60-61 Mascotas Faraones Julio 2015_Maquetación 1 30/06/15 19:49 Página 61
Figura de Anubis. Madera con incrustaciones de oro hallada por Howard Carter el 4 de noviembre de 1922 en la Estancia del Tesoro de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes. Museo de El Cairo.
PERROS CON COLLAR El collar se usó desde la antigüedad para entrenar a los animales en la caza y protección de sus cuidadores. La primera evidencia de un perro con collar proviene del antiguo egipto y está datada en 3.000 A.C. Estaba hecho en cuero y lucía el nombre «El Valiente».
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Anubis, representado por un gran cánido negro acostado sobre su estómago, probablemente un chacal o un perro salvaje, o como un hombre con cabeza de perro, era un dios funerario, guardián de la necrópolis y patrón de embalsamadores. Debía encontrarse en el momento de la momificación. Para los egipcios, el perro, denominado iu o tyesem, ya era una mascota muy apreciada, compañía en la casa y compañero en la caza.
EL FARAÓN, ANIMAL FEROZ La conceptualización de la forma animal parece alcanzar su punto álgido con la expresión de la omnipotencia del faraón y de los dioses que le otorgan el poder. Al faraón se le relaciona deliberadamente con el animal feroz, cuya fuerza invencible se asocia a la excepcional fortaleza del soberano y su capacidad de defender Egipto frente al enemigo.
EL PERRO ANUBIS
Figura de gato hecha en madera sólida datada en el 305 A.C. Brooklin Museum of Art´s Collection
Figurita de madre mona con su cría Esteatita esmaltada Tercer Periodo Intermedio, probablemente dinastías XXII-XXV © Musée du Louvre, dist. RMNGP / Benjamin Soligny
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EL MONO
Tanto el mono, denominado ky, como el babuino, denominado ian, eran tratados como animales de compañía. En numerosos ejemplos de arte funerario, los encontramos trepando palmeras e higueras para ayudar a recolectar los frutos que estaban más altos.
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EL GATO
Los antiguos egipcios lo denominaban miu y fue domesticado a partir del Imperio Medio (desde 2040 a.C.) Numerosas pruebas hacen creer que era el animal favorito de la realeza, como el lujoso sarcófago que Tutmosis mandó construir para su querida gata Tamit.
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