Revista Exceso edición nº 170 diciembre enero 2004

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Vida en Exceso La verdad es más una corriente que parte de lo que se nos dice y que uno capta, aunque sea invisible, que la cosa que se nos dijo.

Marcel Proust E clicián N. 170 Diciembre - Enero 2004

Depósito Legal pp. 198902DF343 ISSN: 1315-5849 Miembro del Bloque de Prensa Venezolano y de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) DIRECTOR

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Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, archivada en sistemas de clasificación o reproducción de datos, retransmitida en modo alguno, electrónico, eléctrico, químico, mecánico, óptico, fotográfico o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de los editores

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EXCESO DICIEMBRE - ENERO 2004

Quince años no es nada. Hace tres lustros, la vida nocturna de La Habana, desteñida por el suero purificador de la revolución, a la sazón todavía una atractiva treintañera —o si se prefiere una inalcanzable manzana prohibida— estaba a suficiente distancia de los venezolanos como para que un grupo de periodistas criollos —arrastrados por un inmaduro empresario en una aventura editorial que, en enero de 1989, bajo el provocador nombre de Exceso, brotaría de la nada— se entusiasmara con tan exótico tema de portada para el primer número de la nueva revista.

Sin entrar en disputas de tango, cinco mil cuatrocientos días también lindan con lo interminable. Es el período que va, en Venezuela —pequeño país petrolero de América del Sur— de la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez a la caída del régimen del Centauro de Sabaneta. Una larga etapa que abarca un infinito espectro de modificaciones de la realidad. Entonces, en plena irrupción de la estética posrho en Estados Unidos y Europa —y el infamante muro de Berlín todavía en pie—, los partidos Copei y Acción Democrática —y en menor pero cómplice medida el MAS— se repartían el botín estatal venezolano sin rivales ni vergüenza. El agazapado Hugo Chávez era apenas una anónima desgracia por venir, cuando nació Exceso.

Nada volvería a ser igual, según se reseña en este número aniversario de Exceso. La historia empezaba a desperezarse en Venezuela, de síncope en síncope, bajo los embates del liberalismo casado por la casualidad con los saqueos del 27 de febrero —y no por su causa, como lo quisiera la resucitada izquierda castrista— y a precipitarse en la vertiginosa metamorfosis de un siglo que, en ruta hacia el tercer milenio, en sucesiva y a la vez simultánea baraja de prestidigitador, cambiaba todas las formas de la civilización.

Cuba ha dejado de ser simpático tema de conversación. No luce, en los cocktail parties de 2004, mencionar un viaje a La Habana y menos todavía ufanarse, como antaño, de haber sido atendidos en la isla de la felicidad por Fidel Castro, su propio dueño. Pasaron los días en que, no sólo los revolucionarios de salón sino millonarios, políticos y rabinos exhibían regalos del "jefe máximo". ¿No le daban calurosa bienvenida, en un remitido de prensa, en febrero del 89, Milagros Socorro, Pedro León Zapata y Manuel Caballero? Qué lija, qué lujo. Quién lo diría. Hoy, ni en chiste. El país ha cambiado, cierto. Pero contra todo pronóstico, Exceso se ha mantenido fiel a sus ambiciones periodísticas del comienzo. Ni la injusticia ni las prácticas desleales de la competencia comercial ni las turbulencias de la política la han podido someter. Nacida aquel año, habrá vivido hasta ahora en honor y gracias a la fidelidad innumerable de sus lectores. A todos y cada uno de ellos, gracias.

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26 Blitz tiene pasado Tras la revista de modas logra verse la sombra de dos hombres con historias que preferirían ocultar. Uno, llegó a la cima desde el más humilde de los orígenes; el otro, arribó a Venezuela para cambiar de nombre y olvidar su historia 34

Chiquinquirá Delgado sobre la misma tierra En una hora de súbita inspiración, decidiría casarse con Daniel Sarcos en un catamarán en pleno lago de Maracaibo, emblema de la ciudad que a ambos los viera nacer. El evento fue visto por cientos de admiradores en sus caseros televisores

El vals de Exceso La niña recién nacida que alguna vez fuera la revista Exceso es hoy una quinceañera que —huelga decirlo— tiene más experiencias acumuladas que algunas señoras casadas y con hijo. La ocasión, sin embargo, bien vale un pequeño recuento de lo que han sido estas quince primaveras

74 Caracas baila el tango como ninguna En la Casa Húngara, en Los Chorros, cada viernes se dan cita algunos amantes de la lánguida danza rioplatense, para trazar arabescos, recordar el pasado y olvidar, aunque sea un poco, la soledad

80 Sexoología contemporánea Es variada la fauna nocturna caraqueña, y en ella, por sobre el común de los mortales que siguen viviendo su sexualidad como cotidianidad íntima, sobresalen algunos ejemplares de plumaje visible a la distancia

86 Juan Migliavacca a caballo entre los géneros Desde su más temprana infancia, Juan supo que no era como los demás. La adolescencia, en la que desarrollaría pechos y caderas, se lo demostraría. Hoy, con atributos masculinos y femeninos, se entiende a sí mismo no como la suma de dos géneros diferentes, sino como una sola persona

92 Los cuentos de ña Margot Hija de Juan Bernardo Arismendi —constructor de San Agustín y La Florida, entre otras urbanizaciones caraqueñas— y esposa de Carlos Raúl Villanueva —quien no necesita más presentación que la Ciudad Universitaria—, doña Margot Arismendi de Villanueva narra la memoria de Caracas como propia

100 ¿El Impulso tiene futuro?

Hazaña si se tiene en cuenta que es un periódico de provincia, el diario barquisimetano cumple un siglo entero bajo las amenazas implícitas en su férrea oposición al régimen

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108 Guía de Caracas Mapa para las papilas

Dirección HUMOR

110 Deseo en Caracas La piel de Vivian Jiménez

Cédula/Identidad

112 Los cerebros de Sergio

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e.mail Firma Deposite su cheque o efectivo en la cuenta corriente N° 501-1566718 del Banco de Venezuela, o suscríbase a través de su tarjeta de crédito y envíe este cupón por correo o fax

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DICIEMBRE - ENERO 2004

Sergio Ruiz y su trazo a torcer

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Muy apreciado licenciado llores:

Miércoles, 8 de octubre de 2003

Miércoles, 8 de octubre de 2003

Señor Fihman:

soy lector desde hace varios años. Espe-

Encantadora la crónica del Atlantique. Nunca más iré a un restaurante sin

cialmente he leído con mucho interés dos

pensar en ella. La experiencia ya no será

Soy asiduo lector de Exceso y comensal

reportajes firmados por usted. El primero,

la misma, Gracias de veras. Además es

de Atlantique. Estoy francamente con-

titulado En busca del otro perdido, ha de

sorprendente la manera en que la narra-

movido por la crónica de la escritora

ser de los más impresionantes que haya te-

dora logra hacer una historia llena de

Maruja Dagnino que relata una noche en

nido la oportunidad de leer en mucho

suspenso de un asunto tan cotidiano. El

la cocina de Cantineaux. Qué tema y que

tiempo en la prensa nacional. Hay dos as-

ritmo es bárbaro.

maestría para escribir. El texto de Cristi-

Permítame felicitarle por el trabajo que realiza para la revista Exceso, de la cual

na Raffalli sobre El Conde es también

pectos muy interesantes en esa historia; la primera es, por supuesto, un verdadero enredo legal (que usted logra plantear con

Marcos Larrain

muy bello y .un bálsamo a la memoria con un toque de buen humor.

la suficiente claridad como para hacerlo comprensible) donde, lamentablemente,

Vamos a ver con qué nos van a sorpren-

muchos factores de poder están involucra-

der en el próximo número.

dos. Y lo segundo es su hilarante recuento de lo que pareció ser toda una aventura, y

Saludos,

por momentos me hizo imaginar que leía una publicación extranjera en vez de venezolana. Muy buena la redacción con que mezcla ambos componentes, tanto el legal como el de la crónica de aventura.Y otro reportaje que me gustó mucho fue el que involucraba a una joven llamada Odra Izarra con un actor de RCTV. Excelente.

Lo felicito. Continúe sorprendiéndonos.

Manuel R. Pérez.

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DICIEMBRE - ENERO 2004

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¡Socorro! Que llegan los verdugos disfrazados de víctimas por el aeródromo de Maiquetía Fernando Arrabal

E

l 'grupo pánico' que fundamos en París Jodorowsky, Topor y yo acaba de recibir esta carta: "Al cumplir mis 19 años, contraje matrimonio con una viuda (de 35) al tiempo que su hija (de 17) se casó con mi padre (de 39 años).

Mi padre al contraer nupcias con mi hija se convirtió en mi yerno y mi hija política en madre política, es decir que mi nuera se transformó en mi suegra.

Mi mujer y yo acabamos de tener un hijo que se llama como yo: Fidel.

Fidel es el hijo de la madre de la mujer de mi padre. Por lo tanto es mi tío, ya que es el hermano de mi suegra.

Mi padre y su mujer acaban de tener también un hijo que se llama como el padre: Raúl.

Raul es al mismo tiempo mi hermano (es el hijo de mi padre) y mi nieto (es el hijo de la hija de mi mujer).

Mi hija es, además, mi madre (es la mujer de mi padre). Pero yo soy el marido de su madre, por lo tanto su padre y el hermano de mi nieto.

Como es sabido que el marido de la madre es el padre, yo soy el padre de mi padre, el hermano de mi hijo, mi propio abuelo, etc.

No soy la única víctima de semejante desafuero. La Asociación de Víctimas de la Confusión Mundialista se ha creado para luchar contra las vejaciones de que somos objeto. Y estamos dispuestos a todo para que se nos atribuyan las indemnizaciones que merecemos.

Quisiéramos que el 'grupo pánico', que tanta mano tiene en París, se solidarice con nuestra justa causa. Soy un gran admirador de...".

El redactor de esta carta es un castrófilo venezolano hijo y nieto de esta-

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linistas y carlistas. Solicita, por una parte, un subsidio y, por otra, trata de auparse a la categoría de víctima.

En Roma a este tipo de subsidio lo llamaban espórtula: "Dones o presentes que los senadores, cónsules y emperadores distribuían a sus clientes para que votaran por ellos o les aplaudieran públicamente".

Tanto se mofaron los romanos de estos abusos que terminaron por llamar espórtula al cesto en el cual lisonjeros y zalameros recibían finas propinas y primas, y espórtulos a los halagadores de políticos populacheros.

La persona de buen juicio cuando pide la disminución del poder del Estado ve erguirse frente a ella al intervencionista que postula (¡por la espórtula!) en favor de un Estado distribuidor de aguinaldos y respaldos. Para estos conservadores el Estado hegeliano es una máquina superior al individuo. Y para mayor desastre es también la encarnación del espíritu y de la realidad de la idea moral.

Con la espórtula el poder trata de compensar el pretendido sentimiento de exclusión de aquel que ha conseguido izarse a la categoría de víctima; mofándose, con semejante parodia, del auténtico martirio que sufren los verdaderos humillados por la demagogia y el poder. Un cristianismo en su versión hegeliano-marxista se universaliza y se vulgariza. Nietzsche había vaticinado que iba a conducir a las cosas más locas, ¡al absurdo! A que los verdugos hoy sienten plaza de sacrificados.

Cualquiera puede encontrar un huero hueco de seudo-exclusión donde poder instalarse, a sus anchas, como víctima cínica e ilícita. En tierra de

próceres charlatanes, de presidentes de la estulticias y de turbas demagogas prospera la vieja pareja bermeja: la víctima cada vez más poderosa y la subvención cada vez más necesaria.

La potencia extraordinaria de los que se consideran excluidos agrupados en corros conduce al totalitarismo, con los inevitables procesos de intención cuando las falsas víctimas se sienten amenazadas. Es la religión pagana, sin trascendencia. Negar la dimensión espiritual del Mal es tan sensato como negar la dimensión espiritual del Bien.

La víctima, impregnada de la violencia de su corro, llega a la impotencia: no puede pensar sola.

Las turbas del estalinismo, del maoismo, del castrismo o del polpotismo —me dijo Cioran— acosan, despojan, derriban , torturan o matan. ¡Y con qué maña y saña! No hay peor verdugo que el ex mártir: persigue en nombre de los perseguidos.

Iconoclastas y rebeldes están destinados a confesar "sus crímenes"... como en tiempos de Stalin o de la Inquisición. Pero el abuelo-nieto de la Asociación de Víctimas de la Confusión Mundialista exige una prebenda de Hacienda (o una merienda), un puesto de catedrático (o un ático) y la producción de una película (o una matrícula) para compensar su falsa exclusión.

Entre los criterios de selección de las hordas fanáticas o de masas descerebradas no figuran ni el talento ni la creatividad. Los diestros verdugos se disfrazan de siniestras víctimas. ¡Y en Venezuela con la ayuda de decenas de miles de comunistas cubanos armados hasta los dientes y que llegan a través de la zona militar del aeródromo de Maiquetía! ¡Socorro!

Somos el fiel reflejo

del venezolano.

n

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Menos ejemplares Desde hace algún tiempo no se ve en los alrededores de la otrora sede de PDVSA en Chuao a algún joven pregonando El ejemplar, publicación promovida por Gente del Petróleo. El modesto periódico, cuyas ventas servirían a un fondo de ayuda para los ex empleados petroleros, vería su circulación reducida de los iniciales 12 mil a apenas 600. El movimiento de

ni

criollo

Cuando, hace dos años, el restaurante se fuera a la quiebra, Antonio Troconis buscó a los dueños y les hizo una oferta que no podían rechazar: Fundar en el corazón de La Candelaria la sede del Real Madrid. En un principio el club sumaba cerca de ciento veinte socios, hoy ha disminuido a ochenta y cinco porque muchos de los que alguna vez llegaron a estas tierras optaron por huir.

La peña madrileña sigue funcionando. De Alcabala a Puente Anauco resaltan los blancos toldos y, entre ellos, el escudo del deportivo. El local, sito en el edificio Saint Thomas, abre sus puertas únicamente cuando juega el equipo o cuando hay partidos significativos de la Copa de Europa. La inscripción cuesta sesenta mil bolívares y la mensualidad se mantiene en diez. Agustín Monjes los anuncia desde Radio Deportes 1390 AM. Es una obra creativa, una pequeña tasca que da la bienvenida a todo hincha del equipo español.

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■ 1111 jai 111 á asma

Madrid

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Un caraqueño de

A la espera de que la historia lo llame a ocupar el primer puesto en

mas .1

119 T. nifi

PDVSA

114

buena memoria

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Mirafores, el ilustrísimo conspirador Enrique Tejera París —Hugo Chávez dixit—, ex canciller del antiguo régimen, confiesa que la redacción del segundo tomo de sus memorias lo mantiene ocupado. Entre otras primicias, contará su encuentro con el Ché Guevara en el

los petroleros, tan vigoroso meses atrás, parece haberse atomizado si no fue conjurado por el impostergable imperativo que, como el resto de los mortales, tienen sus miembros de sobrevivir. El edificio de Chuao, al frente del cual solían concentrarse, ahora ostenta un rótulo que dice algo así como Universidad Tecnológica de la Fuerza Armada Nacional. ¿Otra universidad de utilería?

Country Club de Guatemala, que le fue presentado por Luis Manuel Peñalver en los años cincuenta. "Como usted sabe" —rememora el aspirante a reemplazar al castrólatra hijo de Sabaneta— "el Ché era de una familia acomodada". Simpatía y amistad serían puestas a prueba en La Habana más tarde, un año después del

12

Bayly tras las cámaras

triunfo de la revolución castrista. Em-

La más reciente novela del animador de televisión Jaime Bayly titulada La mujer de mi hermano tal vez corra con mejor suerte en el celuloide que en el papel, si se toma en cuenta la fe que algunos artistas como Rubén Blades han puesto en el joven realizador venezolano que tiene a cargo la adaptación y el rodaje de la historia. Stan Jakubowicz, el novel director nacido m Venezuela, firmó en Miami un acuerdo con Bayly, quien será co productor y co guionista.

Blades, por su lado, ya habría actuado bajo la dirección de Jakubowicz, completamente gratis en una cinta que el muchacho rodara en Caracas con sus propios medios, en la que también participara ad honorem Miguelángel Landa, y que trata de un tema muy caraqueño: el secuestro express.

bajador de Venezuela en Washington

EXCESO

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en la década de los sesenta, también hará el relato de su amistad con el segundo de Anatoly F. Dobrynin en la legación soviética, quien le habría confesado en ese entonces que el contacto de la KGB en Venezuela se llamaba José Vicente Rangel.

Y tan pronto Se fue Entre las conjeturas que dejó como estela la intempestiva partida del chef francés James Baron, tras su breve jefatura en la cocina del exitoso Malabar, hay una que suena con fuerza: el veterano mandil, reconocido en Paris por una excelente Liévre á la Royale, no soportó las críticas de los exigentes comensales caraqueños.

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Arrabal

condecorado

Coincidencialmente con la publicación de su primera columna escrita en exclusiva para Exceso, Fernando Arrabal recibe en París el título de Promotor Insigne de la Orden de la Grand Gidouille que concede el Colegio de Patafísica, institución a la que pertenece con el grado de trascendant satrape. Como se sabe, la patafísica es "la ciencia de las excepciones", iniciada por Ubu, esa ubicua invención de Alfred Jarry. El sitial que hoy distingue al escritor —uno de los fundadores del Movimiento Pánico— fue ocupado en el pasado por Boris Vian y Eugéne Ionesco. El anuncio lo suscriben los tracendentales sátrapas Jean Baudrillard, Umberto Eco, Darío Fo y Edoardo Sanguincti.

letras

Jue0°-

tas. Más de 700 millones de bolívares dan cuenta de ello. Leopoldo Castillo, presidente de Banvalor, gastó más de 300 mil dólares, y se quedó, entre otras piezas, con el retrato de Bolívar que alguna vez pintara, en su característico estilo —manierista, por decir lo menos— Centeno Vallenilla.

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Paseae-racuira El encono que el gobierno venezolano le profesa a República Dominicana tendría que ver con un fraude bancario que se habría perpetrado en Baninter, de consecuencias —a escala— parecidas a las de la crisis que en Venezuela tuviera su punto de ignición en el Banco Latino. Al parecer el descalabro de Baninter habría vulnerado las cuentas de algunos venezolanos con mucho poder. El malhadado banco era parte del grupo económico que posee el rotativo más importante de Quisqueya, el Listín Diario, que publicara una muy difundida entrevista al ex mandatario Carlos Andrés Pérez, cuyas declaraciones resultaran particularmente urticantes para el alto gobierno y atizaran el rasgo paranoide del Presidente.

Recomendado La oveja descarriada de los Porras —los del monseñor, se entiende—, un joven que responde al extraño nombre de Temir, no obstante, aparte de tener vara alta en el gobierno, parece que goza además de los beneficios que la educación superior francesa reserva para las minorías preteridas del mundo: sería admitido en l'Ecole National de Administration sin someterse al implacable examen de admisión que han de presentar los aspirantes franceses.

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Darío Lancini, que ha dedicado gran parte de su ingenio a entretejer palíndromos —esas frases que pueden leerse igual al derecho y al revés, como aquel clásico "dábale arroz a la zorra el abad"—, estuvo, durante el velorio de don Juan Sánchez Peláez, repartiendo el papelito que se reproduce, y que es una suerte de escritura en código, de autor supuestamente anónimo. Para los que no sean muy duchos en quebrar claves secretas, se incluye una imperfecta traducción al castellano.

TCO 1 AID NUBA CA AV O CA ZCA, KYC, QIDC; DGC D ECCCO; ADQS, QLC, KCC, ECHC NZPT ARO I LVC, O AID. ¿TVJDO, C KE, KBCA? ¿TDJDEO, CKMDA? UY D LCC VGT ATO: T IR, UL A RG, C AC ICK, IED A PA D PBT I DB PZCC KTT. O AID, VT A LA 1 AQD A TCO_ T APTC, A. T V, T DCA. C QS NC DCO. OYC, BB T D CQA I ACIT D KKO 1 D KKUET. O AID, TCO A VCCCC KDT ARO. T OIA, T VIA, I 01 NU13A T OY, T OBDC, O CA, CD A S DCO I, Al, Al C ACA, C AC ZCO 1 C BB LGO_

Teseo y Haydée en Eubea Sea ave o sea cetácea, cállese, cuídese; déjese de ese seseo, adecúese, cuélese, cásese échese en ese tapete aéreo y elévese, !Oh, Haydée! ¿Te vejó Tadeo, se cae, cabecea? ¿Te dejó Tadeo, se cae Medea? Huye de él, es ese vejete ateo: te hiere, huele a hereje, se hace caca, hiede a pea de pebete y debe pesetas ese catete. Oh Haydée, vete a Elea y acude a Teseo. Te apetece, ah.

Te ve, te desea. Se cuece en ese deseo. Oyese, bebe té de secua y aceite de cacao y de cacahuete. Oh Haydée, Teseo a veces es ese cadete aéreo. Te oía, te veía, y hoy en Eubea te oye, te obedece, o sea, cede a ese deseo y, ay, ahí se asea, se hace cetáceo y se bebe el Egeo.

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Alfredo Delaporte. Rosalia Vazquez y María E. Mara y Yuman Ley Wong

Admisión imposible

El animado ambiente del SIG

Eduardo Moreno y María Alejandra Ramos

orno ya es costumbre, desde que reabriera sus puertas en su nuevo domicilio, Le Club recibió al young set caraqueño Jonás Millán y Juan Carlos Godayol de amables anfitriones como siempre— para festejar la Noche de brujas, una tradición importada del Norte, pero que en el exclusivo local se celebra al son de los más agitados ritmos caribeños y con una fervorosa alegría que ya quisieran para sí los niñitos gringos que van de puerta en puerta recitando inocentemente treat or trick. La velada, por supuesto, se prolongaría hasta el alba y para el refrescamiento de los ánimos no faltarían oportunas gotas de Johnnie Walker.

Por cierto, la marca Johnnie Walker Black Label, en el marco de su campaña promocional Grandes pasos, ungió al destacado empresario del espectáculo, Santiago Otero, que contra viento y marea —y a despecho de la crisis— ha organizado con su compañía Evenpro apoteósicos conciertos y festivales con agrupaciones y cantantes de pop de categoría mundial.

Homenajeado y Otero también, Miguel Henrique Otero Castillo, director del diario El Nacional, recibiría en la Quinta Campo Claro un reconocimiento por su desempeño al frente de su rotativo, en estos tiempos en que el ejercicio del periodismo torna cada vez más difícil. El editor sería saludado por la Sociedad Interamericana de Prensa, así como por casi todos sus colegas del país y personalidades pertenecientes a los gremios ligados a la prensa venezolana que colmaron el exclusivo salón de fiestas de Campo Alegre.

En el Hotel Tamanaco sería presentada la nueva colección Actualidad que dirige el periodista Sergio Dahbar para la editorial Debate, una filial de la prestigiosa Random House. Aún con la tinta fresca serían bautizados los primeros títulos de una serie que estará dedicada a la difusión de los géneros periodísticos, sobre todo aquellos que trascienden la agenda noticiosa.

Por segundo año consecutivo, también en el Hotel Tamanaco tuvo lugar el Salón Internacional de Gastronomía organizado por la gente de la revista

C

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Vivian Jiménez y Sebastián de la Nuez

Thamara Alvarado. Victor Moreno y Teresa González

Luis Ginori y Ben Ami Fihman en pleno bautizo de la Guía Exceso de vinos y destilados

William Herdan, Jean Jacques Jessier, Ana Belén Myerston y Paul Launois

Exceso. Sería ocasión para que el cada vez mayor número de venezolanos atraídos por la buena mesa y el mejor beber pudiesen catar y degustar grandes vinos de Europa y el Nuevo Mundo, las mejores etiquetas de whisky, ron y demás destilados y licores, así como una variada muestra de productos gastronómicos de la más elevada calidad.

En el marco de la fiesta gastronómica se realizó el concurso internacional de destilados Alambique de Oro, una competencia de clase mundial, cuyo jurado sería presidido por la conocida enóloga española María Isabel Mijares. La justa es la única en el mundo dedicada exclusivamente a destilados y se llevó a cabo en sociedad con el Concurso Mundial de Bruselas, que estuvo representado por Baudouin Havaux. Entre los primeros lugares sobresalen varios productos nacionales, como los ganadores del Gran Alambique de Oro Ron Antiguo de Solera Santa Teresa 1.796 de C.A. Ron Santa Teresa, casa que ubicaría su producto Rhum Orange Liqueur en la categoría Alambique de Oro, en la que también se contó el venezolano Licor de Ron Hacienda Saruro de Destilerías Unidas. El Alambique de Plata correspondería a otros productos del patio como el Ron Diplomático Reserva Exclusiva de DU y el Ron Santa Teresa Gran Reserva.

La señora Mijares estuvo a cargo además de varios talleres relacionados con el conocimiento y la cata del vino, que, al igual que las demás actividades del salón estuvieron de bote en bote. Charlas sobre los aceites de oliva, sobre el uso del roble en la maduración de los vinos, clases de cocina a cargo de destacados mandiles venezolanos como Sumito Estévez, Eduardo Moreno y Víctor Moreno, exposiciones sobre diferentes casas de champagne y sus burbujeantes bondades, convocaron la fruición por la buena vida y los placeres elevados que caracteriza al nativo de la Tierra de Gracia.

Otra estrella del II Salón Internacional de Gastronomía sería el chef Thierry Breton, traído especialmente de París, que deletaría a los caraqueños con su inigualable Liévre á la Royale.

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' o hace mucho descubrí un sitio en Caracas con la personalidad de la "moderna trattoria europea", ese estilo especial de restaurant muy en boga en la Europa comunitaria de estos días. Cansado de

las ofertas de siempre, decidí explorar la ciudad y al llegar a la calle José Félix Ribas de La Castellana, encontré lo que desde entonces ha sido un paraíso para mi y mis amigos: Mazzios,

Pizza Pasta & Grill.

Quizás se trate de un proceso evolutivo, pero este nuevo Mazzios destaca por el sabor único de sus recetas, un cuidado proceso de maduración de carnes, realizado en una cava diseñada por un experto de USA, además de contar con la asesoría de un especialista gastronómico, quien ha creado un sello distintivo para este restaurant.

La trattoria europea combina las delicias de la carne, el pescado, las aves, productos del mar y la frescura de los vegetales preparados con técnicas tradicionales de la cocina del viejo continente. El rissotto se hace en vasijas de barro y con paletas de madera para mezclar y revolver cada ingrediente, conservando la genuina pureza de los sabores.

La terraza climatizada de Mazzios es un burbujeante y animado salón repleto de bellas mujeres, conocidos rostros de la farandula y la sociedad local. Mientras que en los cómodos espacios interiores se respira una serenidad que invita a la conversación intima, al contacto sutil entre parejas y al feliz cierre de un buen negocio acompañado de whisky escocés.

La excelente carta de vinos, destaca con caldos italianos, españoles y chilenos, que estimulan la terlia y acompañan un menú repleto de especialidaes que van desde el fideua, las pastas marineras, los rissottos, carnes de primera —en las que el churrasco madurado se lleva los más efusivos elogios, además de las tradicionales pizzas ahora hechas en un horno a leña artesanal.

La filosofía de excelencia de Mazzios está impresa en cada detalle para beneficio de los clientes, quienes disfrutan la calidad premium de los productos, los atractivos precios en licores y en el menú, gracias a las alianzas estratégicas establecidas con selectos proveedores y la cordial atención de siempre.

Son muchos los secretos que se esconden detrás de los fogones de esta moderna trattoria europea enclavada en el vértice del corazón gastronómico de La Castellana.

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as exequias de Alija Isetbegovic, el presidente de Bosnia que encarnara, a lo largo de cuatro años, la resistencia de Sarajevo.

La pequeña delegación francesa incluye a Philippe Morillon, el general Courage de Srebrenica; el ex ministro Hervé de Charatte, copadrino de los acuerdos de Dayton; Gilles Herzog, mi compañero de aventura, con el que escribí ¡Bosna! Y a mí, conmovido por hallarme allí, en esa ciudad bien amada, para acompañar por última vez al viejo musulmán del que tantas cosas me separaban pero que ha sido, ahora que lo pienso, el único hombre de poder a cuyo destino habría, tan sólo un tanto, asociado mi vida. ¿Los otros países? Una abultada delegación turca. Un buen número de árabes. El presidente del senado pakistaní, número dos del régimen de Moucharraf, rostro pálido y mirada estupefacta cuando el azar del desfile de condolencias nos hace toparnos de frente y a nuestras firmas sucederse en la misma página del registro fúnebre. Pocos europeos, en cambio. Lamentablemente ni un solo ministro de esa Europa que era, según me confió muchas veces, en París, en el Vaticano o en su palacio austrohúngaro bombardeado, su verdadera patria de corazón.

Muerto como viviera, me digo, mientras nos colocan en el arco del círculo que rodea la tumba aún vacía y protegida por grandes lonas verdes contra el lodo que baja de la colina. Tan solo, en este último instante, como lo estuvo en vida, a lo largo de los años de guerra en que fuera tan cruelmente abandonado.

Quedan los suyos. Queda —y esto es lo esencial— el pueblo de Sarajevo que, a pesar de que llueve a cántaros, a pesar del frío, ha venido en masa a honrar al "viejo". Quedan las tumbas blancas y puntiagudas, nuevecitas —no hay ninguna que remonte más allá del día de abril de 2 4

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1992 en que comenzó la matanza; hay otros cementerios bajo la luna de Sarajevo. pero Izetbegovic escogió este; el quiso este cementerio puro para las víctimas, los combatientes luego, en el que reposará entre los valientes; es como si Montgomery hubiera exigido que lo enterraran en Omaha Beach o de Gaulle entre sus Compañeros de la Liberación.

A nuestro lado, los inválidos de guerra, cojos con muletas, inválidos ceñidos en chaquetas de cuero, demasiado grandes, veteranos desfigurados.

A la derecha, mis amigos Siladjdzic y Ganic, que fueron sus adversarios políticos, que siento extrañamente perdidos; Jovan Divjak, el legendario general que, aunque serbio, mantuvo la defensa de la ciudad contra las primeras milicias de Karaddzic; la ronda de los imanes; los dignatarios del gobierno.

Al frente, a media pendiente, ahí mismo donde, entonces, se ubicaban los francotiradores que mantenían la ciudad bajo el fuego de sus armas, una hilera de boinas verdes, el arma en posición de descanso, se prepara a rendir los honores al difunto.

Detrás, la inmensa multitud tiritando de frío. Más allá de las primeras filas no se ve sino un mar de paraguas negros que chorrean bajo la lluvia y, más lejos todavía, en sucesión, la mezquita, la catedral, la sinagoga —todo el espíritu de la ciudad, todo el milagro de Sarajevo, visible de un solo golpe.

Todas las facetas de Bosnia está ahí. La de la guerra y la de la paz.

La de los más viejos, la de los veteranos que por momentos uno siente —Kermal Muftic, el consejero especial de Isetbegovic, su compañero civil más cercano— que se los admitió a regañadientes, como quien no quiere la cosa, y la presencia de los nuevos, unos desconocidos, con unas jetas de posguerra que no había visto nunca pero

que tienen, ellos también, lágrimas en los ojos.

Una hora pasa. Sigue la lluvia.

Un silencio muy raro, lleno de un sordo pisoteo, de respiraciones incontables y, cada dos o tres minutos, el zumbido de los helicópteros americanos que patrullan en el cielo bajo. Y, luego, de pronto, un clamor, un amago de barullo, las banderas azul y oro de Bosnia que brotan por encima de nuestras cabezas.

Ha arribado el ataúd, precedido de un oficial en uniforme de gala que, llevando en una almohadilla las medallas de guerra del difunto, más otro que transporta una estela de madera blanca en la que simplemente se ha inscrito "Alija Izetbegovic, 1925-2003"., y el primogénito, Bachir —que ha incorporado, en unas horas, los gestos, el paso, la mirada de su padre, como descubro—, baja hasta el sepulcro abierto para, seguido por su propio hijo, tira; con las manos descubiertas, los primeros puñados de tierra sobre el ataúd.

Los boinas verdes disparan al aire.

Suena el cañón, un poco más arriba, en la colina de Grondj, donde habíamos filmado los créditos de "¡Bosna!".

Osman, el viejo guardaespaldas, embutido en su uniforme demasiado pequeño, cierra su paraguas y llora como un niño.

Para de l'ove' r. Morillon murmura: "Es un signo". Y he aquí que la plegaria de los imanes sube hacia el cielo, repetida en el pecho de miles de feligreses. Y he ahí que él, Morillon, el católico, y yo, el judío, y Divjak el ortodoxo, y los otros, todos los otros, todos aquellos para los cuales la Bosnia cosmopolita sigue siendo una región, no del mundo, del alma, comulgamos en silencio al ritmo de los Allah akbar que tienen, de golpe, la cadencia de la misericordia y de la paz.

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U na mañana de enero de 2001 fueron distribuidos, en buena cantidad de kioscos de periódicos del país, los ejemplares pertenecientes a la primera edición de una revista llamada Blitz. Su propuesta inicial era simple, sin pretensiones humanísticas ni literarias: una publicación que giraría en torno al mundo de la moda y el entretenimiento. Una revista light. Tanto profesionales consagrados y de amplio reconocimiento público como aspirantes a pertenecer al mundillo del modelaje, las pasarelas, los castings y las cámaras en general, se convirtieron en protagonistas inmediatos del colorido contenido de Blitz. Llamaba la atención su imponente tamaño, amén del grosor de la

revista. Y el lector, que además podía adquirirla en algunos sitios de moda, al abrir sus páginas pronto se sumiría en una policromía de rostros y estilos: cuerpos atléticos y firmes, alborozadas sonrisas y poses calculadas.

El venezolano Luis Cedeño y el italiano Marcello Marino —nacido en la ciudad de Latina— tomarían las riendas del proyecto. El primero ocuparía un cargo ejecutivo, a la cabeza de los negocios de la revista y el segundo sería su director general, además de fotógrafo. "Básicamente mi hermano y un amigo de él comienzan con esta revista", explica Eligio Cedeño, hombre de finanzas, fundador de Cedel Casa de Bolsa y actualmente co-

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No es fácil imaginar que detrás del lustroso glasé de una revista de modas con pretensiones de lujo se agazape un entramado de azares que apunta a un exitoso hombre de negocios y un fotógrafo italiano. Si bien ambos han hecho todo lo humanamente posible para deslastrarse de un pasado difícil, es claro que pesa sobre sus hombros y no pueden olvidarlo, aunque quisieran

Carlos Flores 26

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propietario del Banco Canarias. "Ese amigo le presenta a Marcello Marino, y así comienzan. Yo no tenía nada que ver con ese negocio", espeta, manteniendo cierta distancia. Y es cierto, no tuvo nada que ver al principio; salvo ser de los pocos en ojear cada número listo e impreso, ya que, para lamento de sus fundadores, el éxito inicial que esperaban jamás se dio y con una asombrosa velocidad quedó demostrado que un puñado de rostros bonitos, la gran mayoría desconocidos, impresos en papel glasé, no era suficiente para captar anunciantes, y mucho menos lectores. En los cafés de categoría vendían la revista y algunos clientes tomaban un ejemplar, le echaban un vistazo y luego la regresaban a su sitio.

"Y después se les agotó el capital", sentencia Eligio Cedeño, quien, actuando en defensa de los lazos sanguíneos, no lo pensó dos veces para ayudar a Luis en la consolidación del nuevo im-

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preso. Les prestó el dinero necesario para seguir con Blitz. Así, lo que inicialmente no fue otra cosa que una simple inversión —una más de las tantas que ha realizado—, adquiriría un matiz diferente cuando, nuevamente, su hermano le hace otra petición a la que tampoco se negaría. "Un buen día me dicen que necesitan darme la presidencia de Blitz porque yo tenía más renombre" , y quizás su fama como exitoso hombre de negocios serviría para la búsqueda de nuevos anunciantes.

En realidad no era de extrañar que el nuevo presidente de Blitz, Eligio Cedeño, tuviese muy poco o ningún conocimiento sobre el mundo editorial, o lo referente a chicas posando para cámaras bajo potente iluminación. Después de todo, las aspiraciones de Eligio, más allá de ganar fama como editor de modas, eran las de convertir ese centenar de páginas en un negocio rentable. Y tampoco es que se esperase otra cosa de él: ya mucha era su eficacia entre las acciones, inversiones y todo aquello que tuviese que ver con las transacciones financieras que catapultaron una trayectoria cuyas proezas y dramas servirían muy bien para alguna historia de self made man digna del Reader's Digest.

"Cuando tuve uso de razón, vivía en la Bombilla de Petare", relata Cedeño, "y de ahí, por un accidente de muchacho, nos mudamos". Sobre el accidente, que prefiere dejar en el remoto pasado —que al final ni es tan remoto ni ha logrado dejar atrás—, cuenta que, sin planearlo, estuvo involucrado en la muerte del perro de una vecina. La mujer, al enterarse del deceso de su animal favorito, le pidió a la madre de Eligio una compensación de trescientos bolívares que, en efectivo, parecía ser el valor monetario de la grata compañía del finado animal. "Mi mamá en ese momento trabajaba planchando en casas y limpiando oficinas. Yo creo que ganaba siete bolívares al día y con o ese sueldo no podía pagar lo que la señora nos exigía. Como no pagamos, nos tumbaron el rancho donde vivíamos". Para ilustrar al lector, Cedeño enfatiza, por cierto, que su destrozada vivienda era muy parecida al tipo de rancho que hoy en día montan los invasores en cuanto terreno ven desocupado. "A consecuencia de eso, mi mamá se va al barrio El Limón, bajando hacia la Guaira, donde antes quedaba el botadero de basura de Caracas. De ahí en adelante tuvimos que empezar a trabajar".

Tanto él como su hermano Luis fueron excelentes alumnos que año tras año ilustraban los cuadros de honor de sus colegios.

No sabían de bochinches ni de parrandas locas. La única misión era educarse para salir de ese hueco. "Como mi mamá no tenía con qué comprar los útiles, teníamos que llevar la lista al- hipódromo y en quince días nos entregaban las cosas. Esa fue una de las grandes ventajas de la democracia pasada: nos permitió a todos estudiar" . Y ni él ni Luis desaprovecharon la oportunidad.

A los dieciséis años, Eligio Cedeño se graduó de bachiller y comenzó a trabajar en Citibank como aprendiz de banco. "Entré a trabajar en este mundo por necesidad", recuerda, y su mirada deja salir a flote un amargo aire de impotencia que pareciera seguirle los pasos desde aquellos días. "Para ese entonces, cuando tenía dieciséis años, la situación en la casa era muy precaria.

Nunca había para comer" .

Un universo muy adverso rodeaba a su familia. La pobreza crítica se presentaba acompañada de sus habituales cortesanos: la violencia y el vicio.

La posibilidad de meterse en problemas aterraría al futuro magnate hasta el punto de hacer todo lo posible para, nunca jamás, ver el mundo a través de pringosos barrotes. "Desde pequeño le tuve mucho miedo a la cárcel porque físicamente siempre he sido así", y abre los brazos mostrando que, bajo su fina ca-= DICIEMBRE - ENERO 2004

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misa de lino, se esconde un cuerpo más bien menudo, no apto para grandes batallas o duelos de puños. "Por eso mi mamá nos tuvo bastante sometidos. No éramos unos muchachos rudos. Y, para sobrevivir en la cárcel, sabes que tienes que ser rudo".

Dos años después, al cumplir la mayoría de edad, Eligio Cedeño recompensó a su madre llevando a casa la primera nevera y cocina a gas que tenían en su vida. "Y a los veinte años", dice sonriendo, "me bañé por primera vez con regadera, que es una cosa tan elemental, pero te lo digo para que veas el grado de pobreza en el que vivíamos".

simas escaleras que separan al más pobre del más rico. Y su éxito apenas estaba comenzando.

Años más tarde, al asumir la presidencia de la revista Blitz, Eligio Cedeño quiso saber en detalle cómo se empleaba su dinero en esa empresa. Y lo que encontró —nada bueno, nada prometedor— trajo un cambio de ritmo, quizás necesario, en la vida de Blitz. "Me empecé a meter en la revista y, cuando lo hice, me di cuenta de ciertas maniobras. No sólo era que Blitz no funcionaba como negocio sino que Marcello Marino estaba usando la revista para fines distintos; más como diversión y para conseguir chicas que como negocio.

Y yo estoy acostumbrado a manejar mis negocios como eso, como lo que son. Para mí no existe esa mezcla entre trabajo y diversión. Y un día le dije a mi hermano: 'Si tú quieres que yo siga aquí, te tienes que separar de Marcello y del otro'. Y así fue; nos separamos y hoy por hoy no tengo nada que ver con Marcello Marino. No tenemos ninguna relación. Pero nunca fui su socio. Fui presidente a raíz de una solicitud de mi hermano. Y cuando llegué lo saqué. Ahora esa putería que existía cuando Marcello,, por decirlo de una manera más directa, fue dejada a un lado".

Además de ostentar el cargo de director general, Marcello Marino se encargaba de realizar personalmente la mayoría de las fotografías publicadas en Blitz.

Y daba la impresión de que su lente se caracterizaba por la generosidad, puesto que la composición de chicas y Eligio Cedeño: de La Bombilla a El Rosal

Al cumplir la mayoría de edad, Eligio Cedeño recompensó a su madre llevando a casa la primera nevera y cocina a gas que tenían en su vida.

"Y a los veinte años", dice sonriendo, "me bañé por primera vez con regadera, que es una cosa tan elemental, pero te lo digo para que veas el grado de pobreza en el que vivíamos" Después de cinco años en Citibank, en los que sobresalió como un joven altamente eficiente, aceptó un trabajo en el Banco Internacional —en ese entonces llamado Banco Royal de Venezuela—, donde duraría la misma cantidad de tiempo. Su próximo cargo fue el de tesorero del Banco Caracas y, tras su posterior paso por otra entidad bancaria, y disponiendo de un millón doscientos mil bolívares, decide fundar su propia casa de bolsa, Cedel. A una corta edad, Eligio Cedeño había logrado lo que para muchos resulta imposible: recorrer a pie esas larguí28

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chicos que servían de modelos a Blitz era absolutamente heterogénea. Parecía que cualquier persona que llenase el único requisito de ser joven y con un físico más o menos agradable podía, gracias a Marcello Marino y a Blitz, convertirse en modelo, al menos por un día.

Si Eligio Cedeño puede pasar por un ciudadano Kane contemporáneo y tropical, Marcello Marino, para bien o para mal, podría calzar los botines —deslustrados un día y pulidos otros— de Jean Valjean. Al igual que en la obra de Víctor Hu-

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go, uno de los protagonistas de esta historia, Marcello Marino, no se llamaría así en realidad y preferirá que tanto su nombre como apellido verdadero, y con ellos una trama de historias azarosas, permanezcan enterrados en un lugar de Italia, que él no querrá recordar.

En un intento por buscar los trazos que han llevado a esta encrucijada de hombres de difícil pasado, unidos al menos temporalmente por los vínculos de una revista llamada Blitz, el calendario debe retroceder hasta llegar a 1994, específicamente, hasta el mes de julio. Y la brújula apuntará al centro de Italia, la región del Lacio, ubicada a orillas del mar Tirreno. En 1932, y en las marismas desecadas de la comarca del Agro Pontino, Benito Mussolini funda la ciudad de Littoria que, a partir de 1945 —sobre el cadáver de 11 Duce , pasaría a llamarse Latina. En la actualidad, Latina es el epicentro comercial de la región.

La noche del 22 de julio de 1994, la vía Petrimerco, hacia las afueras de la ciudad de Latina, sirvió de locación para un sonado crimen. Raffaelle Micillo, vendedor de licores, fue abaleado mientras caminaba como si nada. Las autoridades italianas comenzaron las indagaciones respectivas y el asesinato de Micillo fue vinculado con otro sucedido meses antes. Sergio Danielli, posible integrante de una famosa banda de criminales conocida como los hombres de oro, también había sido acribillado. Y es que, estando con vida, Raffaelle Micillo había sido investigado por su presunta participación dentro de la peligrosa pandilla que, entre otros delitos, había ejecutado dos robos multimillonarios: a la oficina de correos italiana y a un importante banco. El diario II Tempo, en su edición para Latina, en los días posteriores al asesinato de Micillo, publicó: "¿Cuál es la clave del asesinato de Micillo y el homicidio a sangre fría de Sergio Danielli? No hay dudas, todo gira en torno a los llamados hombres de oro. Un botín tan grande que, de pronto, al no ser dividido en partes iguales, causó rivalidades dentro del grupo".

Inmediatamente se manejaron los nombres de tres posibles implicados: Giacomo Frighi, Lello Gallo y Massimiliano Moro: —

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"Aunque se sabe que no son las mentes que lo planearon" , se publicó en II Tempo. " Carlo Maricca, de 35 años y residente de Latina, es buscado por la squadra mobile. Tiene pendiente una orden de captura. Lo buscan desde hace cierto tiempo. Rindió declaraciones la misma noche del asesinato de Micillo pero fue puesto en libertad tras proporcionar una coartada avalada por un ciudadano llamado Armando Martufi y luego desapareció.

La coartada, que se encontraba en una cena en casa de Martufi, fue desmentida por otras personas presentes en esa cena y Martufi fue arrestado. Para las autoridades, el hecho de que haya escapado confirma las suposiciones de su participación".

Pero dos de los buscados, Giacomo Frighi y Lello Gallo, fueron capturados rápidamente. Este último asumió toda la responsabilidad de la muerte de Raffaelle Micillo, mientras que Frighi apuntó la carga a otra persona, Massimiliano Moro, un latinense de 30 años de edad.

Un mes más tarde, el 24 de agosto de 1994, la Interpol arresta a Massimiliano Moro en Bucarest. Luego de marcharse de Italia —a los pocos días del asesinato de Micillo y antes que se le emitiese una orden de captura—, y tras hacer una breve escala en París, se estableció en Rumania, específicamente en Bucarest.

Sin cambiar de identidad, comenzó a vivir a sus anchas. Su foto fue publicada por dos diarios de Bucarest, L'Adevarul y L'Evenimentul Zulei, y mencionado —a pesar de no serlo— como un integrante de la mafia italiana. La policía lo describió como un personaje de sangre fría que, al parecer, daba ordenes tanto a Lello Gallo como a Frighi. Sus noches en I3ucarest fueron salvajes, un alucinante itinerario de discoteca en discoteca: "En Bucarest dejaba que lo vieran en todas partes, especialmente en locales de moda junto a bellas mujeres", publicaría el diario II Tempo.

Los agentes de la Interpol, haciéndose pasar por obreros públicos y clientes de discotecas, siguieron a Massimiliano Moro durante todo un mes para, luego de otra noche de juerga, capturarlo el 24 de agosto de 1994, justo al mediodía.

Una comisión de la Interpol rumana, encabezada por el teDICIEMBRE - ENERO 2004

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niente Liviu Vasilescu, además del grupo squadra mobile de Italia, liderado por un comisario de apellido Casto, rodearon el edificio de apartamentos donde Moro estaba residenciado desde hacía exactamente un mes. Le encontraron dos maletas: una re-

des italianas, se presentó acompañado por sus dos abogados: Renato Archidiacono y Gaetano Marino.

Los juicios respectivos se llevaron a cabo y Lello Gallo fue condenado a 26 años de prisión. A Giacomo Frighi se le redujo la pena, luego de una apelación, de 18 años a 15 años. Y Massimiliano Moro, originalmente sentenciado a 26 años de cárcel, presentó una apelación por lo que, en 1998, fue absuelto de los cargos y puesto en libertad, gracias al artículo 513 del código penal italiano. Las declaraciones que inicialmente brindara Giacomo Frighi sobre Massimiliano Moro fueron desechadas por el fiscal, debido a que, cuando las realizó en primera instancia, no se encontraba junto a él un representante legal. Y posteriormente, en el juicio, se negó a repetirlas.

El 30 de abril de 1998, el diario II Messagero publicó: "Massimiliano Moro es inocente". Convertido en un hombre libre, Massimiliano Moro hace maletas, esta vez con un destino diferente a Bucarest. Su elección es un país donde poder empezar de cero, lejos de los problemas ocurridos en Latina. Y elige a Venezuela como su nuevo rumbo. Ahora, para completar la ecuación y afrontar una nueva vida, es necesario, también, tener un nuevo nombre. Uno que no suene a juzgados ni juicios. Para el año de 1998, Massimiliano Moro llegaría a Venezuela y, desde ese entonces, se haría llamar Marcello Marino. Y tendría una profesión: fotógrafo de modas.

"Yo me separé de Marcello Marino antes de saber esa historia de Italia", explica sorprendido Eligio Cedeño. "De haberla sabido, la separación hubiese sido más rápida. Actualmente no tengo ninguna relación con él. Cuando lo veo lo saludo, pero más nada. No es mi socio. No sabía que no se llamaba Mareen° Marino sino Massimiliano Moro. Gracias a dios que a mí ese hombre no me gustaba. No me gustó nunca, tú sabes, por ese olfato que a uno se le desarrolla".

E

¿Massimiliano o Marcello?

pleta de dólares y otra con todo listo para marcharse de viaje.

Se esperaba que el proceso de su extradición tomase al menos veinte días —que sería el plazo de tiempo usual— pero, para la gran sorpresa de todos los latinenses, en apenas veinticuatro horas, Massimiliano Moro, uno de los acusados del homicidio de Raffaelle Micillo junto a Gallo, Frighi y Maricca, arribó al aeropuerto de Flumicino, en Latina, en un avión de la línea aérea rumana Taron.

"Bajó del avión notablemente turbado", se extrae de la reseña periodística. La anarquía festiva de Bucarest había sido enterrada apenas un día después de su última jornada de divertimento. Los flashes de los fotógrafos, titilando por doquier entre el torbellino de preguntas vociferadas por los representantes de la prensa, estallaban sin piedad contra su cara, que apenas lograba cubrirse a medias con un periódico. Luego, durante los interrogatorios pertinentes, frente a las autorida30

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l ascenso de la vida profesional de Eligio Cedeño, tras la fundación de Cedel, fue rápido y violento. Colmado de acertadas decisiones que lo llevaron a salir victorioso en el reñido mundo de la bolsa. A la par de sus obligaciones con Cedel, decidió expandirse y crear nuevos negocios. "Tengo una almacenadora y una empresa que distribuye correo desde Guatemala hasta Chile. Fui un accionista importante del Banco Caracas pero con el tiempo me he dedicado a hacer muchas obras de caridad. Como de pequeño nunca tuve Niño Jesús, desde hace siete años reparto mil juguetes a niños provenientes de familias de bajos recursos. Tengo la Fundación Cedel y hemos graduado a ocho personas en universidades privadas. Le hemos financiado sus carreras. Hoy estamos institucionalizando la fundación. Tengo contratada una visitadora social que trabaja desde las oficinas de Cedel. Lo veo como una manera de pagarle a la vida".

Aunque no todos son éxitos. Difícilmente Eligio Cedeño podrá olvidar el año 1998. "Ese año perdí el setenta por ciento de mi dinero. Perdía unos 300 millones de bolívares diarios. Sencillamente no quería que llegase el próximo día. Hipotequé mi casa, la casa de mi mujer, pero no la de mi mamá porque ella tiene que tenerlo todo".

Pasado ese año, Cedeño repone su patrimonio y se lanza, junto al grupo financiero de Carlos Gill —quien actualmente se encuentra en recuperación de una operación a la que fuera sometido para extirparle un tumor cerebral—, en su negocio más importante hasta la fecha: la compra del Banco Canarias. "El banco tiene 12 años", explica Cedeño. "Es un banco que era operado por industriales exitosos canarios, que desearon crear esta institución, pero algo como esto requiere de más que deseos. Entonces no tuvo el crecimiento que ellos esperaban. Y hace dos años y medio, nosotros —cuando digo nosotros me refiero al grupo de Cedel y al grupo de Carlos Gill—, compramos el cincuenta por ciento del banco con la condición de capitalizarlo. A los 6 mil millones de bolívares que tenía, les agregamos 14 mil millones de bolívares más. Y tomamos la operación del banco.

Yo manejo unas áreas, la gente de Carlos Gill maneja otras y los canarios tienen aquí su representante en el señor Alvaro Gorrín, presidente de la junta directiva. Somos una asociación bien interesante y armoniosa".

Cedeño es un hombre que prefiere mantener un perfil bajo, sin exhibir su rostro en los medios de comunicación nacional, cosa que cambió en septiembre del año 2002 cuando fue centro de un escándalo que, además, involucraba al ministro Tobías Nóbrega. Ese mes de septiembre se realizaron una serie de interpelaciones en la Asamblea Nacional por la adjudicación directa para la venta de 190 mil millones de bolívares en bonos de la Deuda Pública Nacional (DPN) a la casa de bolsa Cedel. La repetida interrogante era si Tobías Nóbrega había tenido algún tipo de preferencia hacia Eligio Cedeño para cerrar el trato. Pero al final nada se comprobó y Eligio Cedeño se refiere al caso como un negocio más, así de simple. Un negocio en el que identificó una oportunidad y la aprovechó. "Lo más curioso es que

tas. Tengo enemigos políticos porque tengo amigos de la oposición y creo que la amistad no se cambia por el dinero" .

A su salida de Blitz, Massimiliano Moro —conocido en Venezuela como Marcello Marino—, funda su propia revista,

Cedeño es un hombre que prefiere mantener un perfil bajo, sin exhibir su rostro en los medios, cosa que cambió cuando fue centro de un escándalo que, además, involucraba al ministro Tobías Nóbrega. Ese mes se realizaron una serie de interpelaciones en la Asamblea Nacional por la adjudicación directa para la venta de 190 mil millones de bolívares en bonos de la Deuda Pública Nacional (DPN) a la casa de bolsa Cedel cuando me interpelaron en la Asamblea Nacional tanto el gobierno como la oposición votaron a favor de nosotros. Creo que ese es el precio que he pagado por tratar de mantenerme low profile. Parecía que eso fue a propósito para decirme: asómese, salga que todo el mundo sabe quién es usted. Pero no se dan cuenta del trabajo. Por ejemplo, durante muchísimos años me especialicé en lo siguiente: yo era el único que compraba la Ley Paraguas a finales del 31 de diciembre. Si algunos institutos no ejecutaban la Ley Paraguas en ciertos períodos del año, la perdían.

Mientras todos mis colegas se iban de vacaciones, yo andaba como un loco el 31 de diciembre hasta las 4 de la tarde, comprando Ley Paraguas y al año siguiente la vendía mucho más caro.

Pero, apenas tienes un desliz como ese de los bonos, entonces dicen: ¡Ah, es un guisador!'. Pero no tengo negocios con chavis-

Beach Moda. Publicación que, guardando bastante similitud con los primeros números de Blitz, se empeña en retratar rostros de jóvenes desconocidos. "Mi nombre artístico es Marcello Marino. Pero mi nombre verdadero es Massimiliano Moro", dice el hombre nacido en Latina que está sentado tras un escritorio en el segundo piso de una quinta ubicada en la calle Carúpano de El Cafetal. Algunas paredes de la casa están cubiertas por portadas de calendarios de Cristina Dieckmann, Carolina Tejera y Roxana Díaz, entre otras. "Yo hice esos calendarios" , apunta Moro. "Hay muchas revistas en Venezuela, pero la primera donde aparecen los nuevos talentos es Beach Moda" . Confiesa ser un tipo tranquilo, aunque se interrumpe a sí mismo para decir: "Yo he hecho desastres en mi vida, no tienes idea, hermano".

Tras un breve encuentro inicial para efectos de este reportaje= DICIEMBRE ENERO 2004 EXCESO

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en el que se discutió solamente su labor al frente de Beach Moda, en una segunda conversación —esta vez telefónica— respondería, sorprendido, ante la pregunta sobre si alguna vez había tenido un proceso penal en Italia. Lo negó rotundamente. Y, en un tercer encuentro realizado en el lobby del hotel Tamanaco, el editor de modas que aquí usa el nombre artístico de Marcello Marino, admitió, agitado y desconcertado —tras serle entregadas copias del seguimiento del caso realizado por el diario Il Tempo , ser el mismo ciudadano latinense protagonista del sonado relato periodístico. "Bueno, pero hay una persona por ahí que tiene un periódico y antes fue un criminal que puso un coche bomba. Yo creo que el pasado de una persona, una vez que está limpio, no debería traerle problemas. Si quieres, llama a la —

Interpol. Mi pasado no tiene nada que ver con mi trabajo de fotógrafo". Pero ahora su historia, la que él considera fuente de esta fuga de información sobre un infeliz pasado, parece la de un hombre atrapado por casualidad en el drama aquel del moro de Venecia llamado Otelo —¿será cosa del apellido? "Me persigue una persona a quien le quité su mujer, eso es todo. Un hombre celoso, un italiano a quien yo le presenté a una mujer para salir", una Desdémona cualquiera, pues. "El se enamoró de ella. Y la culpa mía fue que yo dormí con ella antes que él la conociera. Luego él me reclamó si yo me había acostado con ella. El no está en Venezuela, pero ya va a llegar y yo lo estoy esperando. El único delito que cometí yo fue el estar con esa mujer" . Por eso, agazapado en algún rincón del mundo, según el lamento de Massimiliano Moro, deberá entonces 32

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existir un maléfico Yago que llene de celos a Otelo con cada susurro sobre las supuestas infidelidades de su amada. Pero él planea encararlo, afrontar su destino y dejar el pasado donde siempre debió quedarse.

Y mientras Massimiliano Moro, ocupado por interpretar su mínimo e inocente papel en este remake de la historia de Shakespeare, también se las arregla para hacer que su Beach Moda se establezca como una revista importante, comenta, con no poco desencanto: "El universo de la moda ahorita, en este país, está en manos de un grupo de gente peligrosa".

Por su parte, Eligio Cedeño ha cambiado la imagen de Blitz.

Y para ello contrató al periodista Roland Carreño con el propósito de delegarle las funciones principales bajo el cargo de editor asociado. "Simplemente estoy tratando de recuperar mi inversión, que fue de unos seiscientos millones de bolívares", comenta. Y su vida hoy se centra en pocos asuntos: las finanzas y su familia. No sale a discotecas. Prefiere irse los fines de semana a Aruba en avión privado —uno de su propiedad y otros dos en sociedad con algunos amigos— que él mismo pilotea. Pero no será visto dentro de un casino. "Los reales se hacen es trabajando" , afirma. Aunque, si se forma parte de su círculo de amigos, no habrá que pedirlo dos veces para que él se anime a otorgar algún favor a quien lo necesite. "Esta era mi secretaria", dice mientras señala la fotografía de María E. Hernández, miss Península de Araya, publicada en un suplemento especial del Miss Venezuela 2003, que circula con el último número de la revista Blitz. Cuenta Eligio Cedeño que, desde que ella entró a trabajar para él, siempre la escuchaba decir que su sueño era uno solo: ir al Miss Venezuela. Así que no faltó el apoyo de su jefe en la consecución de su hasta entonces fantasía. "¿Qué me cuesta hacer una llamada? Sí, yo llamé al Miss Venezuela y ella entró al concurso, pero lo que hizo después de estar dentro fue enteramente por su cuenta. Ya ves que no ganó, alguien pudo decir que yo le iba a comprar la corona pero ahí quedó todo claro" . Y más claro le quedaría luego de explicarle a su esposa —tercer matrimonio para Cedeño— que todo se trató de un simple e inofensivo favor.

Con 38 años de edad acuestas, Eligio Cedeño planea retirarse a los 45 años. "Lo que sea que Bill Gates quiera comprar, yo también puedo comprarlo" . Y a pesar de eso, y de todo el camino recorrido, no es suficiente para tener una tranquilidad, al menos mental: "Saber que he llegado & donde estoy ahorita me llena de un orgullo parcial. No es un orgullo completo porque esa vida del barrio siempre te marca. Es motivo de orgullo porque has llegado lejos, pero no sientes alegría alguna de haber pasado por eso, porque sientes que parte de tu vida te fue robada por el destino. Pero son cosas que uno tiene que ir superando".

El sino de estos dos hombres, Massimiliano Moro y Eligio Cedeño, que alguna vez se cruzó por las indescifrables vueltas del destino, hoy parece tomar caminos diferentes que los distancian uno del otro. Mas la posibilidad de dejar atrás los pesados lastres de lo vivido en un tiempo pretérito está lejos de concretarse. L

COCINA YVINO

Alambique

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de

El primer concurso internacional

de destilados de Venezuela El único concurso del mundo dedicado exclusivamente a las bebidas espirituosas Asociado con el Concurso Mundial de Bruselas y reglamentado por la 01V.

Gran Alambique de Oro Ron Havana Club 3 años blanco Grappa di Cabernet Tenuta Santa Anna Ron Antiguo de Solera Santa Teresa 1796

Alambique de Oro Rhum Orange Liqueur Santa Teresa Licor de Ron Hacienda Saruro Grappa di Prosecco Preludio Pernod Spiritueux Anisé Vodka Wyborowa Pure Rye Grain London Dry Gin Grenall's Original Brandy de Jerez Ilustrísimo

Alambique de Plata Ricard Pastis de Marseille Ron Diplomático Reserva Exclusiva Tequila Reposado El Jimador Vodka Wyborowa Lemon Whisky Duggans Morgandinha Vodka Larios Dry Gin Targoviste Ron Santa Teresa Gran Reserva

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La coctelera genética que fraguara su cuerpo inigualable parece haber contenido todas las bondades que arraigan en el gentilicio zuliano, tanto anatómicas como espirituales. Esta bellísima mujer aindiada aunque de grandes ojos esmeralda no en balde lleva el nombre de la patrona de ese regionalismo que ella quiso honrar

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imí Lazo fue quien tuvo la idea: "Chiqui, olvídate de

Los Roques. Si tú y Daniel no se casan en el lago de Maracaibo, los zulianos nunca nunca te lo perdonarán". En cuestión de segundos la boda estaba arreglada, y descartados los problemas de costos y logística que signaban al prístino archipiélago. Acaso sería esta la primera vez en la historia de su virginidad que las plácidas aguas turquesa del parque nacional, su arena más blanca que las nubes y sus oníricas montañas de coral fueran desplazadas por otras aguas, benditas no por la sal o el resplandor del plancton nocturno sino por la viscosidad de su cuerpo adentro, probable origen de ese reclamo llamado regionalismo que los zulianos tanto cantan al son de la gaita y la vehemencia que les son propias. "El lago", como a secas lo llaman los oriundos de sus riberas, era sin duda una locación más ajustada a la historia que estaba por encarnarse. "Además, ya había pasado todo este desbarajuste con las divisas, y se hacía muy difícil casarnos en Los Roques, trasladar a toda la gente que queríamos, hospedarlos, tú sabes, Los Roques todavía no tiene la infraestructura suficiente". Fue así que, partiendo de la idea de Mimí Lazo —más que idea, advertencia—, Chiquinquirá Delgado y Daniel Sarcos se dispondrían a festejar la boda más zuliana o de todos los tiempos. "Averiguamos que había un catamarán que alquilaban para fiestas, hablamos con el alcalde y nos dijo que nunca se había realizado una boda en el lago de Maracaibo, pero que estaba de acuerdo y que podíamos hacerlo".

A las nueve de la mañana habían embarcado, hora más que justa para que se sintiera la impiedad del sol occidental: "Sí, ahora que lo dices la verdad que eso fue realmente importante: el calor. Daniel se quitó el saco y estaba empapado. Y como que no te provocaba tomar tanto alcohol porque el alcohol empeora todo entre el pegoste de la ropa... pero el momento de tanta euforia, las fotos, tu familia, todo el mundo felicitándote, la cosa pasó como rápido".

El catamarán ancló en una de las pilas del puente y se dio curso a la ceremonia civil, para luego detenerse a saludar a la multitud reunida en la vereda y regresar al muelle. Echada el anda y desembarcados los pasajeros, la pareja se dirigió al hotel para descansar un par de horas, y proseguir con la fiesta en el restaurante Paparazzi de la capital zuliana.

Los vaporones de la travesía, que duró hasta las primeras horas de la tarde, no transpiraron en vivo en las pantallas de los hogares venezolanos: "Ellos querían comprar los derechos para la transmisión, pero eso se hubiera convertido en una telenovela. Hubiera sido: 'Camina de nuevo, vuelve a decir que sí, que salga la mamá de la novia y cuando entre todos aplauden, bésense otra vez', tú sabes. Pero acordamos con Ricardo Peña, que es nuestro productor (de Megamatch y de Sábado=

El milagro de la Chinita DICIEMBRE - ENERO

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Sensacional), una persona a la que queremos mucho por todo

el apoyo que nos ha dado, que le cederíamos unas imágenes que nosotros íbamos a seleccionar, para también mantener la intimidad y la privacidad, ¿sabes? ¡No vas a sacar a tu mamá a las tres de la mañana bailando en la pista ni a la gente vuelta loca al amanecer, o sea, dejen algo para nosotros!", que ya de telenovelas tienen suficiente.

El agasajo fue tan zuliano como el nombre de la novia: "Mirabas a un lado y tenías el puente sobre el lago, mirabas al otro y estaba Ricardo Cepeda cantando música zuliana, mirabas por allá y habían mandocas y pastelitos, más maracucho impo-

todo el estado Zulia. El hecho de estar allá, de que seamos de allá, siendo esa gente tan regionalista... Yo siento como que me casé con todos, como si hubiera ido todo el estado Zulia. Un día antes hubo una misa de acción de gracias en la basílica de la Chiquinquirá. Obviamente, la Chinita es muy importante para nosotros. En la misa se concentraron alrededor de dos mil personas cuando la gente supo que íbamos a estar allí. Se te erizaba la piel, en un momento el padre nos llamó a Daniel y a mí para que le lleváramos una ofrenda de flores a la Virgen, y de repente las dos mil personas se pararon a aplaudir, y aquel nudo en la garganta, todo el mundo nos quería hablar, nos querían tocar, para mí fue más de lo que yo me esperaba, que era simplemente una misa de acción de gracias con mi familia".

"Después del acto que fue bajo una de las pilas del puente, nos dirigimos a la vereda, que es un sitio donde va mucha gente, se monta bicicleta, es como el Parque del Este aquí, y de pronto vemos aquella multitud que parecía un mitin político, gente que sabía que íbamos a pasar por ahí y se reunieron a acompañarnos. No sólo fue el acto de casarnos, sino de sentir todo el cariño de la gente. Yo sentí una gran responsabilidad hacia toda esa gente que te sigue, y fui consciente del compromiso que tengo, no los puedo defraudar. Siempre había sabido que era muy querida por la gente, el hecho de ser zuliana y de que seamos tan regionalistas, hace que ellos sientan que los estás representando en la capital, pero a tal magnitud, sólo fui consciente en ese momento".

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sible, y esa era la idea. No podemos olvidar nuestras raíces y los zulianos tenemos eso muy presente. Más allá de nuestro regionalismo, creo que sabemos defender nuestra idiosincrasia, y creo que si las demás regiones del país pudieran copiar eso, sería ideal. No querer traer de afuera sino sacar lo que tenemos.

Tú vas a países como México y te das cuenta de cómo la gente ama lo suyo. La música venezolana, por ejemplo: aquí a nadie le gusta la música venezolana, la comida venezolana; la gente prefiere salir a comer sushi o comida francesa, en vez de alimentar lo nuestro o fomentar que aquí se coma arepa. Sería bonito que copiáramos lo que sucede en el Zulia, que la gente ama tanto lo de ellos".

Y es que Chiquinquirá ama a la tierra que la vio nacer. "Se conjugaron muchas cosas, porque fue una boda compartida con

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transmisión del matrimonio, aún en diferido y editada, sería ansiosamente esperada por los que no asistieron, un número considerable de conocidos si se toma en cuenta que la lista fue de apenas 200 elegidos, ya que, como asegura Chiqui, no invitaron a tantas personas como hubieran querido. Aún mayor sería el número de desconocidos que seguramente deseaban asistir, y que, luego de conformarse con circundar a la pareja desde la lejanía de sus peñeros y botes agitana

do pañuelos, bien podían al menos traspasar la barrera a través de la sintonía. Rating obliga: la ceremonia marabina estaba lista para ser ofrendada al pueblo y, justo antes de iniciarse la transmisión, una cadena presidencial aguó la fiesta. La familia de los esposos se había reunido, carbones y whisky en mano, a sintonizar la señal de Venevisión como seguramente hacía más de una familia en tan anunciada hora. Los festivos planes se vieron frustrados por la aparición del Presidente y la consabida emisión de mensajes inaplazables para la nación. La primera noticia que los recién casados recibieron al llegar al aeropuerto desde la isla de Grenada fue que Chávez les había, literalmente, robado el show. A los pocos días se materializó el segundo intento, y los televidentes disfrutaron, al fin, con apenas las interrupciones comerciales de rigor, del reality show más romántico del año: Chiquinquirá Delgado y su acalorado esposo navegando las aguas del lago de Maracaibo, afirmando a la vez su amor conyugal y regional.

Ella iba vestida con un traje verde agua ceñido al delgado torso y abierto paulatinamente hacia los tobillos, sugiriendo una sirena de aguas tropicales.

La fiesta en el Paparazzi duró hasta las seis de la mañana: "Yo siempre decía que cuando me casara de nuevo sí iba a disfrutar y a bailar, porque en

Los pasapalos —regionales todos: madoquitas, cachapas, yoyitos, pastelitos y otras especialidades marabinas— fueron el abreboca a un menú de platos italianos compuesto por carnes rojas, aves, pescados, pastas, ensaladas y una surtida oferta de postres que circulaban por las mesas en medio de momentos de particular emotividad: "Nosotros somos muy amigos de Ricardo Montaner, y a mí me gusta mucho su música. Como Ricardo no iba a poder acompañarnos ese día, Daniel le mandó un cassette y Ricardo nos grabó en él un mensaje que proyectamos en la fiesta, donde decía lo que era para él el matrimonio, la relación de pareja, la complicidad, el respeto", por si faltaba algún maracucho de refuerzo. "Hay una canción que se llama Entra en mi vida, del grupo Sin Bandera, que es la canción con la que nos enamoramos, la que escuchábamos cuando estábamos iniciando la relación. Daniel, a través de Sony Music, le en- o vió al grupo en México un cassette donde ellos grabaron un sa-

La transmisión del matrimonio, aún en diferido y editada, sería ansiosamente esperada por los que no asistieron, un número considerable de conocidos si se toma en cuenta que la lista fue de apenas 200 elegidos.

La familia de los esposos se había reunido, carbones y whisky en mano, a sintonizar la señal de Venevisión como seguramente hacía más de una familia en tan anunciada hora. Los festivos planes se vieron frustrados por la aparición del Presidente y la consabida emisión de mensajes inaplazables para la nación mi primer matrimonio o en fiestas que uno hace, siempre está pendiente de los pasapalos, de que todo esté saliendo bien, que si las fotos, que si no dejaron entrar a fulanito... Esta vez fui como una invitada más: delegué todo eso en la gente que trabaja con nosotros y me dediqué a disfrutar. Comí, tomé, bailé y hasta me quité los zapatos. Cantaron Voz Véis, Omar Enrique, Bacanos, eso fue rumba, canción tras canción hasta que salimos del restaurante directo al aeropuerto".

ludo para mí con un pedacito de la canción.

También ese video se proyectó y es de esos regalos que son mis preferidos porque son los que no se compran, los que re-

quieren ponerse creativo para sorprender a la otra perte años, así que me decía: 'Si él es inteligente, él va a entender el sona. Yo hice algo parecido en nuestro aniversario: mensaje'. Bueno, fue muy inteligente. Esa noche teníamos la recopilé imágenes de todas las cosas que habíafiesta del banco a la que había que ir juntos, él me pasó busmos hecho juntos porque antes de ser pareja cando y todo le salió mal: estaba todo tembloroso, no le fuimos amigos y compañeros de trabajo en abría la puerta del carro, andaba nerviosísimo. Deslos programas y en las cuñas que hemos pués de la fiesta me invitó a tomar una copa de vino hecho. Edité todas esas imágenes, les puy yo veía que pasaban las horas y después de tres bose esa canción de fondo y quedó como tellas el tipo no me decía nada, hasta que por fin un video clip de nosotros dos, y ése tamme dijo que de repente estaba dejando de verme bién fue proyectado. Total que aquello como compañera de trabajo y yo me dije: `1A1 fin, parecía una novela de Corín Tellado: toda dios mío, tres años en estor". la gente en la fiesta llorando. Fue una lloChiquinquirá, como si hiciera falta, afirradera de dos días: llorar en la misa de ma que la apariencia de los hombres nunacción de gracias, donde asistieron a ca ha sido importante para ella. Que de vernos unas dos mil personas; llorar Daniel le gustó siempre su sentido del en la boda; llorar en la fiesta...". humor y su carácter jovial —qué duda "Trabajamos juntos tres años ancabe. "Es maravilloso estar con alguien tes de ser pareja, y lo menos que me que se levanta feliz, positivo. El es de esas pasaba por la cabeza a mí era que íbapersonas que nunca se deja decaer, que mos a terminar casándonos. Daniel tesiempre está optimista y que ante las manía su novia, yo estaba recién divorciada yores adversidades permanece en pie. y andaba en esa etapa de estar sola, o de ¿Cuáles? Bueno, no, adversidades digo conocer gente pero nada formal, y él era mi compañero de trabajo más querido, me Guillermo Dávila estaba en la cima de su carrera de cantante caía muy bien y me reía mucho con él porcuando conoció a quien, para entonces, concursaba en el Miss que tiene mucho sentido del humor, contaba chistes, se metía conmigo, echaba bro- Venezuela. "Casarme la primera vez fue una locura. Una persona ma. Yo conocía a su novia y los veía muy de 18 años no tiene ninguna visión de la vida. Llegué al felices, proyectando casarse y todo. Pero matrimonio transparente total. Pasé casi de la cuna a la cama. Me poco a poco me fue como cayendo muy bien el muchacho" se ríe, "y de repente un casé muy ilusionada, amores de 17 años, creía que era el amor de día me entero de que se había quedado sin mi vida, un hombre público, ídolo de su generación" novia, y no sabía por qué me alegraba tanto, me entró como un fresquito... La primera sorprendida de yo por decir contratiempos en el trabajo, momentos en los que lo que sentí fui yo misma. Era Navidad, entonces, como yo lo él está cansado después de doce horas de grabación, yo con sueestimaba mucho, le compré un regalo". Cautelosamente se fue ño, agotada, con rabia, de mal humor, y él siempre alegre, arriacercando al "chico sensacional", sin mucha expectativa, pues la ba, echando broma. Después de conocerlo bien fui viendo otras ex Miss Venezuela de, para entonces, 28 ó 29 años, pensaba que cosas: es una persona muy noble, muy complaciente, muy tierel objetivo no iba a ser alcanzado por sus encantos. A su vez, Da- no, caballero, dulce, buen papá, y se lleva de maravillas con mi niel Sarcos se guardaba de volar tan alto, y se resistía a creer que hija, me ayuda mucho con ella porque mi horario es muy fuersu hermosa coterránea accedería a cruzar la línea marcada por te, él la busca y la lleva, la acompaña, y está viviendo, de alguna la relación de trabajo. "`Chiqui, para qué voy a salir contigo si manera su paternidad a través de María Helena, porque él tuvo tú no me vas a parar nunca', y yo por dentro: `¡Sí, por favor, in- a su hija, que ahora tiene 14 años, y al poco tiempo se divorció. vítame a salir!'. Yo hablaba con mi mejor amiga y le decía: `¡Yo No voy a decir que es perfecto porque todos tenemos nuestro laestoy loca por el tipo pero el tipo no me cree y si se lo digo va a do oscuro", y el de Daniel Sarcos, según su esposa, es la malcriapensar que soy una loca!'. Total que aproveché la ocasión del redez que ella ya ha aprendido a manejar, y para la cual no dispogalo de Navidad, le compré un bolígrafo y le escribí una nota nen, en la cotidianidad, del tiempo suficiente. donde le decía: 'Las grandes historias de amor han gastado granLidiar con esa sombra, que "hasta ahora" —precavidamente des cantidades de tinta. Espero que este regalo sirva para seguir aclara Chiqui— es su defecto más grave, se presume fácil tarea escribiendo la nuestra'. Eso podía sonar como una nota de amisdespués de haberse casado, a los 18 años, con un hombre celotad, una historia de compañeros, pues; por ejemplo, tenemos un so. Guillermo Dávila estaba en la cima de su carrera de cantancontrato con un banco, por lo cual debemos seguir juntos duran- te cuando conoció a quien, para entonces, concursaba en el Miss 38

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Venezuela. "Cuando me divorcié quedé muy ofuscada por el efecto posterior, y no quería nada con nadie, decía que no me iba a volver a casar nunca más, que no creía en el amor ni en el matrimonio y que todos los hombres eran horribles. Me costó tiempo y paulatinamente fui conociendo personas que me hicieron cambiar de opinión. Obviamente, Daniel fue quien lo logró de manera más radical, me dio tranquilidad, estabilidad, eso de saber que te está esperando cuando termina el día, que te brinda ese montón de cosas que no tienen precio. Casarme la primera vez fue una locura. Una persona de 18 años no tiene ninguna visión de la vida. Llegué al matrimonio transparente total: aquí estoy, pues. Pasé casi de la cuna a la cama. En su momento me casé muy ilusionada, amores de 17 años, creía que era el amor de mi vida, un hombre público, ídolo de su generación, y además salí embarazada enseguida y apenas estaba empezando mi carrera. En cierto sentido era como vivir a la sombra de él, que era una persona muy posesiva y le costaba mucho entender que la otra persona tenía los mismos derechos. Fui creciendo y cambiando, me di cuenta de que seguir con él no permitiría hacer lo que yo estaba llamada a hacer, y eso conlleva al desamor y al desgaste de la relación".

Su personaje en la telenovela de Leonardo Padrón se llama Vicky, una mujer muy celosa, impulsiva e insegura que "muere por su marido" y está dispuesta a hacer todo por terminar de ganarse su amor. "En la calle la gente me dice que soy una cuaima, porque Vicky es de esas que revisa bolsillos, cartera, mensajes del celular... Creo que todas las mujeres tenemos algo en común con ella, aunque no a esos extremos que la hacen capaz de cometer cualquier locura. No nos parecemos en eso, porque soy fundamentalmente libre. lla es coqueta, le gusta estar arreglay con eso sí me identifico".

Maracaibo omnipresente marca la pauta para el año que viene: un escritor joven prepara un monólogo para Chiquinquirá Delgado, centrado en el tema de la zulianidad. Porque zuliana se siente, hasta los tuétanos, y para comprobarlo narra la épica de su alumbramiento, signado, a su entender de fiel creyente, por la intercesión de la mismísima patrona: "Mi mamá había tenido una pérdida de una niña que iba a nacer antes que yo, y su embarazo de alto riesgo tenía muy mal pronóstico. El paro y mi nacimiento fueron perfectos. oy un milagro de la Chinita".

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bre 2002 14 .• 157

»grafía

Germán Sánchez Otero cuhanito y muy formal

mán

Domingo Alberto Rangel el último grito de la izquierda Carease tansberg

Miguel von Rangel con\

Velasco

Rara avis de la prensa venezolana, la revista Exceso, contra todo pronóstico, llega a la edad en que las mozas de buena familia ,

flene toda,

debutan en sociedad. Aunque, fiel al espíritu que la incubara y diera a

eme. y mediata* corre«..dee san nen~

luz, no pretende dejar, camino a la adultez, ese cierto descarrío que durante estos años la ha mantenido entre los mimos y reproches de una lectoría que, sin embargo, no prescinde de una sola de sus ediciones. Mucha ha sido la tinta que ha corrido desde que se imprimiera un premonitorio número cero y, como conmemoración de ese primer acontecimiento, se compilan, además, aquellos otros hitos que merecen ser parte de la historia de Exceso

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NOVIEMBRE 1988 N*0

RUSS MEYER: 20 AÑOS DE ESCALADA PORNO

opiosa y original, la realidad brota a cada momento en un emocionante e irrestañable ping pong frente al cual se coloca el hombre, su observador y coprotagonista, cautelosamente instalado en el avestruz de las convenciones.

Esa realidad, pero sin los riesgos de la participación directa, in-

sólita y secreta, oculta pero luminosa, estallará en las páginas de Exceso". Estas fueron las primeras líneas del editorial del número O. O sea, el fastuoso debut de Exceso en una introducción de su director Ben Amí Fihman. "El dinero en acción, la política fabricante de monstruos, el erotismo absuelto de culpa, el suceso como anécdota de los límites del hombre en sociedad, el consumo considerado, con buen humor e ironía, la última y más inmediata de las bellas artes, la gastronomía reflejada en el convexo espejo de la paradoja de este fin de siglo en trance de agotar los recursos naturales y la galería de historias maravillosas que componen el mundo triste, extrovertido y atípico del Caribe, poblarán las páginas de Exceso desde este número O".

Palabras proféticas que marcaron el sino de una publicación que trastocaría las formas periodísticas practicadas en el país y establecería un antes y después en los medios impresos nacionales.

Cada número levantaría una polvareda de comentarios y con rapidez volaría de los kioscos hasta las manos de voraces lectores.

Exceso, más allá de una publicación mensual, ha sido una lente a través de la cual se percibe una realidad heterogénea, brillante y audaz. Sin sensacionalismo y desdeñando la solemnidad, el lenguaje impostado y la retórica, Exceso creó, al menos en la región, un estilo al que, 15 años más tarde, nadie se ha acercado. El Premio Nacional de Periodismo recibido en 1999 reconoció el lugar de la revista en el universo--de los medios independientes del patio.

Antes y después: El Caracazo parte en

Un "turco pícaro" se hace presidente de la

dos la historia de Venezuela. Tres días de disturbios en protesta por el alza del transporte y de la cesta básica

Argentina Los Simpsons comienzan a educar a la fa-

milia Berlín se queda

sin muro y Marx sin asidero La primavera en Pekín dura un

Tiananmen pw -leer or 42

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El adiós de dos grandes de la comedia:

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undado por el historiador José Rafael Lovera en 1988, el Centro de Estudios Gastronómicos —Cega— es una institución sin fines de lucro, dedicada a la docencia y a la investigación de lo que desde su ini-

F

cio ha sido la meta principal: el patrimonio culinario criollo tradicional venezolano, el que pretenden rescatar y elevar a la categoría de alta cocina.

La década de los noventa sería de total éxito para el Cega, con un apoyo masivo de los venezolanos. La institución cuenta con una unidad de investigación orientada al desarrollo de la historia de la alimentación, y una unidad de docencia, verdadera columna vertebral, que articula toda la riqueza de la cocina criolla venezolana. Los muy solicitados cursos ofrecidos por el Cega tienen una duración de seis meses de formación teórico-práctica. Se dictan dentro de las instalaciones de la institución, y luego se complementan con pasantías en restaurantes donde los chefs son egresados y profesores del Cega.

Pero no cualquier persona puede enrolarse en estos cursos —de ahí buena parte del éxito de sus egresados. A los interesados se les exige disponibilidad de tiempo completo, bachillerato aprobado, dos años de experiencia en algún restaurante o certificado de una escuela básica de cocina. Luego de realizada la convocatoria, los aspirantes son llamados a un concurso, que consta de una prueba práctica, una prueba escrita y una entrevista.

La importancia del Cega radica en que cambió la manera de percibir la cocina venezolana. La convirtió en arte, un arte que se debe aprender, respetar y, sobre todo, disfrutar.

El Chino Fujimori derrota a Vargas Liosa y todo Perú pierde Daniel Ortega tiende su chamarra para que pase la viuda

de Chamorro Ciao, la mascota de Italia90, reúne por primera vez a los tres

tenores The Perfect Moment de Mapplethorpe escandaliza a

Cincinnati Jack Dr. Muerte Kevorkian asiste el primer caso de

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1991 • Llámame al

E

n el año de la privatización de los servicios de telecomunicaciones venezolanos se abrió una puerta a lo que sería todo un extraño y excéntrico mundo que creció, creció y sigue creciendo.

Mucho ha pasado desde que se promocionó el primer teléfono celular en Venezuela. Aquel modelo que se confundía con una pequeña caja negra, creado por la compañía Ericcson y que el usuario debía cargar como si se tratase de un —caro y sofisticado— bolso de mano. El teléfono celular pasaría entonces a ser el símbolo de poder y status de la última década del siglo XX. Y es que todos querían un celular, y que los llamaran a cada segundo. Atenderlo en público, hablar en la calle, a pie o dentro de un vehículo, estar disponible. Se suponía que si alguien poseía un teléfono celular, era porque, al menos, detentaba un grado de importancia tal que debía estar localizable a cualquier hora.

Pronto esa idea se perdió entre los que sencillamente sentían que debían poseer un aparato de telefonía móvil celular.

celu

Y el Ericcson de caja fue reemplazado por los mucho más prácticos modelos Motorola de ladrillo, que colgaban de las cinturas de hombres y mujeres con la más pesada y grotesca delicadeza.

Pero los inventores de los teléfonos celulares, al parecer, se dieron a una única tarea: hacerlos más diminutos. Y con eso, con el empequeñecimiento de los aparatos, nacería otro orden social. Ya nadie quería uno de esos enormes teléfonos ladrillo.

Mientras más pequeño fuese el celular, más caché tendría su dueño.

Objetivo logrado: los teléfonos se redujeron de tamaño. Pero las tarifas sufrieron el síndrome contrario. Una guerra entre compañías celulares, ofertas más, ofertas menos, estaría a la vuelta de la esquina en medio de la avalancha tecnológica que, también, afectaría a esos aparaticos que antes se usaban solamente para llamar la atención. Inicialmente el teléfono celular era adquirido por los adultos trabajadores, la gente que podía pagar las tarifas. Luego, bueno, bastó con tener para el equipo y una tarjeta de prepago. Vinieron los mensajes de texto y los más jóvenes se olvidaron de hablar y optaron por teclear.

Aunque el lema parece ser el mismo: "Muéstrame tu teléfono y te diré quién crees que eres".

~ir ~111=111 MIMO Irak 1, directores cut. Se deja a Saddam

Hussein ensayando para la secuela La Unión de Repúblicas Socialistas

y Soviéticas pierde el partido final contra El Capital Magic Johnson: seropositivo

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1992 •

A

la pobre Eurídice le asesinaron el galán millonario que segurito haría lo imposible por enamorarla. Así comenzó Por estas calles, la novela que voltearía el género del culebrón patas arriba. La chica humilde, la que no tenía un apellido sonoro, la del barrio, pues, se queda sin galán en la primera semana de episodios. Aquello parecía carecer de sentido. Y ahí estuvo el secreto de Ibsen Martínez: escribir una telenovela que no parecía telenovela sino la muestra más descarada y ho-

nesta de la realidad del venezolano, sin pajaritos preñados ni lloraderas innecesarias. Cuando alguien lloraba era porque otro había muerto abaleado.

Por estas calles fue un cargamento de cruda ironía salpicado con humor negro y sofrito en el aceite de la desfachatez,

y su banda lo intentan dos veces, fracasan y acaban con 120 vidas Un teniente coronel

que nace en el año de 1992 y fenece en 1994, dejando con ganas de más a buena parte de los venezolanos que la siguieron capítulo a capítulo.

En la edición número 46 de Exceso (octubre de 1992), Roger Santodomingo escribió: "Con algunos matices y excepciones de aplauso, las telenovelas venezolanas han sido hasta ahora un desfile de actores mediocres, cuando no pésimos, decorados ridículos, un ritmo cinematográfico lento con repetición de situaciones y diálogos, improvisaciones del guión que dan al traste con escenas anteriores, historias absurdas en que criadas dulces llegan a millonarias y en las que encopetadas perversas se enfrentan a un cruel destino o se redimen de repente dándolo todo. Por estas calles no cambia demasiado el panorama, sólo que ahora no se trata de una única historia que se resuelve aderezada con odios, celos, lealtades, traiciones, desgracias y azar: detrás se dejan ver los hilos de las pequeñas miserias cotidianas y las fuerzas de la ambición y los mecanismos del poder en una sociedad en vías de desmoronamiento". Basta asomarse a la ventana para percatarse de que luego terminaría por desmoronarse por completo.

Y nada mejor que presenciar noche a noche la verborrea de un Eudomar Santos, las travesuras del doctor Arístides Valerio, el pundonor de la negra Eloína Rangel, el drama de Eurídice Briceño, la tozudez del narco Mauro Sarría Vélez o la violencia — en nombre de la justicia— de El hombre de la etiqueta, para que el televidente promedio colocase su propia vida en perfecto balance, porque siempre es reconfortante saber que a otro —sin importar que se trate de un personaje de telenovela— le va peor.

Ni la fantasía de Cristal ni el dramón de Topacio: Por estas calles representó en la pantalla chica los combates a los que se enfrenta cualquier venezolano desde que amanece hasta que anochece. Con todo lo bueno, lo malo y lo horrendo —también lo cómico— de vivir en este país.

Fujimorazo. Nueva atracción

de circo: Abimael Guzmán hace de cebra Collor de Mello se queda pá-

Rafael Caldera da un dis-

curso en el congreso que ha debido valerle una nominación al Oscar Sarajevo agoniza

48

EXCESO I

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lido. Un impeachment que hizo historia Astor Piazzola deja el ban-

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1993 •

,. a utopía del menúroso compulsivo, del voyeurista empedernido, explotó ese año y pronto la más grand 1 osa —y nefasta— epidemia tecnoI ogica se extendería. La última gran trontera no fue conquistada más allá de 1.1 ,, estrellas sino dentro del planeta, persona a persona, ciudad a ciudad, país a país. Internet —ninguna novedad para los entendidos en la materia: la red había sido creada hacía varias décadas— llegó al mainstream y trajo consigo una maraña de información —y de depravación también, se quejarán los más conservadores— bautizada como World Wide Web. Y así, la vida del ciudadano contemporáneo pasó a formar parte de la nomenclatura triple-doble-ve-punto-com.

Maravilla de los cerebros tecnológicos. "¡Estoy conecta-

do!", gritaría algún entusiasta desde alguna habitación a la que le hacía falta aunque fuera una mano de pintura. Luego, vendría la angustiosa interrogante: "¿Y ahora qué?". Pues, claro, a buscar lo que siempre había perseguido: un camino en el cual dar rienda suelta a su naturaleza, impulsos y deseos sin que nadie se atreviese a criticarlo. Porque lo que pudiera ocurrir mientras estuviese conectado sería un secreto sumarial entre la máquina y el usuario, valdría la pena recalcar. Y de un momento a otro, esa posible y pacífica unión entre todos aquellos que tuviesen la posibilidad de acceder a una computadora con modem se convirtió en otro símbolo más de la decadencia futurista. En la actualidad más del sesenta por ciento del tráfico de usuarios en Internet tiene que ver, de alguna manera, con el sexo. Y hoy existen más de doscientos millones de páginas pornográficas que forman parte de un negocio que produce más de un billón de dólares al año.

Claro que la red también se convirtió en una fuente de ayuda para los estudiantes, profesionales y aquellos necesitados de una vasta herramienta de consulta. Pero fue la cápsula de alivio instantáneo para los que no sabían cómo comunicarse, cómo establecer vínculos... tímidos, nerds, freaks, e incluso personas absolutamente normales, tendrían a su disposición una variopinta porción de la población mundial necesitada del mismo grado de atención. ¿Para qué engañar a la esposa con la secretaria? No, en la época digital los cachos se importan: cualquiera puede tener un cyber romance con alguien de Rusia o Madagascar. Al parecer, la excitación generada por el acto de la infidelidad no requería la presencia física de algún otro componente que no fuera el pecador y su deseo. Después de todo, el sexo siempre ha sido una cosa mental.

Pero apenas fue el comienzo de una extraña aventura que terminará en... bueno, ¿quién podría saberlo en realidad?

CAP caput. Un antejuicio de

Adiós Pablo

mérito termina en destitución y en una despedida con la voz quebrada

Los cables se cruzan para siempre: llega

empresario y karateca, entra a la política con un método olvidado: la bomba Ramiro Hellmeyer,

Escobar, un fresquito para Gaviria

Internet En Holanda se suicidan con todas las de la

ley. Se legaliza la eutanasia Lorena Bobbit derrota el revólver de su John

Wayne con un arma blanca Un muecín comienza a lla-

mar a los fieles del Islam a rezar desde un minarete en Quebrada Honda 50

EXCESO

DICIEMBRE - ENERO 2004

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Ilini de celuloide, Nureyev de un salto y Cantinflas de risa

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1994 • U

113 de enero de 1994, a las 4:00 p.m., hora señalada, los rumores cesaron ipso facto. Entonces, el Banco Latino volvió a salir de la cámara de compensación, sólo que esta vez de manera fatal; el juego se trancaba sin chance para una segunda mano: la institución no podía honrar sus obligaciones", así comenzó el reportaje de Francesca Cordido publicado en el número 62 de Exceso (marzo 1994) y titulado Mal sabor latino.

Y no se trataría de, apenas, un mal sabor, sino una indigestión de proporciones nacionales. Los ahorristas solamente se preguntaban —con el corazón en la garganta y la libreta de ahorros en la mano—: "¿Qué está pasando con el Banco Latino?". La tétrica respuesta: se acabó el Banco Latino. El famoso slogan de la institución financiera: "El banco de hoy", seguido de "Unase a la gente que sabe", tendría una connotación de chiste malo que, apenas, servía para epitafio de un banco en el que los ahorristas venezolanos depositaron su dinero con toda la fe posible para luego ver cómo se evaporaba el fruto de su trabajo.

Todos cayeron con el Banco Latino. Es decir, todos los ahorristas. En las entradas de todos los Latino se formaron inmensas

aglomeraciones de clientes nada satisfechos que exigían una sola cosa: aquello que les pertenecía.

Y cuando se perseguía un culpable, el nombre de Gustavo Gómez López se corrió de boca en boca. Desde las altas esferas del poder hasta el ahorrista arruinado: ¡Culpable¡ Y Gómez López, pupilo de Pedro Tinoco, yerno de Siro Febres Cordero, después de aquel fatídico 13 de enero de 1994 —con prohibición de salida por delante— ejecutó un sensacional acto de desaparición que dejó a David Copperfield como un principiante. "No se le vio más ni por la Urdaneta ni en ningún otro resquicio de todo el escenario patrio", escribió Francesca Cordido. "Sus hombros, enfundados siempre en trajes bien cortados, no estaban dispuestos a ser depositarios de aquel enorme fajo de culpas —sólo igualables a la cantidad de ahorros captados por el Latino— imposible de canjear por papeles comerciales. 'No es justo someterme a esa justicia que pretende conseguir culpables a las 72 horas de iniciado el proceso', diría enconchado en algún lugar indefinido del planeta". Por supuesto que no era justo.

Después de todo, ¿quién dijo que la justicia existía?

El Banco Latino es intervenido, desatando

Ruanda le grita al

un efecto dominó. Seis millones de depositantes se quedan con los crespos hechos. Los que salvaron algo lo guardaron bajo el colchón

mundo y finalmente se presta atención al genocidio

Don Rafael reenciende la Caldera para un

O.J. Simpson ree-

segundo mandato durante el cual tiene la genial idea de darle un sobreseimiento al golpista Hugo Chávez

dita El proceso (versión Hollywood) alcanzó el nirvana y Jackie O. colgó el sombrero Kurt Cobain

El Chacal preso, el sub comandante Mar-

cos alzado 52

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;Ay, ue Marietta Santana haya dedicado todo un programa de TV a enseñar al televidente cómo bailar los cuatro pasitos del contagioso hit musical de Los del Río, o que el siempre dispuesto Bill Clinton al menos intentara hacerlo frente a las cámaras, era una simple muestra, un magro ejemplo de la importancia de algo que, más que canción, se convirtió en himno. ¿De qué?. Bueno, de diversión, de cero preocupaciones, el soundtrack de un momento en particular: la mitad de la década de los noventa.

Los del Río, un dueto español con más de treinta años a cuestas amenizando bodas, bautizos y bares, caen presos bajo el encanto de una musa venezolana para componer una canción harto pegajosa que se escucharía hasta en el más remoto recoveco del planeta. No había, implícito en aquella melodía un mensaje redentor ni filosófico que buscase trascender. De hecho, la letra de la canción no decía ni explicaba mucho. "Dale a tu cuerpo alegría, Macarena / que tu cuerpo es pa darle alegría y cosas buenas / Ay, Macarena" Y hasta un videoclip con el par de hombres

El Diario de Caracas comienza a leerse

en la hemeroteca Bill Gates abre un ventanal: nuevo sistema

operativo de Microsoft, Windows 95 El gas sarin hace muy peligroso el metro de

Tokio Gracias a McVeigh, Oklahoma es más

que un musical Mitterand bajo tierra

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EXCESO

DICIEMBRE - ENERO

20 04

Macarena!

maduros meneando el esqueleto fue transmitido con vehemencia por la MTV norteamericana.

El encanto nacería durante la noche de un 12 de octubre de 1991, cuando la venezolana Diana Patricia Cubillán Herrera —veterana bailaora desde los 14 años—, es contratada para bailar en una fiesta que ofrecía Gustavo Cisneros en su residencia caraqueña en honor del entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Ella no se lo imaginó, pero ahí nacería la historia de una canción casi tan legendaria como la de la garota de Ipanema. Y es que en medio de semejante rumba conocería al dueto Los del Río. El hechizo a primera vista se repetiría un año más tarde, en el Eurobuilding, donde los españoles la invitarían a subirse a la tarima y castigar el piso.

Diana Patricia Cubillán, cuya comida favorita ha sido, es y será el spaghetti con caraotas, no recibió ni un bolívar en royalties por haber servido de inspiración a Los del Río, pero la canción le abrió muchas puertas dentro y fuera de nuestras fronteras y le valió la consagración a su academia de flamenco.

Mal no le ha ido a la niña Macarena.

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I venezolano se le engatusa con gran facilidad. Prueba fehaciente: todos los presidentes electos democráticamente que han desfilado por Miraflores. Es fácil entonces descubrir el agua tibia: este es el país perfecto para brujos, adivinos, pitonisas, lectores de la borra del café y cualquier cantidad de chiflados que se crean en capacidad psíquica de conocer los vericuetos del futuro.

José Bernardo Gómez, con su barba larga y blanca —pero aspecto mucho menos bonachón que otros obesos barbudos que se visten de rojo cada Navidad— era el presidente de la Asociación Venezolana de Astrología, institución que haría un intento por reglamentar la interpretación de las posiciones celestes, y para ello había elaborado un riguroso código de ética, trabajo que resultaba algo laborioso, dado que semejante disciplina es lo suficientemente subjetiva y nebulosa como para meter la pata a guna que otra vez.

Y, más allá de alguien que cometió un simple error, José Bernardo Gómez, se convertiría en un insólito síntoma conspirati-

vo, cuando se le ocurrió pronosticar o, quizás prefiera él, compartir con el resto de los mortales un secreto proferido desde el más allá que decretaba el fin de Rafael Caldera.

El 22 de octubre de 1996, José Bernardo Gómez es detenido por funcionarios de la Disip, luego de haber afirmado — en una reunión en la cual se dieron cita un buen puñado de reconocidos políticos y empresarios— que el presidente de la República, Rafael Caldera, no llegaría vivo al 1997. Fue trasladado a la sede de ese organismo donde permaneció incomunicado.

El entonces ministro de Relaciones Interiores, José Guillermo Andueza, confirmaría la detención del astrólogo, expresando que se encontraba detenido porque el Gobierno Nacional necesitaba saber las razones e implicaciones políticas que tenía tal afirmación.

Tras el chaparrón —y la fallida profecía—, osé Bernardo Gómez cambiaría la versión de lo que los astros le runrunearon. No se trataba de la muerte física, sino de la guillotina política. Lo que pasa es que en Venezuela todos son unos mal pensados, ¡cónchale! .012~1~1111111■1

Alicia Machado: las que engordan también pue-

den llevar corona CAP es puesto en libertad y anuncia su resurrección

en Rubio Las vacas locas salen del closet. El gobierno bri-

tánico admitió que la enfermedad podía pasar de una especie a otra sin necesidad de contacto sexual Perú: Fujimori asalta la embajada del país que luego le dará asilo Marguerite Duras dejó de durar

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omosexual? ¿Bisexual? Con que sólo se generasen estas dos interrogantes, y existiese un cuchicheo de por medio, ■ ya salía ganando Jesús Enrique Montero. Y por eso es que explotaba esa ambigüedad. La explotaba y la pregonaba tanto o más que ese falsete con el que se daría a la épica tarea de resucitar los inmortales clásicos de la Gaynor y otros de la era disco —aunque también hizo versiones de temas como Sabana del Tío Simón—, para diversión y goce de la nocturnidad caraqueña.

Buen sino tendría el periodista Sebastián de la Nuez al consagrarle un perfil en Exceso en marzo de 1997 —justo un año después de su primera aparición en la revista, bajo el escrutinio de Faitha Nahmens—, en el cual escribió: "Lo que hoy conocemos como Divine es la tercera o cuarta generación de todo eso. Su evolución refinada y con sus singularidades es un complejo vitamínico con el desparpajo de Boris Izaguirre, la provocación emanada por Colina en sus buenos tiempos y un cierto dejo exultante a lo Miguel Bosé".

La larga cabellera azabache —luego derrotada por la tijera del estilista—, su mirada penetrante y el abanico de plumas que soltaba con el drama y la elegancia requerida, fueron trade mark. Claro, también cantaba, y en 1997 lo tenía todo para sacar un dis-

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co —¿quién lo tiene o al menos lo recuerda?—, agarrar maletas, visitar Miami y, con un poco de suerte, saltar como bailarina hasta Europa. Nada mal para un tipo que dio con todos los timbos y tambos posibles e imposibles dentro del show business nacional. En 1997 tenía tres cuentas bancarías, un Mitsubishi Lancer de paquete y el gran peso sobre los hombros de ser el responsable de despegar la diversión en las reuniones del Country Club. Entonces Divine era como el juguete preferido de ciertos noctámbulos; el hacedor de la diversión, el que rompía algunas reglas impuestas por la pacatería caraqueña. Y por esos días todo debió parecerle apenas parte de un inevitable despegue sin fronteras al ex estudiante de tap. "Lo único que yo tengo de superficial", dijo en esa oportunidad, "es el trapo o las joyas. Mi propuesta es el talento artístico en forma integral. Y sensible. Y la gente lo capta". Y finalizó con: "Y llega el momento de entrar al escenario y ¡zas!, como una bomba se me sube todo y allí empiezo y no paro hasta el final, y después del show me puedo quedar dos o tres horas con los ojos abiertos. Eso me droga". ¿Acaso fue víctima de una sobredosis?

Los Capriles: todo en familia. Tras la

Frank Geary da

muerte del patriarca Miguel Angel comienza un juicio que aún hoy tiene secuelas

la lata con el Guggenheim de Bilbao

La oveja Dolly salta

Lady Di se hace

a la fama cuando investigadores escoceses anuncian que es un clon de otro mamífero igualito a ella

eternamente famosa. La madre Teresa de Calcuta llega de segunda

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1998 •

00 millones de dólares —apenas— bastarían para abrir una nueva —y enorme— alternativa para todo aquel que estuviese deseoso de comprar o simplemente deambular horas enteras entre extensos pasillos desde donde saltaban a la vista anaqueles repletos de productos dispersos entre 550 tiendas.

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Hugo Chávez en la Presidencia, enhora-

buena en mala hora Bill Clinton, Mónica

Lewinsky y un habano auténtico en la Oficina Oval: fin de mundo de asistencia sexual desafían la ley de la gravedad Los fármacos

Chacao se convertiría en la cuna de esta fortaleza del consumismo. Y, a pesar de la magnitud del proyecto, la campaña publicitaria inicial fue mínima, casi nula. Los anuncios fueron de bajo perfil. Tampoco había vallas cercanas a la gigantesca mole de concreto.

La inauguración, un martes 28 de abril, mostraría a los caraqueños una construcción de 250 mil metros cuadrados de construcción, cinco niveles comerciales y cuatro de estacionamiento, con capacidad para mil carros.

La Constructora Sambil, fundada por Salomón Cohen en 1958, desarrolló también el espectacular Centro Lido, en El Rosal, pero al parecer la familia quedó con ganas y se animó a la construcción del Sambil, creando, así, un lugar que sería mucho más que un centro comercial. El Sambil se convertiría en una parte importante del estilo de vida de muchos de sus visitantes.

Salas de multicine, centros de comida, tiendas, mesas, sillas, escaleras, ropa, en fin, todo lo necesario para acampar durante todo un día y ver con tranquilidad centímetro a centímetro lo que ofrece la creación de la familia Cohen.

Y esta cultura —o incultura, según algunos— de los malls, de los grandes shopping centers, se extendería hasta otras ciudades, y tanto valencianos como margariteños contarían con sus propios centros Sambil, para convertirse en una marca reconocida por todos los venezolanos.

En el Sambil son los encuentros, los almuerzos, en el Sambil pasa de todo. Es la mini ciudad donde el clase media se siente a gusto y, a pesar de que la crisis impide comprar todo lo se quiera, siempre hay algo que hacer, ver o desear cuando se penetra en la dimensión Sambil.

El niño hace desastres.

Un fenómeno climático que todos los años se desplaza hacia el sur causa una perturbación de alcance mundial Pinochet: el golpe avisa. Un dolor de espalda acompaña al senador vitalicio con pasaporte diplomático desde Santiago a Gran Bretaña Sinatra se va, a su manera

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EX C ESO

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a sonrisa del rey Pelé, en un comercial que haría historia, lo resumía todo. Porque se trató de eso: sonrisas, alegría, ¡erección garantizada! El descubrimiento del siglo.

La rueda, la imprenta... Sí, invenciones importantes para el desarrollo de la humanidad pero ¿cómo catalogar a esa pildorita azul llamada Viagra? Al menos para sus usuarios, se trata de todo un milagro, el más necesario de todos los descubrimientos. Gracias a la Viagra muchos matrimonios se salvaron —y otros más fueron destrozados—, pero el género masculino, en líneas generales, sonrió tranquilo y seguro, tanto como los directivos de laboratorios Pfizer.

En 1986, investigadores de los laboratorios Pfizer decidieron enfocarse en una enzima llamada phosphodiesterase tipo 5 (PDE5) que estaba presente en la sangre. Pensaron que si inhibían la PDE 5 producirían efectos benéficos para los que sufriesen de un inadecuado flujo de sangre al corazón, o angina. En diciembre de 1989, luego de probar cientos de componentes, encontraron que uno se convertía en una gran prome-

sa: el citrato de Sildenafil. Y se le consideró un potente inhibidor de la PDE5. Teóricamente, con la PDE5 inhibida, las arterias coronarias se dilatarían y aliviarían los síntomas de la angina.

Pero en 1991, como muchas veces ocurre en las investigaciones científicas, algunos descubrimientos inesperados estarían por venir. Muchos de los hombres involucrados en los estudios reportaron una tendencia al incremento de erecciones mientras tomaban la droga. La reacción inicial de los investigadores de Pfizer fue de total decepción.

Y no fue sino un año después cuando los científicos, convencidos de que los efectos del citrato de Sildenafil para el tratamiento de la angina eran apenas modestos, desviaron el curso de los estudios hacia los hombres con problemas de erección.

A finales de 1993, el primer estudio del Sildenafil como tratamiento específico para la disfunción eréctil comenzó. Y los resultados fueron tan prometedores que en 1994 se llevó a cabo un segundo estudio, y cuando éste se completó, los científicos tenían datos irrefutables que mostraban que una dosis sencilla podía facilitar la erección a hombres que, previamente, no podían con la múcura.

Entre los años 1994 y 1997, se realizaron 21 pruebas clínicas que involucraron a cerca de 4 mil 500 pacientes. Al final de las pruebas, Pfizer aplicó ante la FDA (US Food and Drug Administration) para la aprobación de esta nueva droga.

En marzo de 1998, Viagra fue aprobada por la FD como el primer medicamento oral para el tratamiento de problemas de erección y, al año siguiente, comenzó una verdadera revolución bajo las sábanas. .

le mete nueve arepas al cáncer

Galarraga

se pela la Odisea del espacio por dos años Stanley Kubrick

Bowling for Columbine:

Vargas va a dar al mar. Los caraqueños aprenden a tenerle terror a la lluvia 62

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Dos adolescentes matan a 15, dejan 23 heridos y tema para un documental digno del Oscar

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2000 •

Los supermodelos

1.1 1V11VJ atricia Velásquez y Enrique Palacios se las arreglaron para traspasar a ese lado del espectro en el que existía una suerte de reino fabuloso: la ciudadela de los top models internacionales. La década de los noventa sería el escenario para una explosión de glamour, rostros bellos y supuesta vacuidad mental. Los top models eran perchas ambulantes que no debían entrometerse en asuntos mayúsculos, lo cual tampoco les desagradaba. Al contrario, su labor era venerada por un considerable séquito.

Y dos criollos, dos venezolanos, se infiltraron en ese mundillo de las luces brillantes, pasarelas angostas, firmas reconocidas y altos salarios, que se complementaba con viajes alrededor del globo terráqueo. Poses, fotografías, portadas de revistas. Una generación creció envidiando la vida de estos dioses de la moda.

Patricia Velásquez se exhibió de cuerpo entero en la edición del Miss Venezuela del año 1989, para orgullo de la península guajira —pero más de la etnia wayú— y, pese a no llevarse la máxima corona —la ganadora fue le enorme Eva Lisa Lyung—, su futuro estaría marcado por mejor sino: la fama la rondaría de cerca para catapul-

p

Human Genome Project: se

inicia la investigación que demostrará que el ser humano no es genéticamente más complicado que una mosca de fruta

tarla al nivel de las estrellas. Incluso modeló junto a Linda Evangelista, Claudia Schiffer y Cindy Crawford en una entrega de los premios Oscar. Patricia Velásquez, Miss Península Guajira, ilustraría las portadas de publicaciones como Vogue, Elle, Marie Claire y Squire. Y modelaría para Karl Lagerfeld, John Galiano, Gianni Versace, Giorgio Armani, Oscar de la Renta, Coco Chanel e Yves Saint Laurent. Pero no se quedó en la pasarela: su largas piernas la llevaron a Hollywood, dónde aparecería en las dos partes del film The Mummy. Y ahora, apenas, es que hace sus pinitos en ese otro mundo fabuloso de las cámaras y la acción.

Otro supermodelo venezolano, Enrique Palacios, vivió un encuentro person to person con Milagros Socorro, quien, luego de tener a la imagen de Emporio Armani frente a sí, escribió en la edición número 121 de Exceso: "Uno percibe un carajito de buen ver pero la cámara se empecina en captar un príncipe, un portento con mentón de bronce, un galán salido de una vieja película para hacerle la corte a uno, para meterse en la cama con uno hasta que la llegada del sol lo disuelva y sólo quede la huella tibia de un machito rico y los moretones en el cuello". Su palabra vaya por delante.

Milosevic deja Belgrado de mal grado. La Corte Constitucional de Yugoslavia anuló los resultados de las elecciones presidenciales admitiendo que Vojislav Kostunica era el verdadero ganador

Ellán: un viaje de ida y vuelta.

Luego de 7 meses de gloria regresó al calvario cubano. Hoy es símLJUIU nacional ae la isla

64

EXCESO DICIEMBRE - ENERO 2004

El PRI deja de ser el primero. Vi-

cente Fox llega a la presidencia despidiendo a la hegemonía priísta

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•

"Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado y a pensar y a hablar sin hipocresías".

JOSÉ MARTI

2001 •

Odisea

1

vinotinto

na victoria frente a Uruguay? ¿Acaso do como héroe nacional. El único que había podido traer aquello era posible? Sí, y apenas fue la satisfacción a los seguidores del fútbol venezolano el inicio de una histórica racha fue Richard Páez, un médico traumatólogo de de triunfos. Más de uno se hatrato afable y grandes expectativas, levantó la brá pellizcado esperando no destécnica pero, más que todo, la moral de un pertar de lo que parecía ser el equipo que parecía carecer de gentilicio mejor de los sueños —y no futbolístico. El hombre se convirtió en más que eso. Pero en un corto una suerte de padre —o padrino, dirán período el sueño se transforalgunos— de lo que él mismo catalogamó en esperanza, luego en ría, en la edición de Exceso de mayo de confianza, hasta rayar en una 2002, como "la generación que nunca olplena y absoluta seguridad que vidaremos", ya que le dio a los compacreció a niveles sin precedentes. triotas la oportunidad de, "por primera Y una bandada de jóvenes, llenos vez, felicitarnos, gritar goles venezolanos". de ganas y hambrientos de triunfo, No ha habido una selección nacional tan creyeron en sí mismos y olvidaron e aplaudida, querida y sobre la que se hayan creanefasto pasado de las selecciones de fútdo tantas expectativas como ésta, que fue bautizada bol que les precedieron. Y el milagro se hizo —y por la fanaticada misma, como manda el dios que rirealidad: los muchachos salieron a devorarse el camge el fútbol— como "la vinotinto" durante las eliminatorias papo, dejaron el alma sobre el césped y, por fin, los venezola r - 1/41. ra el mundial Japón-Corea 2002. Y algo ha quedado como ali—acostumbrd ejnó—gritiaoñelmp para muchos fanáticos: sin importar lo que ocurra en el fu"¡Gol!". Eran goles nacionales. Los estadios venezolanos —a 10o, si este grupo de jóvenes logra o no sacar un boleto naciopesar de permanecer relativamente vacíos durante las temporanal con destino al Mundial de Alemania 2006 —o a cualquier das de fútbol nacional— reventaban de fanáticos que, inflados otro—, los triunfos logrados son y serán los primeros conseguien un nuevo orgullo patrio, vestían la camiseta de sus guerredos con tal contundencia a escala internacional. Bien que se traros, dejando muy atrás y olvidados, los tiempos en que la mote de una moda pasajera o la legitimación del crecimiento futboda era lucir el uniforme albiceleste o la canarinha. lístico criollo, los lanceros de Páez lograron lo que ningún otro Y como en toda historia de triunfos y convicción, un homequipo pudo. Al menos ganaron una batalla. Todavía hay tiembre se llevaría los honores máximos. Prácticamente sería ungipo para seguir luchando por el resto de la guerra. ''.---

Montesinos en Venezuela. Con todo y

cirugía plástica encuentran al hombre más buscado por la policía peruana, el ex asesor de inteligencia del Chino

correspondencia. Estados Unidos descubre el bioterrorismo lo pasa bomba. ¿Alguien ha visto a Osama?

Afganistán El 11 de septiembre, de

terror. Los ataques a New York y Washington inauguran una guerra a la que no se le ve fin y en la que el enemigo está en todas partes Cursos de Anthrax por

66

EXCESO

DICIEMBRE - ENERO 2004

peso pluma. Un año de cacerolas y de corralito financiero lleva a los argentinos al abismo

Argentina

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2002 • levar sol, aguantar calor y sufrir la sed —ni falta hace mencionar el cansancio físico— fueron los extraños y dramáticos ingredientes de la gran moda del año 2002: marchar, marchar y marchar. Patear las calles mientras se coreaban consignas para expresar inconformidad, impotencia, rabia. Expresar todo aquello que molestase del gobierno chavista mientras se quemaban algunas calorías en "el proceso".

En apoyo a los medios, en apoyo a Pdvsa —o a los trabajadores petroleros—, apoyo a la CTV, a la Coordinadora De ino, ra t ic a ..

El 2002 fue eso: un año de tremendo apoyo a quien lo solicitase. Y el espaldarazo venía en esa pintoresca forma: ejércitos — armados con peligrosas banderas, amenazantes pitos y malvadas cacerolas— deambulando por las calles y avenidas como ríos palpitantes de carne, huesos y gargantas.

Y llegaría diciembre, un paralizado mes en el que las marchas representaron básicamente el único movimiento, la única diversión realmente popular. Sin béisbol, sin Caracas-Magallanes, aquellas multitudinarias aglomeraciones de individuos arrancaban en un lugar específico, recorrían largas distancias para, finalmente... nada, ahí acababa la cosa. Un poco de ejercicio en nombre de la democracia —o del chavismo, que también organizó las suyas.

Pero en algún momento este fenómeno callejero de la protesta desgarrada perdió el arraigo de batalla política y adquirió un matiz faramallero. Entonces no bastaba con salir de la casa y pasar medio día caminando sin misericordia. No, el proceso tendría una variante, más que eso: habría de nacer un ritual comercial para campear la poca actividad comercial de aquel décimo segundo mes de 2002. Y el -espíritu venezolano del pa.triotismo —que como en toda protesta debe ir por delante— se volvió material: la bandera tricolor estaría presente en todas las formas posibles, desde cachuchas hasta tops de lycra, pasando por brazaletes, cintillos, pañoletas, shorts, pantalones, faldas, tangas, y, por supuesto, la tradicional para ondearla. Porque ese nuevo soldado —el que se hace llamar de la sociedad civil— debía, igual que el de los cuarteles, tener su uniforme de campaña, pero con !in añadido de color, belleza y glamour. Como un desfile organizado or el comandante Osmel.

t

11 de abril: el día del porfiado. En un fin de semana el país cambió de nombre y tuvo tres presidentes para terminar con el mismo. Los eventos dan material para una película digna de Leni Riefenstahl

Venezuela con balón propio. La Vinotinto

reúne hinchas al conformar la selección nacional de fútbol Enron y WorldCom demuestran que

los ricos también entran en mora.

El Euro rompe fronteras. La moneda

marchad.

Se inaugura otro deporte nacional de protesta: la marcha

Oligarcas,

6ó

EX CESO

DICIEMBRE - ENERO 2004

empieza a circular, menos en Inglaterra Garotas a bailar. Brasil se convier-

te en pentacampeón del mundo

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Marisabel como pi latos u rostro —a veces pura risa, otras sumergido en torrencial llanto, pero siempre intrigante y presto a levantar todas las suspicacias posibles— ilustró la portada de Exceso en tres oportunidades —marzo de 1999, marzo de 2001 y julio de 2002—, y cada una se agotó más rápido que la otra. Con tantas ganas quedó el lector que incluso un libro, Marisabel, la historia te absolverá, firmado por Sebastián de la Nuez y publicado por esta misma editorial, se convertiría en un bestseller nacional —pronto aparecieron copias piratas sobaqueadas por los buhoneros.

Marisabel: su apellido —de soltera o casada— no importa. Ella solita, con sus ojazos azules, se ha convertido en el epicentro de una historia que no es más extraña y rebuscada que la que se ve cada tarde en las telenovelas mexicanas. La muchacha que usó —abusó, dicen por ahí— de su físico agraciado para escalar hasta llegar a una cúspide imposible de superar —porque primera dama solamente hay una—, luego, al conseguir lo que se le antojó, se dedicó a deslastrarse del peso que le incomodaba

S

y ahora, sola y de bajo perfil, le tocaría el turno de disfrutar del botín. La inauguración, por ejemplo, de un Locatel en un centro comercial de Barquisimeto —ambos de su propiedad. Y los chismes y cuentos que no paran de lloverle sobre sus rubias crenchas. ¿Está embarazada nuevamente?, se preguntaron no pocos al verla recientemente. "No", desmentiría una fuente por aquellos lares. "Lo que pasa es que está gorda". Y rumores también avizoran una posible reconciliación con el teniente coronel de Miraflores —al menos ante la opinión pública y con más interés publicitario que romance.

Marisabel es la muestra inequívoca de que con pocos escrúpulos, una ambición desmedida y el establecimiento de un objetivo al que hay que llegar llueva truene o relampaguee, se puede triunfar en la vida y salir de los bloques de Patarata. Una mujer hermosa y avispada siempre las tendrá todas consigo. Fuente de inspiración para las televidentes de dramáticos: convertirse en princesa es casi imposible, pero se puede llegar a primera dama. Sí es posible pasar de no tener nada a poseerlo todo. Vale todo. Con ganas y desesperación, los sueños —hasta la peor pesadilla— se convierten en realidades contantes y sonantes.

— C. E

Venezuela firme. Prácticas de caligrafía pa-

ra recolectar firmas y solicitar revocatorios de diputados y en especial del Presidente Frías Michael Jackson protagoniza un thriller,

Edicson Ruiz consigue tra-

bajo, contrabajo. Con sólo 17 años llega al primer atril de la Filarmónica de Berlín

pero sexual Irak II, the seque/. El proOswaldo Guillén lava Medias Blancas. Pri-

mer venezolano al frente de un equipo de grandes ligas Maria Lionza causa estragos en la capital.

Sus fieles creyentes se niegan a sacarla de la autopista

ductor es hijo del director de la primera versión Celia por fin deja la Cruz

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ue otra idea del general Marcos Pérez Jiménez. Un proyecto que se inauguró en diciembre de 1953 y que costó ocho millones de dólares: el hotel Tamanaco.

En un ejercicio de memoria, Oscar Yanes se queda pensando en estos últimos cincuenta años y genera un breve anecdotario de episodios que sucedieron en sus pasillos y salones. "En ese entonces el hotel más importante que tenía Venezuela era El Avila.

Lugar tradicional de los grandes bailes de carnaval en donde la consigna era: 'En El Avila es la cosa'. Pero su esplendor sería opacado por la nueva obra. "El Tamanaco derrotó al hotel Avila con las negritas", evoca el periodista, "pura parejería criolla: como el Tamanaco era el sitio más sofisticado se metían a bailar". Se recordará que las famosas negritas eran damas que iban rigurosamente con el rostro tapado, irreconocibles y dedicadas cuando menos, a una candorosa travesura.

En los tiempos de la conquista, la colina donde se encuentra el hotel fue escenario de una contienda a muerte entre hombre y animal. A Guaicaipuro se lo recuerda como el cacique más aguerrido —aunque no hay hotel que lleve su nombre— pero Tamanaco lo superó en peligrosidad y amenaza. Victoriosa72

EXCESO

DICIEMBRE

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ENERO 2004

mente desafió al jefe de los conquistadores, pero éstos fueron por la revancha y le tendieron una emboscada. Luego de ser capturado, los conquistadores lo pusieron a pelear con un perro que estaba adiestrado para matar indios. "El animal estaba invicto, lo soltaron y atacó ferozmente a Tamanaco. El indio sin arma alguna, combatió al perro y entonces ocurrió algo verdaderamente extraordinario. Tamanaco comenzóa estrangularlo, el perro se soltó de las' manos del indio y fe lanzó un mordisco que casi lo degüella. Fue entonces cuando Tamanaco agonizando volvió a agarrar al perro, lo apretó con las manos y lo estranguló. Quedó por una parte muerto Tamanaco y muerto el perro". Con el mismo entusiasmo con que Oscar Yanes narra esta historia, lo hizo el escritor Antonio Reyes Andrade a Pérez Jiménez. "Aún no había publicado sus Caciques aborígenes pero acordaron que para perpetuar ese gran relato debían ponerle al hotel el nombre de Tamanaco".

Todas las personalidades del mundo que venían al país se hospedaron en el Tamanaco. Golda Meier, Maurice Chevalier, Nat King Cole. "Era el mejor hotel de América Latina. Todo brillaba, todo era bello", cuenta Francesco Crisante actual chef

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.

del restaurante Vizio que, cuando tenía 22 años, junto a una brigada de cocineros franceses, aprendió los secretos de la cocina en los fogones del Tamanaco. "Yo trabajé durante tres años, antes de la construcción de la segunda etapa. Eso estaba lleno de muchachas europeas esplendorosas. Recuerdo atender un gran banquete para el presidente Pérez Jiménez y todo su gabinete en el salón Naiguatá".

Así como el general disfrutaba de su obra muchos se valieron de sus espacios para denunciar los excesos del régimen. Oscar Yanes titula uno de estos incidentes como "la travesura del reportero Consalvi". Un reportero que más tarde fue canciller.

El presidente del Ecuador Galo Plaza Lasso vino en visita oficial y se hospedó en el Tamanaco. Desde allá ofreció una rueda de prensa donde el reportero de La Esfera le preguntó: "¿Usted sabe que en este país no hay libertad de expresión y funciona la junta de censura?". Al día siguiente, por algún descuido, apareció la información en La Esfera. "Se decía que no había libertad. Ese es uno de los casos más espectaculares. A

todos los periodistas les dieron ganas de salir corriendo". Se supo después el destino del redactor Consalvi.

En 1955 ocurrió un suceso muy importante para la vida democrática del país.,Se convoca en Caracas la V reunión del Comité para la Industria del Petróleo. Adrianus Vermeulen, representante de los trabajadores en el Comité Directiro de la Organización Internacional del Trabajo, se hospedó en el Tamanaco y, a su vez, ofreció una rueda de prensa. "Este señor denunció al mundo que el régimen de Venezuela era ilegal y que aquí no había libertad sindical, que esto era una farsa. El gobierno fijó seis horas para que Vermeulen abandonara el país". En la hemeroteca pasa el microfilm en vano, porque la información, ni siquiera por error, fue publicada en Venezuela. "Salió al exterior por los corresponsales extranjeros. El gesto de ese hombre contribuyó a la condena internacional en' el mundo sindical del gobierno de Pérez Jiménez". Así como cosas terribles también hubo celebraciones inolvidables en el hotel. Ese mismo año tan convulso se coronó en uno de sus salones la que habría de ser la primera Miss Mundo venezolana: Susana Duijm.

Se fue Pérez Jiménez y el hotel quedó intacto. En 1963 el jefe guerrillero Máximo Canales —Paúl del Río— siguiendo las instrucciones del Partido Comunista, que se hacía llamar Frente Nacional de Liberación, secuestró al futbolista argentino del Real Madrid Alfredo di Stefano. Canales desafió a las autoridades y dijo que daría una rueda de prensa en el Tamanaco. "Sin que se enterara nadie, ni los mismos directivos del hotel, logró reunir a siete periodistas. Nunca se descubrió cómo llegó hasta allá sin que la policía política,lo descubriera. Una rueda de prensa completamente clandestina".

El Hotel Tamanaco mantiene sus cinco estrellas y conserva remanentes de su antigua notoriedad. Pero más allá de ello seguirá siendo albergue de pequeñas historias, de grandes negocios, de historias diminutas que con sorpresa siempre se descubren. Quien alguna vez lo ha hecho, está convencido: el año empieza mejor con mariachis y desayunando el primero de enero en el Tamanaco.

—Andrea Daza Tapia DICIEMBRE - ENERO 2004

EXCESO

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E

n vano se esforzó Piazzola en dejar bien claro que escribía música para ser escuchada y no bailada; es más, que el destino del tango, como baile, le importaba un cuerno. Estaba convencido de que los bailarines buscan música que los excite, "y esto lo encuentran más en el rock, o el cha-cha-chá. No nos engañemos", dijo "la música centroamericana hace mover los pies inconscientemente, cosa que el tango no consigue".

74

EXCESO DICIEMBRE - ENERO 2004

Así lo comprendió Ana cuando, llevada de la mano de un amigo al lugar más insólito que hubiese visto en toda Caracas —después del tugurio chino de la avenida Francisco de Miranda, donde hasta el heredero de la dinastía Cisneros va a bailar una salsa fusión tocada por el hijo del dueño y su grupo—, se dio cuenta de que, paradójicamente, Astor Piazzola es el músico preferido de los bailadores de tango de los improvi-

sados "arrabales" caraqueños.

"Dueño de lo que callas y esclavo de lo que hablas", recordó. Y pensó luego en aquello de que no hay manera de que lo que escribes te pertenezca. No se sabe si muy a despecho del autor, en los brazos de Piazzola terminaron entregados los bailarines de tango.

U

n insaciable deseo de conocer lugares un tanto outsiders, más bien por un inte-

Un solariego caserón de la añosa urbanización Los Chorros sirve de mustia escenografía a una pasión llena de nostalgia. Unas cuantas parejas se reúnen allí de tanto en tanto, empeñadas en cumplir la exigente coreografía de esa danza originada en las riberas del Río de la Plata que sedujera a los franceses en plena Belle Epoque y que en Caracas tiene sus más recientes y fervorosos epígonos

g Manija Dagnino

rés vouyerista, la llevó a adentrarse en el inmenso auditorio de la Casa Húngara en la vieja urbanización de Los Chorros, donde cada viernes se arma una milonga.

Encontraba vagamente en la memoria cinematográfica los grandes salones de la vieja Habana y Veracruz, donde religiosamente los miembros de esas especies de logias de fanáticos se encontraban para bailar danzón, ese otro baile venido a menos hace mucho tiempo. Pensaba Ana en

Al Pacino, militar retirado y ciego, que en la célebre coreografía de Perfume de mujer desbordaba masculinidad. Y en vano trataba de encontrar en Los Chorros ese glamour parisino del Bal Bullier de Montparnasse, del Moulin de la Galette y sus mujeres ataviadas con diademas, tocados de pedrería, vestidos de seda, tacones de raso y plumas de avestruz al mejor estilo de la Belle Epoque, entregadas con fervor al tango, hijo bastardo de la pintiparada sociedad de Buenos Aires.

La milonga de Los Chorros se le hacía en cambio un reducto encantador del tango que a principios del siglo pasado —iay, qué lejos suena ya el XX!— encontró febriles interlocutores en la Ciudad Luz, donde el dramatismo de las orillas del Plata encajaba perfectamente con la estética de las famélicas doncellas del cine mudo y de aquel sex symbol del celuloide —con más de symbol que de sex, según las malas lenguas—, Rodolfo Valentino, enrolado en hombre rudo de una pampa imaginaria.

Es que el vals de los patinadores, de Waldfeudel, había sido irremediablemente desplazado por La morocha, canción de los exóticos arrabales porteños, con toda su carga de marginal desolación, de tragedia y de poética sentimental.

"Yo tuve sueños, tuve esperanzas / y en los jardines de la ilusión / busqué en los ojos de un alma hermana / los sentimientos de un corazón. / Sueños truncados, /pimpollos rotos, / valles de espinas solo encontré... / mentira, todo es mentira... / campo de angustia cuanto soñé".

C

omo si ingresara a la dimensión desconocida, Ana se encontró de golpe dentro de una sátira del mismísimo Fellini.

Una veintena de parejas giraban en sentido contrario a las agujas del reloj, al tiempo que balanceaban sus cuerpos y arremetían unos contra los otros como gatos en celo sobre el suelo cubierto de talco. Un dos tres cuatro cinco seis siete y ocho; y un dos tres cuatro cinco seis siete y ocho.

"Y todo a media luz, / que embrujo es el amor, / a media luz los besos, a media luz los dos... / Y todo a media luz, / crepúsculo interior, / qué suave terciopelo /

la media luz de amor".

Un dos tres cuatro cinco y un dos tres cuatro y cinco. Desde las paredes de siete metros de altura, los ojos de los antepasados húngaros miran con recelo este teatro del absurdo. Muy a pesar de los tangueros, los húngaros parecen recibir con displicencia a estos advenedizos que han llegado a convertir su casa en un salón de baile cada viernes, con su milonga y sus paradas en dieciséis tiempos, boleo en ocho, doble gancho en dieciséis, doble sentada en ocho y un dos tres cuatro cinco seis siete y ocho, y un dos tres cuatro cinco seis siete ocho y marca y un dos tres, cuatro cinco seis, siete ocho y así sucesivamente, como muñecos de cuerda que danzan dentro de una enorme caja de música.

E

n los términos más ordinarios, el tango es teatro decadente de la vida. Lo mismo que el carnaval, ejerce esa fascinación sobre la gente que va a las milongas y juega a ser otro, el vernáculo, la meretriz que se lleva dentro.

Cada uno, en este batiburrilllo, tiene una historia propia y colectiva al mismo tiempo. Pueden ser separadas en la vida real, pero en el tango son una comparsa.

Ana sabía que, para su desgracia, dios le había dado dos pies izquierdos. No había venido a bailar, lo recordaba muy bien. Era apenas una actriz de reparto, si no una espectadora cualquiera en este melodrama. Comenzó a preguntarse quiénes eran estas personas.

O

tto y Ana María, como los personajes de Danzón —aquella película mexicana—, son pareja de baile. Coincidieron en las clases, aprendieron-al unísono, pero sólo se ven para bailar. Fuera de ese ámbito, no saben nada el uno del otro.

Ana pensó que el cine es una escuela de la vida. Un día la mujer de Danzón esperó en vano a su pareja de baile, ausente por primera vez en quién sabe cuántos años. Pasaron tres, cuatro, siete semanas, el hombre no regresó, y entonces cayó en cuenta de que no sabía dónde buscarlo, que nada sabía de su vida, fuera de ese mundo abstracto del danzón. Por primera vez dejó de pensar-31$.DICIEMBRE - ENERO 2004

EXCESO

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como pareja de baile y empezó a indagar en la vida de aquel hombre que ya debía rayar los 60 años, hasta que lo encontró en el puerto de Veracruz.

"Quedó en venir a las nueve / el domingo si no llueve... / —la espera recordando se entretiene— / Ella es tan linda, ella es tan buena. / ¿Qué le habrá pasado a Elena, / que no viene, que no llega?.../ Quedó en venir a las nueve / y ya son las nueve y diez. / Yo sé que apenas llegue lo primero que dirá: / con quién me puse a bailar o si otra chica miré. / Y ella lo sabe muy bien / que sólo me ata a la vida / la vida de su querer. / Tal vez apenas llegue / comprendiendo mi ansiedad / conmigo salga a bailar y me devuelva la fe. / Pero... quedó en venir a las nueve / ... y ya son casi las diez".

Y es que la milonga de la Casa Húngara es lo que mejor se parece en Caracas a la esencia del salón de baile, se dijo. Un lugar donde la gente, no importa quién sea, qué apariencia tenga, si es rica o pobre, joven o vieja, se reconoce en el baile.

En la pista sólo son los cuerpos enfrentados, ora acoplándose, ora persiguiéndose como en una corrida de toros, donde no hay sangre sino efluvios salitrosos.

No importa si están pasados de peso, mujeres y hombres no tienen que burlar los tendenciosos gustos de los porteros, implantados en los ochenta por la discoteca neoyorquina Studio 54.

Del tango en Caracas se conocía más el interés por la música que por el baile.

Hace siete años un bailarín argentino llamado Sergio Vázquez llegó para enseñar tango en los talleres de la Fundación Bigott. Más tarde, la Casa de Cultura Uruguaya y el Círculo Militar —con sus pisos de mármol y su estética años cincuenta— serían el escenario de sus adustos arabescos.

Magaly Romberg, Roberto Gianelli y Raúl Bertuccelli alimentan esta suerte de ritual al que acuden personas, solitarias la mayoría de ellas, impulsadas por la curiosidad, la búsqueda de nuevas experiencias, y —¿por qué no?— de renovadas ilusiones. /van e Isbelia se conocieron hace cinco años en el salón Guayana del Círculo 76

EXCESO DICIEMBRE - ENERO 2004

Militar, concurrido por hombres glamorosamente vestidos de smoking y mujeres no menos llamativas, y fueron héridos por la flecha de Cupido.

Iván pasó un día frente al café Lutece, escuchó el sonido de un bandoleón, vio un cartel que anunciaba clases de tango y entró. Ana los ve bailar y piensa que parece que lo hubiesen hecho juntos toda la vida.

Vestida con un traje de color mandari-

hacía sentir toda su sensualidad, y que los hombres se vuelven más machos.

"Juncal doce veinticuatro, / telefonea sin temor; / de tarde, té con masitas, / de noche, tango y amor; / los domingos, té danzante, / los lunes, desolación".

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n la sociedad donde nace el tango, el Buenos Aires de la inmigración de finales de siglo XIX, se escuchaban y bailaban habaneras, polkas, mazurcas y algún val-

1 na ceñido al cuerpo y unas medias negras de filigrana, confesaba —qué oportuno— al son de Fumando espero, que el tango la

secito en lo que respecta a los blancos; los negros, por su parte, se movían al ritmo del candombé —del que el tango heredó

el "corte" y la "quebrada"—, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la melodía.

Muy pobre, interpretado por modestos grupos de violín, flauta y guitarra — incluso daba lo mismo un peine convertido en instrumento de viento, que marcaba el ritmo—, el tango era una expre-

fuerza, sometimiento y rebeldía: parece la historia de cualquier matrimonio.

Silvestre Byron, que ha dedicado tiempo al estudio de este entrelazamiento de los cuerpos, explicó su éxito en Europa diciendo: "El gusto de la época impone el hacer de la vida una obra de arte. El misterio, lo raro, lo sinuoso y un encubierto sensualismo, se cultivan en el tango. Más

como danza que como canto. Así, es posible ingresar a una extraña coreografía donde los cuerpos se rozan, se tocan, mientras los pies y los brazos componen figuras de una plástica rara, insólita".

Pero la gloria trajo también, y simultáneamente, el rechazó. La rancia sociedad de la ciudad del Plata se sentía ya arder en las llamas del infierno. Los de-*

La milonga de la Casa Húngara es lo que mejor se parece en Caracas a la esencia del salón de baile, se dijo. Un lugar donde la gente, no importa quién sea, qué apariencia tenga, si es rica o pobre, joven o vieja, se reconoce en el baile. En la pista sólo son los cuerpos enfrentados, ora acoplándose, ora persiguiéndose como en una corrida de toros, donde no hay sangre sino efluvios salitrosos sión de orilla, de los bajos fondos, de la taguara de puerto, del bar de mala muerte frecuentado por marineros sin asidero.

Fue sólo después del furor europeo que la alta sociedad de Buenos Aires le abrió las puertas, porque hasta ese momento lo había considerado casi un engendro satánico, procreado en los suburbios por chulos y prostitutas en alguna noche turbia de amores pasajeros y tarifados. En cualquier caso, arrasado por las nuevas modas, el tango en Buenos Aires es hoy un fenómeno para turistas y minorías..

M

agaly Romberg es periodista, profesora universitaria. Magaly venía de una milonga en rojo y negro en Albacete, un pueblo muy cercano de Madrid, cuando se encontró con el tango caraqueño. Dice que el vestuario apropiado para la milonga debe tener un escote revelador, aberturas laterales en la falda, las zapatillas de tacón, con hebillas, maquillaje fuerte y labial rojo. Advierte que en Caracas no existen lugares para com prar ropa apropiada, pero se pueden conseguir cosas a las que después se le hacen arreglitos.

"Si uno no sabe bailar" —dice— "se le enredan los pies del miedo cuando la saca un hombre que sí sabe; pero muchas veces el tango acaba convirtiéndose en una. lucha, un forcejeo, porque la mujer quiere liberarse del.yugo masculino e imponer su propio estilo". Competencia, instinto,

tractores surgieron en todos lados, y fueron incluso ilustres y famosos. El Papa Pío X lo proscribió, el kaiser lo prohibió a sus oficiales y la revista española La ilustración europea y americana hablaba del "indecoroso y por todos conceptos reprobable tango, grotesco conjunto de ridículas contorsiones y repugnantes actitudes, que mentira parece que puedan ser ejecutadas, o siquiera presenciadas, por quien estime en algo su personal decencia".

A unque hay jóvenes que han sentido su llamado, sobre todo bailarines clásicos enamorados de esa plasticidad rara que el tango parece darle a los miembros, la mayoría de la gente que acude a la milonga, en Caracas, sobrepasa los 45 años.

"Las mujeres cuando llegamos a cierta edad, perdemos el gusto por el arreglo, la coquetería. Se supone que ya una mujer adulta no está para ciertas cosas,

pero aquí existe ese permiso de vestirse mucho, maquillarse, disfrazarse de cabaretera, si se quiere. El tango saca lo mejor de uno, lo más auténtico".

Lola y Fito, bisabuela ella, de la Pastora, una muñeca de mejillas rojas y labios ampliamente marcados de muge, se conocieron hace muchos años en Buenos Aires. En un excitante viaje a la Patagonia, en compañía de una amiga, visitó una peña en Caminito donde conoció a su Fito, de quien nunca más se ha separado. Les gusta el teatro, el cine, y, obviamente, el tango.

Fito se inició "cuando todavía lo bailaban hombres con hombres en las esquinas", porque pocas mujeres se aventuraban a bajar hasta ese mundo y la única forma de aprenderlo era con algún amigo.

"Aprendí a los 15, y a los 17 ya bailaba, pero no marcaba". La marca es un balanceo para indicar el pie con que se inicia el movimiento. El hombre toma a la mujer por la espalda, y el brazo derecho de ella descansa sobre el del hombre, cuyo codo está firme y perpendicular al hombro. Los cuerpos se balancean y el torso masculino indica hacia dónde va el movimiento. Ese es el principio de todo. Sobre un código muy claro, el tango se camilla y se detiene tantas veces sea necesario.

Pecho junto, piernas separadas, pasos largos, y el asedio: ella hace un quiebre, él la detiene con su pierna; ella se quieLa mayoría de quienes van allí han perdido a un ser querido, sufren el guayabo de una ruptura amorosa, o atraviesan por alguna crisis personal. El tango es como una unidad de cuidados intensivos, una inyección de suero vital, una fórmula alquímica contra la decrepitud bra del otro lado y él la detiene con la otra; ella hace giros mientras él va marcando el movimiento, erguido y seguro de sí mismo. Y en ese ir y venir, detenerse y recomenzar infinitamente, ellos, ellas, entregan parte de su alma.

"Los tangos con letra son para escuchar. Para bailar nos gusta más una música instrumental". Magaly piensa que el tango debe bailarse con sentimiento, pero hay personas que bailan para mostrarse,

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que se nota porque están mirando al suelo, a la gente. Los venezolanos prefieren a Piazzola, aprendieron a bailar con él, porque son más extrovertidos. "A mí me gusta algo más íntimo, más sentimental".

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a noche se acelera y Ana sólo piensa en las máscaras, los escotes y el vestido rojo escarlata con abertura de lado de la mujer sexagenaria que luce medias negras de vena y zapatos escarchados que deste-

ambientada en la milonga porque la sensualidad "es algo que crece y se siente en este ambiente", y que tal vez por eso crea tanta adicción.

No es la única que se ha curado la soledad en el tango. La mayoría de quienes van allí han perdido a un ser querido, sufren el guayabo de una ruptura amorosa, o atraviesan por alguna crisis personal. El tango es como una unidad de cuidados intensivos, una inyección de suero vital, una fórmula alquímica contra la decrepitud.

Angela, cuyos huesos habían sido asaltados por el cáncer, encontró en el tango un aliciente para vivir, un compañero de vida y finalmente la salud, que exhibe grácil a las órdenes de Piazzola.

L

lían sobre la pista. Fantaseó un poco con los fetiches que suelen llevar y las imaginó sujetándose las medias con liguero sobre el hilo dental rojo, los tacones puntiagudos atados al empeine con las correas en cruz, como si realmente se estuvieran vistiendo para el lupanar. Es, al fin y al cabo, una suerte de cándida promiscuidad. Y piensa que ese instante en el que se enfrentan los cuerpos y se miran a los ojos, es el comienzo de un beso.

Cavila un poco y argumenta que el tango parece siempre un pas de deux, en el que el hombre es un personaje neutro aunque fuerte. Y se pregunta cómo sería entre dos hombres.

Juan, profesor de baile, dice que le ha dado clases a más de uno. "Algunos se sienten incómodos, pero a otros les gusta más de la cuenta. Se baila entre hom-

bres porque el hombre es quien marca, y eso sólo puede ser enseñado por otro hombre. El tango es un baile de machos", y reitera que hay dos tipos de bailadores: el que quiere bailar bien y el que baila con sentimiento. "A los primeros, esos que hacen toda suerte de piruetas, en Argentina los llaman verduleros". Es, eso sí, sólo una manera de verlo. "El que baila bien, camina bien".

María del Pilar y El hombre lobo se conocieron en el tango. Hacía cuatro años que ella tomaba clases atraída por la idea de aprender a bailar, pues, como Ana, era pésima para esas lides. Lo que pasaba era que "no se daba tiempo".

Desde hace un año, cuando conoció a su acompañante, viene religiosamente cada viernes, y recopila historias de sus amigos para escribir una novela erótica

os manteles rojos destacan en el espacio mustio, coronado con una lámpara inmensa de madera de estilo definitivamente magiar, y en la parte superior unos balcones vacíos con barandas de madera conducen la mirada hacia el techo, tapizado con escudos de anime y un mapa de Hungría. La vista baja de nuevo y se encuentra con la cortina que cierra la boca del escenario, utilizado para las fiestas folklóricas de los socios del club. Coincidencia el hecho de que, cuando el tango nacía en Buenos Aires, 50 por ciento de la población era inmigrante y muchos de ellos húngaros.

A las tres de la mañana lo que sonaba era Caminito. Había ya pocas parejas en la pista y Ana se sentía agotada, pero con la dulce sensación de que bastaría con dejarse llevar para bailar un tango. "Podría bailarse sin música", se dijo. "Es pura coreografía". Y se preguntó finalmente cómo yiazzola pudo haberse equivocado tanto. Sin decir nada, tomó sus cosas y se fue canturreando: "Silencio en la noche, ya todo esta en calma, / el músculo duerme, la ambición trabaja. / Meciendo una cuna, una madre canta, / un canto querido que llega hasta el alma / porque en esa cuna esta su esperanza. / Eran cinco hermanos, ella era una santa, / eran cinco besos que cada mañana, / rozaban muy tiernos las sedas de plata...". No sabría decir, sin embargo, si volverá. ir DICIEMBRE - ENERO 2004

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Nuevas etiquetas Para quienes todavía tengan dudas de qué hacer con ciertos apetitos y cómo acoplarlos con los de otros, he aquí una serie de patrones en los que pueden reconocerse o bien imitarlos, a ver si así la pegan. Si no le agrada ninguno de los modelos propuestos, no hay por qué alarmarse. En la calle aguardan muchas otras formas en las que encarna la dulce Afrodita

Carla Tofano Metrosexual

Se trata de hombres heterosexuales que asumen sin complejo de culpa ni pudor sus debilidades de consumo, orientadas hacia la moda, los productos de belleza y los tratamientos estéticos. Este tipo de masculinidad, muy en boga en la actualidad, demanda cierta ambigüedad en el discurso estético y una latente preocupación por las apariencias y los estilismos de moda. Los hombres metrosexuales desestructuran el esquemático modelo del hombre convencionalmente viril y redimensionan el cliché del arquetípico varón latino, machista y misógino. Cambian periódicamente de peinado, usan productos para el cabello, adoran ir de compras, y leen revistas para 8U

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hombres como Sport Ilustrated o GQ con el mismo afán que revistas de moda orientadas al consumo femenino. Frecuentan lugares nocturnos trendy y prefieren los restaurantes de comida japonesa porque aprecian las dietas de bajo contenido calórico. Aunque no son muy dados a las faenas tecnológicas, adoran coleccionar toda suerte de instrumentos digitales porque éstos describen con creces sus elevadas aspiraciones de status.

Dominatrix

Las mujeres que pertenecen a esta categoría prefieren vesti r ropa interior de encaje, se entregan sin recato a toda clase de juegos sexuales y coleccionan juguetes eróticos y experiencias carnales al rojo vivo. Cuando tienen una ciromántica visten ropa interior púrpura, rojo carmesí o ero negro y, aunque superan los 30 ó 35 años de edad, o sostienen compromisos civiles que cercenen su ilimitadeseo de experimentar y reinventar, cada noche, su seualidad. De día es una mujer lúcida, independiente, emprendedora y dinámica. Maneja considerables cuotas de poder en su ambiente laboral, viste de un modo distinguido, prefiere los zapatos de tacón alto, toma café negro, fuma cigarrillo lar-

gos y nunca pierde la opor nidad de demostrar que es quien toma todas las decisi nes de su vida. Una vez ca cuatro meses acude al ciruja plástico para colocarse Botox, siente debilidad por los automóviles de lujo y en mate masculina prefiere los hombr apuestos y jóvenes o mayores pero poderosos.

Gay show off Los gay show off que viven en Caracas entrenan en el Gimnasio Welness —ubicado en El Rosal— suelen ser clientes regulares de Gourmet Market situado justo en frente— porque adoran el amlente de asepsia cosmopolita de este café capitalino. Los hombres de esta categoría con regularidad visten de modo provocador o llamativo, contonean ligeramentelas caderas y los hombros al caminar, tienen ademanes agracia-

o

Sexo adicto Después de la explosión del Sida en el mundo, la tasa de población de hombres y mujeres adictos al sexo ha mermado considerablemente. Se trata de personas dependientes, compulsivas y aficionadas al hecho sexual, que practican rituales venéreos diariamente pero no se relaionan afectivamente con sus amantes ocasionales.

--11".io persiguen ninguna ase de intercambio romántico, no llegan nunca a la satisfacción física real y, aunque no pueden dejar de vivir intensas experiencias clandestinas, jamás alcanzan el clímax durante el coito y sufren de intensos sentimientos de culpa y remordimiento. Prefieren vestir de manera discreta para no llamar la atención de sus vecinos, colegas y conocidos (ex amantes en su mayoría), tienen mascotas a las que se dedican con devoción enfermiza y prefieren los caminos perpendiculares a las vías centrales. Fuman, beben y bailan pegado. Asisten ,a los grupos de compulsivos anónimos del Urológico San Román.

dos y expresivos, y suelen ser enfáticos cuando pronuncian palabras en inglés. Ampliamente eruditos en materia de arte y espectáculo, se entregan con apasionamiento al consumo de toda suerte de objetos y enseres de diseño y son aficionados a los restaurantes más representativos de la gastronomía urbana. Sobresalientes en su desempeño laboral, prefieren dedicarse a faenas vinculadas con moda, estética, comercio o vida nocturna. En lo amoroso, son muy apasionados y románticos aunque en algunos casos, parecen insatisfechos e inestables. Adoran la ropa de marcas italianas como Versace y Dolce & Gabbana, flirtean en bares, y están suscritos a las revistas Vogue y World Paper.

Straight Acting Gay Estos hombres tienen un sex appeal especial para la mayoría de los gays gracias a su comportamiento social, en apariencia varonil y conservador.

Prefieren estar bien con dios y con el diablo, su estilo es diplomático y muy protocolar y son el estereotipo de hombr ideal para complacer con buena conversación a madres sobreprotectoras y mujeres mayores de sesenta. Tienen facilidad para resolver problemas operativos de orden práctico y/o logístico, conocen de electricidad, mecánica, plomería y farmacología. Modelo de serenidad y auDICIEMBRE - ENERO 2004

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tocontrol en cuanto a su desempeño social, en la intimidad estos hombres suelen ser desmedidos, arriesgados y vulnerables.

Los fines de semana frecuentan bares de moda y discos gay, el chill out es su estilo favorito de música electrónica y cuando están a solas disfrutan la señal por cable de Cosmopolitan TV. Lesbiana chic Cosmopolita y fashion victim, estas mujeres adoran la buena gastronomía y son asiduas a los lugares de moda y los centros comerciales. Tienen una actitud ética 'T un perfil estético de avanzada, y por su debilidad hacia el mundo de los placeres y la sensualidad, son mujeres atractivas y 100 por ciento hedonistas. Nunca asumen con ortodoxia militante su discurso gay, y aunque definitivamente prefieren tener sexo con otras mujeres, adoran ser deseadas por toda suerte de hombres porque esto revaloriza el éxito de su solicitada feminidad. Después de los treinta se tiñen el cabello de rojo, negro o dorado, son muy femeninas en sus ademanes coloquiales y en cuanto a la indumentaria nunca se exhiben de manera evidente. Estas mujeres por naturaleza sofisticadas y sensuales, se inspiran en Sarah Jessica Parker, nunca se pierden un episodio de Sex and The City y beben martini, pato frío y cosmopolitan, porque prefieren los cocteles a los tragos en las rocas.

Lesbiana male acting Nunca visten nada que pueda atraer el deseo sexual de un hombre convencional; sin embargo, a partir de sus preferencias estéticas, construyen un discurso fashion elocuente aunque poco complaciente con el modelo de feminidad clásica. Militantes en ejercicio de su sexualidad gay, prefieren ser reconocidas como chicas extremas y explícitas. Pro-academicistas y genuinamente retóricas, estas mujeres se entregan mejor a las noches de buena

conversación en casa de amigos que a las galas de exhibicionismo snob. Beben vino —preferiblemente tinto—, son gentiles, deferentes y protocolares en su trato con el resto de las mujeres, y lucen con desenfado jeans Levi's a la cadera, franelas Lacoste y zapatos Adidas de diseño retro. Estas mujeres representan el rostro evolucionado y revolucionario de la clásica camionera, y con su estilo de vida defienden inteligentemente su derecho a la homosexualidad. Como jefas son determinadas aunque también abnegadas y compasivas. Leen revistas como Vanity Fair, Semana (la edición colombiana) y Gato pardo.

Cyberonanista Esta categoría, preponderantemente masculina, responde a la dinámica sexual de jóvenes universitarios con una vida social saludable que, sin embargo, se conectan cotidianamente a páginas web de contenido erótico. Tienen orgasmos casi a diario frente al monitor de sus computadoras en la intimidad de sus habitaciones, y sostienen relaciones epistolares subidas de tono a través de la red con chicos y chicas de todas partes del mun-

do. En las noches frecuentan antros, bares y discos pero no buscan contacto sexual desesperado ni propician situaciones de flirteo descarado porque se sienten sexualmente satisfechos.

Estos jóvenes suelen pasar inadvertidos y nunca hacen chistes de doble sentido. Parecen seguros de sí mismos y leen revistas como Urbe y Rolling Stone. Escuchan rock, pop y música electrónica. No practican deportes 'extremos.

Libido viejo verde Después de haber atravesado la barrera de los cuarenta años, viudo, casado o divorciado, el hombre representativo de este colectivo siempre parece ligeramente insatisfecho y devela un comportamiento social desubicado y libidinoso, con sus colegas, amigas, conocidas y desconocidas en general. Piropea a las cajeras que lo atienden en los mostradores de los bancos, farmacias, tiendas y supermercados y trata de entablar conversación —de un modo forzado— con las chicas que se cruzan en su camino y vienen del liceo, la universidad o el gimnasio. Suelen desestimar la crueldad de las diferencias generacionales y por ello se ex-

ponen continuamente al ridículo. Frecuentan bares fuera de moda, de poca monta, restaurantes de carne y visten casi siempre pantalones de pinzas, zapatos de suela y trajes de saco en color marrón. Se dejan crecer el bigote porque los hace sentir varoniles y no suelen ganar demasiado dinero.

Frígida workaholic

A este grupo pertenece una variopinta diversidad de mujeres que van desde algunas burguesas clase media buscando superación profesional y status económico hasta prostitutas de alto perfil y diversos estilos de mercenarias del sexo y el cuerpo en activo ejercicio profesional. Tienen sexo con regularidad aunque a veces no lo disfrutan porque su agenda de compromisos les impide entregarse completamente al placer sensual. Mientras experimentan o simulan el éxtasis piensan en el modo de incrementar sus inversiones económicas a mediano plazo y con el menor esfuerzo posible. Beben alcohol con descontrol y compran ropa y joyas a crédito. Inconstantes por naturaleza,

desórdenes alimenticios que los obligan a comer muy poco o mucho más de lo normal. No son agraciados ni sensuales en su performance social e ideológicamente son previsibles, moralistas y conservadores. Comen con frecuencia en locales de fast food y de noche acuden a locales de entretenimiento inofensivo como Friday's o Tony Roma's. No fuman, toman café con leche por las mañanas únicamente y sólo beben vino o cerveza de forma ocasional.

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Pansexual De espíritu libre y desprejuiciado, los hombres y mujeres pansexuales atraen el deseo de personas de ambos sexos con idéntica intensidad. Tienen relaciones sexuales muy satisfactorias con hombres y con mujeres —indistinta y alternadamente— y a nivel moral y formal son eclécticos y liberales. En la actualidad estos especímenes de apariencia preponderantemente andrógina reemplazan a los sujetos que en los años ochenta eran

estas mujeres suelen ser reveladoras en su performance cotidiano: visten escotes pronunciados, pantalones ajustados y faldas cortas. Chequean a diario las páginas sociales de la prensa local y son fanáticas de los salones de estética, las hidrataciones faciales y la pedicura. Odian cocinar.

Sexo abstemio

Se trata de hombres y mujeres que no se entregan a los placeres de la vida sexual extra-marital porque sus estrictas convicciones religiosas lo impiden. Evitan todo contacto físico con el resto de los mortales para mantenerse a salvo de situaciones de excitación no planificadas, manifiestan con frecuencia comportamientos histéricos y paranoicos y sufren de acentuados

tildados peyorativamente con el mote de bisexuales. Se trata de personas abiertas y plurales, que visten a la moda, adoran la tecnología y cuidan su consumo de calorías diarias. En el pla-= DICIEMBRE - ENERO 2004 EXCESO

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no ideológico son liberales y tolerantes, idolatran los aciertos de figuras públicas como Ewan McGregor y David Bowie y se interesan por la literatura de Oscar Wilde y los géneros musicales de vanguardia.

Macho predecible Puede ser tu jefe o el motorizado de la compañía en la que trabajas. Esta es quizás la categoría más permeable y democrática de todas por su apego al alfabeto machista convencional. Estos hombres piensan que siendo bruscos son más apetecibles, no tienen ética amorosa de ninguna categoría y corren detrás de cual-

quier palo con falda. Son bastos y ordinarios en sus rituales íntimos y consuman rituales amatorios al menos tres veces por semana —no necesariamente con la misma mujer. Juegan dominó con sus amigos una vez a la semana, beben Polar, hablan con metáforas peloteras y no tienen reparo en piropear al travestido de la esquina. Desayunan en areperas y cenan en el Maute Grill.

Bodylovers Hombres y mujeres cultores del cuerpo, aman los músculos que se dibujan bajo la piel de sus parejas, pero en el fondo nada supera el idilio que viven a diario frente a la propia imagen. Habitan durante horas los gimnasios más modernos de la ciudad y en su tiempo libre suben al Avila para conectar la belleza de sus esculturales fisonomías

con la gracia y el milagro de la naturaleza que los rodea. Son cordiales y amigables con la mayoría de la gente, visten ropa deportiva la mayor parte del día y preparan el menú de su alimentación en casa o en alguna fuente de soda de confianza. Si no se está en forma, seguro darán algunos consejos para recuperarla. Tienen una vida sexual estricta y disciplinada, y sólo hacen el amor en condiciones de iluminación que favorezcan la visión de sus músculos esculpidos con tesón. Eventualmente compran y leen las revistas Salud, En forma y Variedades.

Tweens Desde los 11 años los chicos de hoy ya son adolescentes y, en vez de jugar con tacitas de café y carritos de carrera, devoran la transmisión panregional del canal MTV latino, se comunican por teléfonos celulares y se conectan a diario al Messenger

de sus computadoras para chatear con sus amigos de todas partes del mundo. Los tweens son chicos sintonizados con la movida de su tiempo, que visten de un modo extravagante pero a la moda, que comprenden y- escuchan las noticias internacionales y compran música por Internet con las tarjetas suplementarias de mamá o papá. Coleccionan juguetes fetiches como Las chicas superpoderosas o Bob esponja, consumen juegos electrónicos, adoran la comida rápida y engullen como autómatas toda suerte de shows de televisión. Además de MTV, los tweens siempre sintonizan Locomotion y son fanáticos del drum 'n' bass y el rock alternativo. En cuanto a su comportamiento sexual, son precoces y asertivos.

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-timos un poco de amor y afeo. La mayoría de nosotro bien queremos sexo.

Los amigos son increíbles. La familia es maravillosa. Pero hay pocas cosas que se pueden comparar con la intimidad que hay en una relación sexual apasionada. Para muchos de nosotros, es el centro de nuestras vidas. Y después de una cantidad de años de experiencia, usted debería llegar a ser un maestro en el área.

De manera que la dificultad para lograr o mantener erecciones no es sólo una molestia, es un problema que puede afectar su relación y su sensación de bienestar. Afortunadamente, es sólo un problema médico. De manera que hable con su pareja y consulte a su médico. Él puede sugerirle un tratamiento eficaz y adecuado. De hecho, más de veinte millones de hombres han recibido tratamiento con buenos resultados. Únase a ellos, y usted también podrá hacer el amor.. sin excusas.

Mantenga la Vida en su Vida Sexual

A taviada a media tarde con blusa floreada, empinadas sandalias y joyas de ámbar, Hanna Lilith Migliavacca se desliza por esos riscos indescifrables que son las hijas de Eva después de los cincuenta años: equinocciales, míticas, desprovistas de edad y sexo. Pero ella no es lo que el común entiende monolíticamente por mujer y ni siquiera ese es su nombre de pila.

Hanna Lilith Migliavacca habita el recién nombrado recodo del "transgénero", que por desconocimiento suele echarse en el mismo saco de la transexualidad prequirúrgica y postquirúrgica, el travestismo o la homosexualidad. Ella se asume como mujer, viste como mujer, piensa como mujer, pero entre sus muslos se balancean genitales masculinos de los que no desea apartarse, aunque no formen parte indispensable de su artillería erótica.

Para empezar cabe la duda de qué vocablos convocar para referirse a ¿ella?, ¿él? Migliavacca, oriunda del Buenos Aires y nacida en 1945, residenciada en Caracas desde hace doce años, es tajante al respecto: "Soy una mujer con pene".

En adelante el camino se aligera. Basta con escudriñar en sus ojos de encandilado cobalto para convencerse de que al frente palpita una fémina, quizás en este caso —y no en broma—, una mujer de pelo en pecho.

Hanna descubrió hace muy poco, por pura casualidad, que quizás no es del todo una transgénero, sino que más bien padece de lo que el médico J. M. Morris llamó en los años sesenta Síndrome de Feminización Testicular y en fechas más recientes sustituido por el más apropiado y menos estigmatizante término SIA, Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos; es decir, su cuerpo sería resistente a los andrógenos (hormonas masculinas) que producen sus testículos, por lo que tiene ciertas características físicas femeninas.

Esa asunción científica —que debe corroborarse con costosos estudios genéticos—, si bien le ha brindado una cierta tranquilidad y hasta orgullo, le fue muy cara en la adolescencia. En la Argentina de la infancia de Hanna imperaba un orden casi germánico, por lo que todos los 86

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Juan Migliavacca Veinticuatro

relaciones sexuales con muchachos mayores, pero no le gusta hablar de "abuso", pues para ella se trató siempre de un combinación de sílabas más compleja que el tajante asunto muy divertido e inocente. Su familia, de origen inglés e italiano, se hacía monosílabo de su bautismo, pero se resiste a cualquier de la vista gorda: "Mi familia lo único que hizo fue aceptar y ratificar clínicaforjamiento de sus señas. Lleva con hidalguía el sino de una mente lo que todos sospechaban que serían rasgos en mi vida. Lo tan temido se ambigüedad genética que, sin renunciar a sus rasgos hizo factual. Tengo fotografías de mi muy tempranísima infancia en las que se viriles, envuelve en el atavío de una mujer madura. me ve muy amanerada. Mi abuela me regalaba potes vacíos de crema, le pedía Hembra o varón, en todo caso, no quiere pasar por lo que les dejara un poquito. O me obsequiaba labiales terminados, y yo los usaque no es, sino proclamar con toda honestidad a los ba. Muy pequeñito me hubiera gustado cuatro vientos la imprecisión de su sexo aprender a tejer, pero pusieron el grito en el cielo. Las veces que me quedaba unas horas solo en casa me probaba los sostenes de mi mamá".

La abuela paterna, una institutriz inglesa que siempre trabajó en casas de dio plomáticos coterráneos, fue la única que aceptó su condición. "No sé si ella sería consciente de cada instancia de mis cambios, pero parecía verlo como una cosa natural, como juegos a los que no había que darles tanta importancia".

Al llegar la legendaria madrugada de la adolescencia, en la que todo se forja, se trastoca y transmuta, comenzó de manera incipiente la historia de Juan como "ella". Admitió sus diferencias con el sexo masculino y sólo mantuvo relaciones homosexuales: todo intento con el otro sexo fue una desilusión.

Jacqueline Goldberg Sin embargo, alrededor de los 21 años, el instinto de procrear fue más viniños iban a la escuela y una vez al año pasaban por la Sa- goroso que todas las batallas ganadas a nidad Escolar, que expedía certificados de salud impresla represión: "En aquel entonces tenía cindibles para continuar la escolaridad. "A los nueve años una desesperación por los chicos, me enobservaron que mis pechos y caderas se estaban desarrocantaban. Pensaba que no me iba a perllando. Me enviaron a Endocrinología y determinaron donar llegar a mi vejez sin hijos. Entonque se trataba de un desarreglo hormonal, por lo que, en ces inicié toda una campaña consciente, el mejor espíritu del cientificismo positivista, decidieron ridícula, muy patética, pero real. Experiinyectarme hormonas masculinas los lunes, miércoles y menté el esfuerzo de querer ser hombre y viernes, sagradamente. A pesar de ese incesante goteo, mis me casé, sólo para tener hijos". pechos seguían creciendo de manera inexorable, para deAunque de pesadilla, el matrimonio licia de mis vecinitos mayores, quienes los disfrutaban a duró dieciséis años: "Ocurre que tuve mansalva. Eran juegos inocentes, puedo asegurar de qtfe -- una gran prosperidad económica que noéramscietdloquhaíms.Oeno, creó vínculos de interés. Más que un matal era mi caso. Inventábamos todo lo que se podía a fuer- trimonio, aquello era una empresa. Hasza de puro instinto, como bichitos". ta que, bueno, las cosas tienen un precio Hanna —entonces Juan Migliavacca, a secas— tenía en esta vida. Desgraciadamente, en ese = Preferiría que en sus documentos de identidad apareciera una

en la vida de una

mujer .

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momento, había dos criaturas involucradas. Tuvimos, institucionalmente, dos hijos; en realidad, uno era mío y el otro

no le interesaban las relaciones intrascendentes. "Las varias mujeres que ha habido en mi vida no son mujeres muy mujeres. Son en algún sentido, mayor o menor, mujeres masculinas. Mi esposa era infinitamente masculina en cuanto a mujer de empresa: emprendedora, ejecutiva. Recordando el pasado, diría que también era muy masculina en la cama.

Pero era una persona, de las tantas que

lo necesario, debo reconocerlo. Al poco tiempo cayeron los militares, vino un destape y una sociedad que había estado reprimida por los militares se largó a loquear de cualquier manera. Hubo una confusión de valores. Ese soltarse en mí pasó por la diversidad sexual. No solamente fue el destape por la desaparición de la dictadura, sino también por la otra dictadura que yo había padecido: la mía propia. Me quería poner al día con todo lo que no había vivido. Fue una etapa bastante sórdida, pero afortunadamente sin consecuencias".

H no. Pero mi hijo más querido fue el que no era mío y tristemente murió a los quince años: una bella persona, me dio además muchas más satisfacciones que mi

hijo carnal, que salió un desastre y con el que tuve una ruptura total. Mi sexualidad fue un tema del que no se habló pero que nunca fue un misterio. Hay proyectos que salen fallidos. Ese hijo lo fue".

Mientras duró el matrimonio la fidelidad fue un bastión. No quería interferencias en su apuesta por la virilidad y

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he conocido, que piensa que esas cosas se hacen, pero no se piensan ni se hablan... Sobre todo, no se hablan".

Con el divorcio ocurrió también la re-

anna comenzó a vestirse de mujer de una manera muy progresiva. Primero se zambulló en el glamour de la ropa interior femenina. Más tarde salió a la calle con blusas y accesorios. Hoy usa sandalias, se depila y se maquilla muy discretamente. Las faldas no le gustan, pero por su incomodidad.

"A los nueve años observaron que mis pechos y caderas se estaban desarrollando. Me enviaron a Endocrinología y determinaron que se trataba de un desarreglo hormonal, por lo que, en el mejor espíritu del cientificismo positivista, decidieron inyectarme hormonas masculinas los lunes, miércoles y viernes, sagradamente. A pesar de ese incesante goteo, mis pechos seguían creciendo de manera inexorable, para delicia de mis vecinitos mayores, quienes los disfrutaban a mansalva. Eran juegos inocentes, puedo asegurar de que no éramos conscientes de lo que hacíamos. O al menos, tal era mi caso. Inventábamos todo lo que se podía a fuerza de puro instinto, como bichitos"

conquista de la vida. Volvió a la universidad —había abandonado la facultad de arquitectura— para estudiar filosofía; debió aprender de nuevo a manejar la ciudad, sobre todo esa subterránea urbe de pesquisas sexuales; montó una librería, y se incorporó a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), en aquel entonces clandestina debido a la dictadura.

"Esa época de mi vida tuvo lo patético y

De todas maneras, no le interesa llegar a una metamorfosis tal que se olvide —ella misma y los demás— que bajo sus ropas palpita algo del cuerpo de un hombre. Por eso no pretende cambiar quirúrgicamente de sexo y mucho menos "pasar", es decir, subirse al metro y que nadie la mire por creerse que es, simplemente, una mujer. "Eso se considera en el mundo transgénero un logro: no tienes nada más que pedirle a la vida. Si la sociedad, la calle, no te paran, eres una mujer más".

Lo de Hanna, lejos de neurosis o inconformidad, es una actitud política.

Como dirigente de movimientos de diversidad sexual —es secretaria de Unión Afirmativa, que reúne a intelectuales, y

participa en Amazonas de Venezuela, grupo de lesbianas—, renuncia al privilegio de "pasar" para hacer una denuncia y defender no sólo su propio derecho a ser diferente, sino el de tantas otras personas a quienes quizás se les dificulta cruzar las fronteras de sí mismos.

"No hay presencia si soy meramente una mujer más. No estoy reclamando mis derechos. Si tengo que ir a un ministerio a presentar un documento, voy con todo el atuendo femenino, bien clara y con mucho orgullo, porque estoy mirando a los ojos. Los gays tienen precisamente el problema de que se dejan una barba y no van a una tasca sino a un bar gay. Eso es segregarse, excluirse. Salen de un closet para meterse en otro. El homosexual machito no es menos homosexual. Ahí viene la parte de militancia: decir, yo soy homosexual, aunque no lo parezca, aunque no responda al prototipo".

Hanna considera una aberración el cambio de nombre en su cédula de identidad, aunque alguna vez merodeó la idea. De todas maneras eso es trabajo de Sísifo, un imposible burocrático, sobre todo en Venezuela, donde las trabas sólo se solventan de manera fraudulenta.

"De cambiarme el nombre me gustaría ponerme Hanna Lilith. Hanna porque, si bien es un nombre hebreo, en árabe es Juan. Y Lilith, lo digo con un poquito de pudor, porque es la reina, la diablesa del folklore judío, la seductora. Tras muchas averiguaciones en los ministerios y en la Defensoría del Pueblo, me di cuenta de que sólo podría cambiar mi cédula yendo a un pueblo de provincia en cuya jefatura civil haya ocurrido un incendio. Uno se presenta con dos borrachitos de la zona, se les da dinero para que digan que uno es conocido del lugar y se llamaba fulano de tal. Por supuesto, el jefe civil está arreglado también. No hay que tomar el nombre de una persona que murió, porque no hay un registro, se quemó todo.

Digo que me llamo Hanna Lilith Migliavacca, que nací en Cumaná y listo.

Pero eso es una porquería. Tendría que olvidarme de todo lo que fui".

El nombre masculino en un documento de identidad en el que aparece la foto-E:

No está sola en el mundo Charlotte von Mahlsdorf en realidad se llamaba Lothar Berfelde. A los dieciséis años asesinó a su padre, un déspota con ideas nacionalistas que maltrataba a la madre y que jamás aceptó la metamorfosis que se hilvanaba en el cuerpo y las emociones del delicado rubio.

Ya de niño, Lothar —nacida en Berlín en 1928 y fallecida en Austria en el 2002—, admiraba los vestidos de la madre. En soledad se probaba aquellos guardados desde la Primera Guerra Mundial en unos baúles del desván: "Me encantaba mirarme y remirarme con ellos puestos, y dar vueltas ante el espejo. Pero a quien, desde luego, no le encantaba en absoluto era a mi padre. Cuando me veía, con la fusta en ristre, me arrancaba el

Charlotte von Mahlsdorf, pionera en el tránsito entre géneros

vestido de encima y se ponía a gritar", cuenta en su autobiografía, titulada en español Yo soy mi propia mujer (Tusquets, Barcelona, 1994).

En 1945 Lothar le confesó a su madre que era ''su hija mayor"; luego comenzó a vestir sin miramientos ropas femeninas. Los vestidos de los años veinte eran sus preferidos, sólo en invierno llegó a lucir pantalones. "Sencillamente es que la ropa de corte varonil no me va, me hace sentir insegura. Con un vestido o un abrigo entallado de señora todo va como una seda. La gente se da cuenta perfectamente de cuándo una persona está en consonancia consigo misma", escribió.

Con la decisión de asumir todos los ribetes de su feminidad —a los cuarenta años, para explicar a la madre que no se casaría, sentenció "soy mi propia esposa"— llegó también la segregación y la lucha, primero contra el nazismo y luego contra el comunismo, regímenes que persiguieron sin escrúpulos la homosexualidad. Pese a sucesivos infiernos —encarcelamiento, palizas, persecución y represión— se asumió como Charlotte von Mahlsdorf, al tiempo que hizo de su intuición para el coleccionismo un oficio, una obsesión, un acto trascendente que diluyó su extraña presencia.

Durante la adolescencia se despertó en Charlotte una honda pasión por conservar muebles y objetos de la llamada Grunderzeit, corriente alemana de diseño industrial de fines del siglo XIX que ya pocos apreciaban y que con frecuencia arrojaban a la basura, sin imaginar que Charlotte los recogía para ordenarlos en función de un discurso histórico y estético que más tarde sería admirado por el mundillo cultural y museológico berlinés. Con su prominente colección personal —la más importante de fonógrafos y gramófonos de Europa— creó un museo privado en un edificio de doscientos años de antigüedad situado en Kópenick, en la Berlín Oriental, que el Estado de la RDA le concedió en usufructo gratuito en 1959 y que ella restauró y reconstruyó con sus propios medios. La RDA nunca reconoció oficialmente su esfuerzo, pero le permitió comprar el edificio en 1990. En 1992, el Presiden-

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te de la recién unificada RFA le entregó la Cruz Federal del Mérito por su apertura y su inmensa humanidad.

Ironías de la vida, el Estado de Berlín adquirió la colección del Museo Grunderzeit en 1997, el mismo año en que Charlotte —habiendo sido un emblema de la lucha contra la marginación— se mudó a Suecia para huir de una nueva hostilidad homofóbica, emprendida esta vez por los skinheads. "Mi sueño sería que nunca más se te preguntase cuál es tu religión, el color de tu piel, tu ideología, tu orientación sexual, tu adscripción política, tu fortuna o tu posición social".

Pero Charlotte von Mahlsdorf es ahora más que una bandera o un libro.

El Teatro Lyceum, de Broadway, la acoge desde el pasado 24 de noviembre en la obra / Am My Own Wife, escrita por Doug Wright, dirigida por el venezolano Moisés Kaufman y protagonizada por Jefferson Mays —actor formado en la Ann Bogart's SITI Company. Luego de arrasar ya en dos ocasiones con la taquilla en off Broadway entre mayo y julio pasado, el aclamado montaje de la compañía Plawrights Horizons constituye un contundente discurso político, que refleja las circunstancias de una minoría y la historia de una mujer que defendió sus reveses hasta el fin de su vida.

La pieza tiene un prontuario de por sí exitoso. Doug Wright fue el escritor de la conocida película Quills, sobre el Marqués de Sade. Moisés Kaufman, por su parte, viene de dirigir Gross Indecency: The Three Trials of Oscar Wilde, con más de seiscientas funciones en la Gran Manzana y la tercera pieza más montada en la temporada norteamericana 1998-1999, sin contar las innumerables funciones en Londres, París, Budapest, Estocolmo, México y Frankfurt. Kaufman —el primer venezolano que dirige en Broadway— condujo también con su grupo Tectonic Theater Project The Laramie Project, la segunda obra teatral más escenificada en la historia de Estados Unidos, llevada al cine por HBO y nominada a cuatro premios Emmy en el 2002. / Am My Own Wife es el resultado de una serie de entrevistas que Doug Wright le hizo a Charlotte en 1990 en Berlín. El escritor comenzó a esbozar la pieza pero, en 1992, cuando se abrieron los archivos de la Stassi, descubrió que su personaje habría sido informante y colaboradora del servicio secreto alemán. Eso, lejos de propiciar nuevos recovecos creativos, supuso un severo bloqueo de su escritura, pues admiraba tanto a Charlotte que no quería anegar su imagen. Sin embargo, en el verano de 2000 Wright fue invitado al laboratorio teatral Sundance, en las montañas de Utah —que dirige Robert Redford— para intentar dar forma al abandonado proyecto. Aunque renuente, aceptó, llevando consigo al director Moisés Kaufman y a un actor.

"En nuestro primer día de ensayos le dije a Doug: 'Estamos aquí para no escribir una obra'", explica Kaufman desde su oficina en el Upper West Side de Manhattan. "Le dije que quería usar nuestro tiempo allí para explorar, para ver qué material tenía. Le pedí que nos usara al actor y a mí como público y nos presentara pequeños momentos de Charlotte. Entonces un día, Douglas trajo un vestido negro, al día siguiente un fonógrafo. Y así poco a poco fuimos creando, no una obra de teatro, sino una obra que habla de la imposibilidad de reconstruir a Charlotte. Una de las preguntas que más me interesan a mí en el teatro es ¿como podemos reconstruir la historia? ¿A quién le toca ser el escritor o narrador de la historia? ¿Cómo cambia la historia dependiendo de quien la cuenta?".

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grafía de una mujer no ha traído hasta ahora a Hanna inconvenientes civiles, pero si malos ratos. Hay personas que se burlan, otras se asustan, las más, bajan la mirada y se embolsillan la suspicacia.

"Si no fuera trágico, sería cómico. Y la tragedia resulta de que quienes me tratan a diario y me consideran una mujer, cuando me piden la cédula de identidad, no entienden nada o entienden y se horrorizan, salpicándome con su caos, hasta cierto punto comprensible, porque esta sociedad subdesarrollada a la que pertenecemos ha sido estimulada a execrar todo lo diverso y, muy en particular, machismo mediante, toda alteridad en el ámbito sexual o genérico".

Cambiar de nombre sería para Hanna denunciar que está encerrada en un cuerpo equivocado. Y eso es esquizoide. Ella asegura estar muy a gusto tanto con las topografías masculinas como con las femeninas que confluyen en su altísima y angulosa humanidad. "Soy una unidad psicosomática: no somos dos. Estoy en este cuerpo, que lo acomodo para que se parezca a como me siento por dentro.

Análogamente, lo que reclamaría a nivel político es que me den documentación, porque tengo avales clínicos y psicológicos que dicen que soy de sexo masculino pero de género femenino. Dado que el establishment nunca me va a brindar la documentación que yo pido, mi militancia, ese dar la cara vestida de mujer, es también una forma de protesta".

Hanna no oculta el orgullo que le brindan sus senos: pequeños, sólidos, como los de una recién florecida quinceañera. Incluso cada 28 días se inflaman y le duelen, como si fuera a menstruar.

Tras un sangramiento que sdrió hace unos meses, un estudio médico le sugirió que su cuerpo cumple una suerte de ciclo menstrual e incluso le ha sido recetado un tratamiento de reemplazo hormonal, como a cualquier menopáusica de su edad. "Mi vida no tiene secretos: tiene pudores", aclara, femenina.

La aceptación de Hanna no es, de todas maneras, totalmente espontánea. Ha pasado la mitad de sus días en un diván psiquiátrico, hurgando en sus meandros.

También la poesía, esa escritura redento-

dentoras, no exentas de otras dudas: "Hace ya muchos años que aprendí a erguirme de ese marasmo de sentimientos de inadaptación y desvalía. No obstante, soy consciente y debo abiertamente reconocer que el dolor que he experimentado Cambiar de nombre sería denunciar que está encerrada en un cuerpo equivocado. Ella asegura estar muy a gusto tanto con las topografías masculinas como con las femeninas que confluyen en humanidad. "Soy una unidad psicosomática: no somos dos. Estoy en este cuerpo, lo acomodo para que se parezca a como me siento. Lo que reclamaría a nivel político es que me den documentación, porque tengo avales clínicos y psicológicos que dicen que soy de sexo masculino pero de género femenino. Dado que el establishment nunca me va a brindar la documentación que yo pido, dar la cara vestida de mujer es también una forma de protesta" hasta el momento y el que deberé seguir afrontando en el proceso de aceptarme y amarme tal cual soy llegará a ser el mayor logro de mi vida". L

ra de la fragilidad del alma, la ha socorrido. Escribe desde la adolescencia y, aunque no se ha atrevido a publicar, sus textos develan una madurez literaria en la que se evidencia un imaginario netamente femenino: "Mis entrañas sedientas abrevan las cenizas de tu vapor, / que se eleva hasta perderse en las bóvedas azules de mis pechos, / a los que tu licor nutre y con tu alimento crecen, / para mejor velar tu reposo de guerrero, / para ser La Potra Salvaje y gustarte, / tu fiesta, mi alegría; / mi cuerpo y el tuyo; / antes que el cordón de Plata se corte; / y el Cuenco de Oro se parta, / y la Rueda se rompa contra la roca del camino", escribió Hanna. Y acota con su intacto acento porteño: "No creo que un hombre pueda escribir así".

Hanna trabajaba hasta hace muy poco como fotógrafa, pero la exquisitez de sus trabajos y la rigurosidad de su técnica se han visto limitadas por la crisis económica. Hoy subsiste vendiendo ropa íntima femenina y cosméticos de la conocida línea Avon. Sus dientas, lejos de perturbarse, se sienten bien aconsejadas por esa proveedora de belleza que conoce las honduras de todos los sexos.

"Ahora tengo relaciones con lesbianas.

Mi espontánea tendencia sería tener relaciones con un hombre heterosexual. Pero

quien se siente atraído por una mujer como yo generalmente está atraído por una peculiaridad homosexual. Entonces te encuentras con cierta conceptualización falocentrista. A la larga, si bien no es buscado ni deseado específicamente, mi relación con hombres se da generalmente con homosexuales porque los encuentro más femeninos, más sutiles, más delicados. Tienen otra sensibilidad".

L

a génesis de Hanna Lilith Migliavacca —a expensas del primer Juan— estuvo enlutada por amenazas escatológicas, sufrimiento y desprecio. Lo que hubiera sido su valor como hombre se desintegró sistemáticamente frente a una percepción de sí misma como una "mujer de segunda clase".

Hoy la madurez le brinda ciertas certezas re-

Hanna Lilith bucólica

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Desconocido prócer —construyó varias urbanizaciones de la sucursal del cielo, entre ellas La Florida con sus avenidas plantadas de jabillos, apamates y acacias—, su estampa y su particular estilo de hacer negocios se grabaron en los recuerdos de su hija, Isabel Margarita. Es la caraqueñísima voz de esta mujer, suerte de sandwich entre dos de los grandes responsables de lo mejor de la arquitectura caraqueña —Margot casaría con el insigne Carlos Raúl Villanueva, creador de El Silencio, la Ciudad Universitaria de Caracas y el 23 de enero, por sólo mencionar tres piezas del rompecabezas—, lo que la nieta de ambos, Adriana Villanueva, ha recogido en el libro Margot, retrato de una caraqueña del Siglo XX, que aparece bajo el sello de Polar

y del cual se publica un capítulo. En una suerte de admirable juego de espejos, la autora ha logrado retratar a su abuelo, a su bisabuelo, a su abuela y a una ciudad llena de memorias que se resiste a desaparecer sin dejar testimonios de su plácida —y magnífica— existencia

1)9, Juan Bernardo Adriana Villanueva

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H

mente, mamá llegó a ser la mujer de un hombre rico y tuvo maoy terminé la casa de Salas a Balconcito, N° 30. Al primero ravillosas prendas que le regaló papá, pero sus primeras joyas sirque me dé por ella Bs.60.000,00 se la vendo", anunció Juan Bervieron para que Juan Juan remodelara sus primeras casitas. nardo Arismendi en el periódico.

Papá decía que cuando dios hizo al mundo le dio todas las Y así fue, al primero que se presentó, se la vendió. Ese fue uno cualidades a las mujeres y todos los defectos a los hombres. Sin de los primeros negocios que hizo papá en Caracas. Juan Juan de embargo, a papá no le gustaba que sus mujeres se inmiscuyeran muchacho en Río Caribe hacía trampajaulas y papagayos para en negocios. venderlos, picaba hojas de plátano para hacer hallacas y empape"Ustedes no negocian" —siempre nos decía. "El que las llame laba las paredes de las casas de los recién casados; pero cuando a proponerles un negocio ustedes le dicen que no. Ustedes ni comllegó a Caracas, por sus estudios y su trabajo como boticario, tupran ni venden". vo que dejar los negocios de lado por unos años.

Juan Juan decía que aquí había muchos especuladores que Los primeros negocios de papá fueron muy sencillos: comprasiempre estaban intentando aprovecharse de las mujeres. Imagínaba casas viejas, les hacía pequeños arreglos y las vendía. No eran te que cuando quedé viuda le pidió a sus adláteres que me siguiegrandes remodelaciones, a unas casas les ponía mosaicos, a otras ran sin que yo me diera cuenta, y eso que no era una viuda joven les modernizaba los baños poniéndoles w. c. —que era una verporque ya tenía más de 60 años, todadera innovación en la época— y en davía manejaba y cuando pasó el algunos casos convertía una casa primer golpe de la muerte de Carlos, grande en dos casas pequeñas. De peempecé a salir, pero yo notaba que queño arreglo en pequeño arreglo, adonde iba aparecía uno de los papá se fue convirtiendo en todo un hombres de confianza de Juan Juan, próspero negociante. Y la plata que y se lo conté a Pimpa. iba ganando con estos negocitos la "¡Ay Pimpa, qué mortificación! reinvertía en comprar casas nuevas.

No sé si estoy equivocada pero ten- o A papá le fue muy bien hasta la recego la impresión de que me están sisión del año 29 cuando hizo La Floguiendo". rida, porque la gente empezó a devolPimpa se rió y me lo confesó toverle las casas porque no tenía dinero do: "Ay, Sumisia, tú no sabes lo para pagárselas, y aunque no quebró que papá me ha dicho: que no te porque pagó hasta el último centavo, quitara los ojos de encima, que te Juan Juan se quedó sin nada y tuvo tuviera vigilada". que volver a empezar.

Fui de inmediato a casa de papá Mamá vivía con el gran temor de a reclamárselo: "Pero father ¿cómo que papá se volviera a arruinar. No se es posible que por estos abriles tú metía en sus negocios, pero se la pame estés siguiendo y vigilando?". saba preguntándole: "Viejo, ¿estás Papá me contestó: "¡Mi amor, no es seguro de lo que estás haciendo?". por ti! ¡Es porque hay mucho sinMamá había sido criada por sus vergüenza buscando plata!". padres adoptivos de una forma muy Margot cuando no era doña Papá siempre se encargó de maaustera y cuando ella oía hablar de nejar mi dinero porque a Carlos le horrorizaba que pudieran penmillones se quedaba horrorizada. A sus hijas nos decía: "Bájense sar que él se había agarrado real del ministerio, por eso papá no de esa nube de estar pensando que ustedes son unas niñas ricas sólo administraba lo que yo tenía sino también las pequeñas ecoporque ya las estoy viendo en la puerta de la Catedral con una cesnomías de Carlos Villanueva, y hasta lo hizo ganarse unos reales. tita en la mano pidiendo limosna".

Papá me decía: "No pregunte, que yo hago los negocios por A mamá le gustaba tener plata contante y sonante, no le gususted". taban los billetes, le gustaban las monedas, por eso le llevaban Una vez le prestó dos millones a Moisés J. Bendayán, el papá mochilas de fuertes todas las semanas. Y durante mucho tiempo de Amador Bendayán, para hacer un edificio en la calle El Recreo tuvo una cuenta escondida en el Banco Comercio que sólo descubrimos después de su muerte en 1971. Sin embargo, fue con la en Sabana Grande, y le dijo: "Mire, don Moisés, esta plata es de Margocita. Así que todos los primeros de mes usted se presenta en ayuda de mamá que papá pudo hacer sus primeros negocios.

Cuando murió Astolfo Mejías, entre lo poco que le pudo dejar su casa y le paga los intereses a ella".

Papá no era un prestamista, aunque solía financiar a los a su hija adoptiva estaba una casita en Miraflores y algunas prencompradores de sus casas y terrenos, pero en raras ocasiones das de valor. Mamá no dudó en darle a Juan Juan esas prendas prestaba dinero. Sólo a las personas que él sabía que eran hopara que las empeñara y tuviera dinero para hacer sus primeros norables y que le iban a pagar, porque papá nunca demandanegocios. Bebelita decía que la mujer de un hombre pobre no teba a nadie. Yo sabía cuando era primero de mes porque cona-= nía porque estar saliendo con un brillante en el dedo. EventualDICIEMBRE - ENERO 2004

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ba el timbre puntualmente a las doce del mediodía y era don Moisés J. Bendayán que venía a pagarme. Don Moisés canceló su deuda en el plazo acordado, fue tan puntual que yo hasta me quedé con algunos recibos hechos.

"Don Moisés: lo único que lamento es que no voy a recibir más su visita mensual", le dije cuando me extendió el último cheque en el banco.

Para papá sus tres hijas siempre fuimos unas niñas. Una vez papá necesitaba que firmáramos un documento y llegó afanadísimo a la oficina preguntando: "¿Ya llegaron las tres niñitas?". Eso causó mucha gracia entre el personal porque las "niñitas" ya éramos abuelas.

A pesar de que a papá no le gustaba que sus mujeres hicieran negocios, su primer socio en los negocios de bienes raíces fue una mujer, y les fue bastante bien: Beatrice Roche, con quien construyó seis casitas en la esquina de Pescador. Desde entonces papá dejó de ser boticario para convertirse en constructor.

San Agustín del Norte de riguroso estreno

Papá nos decía: "Miren, mis hijas, en Venezuela hay tres formas de hacer negocios: por las buenas, por las malas, o a los realazos. Yo les aconsejo que siempre los hagan por las buenas porque si los hacen por las malas, a uno terminan calumniándolo, o demandándolo, o pegándole un tiro y al final se terminan arreglando a los realazos". A papá siempre le gustó hacer negocios por las buenas, negocios en los que todas las partes salían ganando. Este cuento es una lección que recibió Juan Juan de cómo hacer negocios por las buenas: cuando papá era apenas un pichón de negociante y todavía no había construido su primera urbanización, le compró al señor Vóllmer un terreno de Traposos a Chorro. Para pagarle estaba contando con el dinero que iba a recibir de la venta de una casa que le había hecho a Márquez Bustillos, uno de los presidentes-títere del general Gómez. Márquez Bustillos lo embarcó: ni fue ni firmó. Juan Juan, muerto de la vergüenza, se apareció en casa del señor Vóllmer y le confesó que no 94

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podía firmar porque estaba contando con el pago de Márquez Bustillos para poder hacer el negocio, y el entonces presidente de Venezuela le había fallado. ¿Sabes lo que dijo el señor Vóllmer?

"No, Arismendi, sí vamos a firmar, y cuando Márquez Bustillos le pague, usted me trae la plata". Juan Juan se quedó pasmado porque él era un imberbe que apenas estaba comenzando y el señor Vóllmer era el señor Vóllmer. Firmaron, al poco tiempo Márquez Bustillos le pagó la casa a papá con una mochila de monedas de oro. Papá tomó inmediatamente un coche de caballo, que eran los taxis de la época, y se presentó ante el señor Vóllmer: "Señor Vóllmer, aquí tiene su dinero", le entregó papá la mochila de oro. El señor Vóllmer lo recibió: "Arismendi, espere que le tengo que dar el vuelto". "¿Vuelto?", le preguntó papá extrañado. "Sí, porque usted me está pagando en oro, tengo que devolverle la diferencia entre el oro y la plata".

Esta lección de clase y confianza que le dio el señor Vóllmer a papá Juan Juan trató de practicarla toda su vida. El mejor cuento

El club La Florida

de la forma de hacer negocios de papá es un cuento que se ha repetido hasta el cansancio pero que vale la pena volver a recordar.

Resulta que Juan Juan estaba caminando un día por la esquina de San Francisco cuando uno dé los corredores que trabajaban para él, Ricardo Chispa Domínguez, lo abordó.

"Doctor Arismendi, menos mal que me lo encuentro porque necesito urgentemente que me preste seiscientos bolívares".

"Chispa, estás de malas porque vengo del banco y en mi cuenta no tengo ni veinte bolívares".

En eso ven pasar por la calle de enfrente a Miguel Grosso, un italiano que hacía negocios con Juan Juan, y papá le gritó de acera a acera: "¡Miguel! ¿Todavía estás interesado en alquilar aquella casita en la esquina de Las Piedras?".

Don Miguel se acercó y le respondió: "Muchísimo, doctor". "¡Qué casualidad! Aquí traigo las llaves, pero eso sí, necesito que me des un adelanto de seiscientos bolívares porque ando sin un

céntimo". Don Miguel le dio los seiscientos bolívares encantado mientras papá se sacaba del bolsillo una llave y se la daba. Cuando don Miguel se fue, papá le dio el dinero a Chispa. "Caramba doctor, qué suerte que tuviera en el bolsillo la llave de esa casa". "¡Qué suerte ni qué suerte, Chispa, no seas pistola!", le respondió papá. "La llave que le di es la de mi casa, pero tú tienes tus reales y él tiene su casa, el único problema es que no va a poder entrar hoy y cuando mañana me venga a reclamar, yo le voy a decir: `¡Qué pena, Miguel, te di las llaves de mi casa!'. Le doy las verdaderas llaves y asunto arreglado".

Papá era un caso con las llaves, tenía dos totumas llenas de llaves en su escritorio y nunca sabía a qué casa pertenecían. Margot Rojas, su secretaria, cuenta que una vez papá le vendió un edificio pequeño en San Agustín del Sur a un señor a quien apenas conocía, que le dio diez mil bolívares de cuota inicial. Papá le hizo un recibo con un sobre arrugado que tenía en el bolsillo y, ante lo cuestionable del documento, le dijo: "No se preocupe, que está

quien se asocie conmigo". Juan María Benzo, Santiago Alfonzo Rivas, Tomás Sarmiento y Luis Roche fueron sus socios en la urbanización. Años después, Angel Rosenblat, en su libro Buenas y malas palabras escribió: "El nombre de urbanización para cada uno de los nuevos barrios residenciales (en México lo llaman colonias) surge entre nosotros hacia 1928, cuando Juan Bernardo Arismendi y Luis Roche, en los terrenos de la Yerbera, urbanizaron San Agustín del Norte. Años después, Mariano Picón Salas podía decir: 'Caracas no es una ciudad sino una confederación de urbanizaciones'".

Antes de los años veinte la gente de Caracas se limitaba a vivir en los alrededores de la Plaza Bolívar, pero Caracas estaba llena de haciendas como La Yerbera, El Conde, La Floresta, Las Mercedes, y promotores como papá empezaron a comprar estas grandes extensiones de tierra para fabricar en ellas numerosas quintas con jardines, ese fue el comienzo de las urbanizaciones. Cuando papá cumplió ochenta años, Fedecámaras le hizo un homenaje; PAPÁ NOS DECÍA: "MIREN, MIS HIJAS, EN VENEZUELA HAY TRES FORMAS DE HACER NEGOCIOS: POR LAS BUENAS, POR LAS MALAS, O A LOS REALAZOS. YO LES ACONSEJÓ QUE SIEMPRE LOS HAGAN POR LAS BUENAS PORQUE SI LOS HACEN POR LAS MALAS, A UNO TERMINAN CALUMNIÁNDOLO, O DEMANDÁNDOLO, O PEGÁNDOLE UN TIRO Y AL FINAL SE TERMINAN ARREGLANDO A LOS REALAZOS". A PAPÁ SIEMPRE LE GUSTÓ HACER NEGOCIOS POR LAS BUENAS, NEGOCIOS EN LOS QUE TODAS LAS PARTES SALÍAN GANANDO

La botica de Arismendi

firmado por Juan Bernardo Arismendi". Como cosa rara, papá le dio al señor la llave equivocada y el señor fue iracundo a la oficina de Juan Juan pensando que había sido estafado. Papá, muy apenado, empezó a buscar entre las gavetas de su escritorio y sacó otro juego de llaves y se lo entregó, pero a la media hora estaba otra vez el señor furioso en la oficina porque esas llaves tampoco habían servido. Entonces papá, cansado, le entregó las dos totumas llenas de llaves diciéndole: "Mira, viejo, busca entre todas estas llaves la que le corresponde a la cerradura y después me devuelves mis totumas".

San Agustín del Sur la construyó papá con el Banco Obrero; años antes, en 1928, había construido San Agustín del Norte, la primera urbanización construida en Caracas. Papá había comprado en una subasta en su primer viaje a Francia la hacienda La Yerbera que era parte de la herencia de Guzmán Blanco. Papá no contaba con el dinero suficiente, pero dijo: "Yo consigo

para esa época papá calculaba haber construido a lo largo de su vida más de diez mil casas, repartidas en las urbanizaciones Los Rosales, San Agustín del Norte, El Conde, parte de El Paraíso y el Hipódromo, La Florida, Alta Florida, San Antonio y Los Ruices.

San Agustín del Norte fue la urbanización precursora, estaba diseñada para gente de clase media. Originalmente se iba a llamar La Yerbera, el nombre de la antigua hacienda de Guzmán Blanco donde se construiría la urbanización, pero papá convenció a sus socios de que le pusieran el nombre de un santo porque a la gente y que le gustaban las cosas con nombres de santos. El proyecto era hacer casas sencillas, la mayoría de un solo piso, repartidas en calles que fueron bautizadas con nombres de próceres y de batallas. Entre los primeros habitantes de estas quintas estuvieron mi madrina tía Kámara —María Amalia Amengual de Yanes, la hermana mayor de mamá—, y tía Olimpia —la hermana menor de papá—, con sus familias. Ellas vivían de Arismendi a Pichincha,r: DICIEMBRE

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una enfrente a la otra. También vivía en esa calle la señora Dugand, la mamá de Beatrice Roche.

En San Agustín del Norte había un cine, El Dorado, que era lo que llamaban un cine de barrio pero bastante bueno, y también construyeron el famoso estadio de San Agustín donde durante años jugaron los Royal Criollos contra los Navegantes del Magallanes. Cuando nosotras íbamos al estadio con nuestras primas las Rodríguez Amengual nos habilitaban unas sillas en preferencia, aunque a mí nunca me gustó el béisbol, pero te advierto que mi primera cita con tu abuelo fue en un partido de fútbol en el estadio de San Agustín en el que me nombraron madrina, junto con María Luisa Benzo y Olguita Pérez Dupuy, y desfilamos las tres con sendos ramos de flores.

Con el tiempo papá fue conocido en Caracas como el padre de las casas y le vendió casas a ricos y a pobres por igual. Hasta a varios presidentes de la República; el cuento más famoso es el de Isaías Medina Angarita cuando todavía no era presidente de Venezuela pero sí era un militar de alto rango. Papá llegó a

Juan Bernado homenajeado

En familia, hace treinta años

su casa y se lo encontró apoyado a una pared: "¡Vieja, pero qué horror! ¿Cómo es posible? ¡Isaías Medina recostado en mi pared!". Medina Angarita, que era un militar de muy buen humor, sólo le comentó: "J. B., en esta casa como que no les gustan mucho los uniformes". ¿Tú sabes quién era Leonardo Ruiz Pineda? Un líder adeco que mataron en el gobierno de Pérez Jiménez... bueno, la viuda de Ruiz Pineda se quedó sin nada, y papá, para ayudarla, le recompró una casita que le había vendido hacía algunos años. Al primer cliente que fue a ver la casita, cuando salió, ¡lo metieron preso!

Juan Juan tuvo que llamar a Pedro Estrada, el jefe de la Seguridad Nacional: "Pero Pedro, ¿cómo es posible que yo mande a una gente a ver la casa y me lo metan preso?". Pedro Estrada le contestó: "¿Fuiste tú el que le compraste la casa a la viuda de Ruiz Pi96

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neda? Entonces no te preocupes". Y lo soltó. Imagínate que la señora Ruiz Pineda tenía que ir disfrazada para casa de Bebelita: se ponía peluca, lentes oscuros, porque le tenían una persecución horrible, y Mamá que era tan discreta, se paraba en la puerta a recibirla para que no creyeran que era una querida de papá.

La urbanización de la que papá estaba más orgulloso era Los Rosales, construida en 1938; era su urbanización ideal. Juan Juan compró a la familia Zuloaga parte de los terrenos de la hacienda Valle Abajo para hacer casas sencillas pero buenas. Construyó más de 800 casas en siete meses y las vendió a un precio promedio de 18 mil bolívares. El comprador tan sólo tenía que pagar mil bolívares de cuota inicial, mil bolívares al serle entregada la casa, y 120 bolívares mensuales con un interés al seis por ciento. En esa época no había bancos hipotecarios y papá era quien les financiaba las casas a sus clientes. Juan Juan tenía la teoría de que el venezolano era buena paga por naturaleza... y que las mujeres eran todavía mejor paga que los hombres. Muchos años después de construido Los Rosales, cuando ya papá estaba viejo, le pidió a

Nicola que lo llevara a visitar el mercado de Coche. Papá regresó cargado de frutas y legumbres y-no pagó ¡ni una! porque la mayoría de los vendedores vivía en Los Rosales y todavía lo recordaban. Nicola decía: "Este doctor si tiene chiva: va al mercado de Coche y sale cargado de comida, sin gastar ni una locha". ¿Tú te sabes el cuento del ladronzuelo de Los Rosales? Pues figúrate que cuando papá estaba construyendo Los Rosales, todas las noches le robaban los vidrios a las ventanas de las casas en construcción. Papá llamó a Diego Nucete Sardi, que era el gobernador de Caracas, para decirle: "Pero Diego, ¿cómo va a ser?", y Nucete le contestó: "No se preocupe J. B., que yo le averiguo qué es lo que está pasando". ¡Y lo averiguó! Resulta que un ladronzuelo robaba los vidrios para vendérselos a un santero que les pegaba imágenes de santos y después los vendía.

Papá decía que al que tenían que meter preso era al santero por ser un fabricante de ladrones.

Pero no te creas que papá hacía todos los negocios que se le presentaban; él rechazó un negccio que habría podido ser buenísimo: comprar los terrenos en Maiquetía donde hoy están el aeropuerto y Playa Grande. Su dueño, el doctor Báez —a quien él llamaba Fray Killer se los ofreció a locha el metro cuadrado y papá los rechazó. ¿Sabes por qué? Por su proximidad al leprocomio de Cabo Blanco. Papá le tenía horror a los leprosos, porque cuando él estaba pequeño había mucho leproso en Río Caribe.

Papá se convirtió en todo un personaje en Caracas, blanco de bromas de El Morrocoy Azul.

Dos veces salió papá mencionado en este semanario humorista. La primera vez asegurando que cuando Cristóbal Colón se aproximaba a las costas venezolanas y Rodrigo de Triana gritó: "¡Tierra a la vista!", Juan Bernardo Arismendi rápidamente saltó: "¡C000mpro!". El segundo cuento dice que cuando dios botó a Adán y a Eva del Paraíso, salieron llorando y se encontraron con —

que había visto hasta ahora eran o muy malas o muy caras. Papá le dijo a mamá: "Viejita, espérame un momentico que ya vuelvo".

Y sin ninguna vergüenza y ante el desespero del resto del público, papá, que tenía un tono de voz bastante fuerte, hizo negocio durante la mitad de la película, y cuando por fin regresó al lado de mamá, tan sólo le dijo: "Cerrado el trato".

Este cuento sale en J. B. Arismendi, el libro que escribió Pimpa sobre la vida de papá; escrito en 1980, en este libro participamos todas las personas cercanas a Juan Juan unificando recuerdos, especialmente del mismo J. B. quien murió a los 94 CON EL TIEMPO PAPÁ FUE CONOCIDO EN CARACAS COMO EL PADRE DE LAS CASAS

Y LE VENDIÓ CASAS A RICOS Y A

POBRES POR IGUAL. HASTA A VARIOS PRESIDENTES DE LA REPÚBLICA; EL CUENTO MÁS FAMOSO ES EL DE ISAÍAS MEDINA ANGARITA CUANDO TODAVÍA NO ERA PRESIDENTE DE VENEZUELA PERO SÍ ERA UN MILITAR DE ALTO RANGO. PAPÁ LLEGÓ A SU CASA Y SE LO ENCONTRÓ APOYADO A UNA PARED: "¡VIEJA, PERO QUÉ HORROR! ¿CÓMO ES POSIBLE? ¡ISAÍAS MEDINA RECOSTADO EN MI PARED!". MEDINA ANGARITA, QUE ERA UN MILITAR DE MUY BUEN HUMOR, SÓLO LE COMENTÓ: "J. B., EN .ESTA CASA COMO QUE NO LES GUSTAN MUCHO LOS UNIFORMES"

En familia, hoy

Juan Bernardo Arismendi, que al verlos tan compungidos les preguntó qué les pasaba. "El señor nos expulsó del Paraíso y no tenemos donde ir", le contestó Adán. Juan Bernardo rápidamente lo tranquilizó: "No te preocupes, Adancito, que yo te vendo una quintica bien barata en la urbanización de moda, La Florida, y me la puedes ir pagando poquito a poco".

Miguel Otero Silva —autor de estas anécdotas— y los demás humoristas de El Morrocoy Azul no exageraban mucho porque la verdad es que papá tenía una forma muy particular de hacer negocios. Solía enredar a la gente hablándoles para adelante y para atrás como Cantinflas, y al final terminaba convenciendo hasta al más escéptico de los clientes. Figúrate que un día estaba en el cine con mamá y antes de comenzar la película oyó a dos señores conversar; uno le decía al otro que necesitaba una casa pero las

años —el 5 de abril de 1982— enterito. Papá murió una Semana Santa en Higuerote. Después que murió Mamá en 1971, papá prácticamente dejó de hacer negocios y se pasaba de domingo a miércoles en Caracas con su familia, recibía las visitas de sus amigos de toda la vida, oía radionovelas, almorzaba en casa los domingos, los nietos mayores almorzaban los lunes con él, y los nietos menores lo hacían los martes. De miércoles a domingo papá se iba a Higuerote con Nicola y Angeles, la esposa de Nicola, que era su cocinera. Papá hasta el final mantuvo una oficina en casa y a sus empleados de toda la vida. Una semana antes de morir, Margot Rojas tuvo una conversación con papá que parecía una despedida porque le agradeció los años que había trabajado para él y le aseguró que siempre la había querido como a una de sus hijas: "pero ya son más de diez años sin mi viejita". Margot recuerda que papá siempre quiso mucho a mamá y no dejaba de llegar a casa un mediodía sin un detallito, una flor, un dulcito y la llamaba: "Ven, mi viejita, para que veas lo que te traje".

Carlos Raúl, mi nieto, se encontró muchos años después de la muerte de papá con Eduardo, el hijo de Angeles y Nicola que nació en la Quinta Bebelita en el Country Club, la casa donde vivieron papá y mamá los últimos años de su vida. Eduardo le contó a Carlos Raúl que papá iba con Nicola rumbo a Higuerote y le preguntó a su chofer: "Nicola, ¿qué vas a hacer tú sin mí?".

Y murió a los pocos días pidiendo una aspirina. 1 DICIEMBRE - ENERO 2004

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E

l Caracas Country Club parece que ya no es el de antes a juzgar por una diatriba hecha pública —más allá del selecto grupo de socios— gracias a la promiscuidad electrónica de Internet.

"Todo comienza con motivo de la redacción de una reforma del reglamento", informa una de las misivas que rondan el ciberespacio, en este caso suscrita por la junta directiva, "para la permanencia de los socios y miembros en el Bar Pinguino y zonas adyacentes y los requisitos de indumentaria de los mismos".

Esto podría parecer trivial, pero las diferencias parecen tener un fondo algo más inquietante que el hecho de que los caballeros lleven paltó y corbata o no. "Qué tristeza ver como en nuestro club se quiere hacer patente una distinción de castas de miembros", se queja un dolido polemista, "unos con derechos y otros no. Esto nunca se sacó en cuenta en los casi ochenta años de nuestro club, pero parece que hay que imitar lo que Chávez ha hecho con nuestro país: dividirlo".

Al menos tres miembros del más tradicional club capitalino se enfrentan a la actual junta directiva que, según ellos, ha distraído su gestión en banalidades. "Esos mismos señores", escribe el autor ya citado en referencia a la junta, "parecen haber descuidado o ignorado aspectos delicados de la propiedad inmobiliaria del club, presentándose hoy una acción judicial sobre unos terrenos cuya solución judicial, en el mejor de los casos, le costará al club varios cientos de millones de bolívares". A juicio de los propietarios descontentos, la junta se ha dedicado a promover, más bien, actividades nimias y de mal gusto, que atentan contra el abolengo de la institución, como las llamadas Noches de boleros, con el subsecuente peligro de perder el tradicional garbo y pasar a ser uno más de los tantos clubes en los que se hacina la burguesía emergente los fines de semana. "No queremos una junta promotora de eventos que nos haga parecer cada día más al Club Campestre Los Cortijos", protesta uno de ellos. Entre los señalamientos, al parecer bien fundados, contra la junta, hay uno que remata no obstante con una imprecisión, por decir lo menos, al querer comparar el proceder de los directivos con ciertos fundamentalismos: "Ya que estamos entre extremistas, seguro que van a copiar las reglamentaciones del Libro Rojo de Mao y las del Libro Verde del Ayatollah Khomeini" (¡?). Que se sepa, el Libro verde no es del santón aludido, sino que enuncia una supuesta doctrina atribuida a Moammar Gaddafi, el de Libia.

Como se ve, el tono que ha caracterizado la confrontación política de los últimos tiempos contamina —con todo y la confusión ideológica— las desavenencias entre los socios del Caracas Country Club. El trillado imaginario del debate público mina también los argumentos de la controversia en el seno de la asociación con alusiones a los "gallineros verticales" y comparaciones de parecido tenor en las que, por supuesto, no tarda en florecer el oprobioso epíteto de "marginal". Las fobias colecti98

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vas más difundidas también tienen eco aquí: "La junta directiva, sin pena alguna, públicamente nos regaña y nos manifiesta a sus súbditos que no tiene porqué rendirle cuentas a nadie de sus decisiones (...) ¿Será que oyen Aló, presidente?". Y así, de esa guisa va el pleito.

El caldeo de los ánimos es atizado todavía más por el aumento de las cuotas y una creciente morosidad que, por supuesto, redunda en la decadencia de la infraestructura y un relajamiento de las formas. Las tarjetas de crédito pueden usarse en el restaurante donde antes bastaba con que los socios estamparan sus firmas.

Incluso, para conminar a los socios a mantener sus cuotas al día, se recurre a procedimientos jamás imaginados por la sociedad que congrega el club. Ya no es posible que un miembro en deuda pueda persuadir al portero para que lo deje pasar a las instalaciones, pese a figurar en la deshonrosa lista, a cuenta de la confianza y tantos años de verse las caras y demás.

Desde hace cuatro meses, para pasar al estacionamiento es necesaria una tarjeta magnética que puede mantenerse activa sólo si se paga a tiempo la mensualidad. En fin, medidas de seguridad que serían comprensibles en un club como Los Cortijos, pero ¡en el Country!. ¡Quién lo habría imaginado en un club en el que todo el mundo tiene el who is who a flor de labios!

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▪

Un

impulso

Como los frutos tercos de la tierra agreste en la que se fundara hace un siglo, el siempre controversia! matutino larense enfrenta a edad proyecta la crisis de la supervivencia. La enconada enemistad que el actual gobernante le profesa a El Impulso no sólo parece tener raíz en un infeliz episodio con una ex empleada llamada Marisabel Rodríguez. La vocación opositora parece un rasgo genético de los propietarios que ahora, entre clanes y diretes, compromete seriamente el cumplimiento del centenario Rafael Rivero desde Barquisimeto

de

Leas paredes de la ciudad de Barquisimeto ostentan en

cien años

nado como se debe en el ámbito o los últimos tiempos un graffito intirnidatorio que, dada nacional. Por poner un ejemplo EL ■ DIA DEL ESTADO ■ ilustrativo, cuando el hoy centela frecuencia con que en estos tiempos se materializan iráZaz. "2-47- == 7•2^ nario impreso llegó a los cincuenlas amenazas, produce escalofrío: "Ocanto cuídate". El Va destinatario de la advertencia ha rebajado 20 kilos y su ta años, hubo en todo el país, en tiempos de la dictadura perezjimeestado de ánimo, hasta hace poco, era fúnebre. Se trata de José Angel ()canto, atribulado jefe de información de I'4,1tIL-- 74.52 iista, un gran festejo que desborEl Impulso, el periódico más poderoso e influyente de l ag •:`""••=' 4:16 las fronteras regionales. "Pero 1'44' región centro occidental del país, considerado además h oy día el país no está para granpatrimonio cultural: es el rotativo más antiguo de Vene,. • 1—r4".V.1 _•tte2. — 27:Al24.' des celebraciones, con el hambre y zuela, y este próximo primero de enero festejará los cie dos graves problemas que nos .2.111t, años de edad. aquejan a todos", dice el patriarca SOCIALES Y .1:LZJIE PERSONALES ue hoy se encuentra al frente del Pero es una celebración que se vaticina en tono me • "11" nicr, a:V=1 rotativo, Juan Manuel Carmona, nor. De hecho, la importancia histórica y cultural de ta , 1±a 17-'1 e• 1.--21.1.2 aniversario no ha so un hombre bastante entero para ° sus 75 años, miembro de la tercera EDICIÓN CON SUP _ .2 n.. generación de la estirpe.

LENIENTO EN COLORES Pero el tono menor, casi de requiero, con que se ElinMPLILSO ----/k..9».9----aprestan las celebraciones del centenario —algo ¡)¡ARIO DE INTERESES GENERALES. Sombría situación en Corea' orti?e4e Voluolar.25 que debe tener en ascuas al espíritu de su fundador, T ,a.

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UZV;;:.;, T . ...„; It.t.=.-.. :11.

1........"■ Consejo de glera — ......—..... el literato caroreño don Federico Carmona— no .-+ en Washington .113 responde sólo al hecho de que el país esté en bancarrota, ni a que el todopoderoso presidente de la ReA pública, Hugo Chávez Frías, profese una ojeriza a es,, x , ;'`,oA /........ i.th.u., ,.:`¿`::, ,. "" IT, Me 1""=jrá:r ' """'" •"„„..''''''',,,„„ '1;;;',/, ■'..' te matutino tanto o más enconada que a Globovi4.e.-tir ..,,,.......L..,,.. _... —r. sión. Tampoco al hecho de que las hordas chavistas estén a la espera de una nueva oportunidad para vol--4 ,2.r.r,11, ..-1: Les.7,~ eta 71.. °Y ' ,id —;....;-?,,,,aa.i15• n.. 1 " P—. , .L1 ' - -1?" '1' ver a quemarle el carro al periodista Ocanto. Para ..1. ,..haia.a 1„„olet getwo mprés,tito AA colmo de males, el estelar matutino, otrora de inconruu 1.1 Plan AzucarerolrjarlzfIl: movible poder económico, llega a su centuria aquejado de serios problemas financieros, debidos a una caí«.. . da abrupta de los ingresos por publicidad y a una r u merma angustiante de las reservas de papel, lo que ha 1,1,1 ralsonal

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puesto sordina a la celebración de la efeméride. "Es la misma siJuan Manuel, quien desplazara de la función de director hace algunos años al segundo de los mencionados. También se habla de tuación por la que están pasando otros de los grandes diarios del un cierre temporal con tendencia a lo definitivo luego de alcanpaís, muchos de los cuales están en venta y no hay quien los zada la meta de los cien años. Son informaciones que se recogen compre", justifica en tono sincero Juan Manuel Carmona.

El propio periodista Ocanto se hace eco de las circunstancias entre periodistas y empleados del matutino, pero que el líder de narradas por su jefe, y confiesa que a mediados de año la melos Carmona desmiente sin titubeos. ta era "resistir hasta por lo menos llegar al aniversario". AunDe materializarse la venta, la transacción comercial signifique, señala en un esfuerzo de optimismo, ahora es muy proba- caría el regreso de una parentela desplazada hará menos de ble que el periódico pueda seguir más allá e incluso cumplir otros diez años de la conducción del diario. Al parecer, Federico y Gustavo estarían dispuesto a adquirir la totalidad de las acciocien años, gracias a las hábiles maniobras gerenciales que viene realizado la junta directiva, que está a la búsqueda de un aumennes y correr con las consecuencias de estos tiempos difíciles. Más allá de estas especulacioto del capital u otra estratagema para seM .

1 nes, lo más cuesta arriba será ganar la "guerra guir adelante. Carmona, que es de un caElrIMPULSO. OBRA DE -IRTE 1.iNA vscniws, del papel". Hasta ahora, los empleados, entre rácter empecinado, asegura que el diario L. mkp " h.*. • men* seguirá circulando "hasta donde pueda", PFDERICO CARMONA ..'""=. periodistas y demás trabajadores, han vivido y no duda en asegurar que prefiere la cár todo el año bajo una espada de Damocles: cel o el cierre "antes de cambi un á ic "Hasta febrero hay papel".

51-5:4 14 " la línea editorial".

El periodista Ocanto, que ha de lidiar, aparSin embargo, hasta a ora a situació te de las amenazas de la fanaticada chavista, con una querella por difamación e injuria inies en realidad difícil. Tanto, que ha corrí dounfertmqsñalpoib ciada por funcionarios del gobierno local, que dad de la venta de El Impulso a otra rama lo ha mantenido durante el último año y mede la familia Carmona —liderada por Fe. dio al borde de la cárcel, no duda en señalar erico Gusta vo, hermanos menores de que el tajante no para la adjudicación de dólares que permitiría la compra del primordial insumo ha sido para El Impulso más rotundo que en cualquier otro caso, y que sus planillas de solicitud ante Cadivi han sido rechazadas por nimiedades como una coma o un acento, cuando no se han buscado todo tipo de subterfugios legales: "Antes teníamos reservas de papel para un año, ahora estamos trabajando con compras que se hacen casi a diario", revela. A este respecto Carmona es aún más terminante: "Estamos seguros de que no nos van a dar ni un dólar", dice en un tono de resignación que, no obstante, refleja algún optimismo.

La familia Carmona, añeja y frondosa dinastía de más de doscientos cincuenta miembros, originaria del pueblo de Carora y quizás una de las más ricas del estado Lara, en medio de todas estas dificultades y de cara al inminente aniversario, se encuentra fortificada en sus convicciones de oposición radical al actual gobierno. Tan es así, que Juan Manuel Carmona señala, en un tono que mucho tiene de orgullo, que "El Impulso es el diario que de manera más frontal ha luchado contra el régimen, al que no titubea en calificar de totalitario y dictatorial: "Advertí en mis editoriales el desastre que sobrevendría en Venezuela de llegar Chávez al poder, y mis convicciones democráticas son tan claras que no temo a la cárcel ni a nada con tal de seguir expresando libremente mis opiniones".

Y es que el enfrentamiento de El Impulso con las autoridades regionales y nacionales es tal que a veces da la impresión de que roza el terreno personal o el de los amores tormentosos. Hay serios indicios para creer que hay algo de eso: una serie de casualidades o fatalidades de telenovela han puesto al viejo matutino Un viejo impulso entre las dianas favoritas del gobierno. ~

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Ocanto, que ha de lidiar, aparte de las amenazas de la fanaticada chavista, con una querella por difamación que lo ha mantenido durante el último año y medio al borde de la cárcel, no duda en señalar que el tajante no para la adjudicación de dólares que permitiría la compra del primordial insumo ha sido para El Impulso más rotundo que en cualquier otro caso, y que sus planillas ante Cadivi han sido rechazadas por nimiedades como una coma o un acento, cuando no se han buscado todo tipo de subterfugios legales. A este respecto Carmona es aún más terminante: "Estamos seguros de que no nos van a dar ni un dólar", dice en un tono de resignación que, no obstante, refleja algún optimismo

La actual primera dama de la República, Marisabel Rodríguez de Chávez, corno es anécdota conocida, trabajó en ese rotativo hasta unos meses antes de unirse en matrimonio con quien posteriormente llegó a convertirse en el hombre más poderoso del país.

Algunos personajes que vivieron de cerca el affair aseguran

Federico Carmona Alvarez, fundador

que, como la salida de Marisabel de El Impulso no fue en buenos términos sino en medio un típico caso de ruptura tormentosa de relación laboral, es lógico pensar que hay allí motivos para pases de factura desde las alturas del poder. Luis Rodríguez Moreno —jefe de redacción y otro de los periodistas claves en la actual conducción del matutino— recuerda que antes de irse, Marisabel dejó sembrada una: intriga al deslizar ante los presentes el si

guiente enigma: "Se van a caer para atrás cuando se enteren de quién es el bebé que estoy esperando".

En ese momento, narran los enterados, el terror de los Carmona era que el nuevo vástago fuese un eventual heredero, pues era por todos sabido un romance de trastienda de la otrora locutora con uno de los miembros del clan, Carlos Eduardo, miembro de la quinta generación Carmona, con fama de playboy , cerebro del marketing del diario. No imaginaba la hoy atribulada familia que el destino les tenía preparada una sorpresa más espectacular y desagradable: el nuevo heredero tenía como padre nada más y nada menos que al candidato de la verruga.

"Por cosas que prefiero no referir, pero que usted puede imaginarse no muy benditas, yo mismo le dije a la señora Marisabel que no podía seguir trabajando aquí. En ese momento estaba embarazada, y cuando al siguiente día me llamó el jefe de personal y me dijo que ella estaba en esa condición y por tanto no podíamos despedirla, yo le respondí que a mí no me importaba que estuviese embarazada, que yo no la quería ver ni un día más aquí, y vine a Barquisimeto expresamente a eso.

Ordené que le pagaran sus nueve meses de embarazo y los once meses que reconoce la ley después del parto", rememora Carmona con restos de enojo en la voz.

Las malas lenguas señalan a que esas cosas "no muy benditas" a que hace referencia el patriarca Carmona tendrían quizás que ver con ciertas prácticas no demasiado ortodoxas, periodísticamente hablando, un mal que en otras ocasiones ha aquejado a El Impulso y que es moneda corriente del periodismo de provincia.

Otra de las grandes coincidencias desfavorables a El Impulso en los tiempos de agitación política que corren es su estrecha proximidad consanguínea con Pedro Carmona Esur,troi7G73, ; /I,11{1 ODEI NTEREs Es GENERA tanga, "el breve", y a quien los Carmona esEL 19 DE ABRIL DE 1810 peran que la historia reivindique. Al parecer, la celebración de la familia de las circunstancias que pusieron a un consanguíneo tan cer."cano en la primera magistratura fue seguida por una depresión colectiva que hasta hoy du1-4-rttng ra. Sin duda, no debe ser muy positivo para la salud financiera del periódico —y, de hecho, • según los Carmona, el gobierno presiona a Er"..-1,17-1751 17:4•_-="74:— muchas empresas para que retiren la pauta publicitaria— estar en lugar tan destacado en la lista de aquellos que el gobierno tilda con el — • 454-511.15 mote de "golpistas".

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une a la mencionada crisis del papel y a la caída abrupta de la zolano. Pocos intentos editoriales han durado cien años en este publicidad para configurar un escenario poco propicio es la depaís. Pero en aquellos tiempos había más de un buen augurio pamanda contra Ocanto que, si bien en los últimos tiempos ha obra tal empresa en un pueblo tan esmirriado y dejado de la mano tenido decisiones tribunalicias favorables a su causa, aún lo de dios como Carora, árido enclave que a la fecha no alcanzaba mantiene en vilo: "Sabíamos que después de la de José Angel, los tres mil habitantes. García Márquez habría podido escribir vendría la denuncia contra el diario. ¿Cómo se puede ganar un que Carora "era entonces una aldea de barro y cañabrava consjuicio si el propio contralor general de República ordena destitruida a lo largo de un río", de vanidades de casta, de familias tuir a los funcionarios regionales que nos denuncian por los misorgullosas de su origen español, encerradas en un estrecho círcumos hechos de corrupción que dimos a la luz pública, y el go- lo de apellidos que a lo largo de los siglos se cruzaban entre sí, bierno regional no acata la sentencia, sino que los coloca en carlo que, según cuenta la historia local, producía un vástago en cagos donde tienen aun más acceso al erario público? A eso se une da una de ellas con una tara que lo condenaba una habitación el hecho de que ahora el chavismo tiene mayor control sobre el trasera y al mote soterrado del "tonto de la familia".

TSJ, y cualquier decisión podría producirse", señala el propio Pero no fue don Federico el genéticamente condenado. En el presidente de El Impulso. primer editorial del diario, que era de apenas cuatro páginas Los funcionarios denunciados por Ocanto en su famosísima adornadas con viñetas modernistas, da muestras de una visionacolumna Campana en el desierto, e 1 principal de los cuales es ria lucidez gerencial cuando manifiesta: "Hemos medido la cael director de Seguridad Ciudadapacidad de nuestras fuerzas y calculado la entidad EL-IMPULSO na, Arnaldo Certaín, no sólo side los obstáculos". Más adelante señalaba que el guen en sus cargos, sino que gozan espíritu de sus empresas se guiaba por la máxima de la protección de una especie de SALUD ES FELICIDAD de "ganar poco, porque muchos pocos hacen al fin ésto lo consigue usted oso las ya scredkadm guardia pretoriana de baja estofa, más que pocos muchos".

CAPSULAR O Ir (ocá) 00MEZ PLATA" que en una de las audiencias en los Don Federico nace en Carora el 10 de febrero EL PRODUCTO "SEGURO' tribunales larenses destrozaron las de 1867, hijo del general Federico Carmona OliCONTRA' TODO DOLOR ORIPPE — RESFRIADO — FIEBRE instalaciones y persiguieron a tiros veros y doña Filomena Alvarez de Carmona. Pera Ocanto y sus acompañantes a lo tenecía a esa especie de hombres consumidos por .T...09 LA largo de "ocho pisos oscuros". dos vocaciones opuestas, que en general se tienen desean a sus clientes, consumidores y amigos de Venezuela Luego de esto, el afectado logró como incompatibles, y que en él confluían de mauna medida cautelar de la OEA nera armónica, pues, amén de un innegable talenEN EL 1934 que mandaba la asignación de to y empuje para los negocios, ardía en él una raguardaespaldas, algo que el gora pasión por las letras, que compartía con su herbierno tampoco ha cumplido. mano Pedro Francisco, poeta. ass~~osss El centenario rotativo, fundado Hasta antes de la extensión y perfeccionamienDepósito de Distribucion en Barquisimeto: por Federico Carmona y su esposa to del telégrafo, que daría un definitivo empuje al FEDERICO CARMONA Francisca Figueroa en tiempos del Edificio El Impulso. periodismo diario, El Impulso dedicaba sus págiadvenimiento al poder de Cipriano Castro en medio de la Revolución Restauradora, y en vísperas de las "paz con cadenas" de la dictadura gomera, emblema indisociable de Barquisimeto, se encuentra en una de sus peores crisis históricas: literalmente al borde la quiebra.

Salud yFelicidad

C

uando el primero de enero de 1904 don Federico Carmona Alvarez, el primero de la famosa dinastía, fundó el diario en la misma sede de una imprenta-quincallería de su propiedad, se hallaba lejos de saber que estaba abriendo una mina de oro, que le ganaría fortuna, fama, prestigio y un puesto indiscutible y difícil de igualar en la historia del periodismo vene1 n 04

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Otra de las grandes coincidencias desfavorables a El impulso es su estrecha proximidad consanguínea con Pedro Carmona Estanga, "el breve", y a quien los Carmona esperan que la historia reivindique. Al parecer, la celebración de la familia de las circunstancias que pusieron a un consanguíneo tan cercano en la primera magistratura fue seguida por una depresión colectiva que hasta hoy dura. Sin duda, no debe ser muy positivo para la salud financiera del periódico estar en lugar tan destacado en la lista de aquellos que el gobierno tilda con el mote de "golpistas" nas más que todo a la poesía y la literatura en general. Aunque parezca producto de la imaginación, es cierto que mientras en casi todo el resto de Venezuela se vivía en las primeras tres décadas del siglo en medio de la oscuridad iletrada, en el seco poblado de Carora, entre chivos y resolana, sus pobres pero afortunados habitantes leían a Rubén Darío, Luigi Pirandello, George Bernard Shaw y muchos otros en la páginas del entonces bisoño periódico.

El 10 de noviembre de 1919 don Federico se muda a Barquisimeto y arrastra con él su empresa editorial. A partir de allí cobra gran auge económico, lo que abre las puertas a nuevas y audaces aventuras editoriales: apenas nueve años después, se propone dar a su diario circulación nacional, imprimiéndolo desde Caracas en combinación con una rudimentaria red de distribución territorial, dejando en Barquisimeto la edición original. En 1928, apenas meses antes de materializarse el ambicioso proyecto, cuando preparaba la edición de las bodas de plata del diario, la muerte sorprende al empresario, justo cuando acababa de traer de Europa la maquinaria necesaria para la quimérica tarea. Su hijo Juan —padre de Juan Manuel, el actual director— retomaría la aventura de la edición caraqueña, que sólo duraría cuatro años y no por falta de empuje, sino por toparse con el mal genio Juan Vicente Gómez. El cierre estuvo a punto de alcanzar a la edición larense. Es sabido que el diario se salvó gracias al orgullo de Eustoquio Gómez, para entonces gobernador de Lara, que habría dicho: "En Caracas manda Juan Vicente pero en Barquisimeto mando yo". Eso, sin embargo, no libró al heredero de Federico Carmona de varios meses en la Rotunda. El hoy septuagenario Juan Manuel recuerda el momento en que liberaron a su padre: "Llevaba el típico traje a rayas de presidiario, flaco y barbudo, y los grillos puestos".

Por fortuna para el clan y el periódico, a la muerte del bachiller Federico ya son adultos dos de sus hijos, que asumirían, desde entonces y hasta hace un poco más de treinta años, los roles de director y presidente de El Impulso. Era la disociación en dos vástagos de la vocación paterna por las letras y los negocios. Así, mientras Jesús Carmona Figueroa —a quien también le tocaría pagar cárcel durante la dictadura de Pérez Jiménez— asumió por un tiempo el destino editorial del rotativo, Juan Carmona Figueroa, ahogado, se afana en las labores gerenciales. Como dato curioso hay que decir que el tercer hijo de don Federico, Roberto

Carmona Figueroa, es el padre de Pedro Carmona Estanga.

Transcurridos setenta y cinco años de la muerte del fundador, es la rama descendiente de Juan Carmona la que se encuentra hoy al frente del rotativo.

Federico, abogado y criador de caballos de pura sangre, una de cuyas yeguas acaba de ganar una importante carrera del hipismo nacional; Gustavo, periodista de oficio y ex director del periódico; y Juan Manuel, médico cirujano y actual director, tenían hasta hace poco la mayoría de las acciones de la empresa y es entre ellos que al parecer estaría planteada una transacción comercial por la totalidad accionaria, que ambas partes niegan u ocultan, pero que según versiones de algunos enterados estaría por resolverse pasado el aniversario de platino.

Es que hasta hace ocho años años, Gustavo —quien intentó estudiar ingeniería en los Estados Unidos y que luego de un fracaso universitario asumió un destino suplementario de periodista— también estuvo a punto de quebrar el periódico por sus dispendios mientras ejercía la dirección, historia conocida por todo Barquisimeto. En esa oportunidad, Juan Manuel Carmona lo relevó del cargo de director, al tiempo que le compraba todas sus acciones. Así, Federico mantiene el 18 por ciento, una de las dos hermana de esta rama familiar, Elisa, se quedó con un 4 por ciento, y el resto, el 78 por ciento, está en manos del doctor Juan Manuel Carmona.

"Yo conozco muy bien a Federico y a Gustavo", dice el médico Carmona, "y estoy seguro de que no están interesados en meterse en un mal negocio ¿Quién en los actuales momentos querrá comprar periódicos en Venezuela?", se pregunta, al tiempo que informa que lo que se ha estado estudiando y podría plantearse en un momento dado para reflotar el diario es un aumento de capital: "Entonces a Federico le correspondería aportar una parte equivalente si quiere conservar su porcentaje accionario".

Por su parte, Gustavo Carmona, que de los otros dos hermanos fue el que accedió a contrastar estas versiones, asomó que su regreso a la dirección del periódico de la mano de Federico es algo que no está totalmente descartado, aunque no esté planteado en el corto plazo. Niega así mismo que existan desavenencias, pero de sus palabras se pueden inferir diferencias: "No existen en este momento, y nunca las ha habido, diferencias entre los hermanos Carmona, y ese es uno de los motivos por los DICIEMBRE - ENERO 2004

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cuales El Impulso se ha mantenido a flote a lo largo de tantos excepciones de rigor, la redacción de ahora da la impresión de años. La única observación que yo podría hacer, y ello no signiuna lengua vertida a la carrera, con poca riqueza expresiva y fica una discrepancia sino una mera opinión, es que si yo hubieescaso dominio de la sintaxis. se estado al frente de El Impulso en los tiempos que corren, no Periodistas que han trabajado en El Impulso y que, luego habría enfrentado al actual régimen con actitudes que se parede experiencias en otros diarios, han adquirido solvencia procen mucho a las chavistas; habría tratado de mantener un equifesional, desgranan sus observaciones sobre el diario en el librio informativo y una objetividad periodística más acentuaque hicieran pinitos. Observan que incluso en materia de la da. Mi hermano Juan Manuel es más apasionado que yo y a vemera técnica periodística, El Impulso ha avanzado poco en el ces se deja llevar por esa pasión". uso de los nuevos recursos de distribución y jerarquización Gustavo lamenta la difícil situación por la que atraviesa el del espacio redaccional, y en materia de hacer más atractiva periódico y también se refiere a la posibilidad de que se prola diagramación. "Los textos parecen estar pensados más paduzca un forzado aumento de capital, pero añade en un tono ra llenar la página que por pasión por el oficio o simplemende reflexión filosófica que esos avatares ya son tradición pate el deber de hacer bien el trabajo", dice Alejandro Boda, acra los Carmona y que el enfrentatualmente redactor de Tal Cual. miento con los gobiernos es un gaEn opinión de algunos de los consulje del oficio. Con Lusinchi tamtados, el problema podría radicar en las bién tuvieron roces y los amenazó pocas ganas de hacer periodismo de mucon dejarlos sin papel: "La difechos de los que allí laboran. Un redactor Venezuela: zona de desastre rencia de posturas quizás se expliactual de El Impulso que, obviamente, se ' , 1.1111, ,P9, 11111' que porque yo soy periodista y .. 3 • I. acoge al anonimato, argumenta: "Están Juan Manuel no", desliza el único más interesados, en una ciudad en que periodista de oficio de la familia. escasea el trabajo, en cobrar su quincena Por lo menos 137 muerto., Estas palabras coinciden con very obtener otras entradas que en hacer siones que señalan que en tiempos buen reporterismo, que es sin duda un Persistir4n kis lluvias de Gustavo Carmona, pese a que su oficio en que la pasión es fundamental".

••••• gestión gerencia! puso en peligro la Según la periodista Danisbel Gómez, das viabilidad económica del diario, el no obstante, el plantel de reporteros sí es••■••■ ~.• Lara producto periodístico era de una altá capacitado para hacer un periodismo ala novedad ta exigencia, lejos de la llamada que llegue a un nuevo tipo de lector y en"crisis de creatividad" que algunos cuentra otro escollo: "La filosofía condetectan en El Impulso actual. servadora del periódico, que piensa en el Entre los grandes desafíos que lector de hace cincuenta años, lo impitiene delante de sí este diario de num:~ mmter Envie su ~altivo a Detona Civil de". La edad proyecta de su directiva, ..,:.T....,:=.: •• ., • ..............• «,..... provincia está el superar precisa'"*. feffrne.rOidi empezando por su presidente, un respe169 alla.

Atleta de El Impelo mente el peso de sus años y poner,...•.....%:, table caballero de otros tiempos y de un del Libertador ^.."'^ se al paso de los tiempos que coprofundo conservadurismo, explicaría rren. Una mera indagación hace también la resistencia a los cambios. .../ • evidente la impresión que tiene la "Pero sí hemos cambiado en estos colectividad larense acerca de su cien años", responde a estos señalamienprincipal medio de comunicación: tos el periodista Ocanto. "Si uno revisa "Es un periódico escrito por viejos para viejos", según la prola colección del periódico, que supera las 32 mil ediciones, el pia expresión de su jefe de información, José Angel. Ocanto, cambio se puede ver. Lo que ocurre es que son cambios imperun sagaz intelectual dueño de una pluma cultivada, muy al ceptibles, pues no somos de la idea de las grandes transformaciotanto de los nuevas tendencias del oficio. Le ha hecho saber nes súbitas, pues no queremos transmitir al lector la sensación de a la junta directiva que el principal reto de El Impulso es lle- que El Impulso esté perdiendo su personalidad". gar a las nuevas generaciones: "Es un asunto de vida o muerOcanto también apunta que la aparición de la competencia te para el periódico, dada la merma progresiva en los índices con los medios electrónicos, de gran penetración, y otros mede lectoría entre los jóvenes". dios impresos en la región, es otro de los grandes retos.

Hay además otros grandes retos que Ocanto no menciona, Pero también hay quien cree que una de la más graves distorpero que otros observadores incluyen en el paquete de necesiones del periodismo de provincia es la fuerte tendencia de algusarias renovaciones. El principal es el de mejorar el producto nos a dejar de ser el "contrapoder" consustancial a] oficio. Coy vigilar la calidad de los textos. El gran escritor caroreño rina Rodríguez Pons, que trabajó una corta temporada en El ImChío Zubillaga, llegó a decir en su momento sobre El Impul- pulso y que ahora labora en El Nacional, señala que el probleso: "Enseñaba a leer en buen español a los larenses". Con las ma radica en que hay muy pocos periodistas y poca rotación de

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"Es un periódico escrito por viejos para viejos", según su jefe de información,José Angel Ocanto, muy al tanto de los nuevas tendencias del oficio. Le ha hecho saber a la junta directiva que el principal reto de El Impulso es llegar a las nuevas generaciones: "Es un asunto de vida o muerte para el periódico, dada la merma progresiva en los índices de lectoría entre los jóvenes". Hay además otros grandes retos que no menciona, pero que otros observadores incluyen en el paquete de necesarias renovaciones. El principal es el de mejorar el producto y vigilar la calidad de los textos. Chío Zubillaga, llegó a decir en su momento sobre El Impulso: "Enseñaba a leer en buen español a los larenses" fuentes en el diario larense. "El que cubre una fuente, lo hace hasta por treinta años, por lo que se crean lazos que dificultan la independencia de criterio. Se crean vicios con los malos sueldos y la necesidad de compensarlos", deja saber.

Parece haber más de un caso en El Impulso de periodistas que capitulan la libertad de sus plumas, si se juzga por lo que denuncia el dirigente regional de Proyecto Venezuela, el abogado César Bello. Según él, el redactor Germán Oliveros no da nada a las rotativas sin pasar por go.

Uno de los coordinadores del diario, Juan Bautista Salas, tiene una vieja historia, con expediente abierto inclusive, por la misma tendencia arriba señalada, y, en fin, en la redacción del periódico son moneda corriente acusaciones en una u otra dirección acerca de que este o aquel compañero de trabajo, incluyendo a los jefes, recibió tal o cual dádiva. Así, otra de las coordinadoras de redacción, María Hortensia Zapata, con casi treinta años en El Impulso, declaró recientemente al

autor del reportaje sobre la periodista Eduaxis Alvarado, que cubre la fuente cultural: "Es muy posible que en el fondo sea chavista, porque el presente gobierno le otorgó una casa".

Y la diatriba parece tener lugar dentro de la propia redacción. Unos acusan a otros soterradarnente. La periodista Glexsi Dugarte, de la fuente judicial, sería señalada por el propio Juan Bautista Salas en su columna Retacitos —sin mencionarla, pero dibujando un retrato que no dejaba dudas— de haber obtenido beneficios por no publicar una entrevista comprometedora a una fiscal de la región, acusación por la que la señalada pidió una aclaratoria. Salas escurrió el bulto: "Yo no he mencionado a nadie directamente".

Cierto o no, la sola murmuración sobre esta "mala praxis" vulnera la raison d'etre del periodista y el periodismo. Sería una grave deserción del ideal y la memoria de los fundadores del centenario diario El Impulso, en cuya rotativa es mucha la tinta que ha corrido a contrapelo del gobernante de turno.

Donde comer en Exceso es bueno Parque Ávila Migica.Teleférion de Caracas. Urbanización Mari pé

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e tiQngs resistirse. ,

EI1 Establecimiento consolidado cuyo conjunto de virtudes universales ha mantenido un alto promedio a lo largo de los años hasta convertirlo en una institución OEstablecimiento cuyas virtudes específicas más sobresalientes lo han elevado a través del tiempo a un lugar de particular consideración D Establecimiento reciente, o más o menos reciente, cuyas virtudes universales o específicas, individualmente o en conjunto, sedujeron desde el primer momento

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41.: ido 4-1,

español

Caracas cuenta con una nueva opción en el competido nicho de la cocina tradicional española: Zalacaín.

La decoración típica del local se encarga de reforzar el corte clásico del menú. En su breve carta, capturan la atención los pescados y los arroces, con leves variaciones a platos emblemáticos del repertorio ibérico-caraqueño, como la caldeirada de pescado o el arroz con bacalao. El restaurante Zalacaín cuenta una cocina esmerada, que pareciera no dar cabida a improvisaciones, una relación calidad/precio sensata, al igual que un personal educado y atento. Estas cualidades bien merecen una visita.

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omencé en un gimnasio con Isabel y Raisa. Al principio eran insoportables los dolores en las piernas y brazos, pero ese no era mi problema. A los pocos días de estar en el gym mis amigas tenían relaciones con casi toda la gente, y yo apenas hablaba con el que me orientaba en la rutina de las máquinas. Isabel enseguida conquistó al entrenador principal, y Raisa al muchacho que la guiaba en sus ejercicios.

Había músculos por todas partes. Me llamó la atención un muchacho con el que coincidía en la última media hora de su horario. Más que por su espalda ancha y los vellos que sobresalían de su camiseta, me enganché con los movimientos que hacían sus nalgas, de un lado a otro, cuando se montaba en una de las máquinas.

Los días corrían sin que entre nosotros se diera algún tipo de intercambio. Me pasaba el tiempo con las máquinas en mi cuerpo y su imagen en mis ojos: esa cabeza rapada que quisiera tener entre mis piernas. Nunca me miraba. Se concentraba en sus ejercicios, que hacía con toda la elegancia de un gimnasta. Aunque quizás era mejor que no me viera en ese tiempo porque mi torpeza lo hubiese desilusionado.

Los amigos de Isabel y Raisa habían sido más rápidos y concretos. El fin de semana pasado, Isabel vino a dormir a mi casa después de estar con él. Quedé consternada al verla, pues su rostro y su cuerpo tenían la huella evidente del paso atlético del entrenador. Sentí que esos músculos habían atropellado la delicadeza del cuerpo de mi amiga, y me entró una rabia que no pude dejar de expresarle. Sus labios estaban hinchados.

Toda la sangre se le había acumulado en esa boca que ahora cubría casi todo el rostro.

Sus pómulos eran de un rojo exagerado. Se quitó el sostén, y noté que por sus pezones había pasado un ser hambriento, intentando extraer de su pecho el calor de la vida.

"Ese tipo es un salvaje", le espeté. "¿Por qué?... Me duelen un poco" —se toca los pezones con esa morbosidad que me saca de quicio— "pero lo disfruto mucho.

¿Te has fijado en los dedos que tiene?".

Y comenzó a contarme lo que él le hacía, hasta que nos quedamos rendidas, ella por el sueño, y yo con mis dedos entre las piernas.

El lunes en la mañana salí directo a las tien-

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Caracas

das. Me compré una camisetilla y un mono bien ajustado al cuerpo. Ese día me lo pasé ensayando los movimientos frente al espejo de mi cuarto con la nueva ropa de ejercicios.

Sin ser todo lo que esperaba, esto dio resultado: el muchacho comenzó a saludarme. Pero de ahí no pasaba. Varias veces por mi mente rondó la idea de que él era gay, pero después la olvidé. Todos los días creaba un plan de conquista, pero la relación iba con una insoportable lentitud. Mientras, Raisa y su amigo usaban las máquinas para desarrollar un juego que casi siempre terminaba en el baño de los entrenadores.

Uno de esos días me puse a entrenar en la máquina que abre las dos piernas. Esta vez traté de estirarme más allá de mis posibilidades, de tal modo que mi sexo quedara completamente abierto ante él, que sentado subía y bajaba una pesa en cada mano.

Esta vez, a pesar de ganar unos dolores en mis piernas que me impidieron caminar bien, por lo que estuve sin ir dos días al gym, pude conocer el nombre de este tipo: Alberto.

Cuando me sentí mejor volví al gimnasio, pero él no estaba, no llegó en ningún momento. Pensé que se había cambiado de horario, y eso reforzó mi tristeza. Al día siguiente lo vi, ¡y cómo! Cuando yo llegaba él salía con una muchacha. Ni siquiera me miró. Isabel y Raisa entraron directamente a cambiarse, y yo tuve que meterme en el baño para poder calmar mi frustración.

De todos modos me tranquilizaba la idea de que si Alberto no se había fijado en mí era porque tenía novia, y no porque yo no era atractiva para él. A pesar de cualquier razonamiento la depresión me hizo caminar toda la avenida Urdaneta con el rostro casi por el suelo.

Sin embargo, lo que me tiene encerrada este fin de semana no es eso. Después del maldito día nos seguimos viendo, y todo fue igual, hasta ayer, que logré diez minutos de conversación con Alberto. El pie forzado para que se acercara a mí fue algo terrible, pero después lo agradecí.

Viendo las conquistas de mis amigas, supuse que en algún momento podía sucederme algo similar, para lo cual debía estar preparada. Por eso, siempre previniendo, guardé unos condones en mi bolso. Pero como gran inexperta en estos asuntos, olvidé que los tenía, y cuando fui a sacar mi botella con agua, los dos pequeños paquetes salieron volando.

Mi mandíbula cayó al piso de la sorpresa, y Alberto, sin la más mínima señal de asombro, recogió el que le quedaba más cerca y me lo llevó. Quise que la tierra me tragara en ese instante. Me felicitó por mi mejoría en el entrenamiento, y me invitó a que nos tomáramos un café hoy en la noche. El corazón se me quería salir de la alegría. En cuanto se fue, salí corriendo hacia donde estaba Raisa (Isabel había salido de viaje con el entrenador) y le conté todo.

Anoche me costó trabajo dormirme, por la emoción que tenía, pensando en lo que sucedería hoy.

Pero la alegría en casa del pobre dura poco. Esta madrugada, sobre las cuatro, comencé a sentir escalofríos y ardores al orinar. Salía corriendo de la cama al baño.

Terminé en una crisis de cistitis. Tuve que ir al médico, que me recomendó permanecer en reposo, en la cama, durante tres días, bajo tratamiento.

No tengo el teléfono de Alberto. Los permanentes deseos de ir al baño no me dejan salir de la casa, y lo único que puedo hacer es sentarme de vez en cuando frente a la computadora para escribir las pobres palabras que me vayan saliendo.

Hace 15 aĂąos que trato de explicarle a mi psiquiatra que todo en exceso es bueno.

Felicitamos a la revista Exceso en su Aniversario.

EL UNIVERSAL

Los cerebros cíe Sergio

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DICIEMBRE - ENERO 2004

Por encima de todo, usted primero.

V I P BBVA Ser un cliente V I P BBVA del Banco Provincial es pertenecer a un selecto grupo de personas que reciben una atención diferente, personalizada. Es tener siempre a su disposición un Ejecutivo Personal para atender sus necesidades financieras y ser reconocido mundialmente como un cliente especial en los países donde esté presente el Grupo BBVA. Es contar con respuestas efectivás e inmediatas, a su ritmo, a todos sus requerimientos financieros. Es tener siempre a su disposición la más amplia gama de productos y servicios innovadores, de avanzada, hechos a su medida. Es saber que en cada nuevo reto, usted cuenta con el mayor de los respaldos, vaya donde vaya.., Lo invitamos a ser un cliente V I BBVA del Banco Provincial, donde por encima de todo, usted es primero.

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