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Presentación

En octubre de 1940, hace ya setenta años, Blanca Isaza de Jaramillo Meza, escritora caldense de sin igual talento en nuestras tierras, presentó al lector de la Revista Manizales -de la cual fuera fundadora- una especie de confesión, mediante la cual develaba la razón de su impulso, y el norte que esperaba tomara Manizales, su revista: “… Bien podrá perdonársenos, en gracia a nuestra sinceridad, un poco de orgullo regional. Lo que sucede entre nosotros es que hay un manifiesto desvió hacia los valores propios; nos parece mucho más elegante y trascendental elogiar hasta el ditirambo a los escritores y poetas no ya de otros departamentos sino de otros países; desde que el autor no sea colombiano ya tiene ganada nuestra sumisa admiración; quemamos ante él la mirra de nuestro entusiasmo y aunque la mayor parte de las veces dislocados, el todo es que traiga el prestigio de haber nacido más allá de las fronteras patrias para que nadie sea osado a discutirle el derecho a los haces de laurel que nuestra ingenuidad corta para alfombrarle la fácil senda del éxito (...) Por eso nosotros nos hemos trazado un itinerario preciso; exaltaremos en estas páginas cordiales el prestigio de los valores categoriales de las letras caldenses. No hemos conocido nunca ni la envidia, ni la emulación, ni el egoísmo; poseemos esa extraña cualidad de gozar con los triunfos ajenos. La tarea férrea de la reconstrucción material de la ciudad bien puede darnos un necesario descanso para pensar en las cosas del espíritu; ahora todo lo viejo se ha puesto de moda y no falta a los preceptos de la distinción descubriendo un poco ese fondo romántico y quijotesco que en vano tratamos de borrar con detonantes barnices modernistas”. Consideramos pues, que lo menos que puede hacer Cazamoscas ante el conocimiento del impulso que movió

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los 733 ejemplares de Manizales, y ante la sorprendente similitud entre los desvíos de los caldenses de aquella memorable época y los desvíos de los nuestros, es hacer un esfuerzo por perpetuar, hasta donde nuestro aliento lo permita, los sanos propósitos de Manizales. Exaltar el valor de lo propio y permitir un espacio para las cosas del espíritu han sido, y seguirán siendo también, las jugosas presas del equipo Cazamoscas.

En esta, nuestra sexta edición, hemos intentado superar algunos de los problemas que las anteriores presentaban. Nos hemos preocupado en igual medida por la calidad de los textos presentados, como por la forma que toma la Revista en manos del lector. Hemos acatado, cuan sumisa criatura, la sugerencia de cambiar el tono del papel y de dar lugar a aquellos visos de creatividad que, como bien saben los que tienen a la lectura por delicioso vicio, hacen tan agradable el ejercicio de leer. Esperamos pues que el cambio en el diseño haga de Cazamoscas, cuando menos, un atractivo artículo de colección.

Encontrará entonces el lector, en nuestra primera sección, la obra de arte titulada Cruzados, de la artista caldense Elis del Rosario Cardona, después de la cual se encontrará un breve comentario al respecto de la misma. La segunda sección, nuestra zona articular, está constituida por: La transición del mythos al logos: apuntes alrededor de esta cuestión, en él, David Santiago Mesa Díaz intenta destacar los aspectos más importantes que influyeron en lo que se conoce en filosofía como la transición «del mythos al logos», mostrando las razones por las cuales es el logos la ‘mejor’ alternativa para explicar la realidad. La concepción subjetiva de la ética y la dicotomía hecho-valor, es el esfuerzo realizado, con laconismo y rigurosidad, por Sergio Luís Ospina Toro, mediante el cual intenta mostrar las características de dicha dicotomía, y sostener que “es posible encontrar un punto de unión entre estas dos facetas supuestamente irreconciliables”. Luis Miguel Gallego Sepúlveda, en creación y belleza, partiendo de El banquete, “presenta un análisis del problema de la belleza a través del lenguaje que encierra la obra y de su creador”. Juan Guillermo Miranda Corzo, en El alma platónica o sobre la negación del cuerpo, parece mostrar, desde una visión nietzscheana, cómo la visión del alma, en Platón, “necesariamente niega los presupuestos de la vida (...)”. Finalmente, en La educación tras la globalización: una mirada del desarrollo desde lo humano, Edilberto Granados López, pretende llamar la atención sobre un tema poco discutido en nuestra escuela, la “educación popular o educación por competencias”, enfoque contemporáneo que ha tomado la educación actual, y cuyas implicaciones, según el autor, merecen ser analizadas desde la óptica de la filosofía.

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Seguimos así con Sedimentos literarios, nuestra tercera sección. El nombre obedece al trabajo en conjunto que Cazamoscas adelanta con Sedimentos delirios rocosos, un joven grupo que se ha dado a la tarea de hacer de la literatura una “colisión” abierta, no sólo en nuestra escuela, sino también en la pequeña Manizales. Caricia Fem, Nueve minutos de un ángel, Überlegungen über das experiment filme und Zimbardo werk, y La ordenación del demiurgo, un poema, una narración literaria, una reseña fílmica y una reseña literaria, son los trabajos que nos ofrecen Laura Marcela Sanz León, Nancy Herrera Henao, Sebastián Pérez Marulanda y Germán Sarasty Moncada.

Siluetas del “Espantapájaros” y La vida en caída libre: a propósito de “La muerte” de Federico García Lorca, son los trabajos que Pedro Antonio Rojas Valencia y Sergio Luís Ospina Toro presentaron para componer Espantamoscas, nuestra sección de crítica literaria. Espantamoscas, a diferencia de Sedimentos literarios, dará espacio, ya no a la creación de cuento o poesía, ni a la reseña de expresión artística alguna, sino a trabajos de análisis literario. Espantamoscas dejará a Sedimentos literarios la pertinencia de dar a la luz aquellos trabajos con actitud creadora, y sólo exaltará la minucia, precisión, riesgo y aventurada tarea, de lo que pueda parecérsele a la crítica literaria. Con orgullo Cazamoscas da apertura a Espantamoscas con los trabajos de Rojas Valencia y Ospina Toro, trabajos que, a su particular manera, dan cuenta, por ahora, de otra de las poco exploradas y exigentes, rutas del espíritu.

Y dejando de lado un poco la aventura literaria, pasamos a la sección consentida de Cazamoscas, la niña de la casa. Discusiones, nuestra quinta sección, presenta en esta ocasión al lector Análisis crítico de la “Introducción a la lectura de Popper” de Carlos Emilio García Duque, y Algunas observaciones sobre la edición universitaria. La primera, escrita por el doctor Rafael Macía, presenta de manera seria y detallada, algunas observaciones y aparentes inconsistencias existentes en “Introducción a la lectura de Popper”, título del libro N° 11 publicado en la colección Cuadernos Filosóficoliterarios, escrito por el profesor Carlos Emilio García Duque, y publicado por la Editorial de la Universidad de Caldas. La segunda, escrita por Carlos Augusto Jaramillo Parra, el editor de nuestra Universidad, no es ya una réplica directa a una obra, sino una especie de llamado de atención al lector en general, y al escritor en particular. Pero para ser fiel a sus propósitos, debe advertirse que más que un llamado de atención al escritor, el texto se presenta como un susurro al oído de esa “avalancha de autores” que ahora, tal y como bien afirma Jaramillo Parra, superan en número a los lectores.

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Así, autores, editores, distribuidores y lectores, se convierten en el centro de las consideraciones de nuestro editor.

Nuestra sexta sección presenta ahora Réplica a John Searle, traducción realizada por Yesid Henao Pérez, al artículo escrito por Steven Knapp y Walter Benn Michaels, el cual fue publicado en el Vol. 25, N° 3 de la New Literary History, revista de la Johns Hopkins University Press.

Nietzsche, la música y la diversidad, es la transcripción de la entrevista realizada por Pedro Antonio Rojas Valencia, el 30 de julio de 2010 en la Universidad del Norte, al profesor y rector Jesús Ferro Bayona. En ella, Rojas Valencia interroga a Ferro alrededor de la relación filosofía-música en la obra de Nietzsche.

Moscas tras la oreja, nuestra octava sección, está compuesta ahora por las reseñas realizadas por algunos integrantes de Cazamoscas a algunas de las tesis presentadas por estudiantes de nuestros pregrados, para optar por su respectivo título. Hemos decidido cambiar de nombre esta sección, pues quisimos hacer justicia al expresar, tal y como reza un decir español, que la mejor actitud que podemos tomar ante las tesis de nuestros estudiantes, es la sospecha. Así, Antonin Artaud: un pensamiento expresado en el cuerpo, La crisis de la modernidad según Michel Houellebecq, La percepción en el marco de la teoría intencional de J. Searle, y Siento luego soy, textos presentados por Nataly Penagos Ríos, David Jiménez González, Jorge Mario López Árias y Nestor Fabio Piedrahita, son ahora una variada muestra del trabajo final requerido para obtener un título en nuestra escuela. Ya el lector juzgará.

Ha sido un reciente interés de Cazamoscas vincular y exaltar los diversos esfuerzos que llevan a cabo amigos, estudiantes y docentes, alrededor de la filosofía y la literatura. Es por eso que partimos con la presentación del grupo de trabajo académico en pensamiento ambiental, orientado por la profesora Patricia Noguera y el profesor y amigo Jaime A. Pineda. Posteriormente, se encontrará el lector con Apuntes para bordear prácticas decoloniales, escrito por Marcela Duque Ríos, estudiante de sociología de la Universidad de Caldas e integrante del grupo de trabajo académico en pensamiento ambiental; el texto fue uno de los presentados en el Seminario: pensamiento ambiental y prácticas decoloniales, evento realizado el viernes 7 y el sábado 8 de mayo de 2010. Del 13 al 14 de mayo del 2010, se llevó a cabo en el auditorio Tulio Gómez Estrada, el I simposio de filosofía analítica: capítulo Willard van Orman Quine, del cual presentamos en esta ocasión el texto La distinción analítico/sintético: una crítica desde Quine, escrito por el docente de nuestro departamento Gabriel Eduardo Vargas Duque. Finalmente, cerramos nuestra

novena sección con el texto Dos obsesiones, dos olvidos, en el perdido “Meridiano cultural”: Revista Siglo 20 y Revista Manizales, escrito por Jhon Alexander Isaza Echeverry, y presentado en el Primer seminario CIFCCA (Conservación de las ideas filosóficas y culturales de Caldas), evento llevado a cabo el 19 de mayo del presente año.

Y es así que, con la presentación de los índices de la Revista CuadrantePhi, Legein y Novum, cerramos ésta primera parte de Cazamoscas y damos satisfactoriamente paso al segundo número de nuestra separata República Fósil, mediante la cual quisimos honrar el sin igual trabajo de dos personajes que allende fueron centrales en las letras caldenses: Bernardo Arias Trujillo y Blanca Isaza de Jaramillo Meza.

Fe de Erratas: en la edición número 5 de Cazamoscas, Año 3. Julio-diciembre de 2009, página 20, nota al pie 10, correspondiente al artículo “Desde La Solución Kantiana de la Tercera Antinomia al Concepto de Libertad Práctica” escrito por Jesús Esteven Arias, donde dice: “[…] y que han de tener a su base un objeto trascendental que no puede ser objeto de la Intuición sensible, un objeto que es, por ende, ininteligible”, debe decir: “[…] y que han de tener a su base un objeto trascendental que no puede ser objeto de la Intuición sensible, un objeto que es, por ende, inteligible”. En un texto publicado en el número 4 de Revista Manizales, en 1941, don Alfonso Castro advierte a Blanca Isaza, al respecto del medio en el cual circula su revista, en dónde reside el germen de los problemas culturales de su época: “(...) No hay estímulo ni atención para los trabajadores intelectuales. Préstasele más importancia al futbolista o el torero, que la que en fiebre se consume por el avance de la cultura. El músculo es de mayor acatamiento que la vibración de la inteligencia. A veces podríamos pensar que no estamos en Atenas sino en Beocia.” Pues bien, Cazamoscas sólo desea ofrecer, para aquellos que todavía conservan una especie de placer por ese vibrar de la inteligencia, el análisis, la discusión, el enfrentamiento y la sospecha, sustancia nutricia para sus regodeos.

El director

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