El autor gozando de la perspectiva de una joroba.
A Los beduinos están siendo obligados al sedentarismo, pero todavía mantienen a sus camellos, aunque sea para dar vueltas a los turistas.
David Ben-Gurion, primer ministro de Israel durante su independencia, le gustaba el desierto de su país. Le gustaba asomarse al balcón natural de roca en el extremo del kibutz de Sde Boker y contemplar como el despertar del sol modificaba el calor del paisaje rocoso, yermo, desnudo y estéril que se divisa desde lo alto. Lo contemplo desde el mismo sitio en que lo miraba cada mañana Ben-Gurion, cerca de la tumba donde escogió ser enterrado. Reposa aquí junto a su mujer. Él fue el primer visionario en creer que la vida podía llegar al desierto y que el deber del país era poblarlo y hacerlo florecer. Llegué aquí tras superar un puerto de montaña, entre desgastadas laderas, y el frondoso y bien cuidado bosque con el sendero que conduce hasta el lugar de reposo del primer ministro
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