EL LIBRERO DE...
J. M. SERVÍN
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El escritor mexicano J. M. Servín (1962) vive en un departamento amplio, de techos altos, en la zona centro de la ciudad junto con Bibiana Camacho, también escritora, y sus dos perros: Kato y Doctor Gonzo. En su estudio, además de libros, hay fotografías, carteles y muñecos que el autor de Por amor al dólar, Cuartos para gente sola, Al final del vacío, entre otros, ha comprado en tianguis o recogido de la basura. Esto nos dijo acerca de su librero. +
¿Cuántos libros tienes? No lo sé. No son muchos, creo que no llegan ni a dos mil, porque depuramos la biblioteca y solamente tenemos volúmenes, ejemplares de libros que consideramos entrañables para nosotros. En esta habitación tenemos crónica, nota roja, crónica policiaca, ficción policiaca y estudios sobre urbanismo y criminalidad. En otro cuarto hay pura literatura. ¿Cuál es el más nuevo? El catálogo de la exposición Witkin & Witkin, un fotógrafo/un pintor, que compré el día que fui a ver una exposición de Enrique Metinides en el Foto Museo Cuatro Caminos. ¿Cuál es el libro más viejo? Es un tratado sobre la cocaína, Estudios sobre la coca. Me lo regaló mi suegro, no sé por qué. Es una edición de 1901. Cuando criminólogos, médicos y gobiernos no estaban histerizados por el uso de las sustancias como la cocaína, sino que buscaban regularlas y entender sus verdaderos efectos en las minorías poblacionales que las usaban como entretenimiento o asuntos médicos; se decía, por ejemplo, que la cocaína curaba la histeria. ¿Cuál es tu favorito? Está El talón de hierro, de Jack London, lo tengo en una vitrina, me lo regaló Daniel Espartaco; y mi ejemplar del Viaje al fin de la noche, de Céline. ¿Qué libro no has leído aún? El Quijote, ni siquiera lo tengo. No me dan ganas de leerlo. Sé que soy un mal escritor por eso, por no leer el Quijote.
¿Cuál es la joya de la corona del librero? Un libro de Nelson Algren, su primera novela El hombre del brazo de oro. Lo conseguí en un tianguis de fierros en Estados Unidos el mismo día en que me corrieron de la gasolinera donde trabajaba. Nelson Algren trabajó en una gasolinera. Encuentro el libro, y aparte venía con un billete de dos dólares dentro. Eso para mí tiene un significado muy especial: por el escritor, que es mi máximo; por el libro, que es una primera edición, de 1949 o 1950, y que trajera dos dólares dentro para mí eso es invaluable. ¿Qué libro has regalado? He regalado muchos y los he regalado porque son de escritores que para mí no tienen ninguna trascendencia. Soy el típico malora: regalo libros que no me gustaron. Cuando quiero a la gente y sé que va a apreciar la lectura, regalo los mismos: de Jack London, de José Revueltas o de lo que yo considero arte, fotografía policiaca, cosas de ésas. ¿Qué libro te falta? Me faltan todos, quizá las obras completas de Jack London. ¿Cuál autor se repite más veces en el librero? Sin duda Jack London, lo tengo por todos lados, es un autor al que recurro siempre; también James Ellroy, tengo todo lo que ha escrito. Y Jorge Ibargüengoitia. ¿Cuál libro no has regresado? (es decir, que no es tuyo). Rara vez pido un libro prestado y soy de los que sí los regresan. Si un libro me interesa, o voy a la biblioteca o lo compro. Creo que he leído más libros en bibliotecas que los que he leído en mi casa. +