









Semana Santa en Guatemala: fe, tradición y cultura.
Día mundial de la salud: más que un llamado, una acción necesaria
Los años 20’s en cuatro siglos.
Por: Fernando Castillo Arévalo
Jesús llevó tu dolor
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La Semana Santa en Guatemala es una de las celebraciones más importantes y emblemáticas del país. Reconocida a nivel mundial por su riqueza cultural, devoción y coloridas procesiones, esta festividad combina elementos religiosos con expresiones artísticas únicas que la hacen inolvidable tanto para locales como para visitantes.
Alfombras de Aserrín: Arte Efímero
Uno de los aspectos más impresionantes de la Semana Santa en Guatemala son las alfombras de aserrín, flores y otros materiales naturales que adornan las calles antes de cada procesión. Estas obras de arte efímero, llenas de color y simbolismo, son elaboradas con esmero por familias, comunidades y artistas que ven en ellas una forma de expresión y devoción.
Las Procesiones: Devoción en Movimiento
Las procesiones son el corazón de la Semana Santa. Imponentes andas con imágenes religiosas, cargadas por cientos de cucuruchos y devotas, recorren las calles al ritmo de marchas fúnebres y el aroma del incienso. En ciudades como Antigua Guatemala, estas manifestaciones alcanzan una de
Gastronomía Tradicional
La Semana Santa también es un festín para el paladar. Durante estos días, es tradición disfrutar de platillos como el pescado seco envuelto en huevo, las torrejas, los molletes y los garbanzos en dulce. Cada bocado es un viaje a la historia y cultura guatemalteca, lleno de sabores que evocan la esencia de la temporada.
Más Allá de la Religión: Un Legado Cultural
Aunque la Semana Santa tiene un fuerte componente religioso, también es una manifestación cultural que une a generaciones. Desde los niños que aprenden a elaborar alfombras hasta los ancianos que han participado en procesiones toda su vida, esta tradición es un símbolo de identidad y arraigo.
Revista El Aro te invita a vivir la tradición
La Semana Santa en Guatemala es un momento para reflexionar, compartir en familia y celebrar con orgullo una herencia que ha trascendido el tiempo. En Revista El Aro, valoramos y promovemos nuestras tradiciones, recordando que cada procesión, cada alfombra y cada plato típico cuentan una historia de fe y cultura.
¡Vive esta Semana Santa con el corazón abierto y los sentidos atentos a cada detalle que hace única esta celebración!
Cada 7 de abril, el mundo conmemora el Día Mundial de la Salud, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recordarnos la importancia del bienestar físico y mental en nuestras vidas. Pero más allá de ser una simple conmemoración, este día nos desafía a reflexionar sobre la calidad de los sistemas de salud y el acceso equitativo a la atención médica en todo el mundo.
En 2025, el lema de la OMS nos invita a pensar en cómo la salud no es un privilegio, sino un derecho fundamental. Sin embargo, aún existen millones de personas sin acceso a servicios básicos, mientras que enfermedades prevenibles siguen cobrando vidas.
Entonces, ¿qué podemos hacer? La respuesta está en pequeñas acciones diarias: promover estilos de vida saludables, exigir mejores políticas de salud pública y, sobre todo, recordar que la prevención es la clave.
Además, en un mundo donde el estrés y las enfermedades mentales han ido en aumento, es momento de reconocer que la salud no solo es física, sino también emocional. Cuidar nuestra mente, fortalecer nuestras relaciones y buscar espacios de descanso y recreación son parte esencial de un bienestar integral. La salud comienza en el equilibrio, y cada decisión cuenta.
Este 7 de abril, tomemos un momento para valorar nuestra propia salud y la de quienes nos rodean. Porque un mundo saludable comienza con cada uno de nosotros.
Una década, del griego δεκάς (decada), significa un período de diez años consecutivos. Se usa especialmente para referirse a cada grupo de diez años dentro de un siglo, comenzando en un año que termina en "1" y finalizando en el siguiente que termina en "0". El siglo pasado (XX),marcó las décadas muy definidamente, quizá porque son los años más cercanos a nosotros. Por ejemplo, la influencia de los años sesenta o los ochentas son muy recordados por muchos.
La década de 1920’s marcó un período de grandes transformaciones. Curiosamente, en nuestro siglo XXI, volvemos a transitar los años veinte, aunque con un contexto muy diferente al de hace cien o doscientos años. Este artículo tratará de los acontecimientos más significativos de cuatro siglos en las décadas que llevan el nombre de "veinte".
El siglo XVIII, (18) el siglo de las Luces, marca el inicio de la época contemporánea y un proceso de creciente globalización. Comprendido entre 1701 y 1800, este período, caracterizado por la Ilustración y las revoluciones políticas e industriales, ejerce una influencia decisiva en el mundo moderno. Su legado político, social, económico, cultural e intelectual perdura hasta nuestros días. Entre 1720 y 1725, se desarrollaron avances significativos como el cálculo infinitesimal, una rama fundamental de las matemáticas que estudia el cambio y la continuidad, esencial en física e ingeniería para el desarrollo de ecuaciones diferenciales.
Entre 1720 y 1721, Europa experimentó la Gran Plaga de Marsella, el último gran brote de peste bubónica la pandemia causada por la bacteria Yersin pestis, responsable de la Peste Negra que segó entre 80 y 200 millones de vidas—. En Roma, el cardenal Conti fue elegido Papa Inocencio XIII. En Rusia se abolió la esclavitud. Y Antonio Vivaldi compuso Las cuatro estaciones, su obra más célebre. Estos son solo algunos de los acontecimientos de ese año.
El siglo XIX (1801-1900) fue un periodo de transformaciones globales sin precedentes, marcado por revoluciones, procesos de independencia, la industrialización, la expansión colonial, importantes avances científicos y profundos cambios sociales. Este siglo sentó las bases del mundo moderno.
En sus primeras décadas, concretamente entre 1821 y 1825, se produjeron hitos clave: Joseph Nicéphore Niépce desarrolló la heliografía, el primer proceso fotográfico que permitió obtener una imagen fija mediante cámara oscura, y varios países latinoamericanos consiguieron su independencia (Venezuela, Perú, Centroamérica y México en 1821; Ecuador y Brasil en 1822; y Bolivia en 1825). La moda de la época se caracterizaba por la influencia de la cultura española y las tradiciones indígenas.
En Guatemala, 1820, la vestimenta reflejaba la estratificación social y étnica. Las mujeres de clase alta y media lucían elegantes vestidos largos de influencia europea, con vibrantes colores, estampados florales, encajes y bordados Las mujeres indígenas vestían huipiles y cortes de algodón, teñidos con pigmentos naturales. Los hombres de clase alta y media llevaban trajes de estilo europeo: chaquetas, pantalones y camisas de algodón. Por su parte, los hombres indígenas usaban calzoncillos y camisas de algodón, complementando su atuendo con un pañuelo o banda en la cabeza.
El siglo XX (1901 a 2000) se caracterizó por profundas transformaciones globales, incluyendo dos guerras mundiales y el surgimiento de la Unión Soviética; la Gran Depresión y el proceso de descolonización; avances científicos y tecnológicos como el desarrollo de la computadora y la exploración espacial; importantes movimientos sociales como el feminismo, revoluciones, conflictos armados y la lucha por los derechos civiles; y eventos trágicos como el Holocausto.
En estos años veinte la música sufrió un resurgimiento popular con el afloramiento de géneros como el jazz, el tango, el charlestón y otros ritmos. La moda occidental experimentó una notable liberación femenina en las clases alta y media, manifestándose en estilos como las minifaldas, los cortes de cabello " a la garçon " , los escotes pronunciados y la exhibición de brazos, así como en una mayor libertad sexual y la aceptación pública del hábito de fumar. Esta transformación estuvo influenciada por figuras clave como Coco Chanel, Margaret Mead y Sigmund Freud. Artistas destacados como Dalí y Picasso fueron relevantes.
1920 marcó el inicio del movimiento de no violencia de Mahatma Gandhi en la India, en defensa de los derechos humanos y el fin de la pandemia de gripe de 1918. En 1921, Adolf Hitler asumió el liderazgo del Partido Nacional Socialista. Dos años después, en 1922, se creó la Unión Soviética, el primer estado socialista y Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón. 1923 fue testigo de la fundación de la revista Time en Estados Unidos y del asesinato de Pancho Villa en Parral, México. Finalmente, en 1924, falleció Lenin, sucediéndole Iósif Stalin.
Los años veinte, de nuestro actual siglo XXI (2001 a 2100), iniciaron de una forma muy controversial, La pandemia de COVID-19 (2020-2023), originada en Wuhan, China, se propagó a escala mundial, provocando confinamientos y cuarentenas en el mundo, la cancelación de eventos internacionales y más de cinco millones de muertes. Sin embargo, el año 2020 también trajo la emocionante noticia de posibles indicios de vida en Venus, detectados por astrónomos estadounidenses y europeos. 2022 estuvo marcado por el brote de viruela símica y la muerte de la reina Isabel II del Reino Unido, a los 96 años, tras un reinado de 70 años. Ese mismo año se celebró la Copa Mundial de la FIFA en Catar y se presentó ChatGPT, una innovadora aplicación de chatbot de inteligencia artificial.
Hemos revisado brevemente los acontecimientos de los últimos cuatro siglos. Disfrutemos plenamente de nuestra década, pues dentro de cien años, nuestra generación ya no estará y el mundo será radicalmente distinto Imaginemos, por ejemplo, una inteligencia artificial sofisticada, ciudades inteligentes inmersas en la realidad virtual, una transición a las energías renovables con captura de carbono, colonias humanas en la Luna y Marte, la exploración espacial, un des biotecnología, y muchos otros avances signifi
Por: Fernando Castillo Aré
Seguimos avanzando en esta serie de Semana Santa, y hoy profundizaremos en otra faceta de la crucifixión de Jesús. La Escritura dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4).
Jesús no sólo cargó con nuestros pecados, sino también con nuestras aflicciones, dolores emocionales, físicos y espirituales. Él entiende el sufrimiento humano porque lo vivió en carne propia.
El pasaje continúa diciendo: “ … por su llaga fuimos nosotros curados” (v.5). ¡Eso es exactamente lo que significan sus heridas: tu sanidad! Él estuvo dispuesto a derramar su vida y cargar sobre sí mismo todas nuestras dolencias, para que pudiéramos ser sanados por completo, tanto emocional como físicamente.
Me gustaría que pienses conmigo en las palabras de Isaías 53:4-5, pero esta vez imagina que Jesús tu sanador, es quien te habla en primera persona:
"Yo fui herido para que tú fueras sanado. Fui quebrantado por tu paz interior, y también por tu sanidad física. Yo llevé sobre mí todo tu dolor. Cada herida que has sentido en lo más profundo de tu corazón, cada tristeza que te ha pesado en el alma, yo la cargué por ti. Estoy contigo; nunca te dejaré ni te desampararé. Mi presencia te sostiene todos los días.”
¿Qué sientes al leer estos versículos de esta manera?
Amigo/a, Jesús, quien entregó su vida en la cruz por ti, desea sanarte por completo. En Él, solo en Él, encuentras la sanidad que anhelas: emocional, espiritual y física. No fuiste creado para vivir en derrota; Él ya pagó el precio más alto para darte vida en abundancia.
Acércate hoy y llénate de su presencia con un corazón rebosante de gratitud. ¡La puerta está abierta!
No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!