Semana Santa Popayán

MARZO 2021 / ISSN 2665-3591

Procesiones de Popayán: evangelio, cultura e identidad

FOTO: JOSÉ MARIA ARBOLEDA.

POR: OMAR ALBERTO SÀNCHEZ CUBILLOS

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ARZOBISPO DE POPAYÁN

l evangelio de Cristo, fue asumiendo las diferentes manifestaciones culturales de las comunidades a donde llegaba. Aunque todo inició con Jesús de Nazaret en la región judía, rápidamente se encontró con el ambiente helenista, luego el romano y seguidamente con otros en todas las latitudes del planeta. De esta manera nuestra liturgia, conformada por variados elementos literarios, musicales y artísticos, se fue enriqueciendo con manifestaciones culturales, a través de las cuales celebramos nuestra relación con el Señor.

Dentro de las celebraciones litúrgicas que paulatinamente fueron surgiendo, están las procesiones de Semana Santa, que es una catequesis andante, pues las hermosas representaciones artísticas con sus colores y formas, buscan llevar a la meditación de la Pasión del Señor a las

almas de que en ellas participan. Las procesiones que llegaron a nuestro continente, fueron de herencia sevillana, pues hasta 1546 la actividad eclesiástica de América dependía de España, en nuestro caso de Sevilla, hasta que fueron creadas jurisdicciones eclesiásticas autónomas, entre ellas la Diócesis de Popayán en 1546, elevada a categoría de Arquidiócesis en el año 1900.

Corría el año 1556, cuando se organizó la primera procesión en el marco de la Semana Santa, obviamente fue algo sencillo, pocos pasos o imágenes, pero fue un acto muy popular y piadoso, se realizó sin pretender ser la semilla de la gran tradición que hoy identifica mundialmente a nuestra Asunción de Popayán, fundada en 1537. El siglo XVIII es conocido como el siglo de oro de la Semana Santa ‘Patoja’, pues surgen más cofradías, se incrementan los pasos y las procesiones, también se vincula el clero y fieles de los otros templos. A las procesiones, se

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fueron incrementando año tras año más devotos, más reconocimiento nacional y mundial. En el año 1937 surge la Junta Permanente Pro Semana Santa.

La Procesiones de Semana Santa, así como muchas prácticas y devociones de nuestra fe católica, forjan identidad cultural porque surgen del corazón del pueblo hacia el Señor. El pueblo caucano rápidamente acogió y adaptó la tradición procesional, en muchos municipios aledaños también las organizaron, haciendo de ellas el modo de iluminar con la fe, los diferentes momentos históricos de su caminar. Las sahumadoras, los cargueros, los síndicos y los alumbrantes, caminan por las calles de nuestro Cauca, desafiando las circunstancias, que como ráfaga de viento, han intentado apagar el cirio del devoto alumbrante que camina firme, porque confía en Aquel que dijo “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (San Juan 8,12).

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ISSN 2665-3591

CREDITOS Carátula Procesión del Señor de la Veracruz, Jueves Santo, Fotografía: José Luis Pérez D. Agradecimientos Arquidiócesis de Popayán Red de Museos del Cauca Esther Aparicio - España Ramón Morcillo - España Cesar Tenorio Gneco, UNAM, México Tulio Mosquera Ricardo Martìnez Mahecha Autor, Dirección General y Edición de Contenidos José Dueñas - Periodista Cultural - CNP, Escritor - ACE Revisión de Textos Guillermo Muñoz Diseño Gráfico y Diagramación Eduardo Cajas C. - Jose Dueñas Fotografía José María Arboleda C. José Luis Pérez D. Antonio Muñoz Carrión - Antropólogo, España, Patrimonio Inmaterial Junior Segura Ramón Morcillo- Cieza, España Fabián Díaz Luis Fernando García Bravo - Ecce Homo, Terremoto de 1983 Emmanuel Baos V. Fundaciòn Efraín Martínez SEMANA SANTA DE POPAYÁN, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ISSN 2665-3591 Carrera 4 No. 0- 93, Sector Histórico, Oficina 304 Teléfono movil: 316 680 3781 Email: enlaradio1040am@gmail.com Marzo 2021, Popayán- Cauca – Colombia © Todos los derechos reservados: prohibida la reproducción total o parcial de la obra, sin autorización de su Autor.

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CONTENIDO El Pregonero

Tulio Mosquera Guevara, Carguero, ex Presidente de la Junta Permanente Pro Semana Santa; recibió la Alcayata de Oro reconocimiento como Decano de la Orden de la Alcayata; y además es Cofrade de Honor de la Real Cofradía del Santo Sepulcro de Murcia, España.

Gran Exposición de pasos

Misa de Domingo de Ramos Se conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén.

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Desde España, Esther Aparicio Rabanedo, Máster en Gestión del Patrimonio Cultural; nos ilustra sobre el “Patrimonio Cultural Inmaterial”

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de la Procesión del Lunes Santo. Centro de Convensiones.

Casa de la Moneda

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“Arte Barroco en Popayán”.

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El Phd. in Art Education, Guido E. Enríquez Ruiz.

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Exposición Fotográfica Internacional,

del Español Ramón Morcillo, ganador del Premio fotografía de la Semana Santa en Cieza, España.

“Santo Ecce Homo,

Patrono de Popayán”.El Magister en Historia Eclesiástica Pbro. Raúl Ortiz Toro, comparte su investigación.

Arquitecto Adolfo Dueñas:

Una Investigación Periodística de José Dueñas

La extraña y curiosa relación de los patojos con su Iglesia; de Escritor y Poeta Marco Antonio Valencia.

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“Breve historia de la Arquitectura desarrollada en Popayán”

Recuerdo de Semana Santa:

del Poeta y filólogo Felipe García Quintero

Programación Red de Museo del Cauca; Breve sinopsis y Exposiciones.

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EDITORIAL

La Semana Santa de Popayán, en tiempos de Pandemia

“En Popayán, sus hidalgos y sus pecheros, sus damas y sus ñapangas, durmieron todo el año, y solo despertaron, al son de la plegaria que tocaban las campanas, para percatarse que las Procesiones de su Semana Santa, se habían suspendido” POR: JOSÉ DUEÑAS

AUTOR, PERIODISTA CULTURAL PREMIO DEL PERIODISMO ANTONIO JOSÉ CABALLERO

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ué otro oficio permite a uno vivir la historia en el instante mismo de su devenir y también ser un testimonio directo…? El periodismo, es ese privilegio extraordinario y terrible a la vez; tras la suspensión por segundo año consecutivo de las Procesiones de la Semana Santa de Popayán, en tiempos de Pandemia.

Y tal como lo dogmatizó la periodista italiana Oriana Fallaci, en su frase: “No es raro, cuando me encuentro ante un acontecimiento importante, que sienta la angustia y el miedo de no tener bastantes ojos, bastante oídos y bastante cerebro para ver, oír y comprender, como una polilla infiltrada en la madera de la historia”.

Y es que nos asaltan sentimientos de desasosiego, el desconsuelo y tribulación por la “herida de muerte”, de este Patrimonio Cultural Inmaterial tan frágil y vulnerable- tal como lo concibe la española Máster en Gestión del Patrimonio Cultural, Esther Aparicio Rabanedo. Primero por suspender su carácter sistémico; segundo, porque se habla muy poco de conservación, pero mucho de explotación; además porque se considera como un recurso, lo que ante todo es un ‘Bien Cultural de Popayán, de la Nación y del mundo’; y tercero, porque este Patrimonio Cultural Inmaterial tiene vida propia, se mantiene por la voluntad de los cargueros, de los síndicos, los regidores, de las sahumadoras, las instituciones eclesiásticas y los habitantes de Popayán, que son quienes originan, salvaguardan y contribuyen permanentemente a la integración, interacción y evolución.

Pero, la supervivencia de las Procesiones de Semana Santa de Popayán, están determinadas por las relaciones entre todos los elementos que las hacen posible. Igualmente como Patrimonio Cultural Inmaterial, tiene sus propias “Leyes” que le permiten constituirse y fundamentarse; y las mutaciones y desequilibrios comienzan cuando esas leyes se trasgreden y alteran; como la reiterada suspensión de las Procesiones de Semana Santa. Por ejemplo

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“la ‘Ley de Pertenencia’, que define que cualquier miembro de un sistema, tiene derecho a pertenecer a él; las ‘Leyes que Regulan el don’, que es el equilibrio entre el dar y el recibir, y la confianza se quiebra y el estipendio del productor de la festividad se disgusta; y la ‘Ley de la Prevalencia o de la Jerarquía’, que nos enseña que hay elementos más importantes, como los portadores de la tradición, que son la piedra angular en esta jerarquía”.

Para vislumbrar la segunda suspensión de los solemnes desfiles procesionales de la Semana Santa de Popayán, semeja a la veda de la sabía y vitalidad que circula frenéticamente por las venas de los payaneses y semanasanteros, que por más de 465 años ininterrumpidos salvaguardan este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Por tanto, trataremos de hilar este acontecimiento, en una trama histórica, social, cultural, política, patrimonial y socio antropológico.

En cada encrucijada del sendero que lleva al futuro, la tradición ha colocado más de diez mil hombres para custodiar su pasado, su solemnidad, su memoria, su devoción, su carácter espiritual y su propia identidad. Porque la verdadera tradición no es sirviente del tiempo, no está sometida en el presente, ni menos aún emana del pasado y tampoco desciende del futuro. Porque “Popayán vive para la Semana Santa”, tal como lo certifico el afamado historiador del arte español Santiago Sebastián.

La ciudad de Popayán, ha soportado la furia sísmica de doce (12) terremotos, registrados en los archivos de su historia, infortunios que no lograron destruir su semblante Colonial y mucho menos la eterna tradición y magnificencia de las Procesiones de la Semana Santa; pues la tenacidad de sus habitantes, hacendados y mineros reconstruyeron la ciudad una y otra vez con mayores pompas.

Igualmente en Popayán acaecieron cerca de veintidós (22) saqueos, expolios y decenas de guerras domésticas por múltiples actores, entre realistas y federalistas, entre liberales, conservadores y revolucionarios; pero la independencia de Colombia en gran parte se P A T R I M O N I O C U LT U R A L I N M A T E R I A L D E L A H U M A N I D A D

debió, tal como lo atestiguó el propio Simón Bolívar y Santander, a la prodigalidad, generosidad y altruismo de las gentes de Popayán. A si también los habitantes de Popayán debieron afrontar una decena de epidemias, de viruelas, de sarampión, tabardillo y otras no especificadas, entre los años: 1559, 1566, 1584, 1587 y 1588, con fieles testimonios de cronistas, como Jaime Arroyo, Juan Fride, Andrés Soriano Lleras y José María Groot; y así también, sus habitantes y jerarcas salieron triunfantes y airosos de estas duras pruebas epidemiológicas en su historia. ¡Hoy la historia alinea a los ciudadanos de Popayán, a la Junta Permanente Pro Semana Santa, a los semanasanteros, a los empresarios, comerciantes, como a también a los mandatarios, en otra prueba y tribulación; con la declaratoria mundial de “Pandemia del Coronavirus”, que golpea las fronteras del departamento de Popayán y el Cauca; y amenaza con la expiración y contagio a sus habitantes!

Nada mejor para ilustrar los sentimientos encontrados de los habitantes de la ciudad de Popayán, en el actual momento histórico, que rescatar una cita del eminente Ph D. en Antropología Hernán Torres, en su obra “Bajo el peso de la tradición”, de la exquisita pieza fidedigna del arqueólogo y antropólogo canadiense Andrew Hunter Whiteford, en su cita, sobre las Procesiones de la Semana Santa de Popayán: “El pueblo de Popayán, sus hidalgos y sus pecheros, sus damas y sus ñapangas, duermen todo el año y no se despiertan sino dos veces, una al son de la plegaria que tocan las campanas en Semana Santa y otra al son del pífano que tocan los disfrazados en la fiesta de los Negritos, en los últimos días de diciembre. Esto no impide que si hay guerra, estén despiertos todo el año”. ¡Simulando al premio Nobel Gabriel García Márquez, la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos; y gracias a ese artificio y a la resiliencia natural de los payaneses, la tradición de las Procesiones de la Semana Santa de Popayán sobrevivirá eternamente!

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FOTO: JOSÉ MARIA ARBOLEDA.

Avancemos con fe y esperanza POR: ELÍAS LARRAHONDO CARABALÍ

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GOBERNADOR DEL CAUCA

os caucanos recibimos año a año con afecto a propios y visitantes en la tradicional Semana Santa de Popayán, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el año 2009, instrumento para la salvaguarda, la promoción y la protección de la más antigua y bella tradición de la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en nuestro País y América Latina.

Hace un año, ante las circunstancias de la pandemia mundial de la Covid-19 que obligó el aislamiento preventivo y nos cambió la dinámica social por completo, las tradicionales procesiones nocturnas de Popayán, como sus réplicas en barrios y otros municipios del departamento del Cauca, como Santander de Quilichao, Caloto, Silvia y Timbío, principalmente, con un profundo arraigo en esta tradición católica, debieron suspenderse, dando prioridad a la defensa de la vida.

Muy a pesar de que los pasos se guardaron, las alcayatas se colgaron, los cargueros y todos los personajes que protagonizan esta histórica tradición semanasantera, siguen firmes en su compromiso, defen-

diendo la tradición y el legado de más de 460 años de historia, atentos a nueva orden de volver a las calles con la más arraigada expresión de la cultura religiosa de nuestra región.

El momento histórico así lo ha demandado y estamos seguros que el regreso estará matizado por el entusiasmo y la esperanza de todos los caucanos en que vendrán mejores tiempos, como expresión de nuestra resiliencia y compromiso para avanzar en el cambio social a estadios de paz y convivencia general.

Muchos igualmente visitarán nuestros territorios en esta época; para recorrer y conocer nuestro departamento siempre será una grata experiencia de vida, por la memoria que guardan nuestras calles, caminos y ciudades, la riqueza de nuestros contrastes naturales, la diversidad étnica y cultural que nos distingue, y es nuestro deseo que todos podamos vivir ese tiempo de recogimiento y fortalecimiento espiritual que tanto nos convoca el momento histórico que estamos pasando.

Los caucanos, representados en todos los estamentos de la sociedad, hemos reafirmado en este tiempo, el compromiso con un pedido a gritos como es la defensa

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de la vida, los derechos humanos, el territorio la paz y por ello invitamos a propios y visitantes para que esta Semana Santa inspire en todos los mejores sentimientos de fe y esperanza, para que la armonía interior se haga expresión en nuestro compartir cotidiano en mejores tiempos, que sin duda están por venir. ¡Que el Dios de la vida nos bendiga grandemente!

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EL PREGÓN

JUEVES 25 DE MARZO DE 2021

Pregonero: Tulio Enrique Mosquera Guevara.

Templo de Santo Domingo, 7:00 p.m.

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l Pregón: Este es un acto social, con un exquisito contenido académico y literario de la Junta Permanente Pro Semana Santa y la Comunidad Semanasantera; estará a cargo por el Pregonero Tulio Enrique Mosquera Guevara. En el Pregón se da a conocer a la ciudadanía de Popayán, el Cauca, la sociedad colombiana y la comunidad internacional, la mirada íntima, solemne e inspiradora de la importancia, trascendencia y significado de la Semana Mayor - Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pregonero, Tulio Enrique Mosquera Guevara.

Nacido en Popayán, el 31 de julio de 1950. Abogado egresado de la Universidad del Cauca. Especialista en Derecho Administrativo de la misma Alma Mater. Dedicado al servicio público, desempeñó cargos, entre otros, de Subdirector de la CRC, Gerente Departamental Cauca de Telecom, Director Territorial de Caprecom, Vicerrector de Cultura y Bienestar de la Universidad del Cauca, Juez Administrativo del Circuito de Popayán y Magistrado del Tribunal Administrativo del Cauca.

Carguero de las Procesiones de Semana Santa desde 1964 hasta 2011, año en que recibió la Alcayata de Oro con el reconocimiento como Decano de la Orden de la Alcayata. Presidente de la Junta Permanente Pro Semana Santa de Popayán de 2004 a 2006, habiéndole correspondido en tal calidad la organización de la conmemoración de los 450 años de existencia de nuestra más hermosa tradición. Conferencista en los Primero y Tercero Congresos Internacionales de Juntas, Hermandades y Cofradías Semanasanteras.

Tulio Enrique Mosquera, es Cofrade de Honor de la Real Cofradía del Santo Sepulcro de Murcia, España.

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DOMINGO DE RAMOS 28 DE MARZO 2021.

Misa del Domingo de Ramos, Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción de Popayán.

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l Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, también el final de la Cuaresma, de acuerdo a los evangelios del Nuevo Testamento, Jesús de Nazaret entró triunfalmente en Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamaba como el hijo de Dios, después se producirá la Pasión, la Muerte y la Resurrección. En esta celebración religiosa, se conmemora la entrada de Jesucristo en Jerusalén, dando inicio a la Semana Santa.

Antes de entrar a Jerusalén, Jesús se había detenido en Betania y Betfagé. El evangelio de Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas María y Marta. Ahí, se narra que Jesús envió a dos discípulos a la aldea cercana, con órdenes de recuperar un burrito que había sido atado, pero nunca montado y dijo “Si os preguntan, decid que el Señor necesita el burrito, y que les será devuelto luego”.

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LUNES SANTO

LUNES, 29 MARZO DE 2021 Gran Exposición de pasos de la Procesión del Lunes Santo Centro de Convenciones Casa de la Moneda de Popayán

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on la articulación de la Coordinadora de Cultura de la Gobernación del Cauca Enelia Salinas Chivatá y el Presidente de la Asociación Junta Procesional del Lunes Santo, Luis Eduardo Ayerbe González; se confirma la gran Exposición de pasos de la Procesión Lunes Santo, tras cumplir 5 años de recuperada, que se llevará a cabo en el Centro de Convenciones Casa de la Moneda de Popayán. Los días Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo, cumpliendo con estrictos protocolos de bioseguridad, propios y turistas podrán visitar de manera gratuita la puesta en escena de doce pasos completamente ornamentados, entre los que se encuentran: La Eucaristía, La Dolorosa de Yanaconas, La Cruz a Cuestas de Bello Horizonte, el Ecce Homo de Cargachiquillo – Polindara, el Cristo en Agonía y 7 Apóstoles.

1943, realizó una investigación histórica, sobre la Procesión del “Lunes Santo”, con el objeto de restablecer la procesión suprimida por fuerza mayor, infortunadamente Monseñor González fallecería sin lograr su magnífico proyecto. Los Pasos del desfile solemne eran: “San Miguel”, “San Juan”, “La Magdalena”, “La Verónica”, el paso de “El Huerto”, “La Negación o San Pedro”, “El Señor Caído”, “Santo Ecce-Homo”, “La Cruz a Cuestas”, “Santo Cristo” y la “Virgen de los Dolores”.

La recuperación de la Procesión del “Lunes Santo”

La Procesión del “Lunes Santo” estaba instituía en la Catedral Basílica Nuestra Señora de la Asunción de Popayán, hasta el año 1885, cuando el templo quedo destruido por un fuerte terremoto, la iglesia catedralicia que estaba situada donde hoy está el Palacio Arzobispal y cuyo campanario era la Torre del Reloj.

La Iglesia San José, funcionó como sede del obispo, siendo así la iglesia principal de la diócesis, hasta la construcción de la actual Catedral. La ciudad de Popayán de la época contaba con 25.000 habitantes y la Procesión del “Lunes Santo” se albergó pro tempore en la Iglesia San José, hasta el año 1906, año en que se suspendió.

Fue el arquitecto Luis Eduardo Ayerbe González, también Síndico del paso “El descendimiento” del Viernes Santo, quien presentó el componente histórico y el valor patrimonial de las Procesiones de Popayán, que representan La Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, con solemnes desfiles de pasos que simbolizan los hechos narrados en los Santos Evangelios. El Proyecto de recuperación de la “Procesión Lunes Santo”, fue la institución del pasaje evangélico de “La Sagrada Eucaristía”, que representa a “El Señor sedente”, frente a una mesa, bendiciendo la ofrenda, y cada imagen de los Doce Apóstoles y su adecuación a las Procesiones de Semana Santa, para lograr recuperar la suspendida Procesión del “Lunes Santo”.

El Arzobispo de Popayán Juan Manuel González Arbeláez, allá por el año

La Última Cena y los Doce Apóstoles, Los Doce Apóstoles, a quienes Cristo

Historia de la Procesión del Lunes Santo

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encomendó las tareas que llevarían a cabo; desde la fidelidad a su doctrina, hasta la proclamación de la misma. Son ellos: San Pedro, San Andrés, Santiago el Mayor, Santiago el Menor, San Juan, San Felipe, San Bartolomé, San Tomas, San Mateo, San Judas Tadeo, Simón y Judas Iscariote. Un selecto Grupo de Artesanos de San Antonio de Ibarra, Ecuador, esculpieron las once imágenes de los Apóstoles del Lunes Santo; la fuente de estas esculturas, son los lienzos traídos por Don Julio Arboleda de la ciudad de Pisa, Italia, y que hoy reposan en el Museo Arquidiocesano de Arte Religiosos de Popayán.

Es de destacar que cada uno de los cuadros del Apostolado de San Francisco, cada apóstol, va con el elemento símbolo de su martirio, pues bien éstas características han sido exactamente tallados por los Maestros.

Y la imagen central “El Señor sedente” dominando toda la escena bíblica, en una fiel y perfecta reproducción de tallas en madera, por Artistas ecuatorianos.

El proyecto inicial, propuso el Templo de San José, como sede de la Procesión del “Lunes Santo”, ya que albergó la procesión después del terremoto de 1885 hasta el año 1906, la Procesión sería de 19 pasos, que daría cabida a 17 Síndicos, 152 nuevos Cargueros, nuevas Sahumadoras y Regidores, al igual que lograría involucrar al estudiantado de la Fundación Universitaria de Popayán, la ciudadanía de Popayán y las Colonias Caucanas.

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EXPOSICIÓN DE PASOS EN

PROCESIÓN DE NUESTRA SEÑORA �LA VIRGEN DE LOS DOLORES� MARTES SANTO, 30 DE MARZO DE 2021.

TEMPLOS HISTÓRICOS DE POPAYÁN

Cristo de la Sed Virgen de los Dolores

TEMPLO DE SAN AGUSTÍN

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a celebración de la Semana Santa, reflexiona acerca de diversos pasajes de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. En la Liturgia de Martes Santo, en el Evangelio del Martes Santo, Jesús anticipa a sus discípulos la traición de Judas y las Negaciones de San Pedro. El texto es de San Juan: En aquel tiempo, Jesús, profundamente, dijo: “Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar”.

Flores Blancas: Simbolizan la pureza de la víctima, Jesucristo

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Celebración del miércoles santo en ciudades de España; Procesiones declaradas de Interés Turístico Internacional Sevilla: Hacen su Estación de Penitencia El Cerro, Los Javieres, San Esteban, Los Estudiantes, San Benito, La Candelaria, El Dulce Nombre y Santa Cruz.

Cáceres. En esta jornada sale la Cofradía de los Ramos, con el paso de Jesús del Perdón; la Hermandad de Jesús de la Lealtad Despojado y la Cofradía del Amparo, con el Cristo del Amparo, durante el cual se celebra la ceremonia de las Siete Palabras.

Cartagena. La Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas (Californios) organiza los traslados procesionales San Pedro, San Juan y Santiago desde diversas dependencias militares.

En Cádiz: Procesionan las cofradías de Piedad, El Caído, Sanidad, Columna y Ecce-Homo.

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EXPOSICIÓN DE PASOS EN

TEMPLOS HISTÓRICOS DE POPAYÁN

PROCESIÓN DEL AMO JESÚS

Cristo en Agonía La Dolorosa

MIÉRCOLES SANTO, 31 MARZO DE 2021.

Flores Rosadas: Expresan el gozo de la humanidad por su inmediata redención TEMPLO LA ERMITA DE JESÚS NAZARENO

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a primera parte de la Semana Santa cristiana llega a su fin con la celebración del Miércoles Santo. El Miércoles Santo es el último día completo de la Cuaresma, previo al comienzo del Triduo Pascual el día siguiente. El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín con Judas Iscariote, el tribunal religio-

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so judío, para condenar a Jesús.

Liturgia del Miércoles Santo- El Evangelio del Miércoles Santo, continúa con la traición de Judas Iscariote en este caso en relato de San Mateo: En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: -¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego? Ellos

se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. Santa Celebración del Miércoles Santo- La Semana Santa se celebra con diferentes manifestaciones religiosas, como las procesiones o las representaciones o escenificaciones de la Pasión. Jesús fue vendido por Judas.

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Miércoles Santo en ciudades de España Procesiones declaradas de Interés Turístico Internacional Sevilla: Hacen estación de penitencia a la Catedral nueve hermandades de penitencia las cuales son: El Carmen Doloroso, La Sed, San Bernardo, El Buen Fin, La Lanzada, El Baratillo, Cristo de Burgos, Las Siete Palabras y Los Panaderos.

Cáceres: Sale este día la Cofradía de los Ramos con el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza desde San Juan; la Cofradía del Humilladero, con el Cristo de la Preciosa Sangre en Vía crucis por las calles del Barrio de Llopis Iborra y del Espíritu Santo; y la Cofradía del Cristo Negro, desde la Concatedral de Santa María, siendo esta procesión la más característica de la Semana Santa cacereña.

Cartagena: La Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas (Californios) pone en la calle su cortejo principal, la Magna Procesión del Prendimiento: Santa Cena, Oración en el Huerto, Ósculo, Prendimiento, Juicio de Jesús, Arrepentimiento de San Pedro, Flagelación, Coronación de Espinas, Sentencia, Santiago, San Pedro, San Juan y la Virgen del Primer Dolor.

En Zamora: el Miércoles Santo procesional la Real Cofradía del Santísimo Cristo de las Injurias, también llamada cofradía del Silencio, con la imagen del Cristo de las Injurias, la hermandad de Penitencia o “Las Capas Pardas”.

Cuenca: Procesión del Silencio, con los pasos de la Santa Cena, Jesús

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Orando en el Huerto (de San Esteban), Beso de Judas, San Pedro Apóstol, La Negación de San Pedro, Jesús ante Anás (Ecce Homo de San Miguel) y Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Apóstol.

Málaga: Con las cofradías de Mediadora, Salesianos, Fusionadas, Paloma, El Rico, Sangre y Expiración.

Murcia: Procesiona otra de las Cofradías más tradicionales y populares de la ciudad, la Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, popularmente conocida como Los Coloraos por el color de sus túnicas. Desfilan 11 hermandades, entre ellas la del Santísimo Cristo de la Sangre (imagen de Nicolás de Bussy del siglo XVII).

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EXPOSICIÓN DE PASOS EN

TEMPLOS HISTÓRICOS DE POPAYÁN

PROCESIÓN DEL SEÑOR DE LA VERACRUZ

La Cruz a Cuestas El Calvario

JUEVES SANTO, 9 DE ABRIL DE 2020

Flores Rojas: Simbolizan el infinito amor que expresó Cristo al instituir la Sagrada Eucaristía.

TEMPLO DE SAN FRANCISCO

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l Jueves Santo es una fiesta cristiana, anual y tradicional, que se celebra el jueves anterior al Domingo de Resurrección, dentro de la Semana Santa, cierra el Ciclo Cuaresmal y abre el Triduo Pascual al atardecer de este día. En este día la Iglesia católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús.

Liturgia del Jueves Santo El Jueves Santo se conmemora la Institución de la Eucaristía en la celebración de los Santos Oficios. Más tarde, en la denominada hora santa, se rememora la agonía y oración de Jesús en el huerto de los olivos, la traición de Judas y el prendimiento de Jesús.

Misa Crismal En el Jueves Santo por la mañana, siendo Cuaresma, se oficia la llamada “Misa Crismal”, que es presidida por el obispo diocesano y concelebrada por su presbiterio. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los demás óleos, que se emplearán en la administración de los principales sacramentos. Junto a ello, los sacerdotes renuevan sus promesas realizadas el día de su ordenación. Es una manifestación de la comunión existente entre el obispo y sus presbíteros en el sacerdocio y ministerio de Cristo. Es recomendable litúrgicamente, y es de práctica común celebrarla en la catedral.

Historia El Jueves Santo Jesús cenó la Pas-

cua con sus apóstoles o discípulos, siguiendo la tradición judía, ya que según esta se debía cenar un cordero puro y del año; con la sangre de este se debía rociar la puerta en señal de purificación, puesto que si no se hacía así, el ángel exterminador entraría en la casa y mataría al primogénito de esa familia (décima plaga), según lo relatado en el libro del Éxodo.

Celebración del Jueves Santo en España- Junto a las celebraciones litúrgicas del Jueves Santo, las procesiones de Semana Santa- Procesiones declaradas de Interés Turístico Internacional En Cartagena: (Murcia) la Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas (Californios)

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organiza la Procesión del Silencio, una solemne procesión de luto en ausencia total de música y luz, tan sólo la iluminación de cera de los hachotes de los penitentes (o capirotes) y el sonido de los tambores con sordina, junto con las saetas.

En Granada: Procesionan la Real Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Redención y Nuestra Señora de la Salud (conocida como “los salesianos”); la Real, Venerable e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de la Aurora; la Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima de la Estrella; la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús del Amor y la Entrega y María Santísima de la Concepción (“la Concha”); y la Pontificia y Real Hermandad Sacramental del Seór San José y Ánimas

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y Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia (“el Silencio”). Se combinan las cofradías de barrio, muy queridas en el Albaicín (Estrella, Concha, Aurora) con la seriedad y prestigio del Silencio.

En Cieza: (Murcia) el Jueves Santo invita al recogimiento y a la reflexión con sus dos Procesiones: en esa tarde de mantillas, la de los Hijos de María; a las doce en punto de la noche, la Procesión del Silencio.

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EXPOSICIÓN DE PASOS EN

TEMPLOS HISTÓRICOS DE POPAYÁN

PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO DE CRISTO

Santo Cristo Santo Sepulcro

VIERNES SANTO, 10 DE ABRIL DE 2020

TEMPLO DE SANTO DOMINGO O NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

E

l Viernes Santo es una de las más representativas y profundas conmemoraciones del cristianismo. Es el quinto día de la Semana Santa y en él

se recuerda la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret. En este día, la Iglesia católica manda a sus fieles guardar ayuno y abstinencia de carne como penitencia. Otros grupos

como los cristianos, como ortodoxos, anglicanos, luteranos, metodistas y ortodoxos orientales, también conmemoran esta fecha.

Flores Moradas: Simbolizan el reflejo del sufrimiento del penitente. Y nos invita al ayuno, a la oración, al arrepentimiento y a la penitencia.

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P A T R I M O N I O C U LT U R A L I N M A T E R I A L D E L A H U M A N I D A D

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Iglesia católica- Liturgia En la religión católica, en este día no se celebra la eucaristía, como el Sábado Santo. En su lugar, se celebra la “Liturgia de la Pasión del Señor” a media tarde del viernes, a las 15:00, hora en la que se ha situado la muerte de Jesús en la cruz. Por razones pastorales puede anticiparse o celebrarse más tarde, aunque en ningún caso la celebración puede comenzar antes de las 12:00 ni concluir pasadas las 18:00.

El sacerdote y el diácono visten ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz. Los obispos participan en esta celebración sin báculo y despojados de su anillo pastoral. Antes de iniciar la celebración, el templo se presenta con las luces apagadas, y de no ser posible, a media luz. El altar y los laterales se encuentran sin manteles ni adornos, mientras que a un costado de este ha de disponerse un pedestal para colocar en él la santa cruz que será ofrecida a veneración.

El comienzo de esta celebración es en silencio. El sacerdote se postra frente al altar, con el rostro en tierra, recordando la agonía de Jesús. El diácono, los ministros y los fieles se arrodillan en silencio unos instantes. El sacerdote, ya puesto de pie, se dirige a la sede donde reza una oración (a modo de oración colecta).

En seguida, estando los fieles sentados, se inicia la Liturgia de la Palabra: se proclaman dos lecturas, la primera del profeta Isaías (el siervo sufriente) y la segunda de la Carta a los Hebreos, intercaladas por un salmo (“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”).

Después de la segunda lectura, sin aclamación, se proclama el relato completo de la “Pasión según san Juan”, en cuya lectura pueden participar varias personas, leyéndose los papeles de Jesús (por el diácono o el sacerdote), el cronista por una persona y el Sanedrín (las personas que aparecen en el relato) por otro, siendo un seglar el que informa de lo que se va a ir realizando a lo largo de esta celebración, al igual que en el día anterior. La homilía es algo más breve de lo habitual debido a lo extenso del Evangelio.

La Liturgia de la Palabra finaliza con la “Oración universal”, hecha de manera solemne. Se ora por la Iglesia, por el papa, por todos los ministerios —obispos, presbíteros y diáconos— y por los fieles, por los catecúmenos, por la unidad de los cristianos, por los judíos, por los que no creen en Cristo, por los que no creen en Dios, por los gobernantes, y por los atribulados.

También es costumbre en algunos lugares la meditación de las Siete Palabras que Jesús pronunció en la Cruz. En otros sitios se celebra la procesión del Santo Entierro y el turno de vela ante el sepulcro.

En muchos lugares por la mañana del Viernes Santo, al igual que al día siguiente, suelen predicarse retiros espirituales y se dispone de sacerdo-

tes atendiendo confesiones.

El Viernes Santo y el Sábado Santo (antes de la Vigilia de la Resurrección) son los únicos días del calendario litúrgico católico donde no se celebra la Misa, como luto por la muerte del Señor. Las campanas permanecen mudas, siendo sustituidas en algunos lugares por matracas de madera. Tampoco el órgano suena, excepto para marcar el tono, y se evita el canto polifónico.

Es costumbre también que todas las limosnas recogidas en las iglesias católicas del mundo en este día son donadas a la Custodia de Tierra Santa para el sostenimiento de los santos lugares.

Es generalizada la salida de procesiones en España, especialmente en Sevilla y Granada. Semana Santa en Granada.

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EXPOSICIÓN DE PASOS EN

PROCESIÓN DEL SEÑOR DE LA VERACRUZ

TEMPLOS HISTÓRICOS DE POPAYÁN

Cirio Pascual Amo Ecce Hommo

SÁBADO SANTO, 11 DE ABRIL DE 2020

Flores: Multicolores, simbolizan el triunfo de la redención que Cristo alcanzó para el género humano, con su vida, muerte y resurrección.

LA CATEDRAL BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN

E

l Sábado Santo es el nombre que algunas denominaciones cristianas dan al sábado de la semana del primer plenilunio de primavera. Es el segundo día y medio del Triduo Pascual, que concluye el Domingo de Resurrección culminando así para los cristianos la Semana Santa. Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz, se espera el momento de la Resurrección. Es la conmemoración de

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Jesús en el sepulcro y su Descenso al Abismo. Una vez ha anochecido, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual.

Liturgia del Sábado Santo en las distintas confesiones cristianas- Iglesia católica El Sábado Santo es un día de luto, pues se trata de un día de silencio, no hay celebración eucarística. En la Iglesia católica también se conmemora la

Soledad de María después de llevar al sepulcro a Cristo, quedando en compañía del Apóstol Juan. Pueden ser expuestas en la Iglesia, a la veneración de los fieles, la imagen de Cristo crucificado, o en el sepulcro, o descendiendo a los Infiernos, ya que ilustran el misterio del Sábado Santo. Hoy la Iglesia se abstiene absolutamente del sacrificio de la Misa, al igual que el Viernes Santo. La Sagrada Comunión puede darse solamente como viático.

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No se conceda celebrar el Matrimonio, ni administrar otros sacramentos, a excepción de la Penitencia y la Unción de los Enfermos. En algunos lugares durante la noche de vigilia pascual, se realiza de forma simbólica la bendición del fuego y el agua.

Hasta la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Annibal Bugnini) se llamaba a este día Sábado de Gloria, pues la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en la mañana del sábado, debido a la norma del ayuno preparatorio a la Comunión sacramental desde la medianoche precedente. Considerando que el Viernes Santo ya había sido día de ayuno, era excesivo prolongarlo un día más casi

completo. En 1951 Pío XII permitió, mediante el decreto “Dominicae Resurrectionis” de 9 de febrero (Vid. AAS 43 (1951), pp. 128-129), que la vigilia se realizase de noche, lo que fue obligatorio tras el decreto “Maxima Redemptionis” de 16 de noviembre de 1955 (Vid. AAS 47 (1955), pp. 838841). Desde entonces dicha Vigilia se celebra más razonablemente en horas de la noche, el Sábado Santo queda para los católicos más como un día de espera, expectante por la gran celebración que tendrá lugar unas horas más tarde. Esto se vio facilitado también por la reforma al ayuno preparatorio a tres horas antes de comulgar.

El Concilio Vaticano II actualmente tiene fijado el ayuno en una hora antes de la comunión.

Aunque en muchos lugares sigue denominándose así por la costumbre, su uso es incorrecto. No obstante, dado el status quo entre las iglesias cristianas respecto a las celebraciones litúrgicas en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, como a la Iglesia católica le corresponden las horas de la mañana para sus oficios, la Vigilia Pascual sigue realizándose el sábado por la mañana en dicho lugar.

Como no puede celebrarse ningún rito oficial durante el día, se suelen predicar retiros espirituales, y en muchos lugares también los sacerdotes durante el día atienden confesiones.

También es costumbre en algunos templos el rezo de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles seglares.

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Sin emoción no hay festividad

Bercianos de Aliste. / Foto: Antonio Muñoz Carrión, España.

POR: ESTHER APARICIO RABANEDO

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n muchas ocasiones, cuando los arqueólogos trabajan en un yacimiento valioso, llega un momento en que su actuación es lenta y cuidadosa. Saben de sobra que al contacto con una atmósfera nueva los restos se pueden alterar e incluso desaparecer. Así que toman medidas, una de las cuáles es cubrir el lugar para protegerlo. Nadie reprocha a los especialistas y gestores esta decisión tratándose de un bien tan delicado; a nadie le extraña que hagan eso.

El Patrimonio Inmaterial también es frágil, quizás de los más frágiles que hay, su naturaleza lo hace especialmente sensible a las alteraciones del ambiente. Su conservación debe partir de

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premisas que tengan en cuenta sus necesidades, sus lenguajes característicos y los agentes que hacen que ese patrimonio esté vivo y tenga sentido. En su encaje en la sociedad actual me referiré aquí a una de las tendencias globales más generalizadas: la incorporación de este patrimonio a las lógicas del mercado turístico.

Cuando se abordan proyectos concretos que tienen que ver con festividades, uno de los patrimonios inmateriales más significativos, se habla poco de conservación y mucho de explotación.

Se califica de recurso, lo que es ante todo un bien cultural y, en general, los colectivos que lo hacen posible se ven supeditados a diversos agentes ajenos a la expresión de esa fiesta, pero que intervienen en ella. En algunas ocasiones esto tiene como resultado que el rito se sigue desarrollando en la forma, pero desprovisto de contenido e, incluso, en los casos más extremos, la población para la que es significativo, se siente expulsada. Cuando esto sucede, ese patrimonio está herido de muerte.

Aunque no lo parezca, muere de

éxito, por sobreexplotación. Antes de que eso pase, se debería encender una alarma y, como en el caso del patrimonio arqueológico, habría que tomar decisiones para preservarlo del ambiente que lo está haciendo desaparecer. ¿Esto quiere decir que siempre el contacto con el turismo tiene un resultado negativo?, desde luego que no. El movimiento de personas que se interesan por las identidades y las culturas de los otros es altamente ventajoso, incluida la vertiente económica, pero esa relación tiene que tener en cuenta la capacidad de carga del lugar y la naturaleza misma del patrimonio inmaterial.

Con respecto a esto último, me referiré a dos aspectos que están muy presentes en dicha naturaleza. El primero de ellos es que el patrimonio inmaterial tiene un carácter sistémico. Se mantiene por la voluntad de la sociedad que lo origina, evoluciona en el contexto con el que interactúa y en el que se integra.

Su supervivencia está marcada por las relaciones entre los elementos que lo hacen posible y, como todo sistema, es más que la suma de las partes; tiene vida

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propia. La idea de proceso, de dinamismo, están muy presentes, en diálogo continuo con lo que permanece. Además, esta permanencia y evolución tiene sus leyes que le permiten organizarse.

Los desequilibrios comienzan cuando esas leyes se trasgreden.

Por ejemplo, la ley de pertenencia que nos habla de que cualquier miembro de un sistema tiene derecho a pertenecer a él. Las leyes que regulan el don, es decir, el equilibrio entre el dar y el recibir, sin el que el vínculo se debilita, la confianza se quiebra y la gratificación del que produce la fiesta se resiente. Por último, la ley de la prevalencia o la jerarquía que hay que respetar y valorar, ya que siempre hay elementos que son más importantes en el sistema y, en este caso concreto, los portadores de la tradición son la piedra angular en dicha jerarquía.

El segundo de los aspectos que está presente en la naturaleza del patrimonio son las emociones colectivas. Existen tres aspectos en los que el sistema festivo se produce: el saber, el querer y el sentir. Puede que en una festividad concreta el saber funcione correctamente. Existen recursos e información

Existen tres aspectos en los que el sistema festivo se produce: el saber, el querer y el sentir. para que el ritual se siga al milímetro.

Quizás también esté presente el querer.

Una voluntad de desarrollar ese evento con el objetivo de ser reconocidos en

el exterior de la comunidad, de seguir manteniendo algo que siempre se ha hecho. Pero, si en esa fiesta falta el sentir, si no está presente la motivación, el orgullo, la espiritualidad, la ilusión, con toda la diversidad de emociones que eso conlleva, nos encontramos ante un claro síntoma de que ese sistema patrimonial se está quebrando. El sentir es imprescindible, sin la emoción no existe el patrimonio inmaterial, sin la emoción no hay fiesta, ni la creatividad colectiva suficiente para mantenerla.

El Vitor, Horcajo de Santiago. / Foto- Antonio Muñoz Carrión, España

Almoracid del Marquesado. / Foto- Antonio Muñoz Carrión, España

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Arte Barroco en Popayán

POR: GUIDO E. ENRÍQUEZ RUIZ PH.D. IN ART EDUCATION

as circunstancias históricas que marcan el período comprendido por los siglos XVI y XVII hicieron que Europa fuera abandonando el arte mítico que había regido la estética medieval, grandemente oscurantista, y que se pasara a un arte que mirara más al hombre. Así nació, junto con el Renacimiento, el arte barroco que terminó convirtiéndose en una moda que aún hoy guarda vigencia en algunos lugares. El Barroco, que nació en Italia y pronto invadió Europa, se alejó del llamado Clasicismo, rígido, equilibrado, proporcionado y amante de la estabilidad, para entrar a trabajar con lo pasajero, móvil, realista y recargado que recordamos hoy, con frecuencia, en el escritor Miguel de Cervantes Saavedra, el arquitecto y escultor Gian Lorenzo Bernini, el pintor Diego Velázquez y el músico Antonio Vivaldi, por ejemplo.

El estilo y la moda del Barroco sir-

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vieron para muchas cosas, entre otras la predicación de la fe católica, luego de que el Concilio de Trento (1545-1563) ordenara a los jefes de esta iglesia acrecer la propaganda en todas las formas. El Catolicismo fue la política de las casas reales de Trastámara, Habsburgo y Borbón en España y así llegó éste a América impuesto de diversas maneras. Con él vino el Barroco que llenó por más de dos siglos el arte principalmente religioso de España y sus colonias.

Popayán vino a ser centro político y, por consiguiente, religioso, de una región: “que corre desde el pueblo que llaman Otavalo hasta el pueblo que llaman Santa Fe de Antiochia”, según palabras de Fray Jerónimo de Escobar, procurador del obispado de Popayán, en 1582. Durante la Colonia, y aún después, los centros principales fueron los templos y los conventos, hechos aquí de estructura clásica, por los materiales autóctonos y el estilo de trabajo, pero con detalles barrocos.

La imaginería, escultórica y pictórica; la orfebrería, los ornamentos

litúrgicos, los retablos, los muebles, los adornos, fueron barrocos, porque casi todo venía de España o de Quito, en donde, desde 1566, existió una escuela de artes fundada por los frailes holandeses Jodoco Ricke y Pedro Gosseal para enseñar también a los indígenas y que daría origen a lo que se ha llamado: “Escuela Quiteña”. Podemos ver hoy parte importante de lo afirmado, en los templos de Santo Domingo, San Agustín, San José, San Francisco, la Ermita y Belén y además en los monasterios de la Encarnación y del Carmen que aún conservan su aspecto antiguo; también en las viejas capillas de Yanaconas y la Jimena.

Hubo en Popayán talleres de talla en madera, orfebrería, pintura, decoración, bordado y otras especialidades relacionadas con el arte. En el Museo Arquidiocesano de Arte Religioso, que fundara en 1974 el arzobispo Miguel Ángel Arce Vivas, podemos apreciar interesantes objetos artísticos y artesanales que acreditan el arte barroco que se traía a Popayán o aquí se producía.

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La historia registra algunos despojos masivos como el efectuado por Antonio Nariño en 1814.

El material de las procesiones de Semana Santa, Patrimonio inmaterial de la humanidad desde 2009, que se puede apreciar en algunos templos y en la Casa de la Fundación Junta Permanente pro Semana Santa, es también testigo del auge del Barroco en el viejo Popayán y del aprecio que se le tiene en el nuevo.

La influencia del escultor de Murcia, España Francisco Salzillo (1707-1783) determinó la forma de los “pasos” de las procesiones de Semana Santa. El siglo XVIII trajo el dominio del Barroco a Popayán mediante templos, monasterios, imágenes, joyas, ornamentos, muebles, tejidos y otras formas, por el auge de la minería del oro, fomentada fuertemente por la Corona española.

Acerca del Monasterio de la Encarnación cuenta el historiador Pbro.

Manuel Antonio Bueno: “Como este convento tuvo muchos recursos, tanto del producto de sus fincas como de las

dotes y ajuares que introdujeron 279 religiosas, a dos mil pesos cada una, y como casi todas, a lo menos las doscientas, eran de familias ricas, a más de su dote, dejaron fundados muchos principales para el culto de los santos, además de haber costeado en su vida muchas alhajas de grande valor, ricos vestidos para las imágenes y costosos ornamentos para sus fiestas.” (Historia de la Diócesis de Popayán). De toda esta riqueza, se ha perdido mucho.

La historia registra algunos despojos masivos como el efectuado por Antonio Nariño en 1814; luego de la batalla de Calibío y el secuestro de algunos ciudadanos para quitarles buen número de monedas de oro, saqueó templos y conventos de que sacó gran número de objetos de oro y plata que eran de los payaneses. En 1886 las monjas del Carmen, cuando partieron para el Ecuador, dice el padre Luis

Carlos Mantilla Ruiz: “usando de la astucia que les es connatural, burlaron las drásticas medidas del gobierno y se llevaron los objetos sagrados de mayor valor” (10 cálices de plata y de oro, dos con esmeraldas, dos píxides con sus tapas de oro; cálices con esmeraldas y amatistas, nueve pares de vinajeras de oro, platicos de oro, campanitas de plata, dos vasos de plata y oro, un vasito de prisma, de oro; jarra con plato, de plata; dos incensarios de plata, custodia de oro, piedras preciosas y perlas) (La guerra religiosa de Mosquera). Todo un tesoro, no son las únicas pérdidas; hoy podemos asegurar que la mayor parte de los objetos de oro y piedras preciosas han sido vendidos o robados.

Aunque ya pasaron los siglos del Barroco este arte no ha desaparecido y la moda que originó tiene todavía en Popayán cierta vigencia.

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N

ació en la bella ciudad de Cieza, región de Murcia, España. Ramón Morcillo se aficionó a la fotografía desde el periodo analógico; y ha sido un apasionado incansable de la fotografía de paisaje y sobre todo lo seduce la noche, cuando acecha la caída de las estrellas- sus fotografías de la vía láctea, se publican en las más famosas del mundo, entre ellas, la revista de Canarias: “Fotógrafo Nocturno”. Una serie de viajes de Ramón a la Habana, Cuba y República Dominicana, serían la inspiración para imprimir ese carácter particular que registra Ramón en cada una de sus fotografías.

Los viajes le llevaron a transitar por: Roma, Paris, Inglaterra, Viena, Praga, Budapest, Eslovaquia, Ámsterdam, Bruselas, Turquía, Marruecos, Lisboa y New York.

En el año 2017, un proyecto fotográfico lo llevó a New York, a realizar una excelente exposición; el paisaje urbano cosmopolita de la Gran Manzana, sería su inspiración. Donde la

lente de su cámara logró capturar la sensibilidad del virtuoWso fotógrafo Ramón Morcillo. Tal es su talento, que fue elegido para en un artículo sobre macrofotografía en la revista Zaragozana de fotografía “El Click”.

Su fotografía ha sido portada en la Revista de “La Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos UNDEF”, “INFOFIESTA” de 2018. En el año 2019, el trabajo fotográfico de Ramón Morcillo fue elegido para el cartel o afiche anunciador de las Fiestas del Escudo de Cieza. Entre los Premios, destacamos: las cuatro Medallas de bronce del Premio de fotografía más prestigioso: "The Epson International Pano Awards". La fotografía de Ramón Morcillo en redes sociales ha recibido numerosos Premios en sus distintas páginas especializadas.

Ramón Morcillo ha colaborado asistiendo con sus admirables fotografías con las Hermandades de Semana Santa de Cieza, España. A su vez Ramón prosesiona desde el año 1984

en La Hermandad de La Oración del Huerto y Santo Sepulcro. De ahí la pasión por la fotografía de la bella imaginería de las Procesiones de Semana Santa de Cieza; donde obtuvo el Primer Premio y Cartel Representativo para las Procesiones de Semana Santa de Cieza de Abril de 2019; con el “San Pedro” del escultor Francisco Salzillo (1780). Además Ramón Morcillo también conquistó el Segundo Premio con la imagen de “La Santísima Virgen de los Dolores”, que serviò para anunciar la Guía de esta Semana Santa de Cieza, España.

La cámara para el virtuoso fotógrafo Ramón Morcillo, es un cuaderno de bocetos, un instrumento para la intuición y la espontaneidad, donde cada día el click los transforma en arte!

Santo Ecce Homo, Patrono de Popayán POR: PBRO. RAÚL ORTIZ TORO MAGISTER EN HISTORIA ECLESIÁSTICA

ay pueblos y regiones que se identifican con devociones religiosas particulares; algunos eligen a la Virgen María, otros a un santo en

particular o un misterio de la fe. Por el contrario, el suroccidente colombiano, que durante la época colonial tuvo su centro religioso y político en Popayán, desde aquel entonces ha tenido en Jesucristo su más destacado patrono. Esto se debió a que la devoción cristológica fue muy marcada por la predicación en las doctrinas de indios a través de las

pedagogías de sumisión y sacrificio que permitían a los doctrineros – desde el ámbito religioso – y a los encomenderos– desde el aspecto civil– presentar a los nativos un referente de cómo la obediencia al plan de Dios, aunque esta sea sacrificada, tiene una recompensa en la eternidad: en efecto, Cristo, padeciendo, encontró finalmente la resurrección; o, en otras palabras más modernas: no hay resurrección sin cruz.

Por este motivo, las escenas que representan a Cristo en el arte religioso de la colonia, sobre todo en la imaginería y la pintura, tienen una relación directa con su pasión y muerte en un ámbito forense. Específicamente, las imágenes de Cristo privilegiadas (y, de allí las advocaciones), son las que narran su proceso civil-religioso hacia el patíbulo y su consiguiente sumisión a las fuerzas del poder político imperante: el Imperio Romano en general y Poncio Pilato en particular.

Más allá de sentar un juicio de valor sobre la conveniencia o no de aquella pedagogía del valor salvífico del sufrimiento, interesa ahora ver la manera como esta devoción logró enraizarse en lo más profundo de la idiosincrasia caucana.

Santo Ecce Homo.

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Resulta interesante destacar que en las zonas en las que tuvo más influencia la congregación de padres dominicos (Orden de Predicadores) la devoción tomó el nombre de Amo Jesús (como en las doctrinas de Puelenje, Pisojé y Yanaconas). El radio de influencia franciscana (Orden de Frailes Menores) prefirió la advocación de Jesucristo como Jesús Nazareno; así es el caso de Timbío, de donde llegó a El Tambo– Cauca (también en El Tambo- Nariño se encuentra la devoción a Jesús Nazareno). Finalmente, la advocación del Santo Ecce Homo está

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mada “De la Compañía”, por su técnica de encarne. Doña Jerónima de Velasco y Noguera, su esposa, moviendo hilos de influencia y política logró que se quedara en casa la sagrada imagen porque muerto el alcalde Morales Fravega en 1685 y Juan Antonio de Velasco en 1710, la matrona aseguraba que entre los dos habían llegado a un acuerdo de que mientras ella viviera la imagen permanecería en su casa y al morir debía pasar a un nicho de la catedral. Así, Doña Jerónima logró por un buen tiempo su cometido.

más relacionada con la predicación jesuítica (Compañía de Jesús) como en Raspadura (Chocó), Ricaurte (Valle del Cauca) y, sobre todo, Popayán, en la colina de Belén.

Ya que el Santo Ecce Homo ha sido declarado patrono de la ciudad de Popayán nunca está de más recordar su origen y su importancia cultural y simbólica.

ORÍGENES DEL SANTO ECCE HOMO Juan Antonio de Velasco era un comerciante pardo de la ciudad, esclavo liberto que había sido “propiedad” del cura de Almaguer, Francisco de Aranda Centeno hasta que compró su libertad en 1670 (cf. A.C.C. Sección Notarial.

Fondo Notaría Primera. T. 13, Leg. II, 1670; f. 56r.). Como su ilusión había sido abrazar el estado sacerdotal pero su procedencia se lo impedía, debió conformarse con ser un feligrés, aunque no lo fue de los del común. Por el contrario, se destacó por ser el principal difusor de la devoción al Santo Ecce Homo pues fundó la capilla de Belén el 8 de septiembre de 1681 y su primera piedra fue bendecida por el obispo Cristóbal Bernaldo de Quirós (el mismo que diseñó y construyó a su costa la Torre del Reloj). Juan Antonio, que buscaba abrirse paso en la elitista sociedad de la época, no era un personaje marginal: había logrado una gran fortuna por cuenta del comercio de esclavos que él mismo conocía a la perfección. Compró solares, construyó la capilla, trajo imágenes de Quito, la dotó con paramentos y vasos sagrados, y en 1687 la entregó a los padres Carmelitas Descalzos.

UNA IMAGEN DISPUTADA En 1680, cuando ya había empezado a comprar solares en la colina, Juan Antonio de Velasco mandó traer de

Santo Ecce Homo, Terremoto 1983. / Foto, Luis Fernando García Bravo.

Finalizando el siglo XVIII, la devoción al Santo Ecce Homo de Belén se popularizó de tal manera que inició la tradición de sacar a la imagen en procesión.

Pasto una imagen tallada “en bruto”, es decir, sin encarne. El alcalde, don José de Morales Fravega, mientras se construía la capilla, ofreció su casa para custodiar la imagen y al mismo tiempo encarnarla a su costa: para ello le pagó a un artista que muy seguramente pertenecía al círculo de José Olmos, alias Pampite, un artista que hizo época por aquel entonces en Quito, sobre todo en la iglesia de los padres jesuitas lla-

Llegado el obispo Juan Gómez de Frías a finales de 1716 a tomar posesión de su sede episcopal en Popayán, se encontró con que muchas imágenes de propiedad de las iglesias de la ciudad se encontraban en oratorios particulares, lo que significaba un gran riesgo para la conservación de estos bienes muebles.

De modo que pidió que fuera trasladada la imagen del Santo Ecce Homo hasta su capilla de Belén.

Doña Jerónima se opuso con todas sus fuerzas, sacó a relucir su abolengo (emparentada con el fundador de Popayán, Sebastián de Belalcázar) y contrarió la voluntad del obispo presentando causa civil. En su declaración afirma que la costumbre era “prestársela” a Juan Antonio de Velasco para la procesión del miércoles santo y que debía permanecer en su oratorio pues en Belén la humedad la “descascaraba”.

El obispo mandó una comisión a la capilla de Belén para ver el estado que tenía el altar que allí había construido don Francisco Beltrán de la Torre en el transepto izquierdo ya que el altar mayor estaba ocupado por la imagen de la Virgen de Belén, la principal patrona. Al ver que no había obstáculo para que la imagen pasara a Belén el obispo determinó que subiera en procesión el 5 de abril de ese año 1717

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Alrededor del Santo Ecce Homo se han tejido un sin número de motivos religiosos y culturales que le dan aún más carácter a la ciudad como Jerusalén de América.

para contrarrestar la plaga del comején; en 1806 para contrarrestar la plaga de langosta; en 1850 para la rogativa contra la peste de cólera y en 1946 para que cesara la amenaza de terremoto”.

Santuario de Nuestra Señora de Belèn, El Santo Ecce Homo y San Miguèl Arcalgel. / Arquiteco Adol Dueñas Lenis

presidida por él, con la presencia del Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad y del Cabildo Catedralicio, junto con los vecinos, y allí fuera entronizada perpetuamente (cf. Archivo Histórico Eclesiástico de la Arquidiócesis de Popayan (AHEAP, Legajo 2613; ficha 27890). La señora Jerónima no tuvo otra opción sino aceptar con humildad las disposiciones episcopales.

EL PATRONO DE POPAYÁN Poco a poco el Santo Ecce Homo empezó a ser considerado un gran defensor de la ciudad sobre todo contra cuatro males que aquejaban a la población: Las tormentas, el comején, la peste y el terremoto. Ante este panorama desolador la

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representación de Cristo sufriente era un aliciente para sobrellevar las penas propias de la época, en un mundo en el que los antibióticos, los plaguicidas, las construcciones antisísmicas y los pararrayos ni siquiera eran imaginables.

Finalizando el siglo XVIII, la devoción al Santo Ecce Homo de Belén se popularizó de tal manera que inició la tradición de sacar a la imagen de su camarín para ser llevada en procesión por las calles de la ciudad cuando hubiera necesidad; sendos documentos conservados en el Archivo Central del Cauca (ACC) y en el Archivo Eclesiástico de Popayán (AHEAP) nos lo refieren de este modo: “en 1786 para pedir que paren las lluvias; en 1787 con motivo de la peste de sarampión y viruela; en 1788,

Desde el 1 de mayo de 1945 con la anuencia del arzobispo Diego María Gómez la Junta Pro Culto al Santo Ecce Homo inició la hoy tradicional procesión del aclamado patrono de la ciudad. Popayán es el único lugar del mundo donde este día no tiene un tinte reivindicativo de derechos sindicales sino de fiesta del obrerismo católico como se le conoce.

En el año 1962, por cuenta del presidente Guillermo León Valencia, el artista español José Lamiel talló en madera una réplica del Santo Ecce Homo que se conserva en un nicho de la Catedral Nuestra Señora de la Asunción.

La imagen réplica desfila en las procesiones de Semana Santa; primero, el Domingo de Ramos, saliendo con multitud de fieles desde la capilla de Belén hasta el Parque Caldas donde se celebra la Misa Campal; luego, desfila también el Martes y Miércoles Santos.

Alrededor del Santo Ecce Homo se han tejido un sin número de motivos religiosos y culturales que le dan aún más carácter a la ciudad como Jerusalén de América.

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Arquitectura desarrollada en Popayán

Plaza y a lado y lado de las tres calles que integraban la pequeña ciudad, la de la Ermita, Altozano y los Quingos del río Molino o Caracol.

POR: CESAR TENORIO GÉNECCO PHD ARQUITECTURA- UNAM-MÉXICO

eferente a la arquitectura desarrollada en Popayán, tras el repartimiento de los solares a los conquistadores, al decir de Diego Castrillón Arboleda: “Estas casas, que eran elementales, con techo de paja envigado en pendiente, paredes de bahareque o adobe en ocasiones como las de Quito y maderas muy finas y abundantes liadas con fuertes bejucos arrancados de los bosques vecinos, cuando se empañetaron y algunas se pintaron con tierras del medio, comenzaron a dar fisonomía urbana al lugar.” … Si nos atenemos a las narraciones de los cronistas de la época, estas casas iban alineadas en torno a la

En 1548 se comenzaron a construir las primeras casas en adobe y tapial de la ciudad, cuando Don Juan del Valle fue consagrado como primer obispo de la Diócesis de Popayán y adquirió los terrenos aledaños al río Molino para crear el resguardo de los Indios Yanaconas, a quienes enseñó a fabricar el ladrillo y la teja, mas en 1564 aconteció uno de los tantos sismos que han marcado la historia de Popayán, que dejó en ruinas lo que se había construido hasta entonces en la ciudad, quedando en pie la iglesia de la Ermita, la que fue reparada para trasladar a ella los servicios catedralicios.

Tras este sismo surge la temprana “Arquitectura Popayán”, más formal que la anterior, impulsada por la actividad de los gobernadores Mosquera y Mendoza de Carvajal y del obispo Agustín de la Coruña, siendo un personaje importante para este desarrollo fray Jodoco Ricker, prior del recién

fundado monasterio de los franciscanos, fraile que enseñó a los indios de la localidad a fabricar teja y ladrillo, utilizando el material extraído de las minas de Barro Plateado, en Calicanto, de mejor calidad que las de Yanaconas, comienza así a aparecer en Popayán las primeras casas construidas con tapial reforzado, pisos enladrillados, teja para los techos de cielos rasos con envigado en forma de artesa a la vista y con portones enmarcados en ladrillo.

De esta época se conserva la Casa del capitán Lorenzo de Paz Maldonado, Calle 4a # 9-13, uno de los pocos testimonios que quedan de la arquitectura formativa payanesa. Hasta mediados del siglo XVII el encomendero Cristóbal de Mosquera y Salazar comenzó a explotar las caleras del Troje, aplicándose así los primeros blanquimentos a las casas de los notables, las que presentaban zócalos en las fachadas con frente a las calles por donde corrían acequias para las aguas negras, salpicadas por el continuo tránsito de las bestias. Sobre la plaza central, en 1634 se construyó la

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primera casa de dos plantas, edificada para Diego Daza de Guevara. Popayán presentó un crecimiento lento y compacto alrededor de la plaza central, cuya historia urbana se divide en este período en dos por el terremoto del 2 de febrero 1736, cuando sólo quedaron en pie algunas casas de mayor consistencia como la de Jacinto Mosquera y Figueroa, la de la Compañía, las que fueron de Pedro de Paz Maldonado y de los Campo Salazar, la iglesia de La Ermita, la Torre del Reloj y parte de lo ya construido de los monasterios y el Seminario de la Compañía.

Se consolida la “Arquitectura Popayán”, basada en una fase formativa desde el siglo XVI, mezcla del renacimiento tardío y el barroco del siglo XVIII; muchas construcciones de un piso fueron llevadas a dos plantas y las sencillas portadas se transformaron al contener un escudo heráldico talado en la cantería. La reconstrucción de Popayán fue especialmente impulsada por la marquesa de San Miguel de la Vega, doña Dionisia Pérez Manrique y Camberos y por los antiguos encomenderos que para aquel tiempo ya eran opulentos señores, don Francisco Arboleda y Hurtado, don Cristóbal Botín, los presbíteros Mateo Castrillón y Quirós y don José Beltrán de Caicedo.

En esta obra de reconstrucción interviene alarifes, canteros, mamposteros y artesanos de alta calidad como el lego jesuita alemán Simón Schenherr quien reconstruyó la iglesia de la Compañía o San José, la iglesia de la Encarnación o Las Monjas y el Puente Viejo de Cauca iniciado en 1767; el

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santafereño Gregorio Cuassí, traído por la marquesa de San Miguel de la Vega para la edificación de la iglesia y convento de El Carmen, quien reconstruyó las iglesias de Santo Domingo y San Agustín, culminando las obras de la Encarnación entre 1764 y 1767 en sus dos portadas gemelas; el hermano jesuita Venancio Gandolfi quien llega a Popayán después del terremoto que destruyó parte de la ciudad de Quito en 1755, el franciscano fray Antonio de San Pedro, el cantero Miguel Aguilón, autor de la cruz del Santuario de Belén; orfebres nativos como Francisco Javier Guzmán, Camilo Guevara, Francisco Paredes, Antonio Rodríguez y Manuel Álvarez.

La obra más importante de esta época es la construcción de la nueva iglesia de San Francisco que sustituyo la pequeña capilla dedicada a San Bernardino de Siena a instancias de fray Juan Gutiérrez, su construcción fue iniciada el 14 de julio de 1775 por el arquitecto español Antonio García, autor también de los planos de la tercera catedral, de la Casa del Tesoro Catedral y el Cuartel. Siendo la última obra de beneficio público en el siglo XVIII el empedrado de las calles y la canalización de las aguas negras, ya iniciada por don Jacinto Mosquera.

Durante los últimos años del siglo XVIII la nueva tendencia neoclásica en Popayán tiene su punto de partida con el obispo Ángel Velarde y Bustamante quien en 1788 recibió el encargo de reconstruir la catedral, y por ello pidió planos a la Academia de San Fernando de España, más se presentaron dificul-

tades por el costo y por el tiempo que demoraría la construcción, pidiéndose al deán, doctor arquitecto don Marcelino Arroyo y Valencia , que planeara la obra a diez años; así este sacerdote payanés construyó algunas casonas de la ciudad dentro del neoclasicismo pero con un carácter payanés en la casa de Julián Arboleda Arrachea actual Museo Arquidiocesano de Arte Religioso, la de don Gerónimo de Torres y Tenorio, las casas de los Mosquera Mañosca, la de Marcelino Mosquera lamentablemente demolida en 1964, la del presbítero Agustín de Sandoval actual Club Popayán, la de Alonso de Velasco, el diseño del altar mayor de Santo Domingo, realizado por el ebanista payanés Camilo Guevara, perteneciendo el trabajo de dorado y los óleos a Pedro Tello, quiteño, y sus alumnos José Antonio Rojas Rengifo y José Caicedo.

La guerra de Independencia hizo estragos en la cuidad; maltratada, el terremoto de 1827 marcó una nueva fase en la arquitectura payanesa, discreta en sus manifestaciones formales, para señalar una época, más que una tendencia arquitectónica, como la casa del poeta Julio Arboleda Pombo en 1836, de intención pompeyana.

En 1868 el fraile franciscano italiano, arquitecto e ingeniero fray Serafín Barbetti comienza la obra del Puente del Humilladero, puesto en servicio el día 31 de julio de 1873. Al reanudarse las obras de la catedral en 1869, el obispo Carlos Bermúdez encargada su dirección técnica al arquitecto Adolfo Dueñas quien la entrega concluida el 12 de junio de 1906, siendo obras suyas

el diseño y construcción de su hermosa cúpula, la torre octogonal de la iglesia de Santo Domingo que había sido cercenada por el terremoto de1885, la reconstrucción de la iglesia de San Agustín, también dañada por este sismo, la demolida arcada de San Francisco y en 1897 la asesoría para la construcción del Teatro Municipal. En 1906 la ciudad sufre otro terremoto que la destruyó en gran parte; el eclecticismo y las primeras corrientes modernistas llegan a Popayán en relevo de los estilos Popayán y Republicano.

En 1909 se inició en Popayán esta tendencia con el edificio de la Alcaldía y en 1914 con el de la Gobernación y el

Paraninfo Caldas; en 1915 se reanuda la construcción del Teatro Municipal con planos dibujados y la dirección del ingeniero José María Obando Rebolledo; en los años veinte aparece el primer edificio del Banco del Estado y la Estación del Ferrocarril; en 1928 la sede de la Asamblea Departamental del Cauca, el actual Panteón de los Próceres; en los años treinta surgen el Palacio Arzobispal diseñado por Jesús María Plaza construido entre 1930-1934, el Hotel Lindberg y un sinnúmero de construcciones civiles, como la casa edificada en la esquina de La Ermita por el ingeniero Guillermo Guevara.

Con motivo de la conmemoración del

Cuarto Centenario de la Fundación de Popayán, se construyó en el solar del antiguo convento de las Carmelitas, el Palacio Nacional obra del arquitecto payanés Hernando González Barona; el 27 de diciembre de 1940 se le dio su actual uso al Panteón de los Próceres; se remodelaron algunos edificios como el convento de los franciscanos para establecer un Hotel añadiéndose la arcada de la fachada; se adelantaron algunas construcciones fuera del Sector Histórico como el Hospital Cuarto Centenario.

Y se unió la ciudad que comenzaba a extenderse hacia el noreste con puentes de concepción contemporánea y trazado de nuevas calles y barrios para las clases altas, como el de Belalcázar a partir de la margen derecha del río Molino y, hacia el sur, conjuntos populares de ejecución oficial. Aparecen vinculados a estas obras los ingenieros Jesús María Plaza, José María Obando, Diógenes Sarria, José Vicente Caicedo, Benjamín Dussán Canals y el arquitecto Hernando González Varona.

Por tanto, la arquitectura de Popayán, se puede definir tal como lo concebía el Arquitecto, urbanista universal Oscar Niemeyer: “La arquitectura es algo que tiene cierta fantasía, igual que la poesía. No es una cosa rígida, ni algo resuelto con regla y cartabón; es algo que surge así, como un sueño…”

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AL MAESTRO

Adolfo Dueñas SE DEBE LA FISONOMÍA DE POPAYÁN

“SU ARQUITECTURA SIGUIÓ LOS EJEMPLOS ANTIGUOS, DONDE LA BELLEZA PREVALECIÓ SOBRE LAS LIMITACIONES DE LA LÓGICA CONSTRUCTIVA”

POR: JOSÉ ALBERTO DUEÑAS CH. PERIODISTA POPAYÁN

l relevante ingeniero y arquitecto mexicano Luis Barragán Morfín, ganador del Premio Pritzker en 1980, avalaba la frase: “De la mayoría de las publicaciones de Arquitectura, desaparecieron las palabras belleza, poesía, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento, serenidad, silencio, misterio, asombro y hechizo.” Porque la Arquitectura es el arte de las formas puras que adiestran la sensibilidad visual, las armoniosas formas, esa perfección, esa magia, el misticismo y esa ventana que nos permite asomarnos a la historia, tal como las obras legadas a la ciudad de Popayán por eminentes y excelsos Ar-

quitectos, como: el italiano Fray Serafín Barbetti, el santafereño Gregorio Caussì, los españoles Antonio García y José Sacasas, el payanes Marcelino Arroyo y Valencia, el Jesuita alemán Simón Schenherr, el Obispo Cristóbal Bernaldo de Quiròs- Torre del Reloj, Hernando González Varona, Andrés Felipe Mejía y el payanes Adolfo Dueñas, hoy estos grandes valores arquitectónicos, históricos, antropológicos y culturales son signos de su pasado.

Estos excelsos maestros que delinearon el hermoso trazado que le asigna la identidad de la ciudad de Popayán, a través de una perfecta escala urbana, tanto en su armonía arquitectónica, como en las alturas y volumetrías. Y es que en Popayán, confluyen armónicamente, arquitectura período colonial, barroco, barroco neogranadino, estilo ecléctico con tendencia neoclásica, mudéjar, neogótico, ecléctico, republicano, neoclásico, templos doctrineros de la época colonial, además de un pórtico y pilastras de orden corintio, estilo republicano- eclèptico francés de orden corintio como el Teatro Municipal Gui-

llermo Valenci, hasta una de intención pompeyana y otra clásica y ornamentado de orden corintio.

El Maestro Efraín Martínez en su sinopsis de su obra maestra la “Apoteosis de Popayán” exhibida en el Paraninfo Francisco José de Caldas de la Universidad del Cauca, describe: “…Al fondo en actitud de dibujar, Don Adolfo Dueñas, Ilustre arquitecto y pintor, mal estimado todavía, quien dio fisonomía a la ciudad de Popayán”. Además fue el pintor Efraím Martínez quien lo inmortalizó, al pincelar el retrato del Maestro Adolfo Dueñas en la Apoteosis de Popayán, frente a otros personajes ilustres de Popayán, en reconocimiento a su meritorio aporte arquitectónico y artístico a la ciudad. También el Poeta Guillermo Valencia, en una de sus citas, afirma:… “Al Maestro Adolfo Dueñas, se debe la silueta de Popayán”.

Porque los cronistas e historiadores de la época, como el Presbítero Manuel Antonio Bueno, Jaime Arroyo, Germán Téllez y Gustavo Arboleda, entre otros, dejaron una deuda inmensa en la historiografía de Popayán, al omitir la cele-

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coincidían en el principio, que “Dios está en los detalles”. Y es verdad que Dios estuvo siempre presente en cada uno de los detalles y elementos de la extraordinaria obra arquitectónica y artística del Maestro Adolfo Dueñas; desde sus pinturas religiosas hasta sus imponentes cúpulas, torres, campanarios y altares, miremos varias de sus obras:

bridad y nobleza creadora de la esencia poética en el lenguaje arquitectónico del arquitecto Adolfo Dueñas y su magno aporte al Patrimonio Urbano Arquitectónico de Popayán y a mundo del arte.

lineal, dibujo y pintura en la Escuela de Bellas Artes de la institución en 1864.

Además fue profesor de matemáticas y geometría en el Seminario Mayor de Popayán y la Normal de Institutores.

Adolfo Dueñas Lenis, fue un destacado arquitecto y pintor payanes que dejó su huella eterna e imborrable en admirables y profusas obras arquitectónicas, que hoy después de más de ciento setenta y un años, aún nos deslumbran, al contemplar las perfectas siluetas cinceladas en luz crepuscular de oro, plata y rubí- efectos impares de atardeceres de Popayán, plasmados devotamente por el Maestro Efraín Martínez.

Su denuedo de autodidacta, lo complementó como discípulo aventajado del acreditado arquitecto e ingeniero italiano Fray Serafín Barbetti, quien fue el diseñador y realizador del Puente del Humilladero, puesto en servicio el día 31 de julio de 1873 y de la Catedral de Popayán. Al fallecer su preceptor Serafín Barbetti en el año 1887, el obispo Carlos Bermúdez encarga el diseño y construcción de la Cúpula de la Catedral, al igual que la dirección técnica del proyecto y la ornamentación de la Catedral Nuestra Señora de la Asunción de Popayán al Arquitecto Adolfo Dueñas. La obra sería terminada en el Obispado de Manuel José Caicedo en junio de 1906. A su vez el proyecto de la Catedral presentaba serios problemas técnicos que no habían sido resueltos por quienes estaban a cargo. Fue Adolfo Dueñas quien dio acertada solución a la estructura y día 12 de junio de 1906 terminarían la monumental obra. Esta colosal edificación, soportó los frecuentes sismos que sacudieron la ciudad en el siglo XIX.

Pese a los numerosos terremotos acaecidos en Popayán (doce los terremotos registrados por los cronistas) y que afectaron varias de sus obras maestras y de otros magnos arquitectos en el siglo de Oro de Popayán.

Hoy en pleno siglo XXI la arquitectura de las ´Magnum opus´- gran obra u obra maestra de Adolfo Dueñas, nos hablan de la ciudad de su época, de sus gentes, su tiempo y de sus anhelos de la eternidad.

El Maestro, tal como lo llamaban sus discípulos y amigos cercanos, nació el 8 de febrero de 1845 en Popayán, y desde niño Adolfo Dueñas Lenis mostró especiales condiciones para el dibujo y las matemáticas, ya a los 11 años de edad fue nombrado profesor de dibujo en el Seminario Conciliar de Popayán por el Arzobispo Pedro Antonio Torres de quien había sido el destacado alumno. Como estudiante de secundaria en la universidad, fue distinguido en matemáticas y vinculado como profesor de diseño

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La esencia Artística del lenguaje Arquitectónico de Adolfo Dueñas “DIOS ESTÁ EN LOS DETALLES” El arquitecto alemán- estadounidense Ludwig Mies Van der Rohe, junto con Le Corbusier, como también Walter Gropius y Frank Lloyd Wright, considerados pioneros de la arquitectura moderna,

• En 1897, el obispo Carlos Bermúdez encarga el diseño, la dirección técnica y construcción de la Cúpula de la Catedral Nuestra Señora de la Asunción, la imponente obra fue terminada el 12 de junio de 1906. El templete del Altar Mayor, los altares del Sagrado Corazón de la Inmaculada Concepción de la Catedral de Popayán y un diseño de fachada que no se construyó. La Cúpula y gran parte de la Catedral, sería destruida por el terremoto del jueves Santo, un 31 de marzo de 1983.

•El Santuario de Nuestra Señora de Belén, después de ser destruido por el terremoto del 25 de mayo de 1885; se encomendó la reconstrucción al arquitecto Adolfo Dueñas, quien levantó en la fachada dos grandes torres palaciegas que se divisaban desde cualquier punto de la ciudad y que le daban una apariencia de castillo. El día 9 de febrero de 1967, otro fuerte sismo destruyó este bello Templo.

Años después sería reconstruido con una nueva edificación por el arquitecto Guillermo Collazos Rubio.

• En 1.894 el gobernador del “Cauca Grande” Pedro Antonio Molina, contrató al arquitecto payanés Adolfo Dueñas para la construcción de la fastuosa Arcada de orden Toscano del antiguo Convento San Bernardino de la Comunidad Franciscana (hoy Hotel Monasterio). Es en los años 50, que la Arcada fue demolida por orden del Gobernador de la época.

• La reconstrucción del Templo de San José, averiado enérgicamente por el fuerte sismo de 1885; se le asignó al Maestro Adolfo Dueñas. El Templo de San José sirvió como Catedral Pro tempore. El Altar Mayor del Templo San José, es obra del Maestro Adolfo Dueñas (1911); cuenta con un baldaquino de dos cuerpos, sobre el segundo y más

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alto se encuentra el Patriarca San José, Patrono del Templo.

• El Arquitecto Adolfo Dueñas, enriqueció el Templo de San Francisco en 1902, diseñó con estilo ecléctico el altar mayor, posee un expositorio tallado en madera y sobre él, el camarín central octogonal donde reposaba hoy una réplica de la imagen de la Virgen del Apocalipsis del siglo XX. El actual Templo se remonta al 14 de julio de 1775, por el Arquitecto español Antonio García.

Más tarde el Arquitecto Adolfo Dueñas restaura la afectada Torre del Templo de San Francisco.

• Adolfo Dueñas, participo también, en la edificación del Paraninfo Francisco José de Caldas de la Universidad del Cauca, obra que se comenzó a construir en 1892 durante la Rectoría de Martín Restrepo Mejía, según excelente diseño del arquitecto italiano Luis Chiappini.

• En el Templo Santo Domingo, diseño y construyó la Torre Campanario de diseño octogonal, la cual alberga el bautisterio, la torre es coronada con una cúpula aristada.La construcción del Templo Santo Domingo o Nuestra Señora del Rosario con un estilo Barroco Neogranadino, fue diseñado por el arquitecto santafereño Gregorio Causí después del sismo de 1736 que destruyó la preexistente del siglo XVII. • Para 1897 se concertó el proyecto Teatro Municipal de Popayán, con el ingeniero Augusto Aragón, asesorado por Roberto White y el Arquitecto Adolfo Dueñas. La Guerra civil de los Mil Días, paralizó los trabajos entre 1899 y 1903, cuando los socios mencionados cedieron sus derechos al Municipio. El Teatro nació con financiación e idea de los eruditos Don Nicomedes Arce, Carlos Ayerbe Segura, Gonzalo Miranda, Adolfo Córdoba, Delfín Valdez y los hermanos Gonzalo y Domingo Lemos Bonilla. Los planos fueron elaborados por Mario Lombardi, empresario de la Compañía de Fantoches.

• El Coro del Templo de San Agustín, es también obra del maestro Adolfo Dueñas.

•Y la compleja y laboriosa Capilla pri-

vada del Palacio Arzobispal, digna de contemplar y admirar.

PROYECTOS DE TEMPLOS EN OTROS MUNICIPIOS Y CIUDADES La magnificencia que se percibe en la arquitectura de Adolfo Dueñas, no está fuera de él, sino dentro suyo, en la belleza, en la verdad, en su línea pura y virtuosa, en su febril creatividad, su armonía y su mística: manifestándose en la cadencia de los volúmenes, en el equilibrio en las alturas, en la armonía arquitectónica, en el uso acertado de los materiales y en su corriente inspiradora y creadora. Veamos otras de sus obras: • El Arquitecto Adolfo Dueñas construyó la Iglesia de los Municipios de Timbío, de los Municipios de el Tambo, Cajibío, Buenos Aires, Paniquitá y el bello Tempo de San Nicolás en la ciudad de Cali.

LA SELECTA OBRA PICTÓRICA DEL MAESTRO ADOLFO DUEÑAS “Cuando el color tiene su mayor riqueza, la forma tiene su plenitud” El color era su obsesión, su alegría y su tormento; y no era la ausencia de defectos, sino la presencia de eminentes cualidades lo que constituye la naturaleza del genio artístico del Pintor Adolfo Dueñas. Su exquisita y corta obra pictórica se conserva dispersa tanto en Popayán, como en la ciudad de Cali; como pintor fue retratista y

autor de cuadros especialmente de temas religiosos, aunque se le conocen algunos temas profanos, varios de sus trabajos artísticos son: Los cuatro evangelistas en las pechinas de la cúpula de la Catedral de Popayán, hacen parte de su técnica en oleo, destruidas por el terremoto de Popayán de 1983. El Retrato del Arzobispo Pedro Antonio Torres. Se conocen además una treintena de retratos de los personajes de Popayán, varios de los cuales reposan en el Concejo Municipal, tal como: el Coronel José María Quijano y el Dr. Francisco Antonio de Ulloa.

Las Obras que se destacan, son: La Costurera. El Otoño. El Divino Rostro.

Dolorosa. La Marcha Triunfal de Bolívar al Templo de la Inmortalidad. Retrato del padre Gabriel Perboyre. Consagración del Departamento del Cauca al Sagrado Corazón. La muerte de San José. Pastorcita con su cabrito. María Hermana de Moisés. Libertador del Pueblo Israelita. El Descanso en Egipto.

La Virgen del Carmen (pag. 124- Popayán, Religión, Arte y Cultura). San Antonio de Padua. El Niño Castigado. El entierro del Salvador. El concierto de los Ángeles. La Dolorosa. El Niño Dios Dormido sobre la Cruz. Bautismo de Jesucristo. La despedida del preso. El Santo Ecce Hommo. Las Tres Gracias.

La Asunción. Juicio de Salomón. La Pri-

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mavera. La Aurora. El Columpio. Combate de los Israelitas con los Cananeos; estas obras, hacen parte de la reducida, pero magnífica colección del Pintor Adolfo Dueñas.

ADOLFO DUEÑAS EL HUMANISTA El Antropólogo y filósofo francés Claude Lévi Strauss, una de las grandes figuras de la antropología; de hecho fundador de la Antropología Estructural, al referir sobre el “Humanismo”, afirmaba: “Un humanismo bien ordenado no comienza por sí mismo, sino que coloca el mundo delante de la vida, la vida delante del hombre, el respeto por los demás delante del amor propio”. Nada más acorde a la filantropía y altruismo del Maestro Adolfo Dueñas Lenis, en cada una de sus obras; porque para él, precedieron siempre sus coterráneos, su ciudad y sus tradiciones, antes que su propia existencia.

dejó huellas inevitables del tradicional pasado arquitectónico de Popayán, que se conserva como testimonio de una época gloriosa y a su vez van íntimamente ligadas a la historia de sus gentes, sus tradiciones, su cultura y de su religiosidad; donde sus trazas acarician la eternidad.

…Por tanto los payaneses deben discernir sobre esta gran herencia patrimonial de todos estos virtuosos arquitectos, con minuciosa investigación, contra los avatares renovadores del modernismo; y aunque éstos sean extremos, se deberá guardar siempre su traza originaria, su esencia y su eterna identidad.

Cabe recordar la vinculación de Maestro Adolfo Dueñas con la Universidad del Cauca, en la que fue un aventajado alumno que mereció distinciones por su rendimiento académico, que lo llevaron a ser profesor emérito durante varios años.

Fue además Concejal de la ciudad y en ejercicio de ese cargo orientó y dirigió muchas de las obras públicas que a principios del siglo que se realizaron en la ciudad. La Administración Municipal constantemente solicitó sus servicios como consultor, los que muchas veces prestó en forma desinteresada, impulsado solo por el afán de servir a la sociedad payanesa.

El arquitecto Adolfo Dueñas falleció en su ciudad natal Popayán, a sus 67 años, un día de octubre de año 1909, tres años después que la nueva Catedral de Nuestra Señora de la Asunción fuera dada al culto.

El arquitecto canadiense ganador de Premio Pritzker de Arquitectura Frank Owen Gehry, afirmaba: “La arquitectura debe hablar de su tiempo y su lugar, y a la vez, anhelar la eternidad.” Y efectivamente el arquitecto Adolfo Dueñas

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Recuerdo de Semana Santa

POR: FELIPE GARCÍA QUINTERO- POETA MAGÍSTER EN FILOLOGÍA HISPÁNICA

arullo de voces y rostros en la calle. Alejada, por fin, del infierno automotor, la gente sale a verse, a reconocer su propia ciudad.

Caminar despacio, respirar lento, volver a sentir en todo lugar, en cada cosa, el aura silvestre de ese lugar nuestro elegido para el descanso y la contemplación de otros, un espacio que surge inmaculado tras la nube de la cal terrestre del reciente empañetado, esplendoroso para ser al cabo la misma ciudad de antaño.

Sin embargo, otro tiempo empieza ahora con la fantasmagoría urbana de enlucir fachadas, y una Popayán transitoria se levanta de los huecos clausurados, de las aceras pulidas y las fachadas limpias de intemperie social.

Pasos y más pasos entorno al centro hacen de Popayán un largo monólogo. Y quien consigo habla, dice el poeta español, espera hablar a Dios un día. Asunto principal de estas fechas sin llegar a ser lo exclusivo, pues también aquí el camino de la creencia resulta plural, y como la ciudad misma, su práctica es múltiple, diversa y heterogénea.

Para algunos Semana Santa es vida (comercial, cultural, espiritual, sexual) al límite, un hecho social total, lo llamó Marcel Mauss, pero no desde el margen impuesto de la carencia, el sacrificio o la renuncia, sino mejor desde

el exceso voluntario, la libre profusión y la exuberancia de lo propio compartido. Por ello, a cada procesión sigue la vigilia nocturna en tabernas, discotecas y burdeles. Como no decirlo. Bien lo ha explicado la teoría antropológica: lo sagrado y lo profano conviven y reclaman una vida única y plena, de vinos desbordados, como cantó el poeta de Charleville, Arthur Rimbaud, un día que aún no termina.

Así también las miradas de los transeúntes que van y vienen, del cielo al suelo, a diestra y siniestra; de acera en acera; adelante o atrás, de cirio en cirio, entre las alcayatas sembradas con sus ramos fúnebres en el pavimento; donde cada vistazo busca una revelación.

Antes la calle fue la pasarela pública de un frenesí de cuerpos en procura de tomar un lugar visible en el desfile jerárquico de la sociedad transcolonial.

La solemnidad de los que pasan empaña con su arrogante poder la mirada del espectador. Pero en ese ir y venir la imaginación trama humildes historias que murmuran deseos y recuerdos.

Por ejemplo, la del joven febril que busca en vano cada noche a la muchacha pálida en la misma esquina que su belleza le animó por igual el apetito de la carne y la fe en Dios. Entendemos entonces por qué ahora, y más aún durante estos pocos días, el amor es a última vista, como descubrió Walter Benjamín.

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La extraña y curiosa relación de los patojos con su Iglesia

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE VALENCIACALLE@YAHOO.COM

l año del bicentenario de nuestra independencia nos trae a la memoria que la relación de amor entre la iglesia católica y la sociedad payanesa no siempre ha sido genuflexa, aunque la fastuosidad de las iglesias y las procesiones más bellas de América que se realizan en Popayán, parecieran decir lo contrario.

En honor a la verdad, cuando se proclamó la independencia de la Nueva Granada de los ibéricos y las tropas de su majestad fueron derrotadas y expulsadas por Bolívar, España no se fue del todo. Su lengua, sus creencias religiosas y su raza en la sangre de sus vástagos, se quedaron en lugares como Popayán, villorrio construido para ser habitado por familias españolas que conservaron sus costumbres, blasones, escudos, apellidos, formas de actuar, pensar y vivir.

En épocas de la conquista, la colonia y la república, enfermarse de cualquier gripa era mortal, la naturaleza era peligrosa, las guerras frecuentes y la aventura de vivir en el Nuevo Mundo una incertidumbre. Así que rogar la protección de Dios haciendo donativos a la iglesia era lo único cierto contra todo mal y peligro.

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Hoy la iglesia ya no cobra impuestos por Ley para sostenerse y pide diezmos voluntarios a sus fieles.

Los criollos de Popayán, tan ricos como eran gracias a que llegaron a tener más de dos mil esclavos trabajando en sus minas y haciendas, obtuvieron favores especiales de la corona para tener una Casa de la Moneda (léase banco), escudo de armas, arzobispo con catedral, gobernador con palacio municipal, entre otros.

Con tantos miedos, poder y dinero, donaron lo suficiente para levantar iglesias, conventos y organizar las procesiones de Semana Santa más bellas del mundo.

La otra cara de la moneda en la relación sociedad-iglesia en Popayán, se da con la llegada a la presidencia de José Hilario López y Tomás Cipriano de Mosquera —patojos raizales, hijos de familias españolas y educados en el catolicismo cristiano—, porque fue-

ron ellos los que desmontaron prácticas poco santas de la iglesia para las finanzas de la gente y la nación.

Resulta que cuando el papa Gregorio XVI, en el año de 1835, por fin reconoció la independencia de la Nueva Granada, los criollos ilustrados se dieron cuenta de que, si bien la iglesia había cumplido un importante papel evangelizador, era dueña de extensos territorios y la propietaria de los edificios más bellos de la época, obtenidos prestando dinero e hipotecando a particulares que no podían pagar.

Y, por si fuera poco, el Estado cobraba diezmos por ley a los particulares para entregárselos a la iglesia.

Una vez se descubren estas prácticas, aparece desde los centros universitarios la tesis que todo lo dejado por los españoles debía pasar a manos del nuevo régimen o gobierno, incluso, los bienes de la iglesia; pero ningún partido político fue capaz de actuar por el miedo que significaba enfrentar a una institución con púlpito abierto para desacreditarlos en una sociedad creyente y electora.

Al llegar a la presidencia el general José Hilario López (1849 a 1853) se vio constreñido por el Congreso para la aplicación de leyes que obligaron a la iglesia a entregar el seminario de

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San Bartolomé de Bogotá, suspender las partidas de dinero que se daban para la manutención de sacerdotes, y la suspensión del cobro de diezmos en favor de la iglesia.

Para rematar, cuando el general Mosquera se proclama presidente provisorio de los Estados Unidos de Colombia (en 1861), decreta “la tuición de cultos”, ordenando a los religiosos tener permiso del ejecutivo para ejercer su prédica.

Luego declara la “desamortización de bienes” para obligar a la iglesia a entregar sus inmuebles y tierras a la nación (aunque se sabe que prefirieron rematar la mayoría de ellos a particulares, antes que ceder a lo que consideraban un capricho del dictador liberal). Y una tercera acción fue la expulsión de las comunidades religiosas existentes en el país, como los jesuitas, por ejemplo.

Hoy la iglesia ya no cobra impuestos por Ley para sostenerse y pide diezmos voluntarios a sus fieles; recibe rentas por servicios religiosos, administración de cementerios, servicios educativos a través de universidades y colegios privados, tiene ingresos fijos por arriendos de inmuebles e inversiones en la banca.

Paradójicamente, si las acciones de los ilustres ex presidentes patojos pudieron haber arruinado a la iglesia, con las procesiones de la Semana Santa de Popayán, esa misma iglesia cada año recobra vida y acrecienta la fe de sus feligreses en todo el mundo.

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del Cauca

PANTEÓN DE LOS PRÓCERES

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n espacio de memoria que guarda desde 1940 las cenizas de los “Hijos gloriosos de Popayán”, expedido por el Consejo Directivo de la Universidad del Cauca. Podemos encontrar en el Panteón de los Próceres, algunos payaneses que ayudaron a fundar la Republica y participaron en la gesta y consolidación de la primera independencia de la República en 1810, representada en el Acta del 20 de julio de 1810, donde los patriotas prometieron guardar fidelidad al rey; así esta vez, la independencia de España no fue absoluta. Otros próceres que se exaltan, cayeron en la segunda reconquista española, ocurrida de 1815 a 1819, bajo el mando de los realistas Pablo Morillo (1815-1817) y Juan Sámano (1817-1819), quienes trajeron consigo el Régimen del Terror.

CASA MUSEO MOSQUERA

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l museo se creó en primera instancia como un centro de investigaciones etnológicas el 11 de febrero de 1946, por Acuerdo 128 del Consejo Directivo de la Universidad del Cauca. Posteriormente se convierte en la Casa Museo Mosquera para hacer referencia a vida y obra del General Tomas Cipriano de Mosquera, hombre que revolucionó la manera de pensar en la floreciente República. General en muchas batallas durante la independencia, amigo de Simón Bolí-var, pensador en los ideales liberales y cuatro veces presidente de la República de Colombia, hari-an de él, uno de los personajes más celebres de la historia nacional.

La Casa Museo Mosquera está custodiada por la Universidad del Cauca, encargadas de la protección, conservación y divulgación de las colecciones del Patrimonio Cultural relacionadas con objetos, utensilios y obras de arte colonial y republicano pertenecientes a la familia del General y de personalidades que tuvieron relación con ellos y con los acontecimientos políticos y sociales acaecidos en la Nueva Granada en los siglos XVIII y XIX.

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del Cauca

EXPOSICIONES DE LA RED DE MUSEOS DEL CAUCA

Apertura: 26 de marzo de 2021 - Horarios de visita: 9:00 am – 5:00 pm. Jornada continua

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CASA MUSEO GUILLERMO LEÓN VALENCIA Título: Los colores de Vietnam Autor: Casa Museo Guillermo León Valencia Fecha de realización: 13 de marzo a 12 de abril 2021

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MUSEO DE HISTORIA NATURAL UNIVERSIDAD DEL CAUCA

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ue fundado el 1 de septiembre de 1936, durante la Rectoría del Doctor Antonio José Lemos Guzmán, por el Biólogo Federico Carlos Lehmann Valencia, quien donó su notable colección particular de aves y mamíferos con cerca de 100 especímenes. El Museo se ha posicionado como uno de los más importantes a nivel nacional y de Suramérica. Se distingue como un centro de investigación y consulta permanente sobre el conocimiento de la biodiversidad en suroccidente colombiano y dispone de ocho salas temáticas distribuidas en tres pisos.

Título: Las Piangüeras, hijas de la tierra, el rio y el mar.

Fecha de realización: 27 de marzo a 27 de abril 2021 Horarios de visita 9:00 am – 5:00 pm jornada continua

FUNDACIÓN CASA MUSEO LUIS EDUARDO AYERBE GONZÁLEZ

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a correspondencia que Julio Arboleda Pombo- el “Poeta Soldado”, que mantenía desde Inglaterra con su prima y prometida Sofía Mosquera y Hurtado, da origen a esta casa.

Conocedor de las construcciones de Pompeya que sobrevivieron a la erupción del volcán Vesubio; decidió replicar a otra escala la Casa de los Vetti en Popayán. Su patio con columnas dóricas y capiteles sobre los cuales descansa el amarre estructural que está ornamentado con un friso romano, cuyos triglifos y metopas en tallas de madera representan elementos de caza como el arco y el carcaj y el cuerno de la abundancia en homenaje a la diosa Diana.

MUSEO NACIONAL GUILLERMO VALENCIA Título: Armando La Independencia Autor: Museo Guillermo Valencia / Fecha de realización: 26 marzo de 2021 Horarios de visita: sábado a Miércoles Santo 10am a 12m y de 2p.m a 5p.m. De Jueves Santo a Sábado Santo de 10am a 5p.m jornada continua.

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MUSEO NACIONAL GUILLERMO VALENCIA

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sta casona de estilo neoclásico, construida en el siglo XVIII por el arquitecto Payanés Marcelino Pérez de Arroyo, para residencia del Regidor del Cabildo Sr. José Gregorio de Angulo; tras su muerte la casa fue heredada por la familia Diago Angulo, que alojó al Barón Alexander Von Humboldt en 1801.

Posteriormente es adquirida por Isaías Vejarano, y en 1906 fue comprada por Ignacio Muñoz Córdoba, suegro del Poeta Guillermo Valencia; el cual la habitó desde 1908, año de su matrimonio, hasta el 8 de julio de 1943, fecha de su muerte.

CASA MUSEO NEGRET E IBEROAMERICANO DE ARTE MODERNO - MIAMP

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a casona fue construida en 1781, al estilo de las casas sevillanas, como residencia de los esposos Ricardo Vejarano y Bárbara Segura Caldas. Pasó luego a ser propiedad de su yerno Hilarión Ríos y Rafaela Vejarano; quienes la vendieron en 1930 al General Rafael Negret Vivasesposo de María Dueñas y padre del maestro Edgar Negret Dueñas.

EXPOSICIONES DE LA RED DE MUSEOS DEL CAUCA CASA MUSEO MOSQUERA

PANTEÓN DE LOS PRÓCERES

R E D D E M U S E O S

Título: Apertura nueva Museografía Sala de Arte Colonial y Sala Histórica Familia Mosquera Autor: Casa Museo Mosquera. Apertura: 29 de marzo 2021 Horarios de visita 10:00 am – 5:00 pm jornada continua

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MUSEO DE HISTORIA NATURAL

Título: Apertura de Sala de Oceanografía Autor: Museo de Historia Natural. Apertura: 29 de marzo de 2021 Horarios de visita 10:00 am – 5:00 pm jornada continua

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Título: Exposición Numismática La Casa De La Moneda En Popayán Apertura: 26 de marzo de 2021 Horarios de visita 10:00 am – 5:00 pm jornada continua

CASA MUSEO LUIS E. AYERBE GONZÁLEZ

Título: Arte contemporáneo, arte colonial, Exposición: La espada del General Tomas Cipriano M. La Mitra del Arzobispo Manuel Antonio Arboleda Scarpetta.

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