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DETRÁS DEL LIBRO La afición lectora

La afición lectora empieza por imitación

Desde el hogar se debe transmitir a los niños el mensaje de que la lectura, además de ser una actividad placentera y de ocio, es también una fuente de conocimiento. Una de las mejores ocasiones para demostrárselos, es invitándoles a encontrar en los libros las respuestas a muchas de las múltiples dudas y preguntas que diariamente plantean los hijos,

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Por Gustavo Dávila Hidalgo

Radmandí, Proyectos Editoriales

La idea de la lectura es un asunto que comienza en casa y que está ligado a los orígenes de los seres humanos, a sus historias familiares, a los hilos de la memoria que los enredan en una trama de significados. Y son las familias integradas por padres, madres, abuelos, tíos o nodrizas quienes sembraron en los niños el amor por las historias y por los libros.

Sin embargo, esto no fue hecho a propósito, ni se siguieron unos objetivos predeterminados o indicadores de evaluación; lo más probable es que sólo debieron haber querido pasar un buen rato, o domar a las pequeñas fieras que suelen ser los niños, para que estuvieran quietos, por lo menos, unos minutos.

La casa es la primera escuela. Los valores, las actitudes, los modos de ser, de sentir y de pensar, la manera de mirar, tienen sus raíces en esa primera escuela a la que, por fortuna, no han llegado aún las innovaciones de la tecnología educativa, y los métodos sofisticados de la pedagogía contemporánea poco se aplican.

Si nos valemos de una frase quizá pasada de moda, tenemos que admitir que se aprende con el ejemplo. Es mucho más probable que un niño criado en un hogar donde la lectura sea una actividad cotidiana, adquiera más fácilmente el hábito de la lectura, que otro que pertenece a un hogar en donde no se practique la lectura con demasiada frecuencia.

El niño que ve a sus padres leer, cuidar sus libros o interesarse por la lectura, sentirá la tentación de mirar, tocar y leer algún libro. Pero, lamentablemente, no todos los progenitores ni todos los miembros de la familia son lectores.

Desde el hogar se debe transmitir a los niños el mensaje de que la lectura, además de ser una actividad placentera

y de ocio, es también una fuente de conocimiento. Una de las mejores ocasiones para demostrárselos, es invitándoles a encontrar en los libros las respuestas a muchas de las múltiples dudas y preguntas que diariamente plantean los hijos, facilitarles el acceso a los significados de las palabras, a través de juegos o del uso del diccionario, descubrir lugares, conocer otras culturas. Todo ello hará comprender a los niños la magia de los libros.

Se debería darle la categoría de regalo especial.

Intercambiar libros en ocasiones especiales, o cuando la situación lo amerite,

Por otro lado, la familia entera debe tener presente que la acción de regalar un libro, tiene el mismo efecto que regalar cualquier otro juego o juguete. Se debería darle la categoría de regalo especial. Intercambiar libros en ocasiones especiales, o cuando la situación lo amerite, contribuirá a revalorizar al libro y a ubicarle en el primer lugar entre sus preferencias o expectativas.

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