que invita a contemplar la vista ya sea desde el interior de los amplios vagones, pertrechados de cómodos asientos y grandes ventanas panorámicas, o desde las puertas abiertas en los laterales del extremo de cada vagón. Hay dos tipos de trenes que cursan el recorrido: uno Primera Express, que sólo para en las estaciones Misión de Cerocahui
principales y que con su precio superior y su amplio vagón comedor está pensado para turistas, y otro de Clase Económica, que se detiene también en otras pequeñas estaciones, va siempre muy lleno de gente y para el cual hay servicios de comida más sencillos en un pequeño y poco surtido vagón bar. Cuando a las 12:20 el tren llega a Bahuichivo, en plena sierra Tarahumara, la altitud ya es de más de 1.800 metros y el paisaje ya ha vuelto a cambiar y las montañas se encuentran ahora recubiertas por extensos bosques de pino. Esta es mi primera parada, para llegar al pueblo de Cerocahui, a sólo 45 minutos en autobús, donde se erige una antigua misión jesuita del siglo XVII. Desde Cerocahui y sus hermosos valles se organizan excursiones a los cañones de Batopilas y de Urique. Este último, al fondo de un profundo valle, es el cañón más hondo de todas las Barrancas, con una profundidad de 1.879 metros. Cañón de Urique