--El día 5 de Febrero de 1977, la niña Tibisay Mijares se dirigió a la localidad de Guarenas junto con sus padres porque habían sido invitados a una fiesta de cumpleaños. La fiesta transcurrió con total normalidad, la niña jugaba con otros pequeños en el pasillo del piso 3, bloque 43. Al llegar la media noche los dueños del apartamento invitaron a todos los presentes a cantar el cumple años, todos se colocaron alrededor de la mesa donde estaba la torta, menos la pequeña María Tibisay. La madre al notar la ausencia de la niña alertó al padre y acompañada por la dueña del apartamento comenzaron la búsqueda por los pasillos del bloque; los asistentes a la fiesta, en su mayoría vecinos, al ver que la niña no aparecía se unieron a la búsqueda que se prolongó hasta el amanecer siendo infructuosa. A las nueve de la mañana el conserje del bloque 51 de Menca de Leoni se disponía a cambiar los pipotes de la basura cuando vio una bolsa amarilla recostada de la puerta de entrada del depósito de la basura. Pensando que habían dejado desperdicios pegados a la puerta, la agarró para que no se cayera al abrir la puerta y notó que la bolsa estaba manchada de algo que parecía sangre y pudo ver también unos cabellos, por lo que decidió dar parte a la policía. Cuando llegó la policía abrieron la bolsa y descubrieron el cuerpo de la pequeña Tibisay envuelto en un plástico de tintorería. “Los sabuesos de la policía utilizaron como primera pista el plástico de una conocida tintorería ubicada en el Centro Comercial Chacaíto, tenían que investigar qué residente de Guarenas llevaba su ropa a la misma, dando la información de que un ex policía (Sánchez Rujano) residente del bloque 43 vecino del apartamento donde se realizó la fiesta, aparecía como cliente de dicho establecimiento. La policía al allanar el apartamento del sospechoso encontró que toda su ropa estaba guardada dentro de la bolsa de tintorería pero faltaba una; en el baño del apartamento dio positivo las pruebas de luminol encontrándose sangre y huellas de la niña, por lo que al criminal no le quedó más remedio que confesar el crimen”, acotó. --El asesino confesó que se retiró de la fiesta a media noche y encontró a la pequeña en el pasillo, ofreciéndole dulces la condujo a su apartamento donde procedió a ultrajarla y la mató a puñaladas. Luego se unió a los vecinos simulando que ayudaba a buscar la niña desaparecida, abandonando el cadáver a las 4 de la mañana en el basurero del bloque 51. Caso resuelto gracias a su área técnico-científico de La Criminalística y
también por la gran ayuda de una persona que se llama Orlando Petit y todo el grupo. Yo tuve el honor de trabajar en el dibujo en la Planimetría; yo comencé en planimetría, que hoy se llama Reconstrucción de Hechos.
La Descuartizada de Parque Central El comisario general Orlando Medina relató que “hubo otro caso La Descuartizada de Parque Central, también resuelto por Criminalística. Ya venía con una base tan fuerte la Criminalística de la cual, señores discentes, tenemos que sentirnos muy orgullosos, así como se siente este cuerpo de funcionarios, de muchachos que hoy ostentan con jerarquía y orgullo los funcionarios de la Criminalística y los funcionarios que los dirigen, los funcionarios jefes de las áreas de las diferentes subdelegaciones del área metropolitana que están aquí presentes, los coordinadores, directores de todos los despachos del Cicpc, todos nos sentimos orgullosos jubilados y activos”.
Primer homicidio en el CTPJ --El último caso que les quiero comentar es el primer homicidio que se resolvió en el CTPJ. Por noviembre del año 1958 ya el cuerpo estaba casi formado. Fue el caso de la señora Visney, quien apareció decapitada: la cabeza de la mujer en el horno y el cuerpo afuera, se acusaba al esposo Arturo Visney un belga que fue detective y capitán de policía en Bélgica, le hicieron juicio. La señora Visney mantenía una relación con un peruano, el peruano desapareció y los investigadores decían que pudo haberla enterrado o desaparecido pero la primera hipótesis de la investigación era que el esposo la descubrió y la mató. Se llevaron preso al señor Arturo Visney; como a las 12 de la noche estaba escribiendo un detective de primera que se llamaba
Luis, a quien apodaban “El Perico”, (a quien yo entrevisté). Escribiendo a ráfagas en la máquina de escribir de aquellas épocas y los dedos se nos ponían gordos y cabezones de amanecer escribiendo en nuestras jornadas investigativas de la guardia y entonces él escuchó un ruido en los calabozos de Homicidios; un ruido lento, una gota que caía y caía, de repente él se sobresalta y dice “es raro que dejen un chorro de agua abierto. Se para, deja de escribir en la máquina y le dice a sus compañeros que va a revisar lo que está pasando en los calabozos, cuando llegó al calabozo donde estaba el señor Visney la sangre se le heló en la venas, los pelos se le pararon de punta; el señor Visney se había cortado el escroto, los testículos estaban caídos y se desangró totalmente. Ese era el caer lento de sangre que había allí y con eso termino, con un poco de historia del Cicpc.
Cambios en el Himno del Cicpc El comisario general Orlando Medina agregó que “el comisario general Douglas Rico me ordenó que revisáramos este himno que acabábamos de cantar porque si bien toda la letra está muy bonita, no somos policía judicial, somos policía científica. Ya le fue entregada la partitura a los músicos de la Coral para que revisaran y está en la etapa de revisión para hacer el cambio de letra porque no somos policía judicial, ahora seremos como ellos lo crean conveniente, pero ya tenemos algunas propuestas del director, el subdirector, del grupo de Acervo Histórico y mía”. --Lo que quería hacer era el dibujo de este evento, tan importante porque hemos fusionado varias cosas: la contemporaneidad de la Criminalística, la historia y el reconocimiento a nuestro querido doctor Raúl Ramírez Pinto.
REVISTA
CICPC
51