2 minute read

REGIONAL

DELEITES PASAJEROS

ORACIÓN DE UNA MADRE

Advertisement

Era una niña normal como cualquier otra que ha nacido y crecido en la iglesia. Asistía con su madre cada sábado y participaba de todas las actividades que había en su iglesia natal, Pasadena Spanish Adventist Church en el estado de California. Asistía a los diferentes clubes de la iglesia y señala que, lo que más le gustaba eran las actividades que realizaban en el club de Conquistadores.

Como muchos jóvenes que han nacido en el seno adventista, al pasar por la adolescencia fue atraída y seducida por los placeres deslumbrantes que ofrece éste mundo sin pensar que es solo un espejismo pasajero dejando un hondo vacío en su vida cuando las luces, la música ensordecedora y los efectos del licor terminaban.

Esa era la vida juvenil de Eulalia Rodríguez, una joven apuesta y elegante. Con sus casi seis pies de altura, atraía a todo tipo de personas masculinas. Sin embargo, en medio de sus momentos de cordura le atormentaba pensar que ella era una hija de Dios que había entregado su vida al Señor cuando era niña y tenía que luchar con esos pensamientos que le incomodaban, solo para ahogarlos y seguir “disfrutando” de los deleites pasajeros de éste mundo.

A su madre, quien seguía asistiendo fielmente a la iglesia, le afligía ver la vida desordenada de Eulalia por quien oraba continuamente para que Dios tocara su corazón y pudiera regresar a los caminos del Señor.

Esa es la historia de muchos padres que a través de las generaciones han tenido a sus hijos lejos de los caminos de Dios con la esperanza de que algún día se hagan realidad Sus promesas, sobre todo cuando nos asegura que quien “instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de el” (Proverbios 22:6). Aunque para muchos les parece que estas palabras son letras muertas y no tienen ningún efecto en su vida, lo que no saben es que Dios no solamente escucha sus oraciones, sino que ha estado obrando silenciosamente en la vida de sus hijos.

Eso fue lo que justamente sucedió en la vida de Eulalia. Como resultado de las oraciones de su madre, ella regresó a la iglesia y fue bautizada en la Iglesia Adventista de El Paso East el 20 de abril del 2019. Su madre no tuvo la alegría de ver a Eulalia entregar su vida al Señor ya que la muerte la privó de éste acontecimiento. Ya me imagino la sorpresa que tendrán muchos padres al ver a sus hijos en el reino de los cielos como respuesta de Dios a sus oraciones.

Hoy, Eulalia es directora de diaconisas y juntamente con Eber Cesar Rodríguez, su esposo, le sirven al Señor en Su iglesia en espera de Su promesa bienaventurada, la Segunda Venida de Cristo.

Pedro Ledezma es el pastor de la Iglesia Adventista de El Paso Spanish East en El Paso, Texas.