las madrugadas. Vendo a la muerte todos mis alientos por esta madrugada. Y es que, acaso terminaré la ruta a la bóveda, la construcción de una torre perdida hace muchos silencios o tal vez olvidada en la mente de algún sabio babilónico; aprenderé el lenguaje que indaga en tu número, irrepetible y cíclico tatuaje de la voz primera, para invocarte.

Quizá me está vedada la tierra, la mirada amarga de su gente, y mi vocación sea el óleo de los astros donde habitas. Eres el libro que pensé escribir sobre el espejo celeste, presente ausencia de la Luna. Eres la lluvia de visiones y corales por la que se juega uno la sed. * Mario A. Carrillo Ramírez-Valenzuela (Mérida, Yucatán, 1988) es estudiante de la licenciatura en Letras Hispánicas por la Universidad Modelo. Fue becario del FOECAY 2008 en literatura y escribe tanto narrativa como poesía. Es miembro de la Red Literaria del Sureste (www.

Ilustración: Bertha Gío

redliterariadelsureste.blogspot.com)

Nuestro artista en portada

DAVID SIERRA

E

l crruce de caminos que va de la abstracción a la figuración, es el motivo que identifica la obra de SIERRA. Lo que para otros la parte intangible de la vida no significa nada, para él resulta la materia prima de su conciencia crítica.

Es en 1978 que realiza su primera exhibición temática, sumando desde entonces más de 50 de manera individual y más de 100 de forma colectiva, todas ellas de caracter nacional como internacional, acumulando a su vez varios premios y reconocimientos por su trabajo.

Su estancia en la ciudad de N.Y. fué fundamental para su formación como artista de vanguardia, utilizando nuevos materiales y formas de expreción que le representan nuevos retos.Sus preocupaciones filosocicas marcan de manera significativa algunas de sus presntaciones, como: MEN WANTING TO BE GODS.(multimedia enviromet,N.Y. 1982),o VERDE DI RABIA.(instalación performance, México,D.F. 1983),o AMORTAJADO(pintura e instalación, Mérida 1994),o SON DEL EMBRION.(instalació n,performance,pintura yescultura,Mérida 2002).En otras presentaciones a manifestado una temática crítico social como: HUIROLANDIA(dibujos de gran formato,Mérida 1998),o IXCHELAS(pintura e instalación Mérida 2000),o MUJERES INSUMISAS,(pinturra e instalación, Mérida 2002),o EL SENTIDO DE LO ABSURDO(dibujo y pintura ,Mérida 2006),o CONTRA LA GUERRA(dibujo, pintura y escultura, Mérida 2008). Sin caer en un discurso pasivo, SIERRA no niega su origen, sin perder la oportunidad de desmitificarlo en muchas de las facetas de su obra.

Su constante preocupación sobre la cultura lo a llevado a crear la revista de artes visuales CAMALEON(premio nacional) y el programa de radio sobre artes visuales SONIDOS DELARTE. Con cautela y perseverancia SIERRA logra reinventarse en cada temática que encarna, equilibrando su trabajo entre el genio de la diciplina y la gimnacia de la pasión.