
7 minute read
DESIGUALDAD EMERGENTE:
Surgimiento temprano de élites durante el Periodo Salinar en la Costa Norte del Perú.
La desigualdad social, un fenómeno que parece intrínseco a las sociedades humanas, no es exclusivo de las épocas modernas. Recientes investigaciones en el sitio arqueológico José-Olaya-La Iglesia (JO-IG) en Huanchaco, Perú, están desvelando cómo las divisiones sociales comenzaron a tomar forma en comunidades costeras hace más de dos mil años. Este estudio ofrece una nueva mirada sobre la manera en que las primeras élites locales consolidaron su poder en un entorno que hasta ahora se creía más igualitario. Durante la época Salinar del Horizonte Temprano Tardío (aproximadamente entre 400 y 200 a.C.), el mundo andino experimentaba grandes transformaciones. La caída de grandes centros ceremoniales como Chavín de Huántar o Huaca de los Reyes, que habían dominado la escena religiosa y política en la costa y sierra central y norte del Perú, marcó un cambio significativo en la distribución del poder. Este vacío fue llenado por nuevas élites que surgieron en comunidades más pequeñas, como las ubicadas en la costa norte del Perú. Huanchaco, conocido hoy por su rica tradición pesquera, fue en su momento un centro clave para la investigación de estas transformaciones sociales. El sitio JO-IG, el cementerio más grande del Horizonte Temprano Tardío, ha proporcionado una abundante cantidad de restos humanos que permiten a los investigadores explorar cómo las diferencias sociales comenzaron a solidificarse en la región.
La Dra. Jordi A. Rivera Prince, de la Universidad de Florida, lidera un equipo que ha aplicado métodos bioarqueológicos y mortuorios avanzados para analizar 112 entierros del sitio JO-IG. Entre estos encontramos:
1. Análisis de restos óseos humanos: Este método permitió evaluar la salud, nutrición, y condiciones de vida de los individuos. A través del estudio de los huesos, la autora pudo identificar signos de estrés físico, como cribra orbitalia (indicador de anemia), caries dentales y enfermedades articulares, además de marcadores de estrés nutricional y desarrollo, como líneas de Harris e hipoplasia del esmalte dental. Esto incluyó también la clasificación de fracturas y marcas en los huesos para distinguir entre traumas accidentales, interpersonales o relacionados con conflictos. Todo esto interpretando el contexto de cada
Igualdad en evidencia bioarqueológica entierro para comprender el significado social y cultural de las lesiones en función de su ubicación, gravedad y patrones de sanación.
2. Análisis funerario: La autora examinó la disposición y características de los entierros, incluyendo la orientación de los cuerpos, la presencia de objetos funerarios y la estructura de las tumbas. Este análisis permitió identificar diferencias en las prácticas funerarias entre distintos individuos, lo que sugirió la existencia de élites locales:
Caso 1: Igualdad en evidencia bioarqueológica & Igualdad en evidencia funeraria: Una sociedad con instituciones efectivamente igualitarias.
Caso 2: Desigualdad en evidencia bioarqueológica & Igualdad en evidencia funeraria: Una sociedad donde las prácticas funerarias oscurecen la desigualdad incipiente en la sociedad.
Caso 3: Igualdad en evidencia bioarqueológica & Desigualdad en evidencia funeraria: Una sociedad donde las prácticas funerarias están exagerando la desigualdad
Caso 4: Desigualdad en evidencia funeraria & Desigualdad en evidencia bioarqueológica: Una sociedad con una desigualdad totalmente institucionalizada
3. Estudio de objetos asociados a los entierros: Se incluyó el análisis de artefactos como objetos de oro, cerámica, textiles y herramientas, encontrados en algunos entierros, que fueron interpretados como indicadores de estatus social.
4. Comparación bioarqueológica entre sexos y edades: La autora realizó comparaciones entre hombres, mujeres y niños en cuanto a indicadores de salud y vida cotidiana, lo que permitió detectar variaciones significativas que sugieren diferencias en el acceso a recursos y experiencias vividas.
5. Modelos de coherencia y disonancia social: Se aplicaron modelos teóricos que permiten analizar la relación entre la evidencia bioarqueológica (estado de salud) y la evidencia funeraria (prácticas mortuorias), para identificar si había coherencia o disonancia en la manifestación de la desigualdad social.
6. Análisis de trauma esquelético: Este análisis permitió identificar lesiones y determinar si estaban relacionadas con violencia interpersonal o accidentes, proporcionando información sobre las condiciones de vida y los posibles conflictos en la comunidad.
Este enfoque multidimensional ha permitido descubrir cómo la desigualdad se manifestaba en varios aspectos de la vida cotidiana, desde la salud y el acceso a recursos, hasta las prácticas funerarias.
Uno de los hallazgos más significativos es la evidencia de entierros diferenciados entre individuos, lo que sugiere la existencia de una élite local que, aunque aún no tan poderosa como las de épocas posteriores, ya empezaba a marcar su presencia. Estos entierros, que incluían objetos de prestigio como artefactos de oro y cerámica fina, contrastan con los de la mayoría de la población, que carecía de estos bienes.
Además, el análisis de los restos óseos reveló diferencias notables en el estado de salud entre distintos grupos de la comunidad. Por ejemplo, algunos individuos mostraban signos de mejor nutrición y menor estrés físico, indicadores que podrían estar relacionados con su estatus social.
Este estudio desafía la creencia común de que las sociedades pre-estatales andinas eran relativamente igualitarias. A menudo se ha pensado que las diferencias sociales marcadas surgieron principalmente con la aparición de grandes estados como los Moche o los Tiwanaku, pero la evidencia de Huanchaco sugiere que estas diferencias ya estaban en proceso de formación mucho antes.
Al examinar tanto la evidencia bioarqueológica como la funeraria, el estudio ofrece una visión más matizada de cómo la desigualdad social no solo se reflejaba en la distribución de bienes materiales, sino también en la calidad de vida y las experiencias individuales de las personas.
1. La investigación sugiere que ya existía desigualdad social en las comunidades de pequeña escala durante el Horizonte Temprano Tardío (500-200 a.C.). Esto se refleja en las diferencias en el acceso a bienes, poder e información entre los individuos de la comunidad.
2. La autora identifica la presencia de élites locales en el sitio JO-IG de Huanchaco. Estas élites eran responsables de una distribución desigual de recursos y poder, lo que se evidencia en los entierros diferenciados y los objetos de prestigio asociados a ciertos individuos.



3. La desigualdad social en Huanchaco se expresaba más explícitamente en el mundo material, como en la distribución de bienes funerarios, en lugar de estar profundamente arraigada y amplificada en las diferencias biológicas o de salud entre los individuos.
4. Al analizar la desigualdad social, la autora encontró una disonancia entre la evidencia funeraria (los objetos y prácticas asociados con los entierros) y la evidencia bioarqueológica (el estado de salud y las condiciones de vida de los individuos). Esto indica que la desigualdad social no siempre se reflejaba de manera coherente en todos los aspectos de la vida.

5. La investigación desafía las nociones previas de que la desigualdad social en los Andes solo se consolidó con el surgimiento de grandes estados. En cambio, muestra que estas diferencias comenzaron a manifestarse en comunidades más pequeñas y menos complejas mucho antes.
6. La autora enfatiza que aún queda trabajo por hacer para comprender cabalmente la naturaleza de la desigualdad en JO-IG y en otras comunidades contemporáneas.
Se sugiere que futuros estudios deberían seguir explorando el papel del sitio de Salinar y su influencia en la historia más amplia de los Andes Centrales.
Los hallazgos de Huanchaco no solo enriquecen nuestro conocimiento de las antiguas civilizaciones andinas, sino que también tienen implicaciones para entender la naturaleza universal de la desigualdad social. La historia de Huanchaco nos muestra que la lucha por el poder y el acceso a recursos es una constante en las sociedades humanas, un proceso que puede comenzar en pequeñas comunidades y que, con el tiempo, puede llevar a la formación de estructuras de poder complejas.
Si quieres más información de este artículo o referencias bibliográficas, puedes encontrar la tesis en: https://ufdc. ufl.edu/en/UFE0060102/00001/pdf
Autor: Jordi A. Rivera Prince Edición: Grupo Arqueolizándonos
PALABRAS CLAVE: CERRO TALALE, SITIO ARQUEOLÓGICO AYACUCHO, PERIODO INTERMEDIO TARDÍO, CULTURA CHANKA, ETNIA LARAMATI, ARQUEOLOGÍA EN PERÚ, CULTURA WARI, TUMBAS FUNERARIAS AYACUCHO, PATRIMONIO CULTURAL AYACUCHO.