Revista Integrando Edicion 1

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gente en el modo de vida cooperativo. La cooperación es, por excelencia, la negación de la exclusión, porque implica compartir, dar y recibir, el hacer parte de algo, la trascendencia del yo hacia el nosotros. La inclusión es la razón de ser del movimiento cooperativo mundial.

en Antioquia, es el programa que se ha propuesto el cooperativismo en todas partes: organizar la población en emprendimientos económicos que consulten sus vocaciones productivas y sus potencialidades sociales, respetando su idiosincrasia, para producir riqueza que sea reinvertida en su propio entorno.

De su lado, profundizar la cooperación en la economía es una posibilidad que nos ha brindado –contradictoriamente- la apuesta neoliberal.

Pero, para avanzar en esas tres grandes líneas de acción de inmediatas, con una visión de desarrollo que se ajuste al acuerdo territorial del 2020, los cooperativistas debemos producir a nuestro interior un cambio profundo en el esquema de integración. Cambio que debe tomar en cuenta agrupamientos sectoriales, agrupamientos sub regionales, establecimiento de instrumentos comunes en materia de financiamiento, tecnología, mercados y educación.

La descentralización, la modernización y la privatización como estrategias fundamentales de los gobiernos últimos en Colombia, son una oportunidad para acceder a áreas de actividad –sobre todo de servicios sociales y comunitarios- que debieron haber estado en manos de las organizaciones cooperativas desde hace décadas. La opción del emprendimiento individual o colectivo como fórmula de resistencia a la concentración de inversiones, tiene en el cooperativismo su mejor oportunidad: Al respecto, el querido y malogrado cooperativista argentino León Schujman, explicaba que “la cooperativa es la figura jurídica que mejor se adapta al objeto y fines de los micro emprendimientos”. A su vez, la renovación de las empresas de capital ha dejado una ventana abierta al cooperativismo, al incluir en sus planes al trabajo asociado. Aunque hoy en día esta figura maravillosa del cooperativismo se utiliza descaradamente para maximizar el capital, es necesario advertir a quienes lo hacen con tales propósitos, que están jugando con fuego y que fácilmente pueden despertar las fuerzas del trabajo para hacer suyos los medios de producción; no nos olvidemos de la declaración constitucional de que “toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas”, exactamente la más grande aspiración del movimiento cooperativo.

Al respecto, quiero confirmarles que todos contamos con una firme integración regional: nuestra Asociación Antioqueña de Cooperativas. A ella le trasladamos la tarea de llevarnos de la mano por el recorrido sinuoso que nos espera. Amigas y Amigos: Me he extendido en presentar estas ideas inconexas, con el convencimiento personal de que así puedo contribuir a establecer unas bases iniciales para iniciar un nuevo proceso de planeamiento de nuestro movimiento, el cual tiene como misión mostrar las cumbres que debemos alcanzar. No echen en el olvido las posibilidades y oportunidades del presente.

La tercera estrategia que propongo es la de profundizar la cooperación entre las comunidades locales.

Es verdad que no somos el cooperativismo más organizado del mundo, pero somos una fuerza cooperativa firme y experimentada. La falta de mejor organización no nos debe desanimar; por lo contrario, debe inducirnos a renovar los esfuerzos.

Sobre la base del axioma de que el desarrollo es la expresión de la capacidad de una comunidad para construir socialmente su territorio, el Plan Estratégico para Antioquia –PLANEA- convoca a:

Les advierto: Si Ustedes aceptan los retos que este iluso cooperativista pone en frente, entonces también deben asumir el reto del trabajo redoblado en los próximos años.

1) Promover la asociatividad entre individuos y comunidades con territorios homogéneos, entendidos como zonas geoambientalmente diferenciadas y culturalmente construidas.

Con Gibran Khalil debo recordarles que:

2) Definir vocaciones económicas compartidas en torno a productos competitivos.

“..la vida es en verdad oscuridad, excepto donde hay anhelo. Y todo anhelo es ciego, excepto cuando hay saber. Y todo saber es vano, excepto cuando hay trabajo. Y todo trabajo es inútil, excepto cuando hay amor.”

3) Recuperar identidades culturales construidas en torno a condiciones geoambientales específicas.

Los invito a renovar el anhelo y la esperanza, afincados en el saber, el trabajo y el amor.

Ni más ni menos, este programa mínimo del desarrollo local

Muchas gracias HERNANDO ZABALA SALAZAR Medellín, Julio 12 de 2005


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