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Una empresa argentina de calzado fabrica a partir de llantas usadas.
¿CUÁNTOS TONELADAS ANUALES DE RESIDUOS DE LLANAS SE GENERAN AL AÑO EN TODO EL MUNDO?
La verdad es muy difícil tener una cifra exacta. Por ejemplo, solamente en Argentina se generan más 130 mil toneladas anuales de residuos producto del cambio de llantas. Según el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), en ese país hay aproximadamente 15 millones de vehículos que deben hacer el cambio de neumáticos con cierta regularidad y no existe alguna ley sobre los fabricantes de llantas que los obligue a hacerse cargo de este residuo.
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Sin embargo, pese a lo anterior, la empres argentina XINCA, ubicada en la provincia de Mendoza, fabrica mensualmente 1,500 pares de zapatillas a partir de las llantas usadas. Y con un slogan curioso como “Nuestras zapatillas son basura”, la compañía descubrió una manera de usar parte de ese material en la fabricación de zapatillas de bajo costo.
En África también se hacen sandalias cortando directamente sobre la llanta, al igual que en algunos pueblos de Latinoamérica, pero estéticamente no son muy atractivas.
En XINCA se quiso romper con ese paradigma demostrando que, con un residuo de este tipo, se puede realizar un producto de calidad, afirmó Alejandro Margor cofundador de la compañía junto a Nazareno El Hom y Ezequiel Gatti.
Ellos tienen claro que los proyectos ecológicos deben tener una dimensión comercial para que sean viables. Por ello, la empresa diseña pares simples, atemporales y unisex, a un precio muy accesible. XINCA fabrica 1,500 pares de zapatillas por mes que se comercializan en unas diez ciudades del país y en su plataforma de comercio electrónico. El objetivo de la empresa es incorporar a un inversor con fábrica propia para comenzar su etapa exportadora.
Y en todo lo anterior, también hay un beneficio importante ya que no solos contribuye con la mejora del medio ambiente, sino también favorece a la comunidad donde se localiza: el 90% de la producción se realiza en los talleres del Penal San Felipe de Mendoza. Este proyecto ha implicado un gran desafío; sin embargo, todo ha marchado bien y a las personas del penal se les paga igual que los trabajadores del calzado en Argentina.