La supuesta profundidad de Heidegger Sebastian Estrada Robledo beebach83@hotmail.com
En el final de la Introducción de su libro Ser y tiempo, hace Heidegger la siguiente afirmación: “Con respecto a lo rudo y “feo” de la expresión dentro de los siguientes análisis, puede ser oportuna esta observación: una cosa es contar cuentos de los entes y otra es apresar el ser de los entes”. Al cabo de unas pocas líneas, estampa este singular colofón: “Donde las fuerzas son esencialmente menores, y encima el dominio del ser que se trata de abrir es mucho más difícil ontológicamente que el que tenían ante sí los griegos, ha de ser mayor la complicación de los conceptos y la dureza de la expresión”. Si abriéramos desprevenidamente este famoso libro de Heidegger en el párrafo que contiene las citadas afirmaciones, y estuviéramos apenas iniciándonos en la disciplina filosófica, buscaríamos con desespero un solitario rincón para devorar las páginas a cuyo través las más genuinas e insondables trazas del ser nos serían felizmente descubiertas. Por el contrario, quienes hubieran sido advertidos de los innumerables desengaños de los que se ha nutrido la filosofía, decidirían acudir al texto con recelo y sin grandes esperanzas, y conjeturarían que en su rumbo irían a encontrarse con vacía metafísica. Pero después de leer Ser y tiempo, me temo que no ocurre nada de lo previsto: ni accedemos a lo más íntimo del ser, ni quedamos con el molesto hastío consecuente de una insípida metafísica; nos quedamos, en lugar de eso, con una prolija y entreverada perorata acerca de asuntos de los cuales jamás habíamos dudado, y los cuales nunca nos atreveríamos a negar. Muchos coinciden con Heidegger en todo cuanto expone sobre las estructuras fundamentales del ser. Pero esa aceptación de lo que dice ha llevado a consentirle las débiles e infundadas razones que esgrime como soporte de su intrincado y tosco lenguaje. Pensadores contemporáneos, ensayistas, profanos lectores, profesores experimentados y alumnos adeptos a su filosofía, consideran que Heidegger estaba forzado a utilizar un lenguaje enrevesado merced a la dificultad de las materias que Revista Cazamoscas - Año 2 - No. 2 - Periodicidad: semestral - Julio-diciembre, 2008 - Pp. 9-21