N°9. Coapan. Revista de Literatura y Otras Reflexiones

Page 1

Número 9, marzo 2023

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Rector

Enrique Graue Wiechers

ENP PLANTEL 5 JOSÉ VASCONCELOS

Dirección

Jaime Cortés Vite

COAPAN REVISTA DE LITERATURA Y OTRAS REFLEXIONES

Dirección general

Hernández Sánchez Érika

Comité editorial

Delgado Díaz Alejandra

Hernández Sánchez Érika

Ibáñez González Alejandra Mayté

Mendoza Valencia Rosa

Rosete Olvera Leonila Hortensia

Toledo Cortés Anahí

Vargas Jiménez Edith

Formación y Edición

Hernández Sánchez Érika

Diseño de portada

Ibáñez González Alejandra Mayté

Diseño de maqueta

Delgado Díaz Alejandra

BLOG

https://revistacoapan.enp.unam.mx/inicio

Coapan. Revista de Literatura y Otras Reflexiones

Colaboraciones y correspondencia: revista.coapan.p5@enp.unam.mx

Coapan es una publicación fundada en 2020, creada por profesoras de la ENP 5, José Vasconcelos, UNAM. Calz. del Hueso sn, Coapa, Tlalpan, 14300, Ciudad de México, CDMX.

SECCIONES

1. FACULTAD DE COAPA (EDITORIAL)

Pensada como la sección editorial, este apartado estará a cargo del comité editorial. Lleva el nombre de “Facultad de Coapa” debido a la porra de la preparatoria y a que es un nombre representativo tanto académica como institucionalmente; es decir, refleja que quienes escriben son los docentes o representantes de la institución.

2. DESDE LAS TUMBAS (FICCIÓN)

Este apartado está pensado para reunir los trabajos de creación literaria, tanto de alumnos como de trabajadores y docentes. Lleva este nombre por las jardineras que son llamadas así por los preparatorianos, debido a que “van a matar” el tiempo en ellas. Este nombre se antoja menos formal y refleja un aire familiar para la comunidad de prepa 5. Los contenidos propuestos para albergar son: poesía, cuento, narraciones, ensayo literario y minificción.

3. JOSÉ VASCONCELOS (ERUDICIÓN)

Esta sección lleva el mismo nombre que la preparatoria. Debido a que este apartado contendrá trabajos más tendientes a lo académico, se le dio el nombre de José Vasconcelos, en la medida en que refleja justamente el trabajo intelectual más riguroso y representativo de la UNAM. Los contenidos propuestos para albergar son: ensayo, artículo, monografía, entrevista, reportaje y crónica.

4. ALFALFA (ICONOGRAFÍA)

Este apartado está pensado para toda la producción gráfica de la revista. El nombre se deriva también de la porra de la preparatoria y remonta a los orígenes de ésta, cuando era una hacienda. Se propone como la sección visual y los contenidos propuestos para albergar son: fotografía, dibujo, pintura, caricatura y cómic.

5. VAQUERAS Y VAQUEROS, PREPA 5 (RECOMENDACIONES)

Finalmente, se propone una sección de recomendaciones de libros, películas, cómics, autores, etcétera. El título del apartado se deriva del nombre del equipo del fútbol de la preparatoria, además de que hace alusión también a los tiempos en que vacas y alumnos convivían en los primeros años de creación del plantel.

6. COCODRILO EN MOVIMIENTO (MULTIMEDIA)

Esta sección estará dedicada a las colaboraciones de videos, cortometrajes y creaciones multimedia como podcast, adaptaciones radiofónicas y poesía visual en movimiento. Al igual que la sección de Alfalfa (iconografía) estará distribuida a lo largo de toda la revista acompañando los textos de los otros apartados. Su nombre hace alusión a otro de los símbolos de la Prepa 5, el cocodrilo.

PORTADA Sin título

Alejandra Mayté Ibáñez González

Año: 2023

2 Coapan

El sueño (cadáver exquisito II) Grupo 503

Prohibido soñar

Miriam V. Muñoz Cruz

El visitante

Romina Oribe Velázquez

José Vasconcelos Erudición

Una vez que despiertas, no vuelves a soñar igual Raúl A. Vázquez Barrón

Remedios Varo, pintora de sueños Omar A. Flores Tavera

Alfalfa Iconografía

Hercule Poirot Leonardo Rodríguez Villagrana

Sin título

Alejandra M. Ibáñez González

Sin título

Alejandra M. Ibáñez González

Minificciones

Poirot y Hastings

Leonardo Rodríguez Villagrana

Dreaming souls

Cinthya I. Hernández Contreras

Sin título

Alejandra M. Ibáñez González

ÍNDICE Facultad de Coapa Editorial El pañuelo que roza la frente Rosa Mendoza Valencia 10 08 09 34 13 Desde las tumbas Ficción 40 17 21 18 20 22 23 05 28 14 3 Coapan El desazón es un sueño Juan Macías Guzmán Minificciones I Javier Villegas Cero es par Sofía Espinoza Ramírez
Javier Villegas
Minificciones II
El sueño (cadáver exquisito I) Grupo 503
III Javier Villegas El sueño Érika Hernández Sánchez
25
26 30
38
16
Diario de sueños Rosa Mendoza Valencia
Notas al final
Coapan

El pañuelo que roza la frente

El sueño –se dice– es del primer intérprete; no debes relatarlo sino en secreto, como se te dio... y no cuentes a nadie el mal sueño.

Conseja del Islam

Quizá nada ha sido tan intrigante para la humanidad como el mundo onírico. ¿Qué son los sueños, esa materia intangible que vivimos cuando cerramos los ojos y se desvanece sin dejar rastro cuando los abrimos? ¿Qué significan si es que acaso tienen un significado? ¿Será que, a través de ellos, los dioses envían mensajes o que los muertos traen consuelo a nuestras almas doloridas?

A lo largo de la historia, muchas culturas se han abocado a su estudio para penetrar en sus misterios. En los papiros médicos de Chester Beatty (1350 a. C.), de origen egipcio, se les relaciona con la magia y la medicina. El griego Artemidoro de Daldis (siglo II d. C.) en la Oneirokrítica, distinguió entre sueños presentes y premonitorios y basó su interpretación en el simbolismo. En el México prehispánico, el cronista Diego Muñoz Camargo escribió: “Usaban de adivinanzas y suertes, y creían en sueños y en prodigios y agüeros porque el Demonio se lo hacía en creyente, y les cumplía muchas cosas de las que soñaban.” Por último, entre 1899 y 1901, Sigmund Freud emprendió su estudio científico en La interpretación de los sueños, obra magna en la que se considera al estado onírico como una vía privilegiada para penetrar el inconsciente humano. De igual manera, en la literatura siempre han sido materia de inspiración, baste recordar el Poema de Gilgamesh, la obra épica más antigua entre todas; Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare; Los sueños, de Francisco de Quevedo; Primero sueño, de Sor Juana Inés de la Cruz; La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca; El mundo de los sueños, de Rubén Darío, y Mujer en sueño, de Ludwig Zeller, entre cientos, o quizá miles de obras más.

Por la importancia adquirida a través de los milenios, el presente número de Coapan. Revista de Literatura y Otras Reflexiones está dedicado a lo que, parafraseando a José Lezama Lima, nos roza la frente como un pañuelo que tapa los ojos, como el oro que camina hacia la hoja y la lleva a la casa vacía, en la que lo inaudible y lo invisible se abrazan con un silencioso gesto de júbilo.

5 Coapan Facultad de Coapa Editorial
Editorial

Desde Las Tumbas FICCIÓN

6 Coapan

P0ESÍA MINIFICCIÓN CUENTO

ENSAYO LITERARIO

Coapan 7

LA DESAZÓN ES UN SUEÑO

I

Los sueños son el cuaderno en el que la desolación escribe sus memorias.

Los recuerdos se incendian en el bosque donde la noche estalla en deseos y el miedo es la sopa que bebemos a sorbos, en la mesa iluminada por un cirio.

Los sueños siguen las huellas marcadas en una vereda con el silencio como único testimonio.

II

La desazón camina por el fango. Es un sueño al que le cortaron las alas y su negrura desgarra el cielo.

La desazón remueve la ceniza y se la come a puñados. Oscurece el agua y la bebe en pequeños sorbos.

La desazón es ese sueño que se desentendió de sí mismo.

Es un misterio que enloqueció bajo la luz del día.

Mira hacia el abismo, cuando las sombras cuentan el paso del tiempo, como un sueño atrapado en la clepsidra rota.

* Mi nombre es Juan Macías Guzmán. Soy profesor de Sociología y de Introducción al Estudio de las Ciencias Sociales y Económicas en la Escuela Nacional Preparatoria num. 5 José Vasconcelos, y también soy profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde imparto las materia Construcción Histórica de México en el mundo I y II. Me formé en la UNAM como Sociólogo y como Historiador. Soy un apasionado de la docencia y de la investigación, de los deportes, del arte y de la poesía. Estoy convencido de que la docencia es un acto de amor y que la poesía nos salva y nos libera.

8 Coapan
Ficción
Desde las tumbas
/ Poesía
Foto de Pixabay

Minificciones

Mujer soñadora

(Minificción interactiva: aquí cada lector anotará los nombres respectivos)

Esta era una mujer llamada ______________ que soñaba que era un hombre llamado ______________, que soñaba que amaba a una mujer llamada ______________.

Cuento de cuna para lograr que una nena linda tenga dulces sueños

Nena linda, duerme sobre la cama. La luna llena te cubre, las estrellas te tocan. Ahora sueña. No estás sola, el amoroso ángel cuida tu sueño. Nena linda, princesa, duerme, duerme, duerme…

*Soy Javier Villegas. Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la UNAM. Profesor de Derecho y de Ciencias Sociales en la ENP 5, UNAM. Estudié la carrera de Literatura Dramática y Teatro en la FFyL de la UNAM. Soy titiritero y he desarrollado diversos proyectos artísticos en torno a las marionetas. Ah, soy poeta (a veces) y escribo cuentos breves o minificciones, he publicado Laberinto de palabras (2012), Un duende nos extravía… Minificciones (2014), El aleteo de un colibrí (2016). Intérprete-traductor del italiano y, sí claro, sueño con un mundo mejor.

9 Coapan
Desde las tumbas Minificción / Ficción

Cero es par

Aunque aún desconocida la razón, dependemos de esta extraña experiencia onírica con estructura narrativa errática que en el 99% de los casos roza lo incoherente.

Le otorgamos todo un simbolismo a pesar de la poca necesidad evolutiva que la ciencia en muchas ocasiones propone que tiene. Decidimos que es más que eso. Decidimos que son señales y visitas, que son respuestas, que plantean preguntas, que son canciones, pinturas, libros y toda expresión para la que a veces sentimos que nos falta creatividad. De forma activa y colectiva acordamos que los sueños deben ser tratados como una religión más; hay que abordarlos con fe, desconocimiento, intriga y este imperante deseo de darle sentido a las cosas.

Aquí desafiamos a la cronología sin pensar en las consecuencias, saltamos de un año a otro, vivimos historias similares en lugares opuestos de forma simultánea, nos convertimos en seres omnipresentes, besamos a quien nos aborrece, amamos sin discreción, dejamos las responsabilidades en la piel que se duerme, nos volvemos diez veces más ágiles y nuestras vidas son todo menos rutinarias. Aquí creemos. Confiamos en que lo que vemos es real por al menos un tiempo y nos desenvolvemos en un mundo intangible como si fuera el pan de cada día. Todo a un bostezo de distancia.

Lejos de percibirlo como desconexión, es el acercamiento más íntimo con la incons ciencia. Para muchos, un instante único de libertad y la oportunidad de adentrarse en deseos fantásticos sin que se emita juicio alguno. Para otros, tormento incontrolable que

Como en los sueños, detrás de las puertas no hay nada, ni siquiera el vacío. Como en los sueños, detrás del rostro que nos mira no hay nadie.

Cambridge, Jorge Luis Borges

evidencia qué tan sucio puede jugar la mente.

En cualquiera de los dos casos, es inevitable pensar en los sueños sin darles connotaciones mágicas, surrealistas y artísticas. Le guiña así a todo aquel que goce de romantizar hasta lo que se da por sentado. Y por más que el escepticismo suene como opción viable, negar que guían y dan continuación a problemáticas diarias personales, que nos salvan de la cotidianidad y que fungen como refugio es igual a negar que el agua moja.

Desde la prehistoria sirven como amigos biológicos del destino, del aprendizaje y de la supervivencia. Psicólogos evolucionistas han teorizado que el ser humano empezó a soñar para ser capaz de sobrevivir al ensayar una respuesta a los desafíos. Así, sin más, sin arriesgar más que unas horas de luna, el humano aprendió por medio de su propio telar onírico a escapar de la constante amenaza. Lo que sería nuestro actual sueño poniendo en su lugar a quien arriesga nuestra salud mental, descubriendo cómo una función de Excel facilitaría el trabajo o vislumbrando la forma más sencilla de resolver un ejercicio matemático.

En realidad, es un tanto complicado saber si no estamos soñando en este mismo momento puesto que el cerebro no distingue de la supuesta realidad y del terreno inmaterial. Lo que lleva a pensar que la percepción de que soñar va más allá no está alejada de la verdad. El sostén de nuestro sistema nervioso está muy activo durante la no-vigilia, consume una gran cantidad de glucosa a la hora de soñar, se toma muy en serio la reacción física a estímulos imaginarios, almacena e intenta procesar la información del día a través de este pequeño escape,

10 Coapan
Desde las tumbas Ficción/ Ensayo literario

intenta ayudar a la consolidación de la memoria y al mismo tiempo recupera al cuerpo para que unas horas después sea capaz de continuar con el desgaste diario. Se subestima mucho lo que se logra al soñar.

Y la intención no es condenar ni demeritar al mundo de la vigilia, sino destacar lo vital de lo incorpóreo aún incomprendido por la mayoría, enfatizar que nuestro mismo cuerpo recurre a los recursos que en el día también necesita. Así hasta se podría decir que soñar es una función tan importante como respirar.

Cómo se interpretan los sueños es una discusión con aún más vueltas. Dejando de lado el genérico (e inútil) diccionario para interpretar sueños, disponible gracias al padre del psicoanalismo, cada individuo debería asignar valores y significados exclusivos a lo que sueña. Se tiene entendido que lo que vemos está basado en experiencias únicas desde puntos de vista 100% personales. Un vaso de agua sobre una mesa no significa lo mismo para la persona que vende vasos que para la persona que vende mesas. Acudir a lo prescrito quizá no sea de mucha ayuda cuando lo que se elucubra es original

y busca darle continuidad a una situación particular.

Para un buen análisis hay que tener en cuenta la carga poética que tienen los sueños. Se invita a leer entre líneas, a adentrarse en la vida del autor, considerar eventos recientes, investigar quiénes fungen como personajes principales y secundarios, dejarse llevar por cómo se siente lo que se ve. Y es que esa es una de las cosas bellas que caminan siempre de la mano del poema (y del sueño). Es más de lo que se sugiere, y el proceso de averiguarlo es tan necesario como enriquecedor.

La noche y todo lo que consigo trae es igual de enigmático. Te incita a hablar, a crear, desear, huir, sobrepensar, extrañar y a querer cambiar todo lo que conforma a tu vida antes del primer indicio de sol. Hay veces en que le temo. Aunque no sé si es a la noche o a quién soy yo en ella, pero temo. Me asusta pensar que me voy a encontrar sin forma de esconderme, que voy a convivir con quien tanto me cuesta conocer y entender, que el desconcierto se haga presente y no sepa coexistir con la ansiedad que al final de cuentas siempre llega. Y a pesar de mi cari-

11 Coapan Desde las tumbas Ensayo
/ Ficción
literario
Foto de Evgenia Basyrova en Pexel

Desde las tumbas Ficción/ Ensayo literario

ño a los sueños, hay ocasiones en las que son parte del problema. Me llevan a los lugares que más me aterran de mí misma, me muestran lo más ilógico de mi ser, me orillan a ver, a sentir, a llorar y a crecer.

La noche y su luna forman parte de quien soy y de quién no quiero ser, y aunque la nostalgia sea una de sus invitadas primordiales, agradezco que se fundan conmigo para el más atinado sueño que se pueda tener.

Parece que lo que rodea este mundo sí tiene tintes místicos que de hecho funcionan muy bien para quien escribe, canta, observa y siente sin mirar a quién. Tiene todo lo que se requiere para describirlos como señales y visitas, respuestas, preguntas, canciones, pinturas, libros y sí, toda expresión para la que a veces sentimos que nos falta creatividad. Todo lo que incluye el acuerdo popular para entenderlos, todo el brillo, la oscuridad, la magia, la verdad. Todo.

Recorremos el camino de la consciencia todos los días para llegar a cama y conectar con lo que ésta no nos dice, nos aventuramos y le damos nuestra confianza a la noche para que cuide de nosotros, nos tambaleamos de un lado a otro intentando encontrar respuestas cuando no habrá nunca algo tan certero como saber que en los sueños eres, no estás.

*Mi nombre es Sofía Espinosa Ramírez, curso el último año de preparatoria, aprender algo día a día es una de mis metas a corto y largo plazo y mis dos gatos están en un lugar muy importante en la lista de amores de mi vida. Me encanta poder usar las palabras para crear y si pudiera vivir en algún lugar, sin duda sería la playa.

12 Coapan
Foto de gulsumistik en Pexels

Minificciones

Kafkiano

Este era Gregorio Samsa que despertó en Angangueo, convertido en mariposa monarca.

Pesadilla

Despertó en medio de una pesadilla. Cerró los ojos e intentó dormir.

Soñarla

La noche lo venció, se durmió y la soñó, las horas fueron segundos: estática, hermosa, así apareció ella, nacida de los sueños de él, quien sonriente apenas comienza a despertar.

Insomnio

-¡Mamá, no puedo dormir!

-¡Cuenta borregos!

Y al borrego treinta y dos:

-¡Maaamá. Nooo pueeedo saltaaar!

-¡Cuentaaa humaaanos!

13 Coapan
Desde las tumbas Minificción / Ficción
FotodeLeighJeffreysenPexel

Alfalfa Iconografía / Dibujo

Hercule Poirot

14 Coapan

Creador: Leonardo Rodríguez Villagrana

Obra: Hercule Poirot

Colección: ”Los cuatro grandes” pieza 1- 4.

Técnica: Lápices de color, acuarela y lacas.

Fecha: 12-12- 2022

15 Coapan
Alfalfa Iconografía / Dibujo

El sueño (cadáver exquisito I)

Por el grupo 503

Una pequeña prueba del más allá. Si dormir es descansar del exterior, entonces me gusta dormir por siempre. Es el momento indicado para viajar a otra realidad. Es la oportunidad de salir de la realidad. Es un momento para vivir en tus imaginación. La creación de la esperanza a través de la imaginación. El sueño, el enemigo de cualquier estudiante. El sueño es volver a verte. Sueño una ilusión de corazón, un pensamiento puro con deseos. El momento donde el tiempo se va y lo menos improbable finalmente se hace posible.

16 Coapan Desde las tumbas Ficción / Poesía
Foto de Gladson Xavier en Pexel

El sueño (cadáver exquisito II)

Por el grupo 503

Me anhela el sueño como un piropo coqueto. Es un pensamiento abstracto de los colores de mi mente. Soñar y dormir para triunfar… solo imagina lo que quieres lograr y sueña. El sueño es una forma de escapar de la realidad, una realidad y una ficción, pero al despertar solo será la nada.

El sueño es la inspiración para hacer lo inalcanzable. Un sueño, algo que quiero alcanzar y por ello empiezo. El sueño es la habitación que se ilumina con la luz del verano, aunque carezca de ventanas… Es la ventana que sobrepasa el espacio y el tiempo, me muestra aquello que anhelo, lo que ya fue, lo que podría ser y lo que será.

17 Coapan Desde las tumbas Ficción / Poesía

Diario de sueños

Algunos días, la mujer siente la necesidad de escribir y roba a la vida unos minutos para sentarse frente a la hoja en blanco. Las hijas, satisfechas y recién bañadas, duermen. Mañana el trajín cotidiano en la casa y, como siempre, llegará en el último momento al trabajo. Eso es lo seguro, lo estable, lo que le da fuerzas para no suicidarse en cualquier tarde de nostalgia. Pero a veces necesita la hoja en blanco para ser ella, Elena la de sueños vivos y sonrisa clara. Abre el cuaderno y relee lo escrito:

1 de febrero

Sara y yo vamos por un camino solitario. Atardece y la sombra de los pinos se tiende larga en el suelo alfombrado de ocochal. De pronto oscurece —es una oscuridad gris que permite ver, como una antigua película en blanco y negro— y los lobos comienzan a aullar. Reconozco el peligro y comienzo a juntar piedras y a arrojarlas al vacío, al sitio de donde proviene el aullido. Un pino creció, acostado, a la vera del camino y subo a él, le digo a Sara que también suba, le tiendo la mano y me percato de que ella, en lugar de arrojar piedras, conversa con un lobo zancarrón que le tiende una pata en señal de saludo. De pie sobre el pino, la apremio para que suba, aunque sé que el tronco no representa ninguna defensa. De la oscuridad surge un hombre bajito, fornido, moreno, vestido de azul y con faja de cargador. Me dice: “Debemos defendernos con picos y palas”, y comienza a escarbar a un costado del tronco. Veo a Sara que se aleja sin ser molestada, rumbo a la casa. El hombrecillo me da una pala y yo pienso en el golpe que daré a uno de los lobos con ella.

7 de febrero

Estoy en la orilla de una ciudad en ruinas y alguien se acerca. Alguien a quien debo detener con la palabra,

pero no sé hablar de amor. ¿Cómo decirle, entonces, de esto que me ahoga y casi me lleva al llanto? Siento que lo odio por turbar mi calma, mi paz lograda a fuerza de razón y de voluntad, pero debo hablarle. Tengo la certeza de que somos como éramos entonces: sin marcas en el rostro ni costras de resentimiento en la mirada. Sin mediar palabras me voy con él. Pongo mi mano en la suya y dormimos sobre la misma almohada. Descanso profundo, reparador, como la muerte. Mario va a buscarme. Hablo con el hombre de frente, sin mentiras: el amor se gasta con el trato diario y prefiero encontrarlo alguna vez en mis sueños. Ahí lo amo con toda la ternura de lo que no fue. Nos despedimos con un abrazo y siento que ése es mi lugar, ésa la calidez que necesita mi cuerpo y ése el olor que debo respirar todos los días. En su abrazo cabe el mundo pues su pecho está amoldado para contenerme. Regreso a casa, a lo cotidiano, al esposo que hace posibles la calma, el bienestar, la tranquilidad. El camino es sinuoso, polvoriento. Caen gotas de llanto silencioso que se expanden como lunares en la tierra blanca, y yo camino sin arrepentimientos, convencida de que lo correcto esta aquí, en mi casa, con Mario. Un fragmento de una novela leída hace muchos años viene a mi memoria y lo repito como una oración: “A la tercera o cuarta llamada, Fortunata movió ligeramente los párpados, y, desplegando los labios, apenas dijo: —Nene...”

Y pienso que ésa será mi última palabra: —Nene...

8 de febrero

Rogelio me regaló una moneda para que algún día nos volvamos a ver. La guardé en el zapato: que así sea.

18 Coapan
Ficción
Desde las tumbas
/ Cuento

14 de febrero

Estamos de vacaciones. Caminamos por un lugar sórdido, parecido a un mercado de alimentos preparados. Rogelio me muestra un plato lleno de mierda. Lo sostiene en tres dedos como si fuera un postre y dice que el excremento siempre ha acompañado al ser humano. Él y Mario se enzarzan en una discusión escatológica que me disgusta. Me alejo y escucho la voz indignada de Lilis. Me acerco. Está lavando un inodoro también rebosante. El piso es de cemento gris y está inundado. Me percato de que trae unas botas de goma negras y mis zapatos se van a mojar. Salgo. Siento los pies húmedos. Veo otro sanitario blanco, éste sí está limpio, pero guarda el cochambre de años sin haber sido tallado. Sigo caminando, sola, por los laberintos del mercado.

Elena sonríe. Toma la pluma y, a la luz amarilla de la lámpara, ve sus manos agrietadas, resecas. Busca una hoja limpia y comienza a escribir:

20 de febrero

Le cuento historias de hadas a Grecia, para ello me fundamento en documentos de archivo. Uno de ellos indica que hay una escalera secreta junto al lavabo del baño. El lavabo es barato, verde agua, compuesto de una pileta con hidrantes separados para el agua fría y la caliente, tiene un solo pie y está desprendido de la pared. Del lado izquierdo de la tarja sólo se ve el piso cubierto con una alfombra beige, pero al pararnos ahí con la convicción de que hay una entrada, se despliega ante nuestros ojos –primero casi transparente y cada vez con más consistencia– la cantera color crema de una escalera de caracol. Grecia va por delante y yo la sostengo por la espalda. Alguien nos llama. La escalera se cierra.

Emprendemos un largo y placentero viaje. Regresamos a la casa donde estábamos originalmente y al baño. Repetimos las mismas acciones y se despliega nuevamente la escalera. Ahora sí veo el interior. Confusión entre cimientos de una primitiva construcción y el techo de la Sagrada Familia de Gaudí, con sus columnas, nervaduras y arcos ojivales. Aún en la escalera busco algo verde brillante, como una esmeralda, pero no lo encuentro. Tengo miedo pero debo ser fuerte para no transmitir mi

temor a Grecia. Mis piernas están entumecidas y… Mario, entre sueños, murmura desde la cama: “Acuéstate ya. Déjame dormir”. La mujer apaga la luz.

*Rosa Mendoza es maestra en Literatura Mexicana. Profesora de Carrera de Tiempo Completo del Plantel 5 de la ENP-UNAM. Ha publicado diversos cuentos y artículos en periódicos y revistas del país, entre ellos La Jornada, El Regional del Sur y El Sol de Morelos. Es autora de libros de texto, de antologías literarias y del blog Parapasarlite, http://parapasarlite.blogspot.com.

19 Coapan Desde las tumbas Ficción / Cuento
Foto de Lucas Pezeta en Pexels

Minificciones

Noche de luna

Esa noche me fui a dormir, ya en la cama descubrí que no había techo en la habitación, la luna plena y las estrellas entraban. De pronto sobre de mí cayó un haz de luz de luna y desde esa noche en cada luna llena, emito aullidos, ya convertido en lobo.

Final alternativo

(Aquí cada lector decide el final)

La mujer descubrió los sueños y:

-También las pesadillas.

-Ahora vive de realidades.

-Tocó el sol, la luna y las estrellas.

-Viajó por el universo.

-Despertó con una sonrisa.

Sueño

Eres un sueño que se convirtió en mujer.

Cada noche

Cada noche, en cada sueño los amantes saben que, desde ahora, el amor será quien llene todo, y cuando despierten de su sueño lo harán en una isla desierta en donde descubrirán los signos de un amanecer que sólo a ellos les pertenece y cada noche seguirán soñando.

20 Coapan
Desde las tumbas Ficción/ Minificción

Autora: Mayté Ibáñez

Título de la obra: Sin título

Categoría: dibujo

Técnica: Bolígrafo y acrílico

Año: 2023

21 Coapan
Alfalfa Iconografía / Dibujo

El sueño

I

Es siempre el mismo sueño. Forjado en la llama del tiempo, el fatuo sueño se mantiene en su antorcha radiante y fuerte. Ni lluvia ni llanto lo extinguen. Es siempre el mismo sueño.

II

Con cincel y fonemas las poetas bordan el sueño. Con alquimia y números las científicas construyen el sueño. Con trapos y escoba las mujeres sostienen el sueño.

22 Coapan
Desde las tumbas Ficción / Poesía
*Profesora del Colegio de Literatura en la ENP 5 “José Vaconcelos”.

Prohibido soñar

Corre el año 3066, hemos superado la Segunda Guerra Biológica en la que el microorganismo MQ125, creado artificialmente por el consorcio LAB1-E, ha devastado una buena parte de la población humana. Incluso, algunos sobrevivientes estamos confinados en jaulas metálicas con pequeñas rendijas de un material transparente y donde pocas veces vemos el sol. Afuera el aire está contaminado con materiales biológicos y gases químicos. En ciertas ocasiones, los dueños de los laboratorios nos sacan al exterior para que realicemos la búsqueda de un semiconductor en minas a cielo abierto, el cual requieren para incrementar la producción de nanobots.

Dichos nanobots nos los implantan desde que somos niños; a partir de ese momento, ellos transitan libremente en nuestra sangre viajando por todo el cuerpo, controlando nuestras emociones de depresión y ansiedad, que se estudiaban desde hace como mil años.

Mientras estamos afuera, generalmente usamos una máscara que filtra todos los microorganismos y los gases. Sin embargo, cotidianamente el cargamento que tenemos que entregarles es enorme y lo movemos con pesar. Entre tanto, cada 30 minutos aparece un mensaje holográfico que nos recuerda que está “prohibido soñar”.

En ocasiones estamos tan cansados, que en los minutos que nos conceden para dormir tenemos que encontrar la forma de controlar nuestros pensamientos de libertad, amor y comunidad; mientras que los sueños permitidos son aquellos que tienen que ver con la violencia o con las guerras, de manera que cuando eventualmente alguien infringe esta regla, sus sueños aparecen por unos segundos en enormes monitores. Entonces basta con la voz del líder para accionar a los nanobots para que emitan la descarga de una neurotoxina que ellos llevan en su

Foto de ThisIsEngineering: https://www.pexels.com/es-es/foto/manos-mano-tecnologia-ciencia-3913025/ ra que cuando eventualmente alguien infringe esta regla, sus sueños aparecen por unos segundos en enormes monitores. Entonces basta con la voz del líder para accionar a los nanobots para que emitan la descarga de una neurotoxina que ellos llevan en su interior, la cual una vez liberada, destruye el cerebro automáticamente.

Estos nanobots están diseñados para apoyarnos con nuestras emociones, de modo que nos van regulando si es necesario. Así que cuando alguien muere por el accionar de los nanobots, solamente levantamos el cuerpo y lo arrojamos al gran tubo y ya nadie llora, ni se siente mal por lo sucedido al que se va, ni siquiera las personas sienten un poco de piedad.

Ulises, un amigo mío que no pudo soportar más la inmundicia en que vivimos, empezó a soñar con cosas que le gustarían cambiar de nuestro mundo, en lo feliz que podría ser la vida en otra parte o estar cerca de las personas que se aman. En el monitor se observó un enorme jardín lleno de flores y de

23 Coapan
las tumbas Ficción / Cuento
Desde

Desde las tumbas Ficción / Cuento

pájaros, con hermosas fuentes, como en los sitios en los que se dice habitan los dueños de los laboratorios.

Sus sueños duraron lo suficiente como para que, en un lapso de unos minutos, mientras todos lo observábamos, sufriera una aparatosa caída donde se encontraba. Se golpeó la cabeza y comenzó a sangrar; todo esto empezó a molestarme.

Un día mientras buscaba el semiconductor en el campo, observé que en una oquedad del sitio se encontraba un niño. Estaba todo mugroso, un poco deshidratado, e inclusive, se veía triste. La verdad no entendía cómo había escapado al MQ125. Ni siquiera tenía la certeza de que le hubiesen implantado nanobots. Por un momento temí que las máquinas que nos vigilaban lo distinguieran y lo atraparan. Así que rápidamente con restos de basura tecnológica cubrí la oquedad dejando espacio para que él pudiera respirar y arrojé en el orificio un pequeño bote metálico con agua, e inmediatamente me alejé.

Otro día me guardé un poco de alimento entre mis ropas y oculté el agua. Así que estaba en las minas buscando el semiconductor, y aproveché para acercarme al lugar donde se encontraba el niño. Sin la certeza de que se encontrara ahí, decidí arrojar el poco alimento y el bote de agua. Rápido vi su silueta recogiendo las cosas y ocultándose, en lo que me preguntaba de qué manera podría ayudarlo. Lamentablemente una máquina vigilante se me acercó y empezó a escanear el lugar, a fin de revisar lo que atraía mi atención. Entonces me hice consciente de que tenía que alejarme de ahí o lo descubrirían.

Así, al empezar a cansarme, entre sueños comencé a ver que ese niño podría ser la respuesta a la manera en que podríamos modificar este mundo. Afortunadamente duró poco y aunque los nanobots empezaban a agruparse, logré despertarme lo más rápido que pude, con lo que salvé mi vida. Al líder le pareció un sueño peligroso y ordenó a las máquinas buscar al niño.

Al día siguiente llevaba una pequeña provisión de alimento y agua, me acerqué al lugar donde se encontraba el niño y para mi sorpresa ya no estaba ahí. Entonces me angustié y supe que había llegado el momento de cambiar, sino le harían daño. Delibe -

radamente comencé a hablarles a los demás para que dejaran de conseguir el semiconductor y se revelaran. Entonces las máquinas vigilantes enviaron mensajes y no tardaron en apresarme. El líder ya tenía en su poder al niño, lo alcancé a ver mientras me llevaban ante su presencia. Me cuestionó duramente sobre si era que mis nanobots no estaban funcionando bien y por eso lo hacía, o que si había pasado tanto tiempo afuera que ya los gases empezaban a afectarme. No tenía las palabras para explicarle que me hartaba ya esa vida, que dejara en paz al niño, y de pronto el niño un tanto confundido empezó a entonar una melodía especial, mientras el líder accionaba mis nanobots.

Cuando las sustancias se liberaron en mi cerebro, me pregunté por qué nuestros sueños no pueden mostrarnos nuestros miedos, ansiedades o tristezas, por qué no podemos expresarnos, y a través de ellos vislumbrar un mundo mejor, al mismo tiempo caía en una ensoñación profunda, donde al fin sería libre…

24 Coapan
*Soy la Dra. Miriam Virginia Muñoz Cruz, una apasionada de la Biología, la docencia y el aprendizaje desde y para otros.

Autora: Mayté Ibáñez

Título de la obra: Sin título

Categoría: dibujo

Técnica: Bolígrafo y acrílico

Año: 2023

25 Coapan
Alfalfa Iconografía / Dibujo

Poirot y Hastings

26 Coapan
Alfalfa Iconografía / Dibujo

Creador: Rodríguez Villagrana Leonardo

Obra: Poirot y Hastings

Colección: “Grandes Amigos”

Técnica: Lápices graduados, carboncillos y lacas.

Fecha: 30- Noviembre –2022

27 Coapan Alfalfa Iconografía / Dibujo

Foto

El visitante

Era una de esas noches de insomnio, aquellas en las que no importaba cuántas vueltas diera sobre el mullido colchón, ni cuántas veces cambiara de posición. No existía angustia alguna o pensamientos en cadena que pudieran justificar el hecho de que Morfeo no había podido reclamar mis sueños una noche más.

Me encontraba exhausta, sentía el cuerpo pesado, un pitido atravesaba mis oídos, sentía la garganta seca y los párpados me pesaban como una losa y a pesar de todo esto, no podía cerrar los ojos y perderme entre los recovecos de mi mente en un sueño profundo. Mi mirada se perdía en la tenue frontera, entre la tenue luz de Luna que se filtraba a través de las cortinas y las sombras del cuarto. En mi habitación no existía otro sonido que no fuera el de mi respiración, haciéndome sentir paz ante el silencio que me rodeaba. Afuera, el viento cantaba una canción poderosa y antigua que hacía que las ramas de los árboles se mecieran de un lado a otro con parsimonia, y chocaran contra la ventana.

Por centésima vez en lo que llevaba de la noche

giré al lado contrario del colchón y pasé un brazo por debajo de la almohada, de pronto la temperatura descendió y me envolví en mis delgadas cobijas, me quedé mirando al fondo de la habitación.

Percibí cómo lentamente mis párpados se cerraban por inercia, el cansancio por fin estaba ganando la batalla. Me sentí caer en un enorme remolino de nubosidades confusas. Me sentí flotando y cayendo. Perdida en aquel onírico paraíso de descanso. De pronto todo se oscureció y experimenté una insólita caída como si aterrizase sobre algo sólido, traté de enfocarme dentro de mi confusión y ahí fue donde lo vi. Alto, imponente, oscuro. De piel pálida y cabellos negros como la noche, su mirada estaba cubierta de sombras y un deje de tristeza, simplemente quedé fascinada. Una tenue melodía sonó de alguna parte

de las sombras. Él extendió su mano, confiado que la tomaría y se acercó un par de pasos.

Curiosa, me acerqué y tomé su mano, que en contraste con la mía, estaba terrible -

28 Coapan
Desde las tumbas Ficción / Cuento
https://www.pexels.com/es-es/foto/arboles-grises-y-media-luna-448390/

mente fría al tacto. Posó su mano delicadamente en mi cintura y comenzamos a bailar alrededor de las sombras, siendo uno con el otro.

Jamás pude apartar mi mirada de él ni él de mí, me sentía dichosa pero a la vez temerosa. Una sonrisa asomó en sus delgados labios y con voz barítono se acercó a mi oreja y susurró “Al fin te encontré”. Su aliento en contacto con mi piel, al igual que sus palabras me provocaron un escalofrío, me alejé para observarlo, pero su rostro comenzó a borrarse, su agarre a aflojarse y su voz se perdía entre los límites de la conciencia. Abrí los ojos temblorosa y empapada en sudor. Estaba aturdida y sin saberme aún despierta o dormida, parpadeé un par de veces tratando de recordar dónde me encontraba hasta que las familiares paredes y el estridente sonido del despertador me dieron la respuesta.

Estaba confundida, el sueño había sido tan vívido que aún dudaba que lo hubiera soñado. Sacudí mi cabeza y aparté a un lado las sábanas para iniciar el día, aún estaba desorientada pero no podía quedarme en la cama dándole vueltas al asunto.

Pase el día recordando aquellos profundos ojos oscuros y su frío tacto. Por alguna extraña razón esperaba con ansias el momento en que llegara la noche y tuviera que dormirme. Esta vez, contrario a las otras noches, en cuanto mi cabeza tocó la almohada caí presa de un profundo sueño. Y ahí estaba él, sin embargo, ahora era todo más vívido, había otras puertas alrededor de nosotros, y al igual que la noche anterior bailamos al compás de la melodía que sonaba de fondo. Cuando esta terminó me guío a una de las puertas, su apariencia era antigua y desgastada. Tomó el pomo de oro y con un leve empujón me adentró en ella. Nuevamente abrí los ojos y desperté en mi aburrida realidad.

Cada noche a partir de ese día tan solo esperaba la hora de dormir para verlo, incluso comencé a quedarme dormida en el trabajo y en la escuela para poder verlo por más tiempo. No sabía que pagaría tan caro aquella obsesión.

La última noche que lo vi, él se veía abatido, bailamos como siempre, sin embargo cuando llegó el momento de despedirnos lo hizo con un dejo

de nostalgia y besó mi mano con sus fríos y secos labios. Me acercó lentamente en un suave abrazo y posó sus labios cerca de mi oreja y susurrando me dijo “Debo dejarte ir”. Desperté con un sentimiento de pérdida y abandono, e impaciente traté de quedarme dormida nuevamente pero no pude. Traté por varios días, de todas las formas posibles volver a verlo, pero ya no aparecía en mis sueños, pasé días tratando de encontrarlo y estar entre sus brazos nuevamente. Pero ya no estaba y me había dejado añorando su onírica compañía vagando en la simple e insulsa realidad, ansiando la ilusión de su presencia. Ahora lo único que hacía era dormir y soñar con la esperanza de que algún día lo volviera a ver.

*Soy Romina Oribe Velázquez, nací en 2005 en la Ciudad de México, vengo de una familia amorosa y la cual siempre me apoya. Tengo una gran pasión por la lectura, así como también lo tengo por la narración de cuentos y minificciones. Estoy orgullosa de haber ingresado a la ENP 5 y mantener un buen desarrollo académico. Soy comprometida y responsable en cualquier aspecto.

29 Coapan Desde
Ficción
Cuento
las tumbas
/

Dreaming souls

30 Coapan
Alfalfa Iconografía / Fotografía

Autora: Cynthia Ishell Hernández Contreras

Título de la Obra: “Dreaming souls”

Categoría: Fotografía

Técnica: Collage

Año: 2022

31 Coapan Alfalfa Iconografía / Fotografía

José Vasconcelos

ERUDICIÓN

32 Coapan

ENSAYO ARTÍCULO

33 Coapan
Foto de Zoé Rodríguez Aragón

Una vez que despiertas, no vuelves a soñar igual

Cuando decimos soñar nos referimos a dos cosas un tanto distintas. Una primera acepción sería la del soñar despierto, asociado a tus sueños de grande, a la esperanza en un futuro, a lo que quieres llegar a ser y que la publicidad mainstream se ha apropiado para motivar a la juventud con el slogan: “persigue tus sueños”. En esa acepción del sueño podemos envolver frases como “no dejes de soñar” o “que tus sueños se hagan realidad”. Como cuando en la crónica de J. M. Servín en Por amor al dólar (2012), el autor dialoga con un despachador indio (de India) de una gasolinera en un pueblo del estado de Nueva York:

“- ¿Sueñas muy a menudo?- pregunté.

-No siempre. A veces no puedo recordar lo que soñé […].

-Me refiero a sueños personales, metas, planes a futuro. Cosas que quisieras hacer, por ejemplo, comprar un auto nuevo, una casa [grande] como las que hay por aquí, obtener tu green card, no sé, hacer algo con tu vida.

-Ah sí, claro, pero tengo que trabajar muy duro […].

-¿Has oído del sueño americano [American dream]?

-No, ¿qué es?

-Tener todo lo que quieras o ser lo que tú quieras.

-¿De veras? […]-luego reviró-: ¿Cuál es tu sueño? No había sueños [dice el autor], sólo hechos y chistes malos para pasar el rato con un tipo más simplón que yo […]: algo que no es cierto pero que su imagen se materializa todos los días […]”.

La otra noción de la palabra sueño es, podríamos decir, la objetiva, en la que pensaba al principio el despachador indio de la gasolinera: el proceso que

pasamos los mamíferos opuestos a la vigilia, cuando estamos dormidos y tenemos imágenes en nuestro inconsciente. Generalmente cerramos los ojos en la noche, cuando nos recostamos en la cama, pero puede agarrarnos en una silla o tumbados en el piso. Nuestra temperatura desciende unos grados, nuestra respiración y nuestro pulso van más despacio, del mismo modo que la presión sanguínea baja. Por último, el cortisol, denominado la “hormona del estrés”, producida en la corteza suprarrenal, se reduce.

Cuando se empezó a estudiar “científicamente” este proceso, con medios electrónicos y registros, hacia los años cincuenta del siglo XX, se descubrieron varias fases mientras dormimos, pero la que más llama nuestra atención es el sueño REM, porque es en él durante el cual estamos soñando. Hay otras fases donde también se sueña, pero la más certera es durante el sueño REM. Se denomina así por sus siglas en inglés, Rapid Eye Movement, o movimiento rápido de los ojos, ya movemos rápidamente los ojos mientras nuestros párpados están cerrados y estamos durmiendo.

El psicoanalista Sigmund Freud en su libro La interpretación de los sueños (1899) fue uno de los estudiosos de los sueños, entre otros más. Se ha llegado a diversas conclusiones, por ejemplo, que regularmente soñamos con lugares y personas cercanas a nosotros y conocidos, y los sueños están relacionados con esas frustraciones o alegrías vividas con o en ellos. Todas las noches soñamos, pero es difícil recordar todos nuestros sueños. También se dan casos que soñamos con personas y lugares que no conocemos, y que cuando nos llega a suceder en la vida real, durante la vigilia, le llamamos en

34 Coapan
Foto de Francesco Ungaro: https://www.pexels.com/es-es/foto/cielo-estrella- *Profesor de Prepa 5. Correo: pilloforevergmail.com

francés déjà vu, que en español significa “ya visto”, nombrado así por el psíquico francés Émile Boirac.

El tema del sueño es interesante porque diversas culturas a lo largo del tiempo le han dado diferentes interpretaciones y significados. Por ejemplo, para la tradición budista, cuando finalmente Siddhartha Gautama alcanzó la iluminación, se convirtió en buda, es decir, en un iluminado, término que también hace alusión al “despertar”, en el sentido que el iluminado viene a significar también “el despertado”. De ahí la sugerente recurrencia a los memes cuando una madre le dice al padre “despierta a tu hijo” y el padre le dice cosas de adultos o realidades crudas de la vida. Por eso, el sueño está asociado también a un estado de ensoñación en el cual estamos manipulados o sumergidos, no sabemos qué es la vida realmente, y por eso es importante despertar.

Esta idea se refuerza aún más al tomar en cuenta procesos fisiológicos que suceden mientras dormimos. La hormona del crecimiento alcanza altos niveles, —probablemente por esta razón los bebés duermen la mayor parte del tiempo—, hasta llegar a los tres años de edad aproximadamente, que empieza a reducir. Bien podríamos jugar con ambas acepciones y decir que el sueño nos hace crecer o que aprendemos de nuestros sueños. En su libro La Secta del Lobo (2022) su autor Pillo apela a un grupo de hombres-lobos y mujeres-lobas que tienen poderes oníricos, se comunican entre ellos a través de sueños y aprenden. Trae a colación la noción del nahualismo o nagualismo, esa capacidad de ciertas personas para convertirse en un animal de manera sobrenatural, y que en diversos grupos indígenas mesoamericanos tenía gran ascendente.

Veamos, Batia Cohen en su artículo “La presencia del nagual en el sueño mexica” (2016) hace alusión a la idiosincrasia mexica con respecto al nagual y los sueños, cuando escribe:

“El mexica barre su pequeño jacal, afuera de la entrada, el hombre ha divisado las huellas de un animal. Alebrestado, el súbdito del tlatoani, sabe que por la noche lo ha visitado un nagual, un ente que lo ha poseído durante el sueño. Se lo ha llevado a andar entre los bosques, lo ha convertido en [lobo] y ha recorrido inmensas extensiones de tierra. Durante la

oscuridad el hombre se ha transformado en [canino], en su alter-ego. Durante la noche, el mexica ha tenido el poder de Tezcatlipoca […]. Ha tenido la ventaja de adquirir visión nocturna. Al acecho, pacientemente espera, captura, rasga y devora fácilmente a su presa […]. El nagual es protector pero también determina el carácter de la persona, su profesión y su futuro”.

Esta relación entre nagualismo y sueños lleva al autor de La Secta del Lobo a realizar una transcreación (un proceso creativo de adaptación) señalando la posible tesis del arqueólogo estadounidense Daniel Brinton, que hacia 1894 proponía que los naguales formaban parte de una organización secreta (secta) que por medio de sus poderes necrománticos (relacionados con la muerte) y oníricos (con los sueños) se oponían a la religión y gobierno de los invasores españoles durante la Conquista. Y que esta organización pudo estar detrás de las principales revueltas indígenas en contra del dominio español. La palabra transcreación, adaptada a la literatura, la leí por primera vez en el autor uruguayo Jorge Montesino, en su libro 30 leyendas populares del Paraguay (2006), cuando hace ciertas adaptaciones narrativas a estas leyendas de manera coherente y sin hacerles perder el propósito original.

En el caso de los griegos antiguos, nos cuenta Alexander Borbély en El secreto del sueño (1993), que lo asociaban con la noche, periodo que por lo general destinamos para dormir. Creían en la diosa de la noche Nyx, la cual tenía dos hijos, Hypnos, el dulce sueño, y Tánatos, la muerte despiadada. Y no es casualidad que los griegos asociaran sueño con muerte, en muchas otras latitudes también lo hacían, porque la muerte puede ser interpretada como un sueño eterno, como entre los vikingos, que la muerte y el sueño eran hermanos. A la entrada de la casa de la diosa Nyx crecían amapolas y yerbas que inducían al sueño o la muerte (dependiendo la dosis).

No es casualidad entonces que ciertas sustancias psicotrópicas induzcan a ensoñaciones o muerte, como el caso del mito griego de Perséfone, que en algunas fuentes dicen se encontraba recolectando hongos o flores alucinógenas, que probablemente le causaron la muerte, de ahí que Hades, el dios del inframundo, el mundo de los muertos, la haya secuestrado. Y que después de una negociación con los dioses, Hermes, el dios de la inter-co -

35 Coapan
Vasconcelos
José
Erudición / Artículo

municación, la trajo de vuelta a la vida, a los brazos de su desesperada madre, Démeter. Como bien nos inducen a pensar los autores Hofmann, Wasson y Ruck en su libro El camino a Eleusis (1981).

En la tradición cristiana también hay alusión al sueño con la muerte, y al poder de revivir a los muertos con la noción de despertar, como cuando Jesús revive a Lázaro invocándolo con las palabras: ¡Despierta, despierta! Sin embargo, el dormir mucho también se asocia con la pereza y la haraganería, aquella persona que no hace nada por su vida, que tiene “sueños guajiros” y no los cumple, oponiéndose al régimen de trabajo del capitalismo porque holgazanea.

Muy probablemente la ética protestante tomó para sí este pasaje de la Biblia que nos advierte: “No ames el sueño, para no hacerte pobre, ten los ojos abiertos y te hartarás de pan (Proverbios, 20, 13)”. Pero del mismo modo ese texto sagrado es una invitación a la lucha de clases sociales, cuando leemos: “Dulce sueño del obrero, coma poco o mucho; al rico, la hartura no lo dejará dormir en paz (Eclesiástes, 5, 11)”.

Aquella asociación entre sueño (objetivo y subjetivo) y muerte también está presente en el libro La Secta del Lobo, pues el protagonista sueña con hombres-lobo y mujeres-loba que ya están muertos, y que su sueño es destruir este sistema económico que oprime a las personas y no las deja alcanzar sus sueños. Su sueño es un sueño justo, es una promesa de un mejor futuro para todos, no la pesadilla que vivimos día a día.

Porque en realidad con lo que todos soñamos es con “ser libres y ricos”, dice el autor de La Secta del Lobo. Pero el que todo mundo seamos ricos bajo este esquema capitalista de vida no es posible, porque los recursos naturales y la opresión de la mano de obra de todos por todos, lo haría inviable. De modo que hay que despertar de ese sueño que nos han vendido, representado en el American dream, de ahí que la frase de su libro sea “una vez que despiertas, no vuelves a soñar igual”.

A su vez, la vanguardia artística del surrealismo mezcló estos dos conceptos que podemos sintetizar en la frase siguiente: cambiar la realidad social a través del poder de los sueños. El surrealismo apare -

ció hacia 1924, y se apropiaba de las teorías de Sigmund Freud y de Karl Marx, el nombre de la vanguardia venía a significar “más allá de la realidad”, porque justo los sueños están más allá de la realidad, pero los surrealistas también sugerían otra realidad posible, contemplada en el socialismo de Estado. Pero llegó la Segunda Guerra Mundial y algunos de los exponentes del surrealismo fueron entrando en el sueño eterno, esto es, fallecieron. Y luego la Guerra Fría dio paso a un enfrentamiento ideológico entre capitalismo de Estado y socialismo de Estado, condensándose en dos tipos de regímenes que no permitían la libertad total de las personas (en los Estados Unidos de América no se podía decir abiertamente que eras socialista porque perdías el trabajo o te metían a la cárcel).

Parece ser que en nuestros sueños es en donde somos más libres, el sueño de la libertad. Tal vez por ello, Sor Juana Inés de la Cruz hablaba de un poema suyo, que había escrito sin que nadie se le hubiese encargado y por voluntad propia, como Sueño (1692).

36 Coapan

Referencias

Borbély, Alexander. El secreto del sueño. Nuevos caminos y conocimientos. Tr. Almela. México, Siglo XXI editores, 1993.

Cohen, Batia. “La presencia del nagual en el sueño mexica”, en Letra Urbana. https://letraurbana.com/articulos/la-presencia-del-nagual-en-el-sueno-mexica/

De Micheli, Mario. Las vanguardias artísticas del siglo XX. Tr. Ángel Sánchez. Madrid, Alianza editorial, 1992.

Freud, Sigmund. La interpretación de los sueños. Madrid, Amorrortu Editores, 1997. [Primera publicación 1899].

Gordon Wasson, Robert , Albert Hofmann, Carl Ruck. El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios. México, FCE, 1981.

Pillo. La secta del lobo. México. Hazlo tú mismo, 2022.

Servín, J. M. Por amor al dólar. Oaxaca, Editorial Almadía, 2012.

37 Coapan José Vasconcelos
/ Ensayo
Erudición
Foto de Los Muertos Crew: https://www.pexels.com/ es-es/foto/colorido-colgando-decorativo-atrapasuenos-8229946/

Alfalfa Iconografía / Dibujo

Autora: Mayté Ibáñez

Título de la obra: Sin título

Categoría: dibujo

Técnica: Bolígrafo y acrílico

Año: 2023

38 Coapan
39 Coapan Alfalfa Iconografía / Dibujo

REMEDIOS VARO, PINTORA DE SUEÑOS

Dentro de la reducida lista de los nueve pintores que conforman el grupo patrimonial del arte mexicano (José María Velasco, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Gerardo Murillo “Dr. Atl”, David Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, Saturnino Herrán, Remedios Varo y María Izquierdo), una destaca de entre los demás, tanto por su origen extranjero, como por las temáticas representadas que no se ocupan exclusivamente de “lo mexicano” y que atienden preocupaciones universales; me refiero a Remedios Varo (1908-1963).

Catalana de origen, se formó en la Academia de Arte de San Fernando de Madrid entre 1924 y 1930, donde conoció a su primer esposo, el también pintor de vanguardia Gerardo Lizarraga y de quien se separó apenas un lustro después. Con el inicio de la Guerra Civil Española en 1936. Remedios tuvo que salir de su país natal para instalarse en París. Ahí se reencontró con el poeta Benjamin Péret, miembro destacado del Movimiento Surrealista y quien fuera amigo muy cercano de André Bretón, considerado el fundador y máximo exponente de esta vanguardia. Durante aquellos años parisinos, Varo trabajó cerca del grupo surrealista, sin embargo, nunca fue considerada miembro; de hecho, el grupo parisino estaba formado casi exclusivamente por hombres, dejando a las mujeres una participación periférica.

La pareja formada por Remedios Varo y Benjamin Péret permaneció algunos años en París, ahí fueron sorprendidos por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, teniendo que abandonar la capital francesa en 1941 debido a la invasión nazi. Salieron de Europa

El mundo del sueño y el mundo real no hacen más que uno. André Bretón, Los vasos comunicantes, 1932.

y llegaron a México, donde fueron recibidos por el gobierno de Manuel Ávila Camacho. Se instalaron en las inmediaciones de la colonia Roma y en aquel espacio Remedios entabló grandes amistades con otras personalidades artísticas que también llegaron huyendo de los conflictos del Viejo Mundo. Las más cercanas, la pintora británica Leonora Carrington y la fotógrafa húngara Kati Horna. Las tres juntas, recibieron el mote de “Las Hechiceras”, apodo impuesto por el poeta mexicano Octavio Paz, amigo y vecino de todas.

Una vez pasada la Segunda Guerra Mundial, Benjamin Péret decidió regresar a París, sin embargo, Remedios tomó la decisión de quedarse y establecerse permanentemente en México. Resulta interesante observar que su obra pictórica empezó a proliferar durante los años posteriores a la separación con Péret, tomando su lugar como una de las principales exponentes de la pintura surrealista en México. De hecho, en este su país adoptivo, la pintura surrealista fue explorada principalmente por mujeres como Varo, Carrington y Horna, pero también en la obra de otras pintoras como la propia Frida Kahlo, María Izquierdo o Alice Rahon. Hizo falta un océano entero de distancia entre las escuelas de París y la de México para que las mujeres pudieran explorar el camino del subconsciente que las teorías de Freud y Bretón les habían negado por considerarlas “demasiado sensibles” para la labor.

En este punto, sería pertinente recordar que el Movimiento Surrealista tuvo dos líneas, una literaria y otra pictórica. En ambas se buscaba la exploración del subconsciente a partir del abandono

40 Coapan

de la razón y el pragmatismo. En el caso literario se exploró con la escritura automática, la escritura colectiva, el cadáver exquisito. En la pintura, se buscó el replanteamiento visual de la realidad, el accidente controlado de manchas y en menor medida, la indagación onírica. Casualmente, esta última fue la vía principal desde donde Remedios Varo emprendió su propio camino de exploración surrealista.

El mundo de imágenes creado por la catalana presenta elementos muy característicos que permiten identificar casi de inmediato la autoría, como son sus figuras alargada con posturas en media luna, los rostros hieráticos de párpados pesados, los edificios que remiten constantemente a la arquitectura medieval, algunos ingenios fantásticos que no dejan del todo cierta lógica funcional, y sobre todo, los fondos misteriosos, casi siempre oscuros y rodeados de una bruma que inmediatamente nos hace pen-

sar que se trata de escenas rescatadas de un sueño. La exploración onírica de Remedios Varo se manifiesta en un dibujo datado en 1958, el cual lleva por título nada más y nada menos que Sueño. (Fig. 1) En la imagen se observa el espacio de un cuerpo geométrico que queda abierto a la mirada del espectador por medio de un arco deprimido. En el interior únicamente se distingue la estructura de un artefacto que parece ser cama y hamaca al mismo tiempo, sobre el cual yace recostada una figura femenina que, en opinión de algunos autores, es la propia Remedios. Del lado de la cabecera, el muro parece abrirse y del hueco sale un mundo que no presenta un tiempo lineal ni un espacio concreto. Es la representación del sueño, en donde se distingue la figura esquemática de la protagonista en distintas escenas que acontecen al mismo tiempo sin la posibilidad de establecer un orden racional.

41 Coapan
Vasconcelos
José
Erudición / Artículo
Fig. 1 Sueño

Erudición / Artículo

El adjetivo que Varo se ganó como “surrealista” le ha llegado principalmente por su trabajo pictórico, no obstante, hoy se sabe que también exploró el subconsciente a partir de la escritura. A finales del siglo pasado, Isabel Castells nos dio a conocer su interesante faceta como escritora hasta entonces desconocida, con la publicación del volumen Cartas, sueños y otros textos (1997), en donde se presentan los fragmentos de distintos escritos rescatados de hojas sueltas y cuadernos que nacieron de la pluma de la catalana. En algún momento de la década de los cincuenta, Remedios empezó a registrar por escrito sus propios sueños, quizá como una forma más de explorarse a sí misma desde el subconsciente o quizá por razones terapéuticas. Las imágenes textuales parecen tener relación con algunas de sus obras. A continuación, me permitiré el espacio para reproducir uno de los sueños rescatados de la pluma de Varo:

Soñaba que estaba dormida acostada en mi recámara y que un ruido fuerte me despertaba. El ruido venía de arriba, del estudio, y era como si arrastrasen un sillón. Pensé que eso quería decir que alguien intentaba entrar desde la terraza y que empujaba el sillón que estaba contra la puerta. […] Di un paso más hacia adelante y en ese momento sentí con horror espantoso algo detrás de mí que más bien salía de mí misma y, simultáneamente, comprendí que no era verdad el haber oído ese ruido peligroso arriba, pero que yo había en cierto modo querido oír esa amenaza fuera y arriba, pero que en realidad estaba siempre junto a mí o en mí. Esa “cosa” detrás de mí me produjo un terror enorme y una sensación de sueño pesadísimo y angustioso del que me esforzaba en despertar totalmente para defenderme, pero la criatura misteriosa me agarró fuertemente de la nuca, metiendo los dedos como intentando juntar esos dos músculos largos y estrechos que hay detrás del cuello y con la otra mano me apretó fuerte la frente entre los ojos. Al mismo tiempo, me decía: “Esto es para que no te despiertes, no quiero que despiertes. Necesito que duermas profundamente para hacer yo lo que tengo que hacer”. No me hacía daño, ni sentía dolor, pero sentía un terror mucho peor que todo y no quería dormirme. “Él” me dio un último apretón más fuerte y, al sentir que caía en un sueño profundo, me desperté realmente, angustiadísima y bañada en sudor.

En opinión de Walter Gruen, pareja sentimental de Remedios durante sus últimos años en México, el sueño anterior, que más bien resulta ser una verdadera pesadilla, parece tener relación con la pintura Presencia inquietante (1959). En esta imagen (Fig. 2) se

observa el interior penumbroso de un cuarto, en cuyo centro se encuentra la figura estilizada de Remedios. La pintora yace sentada sobre un sillón (elemento extraído del escrito) con las manos apoyadas sobre una mesa de diseño interesante. Las manos de Varo parecen abrir la madera de la mesa como si se tratase de las hojas de un libro, de cuyo interior salen algunas formas orgánicas que bien podrían ser raíces vegetales y al mismo tiempo venas y arterias. La presencia inquietante sale del respaldo del sillón, parece que rasgó el tapiz de donde salieron volando las flores de lis que decoraban la tela y asoma una cara insidiosa por el hueco, muy cerca de la nuca de la pintora de forma semejante a la manera como acontece en el relato.

Remedios no solo pintó sus propios sueños, en ocasiones, también tomó imágenes de sueños ajenos que combinó con las propias; así ocurre con el grupo de obras que, en mi opinión, son las más importantes de su producción mexicana: “El Tríptico” (Figs. 3, 4 y 5). Se trata de tres pinturas, actualmente separadas en distintas colecciones, que fueron creadas como un conjunto que narra las escenas de una misma historia. Según reveló Xabier Lizarraga, hijo de Gerardo Lizarraga (primer esposo de Remedios), fue un sueño de la húngara Kati Horna, una de las tres “Hechiceras” de la Roma, el que fungió como fuente de inspiración para la concepción de la historia representada en el tríptico. Xabier contó que en una ocasión Horna le platicó a Varo un sueño que había tenido donde un grupo de muchachas asaltaban una torre. Aquella imagen onírica intrigó mucho a la española, por lo que decidió explorar el sueño de su amiga creando una obra.

42 Coapan

José Vasconcelos Erudición / Artículo

La primera pieza del tríptico (Fig. 3), titulada Hacia la torre (1960), presenta a un grupo de muchachas montadas en finísimas bicicletas que salen de un edificio que podría remitir a un convento o a una escuela. Todas están uniformadas con batillas azules que les cubren todo el cuerpo, presentan el mismo peinado y la misma expresión ausente, excepto una, que se encuentra en festaiolo, es decir, que dirige la mirada directamente al espectador. Ella es la protagonista del sueño. El grupo es dirigido por una monja y un caballero con polainas, ambos marcan la dirección que llevan las muchachas. Recreando el mundo de los sueños, Remedios enmarca la escena en un fondo penumbroso lleno de nubes que nos revelan que en realidad se trata de humo, pues cruza por enfrente de los elementos arquitectónicos. Es el título de la obra el único indicio que nos ofrece una pista de a dónde se dirigen, van “hacia la torre”.

43 Coapan
Fig. 2 Presencia inquietante (1959). Fig. 3 Hacia la torre (1960).

En la segunda pieza, el grupo de muchachas ya se encuentra en el destino (Fig. 4). Todas están al interior de la torre, sentadas alrededor del nivel superior. Al centro, una figura masculina que lleva el rostro cubierto recita algún conjuro mientras mezcla con una vara alguna sustancia que sale en forma de hilos. Las jóvenes parecen hipnotizadas bajo los efectos del hechizo. Con el hilo mágico del conjuro, bordan juntas el manto terrestre, el cual sale en cascada por los matacanes de la torre y cubre las aguas oceánicas para formar los cuerpos continentales. El nombre de esta pieza es ese, Bordando el manto terrestre (1961), refiriendo una actividad caracterizada como “femenina” en relación directa con la capacidad creadora de un grupo de muchachas controladas dentro de la torre. La referencia onírica nos llega de nuevo desde la apariencia del fondo, predominantemente oscuro, surcado por grandes áreas de humo, quizá creadas a partir de la técnica surrealista de la decalcomanía. Es decir, probablemente fueron manchas realizadas en algún papel aparte y, con la pintura aún fresca, fueron presionadas contra la superficie del cuadro para marcar así el “sello” de manchas accidentales colocadas en al menos cuatro capas de distintos colores que, en conjunto, produjeron la atmósfera humeante del sueño.

44 Coapan
Fig. 4 Bordando el manto terrestre (1961).

El final de la historia parece dejar de lado los sueños de Kati y concluye con una parte muy personal de la biografía de la pintora española. El cuadro La huida (1961) (Fig. 5), nos muestra a la protagonista de la primera imagen liberada del hechizo que la mantenía cautiva dentro de la torre. Liberada de su rol femenino de bordadora y junto a su amante, huyen montados en un extraño ingenio que probablemente ella misma tejió, ella es la heroína de su propia historia. Surca una espesura amarillenta, quizá vegetal o líquida, y se dirigen hacia la entrada de una caverna, probablemente la salida de aquel mundo onírico hacia una nueva realidad. Es probable que esta imagen represente a la propia Remedios Varo huyendo junto a Benjamin Péret de una Europa opresiva, controlada por los regímenes totalitarios del nazismo, el fascismo y el franquismo, para cruzar el Atlántico y encontrar su libertad en el Nuevo Mundo, libertad alcanzada como individuo, como mujer, y hasta como pintora surrealista.

45 Coapan
Vasconcelos
José
Erudición / Artículo
Fig. 5 La huída (1961).

José Vasconcelos

Erudición / Artículo

La obra de Remedios Varo ocupa un lugar particular entre las vanguardias del siglo XX. En México es el referente más importante del surrealismo y en España, su nación de origen, es prácticamente desconocida, y su sitio como surrealista en el contexto mundial sigue siendo injustamente periférico. La senda por la cual exploró el subconsciente no obedeció al abandono total de la razón y la realidad, como proponía el círculo de André Bretón; por el contrario, rescataba elementos existentes en el mundo real y los empleó como símbolos en la construcción de una realidad absolutamente personal, justo como ocurre en el mundo de los sueños, que rara vez se despegan por completo de nuestras experiencias cotidianas y más bien las replantean con perspectivas diversas.

Para todo aquel que la observa, la obra de Remedios Varo es llamativa. A sus temas diversos y misteriosos se suma una calidad técnica excepcional, sin embargo, en mi opinión, aún se le debe mucha más investigación, pues sólo existen un puñado muy acotado de libros que nos dan luz de su quehacer como artista. Quizá es el camino onírico una vía importante para emprender la interpretación del mundo que creó. Por suerte, nos quedan sus textos con una decena de sueños escritos, esperando que nuevos estudiosos encuentren relación entre ellos y las obras que hoy son pieza clave del patrimonio artístico de todos los mexicanos.

Referencias

Kaplan, Janet. Viajes inesperados. El arte y la vida de Remedios Varo. Hong Kong, Era, 2001, 272 pp.

Nonaka, Masayo. Remedios Varo: Los años en México. China, Editorial RM, 2014, 117 pp.

Varo, Remedios. Cartas, sueños y otros textos. Introducción y notas de Isabel Castells. México, Era, 2014, 133 pp.

*Omar Flores Tavera es licenciado en Historia y maestro en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su línea de investigación versa en torno al arte moderno europeo (siglos XII al XX) y mexicano (siglos XIX y XX); particularmente sobre el primer muralismo mexicano en los años de la posrrevolución bajo la gestión de José Vasconcelos y sobre la arquitectura teatral en México. Forma parte del seminario de investigación “Espacios teatrales en México” de la FFyL. Actualmente realiza el doctorado en Historia del Arte e imparte los cursos de Historia Universal III y de Mexico II en el plantel 5 de la Escuela Nacional Preparatoria.

46 Coapan

Autora: Mayté Ibáñez

Título de la obra: Sin título

Categoría: dibujo

Técnica: Bolígrafo y acrílico

Año: 2023

47 Coapan
Alfalfa Iconografía / Dibujo

Síguenos en:

Número 9, marzo 2023

Coapan.Revista de Literatura y Otras Reflexiones

Coapan. Revista de Literatura y Otras Reflexiones

Coapan es una publicación fundada en 2020, creada por profesoras de la ENP 5, José Vasconcelos, UNAM. Calz. del Hueso sn, Coapa, Tlalpan, 14300,

Coapan.Revista de Literatura y Otras Reflexiones

Colaboraciones y correspondencia: revista.coapan.p5@enp.unam.mx

Notas al final
Coapan

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.