Revista Exceso edicion nº 73 marzo 1995

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Dése el gusto de entrar a Mónaco por la puerta grande, catar los buenos caldos del Veneto y degustar y descubrir los ritos y secretos de la cocina nipona de la mano de Exceso Cocina y Vino N° 2. Una publicación para llevar a la mesa.

A partir de marzo en un kiosco cerca de usted


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6 Excesos El padre de la patria en interiores. Taxis moscas. El último avileño. Fobia taurina. Orgasmo en mayúsculas

18 Golosario La brújula del paladar 19 La sartén por el mango Hatsuhana, otro japonés 20 Joél Robuchon desde París Sale bacalao 22 Sexto sentido El radar de los placeres de la carne y el espíritu

Angel o demonio Zambrano El líder de la vecindad isopropílica cayó en desgracia después que se había alzado como flamante alcalde independiente. Un error de cálculo lo sacó a rastras del coroto dejando en ascuas a su púber movimiento

42 Aquellos rublos de Moscú Que si Luben Petkoff desembarcó en un submarino soviético, que si la guerrilla recibió dinero del Kremlin, que si los que ahora están a pata de mingo de Miraflores protagonizaban subvencionadas montoneras en aquellos románticos sesenta. Valgan las infidencias

50 Anónimos y conspicuos Tienen cara de algo, visten con ropa tal, deambulan por donde es. Caracas tiene

213 De costa a costa Lentejuelas bajo la lupa

sus máscaras que rondan con números y rótulos por las aceras del fin de siglo

29 Gustos compartidos Qué, dónde, cómo resuelven el ocio

El país lee a diario las novedades de un caso insólito que involucra a una familia

30 1/4de hora Personajes extraídos de la vida misma 32 Runrún Tutto

sotto vote

65 Tierra de juego Los dardos de la redacción

71_ Columnas Las firmas en su tinta COI—OPONE

76 Sarrasine De La comedia humana, la saga de los castratis, vigente otra vez luego que el filme Farinelli reavivara las voces

atipladas de los varones que renunciaban a serlo OEMERTIMENTOS

95 As de triunfo Bajo las mangas de Steve Hamaoui M.I. HUMOR

96 Los cerebros de Sergio Sergio Ruiz y su trazo a torcer 4

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56 Una gata en el cangrejo caliente mal avenida, una psique deteriorada, un cheque, varias mentiras, dos asesinatos, una jovencita amoratada y varios millones de bolívares


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EL GUSTO UN1C0 E INOLVIDABLE DE LA- VIÑEDO DE EXCEPCION 1.1~~111111111111~

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Solamente diecisiete viñedos en Champagne tienen derecho a la denominación Grand Cm. En la región de la Montaña de Reims se encuentran los más prestigiosos. Entre ellos ocupa un lugar destacado MA -11.1.Y., ahora en Venezuela

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Bolívar in love La verdad sea recordada: Bolívar hacía el amor. Pero pareciera que algunas personas olvidan entre tanta mitificación que el Libertador de mármol era un hombre de carne y hueso, con la misma pasión para servir a la patria y a la mujer. Por ello, el pintor Gari Regnault exhibe una obra portentosa dedicada a este pasaje en la vida del ídolo: La iconografía sentimental del Libertador. En 17 cuadros, presenta la travesía de Bolívar en el amor sólo a través de las grandes mujeres —nada de amapuches de ocasión— que lo acompañaron en todos sus momentos, vigorizándolo, siéndole fieles hasta para salvarle la vida con la calidad de entrega que su admiración despertaba. Vista del nuole pecho de Bolívar. Bolívar de cabello largo y listón rojo —pocos saben que tenía el corte de Jesucristo. Bolívar besando, abrazando, dándole otro uso a las manos guerreras. Bolívar despojándose del uniforme, erotizado y en éxtasis. Los esposos Regnault dedicaron diez afanosos años de su vida, en París, a crear y recrear, mas no inventar, esta fascinante etapa del personaje de marras, para lo cual hurgaron todos los sitios donde vivió, escudriñaron entre sus inspiradas cartas, repasaron las informaciones de historiadores e hicieron acopio de muchos detalles para otros desapercibidos con la intención deliberada de rendir pleitesía no necesariamente al ya reverenciado icono sino a las damas que en su vida tuvo. Las 17 que fueron importantes para el romántico estadista —descontando a la consabida Manuelita Sáenz—, cifra que hallan moderada "pues a él todas se le ofrecían". La exposición comenzó el día de los enamorados en la galería Manuel Silvestre Pérez de Los Chaguaramos, única que se atrevió a recibir lo que para otros resultaba una impertinencia. Verbigracia la Gobernación del Distrito Federal, donde duró tres horas a la vista del público: hasta que llegó Mariela de Aguiar, la esposa del gobernador, y ordenó que bajaran de las paredes aquella osadía.

—Gladys Torres

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la caca de laá

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Mr. Ribs, el Rancho Tejano de Las Mercedes, comienza a servir desde las 11 del mediodía. La cocina ofrece el tradicional menú Tex-Mex. Las originales e inigualables costillitas a la barbecue, exquisito pollo monterrey, el special

y suculento sandwich de pollo, la hamburguesa Mr. Ribs de 225 gramos de pura carne y las fajitas mejicanas de carne y pollo. las mejores

en Caracas.

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Av. Valle Arriba, Qta. Linda, Las Mercedes, Caracas, Telf: 9933125 y 913093

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La Fundación de los Artistas por la Vida

Presenta la premiere nacional del film

LEYENDAS de PASION BRAD PITT • ANTHONY HOPKINS

Teatro Concresa Martes 28 de marzo de 1995. Hora: 8:30 p.m. Valor de la entrada: Bs. 3.000 Entradas a la venta por los teléfonos 574.74.38 576.93.04 o en las oficinas de La Casa del Artista


Pronto ¡un taxi! Se necesita conductor con moto propia para ganarle a un caótico, venenoso, asfixiante, paralizante, enemigo: el tráfico. Esta parece haber sido la súplica que escuchara cinco años atrás el italiano Vincenzo Conticello al decidir asociarse en Tokio con un japonés y montar un servicio de moto-taxi que comenzó con 200 unidades y hoy en día posee 1.200, circulando entre el apretujado río metálico del superpoblado país asiático. En 1991, Conticello, inspirado en aquel éxito, empezó a desarrollar un proyecto en Suramérica, y Caracas —razones obvias de insufribles colas— resultó ciudad piloto. Así, con el transcurso del tiempo, nació el antiestrés más eficaz para las trancas desesperantes: Pronto-Taxi, el taxi sobre dos ruedas. Es un servicio privado —nada que ver con la Alcaldía de Chacao, como suponen algunos—, accesible económicamente —incluye el multiabono— tanto para el trabajador como para el estudiante, y cubre las rutas que van desde la estación del Metro de Caricuao hasta la Universidad Simón Bolívar, esté donde esté, al llamar por los teléfonos 286.4406 y 285.8362 y solicitar su auxilio. El conductor sólo le hará esperar un máximo de 10 minutos, record que aspiran romper antes de los próximos cuatro meses cuando toquen a su puerta en sólo seis. Si usted es un motofóbico, no vacile en tomar estos autos de alquiler, porque los pilotos son (o van a ser) estudiantes universitarios bien preparados —ningunos loquitos de carretera— y por añadidura su ticket de pago es el comprobante de su póliza de seguro contra todo riesgo — exceptuando que le roben un Rolex. Descartar embrollos por el decreto antihampa de 1985 que prohíbe la circulación de dos personas del mismo sexo en una moto. "No circulan dos pasajeros; aquí vamos un conductor identificado y un pasajero". Un impermeable que lo protege de la lluvia completa la ristra de soluciones. Y como cada cabeza es un mundo, el casco está higiénicamente condicionado con un forro de papel desechable.

—Gladys Torres

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1 Pablo pinta paisajes preciosos Más vale tarde que nunca, y Pablo Benavides, pintor, sencillísimo y octogenario, por denodadas señas, ha recibido el homenaje de la colectividad plástica del país, al inaugurar, con la bendición del mismísimo presidente de la República, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, una copiosa antología de los últimos cinco decenios de su obra. Y más vale tarde, aunque en este caso pareciera que la tardanza obedece no sólo a esa extraña y peculiar costumbre delos nativos de estas márgenes del Caribe, que es el olvido, sino también a la propia forma de ser del artista. Consecuente, perenne, en sus trece toda la vida —algo insólito en un país con tradición de Alka-seltzer—, ha vuelto a lucir la boina que artistas y poetas inmortalizaran, desde los días del romanticismo d'autre siecle, para recibir de manos de su amigo de la infancia, Rafael Caldera, la Orden Andrés Bello en su primera clase. El día previo a la inauguración (porque Caldera no podía estar ese domingo, justamente, porque era el día de la Juventud: cosas del protocolo, ironías de la vida), el sábado 11, Benavides se declaraba conmovido en ese "momento solemne, cuando se le brindaba en bandeja de plata la honra, que es semejante a la aurora, la que Homero llamó la de rosados dedos" (cualquier dejo de parnasianismo en su prosa será comprensible y hasta justificable). Al día siguiente, una ríada de colegas invadió la sala de exposición para felicitar al veterano, al último paisajista de la capital idílica, al avileño de la Escuela de Caracas, e incluso hicieron su debida confesión. Jacobo Borges afirmó que si en sus pinitos no hubiera recibido la palabra solidaria de Benavides tal vez no hubiera hecho lo que hizo. Y no sólo artistas: gente de cualquier esquina y todas las procedencias acudieron a la cita, como emulando la fiesta de Serrat, y sería tal vez demasiado cruel afirmar que se debió a la vocación presidencialista tan vernácula. La mejor causa es Benavides y su obra, tan fresca como su pasión por el pincel.

—Rafael Flores

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1 Bravas por la fiesta Al circo romano, ilustrísimo antecedente cancelado de la historia por salvaje y cruel, los españoles le dieron nueva configuración: mantuvieron su esencia, sólo que se atrevieron a sustituir a los cristianos por bovinos y a los leones por hombres disfrazados de luces, y lo convirtieron en patrimonio cultural, espectáculo que se ha extendido con sus charcos de sangre hasta Francia, Portugal y más acá, México, Colombia, Perú y Venezuela. Claro, las corridas de toros también han tenido sus detractores. Los argentinos y chilenos las prohibieron a principios del siglo pasado, los uruguayos a finales, y en Cuba quedaron proscritas en 1928. Ahora, en esta patria, un grupo de personas que se ha unido bajo el título de Asociación Antitaurina de Venezuela persigue lo mismo. La premisa es que estas prácticas representan torturas y no deporte. Mucho menos arte. Esta gente —lideradas por Ruth Neuman y Cristina Camilone— se mueve, grita, protesta, se desgañita, habla y suspira horrorizada cada vez que en el Nuevo Circo los periodistas o los policías celebran sus corridas. La afición de la alcaldesa Irene Sáez por el ruedo, las nuevas generaciones de matadores o las edulcoradas crónicas taurinas de la prensa les producen úlceras. Los argumentos que esgrimen para justificar su horror comienzan desde el mismo momento cuando los animales son transportados al ruedo: carecen de aire y alimentos, encerrados en un camión. Los toros son dopados y purgados antes de entrar a escena. Luego, el sufrimiento se hace público: los puyazos — heridas en el cuello de l4 centímetros de profundidad—, los pases de muleta, las banderillas, modalidades atroces. Continúa el sádico show cuando se entra a matar, una vez que se halla el toro "agonizante, gimiendo lastimeramente, vomitando sangre y perdiendo la orina". Finaliza esto con la puntilla, el arrastre y el descuartizamiento. "Y todo esto ¡en nombre de la virgen de la Macarena, de la virgen de la Soledad y de Jesús del Gran Poder!", se asquean las voceras de la Asociación Antitaurina, qüe arrancó su cruzada sin importarle un bledo los hermanos Girón.

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Lecciones para un orgasmo Una vez traspasado el umbral de los 40 —desespera el hombre ante tantas sacudidas de stress, afanes de triunfo desbordados, patológica competitividad laboral y demás miedos, traumas y frustraciones—, el angustiante fantasma de la impotencia baja de la psique para tomar posesión del territorio físico. Estado anómalo del organismo y vergüenza segura sobre el colchón, el drama de la impotencia sexual, no obstante, puede ser paliado, mitigado, cuando no curado en su totalidad, mediante la aplicación de técnicas de relajación, ejercicios respiratorios y unas cuantas sesiones de psicoterapia. Así lo suscribe el profesor Zek Halu, director, junto a su esposa, Mischa, de la sorprendente Escuela de Orgasmos, cuya primera sede ancla en Londres. "No es un vulgar burdel del Soho", añade este gurú nacido en el Tibet y difusor en Occidente de las técnicas amorosas del Tao y el Tantra. "El secreto es postergar la eyaculación", pontificó Ovidio hace casi 2.000 años. Halu lo dice de otro modo: "Hay que conseguir el goce no sólo del vientre sino de todo el organismo". Lo importante es la reeducación del cuerpo, a fin de aprovechar al máximo la energía genital, cuyo potencial es infinito. El truco está en el perfecto control de las respiraciones, la excitación de las zonas erógenas —pabellón auricular, senos, nalgas, planta del pie y talón—, el dominio de las contracciones vaginales y los movimientos de sierra del pene —su ir y venir—; así se puede lograr el eterno éxtasis, el rapto total de los sentidos, el superorgasmo del círculo del amor perfecto. A tales efectos, nunca olvidarán los amantes detenerse entre los espasmos y resoplar y gritar en pleno coito. Anfitriones de un exitoso programa de televisión orientado a mejorar la vida sexual de la pareja, Zek y Mischa reciben alumnos de ambos sexos —edades entre 20 y 50—, quienes a lo largo de cinco semanas se adiestran en toda suerte de teorías orientales del placer. Las prácticas, eso sí, se reservan para la casa: en el centro educativo no está permitido andar desnudo.

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Las cosas buenas

se disfrutan en compaĂąia.

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Con tal de que sea... El consumo en exceso puede ser nocivo para la salud.

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Jojoto dulce La pastelería Danubio no es ni mucho menos desconocida. En el corazón de Chacao, este local pequeño, donde hay que tomar número para ser atendido y en el que los mesoneros son un artículo en desuso —si quiere tomarse un cafecito acompañado de un sabroso dulce lo pide usted mismo y se lo lleva a la mesa en una bandejita—, tiene merecida fama por sus tartas, dulces y sandwiches, pero sobre todo, en este caso, la recomendación es para la torta de jojoto. Simplemente en su punto.

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Lo bueno, en gotas

Corea y Japón por lotes

Por fin salió de su confinamiento local el Dom Perignon de las aguas minerales venezolanas: Crystal Drop. Producida en Maracay, hasta hace poco sólo se conseguía en la capital aragüeña y zonas aledañas; mas últimamente también puede encontrarse en Caracas. Portadora de la marca de calidad Norven, es la única de las embotelladas en predios vernáculos que cumple con las normas internacionales que regulan las aguas de manantial.

Pese a que con la crisis económica la comunidad nipona en el país se ha reducido y muchos han sido quienes han alzado vuelo de regreso al viejo Imperio del Sol, Venezuela no ha escapado al boom oriental que parece estar arropando al mundo. Productos de cualquier especie comestible, traídos de Japón y Corea, llenan los anaqueles del Lotte Market. En el minimercado —el local es pequeñito aunque muy bien surtido— se consiguen algas, miso (pasta de soya), jenjibre marinado, wasabe (pasta de rábano picante), pescado importado, gyoza congelado, nabos japoneses, en fin, todos

los productos necesarios para organizar un banquete oriental preparado por usted mismo. Lotte Market, 2' avenida y 3' transversal de Los Palos Grandes, Res. Alcoma, locales 7 y 8. Horario: abierto de lunes a sábado de 8:00 am a 1:00 pm y de 2:00 a 6:00 pm. Telf. 285.2957.

Especialidad en vinos Muchas son las distribuidoras de licores radicadas en esta Tierra de Gracia; sin embargo, en la era de la especialización, pocas son las que delimitan sus intereses. No es ese el caso de la Distribuidora Internacional de Licores S.A. (Dilisa) que, con Ronald Chumaceiro al frente, ha

optado por una oferta experta en vinos. Con un repertorio amplísimo y de muy alta calidad, merece un lugar aparte en lo que a vinos se refiere, por su dedicación casi exclusiva a esta rama. Telf. 237.6811.

Maestra de corte y cocina Aprender a filetear el pescado a la manera japonesa es todo un arte. Como todas las técnicas culinarias, la nipona tiene su ciencia y no es una precisamente fácil. Para aquellos interesados en aproximarse a los arcanos de la cocina del Japón, Elizabeth Schadan organiza cursos una vez al mes, en los cuales brinda sus conocimientos prácticos y teóricos sobre la preparación de sashimi, nagiri sushi, miso, tzubaki sushi, tempura, teriyaki y yakiton, así como los populares y occidentalizados conos y rolls. Telfs. (016)22.9133 y (014)25.2323.


La sartén

Petróleo, cultura y poder en Venezuela

por el mango

Sol Pts•r SChnri

Novísimo entre los comedores nipones de la capital, y también el de más pretensiones. Amplio local decorado con sobriedad, tiene inclusive una pequeña reproducción de jardín oriental que otorga frescura y tranquilidad, condiciones seductoras para acometer el rito culinario. Sus cinco socios, Jacobo y Jorge Zighelboim, David Epellbaum, Andrés Eloy García y Simón Zisman no creen en supersticiones y a juzgar por la convocatoria, tienen buenos motivos para apostar a la mejor suerte. Desde su apertura, el martes 13 de diciembre pasado, el restaurante no se da abasto para atender a la cantidad de clientes entusiastas no sólo de las delicias del sushi bar atendido por el maestro Hideo Kodani, sino de todo el menú a cargo del chef Shigeo Koide, quien llegó importado a estas tierras hace 11 años como jefe de cocina de la Embajada japonesa, donde permaneció hasta fecha reciente. Por ahora, es el único de los locales que ofrece la intimidad de salones tatami, con algunas modificaciones para satisfacer costumbres occidentales —aunque es necesario quitarse los zapatos para entrar en ellos, no se requiere sentarse en cuclillas, lo cual es mucho más cómodo—, así como también las mesas namebono y teppan —sobre las cuales los platos conservan su temperatura ideal— para que los cocineros se luzcan en el servicio con un buen espectáculo. La barra, íntima y apartada de los comedores, brinda un espectro inusitado de tragos preparados con saké, creación del jefe de barmen, Carlos Wagner. Aunque no es indispensable, es preferible hacer reservación. Alejandro Dumas, nieto Hatsuhana

Avenida San Juan Bosco con 5' Transversal de Altamira Telfs. 264.1819 y 264.1214

Monte Ardo Editores Latinoamericano

El petróleo: ¿maldición o don? No se trata de un libro más sobre el petróleo, sino de un examen crítico de los discursos forjados y de las actitudes asumidas por los líderes intelectuales y políticos de Venezuela con respecto al recurso primordial de la economía nacional. Oro negro, excremento del diablo, gigante con pies de barro, el petróleo ha sido objeto de lo que la autora de Petróleo, cultura y poder en Venezuela considera un "irracional universo simbólico". Por la vía de un incisivo análisis, y desde una original perspectiva, la socióloga María Sol Pérez Schael desenmascara la ambivalencia de una relación conflictiva, perversa incluso, con el elemento que tan profundas transformaciones ha generado en la sociedad venezolana del siglo XX. Un documento imprescindible para abordar de otra manera una realidad del país. De venta en todas las librerías.

PREMIO CONAC 1994 Monte Avila Editores Latinoamericana

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Eterno bacalao Salado como la mar, el bacalao se ha enseñoreado con fruición de las mesas. Delicioso, singular y lamentablemente menos abundoso de lo deseado —ello le ha restado popularidad y le ha otorgado glamour—, es un pescado versátil y poco menos que un reto para los chefs preocupados por satisfacer el paladar universal adepto a su gusto. Enredado en oleajes y polémicas —la historia lo asocia a guerras por su causa—, puede resultar laborioso el prepararlo, pero jamás será una creación gastronómica que defraude 20

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El bacalao es un pescado popular que se puso de moda en Francia pocos años atrás. Y sigue estando en la cresta de la ola, cosa que debe tener complacidos a los gourmets. Pertenece al género de los gados. Producto alimentario universal, ha sido objeto de guerras más o menos diplomáticas entre los países dedicados a su explotación. Aunque fuera durante largo tiempo una mercancía barata, su precio aumenta constantemente en la actualidad. Gracias a sus virtudes de conservación, nutrió durante siglos a' millones de hombres. Al contrario de su producción, el consumo ha aumentado de manera considerable. Hoy como ayer, el bacalao se pesca con caña múltiple y en lancha. A bordo, se lo limpia y vacía, el hígado se guarda, se le corta la cabeza, y se apartan los carrillos y la lengua. La tradición de secarlo remonta a tiempos remotos. Antaño, los pescadores lo preparaban ellos mismos en las costas de Terranova.- Lo enterraban para recuperarlo en la temporada siguiente. Se congelaba con el clima de invierno, y después se descongelaba paulatinamente, de manera que se iba deshidratando poco a poco. Hoy en día, en cuanto sale del agua, se lo sala y entonces adquiere el nombre de bacalao verde. En otros tiempos, durante la cuaresma, estaba presente en todas las mesas de Francia, de las más modestas a las más encopetadas. Se trata de un pescado

cargado de símbolos. ¿Ha probado usted alguna vez la brandade de morue (una suerte de puré de bacalao)? Exquisitez apropiada para el mes de marzo, es capaz de suavizar las penitencias de la cuaresma, pues este plato espléndido ha deleitado en todas las épocas a los gastrónomos. Un buen bacalao debe tener gruesos filetes, de una carne blanca de capas superpuestas. La piel será marrón oscuro por el lomo y plateada por debajo. Estos signos visibles demuestran que fue pescado en la última temporada. Antes de cocinarlo, se debe desalar en agua fría. El tiempo de remojo varía según el grosor del pescado. Por lo general, hay que contar 24 horas para el pescado sin cortar y 12 horas para los filetes. Previamente, habrá que tomarse el trabajo de lavarlo con mucha agua y dividirlo en trozos de alrededor de 130 gramos. Disponerlo con la piel para arriba —en caso de que se la haya dejado— porque de lo contrario, como ésta es impermeable, la sal no bajará al fondo de la olla. Ponerlo en un colador. Luego, sumergir el colador en un recipiente con agua fría. El agua de remojo deberá ser cambiada dos veces por lo menos. Habiéndolo desalado así, escurrirlo. Cualquiera que sea la receta, el bacalao se cocina reahogado en aceite o escalfado. En este último caso, colocar los trozos en una cacerola bastante grande con el fin de que no se amontonen. Recubrirlos de agua fría levemente salada. Agregar un compuesto de hierbas. Poner sobre el fuego. Estar atento al momento en que vaya a comenzar a hervir, pues por nada se endurece y se apergamina. La ebullición se anticipa por la subida de una espuma blanca cada vez más espesa, la cual hay que eliminar con gran cuidado porque se puede solidificar después y pegarse al bacalao. Desde el primer borbotón, retirar la


cacerola del fuego, cubrirla y dejarla así durante 15 a 20 minutos, o bien dejar llegar a un hervor con la tapa puesta. Así cocido, el bacalao está listo para diferentes preparaciones culinarias y para la más suculenta de todas, la brandade de morue. La receta se puede realizar con éxito practicando al pie de la letra los consejos que siguen a continuación. Una vez escalfado, escurrir el- pescado, retirar la piel y las espinas y desmenuzar un kilo de bacalao. En una cacerola grande, hacer calentar cinco centilitros de aceite de oliva. Agregar el bacalao desmenuzado y trabajar con una espátula de madera hasta que toda la carne quede reducida a una masa fina. Poner la olla a fuego lento e incorporar dos

decilitros de aceite de oliva en alternancia con un decilitro de crema de leche tibia y seguir así hasta que la preparación rechace cualquier agregado. Hace falta la mitad de crema de leche que de aceite, y éste debe ser incorporado poco a poco como para montar una mayonesa. Sazonar con pimienta molida y salar si es necesario. Una vez terminada, la brandade aparece como una masa homogénea, liviana y muy blanca. Un toque de lujo consiste en agregar algunas trufas. Existen innumerables recetas de bacalao salado. Una vez hervido, se puede comer tibio en ensalada acompañado de papas cortadas en ruedas con cebolla, escalonias y perejil picado. La más céle-

bre preparación sigue siendo el gran aioli provenzal. La fórmula de este alato típico de primavera es variable, sólo son obligatorios el bacalao hervido y el aioli con las legumbres cocinadas a la inglesa o al vapor. Se lo puede saborear salteado en aceite de oliva con papas, cebollas y ajoporros, gratinado, en salsa o en croquetas, entre otras preparaciones. Todas las regiones del globo con acceso al mar han dejado en el bacalao su huella culinaria. En Portugal, el bacalao —bacalhau— es el plato nacional. Se lo cocina de mil maneras y la tradición oral dice que hay tantas formas de acompañarlo como días cuenta el año. © Le Journal du Dimanche, 1991 MARZO 1995 EXCESO

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Carla Tofano

Mamma mia Cuando el mediodía hinca su canícula en el estómago y la calle rebosa de diligencias, la dinámica da prioridad a la urgencia. Da Vito, céntrico, sano y a precios accesibles es una escogencia que no defrauda. El menú comprende sopa o pasta, de primer plato, y carne o pescado con contorno, de segundo, por sólo 750 bolívares. También desfilan por la carta los ravioli

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di ricotta fatti in casa —toda una originalidad: son enormes—, tortellini, gnocchi, tallarines verdes o blancos, orechietti, bacalao, pul-

po y mero o róbalo, opciones que no sobrepasan los 880. La señora Aminta Cristofori, la Mamma, es quien cocina. Calle Coromoto, quinta Villa El Carmen, Bello Monte. Abierto para almorzar de 12:00 m a 3:00 pm, y de 7:00 a 9:00 pm para la cena.

Tour de un día

catamaranes, baños de playa y sol,

Apenas un corto vuelo, un aterrizaje liviano en el Gran Roque y, de seguidas, la escapadita perfecta de un día, que organiza Aereotuy. Asistencia bilingüe a bordo de los

snorkeling en los arrecifes corali-

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nos que bordean los cayos, refrigerios y bebidas nacionales aliñan el placer. Telfs. 761.6231, 761.6247 y 761.8043. Fax 762.5254.

Púbico jazzístico Los asiduos fanáticos del jazz, siempre en boga, cuentan con un nuevo reducto para sensualizar sus oídos: el Royal Pub. Su propietario, Fabio Pietrosanti, se ufana de brindar al público un ambiente animado. Entre los artistas que frecuentan sus noches están Alfredo Sánchez (saxofón) y Teresa Briceño (piano), además de las bandas invitadas los fines de semana. El establecimiento ofrece una variada gastronomía, bebidas, videos de jazz y estacionamiento privado. Calle San Antonio, boulevard de Sabana Grande, sótano del hotel Royal. Telfs. 762.5494 y 762.2944.


Se cuela Zoe Caffe Desde el mediodía hasta las 12 de la noche, en la avenida Río de Janeiro de Las Mercedes, funciona un agradable recinto, en un espacio semiabierto, barra al gusto, apto para quienes prefieren del alimento su más elevada virtud. Mesas y sillas de madera dispuestas en forma juguetona describen un ambiente ecológico en donde prevalecen los tonos tierra; la música de fondo, en

Ecuador por los aires Desde el inicio de sus operaciones —que data de 1987—, Saeta se ha caracterizado por brindar a los usuarios la excelencia y el confort de un servicio de primera. Además de la atención que ofrecen los sobrecargos, Saeta ofrece la degustación de un recomendable menú servido en vajilla de porcelana con servilletas de tela. La amplitud

confabulación con el aroma de las especias, transporta hasta un clima de quietud inalterable a sus comensales, mientras la ofrenda gastronómica recorre a sus anchas la alternativa vegetariana y ofrece las más exóticas combinaciones de jugos naturales con yogur. Ocasionales performances y presentaciones de grupos musicales en vivo. Entre las calles Veracruz y Caroní, centro comercial Quinso.

de sus aviones y la garantía de puntualidad que el servicio promete en cada uno de sus itinerarios son algunos de los puntos a favor que se abroga, por añadidura, esta línea de conección andina. Vuelos directos desde y hacia Caracas, Bogotá, Quito, Guayaquil y Lima, y con la modalidad de que los pasajeros pueden usar, sin endoso, los pasajes en Avianca y viceversa.

Vitrina tatú En la onda de pieles dibujadas a imagen y gusto de su portador, Terra Santa, reducto comercial mejor conocido por su variedad en vestiduras de porte casual, estrena en el segundo nivel del local la propuesta de un servicio que tiene que ver con la decoración indeleble del cuerpo. Con ofertas de precios competitivos, la tienda garantiza, además, la calidad plástica de los diseños, medidas extremas de esterilización e higiene. Sin riesgos y con imaginación, el tatú tiene nuevo recinto. Centro Comercial Plaza Las Américas, nivel Cristal, local 3-28. Telf. 985.4902.

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Muñecos Zascandil

mitológicos o de la ficción po-

Cada uno se diferencia del anterior porque se trata de muñecos confeccionados con la calidez y el detalle que abriga la calma del artesano. Marcados en forma individual, encarnan entre cerámica —rostros y manos—, fieltros y otras telas —ropajes y vestiduras— la diversidad de personajes que la ciudad aloja, además de seres

pular. El precio al mayor es de 85 mil pesos colombianos (106 dólares) y 125 mil (156 dólares) será el costo a pagar por cada pieza adquirida al detal. Brujas, pordioseros, señoronas, muchachitos, todos rellenos de arroz para hacer de la decoración de su espacio un lugar poblado de sueños. Calle 72, N° 3-19, Bogotá. Telf. 25.5851.

Para volar

electoral en la isla de Aruba. Diversas formas y tamaños —inclúyase una oruga de siete metros— son la locura de los chiquillos, además que sus materiales superresistentes (nylon, polyester, fibra de vidrio) aseguran la inversión de los mayores, ensartados en la misma tentación de brisa y color. Actualmente son exportados hacia Colombia, Francia y Canadá. Telf. 661.1491.

Tal vez Claudia González —al pie de su sueño— y el recordadísimo Manuel Espinoza —ahora entre nubes— nunca se imaginaron que un día, sus milenarias criaturas colmarían los cielos. Cola de Nube es el nombre de la única empresa venezolana dedicada a la fabricación comercial de papagayos. Apenas tiene cuatro añitos y sus retoños ya han participado en una campaña

Tarantino fiction Tiempos violentos titulan en español al nuevo thriller de acción es-

crito y dirigido por Quentin Tarantino: tres historias sobre la inmoralidad criminal que se entretejen bajo el estigma del humor que caracteriza la espectacularidad de la puesta en escena

Gastronomía cósmica Con rampla de acceso a sus tres niveles, decoración de madera y hierro sobre piso de mármol, espacio abierto con vista al Avila y mesoneros en atuendo típico francés —delantal largo y sin chaqueta—, Sattelite ofrece a sus comensales un variado menú

tarantinesca. Interpretada por John Travolta, Samuel L. Jackson y Uma Thurman, será estrenada en Caracas a mediados de marzo y cuenta con el respaldo de notables galardones: premios Globo de Oro por mejor guión y Palma de Oro a la mejor película en el Festival de Cannes.

de la más representativa south western cuisine americana. Abierto de lunes a sábados hasta las 11:30 de la noche, contempla, además de almuerzos y cenas, un variopinto surtido de tempraneros desayunos al gusto. Sótano Comercial del Cubo Negro, local 11. Telfs. 959.4606 y 959.8305.

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A curucutear

country. El personal está capacita-

Un rinconcito lleno de cosas lindas, perfecto para escudriñar entre sus estantes los objetos que exhibe: desde artesanía nacional hasta platería mexicana incluyendo cualquier cantidad de chucherías, regalos con mensajes, hechos especialmente para transmitir la receta mágica de la felicidad, detalles dentro de la honda nacionalista y

do para responder cualquier pregunta referente a las piezas y sus fabricantes —creadores criollos en su mayoría— y, de tropezarse con Lesbia o María (dueñas del local), el curioso visitante será cautivo por una amable sonrisa. Tarantín de Chubey, Centro Arta, local 4, boulevard de Chacaíto. Telf. 951.4653

Baile quien pueda

gógico acerca del arte de la danza. El sábado 4, a las ocho de la noche, se llevarán a cabo las presentaciones de Carmen y Fandango, y el domingo 5 a las seis de la tarde, podrá apreciar el mismo espectáculo en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño.

El viernes 3 de marzo, Ven a danzar, a cargo del Ballet Contemporáneo de Caracas, se presentará a las 10:30 am en el Alberto de Paz y Mateos, con un espectáculo didáctico multimedia que pretende articular un ameno discurso peda-

Galpón para ángeles Con la intención expresa de convertirse en un centro de acción cultural, en donde confluyan artistas, coleccionistas y público en general, abre sus puertas El Galpón. Se trata de una iniciativa comandada por la galerista Rosario Itriago y el publicista Juan Carlos Echeandía, quienes se han propuesto la proyección de pintores, escultores y fotógrafos,

Tosca enseña Este mes se iniciarán las filmaciones de Tosca, interpretación libre

del argumento de la ópera homónima de Giacomo Puccini, actualizada en versión latinoamericana y bajo el patrocinio de la Universidad Central de Venezuela. Se trata de un filme-escuela donde partici-

venezolanos y extranjeros. Sólo ángeles es el nombre de la muestra que inaugurará —el próximo 30 de marzo a las siete de la noche y a beneficio de la Fundación Amigos por la Vida— este nuevo templo del arte, e incluirá piezas de Ricardo Benaim, Ernesto León, Gloria Fiallo, Elsa Morales y Benjamín Hierro, entre otros. Avenida Sucre de los Dos Caminos, octava transversal con avenida Avila, galpón K-2.

pan estudiantes de la mención cine de la Escuela de Artes, bajo la dirección de profesionales invitados y coordinados por Iván Feo. Habiéndose cumplido ya las tres primeras fases del proyecto Tosca, ahora se iniciará el taller de prácticas cinematográficas.

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D e c o

s t a a

c osta Merary Lander

4E1 Dalai Lama cuenta ahora con una inusual mujer para el apoyo de su causa: Sharon Stone, quien ha anunciado que unirá esfuerzos con Richard Gere —por muchos años, abanderado de la preservación de la cultura tibetana— y, como primera medida, en el venidero evento Cocina por la

Bistrós: moda barata en París

paz preparará platos propios de la dieta de los monasterios budistas. Aun haciendo un gran esfuerzo de imaginación, es difícil visualizar a la curvilínea actriz desplazándose con discreción por los corredores de algún templo. 4En la capital gastronómica del mundo, París, la creciente

demanda por la cocina regional, menos elaborada aunque dentro de un verdadero estilo francés, ha hecho que proliferen bistrós a precios accesibles. Verbigracia La Régalade y Les Bookinistes, locales donde debido a su aceptación, hay que reservar por anticipado 4E1 musculoso y muy enamoradizo Sylvester Stallone ha encontrado una nue-

va belleza para proponerle matrimonio. La modelo austríaca Andrea Weiser, 26 años más 28 EXCESO

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joven que el actor, está preparando sus maletas para irse a vivir con él a Estados Unidos convertida ya, quizás, en la nueva señora Stallone. Lo que sí es cierto para el cotorreo de aquel país es que la jovencísima consorte reúne los requisitos estéticos que exige el celebérrimo Rambo, por lo que no tendrá que someterse al bisturí como sus anteriores amores

pesar de tener todo para llevar una

vida glamorosa, la pareja formada por Warren Beatty y Annette Bening hace todo lo posible por dar una apariencia que se aleja Douglas, por la cada vez más de lo Casa Blanca que el público espera de ellos. A tanto llega la despreocu•Tal es el éxito de la pación de los actores por su vestuacantante francesa Pa- rio que se presentaron a la premiétricia Kass en Rusia que re de la película Disclosure (Acoso el ejército de ese país tuvo sexual) ataviados de manera idénque hacer un impresionante tica a como lo hicieron en la ocadespliegue de sus fuerzas sión de un desfile benéfico del para custodiarla por las ca- diseñador Calvin Klein —trasgrelles de Moscú cuando, en fe- Sión imperdonable para los farancha reciente, ofreciera un duleros— un año y medio antes. La concierto en esa capital. Los misma gargantilla, la misma blusa, boletos para la presentación los mismos lentes, la misma chase vendieron con muchísima queta, nuevas arrugas 4A orillas anticipación y el desbordamiento del mar Mediterráneo y de de fanáticos sobrepasó las expecta- impresionante arquitectura —una tivas de los productores del espec- torre acristalada que para nada táculo. La misma intérprete se que- desentona con el paisaje catalán—, dó atónita ante la locura mosco- el hotel Arts Barcelona ha ganado vita que provoca su música 4A fama de excelente servicio e inmejorable ambiente. Planificado para albergar a los visitantes de la ciudad para las Olimpíadas de 1992, los retrasos en su construcción hicieron que su apertura se demorara algo más de un año. Exitosamente abierto, emperó, los aficionados a la buena gastronomía gozan porque este hotel tiene una ubicación excelente: muy cerca se alza una estructura que acopia pequeños restaurantes especializados en menús marinos, entre los mejores de la ciudad 4Preparando su nuevo papel, MiArts Barcelona: ¿hotel u obra de arte? chael Douglas pasó toda una


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rg mañana persiguiendo a Bill Clinton por las dependencias de la Casa Blanca sin perder detalle de cómo debe actuar un jefe de Estado. Para la filmación de El presidente americano su director, Rob Reiner, aparentemente ya obtuvo la aprobación del propio mandatario para filmar dentro del palacio

El mundo tras la pintura de Whistler

Diego Rísquez de gobierno 4Luego de abandonar las salas de la galería Tate de Londres, una importante exposición del artista plástico estadounidense James Abbott McNeill Whistler se muda para el Museo d'Orsay de París para exhibirse hasta finales de abril. La muestra será instalada luego en la Galería Nacional de Washington, donde permanecerá hasta agosto.Ver, dentro de las 200 obras que componen esta colección, la serie intitulada Nocturnos 4Desde New York se reportan sendas recepciones en las que fueron agasajados Edgard Bronfman Jr., esposo de la venezolana Clarissa Alcock, y Patricia Cisneros, compartiendo la noche con la actriz latina Rita Moreno y el bailarín Jock Soto. A juzgar por las fotografías, los hijos de la pareja CisnerosPhelps fueron las estrellas de la fiesta.

Lleno de obsesiones kabalísticas, que incluyen a Reverón, Bolívar, María Lionza y la letra k, Diego Rísquez estrena su cuarta película, Karibe Kon Tempo, que, a diferencia de su trilogía muda anterior de largometraje, incluye diálogos. Hizo dos años de Comunicación Social en la UCAB, estudió cine con Oscar Molinari en el Cine Prensa de Caracas, cursó teatro con Levi Rossell en Arte de Venezuela, en París trabajó en el teátro N, y realizó en Venezuela labores de investigación en artes plásticas. Luego vino la dirección: Bolívar Sinfonía Tropikal, Orinoko Nuevo Mundo, América Terra Incógnita,y los cortometrajes A propósito de Simón Bolívar, Poema para ser leído bajo el agua, A propósito de la luz tropical y A propósito del Hombre del Maíz. En to-

das sus producciones actúa y, aquí, confía sus gustos. El libro. Biografía del Caribe, de Germán Arciniegas. El disco. Le encanta la salsa y sus favoritos son Ismael Rivera y Héctor Lavoe, aunque no posee muchos de sus discos. El lugar de vacaciones. Todasana (vía Chuspa). El sitio de reunión. "Mi casa". La suscripción. La revista francesa Cahiers du Cinéma. Gladys Torres

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1/4 de hora

Santa Cualquiera habría apostado

—seguro y sin temor a perder— a que el popularísimo José Gregorio Hernández, por fin, un día, llegaría al cielo en calidad de santo antes que ningún otro venezolano. Todo lo señalaba como favorito. Y con excepción de Salvador Montes de Oca, cartujo caroreño que murió en piedad —defendiendo la vida de unos refugiados judíos en un remoto convento italiano—, no se vislumbraba cerca otro contrincante con tan sobrado pronóstico. Pero, a pesar de los buenos augurios, sorpresivamente se dio lo que nadie

• ue vive

llegó a imaginar: ¡el batacazo! De manera inesperada ahora aparece la madre María de San José, la heroína de Choroní, arrasando con todas las expectativas. Laura Elena Alvarado —su nombre de pila— desplaza al Venerable Siervo de Dios, un tanto desprestigiado por compartir altares esotéricos o sincréticos, y aspirar las mismas velas de María Lionza y Negro Primero. El camino al reino de dios está, pues, despejado, María toma la delantera y gana la canonización por méritos de diferencia. Se consagró al servicio de los más pobres. Fundó la congregación de las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, hoy extendida por varias diócesis de Venezuela. Y, según los informes recabados, posee un sinfín de atributos, tantos, que a estas alturas el papa Juan Pablo II está convencido de la importancia

de declarar a los cuatro vientos la heroicidad de las virtudes de esta esposa de Jesús. Por lo pronto, ya le otorgó el título de Venerable. En la capilla de las hermanas Agustinas Recoletas de Maracay, dentro de un cofre de cristal, descansa su cuerpo incólume —28 años desde que San Pedro le dio puerta franca— y allí convergen sus más fervientes devotos; unos poseídos por la emoción y con lágrimas en los ojos imploran el anhelado milagro, mientras otros, igualmente exaltados, le agradecen. Entretanto, en el Vaticano ya se están gestando los pormenores de la ceremonia. Mientras en Choroní, los aragüeños se preparan para celebrar —probablemente al ritmo de tambores y parrandas— su beatificación en Roma, el 7 de mayo, su ascención al

pedestal de los benditos. —

MG

En clave de Mu Nieto de pintor, al principio creyó que arte era marco bidimensional y óleo sobre lienzo. Sin embargo, la primera vez que expuso fabricó unas cajas que tendían al ojo una invitación a explorar interiores. En adelante, su trabajo avanzaría en estrecha inmediatez

con la pintura, el dibujo, la fotografía y, ultimamente ha incorporado el hecho tecnológico al proceso creativo. Que las obras sean separadas y afiliadas a clasificaciones para luego ser sometidas a evaluaciones cualitativas le parece restrictivo. Lo dice porque al último Salón de 30

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Guayana envió un tríptico de emulsión fotográfica pasado sobre tela y montado en marco de madera, y las múltiples lecturas que resultaron de aquel discurso plástico dificultaron la afiliación del trabajo a cualquiera de los renglones establecidos: a pesar de tratarse de una obra realizada en técnica fotográfica, finalmente —y después de algunas polémicas consideraciones del jurado—, mereció una mención especial, tras ser evaluada como "creación bidimensional". Sociópata de vocación —el vínculo con los demás es su alimento—, asume que la mayoría de sus inspira-

ciones vienen de su modo atento de considerar el hecho cotidiano, sin descartar que, también, se fija mucho en él. Formado en el Instituto Universitario de Estudios Superiores Armando Reverón, le obsesiona el autorretrato. Una vez participó en un proyecto de televisión, y lo que más le gustó fue verse a sí mismo. Valga la anécdota: tiene dos cédulas, una con cara alegre y otra seria, para identificarse como mejor convenga. —CT


1/4 de hora El nuevo mariscal de Ayacucho Venezuela es su patria querida,

pero de lejos. Una vez volvió con ánimos de quedarse —el postgrado en Criminología había llegado a feliz término— pero el 27 de febrero que no pudo contra Pérez a él lo depositó de un sustazo en Francia, y más nunca. Desde entonces, sólo asocia Maiquetía con navidades, y el resto del año lo dedica al negocio del licor, a comer y beber bien —"es lo que mejor haces en Francia y en Burdeos, ni se diga"— y, para matar la nostalgia, los sábados, a dirigir un equipo de beisbol amateur. Sí, beisbol en Francia. Cargo que, además de ad honorem, se dio de manera fortuita. Montaba bicicleta en la pequeña colonia donde reside —"no más de ocho mil habitantes"— cuando, ¡oh, sorpresa!, divisó a un grupo de imberbes lanzando bolas

bajas y abanicando a diestra y siniestra. Le hervía la sangre. Se detuvo. Arriesgó unos cuantos consejos y listo. Es el manager de los Raiders d'Eysines BBC desde entonces, ocho años ya. "Empezamos por lo básico: no sabían siquiera que un entrenador puede, por señas, impartir las estrategias de juego". Ganaron a las primeras de cambio y, cual onda expansiva, de pronto descubrieron que eran contagiosa fiebre: se habían multiplicado sus contendores. A estas alturas son 24 conjuntos peleándose el liderato. No le basta semejante éxito. Eduardo Machado, apellido

Venezuela en español él, venezolana ella, y de este domicilio, no conformes con casarse, al cabo de los años inventaron hacerse socios. Así, luego que concibieron a Jorge y a Juan, casualidades mediante, en la avenida Jorge Juan de Madrid—por ahora, Caracas en stand by— montaron el mejor restaurante italiano que en España hay, Guía del ocio, dixit. ¿Que por qué italiano? "Porque no sabíamos si podía ser exitoso expender hayacas, pabellones o asados; tampoco si podríamos competir en su propio terreno con un menú gallego o

Juan José y Georgette,

de lustre, trujillano y apuesto, sueña con ver ataviado con el uniforme galo a por lo menos un paisano. Aspira canjear becas por nuevos —y mejores— deportistas. Ya hizo contactos aquí, ahora sólo espera la respuesta. Quien quiera estudiar un postgrado en Francia —¿quién no?— que se lleve como credencial un guante y una pelota, que lo demás lo resuelve este cuarentón que pasó por Venezuela portando el mensaje del alcalde de Burdeos: beisbolistas venezolanos, están invitados a estudiar con calma y a nueve innings. —FN

• asta

catalán. Entonces optamos por una de las vertientes gastronómicas más socorridas, al menos para uno", ataja Georgette, solícita por entre las mesas. Las estadísticas dicen que los venezolanos —después de los propios itálicos— son los principales consumidores de pasta en el mundo. Los españoles no tanto, pero tampoco hallan la costumbre demasiado exótica: comer pasta en la madre patria es una posibilidad a manosear, quizá, una vez por semana, posibilidad que bastó para impelir a la familia Cebrián hasta el otro lado del charco.

Lo primero que hicieron fue invertir lo suyo en un local antiquísimo, hasta hacer de él un espacio con regusto posmo. Lo segundo, seducir a Elías Gutiérrez, un caraqueño que se inició en los fogones del hotel Tamanaco como pizzero, para que los siguiera en la empresa. Ahora exhibe desde el horno de leña de La Trovatta —"el segundo en su estilo en toda Europa"— su reputación de "mejor pizzero de España", para honra de los tercermundistas —verbigracia— que tienen el placer de degustar algunas de sus 200 combinaciones con cigalas, gambas y demás frutos del mar. Yuppies y grupos familiares felices que rocían sus pláticas con buen vino parecen certificar lo que apuntan las crónicas: los Cebrián están haciendo buena pasta. —FN MARZO 1995 EXCESO

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En obligado atracadero meridiano de le tout Caracas ha deri-

vado el otrora juvenil restaurante Tambo desde que se mudara a un nuevo local en la torre Europa. Así, en un mediodía no muy lejano convergieron alrededor de una misma mesa del comedor de la planta baja —que plenaban hombres de negocio, artistas, reinas de belleza, amos del valle y otros especímenes— nada menos que Eduardo Fernández y Eduardo Gómez Tamayo. "Relaciones peligrosas", suspiró para sus adentros más de un comensal. Venezuela fue tierra de elección del exuberante panameño Al-

berto Calvo, después de la invasión a su país en 1989, cuando tuviera que abandonar el puesto de embajador en Tokio. Fanático del bridge, afición que ha sabido combinar con las peripecias de la política internacional en enfrentamientos con dirigentes de la talla de Deng Xiao Ping, fundó acá una academia, testigo de su estadía entre nosotros. Nadie resucitará a los muertos del barrio de Chorrillo, pero Calvo —de vara alta en la Cancillería nipona— tendrá una segunda oportunidad en el Imperio del Sol Naciente, donde ha vuelto a la posición que un sacudón de la historia lo obligó a desalojar. Fina Torres no quería ser la segunda venezolana en eternizarse con un largometraje premiado en el festival de cine de Cannes bajo el brazo. En bobinas, por lo menos, ha exorcizado el supersticioso mie32

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do a la infecundidad. Mecánicas celestes, su segunda película —rodada y montada—, no tiene aún distribuidor, pero los muchachos de Miramax se han mostrado interesados, lo suficiente para contestarle las llamadas telefónicas. Gustavo Velásquez ha decidido dirigir sus pasos, coincidiendo

en esto con cierta boga migratoria en plena expansión, hacia el desértico Estado de Colorado. Un cambio de horizonte favorecido por una beca Gran Mariscal de Ayacucho, que asombró a sus amigos informados del proyecto por el propio ex asesor jurídico de Miraflores antes de alzar vuelo. Muchas son las especies que corren sobre Gustavo Gómez López a poco más de un año de la estrepitosa debacle del Banco Latino. La silueta del banquero es reparada un día en Coral Gables, otro en pleno centro de Madrid. Allá, en la capital española, en cualquier caso, podrá departir sobre experiencias comunes con su amigo Mario Conde, náufrago de Banesto, el Latino ibérico. La vida da muchas vueltas y este año al encuentro de Davos, apuntaba como dato curioso un asiduo participante, muy pocos de los venezolanos que asistían, aquel debutante febrero de 1992 de triste memoria, repitieron en el foro internacional. Sólo tres, Jonathan Coles, Philippe Erard y Andrés Duarte. Faltaban Carlos Andrés Pérez y Pedro Tinoco, por supuesto, pero tam-

bién Gustavo Cisneros, Eugenio Mendoza, Gerver Torres, Cecilia Matos, Beatrice Rangel. Para el mismo testigo, tampoco pasó desapercibido el encuentro privado que sostuvieron en esta ocasión, en el escenario de La montaña mágica, Carlos Bernárdez y Domingo Cavallo, ministro de Economía de Argentina. La impunidad con la que Orlando Castro se mueve en Estados

Unidos, la admiración devota que los muchachos de la DEA florideña le profesan y que no deja de llamar la atención de hasta el más desprevenido de los observadores, no estaría desligada de la figura de Charles Intriago, abogado del prófugo cubano en Miami, quien canalizó su contribución a la campaña presidencial de Bill Clinton —cien mil dólares— y frecuenta a más de un funcionario de la lucha contra el tráfico de drogas en aquellas pantanosas comarcas. El alcalde Aristóbulo Istúriz está preparándose para compe-

tir por la reelección, pero se rumora en los predios de la plaza Bolívar que, al borde de una apostasía radical, se dispone a lanzarse en hombros del MAS y de Convergencia. Jorge Olavarría dejó de publicar en las páginas editoriales de El Universal — motu proprio— su co-

lumna semanal. ¿Las razones? Presiones de grupos financieros, según trascendió.


DÊjese seducir por la voluptuosa sensualidad de Venecia. Descubra la rica variedad de sus caldos y la patinada tradición de sus tabernas, donde, desprevenido y de copa en copa, puede toparse con agradables sorpresas. Los mejores hoteles y restaurantes de la Laguna en Exceso Cocina y Vino N° 2

A partir de marzo en un kiosco cerca de usted


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Nombre angelical y rostro de hombre lobo, talante zanahoria y deslastrado de la política, el alcalde de Baruta parecía el mesías de la pureza cuando se hizo del poder contra todo pronóstico: desde el entarimado de un grupo de independientes renovadores era el David contra el Goliat de los partidos anquilosados, instalándose fresco con el aval de su voluntad de hormiga. Mas, de pronto, salió de la escena con la torpeza de un mamut. Vino la oposición y halló una mácula que lo dejó sin alas. Alega venganza mientras intenta la del ave Fénix


Que por obra y gracia de una comunidad que comienza a reclamar su derecho a participar en la toma de decisiones, un grupo de vecinos, prácticamente sin maquinaria ni estructura organizacional, le arrebate una instancia cualquiera de poder —léase municipio, gobernación y afines— a un partido político, resulta, en Venezuela, algo casi tan impensable como que Arnold Schwarzenegger quede embarazado. Pero posible. Y, por lo visto, también imperdonable para quienes enarbolan la retaliación y la desesperación como vías válidas para mantener el statu quo. Ocurrió en Baruta que el alcalde se hizo del poder vendiéndose como novedad y que sus detractores, fieles representantes del establishment, lo acusan de incurrir en lo mismo de siempre: malversación genérica de los ingresos del municipio, corrupción, queso. El cúmulo de denuncias, con visos de tramoya, cuyo saldo es un político de nuevo cuño detenido, liberado e inhabilitado de ejercer sus funciones administrativas, en aras de las acusaciones de su predecesora, desde la trinchera que ocupan, también, los mismos de siempre.

tarde, el hombre que habían escogido como líder ycandidato se hizo con la silla que hasta ese momento ocupara doña Gloria Lizarraga de Capriles, su enemiga pertinaz. La realización del sueño fue el comienzo de la pesadilla. La toma de posesión del cargo y juramentación del nuevo tren de concejales fue, al mismo tiempo, culminación e inicio de "un rosario de zancadillas" —se lamentan los aporreados— para enturbiar lo que se perfilaba como una gestión extraña a los partidos políticos, y cuyo lema pretendía ser —sin convertirse en slogan— algo así como "de los vecinos para los vecinos". Aquel día, 3 de enero de 1993, Cherry Núñez, concejal electa por DC, abrió la sesión en ausencia de Eglée Navas, a quien correspondía el honor por haber obtenido la mayor cantidad de votos uninominales. Sin embargo, minutos antes de la apertura del acto, los ediles electos de Copei fueron saliendo, uno a uno, del recinto. "Unos metros afuera, en un restaurante, los esperaba la alcaldesa saliente, Gloria Capriles, así como varios directores de la administración pasada", reseñaba para la fecha El Nacional. Solidario con su homólogo electo en Baruta, `Lo más horriff el alcalde repitiente de Sucre, Enrique Mendoza, rugió ante la acción de sus compañeritos de partido y fue el conteo. Habra exigió, airado, la presencia de la bancada copeyana. Hombre de armas tomar —literalmente hablando— salió en dicho que busca de los mentados, y unos minutos más tarde regresaba utilizarían con la señora Navas fuertemente agarrada por un brazo. Pero no quedó ahí. Antes de ser juramentado, Carlas máquinas e e pjF, los Cicordia, otro nuevo concejal socialque habían llega cristiano, abandonó la sala, impidiendo con su ausencia el nombramiento del contralor y el síndico procurador. Mal en aquella comienzo para el recién estrenado alcalde. oportunida4 Un show que no presagiaba más que un cierre con broche de oro para el desaguisado que comenzó y resulta que se el día mismo de la consulta, y se prolongó durante todo el proceso de escrutinio, El índice de pin- hasta que las autoridades del CSE, previa destitución de la Juntada uña apunta ta Electoral asignada, declaron oficialmente el resultado favorahacia Angel Enri- ble para Angel Enrique Zambrano. "Cuando llegamos a las meque Zambrano, cu- sas comenzaron las trabas y las trampas", repite Haydée Añez, ya poblada trilogía del tren ejecutivo de DC. "Incluso desde el Consejo Supremo Cherry Núñez, otra ex miss en la pelea de barba, cabellera Electoral", interrumpe Cherry Núñez, "porque los testigos hay y ceja —una sola, que no admite división y le depara un ceño que tenerlos anotados un día antes de las elecciones con nometernamente fruncido— se constituyó en emblemática efigie bre, cédula, número de mesa y centro de votación donde van a sobre el distintivo celeste-amarillo del movimiento vecinal De- estar. Entonces, en el colegio Emil Friedman, donde estaban cisión Ciudadana (DC) para las elecciones municipales de 1989 programadas cinco mesas abrieron diez, y no había forma de y 1992, y con quien el cambio llegó para que todo quedara movilizar a los testigos de otros centros de votación para que igual. En las primeras, afirman él y quienes le respaldaron, les cuidaran los votos allí", desliza. jugaron camunina en las mesas electorales, donde por no tener "Lo más horrible fue el conteo. Habían dicho que utilizarían testigos perdieron lo que habían ganado en las urnas. Eso reve- las máquinas electorales que llegaron en aquella oportunidad y ló la necesidad de crear una mínima infraestructura, si el caso resulta que se fue la luz, no querían contar los votos, no querían era volver por las andadas, e intentar ganar, a la buena, la Al- que los ciudadanos presenciaran el escrutinio. Después nos tocó caldía de Baruta en los siguientes comicios. Voluntariado fue la hacer guardias de 24 horas en la Junta Electoral de La Trinidad palabra clave para integrar a los habitantes del sector —que durante una semana, porque si no, se robaban las actas y los abarca desde El Cafetal hasta Hoyo de la Puerta—, evoca uno votos. Sellábamos las puertas con tirro y había que dejar persode los miembros del equipo coordinador de DC. Tres años más nas allí para que no las abrieran, revisar las cavas que iban con 36

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el hielo porque en ellas llevaban actas en blanco. Fueron como diez días de guardia en la Junta Electoral", evoca Josefina Blavia, una de las fundadoras de DC y cogestora de la elección del hoy cuestionado mandatario municipal. El fin de la historia tiene como protagonistas a Ezequiel Zamora y Nelson Socorro, para entonces vicepresidente del CSE y procurador general de la República, respectivamente. "Estaba todo montado, incluso ya con las actas totalizadas, para robarnos las elecciones y mi marido, que era el procurador, se dio cuenta y se metió en el CSE e increpó a Isidro Morales Paúl y a Ezequiel Zamora, y se llevó a este último para La Trinidad. El llegó y destituyó a los miembros de la Junta. Si no, no había forma de defender el triunfo. Anque hiciéramos guardia, lo tenían todo listo desde adentro", se remueve Cherry Núñez. La suerte estaba echada y Zambrano, bien curtido en las li-

vecinos decidió meterle el pecho a cuidar las áreas comunes de la zona y creó Asopaula, memorable por una serie de iniciativas para hacer más humano el sector. "Conocí a Angel Enrique Zambrano a finales de los setenta, cuando junto con otras personas promovió una serie de actividades comunitarias en la urbanización. Fue interesante encontrar a un profesional joven al frente de una asociación de vecinos", aboga Elías Santana, homólogo de causa y director de la Escuela de Vecinos. "Nos insertamos en una cantidad de procesos bien interesantes. Recuerdo que hicimos las primeras siembras comunitarias de árboles, rescatamos las áreas verdes...", recuerda Zambrano, al abrigo del tranquilo ambiente de su nueva casa de Caurimare, tan reciente como su segundo matrimonio con María Luisa Sánchez, quien fue una de sus colaboradoras en Decisión Ciudadana y más tarde en la Alcaldía, aunque versiones de corrillo

Angel Enrique Zambrano creía en la política del amigo Electrolux

des vecinales mas no en las políticas, habría de hacerse cargo de una Alcaldía "que encontramos desmantelada, sin archivos ni memoria de gestión. Lo único que había era un ejemplar de la memoria y cuenta, y la nómina, que la dejaron para que pudiéramos pagar", atiza un colaborador. El panorama: dos concejales a favor, cuatro en veremos y cinco en contra.

L

a junta de condominio del edificio donde vivía en Santa Paula, hace ya unos 20 años, "cuando era una urbanización muy reciente y se estaban estrenando los primeros edificios" —evoca el susodicho—, fue el caldo de cultivo para sus inquietudes comunitarias. En aquellos tiempos, un grupo de

señalan que su trabajo en el cabildo se limitó a escasos dos meses. Asopaula sería el camino que conduciría a Zambrano hasta Facur, la federación de asociaciones de vecinos. "En aquella época había siete principales y siete suplentes, yo entro como sexto suplente. Es decir, el último puesto posible. Allí desarrollamos una labor interesante. Ya en El Cafetal yo había comenzado, junto con la gente del Movimiento de Integración a la Comunidad, a hacer un trabajo de coordinación en la zona", cuenta. Corrían principios de los ochenta, sus compañeros serían todos nombres conocidos en el movimiento vecinal: Elías Santana, Getulio Tirado, Diana Pinedo. Juntos coordinaban lo concerniente a la reforma municipal, el rescate de las cuevas de C MARZO 1995 EXCESO 3 7


El Indio y también en cambote armaron todo el revuelo en relación con la base aérea de La Carlota. Escalón por escalón fue ascendiendo en la jerarquía de Facur hasta alcanzar, finalmente, su presidencia. Casi una década había transcurrido desde que entrara como el último mono de la cuerda, y sólo duránte un año ocuparía el puesto, pues sobrevendría el deseo de pasar de la mera crítica a la acción. "En un grupo de gente surgió la inquietud del porqué si nosotros hacíamos tantas críticas al gobierno municipal simple-

que nos mató. Ganamos de día y perdimos de noche". Esa experiencia marcó para él un rumbo definitivo. "En realidad, desde que se inició el movimiento y comenzamos a aglutinarnos, el liderazgo de Angel Enrique nunca se cuestionó. El líder natural en el grupo y la persona que tenía más proyección por su trabajo vecinal era él, y nadie se planteó que el candidato pudiera ser otro", señala Cherry Núñez. Otros que lo conocen afirman que, en efecto, tiene dotes de liderazgo, y también algu nos de los defectos inherentes a ese don: "Es un poco malcriado y, como a todos los que se destacan en un grupo, le gusta imponer su voluntad. A veces escucha, pero otras, simplemente no lo hace". De 1989 a 1992 el trabajo fue duro. Volantes, pasquines, un periódico vecinal llamado Gente y Municipio y una presencia permanenen las calles fueron acciones que entusias4. maron a la comunidad. "Durante ese tiempo nosotros representamos una oposición muy brava. Pasamos tres años sacando un periódico cada dos meses el primer año, y mensualmente el último año y medio, y lo repartíamos en la calle mano a mano nosotros mismos. Allí estuvimos continuamente criticando las cosas que estaban sucediendo dentro de la gestión municipal, desde el punto de vista del ciudadano común", recuerda Núñez. "En todas partes estaban Angel Enrique Zambrano y su gente repartiendo papelitos: en el supermercado, en la iglesia, en las esquinas", dice con desTodos los que están de Decisión Ciudadana pecho Gloria Capriles, quien sos"Participamos en las elecciones de 1989 ti ene que el alcalde ya no cuenta n el apoyo de los vecinos "a mente nos contentábamos y no las pudimos cobrar. con eso, y por qué de alguna quienes'defrai dó con su doble lenguaje". Sin embargo, en aquel momenforma no asumíamos la resEramos diez o doce personas frente a una to, todo aquello les llevó al ponsabilidad de la dirección triunfo ion 42 por ciento de los votos—, política de nuestro municimaquinaria que nos mató. leado, defendido y finalmente pio si considerábamos que Ganamos de día y perdimos de noche" P' nado. También les condujo a éste no funcionaba como estaba concebido. A partir de enfrentarse con la realidad de los esas críticas y de las reformas con la nueva figura del alcalde y aparatos burocráticos —más de 2.500 empleados, 14 sindicatos la creación del Municipio Baruta, que fueron tres elementos en discusión de contrato colectivo, es decir, amparados por la que se vincularon, decidimos incursionar en la actividad po- inamovilidad laboral— y el hecho de que la gerencia privada no lítico-electoral", relata Zambrano. Contrariando la costum- resulta, en estos lares, ni siquiera prójimo de la pública. bre de repetir al frente de Facur —de la cual su padre, el ex director de la Oficina Central de Información, Angel achorro de tigre nace pintado, dicen, y con un padre que Zambrano, también fue presidente— no se postuló a la reelecostenta una nutrida hoja en el juego político —primero ción. "Dije que yo iba a organizar un movimiento electoral -y como activo militante del FDP, junto a Wolfgang que uno no podía utilizar las instituciones para beneficio perLarrazábal y luego, cuando éste naufragó ante los embasonal. Entonces creamos Decisión Ciudadana como una he- tes de la tormenta populista a principios de los setenta, en las rramienta de participación política, de opinión y como una filas de Acción Democrática— y en el movimiento vecinal, no plataforma de postulación de ciudadanos. Participamos en las era de extrañar que el primogénito sintiese inclinaciones afielecciones de 1989 y contra todos los pronósticos de los en- nes a la senda paterna. De gentilicio chic en estos tiempos patendidos las ganamos, lamentablemente no las pudimos co- trioteros —no hay que olvidar que éste es el año del bicentenabrar. Eramos diez o doce personas frente a una maquinaria rio del nacimiento del mariscal Antonio'José de Sucre—, —

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parándose donde les provoque, son las cosas que le agradan. "Cuando a veces la gente me ve en alguna parte y me pregunta qué hago yo ahí, respondo que a mí me contrataron como alcalde y no como esclavo. Yo tengo una familia, una responsabilidad con mi familia y debo dedicarles tiempo a mi esposa y a los niños. Esa gente que dice que trabaja 24 horas durante 365 días al año es una farsante. Nadie puede dedicarse así al trabajo, porque simplemente no rinde. Entonces, dicen que hacen eso pero entran en un restaurante a las 12 del día y salen a las cinco de la tarde", sostiene. "Nosotros somos una familia de clase media normal, compramos en Makro y nos gusta comer en La Candelaria. A mí me encanta el mercado de Mérida, o comerme unas empanadas en el mercado del ferry de Puerto la Cruz o hacer todas las cosas que hacía cuando no era alcalde; yo tengo diez años yendo en Semana Santa a Margarita y trotando en Playa El Agua".

Cumaná le vio nacer el 17 de abril de 1949. Hijo de una familia típica, de costumbres y creencias clásicas de la clase media cristiana sin veleidades intelectualoides —él solito las tuvo izquierdosas con el MIR y el MAS—, que va a misa y almuerza unida todos los domingos y cena en cambote en Navidad —y se toman todos una foto para la tarjeta que remiten a los amigos, las caras fungen de bolitas del arbolito—, creció rodeado de ánge :

lesy,qucont efmismo: Angel el padre y Angel el primer nombre de los seis hermanos, resultaba todo un problema a la hora de ubicar a uno en especial: "Era divertidísimo cuando alguien llamaba por teléfono preguntando por Angel. El diálogo era de lo más cómico: 'Por favor, con Angel'. `¿Cuál Angel?'. 'Bueno, el que tiene barba'. 'De los seis, cuatro tienen barba'. 'Bueno, el que estudia en la universidad'. `Tres de ellos estudian en la universidad, ¿con cuál quiere hablar?", recuerda jocoso el alcalde. La fijación con el nombrecito Angel Zambrano padre lamenta el affaire de la semilla pasó a la nueva generación y de sus cuatro retoños —que viven en Estados Unidos con su madre, funcionaria diplomática— el único varón es tocayo de su penas comenzaba el año —electoral, valga la acotapadre. ción— cuando reventó la cañería, y un caudal de aguas El poder, ese poder temporal que confieren los cargos públinegras enlodó el nombre, hasta ese momento a salvo de cos con el fuselaje pertinente —"la gente se sorprende porque máculas, inocentón, de Angel Enrique Zambrano. De yo no ando con guardaespaldas y es que hasta en eso hay que todas partes llovieron denuncias, señalamientos, acusaciones instrumentar una nueva forma de gobernar; gobernar no es el que parecían haber estado represadas, esperando tan sólo el aparataje que lo acompaña, carros, escoltas y demás; gobernar momento oportuno. Antes que aquéllas, las críticas del grupo es servir", afirma mientras atiende al técnico que va a reparar la que le había acompañado causaron cierta tensión entre el líder nevera—, no ha afectado al hombre de azulísimos ojos y negrí- y sus acólitos. Las cosas no habían resultado como estaban simo vello, al menos en el ámbito familiar. "He tratado de que planteadas en un principio, y desde que asumió el cargo la Alcaldía no signifique la destrucción de mi familia. Yo salgo Zambrano, según señalan algunos allegados, comenzó a desoír de aquí a las 6:30 de la mañana y a veces tengo que quedarme los consejos de seguidores. "A nosotros se nos dijo que una trabajando hasta cualquier hora de la noche, así que intento cosa eran los directores —en la Alcaldía— y otra el proyecto de pasar con mi familia al menos dos fines de semana al mes, a Decisión Ciudadana; es decir, Angel Enrique nunca quiso que pesar de quedarme en Caracas y supervisar cosas. También tranosotros influyéramos para nada en las decisiones de los directo de que por lo menos un fin de semana al mes podamos esca- tores, y allí comenzó parte del problema. Unos directores que parnos, irse a la Colonia Tovar, a la playa, a algún sitio donde no sabían nada del proyecto de DC y un conductor que no quecompartir". ría que hubiera ningún tipo de injerencia sobre aquéllos. Eran Subir al Avila los domingos, pasear por carretera, comprar sus directores y él dirigía ciertas políticas que pensaba que eran peretos y perolitos para la casa, irse a Puerto la Cruz —donde convenientes; transformó un proyecto colectivo en uno indivijunto con uno de sus hermanos tiene una casa— por tierra, dual que era de Angel Enrique, casi sin consultar a ningún

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inhabilitado de sus funciones, no obstanmiembro del grupo y si lo consultaba, te las declaraciones del síndico procurasacaba sus propias conclusiones. Eso gedor, quien señaló que podría volver a su neró un gran malestar", indica Carlos cargo de inmediato. Camperos, del equipo coordinador de Mas, son varias las averiguaciones que DC. enfrenta en este momento el suspendido El resultado fue una gestión donde "la jefe del Cabildo. Una con relación a la carencia fundamental ha sido la participamemoria y cuenta, en la que hay ción ciudadana", acota como observador disparidad entre las cifras presentadas Elías Santana. La gota que rebasó el vaso por Zambrano y las de la Contraloría fue el presupuesto municipal para 1995: Municipal; otra por el contrato firmado "Nuestro gran error fue tratar de cambiar con Fospuca; otra por un contrato de teesa mentalidad del alcalde durante dos levisión por cable, en la cual se señala que años, pero llegó el momento en que había se rompieron las calles y la reparación fue que decir algo, expresar públicamente el hecha con material de menor calidad, y desacuerdo. Fue cuando acudimos a la por último una denuncia presentada por prensa y fijamos nuestra posición porque, Yehya Haim Youwayed, por supuesta exaunque él no lo entienda, ése es un presutorsión. Asimismo, debe encarar las depuesto inflacionario y netamente burocránuncias públicas, a través de los medios de tico, hay directores que no tienen ninguna comunicación, de Alberto San Juan, razón de ser; y nos oponemos a un presuZambrano cree que es pura venganza miembro del frente comunal Mil Voces puesto que en un año genera un incremento de 107 por ciento en relación al año y ecinaies —qu< algunos parroquianos sostienen debería La ex alcaldesa llamarse más bien Diez Voces Copeanterior", afirma Camperos. La crítica, yanas—, quien recientemente acusó a "que no fue nada personal", acota otro de Gloria Lizarraga de Capriles Zambrano de beneficiarse del "régimen los miembros del team, se interpretó denuncia un contrato como un ataque y produjo la destemplada de conf usión actual" refiriéndose a la permisería respuesta: "Es lamentable que por para al rir nuevos establecimientos dentro del de fideicomiso, ambiciones personales se quiera interferir munic r ipio. "¿Quién financia sus campañas, de suscrito por el alcalde un proyecto político que, como el de dónd e obtuvo el dinero para comprarse una Decisión Ciudadana, ha significado un casa < n La Lagunita?", pregunta San Juan, y se Zambrano cambio importante", diría el alcalde. responde sin fórmula de transición: "De las comiy el Banco Progreso, Aclararía la insinuación una de sus enemisiones qu e saca de cada negocio ilegal que se abre gas en casa, la contralora María Auxi"a espaldas de la Cámara ' n Las Mercedes". Olvida el dirigente de Mil Voces que liadora Rangel de Moreno, al señalar a y la Contraloría", para la tal vivienda era ya propiedad del alcalde Cherry Núñez como la presunta aspirante a alcalde. "¡Nada que ver!", desmiente la antes de acceder al cargo y que el abola recolección de impuestoli gado, con dos maestrías en planificainterfecta. ción, tiene desde hace años actividades El caso es que en medio de las escaramunicipales econ micas propias que le generan ingresos fuera del sueldo muzas internas apareció un nuevo, que no desconocido, actor: la ex alcaldesa Gloria Lizarraga de que devenga de su puesto al frente de la Municipalidad. Por si Capriles. Su denuncia sobre un contrato de fideicomiso, suscri- fuera poco, la ex alcaldesa prepara un nuevo folio en su conto por el alcalde Zambrano y el Banco Progreso, "a espaldas de tra y del cual dio la primicia, aunque su versión resultó un la Cámara y la Contraloría", llevaría al abogado tras las rejas. poco distinta de la de los concejales. "Hay otro contrato de El fulano contrato, reseñado con amplitud por la prensa, era fideicomiso firmado con el banco Principal también a espaldas para la localización de deudores morosos y recolección de im- de la Contraloría y la Cámara. Lo firma con Fontur (Fondo de puestos municipales. Concedía además al banco por sus gestio- Transporte Urbano) y el Principal para invertir el fondo fidunes un total de 23 por ciento sobre el monto de la deuda. De ciario". En efecto, la cláusula tercera del contrato suscrito el 3 acuerdo con el juez 25° penal Cristóbal Ramírez, el delito pre- de mayo de 1993 reza: "El fin del presente contrato es la insuntamente cometido por Zambrano es de malversación, lo versión del fondo fiduciario en operaciones de financiamiento cual no implica que haya daño patrimonial ni apropiación de vehículos automotores destinados al transporte público". ilícita de fondos públicos, "sino simplemente que en lugar de Sin embargo, los concejales sí estaban en conocimiento del utilizar los recursos para una cosa los utilizó para otra". Tras acuerdo y dieron, en Cámara, su aprobación al contrato, sesalir de su encierro en el retén judicial de El Junquito, bajo el gún afirma Cherry Núñez. Desgraciadamente fue imposible beneficio del sometimiento a juicio, el alcalde quedó ubicar a la contralora. 40

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o creo que en todo esto hay una dosis principalísima de venganza y también de retaliación política, porque acuérdate de que la señora Capriles fue a la reeleción y nosotros evitamos que repitiera como alcaldesa y ella ahora, aparentemente, por las últimas fotografías que han salido en la prensa sentada con las máximas autoridades de Copei, está buscando que la vuelvan a lanzar", defiende Núñez. Por su parte, Capriles apela a sus creencias cristianas y afirma que es incapaz de un acto revanchista: "No acostumbro a hacer leña del árbol caído, pero este señor (Zambrano) no ha cesado de atacarme. Por ejemplo, con lo de Yehya Haim Youwayed. Nunca conocí a ese señor. ¿Cómo es posible que ahora él diga que todo esto es una componenda? Quien me conoce sabe que eso es falso". ¿Quién puede probarlo? En todo caso, el alcalde arremete contundente: "Lo que reventó toda esta situación fue que evitamos que Yehya Haim Youwayed vendiera un parque frente a Plaza Las Américas. Las autoridades anteriores, el 27 de noviembre, días antes de las elecciones, dieron un dictamen favorable, salido de Sindicatura, diciendo que ese señor podía construir allí un centro comercial. Ese es un terreno que tiene una doble zonificación: en 1961 lo clasificaron como comercial y en 1965 como área verde. La segunda clasificación revoca la primera, y ése es mi criterio. Entonces, cuando yo llego en enero, este señor con ese dictamen de Sindicatura va a Ingeniería Municipal a solicitar las variables urbanas. Cuando yo me entero digo que no se otorgan variables urbanas porque mi criterio como alcalde es que la zonificación válida es la segunda. Por otra parte, él tenía una opción de venta de ese terreno por 170 millones de bolívares. Tumbamos ese negocio y otros tantos, pues él se decía propietario de 26 terrenos del municipio. La venganza y el interés político por tratar de recuperar a Baruta, más los intereses económicos que se han visto afectados por imponer orden, han desatado una campaña para atacarnos y descalificarnos". Mientras, en medio de los dimes y diretes, del contrapunteo de acusaciones con las fanfarrias que llaman a un nuevo torneo de tarjetas y tarjeticas para seleccionar alcaldes y gobernadores como música de fondo, otros dirigentes del movimiento vecinal ven en el caso de Angel Enrique Zambrano la mano oscura de los intereses partidistas y alertan sobre la amenaza que se cierne sobre los intentos de modificar el sistema actual: "La situación es grave, porque la debilidad institucional de la figura de los alcaldes es algo que puede crear una inestabilidad política muy grande en el país, porque ahora éste puede ser el mecanismo para sacar a alcaldes de la dirección de sus municipios", señala uno de los promotores del movimiento comunitario en Baruta. La reflexión es válida, sobre todo al recordar que en fecha reciente otros dos alcaldes metropolitanos —la bella Irene y, por contraste, Aristóbulo—, ambos representantes de movimientos ajenos al bipartidismc y sus colaterales, han sentido sobre sus cabezas la damocliana espada de denuncias del mismo tenor, y hasta el ministro de la Descentralización, José Guillermo Andueza, hizo un llamado "sobre la campaña de descrédito que pone en peligro la autonomía municipal". L

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La revolución tenía quien la pagara, aunque sus protagonistas, ahora reclinados en la estera del gobierno, niegan la especie. Se supone que fue romanticismo y sangre sudada con frentes propias. Otras versiones señalan nombres y apellidos, dan cifras astronómicas y acusan el embolsillamiento de unos buenos milloncejos otorgados en misiones remotas y harto relamidas, salpicadas de caviar. Es la ley del mercado aunque se hable de comunismo


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esultado de la sesera de Karl Marx, en 1864 nació la International Workers Association o lo que equivale a decir que, a la fecha, el fantasma del comunismo que ya había debutado antes con sus escarceos de espanto comienza formalmente su recorrido por el mundo. La entonces llamada Primera Internacional Socialista duró apenas hasta 1872; los desacuerdos entre los seguidores de los líderes Marx y Engels y los anarquistas de la línea de Bakunin, que ven, unos y otros, en la insurrección de la Comuna de París del año anterior la realización de sus ideas, no se ponen de acuerdo en el plano práctico y así dan al traste con la ocurrencia. Mas, el fantasma sigue su ronda. Un congreso parisino celebrado en 1889 funda la Segunda Internacional. Esta presencia la división entre bolcheviques y mencheviques y es teatro de la formación de tendencias revisionistas del Partido Comunista alemán con Kautsky y Bernstein y del espartaquismo revolucionario de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, alzados en armas y sacrificados en 1919. Es cuando Vladimir Lenin,

humana. Hasta su fin, Stalin sueña, entre las marmóreas oficinas del Kremlin, con una Unión Soviética del tamaño de la Tierra. En 1947 es fundado en Varsovia el Kominform u Oficina de Información Comunista, que tratará de controlar sin lograrlo, la guerra revolucionaria china y la entrada triunfal en Pekín de Mao Tse Tung en 1949. Ha fenecido —en coincidencia con la Segunda Guerra Mundial— la Tercera Internacional, pero el comunismo no. Vendrá Kruschev con su política expansionista —amenaza con utilizar la cohetería atómica en la crisis de Suez, erige el muro de Berlín y envía cohetes a Cuba—, seguirá Brezhn-ev y su reestalinización y poco a poco se irá arrinconando el fantasma. Un poco antes, empero, es cuando la virulencia prende en Venezuela. El largo ínterin comunista tiene eco en estos predios sólo hasta los años sesenta del siglo en agonía. Eco sonoro fundamentado en la aleación de dos metales, como pontificaba Eduardo Machado: plomo y plata, "los ingredientes de la revolución patria". Durante la Tercera Internacional, la

"línea insurreccional", de modo que cuando se tomó esa dirección, se entró en contradicción con el PCUS, al punto que en un momento dado el venezolano y el chino eran los únicos partidos comunistas que se habían atrevido a la impertinencia de oponerse a la línea soviética revisionista. La lucha armada en el país tuvo características especiales: su vinculación con el Ejército y su concentración en las ciudades (la lucha montañera será un derivado posterior, un intento de guevarizarla o cubanizarla, sin contar con las realidades básicas para ello), signos que la hacen tan original como realenga. Más tarde, al abandonar, después de muchos muertos, lo que consideraba una orientación equivocada, el comunismo venezolano entró en conflicto con Cuba. Sin embargo, la cuestión del financiamiento perdura, al parecer, un buen tiempo, más allá del período de Kruschev. Lo que nadie pone en duda es que los comunistas venezolanos forman parte de la Tercera Internacional —se constituyen en sección de ésta—, pese a que, en los sesenta, el PCV active

ancló el Vaticano soviéti con dudas acerca de la eficiencia de la organización, opta por fundar la Tercera Internacional o Internacional Comunista —Komintern— que aspira inocular a escala planetaria el concepto de dictadura del proletariado y dejarse de reaccionarismos meramente socialistas. Lenin muere víctima de sífilis demencial, pero aquel fantasma continua haciendo ¡bu! Lenin, padre de los pueblos, muerto y momificado, deja el poder a José Stalin, limpia espada del hombre —epítetos cortesía del poeta venezolano Carlos Augusto León—, con quien arranca, de 1927 y hasta 1953, la época más grandiosa y lóbrega de la tierra rusa. Colectivización brutal, industrialización gigantonómica, cruento ejercicio del poder. Tales son algunas de las emanaciones de este pastor de pueblos tal vez sobremanera inteligente y rencoroso hasta el plano del enigma de todo lo que tuviera vida 44

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historia revolucionaria imperial se ensarta así con el anecdotario venezolano: tenía la Tercera un departamento dedicado al ejercicio de la solidaridad, el Socorro rojo. Brindaba asistencia política, educativa, militar y económica a los partidos débiles o sometidos a condiciones severas de persecución. Los protagonistas en territorio venezolano del capítulo político que los vincula con esta circunstancia, ahora en la trinchera opuesta a la de la furibunda oposición de entonces, recuerdn en forma dispar los mecanismos a través de los cuales se pensaba instaurar aquí la República Socialista de Venezuela. ¿Financió o no el Vaticano soviético, Moscú, la actividad revolucionaria vernácula de los sesenta? Para Pedro Duno, decididamente sí; para Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, decididamente no. La URSS, según estos últimos, no estaba de acuerdo con una

energías en pro de su imagen de partido revolucionario con el estruendo de los alzamientos de Carúpano y Puerto Cabello (y el abortado en La Guaira). Pero la cuestión propiamente marxista apegada a los libros quedó excluida de los análisis en favor del romanticismo voluntarista. De acuerdo con Petkoff, actor y testigo clave de esos tiempos, fue precisamente ese voluntarismo *la gloria y miseria del movimiento armado local. "América Latina se puso de moda. Nosotros poníamos los muertos y ellos ponían la poesía y la teoría". Y la teoría resultó equivocada.

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ones de conga, mambo y merengue, cocos tropicales y tantas playas de seguro habían impedido al proletariado nacional formarse con más anticipación una adecuada conciencia de clase. Trasladar la dialéctica desde las nórdicas brumas europeas a estas coordenadas


ahistóricas no resultaba tarea fácil. Los pinitos de aquella pasión se ubican en tiempos menos solares, en New York, en 1926, lugar y fecha de la fundación del Partido Revolucionario Venezolano. Heredero conspiratorial de la Orden de la Calavera frecuentada por José Rafael Pocaterra en 1924, el futuro Partido Comunista de Venezuela contó entre sus fundadores a Salvador de la Plaza, Gustavo y Eduardo Machado, Pío Tamayo, Ricardo Martínez, Julio C. Martínez, Fleury y Pedro Brito, quienes luchan desde el exilio contra Juan Vicente Gómez, gobernante benévolo pero duro contra los señoritos conspiradores. Lo sucede el camaleónico Eleazar López Contreras, quien primero convocará a los comunistas para perseguirlos después. Bajo López, el comunismo venezolano se da tareas organizativas en los núcleos urbanos y campos petroleros,

Petkoff y Márquez tan lejos y tan cerca de aquel motor de la historia que condujo Lenin

estructurando una primera gran huelga de obreros del petróleo a escala nacional. Falta poco para la guerra de guerrillas. La política soviética se caracteriza por su alcance universal y un claro sentido de lo real, había afirmado con acentos oraculares Antonio Machado. Sabiendo que un eventual triunfo de los ejércitos de liberación en Latinoamérica abriría para Rusia vastas esferas de influencia, el secretario general del PCUS, Nikita Kruschev, y el presidente Nikolai Podgorny habrían ofrecido un financia-

miento especial para la lucha armada en Venezuela —dicen las fuentes, a despecho de las opiniones de Petkoff. El primero lo propondría en Moscú a una comisión integrada por miembros del PCV y del MIR: Eduardo Machado, Simón Sáez Mérida, Jorge Dáger y Germán Lairet. El segundo haría la ratificación a una comisión integrada por Joaquín Araujo Ortega y Pedro Duno en La Habana, en la sede de la residencia particular del embajador de la URSS en Cuba. "Necesitamos diez mil fusiles automáticos, presidente Podgorny", dijo Araujo. "Vénganse a Moscú conmigo y allá discutimos los pormenores", respondió aquél, sonriendo y mostrando un colmillo de oro que ponía en evidencia su origen campesino. Ya en Moscú, cuando los venezolanos reclamaban a Ponomariov MARZO 1995 EXCESO

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los diez mil fusiles, el canciller respondería: "Hemos estudiado el caso y pensamos que es mejor que ustedes compren ese material en el mercado internacional; calculando el transporte, eso puede costarles dos millones de dólares. Nosotros daremos el dinero". Una vez terminada la entrevista, regresaban al hotel pletóricos, con ganas de gritar ¡viva la Unión Soviética! Esa noche, los enemigos de la explotación del hombre por el hombre incrementaban su fervor en el sacro del vodka. Al día siguiente se esperaba a que apareciese Nikolai, el jefe de la sección latinoamericana del PCUS. No se presentaba, es natural, con los dos millones de dólares. Venía a precisar la forma, la fecha y, sobre todo, la contraseña para la entrega; ésta no se haría bajo un puente del Moscova, sino en el lago de Lausanne, en Ginebra. Allí empezaba el largo periplo de los dólares de Moscú, cuyo destino final era en realidad 15 por ciento de cada dólar para las guerrillas; el resto quedaba para la protección de los funcionarios clandestinos en Caracas, el pago de conchas y vehículos, para el sueldo de funcionarios, propaganda y una pequeña cantidad que se guardaba de re-

Arnaldo Ochoa, a quien Fidel fusiló, acusado de traficar con cocaína. La ayuda que data desde los tiempos de la Tercera Internacional —que no sostenimiento para la subversión, todavía— debió consistir en pequeñas remesas de dinero a recibir por el PCV. Entonces se pensaba, siguiendo un precepto leninista, que la cotización pagada por los militantes era una expresión de la vida organizativa del partido y, en consecuencia, el estado de la secretaría de finanzas era el mejor espejo de la secretaría de organización, es decir, el dinero recabado era expresión de la inserción política en el pueblo. La aplicación de este principio se utilizaba a menudo para enviar a casa a los pedigüeños con las manos vacías o sólo con su pasaje de regreso. A la vez, el PCV —integrado por niños bien que encontraban su espacio social en las filas de los menesterosos y también por algunos menesterosos que encontraban un lugar político y un ambiente social en una estructura mundial que les garantizaba ser, saco donde se incluye a los hermanos Machado y a Jesús Faría (fallecido en fecha reciente casi en la miseria, según Petkoff)— era asistido constantemente en

diez millones de bolívares y otra de un millón de dólares. La Digepol incautó este tesoro espurio antes que las emisiones circulasen y, como es natural, al poco tiempo, en los bajos fondos, así como en los cabarets de la frontera con Colombia, aparecieron los billetes venezolanos y estadounidenses. Los coreanos del Norte colaboraron con 73 toneladas de armas; el partido checoslovaco surtió de pasaportes, y recibía heridos y enfermos en sus hospitales; y el partido francés, a pesar de su dura crítica contra la lucha armada venezolana, proporcionaba documentación impecable a los viajeros perseguidos. Pero la máxima asistencia la prestó durante todo el período el Partido Comunista Italiano. La dirección del PCI consideraba que, albergando Venezuela un importante contingente de población de su país, debía prestar asistencia a la causa, y esto a pesar de la insistencia imperante en relación a la búsqueda del socialismo por vías pacíficas, que los chinos llamaban revisionismo contemporáneo. A tal punto aquella colaboración fue importante, que el gobierno venezolano colocó en Roma a Reinaldo

los cabarets aparecieron os billetes estadounidenses serva para las épocas penuriosas, siempre al acecho. Los camaradas venezolanos tomaban en serio su misión, mientras Fidel Castro deliraba, bajo la misma premisa de la solidaridad, con el sueño de crear la segunda república socialista de América, esta vez en tierra firme.. No sólo fue el envío de armas, descubiertas en el estado Falcón en 1963, sino las invasiones integradas por personal cubano y venezolano, una por Machurucuto, en 1966 —aunque Moisés Moleiro dice que no fue allí sino en la vía hacia Boca de Uchire, en el sitio preciso llamado Cocal de los Muertos— y otra por las playas del estado Falcón. En ambas invasiones vinieron comandantes del ejército cubano, algunos de la jerarquía de Tomasevich, jefe del cuartel de La Cabaña y hoy general, y de 46

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el aspecto ideológico por el Partido Comunista Cubano (PRP) . Durante los sesenta fue cuando la ayuda internacional varió de manera notable en frecuencia y cantidad. Se estima que a lo largo de ese período ingresaron a Venezuela 14 millones de dólares provenientes de la Unión, Soviética, Cuba y China, y de otros camaradas. Por su parte, la recapitulación autonómica de este pasado —como la que expresa Petkoff, por ejemplo— niega estas cantidades y las considera fabulosas invenciones, puesto que la lucha armada se financiaba en lo interno, con sus píopios recursos. Empero, totalizando la información, pueden registrarse otros aportes solidarios. Los alemanes orientales, legatarios del arte de Gutenberg, entregaron dos magníficas ediciones de moneda falsa, una de

Leandro Mora, luego ministro de Relaciones Interiores, con el fin de contrarrestar la ofensiva roja. En 1966 los matutinos caraqueños anunciaron la detención del médico italiano Beltramini y su amante, una española llamada Conchita, que venían provistos de sendos chalecos con capacidad para introducir al país una cantidad de dólares cuyo monto preciso aún hoy en día es difícil de determinar. Hay quien afirma que fueron 375 mil dólares, de los cuales desaparecieron cien mil; según Petkoff, fueron 75 mil; según Pompeyo Márquez, 100 mil. Fuese o no Moscú el origen primero de estos dólares, su procedencia cierta era la Europa de los partidos comunistas italiano y francés, entre otros, y Beltramini, en esa ocasión, actuó por segunda y última vez de co-


Los rojos alternaban con el establishment aquí y allá donde más que guerrilleros había —estalinismo mediante— horror

rreo. Después de una corta prisión, él y su amante fueron liberados y los dólares también: desaparecieron tanto de las páginas de la prensa como de las arcas de la Digepol. Este affaire había conducido al mismo Leandro Mora, ahora hasta la cabeza del MRI.

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as citaspara la entrega de los fondos eran variadas. Los chinos solían dar sus colaboraciones en París o en Berna; los cubanos, en distintas capitales europeas y en alguna oportunidad debieron hacerlo en Argel, desde donde se sacaban a Suiza mediante una transferencia gubernamental, valiéndose de la simpatía que sentía el presidente Ahmed Ben Bella pler "la causa de la liberación nacional venezolana". Pero el centro de emanación de la mayor cantidad de fondos se.

guía siendo Moscú, cuyos emisarios proponían encuentros en Ginebra o Zurich. El proceso de la adjudicación se iniciaba a eso de las seis de la tarde frente a una zapatería Bally, en el centro mismo de Ginebra, ciudad de calma superficie y subterráneas intrigas. Hasta allí llegaba el venezolano luciendo una gabardina recién comprada y en la mano derecha un ejemplar de Paris Match. De inmediato se le acercaban dos rusos y uno de ellos preguntaba, en un español excesivamente fuerte, la hora; el venezolano consultaba el reloj y respondía: "Las seis y dos minutos". El ruso sacaba de su bolsillo una contraseña —un libro venezolano o un mediecito de plata— y luego iniciaba una pequeña conversación caminando hacia la esquina. Allí hacían una segunda cita para las siete de la noche, cuando se en-

contraban para hacer otra, en esta ocasión a las ocho, en una calle solitaria, donde, a su vez, a la hora crítica, aparecía el funcionario soviético con una maleta, la ponía en el suelo al lado del venezolano y sacaba una pistola PPK 9 mm, diciendo: "Váyase que yo lo cubro". Todo este largo trabajo tenía por fin garantizar una entrega limpia, sin la presencia del espionaje estadounidense o inglés. El criollo se devolvía hasta su hotel a esperar el amanecer para entregar por su cuenta la remesa al partido italiano, que se encargaría de introducirlo a Venezuela. Ni el dinero ruso ni las armas cubanas o norcoreanas fueron suficientes, sin embargo, para entronizar la lucha armada en Venezuela. Un liderazgo débil y lleno de contradicciones estaba incapacitado para ocupar una condición victoriosa y el dinero sirvió para intoxicar las arterias de un partido dividido y hasta anarquizado. Los venezolanos vendían la guerra a sus amigos y la paz a sus enemigos, había dicho el Che Guevara en una oportunidad en Argel, cuando se dio cuenta de que la dirección política de la guerra estaba en manos de hombres que no creían en esa vía y, por el contrario, estaban desesperados por llegar al Congreso y a los concejos muncipales. Y si los jefes de los grupos guerrilleros no carecían de valor, el equívoco político luchaba en su contra, la apatía de la población era insuperable y su actuación no dejó sino el testamento de una revolución literalmente imposible. Así, para Petkoff, esta etapa debe ser entendida como "un período de gran exaltación revolucionaria, de un romanticismo, de una disposición a entregar la vida; un período bellísimo, de mucha muerte, mucha violencia, tal vez políticamente errado, pero existencialmente justo. Un período del que yo no reniego". Y añade que sus participantes salieron del proceso —los que no quedaron en el camino— como habían entrado: pobres. Petkoff no cree en las interpretaciones de la historia como pesadilla, y está en su pleno derecho. Otra tesis sostiene que los comunistas venezolanos se habían vuelto insaciables. No se trata de acusaciones de deshonestidad, la cuestión cala más honMARZO 1995 EXCESO

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do, manifestándose en una suerte de sauditismo al pie de la letra. Hemy Croes, miembro del Comité Central del PCV, mujeriego hasta morir años más tarde a manos de un marido celoso en El Conde, gastaba, al parecer, miles de dólares en sus viajes y parrandeaba como un cosaco enriquecidd. A 23 grados bajo cero dejaba el hospedaje soviético para regresar en la mañana a la hora del desayuno con una amiga, que presentaba a rusos y camaradas latinoamericanos como una periodista de su país. Las comisiones venezolanas que esperaban ser recibidas por la alta jerarquía soviética salían en largas y negras limusinas a visitar las murallas del Kremlin —rito obligado de todo buen camarada— y las tumbas de Lenin y

11!n aco

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todo para guardar los documentos secretos que los soviéticos prestaban a los altos dirigentes para que fueran leídos en grado 33. Sin ser una organización numerosa, el Partido Comunista Venezolano era "cualitativamente importante" y las comitivas que hacían acto de presencia en Moscú eran tratadas en consecuencia por la nomenklatura rusa, que esparcía beneficios sobre sus homólogos en las organizaciones fraternas. No sólo ponía a su disposición hoteles como el de marras, sino otros privilegios: desde clínicas especiales y acorazadas limusinas hasta los santuarios secretos de las tiendas GUM —el Sears ruso—, donde los funcionarios anfitriones, sus familiares y sus bellas y cuidadas hijas, podían adquirir finos artículos de peletería, perfumería y moda.

das limosinas adquirían artículos de peletería

Stalin; allí, una inmensa cola de una cuadra esperaba pacientemente ingresar al mausoleo. Eso era lo más engorroso. En una calle común de Moscú, sin más letrero que un número, el 132, en un edificio amplio y severo, se escondía el Hotel del Comité Central, así llamado porque era la residencia moscovita de los altos funcionarios del Buró Político y del Comité Central de los partidos comunistas de todo el mundo; allí coincidían Roney Arismendi y Palmiro Togliatti, Jesús Faría y Aníbal Escalante. Confortable, desde las seis de la mañana hasta medianoche, una mesa larga y estrecha era cubierta con una extraordinaria variedad de combinaciones de caviar, salmón ahumado, pirogui, huevos en todas sus formas, entrañas de cordero y kasha, e incluso, para el desayuno, hot cakes americanos. El almuerzo, en cambio, presentaba un menú abierto por 14 sopas, donde nunca faltaba el famoso borscht de remolacha, carne de res, repollo morado y crema de leche. A toda hora, la panera era surtida por siete tipos del producto, entre blancos, morenos y negros, algunos con comino al estilo alemán y otros rústicos, que 48

pesaban como un metal, obra de las manos del hacendoso campesinado. Sobre todo en el desayuno, podía saludarse a la dirección mundial del comunismo. Cada funcionario, al responder a su par, extraía del bolsillo una agenda en la que anotaba la cita que debería acercar, humana y políticamente, a los dirigentes de las vanguardias del proletariado mundial. Al final de esta comida matutina, el funcionario especialista en el país respectivo fungía de enlace entre la comisión visitante y el CC del PCUS. A la mesa de los venezolanos se acercaba Pedro —un gigante de dos metros de alto, talla 46 de zapatos, con cierta ternura infantil en los ojos, ocultos tras unos lentes gruesos en exceso— y presentaba el programa del día. En la mañana, una visita a un koljós o a una

cooperativa agraria o a una granja del Estado. En la tarde, las opciones estaban entre la fábrica de automóviles Moscova y la visita al parque Gorki. Y en la noche, no podían faltar el Bolshoi, el circo de Moscú o alguna representación teatral de un grupo folklórico latinoamericano. Los venezolanos siempre preguntaban cuándo los llevarían a la Universidad Patricio Lumumba o a la Lomonosov, porque allí tendrían oportunidad de alternar con los jóvenes o iniciar algún romance furtivo con alguna estudiante. Con aquel frío era muy importante dormir acompañado. Una presencia femenina permitía, al mismo tiempo, deshacerse temporalmente del círculo de hierro de los traductores. El ambiente monacal del Hotel 132 escondía a veces operaciones secretas, intercambio de información, grandes intrigas internacionales, golpes de Estado, ayudas financieras, envíos 'y recepción de armas. Por allí pasaba todo el inmenso tráfico de acciones y planes del comunismo mundial. Las habitaciones poseían, aparte de un buen baño, una caja fuerte que se utilizaba para guardar efectos personales y dinero, pero sobre

La permanencia en Moscú dependía del carácter de cada quien. Los había con espíritu carbonario, cuyo fervor religioso los recluía a las cinco de la tarde en el hotel; testigos de entonces aseguran que Eduardo Gallegos Mancera, un viajante eterno, secretario internacional del PCV, pensaba que su compromiso con el proletariado le impedía perder aunque fuera un minuto en frivolidades, y dedicaba el tiempo libre a entablar amistad con los camaradas de Ceilán o de Ghana. Otros, en cambio, emulaban a Porfirio Rubirosa, y algunos más se sentían cercanos al Agente 007, cuando no mezclaban el romanticismo guerrillero con la sensualidad latina. "¡París!", se extasiaba Héctor Mujica, al recapitular este tránsito obligatorio en el viaje a Moscú. En tanto Germán Lairet parece que aprovechaba aquellas misiones para completar la cuota inicial de un apartamento en Cartagena de Indias. Las citas con los altos funcionarios no se desarrollaban en el Kremlin, sino en el congelado y amplio edificio del CC del PCUS. Puntual, pasaba Pedro a las cinco de la tarde a recoger a los camaradas venezolanos y si la comisión era de más de


Gustavo Machado y Héctor Mujica viajaron en sendas misiones en pro de la dictadura del proletariado. Después, un brindicito en casa

tres, iban hasta la sede del partido en dos largas limusinas negras. Pedro sentado adelante y atrás un venezolano y una intérprete, y en el vehículo siguiente, otro acompañante ruso y los restantes venezolanos. En el edificio esperaba el camarada Ponomariov, secretario de Relaciones Internacionales del PCUS, una especie de canciller del Partido Comunista soviético, vestido todo de negro hasta los pies, delgado, de hablar pausado y quien, si le hubieran puesto las mangas blancas para proteger el saco, hubiese parecido un secretario salido de las páginas de Nicolai Gogol. Las entrevistas siempre tenían la misma rutina: una salutación de parte y parte, y un informe rebosante de coquetería política. Al final, utilizando el menor tiempo posible, se aclaraba el objeto de la visita. Por lo general, la solicitud de ayuda financiera. La revolución venezolana era un espejismo alimentado con la sangre de combatientes anónimos en montañas perdidas, propicio a despertar en el liderazgo soviético imágenes de lucha victoriosa bajo la sombra protectora de la patria comunista. Así estimulados, los rusos daban el dinero a los venezolanos, enfras-

cados en esa lucha mal comprendida por extraños, aislada y minoritaria. Mientras, periódicos y panfletos de la época contaban una historia menos candorosa. Según tal crónica negra, los fondos provenientes de Moscú no siempre llegaron a sus destinatarios, fuesen guerreros o burócratas del partido. Un informante con algo más que ojos puestos en aquella época menciona nombres —cada uno involucrado en un episodio distinto—, como los de José Agustín Catalá hijo (cien mil dólares desviados), Marcelino Madrid (350 mil desaparecidos) o el conocido Cristóbal Palacios, a quien se acusó tras bastidores de haber guardado 150 mil dólares moscovitas, décadas antes de convertirse en presidente del Banco Progreso. Petkoff y Márquez rechazan tales historias. Afirman que se trata de invenciones, pues de los Palacios, si bien Alonso fue un activista, Cristóbal, con relación a la causa, no pasó de simpatizante. Alonso nunca robó nada, en tanto que Cristóbal ha vuelto a Venezuela para hacer frente a otras acusaciones recientes, "lo cual habla muy bien de él". En cuanto a los otros dos, es tan imposible ahora probar las acusaciones como

negar el que fueran hechas en su momento. La lucha armada conoció su período Robin Hood, con asaltos a bancos (que Petkoff no niega y considera como medios de autofinanciamiento cuyo producto "nunca se utilizó con fines personales"), secuestros (caso Domínguez, caso Niehous) y otros hechos de fuerza realizados con arrojo y desesperación, y en medio de la derrota objetiva de la empresa revolucionaria. Los guerrilleros de los sesenta terminaron por dividirse en varios grupos, unos buscando fortuna; otros se adscribieron a los cuerpos policiales, donde dejaron una larga historia de infamia, y el resto buscó ansiosamente penetrar el aparato del Estado como burócratas, hasta llegar al poder con Lusinchi, con Carlos Andrés Pérez y los últimos con Rafael Caldera "Para la inmensa mayoría de los combatientes", afirma Pompeyo Márquez, "la lucha armada terminó con la reunión clandestina del Comite Central ampliado en 1967. Después sólo quedaron los restos". Los héroes se habían extinguido en la memoria y para colmo, empezaba a declinar la fuente de armas y dinero: la Unión Soviética. IA

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Conspicuos pero anónimos ■

esteren (Garla Tofano)

POBLADA DE ESPECIES URBANAS MULTIFORMES, LA CIUDAD SE SOBREPONE CADA DIA AL PASO INADVERTIDO DEL TIEMPO. LA GENTE SE AFILIA A PERSPECTIVAS IMPLÍCITAS DESDE EL ALARIDO NO COMPROMETIDO DEL COLOR,. LA MARCA O EL MODELO. Y COMO SI NADIE LO NOTARA, DECENAS DE GRUPOS NO AFILIADOS DEAMBULAN POR AVENIDAS, PLAZAS Y CENTROS COMERCIALES DESCUBRIENDO, AL PASO DEL PROPIO ESTILO, CUÁNTOS PASAJEROS DE LA CALLE COMULGAN EN LA ONDA DEL ATUENDO SIN NUNCA HABERSE PUESTO DE ACUERDO. COMUNIONES O DISTANCIAS INSOSLAYABLES DE FEELING SOBREVIVEN AL DISCURSO VISUAL PARA DESCRIBIR, ENTRE MOVIMIENTOS COTIDIANOS, LAS CARÁTULAS DE UNA LOCALIDAD DIVISIBLE AUNQUE INDOMABLE. CASI UN FENÓMENO TRIBAL. ADIVINAR EL LUGAR FAVORITO DEL OTRO, SOSPECHAR LO QUE PIENSA, DE LO QUE HABLA Y CÓMO BAILA CUESTA MENOS TRABAJO QUE ROMPER LA DISTANCIA DEL CADA UNO EN SU LUGAR. CODO A CODO, EN TRÁNSITO SIMULTÁNEO POR LA MISMA ACERA DE LA HISTORIA, SOBREVIVEN LAS DIFERENCIAS AUNQUE LOS PATRONES PAREZCAN ESTAR REVUELTOS. CADA CUAL A LO SUYO, Y A CONTINUACIÓN, PARA LOS CONFUNDIDOS, UN SIMPLIFICADO MODELO DE SELECCIÓN QUE LES PERMITIRÁ ASUMIR LAS SEÑAS DEL ESTEREOTIPO QUE CREA MEJOR LE ACOMODAN.

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EXCESO MARZO 1995


Corte

platabanda

Apretadísima media cola: achina la mirada y despeja la cara

Rulos separados (wet look)

EEUU en la

chemise

Chemise

preferida

rayada para llevar por fuera

Portátil Sony línea Sport

Trabillas sin cinturón

Jeans prelavados, factiblemente Pepe

Familia Jordan Michael Jordan, pantera voraz del basquet que incursiona en las ligas de beisbol y que representa el modelo estadounidense de la excelencia atlética, funge como icono de esta manada de fieras que con paso firme imponen una ecléctica y auténtica versión en la que se mezclan las estrellas de la NBA, el metro mercado Capitolio, las marcas importadas, la salsa erótica, Andrés Galarraga y el pulso negro.

Cortísima falda de jeans

Beedrock en las minimedias (en su defecto pueden llevar el logo de Nike u otra marca deportiva)

Aerodinámicas zapatillas de goma Nike o Charles Mason

Aerodinámicas zapatillas de goma Nike o Charles Mason


Cajero de banco

Corte James Dean

El estilo no implica obligatoriamente el oficio. Abundan en las tascas, edificios de oficinas y calles del centro de la ciudad. Sucedáneos del operador de banco con chaqueta de cuero y corbata angosta, amplían la naturaleza del modelo primigenio con la añadidura de otros ingredientes que dan fundamento al género.

Anteojos (ovalados, redondos o semicirculares)

Camisa blanca manga larga y sin chaqueta Cabello al natural (casi siem suelto hacia la cara)

Carpeta de Mickey (este detalle parece colado de otro estereotipo)

Buscapersona, mientras asciende a la categoría celular

Franela ni muy estrecha ni muy ancha en tono tenue

lectual

Pantalones de algodón modelo bombacho (pinzas)

Falda corrugada tipo hindú

Mocasines negros y medias blancas

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EXCESO

MARIO 1995

Zapatillas chatas y destalonadas Neutroni

eambula los predios del Ateneo u os centros cultules, ha sido visto todas las univeres del país y se moda a sus anchas en el café abla, el O Gran , los restauranárabes de Saa Grande o el e La Castellarefiere los teascendentalos ciclos de éinkque ofrece la Cine~ca. Viste a la moda, aunque se atreve y coquetea con las vanguardias.


Pava plain Casco y moto para el desplazamiento

Sudadera de algodón adquirida en Grafitti

No alterar los preceptos básicos de la elegancia clásica constituye uno de los señuelos indefectibles de esta saga, cuyos pasos mima con preferencia el Este capitalino. Visten el encanto discreto de la burguesía media y conocen de cerca los favores del gusto sin aspavientos.

Cabello liso

Franela UCV en este caso, si no, Express Gap o Banana Republic son las marcas favoritas

Accesorios discretos (cadenita de plata y/o escapulario)

Portafolio negro cruzado

Cartera de cuero tamaño mediano

Jeans / made in Colombia

Motorizado Portafolio cruzado y casco sobre el cogote, este espécimen conoce los vericuetos de la ciudad y cual correcaminos merodea apuradito cada rincón de la hostilidad urbana. Hombre de pocas palabras y esquivo, sabe esconderse en bares de bajo perfil para cumplir con el bien habido ritual de la cervecita fría.

Cualquier zapato cómodo

Jeans Levi's (gris, marrón, blanco y negro son los tonos de moda), largo por debajo del tobillo

Zapatos Bass

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Heavy rock

Body de lycra negro

Sudadera con capucha

Franela negra manga larga con la inscripción dé alguna banda de rock pesado

Asidua de gimnasios que están en algo, practica a diario rutinas físicas que le permitan conservar la figura —otras veces mejorarla— y encontrarse con los amigos en las lides de un sudado ambiente con tapiz de espejos, bicicletas estáticas y aparatos multifuerza. Escala el Avila hasta Sabas Nieves los fines de semana y almuerza de regreso en el McDonald's.

AIMME■

MARZO 1995

Bolso Adidas o de artesanía indígena

Jeans azules o negros

Pretty jogging girl

EXCESO

Cabello por debajo de los hombros

Morral al hombro con el resto de los implementos

Moñera para sujetarse el cabello

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Patillas largas

Un asalto imprevisto a la mochila de uno de estos especímenes descubriría panfletos sobre conciertos capitalinos, algún CD que espera ser devuelto a su dueño, un cuaderno con letras de canciones escritas cuando la musa asalta, y teléfonos direcciones de instrumentos de segunda mano puestos en venta. Se encuentran por do-e quier, pero sólo la discotiendas y los bares estratégicos los alojan a granel.

Lycras de algodón a media pantorrilla

Zapatos Reebock o Nike sin colorines

Botas militares (en su defecto, zapatos de goma bien ruleteados)


Cabello encopetado rojo fuego de Koleston o amarillo

Cabello largo dorado de sol

Anteojos de montura dorada imitación Ray ban

Oro

de Wellapon

Collares de semillas autóctonas (no importa autóctonas de dónde)

Taller de lino en pantalón o falda con botones dorados

Franelita china

Secretari adeca Su paso despide el estigma floral de alguna fragancia usada con derroche. Exuberancia y redondez de ofrenda hacen voltear las miradas, y adornan con profusión de prendas e incrustaciones en la ropa en tonos plateados y dorados el muy indiscreto encanto de su belleza. Moño a la altura de la cabeza y medias de nylon sin excepción dan carácter a un prototipo de factura local.

Jeans dos tallas más grandes y muy desteñidos

Cuaderno universitario en mano

Jamaica surf stile

Medias de nylon Panty / Coqueta

Zapatos altos Emely Rodin

Tararean los temas del Marley y huyen del asfalto a la playa todos los fines de semana con la tabla de surf bajo el brazo. El aspecto distraído de la usanza tiene que ver con el swing liviano del modus operandi y con el afán pro ecológico de las ideas. La tipología abunda en universidades, centros comerciales y locales nocturnos.

Zapatos Converse

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poco, pensaba marcharse. Su padre estaba en proceso de venta de muchas de sus propiedades —entre ellas, la acción en la clínica Santa Sofía y probablemente su yegua Belle Cibell—, pues deseaba cambiar de vida y ambiente". Hasta el 11 de diciembre, el doctor Naime no había notado la sustracción de los cheques; menos los 20 mil bolívares retirados de su cuenta personal. Por entonces, sin embargo, preparaba un viaje familiar —navideño— a Orlando, Florida; así pues, solicitó al Banco Unión un estado de cuenta actualizado. Al notar la cifra faltante, comenzó a investigar. No

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"Discúlpame. Yo no soy mala, pero no te puedo dejar vivo, porque tú viste todo" conocía a Miguel Antonio Tauil Musso, menos había girado un cheque por tal cantidad a su favor, sólo se extrañó y el 16 de diciembre emprendió el viaje a Estados Unidos. La frialdad pasmosa de Cibell Naime Yordi le permitió mantener una actitud firme en aquellas vacaciones. Ni por un instante su personalidad psicopática dejó escapar indicio alguno de que 72 horas antes habría alojado sendas balas en los cráneos de los amigos Tauil Musso y González Acosta. La noche del 31 de diciembre, en compañía de los padres y sus dos hermanos, le vaticinó a Salam Yordi, su mamá, que creía que ese iba a ser "el último año que pasamos juntos".

LA GATITA ERIZADA. Así estaba Cibell Naime Yordi aquel 12 de diciembre, poco antes de hacerse con la ele60

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gante pistola Walther PPK calibre 7.65, con capacidad para 11 tiros, propiedad de su bravucón padre. Así, erizada, desesperada. Sabía que el día anterior, Naime había descubierto que le faltaban 20 mil bolívares, que un cheque firmado por él había sido cobrado. Tenía que recuperarlo antes que su padre diera con él. Así lo intentó, pero las negociaciones con Tauil Musso resultaron infructuosas. "Tienes que devolverme el cheque, de lo contrario voy a tener serias dificultades", dijo ella. "Pero ¿cómo? Si ya lo cobré", preguntó él. De manera que no le quedaba otra solución que acudir a las virtudes del artefacto que mister Naime conservaba en la habitación matrimonial a modo de artilugio de seguridad. La guardó con celo en su cartera, meditó su siguiente día e intentó dormir. Por supuesto, no pudo hacerlo bien. El 13 de diciembre, martes por la tarde, se comunicó de nuevo con Tauil. Según los expedientes, lo hizo igualmente desde el monedero del Minerva —desmiente otra vez Francisco Torrealba. (¿Qué ocurre? ¿Quién dice la verdad?)—, se identificó como Elizabeth y manifestó su deseo de adquirir dos cachorros salchicha. Le pidió que se vieran en la panadería Río de Oro de Prados del Este y el abogado se negó. Así, se dirigió a la línea de taxi de la urbanización y se montó en el Caprice de Adolfo Ramón Infante. Tomaron vía Los Naranjos, hasta llegar a la avenida Norte 4, traspasaron la barrera de seguridad y Cibell le ordenó al chofer que se detuviera en un punto estratégico, a 200 metros de la quinta Los Taumus. Se acercó y llamó al timbre. Miguel Antonio abrió la puerta, se saludaron y ella, haciéndose pasar por Adriana —olvidó que era Elizabeth en la coartada telefónica—, dijo que ahora iba a comprarle dos perritos —50 mil cada uno—, pero que debía acompañarlo hasta la caseta, puesto que a la supuesta tía los vigilantes no le iban a permitir la entrada. Miguel Antonio gozaba de reputación como vendedor de mascotas y en tales labores se hacía acompañar de su entrañable Juan Carlos González Acosta. El joven estudiante de Farmacia en la Universidad Santa María era su socio en la venta de

animales. De extracción humilde —vivía en La Dolorita, por la zona de Petare—, se rebuscaba con este negocio, dormía de cuando en cuando en la casa de Los Naranjos y hay quienes dicen que sus estudios superiores se los costeaba el abogado. Era él quien viajaba en busca de las mascotas. Este, a petición expresa de Miguel Antonio, los acompañó en la Samurai hasta la caseta, a fin de autorizar la próxima entrada de un Ford Granada azul que, según Cibell, llegaría pronto: Durante el trayecto de vuelta, la susodicha la habría emprendido contra Miguel Antonio. Ubicada en el asiento trasero, sacaría la pistola de su cartera y le inquiriría: "¡Párate, tenemos que hablar!". Eran poco más de las dos de la tarde. Y, debido a las fechas navideñas, de asueto, la zona se hallaba desierta. En una de las casas cercanas se celebraba una parrilla de amiguitos a modo de despedida por las festividades. Y si escucharon los tiros, éstos fueron confundidos con fuegos artificiales. Es decir, no hubo testigos. Con el cañón posado directo en su cabeza, Tauil detuvo la camioneta en el medio de la vía. El arma estaba cargada —incluso una bala cayo al piso—, ella exigió la devolución de su cheque, no dudaría en tomar medidas drásticas. Un gélido sudor se apoderó del abogado, quien inútilmente intentó dominar a la agresora. Fue lo último que hizo en su vida. La bala atravesó su cráneo, y al instante empezaron a manar litros de sangre. Le tocaría ahora a Juan Carlos, que lloraba presa del terror. La chica, manchada de sangre, le apunta en la sien a quien si apenas tuvo tiempo de suplicar por su vida. "¡No me mates, no me mates!". Ella le contesta con una frase que forma parte ya de la leyenda: "Discúlpame. Yo no soy mala, pero no te puedo dejar vivo, porque tú viste todo". Y, a la altura de la cabeza, lo hizo. ¡Bang! Por supuesto que más de un indicio hace suponer que Cibell sí es algo mala. Algunas opiniones coinciden en que ella se dirigió aquella tarde con la expresa intención de asesinar a Tauil. Ella sabía que el cheque ya había sido cobrado, de modo que carecía de oportunidad alguna para recuperarlo. Sólo tenía por cierto


que la única manera de evitar que su padre diera con la persona que había retirado los 20 mil bolívares era enviándola al otro mundo. Luego de los dos disparos, tendría la horrenda precaución de tomar las conchas de las balas, pero olvida la que había caído al piso. Se montó de nuevo en el taxi, que ya sumaba 40 minutos de espera, y se marcha. Entretanto, cual imagen cinematográfica, la bocina de la Samurai que se hallaba estacionada en el medio del camino empezó a sonar presionada por la cabeza inerte de Miguel Antonio, y en pocos instantes se formó el tumulto. La grotesca escena congregó en el acto a decenas de vecinos —los primeros en verla fueron los vigilantes de la cuadra. La indiciada, por su parte, engañó al taxista, una vez que éste le permitió apearse en la parte trasera del Instituto Minerva. Tres días más tarde, marchó a Estados Unidos. Pero, con la llegada a Venezuela de la familia Naime Yordi casi un mes después del homicidio, empezó el auténtico vía crucis de Cibell. Por un lado, durante el mes de diciembre, la Policía Técnica Judicial se había dado a la tarea de adelantar las investigaciones que conducirían a desenmascarar a quien ejecutara el doble crimen de Los Naranjos. Ya habían dado con una huella dactilográfica que pertenecía a una mujer, también con el rayado de la bala que permitiría luego dar con la pistola de la acusada. Los interrogatorios permitieron descartar —en primera versión oficial— móviles vinculados al narcotráfico, asuntos pasionales o venganzas personales. El padre de Miguel, Antonio Tauil, orientó bien las cosas con su sospecha de que el asesinato tenía que ver con la venta de animales. Por el otro, Shauki Naime. El 10 de enero se abocó nuevamente a aquello del fulano cheque emitido a nombre de Miguel Tauil. Llegó a tal apellido —según declaró— por medio de la guía telefónica, y el 17 de enero se comunicó con la familia Tauil. Tras hablar con el padre de la víctima, saber que en vida se dedicaba al comercio de mascotas y ver que su hija tenía una nueva, sacó su conclusión. Luego de presionarla, la joven confesaría su falta. Y por ello —aunque en aquel en-

Aporreada y viva, Cibell (arriba); muertos y sin vengar, Miguel Antonio y Juan Carlos (abajo)

tonces no vinculó la muerte de Miguel Antonio con el cheque, su hija y la dulce Jazmín— la castigaría con brutalidad. "Sí, considero que fui severo, pero en un momento de éstos, cuando uno se da cuenta de que se ha cometido un hecho grave y que me ha defraudado de esa forma, en un momento así... Le di dos cachetaditas, lamentablemente un poco fuertes", dijo el padre al referirse a los socorridos moretones que su Cibell presentó al momento de la detención —aunque nuevas versiones otorgan la autoría de los hematomas a la policía; el padre confesaría dizque por razones estratégicas. Como sea, se tenían una sospechosa morena, un cheque de 20 mil bolívares, un negocio de mascotas, una huella digital y una bala. Los datos aportados por la madre de Miguel Antonio Tauil facilitaron la labor investigadora. Y

orientaron hacia los bancos, de modo que giraron instrucciones para que las entidades bancarias enviasen copias de los cheques cobrados el 6 y 7 de diciembre en las agencias del Este. El 18 de enero obtuvieron respuesta del Banco Unión. Había un cheque perteneciente a la compañía Digital Médica C.A., presidida por Shauki Naime, que respondía a los requerimientos señalados. El resto, pura rutina. Tras el allanamiento a las oficinas del doctor y el conocimiento de que tenía una hija cuyas características correspondían con las de la homicida, se produjo la detención en la residencia de la familia Naime. Era el 19 de enero.

LAS GATITAS LASTIMERAS. Una de ellas —la que disparó— logró conmover a todo el mundo al presentarse como una víctima de las circunstancias MARZO 1995 EXCESO

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Tauil, padre de la víctima, denunció que se estaba fraguando un ardid para quitarle el caso al juez de la causa, Cristóbal Ramírez Colmenares, para dárselo a otro que "pueda ser manipulado". Además, mostró angustia por el hecho de que, desde el primer momento, Cibell no hubiese sido presentada oficialmente a la prensa; que no le pusieran esposas al trasladarla desde la PTJ o a cualquier sitio requerido, y qúe no la hubiesen llevado a la cárcel de mujeres en Los Teques. Por la otra trinchera, Nery Acosta, madre de Juan Carlos González Acosta, se indignaba cuando Cibell era presentada como una víctima de la violencia paternal. "Es un monstruo con cara de mujer. Si no se la castiga con todo el peso de la ley, quedará muy mal parado el poder Judicial", recalcó entre lágrimas. "Muchas veces se hacen afirmaciones no ciertas", razoria el juez Ramírez Colmenares. "Cuando tomé el expediente, me hallaba de guardia. Como disponía de un tiempo máximo de ocho días para tomar una decisión, había que practicar las diligencias con la mayor celeridad posible. Dadas las características del hecho, consideré necesario practicarle las correspondientes experticias psiquiátricas y psicológicas, en las cuales participaron diez profesionales. La mantuvimos en la PTJ para tener mayor facilidad. Recuerda que no teníamos mucho tiempo. Dos días antes de terminar el lapso, tomamos la deci"Mami, ahora sión de imponerla del auto de detención". También se ha denunciado que partes que sé que la del sumario del caso han sido transmitique disparó fue X, das públicamente a periodistas, defensores y otros, en una . maniobra destinada a siento un alivio favorecer la causa de Cibell. Ramírez en mi corazón" Colmenares manifiesta inquietud ante el nes psiquiátricos y psicológicos, a fin de tema, a la vez que acota que hace algún saber si la joven había actuado bajo un es- tiempo envió dos oficios a la PTJ en los tado de trastorno mental. Las pruebas con- que expresaba su malestar por la revelacluyeron en que Cibell lo habría hecho ción de sumarios, específicamente el del todo en sus cabales, que actuó en un abso- sonado caso de la abogada muerta a maluto estado de conciencia. nos de un vigilante y el de un joven que De cualquier manera, las sospechas de recibió una paliza. "Puedo garantizar que que disfrutaba de ciertos privilegios em- dicha revelación no salió de este tribunal pezaron a expandirse. Cibell proviene de (el 25° penal)", puntualiza. Hay qiiienes una familia de interesantes recursos eco- se han atrevido a sugerir que una sospenómicos, su padre goza de gran reputa- chosa amistad fundamentada en la afinición profesional. El 30 de enero, Antonio dad de gentilicios entre la fiscal sexto del

que rodeaban su entorno familiar. El producto de un padre cruel, una especie de ogro libanés, que no le permitía ningún tipo de libertades y que, desde los primeros días de su vida, la educó bajo las normas de un indiscutible régimen de horror. La triste soledad en que vivía la condujo a la idea de conseguir un gato que la acompañase en sus ratos libres. Muchas opiniones se elevaron y advirtieron con preocupación cierta tendencia de los medios de comunicación y de algunos voceros policiales en casi justificar el crimen —¿acaso no tendrían la misma coartada todos los infelices que no tienen padre? Con su detención, vinieron los exámenes forenses para determinar el grado de violencia con que había sido castigada por su progenitor, luego los exáme-

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Ministerio Público, María Auxiliadora Rodríguez de Dáger, y la familia de Cibell terminaría por facilitar el acceso directo que tuvo el diario El Universal al sumario. Pero eso no es todo. Una versión, aún por confirmar, enlaza fuentes y primicias a través de un hilillo romántico: una singular pelea escenificada a puños entre las reporteras de sucesos de El Nacional, Sandra Guerrero, y de El Globo, Dubraska Romero, habría sido impulsada por ciertos privilegios informativos, en virtud a la eventual relación que mantendrían esta última y un alto comisario de la PTJ. Los defensores de Cibell, encabezados nada más y nada menos que por el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Otto Marín Gómez, le han prohibido hablar con nadie —aunque no pudieron atajarla cuando se le resbaló frente a las cámaras de la televisión: "Estoy arrepentida"— hasta que no terminen de apuntalar todos los detalles. Apenas ahora comienza la secuencia procesal de esta joven, cuya pena, en caso de ser declarada culpable, estaría ubicada en alrededor de 20 años de cárcel, dependiendo de los atenuantes y agravantes de rigor. Se supo de forma extraoficial que la defensa —por cuyos buenos oficios ganaría 80 millones de bolívares de los cuales ya habrían sido cobrados 30— intentaría alegar locura —temporal, al menos— con miras a lograr una sentencia más leve y su reclusión en un centro de higiene mental. En todo caso, ha trascendido que en la actualidad Cibell está persuadida de no haber sido la autora de los disparos. A pesar de que al principio confesó su gracia, su memoria comenzó a funcionar a posteriori y le aclaró parte de la historia: "Mami, ahora que sé que la que disparó fue X, siento un alivio en mi corazón... Ahora que estoy clara, me siento más orgullosa de mí misma", escribiría, mano en relicario, en una misiva a Salam Yordi. Una joven muy cercana a la Naime mantiene la certeza de que ella no fue la homicida. "Creo que está encubriendo a alguien. Ella no recordaba absolutamente nada, inventó —su confesión— todo en medio de la desesperación y la presión de la policía". De acuerdo


con pistas recogidas por la vía del rumor —rumor que a todas luces pudiese dejar colar el equipo de la defensa—, la encubierta no es otra que Jessica Castro Smith, su ex amiga del Instituto Minerva. Ella, incluso, fue llamada a declarar en la PTJ y salió muy bien parada. "Pero, si te fijas con detenimiento en el retrato hablado que publicó la prensa, verás que es igualita a la otra", culminó. En cuanto a la minina —la que no disparó—, también su situación caótica inspiró el dolor y la piedad de la sociedad venezolana, sobre todo de los miembros dé Aproa (Asociación Pro Defensa de los Animales). Se sabe que el tiempo que Cibell permaneció recluida en la PTJ, lo hizo acompañada de Jazmín. Para ella, la gata de Angora representaba una suerte de fetiche, su única amiga y compañera, de modo que los encargados del caso veían con malos ojos la idea de arrebatársela. Prevenían así una reacción indeseada de la muchacha; quien había bautizado a su animalito inicialmente como Pussycat. Pero luego que Cibell cayera detenida y se hiciera figura pública, le cambió el nombre por Famosa —aun autotributo? Finalmente, los policías se decidieron por el de Jazmín. Entonces, apenas alcanzaba cuatro meses de nacida. Y se temía que en cuanto trasladaran a Cibell al Instituto Nacio-

El juez Ramírez Colmenares del peludo caso; Cibell rehuyendo, y sus afligidos padres en los pasillos que conducen a la verdad

nal de Orientación Femenina, Inof, donde habría de compartir celda con la abogada de arrestos viriles implicada en el secuestro de un menor, la mascota quedara desamparada en la calle, a la intemperie. "El país entero esperaba un pronunciamiento nuestro al respecto", señala Cristina Camilloni, presidenta de Aproa. "Recibimos innumerables llamadas exigiendo nuestra veloz intervención. Hablé con el inspector en jefe de la PTJ, Rolando Guevara, quien me sugirió que redactáramos una carta en la que pidiésemos su custodia". La misiva no obtuvo respuesta, pero Camilloni no se amilanó. Un segundo papel, esta vez a nombre del comisario Leonardo Díaz Paruta, sí generó resultados. "El 8 de febrero, a las once de la mañana, luego de haber esperado tres horas seguidas, y en vista de que fuimos los únicos que habíamos demostra-

do una real preocupación por la suerte de Jazmín, nos la entregaron temporalmente. Eso es una prueba indiscutible de la enorme sensibilidad del comisario Díaz Paruta". Y a pesar de que la gata se encontraba muy bien de salud, la gente de Aproa sabía que en la PTJ no se contaba con una infraestructura mínima que pudiese garantizar su tranquilidad. "Ella sólo come paté. Así la acostumbraron. Y en la policía, seguro, le iban a dar sardinas. Por cierto, Jazmín es divina. Muy tranquila, nada alborotada. Enseguida se encariñó con nosotras". Pero tanta dulzura no era posible: al poco tiempo, a las dos horas, ¡oh decepción! Una comisión de la PTJ se presentó en la sede de Aproa y con tono muy amable manifestó que la División contra Homicidios precisaba de Jazmín, ya no como evidencia: la madre de Cibell había solicitado que se la entregaran. "Tenía derecho, pues habían pagado 20 mil bolívares por ella. La señora no quería que la mascota estuviera por ahí, del timbo al tambo. No me opuse, pero quiero pedirles que la cuiden mucho, pues ella no tuvo nada que ver con esta terrible tragedia", remata Camilloni.

LOS GATITOS AYUNTADOS. Decenas de inferencias ha provocado este suceso de múltiples aristas. "Se ha engañado a todo el mundo", señala un cerca- 1= MARZO 1995 EXCESO

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no de Cibell. "Una vez que el caso quedó policialmente cerrado es difícil que lo vuelvan abrir, pues eso atenta contra el prestigio de la División contra Homicidios de la PTJ". Una serie de extrañas coincidencias estimula la imaginación y las preguntas. Por ejemplo, en cuanto a la no del todo precisada relación que existía entre Miguel Antonio Tauil, abogado de 30 años, posición socioeconómica privilegiada, y Juan Carlos González, estudiante de 19, de origen humilde. Una pista suculenta para salpimentar especulaciones. Se sabe, además, que Cibell y su familia frecuentaban el restaurante Kibbe Steak House de Las Mercedes —"incluso a la chica se le vio por allá bailando poco antes de su detención", jura alguien— y que el padre de Miguel Antonio, quien se ha convertido en el principal acusador del caso, era el asesor legal de dicho establecimiento. "Muchos tienen la certeza de que ambas familias conocían, aunque fuese de manera referencial", por ahí pudiese establecerse un vínculo novedoso. "Recuerda que son de origen libanés y en esa comunidad, que es bastante cerrada, todos saben quiénes son todos. El restaurante era un sitio donde podían haber coincidido". Tantos cabos sueltos se originan por la torcedura del caso; por eso hay quien arriesga mejores explicaciones 64

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En tribunales, Cibell arrepentida y muda, su padre debidamente flanqueado, Otto Marín Gómez, cara defensa, y la prensa, armada hasta los dientes. Otro escenario: el Kibbe Steak House. Nadie le quita lo bailado

que la gatuna. ¿Quién puede matar por las razones que Cibell lo hizo? De esa manera, corre como pólvora la especie de que Cibell —quizás Jessicaconocía a alguna de las víctimas. Más aun, que mantenía un romance secreto con alguno de ellos, y que al enterarse de la traición y de la presunta ambigüedad sentimental de su chico amado, dolida, ofendida, celosa, la tomó por aquello de la justicia de su propia mano: tan fácil como acabar con las vidas de ambos. Una fuente reacia a identificarse asegura que fue Jessica quien efectuó las llamadas telefónicas desde el colegio y quien planificó todo. Y, por otro lado, hay quienes afirman que Cibell no conocía a los muertos. De ser así, la reapertura de la investigación se hace completamente obligatoria. "Estoy pagando el hecho de haber estado presente aquel día", ha dejado fil-

trar la indiciada. Y hasta ahí sus explicaciones. Por supuesto que dicha frase es difícil de admitir, debido a la cantidad de evidencias que demuestran todo lo contrario: el reconocimiento de los testigos, el cheque, la pistola, las huellas dactilares, los testimonios, la gata. La paliza que le propinó el padre. Su confesión, su posterior arrepentimiento. Su rostro gélido y asustadizo, la mañana del 9 de febrero en tribunales, cuando se le impuso del auto de detención. Los muertos de los que se sabe poco, al menos públicamente. Las preguntas se formulan por sí solas. ¿Se conocían víctimas y victimaria? ¿Realmente las llamadas ocurrieron desde el Instituto Minerva? ¿Qué unía a Miguel Antonio y Juan Carlos? ¿Por qué la negativa de los familiares en hablar con la prensa? ¿Fue acaso un crimen pasional? ¿Cuántos millones se invirtieron en su confirmado plan de fuga?¿Actuó Cibell sola? ¿Acompañada? ¿Qué papel tiene Jessica en todo esto? Porque, a ojos vista, si Cibell ha sido capaz de asesinar a sangre fría por tan baladí móvil, no cabría duda de su capacidad para inmiscuir a cualquiera en el asunto, incluso a su mejor amiga.L


tierra dejueg o un o uito de veneno ara todo el mes

Separados al nacer • • • • • • • • • • • ••••••••••

Se busca

Helianta Cruz

Historias de la locura corriente

Adivine su cuña

Top ten Diez peleas a calzón quitan


dej u e

ac icamo ra ajan o pa apa Belmont suave

Una cara de luna, una mueca triste, una mirada decimonónica. Helianta Cruz apareció en la pantalla chica de los setenta haciendo papeles de sesgo ingenuo —contrafigura en La usurpadora, La abandonada, Valentina; protagonista en Isabelita y Orgullo— hasta que su trayectoria —en teleboas, descontar sus pinitos con Lily Alvarez Sierra o sus experiencias con Jorge Palacios— corona con un papel de más definiciones en La dueña, último éxito de José Ignacio Cabrujas. Jamás decía su parlamento con prisa, tampoco con aspavientos, la señorita grande, cuando, preocupada por algo más que sus sopotocientos perros, se inscribió en la Universidad Católica para hacerse profesional del Derecho. Premiada con el Mara de Oro y el Dos de Oro, decía que había que sacarles partido a todos los papeles, por pequeños que fueran —"no creo que ser relleno en una producción dramática tenga que conllevar al menosprecio de nuestro trabajo". Humilde y sencilla, como la calificaba la prensa, jamás protagonizó un escándalo, de esos que ponían en el tapete a cualquier colega; por el contrario, asombraban más bien por gazmoñas sus maneras en el set. "No quiero que nadie, en ninguna telenovela, me bese en la boca, no". Solitaria de los pasillos de todos los canales de televisión, de pronto hizo mutis con la misma aura enigmática con que ingresó a la vitrina de la comunicación: hablando con acentillo dulzón. Fue vista hace un par de años con unas bolsas de mercado y montándose en una camionetica que conducía a La Colina, dialogando de lo más animada con los pasajeros. Atención, César Miguel Rondón. 66

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Además de una marca de cigarrillos, es poco menos que el epíteto que arropa a una carnada de veiteañeros bellos, sonrientes y, nicotina mediante, sanotes —recordar a Carlos Baute o a Marisela Toro. Y su papá es el fotó grafo y cineasta Franco Rubartelli, quien se propuso hacer de los comerciales del producto una causa estética, turururu tuturú. Colores, primarios; alta definición y close-up con tendencia al culosop; dientes perfectos entre labios húmedos que aspiraban bocanadas con mucho placer oral eran parte de la estrategia: atraer un mercado para entonces en extremo fiel —la reciente moda vaquera de los cigarros puros no había iniciado su saboteo—, pero distante en términos de comunicación, desde quie en los ochenta se prohibió la publicidad de cigarrillos y licores en cualquier medio, salvo el cine. Fue cuando Rubartelli se lució con esas estampa de playa y sol que hicieron hito.

Corporación Venezolana de Turismo

Aquella fotografía correcta, aquellas tomas idílicas, aquella percepción bonita de los paisajes y las gentes venezolanos consiguió no sólo aceptación en el target al que iba dirigido: fumadores nice. La Corporación Venezolana de Turismo descubrió que las cuñas, además de promocionar al cigarrillo azul, podían vender igual al mar azul y al cielo azul de este país. Ocurrencia que se convirtió en manos a la obra y, de paso, tráiganse las tijeras. Los documentales que ofertan a la Venezuela tuya están fabricados con recortes de aquellas playas doradas y pieles bronceadas. Contiene el spot publicitario la celebérrima escena de la chica con las manos juntas sobre su pecho intentando un chapuzón, están los protagonistas reventones y abrillantados de siempre, usan los mismos trajes de baño eléctricos. Facilismo que no disgusta a Belmont que se colará en pantalla subliminalmente.

Luis O uendo Dejó colgadas a las esposas

Sixto Durán-Bailén Su lema era: Quito tierrita

Shimon Peres En Venezuela la pasó bomba

César Miguel Rondón El suyo era el' cuento del lobo

Kenue Reyes Fue un buen partido

Gledys Ibarra Dio la Caridad por descartada


t

i,erradeju ego

IS OMR l e a

S

onoros son, qué duda cabe; póngase por caso a Yuribí, a Tibisay, a Yajaira. Y tanto es así que Neruda les dedicó una reverenciosa poesía, porque una buena lista de nombres propios venezolanos se silban, se cantan, estallan en los dientes; pero también hay que reconocer que últimamente se han vuelto impronunciables a punta de implantes ) derivaciones; insufribles. En un afán —¿de originalidad? ¿de conciliación familiar, religiosa o étnica? ¿de hacer una gracia?— a los padres vernáculos les ha dado por picar y empatar sílabas cada vez que paren, juego maquiavélico en el que participan en confabulación con los abuelos, de quienes toman alguna letrica. A diestra y siniestra, mezclan vocablos indígenas y anglosajones, el azar, la falta de ortografía y la imaginación, cocktail éste —o acertijo— con final previsto: en lo inmediato, el registro civil o la pila bautismal; de por vida, el bochorno. Madenusa, criollita de pura cepa, se llama así because, she was born in USA —quisieron decir, made in USA— y Usnavy, porque la madre, antes de parir en la maracucha clínica Amado, recordó, en plenas contracciones, el nombre de un barco gringo anclado en el lago. Ahora la niña pudiera estar a la deriva. Esso Alvarez, fotógrafo de similar origen —zuliano—, fue bautizado como la transnacional de la gasolina porque, próximo a nacer, su padre jugaba beisbol en un descampado cercano a una estación de servicio de esa nomenclatura e hizo añicos el letrero que la identificaba con un jonrón antológico, hazaña que quiso perpetuar en el vástago: trascendencia por partida doble. Cualquier cosa puede ser un motivo de inspiración para nombrar al bebé. La práctica de coser retazos es una de las más socorridas. Es un ejercicio romántico. El papá se llama Eusebio. La mamá, Hortensia. Nombres posibles para el varoncito: Horsebio u •Ortebio —"porque los

ocura comen e nombres propios no tienen ortografía", inventa la inculta conseja. Para la hembrita: Eusencia u Hortenbia —antes de la b una ene horrible, pero vale, bueno y "porque los nombres propios no tienen ortografía". El puzzle llega más allá. Yesquimar es un sí afirmativo en inglés con la reunión de Quintín y Margarita. El embarazo fue complicado pero como la hoy adolescente nació perfecta, los padres quisieron volcarse sobre ella, precedidos por un mensaje positivo que, en castellano, les resultaba un poco feo: Síquimar. Milagro González, la líder femenina de las copeyanas, es un caso similar: su nacimiento fue traumático pero por no haberse complicado su salud, sus progenitores quisieron dar gracias al cielo por aquel milagro, ese solo, sin plural. Su nombre no tiene la ese final. No puede dejar de mentarse a los que se nombran con apellidos, verbigracia, Kennedy Rodríguez, Gracekelly Montiel o Lenin Herrera —viva la causa. A quienes intentan aproximarse a la elegancia —o a la farándula—sustituyendo la c por la ka o los que adoran la w —Wilmer, Wuiliam Guillermo, Wandibel. A la socorrida y casual Zoila Mesa de Planchan, a la señora Calvo de Cabeza, a Democracia López —ex esposa de José Ignacio Cabrujas, espejo en la ficción de Constitución Méndez—, a la actriz de ecológico nombre Dolores del Río. A los patrióticos: Venezuela Márquez o Epopeya Suárez. Y a quienes presentan a los hijos en estado de ebriedad y pronuncian Agrabier por Gabriel. Antes, cuando la gente tenía más fe, era mejor, dicen los curas. Los nombres eran los de los santos. Canon 855 del nuevo Derecho Canónigo: "Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se impoga un nombre ajeno al sentir cristiano". Mejor Nepomuceno o Anacleta que Zenemig Giménez: el periodista escribe igual su nombre y su apellido, sólo que de adelante para atrás y de atrás para adelante. —FN

COESAIIVIC•FtES 1:»E FIN C»E SIGLO Diez peleas cazadas entre contrin-

cantes ancestrales o de nuevo cuño que, por los vientos que soplan, eso sí, prometen seguir aporreándose con ganas per secula seculorum

1 Gustavo Cisneros vs. Marcel Granier. Un clásico. Se casaron con dos primas hermanas, pero ni siquiera esta coincidencia facilita la mutua tolerancia. Cada uno desde su respectivo ring comunicacional, Venevisión y Radio Caracas, intenta desacreditar al otro —un libro prohibido, el dedo en el banco intervenido, la reseña de una boda dispendiosa— y quién sabe quién tiene la razón. ¿Ambos tal vez?

Nelson Mezerhane vs. Oscar García Mendoza. Banquero contra banquero, la inquina arranca cuando a oídos del primero —rechinamiento de dientes— llega la especie de que su rival, el presidente del Venezolano de Crédito, habría echado a rodar la especie de que el Banco Federal estaba desahuciado.

Camilo Lamaletto vs. Braulio Jattar. El caso del video entre el redondo treintón dueño de la fábrica de baldosas y el buenmozo abogado que pretendía extorsionarlo vendiéndole una buena defensa en caso de que tuviera que enfrentarse al Congreso por un asunto de ribetes ecológicos.

Francisco Herrera Terán vs. Aldemaro Romero, hijo. Descendientes de padres famosos —el escritor Francisco Herrera Luque y el músico Aldemaro Romero—, fascinados MARZO 1995 EXCESO

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tierra de juego

'is orms le a ocura comen e IE ambos por la pesca, la grabación de los delfines masacrados ordenada por éste y detestada por aquél los enredaría en sendos exilios. Daniel Cazalis Salas vs. César Miguel Rondón. "Ka ina es mía", asombra un remitido en la prensa suscrito por aquél. "Yo escribí una historia exacta sobre la selva venezolana, una princesa yanornarni y un buscador de oro holandés, y se la di a Rondón hace un año".

Patricia Guzmán vs. Josefa Cheffi Borzachini. Ambas periodistas aspiraban a la jefatura de las páginas culturales de El Nacional, y fue la última la que se hizo con la presea. En el ínterin, muy pocas flores. Meyer Vaisman vs. Oscar Sambrano Urdaneta. El artista iba a representar a Venezuela en la Bienal de Venecia, mas el presidente del Conac convocó a una nueva votación dizque porque aquel expondría un pobre país. Su obra: un ranchito. Marcos Zarikian y José Di Mase. Desde el ring de la industria textil se harían trompetillas públicas y privadas que incluyen acusaciones de alto calibre.Siguiente round: Eurobuilding

Ignacio Quintana vs. Andrés Caldera. "Yo les di mi apoyo y me pagan con esto". Esto es un allanamiento en el domicilio del primero.

Carlos Bernárdez vs. Orlando Castro. Te compro el banco; no me lo quites; el banco es mío; no, es mío; ya verás; no, ya verás tú. Así, hasta que no quedó ninguno de los dos. 68

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MARZO

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IÑIAS COA MEAR-

na especie circula por ahí: que los creativos de las agencias de publicidad, para inspirarse, leen los periódicos cada vez que van a sintetizar en un eslogan las propiedades del producto a promocionar. He aquí algunas muestras de aquellos bocetos, producto, musa y concepto, en gestación

U

+Al eslogan de Palmeritas lo inspiró la Junta de Emergencia Financiera: "Te comes una y te las comes +Al de Vick Vaporub, Esperanza Martinó: "Se

+Al de la tarjeta de crédito Visa, la pistola de Pablo Medina: "Nunca salga sin ella". +Al de Viasa, Luis Herrera Campins: "El

frota y basta".

tiempo pasa volando".

+Al de Pepsi, la renta petrolera: "Vívela". +Al de Grafitti, la gestión de Angel Zambrano:

+Al de Movilnet, Lorena Bobbit: "El poder en

todas".

"La nueva forma de comprar". +Al de cauchos Firestone, Gustavo Gómez López: "Pregúntele a quien ya los tiene". +Al de Good Year, el famoso minino de Los Naranjos: "Este es el único gato que no quere-

sus manos". +Al de pinturas Monsatín, el acople Noris Aguirre y Tesalio Cadenas: "Hagámoslo jun-

tos". +Al otro de Firestone, el dengue hemorrágico:

"Contigo siempre vuelvo".

mos que usted olvide".

+Al de Telcel, Chepa Candela: "Su voz sin lí-

+Al de Aspirina Bayer, la ida de Orlando Castro: "Un dolor de cabeza menos". +Al de Holsum, las pontificaciones de Marietta Santana: "El pan fresco de cada día". +Al de Tampax, las sesiones del Parlamento:

mites". +Al de Seven Up, la renuncia de Julio Sosa:

"Lo propio es estar claro".

+Al de la salsa de tomate Pampero, la gestión gubernamental: "Lo bueno se hace esperar". +Al del Banco Consolidado. Blanca Ibáñez:

+Al de los pantalones Didijin, sendas imágenes de los presidentes Rafael Caldera y Joaquín Balaguer: "Qué bien se ven". Al de los chocolates Savoy, la absolución de Jaime Lusinchi: "Con sabor venezolano". +Al de Marlboro, la banderomanía: "An

"No pasa nada".

"Siempre a su lado".

American original".

+Al del Banco Provincial, el defensor de las más caras causas, Morris Sierraalta: "Su punto

+Al del Metro, los linchamientos de Caricuao:

de apoyo".

+Al de pilas Duracell, los "...y duran y duran

+Al de Iodex, la filial relación entre Cibell y Shauki Naime: "Sóbate que eso se hincha". +Al del Banco Progreso, Fidel Castro: "Aquí

y duran".

estamos y aquí seguimos". +Al de Tess, Hugo Chávez Frías: "Como si nada".

"La gran solución para Caracas".

+Al de Monclair, la saga de los Cisneros: "¡Toda una familia!"


tierra dejueg°

El ninnnn dal luan LI l'IllbUll 1151 luan El romanticismo de Chayanne a los boleros de Luis Miguel Cerraba 1991 y el mozalbete mexicano de los pelos en punta y el gesto maniático de jalárselos, Luis Miguel, no tenía qué cantar. Faltaban autores, faltaban temas. Hasta que a su productor se le prendió el bombillo: ¿por qué no preparar una docena de baladas románticas? En tiempos donde la moda es lo retro, no tenía por qué resultar tan deshonrosa la salida. Así fue como en 1992, el niño prodigio se puso flux y corbata y, cerrando los ojitos, entonó "...la puerta se cerró detrás de ti" y demás boleros con inusitado éxito. En toda América Latina el héroe de Viña del Mar resonó y puso a escuchar sus discos —panes calientes— con deleite a abuelitas y nietas por igual. Tanto gustó y se vendió que el intérprete de marras optó por grabar un segundo volumen —Romances 2— que ahora promete erigirse en puñado de hits, uno tras otro, en las carteleras radiales y anaqueles de discotiendas. Otro contemporáneo, éste de Puerto Rico —aunque de Luis Miguel dicen que nació en la isla boricua y fue llevado de pequeñito a México—, descubrió que lo que es válido para uno puede serlo para otro, y ahora toma la idea al calco y se deja escuchar en las radios también con canciones de amor años. Lo suyo, dice, es un homenaje a las vacas sagrada? de la balada, ergo, José Luis Rodríguez, Juan Gabriel, José José. El ventiañero del baile eléctrico y coreográfico a quien el Congreso de su pais le rindió una standing ovation, se ha puesto también, en fin, a cantar quedito, sudar menos y acalorarse más. Y ambos, a su vez, cara y espejo han descubierto que pueden beber cómodamente en la fuente segura de la música popular consagrada, años después: justo cuando caducan las exclusividades del derecho de autor.

Gladys Rodríguez, amarillismo en acción...

Viviana Gibelli, verdor en ficción

Gatúbela, Michelle Pfeiffer...

Culebrérica, Cristina Reyes

...4111111» Y AM".

Aquiles Esté, en algún órgano de información...

Víctor Mestas, organista de profesión

Enrique Tejera París, en vuelo a New York...

Patrick Stewart, en viaje a las estrellas

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E XC E S O

Po unos píTvicos yenes, escuálidos Mates, -unos baratos Caacas,2.000 o el área b° dos si vive en Tegalados 2.500, si ttaspasó metropolitana, puede recibir a n mátida domicilio la -mejor Te-vista siglo,que mes s del divex toda, exceso, a mes. -Una tentació caliente. Y independencia .Tne.l\kás Ilacceso la cae primerya libertad total es d


Gerencia cultural en la Venezuela del 2000 Mariela Pérez Loreto

P

or qué un artista (músico, pintor o literato) escoge ser gerente o promotor cultural en la Venezuela de Jos noventa?, ¿quiénes pueden ser calificados como buenos gerentes culturales en nuestro país?, ¿cuáles son las características esenciales de un buen gerente cultural? La primera motivación de un artista venezolano para comprometerse con las responsabilidades de un cargo administrativo es el dinero. Un ansiado y necesario cheque se hace presente en la nómina correspondiente, bajo el nombre respectivo, al final de cada quincena del mes. Otra motivación de mucha fuerza puede interpretarse de dos maneras, de acuerdo con su carácter, y es la que está relacionada con el posible prestigio o renombre que pueda conllevar el cargo. Esta segunda motivación puede entonces ser de dos tipos: motivación altruista o malsana. Vale la pena destacar que el gremio artístico que más fuertemente ha asumido la idea de abordar cargos administrativos en Venezuela es el que está conformado por los músicos: los directores de orquesta pretenden ser Matas o Bersteins, los pianistas desean emular a Baremboim o Ashkenazy. Unos años atrás, representantes de una emprendedora generación de músicos, ante su inminente profesionalismo, decidieron tratar nuevas metas solicitando mejores salarios, permitiéndose asumir tres o cuatro cargos a tiempo parcial y otras nuevas fórmulas destinadas a mejorar el estatus de los músicos venezolanos en general.

Los policamburistas son los antecesores directos de los yuppies culturales venezolanos. Hay ciertas diferencias entre estos dos tipos de gerentes culturales: el policamburista auténtico sentía gran respeto por sus múltiples cargos o actividades, y asumía los llamados tigres en sus tiempos libres y como una actividad de expansión profesional. Los yuppies culturales de nuestros días continúan asumiento actividades, pero quizá una de las diferencias más importantes con respecto a sus predecesores policamburistas está justamente en los tigres, los cuales a veces alcanzan una magnitud tal que son comparables a tigres de Bengala, dejando literalmente mudas a las instituciones. Hoy, a mediados de los noventa, la generación de relevo en el campo de la gerencia cultural está comenzando a ocupar los lugares de toma de decisiones. Yuppies o no, la mayoría de los nuevos gerentes son ajenos a partidos políticos, lo cual podría asegurar una mayor limpieza en la ejecución de sus tareas; algunos están bien apoyados por sólidos intereses, aunque pueden mantener una renovada actitud gerencial más acorde con estos tiempos de transición. Otros de estos jóvenes vienen respaldados por una sobria y relativamente corta experiencia administrativa, y otros más, con brillantes estudios en el exterior y energía rebosante para trabajar. Se comenzará a hablar un nuevo lenguaje, con sus diferentes matices como es natural, pero será necesariamente un lenguaje mejor engranado con la realidad del país. En materia musical, sé podrá hacer uso de la maravillosa infraestructura ya existente, conformada por la gran cantidad de buenos instrumentistas y orquestas sinfónicas que proliferan como el llantén. Creemos que llegó el momento de hablar de calidad y no de cantidad, como se ha venido haciendo hasta ahora. Me contó un músico extranjero que recientemente visitó nuestro país en plan profesional, que alguien definió a los venezolanos como "muy desorganizados pero excelentes improvisando". Esa, nos guste o no, es la imagen de Venezuela. Con tanta debilidad evidente, deberíamos preocuparnos por cultivar una buena esencia. ¿Qué opinan ustedes? LA MARZO 1995 EXCESO

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Semaforofobia Otrova Gomás

S

egún un interesante estudio del profesor Linoski, de la Universidad de Rotterdam, la principal causa del desquicio que presentan los conductores caraqueños radica en el hecho de tener que enfrentarse a los semáforos. A diferencia de cualquier país del mundo, en donde todo conductor respeta las señales luminosas para una movilización más segura y ordenada, el semáforo le produce al chofer criollo una dislocación cerebral, que aunque para muchos es consecuencia de un daltonismo genético por fallas en el cromosoma 17, para otros es el resultado de un incontrolable amor al riesgo con claros ribetes sadomasoquistas. Cualquiera que sea la razón, es obvio que este es un desequilibrio inevitable por el tipo de conductores que se encuentran en nuestras calles y avenidas: Primero tenemos a los Conductores Regulares. Son aquellos que cuando ven una luz roja siguen adelante porque están apurados, porque les da la gana o simplemente porque comerse una luz roja sin chocar les refuerza la autoestima. En su particular manera de manejar, al encontrar el semáforo en verde en el acto detienen el carro porque saben que los que vienen con la roja se la van a comer. En ellos es completamente imprevisible el 72

EXCESO MARZO 1995

Conductores Regulares, quienes al verlos parados, sea ante la roja o la amarilla, les tocan la corneta con desespero para que sigan. Y cada vez que viene un Loco de Bola se los lleva por delante. La peligrosidad de este tipo de conductor legalista aumenta entre las 11 de la noche y las seis de la mañana, al detenerse con una luz roja aunque no venga nadie del otro lado y atrás venga volando un Conductor Regular o un Loco de Bola, quienes no entienden qué hace un desquiciado parado en medio de la vía. A esto sumemos la tragedia del peatón. Estos pobres desdichados, aunque tengan luz de paso, no se atreven a cruzar si ven un carro, porque no saben si se trata de un Conductor Regular que va a lanzárselo cuando estén en el medio de la vía, un Loco de Bola con sentimientos humanitarios o un Responsable que puede estar borracho. Un estado muy particular se produce si un semáforo está malo. Ahí se detienen casi todos: los peatones, los Conductores Regulares y los Responsables. Al no haber parámetros de luz, nadie sabe qué hacer y todos se quedan como hipnotizados viendo qué va a pasar. Los únicos capaces de romper el clima de indecisión son los Locos de Bola, porque, como vienen mandados, hacen que todos se muevan para no ser llevados por delante. El desquicio total surge cuando en sentido opuesto al semáforo se encuentran dos Locos de Bola juntos, o un Conductor Regular con un Conductor Responsable, o un daltónico Responsable con un daltónico Regular, o a su vez uno de ellos con un so que transita por las avenidas caraque- Loco de Bola, agravándose la situación a ñas: los Conductores Responsables. Son niveles indescriptibles cuando en cualeslos que se paran en rojo, avanzan en ver- quiera de esas posibilidades, además, se de y respetan religiosamente el sentido aparece en la esquina un motorizado. del amarillo. Su conducta enfurece a los

comportamiento que pueden tener frente a una luz amarilla, porque igual se detienen cuando va para verde como aceleran a toda máquina cuando va a cambiar al rojo. Luego están los Conductores Locos de Bola. Son aquellos degenerados del volante que se lanzan como un cohete comiéndose la roja, la verde o la amarilla sin importarles el color ni quien venga en sentido opuesto. Como es lógico, su actitud suicida molesta a los Conductores Regulares, quienes los maldicen al ver cómo no les respetan su manera de interpretar las luces. Finalmente está el grupo más peligro-


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Embalsamados Rafael Sylva Moreno

L

a joven tenía sólo 18 años cuando murió de un paro cardiaco y, tras las exequias de rigor en el cementerio Metropolitano de Santiago de Chile, los inconsolables padres se las ingeniaron para retirar el cadáver embalsamado y llevarlo con ellos a su casa en un barrio de la capital chilena. Allí permanecería, en velatorio permanente, durante cinco años, hasta que a fines de julio de 1994 los hermanos de la difunta, que ya no soportaban el hecho de alternar a diario con el cadáver momificado de la joven, denunciaron el asunto a la policía y ésta obligó a los padres a dar cristiana sepultura a sus restos. La historia, por insólita que sea, suele repetirse, y lo ocurrido en Chile inevitablemente sugiere cierto paralelismo con el caso de la embalsamada de Madrid, que conmovió a la capital española a fines del siglo pasado. La niña era rubia, delicada, con ojeras violeta, y a su alrededor aleteaba la muerte como una mariposa. Sufría de tuberculosis y ese mal, en Madrid hacia 1878, no tenía más que un sombrío desenlace. De ello estaba muy consciente su padre, el doctor González Velazco, quien la adoraba. Por eso no se resignaba y en su laboratorio del Paseo de Atocha, en la confluencia con la calle Alfonso XII, entre cráneos, pócimas, retortas y alambiques, concibió la idea con la cual intentaría burlar, si no a la muerte, por lo menos a la fría tumba. Cuando llegó lo inevitable y aquella niña rubia y pálida falleció, Velazco permanecería encerrado en su laboratorio, con la única compañía del prometido de su hija, un discreto médico de apellido Muñoz. Luchaban como posesos contra la natura-

leza y contra las leyes inmutables de la descomposición de la materia. Unas semanas después, la ciencia había triunfado y la difunta, perfectamente embalsamada, lucía más que nunca como una muñeca de Dresden, con sus ojos azules mirando vacíos hacia la eternidad. A partir de entonces, la curiosidad popular comenzó a seguir cada paso del taciturno médico, quien, gracias a su prestigio, obtuvo permiso para retener en su hogar el cadáver momificado de la hija. Por su parte, el doctor Muñoz, su prometido, continuaría visitando la casa como siempre. A la hora de la cena, ambos sacaban a la niña embalsamada y ataviada con su traje de novia, sentándola a la mesa donde siempre tenía puesto un cubierto. Después del postre y el café, era regresada a su lugar en un armario de cristal. La macabra charada no terminaba allí, y cada tarde la gente curiosa veía cómo frente a la casa del Paseo de Atocha llegaba un coche en el cual subían Velazco y Muñoz a la muerta. El coche tomaba la ruta de siempre: Paseo del Prado arriba. Entre semana, las salidas después de la cena también se hicieron nocturnas, y duraban horas. La niña muerta —como ya le decían los vecinos— siempre viajaba entre los dos hombres y la imaginación popular llegó a decir que hasta se les veía charlar animadamente con ella. Se ignora cuál fue el desenlace de la macabra trilogía madrileña, pero cabe en lo posible que tuviese un insólito paralelismo con lo ocurrido aquí en Venezuela, y más o menos por la misma época, con el cadáver del doctor Tomás Lander. Al morir éste, sus afligidos deudos recurrieron al famoso doctor Gottfried Knoche para que lo embalsamara. Como es bien sabido, aquel médico alemán radicado en La Guaira había descubierto un efectivo método para la preservación de los cadáveres, y fue así como logró tal apariencia de vida con Lander, que la familia de aquel ilustre caraqueño lo mantuvo en esa forma y frente a su escritorio durante mucho tiempo. Eventualmente, y como se supone debió ocurrir con la difunta de Madrid, las autoridades caraqueñas sugirieron a la familia que, después de 40 años embalsamado, el cuerpo de Lander debía recibir cristiana sepultura. Lt MARZO 1995

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ay un juego, que podría decirse sociopolítico —pero que de cotidiano y entronizado en la tribu, se descubre de índole psicosocial o antropológica—, que nuestro hombre de la ciudad compite a sus anchas y cuya plusvalía emocional consume con entusiasmo. Lo juega individualmente, en el colectivo de los partidos (políticos e imagino que, inclusive, en los de pelota) o lo sacraliza a nivel de aquello que llaman las grandes instituciones (públicas o privadas o ninguna de las dos cosas). Se trata, como reza el título, de la componenda, arreglo o chanchullo. La Componenda —en lo adelante con mayúsculas— se juega en dos tiempos. El primero es un tiempo muerto para el primer jugador, tiempo de espera, de latencia o simplemente de cotidianidad. Es el tiempo del devenir existencial de cada quien, donde cada uno hace lo que dios y el diablo le otorgan por derecho propio (desviar fondos bancarios, arrojar laticas desde la ventana del Camry, arreglar las elecciones de la caja de ahorros). Tiempo estático, pero no pasivo. Es una jugada sorda, que puede aguardar respuesta indefinidamente. El segundo tiempo depende del lance del otro, quien, por lo general, también juega la Componenda (así, sin preposición: denominativo listo para la patente comercial, al lado del juego de Monopolio). Si el otro, por fin, adelanta su carta, entonces el primer jugador se apresta a contestar su baraja: la revelación de la Componenda. El juego está servido, sólo faltan los espectadores. Modalidades, muchas. Eso es lo divertido del juego. Se juega en la playa, en la cama, en la oficina, en el Congreso o en-

tre los altos ejecutivos de Petróleos de Venezuela. Hay una versión cultural, que se comparte entre pintores y galerías, y una exclusiva de cineastas. Hay versiones para científicos e investigadores de planta. Versiones aun más elaboradas circulan en las asociaciones de vecinos y hacen las delicias de los líderes de 24 horas. Gran parte del profesorado universitario, por ejemplo, debe su integridad psicológica a la versión más paranoica de la Componenda. Y la razón última —individual y política— de todo parlamentario que se estime descansa en la constatación de que una secreta Componenda —una mano peluda, en el imaginario alienado y mágico que comparten periodistas y políticos de farándula— se teje contra su persona, su patria y su partido. Los últimos tiempos, hay que reconocerlo, han sido de juego duro: demasiados ofertantes han salido a jugar a un tiempo. Se han tejido (orquestado, como reza el argot del juego) campañas de descrédito y de rumores y de desestabilización social que han puesto a apostar con furia a cientos de funcionarios, a civiles y militares, con dólares y pasaportes, dinero plástico y tanques de guerra. De un solo envión, se ha visto contrajugar a un alcalde y las denuncias de arreglos y orquestaciones han colocado en la mesa el desvelo de tres ex Presidentes. La pasada de un fullero anónimo ha abierto la Componenda contra el sistema bancario y uno tras otro, antes de la avisada intervención estatal y la debacle consecutiva, los banqueros de turno han denunciado su previo lugar en el juego. Por supuesto, han caído víctimas de la Componenda. La invocación a la Componenda es, por fin, un automatismo de nuestro tiempo, una reacción casi alérgica que nos ampara de nuestra precariedad cotidiana, llámese gula, poca fortuna o mala fe asumida y ejercida. Es la hipótesis y el revólver a la mano, en estos tiempos de tanta violencia. Hasta los arranques de un loco brillante e ingenuo como Daniel Cazalis, con sus manuscritos bajo el brazo, producen de inmediato el antígeno contra la Componenda. De la Componenda no se salva nadie. No es paranoia. Es el juego que hay que jugar, simplemente.IA


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Honoré de Balzac

Al señor Carlos de Bernard du Grail

Farinelli, película y soundtrack, se ha convertido en inusitado éxito comercial en el mercado

francés y alrededores. Entretanto, un libro sobre la vida del personaje, un cantante de ópera que cual Rodolfo Valentino del siglo dieciocho paradójicamente provocaba desmayos entre las féminas, suscita igual reacción en un público con avidez por saber todo acerca del último castrado de atiplada voz. Por su parte, Vanity Fair —asaz coincidencia— despliega un dossier dedicado a los contratenores que en el mundo hay y menciona a los castratis, raza oriunda del antiguo reino napolitano. Mientras el tema se aproxima a estos lares, Exceso sacia la curiosidad de sus lectores con este capítulo antológico de La comedia humana, Sarrasine, escrito por quien dijo todo antes que nadie: Honoré de Balzac. Si aun aspira a más, leer a Roland Barthes, Dominique Fernández, Kingsley Amis o los recortes de prensa que hicieron famosa a Lorena Bobbit y no precisamente por su afición al bel canto, las voces trucadas de prima donnas o los personajes ambiguos MARZO 1995

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Me encontraba sumido en una de esas meditaciones profundas —¿Hace mucho tiempo que el señor de Lanty posee este palacio? en que cae todo el mundo, incluso un hombre frívolo, en medio —Sí. Pronto hará diez años que se lo vendió el mariscal de de las fiestas más tumultuosas. Acababan de dar las doce de la Carigliano... noche en el reloj del Elysée Bourbon. Sentado en el hueco de —¡Ah! una ventana, y oculto bajo los pliegues ondulantes de una cor—Estas gentes deben de tener una fortuna inmensa. tina de muaré, podía contemplar a mi gusto el jardín del pala—Necesariamente. cio donde pasaba la velada. Los árboles, imperfectamente cu— ¡Qué fiesta! Es de un lujo insolente. biertos de nieve, se destacaban débilmente del fondo grisáceo —¿Les creéis tan ricos como el señor de Nucingen o el seque formaba un éielo nuboso, blanqueado apenas por la luna. ñor de Gondreville? Vistos en el seno de aquella atmósfera fantástica, se parecían Con el pie izquierdo llevaba el compás, vagamente a espectros mal eny creía tener el otro en un ataúd. vueltos en sus sudarios, imagen gigantesca de la famosa Mi pierna se encontraba, en efecto, danza macabra. Después, volyerta por uno de esos aires colados viéndome hacia el otro lado, que os hielan una mitad del cuerpo podía admirar la danza de los vivos: un salón espléndido, de en tanto que la otra experimenta el calor húmedo paredes de plata y de oro, de de los salones, accidente que ocurre arañas chispeantes, deslumcon bastante frecuencia en el baile brante de bujías. Allí hormigueaban, se agitaban y mariposeaban las más lindas mujeres de París, las más ricas, las de títulos más ilustres; —Entonces, ¿no sabéis..? rutilantes, pomposas, deslumbradoras de diamantes, con flores Saqué la cabeza y reconocí a los dos interlocutores como en la cabeza, en el pecho, en los cabellos, esparcidas por los pertenecientes a esa casta curiosa que, en París, se ocupa exvestidos o formando guirnaldas a sus pies. Había leves estreclusivamente de los ¿por qué?, de los ¿cómo?, ¿de dónde viemecimientos de gozo, pasos voluptuosos que hacían agitarse ne?, ¿quiénes son?, ¿qué hay?, ¿qué ha hecho ella? Pusiéronse los encajes, las blondas, la muselina en torno a sus costados dea hablar bajo y se alejaron para ir a charlar más a gusto en licados. Algunas miradas demasiado vivas se manifestaban acá algún canapé solitario. Jamás se abriera mina más fecunda y allá, eclipsaban las luces, el fuego de los diamantes y animapara los buscadores de misterios. Nadie sabía de qué país veban aun más unos corazones demasiado ardientes. Podían sornía la familia de Lanty, ni de qué comercio, de qué expoliaprenderse también movimientos de cabeza significativos para ción, de qué piratería o de qué herencia procedía una fortuna los amantes y actitudes negativas para los maridos. Lds exclaestimada en varios millones. Todos los miembros de aquella maciones de los jugadores a cada jugada imprevista y el sonido familia hablaban el italiano, el francés, el español, el inglés y del oro se mezclaban a la música, al murmullo de las conversael alemán con la suficiente perfección para hacer suponer que ciones, para terminar de aturdir a aquella muchedumbre emhabían debido vivir largo tiempo entre estos distintos puebriagada por todo cuanto la sociedad puede ofrecer de seducblos. ¿Eran bohemios? ¿Eran filibusteros? ciones, y un vapor de perfunies y la embriaguez general — ¡Aunque sea el mismo diablo! —decían unos jóvenes actuaban sobre las imaginaciones enloquecidas. De este modo, políticos—. El hecho es que reciben maravillosamente. a mi derecha, la sombría y silenciosa imagen de la muerte. A mi —Aunque el conde de Lantry hubiese desvalijado a algún izquierda, las decorosas bacanales de la vida. Aquí, la naturaCasauba, ¡yo me casaría muy bien con su hija! —exclamaba leza fría, triste, de luto. Allá, los hombres jubilosos. Yo, en la un filósofo. frontera de estos dos cuadros tan dispares, que repetidos mil ¿Quién no se hubiese casado con Marianina, muchacha de veces de diversas maneras hacen de París la ciudad más diverdieciséis años cuya belleza era la realización de las fabulosas tida del mundo y la más filosófica, hacía una mezcolanza moconcepciones de los poetas orientales? Como la hija del sultán ral, mitad jocosa, mitad fúnebre. Con el pie izquierdo llevaba del cuento de La lámpara maravillosa, hubiera debido permael compás, y creía tener el otro en un ataúd. Mi pierna se ennecer con velos. Su canto hacía palidecer los talentos incomcontraba, en efecto, yerta por uno de esos aires colados que os pletos de las Malibrán, las Sontag y las Fodor, en las cuales .hielan una mitad del cuerpo en tanto que la otra experimenta el siempre una cualidad dominante ha excluido la perfección del calor húmedo de los salones, accidente que ocurre con bastante conjunto; mientras que Marianina sabía unir en el mismo frecuencia en el baile. grado la pureza del sonido, el alma y la ciencia, la corrección

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y el sentimiento. Aquella muchacha era el tipo de esa poesía secreta, lazo común de todas las artes, y que huye siempre de quienes la buscan. Dulce y modesta, instruida e inteligente, nada podía eclipsar a Marianina, de no ser su madre. ¿Habéis encontrado alguna vez esas mujeres cuya belleza fulminante desafía las acometidas de la edad y que parecen a los 36 años más deseables de lo que deb'in serlo 15 años antes? Su rostro es un alma apasionada, que centellea; cada rasgo brilla en él de inteligencia; cada poro posee un resplandor peculiar, sobre todo a la luz de las bujías. Sus ojos seductores atraen, niegan, hablan o se callan; sus andares son inocentemente expertos; su voz despliega las melodiosas riquezas de los tonos más coquetamente dulces y tiernos. Fundados en comparaciones, sus elogios acarician el amor propio más suspicaz. Un movimiento de sus cejas, el menor juego de sus ojos, su labio que se frunce, producen una especie de terror en quienes hacen depender de ellas su vida y su felicidad. Inexperta en el amor y dócil a las palabras, una niña puede dejarse seducir; pero con esta clase de mujeres, un hombre debe saber, como el señor de Jaucourt, no gritar cuando, escondiéndose en un ropero, la doncella le parte dos dedos con una puerta. Amar a esas poderosas sirenas, ¿no es jugarse la vida? Tal vez sea ésta la razón de que las amemos tan apasionadamente. Así era la condesa de Lanty. Filippo, hermano de Marianina, había heredado, como su hermana, la maravillosa belleza de la condesa. Para decirlo todo en una palabra, aquel joven era una viva imagen de Antinoo, con formas más finas. Pero ¡qué bien armonizan con la juventud esas proporciones cenceñas y delicadas cuando una tez aceitunada, unas cejas vigorosas y el fuego de unos ojos aterciopelados prometen para el futuro unas pasiones viriles! Si Filippo perduraba en todos los corazones de las muchachas como un tipo, permanecía igualmente en el recuerdo de todas las madres como el mejor partido de Francia. La belleza, la fortuna, la inteligencia y las gracias de estos dos niños procedían únicamente de su madre. El conde de Lanty era pequeño, feo y flaco; sombrío como un español y aburrido como un banquero. Pasaba, además, por ser un sagaz político, tal vez porque reía en raras ocasiones y citaba siempre al señor de Metternich o a Wellington. Esta misteriosa familia tenía todo el atractivo de un poema de lord Byron, cuyas dificultades estaban interpretadas de una manera diferente por cada persona del gran mundo: un canto oscuro y sublime de estrofa en estrofa. La reserva que el señor y la señora de Lanty guardaban acerca de su origen, de su existencia pasada y de sus relaciones con las cuatro partes del mundo no hubiera constituido por largo tiempo un tema de asombro para París. Quizá en ningún país se comprende mejor el axioma de Vespasiano. Allí, los escudos, incluso manchados de sangre o de cieno, no revelan nada y lo representan todo. Con tal que la alta sociedad conozca la cifra de vuestra fortuna, se os clasifica entre las cantidades iguales a la

vuestra, y nadie os pide que le enseñéis vuestros pergaminos, porque todo el mundo sabe cuán poco cuestan. En una ciudad en la que los problemas sociales se resuelven por ecuaciones algebraicas, los aventureros tienen en su favor excelentes posibilidades. Suponiendo que aquella familia hubiera sido de origen gitano, era tan rica y tan atractiva, que la alta sociedad podía perdonarle muy bien sus pequeños misterios. Pero, por desgracia, la historia enigmática de la casa Lantry ofrecía un perpetuo interés de curiosidad, bastante semejante al de las novelas de Ana Radcliffe. Los observadores, esas gentes que hacen por saber en qué tiendas compráis vuestros candelabros, y que os preguntan el precio del alquiler cuando vuestra vivienda les agrada, habían advertido, de tarde en tarde, en medio de las fiestas, de los conciertos, de los bailes y de las grandes reuniones dadas por la condesa, la aparición de un personaje extraño. Era un hombre. La primera vez que se hizo ver en el palacio fue durante un concierto en el que parecía haber sido atraído al salón por la voz encantadora de Marianina. —Desde hace un momento, siento frío —le dijo a su vecina una señora colocada junto a la puerta. El desconocido, que se encontraba cerca de esta mujer, se marchó. — ¡Qué cosa tan curiosa! Ahora tengo calor —volvió a decir después que el desconocido se hubo alejado—. Y quizá me digáis que estoy loca, pero no puedo impedirme creer que era ese señor vestido de negro, que estaba a mi lado y que acaba de marcharse, quien producía ese trío. Pronto, la exageración peculiar de las personas de la alta sociedad hizo nacer y acumularse las ideas más chistosas, las expresiones más singulares y los cuentos más ridículos sobre aquel personaje misterioso. Sin que fuese precisamente un vampiro, una gulia, un hombre artificial, una especie de Fausto o de Robin de los Bosques, participaba, al decir de las personas amigas de lo fantástico, de todas esas naturalezas antropomorfas. Se encontraban acá y allá alemanes que tomaban por realidades estas bromas ingeniosas de la maledicencia parisiense. El desconocido era sencillamente un anciano. Muchos de aquellos jóvenes, acostumbrados a decidir todas las mañanas el porvenir de Europa en algunas frases elegantes, pretendían ver en el desconocido algún gran criminal poseedor de inmensas riquezas. Había novelistas que contaban la vida de aquel anciano dándoos detalles realmente curiosos acerca de las atrocidades cometidas por él durante el tiempo en que estaba al servicio del príncipe de Misore. Otros, banqueros, hombres más positivos, dejaban sentada una fábula especiosa: "¡Bah!", decían alzando sus anchos hombros con un gesto de lástima. "¡Ese viejecillo es una cabe-

za genovesa!". —Señor, si no es una indiscreción, ¿tendríais la bondad de explicarme lo que entendéis por ser una cabeza genovesa? —Pues ser un hombre sobre cuya vida se encuentran insti-P MARZO 7 995 EXCESO

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blante tan teñidos de servilismo como de cariño, de sumisión tuidas enormes sumas, y de cuya salud dependen sin duda las como de despotismo, decía dos o tres palabras a las cuales rentas de esta familia. accedía casi siempre el anciano, que desaparecía n'evado o, Recuerdo haber oído en casa de la señora de Espard a un por mejor decir, arrastrado por ella. Si la señora de Lanty no magnetizador que demostraba, con consideraciones histórise encontraba presente, el conde empleaba mil estratagemas cas muy artificiosas, que aquel anciano, conservado bajo vipara llegar hasta él; pero parecía como si le costase trabajo drio, era el famoso Bálsamo, llamado Cagliostro. Según este que le. oyese y le trataba como a un niño mimado cuya madre moderno alquimista, el aventurero siciliano había escapado a escucha sus caprichos o teme su terquedad. Habiéndose atrela muerte y se entretenía haciendo oro para sus nietos. Finalvido algunos indi s cretos a interrogar atolondradamente al mente, el baile de Ferette pretendía haber reconocido en el singular personaje al conde de SaintGermain. Estas bobadas, dichas con —No me asombraría enterarme el tono ingenioso y el aire burlón de que estas gentes son unos bribones. que, en nuestros días, caracterizan una sociedad sin creencias, mante Ese viejo, que se esconde y no aparece más nían vagas sospechas sobre la casa que en los equinoccios y en los solsticios, de Lanty. En fin, por un singular tiene, para mí, todas las trazas de un asesino... concurso de circunstancias, los miembros de aquella familia justifiO de un banquero quebrado... caban las conjeturas de la gente, ob—Es poco más o menos lo mismo servando una conducta bastante misteriosa con aquel anciano cuya vida se hurtaba en cierto modo a todas las investigaciones. conde de Lanty, este hombre frío y reservado jamás había Cuando este personaje franqueaba el umbral del departamento que se suponía ocupado por él en el palacio de Lanty, parecido comprender las preguntas de los curiosos. Así, dessu aparición causaba siempre una gran impresión en la famipués de varias tentativas, que la circunspección de todos los lia. Hubiérase dicho que se trataba de un acontecimiento de miembros de aquella familia volvieron vanas, nadie trató de suma importancia. Filippo, Marianina, la señora de Lanty y descubrir un secreto tan bien guardado. Los espías corteses, los papamoscas y los políticos habían terminado, por cansanun viejo criado eran los únicos que gozaban del privilegio de ayudar al desconocido a caminar, a levantarse y a sentarse. cio, por no volverse a ocupar de aquel misterio. Cada uno de ellos vigilaba sus menores movimientos. Parecía Pero en aquel momento había tal vez, en el seno de aquellos salones resplandecientes, filósofos que mientras tomaban que fuese una persona encantada de quien dependieran la diun helado o un sorbete, o colocaban sobre una consola su cha, la vida o la fortuna de todos. ¿Era temor o afecto? Las vaso de ponche vacío, se decían: gentes no podían descubrir ningún indicio que les ayudase a —No me asombraría enterarme de que estas gentes son resolver este problema. Oculto durante meses enteros en el unos bribones. Ese viejo, que se esconde y no aparece más que fondo de un santuario desconocido, aquel genio familiar salía en los equinoccios y en los solsticios, tiene, para mí, todas las de él de repente, de un modo furtivo, sin ser esperado, y aparecía en medio de los salones como esas hadas de otros tiemtrazas de un asesino... pos que descendían de sus dragones voladores para venir a —O de un banquero quebrado... turbar las solemnidades a las que no habían sido invitadas. —Es poco más o menos lo mismo. Matar la fortuna de un Los observadores más experimentados eran los únicos que hombre es a veces peor que matarle a él mismo. —Señor, he apostado 20 luises y gano 40. podían entonces adivinar la inquietud de los señores de la casa, que sabían disimular sus sentimientos con una singular —¡Caramba! Señor, no quedan más que 30 sobre el tapete. habilidad. Pero, a veces, mientras tomaba parte en una con—¡Bueno! Ya veis qué mezclada está aquí la gente. No se tradanza, la demasiado cándida Marianina dirigía una mirapuede jugar. —Es cierto. Pero pronto hará seis meses que no hemos visda de terror al anciano, a quien seguía con la mirada a través de los grupos. O bien Filippo se deslizaba rápido por entre la to al espíritu. ¿Creéis que se trate de un ser vivo? —¡Ah! ¡Ah! Todo lo más... concurrencia, para unirse a él, y a su lado permanecía cariñoEstas últimas palabras habían sido dichas a mi lado por so y solícito, como si el contacto de los hombres o el menor unos desconocidos, que se marcharon en el momento en que soplo pudiese quebrar aquella singular criatura. La condesa resumía yo, con un último pensamiento, mis reflexiones mezprocuraba acercarse a él, fingiendo no tener la menor intención de hacerlo. Luego, adoptando unas maneras y un semcladas de negro y de blanco, de vida y de muerte. Mi loca

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imaginación, así como mis ojos, contemplaban alternativamente la fiesta, llegada a su más alto grado de esplendor, y el sombrío cuadro de los jardines. No sé cuánto tiempo medité acerca de estas dos caras de la medalla humana; pero, de repente, me despertó la risa ahogada de una joven. Quedé estupefacto al contemplar la imagen que se ofrecía a mis miradas. Por uno de los más raros caprichos de la naturaleza, el pensamiento de medio luto que rondaba por mi cerebro había salido de él, encontrándose ante mí, personificado y viviente, y, cual si hubiera brotado como Minerva de la cabeza de Júpiter, grande y fuerte, tenía a la vez cien años y 22 años, y estaba vivo y muerto. Escapado de su habitación, como un loco de su celda, el viejecillo se había deslizado sin duda hábilmente tras de un grupo de personas atentas a la voz de Marianina, que terminaba la cavatina de Tancredo. Parecía haber salido de debajo de la tierra, movido por algún artilugio de teatro. Inmóvil y sombrío, permaneció durante un momento contemplando aquella fiesta, cuyo murmullo había llegado tal vez a sus oídos. Su preocupación, casi sonambulica, estaba tan concentrada en las cosas, que se encontraba en medio de la gente sin ver a la gente. Había surgido sin cumplidos junto a una de las mujeres más encantadoras de París, bailarina elegante y joven, de formas delicadas,

uno de esos rostros tan frescos como el de un niño, blancos y sonrosados, tan transparentes, que una mirada de hombre parece poder penetrarlos, del mismo modo que los rayos del sol atraviesan un cristal puro. Estaban allí, ante mí, los dos, juntos, unidos, y tan estrechamente, que el desconocido rozaba el vestido de gasa, las guirnaldas de flores, los cabellos ligeramente rizados y los cabos flotantes del cinturón. Yo había llevado a aquella joven al baile de la señora d( Lanty. Como era la primera vez que iba a aquella casa le perdoné su risa ahogada, pero le hice rápidamente no sé qué seña imperiosa que la dejó completamente cortada y le infundió respeto por su vecino. Sentóse a mi lado. El anciano no quiso separarse de la deliciosa criatura, a la que se apegó caprichosamente con esa obstinación muda y sin causa aparente de que son susceptibles las personas de edad muy avanzada, y que les hace parecerse a los niños. Para sentarse junto a la joven tuvo que coger una silla de tijera. Sus menores movimientos tenían el sello de esa torpeza fría y de esa estúpida indecisión que caracterizan los gestos de un paralítico. Sentóse lentamente en su silla, con circunspección y mascullando algunas palabras ininteligibles. Su voz cascada se parecía al ruido que hace una piedra cayendo en un pozo. La joven me oprimió viamente la mano, como si intentase MARZO 1995 EXCESO

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evitar el peligro de un precipicio, y se estremeció cuando bre los huesos la piel amarilla y fina de la cara, que se dibujaaquel hombre, a quien miraba, volvió hacia ella unos ojos sin ban en ella por todas partes una multitud de arrugas circulacalor, dos ojos glaucos que no podían compararse sino con el res, como las ondas del agua agitada por un guijarro lanzado nácar empañado. por un niño, o en forma de estrella, como la quebradura de —Tengo miedo —me dijo inclinándose hacia mi oído. un vidrio, pero todas profundas y tan apretadas como las ho—Podéis hablar —respondí—. Oye con mucha dificultad. jas en los cortes de un libro. —Entonces, ¿le conocéis? Algunos viejos nos ofrecen a veces retratos más horribles; —Sí. pero lo que contribuía más a dar la apariencia de una creaElla cobró entonces los suficientes ánimos para examinar ción artificial al espectro surgido ante nosotros eran los tonos durante un momento aquella criatura sin nombre en el lenguaje humaAquella especie de ídolo japonés conservaba no, forma sin sustancia, ser sin vida una risa implacable y burlona, o vida sin acción. Estaba bajo el hechizo de esa tímida curiosidad que como la de una calavera. incita a las mujeres a procurarse Silencioso e inmóvil como una estatua, emociones peligrosas, a ver tigres exhalaba el perfume de almizcle encadenados, a contemplar boas, asustándose de no estar separadas de los viejos vestidos que los herederos de ellas sino por débiles barreras. de una duquesa Aunque el viejecillo tuviese la espalvan exhumando de sus cajones da curvada como la de un jornalero, se advertía fácilmente que su estatudurante un inventario ra había debido ser la ordinaria. Su extremada delgadez y la delicadeza de sus miembros demosrojos y blancos que en él relucían. Las cejas de su máscara traban que sus proporciones permanecían esbeltas. 'Llevaba recibían luz de una araña que revelaba en ellas una pintura un calzón de seda negro, que flotaba en torno a sus muslos muy bien ejecutada. Afortunadamente para la vista descarnados formando pliegues como una vela deshinchada. contristada por tantas ruinas, su cráneo cadavérico estaba Un anatómico hubiese reconocido inmediatamente los síntooculto bajo una peluca rubia cuyos bucles innumerables revemas de una horrible tisis al ver las piernecillas que servían laban una presunción extraordinaria. Por lo demás, la coquepara sustentar aquel cuerpo extraño. Hubieseis pensado en tería femenina del personaje fantasmagórico era lo bastante dos huesos puestos en cruz sobre una tumba. Un sentimiento enérgicamente subrayada por los aretes de oro que colgaban de profundo horror por el hombre sobrecogía el corazón de sus orejas, por los anillos cuyas admirables pedrerías bricuando una atención fatal os revelaba las señales impresas llaban en sus dedos osificados y por una cadena de reloj que por la decrepitud en aquella máquina casual. El desconocido centelleaba como los engastes de un collar de diamantes en el llevaba un chaleco blanco bordado en oro, a la antigua moda, cuello de una mujer. Finalmente, aquella especie de ídolo jay su camisa era de una blancura deslumbradora. Una chorreponés conservaba sobre sus labios azulados una risa fija y ra de encaje de Inglaterra, bastante rojizo, cuya riqueza hudetenida, una risa implacable y burlona, como la de una calabiese sido envidiada por una reina, formaba rizos amarillenvera. Silencioso e inmóvil como una estatua, exhalaba el pertos sobre su pecho; pero, puesto en él, aquel encaje era más fume de almizcle de los viejos vestidos que los herederos de bien un andrajo que un adorno. En medio de la chorrera, un una duquesa van exhumando de sus cajones durante un indiamante de un valor incalculable rutilaba como el sol. Este ventario. Si el anciano volvía sus ojos, hacia la concurrencia, lujo anticuado y este tesoro intrínseco y sin gusto hacían reparecía que los movimientos de aquellos globos incapaces de saltar todavía más el rostro de aquel ser extraño. El marco era reflejar un resplandor se cumpliesen por medio de un artificio digno del retrato. El rostro negro era anguloso y surcado de imperceptible; y cuando los ojos se detenían, quien los examiarrugas en todos sentidos. La barbilla estaba hundida, así naba terminaba dudando de que se hubiesen movido. Ver al como las sienes, y los ojos se encontraban perdidos en órbitas lado de aquellos despojos humanos una mujer joven cuyo amarillentas. Los huesos maxilares, que una delgadez indescuello, brazos y pecho estaban desnudos y eran blancos; cucriptible ponía de relieve, dibujaban unas cavidades en medio yas formas llenas y florecientes de belleza, así como sus cabede cada mejilla. Tales protuberancias, más o menos iluminallos, bien dispuestos sobre un fondo de alabastro, inspiraban das por las luces, producían sombras .y reflejos curiosos que el amor; cuyos ojos no recibían, sino que vertían la luz, que terminaban de quitarle a aquel rostro los caracteres de la faz era suave y fresca, y cuyos rizos vaporosos y aliento embalsahumana. Además, los años habían pegado con tal fuerza somado parecían demasiado fuertes, demasiado duros, dema-

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siado enérgicos para aquella sombra, para aquel hombre convertido en polvo, ¡ah!, era indudablemente la muerte y la vida aquel pensamiento mío, un arabesco imaginario, una quimera, mitad horrible y divinamente femenina por el pecho. "Existen, sin embargo, estos matrimonios, que se realizan con bastante frecuencia en el mundo", me dije. —¡Huele a cementerio! —exclamó la joven asustada, que se estrechó contra mí como para asegurarse mi protección y cuyos movimientos tumultuosos me revelaron que sentía un gran miedo—. Es una horrible visión —siguió diciendo—. Yo no podría permanecer aquí más tiempo. Si sigo mirándole, creeré que la misma Muerte ha venido a buscarme. Pero ¿vive? Y con ese atrevimiento que las mujeres encuentran en la violencia de sus deseos, puso su mano sobre el fenómeno; pero de sus poros brotó un sudor frío, pues en cuanto hubo tocado al viejo oyó un grito semejante al de una carraca. La aguda voz, si es que era una voz, escapó de una garganta casi seca. Luego, a este .clamor sucedió rápidamente una tosecilla de niño, convulsiva y de una sonoridad peculiar. Al ruido, Marianina, Filippo y la señora de Lanty dirigieron sus ojos hacia nosotros, y sus miradas fueron como relámpagos. La joven señora hubiese querido estar en el fondo del Sena. Cogió mi brazo y me arrastró hacia un boudoir. Hombres y mujeres, todo el mundo nos abrió paso. Llegados al final de las estancias de recepción, entramos en un pequeño gabinete en forma de hemiciclo. Mi acompañante se arrojó sobre un diván, palpitante de terror, sin saber dónde estaba. —Señora, estáis loca —le dije. —Pero —replicó tras un momento de silencio durante el cual yo la admiré— ¿es acaso culpa mía? ¿Por qué permite la señora de Lanty vagar a los fantasmas por su palacio? —Vamos —repliqué—, imitáis a los tontos. Tomáis a un viejecillo por un espectro. —Callaos —dijo ella con ese aire dominante y burlón que todas las mujeres saben adoptar tan bien cuando quieren tener razón—. ¡Qué lindo boudoir! —exclamó mirando en torno suyo—. El raso azul hace siempre maravilloso el tapizado. ¡Qué fresco es! ¡Un hermoso cuadro! —añadió levantándose y yendo a colocarse frente a un lienzo que tenía un magnífico marco. Permanecimos un momento contemplando aquella maravilla, que parecía debida a algún pincel sobrenatural. El cuadro representaba a Adonis tendido sobre una piel de león. La lámpara, suspendida en medio del boudoir y contenida en un vaso de alabastro, iluminaba entonces aquel lienzo con una luz suave que nos permitió captar todas las bellezas de la pintura. —¿Existe un ser tan perfecto? —me preguntó después de haber examinado, no sin una dulce sonrisa de contento, la gracia exquisita de las líneas, la actitud, el color, los cabellos, todo en fin—. Es demasiado bello para ser un hombre —añadió después de un examen semejante al que hubiese hecho de una rival. ¡Oh! ¡Cómo sentí entonces el zarpazo de esos celos en los que un poeta había intentado en vano hacerme creer, los ce-

los de los grabados, de los cuadros, de las estatuas, en los que los artistas exageran la belleza humana, a consecuencia de la doctrina que les lleva a idealizarlo todo! —Es un retrato —le contesté—. Se debe al talento de Vien. Pero el gran pintor no ha visto jamás el original, y vuestra admiración será menos viva tal vez cuando sepáis que este desnudo ha sido hecho de una estatua de mujer. —Pero ¿quién es? Yo vacilé. —Quiero saberlo —añadió ella insistentemente. —Me parece —le dije— que este Adonis representa a un... un... un pariente de la señora de Lanty. Tuve el dolor de verla absorta en la contemplación de aquella figura. Se sentó en silencio. Sentéme yo a su lado y le cogí la mano sin que ella se diese cuenta. ¡Olvidado por un retrato! En aquel momento, el ruido ligero de los pasos de una mujer cuya falda crujía, sonó en el silencio. Vimos entrar a la joven Marianina; más deslumbrante aun por su expresión de inocencia que por su gracia y por su lindo atavío, caminaba entonces lentamente y llevaba con un cuidado maternal y con una filial solicitud al espectro vestido que nos había hecho huir del salón de música. Conducíale ella mirando con una especie de inquietud cómo asentaba lentamente sus pies débiles. Ambos llegaron con bastante trabajo a una puerta disimulada en el tapizado. Una vez allí, Marianina golpeó suavemente. Al punto, y como por arte de magia, se presentó un alto hombre seco, especie de genio familiar. Antes de confiar el anciano a aquel guardián misterioso, la niña besó respetuosamente el cadáver ambulante, y su casta caricia no estuvo exenta de esa graciosa zalamería cuyo secreto pertenece a algunas mujeres privilegiadas. — Addio, addio! —decía con las más lindas inflexiones de su voz juvenil. E incluso añadió sobre la última sílaba un trino admirablemente ejecutado, pero en voz baja, y como para pintar la efusión de su pecho por medio de una expresión poética. El anciano, impresionado súbitamente por algún recuerdo, permaneció en el umbral de aquel aposento secreto. Entonces, gracias a un profundo silencio, pudimos escuchar el suspiro trabajoso que salía de su pecho. Sacó la más hermosa de las sortijas de que estaban cargados sus dedos de esqueleto y la colocó en el seno de Marianina. La joven loca se echó a reír, recuperó la sortija, la deslizó por encima de su guante en uno de sus dedos y se lanzó rápidamente hacia el salón en el que resonaban en aquel momento los preludios de una contradanza. Entonces nos vio. —¡Ah! ¡Estabais ahí! —dijo ruborizándose. Después de habernos mirado como para interrogarnos, corrió hacia su pareja con la despreocupada petulancia de su edad. —¿Qué quiere decir eso? —me preguntó mi joven acompañante—. ¿Es su marido? Creo estar soñando. ¿Dónde estoy? —Vos —le respondí—, vos, señora, que estáis exaltada y 01 MARZO 1995 EXCESO

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—Obedezco. Ernesto Juan Sarrasine era el hijo único de un que, comprendiendo de tal modo las emociones más imperprocurador del Franco Condado —comencé tras una pausa—. ceptibles, sabéis cultivar en un corazón de hombre el más deSu padre había ganado, bastante honradamente, de seis a licado de los sentimientos, sin ajarlo, sin quebrarlo desde el ocho mil libras de renta, fortuna de curial que, en provincias, primer día; vos que sentís lástima por las penas del corazón y se tenía por colosal hace tiempo. No teniendo el viejo maitre que al talento de una parisiense unís un alma apasionada digna de Italia o de España... Sarrasine más que un hijo, no quiso descuidar nada en lo reElla comprendió muy bien que mi lenguaje estaba teñido ferente a su educación, pues esperaba hacer de él un magistrado y vivir el tiempo suficiente para ver, en los últimos días de de una amarga ironía, y, entonces, sin parecer advertirlo, me interrumpió para decirme: su vida, al nieto de Mateo Sarrasine, labrador de la comarca —¡Oh! Me estáis haciendo a vuestro gusto. ¡Singular tiranía! "No iré y te abandonaré", pensé yo. Queréis que yo no sea yo. "Eres más caprichosa, mil veces más fantástica, — ¡Oh! Yo no quiero nada —exclamé asustado de su actitud sevetal vez..., que mi imaginación". ra—. ¿Es cierto, al menos, que os Al día siguiente nos encontrábamos gusta oír contar la historia de esas sentados los dos ante un buen fuego, pasiones enérgicas engendradas en nuestros corazones por las encantaen un saloncito elegante; doras mujeres del Mediodía? ella, en una butaquilla; —Sí. ¿Y..? yo, sobre unos cojines, Y... mañana noche iré a vues-

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tra casa, a eso de las nueve, y os recasi a sus pies velaré este misterio. —No —respondió ella con un aire rebelde—, quiero saberde Saint-Dié, sentarse sobre las lises y dormir en la Audiencia lo inmediatamente. para la mayor gloria del Parlamento; pero el cielo no le reser—Todavía no me habéis dado el derecho a obedeceros vaba esta alegría al procurador. El joven Sarrasine, confiado cuando decís: "Quiero". desde hora temprana a los jesuitas, dio pruebas de una turbulencia poco común. Tuvo la infancia de un hombre de talen—Habrá de ser en este momento —respondió ella con una coquetería desesperante—. Tengo el más vivo deseo de conoto. No quería estudiar sino a su capricho, se rebelaba con frecer ese secreto. Mañana, tal vez ya no os escuche... cuencia y permanecía a veces horas enteras sumido en Sonrió y nos separamos; ella tan altiva y tan seca, y yo tan confusas meditaciones, tan pronto ocupado en contemplar a sus camaradas cuando jugaban, como en representarse a los ridículo en aquel momento como siempre. Tuvo la audacia de valsar con un joven ayudante de campo, y yo me quedé alterhéroes de Homero. Después, si se le ocurría divertirse, ponía nativamente enfadado, mohíno, admirador, amante y celoso. un ardor extraordinario en sus juegos. Cuando surgía una lu—Hasta mañana —me dijo, hacia las dos, cuando se reticha entre un camarada y él, rara vez terminaba el combate sin raba del baile. que se vertiese sangre. Si era el más débil, mordía. Alternativamente activo o pasivo, inepto o excesivamente inteligente, "No iré y te abandonaré", pensé yo. "Eres más caprichosa, mil veces más fantástica, tal vez..., que mi imaginación". su carácter singular le hizo ser temido por sus maestros tanto como por sus camaradas. En lugar de aprender los elementos Al día siguiente nos encontrábamos sentados los dos ante un buen fuego, en un saloncito elegante; ella, en una de la lengua griega, dibujaba al reverendo padre que les explibutaquilla; yo, sobre unos cojines, casi a sus pies, y mis ojos caba un pasaje de Tucídides, hacía un bosquejo del profesor de matemáticas, del prefecto, de los fámulos y del corrector, en los suyos. La calle estaba silenciosa. La lámpara difundía un suave resplandor. Era una de esas veladas deliciosas para el y pintarrajeaba todas las paredes con esbozos informes. En lugar de cantar las alabanzas del Señor en la iglesia, se entrealma, uno de esos momentos que jamás se olvidan, una de esas horas pasadas en la tranquilidad y en el deseo, y de las que, tenía, durante los oficios, en hacer cortes en un banco o, más tarde, el encanto es siempre un motivo de añoranza, inclucuando había robado algún pedazo de madera, esculpía cualso cuando nos encontramos más dichosos. ¿Quién puede boquier figura de santo. Si le faltaban la madera, la piedra o el rrar la viva huella de las primeras solicitaciones del amor? lápiz, expresaba sus ideas con miga de pan. Tanto cuando co—Vamos —dijo ella—, ya escucho. piaba los personajes de los cuadros que adornaban el coro, —Pero yo no me atrevo a comenzar. La aventura tiene pasajes como cuando improvisaba, dejaba siempre en su lugar grosepeligrosos para el narrador. Si me entusiasmo, me haréis callar. ros esbozos, cuyo carácter licencioso desesperaba a los padres —Hablad. más jóvenes, pretendiendo los maldicientes que a los viejos je- E: 84

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profundo dolor a un joven a quien, por principio, había mansuitas les hacían sonreír. En fin, si debemos dar crédito acertenido en la ignorancia profunda acerca de las cosas de la ca de esto a la crónica del colegio, fue expulsado por haber vida. Sarrasine era desde hacía seis años comensal de esculpido un viernes santo, y mientras esperaba su turno para Bouchardon. Fanático de su arte, como Canova lo fue desacercarse al confesionario, un grueso leño en forma de Cristo. pués, se levantaba con el día, entraba en el taller para no saLa impiedad grabada en aquella estatua era demasiado acusalir de él hasta la noche y no vivía más que con su musa. Si iba da para dejar de atraerle un castigo al artista. ¿No había tenia la Comédie-FranQaise, era porque le arrastraba allí su maesdo la audacia de colocar sobre el tabernáculo esta figura bastro. Se sentía tan cohibido en casa de la señora Geoffrin y en tante cínica? Sarrasine vino a buscar en París un refugio el gran mundo en el que Bouchardon intentó introducirle, que contra las amenazas de la maldición paterna. Poseyendo una de esas voluntades firmes que no conocen obstáculos, obedeció a los No tuvo más amante que la escultura y Clotilde, mandatos de su genio y entró en el y aun esta intriga duró poco. taller de Bouchardon. Trabajaba durante todo el día y, por la noche, Sarrasine era bastante feo, iba a mendigar su subsistencia. Masiempre iba mal vestido ravillado Bouchardon de los progrey tenía un carácter tan libre, sos y de la inteligencia del joven artista, adivinó pronto la miseria en así como tan poco ordenado en su vida privada, que se encontraba su discípulo, y le que la ilustre ninfa, socorrió, le cobró afecto y le trató temiendo alguna catástrofe, como a su hijo. Después, cuando el genio de Sarrasine se reveló en una devolvió pronto al escultor al amor de las artes de esas obras en las que el talento futuro lucha contra la efervescencia de la juventud, el generoprefería permanecer solo y repudiaba los placeres de aquella época licenciosa. No tuvo más amante que la escultura y so Bouchardon intentó reconciliarle con el viejo procurador. Clotilde, una de las celebridades de la Opera. Y aun esta intriAnte la autoridad del famoso escultor, la cólera paterna se ga duró poco. Sarrasine era bastante feo, siempre iba mal vesapaciguó, y todo BesanQon se felicitó por haber sido la cuna tido y tenía un carácter tan libre, así como tan poco ordenade un gran hombre futuro. En los primeros momentos de éxdo en su vida privada, que la ilustre ninfa, temiendo alguna tasis en que le sumió su vanidad halagada, el avaro curial catástrofe, devolvió pronto al escultor al amor de las artes. puso a su hijo en situación de presentarse ventajosamente Sofía Arnould dijo no sé qué frase ingeniosa a propósito de ante el mundo. Los largos y laboriosos estudios exigidos por esto. Pienso que se asombró de que su camarada hubiese pola escultura domeñaron durante largo tiempo el carácter imdido vencer a unas estatuas. Sarrasine marchó a Italia en petuoso y el genio bravío de Sarrasine. Previendo Bouchar1758. Durante el viaje, su imaginación ardiente se inflamó don la violencia con la que las pasiones se desencadenarían en bajo un cielo de cobre y a la vista de los monumentos maraviaquella joven alma, tal vez tan vigorosamente templada como llosos de que está sembrada la patria de las artes. Admiró las la de Miguel Angel, ahogó su energía bajo continuos trabajos. estatuas, los frescos, los cuadros, y, lleno de emulación, fue a Logró mantener dentro de justos límites el ímpetu extraordiRoma, dominado por el deseo de inscribir su nombre entre nario de Sarrasine, prohibiéndole trabajar y proponiéndole los nombres de Miguel Angel y del señor Bouchardon. Así, distracciones cuando le veía arrebatado por la furia de, algún durante los primeros días, compartió su tiempo entre sus trapensamiento, o confiándole importantes trabajos en el mobajos de taller y el examen de las obras de arte que abundan mento en que estaba dispuesto a entregarse a la disipación. en Roma. Había pasado ya 15 días en el estado de éxtasis que Pero con aquella alma apasionada fue siempre la dulzura la embarga todas las imaginaciones juveniles ante la contemplamás poderosa de todas las armas, y el maestro no conquistó ción de la reina de las ruinas, cuando, una noche, entró en el un gran imperio sobre su alumno sino excitando su agradeciteatro Argentina, ante el cual se agolpaba una gran multitud. miento por una bondad paternal. A la edad de 22 años, Preguntó las causas de aquella afluencia, y la gente le responSarrasine fue sustraído obligadamente a la saludable influendió con dos nombres: "jambinella! ¡Jomelli!". Entró y se cia que Bouchardon ejercía sobre sus costumbres y sobre sus sentó en el patio, oprimido por dos abbati notablemente hábitos. Llevó el castigo de su genio ganando el premio fungruesos; pero afortunadamente se encontraba colocado cerca dado por el marqués de Marigny, el hermano de la señora de del escenario. Levantóse el telón. Por primera vez en su vida Pompadour, que tanto hizo por las artes. Diderot elogió oyó aquella música de la que el señor Juan Jacobo Rosseau, como una obra maestra la estatua del discípulo de Bouchardon. El escultor del rey vio partir para Italia con un durante una soirée del barón d'Holbach, le había elogiado

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tan elocuentemente las delicias. Los sentidos del joven escultor fueron, por decirlo así, lubricados por los acentos de la sublime armonía de Jomelli. Las lánguidas originalidades de aquellas voces italianas hábilmente maridadas le sumieron en un éxtasis maravilloso. Permaneció mudo, inmóvil, sin sentirse siquiera pisoteado por dos sacerdotes. Su alma se asomó a sus oídos y a sus ojos. Creyó escuchar por cada uno de sus poros. De repente, unos aplausos capaces de hundir la sala acogieron la entrada en escena de la prima donna, que se adelantó con coquetería al primer término del escenario y saludó al público con una gracia infinita. Las luces, el entusiasmo de todo un pueblo, la ilusión de la escena, los prestigios de un atavío que, en aquella época, era bastante seductor, conspiraron en favor de aquella mujer. Sarrasine lanzó gritos de placer. Ignoraba en aquel momento la belleza ideal, cuyas perfecciones había buscado hasta entonces acá y allá en la naturaleza, pidiéndole a un modelo innoble, con frecuencia, las redondeces de una pierna perfecta, a tal otro los contornos de seno, a aquél sus blancos hombros, tomando, finalmente, el cuello de una muchacha, las manos de esta mujer y las rodillas pulidas de este niño, sin encontrar jamás bajo el cielo frío de París las ricas y suaves creaciones de la Grecia antigua. La Zambinella mostrábale reunidas, bien vivas y delicadas, esas exquisitas proporciones de la naturaleza femenina tan ardientemente deseadas, y de las que un escultor es, a la vez, el juez más severo y el más apasionado. Tenía una boca expresiva, unos ojos de amor, una tez de una blancura deslumbradora. Y unid a estos detalles, que hubiesen extasiado a un pintor, todas las maravillas de las Venus veneradas y representadas por el cincel de los griegos. El artista no se cansaba de admirar la gracia inimitable con que los brazos estaban unidos al busto, la prestigiosa redondez del cuello, las líneas armoniosamente descritas por las cejas y por la nariz, y, luego, el óvalo perfecto del rostro, la pureza de sus vivos contornos y el efecto de unas pestañas espesas y curvadas con que terminaban los anchos y voluptuosos párpados. ¡Era más que una mujer, era una obra maestra! Había en aquella creación inesperada amor para arrebatar a todos los hombres y bellezas dignas de satisfacer a un crítico. Sarrasine devoraba con los ojos la estatua de Pigmalión, descendida para "él de su pedestal. Cuando la Zambinella cantó, fue un delirio. El artista tuvo frío; después, sintió una hoguera que chisporroteó de repente en las profundidades de su ser íntimo, de lo que llamamos el corazón, a falta de otra palabra. No aplaudió, no dijo nada, experimentaba un ímpetu de locura, especie de frenesí que no nos agita sino en esa edad en la que el deseo tiene un no sé qué de terrible y de infernal. Sarrasine quería lanzarse sobre el público y apoderarse de aquella mujer. Su fuerza, centuplicada por una depresión moral imposible de explicar, ya que esos fenómenos tienen lugar en una esfera inaccesible a la observación humana, tendía a proyectarse con una violencia dolorosa. Al verle, se hubiera dicho que era un hombre

frío y estúpido. Gloria, ciencia, porvenir, existencia, coronas, todo se derrumbó. "¡Ser amado por ella o morir!", tal fue la sentencia que Sarrasine se aplicó a sí mismo. Estaba tan completamente ebrio, que ya no veía ni sala, ni espectadores, ni actores, y había dejado de oír la música. Más aun, no existía distancia entre él y Zambinella. La poesía, y sus ojos, fijos en ella, la hacían suya. Un poder casi diabólico le permitía sentir el soplo de aquella voz, respirar el perfume de los polvos que cubrían sus cabellos, ver los detalles más menudos de aquel rostro y contar en él las venillas azules que matizaban su piel satinada. En fin, aquella voz ágil, fresca y de un timbre argentino, flexible como un hilo al que el menor soplo de aire da una forma, enrollándolo o desenrollándolo, desenvolviéndolo y dispersándolo, aquella voz hería tan vivamente su alma, que más de una vez dejó escapar esos gritos involuntarios arrancados por las delicias convulsivas tan rara vez producidas por las pasiones humanas. Pronto se vio obligado a abandonar el teatro. Sus piernas temblorosas se nagaban casi a sostenerle. Se sentía abatido, débil, como un hombre nervioso que se ha dejado arrebatar por alguna cólera espantosa. Había experimentado tanto placer, o tal vez había sufrido tanto, que su vida se había derramado como el agua de un vaso volcado por un choque. Experimentaba un vacío, una aniquilación semejante a esas atonías que desesperan a los convalecientes al salir de una grave enfermedad. Invadido por una tristeza inexplicable fue a sentarse en las gradas de un templo. Allí, con la espalda apoyada contra una columna, se abismó en una meditación confusa como un sueño. La pasión le había fulminado. De vuelta a su casa, cayó en uno de esos paroxismos de actividad que nos revelan la presencia de principios nuevos en nuestra existencia. Presa de esa primera fiebre de amor que participa tanto del placer como del dolor, quiso engañar su impaciencia y su delirio dibujando a la Zambinella de memoria. Fue una especie de meditación material. En una hoja, se encontraba a la Zambinella en esa actitud, serena y fría en apariencia, de que tanto gustaba Rafael, el Giorgione y todos los grandes pintores; en otra, volvía la cabeza delicadamente terminando un trino, y parecía escucharse a sí misma. Sarrasine dibujó a su amada en todas las posturas: la hizo sin velos, sentada, en pie, acostada, casta o enamorada, realizando, gracias al delirio de sus lápices, todas las ideas caprichosas que solicitan nuestra imaginación cuando pensamos con fuerza en una enamorada. Pero su pensamiento furioso fue más lejos que el dibujo. Veía a la Zambinella, le hablaba, le suplicaba, agotaba mil años de vida y de felicidad con ella, colocándola en todas las situaciones imaginables, ensayando, por decirlo así, el porvenir con ella. Al día siguiente envió a su lacayo para que alquilase, para toda la temporada, un palco contiguo al escenario. Después, como todos los jóvenes de alma violenta, se exageró a sí mismo las dificultades de su empresa y dio a su pasión, como primer pasto, la felicidad de poder admirar a su adorada sin tal MARZO 1995 EXCESO

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mos de nuestro propio sentimiento y en la que nos encontramos dichosos casi por nosotros mismos, no debía durar mu-

en aquel momento la Zambinella. Dirigió a Sarrasine una de esas miradas elocuentes que dicen con frecuencia muchas más cosas de las que quieren las mujeres. Aquella mirada fue toda

cho tiempo en Sarrasine. Sin embargo, los acontecimientos le

una revelación. ¡Sarrasine era amado! "Si no es más que un

sorprendieron cuando se encontraba todavía bajo el hechizo

capricho", pensó acusando ya a su amada de demasiado ar-

de aquella alucinación primaveral, tan cándida como voluptuosa. Durante ocho días vivió toda una vida, ocupado por la mañana en amasar el barro con ayuda del cual lograba copiar a la Zambinella, a pesar de los velos, las faldas, los corsés y

dor, "es que no conoce el dominio bajo el que va a caer. Su

obstáculos. Esa edad de oro del amor durante la cual goza-

los lazos de cintas que se la hurtaban. Por la noche, instalado desde hora temprana en su palco, solo, acostado en un sofá, se procuraba, semejante a un turco ebrio de opio, una felicidad tan fecunda, tan pródi-

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ga como la deseada. Primero se familiarizó gradualmente con las demasiado vivas emociones que le producía el canto de su amada; luego, familiarizó a sus ojos a verla, y acabó por contemplarla sin temer la explosión de rabia sorda por la que

capricho durará, así lo espero, tanto como mi vida". En aquel momento, tres golpes dados ligeramente en la puerta de su palco excitaron la atención del artista. Abrió. Una vieja entró

Aunque un demonio hubiese puesto entre Sarrasine y la Zambinella las profundidades del infierno, en aquel momento lo hubiese atravesado todo de una zancada. Semejante a los caballos de los inmortales, el amor del escultor había franqueado inmensos espacios en un abrir y cerrar de ojos

había sido animado el primer día. Su pasión se hizo más profunda, volviéndose más tranquila. Por

misteriosamente. "Joven", le dijo, "si queréis ser feliz tened

lo demás, el huraño escultor no toleraba que su soledad, po-

prudencia, envolveos en una capa, cubríos los ojos bajo el ala

blada de imágenes adornadas de las fantasías de la esperanza

de un gran sombrero, y después, a eso de las diez, encontraos

y llena de dicha, fuese turbada por sus camaradas. Amaba

en la calle del Corso, delante del palacio de España". "Allí

con tanta fuerza y tan cándidamente, que tuvo que sufrir los

estaré", respondió él poniendo dos luises en la mano arruga-

inocentes escrúpulos que nos asaltan cuando amamos por pri-

da de la dueña. Escapóse del palco, después de haber hecho

mera vez. Al comenzar a entrever que pronto sería necesario

una señal de inteligencia a la Zambinella, que bajó tímida-

obrar, preguntar dónde vivía la Zambinella, saber si tenía

mente sus voluptuosos párpados como una mujer dichosa de

una madre, un tío, un tutor, una familia, pensando, en fin, en

ser al fin comprendida. Después, corrió a su casa, con el fin de

los medios de verla, de hablarla, sentía henchirse su corazón

pedirle al tocador todas las seducciones que pudiera prestar-

con ideas tan ambiciosas, que aplazaba para el día siguiente

le. Al salir del teatro, un desconocido le detuvo agarrándole

aquellos cuidados, tan dichoso con sus sufrimientos físicos

de un brazo. "Tened cuidado, señor francés", le dijo al oído.

como con sus placeres intelectuales.

"Se trata de una aventura de vida o muerte. El cardenal

— Pero —me dijo la señora de Rochefide interrumpiéndome—, todavía no veo ni a Marianina ni a su viejecillo.

Cicognara es su protector y no se anda con bromas". Aunque un demonio hubiese puesto entre Sarrasine y la Zambinella

— ¡No estáis viendo otra cosa! —exclamé yo, impaciente

las profundidades del infierno, en aquel momento lo hubiese

como un autor a quien hacen fracasar un golpe de efecto tea-

atravesado todo de una zancada. Semejante a los caballos de

tral—. Desde hacía algunos días —proseguí tras una pausa—,

los inmortales, descritos por Homero, el amor del escultor

Sarrasine había acudido con tanta puntualidad a instalarse en

había franqueado inmensos espacios en un abrir y cerrar de

su palco, y sus miradas expresaban tanto amor, que su pasión

ojos. "Aunque la muerte me esperase al salir de la casa, iría

por la voz de la Zambinella hubiera sido la comidilla de todo

aun más de prisa", respondió. "¡Poverino!", exclamó el des-

París, de haber tenido lugar aquí esta aventura; pero en Italia,

conocido desapareciendo. Hablarle de peligro a un enamora-

señora, cada cual asiste al espectáculo por su cuenta, con sus

do, ¿no es tanto como venderle placeres? Jamás había visto el

pasiones y con un interés particular que excluye el espionaje

lacayo Sarrasine a su amo tan minucioso en cuestión de toca-

de los anteojos. Sin embargo, el frenesí del escultor no debía

do. Su más bella espada, regalo de Bouchardon; el lazo que

pasar inadvertido largo tiempo a las miradas de los cantores

Clotilde le había dado, su casaca de lentejuelas, su chaleco de

y de las cantantes. Una noche se dio cuenta el francés de que

paño de plata, su tabaquera de oro, sus relojes preciosos,

se reían de él entre bastidores. Hubiera sido difícil saber a qué

todo fue sacado de los cofres, como una muchacha que debe

extremos se habría entregado, de no haber entrado en escena

pasearse delante de su primer enamorado. A la hora fijada,

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embriagado de amor e hirviendo de esperanza, con la nariz en el embozo de su capa, corrió Sarrasine a la cita dada por la vieja. La dueña le esperaba. "¡Habéis tardado mucho! , le dijo. "Venid". Llevó al francés por varias callejuelas y se detuvo ante un palacio de bastante hermoso aspecto. Llamó. Se abrió la puerta. Condujo a Sarrasine a través de un laberinto de escaleras, de galerías y de estancias que no estaban iluminadas sino por el resplandor incierto de la luna, y llegó pronto a una puerta por entre las rendijas de la cual se escapaban vivas luces y salían los gritos jubilosos de varias voces. De repente, Sarrasine quedó deslumbrado cuando, a una palabra de la vieja, fue admitido en aquel misterioso recinto y se encontró en un salón tan brillantemente iluminado como suntuosamente amueblado, en medio del cual había una mesa bien servida, cargada de sacrosantas botellas y de alegres frascos cuyas facetas rojizas centelleaban. Reconoció los cantores y las cantantes del teatro, mezclados con mujeres encantadoras, dispuestos todos a comenzar una orgía de artistas para la que no se esperaba más que a él. Sarrasine reprimió un movimiento de despecho y puso buena cara. Había esperado una habitación mal iluminada, a su amada cerca de un brasero, un celoso a dos pasos, la muerte y el amor, confidencias cambiadas en voz baja, de corazón a corazón, besos peligrosos, y

los rostros tan próximos, que los cabellos de la Zambinella hubiesen acariciado su frente cargada de deseos y ardiendo de felicidad. "¡Viva la locura r, exclamó. "Signore e belle donne, me permitiréis tomar más tarde mi desquite y testimoniaros mi agradecimiento por la manera como recibís a un pobre escultor". Después de haber recibido los cumplidos bastante afectuosos de la mayoría de las personas presentes, a las que conocía de vista, procuró acercarse a la poltrona en la que Zambinella estaba negligentemente tendida. ¡Oh! ¡Cómo latió su corazón al distinguir un lindo pie calzado con aquellos chapines que, permitidme decirlo, señora, daban antaño al pie de las mujeres una expresión tan coqueta y tan voluptuosa, que no sé cómo los hombres podían resistirse. Las medias blanCas bien estiradas y con talones verdes, las faldas cortas, los chapines puntiagudos y de altos tacones del reinado de Louis XV contribuyeron tal vez un poco a desmoralizar a Europa y al clero. —¡Un poco! —dijo la marquesa—. Entonces no habéis leído nada. —La Zambinella —proseguí yo sonriendo— se había cruzado de piernas descaradamente y agitaba jugueteando la que estaba encima, actitud de duquesa, que sentaba muy bien a su género de belleza caprichosa y llena de una cierta molicie MARZO 1995 EXCESO

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do por el placer de encontrarse junto a ella, de rozarle la atrayente. Se había quitado las ropas de teatro y llevaba un mano, de servirla. Se bañaba en una alegría secreta. No obscorpiño que dibujaba una cintura esbelta, realzada por un tante la elocuencia de algunas miradas mutuas, quedó asomzagalejo, y una falda de raso bordada con flores azules. Su brado de la reserva en que la Zambinella se mantuvo con él. pecho, del que un encaje disimulaba los tesoros por un lujo de Había sido la primera en oprimirle el pie y en incitarle con la coquetería, centelleaba de blancura. Peinada poco más o memirada de una mujer libre y enamorada; pero, de repente, se nos como se peinaba la señora Du Barry, su rostro, aunque coronado por un amplio gorro, no parecía por ello menos linhabía envuelto en una modestia de doncella, después de hado, y los polvos le sentaban bien. Verla así era adorarla. Sonberle oído contar a Sarrasine un rasgo que pintaba la extremada violencia de su carácter. Cuando la cena se convirtió en rió graciosamente al escultor. Sarrasine, muy contrariado por no poder hablarle sino delante de testigos, se sentó cortésmente a su Cuando Vitagliani destapó la botella de champagne, lado y le habló de música, elogiánSarrasine leyó en los ojos de su vecina dole por su prodigioso talento; pero su voz temblaba de amor, de temor un temor bastante vivo y de esperanza. "¿Qué teméis?", le por la pequeña detonación. dijo Vitagliani, el cantante más faEl estremecimiento involuntario moso de la compañía. "Andad, que no tenéis aquí ni un solo rival a de aquel organismo femenino quien temer". El tenor sonrió silenfue interpretado por el enamorado artista ciosamente. Esta sonrisa se reproducomo el indicio de una extremada sensibilidad. jo en los labios de todos los comensales, cuya atención tenía una cierta ¡Hay tanto de protección en el amor de un hombre! malicia oculta que no debía advertir un enamorado. Esta publicidad fue como una puñalada que orgía, los comensales se pusieron a cantar, inspirados por el Sarrasine recibió repentinamente en el corazón. Aunque dotaPeralta y el Pedro Jiménez. Fueron dúos maravillosos, aires de do de una cierta fuerza de carácter, y aunque ninguna cirCalabria, seguidillas españolas, canzonettas napolitanas. La cunstancia hubiese de influir en su amor, tal vez no había embriaguez estaba en todos los ojos, en la música, en los copensado aún que Zambinella era casi una cortesana y que él razones y en las voces. Se desbordó de repente una vivacidad no podía disfrutar a la vez de los goces puros que procura el encantadora, un abandono cordial, una campechanía italiaamor de una doncella, cosa tan deliciosa, y de los arrebatos na, de los que nada puede dar una idea a quienes no conocen más que las reuniones de París, las recepciones de Londres, o fogosos con los que una mujer de teatro hace comprar los telos círculos de Viena. Las bromas y las frases de amor se crusoros de su pasión. Reflexionó y se resignó. Sirvióse la cena. zaban, como balas, en una batalla, a través de las risas, las Sarrasine y la Zambinella se colocaron sin cumplidos uno al impiedades, las invocaciones a la santísima Virgen o al lado del otro. Durante la mitad del festín, los artistas conservaron una cierta mesura, y el escultor pudo hablar con la canBambino. Uno se acostó en un sofá y se echó a dormir. Una tante. Halló en ella inteligencia y delicadeza; pero era de una muchachita escuchaba una declaración sin darse cuenta que ignorancia sorprendente, y se mostró débil y supersticiosa. La estaba vertiendo el jerez sobre el mantel. En medio de aquel delicadeza de sus órganos vocales se reflejaba en su entendidesorden, la Zambinella, como acometida por el terror, permiento. Cuando Vitagliani destapó la primera botella de manecía pensativa. Se negó a beber, comió tal vez demasiado, champagne, Sarrasine leyó en los ojos de su vecina un temor pero la glotonería es, según dicen, una gracia en las mujeres. bastante vivo por la pequeña detonación producida por la Admirando el pudor de su amada, Sarrasine hizo serias resalida del gas. El estremecimiento involuntario de aquel orgaflexiones para el porvenir. "Quiere sin duda casarse", se dijo. nismo femenino fue interpretado por el enamorado artista Entonces se abandonó a las delicias de aquel matrimonio. Su como el indicio de una extremada sensibilidad. Tal debilidad vida entera no le parecía lo bastante larga para agotar la fuenencantó al francés. ¡Hay tanto de protección en el amor de un te de felicidad que encontraba en el fondo de su alma. hombre! " ¡Dispondréis de mi poder como de un escudo!". Vitagliani, su vecino de mesa, le sirvió de beber con tanta fre¿No está escrita esta frase en el fondo de todas las declaraciocuencia que, hacia las tres de la mañana, sin estar completanes de amor? Sarrasine, demasiado apasionado para recitarmente ebrio, Sarrasine se encontró sin fuerzas contra su delile galanterías a la bella italiana, se mostró, como todos los rio. En un momento de arrebato llevóse a aquella mujer, enamorados, alternativamente grave, risueño o concentrado. escapándose a una especie de boudoir que comunicaba con el Aunque pareció escuchar a los comensales, no oía ni una pasalón, y hacia la puerta del cual había vuelto los ojos más de labra de lo que decían, hasta tal punto se encontraba absorbiuna vez. La italiana estaba armada de un puñal. "Si te acer-

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cas", le dijo, "me veré obligada a hundirte esta arma en el corazón. Me despreciarías. He concebido un respeto demasiado grande por tu carácter para entregarme así. No quiero desmerecer del sentimiento que me profesas". "¡Ah! ¡Ah!", dijo Sarrasine. "Mal medio es para extinguir una pasión el excitarla. ¿Estás ya corrompida hasta el punto de que, vieja de corazón, obrarías como una joven cortesana, que aviva las emociones de las que hace comercio?". "Es que hoy es viernes", respondió ella, asustada de la violencia del francés. Sarrasine, que no era devoto, se echó a reír. La Zambinella brincó como una corza y se lanzó a la sala del festín. Cuando Sarrasine apareció en ella, corriendo tras la cantante, fue recibido con una risa infernal. Vio a la Zambinella desmayada sobre un sofá. Estaba pálida y como agotada por el esfuerzo extraordinario que acababa de hacer. Aunque Sarrasine supiese poco italiano, oyó a su amada diciéndole en voz baja a Vitagliani: "Va a matarme". Esta extraña escena dejó al escultor perplejo. Recuperó la razón. Permaneció, al principio, inmóvil; después, recobró el uso de la palabra, se sentó junto a su amada y protestó de su respeto. Encontró fuerzas para disfrazar su pasión, dirigiéndola a aquella mujer los discursos más exaltados; y, para pintar su amor, desplegó los tesoros de esa elocuencia mágica, intérprete oficioso al que las mujeres se niegan rara vez a creer. En el momento en que la primera claridad de la mañana sorprendió a los comensales, una mujer propuso ir a Frascati. Todos acogieron con vivas aclamaciones la idea de pasar el día en la villa Ludovisi. Vitagliani bajó para alquilar coches. Sarrasine tuvo la dicha de llevar a la Zambinella en un faetón. Una vez salidos de Roma, la alegría, reprimida un momento por los combates que cada cual había tenido que librar contra el sueño, se despertó de repente. Hombres y mujeres, todos parecían habituados a aquella vida extraña, a aquellos placeres continuos, a aquel frenesí de artista que hace de la vida una fiesta perpetua en la que se ríe despreocupadamente. La acompañante del escultor era la única que parecía abatida. "¿Estáis enferma?", le preguntó Sarrasine. "¿Preferiríais volver a vuestra casa?". "No soy lo bastante fuerte para soportar estos excesos", respondió ella. "Necesito grandes cuidados, pero ¡me siento tan bien a vuestro lado! A no haber sido por vos, no hubiera asistido a la cena; una noche sin dormir me hace perder toda mi lozanía". "¡Sois tan delicada r, replicó Sarrasine contemplando los lindos rasgos de aquella criatura encantadora. "Las orgías me estropean la voz". "Ahora que estamos solos", exclamó el artista, "y que no tenéis que temer ya la efervescencia de mi pasión, decidme que me amáis". "¿Por qué?", replicó ella. "¿Para qué? Os he parecido bonita. Pero vos sois francés y vuestro sentimiento pasará. ¡Oh! No me amaríais como yo quisiera ser amada". "¿Cómo?". "Sin un objeto de pasión vulgar, sino puramente. Aborrezco a los hombres tal vez más que odio a las mujeres. Necesito refugiarme en la amistad. El ido está desierto para mí. Soy una criatura maldita, con-

denada a comprender la felicidad, a sentirla, a desearla, y, como tantas otras, obligada a verla huir de mí a cada momento. Recordad, señor, que yo no os he engañado. Os prohíbo que me améis. Yo puedo ser un amigo fiel para vos, porque admiro vuestra fuerza y vuestro carácter. Necesito un hermano, un protector. Sed todo eso para mí, pero nada más que eso". "¡No amarosr, exclamó Sarrasine. "Pero, ángel querido, ¡si tú eres mi vida y mi felicidad!". "Si yo dijese una palabra me rechazaríais con horror". "¡Coqueta! Nada puede asustarme. Dime que me costarás el porvenir, que dentro de dos meses moriré, que me condenaré sólo por haberte besado". Y la besó, pese a los esfuerzos que hizo la Zambinella para sustraerse a aquel beso apasionado. "¡Dime que eres demonio, que necesitas mi fortuna, mi nombre, toda mi celebridad! ¿Quieres que deje de ser escultor? Habla". "¿Y si no fuera una mujer?", preguntó tímidamente la Zambinella con una voz argentina y dulce. "¡Vaya una broma!", exclamó Sarrasine. "¿Crees que puedes engañar los ojos de un artista? ¿No he devorado, escudriñado y admirado tus perfecciones desde hace diez días? Sólo una mujer puede tener ese brazo redondo y suave y esos contornos elegantes. ¡Ah! ¡Quieres oírte alabar!". Ella sonrió tristemente y dijo en un murmullo: "¡Fatal belleza!". Levantó los ojos al cielo. En aquel momento hubo en su mirada no sé qué expresión de horror tan fuerte y tan viva, que Sarrasine se estremeció. "Señor francés", dijo ella, "olvidad para siempre un instante de locura. Os estimo; pero, en cuanto al amor, no me lo pidáis; ese sentimiento está ahogado en mi corazón. ¡No tengo corazón!", exclamó llorando. "El teatro en el que me habéis visto, esos aplausos, esa música, esa gloria a la que me han condenado, he ahí mi vida, no tengo otra. Dentro de algunas horas no me veréis con los mismos ojos; la mujer que amáis estará muerta". El escultor no respondió. Dominábale una rabia sorda que le oprimía el corazón. No podía hacer otra cosa sino mirar a aquella mujer extraordinaria con ojos inflamados que quemaban. Aquella voz teñida de debilidad, la actitud, las maneras y los gestos de Zambinella, que tenían un sello de tristeza, de melancolía y de desaliento, despertaban en su alma todas las riquezas de la pasión. Cada palabra era un aguijón. En aquel momento habían llegado a Frascati. Cuando el artista tendió los brazos a su amada para ayudarla a bajar, la sintió toda temblorosa. "¿Qué tenéis? Me haríais morir", exclamó viéndola palidecer, "si tuvieseis el menor dolor del que yo fuese la causa aun inocente". "¡Una serpienter, dijo ella señalando una culebra que se deslizaba a lo largo de una cuneta. "Me dan miedo esos odiosos animales". Sarrasine aplastó la cabeza de la culebra de un pisotón. "¿Cómo tenéis valor para ello?", dijo la Zambinella contemplando con visible horror el reptil muerto. "¡Bueno!", dijo el artista sonriendo. "¿Osaríais pretender que no sois mujer?". Uniéronse a sus compañeros y se pasearon por los bosques de la villa Ludovisi, que pertenecían entonces al cardenal Cicognara. Aquella mañana transcurrió demasiaMARZO 1995 EXCESO

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bre causó un delirio. "¡Me enloquece!". "Como a todo el do de prisa para el enamorado escultor, pero estuvo llena de incidentes que le pusieron de manifiesto la coquetería, la demundo", le respondió su camarada. "Pero si sois amigos míos, tú, Vien, Lauterbourg y Allegrain, me prestaréis vuestra bilidad y la mimosería de aquella alma blanda y sin energía. Era la mujer con sus miedos repentinos, sus caprichos asistencia para dar un golpe de mano después de la fiesta", pidió Sarrasine. "¿No habrá un cardenal que matar ni... ?". irrazonados, sus turbaciones instintivas, sus audacias inmoti"No, no", dijo Sarrasine, "no os pido nada que no puedan vadas, sus bravatas y su deliciosa delicadeza de sentimiento. hacerlo unos hombres honrados". En poco tiempo, el escultor Hubo un momento en que, como se aventurasen por el camlo preparó todo para el éxito de su empresa. Llegó de los po, el pequeño grupo de alegres cantantes vio de lejos algunos últimos a casa del embajador, pero en un coche de viaje tirahombres armados hasta los dientes y cuya indumentaria no tenía nada de tranquilizadora. Con estas palabras: "¡Unos bandidos!", Sarrasine decidió raptar a la Zambinella. todos avivaron el paso para ponerse Pasó todo el día ocupado en formar planes al abrigo dentro de las tapias de la villa del cardenal. En aquel momena cual más extravagante. to crítico, Sarrasine advirtió en la Al anochecer, palidez de la Zambinella que ésta no y en el momento en que salía tenía ya las fuerzas suficientes para caminar, y, tomándola en brazos, la para ir a preguntarle a algunas personas llevó durante algún tiempo corriendónde estaba situado el palacio do. Cuando se encontró cerca de un habitado por su amada, viñedo próximo, dejó a su amada en el suelo. "Explicadme", le dijo, se encontró a uno de sus camaradas "cómo esa debilidad, que en cualquiera otra mujer sería horrible y me desagradaría, y cuya do por caballos vigorosos conducidos por uno de los más demenor prueba bastaría casi para apagar mi amor, en vos me cididos vetturini de Roma. Como el palacio del embajador gusta y me encanta. ¡Oh! ¡Cuánto os amo!", siguió diciendo. estuviese lleno de gente, no dejó de costarle trabajo al escul"Todos vuestros defectos, vuestros terrores, vuestras pequetor, desconocido por todos los asistentes, llegar al salón en ñeces añaden no sé qué gracia a vuestra alma. Siento en mí que Zambinella cantaba en aquel momento. "¿Es sin duda que detestaría a una mujer fuerte, a una Safo, valerosa, llena por considei J.ción hacia los cardenales, los obispos y los abade energía y de pasión. ¡Oh frágil y dulce criatura! ¿Cómo tes presentes por lo que ella se ha vestido de hombre, se ha puedes ser de otro modo? Esa voz de ángel, esa voz delicada, puesto una red sujetándole el pelo, se ha rizado el cabello y hubiese sido un contrasentido de salir de un cuerpo distinto al lleva una espada?", preguntó Sarrasine. "¡Ella! ¿Quién es tuyo". "No puedo daros ninguna esperanza", dijo ella. "Deella?", respondió el viejo señor a quien se dirigía Sarrasine. "La Zambinella". "¿La Zambinella?", replicó el príncipe rojad de hablarme así, pues se burlarían de vos. Me es imposible prohibiros la entrada al teatro; pero si me amáis o si sois mano. "¿Os estáis burlando? ¿De dónde venís, entonces? juicioso, no volveréis. Escuchad, señor...", dijo con voz gra¿Han subido alguna vez mujeres a los escenarios de Roma? ve. "¡Oh! Cállate", dijo el artista enajenado. "Los obstáculos ¿Y no sabéis qué criaturas desempeñan los papeles de mujer avivan el amor en mi corazón". La Zambinella permaneció en los Estados del Papa? Soy yo, señor, quien ha dotado a en una actitud graciosa y modesta; pero se calló, como si un Zambinella de su voz. Se lo pagué todo a ese pícaro, incluso pensamiento terrible le hubiese revelado alguna desgracia. su maestro de canto. Pues bien, me ha agradecido tan poco el Cuando hubo que volver a Roma, montó ella en una berlina favor que le hice, que jamás ha querido volver a poner los pies de cuatro asientos, ordenando al escultor, con un aire impeen mi casa. Y sin embargo, si hace fortuna me la deberá riosamente cruel, que se volviese solo en el faetón. Durante el entera". El príncipe Chigi hubiera podido seguir hablando trayecto, Sarrasine decidió raptar a la Zambinella. Pasó todo largo tiempo; Sarrasine no le escuchaba. Una horrible verdad el día ocupado en formar planes a cual más extravagante. Al había penetrado en su alma. Se sentía herido como por un anochecer, y en el momento en que salía para ir a preguntarrayo. Permaneció inmóvil, con los ojos fijos en el pretendido le a algunas personas dónde estaba situado el palacio habitacantante. Su mirada llameante ejerció una especie de influendo por su amada, se encontró a uno de sus camaradas en la cia magnética sobre Zambinella, pues el artista acabó por puerta: "Querido", le dijo este último, "me ha encargado volver de repente la vista hacia Sarrasine, y entonces su voz nuestro embajador que te invite a ir esta noche a su casa. Da celestial se alteró. ¡Tembló! Un murmullo involuntario escaun concierto magnífico, y cuando sepas que va Zambinepado a la asamblea, a la que tenía como pendiente de sus lalla...". "¡Zambinella!, , exclamó Sarrasine a quien este nombios, terminó de desconcertarle, e interrumpiendo su aria se

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sentó. El cardenal Cicognara, que había espiado con el rabiSarrasine sacando su espada con un impulso de violencia. llo del ojo la dirección de la mirada de su protegido, vio en"Pero", prosiguió con un frío desdén, "si rebuscase en tu ser tonces al francés, e inclinándose hacia uno de sus edecanes con un puñal, ¿encontraría en él un sentimiento que apagar, eclesiásticos pareció preguntarle el nombre del escultor. una venganza que satisfacer? No eres nada. Hombre o mujer, Cuando hubo obtenido la respuesta que deseaba, contempló ¡te mataría! Pero...". Sarrasine hizo un gesto de asco, que le muy atentamente al artista y dio unas órdenes a un abate, que obligó a volver la cabeza, y entonces vio la estatua. "¡Y es una desapareció con presteza. Mientras tanto, Zambinella, que se ilusión!", exclamó. Y, volviéndose luego a Zambinella, le había repuesto, comenzó de nuevo el trozo que interrumpiedijo: "Un corazón de mujer era para mí un asilo, una patria. ra tan caprichosamente; pero lo ejecutó mal, y se negó, a pe¿Tienes hermanas que se te parezcan? No. Pues bien, ¡muere! sar de todas las instancias que le fueron hechas, a cantar otra cosa. Fue El cantante, medio muerto, la primera vez que ejercitó aquella permaneció en una silla, tiranía caprichosa que, más tarde, no le granjeó menos celebridad que No profirió una palabra, su talento y su inmensa fortuna, depero sus dientes castañeteaban. bida ésta, según dicen, no menos a Estaba transido de miedo. su voz que a su belleza. "Es una mujer", dijo Sarrasine creyéndose solo. De repente se detuvo ante Zambinella. "Aquí hay alguna intriga secreta. ¡El "Dime la verdad", preguntó con voz sorda y alterada. cardenal Cicognara está engañando "¿Eres una mujer?" al Papa y a toda la ciudad de Roma!". Inmediatamente, el esculZambinella cayó de rodillas y no respondió tor salió del salón, reunió a sus amigos y los emboscó en el patio de palacio. Cuando Zambinella Pero no, has de vivir. Dejarte la vida, ¿no es consagrarte a se aseguró de la marcha de Sarrasine pareció recobrar la tranalgo peor que la muerte? No es ni mi sangre ni mi existencia quilidad. Hacia la medianoche, después de haber vagado por lo que siento, sino el futuro y la fortuna de mi corazón. Tu los salones como un hombre que busca a un enemigo, el canmano débil ha trastornado mi dicha. ¿Qué esperanza puedo tante dejó la reunión. En el momento en que franqueaba la arrebatarte a cambio de todas las que en mí has ajado? Me puerta de palacio, fue hábilmente cogido por unos hombres has rebajado hasta ti. ¡Amar, ser amado!, serán en adelante que le amordazaron con un pañuelo y le metieron en el coche para mí unas palabras vacías de sentido, igual que para ti. Al alquilado por Sarrasine. Helado de espanto, Zambinella perver una mujer real pensaré sin cesar en esta mujer imaginamaneció en un rincón sin atreverse a hacer un movimiento. ria". Señaló la estatua con un ademán desesperado, y siguió Veía ante él el rostro terrible del artista, que guardaba un sidiciendo: "Siempre tendré en mi recuerdo una arpía celestial lencio de muerte. El trayecto fue córto. Zambinella, llevado que vendrá a hundir sus garras en todos mis sentimientos de en brazos por Sarrasine, se encontró pronto en un taller somhombre y que marcará a todas las demás mujeres con un sello brío y desnudo. El cantante, medio muerto, permaneció en de imperfección. ¡Monstruo! Tú que no puedes darle la vida una silla, sin atreverse a mirar una estatua de mujer en la que - a nada, has despoblado para mí la tierra de todas sus mujereconoció sus rasgos. No profirió una palabra, pero sus dienres". Sarrasine se sentó frente al cantante aterrado. Dos tes castañeteaban. Estaba transido de miedo. Sarrasine se lagrimones salieron de sus ojos secos, rodaron a lo largo de paseaba con grandes zancadas. De repente se detuvo ante sus mejillas varoniles y cayeron al suelo. Dos lágrimas de raZambinella. "Dime la verdad", preguntó con voz sorda y albia, dos lágrimas acres y abrasadoras. "¡Se acabó el amor terada. "¿Eres una mujer? El cardenal Cicognara...". para mí! Estoy muerto para todo placer, para toda emoción Zambinella cayó de rodillas y no respondió sino bajando la humana". Al decir estas palabras cogió un martillo y lo arrocabeza. "¡Ah! ¡Eres una mujer!", exclamó el artista delirante. jó contra la estatua con una fuerza tan extraordinaria que "Pues ni siquiera un...". No terminó. "No", volvió a decir, erró el golpe. Creyó haber destruido aquel monumento de su "no hubiera sido capaz de tanta bajeza". "¡Ah! ¡No me malocura, y entonces, recobrando su espada, la blandió para téis!", exclamó Zambinella deshecho en llanto. "Si he consenmatar al cantante. Zambinella lanzó unos gritos penetrantes. tido en engañaros fue para darles gusto a mis camaradas, que En aquel momento entraron tres hombres, y el escultor cayó querían reír". "¡Reír!", respondió el escultor con una voz en de repente con el pecho atravesado por tres puñaladas. "De la que había un acento infernal. "¡Reír, reír! ¿Y te has atreviparte del cardenal Cicognara", dijo uno de ellos. "Es un bene? do a burlarte de una pasión de hombre? ¡Tú!". "¡Oh! ¡Perficio digno de un cristiano", respondió el francés expirando. dón!", replicó Zambinella. "¡Debería hacerte morir!", gritó Los sombríos emisarios enteraron a Zambinella de la inquie-

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tud de su protector, que esperaba a la puerta en un coche cerrado, con el fin de podérselo llevar en cuanto se encontrase libre. —Pero —me dijo la señora Rochefide—, ¿qué relación existe entre esta historia y el viejecillo a quien hemos visto en casa de los Lanty? —Señora, el cardenal de Cicognara se adueñó de la estatua de Zambinella y la hizo ejecutar en mármol, conservándose hoy en el museo Albani. Fue allí donde la encontró la familia Lanty, en 1791, rogándole a Vien que la copiase. El retrato. que os ha mostrado a Zambinella a los 20 años, momentos después de haberle visto centenario, ha servido más tarde para el Endimión de Girodet; habéis podido reconocer su tipo en el Adonis. —Pero ¿ese o esa Zambinella? —No es otro, señora, que el tío abuelo de Marianina. Ahora podréis concebir el interés que ha de tener la señora de Lanty en ocultar la fuente de una fortuna que procede... —¡Basta! —dijo ella haciéndome un gesto imperioso. Permanecimos un momento sumidos en el silencio más profundo. —¿Bueno?... —le dije. —¡Ah! —exclamó levantándose y midiendo con grandes pasos la estancia. Se acercó a mí para mirarme y me dijo con voz alterada: —Me habéis asqueado de la vida y de las pasiones por mucho tiempo. Sea cual fuere el monstruo, ¿no terminan todos los sentimientos humanos en atroces decepciones parecidas? Madres, los hijos nos asesinan con su mala conducta o con su frialdad. Esposas, somos engañadas. Amantes, se cansan de nosotras y nos abandonan. ¿Existe la amistad? Mañana mismo me haría devota si no supiese que puedo permanecer como una roca inaccesible en medio de las tempestades de la vida. Si el porvenir del cristiano fuese también una ilusión, por lo menos no se destruye hasta después de la muerte. Dejadme sola. —¡Ah! —le dije—. Sabéis castigar. —¿Estaré equivocada? —Sí —respondí yo con una especie de valor—. Al terminar esta historia, bastante conocida en Italia, puedo daros una alta idea de los progresos hechos por la civilización actual. Ya no se hacen esas desgraciadas criaturas. —París —dijo ella— es una tierra muy hospitalaria. Lo acoge todo: las fortunas vergonzosas y las fortunas ensangrentadas. El crimen y la infamia tienen aquí derecho de asilo y aquí encuentran simpatías; sólo la virtud carece en esta ciudad de altares. Sí, ¡las almas puras tienen una patria en el cielo! ¡Al final, nadie me habrá conocido! Eso me enorgullece. Y la marquesa se quedó pensativa.L?

As

de triunfo 411 Estaba leyendo la revista Bridge D'Italia y me fijé en algunas perlas:

-La primera ley del bridge: el compañero siempre tiene la culpa. -El axioma de Borel: si para cumplir un contrato necesito que la Q esté segunda a mi izquierda, estará tercera a mi derecha. -La ecuación de Albarrán: cuando abran de 2+, Albarrán con ♦ KQJ10876, 4-, el compañero les contes4KQQJ1087, tará 3S+, dos Ases de color y rango distintos. -El axioma de Stayman: si declaran 3S+, el único contrato factible será 4 40; si declaran 4 ∎► , el único contrato factible será 3S+. -El axioma del señor De la Pallice: la Q está siempre después de la J, menos cuando está delante de la J. -El postulado de Blackwood: si 54 indican 0-3 Ases, el compañero habrá hecho un forcing, seguido del cuarto color, sin Ases en la mano. -La primgra ley de San Juan: si dejan que un oponente vuelva a barajar las cartas porque se había equivocado anteriormente, les cumplirá un slam al dos por ciento Jugando el torneo nacional de parejas libres, Claudio y yo declaramos 74 después de una declaración a decir poco original. ,PKJ ♦ AKXX +AKJXXXX Claudio 4 Steve 4K10XX I ► AQX ♦ QXX +QXX Es importante notar que estábamos jugando duplicado, donde jugar a S4 es siempre mejor que en color menor. Steve Claudio 2S4 buscando game frente 2+ forcing game o débil en ♦ a un débil en + 5+ apoyo y forcing a slam 4+ forcing game con palo de4 Sr cue bid 5 4 ► cue bid 74 no tengo el As de 4 64 ¡falló en 4! y por lo tanto no hay 7 S4 -

-

Cuando Claudio declaró 64, me puse a pensar qué quería decirme, ya que si me quería mostrar el primer control de 4 hubiera sido suficiente declarar 54 y luego 64, pero entonces yo hubiera podido pensar que él tenía el As de 4 y hubiera declarado 7S4. Creo que es la primera vez que hacemos un splinter al nivel de 6. Lo importante de la mano es que Claudio tuvo la suficiente confianza en saber que yo lo iba a entender aun cuando realmente esta secuencia jamás la habíamos estudiado. Steve Hamaoui

París, noviembre de 1830

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Los cerebros de Sergio

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Programación 3 servicios noticiosos estelares 8:30 a.m 11:55 a.m 8:30.p.m

9 Avances informativos diarios Micros Cosas de Nuestra Tradición 8:00 am / 6:30 pm y 9:00 pm La Cartelera Mágica (viernes, sábado y domingo)

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