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Hijos
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Enséñales sobre consentimiento
PERMISO. Como padres, en ocasiones nos puede resultar difícil respetar los deseos de nuestros hijos o simplemente tomar en cuenta sus decisiones. En piloto automático tendemos a decidir por ellos sin pensar que esto podría afectarles de alguna manera, ya que el consentimiento es algo muy personal, y aun siendo niños se puede tener claro lo que se desea y lo que no. Por Pamela Toribio Foto fizkes
Según la psicóloga clínica infantil, Sarah Schettini, el consentimiento ocurre cuando una persona acepta voluntariamente la propuesta o los deseos de otra. Con los niños, a menudo se les dice “pide permiso”. Es importante respetar sus decisiones sobre espacio personal y lo que deciden hacer. También, explicarles claramente lo que significan las palabras “no” o “parar”. Los niños y niñas deben entender que cuando alguien le dice que no, debe respetarlo, pero a la vez, cuando él lo dice, también se debe respetar su límite. Esto empieza en casa, por ejemplo: si ya no quiere seguir un juego y pide parar, es importante hacerlo. Otro tema que se suele olvidar es pedir el consentimiento de los pequeños cuando se invade su espacio personal, por ejemplo, con los abrazos, besos, cosquillas, etc., ya que esto les enseña que tienen el control de lo que pasa con su cuerpo. Los niños y niñas deben saber que tienen el derecho a establecer sus propios límites. Por ejemplo, antes de abrazarlo y besarlo, preguntarle si se siente cómodo o si está de acuerdo. Empoderarlo a designar su propio espacio personal lo ayudará a comprender que otras personas también quieren hacerlo. Para que entiendan que su cuerpo se cuida y se respeta, es importante no obligarlos a abrazar, besar o que otras personas lo toquen, si no quieren. Con relación a su cuerpo, debemos mostrarles cómo establecer límites sobre cuándo y cómo se toca y quién lo toca.
Deben tener claro que:
* Tu cuerpo te pertenece y tienes la oportunidad de decidir sobre él. * Nadie debe tocarte sin permiso.





MIENTRAS MÁS TEMPRANO LOS NIÑOS Y NIÑAS APRENDEN SOBRE SUS PROPIOS LÍMITES Y ENTIENDAN LA IMPORTANCIA DE RESPETAR LOS DE LOS DEMÁS, MÁS FÁCIL LES RESULTARÁ TENER RELACIONES SANAS EN LA ADULTEZ.
Cabe destacar que es responsabilidad de los padres o del cuidador mantener seguros a los pequeños. Esto significa que se debe tener cuidado al elegir a las personas con las que pasan el tiempo. También es necesario educar a la familia, amigos y otras personas involucradas en su vida sobre las expectativas en torno a los límites y el consentimiento. Explicarle a la familia lo que se le quiere enseñar sobre los límites y no obligarlo a tocar, abrazar o sentarse en las piernas de alguien si no quiere. También se debe respetar su forma de ser y sus deseos en diferentes situaciones. Por ejemplo, si es tímido o no se siente seguro en un lugar nuevo, no obligarlo a interactuar o hacer algo que no desea. No es necesario obligarle o llamarle la atención delante de terceros, ya que empeorará la situación. Tampoco ayuda justificar su conducta con una etiqueta, ejemplo: él/ella es así, es tímida, etc. Esto puede reforzar la conducta. Es mejor hablar con anticipación, explicarle lo que puede pasar en el lugar, las personas que estarán y cómo debería responder. Un saludo con las manos o una sonrisa es suficiente. Con los más pequeños, puede ayudar hacer juegos de roles y practicar el saludo. Poco a poco lo irá logrando sin sentirse forzado. Si se trata del espacio personal, de su cuerpo, de su temperamento, no se debe forzar u obligar. Sin embargo, existen normas sociales que los pequeños deben cumplir, y para eso ayuda tener una conversación previa explicándole, antes de estar en el lugar, lo que se espera de él y también escuchar sus temores, inquietudes u opinión. Un padre o madre que acostumbra a escuchar y validar a su hijo ya está honrando y aceptando sus deseos.
La otra cara de la moneda
También está el otro extremo, niños que son muy entusiastas y tienden a acaparar todo el espacio. A estos es bueno enseñarles sobre el espacio personal que les corresponde y así ayudar a reducir las demostraciones afectivas a otras personas. Se les puede explicar como si cada persona está dentro de una burbuja y es el espacio que se debe mantener entre cada una. El primer paso siempre es validar sus sentimientos o expresiones. La empatía que demuestra el adulto lo ayuda a sentirse escuchado. Cuando deseamos que haga algo en particular es necesario explicarle las razones, con un lenguaje adecuado para su edad, evitando las amenazas y sobornos. Las madres y padres deben estar dispuestos a tener una comunicación abierta en casa, contestar preguntas y escuchar a sus hijos, pues cuando se sienten validados y aceptados son más abiertos, expresivos y tienen mejor comunicación, no solo en casa, sino con los demás.
Herramientas para mejorar la comunicación
* Aprender a escucharlos, sin interrumpir. Conectar con lo que están diciendo, manteniendo el contacto visual. * Ponernos a su nivel física y verbalmente. * Elegir diferentes momentos para conversar, permitiendo que cada quien comparta libremente su opinión sin juzgar o descartar. * Hacer preguntas para ayudar a que fluya la conversación, sin que se convierta en un interrogatorio. Esto motiva y le da seguridad para expresarse. * Entender que no por ser el adulto lo sabes todo y siempre tienes la última palabra. Esto desalienta a los niños y no les permite expresarse libremente. * Encontrar momentos para estar plenamente presentes, compartir y conectar. Un niño que se siente querido y aceptado cooperará más y se comunicará mejor.
Es necesario tener límites y normas claras. No se debe confundir respetar el espacio y la forma de ser de los niños con ser inconsistentes y demasiados flexibles. Tener límites y normas claras les sirve de guía para saber qué se espera de ellos. A la vez, orienta a los padres sobre los momentos en que pueden flexibilizar las reglas o cuándo deben ser consistentes y firmes con los límites, que claramente deben establecerse de acuerdo con su edad o etapa de desarrollo. P Ilustración Dean Gradella
TIPOS DE LÍMITES
* DE SU ESPACIO FÍSICO:
enseñarles a definir su espacio personal y comodidad con el contacto físico.
* MATERIALES: enseñarles sobre cómo y cuándo compartir, también sobre respetar los juguetes y pertenencias de sus amigos.
* MENTALES: les permite tener sus propias opiniones y los ayuda a manejar mejor discusiones y debates. También a tener seguridad y a no dejarse influenciar.
* EMOCIONALES: los ayuda
a separar sus necesidades, deseos y emociones de las de los amigos y seres queridos. Evita que se sienta comprometido a complacer a los demás por encima de sus necesidades.

